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HISTORIA GENERAL

DE LA
ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
HISTORIA GENERAL

DE LA ORDEN
DE

AGUSTINOS RECOLETOS
POR

FR. GREGORIO OCHOA DEL


CARMEN
CRONISTA DE LA MISMA ORDEN

TOMO VII
ZARAGOZA
Tip. de F. Gambón, Canfranc, 3 y Valencia, 2
1924
LICENCIA DE LA ORDEN
GENERA-
LATO
DE
AGUSTINOS
RECOLETOS
Fr. Gregorio Segura del Carmen, Prior General de la
Orden de Ermitaños Recoletos de San Agustín,
VISTO el informe de los censores,
damos nuestra licencia para que el P. Cro-
nista General Fr. Gregorio Ochoa del Car-
men pueda imprimir el tomo VII de nues-
tras Crónicas, servatis servandis.
Madrid, 17 de julio de 1924.
Fr. Gregorio Segura del Carmen
(Rubricado)
(Hay un sello)
Por mandado de N P. Prior General,

Fr. Ignacio Sanmiguel


de la V. del Rosario,
Srio. Gral.
(Rubricado)
LICENCIA DEL ORDINARIO
Arzobispado
de
Zaragoza
Vicariato capitular

Nihil obstat.
Fr. Franciscus Solchaga
a P. Conceptione
CENSOR.
Cæsaragustæ 5 Augusti 1924.
Imprimatur:

(Lugar del sello)

Ilmi. Dni. Vicarii mandato:

Joannes Carceller.
Srius.
(Rubricado)
PROTESTA DEL AUTOR
Como hijo fiel y sumiso de la Iglesia, pro-
testo que todo cuanto queda escrito en este libro
lo someto a la autoridad, examen, juicio y cor-
rección de la misma santa Iglesia católica,
apostólica, romana.
Al
Glorioso Patriarca San José,
Protector especial de nuestra Orden,
como rendido homenaje de gratitud,
dedica
este humilde trabajo
El Autor.
PRÓLOGO
Con el favor de Dios hemos terminado este tomo séptimo de la Historia
General de nuestra Orden, que hoy presentamos a nuestros hermanos, para
que sigan recreándose en la contemplación de las épicas escenas de heroísmo
santo y de sublime patriotismo, que realizaron nuestros hermanos de ayer, lo
mismo en el inculto campo de las misiones ultramarinas entre los infieles, que
en el augusto y silencioso retiro de la vida conventual en Espuma.
De las cinco Provincias que integraban nuestra Congregación en la época
que historiamos, solamente dos podían llamarse rigurosamente misioneras: la
de San Nicolás de Tolentino de Filipinas y la de Nuestra Señora de la Cande-
laria en Tierra Firme o Colombia. Esta ha presentado siempre multitud de
pruebas inconcusas de la brillante actuación de sus hijos en la enmarañada
selva de sus misiones, en la cual han desplegado un celo heroico y una incan-
sable actividad en la reducción de los infieles a nuestra santa fe católica;
y debemos suponer con fundamento que, en este de tiempo, continuaron con
el mismo tesón su fecunda labor evangélica; pero cuando los documentos
faltan, el historiador calla; pues, según el apotegma de Cervantes, apotegma
que, muchos siglos antes
XIV PROLOGO
que el ilustre manco, lo había dicho ya el sentido común, «una cosa es es-
cribir como poeta, y otra como historiador».
La Provincia de San Nicolás de Tolentino de periodo Filipinas estaba
formada, como es sabido, por lo más selecto de las tres Provincias españolas
de Castilla, Aragón y Andalucía, en cuyos Conventos se alistaban volun-
tariamente para pasar al archipiélago magallánico los Religiosos que se sen-
tían con verdadera vocación para una vida de continuo y penosísimo sacrifi-
cio; de los cuales, sin embargo, no todos eran aceptados por el R. P. Comis-
ario de Filipinas encargado de reclutar misioneros, sino que, previa informa-
ción secreta, escogía y seleccionaba a los más acreditados en virtud, a los más
abnegados, a los que habían marcado ya en los muros de sus Conventos los
vigorosos trazos del heroísmo. De aquí que narrar las hazañas y heroicas vir-
tudes de la Provincia de San Nicolás en Filipinas es presentar a la admiración
universal las glorias de las tres Provincias de Castilla, Aragón y Andalucía;
porque hijos de éstas eran los que elevaban aquellas gloriosas hazañas a la
cúspide de la más hermosa realidad.
Entre tanto, los que quedaban en los Conventos de España ayudaban a
sus hermanos misioneros con las armas poderosísimas de la oración; y em-
pleaban sus energías en el ejercicio de todas las virtudes, atendiendo a su
propia santificación y a la de sus prójimos, dejando, al morir, impregnado el
ambiente de sus Conventos del exquisito aroma de la santidad.
Así consta claramente en los libros de necrologías que pudieron salvarse
de la catástrofe revolucionaria y que se conservan desperdigados por varios
archivos.
PROLOGO XV
Por eso nos hubiera sido fácil presentar en este tomo una serie de bi-
ografías que hubieran llenado muchas páginas; pero que, por estar todas
vaciadas en el mismo molde, hubieran hecho empalagosa su lectura; ya que,
todos los Religiosos, en general, por el mero hecho de profesar la vida re-
ligiosa, viven y mueren santamente.
Hemos preferido consignar tan solamente, y de modo brevísimo, las de
aquellos que han derramado su sangre y han muerto mártires por Jesucristo, o
que por el mismo motivo han sufrido penosísimo cautiverio en poder de los
moros, o han sucumbido entre las angustias de una muerte trágica en cum-
plimiento de su sagrado deber, o han descollado como gigantes de la vida
religiosa en sus diferentes grados jerárquicos.
Mientras los Religiosos Misioneros realizaban tan sublimes proezas en
las Misiones, los Conventos de las Provincias de España seguían su vida or-
dinaria, sin más acontecimientos dignos de mención que los Capítulos
Provinciales y algún otro que hemos procurado consignar, casi todos ellos de
orden interior. Por esta razón hemos dado importancia a los Capítulos, haci-
endo constancia de su celebración; porque creemos que constituyen el único
suceso transcedental, que modifica siempre de un modo notable, y a veces
muy profundamente en varios aspectos, la marcha de la vida ordinaria de las
Provincias: bien así como en la vida de las familias el nacimiento o la muerte
de uno de sus miembros cambia, a veces, radicalmente, el modo de ser de las
mismas: que algo así como una muerte civil de unos y nacimiento de otros
viene a ser la celebración de un Capítulo, cuyas disposiciones, ya individu-
ales,
XVI PROLOGO
ya colectivas, influyen eficazmente en el progreso o decadencia de cada
Provincia.
Hemos suprimido la división en décadas, porque no vemos razón sufi-
ciente ni motivo racional para conservarla.
Sea todo para mayor gloria de Dios y honra de nuestra Madre la
Recolección Agustiniana.
Zaragoza, fiesta de la Santísima Virgen del Carmen del año del Señor
1923.
El Autor.
CAPÍTULO PRIMERO
Celebración de tres capítulos

Sumario.– Nombramientos del Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Idem de


la Provincia de Aragón. –Capítulo General. –Nombramientos. –Actas. –Un
Breve del Papa Clemente XI.

El día 12 de Abril del año 1706, se celebró en el Desierto de la Cande-


lana el Capítulo Intermedio Provincial, en el cual se hicieron los nom-
bramientos siguientes:
Vicario Prior de Panamá: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Vicario Prior de Tunja: P. Fr. José de San Nicolás, Predicador.
Secretario: P. Fr. Carlos de San Jerónimo, L. J.
En este Capítulo se le jubiló de Lector al P. Carlos de San Jerónimo1.

En este mismo año se celebró el Capítulo Provincial de la Provincia de


Aragón, del cual sólo hemos encontrado los nombramientos siguientes:
Prior del Convento del Portillo de Zaragoza, el P. Martín de la
Virgen del Pilar;
Subprior, el P. Jerónimo de los Santos;
Maestro de Novicios, el P. Juan de la Concepción;
Definidor, el P. Lucas de la Cruz;
Secretario de Provincia, el P. Antonio de Santa Ana2.

CAPÍTULO GENERAL3
El día 20 de Mayo de 1706 se celebró en nuestro Convento de Borja el
Capítulo General, en el cual se hicieron las siguientes elecciones:

1
Arch. Prov. de Colombia; Lib. Becerro.
2
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
3
Arch. Gral., Carp. Capítulos Grales.
18 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Vicario General: Rmo. P. Fr. Pedro de Santiago, L. J., Calificador
del Santo Oficio y Predicador del Rey.
Definidor: P. Fr. Martín de la Concepción, L. J., por la Provincia de
Castilla.
Definidor: P. Fr. José de San Agustín, Predicador, por Tierra Firme.
Definidor: P. Fr. Diego de Santa Teresa, L. J., por Filipinas.
Definidor: P. Fr. Pedro de Santa Orosia, L. J., por Aragón.
Se aprobaron más de treinta actas; de las cuales la 16.ª dice:
"Item se confirmó el nombramiento que hizo el Definitorio
General de Cronista de nuestra sagrada Religión en el P. Fr. Di-
ego de Santa Teresa, Lector jubilado y Definidor General".
El acta 31.ª dice: "Item: Se determinó que en todos los conventos y cole-
gios haya predicadores conventuales, los cuales deban predicar todos los ser-
mones que tienen dichas casas y fueren de su obligación; excepto los que se
encomendaren particularmente a algún Religioso o algunos de dichos conven-
tos o colegios, o quisieren los PP. Priores o Rectores encomendar a otros Re-
ligiosos; cuya disposición corra por cuenta de los PP. Provinciales, señalando,
desde luego, Predicador para cada convento, guardándoles consideración por
su antigüedad y habilidad: y todos los trienios tendrán cuidado de representar
a los Capítulos Provinciales el cumplimiento de la obligación de cada uno,
para que el Capítulo Provincial dé providencia de mejorarlos en las casas, y
quitar los que fueren inútiles, apuntando en el libro los años que ha predicado
cada uno, para que, contando haber cumplido exactamente con doce años de
Predicador de las casas, se les dé por N. P. Vicario General títulos de Predi-
cadores jubilados con las excepciones que gozan los Lectores que han leído
los doce años: y que durante el tiempo de su predicación no tengan más ex-
cepciones que las que señala la Constitución. Y encargamos a los PP. Priores
que, atentos a su trabajo, atiendan con especialidad a su alivio"1.
Además, el Capítulo suplicó al Papa Clemente XI la confirmación de dos
de sus actas más importantes; y Su Santidad accedió a ello, expidiendo el
siguiente Breve, en que sólo confirma la 2.ª de las actas propuestas. Dice así:

1
Arch. Gral., Carp. Capítulos Grales.
CAPÍTULO PRIMERO 19
"Clemens Papa XI.– Ad futuram rei memoriam.– Exponi Nobis nuper
fecit dilectus filius modernus Procurator Generalis Fratrum Eremitarum Rec-
ollectorum Discalceatorum nuncupatorum Congregationis Hispaniae Ordinis
Sancti Augustini, quod in Capitulo Generali dictae Congregationis in Oppido
Civitate nuncupat. Borgia in Regno Aragoniae die 20 Maji 1706 celebrato,
inter alia duae sequentes Constitutiones, pag. 171, editae fuerunt, videlicet:
quod Magistris Primariis Novitiorum trium Domorum Regularium nempe
Matritensis, Caesaraugustan., et Hispalen., attentis eorum laboribus, jus fer-
endi suffraggium sive votum in Capitulis Provinialibus suarum Provinciarum
competat, ea tamen lege, ut dicti Magistri Novitiorum ab immediata Priorum
jurisdictione exempti minime sint, et in omnibus et per omnia iisdem Priori-
bus subjecti remaneant, quemadmodum alii Religiosi subditi immediate illis
subjecti reperiuntur, et quod in posterum ii Religiosi, qui Priorum alicujus
Domus, sive magni Conventus, sive Diffinitorii Provinciarum, seu Lectoris
Sacrae Theologiae muneribus functi fuerint, in Magistros Novitiorum eligan-
tur: Ac insuper in praedictis Constitutionibus, fol. 173, statutum fuit, quod
decedente Vicario Generali praedictae Congregationis sive naturaliter, sive
civiliter, in ejus Gubernio pro tempore existens Prior Provincialis Provinciae,
cujus est filius usque ad complementum sexennii succedat, ad hoc, ut omnes
Provinciae dignitatis honore per dictum sexennium aequaliter frui valeant, ac
officia generalia pariformiter nonnisi post triennium cessent, necnon expen-
sae occasione Capitulorum faciendae evitentur; casu vero quo eundem Pri-
orem Provincialem in praedicti Vicarii Generalis officio succedere contingat,
Officium Prioris Provincialis hujusmodi vacet, et id, quod in Constitutionibus
super praecedentia Rectoris Provincialis dispositum reperitur, adimpleatur.
§ 1.º– Cum autem, sicut eadem expositio subjungebat, Capitulum Gen-
erale praedictum confirmationem Decretorum seu Statutorum hujusmodi pro
firmiori illorum subsistentia et observatione ab hac Sancta Sede impetrari
mandaverit: Nobis propterea praefatus Procurator Generalis tam suo, quam
dictae Congregationis nomine humiliter supplicari fecit, ut in praemissis op-
portune providere, et ut infra indulgere de benignitate Apostolica dignaremur.
§ 2.º– Nos igitur ipsum Procuratorem Generalem specialibus favoribus
et gratiis prosequi volentes, et a quibusvis excommunicationis, suspensionis
et interdicti, aliisqui ecciesiasticis sententiis, censuris et poenis a jure,
20 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
vel ab homine quavis occasione vel causa latis, si quibus quomodolibet in-
nodatus existit, ad effectum praesentium dumtaxat consequendum harum
serie absolventes, et absolutum fore censentes, hujusmodi supplicationibus
inclinati, de Venerabilium Fratrum nostrorum S. R. E. Cardinalium negotiis et
consultationibus Episcoporum et Regularium praepositorum, qui attenta rela-
tione dilecti Filii nostri Josephi Renati ejusdem S. R. E. Cardinalis Imperialis
nuncupat. dicti Ordinis apud Nos, et Sedem Apostolicam Protectoris eisdem
Cardinalibus facta, quoad primum Decretum resolutionem distulerunt, con-
silio; secundo dictum Decretum seu Statutum Capituli Generalis dictae Con-
gregationis Hispaniae auctoritate Apostolica tenore praesentium confirmamus
et approbamus, illique inviolabilis Apostolicae firmitatis robur adjicimus,
salva tamen semper in praemissis auctoritate Congregationis praedictorum
Cardinalium.
§ 3.º– Decernentes ipsas praesentes litteras semper firmas, validas et ef-
ficaces existere et fore, suosque plenarios et integros effectus sortiri et obtin-
ere, ac illis ad quos spectat et pro tempore quandocunque spectabit plenissime
suffragari, et ab illis respective inviolabiliter observari: sicque in praemissis
per quoscumque Judices ordinarios et delegatos, etiam Causarum Palatii
Apostolici Auditores, judicari et definiri debere; ac irritum et inane, si secus
super his a quoquam, quavis auctoritate, scienter vel ignoranter contigerit
attentari.
§ 4.º– Non obstantibus, etc.…
Datum Romae apud S. Petrum sub annulo Piscatoris, die X Februarii
MDCCVIII, Pontificatus Nostri anno octavo"1.

1
Arch. Gral., Bullarium, núm. 54.
CAPÍTULO II
Dos capítulos y una junta general
Sumario.– Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás. –Elecciones. –Idem de la
Provincia de Castilla. –Actas. –Carta Capitular de Valladolid. –Junta General.

El día 13 de mayo de 1707 se celebró en nuestro Convento de San


Nicolás de la ciudad de Manila el Capítulo Provincial, bajo la presidencia del
P. Fr. Juan de San Agustín. En él se hicie-ron las siguientes elecciones:
Provincial: P. Fr. José de San Nicolás, Mallén.
Definidores: PP. Fr. José de la Concepción, Lector de teología; Be-
nito de la Asunción; Antonio de Santa Mónica, y Manuel de San
Nicolás de Toleritino.
Aditos: PP. Fr. Juan de la Encarnación, Bernardo de San Francisco y
José de la Madre de Dios.

Para el Capítulo General

Definidores Generales de Castilla


1.º P. Lector Jubilado Fr. Nicolás del Espíritu Santo, Provincial Absoluto.
2.° P. Lector Jubilado Fr. Juan de…
3.º P. Rector del Colegio de Salamanca.

Definidores de Aragón
1.º P. Fr. Miguel de San Jerónimo (a. Catalán), Lector Jubilado.
2.º P. Fr. Bartolomé de San José, Lector Jubilado.
3.º El P. Prior de Calatayud.
22 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Discretos Generales de Andalucía


1.º P. Fr. Pedro de Jesús, Lector y Provincial Absoluto.
2.º P. Fr. Carlos de la Concepción (alias Gante), de Castilla.
3.º El P. Rector de Salamanca.

Discretos segundos Generales


1.º El P. Lector Juan de Jesús (Belmonte), Castilla.
2.º El P. Fr. Rodrigo de San Juan Bautista, Andalucía.
3.º El P. Prior de Borja, Aragón.

Elecciones de Oficios
Prior de Manila .......................... P. Fr. Manuel de San Nicolás (Prior y
Definidor).
Id. de Cavite ............................... P. Fr. Juan de Santiago.
Id. de Cebú ................................. P. Fr. Francisco de la Madre de Dios, Pro-
vincial saliente.
Id. de San Juan de Bagumbayan . P. Fr. Juan de Santo Tomás.
Id de San Sebastián ..................... P. Fr. Felipe de San Agustín.
Id. de Masinloc ........................... P. Fr. José de San Francisco.
Id. de Mariveles........................... P. Fr. Atilano de San Andrés.
Id. de Bolinao ............................. P. Fr. Francisco de la Soledad.
Id. de Tandag .............................. P. Fr. Tomás de San Lucas.
Id. de Butuan .............................. P. Fr. José de la Madre de Dios.
Id. de Siargao ............................. P. Fr. Esteban del Pilar.
Id. de Cagayán ............................ P. Fr. Valero del Salvador.
Id. de Romblón ........................... P. Fr. Juan de la Encarnación.
Id. de Mangarin .......................... P. Fr. Vicente de la Ecarnación.
Procurador de Provincia ............. P. Fr. Sebastián de San Francisco.
Secretario Provincial .................. P. Fr. Antonio de Santa Mónica (tercer
Definidor).
Subprior de Manila ..................... P. Fr. Francisco de Santa María.
Vicario Prior de Bislig ................ P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Id. de Cuyo ................................. P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Id. de Calavite ............................ P. Fr. Bernardo de San Francisco.
Id. de Masbate ............................ P. Fr. Juan de la Ascensión.
Id. de Linacapan ......................... P. Fr. Manuel de Jesús María.
Presidente del Hospicio de Méjico P. Fr. Benedicto de la Asunción1.

1
Arch. Prov. Lib. Becerro, fol. 295 y siguientes.
CAPÍTULO SEGUNDO 23

Capítulo Provincial
El día 14 de mayo de 1707 se celebró en nuestro Convento del Ave
María de la villa de Talavera de la Reina el Capítulo Provincial. En él fué
elegido Provincial el P. Fr. Pedro de San Agustín, L. J.; y Secretario el P.
Antonio de Jesús María1.
No hemos encontrado los demás nombramientos, pero sí las Actas y de-
terminaciones, algunas de las cuales consignaremos aquí porque nos dan al-
guna idea de la vida de la Provincia de Castilla.
"Primeramente se determinó que la casa y fábrica que la Provincia tiene
en la villa de la Calzada de Oropesa esté al gobierno y disposición de N. P.
Provincial y sus Definidores, y que dicho N. P. Provincial tome cuentas al P.
Administrador en sus Visitas.
Item: Que para el aumento y conservación del caudal de dicha fábrica,
por ahora, hasta que tenga de caudal do mil ducados, casa suficiente y alhajas
suficientes para el ministerio y fin de ella, tasaba y tasó este Capítulo cada
vara de sayal negro estambrado de toda calidad y del ancho que debe tener,
según arte y estilo, a seis reales menos cuartillo; y la vara de sayal blanco de
la misma calidad, a cuatro reales y medio; y la de palio blanco estambrado de
toda ley, según arte, a ocho reales y medio; y que a este precio se les diese a
los conventos: pero que en estando dicha fábrica en estado y con el caudal
referido, se haya de hacer cada año nueva tasa después de la Visita y ajuste de
cuentas, para que se les dé a los conventos a razón del coste preciso que tu-
viere; la cual tasa, después de las Visitas Provinciales, la ha de hacer N. P.
Provincial con sus Definidores; y después de la Visita General podrá hacer (si
gustare de asistir), N. P. Vicario General con N. P. Provincial y dichos PP.
Definidores de Provincia. Y se advierte que a los seglares que hubieren de
tomar nuestro santo hábito y a los novicios que profesaren, vistiéndolos sus
parientes, se les dará el vestuario de la fábrica al precio corriente en que
venden la ropa los mercaderes seculares.
Item: Se determinó que en dicha casa y fábrica haya sólo un Religioso
sacerdote, si pareciere convenir, y un hermano lego o donado, los cuales sean
a elección de N. P. Provincial; y este Capítulo los asigna por conventuales

1
Arch. Gral. Carp. B. leg. 21. núm. 9.
24 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de nuestro convento de Talavera; y asimismo que no tengan ni se sirvan de
mujer alguna en la casa, ni más familia que un mozo, ni más caballerías que
aquellas que N. P. Provincial y sus Definidores juzgaren suficientes para el
servicio de dicha fábrica y portear la ropa a los conventos; y que el tiempo
que no tuvieren quehacer en la fábrica dichos Religiosos, se recojan a dicho
nuestro convento de Talavera.
Item: Se determinó que el caudal de dinero que tuviere dicha fábrica
esté y se guarde en nuestro convento de Talavera debajo de tres llaves en una
arca; de las cuales una tenga el P. Prior de dicho nuestro convento, otra el P.
Administrador de dicha fábrica y otra el Religioso que nombrare N. Padre
Provincial; con intervención de los cuales y a su vista se haya de entrar y
sacar el dinero: y de lo que se diere al P. Administrador para las compras,
gastos y labores en el tiempo conveniente, deje recibo firmado en dicha arca
de depósito.
Item: Se determinó que los PP. Priores y Rectores, el correo inmediato
después de la fiesta de N. P. San Agustín, escriban a N. P. Provincial de las
varas que necesitan de cada especie de ropa para el vestuario de sus Re-
ligiosos aquel año, para que su Reverencia lo mande prevenir y esté pronto en
dichas casas para algunos días antes o después de Todos Santos, que es
tiempo en que manda la Constitución se provean los vestuarios. Y se les
manda a dichos PP. Priores y Rectores que para este tiempo en que se les en-
tregare dicha ropa, tengan prevenida y paguen con efecto la mitad del precio
de ella, y la otra mitad la hayan de pagar en todo el mes de marzo siguiente;
so pena de que el P. Prior o Rector que se retardare o descuidare en estas pa-
gas, por la primera vez N. P. Provincial le suspenda seis meses de su oficio, y
por la segunda le prive de él indispensablemente. Asimismo se determinó y
mandó so pena de excomunión mayor latae sententiae, trina canonica moni-
tione praemissa, a los PP. Priores y Rectores que para el vestuario de sus Re-
ligiosos no saquen ni compren ropa de otra alguna parte, sino la que se
labrare en dicha nuestra fábrica: y no por esto se les prohibe el que, si algún
bienhechor les hiciere a los conventos alguna limosna de misas o de otra
forma en especie de ropa o se la dieren o hallaren con tal conveniencia que
sea considerable y de mucho útil, puedan admitirla; pero deben consultar y
proponer dicha limosna o conveniencia a N. P. Provincial, para que a su
Reverencia le conste que lo es.
Asimismo se mandó debajo de la misma excomunión a todos y
cualesquiera
CAPÍTULO SEGUNDO 25
Religiosos particulares de esta Provincia que no se vistan sino de la ropa de
dicha fábrica, y lo que necesitaren lo deben recibir de mano del Padre Prior o
Rector de la casa donde fueren conventuales, sin que puedan valerse del pre-
texto de que gozan del uso de alguna renta o capellanía, o les dan sus parien-
tes o bienhechores alguna limosna para vestirse; porque dicha renta o capel-
lanía o limosna deben entregársela a dicho P. Prior o Rector, y recibir de su
mano el vestuario en la forma que los demás de la Comunidad.
Asimismo se mandó en virtud de santa obediencia y so pena de la misma
excomunión al P. Administrador que es o fuere de dicha fábrica que ni por sí
ni por tercera persona venda a persona fuera de la religión ropa alguna de la
que se fabricare; sólo se le permite el vender (como sea sin nota o escándalo
de los seglares), algunas de las menores que se labran de los desperdicios de
la lana, ni pueden servir ni aprovecharse todas en la Religión".
La 11.ª dispone que en el Colegio de Jarandilla haya un Religioso idóneo
que enseñe latinidad y tenga sus exenciones.
La 12.ª señala como casas de noviciado las de Madrid y La Viciosa; y la
de Talavera como casa de profesado; y manda que en La Viciosa sólo haya
ocho novicios, de los cuales a lo menos seis sean de coro.
La 18.ª manda que el Convento-enfermería de Trujillo envíe a los Capítu-
los Provinciales su Carta Capitular.
La 20.ª dice: "Item: Se confirmó el acta que ordena que, para tomar exac-
tas cuentas en las ventas a los Religiosos, que tienen permitido el uso de al-
guna renta o capellanía, del modo y en qué la usan y la gastan, se añada en el
interrogatorio que, si algún Religioso la tuviere, él mismo la declare u otro
alguno que lo sepa, por el efecto dicho".

En el mes de Mayo del año 1707, celebró en nuestro Convento de Talav-


era de la Reina la Provincia de Castilla, su Capítulo Provincial, al cual envió
el Convento de Valladolid la siguiente

Carta Capitular
"Rdos. Padres: En este Convento de San Nicolás de Tolentino de esta
ciudad de Valladolid, se ha cumplido con los sufragios que se deben hacer
por los Religiosos y Hermanos Generales difuntos de nuestra Congregación,
que han sido en este trienio ciento y diecisiete.
26 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Hay en este convento veinte y nueve conventuales; de ellos, diez y ocho
son sacerdotes, cinco coristas y seis legos: a los cuales se ha dado el ves-
tuario, en que se han gastado en este trienio seiscientas y diez y ocho varas de
sayal negro y blanco; de paño de la nueva fábrica cuarenta varas; de estameña
ciento y cuarenta y una varas; de lienzo, servilletas, aforros y estopa para jer-
gones, y cortinas y costales quinientas y diez y ocho varas, en que se han gas-
tado siete mil trescientos y noventa reales.
Ha tenido este convento de recibo en este trienio ciento y cuatro mil y
trece reales; y de gasto lo mismo.
La sacristía queda aumentada en mil y trescientos reales; en cinco tafe-
tanes a nueve varas, cuatro cortinas verdes para las credencias y un paño de
cáliz del mismo color con sus guarniciones de pasamanos, y cuatro pares de
zapatos de cordobán.
En la iglesia se pintó una capilla, en la cual se colocó nuestra madre
Santa Mónica, y se puso una lámpara de alquimia, cuatro marcos dorados y
tallados para cuatro capillas, un Niño Jesús para el nacimiento y otras alhajas.
En la iglesia se colocó a Santa Rita en su retablo nuevo, con dos frontales con
su marco dorado y tallado, dos cortinas, un velo, sus arañas de plata, su lám-
para y otros adornos; que todo importa tres mil reales. Además quedan en
poder del P. Fr. Cristóbal de San Agustín trescientos reales, que ha adquirido
de diferentes devotos para ayuda de dorarla.
Ha tenido de obra en este trienio en la capilla mayor y otras partes del
convento, como panera, aposento del refectorio, cocina, tejados y celdas,
nueve mil trescientos y setenta y ocho reales.
Queda la ropería aumentada en seis mantas, cinco jergones y dos col-
chones, y seis paños de rasura.
Queda de aumento una mula de paso, un caballo y un macho para el
carro.
Quedan debiendo a este convento nueve mil doscientos diez y ocho
reales, así de censos como de conocimientos, que quedan en el depósito".
Luego enumera cada uno de los censos y cargas de misas, y añade:
"Queda en este convento, de trigo, doce cargas, y dos de cebada; de
vino, noventa cántaras; de tocino, ocho arrobas y diez libras, mas diez medios
tocinos con sus perniles; de carnero queda para hasta el domingo ocho de la
fecha; de garbanzos, fanega y media; judías, cuatro arrobas;
CAPÍTULO SEGUNDO 27
aceite, arroba y media; vinagre, veinte arrobas; tres cerdos para cebo;
truchuela, arroba y media.
Quédase a deber al boticario, de lo que se ha gastado en este trienio,
trescientos y noventa reales; al mozo del carro José Cambronero, ciento y
setenta reales. Quedan en el depósito doscientos reales.
Queda aumentada la librería en cinco tomos, sin los que enviaron del
repartimiento de N. P. Fr, José de la Encarnación.
Convento de Valladolid y Mayo 1 de 1707.– Fr. Gregorio de S.
Agustín, Subprior"1.

Junta General
Sumario.– Padres que concurrieron a la misma. –Determinaciones.

El día 19 de Octubre de 1707, se celebró en Madrid la junta General de


los seis meses, a la que concurrieron los Religiosos siguientes:2
N. P. Vicario General Fr. Pedro de Santiago, L. J., Calificador del Santo
Oficio y Predicador del Rey.
Los PP. Definidores Generales Fr. Martín de la Concepción, L. J., por
Castilla; Fr. José de San Agustín, Predicador, por Tierra Firme; Fr. Diego de
Santa Teresa, L. J., por Filipinas; y Fr. Pedro de Santa Orosia, L. J., por
Aragón; los cuales se reunieron "para conferir y tratar las cosas tocantes a la
mayor observancia de nuestras sagradas Leyes, en cumplimiento del Breve de
Su Santidad Gregorio XV, que manda se junten cada seis meses para este
fin".
Importa consignar aquí la Determinación tercera, que dice:
"Item: Por cuanto hemos experimentado, la corruptela y abuso en lo que
toca a las salidas de los Religiosos fuera de casa, sólos y sin compañero,
según previene la Constitución, mandamos en virtud de santa obediencia y
pena de quince días de suspensión del oficio a los PP. Priores y Rectores que
no envíen ni puedan enviar a Religioso alguno sacerdote sólo y sin com-
pañero fuera de casa, aunque sea con el pretexto de decir misa en las parro-
quias o conventos o casas particulares, sino es el caso que el sitio donde ha de
decir misa esté extramuros de la ciudad o lugar: y debajo de la misma pena
mandamos

1
Arch. Gral. Carp. B. leg. 21, núm. 9.
2
Arch. Gral. Carp. Juntas Generales.
28 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a dichos PP. Priores y Rectores que no puedan enviar Religioso alguno lego
fuera de la casa solo y sin alforja; y que en las salidas de estos atiendan a la
edad, prudencia y buen ejemplo para enviarlos fuera, aunque sea con alforja".
La 5.ª dice: "Item: Porque hay Breves Pontificios, y mandarlo así nuestra
Constitución en el capitulo De recreationibus que dentro de nuestros monas-
terios no haya comedias y representa-ciones, indecentes al estado religioso,
mandamos a los PP. Priores y Rectores, so pena de quince días de suspensión
del oficio, que señala nuestra Constitución, no permitan semejantes comedias,
relaciones o festejos en que los Religiosos se quiten el hábito: y al que lo
ejecutare se le aplique dichos días la culpa más grave que previene la Consti-
tución".
La 7.ª dice: "Item: Por cuanto se ha introducido que los Religiosos no se
tratan con el estilo que manda la Constitución, habiendo entrado el abuso de
términos aseglarados, tratándose de tú, por tanto mandamos a todos los re-
ligiosos de nuestra Congregación que a los sacerdotes los traten de Vuesen-
cias, y a los hermanos coristas, legos y donados, de Caridad, según lo manda
nuestra Constitución, y es costumbre loable de nuestra Religión: y si alguno
de los PP. Priores y Rectores vieren que algún religioso es defectuoso, lo cas-
tiguen con una penitencia".
La 8.ª dice: "Item: Se determinó que, mandando nuestra Constitución, y
siendo costumbre loable de nuestra Religión que los hermanos coristas pro-
fesos no puedan salir de casa sin expresa licencia de los PP. Provinciales en
los casos que dichas Constituciones previenen, mandamos en virtud de santa
obediencia y pena de suspensión de oficio a los PP. Priores y Rectores que no
puedan salir de casa acompañados con hermanos coristas, ni enviar con otros
a acompañar, ni enviarlos fuera del lugar donde haya convento, sin expresa
licencia de los Prelados a quienes toca inmediatamente".
La 10.ª y última dice: "Item: Mandamos a los PP. Priores y Rectores a los
que estuvieren por Mayor en los actos de Comunidad que después de las re-
fecciones no permitan que en ellos se lea la Gaceta, ni se traten novedades
que tocan al gobierno de la monarquía, sino que las empleen en las conver-
saciones útiles que manda la Constitución: y si alguno supiese que es defec-
tuoso en conversaciones privadas en tratar de dichas novedades, nos lo av-
isen, para que sea castigado conforme merece; y a los PP. Priores o Rectores
que lo permitieren se les haga cargo de Visita".
CAPÍTULO III
ARTÍCULO I
Estado del Hospicio de Méjico
Sumario.– Informe del P. Fr. José de Santa Gertrudis, Presidente de dicho Hospicio, al
V. Definitorio General.

El P. Fr. José de Santa Gertrudis, Presidente del Hospicio de San Nicolás


de Tolentino de la ciudad de Méjico, Comisario General de la Provincia de
San Nicolás, de Filipinas, y Calificador del Santo Oficio, requerido por el
Definitorio General, presentó a éste un informe o declaración jurada sobre el
estado de dicho Hospicio; informe que dice así:1
"Tocante al estado que al presente tiene dicho Hospicio, tiene una pose-
sión de casas que rentan en cada año seiscientos y cincuenta pesos, poco más
o menos; dicha posesión la labró la Provincia (de Filipinas) por los años de
ochenta y cuatro, hasta ochenta y ocho que se acabó. Lo más que se gastó en
dicha fábrica fué de propios de dicha Provincia, y con un censo que tomó al
Hospicio de los PP. del Carmen Descalzo de cinco mil pesos, que al presente
paga doscientos y cincuenta de réditos... Pagados dichos doscientos y cin-
cuenta pesos, quedan al Hospicio de las rentas de las casas cuatrocientos pe-
sos en cada año. De éstos, según la experiencia que tiene el suplicante de más
de doce años que ha corrido en ello, en lo que se deja de alquilar y lo que se
gasta en reparos, son otros cien pesos unos años con otros; que rebajados de
los cuatrocientos, quedan líquidos trescientos pesos en cada un año. Esto
junto con la limosna de algunas misas, sirven para el sustento de los Re-
ligiosos, sin que el Hospicio tenga ninguna otra ayuda de costa; porque li-
mosnas no las hay; porque S. M. (que Dios guarde), manda, como se puede
ver en la Cédula que concedió para la fundación de dicho Hospicio para los

1
Arch. Gral. Carp. E.
30 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Religiosos de Filipinas, que no se pida limosna, ni que se tenga depósito, ni
iglesia ni campanas, ni que se puedan extender a más casa, y que los Re-
ligiosos estén sujetos al Ordinario, y otras condiciones harto trabajosas, como
se podrá ver en dicha Cédula; y el año de siete (1), a no haber tenido el Hos-
picio tan de su parte al Sr. Arzobispo de Méjico, se le hubiera cerrado la
puerta de la iglesia por orden de S. Majestad, que mandaba a su Ilma. lo
ejecutase en todas las iglesias que se hubiesen fundado sin cédula Real; como
se ejecutó con el Hospicio de los PP. Dominicos de San Juan del Río, y con el
de los PP. Franciscanos; y como nosotros no tenemos más que la referida
Cédula, no conviene que se presente. Hácese ésta que parece digresión, para
manifestar el estado de dicho Hospicio, para que se sepa como no tiene cosa
por via de limosna.
En cuanto a la iglesia y habitación de los Religiosos, es muy bastante, y
uno y otro casi nuevo, que se acabó el año de noventa y dos y noventa y tres.
Para dicha obra concurrió la Provincia de Filipinas con muchas cantidades,
que también están expresadas en dicho informe que se remitió para el
Capítulo General, según están en los libros; y lo demás fué de la limosna que
se recogió para San Nicolás en la mina de Rayas; que con uno y con otro se
acabó y perfeccionó dicha iglesia y hospicio; y todos los ornamentos y lo más
que sirve para ornato del culto divino lo ha enviado la Provincia al Hospicio
desde Filipinas. Las obligaciones que tiene por el solar y casa vieja que tenía,
son dos misas cada semana, y otras seis rezadas en diferentes días del año y
una cantada.
También se posee en cabeza de dicho Hospicio un censo de cuarenta
mil pesos de principal, impuesto sobre la mina de Rayas y su hacienda: y
pues es cierto, como lo es, que dicha cantidad ha motivado todo lo que en
estos tiempos se ha tratado del Hospicio de Méjico, es preciso poner el caso y
el hecho de cómo todo esto ha pasado.
El año de setenta (1670) llegó al Hospicio de Méjico un Religioso lego,
llamado Fr. Francisco de San Agustín, que año y medio antes había profesado
en la Provincia de Tierra Firme en el convento de Panamá, como consta en
información auténtica que está en el depósito de dicho Hospicio; no habiendo
podido conseguir el P. Presidente que dicho Religioso lego se volviera a su
Provincia de Tierra Firme, escribió a nuestros PP. VV. Generales
CAPÍTULO TERCERO. ARTÍCULO PRIMERO 31
para que dispusieran de dicho hermano; y no se dió más providencia sino que
pasara a Filipinas, lo cual no se puso por ejecución; y avisado también de esto
el P. Presidente, le escribió N. P. Fr. Juan de la Presentación que dispusiese el
P. Presidente de dicho hermano, como quien tenía la cosa presente, cuya carta
original está en el depósito del Hospicio, y un tanto de ella certificada del
Secretario se remitió con los demás papeles a N. P. Fr. Diego de San Bue-
naventura. En virtud de la carta de N. P. Fr. Juan de la Presentación señaló el
P. Presidente al dicho hermano por conventual del Hospicio e hijo de la
Provincia de Filipinas, sin que en más de treinta años reconociera más prela-
dos que los de Filipinas con ciencia de NN. PP. Vicarios Generales. Estuvo
dicho hermano en el Hospicio por conventual e hijo de la Provincia de Filipi-
nas hasta el año de ochenta y seis, que fué al Real de Minas de Guanapato: y
el de ochenta y ocho, un señor clérigo, llamado Don Andrés Rubí de Ma-
rimón, por agencias de dicho hermano Fr. Francisco, hizo al Hospicio don-
ación de la mitad de la mina de Rayas y de la mitad de sus haciendas; en
donde estuvo dicho hermano hasta el año de noventa y tres, en cuyo año, con
licencia del P. Presidente del Hospicio, hizo donación dicho hermano Fr.
Francisco de la mitad de minas y haciendas al Sr. Dr. D. Juan Díaz de Bra-
camonte (que al presente es Oidor de Méjico). Este fué tan ingrato con el
Hospicio, Presidente y Fr. Francisco, que así que tomó posesión en virtud de
la dicha donación, se olvidó del Hospicio y envió a pasear a los frailes. Puso
pleito el Hospicio al dicho Sr. Bracamonte, el cual perdió el Hospicio, así en
tela de justicia como con jueces árbitros. Quedó poseyendo la mina dicho
Bracamonte en pacífica posesión hasta el año de noventa y seis, que el supli-
cante llegó a Méjico por Presidente del Hospicio; que informado de todo,
puso de nuevo demanda en la cancillería contra el Dr. Bracamonte, diciendo
que Fr. Francisco no pudo hacer la donación ni el P. Presidente dar semejante
licencia. Siguióse el pleito cerca de un año, en que llegó a tener gastados la
Provincia más de cuatro mil pesos; en cuyo tiempo, por excusar pleitos con
parte tan poderosa, se compuso el suplicante con dicho Dr. Bracamonte en
que quedase impuesto en la mina y haciendas el dicho censo de cuarenta mil
pesos, y así se ejecutó; y renunció la Provincia de Filipinas todo el derecho
que podía tener y el Hospicio a la dicha mina y haciendas: y en esta confor-
midad ha corrido y corre hasta ahora, aunque no han faltado algunos pleitos.
De lo dicho se sigue con evidencia que a la Provincia de Filipinas se le
32 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
debe la restauración de la mina al Hospicio, porque si ella no hubiera puesto
el pleito y gastado tan crecida cantidad en seguirle, se quedara el Sr. Bra-
camonte absolutamente con la mina sin reconocer tal censo, como la tuvo
desde que tomó posesión hasta que la Provincia de Filipinas la restauró: y
cierto que, si el pleito se hubiera perdido segunda vez, la Provincia de Filipi-
nas no hubiese pedido cosa al Definitorio General ni a ningún convento de
España, sino que lo gastara, como lo hizo la primera vez que se perdió el
pleito. Y no alcanza la Provincia de Filipinas el motivo por que el gastar tan
crecidas cantidades para adquirir el dicho censo sea causa para que, sin ser
oídas sus razones ni vista su súplica en el Capítulo General, se le quite no
sólo este censo, que restauró a costa de tantos gastos, sino que también se le
quite el Hospicio, después de haber gastado en sus mejoras más de veinte y
siete mil pesos, como consta de los libros y del informe que envié (y no se
vió) al Capítulo General. Esto sin haber faltado la Provincia de Filipinas a la
paga puntual de los doscientos pesos que pactó y contrató con el Capítulo
General del año de setenta y seis, que después se confirmó por otros cinco
Capítulos Generales: y no sólo pagó puntualmente (como consta de un tanto
de la cuenta sacada del libro del Hospicio, que el suplicante remitió junto con
el informe a N. P. Fr. Diego de San Buenaventura), sino que a su reverencia
le pagó la Provincia de Filipinas siete años, y su reverencia no presentó al
Capítulo General su súplica y demás papeles; de que puede tener queja la
Provincia de Filipinas, pues se le quitó el recurso que le permite y concede la
Constitución de poder suplicar de cualquiera acta y proponer sus razones, y
más de la del Hospicio de Méjico, pues por ella ha más de cuarenta años que
la Provincia de Filipinas lo posee y gobierna, (que es el tiempo que pide la
más dilatada prescripción), sin haber faltado a la paga de los doscientos pesos
anuales.
Ahora se sigue decir el motivo por que procuró la mina el hermano Fr.
Francisco y la donó Don Andrés Rubí; para lo que de esto sabe y ha de decir
el suplicante, es necesario suponer aquí una declaración que hizo dicho her-
mano Fr. Francisco con todos los requisitos necesarios, tres días antes de su
muerte, que el suplicante remitió al dicho P. Fr. Diego, para que se presentara
al Capítulo General, en la cual declaraba cómo procuró la mina y que dicho
Don Andrés Rubí la donó para que su producto se aplicara y sirviera para
ayuda de los gastos que tiene la Provincia de Filipinas en conducir desde
España sus Misiones; y declaró que, en virtud de que ésta era la
CAPÍTULO TERCERO. ARTÍCULO PRIMERO 33
intención del donante y del Hermano, el año de noventa (1690) se dió de bie-
nes de la mina dos mil pesos al P. Comisario Fr. José de Santa María, que
venía a España con ese cargo, para ayuda de gastos, la cual partida está en las
cuentas de dicho P. Comisario".
Interrumpiendo aquí este informe, vamos a intercalar la declaración del
Hermano Fr. Francisco, a que alude el informante, la cual dice así:
"Fr. Francisco de San Agustín, Religioso lego profeso de los Descalzos
de N. P. San Agustín, hijo de la Provincia de Tierra Firme y al presente prohi-
jado en la de las Islas Filipinas, digo: Que estando muy cercano a mi muerte,
según me lo indican mis débiles fuerzas y gravedad de accidentes, noticia que
de ello me han insinuado el médico, poco después de haber recibido el sober-
ano Sacramento del Altar por modo de viático, estando por la divina miseri-
cordia con mi entero juicio, supliqué a mi prelado el P. Fr. José de Santa
Gertrudis, Presidente de este Hospicio, se sirviera de escribir las declara-
ciones que en mi conciencia siento debo hacer, las cuales declaro, por el paso
en que estoy y por el Señor que acabo de recibir, ser verdaderas y según y
cómo sucedió, sin añadir ni quitar nada a la verdad según de ello me acuerdo
en el estado presente.
"Primeramente declaro que, cuando yo solicité se hiciese la donación de
la mitad de la mina de Rayas y sus haciendas a mi Religión, fué con ánimo
determinado que, si con el tiempo tuviere algún útil, hubiese de ser y que se
gastase para ayuda de gastos de las Misiones de nuestra Provincia de las Islas
Filipinas: y este, a mi parecer, acertado fin fué lo que movió al Licenciado
Don Andrés Rubí de Marimón dueño de dicha mitad de mina, para que hici-
ese la donación, como la hizo, a este Hospicio; diciendo dicho Don Andrés
Rubí de Marimón que vería y quería que lo que se percibiera de dicha media
mina se gastara en los dichos efectos de dichas misiones, mostrando gran
consuelo de que se aplicara tan bien. Y por esta razón, pasando el P. Fr. José
de Santa María por misión a España, di a su reverencia dos mil pesos el año
de noventa, para ayuda de la misión, por saber que ésta era la intención del
que donó, por haberlo así comunicado los dos, cuando se hizo la donación a
dicho Hospicio".
"Item: Declaro que de la limosna que los operarios de dicha mina daban
para la obra que se hacía en este Hospicio, saqué muchas veces algunas canti-
dades para gastos de dicha mina, y que muchas veces no volví a meter en la
alcancía de San Nicolás las cantidades que saqué, que, según de lo que me
34 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
he acordado y al presente me acuerdo, montarán como cuatro mil pesos, más
o menos; lo que quedó debiendo la mina a la dicha limosna de San Nicolás,
por haberse gastado en sus avíos; y por esta mi omisión y por haber gastado
dicha limosna, que no podía, pido por las entrañas de Dios me perdone la
Provincia y V. R., como prelado que es de dicho Hospicio, a donde per-
tenecía. Y juro ser esta la verdad por el estado en que estoy, y que estas dos
declaraciones las hago por parecerme que así conviene para descargo de mi
conciencia y según lo que ella me dicta, por haber pasado todo como aquí lo
declaro. Y por ser así verdad, lo firmo de mi mano en diez días de junio del
año de mil siete cientos y uno.– Fr. Francisco de San Agustín.– Fr. José de
Santa Gertrudis, Vicario Provincial.– Fr. Juan de San Andrés, Secretario
nombrado"1.
El P. José de Santa Gertrudis continúa así su informe:
"Supuesta así la dicha declaración..., se ve con evidencia que, aunque la
Provincia de Filipinas nunca hubiera tenido ni tuviera ni pudiera tener dere-
cho al Hospicio de Méjico, siempre lo que se percibiere por dicha donación le
toca a la dicha Provincia; porque ni Don Andrés Rubí la dió ni el H.º Fr.
Francisco la procuró ni el suplicante la restauró para España ni para el Hospi-
cio de Méjico, como consta en la declaración, sino para gastos de las
misiones de Filipinas; y puede asegurar el suplicante que lo más que movió
en Méjico al Sr. Virrey y Oidores para el buen éxito de los pleitos sobre esta
materia fué saber que el producto era y había de ser para una obra tan santa,
como es la de dichas misiones; y siendo cierto, como lo es, que las costea la
Provincia de Filipinas, a ella le toca el producto, porque está declarado ya en
lo que se ha de gastar, y sólo se hizo la donación en cabeza del Hospicio y al
Hospicio, porque era casa de la Provincia de Filipinas; y por estar presente el
miembro, se le hizo donación de lo que había de percibir la cabeza ausente; y
si entonces hubiera corrido el gobierno del Hospicio por España, no se hu-
biera hecho la donación al Hospicio, porque no donó ni se procuró para el
Hospicio, sino para los gastos de las misiones de Filipinas. Este es el estado
que al presente tiene el Hospicio de Méjico.
El que tenía cuando la Provincia de Filipinas entró en su gobierno,
ahora cuarenta y tres años, según consta de los libros y papeles de dicho

1
Arch. Gral. Carp. E. nim, 8.– El Hermano Fr. Francisco murió el 19 de dicho mes.
CAPÍTULO TERCERO. ARTÍCULO PRIMERO 35
Hospicio, era una casa vieja, y una sala baja que servía de iglesia, que todo
valdría cuando mucho tres o cuatro mil pesos, que al presente no hay ni
señales de lo que fué. Ahora el Hospicio, iglesia y casas vale más de cin-
cuenta mil pesos; y la Provincia de Filipinas espera en la benignidad de VV.
RR. que aplicarán su alta consideración en cómo cabe que se le quite a la
Provincia de Filipinas cincuenta mil pesos, habiéndola dado solo tres, y habi-
endo pagado por los tres doscientos pesos en cada un año.
También pone en la consideración del R. Definitorio General que la que
el Capítulo del sesenta y seis hizo a la Provincia de Filipinas del Hospicio de
Méjico mediante los doscientos pesos anuales, fué una rigurosísima tasación
por lo cual adquirió dominio y tomó posesión del Hospicio dicha Provincia; y
en virtud de que era suyo propio, ha gastado tan crecidas cantidades hasta
ponerlo en el estado que al presente tiene… Sólo falta informar al R. Defini-
torio General el estado que al presente tiene la mina. Esta está tan profunda
que tiene más de ciento y ochenta estados de profundidad, por cuya causa está
más arriesgada que otras a acabarse en breve tiempo por la mucha agua que
tiene que es el mayor enemigo de las minas, y porque se pierden cada día: y,
según informó al suplicante el Sr. Bracamonte y es público en Méjico, la
mina debe más de cien mil pesos al aviador de ella y otras personas, por los
muchos gastos que el Sr. Bracamonte tuvo en muy prolongados y graves plei-
tos con Don Lorenzo Cano Cortés; y por estas y otras causas, lo poco que el
informante cobró de los réditos fué con grandísimo trabajo; y cuando salió de
Méjico se debían más de siete mil pesos; porque como dicho Sr. Bracamonte
es Oidor de la Real Cancillería de Méjico, donde se ha de pedir justicia, no es
acertado llevarlo con rigor, porque no fuera más que multiplicar gastos, por la
mucha mano que en aquellas tierras tienen los señores Oidores.
Lo dicho en este informe es lo que entiende el suplicante y lo que ha
visto y experimentado en más de doce años que estuvo en Méjico; y jura in
verbo sacerdotis ser esta la verdad pura, según la entiende y a lo que al pre-
sente se acuerda…
Por tanto, a VV. RR. pide y suplica que, teniendo este por presentado,
se sirvan condescender y admitir la súplica de dicha Provincia del Acta del
Hospicio de Méjico, y que corra como se contrató en el Capítulo General del
año de sesenta y seis, confirmado por otros cinco Capítulos Generales,
atendiendo VV. RR. como Padres a dicha Provincia y a los muchos
36 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
gastos que tiene en conducir las Misiones, y a los grandes que de nuevo han
de tener en la empresa de las Misiones del Imperio de la gran China, según lo
tiene determinado dicha Provincia en el Capítulo Provincial que celebró el
año de setecientos y uno: para cuya misión le será forzoso descarnarse aun de
lo más preciso. Y atendiendo a obras tan del servicio de Dios y crédito de la
Religión, espera la Provincia de Filipinas de la piedad de VV. RR. la más
favorable providencia, en que recibirá favor.– Fr. José de Sta. Gertrudis"1.

1
Arch. Gral. Carp. E.– Año 1708.
ARTÍCULO II
Se celebran dos Capítulos
Sumario.– Capítulo Provincial de la Candelaria.– Id. Intermedio de Filipinas.– Nom-
bramientos.

En los días 27 al 30 de Abril de 1708, se celebró en nuestro Convento del


Desierto de la Candelaria Capítulo Provincial, en el que se hicieron los
siguientes nombramientos:
Provincial:................................... R. P. Fr. Francisco de Santa Isabel, Predi-
cador y Ministro del S. O.
Definidores:................................. PP. Fr. Juan de Santa María; Isidoro de
los Santos; Juan de San José; y Esteban
de la Santísima Trinidad.
Aditos: . PP. Fr. Bartolomé de San Nicolás; Francisco del Rosario; y Diego de
San Javier.

Definidores y Discretos para el próximo Capítulo General.


Definidores: 1.º Prior de Madrid.
2.º Rector de Jarandilla.
3.º Prior de La Nava.
Id. segundos: 1.º Prior de La Viciosa.
2.º Prior de Talavera.
3.º Prior del Portillo.
Discretos: 1.º Prior de Toledo.
2.º Rector de Almagro.
3.º Rector de Alcalá.
Id. segundos: 1.º Prior de Sevilla.
2.º Prior de Granada.
3.º Rector de Salamanca.
38 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior del Desierto: P. Fr. Ildefonso de la Presentación, Predicador.
Maestro de novicios: P. Fr. Agustín de San José.
Subprior: P. Fr. Juan de la Purificación.
Sacristán: P. Fr. Francisco de la Encarnación.
Prio d ela Popa… P. Fr. Tomás de la Encarnación, Peralta, Predicador.
Subprior y Maestro: P. Fr. Bernardo de San Guillermo.
Sacristán: P. Fr. Juan de San Lorenzo.
Prior de Panamá: P. Fr. Juan de Santa Gertrudis, Predicador.
Subprior: P. Fr. Juan de San José, Apolinar.
Sacristán: P. Fr. Miguel de San Lorenzo.
Rector de Bogotá: P. Fr. Carlos de San Jerónimo, L. J.
Vicerrector: P. Fr. Félix de Jesús.
Procurador Provincial: P. Fr. Manuel de San Agustin, Peralta.
Sacristán: P. Fr. Santiago de San José.
Prior de Tunja: P. Fr. José de San Nicolás, Predicador.
Prior de Honda: P. Fr. Cristóbal de la Cruz.
Secretario: P. Fr. Diego de San Javier, Predicador.
Doctrinero y Prefecto Misionero de Iximena: P. Fr. José de San Agustín.
El P. Presidente manifestó a los PP. Capitulares, que todavía no se había
recibido la confirmación del Capítulo Provincial de 1704 de N. P. Vicario
General. "Se determinó que no bajen de su nicho a la Virgen de la Popa, sino
el día de la fiesta para vestirla; y que la vistan Religiosos sacerdotes, en virtud
de Santa Obediencia y privación de Oficio al P. Prior"1.
Se nombraba Prefecto de Misiones, dándole facultades especiales como
de Vicario Provincial, a fin de que atendiese con más facilidad al desarrollo y
prosperidad de las mismas.
En carta escrita por el P. Provincial Fr. Francisco de Santa Isabel, en San-
tafé de Bogotá, a 20 de Julio de 1708, y dirigida al Vicario General Pedro de
Santiago, le dice: "Esta Provincia está tan falta de sujetos, que no puedo dar
providencia al buen gobierno; y para darla a la Misión y conversión de los
indios infieles, que ha muchos años que esta Provincia no ejercita, no he po-
dido remitirle al P. Prepósito un religioso que le acompañe; y dicho P. se ha
resuelto a entrar sólo el dia 1 de Marzo de el

1
Arch. Prov. Colom. Lib. Becerro.
CAPÍTULO TERCERO. ARTÍCULO SEGUNDO 39
año venidero, con grandes esperanzas de traer muchas almas al rebaño del
Señor. En este estado está la Provincia, P. Ntro.; pues ni aun hebdomadarios
hay en los conventos. Dios se duela de ella, dándonos medios para que ven-
gan Religiosos de esos Reinos, como venían primero"1.

El día 17 de Enero de este mismo año de 1708, se había celebrado en


Tunja Capítulo privado, en el que se nombró Vicario Prior de Cartagena al P.
Esteban de la Santísima Trinidad, en substitución del P. Félix de San Nicolás
que murió: Vicario Prior de Panamá al P. Isidro de los Santos, Predicador, por
renuncia del P. José de Santo Tomás de Villanueva: y Vicario Prior de Honda
al P. Tomás de la Encarnación, Peralta, por renuncia del P. Diego de Santi-
ago2.

Capítulo Intermedio
En el Convento de San Juan de Bagumbayan, extramuros de la ciudad de
Manila, se celebró Capítulo Intermedio Provincial el día 31 de Octubre del
año 1708, bajo la presidencia del P. Provincial Fr. José de San Nicolás.
En él se hicieron los siguientes nombramientos:
Prior de Cavite: P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Id. de San Sebastián: Juan de San Nicolás.
Id. de Calapán: Juan de San Agustín.
Secretario Provincial: José de San Bartolomé3.

1
Arch. Gral. Carp. F., 25.
2
Arch. Prov. Colom., lib. Becerro.
3
Arch. Prov., Lib. Becerro, fol. 304.
CAPÍTULO IV
Una Junta y dos Capítulos
Sumario: Junta General de los seis meses.– Determinaciones.– Capítulo Intermedio de
la Candelaria.– Determinaciones y nombramientos.– Tres definitorios.– Capítulo
Provincial de Filipinas.– Elecciones.

El día 6 de Abril del año 1710, se celebró en Madrid la Junta General


llamada de los seis meses, a la que concurrieron los siguientes Religiosos.
N. P. Vicario General Fr. Pedro de Santiago.
Los PP. Definidores Generales Fr. Bartolomé de San José, L. J., y Pro-
vincial absoluto de Aragón, por Filipinas; Fr. José de San Agustín, por Tierra
Firme; Fr. José de la Concepción, Predicador, por Aragón; y Fr. José de la
Encarnación, L. J., por Castilla.
Se confirmaron todas las determinaciones de la Junta General del año
1707; y se determinó que los Religiosos que no traten a los sacerdotes de
Vuestra Reverencia, y a los coristas, legos y donados de Su Caridad, sean
castigados con una disciplina y un ayuno a pan y agua.
La determinación 7.ª dice: "Item: Se determinó, conforme a lo que dispo-
nen nuestras sagra-das leyes y Constituciones, el que en todos nuestros con-
ventos y colegios se nombre y señale un Religioso librero que cuide de la
librería; y que ésta no pueda servir de otra cosa ni ponerse en ella sino libros.
Y a los PP. Priores y Rectores que no cuidaren de la exacta observancia de
esta determinación, el V. P. Provincial los castigue y reprenda ásperamente,
según y cómo le pareciere convenir. Y que para sacar los Religiosos libros de
tales librerías, sea dejando en dicha librería escrito el cuándo y qué libros
saca, firmado de su nombre".
La 8.ª y última dice: "Item: Se determinó que tocante al mucho abuso que
se ha notado en las entradas a las celdas de los Religiosos, de que se originan
grandes inconvenientes, que velen y cuiden todos los PP. Priores y Rectores
se observe exactamente lo que tiene dispuesto y mandado nuestra Consti-
tución;
42 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a quienes se manda debajo de precepto formal de obediencia no puedan dis-
pensar a sus Religiosos, en este punto inobservantes, de las penas señaladas
por dichas nuestras Constituciones. Y cuando el Religioso inobservante de
dicha ley no fuere súbdito suyo, avisen a los Prelados superiores, a quien toca
respective, para que les apliquen dichas penas"1.
En Junta Gral. de 9 de noviembre de 1711 se determinó mandar a todos
los Prelados que "no consientan por ningún pretexto que en el tiempo del
Curso los PP. Lectores salgan fuera a predicar sermones ni cuaresmas", bajo
pena de no contárseles el tiempo que faltaren para su jubilación.

Capítulo intermedio de la Candelaria


El día 28 de abril de 1710 se celebró en nuestro Convento de la Cande-
laria2 del Desierto el correspondiente Capítulo Intermedio Provincial, en el
que se determinó:
1.º Determinamos prohibir, como prohibimos con efecto, el uso de la
aguardiente de la tierra, en consideración a los daños y perniciosas con-
secuencias que podrán causar sus efectos; los cuales, aunque hasta aquí, por
la misericordia de Dios, no los hemos experimentado en ningún Religioso,
por ningún desorden, indicio ni inquietud que se haya notado; no obstante,
por obviar y precaver lo que necesariamente podría ocasionar, no sin grave
riesgo y perjuicio de las conciencias, la usanza de ella, mandamos pena de
voz activa y pasiva por seis años que ningún Religioso, habitante en los Con-
ventos ni Hospitales de este Reino, use por ningún pretexto o motivo de dicha
aguardiente de la tierra, ni beba.
Item. Que ningún Prior empeñe el Convento en más de 50 pesos, sin pre-
via consulta conventual.
Item. Que en atención a la penuria de Lectores, dispensa este Capítulo al
P. Predicador y actual Secretario Diego de San Javier, para que lea teología
moral, por constar de su idoneidad y haber leído tres años artes y haber

1
Arch. Gral. Carp. Juntas Grales.
2
Antiguamente se llamaba La Candelaria a lo que hoy llamamos Desierto. La casa de Bo-
gotá fué casi siempre Colegio, cuyo titular era San Nicolás; y su iglesia estaba dedi-
cada a Nuestra Señora de la Candelaria; por eso todo el edificio de casa e iglesia se
llamaba vulgarmente La Candelaria.
CAPÍTULO CUARTO 43
obtenido un año el cargo de Maestro de Estudiantes: (y le libraron patente de
Lector de Teología Moral).
Item. Se confirma la erección de Noviciado en Bogotá, por dar buenos
resultados, hasta el nuevo Capítulo Provincial".

Nombramientos
Vicario Prior de Tunja: P. Fr. Santiago de San José, Predicador (por re-
nuncia del Prior).
Id. de Honda P. Fr. Francisco del Rosario, Predicador y Notario del Santo
Oficio.
Maestro de novicios del Desierto: P. Fr. José de San Nicolás, Predicador.
Vicerrector de Bogotá y Maestro de novicios: P. Fr. Clemente de Santo
Tomás, Predicador.
Sacristán: P. Fr. Pedro de la Purificación.

El 11 de Septiembre de 1710 se celebró Capítulo privado en Bogotá; y en


él se hicieron los siguientes nombramientos para el Capítulo General:
Definidores: 1.º Benito de la Concepción, L. J.; Juan de Santiago, L.
J., y Angel de San Agustín, los tres de Castilla.
2.º Juan de la Concepción, Rubio, L. J.; Juan de San
Agustín, Bernal, L. J., y Martín de la Virgen del
Pilar, L. J., los tres de Aragón.
Discretos: 1.º Miguel de Santiago, L. J.; Fernando de San Agustín,
L. J., y Pedro del Rosario, L. J., los tres de An-
dalucía.
2.° Bernardo de Santa Inés, Predicador, de Castilla; Bar-
tolomé del Niño Perdido, L. J., de Aragón, y Miguel
de la Soledad, Predicador, de Andalucía.
Se admitieron varios Hermanos Mantelatos de ambos sexos.
En 1 de Marzo de 1711, reunido el P. Provincial con sus Definidores, re-
solvieron vender el hato de Purnié, que dejó en Capellanía Francisco de Mata
al Hospicio de Honda.
Y el 13 del mismo mes y año, reunidos también en Bogotá, en virtud de
la renuncia de Procurador que hizo el P. Manuel de San Agustín en dos
44 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
cartas, una de Portobelo, a 8 de Septiembre, y otra de Panamá, a 28 de Octu-
bre de 1710, nombraron Procurador al P. Juan de San Antonio, después de
habilitarle para obtener cargos, por ser hijo natural.
En Capítulo privado celebrado en Bogotá el 12 de julio de 1711, se
nombró Vicario Prior del Desierto al P. Félix de Jesús, que estaba en los Lla-
nos por haber renunciado el Prior Fr. Alonso de la Presentación1.

Capítulo Provincial de Filipinas


El día 9 de Mayo de 1710 se celebró en nuestro Convento de San Nicolás
de Manila el Capítulo Provincial, bajo la presidencia del primer Definidor Fr.
José de la Concepción, y en él se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Francisco de la Madre de Dios.
Definidores: PP. Fr. Juan de San Agustín; José de la Madre de
Dios; Juan de Santo Tomás de Aquino, y Francisco
de la Soledad.
Aditos: PP. Fr. Esteban de la Virgen del Pilar; Atilano de San
Andrés; y Tomás de San Lucas.

Para el Capítulo General


Definidores de Castilla: 1.º P. Fr. Nicolás del Espíritu Santo, L. J. y
Provincial absoluto.
2º. P. Fr. Juan de Jesús (alias Belmonte).
3º. El Rector del Colegio de Salamanca.
Definidores de Aragón:1.º P. Fr. Jerónimo de San Miguel (alias Calasanz),
L. J.
2.º P. Fr. Bartolomé de San José, L. J.
3.º El Prior de Calatayud.
Discretos de Andalucía: 1.º P. Fr. Pedro de Jesús, L. J. y Provincial
absoluto.
2.º P. Fr. Carlos de la Concepción (alias Gante).
3.º El Rector de Salamanca.

1
Arch. Prov. Colomb. Lib. Becerro.
CAPÍTULO CUARTO 45
Discretos segundos: 1.º P. Fr. Juan de Jesús (Belmonte), de Castilla.
2.º P. Fr. Rodrigo de San Juan Bautista, de Andalucía.
3.º El Prior de Borja, de Aragón.
Prior de Manila: P. Fr. Antonio de Santa Mónica.
Id. de Cebú: P. Fr. Felipe de San Agustín.
Id. de Cavite: P. Fr. Esteban de la Virgen del Pilar.
Id. de Bagumbayan: P. Fr. José de San Bartolomé.
Id. de San Sebastián: P. Fr. Manuel de San Nicolás.
Id. de Masinloc con Calapán: P. Fr. Vicente de la Coronación.
Id. de Mariveles: P. Fr. Valero de San Salvador.
Id. de Bolinao con Nauhan: P. Fr. Bernardo de San Francisco.
Id. de Tandag: P. Fr. José de Sto. Tomás de Villanueva.
Id. de Butuan: P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Id. de Siargao: P. Fr. José de la Madre de Dios.
Id. de Cagayán: P. Fr. Pedro de San Ambrosio.
Id. de Romblón: P. Fr. José de San Nicolás.
Id. de Mangarin: P. Fr. Ildefonso de San José.
Secreatrio Provincial: P. Fr. Atilano de San Andrés.
Procurador Provincial: P. Fr. Juan de San Nicolás.
Subprior de Manila: P. Fr. Francisco de Santa Teresa.
Vicario Prior de Bislig: P. Fr. Roque de San José.
Id. de Cuyo: P. Fr. Sebastián de San Marcos.
Id. de Ilog, Mindoro: P. Fr. Juan de la Ascensión.
Id. de Masbate: ………………………………
Id. de Linacapan: P. Fr. Manuel de Jesús María1.

1
Arch. Prov. Lib. Becerro, fol. 305 vto. y sigs.
CAPÍTULO V
Se celebra un Capítulo Intermedio
Sumario: Capítulo Intermedio de Filipinas.– Nombramientos.

"El día 31 de Octubre de 1711, se celebró en nuestro Convento de San


Nicolás de Manila el Capítulo Intermedio Provincial. Como había fallecido el
P. Provincial Fr. Francisco de la Madre de Dios, asistieron al Capítulo el P.
Fr. José de San Nicolás como Rector Provincial, el Prior de Manila Fr. Anto-
nio de Santa Mónica, por ausencia del P. Provincial absoluto, los PP. Defini-
dores Fr. Juan de San Agustín, Fr. Juan de Santo Tomás y Fr. Francisco de la
Soledad, y el Adito Fr. Esteban de la Virgen del Pilar por el Definidor Fr.
José de la Madre de Dios; y el P. Fr. Manuel de San Nicolás por el Presidente
del Capítulo anterior Fr. José de la Concepción: y juntos y congregados, de
común consentimiento determinaron, después de leídos los edictos de la santa
Inquisición, que por cuanto se habían ofrecido algunas dudas, cuya decisión
sería factible causara algunas disensiones que perturbaran la paz y sosiego de
una junta tan religiosa de un Capitulo, se suspendiese la sesión hasta que se
pusieran los medios que pareciesen más adecuados para aclarar las dudas que
pudieran causar disensiones y perturbar la paz: con cuyo consentimiento se
suspendió la sesión hasta el día 2 de Noviembre; en el cual, juntos y congre-
gados dichos PP. del Definitorio, hicieron los nombramientos siguientes:
Prior de Cebú: P. Fr. José de la Concepción.
Id. de Bagumbayan: P. Fr. Juan de San Nicolás.
Id. de Romblón: P. Fr. Juan de la Encarnación.
Procurador Provincial: P. Fr. Juan de San Andrés.
Prior de Cuyo: P. Fr. Lucas de la Concepción1.
La llegada de una Misión de 58 Religiosos en este año y la cuestión de
Alternativa parece que eran la causa de esos temores de que se perturbase la
paz, a que alude el Capítulo.

1
Arch. Prov. Lib. Becerro, fol. 314.
CAPÍTULO VI
Celébranse dos Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria.– Nombramientos.– Capítulo General.–
Nombramientos y Actas.

En los días 15 al 18 de Abril de 1712, se celebró en nuestro Convento de


Bogotá el Capítulo Provincial, en el cual se determinó no admitir en el Novi-
ciado de Bogotá sino cuatro novicios; porque, aunque se encontraban
muchos, pero eran inhábiles, inconstantes e indisciplinados.
Se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: P. Fr. Gabriel de Santa Teresa, Lector de teología y
Calificador del Santo Oficio, elegido por diez votos.
Definidores: PP. Fr. Carlos de San Jerónimo, L. J.; Juan de San
Antonio; Carlos de Santiago y Félix de Jesús.
Aditos: PP. Fr. Nicolás de San Bernardo; José de Santa Lut-
garda y Cristóbal de la Cruz.
Rector de Bogotá: P. Fr. Cristóbal de la Cruz.
Vicerrector: P. Fr. Nicolás de San Fulgencio.
Sacristán: P. Fr. Matías de Santa Catalina.
Prior del Desierto: P. Fr. Diego de San Javier, L. J.
Maestro de Novicios: P. Fr. Juan de la Purificación.
Subprior: P. Fr. Pedro de la Purificación.
Sacristán: P. Fr. Antonio de la Purificación.
Prior de la Popa: P. Fr. Bernardo de San Javier.
Subprior y Maestro: P. Fr. Miguel de San Lorenzo.
Sacristán: P. Fr. Juan de San Vicente.
Prior de Panamá: P. Fr. Tomás de la Encarnación, Peralta, Lector de te-
olo-gía.
Subprior y Maestro: P. Fr. Juan de la Madre de Dios.
Sacristán: P. Fr. Juan de San José, Apolinar.
Secretario: P. Fr. Esteban de la Santísima Trinidad, Lector de te-
ología.
50 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
ocurador: P. Fr. José de Santa Lutgarda.
efecto y Prepósito de Misiones: P. Fr. Tomás de la Encarnación, Castro.
Se determinó que el próximo Capítulo se celebrase en Bogotá1.
Se admitieron varios Hermanos Mantelatos.

Capítulo General
El día 14 de mayo de 1712 se celebró en nuestro Convento del Toboso el
Capítulo General, en el cual se hicieron los nombramientos siguientes:
Vicario General: Rmo. P. Fr. Juan de Jesús, Lector Jubilado y Calificador
de la Suprema.

Definidores
R. P. Fr. Pedro de San Agustín, L. J. y Calificador del Santo Oficio, por
Filipinas.
R. P. Fr. Manuel de la Presentación, Predicador, por Tierra Firme.
R. P. Fr. Juan de San Guillermo, L. J., por Andalucía.
R. P. Fr. Bartolomé de la Virgen del Niño Perdido, L. J., Por Aragón.
Procurador General: R. P. Fr. José de San Eugenio.
Secretario General: R. P. Fr. Pedro de Santa Verónica.
De las treinta y una Actas que se establecieron, importa consignar las
siguientes:
"1.º Primeramente se determinó que el Adviento de la Religión comience
desde Todos los Santos, transfiriéndose para aquel tiempo las vaca-
ciones que disponen las Constituciones.
2.º Que la Procesión de Difuntos se haga todos los lunes, y éste impedido,
en otro cualquier día de la semana.
3.º Que a los Religiosos difuntos todos los sacerdotes de su Provincia les
digan tres misas.
4.º Que los días de primera clase de la Religión y de la Iglesia se cante Ter-
tia, y que no tengan los Religiosos disciplina; y asimismo tengan
media hora de oración por la tarde, y lo mismo en los domingos; y
que

1
Arch. Prov. Colom. Lib. Becerro.
CAPÍTULO SEXTO 51
cuando no se celebren en sus mismos días, tengan la misma solemnidad
y alivio en los días en que se celebraren.
5.º Que los Religiosos que han sido Definidores Generales, Procuradores
Generales de una y otra Curia y Secretarios Generales por espacio de
tres años no los echen en tabla en los conventos donde estuvieren, y
que tengan voto en Consulta.
6.º Que los Religiosos de treinta y seis años de hábito no tengan obliga-
ción de levantarse a Maitines, si no es en los días de primera y se-
gunda clase de la Iglesia y de la Religión.
7.º Que los Maitines de las cuatro fiestas del Espíritu Santo, Asunción de
Nuestra Señora, N. P. San Agustín y Todos los Santos, se canten a
prima noche.
8.º Que los Religiosos puedan curarse en casa de sus padres con licencia de
N. P. Vicario General y de los PP. Provinciales; y que en caso ur-
gente puedan los PP. Priores dar la licencia, reunida la Consulta, y
enviar a dichos Religiosos a curarse a casa de sus padres, dando
luego aviso a los Superiores.
9.º Que los PP. Secretarios de Provincia precedan en lugar y asiento a los
Subpriores y Vicerrectores.
10.º Que los Provinciales en los Capítulos Generales tengan el lugar y
asiento inmediato a los PP. Definidores Generales de la Congrega-
ción.
11.º Que los maestros de novicios de las tres casas de noviciado, Madrid,
Zaragoza y Sevilla, tengan voto en los Capítulos Provinciales de sus
Provincias.
12.º Que a los Religiosos de sesenta años de edad se les dé de cenar todas
las noches.
13.º Que el día de San José, por ser Protector de nuestra sagrada Religión, se
celebre con toda solemnidad y culto posible, según la posibilidad de
los conventos.
14.º Que la Salve de Nuestra Señora, que se canta los sábados, se cante en
las nueve festividades y en la del Patrocinio; y en dichos días no ten-
gan los Religiosos disciplina, y que sólo se tenga media hora de
oración.
15.º Que los PP. Subpriores en las casas de noviciado no se entrometan con
los novicios, si no es en el caso de que estén de Presidentes.
16.º Que no escriban los Religiosos unos a otros lo que pasa en los conven-
tos, ni las Pascuas a los Superiores, si no es los Priores en sus con-
ventos
52 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
o comunidades; ni que los Religiosos escriban a los Superiores, si no es
para su consuelo o alivio, o que sea utilidad de la Religión, excepto
los que tienen voto en los Capítulos Generales y Provinciales, los
Lectores de Teología y los Maestros de Novicios.
17.º Que los Religiosos no coman en casa de los padres y parientes de los
novicios, ni reciban cosa alguna de ellos.
18.º Que los Religiosos que se ordenan luego que profesan, hagan los ofi-
cios de coristas cuatro años".
"Todas las cuales Actas hasta aquí, están confirmadas por tres Capítulos
Generales; en virtud de lo cual tienen fuerza de Constitución".
La 23.º dice: "Item: se confirmó el nombramiento de Cronista de nuestra
sagrada Religión en el P. Pr. Diego de Santa Teresa, Lector jubilado".
La 30º. dice: "Item: Se dispuso que estas Determinaciones se remitan a
los conventos y que se lean en el Capítulo de culpis; observando como Con-
stitución las que van anotadas y confirmadas por tres Capítulos Generales"1.

1
Arch. Gral., Carp. Capítulos Grales.
CAPÍTULO VII
Se celebra Capítulo en Manila
Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas.– Actas impor-
tantes.– Nombramientos.– Carta Capitular de Valladolid.

"En la ciudad de Manila, en cinco días del mes de mayo de mil


setecientos trece años, en el Convento de San Nicolás de Manila de Recoletos
Descalzos de nuestro P. San Agustín, N. P. Rector Provincial Fr. José de San
Nicolás de Tolentino, habiéndose cantado Misa del Espíritu Santo, como dis-
pone nuestra Constitución, después, como a las ocho de la noche, mandó to-
car a Capítulo con la campana pequeña y con la del campanario; y habiéndose
congregado en la sala Capitular los Religiosos Capitulares y no Capitulares,
asistiendo también el Revmo. Sr. Arzobispo Metropolitano Don Fr. Francisco
de la Cuesta y el Maestre de Campo Don Tomás de Endaya, para efecto de
obviar algunas discordias que podía haber con los Padres de San Sebastián, y
para mayor justificación nuestra, fué determinado por la Real Audiencia que
dicho Sr. Arzobispo asistiese; por cuya causa se dilató el tocar a Capítulo a la
hora que mandan nuestras leyes, y dicho N. P. Provincial dió principio a la
primera sesión en la forma acostumbrada"1.
"Elegido Presidente, y cumplidos los demás requisitos, salieron de la
sala Capitular los no Vocales, quedándose en ella los Vocales con asistencia
del Sr. Arzobispo y el Maestre de Campo. Elegidos y aprobados que fueron
los Jueces de Causas, N. P. Presidente mandó leer las Actas Generales del
Capítulo próximo pasado, que se celebró en el Convento de N. P. San Agustín
de la ciudad de Borja, en que fué electo en Vicario General de la Orden de
Ermitaños Recoletos Descalzos de Nuestro P. San Agustín de las Provincias
de España e Indias N. P. Fr. Pedro de Santiago, Lector jubilado y Calificador
de la Suprema Inquisición y Predicador de Su Majestad, las cuales se ad-
mitieron; excepto el Acta cuarta, que trata sobre las declaraciones,

1
Arch. Provincial Lib. Becerro, fol. 315 vto.
54 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
dudas y anotaciones de nuestras Constituciones; el Acta diez y ocho, que trata
de los compañeros que han de señalar NN. PP. Vicarios Generales y Provin-
ciales, y el Acta treinta y cuatro, que trata del Hospicio de Méjico, por repre-
sentación que sobre dichas tres Actas tiene que hacer esta Provincia a la Con-
gregación. Mandó asimismo dicho N. P. Presidente que se leyesen las cartas
de los conventos, y se procediese a hacer las Actas en la forma acostum-
brada"1.
De estas Actas, la 12.ª dice:
"Item: Se determinó que el Religioso que tratare directe e indirecte de
división en la Provincia, formal o material, o tomare en boca facción, a más
de las penas de nuestras Constituciones, sea castigado con pena al arbitrio del
Definitorio, por ser al presente esta materia tan odiosa, por las circunstancias
que ocurren, por las composiciones que sobre esta materia hizo N. P. Rector
Provincial con dos Definidores; por tanto, este presente Capítulo las declara
por nulas, atentatorias y de ningún valor. Y asimismo declara no tener autori-
dad N. P. Provincial ni todo el Definitorio pleno, en adelante, para poder
tratar ni determinar cosa alguna tocante a esta materia; sino que en todo y por
todo se obedezca a los Prelados, según y como lo hemos profesado, sin poder
nombrar Prior ni Priores de Conventos señalados ni personas determinadas, ni
que los Religiosos vayan aquí o allí, sino ciegamente a donde se lo mandare
la obediencia, sin que en esto pueda tener lugar más que la humilde súplica
hecha al Prelado".
El Acta 13.ª dice: "Item: Que el P. Provincial, con consejo de los Defini-
dores, haga todas las diligencias posibles para sacar los tantos necesarios au-
ténticos de los Autos que se siguieron en pedir el auxilio que se pidió al Sr.
Gobernador de estas Islas, a fin de que los Religiosos de San Sebastián obe-
decieran a su Prelado superior y fuesen a nuestros conventos de Ministerios a
aprender lengua para poder administrar; y que remita a España los tantos que
pareciere convenir. Y que con la misma eficacia ponga toda su aplicación
para conseguir que quiten del Protocolo o borren los poderes que los Padres
de San Sebastián otorgaron ante el escribano José Hernández el año próximo
pasado por el mes de noviembre, por convenir al lustre de esta Provincia en lo
venidero"2.

1
Arch. Provl. Lib. Becerro, fol. 316.
2
Ibid. fol. 317.
CAPÍTULO SÉPTIMO 55
Y el Acta 14.ª dice: "Item. Se determinó que, en caso que sea necesario
para el bien y buen gobierno de la Provincia, con consentimiento del Defini-
torio,… el P. Provincial en pedir el auxi-lio hasta conseguirlo… del Convento
de San Sebastián sin epiqueya ni cosa semejante obedezcan; y caso que no se
consiga dicho auxilio, ponga el Provincial por obra las diligencias que
parecieren más convenientes a la consecución de dicha obediencia, con-
sultándolo primero para su ejecución y modo con todos los Religiosos
Capitulares que se hallaren en todos los conventos de estos contornos"1.
A este Capítulo asistieron como Vocales los Religiosos siguientes:
Presidente: P. Fr. José de la Madre de Dios, primer Definidor, por
muerte del P. Juan de San Agustín.
Rector provincial: P. Fr. José de San Nicolás de Tolentino.
Definidor: P. Fr. Francisco de la Soledad.
Prior de Manila: P. Fr. Antonio de Santa Mónica.
Id. de Cavite: P. Fr. Esteban de la Virgen del Pilar.
Id. de Bagumbayan: P. Fr. Francisco de Santa María.
Id. de Masinloc: P. Fr. Vicente de la Encarnación.
Id. de Mariveles: P. Fr. Valero de San Salvador.
Id. de Tandag: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Id. de Butuan: P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Id. de Siargao: P. Fr. Juan de la Ascensión.
Id. de Cagayán: P. Fr. Pedro de San Ambrosio.
Id. de Romblón: P. Fr. Juan de la Encarnación.
Id. de Mangarin: P. Fr. Alonso de San José.
Secretario: P. Fr. Francisco de Santa Teresa.
Procurador: P. Fr. Sebastián de San Marcos.
En este Capítulo se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: P. Fr. Antonio de Santa Mónica.
Definidores: P. Fr. Sebastián de San Marcos.
P. Fr. Juan Francisco de la Encarnación.
P. Fr. Vicente de la Encarnación.
P. Fr. Esteban de la Virgen del Pilar.

1
Ibid. id. Los puntos indican que hay palabras ilegibles.
56 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Aditos: P. Fr. Juan de la Ascensión.
P. Fr. Pedro de San Ambrosio.
P. Fr. Valero de San Salvador.

Para el Capítulo General


Definidores de Aragón: P. Comisario Fr. José de Santa Gertrudis, Pro-
vincial absoluto de esta Provincia y Calificador del
Santo Oficio.
P. Fr. Pedro de San Agustín (alias Ibdes).
P. Rector del Colegio de Zaragoza.
Definidores de Castilla: P. Fr. Miguel de San Agustín, L. J.
P. Fr. Juan de San Francisco, Predicador.
El P. Rector del Colegio de Salamanca.
Discretos de Andalucía: P. Fr. Pedro de la Purificación, Lector,
de la de Filipinas.
P. Fr. Juan de Santa Teresa, Lector, de la de An-
dalucía.
El P. Rector del Colegio de Almagro.
Discretos segundos: P. Fr. Félix de Santiago, Predicador, de la de Filipi-
nas.
P. Fr. Diego de San José, Lector, de la de Castilla.
El P. Prior del Convento de Borja.
Prior de Manila: P. Fr. Tomás de San Lucas.
Id. de Cebú: P. Fr. Juan de San Andrés.
Id. de Cavite: P. Fr. Francisco de la Soledad.
Id. de Bagumbayan: P. Fr. Francisco de Santa Teresa.
Id. de San Sebastián: P. Fr. Juan de la Ascensión.
Id. de Masinloc: P. Fr. Atilano de San Andrés.
Id. de Bolinao: P. Fr. Vicente de la Encarnación, Definidor.
Id. de Mariveles: P. Fr. Alonso de San José.
Id. de Tandag: P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Id. de Butuan: P. Fr. Pedro de San Ambrosio.
Id. de Siargao: P. Fr. José de Santo Tomás.
CAPÍTULO SÉPTIMO 57
Id. de Cagayan: P. Fr. Alonso de San José.
Id. de Romblón: P. Fr. José de San Nicolás.
Id. de Calapán: P. Fr. Valero de San Salvador.
Vicario Prior de Taytay: P. Fr. Silvestre de la Purificación.
Id. de Cuyo: P. Fr. Lucas de la Concepción.
Id. de Linacapán: P. Fr. Manuel de Jesús María.
Id. de Bislig: P. Fr. Benito de San José.
Id. de Mangarin: P. Fr. Diego de San Nicolás.
Id. de Ilog, Mindoro: P. Fr. Juan de San José (alias Gallego).
Id. de Peinaven: P. Fr. Francisco de la Asunción.
Id. de Bagag: P. Fr. Juan de San José (alias Gordo).
Procurador: P. Fr. Francisco de Santa María.
Secretario: P. Fr. José de San Miguel.
Subprior de Manila: P. Fr. Cristóbal de la Soledad1.
Las Actas transcritas dan a entender que algunos Religiosos habían izado
bandera de rebelión: y lo hicieron con tanta contumacia que, mientras se
celebró legalmente este Capítulo en Manila, ellos celebraron otro en Bagum-
bayan, como decimos en otro lugar.
En el Convento del Ave María, de Talavera de la Reina, se celebró
Capítulo Provincial el año 1713, al cual Capítulo envió el Convento de Valla-
dolid la siguiente:

Carta Capitular2
"En este Convento de San Nicolás de Tolentino de esta ciudad de Val-
ladolid, se han cumplido los sufragios que se deben hacer por los Religiosos y
Hermanos Generales difuntos de nuestra Congregación, que han sido en este
trienio ciento y veinte y uno.
Hay en este Convento treinta y tres Religiosos; de ellos 16 son sacer-
dotes, 1 corista profeso, 4 novicios y 12 legos; a los cuales se les ha dado el
vestuario necesario, en que se ha gastado en este trienio seiscientas y ochenta
y seis varas de sayal negro, las seiscientas y cincuenta y seis de la

1
Ibid. Fol. 318.
2
Arch. Gral., Carp. B., leg. 21, núm. 9.
58 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
fábrica, y las treinta de esta ciudad, con licencia de N. P. Provincial; y de
palio blanco ciento y cuarenta varas, y de sayal diez; las ciento y treinta y seis
varas de la dicha fábrica, y lo demás de esta ciudad con dicha licencia; de
estameña setenta y ocho varas; de lienzo, servilletas y aforros trescientas y
quince varas; en todo lo cual se ha gastado seis mil setecientos y noventa y
nueve reales.
Ha tenido este convento de recibo en este trienio cien mil trescientos y
cuarenta y cuatro reales, y lo mismo de gasto.
En los aumentos de la iglesia se han gastado cuatro mil quinientos y
veinte y seis reales.
Ha tenido de obra dos mil quinientos y cinco reales.
La ropería queda aumentada en tres mantas, trece almohadas, un col-
chón, una tabla de manteles y dos colchas.
La librería queda aumentada en trescientos y treinta tomos de diferentes
asuntos.
Queda una casa de aumento donde llaman el Ochavo de esta ciudad.
Quedan debiendo a este convento de réditos, censos y conocimientos
diferentes personas, once mil quinientos y seis reales.
Queda el convento debiendo, así del trienio pasado como de este, a dif-
erentes personas de esta ciudad y de su partido, diez mil y once reales de
vellón.
Queda de provisión en este convento ciento y ochenta y una fanegas de
trigo, las ciento y cincuenta en la panera y las treinta y una en diferentes lug-
ares juntas; de cebada noventa y seis fanegas; de tocino trece arrobas; una
arroba de cecina; quedan de vino seiscientas y veinte y cinco cántaras; de
cáñamo cinco arrobas; dos arrobas de aceite.
Este es el estado de este Convento de Valladolid, a veinte y seis de
Abril de mil se-tecientos y trece.– Fr. Juan de San Miguel, Subprior".
CAPÍTULO VIII
Celebración de dos Capítulos
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria.– Id. de Filipinas.– Importante determi-
nación.– Nombramientos.– Se devuelve a la Provincia de San Nicolás la adminis-
tración de Zambales.

El día 16 de Abril del año 1714 se celebró en el convento del Desierto el


Capítulo Intermedio Provincial de la Candelaria, en el cual se hicieron los
siguientes nombramientos:
Vicerrector de Bogotá: P. Fr. Esteban de la Santísima Trinidad, Lector.
Vicario Prior de Tunja: P. Fr. Francisco de la Encarnación, Grandas.
Id. de Honda: P. Fr. Diego de Santiago.
Procurador: P. Fr. Juan de Santa Gertrudis. Todos estos por haber
renunciado los anteriores.
Subprior del Desierto: P. Fr. Juan de San Agustín, Guillén.
Id. de la Popa: P. Fr. Pedro de la Purificación1.
Las casas de Tunja y Honda eran Hospicios o conventos pequeños, como
nuestras actuales Presidencias: y por eso no se elegía Subprior para ellas.

1
Arch. Provl. Colomb. Lib. Becerro.
60 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo Intermedio Provincial
que la Provincia de San Nicolás de Filipinas celebró en el Convento de Ma-
nila
el día 3I de Octubre de 1714.
A él asistieron como Vocales los Religiosos siguientes:
P. Provincial actual: Fr. Antonio de Santa Mónica.
P. Provincial absoluto: Fr. José de San Nicolás.
Definidores: P. Fr. Sebastián de San Marcos.
P. Fr. Juan de la Encarnación.
P. Fr. Vícente de la Encarnación.
P. Prior de Calapán Fr. Valero de San Salvador, como Adito, por no
haber asistido el P. Fr. Juan de la Ascensión.
El P. Fr. José de la Madre de Dios, como Presidente del Capítulo Provin-
cial próximo pasado.
Se tomaron varias determinaciones, de las cuales la 5.ª dice:
"Se determinó que, en cuanto a los Religiosos que se mantienen inobe-
dientes en nuestro Convento de San Juan de Bagumbayan, continúen las dili-
gencias posibles para reducirlos; y que, en tanto que se mantuvieren en su
rebeldía, la Provincia no les asista con cosa alguna"1.
Se hicieron los siguientes nombramientos2:
Prior de Manila: P. Fr. José de la Concepción.
Id. de Bagumbayan: P. Fr. Francisco de Santa María.
Id. de San Sebastián: P. Fr. José de Santa Gertrudis.
Id. de Bolinao: P. Fr. José del Angel Custodio.
Id. de Romblón: P. Fr. Félix de Santiago.
Secretario Provincial: P. Fr. Pedro de la Purificación.
Procurador Proviindial: P. Fr. José de San Miguel.
Vicario Prior de Taytay: P. Fr. José de San Jerónimo.
Vicario Prior de Linacapan: P. Fr. Manuel de Jesús María.
Id. de Masbate: P. Fr. Francisco de Santa Engracia.
Sacristán de Manila: P. Fr. Agustín de Santa Mónica.

1
Arch. Provl. Lib. I.º de Becerro, fol. 322.
2
Ibid. fol. 323.
CAPÍTULO OCTAVO 61
El año 1712 se devolvió a la Provincia de San Nicolás de Filipinas la
administración espiritual de Zambales, que contra su voluntad se vió obligado
a ceder a los PP. Dominicos el P. Provincial Fr. José de San Nicolás, treinta y
tres años antes, como consta de la sentencia siguiente1.
:"En la ciudad de Manila, en veinte y dos de octubre de mil setecientos
y doce: Los Señores Presidente y Oidores de la Audiencia y Real Cancillería
de estas Islas, estándola haciendo en los Reales Estrados de ella: Habiendo
visto en relación los autos seguidos por parte de la Provincia y Religiosos
Recoletos del Señor San Nicolás de Tolentino de estas Islas, contra la Provin-
cia del Santo Rosario y Religiosos de Santo Domingo, sobre la restitución a la
administración espiritual de los naturales de la Provincia de Zambales; Di-
jeron: Que debían restituir, y restituyeron a la dicha Provincia y Religiosos
Recoletanos del Señor San Nicolás de estas Islas a la administración espiri-
tual de los naturales de Zambales, según y como la tenían al tiempo y cuando
hizo dejación, se desistió y apartó de su administración el muy reverendo y
devoto Padre Provincial de dicha Orden Fray José de San Nicolás de To-
lentino el año pasado de seiscientos setenta y nueve; en cuya consecuencia
mandaban y mandaron se libre a la parte de dicha Religión de San Nicolás el
despacho que convenga para su encargo en forma. Y por este auto así lo
proveyeron, mandaron y firmaron, presente el señor Fiscal de Su Majestad.–
Doctor Torralba.– Licenciado Villa.– y señor Fiscal.– Ante Antonio de Yepes
y Arce, Escribano público".
Esta sentencia fué oída y obedecida puntualmete por ambas partes; y con
los despachos convenientes, fué reintegrada en la administración de Zambales
la Provicia de San Nicolás de Recoletos con toda quietud y paz.
El P. Domingo Collantes, dominico, en la cuarta parte de la Crónica de
su Provincia del Santísimo Rosario, explica de muy distinto modo esta de-
volución de Zambales a los Recoletos, y suponemos que lo hace así por igno-
rar la existencia de este instrumento público de la sentencia.

1
Hist. Gral. de Filipinas por el P. Juan de la Concepción, tomo IX, página 148, n. 15.
62 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO IX
ARTÍCULO I
A cañonazos
Sumario: Paz octaviana.– Es turbada por el Sr. Camacho.– Escasez de Religiosos en
Pilipinas.– Surge el descontento.– Se declara el cisma.– Su desarrollo escan-
daloso.– A cañonazos.– Fin de la tragedia.– Vuelve a reinar la paz.

Reinaba una paz octaviana en las Islas Filipinas durante el gobierno del
Excmo. Sr. Gobernador y Capitán General Don Fausto Cruzat y Góngora,
natural de Pamplona, capital de la Provincia de Navarra, de noble y linajuda
estirpe, cuando vino a turbarla el Arzobispo Sr. Camacho1, pretendiendo ob-
ligar a todos los Regulares a que se sujetasen a la Visita Diocesana y al Real
Patronato. Los Regulares exhibieron los privilegios pontificios, en virtud de
los cuales quedaban exentos de la jurisdicción de los Obispos en orden a ad-
ministrar a los indios como párrocos; pero el Arzobispo insistió en sus preten-
siones y comenzó a girar la Visita Pastoral por el Hospicio de San Gabriel
que estaba a cargo de los PP. Dominicos. El P. Frías, encargado de dicho
Hospicio, se negó a ser visitado sin licencia de su Prelado regular, y fué ex-
comulgado por el Arzobispo, aunque pronto le levantó la excomunión, obli-
gado por el Gobernador, que le hizo ver la sinrazón de su conducta. De allí
pasó a hacer la Visita a Tondo, que era administrada por los PP. Agustinos
Calzados, y de Tondo a Binondo, a cargo de los PP. Dominicos, sin que con-
siguiese visitarlos; porque ante su actitud habían hecho los Regulares renun-
cia de todas sus parroquias y doctrinas al Vice-Real Patrón o Sr. Cruzat y
Góngora.

1
Don Diego Camacho
64 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
En vista de esta renuncia, el Sr. Camacho puso en todos los pueblos, re-
nunciados por los Regulares, Clérigos encargados con carácter interino; pero
como, a pesar de la renuncia, las iglesias quedaban como custodiadas por los
Regulares, éstos se cuidaron de cerrarlas a cal y canto para no ser despojados
de ellas. Viendo el Sr. Camacho que sus clérigos no podían administrar por
carecer de iglesias, mandó al Dean con tropas y herreros para derribar las
puertas y apoderarse de los templos. El escándalo fué de los que hacen época.
El vecindario todo de Manila, indignado contra el proceder del Arzo-
bispo Camacho, se presentó en queja al Gobernador como Vice Real Patrono,
el cual, temiendo con razón una sublevación general de funestas consecuen-
cias, ordenó al Arzobispo que pusiese clérigos en todos los curatos renun-
ciados por los Regulares, porque los fieles estaban privados de la adminis-
tración espiritual; o, de lo contrario, dejase en paz a los Regulares. Y como no
había número suficiente de Clérigos para administrar las parroquias, se vió
obligado el Sr. Camacho a desistir de su Visita y a reponer a los Regulares en
sus curatos. Pero su amor propio herido y humillado le hizo concebir tal an-
tipatía a los Religiosos, que desde entonces no cesó de molestarlos por todos
los medios que halló a su alcance. Se encontró en la mano la ocasión más
propicia para ello, que fué el litigio de las haciendas de los Regulares, origi-
nado de que el Oidor Sr. Sierra había recibido comisión de la Corte de Ma-
drid de visitar la propiedad de las tierras de Filipinas, y en cumplimiento de
su deber había pedido a los Religiosos los documentos de sus haciendas; pero
ellos no quisieron exhibirlos por considerarse exentos; y recurrieron a la Real
Audiencia, pidiendo que prohibiese al Visitador Sierra que procediese contra
ellos. Pero la Real Audiencia declaró que el señor Sierra no se excedía en su
comisión: y como, a pesar de esta declaración, los Regulares no quisieron
presentar los documentos de sus propiedades, fueron declarados poseedores
de mala fe y desposeídos de sus haciendas1. Aprovechó esta ocasión el Sr.
Camacho para negar su protección a los Regulares; los cuales pidieron enton-
ces al Sr. González, Obispo de Camarines, que viniese a Manila, para que,
como Delegado de la Silla Apostólica, los defendiese en su reclamación.
Vino el Sr. Obispo de Camarines

1
Arch. Provl. Histor. de Filipinas del P. Zúñiga; págs. 397 y siguientes.
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO PRIMERO 65
a Manila, y entabló una formidable competencia con su Metropolitano,
pidiéndole los autos que se habían formado sobre la inmunidad de las tierras
de los Religiosos, que el Arzobispo no quería entregar; y en cambio, le
mandó que se volviese a su Obispado.
Tanto se excitaron los ánimos de los dos Prelados, que el Arzobispo ex-
comulgó al Sr. Obispo de Camarines, y éste, como Delegado Apostólico que
era, excomulgó al Arzobispo. El escándalo arreció poniéndose ambos en ta-
blillas, declarándose el uno al otro excolmugados; los partidarios de cada uno
arrancaban las cédulas públicas de los lugares en que se fijaban; en vista de lo
cual, el Arzobispo mandó fijarlas en las puertas de la ciudad para que la
guardia impidiese que sus contrarios las arrancasen; y el Obispo de Camari-
nes las fijó en las puertas de las iglesias de los Regulares, y como en ellas no
había guardia, se pusieron de centinelas los legos de los Conventos con sen-
dos garrotes en las manos, con los cuales impedían y aun perseguían por las
calles a los clérigos que intentaban arrancar los edictos en que su Arzobispo
era declarado excomulgado. Tan crítica e insostenible había llegado a ser la
situación, que ya se iba a declarar el entredicho, cuando el buen Gobernador
Sr. Cruzat y Góngora, harto ya de aguantar y de disimular, tomó el asunto por
su cuenta y lo arregló a satisfacción de ambas partes y a gusto de todos los
escandalizados moradores de Manila, devolviendo a los Regulares sus haci-
endas, previa presentación de sus títulos de propiedad.
Una vez arreglado el asunto de las haciendas, el Arzobispo insistió en
aplicar la Visita diocesana a los Regulares, y él y éstos acudieron a la Corte
de Madrid para dirimir sus contiendas: el Rey mandó que se ayudase al Arzo-
bispo contra los Regulares en algunos puntos controvertidos, pero excluyó la
Visita diocesana, que era el principal, quedando exentos como antes los
Regulares.
Entre estas luchas y apasionamientos fueron transcurriendo algunos años:
y entre recursos y apelaciones al Consejo de Indias y con los apasionados
informes que el Arzobispo Camacho enviaba a su Majestad el Rey contra los
Regulares, éstos se veían imposibilitados para mandar Misioneros de España
a Filipinas. Nuestra Provincia de San Nicolás de Tolentino estaba poco menos
que agotada. Desde el día 28 de junio de 1694, hasta el día 11 de Julio de
1711, o sea, en el espacio de diecisiete años, no había llegado ningún Re-
ligioso Recoleto a Filipinas: y como durante cada trienio morían por término
medio, doce Religiosos, se puede calcular, sin exageración
66 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
alguna, que durante esos diecisiete años habían muerto en Filipinas setenta
Recoletos; quedando para la administración espiritual de veintitrés islas y
para los cargos y servicio de los Conventos de Manila, San Juan de Bagum-
bayan, Cavite, Cebú y San Sebastián, a lo más, treinta Religiosos.
Esta escasez tan considerable de Religiosos fué causa de que en los
Capítulos Provinciales hubiese algunos Religiosos que fueron electos para
dos Oficios o cargos, y alguno para tres; porque a la escasez se unía la circun-
stancia de que algunos de ellos eran incapaces para todo cargo u oficio, ya
por razón de enfermedad o por ineptitud o por cualquiera otra causa. Existía,
además, la casual circunstancia de que, de las tres Provincias españolas de
Castilla, Aragón y Andalucía que formaban la de Filipinas, entre cuyos
miembros se distribuían equitativamente todos los oficios Capitulares, la de
Aragón era la que tenía allí a la sazón mayor número de individuos; y, como
es natural, por las razones apuntadas, los hijos de esta Provincia eran los fa-
vorecidos con los cargos Capitulares.
De esta serie de circunstancias se aprovechó el espíritu infernal para
hacer brotar con toda su brutal pujanza la discordia entre los Religiosos ori-
undos de la Provincia de Castilla y de Aragón; pues de Andalucía apenas
había alguno. Los castellanos, sintiendo arder en sus pechos el fuego del
espíritu regionalista, se creyeron preteridos por los Aragoneses, a quienes
acusaban de que hacía años eran los árbitros de la Provincia de San Nicolás y
de que se distribuían entre ellos los oficios más honoríficos, dando a los
castellanos solamente algún cargo secundario y de poca importancia. Esta
acusación, al principio secreta, llegó a manifestarse pronto en palabras de
amarga queja, y luego en actitudes hostiles y francamente agresivas, que de-
generaron en el más lamentable y escandaloso cisma. Los hijos de la Provin-
cia de Castilla y los de la de Aragón se dividieron en dos partidos, formando
como dos verdaderas sectas, en que salió desgarrada y herida de muerte la
cariad por la explosiva violencia de los improperios que unos a otros se
dirigían.
En este estado se hallaban los ánimos, cuando llegó a Manila el P.
Comisario Fr. José de Santa Gertrudis conduciendo una Misión de cincuenta
y siete Religiosos, de los cuales treinta y nueve eran de la Provincia de
Castilla, quince de la de Aragón y tres de la de Andalucía. La Provincia de
Castilla llevó todo el curso de Salamanca con sus Lectores y Maestros;
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO PRIMERO 67
y viendo que su Provincia de Filipinas estaba compuesta de Religiosos an-
cianos, resolvieron retirarlos del gobierno de la misma y entregarlos a un pi-
adoso descanso. Formaron en la vanguardia de su partido regionalista, como
los otros en la del suyo, continuando entre ambos una lucha artera y solapada,
que era la preparación para la gran batalla campal que pensaban librar en el
próximo Capítulo Provincial.
Llegó el tiempo de celebrarse este Capítulo, que fué el día 5 de Mayo de
1713:1 y los caste-llanos recién llegados de España pidieron con toda energía
que se distribuyesen entre ellos los oficios que ellos decían estaban vacantes,
por estar duplicados en un individuo; oficios que llevaban anejo voto local o
personal. Como es natural, los PP. Capitulares se negaron a tan extraña pre-
tensión: pero no por eso los castellanos desistieron de su empeño ni se arre-
draron por el temor de futuras contingencias. Valiéndose de medios astutos,
lograron seducir y llevar a su partido al que debía ser Presidente de aquel
Capítulo; y una vez conquistado, con el apoyo resuelto de otros castellanos
que eran sus incondicionales partidarios, se reunieron todos ellos en junta
magna; y con tanta frescura como falta de legalidad, se distribuyeron y se
aplicaron a sí mismos todos los oficios con voto que se hallaban duplicados
en algunos Religiosos, y que poseían desde el anterior Capítulo Provincial.
Ufanos y engreídos por esta hazaña, se presentaron en la Sala Capitular del
Convento de San Nicolás de Manila, donde ya habían empezado a celebrar
las primeras sesiones los PP. Capitulares legalmente constituidos, y exigieron
ser admitidos a dichas sesiones en virtud del derecho que les daba el voto
capitular que ellos mismos se acababan de aplicar. Ante esta pretensión tan
vana y ridícula fueron rechazados por los PP. Capitulares, los cuales les acon-
sejaron que depusiesen aquella actitud rebelde, que podría traer fatales con-
secuencias; pero ellos, lejos de atender tan caritativas insinuaciones, coloca-
dos por el orgullo en la pendiente del precipicio y cegados por la pasión, se
despeñaron hasta el fondo del abismo.

1
Este Capítulo fué presidido por el P. Fr. José de la Madre de Dios, que era segundo Defini-
dor, por haber muerto el primero, que era el P. Fr. Juan de San Agustín, a quien corre-
spondía la presidencia. Además, a este Capítulo asistieron, para guardar orden, el Sr.
Arzobispo de Manila Don Fr. Francisco de la Cuesta, del Orden de San Jerónimo, y el
Maestre de Campo Don Tomás de Endaya.
68 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Del Convento de intramuros de Manila se trasladaron todos al de extra-
muros de San Juan de Bagumbayan, y allí resolvieron por unanimidad cele-
brar su Capiítulo Provincial independiente del de la ciudad: y como lo deter-
minaron lo hicieron.
Mientras los legítimos PP. Capitulares celebraban su Capítulo en el Con-
vento de San Nicolás, intramuros de Manila, los disidentes castellanos cele-
braron otro en el de San Juan de Bagumbayan con todas las formalidades, no
diremos de la ley, pero sí del caso. Aquel conciliábulo se convocó tañendo
primero la campana del claustro y luego la del campanario; se celebró la Misa
del Espíritu Santo para llenar el requisito legal; se celebró el mismo número
de sesiones y en la misma forma, días y horas que mandan nuestras Consti-
tuciones, y se nombraron Provincial, Definidores, Priores y todos los demás
oficios y cargos que ordena la ley. Como los del Convento de San Nicolás
hicieron lo mismo, resultaron dos Provinciales, dos Definitorios completos y
todos los demás nombramientos duplicados; en los cuales, si los dos Capítu-
los coincidieron en algún nombramiento, fué por mera casualidad1. Luego
vino la mutua comunicación oficial a todos los Religiosos del resultado de los
dos Capítulos, y con ella la confusión y el escándalo. Cada Provincial se tenía
como legítimo, y en virtud de esto, el uno mandaba al otro y el otro al uno; y
se pasaban oficios y comunicaciones fulminantes que quedaban en el aire. A
tomar posesión de los Prioratos y demás cargos acudían dos pretendientes,
alegando ambos su legítimo derecho a ocupar el asiento íntegro de la silla
presidencial. La confusión y el escándalo arreciaban de tal manera que,
siendo el asunto tan claro y evidente, y estando la razón y la justicia tan pal-
pablemente a favor del Capítulo del Convento de San Nicolás de Manila, los
castellanos del conciliábulo de Bagumbayan esgrimieron con tal destreza las
armas del sofisma e involucraron con tanta habilidad los conceptos de razón y
de justicia, de hecho y de derecho, que algunos Religiosos, ajenos a todo par-
tido, no sabían dónde estaba el principio de autoridad ni acertaban a re-
conocer al Provincial legítimo. La confusión trascendió al exterior, alcan-
zando entre los seglares el mayor grado de densidad. Castellanos y aragone-
ses elevaron entonces su recurso al Gobierno, solicitando

1
En el Capítulo del Convento de San Nicolás fué elegido Provincial el P. Antonio de Santa
Mónica.
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO PRIMERO 69
que destruyese tan lamentable desorden e invocando unos y otros a su favor
las más altas razones de justicia.
Era Gobernador de Filipinas Don Martín de Ursua y Arismendi, Conde
de Lizárraga, hombre pacífico y muy prudente, y como tal, muy a propósito
para gobernar el archipiélago filipino, donde tanto reinaba la discordia.
Considerando el Sr. Conde el ardor y el encono de los dos partidos y su
actitud irreconciliable, empleó los más exquisitos medios de su prudencia,
logrando que ambos recurriesen para la solución del pleito al Rmo. P. Vicario
General, enviando para ello cada una de las partes su Procurador con plenos
poderes, a fin de presentar al Superior una información completa y detallada;
y que mientras se evacuaban estas diligencias, fuese reconocido y obedecido
solamente el Capítulo celebrado en el Convento de San Nicolás de Manila, en
quien aparecía mejor derecho; que el Capítulo de San Juan de Bagumbayan
suspendiese la ejecución de sus nombramientos, y que a los partidarios de
este último no se les procesase ni molestase en cosa alguna.
Era lo único que podía hacer el buen Gobernador en tan difíciles circun-
stancias, y lo más conveniente para sosegar tan escandaloso litigio. Con-
vinieron en ello ambas partes; aunque los ancianos o aragoneses cedieron con
repugnancia, porque se reconoció en los otros beligerancia: y cedieron los
nuevos o castellanos, porque se consideraron mejorados al admitir su derecho
de competencia; aunque no querían reconocer al nuevo Provincial Fr. Anto-
nio de Santa Mónica, por ser aragonés.
Los aragoneses enviaron como Procurador a España al P. Fr. José de la
Soledad, natural de Casatejada, Cáceres, sujeto de grandes dotes y de habili-
dad extraordinaria; el cual, aunque era castellano, estaba sentido con estos y
seguía el partido de los ancianos: y los nuevos, o sea, los catellanos, enviaron
por su Procurador al P. Lector de Teología Fr. Nicolás de Santa Bárbara,
natural de Madrid, hombre de singular erudición1.
Los dos Procuradores se embarcaron en distintos navíos y emprendieron
su viaje por la costa. El Procurador de los castellanos tuvo la desgracia de
naufragar, y pereció con el barco en que iba, que se perdió por completo. El
de los aragoneses llegó con felicidad a Madrid y se presentó

1
Histor. Gral. de Filipinas, Tomo IX, pág. 190; núm. 6 y siguientes.
70 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
al P. Vicario General. Como no había ya oposición, por haber muerto el con-
trincante y haberse perdido sus documentos, el Definitorio General examinó
los que le presentó el otro Procurador; y estimándolos suficientes, procedió a
dar sentencia; que fué condenatoria del Capítulo de Bagumbayan, declarán-
dolo completamente nulo e ilegal y como un atentado al derecho y a la cari-
dad, y condenando a todos sus secuaces a la privación de voz activa y pasiva
y a las demás penas ordinarias impuestas por la ley.
Llegó la sentencia a Manila, y al ir a ejecutarla, apeló la parte que se sen-
tía agraviada, alegando como razón el no haber sido oída en juicio, puesto
que no había asistido su Procurador, y, por lo tanto, la sentencia no se había
dado en juicio contradictorio; por lo cual, y gracias a la intención del señor
Conde, se admitió sólo en lo devolutivo.
Tenaces en su pretensión enviaron a España otro Procurador con sus
poderes y con todos los documentos necesarios, para que, bien examinados
éstos y oídas todas las explicaciones del caso, se revocase la sentencia y se
pronunciase otra a su favor. El designado para llevar a cabo esta comisión fué
el P. Fr. Francisco de Santa Teresa, natural de Trujillo (Cáceres), del partido
de los disidentes, en quien los dos Capítulos habían coincidido por mera
casualidad en nombrarle Prior de Bagumbayan; éste llegó sin novedad a Ma-
drid, se presentó al Vicario General, y quiso entablar su pleito con todas las
formalidades de juicio; pero al intentarlo, el Definitorio General le pasó una
comunicación manifestándole que había ya dictado sentencia; que ésta era
sobre cosa pasada y juzgada y, sobre todo, que era irrevocable: y el P. Vicario
General le quitó los poderes que traía, le mandó de conventual al Convento de
Maqueda, y le impuso perpetuo silencio sobre este asunto.
Una vez terminado este litigio por ésta como confirmación de la senten-
cia, el Provincial Fr. Antonio de Santa Mónica con su Definitorio reclamó
que le fuese restituido el Convento de San Juan de Bagumbayan, que había
sido destinado para habitación de los suspensos e incursos en las penas de la
sentencia. En él estaban los coristas de la última Misión, que eran bastantes,
continuando allí sus estudios bajo la dirección del P. Lector Fr. Juan de la
Encarnación, también castellano; y el P. Provincial quería llevarlos al Con-
vento de San Nicolás de Manila para que en él prosiguiesen sus estudios y
ejercicios literarios con más comodidad que en el de Bagumbayan, puesto que
éste era mucho más pequeño. Entonces conocieron que lo que el Provincial
quería era quitarles su Lector y darles o ponerles otro que fuera aragonés,
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO PRIMERO 71
y clamaron reciamente que ellos eran Tomistas, que en su Provincia de
Castilla no se conocía más doctrina que la de Santo Tomás, y que de ningún
modo aceptarían la doctrina Suarista que seguía la Provincia de Aragón; por
lo cual pedían que se les dejase con su Lector en el Convento de Bagumba-
yan. Ante esta actitud de rebeldía, insistió el P. Provincial en que se cumplie-
sen sus órdenes; pero aquellos incautos jóvenes no sólo se resistieron a obe-
decer, sino que recurrieron al Gobernador Sr. Conde de Lizárraga, pidiéndole
que los apoyase y defendiese. El Sr. Conde, con su habitual prudencia y afa-
bilidad, conferenció con el P. Provincial, a quien hizo ver que, como no
pedían ninguna cosa injusta, era muy conveniente para el bien común, que
desistiese de su empeño y condescendiese a su demanda. Así lo hizo el P.
Provincial: y los coristas continuaron sus estudios en el Convento de Bagum-
bayan bajo la dirección de su Lector el P. Juan de la Encarnación, viviendo
todos tranquilos y sosegados, con mucho adelantamiento en las ciencias,
manteniéndose de las rentas propias del Convento, que, aunque eran escasas,
recibían aumento y ayuda de las limosnas libres.
Pero murió el Gobernador Sr. Conde de Lizárraga el día 4 de febrero de
1715; y desde aquel momento cambió por completo la situación.
Le sucedió en el gobierno como Gobernador interino el Doctor Don José
Torralba, Oidor de la Real Cancillería de Manila, a quien se presentó el P.
Provincial Fr. Antonio de Santa Mónica para manifestarle que deseaba dis-
poner del Convento de San Juan de Bagumbayan, para lo cual había determi-
nado sacar de allí el curso y trasladarlo al de Manila. El Sr. Torralba se le
mostró muy favorable y le prometió su decidido apoyo; y con esta promesa el
P. Provincial cursó al citado Convento de Bagumbayan las órdenes oportunas
para que los coristas y sus Lectores se trasladasen al de Manila. Al P. Lector
Fr. Juan de la Encarnación se le había destinado al Ministerio de Mariveles
con fecha 27 Febrero de 1713; y en 25 de marzo del mismo año se le autorizó
para trasladarse al Convento de Cebú1. A los requerimientos del Provincial,
hechos una y dos veces, contestó otras tantas aquella Comunidad diciendo
que estaban allí por orden del Gobierno del Conde de Lizárraga, y que allí
permanecerían hasta que llegase la decisión del Vicario General, a quien
habían enviado su segundo Procurador, y que si aquélla era contraria, dejarían
el Convento libre.

1
P. Sádaba. Catálogo, pág. 162.
72 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El P. Provincial dió conocimiento de esta resistencia al Gobernador Sr.
Torralba, el cual empleó todos los medios suaves que le sugería su deseo de
evitar conflictos y escándalos para que obedeciesen las órdenes de su Supe-
rior regular; pero los rebeldes, cebados con las dulzuras del triunfo obtenido
con el Sr. Conde, se negaron resueltamente a salir del Convento. Entonces el
Goberador los conminó con enviar tropas para extraerlos a viva fuerza, y el-
los contestaron a la amenaza con un gesto impropio de Religiosos: cerraron
las puertas del Convento a cal y canto, lo fortificaron de manera que, a su
parecer, estaba defendido contra todo ataque; desocuparon la armería, to-
mando cada uno pinzotes, mosquetes, arcabuces, flechas y arcos, horquillas
de hierro y hasta un asador grande de tres púas de hierro; y así armados, es-
peraron a pie firme el asalto del enemigo. Al poco rato el Gobernador Sr. Tor-
ralba envió sus tropas contra el Convento; pero viendo los soldados que no
podían entrar, por estar las puertas tapiadas, se volvieron tan tranquilos a su
cuartel, sin hacer cosa alguna contra los Religiosos. Estos, calificando la re-
tirada por derrota, se envalentonaron; y cuando se disponían a repeler el se-
gundo y aun el milésimo ataque, el Sr. Torralba, herido en su amor propio y
sintiendo vilipendiada su autoridad, mandó preparar la artillería del baluarte
de enfrente del Convento, que se hallaba situado a trescientos cuarenta pasos
de las murallas de Manila, y les pasó una comunicación en la que les decía
que, si no se rendían y pasaban a la ciudad, los haría morir entre las ruinas del
Convento. ¡Amenazas inútiles! Tan obstinados como altaneros, contestaron a
la misiva diciendo que estaban resueltos a perder con gusto sus vidas antes
que entregarse1.
Recibida esta respuesta, mandó el Gobernador hacer fuego contra el
próximo Convento de Bagumbayan; pero compadecido de aquellas infelices
criaturas, ordenó a los artilleros que disparasen los cañones con puntería alta.
Efectivamente, las bombas comenzaron a destrozar solamente las partes más
altas de los tejados del edificio: y esto que vieron los inconscientes jóvenes,
atribuyéndolo a miedo y cobardía de su enemigo, les hizo cobrar mayores
bríos para mantenerse irreductibles y no rendirse jamás. Al mismo tiempo las
tropas del Gobernador habían cercado todo el Convento, a fin de que los si-
tiados no pudiesen recibir alimento alguno de fuera. Hallándose en esta situa-
ción, lo más notable del caso fué que ninguno de los sitiados disparó

1
P. J. de la Concepción. Hist. Gral. de Filipinas, tomo IX, pág. 195 y sigtes.
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO PRIMERO 73
ni una triste flecha contra su enemigo, ya porque las armas de que disponían
eran inservibles, ya porque no sabían manejarlas, o ya, y esto es lo más prob-
able, porque el exceso de temor les haría caérseles de las manos. Lo cierto es
que, mientras las bombas pasaban al ras de las tejas más elevadas, ellos no se
rindieron.
Hasta que atufado el Gobernador y harto de representar tan ridícula pan-
tomima, dió orden a sus artilleros de bajar la puntería y de dar en el blanco; y
al primer zambombazo que recibieron de frente, se apresuraron los sitiados a
sacar por una ventanilla el trapillo blanco de parlamento. Pero su falso honor
y su desgraciado orgullo no les permitía rendirse de una manera vulgar; y así
se entregaron con toda la formalidad de una verdadera capitulación, cuyas
condiciones eran: Que irían al Conveto de Manila sin acompañamiento de
soldados: que en dicho Convento no les harían cargo alguno ni los someterían
a ninguna vejación por la resistencia pasada: y que se les trataría como a Re-
ligiosos que observaban todo el rigor de sus leyes.
Toda su paciencia tuvo que agotar el Gobernador para sufrir que aquellos
desgraciados tuviesen todavía el desahogo y la osadía de imponerle condi-
ciones: pero se sobrepuso a sí mismo para acabar de una vez con tanta y tan
lamentable mojiganga, y las aceptó todas, dispuesto a no cumplir ninguna,
como sucede en semejantes casos, y corno ellos merecían. El día 8 de junio
del año 1715 salieron del Convento de San Juan de Bagumbayan catorce Re-
ligiosos en Comunidad, los cuales, al entrar en Manila por la Puerta Real,
fueron detenidos por la guardia; ésta los sometió de orden del Gobernador a
un minucioso registro personal, para ver si llevaban armas, y les encontró y
quitó algunos cortaplumas: y de allí fueron conducidos con escolta de tropas
al Convento de San Nicolás, donde fueron entregados al P. Provincial.
Entre tanto, las tropas del Gobierno, cumpliendo órdenes recibidas del
mismo, requisaron todo el Convento de Bagumbayan y se llevaron todas las
armas que en él había, depositándolas luego en los Reales Almacenes.
¡Así terminó la acción de aquellos inexpertos y desgraciados Religiosos
del Convento de San Juan de Bagumbayan!
El P. Provincial recibió a los rebeldes, y, como es natural, los fué colo-
cando en celdas separadas y previamente dispuestas en forma de cárceles,
donde estuviesen recluidos algún tiempo; hasta que dieron pruebas ciertas de
sincero arrepentimiento. Entonces fueron puestos en libertad, y continuaron
viviendo en la observancia de la vida religiosa con buen ejemplo de humildad
74 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y resignación. En vista de su buena conducta, el P. Provincial envió informes
laudatorios al Rmo. P. Vicario General, el cual los habilitó a todos, mereci-
endo luego servir en Ministerios y prelacías de la Orden con mucho esplendor
de la Provincia de San Nicolás de Filipinas.
ARTÍCULO II
Un Capítulo Provincial y una Junta General
Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia de Aragón.– Nombramientos.– Lista de
los Religiosos que formaron la Junta General.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Nuestra Señora del Pilar de Aragón celebró en el Con-
vento
de Nuestra Señora del Portillo de la ciudad de Zaragoza el año 1715.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Pedro de San Agustín, Ibdes, L. J. y
Calificador del Santo Oficio y ex Definidor General.
Definidor: R. P. Fr. Tomás de Santo Domingo. Predicador.
Prior del Convento de Zaragoza: Fr. Miguel de San José, L. J.
Subprior de íd.: Fr. Ignacio de San Gil.
Maestro de novicios: Fr. Agustín de Santa Mónica.
Prior de Barcelona: Fr. Lucas de la Cruz, L. J.
Prior de Guisona: Fr. Manuel de San Pablo1.
Secretario: Fr. José de San Joaquín.
De este Capítulo, como de otros de esta Provincia, no hemos encontrado
más datos que los que aquí se consignan, a pesar de nuestra insistente
búsqueda.

Junta General
El día 6 de julio de 1715 se reunió en nuestro Convento de Copacavana
de Madrid el V Definitorio General para celebrar la Junta General reglamen-
taria. Componían el Definitorio los Religiosos siguientes:
Vicario General: Rmo. P. Fr. Juan de Jesús.

1
Archivo Histórico Nacional, Sign. 246.
76 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Definidores
Por Filipinas: P. Fr. Bartolomé de la Virgen del Niño Perdido, L. J.
Por Tierra Firme: P. Fr. José de San Eugenio, Predicador.
Por Andalucía: P. Fr. Fernando de la Encarnación, Ex Provincial.
Por Aragón: P. Fr. Miguel de la Purificación, Predicador.
Secretario: P. Fr. Francisco de San José.
Estos dos últimos no pudieron asistir por estar accidentados.
Aprobaron cuatro Determinaciones de orden interior1.

1
Arch. Gral. Carp. Capítulos.
ARTÍCULO III
La Venerable Madre Juana de la Encarnación
Sumario: Nace en Murcia.– Sus primeros años.– Se le aparece Jesucristo y le invita a
hacerse Religiosa.– Se hace Agustina Recoleta.–Extraordinarios carismas y gracias
con que le favoreció el Señor.– Pasión, de Cristo, comunicada a Sor Juana por el
mismo Redentor.– Muere en olor de santidad.

Esta insigne Religiosa nació en la ciudad de Murcia el día 17 de Febrero


de 1672. Fueron sus padres don Tomás Montijo y doña Isabel María de Her-
rera. Desde sus primeros años se distinguió en la práctica de las virtudes y
ejercicios de piedad; hallando sus delicias en retirarse al oratorio de su casa,
donde pasaba largos ratos alejada de las diversiones infantiles y entregada por
completo a las dulzuras de su conversación con el divino Jesús.
Era de carácter tan amable y simpático que conquistaba el cariño de
cuantos la trataban; y poseía tan privilegiada inteligencia que aprendía todo
con suma facilidad. Con tan bellas cualidades arrancaba a cada momento a su
favor multitud de aplausos, de elogios y de obsequios que insensiblemente
hicieron brotar en su corazón infantil el germen maligno de la vanidad; y
como aún era muy niña, se rindió a sus halagos, con perjuicio del fervor de su
espíritu, dejando las dulzuras de sus tiernos coloquios con Jesús por escuchar
las frases frívolas de sus admiradores.
Pero el divino Jesús, que la había escogido para esposa suya, vino enton-
ces a apartarla de la senda que acaso la hubiera conducido a su perdición: y
apareciéndosele cargado con la cruz sobre sus hombros, le mandó que tomase
ella la cruz y le siguiese, abandonando el mundo y haciéndose Religiosa.
Ante esta aparición redobló su primitivo fervor; y muy pronto, dócil a la voz
del Señor, y contra la voluntad de sus padres que la querían con delirio y no
se resignaban a desprenderse de ella, ingresó en el "Convento religiosísimo,
relicario observantísimo y gustoso apetecido retiro del mismo Dios de Madres
Agustinas Recoletas de Corpus Cristi de la ciudad de Murcia"; a fines de
junio del año 1684, cuando contaba poco más de doce años de edad.
78 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Desde entonces comenzó una vida totalmente consagrada al servicio del
Señor, con cuya ayuda venció los obstáculos que le preparaba el enemigo; el
cual, viendo que su salud estaba bastante quebrantada, le inducía a salir del
claustro para restablecerse; a lo cual se unían las repetidas instancias de su
madre, que no cesaba de suplicarle que volviese a su casa.
De todas estas pruebas salió victoriosa, haciéndose digna de comenzar el
verdadero noviciado el día 5 de Marzo de 1687, cuando ya había cumplido el
requisito canónico de los quince años de edad. Y habiendo dado durante el
noviciado abundantes y sólidas pruebas de su vocación religiosa, hizo su pro-
fesión, con gran fervor y alegría de su alma, el día 5 de Agosto de 1688.
A contar de ese día fué creciendo de virtud en virtud: pero su divino
esposo, que la quería santa y digna de los extraordinarios carismas con que la
había de favorecer, permitió en sus inescrutables juicios que desmayase en su
fervor y fluctuase entre los vaivenes de la tibieza, para que, conociendo su
infidelidad, desconfiase de sus dotes naturales y fundase la vida de su espíritu
sobre el sólido cimiento de la más profunda humildad. Sólo cuando hizo esta
resolución enérgica es cuando comenzó a saborear cuán dulce es el Señor
para las almas que le aman. Sólo desde entonces se la ve solícita en el cum-
plimiento de sus deberes religiosos, y ejercitarse en los más penosos oficios
de la obediencia, recordando con amargura sus pequeñas infidelidades, y di-
ciendo entre copiosas lágrimas al Señor: "Quisiera convertirme en mares de
sangre para llorar mis culpas". Sólo desde entonces es tanta su humildad, que
se considera indigna de vivir entre las demás Religiosas; llorando al ver que
no podía ocultar los singulares beneficios que Dios le hacía. Por esto le costó
tantas lágrimas el tener que obedecer a sus confesores, los cuales le mandaron
escribir lo que pasaba por su conciencia: mas luego, sin embargo, obedeció
con tanta humildad, que decía: "Propongo no esconder más lo que no es mío,
ni con el título de humildad, al confesor que está en vuestro lugar, para ser de
ese modo corregida, advertida, castigada, y obedecerle con toda mi alma".
Porque fueron tantos y tan excepcionales los favores que el Señor le hizo,
que no cabrían en varios y bien nutridos volúmenes. "Referir aun en compen-
dio la admirable vida de esta sierva de Dios, sería una tarea muy agradable,
por los episodios abundantes y llenos de enseñanzas para las almas
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO TERCERO 79
1
cristianas de que rebosan las páginas de la historia de su carrera mortal" . El
P. Ceballos tuvo que componer un voluminoso tomo, para dar a conocer al
mundo los grandes tesoros de santidad que guardaba la Venerable Madre
Juana de la Encarnación en los claustros, por medio de una vida purísima,
consagrada enteramente a Dios, favorecida con los dones más singulares del
cielo, y adornada de extraordinarias virtudes. El P. Sancho Granado, que
había sido confesor ordinario de Sor Juana durante nueve años, y admirador
constante de su santa vida, se expresa así: "Si hubiera de decir todo lo que
vieron mis ojos, todo lo que tocaron mis manos, todo lo que me enseñó la
experiencia con el trato de tantos años, de su humildad profunda, de su cari-
dad ardiente, de su penitencia extraña, de su insigne mortificación, de su rara
modestia, de sus profecías verificadas, de la penetración de los interiores de
las personas con quienes trataba, de las gracias gratis datas, y de todas las
demás partidas que componen una santidad extraordinaria, sería necesario
que este papel fuese un volumen y de mucho cuerpo, y cuerpo que encerrase
tanta alma como la de la Venerable Madre".
Hija de aquel serafín abrasado en el amor de Dios y al prójimo, que se
llama San Agustín; como él, deseaba que todo su cuerpo fuese una lámpara
ardiente de amor divino; como él, quería sufrir eternamente todos los tormen-
tos del infierno y verse privada de la gloria, con tal que nadie ofendiese al
Señor; como él, fué extremada en la humildad, ardentísima en la caridad y
brillantísima en los frutos de su inteligencia. "Pues, como escribe el citado P.
Ceballos, léanse de la Venerable Madre los escritos, y se hallarán entreteji-
dos, como el cielo de estrellas y el campo de flores, de este mismo asunto;
como se puede ver en este libro, donde se han juntado en diversos olorosos
pomos sus Confesiones con que llora sus faltas, sus Meditaciones, Oraciones,
Manual de ejercicios y Dictámenes de espíritu, con sus Soliloquios; todos
esmaltados de tantas perlas cuantas escribe sílabas, con tan viva animosidad y
valiente energía, elegancia y copia de palabras y tales inventivas de su amor
ardiente, que sembrando fuego divino en cada una de sus cláusulas, podíamos
titular este libro: Parte segunda de las Confesiones, Soliloquios, Medi-
taciones y Ma-nual del preexcelso Agustino. ¡Sublime Religiosa, hija digna
de tan gloriosísimo Padre!

1
P. G. de Santiago. Vol. II, Pág. 304.
80 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Gracias a sus directores espirituales y a que recibió de Dios orden termi-
nante de descubrir a su confesor todos los secretos de su corazón, podemos
hoy deleitarnos en sus escritos; pues todas sus frases y afectos, y aun las
mismas digresiones de su corazón, son ardientes flechas de amor divino.
Muchísimos y muy extraordinarios fueron los favores que Sor Juana re-
cibió de nuestro Señor Jesucristo; y en la imposibilidad de enumerarlos aquí
todos, presentaremos, como en breve resumen, el pasmoso beneficio con que
la regaló Dios un año antes de su muerte, o sea, en la Cuaresma y Semana
Santa del año 1714, en cuyo tiempo Jesucristo le reveló todos los detalles de
su sagrada Pasión; beneficio que ella dejó escrito en un libro titulado: Pasión
de Cristo1.
En este libro admirable refiere Sor Juana que al principio de la Cuaresma
del año 1714 la invitó el Señor a sufrir por su amor; y habiendo aceptado ella
gustosísima, sufrió hasta el domingo de Ramos tan intensísimos dolores en su
cuerpo y tan angustiosas sequedades en su alma que no hay lengua humana
que los pueda explicar.
El domingo de Ramos le hizo el Señor el favor especial de que viera la
sagrada forma como un globo formado de innumerables soles que llenaban de
luz y de calor toda la creación; y las especies sacramentales permanecían
sensiblemente en su pecho hasta medio día.
Desde el domingo de Ramos participó de las penas y congojas de Jesús
con tanta intensidad que perdía los sentidos y quedaba fuera de sí. Vió el
lavatorio de los pies, la institución del Santísimo Sacramento y la oración del
huerto con todas sus angustias. Refiere la vista que tuvo del sudor de sangre
del Señor y del corazón de su Santísima Madre: la crueldad con que le prend-
ieron, hirieron y arrastraron sus enemigos. Declara que padeció con Cristo en
alma y cuerpo, y que le vió abofeteado en casa de Anás; oyó sus dulcísimas
palabras y sintió las penas del corazón de María Santísima.
Sufre con Jesús al verle ante Caifás, y dice: "Sólo el número de bofetadas
que dieron al Señor en el tiempo de su pasión, entendí pasaron de ciento, y
los puntapiés de ciento cuarenta y cuatro; las puñadas entendí haber sido
ciento y veinte, y con tal fuerza y furor que luego se formaban cardenales".
Ve todos los oprobios que padeció el Señor la noche de su pasión:

1
Lo hemos leído y hemos quedado asombrados de las mercedes que Dios la hizo.
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO TERCERO 81
las negaciones de Pedro; la presentación de Jesús ante Pilatos, ante Herodes,
y todos los escarnios de que fué víctima: la sentencia de condenación, la hor-
rible flagelación, de la que dice: "Entendí que el número de los azotes, que la
inhumana crueldad había dado a mi dulcísimo Señor, había sido cinco mil
ciento y quince, desde las plantas de los pies hasta la cabeza".
En una palabra: refiere haber visto y explica con los más minuciosos de-
talles todos y cada uno de los pasos de la pasión y muerte de nuestro divino
Redentor, y haber oído todo cuanto en ella se habló, sin omitir las siete
palabras de Jesús.
A este beneficio tan asombroso se debe añadir el de la inspiración del
Señor, al redactar ella por obediencia su libro de la Pasión de Cristo: pues
dice ella: "En medio de eso debo confesar, para gloria del mismo Señor, que
muchas veces he experimentado su favor en esta cuenta muy claramente;
unas, con la gran ligereza en la mano para escribir; otras, pareciendo como si
realmente me lo fueran dictando. Se me ha repetido hallarme confusa sin ac-
ertar a explicarme, y entonces proponerse los términos, para manifestar que
sin especial favor de Dios no hubiera podido. También muchas veces me ha
hecho el Señor aquella gran fuerza, y dado explicación para que diese cuenta
de algunas cosas; que aunque yo quisiese decir otra o ponerlo con otros tér-
minos que dijeran menos, no podía pasar adelante. En otras ocasiones he hal-
lado escrito lo mismo que rehusaba, y me parecía no escribía sino es otra
cosa, y ser aquello que declaraba más el beneficio, y por donde se podía hacer
juicio, para que la obediencia del confesor pudiera advertirme y corre-girme:
y de estas cosas me han sucedido muchas.
"También en estos días en que el Señor hizo a mi alma estas misericor-
dias, no tenía la refleja de que entonces no sucedía realmente la pasión de
Cristo, sino que para mi alma fué como si en ellos padeciese. No estuve estos
días para atender a otra cosa; y muchos ratos tan fuera de mí, que puedo ase-
gurar que, aunque me pidieran juramento de las cosas que en estos días pasa-
ron en el convento, actos de comunidad y demás partes donde yo me hallaba
y asistía, no pudiera dar razón: porque aunque estuviese presente, especial-
mente al coro, me hallaba tan sin advertencia para todas las cosas de esta
vida, que estaba como un ciego a quien guía un niño de la mano y le lleva
aquí o allí, sin que él pueda ver por qué camino va, a quién encuentra, quién
está presente, con qué traje y vestido, o si le miran o no. Esto en su modo
experimenté yo aquellos días en lo que pertenecía a las cosas de esta vida;
que
82 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
me hallaba en los actos de comunidad sin saber cómo, sin actual advertencia
ni reparo alguno. Esto me sucedía, o bien por llevarme la costumbre, o por la
divina disposición, para que no diera qué reparar a las demás Religiosas con
alguna demostración exterior.
Lo que sí me acuerdo es que, yendo ya algunas veces a dar voces, me
hallaba impedida la lengua: y aunque entonces no hice reflexión en esto,
ahora lo conozco por especial misericordia de Dios, que Su Majestad me
detuviese para no dar señales exteriores en medio de tan gran lleno de afectos
como los que experimentaba. Asímismo me acuerdo que, al ir a hacer alguna
demos-tración exterior, me hallaba como inmóvil. El asegurarme no haber
hecho nada que se pudiera reparar en aquellos días, es porque no he oído des-
pués a las Religosas cosa alguna de esto.
Sólo oí decir que no había comido estos días más que un ligero alimento
que la Superiora me hizo tomar: y bien puedo decir que nada eché de menos
ni me hizo falta...
Estando en todo esto, me entró mi Redentor a vivir en su costado con
aquel íntimo recogimiento y modo de oración que nunca puedo explicar: y
desde entonces ya no supe más de mí hasta el domingo, que me hallé más en
mi acuerdo. Se halla mi alma en estas ocasiones fuera del sentido corporal,
dentro del mismo Dios. Son sus voces, su dulcísimo eco y sonido sin ruido,
pero de tanta eficacia, que parece se convierte toda mi alma en el mismo
Dios. El morir entonces fuera mi mayor felicidad: y, a no estar tan embebida
el alma con su Dios, y el cuerpo como adormecido, sin vida y sin fuerzas,
saliera una persona de sí, y a voces fuera convidando a todas las criaturas a
que amásemos a Dios.
Los efectos que me quedan de esta oración me duran por muchos días en
mi alma: me queda facilidad para ejercitar las virtudes con tal inclinación,
que a veces experimento, cuanto mayores son las dificultades, consuelo por
tener que sacrificar más a Su Majestad. En lo corporal, de ordinario me queda
abundancia de lágrimas; y por muchos días gran quebranto en las fuerzas, y
dolo-res de cuerpo más que si hubiese pasado una grave enfermedad; y como
si volviera de un letargo, me cogen como de nuevo las cosas de esta vida,
haciéndome violencia para andar en ellas, si ya no son de la obligación o dis-
tribución; que en éstas, casi sin advertirlo algunas veces, me hallo ejercitar-
las1.

1
Pasión de Cristo, por Sor Juana de la Encarnación.
CAPÍTULO NOVENO. ARTÍCULO TERCERO 83
Así vivió Sor Juana de la Encarnación, en íntima comunicación con Dios,
como esposa suya escogidísima. Llena de virtudes y méritos murió en olor de
santidad el día 11 de noviembre de 1715, a los 43 años de edad. Todos la hon-
ran con el título de Venerable; pero creemos que sería muy fácil elevarla al
honor de los altares.
84 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO X
Tres Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Tierra Firme.– Se declara nulo.– Causas de su nuli-
dad.– Subsanación del mis-mo.– Capítulo Provincial de Filipinas.– Nombramien-
tos.– Una Acta.– Capítulo Provincial de Castilla.– Nombramientos.– Carta Capitu-
lar del Convento de Valladolid.

Capítulo Provincial
que la Provincia, de Nuestra Señora de la Candelaria de Tierra Firme o
Colombia
celebró en nuestro Colegio de San Nicolás de Tolentino de la ciudad
de Bogotá el día 1 de mayo de 1716.
En él se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: M. R. P. Fr. Juan de Santa Gertrudis.
Definidores: PP. Fr. Francisco de Santa Isabel.
Fr. Tomás de la Encarnación.
Fr. Diego de Santiago
Fr. Esteban de la Santísima Trinidad.
Rector de Bogotá: Fr. Félix de Jesús.
Vicerrector: Fr. Fernando de la Encarnación.
Sacristán: Fr. Juan de San Vicente.
Prior de la Candelaria: Fr. Nicolás de San Bernardo.
Subprior: Fr. Juan de San José, Apolinar.
Maestro de novicios: Fr. José de Santa Lutgarda.
Sacristán: Fr. Juan de San Agustín, Rojas.
Prior de Cartagena: Fr. José de San José, Perea.
Subprior: Fr. Pedro de la Purificación.
Sacristán: Fr. Juan de San Laureano.
Prior de Panamá: Fr. Domingo de San Bonifacio.
Subprior: Fr. Bernardo de San Guillermo.
Sacristán: Fr. Nicolás de San Agustín.
86 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Honda: Fr. Bernardo de San Agustín.
Prior de Tunja: Fr. Juan de San José.
Procurador: Fr. Juan de San Antonio.
Secretario: Fr. Juan de la Purificación.
Prefecto de Misiones: Fr. Francisco de la Encarnación.
Este Capítulo se declaró nulo por algunos religiosos que se alzaron en
queja a N. P. Vicario General.
Las causas de nulidad de este Capítulo se explican en los documentos
siguientes1:
"Fr. Esteban de la Trinidad, Lector jubilado y Secretario del Capítulo
Provincial celebrado en este Colegio de San Nicolás de Tolentino de Agusti-
nos Descalzos, el día dos de Mayo de mil setecientos y dieciseis, Certifico, y
doy fe, la que en derecho se requiere, como los Padres Definidores Fr. Juan
de San Antonio, Fr. Félix de Jesús y Fr. Nicolás de San Bernardo recurrieron
a los tribunales laicos, sin preceder negación de apelación debida, protesta ni
petición alguna ante el P. Presidente, ni en la Sala Capitular ni en la celda de
su morada, donde estuvimos hasta que se nos dió noticia del recurso indébito.
Y siendo yo llamado y enviado a la Audiencia como Secretario, sólo alegaron
dichos Padres que el P. Presidente les hacía fuerza, por no asentir ni consentir
con los jueces de causas el P. Fr. Tomás de la Encarnación Prior de Panamá y
el P. Procurdor Fr. Juan de Santa Gertrudis en que privasen de voz activa a
los dos Padres Vicarios Priores, por decir dichos Padres eran jueces priva-
tivos, en quienes residía toda la potestad y jurisdicción omnímoda para seme-
jante declaración, rehusando el que este punto lo determinase el Definito-
rio.=Así lo certifico; y por ser verdad lo firmo en dicho Colegio de San
Nicolás de Tolentino en cuatro días de el mes de Mayo de mil setecientos y
dieciséis.=Fr. Esteban de la Trinidad, Secretario del Capítulo".
El mismo P. Esteban escribe a N. P. Vicario General con fecha 15 de
Mayo de este mismo año, y le dice entre otras cosas lo siguiente:
"M. R. Padre N. Vicario General Fr. Juan de Jesús.=Lo sucedido en el
Capítulo remito al informe. Y paso a proponer a V. R. las dudas siguientes:
La primera: El Capítulo General celebrado el año de 1684 concedió voto al
Maestro de Novicios de la Candelaria. Este privilegio recibió y puso en
ejecución esta

1
Archivo General, Carp. F.
CAPÍTULO DÉCIMO 87
Provincia el año de 88; y hasta el tiempo presente se ha usado de este derecho
sin contradicción alguna. Ahora el P. Predicador Fr. Juan de Santa Gertrudis,
siendo Procurador, dijo: Creo voto subrepticiamente intruso, por no tener
Breve de Su Santidad. Y aunque en este Capítulo votó el Maestro de novi-
cios, fué por parecerle conveniente a dicho P. Procurador, que entonces era
juez de causas y ahora es Provincial".
"En este punto no digo, P. Nuestro, mi parecer; porque sólo intento el
que V. R. nos enseñe, para que no andemos tan ciegos".
"La segunda duda es: Si en caso que al tercer escrutinio están por dos
sujetos in paritate vocum, el uno ex dignitate y el otro ex professione, el P.
Presidente o el que le sigue tiene derecho y opción a nombrar el que quis-
iere".
"Y si en la elección de los Definidores, estando dos o tres in paritate
vocum, han de preceder los que actualitaler obtinent locum digniorem"…
"Asimismo suplico, y como a Padre ruego a V. R.ª, P. N., si es posible
el conseguir una Cédula del Rey, para que la Audiencia no se entrometa en
nuestros Capítulos, y nos dejen libres para celebrarlos en la Candelaria o en
otro Convento. Este punto, P. N., es de mucha importancia; porque en esta
ciudad quieren los Oidores gobernar lo eclesiástico y regular: y muchas ve-
ces, por sus respetos, se dan los Oficios de la Religión, y se ejecutan otras
cosas contra el estado Religioso, contra Bulas, etc."
"También hay mucha facilidad en dar hábitos a ilegítimos, y a muchos
de éstos sin esperanzas: y si un Religioso se opone en términos hábiles, lo
descomponen sin tregua ni orden. Quisie-ra, P. N., que V. R.ª, como Padre
universal de la Religión, obviara este daño, que a la verdad se experimenta
grande".
"Hay en esta Provincia un abuso; y es que, para elegir Definidores,
hacen los PP. Provinciales tantas cédulas cuantos vocales; cada cédula con los
cuatro sujetos que quiere; y al tiempo de entrar en la Sala, van dando a cada
uno su cédula: y así ni aun saben a quién eligen en Definidor; y por con-
siguiente, ni es libre ni aun racional tal elección. Deseo que en esto se ponga
algún orden".
"Finalmente, P. N.; pido por la sangre de Jesucristo que nos intimen, y
con aprieto se nos promulguen las Bulas que nos prohiben comparecer ante
los tribunales laicos. Bien puede V. R.ª considerar los graves inconvenientes
que atrae este punto contra el decoro religioso.=Fr. Esteban de la Trinidad".
88 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
A estas dudas satisface, en parte, N. Rmo. P. Vicario General Fr. Juan de
Jesús, en carta que dirige al P. Provincial Fr. Juan de Santa Gertrudis con
fecha 25 de Mayo de 1717, en la que le dice:
"…Siento mucho no fuese su elección con toda paz, y sin las alterca-
ciones que me refieren, que fueron muy bien pesadas y muy opuestas a mi
genio, que sólo he deseado en mi gobierno mantener en paz la Congregación,
como hoy se halla en España; en donde habiendo ya celebrado cinco Capítu-
los Provinciales, no se ha visto en ellos la menor discordia".
"En cuanto al Maestro de Novicios, debo decir que estando asentado en
esa Provincia tenga voto en Capítulo el dicho Maestro, no se le debió anular
el voto; ni el Acta del Capítulo General da motivo para ello; porque aunque
en ella se concede a los Maestros de novicios de las tres Casas principales de
las Provincias de España, no quita el que ha tenido el maestro de novicios de
esa Provincia"… Dios guarde a V. R. muchos años.=Madrid y Mayo 25 de
1717.=Fr. Juan de Jesús, Vicario General".
"Por otra vía tengo escrito a V. R., enviándole instrumento para que
todo lo hecho se mantenga; y cuanto antes enviaré la confirmación absoluta;
para lo cual, porque en adelante no se originen contiendas, tengo pedido en
Roma la subsanación del Capítulo, y con eso vamos seguros".
A esto sólo resta añadir la siguiente nota, tal como se encuentra en
nuestro Archivo General:
"El día 1.º de mayo de 1716 se celebró en Tierra Firme el Capítulo Pro-
vincial, en que fué electo Provincial Fr. Juan de Santa Gertrudis. Pero habi-
endo hallado que dicho Capítulo había tenido algunas nulidades, se resolvió
enviar a Roma, pidiendo a Su Santidad la subsanación de dicho Capítulo; la
cual concedió Su Santidad, confirmando todo el dicho Capítulo, el día 9 de
Agosto de 1717, como consta de una Bula que está en el Archivo General; de
la cual se envió un traslado auténtico a la dicha Provincia de Tierra Firme.
Con lo cual en ningún tiempo se podrá reclamar ni tener por nulo dicho
Capítulo; pues con la dicha Bula cesaron todas las dudas y escrúpulos que se
podían originar"1.

1
Arch. Gral. Lib. de Regist. pág. 57.
CAPÍTULO DÉCIMO 89

Capítulo Provincial
de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de las Islas Filipinas, que tuvo
lugar
en nuestro Convento de San Nicolás de la Ciudad de Manila,
en los días 1 al 4 de Mayo de 17161.
Fué presidido por el primer Definidor Pr. Sebastián de San Marcos. En él
se establecieron catorce Actas y veinticuatro Determinaciones; y se hicieron
las elecciones siguientes:
Provincial: Fr. José de San Nicolás.
Definidores: Fr. José de la Stma. Trinidad, Fr. Francisco de Santa
María, Fr. Atilano de San Andrés y Fr. Tomás de
San Lucas.
Aditos: Fr. José de la Concepción, Lector; Fray Pedro de la
Purificación, Lector, y Fr. Cristóbal de la Soledad.

Definidores para el Capítulo General


Por Aragón: Fr. Bartolomé de San José, Provincial absoluto; Fr.
Juan de S. Agustín (alias Bernal), Lector; y el Rector
que es o fuere del Colegio de Zaragoza.
Por Castilla: Juan de la Cruz, Provincial absoluto. Diego de San
José, de Casa Tejada, Lector; y el Rector que es o
fuere del Colegio de Salamanca.

Discretos generales de Andalucía


Fr. Bernardo de la Encarnación, Provincial absoluto;
Fr. Juan de Santiago, de Adamuz, Lector; y el

1
Arch. Prov. Libro 2.º de Becerro, fol. 1 y sigs.
90 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Rector que es o fuere del Colegio de Almagro.

Discretos segundos generales


Fr. Ignacio Bernardo de San José, de Castilla, Lector;
Fr. Miguel de San José, Lector, de Aragón, de Egea;
y el Prior que es o fuere del Convento del Toboso.
Prior de Manila: Fr. Juan de San Andrés.
De Cebú: Fr. Vicente de la Encarnación.
De Cavite: Fr. Juan de la Encarnación.
De Bagumbayan: Fr. Pedro de la Purificación.
De San Sebastián: Fr. José de la Concepción.
De Masinloc: Fr. José del Angel Custodio.
De Bolinao: Fr. José de San Agustín.
De Mariveles: Fr. Juan de la Ascensión.
De Tandag: Fr. Benito de San Pablo.
De Butuan: Fr. Gabriel de San Antonio.
De Siargao: Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
De Cagayan: Fr. Jerónimo de San Miguel.
De Romblon: Fr. Félix de Santiago.
De Calapán: Fr. Valero del Salvador.
De Bislig: Vicario Prior Fr. Benito de San José.
De Masbate: Vicario Prior Fr. Tomás de San Lucas, Definidor.
De Nauhan: Vicario Prior Fr. Francisco de la Soledad.
De Mangarin: Vicario Prior Fr. Diego de San Nicolás.
De Ilog: Vicario Prior Fr. Cristóbal de la Soledad.
De Cuyo: Vicario Prior Fr. Manuel de Jesús María.
De Painaben: Vicario Prior Fr. Atilano de San Andrés, Definidor.
CAPÍTULO DÉCIMO 91
De Bagac: Vicario Prior Fr. Francisco de la Asunción.
De Taytay: Vicario Prior Fr. José de San Jerónimo.
Procurador General: Fr. José de la Stma. Trinidad, Definidor.
Secretario: Fr. José de San Miguel.
Subprior de Manila: Fr. Pedro de Santo Domingo.
Es importante consignar el Acta siguiente:
Acta 3. "Item: se confirmó el Acta que manda que por cuanto la grave
necesidad que suele haber de Religiosos en esta Provincia sucediere concurrir
en un sujeto dos oficios, en cada uno de los cuales estuviere anejo Voto en
Capítulo Provincial, se entienda que sólo tiene con voto aquel oficio de los
dos que primero se eligiere en Capítulo; y que del que se eligiere después,
sólo se le encomienda y encarga la administración con toda la autoridad nece-
saria; hasta que N. P. Provincial y sus Definidores juzguen haber cesado la
necesidad dicha: y entonces dicho N. P. Provincial con sus Definidores (a
quien este Capítulo nemine discrepante lo remite), elija por votos secretos
canónicamente al que le pareciere convenir para dicho segundo oficio; y este
así electo y confirmado por dicho N. P. Provincial tendrá su administración y
voto; para lo cual no tendrá lugar de renunciación el que antes lo adminis-
traba. Y en orden a que N. P. Provincial con sus Definidores pueda proveer
cualesquiera oficios, se esté a lo que ordena nuestra Constitución, en
cualquier tiempo que a su Reverencia le pareciere convenir, ora sea antes de
los dos meses inmediatos al Capítulo Provincial, ora sea después"1.

Capítulo provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento
del Ave María de la villa de Talavera de la Reina el año 1716.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Nicolás del Espíritu Santo, L. J., y Califica-
dor del Santo Oficio.

1
Ibid.
92 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Definidores: P. Fr. Juan de la Concepción.
P. Fr. Francisco de San José.
Prior de Madrid: Fr. Felipe de la Ascensión.
Subprior de íd: Fr. Diego de San Agustín.
Maestro de novicios: Fr. Juan de San José.
Sacristán de íd.: Fr. Manuel de San Francisco Javier.
Prior de Toledo: Fr. Jacinto de la Concepción, L. J.
Subprior de íd.: Fr. Juan de San Ildefonso.
Sacristán de íd.: Fr. Gabriel de San José.
Prior del Portillo: Fr. Juan de la Soledad.
Subprior de íd.: Fr. Francisco de San José.
Prior de Valladolid: Fr. Simón de Jesús.
Subprior de íd.: Fr. Gregorio de San Agustín.
Maestro de novicios: Fr. Dionisio de Santa María.
Sacristán: Fr. Juan de San José.
Secretario: Fr. Andrés de Santa Teresa1.
Habiendo fallecido al poco tiempo el Prior de Toledo, le sucedió el P.
Manuel de la Concepción.
El estado del Convento de Valladolid en este año de 1716 aparece detal-
lado en la siguiente:

Carta Capitular
"RR. PP. NN. En este Convento de San Nicolás de Tolentino de esta ci-
udad de Valladolid se han cumplido los sufragios que se deben hacer por los
Religiosos difuntos y hermanos generales de nuestra Congregación, que han
sido en este trienio noventa y seis.
Hay en este Convento treinta y cinco Religiosos, que son los siguientes:
El P. Fr. Diego de San Simón, Predicador, Confesor y Subprior; el P. Dion-
isio de Santa Maria, Predicador y Maestro de Novicios; el P. Fr. Juan de San
José, Predicador y Sacristán mayor: y sigue enumerándolos; habiendo un
corista, cuatro novicios y diez legos: a los cuales se les ha dado el vestuario
necesario; en que se han gastado en todo el trienio 383 varas de sayal negro:
las 216 de los dos años del P. Lector Fr. Benito de la Concepción; y

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 40.
CAPÍTULO DÉCIMO 93
las 167 del tiempo del P. Prior Presidente: y de paño blanco 43 varas y media:
de estameña 97 varas; 35 en los dos años del P. Lector Fr. Benito; y 62 en el
tiempo del P. Prior Presidente: de lienzo, servilletas y estopa 285 varas: en
todo lo cual se han gastado 2840 reales.
Ha tenido este Convento de recibo en este trienio 84.526 reales; y los
mismos ha tenido de gasto.
La sacristía ha aumentado en seis paños de cálices de diferentes colores:
2 docenas de cíngulos de hilo, más otros cuatro cíngulos, tres de cotonía tur-
quesa y uno ordinario: 2 toallas de lienzo, una bordada en seda: una tunicela
de gasa con encajes para el Niño Jesús: una vidriera para el escaparate del
mismo Niño: una bolsa de cañamazo con sus corporales: un San Nicolás de
talla de una tercia de alto con su escaparate; dos sábanas de altar con encajes:
un espejo de tres cuartas en cuadro: tres joyas, dos de Santa Rita, de las que
una está esmaltada en oro, y la otra es una filigrana de plata: la otra es de
nuestra Madre Santa Mónica, guarnecida de aljófar: un duenario de ágata: un
crucifijo para San Nicolás de Tolentino: una arquita para poner a Su Majestad
en el Monumento el jueves Santo: que todo lo dicho ha tenido de coste 1.851
reales.
Ha tenido de obra 2.168 reales, en retejar el Convento y otras obras, en
levantar unas tapias de la huerta, hacer una celda, escalera para el campanario
y otras.
La ropería queda aumentada en siete sábanas, catorce almohadas, once
de lienzo y tres de estameña; y seis camisas.
Quedan debiendo a este Convento, de réditos de censos y de conoci-
mientos, diferentes personas de esta ciudad y su partido, 21.842 reales.
Tenía este Convento de deudas, cuando el P. Presidente vino a él, 9.619
reales; de los cuales ha pagado a la fábrica de esta Provincia 1.000 reales, y la
botica de los dos trienios antecedentes; que importa lo pagado este año de
deudas antecedentes 6.500 reales: y queda a deber este Convento 3.823
reales.
Queda de provisión en este Convento 63 fanegas de trigo; 18 de cebada;
2 de garbanzos: 4 arrobas de tocino y 4 cerdos vivos: 50 gallinas; y una pieza
de lienzo de 50 varas.
Este es el estado en que se encuentra este Convento de Valladolid a 19
de Abril de 1716.=Fr. Diego de San Simón, Presidente"1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 213.
94 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPITULO XI
ARTÍCULO I
Un Capítulo Intermedio
Sumario: Capítulo Intermedio Provincial de Filipinas.– Nombramientos.– Dos Juntas de
Definitorio.

En el Capítulo Intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás, que


se celebró en el Convento de Manila el 30 de Octubre de 1717, se tomaron
nueve determinaciones de gobierno de la Provincia, y se hicieron las elec-
ciones siguientes1:
Prior de Cebú: Fr. José de la Concepción.
Id. de San Sebastián: Fr. Vicente de la Encarnación.
Id. de Romblón: Fr. Roque de San José, alias Valenciano. Pero esta elec-
ción se anuló en junta de Definitorio pleno2.
Secretario Provincial: Fr. José de Santa María.
Procurador: Fr. José de San Miguel.
Presidente del Hospicio de Méjico: Fr. Félix de Santiago.
Comisario: Fr. Esteban de la Virgen del Pilar.
Vicario Prior de Iba: Fr. Alfonso de San Nicolás.
Id. íd. de Masbate: Fr. Cristóbal de la Soledad.
Sacristán del Convento de Manila: Fr. Ignacio de San Bernardo.
En junta de Definitorio celebrada en Manila el 1 de Noviembre de 1718,
fué nombrado Prior de San Sebastián el P. Fr. Valero de San Salvador, por
haber fallecido el P. Vicente de la Encarnación que lo era: y por traslado del
P. Valero, fué nombrado Prior de Calapán el P. Fr. José de la Soledad.
En Definitorio de 20 de Marzo de 1719, fué nombrado Vicario Prior de
Mariveles el P. Fr. Roque de San José, por haber renunciado el P. Fr. Juan de
la Ascensión.

1
Arch. Provl. Lib. 2.º Becerro, fol. 8. vto.
2
Ibid. fol. 10.
ARTÍCULO II
El Colegio de Salamanca
Sumario: Ne pereant.– Licencia de fundación.

Aunque en el tomo primero de nuestras crónicas, pág. 367, se habla de la


fundación del Colegio de Agustinos Recoletos de Salamanca, como se hace
de una manera tan sucinta, creemos muy natural dejar aquí consignados los
datos nuevos recogidos, siquiera para que no perezcan.
Fundó nuestra Religión en la ciudad de Salamanca un Colegio de la Or-
den el año 1604, el día 21 de Noviembre, fiesta de la Presentación de Nuestra
Señora. Fueron los fundadores principales los Padres Fr. Francisco de la
Cruz, natural del Portillo, y Fr. Benito del Espíritu Santo, portugués.
Fundaron en el sitio llamado la Torrecilla de la Vega; donde estuvo la Comu-
nidad hasta el quinto domingo de cuaresma del año 1605. En este día nuestros
Religiosos tomaron posesión del sitio llamado San Lázaro, en la otra parte de
la puente. Aquí estuvieron hasta el día 26 de Enero de 1626; en cuyo día,
habiéndose desbordado el río Tormes y arrastrado toda la casa de nuestros
Religiosos, la ciudad les dió un local a la puerta de Zamora en la ermita de
San Lázaro el Caballero, el sábado 9 de Febrero del mismo año. Desde esta
ermita se trasladaron a unas casas que están fuera de la puerta de Santo
Tomás, junto al Convento de Jesús, de la Orden de San Bernardo, donde per-
manecieron hasta el año 1628; fecha en que fundaron definitivamente dentro
de la ciudad, en el sitio llamado Las casas de la luna, en la plazuela del Hos-
pital General, donde quedaron instalados1.
Se tituló este Colegio de San Nicolás de Tolentino; que se fundó con li-
cencia del Consejo, del Obispo y de la Ciudad, siendo a la sazón Provincial
de toda la Religión de España el V. P. Fr. Juan de San Jerónimo.
La primera piedra de esta iglesia se puso el 8 de junio del año 1637,
siendo Sumo Pontífice Urbano VIII, reinando en España Felipe IV el piadoso,

1
Arch. Gen. Carp. B.
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO SEGUNDO 97
siendo Obispo de Salamanca Don Cristóbal de Cámara, Vicario General de
nuestra Congregación N. P. Fr. Pedro de Santiago, después Obispo de Lérida;
Provincial de Castilla N. P. Fr. Gabriel de Santiago, Rector de este Colegio el
P. Fr. Juan de San Buenaventura, Rufina, Doctor en Teología y predicador de
mucho nombre. Y se puso esta primera piedra en el pilar mayor al lado de la
epístola. En la fábrica de dicha iglesia gastó dicho P. Rector 700 ducados; su
sucesor inmediato en el Rectorado Fr. Enrique de San Agustín gastó 20 duca-
dos; N. P. Vicario General Fr. Bernardino de San Ildefonso, 40 ducados; N.
P. Fr. Gabriel de Santiago, 80 ducados; N. Padre Fr. Manuel de San Agustín,
Vicario General, 30 ducados; el cual acabó la iglesia, que se dedicó el día 9
de Septiembre del año 1650; siendo Sumo Pontífice Inocencio X, Rey de
España Felipe IV; Vicario General el último citado; Provincial de Castilla N.
P. Fr. Miguel de la Concepción; y Rector de este Colegio N. P. Fr. Pedro de
San Pablo, después Vicario General, el cual gastó 120 ducados en el claustro
y demás dependencias del Colegio. La fiesta de la dedicación del templo fué
tan solemne como podía desearse.
El Maestro arquitecto de la iglesia y colegio fué nuestro Hermano lego
Fr. Pedro de San Nicolás.
He aquí la licencia que para fundar les otorgó el Sr. Obispo:
"Nos Don Luis Fernández de Córdoba, por la gracia de Dios y de la
Santa Sede Apostólica Obispo de Salamanca, y del Consejo de Su Majestad.=
Considerando la santa y religiosa vida de los frailes Agustinos Descalzos, y
que de su asistencia en esta ciudad de Salamanca se seguirá mucho servicio
de Dios nuestro Señor, bien y utilidad a nuestros súbditos, y que no hay daño
ni inconveniente ni perjuicio particular, de que funden monasterio en esta
ciudad, por tener ya como tienen, y por nuestra orden se les ha dado la iglesia
de San Lázaro, extramuros de esta ciudad, y casa a ella conyunta, en que tie-
nen suficiente iglesia y casa de habitación en forma de convento, y de todo
ello tienen quieta y pacífica posesión, sin perjuicio de monasterio ni parroquia
alguna, ahora damos licencia y facultad a los dichos Religiosos Agustinos
Descalzos para que en la dicha iglesia de San Lázaro y casa a ella conyunta y
en el sitio a ello perteneciente puedan fundar y funden monasterio de su Or-
den, y poblarlo y habitarlo con Religiosos, según y como los demás monaste-
rios suelen estar: para lo cual y todo lo a ello anejo y perteneciente les damos
la dicha licencia y facultad, conforme sea necesaria, podemos y debemos
darla conforme a derecho y disposiciones del Santo Concilio
98 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Tridentino. Y a todo ello interponemos nuestro decreto y autoridad ordi-
naria.=Y para que de todo conste, mandamos dar y dimos ésta firmada de
nuestro nombre, sellada con nuestro sello, y refrendada del infrascripto
nuestro Secretario; y fué fecha en la dicha ciudad de Salamanca en nuestro
Palacio Episcopal a diez y nueve días del mes de Noviembre de mil y seisci-
entos y cinco años.=Don Luis Obispo de Salamanca.=Hay un sello en
seco.=Por mandado de Su Sefioría=Juan Rodríguez de Silva=Secretario".
ARTÍCULO III
Nuestro Convento de Calatayud
Sumario: Mirada retrospectiva al Convento de Calatayud.– Dificultades para la fun-
dación.– El Sr. Obispo Yepes.– Licencia.

Es tan poco lo que nuestro Cronista dice en el tomo primero de nuestras


Crónicas, folio 458, acerca de la fundación del Convento de Calatayud, de la
Provincia de Aragón, que aunque no es este su propio lugar, queremos dejar
aquí consignados los datos que hemos encontrado sobre dicha fundación,
temerosos de que, si no lo hacemos, puedan desaparecer para la historia. Son
los siguientes, tomados del mismo "libro de Estado del Convento de Calata-
yud"1.
El año de 1606, en los primeros días del mes de junio, el P. Fr.
Cristóbal de Porras y Bueno, Vicario Provincial de los Reinos de Aragón y
Cataluña, y Prior de nuestro Convento de Zarago-za, deseando dilatar nuestra
Reforma Agustiniana por todo el mundo, para que todo él participase del bien
que aquella prometía, envió al P. Fr. Diego de Jesús, Rector del Colegio de
San Nicolás de Zaragoza, para que intentase fundar un convento de nuestra
Congregación en la ciudad de Calatayud. Llegado allí, comenzó sus negocia-
ciones, hablando al justicia y a los jurados con razones muy sabias y pruden-
tes y llenas de delicadeza y cortesía; disponiendo Dios que sus palabras hicie-
sen asiento en sus corazones.
Pero porque es regla general de la divina providencia que las cosas que
atañen a su divino servicio no se consigan en esta vida sin mérito de los que
las pretenden, el enemigo común se en-cargó, como siempre, de llenar el
camino de obstáculos, valiéndose primeramente del Sr. Vicario General de
Calatayud y su Partido; el cual se opuso abiertamente a la fundación; y man-
dando llamar al P. Fr. Diego de Jesús, le trató con aspereza de palabras,

1
Arch. Gen. Carp. C.
100 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y le pidió la licencia con que decía misa y con que trataba de fundar; y
habiéndoselas mostrado el Padre, le insinuó que si llevaba licencia del Sr.
Obispo de Tarazona, algunas personas no se opondrían a la fundación; pero
que si no la tenía, se saliese al punto de la ciudad, porque estaba toda albo-
ratada y podía suceder alguna desgracia según lo inquietos que estaban los
conventos y sus apasionados. Con esta respuesta, el P. Fr. Diego regresó a su
Colegio de Zaragoza, esperando que Nuestro Señor diese sazón a esta fun-
dación.
El P. Vicario Provincial Fr. Cristóbal de Porras partió entonces a Tara-
zona a verse con el Sr. Obispo Don Diego de Yepes, varón santísimo, con-
fesor que fué de la santa Madre Santa Teresa de Jesús, y que hizo en Tara-
zona el Convento de Santa Ana de Religiosas suyas, donde está enterrado este
gran Prelado, que murió con grande opinión de santidad, y la conserva su
cuerpo; por lo cual, guárdanse sus firmas (que están en el Depósito), en dos
licencias que dió para esta fundación, y por lo mucho que nos acreditó en ella.
Al cual Sr. Obispo, como tan pío y santo, le halló el P. Cristóbal inclinado, no
sólo a hacerle merced de lo que pedía, sino aun a darle una parroquia. Y que-
riendo dejar la resolución para otro día, entró el Comendador de la Merced
con una carta del Vicario General de Calatayud, en que gravemente se que-
jaba de que los Padres Agustinos Descalzos, sin licencia de su Señoría Ilus-
trísima querían fundar; y añadió que la licencia la habían pedido a la Ciudad,
y ésta ya se la había dado, contra la jurisdicción eclesiástica.
Con esta novedad, volviendo otro día el P. Vicario Provincial a saber la
resolución del Sr. Obispo, le halló de otro parecer, manifestándole que no
había lugar a la fundación, porque el P. Fr. Diego de Jesús había errado pidi-
endo licencia a la Ciudad, cuando ésta no tenía que ver en esto, sino sólo su
Señoría, añadiendo que los demás conventos hacían gran oposición. A todas
estas quejas procuró dar satisfacción cumplida el P. Cristóbal: y al fin
quedaron en que este Padre fuese a Calatayud, y tratase el asunto con el Vi-
cario General, que era quien más se oponía, para disipar de ese modo su con-
tradicción. Sin embargo, volvióse el P. a Zaragoza, y aunque estaba triste y
pesaroso, daba buenas esperanzas a todos cuantos le preguntaban sobre la
marcha de la fundación.
De Zaragoza partió para Calatayud el día primero de Agosto; y aquí,
con la ayuda de la señora doña María Zapata, habló a muchos caballeros
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO TERCERO 101
y ciudadanos; y lo más que pudo sacar de la Ciudad fué que el justicia y los
jurados sentían grande escrúpulo en contradecir la fundación, y que no dirían
sí ni no, sino que, si iban, los recibirían: pero les advertía que habían de pere-
cer de hambre, porque los demás conventos perecían.
El P. Fr. Cristóbal, mostrándose muy agradecido a tal respuesta, dijo
que él no quería ni un alfiler, y que tan sólo deseaba que no se opusiesen a la
fundación; y habló e hizo que otros hablasen al Vicario General, el cual dió
palabra de no estorbarla. Con esto se volvió a Zaragoza, dejando encomen-
dado a la señora doña María Zapata que le avisase de la venida del señor
Obispo, que pensaba hacerlo en aquel mes: y recibido el aviso dos días antes
de N. P. San Agustín, no veía la hora de ponerse en camino; pero porque
había de predicar el lunes, día del Santo, emprendió su viaje el martes, en
compañía del P. Fr. Lucas de San Agustín y del Hermano Juan de San
Agustín, los tres con sus báculos en las manos. Los trabajos que en esta jor-
nada padecieron los tres Religiosos, sólo Dios lo sabe: porque no llevaban ni
un bocado de pan, ni una blanca con que comprarlo, y porque los calores eran
tan excesivos, que a la subida del puerto pensaron perecer, en particular el P.
Cristóbal de Porras, quien por la sed grande que tenía cayó al suelo, sin tener
fuerzas para continuar su viaje. Por fin, llegaron a Calatayud el miércoles, 30
de Agosto, cansados y fatigados, y al punto fué a visitarlos don Juan de Gam-
boa, con quien trataron de la fundación; y de allí salió determinado el P. Fr.
Cristóbal a hablar a don Alonso Muñoz, Comendador de San Juan, para que
los dos fuesen a verse con su Señoría, al cual hallaron con las espuelas cal-
zadas para irse aquella noche, siendo ya las cuatro de la tarde: hízosele la
propuesta, y convino de buen grado en lo que se le pedía: y así al punto don
Juan de Gamboa y don Alonso Muñoz fueron a suplicar a su Señoría que
diese licencia para que aquellos siervos de Dios pudiesen fundar. El Sr.
Obispo respondió con gran tibieza a su demanda, pero ocultándola los dos
caballeros, dijeron al P. Cristóbal que hablase él mismo al Señor Obispo,
porque estaba de buena guisa. Hízolo el buen Padre al momento, y su Señoría
le respondió que eran muchos los conventos y que todos perecían de hambre,
y que en vista de eso no procedía acceder a la fundación. Replicó el Padre lo
que supo con la mayor humildad: a lo que el Sr. Obispo contestó que se fuese,
porque era un asunto que merecía consultarse. Salió el Padre, y se fué a hab-
lar con el P. Fr. Justo de Soto, compañero de Su Ilustrísima, el cual, habiendo
mostrado sus
102 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
buenas entrañas y lo mucho que quería a nuestra Descalcez, dijo que por en-
tonces le parecía imposible la fundación, por ser el año de más escasez que el
anterior; y que todos hacían gran contradicción, y que las buenas palabras que
le daban eran palabras no más.
Afligido con esta respuesta, se fué al mesón, que más lo era de ratones
y sabandijas que de seres humanos, pues allí no entraba el sol sino por las
grietas; a aquel inmundo tugurio les enviaba la comida doña María Zapata,
por amor de Dios. Al otro día, jueves, volvió a hablar a su Ilustrísima sobre el
mismo tema; el cual le respondió como el miércoles, añadiendo nuevas difi-
cultades y contradicciones. Pasó el Padre este día lleno de tristeza, hablando a
unos y a otros, y pidiendo a Dios fuese servido abrir camino para que se efec-
tuase la fundación, no perdiendo un momento la confianza de que el domingo
inmediato había de decir misa en su convento: y así lo decía a sus com-
pañeros, pareciendo a todos cosa imposible. Con este ánimo habló a Juan
Jerónimo Gotor, y los dos al justicia, y a éste le pidieron que hablase al Sr.
Obispo en nombre de la Ciudad; pero como se había ido su hermano Alonso
Muñoz, no se pudo tomar otro acuerdo que el de escribir una carta; con-
vinieron en que la escribirían el P. Cristóbal y Juan Jerónimo Gotor y que él
la firmaría. Hízose así, pero temiendo el justicia que le culpasen de la entrada
de los Religiosos pobres, hizo un nuevo papel en que decía que la Ciudad no
tenía con qué poder ayudar a aquellos Padres que pedían fundación, porque
estaba muy alcanzada, que el trigo valía a siete escudos, como jamás se había
visto en Agosto; pero ya que porfiaban por entrar pobres y desnudos, que
recibiría merced la Ciudad en que les diese su Ilustrísima la licencia nece-
saria. Este papel lo llevó Gotor, y como tan devoto y adicto a los nuestros,
habló por extremo bien al Sr. Obispo, el cual respondió aún con más tibieza,
pidiéndole su parecer, y diciéndole que se fuese hasta que él pudiese darles
una parroquia. A esto replicó Gotor que, para que pudiese tener efecto, era
mejor que entrasen luego. Habiendo quedado así el asunto, el viernes, des-
pués de comer, fué el P. Cristóbal a ver si podía concluir con su Ilustrísima, el
cual, dándole buenas esperanzas y mientras le preguntaba que, si le daba li-
cencia, dónde había de decir misa, entró el Vicario General, a quien dijo su
Ilustrísima que estaba pensando en él, y que le dijese lo que debía hacer,
porque aquellos Padres le mataban pidiéndole licencia para fundar: y es-
perando una respuesta favorable, respondió el Vicario con cólera y enojo que
a él también le rasgaban los vestidos los demás Conventos, y que él tenía
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO TERCERO 103
la culpa de que su Ilustrísima les diese licencia, y que mirase que había un
motu proprio de Clemente VIII corriendo sangre, en que mandaba quitar las
Parroquias, Hospitales y lugares píos, y que morían de hambre los pobres y
conventos. A esto dijo su Ilustrísima: "Pues en verdad que los Capuchinos no
hacen contradicción": y era porque el P. Fr. Gregorio de Cuenca, capuchino,
le había suplicado que les hiciese buena acogida. A las duras palabras del
Vicario General repuso el P. Cristóbal con notable sentimiento: "Es posible,
Señor, que entran cada día veinte y treinta pobres pícaros en esta ciudad, y
que no les falta un pedazo de pan, ni hay quien les haga contradicción, y para
seis siervos de Dios, que de presente podrían venir, haya tantos inconvenien-
tes?" Enternecido con estas palabras el Sr. Obispo, dijo: "Váyase, Padre, y
considérese más en esto".
El pobre fraile salía desconsoladísimo, cuando encontró a la puerta al
socio del Sr. Obispo, a quien contó lo sucedido, admirándose el socio de lo
que había dicho el Vicario General. En esto llegó don Manuel Zapata, a quien
había escrito don Pedro Coloma diciéndole que ayudase y favoreciese a nues-
tra Religión, el cual dijo: "Padre, ¿cómo no me ha hablado?" "Señor, re-
spondió el Religioso, como tengo tantos trabajos y contradicciones, no me he
acordado". "Pues sepa, replicó don Manuel, que vengo a hablar al señor
Obispo". –"En buena ocasión, repuso Fr. Justo, porque el Vicario está con su
Ilustrísima y hace gran contradicción". –"Allá subo", dijo don Manuel. Y
puesto ante el Sr. Obispo, habló con suma discreción, diciendo: "Vuestra Ilus-
trísima tiene grande obligación de favorecer el hábito de San Agustín, pues
profesa su Regla, como yo, que traigo al pecho el de Santiago y Vuestra Ilus-
trísima el de San Jerónimo. Señor, estos Padres han de entrar, si no fuere hoy,
será mañana: pues lo que han de agradecer a otro, débanlo a Vuestra Ilus-
trísima: y pues confiesa que son santos, y dice que desea sacar de las demás
Ordenes a quienes no los tiene por tales, si entran doce de estos santos,
saldrán otros doce de esos otros; y con esto cumplirá su deseo y hará este bien
a estos siervos de Dios". Con estas y otras razones redujo a su parecer al Vi-
cario General.
Entretanto, solicitaba el P. Cristóbal dos Padres de la Compañía para
que hablasen al Sr. Obispo, y lo mismo rogó a los Carmelitas Descalzos; y no
habiendo Prior ni Subprior, recabó que el que estaba por mayor hablase a su
Ilustrísima, y el otro lo haría de buena gana al otro día de mañana, por estar
ocupado entonces con las Madres Descalzas. Pero como Dios no desampara
104 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
los que le buscan, esa misma tarde se fué su Ilustrísima a los Carmelitas Des-
calzos, y hablándole el presidente con gran valor, dijo el señor Obispo: ¿No
ve, Padre, que se hace mal a sí mismo y que los demás no vendrán en ello?
Júntelos a todos, y véase su parecer". Y reunidos, unánimes y conformes di-
jeron que recibirían merced de Su Señoría si les daba licencia para fundar.
Volvióse entonces su Iltma. al tesorero Espés y al Vicario General y les
preguntó qué les parecía: y antes que diesen su parecer, dijo el P. Fr. Justo:
¿Para qué pide Vuestra Señoría parecer a clérigos que sabe son contrarios de
capillas? Respondió el tesorero a la pregunta del Sr. Obispo: "Basta quererlo
Vuestra Ilustrísima, para que se haga". Y el Vicario General, corrido, dijo al
P. Justo: "Padre, hablemos claro: ¿háseles de dar fundación a los Padres? ¿Sí
o no?" –"¿Por qué no se les ha de dar?, dijo el Padre Justo: han de fundar, y
yo les tengo de ayudar". El Sr. Obispo estaba con los PP. Carmelitas
hablando, y dijo al presidente: "Avise al P. Fr. Cristóbal de Porras que me dé
un Memorial, alegando cómo la ciudad y Conventos piden la fundación".
De todo esto no sabía nada el P. Cristóbal, y así pasó aquella noche es-
perando el día para despedirse de su Ilustrísima. El sábado fué a decir misa,
despreciado a lo humano y consolado a lo de Dios, como a hora de las ocho;
y le pareció mejor ir a decirla a los PP. Carmelitas que tenían la casa fuera de
la ciudad: y al salir de la puerta vió hasta ocho clérigos, y que de ellos se
apartó el Arcipreste Pueyo y se vino a él y le dió albricias de la fundación, y
le contó lo que le había pasado al Sr. Obispo con los Carmelitas, y cómo
había dispuesto se diese Memorial. Con esta noticia fué a decir misa, y halló
al presidente carmelita junto a la sacristía, quien le dijo lo mismo que el ar-
cipreste. Dijo la misa con gran consuelo y fervor; y acabada, hizo su Memo-
rial, diciendo que la Ciudad, habiendo medido sus fuerzas, gustaba de su en-
trada; lo mismo que las Religiones más pobres como eran los Descalzos Car-
melitas, Capuchinos y Padres de la Compañía; y así hecho, lo llevó a Su Ilu-
trísima. Pero antes de entrar encontró al P. Justo, el cual le preguntó a dónde
iba. –A entregar a Su Ilustrísima este Memorial, respondió el Padre Cristóbal;
añadiendo que le haría un favor si se lo presentaba él; pues temía disgustarle
con su presencia, acordándose de la despedida del día anterior". Entre con-
fiado, le dijo entonces el P. Justo, que el Sr. Obispo le recibirá bien. Este es-
taba a punto de decir misa; y al ver al P. Cristóbal, le dijo: ¡Qué de prisa anda,
Padre! –"Señor, replicó el Padre, si se ha de hacer esta fundación,
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO TERCERO 105
hágase cuanto antes". –"Pues bien, ¿qué quiere? dijo el Sr. Obispo. –Que
Vuestra Señoría pase los ojos por este papel, dijo el Padre entregándole el
Memorial. Tomole su Ilustrísima, y sentados ambos, lo leyó y dijo: "Si le doy
licencia, ¿dónde ha de decir misa? que no quisiera la dijese en parte alguna
que mañana se hubiese de profanar." En este momento entró un sobrino del
Sr. Obispo, que al verle entrar dijo: "Vea aquí, Padre, quién tiene la culpa de
esta licencia." –Creo yo muy bien, dijo el P. Cristóbal, que habrá intercedido
para que Vuestra Ilustrísima me haga esta merced. Volvióse entonces el Sr.
Obispo a su Secretario y le dijo: "Ea, Cortés, mire que se ha de dar licencia
muy en forma para que estos Padres funden. Y mire V. Paternidad, que quiero
ir a ver dónde ha de decir misa".
Con la alegría y contento que se puede imaginar salió de allí el Padre,
dándole todos el parabién: y en el espacio de cuatro horas limpió y entapizó la
ermita de San Marcos de los Canónigos del Santo Sepulcro, que hacía un año
no se entraba en ella. Fué a verla el Sr. Obispo, y pareciéndole decente, dió
licencia para que se dijese misa; y que el lunes próximo, que era la octava de
N. P. San Agustín, su compañero el P. Justo dijese la misa y el P. Cristóbal
predicase. El domingo se dijo la primera misa, tomose por testimonio, y el
lunes a las diez vino la ciudad en forma y el Sr. Obispo con sus clérigos y con
el Vicario General. Díjose la primera misa rezada; y acabada, predicó el P.
Fundador Fr. Cristóbal: y acabado el sermón, mandó Su Ilustrísima que nadie
se saliese; y tomando ocasión de lo que había predicado, hizo una sentida
plática en honra de nuestra Religión, animando a los fieles a la devoción del
Gran Padre San Agustín, contando aquel memorable hecho que sucedió en la
insigne ciudad de Toledo en la parroquia de Santo Tomás; y fué que habiendo
muerto el conde de Orgaz, que era devotísimo de San Agustín, estando ya
para poner en la sepultura el cuerpo, apareció súbitamente San Agustín, ves-
tido de pontifical, en compañía de San Esteban, y llegando al cuerpo, lo tomó
uno de la cabeza y el otro de los pies y lo pusieron en la sepultura: y vuelto al
pueblo, que con grande admiración miraba todo esto, dijo: "Esta honra hace
Dios y reciben los que a sus Santos sirven". Y de aquí quedó en aquella ilus-
tre casa, para perpetua memoria, que el Mayorazgo siempre se ha de llamar
Agustín y el segundo Esteban: y si acaso muere el mayorazgo, el segundo
deja el nombre de Esteban y se llama Agustín.
Dijo más aquel santo Obispo Yepes: dijo ser obra de Dios y no de los
hombres esta fundación; pues estando Obispo, Ciudad y Conventos resueltos
106 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a que no se hiciese, se había hecho: y declaró que a él le había convencido a
favor la razón de que cada día entraban en la ciudad tantos pícaros, y no les
faltaba un pedazo de pan ni tenían contradicciones; y seis siervos de Dios
tenían la oposición de todos.
Cesó la plática; y dada la bendición, cada uno se fué a su casa. Y el Pa-
dre Prior, dejando orden al que dejaba por mayor de que entrase luego en una
casa pegada a San Marcos, que se la ofrecieron, volvió a su Convento de
Zaragoza.
Apenas había llegado, cuando recibió cartas de personas graves que le
decían que los Religiosos estaban en mesón, y corrían grave riesgo por razón
de habladurías, y que el P. Lucas, afligido, quería enviar los frailes a
Zaragoza. La razón era porque el demonio que nunca descansa, envidioso del
bien que en aquella ciudad habían de obrar los Recoletos, se apoderó del co-
razón de una mujerzuela, la cual hacía grandes extremos, diciendo que los
frailes no habían de estar a su puerta, y que estaba bien escarmentada de todo
género de Religiosos. Rogáronla los PP. de la Compañía, Capuchinos, Car-
melitas, caballeros y el justicia que se callase, y jamás se pudo acabar con
ella; de suerte que sola ella estorbaba lo que toda la ciudad deseaba. El justi-
cia una y muchas veces dijo al P. Lucas que, si quería, él de hecho echaría al
que tenía alquilada la casa; y lo mismo aconsejaban Don Manuel y los PP. de
la Compañía, diciendo que ya se había usado de todos los términos cortesa-
nos; y que, por tanto, no se guardase más sino que el justicia obrase de oficio.
Pero el P. Lucas estuvo siempre en que de ninguna manera se había de dar
disgusto: y así tenía a los Religiosos metidos en un aposento donde no veían
sol ni luna. Estando en esta aflicción, Dios que acude a las mayores necesi-
dades, y cuando los medios humanos no valen, de las entrañas de la tierra
saca oro y plata, al pasar del mesón a la iglesia los Religiosos a decir misa,
viendo su descomodidad, y cuán desbocadamente hablaba aquella mu-
jerzuela, salió una pobre hornera que con espíritu del cielo salió en defensa de
los Religiosos, y dijo: "¡Pluguiera a Dios que esta mi casa fuera a propósito,
que no sólo se la alquilaría, sino que se la prestaría y aun diera cada!" El P.
Fr. Pedro de los Angeles, portugués de nación, que oyó esta razón, pidióle la
llave, temiendo no se arrepintiese; la cual dió de muy buena gana; y, aunque
la casa era casi inhabitable, les pareció cielo por salir del calabozo del mesón.
En este tiempo llegaron cartas al P. Cristóbal del desacomodo que sus hijos
tenían; y así salió y vino el lunes 12 de Septiembre a Calatayud.
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO TERCERO 107
Calló cómo el demonio le quiso matar en el camino, descalabrándole muy
mal en tres o cuatro partes y afeándole el rostro. Recibiéronle los Religiosos
con grandes muestras de amor; y para demostrar con obras el contento que en
el alma tenían, le prepararon el mejor banquete y mesa que podían; y fué
ponerle de comer sobre una tabla en el suelo, donde se sentó y comió de la
gran pobreza que para si tenían con más gusto que si comiera con el Rey y de
regios manjares. Dióse luego traza (aunque los Religiosos no le dejaban salir
de casa por verle tan mal parado), de hablar con el Sr. Obispo y de decirle
cómo una mujercilla detenía la voluntad de Su Ilustrísima; y que, si le daba
licencia, buscaría acomodo en otra parte. Diósela el Sr. Obispo, y la divina
providencia hizo que en seguida se presentase un amigo que le ofreció su
casa. El Sr. Obispo, como tan santo, fué aquel mismo día a ver la pobre casa
que la hornera les había dado y el desnudo suelo en que dormían; y de allí
pasó a la casa que de nuevo querían tomar; la recorrió toda, y les envió una
buena limosna. Y no habiendo más tiempo que el sábado después de medio
día, lunes y martes, para que se dijese la primera misa en la nueva casa;
teniendo necesidad de hacer antes una puerta grande de iglesia, romper la
pared, hacer campana, barras de hierro, clavos para la puerta, cerradura y
otras mil cosas, que por ser penoso paso en silencio, el martes por la noche
estaba todo hecho y acabado; y esa misma noche el P. Mateo de los Angeles,
que por ser curioso sacristán había ido a ayudar, colgó la capilla mayor y ad-
erezó la iglesia con cuadros y el altar con imágenes, medallas, agnus y pluma-
jes graciosos; de manera que con grande decencia y solemnidad, el miércoles
se puso el Santísimo Sacramento. Y es digno de notarse que, habiendo estado
lloviendo a cántaros todo el día y la noche, desde que tañeron a misa hasta
que se acabó la fiesta con sermón y bendición de panecicos, hizo un sol claro
y alegre, deteniendo el cielo sus aguas; y una vez terminado todo, tornó el
cielo a encapotarse y a llover en abundancia: y al mismo tono llovían en el
Convento mantas, dineros y otras mil limosnas. Y llevando por delante la
ayuda de su divina Majestad, confiamos en Dios que trabajarán en su servicio
los diez Religiosos que entonces quedaron, para guardar su santa Regla y
enseñar a los fieles el camino de la verdad, a honra de la Santísima Trinidad y
d. N. G. P. San Agustín".
108 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Licencia del Señor Obispo


"Fr. Don Diego de Yepes, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede
Apostólica, Obispo de Tarazona, del Consejo de Su Majestad, etc.=Por la
presente y su tenor damos licencia para que los Padres Descalzos de la nueva
Reforma de San Agustín, y en su nombre el P. Fr. Cristóbal de Porras, Vi-
cario Provincial de dicha Orden, puedan fundar y funden en la Ciudad de Ca-
latayud de nuestra Diócesis un monasterio y casa de su Orden reformada;
eligiendo sitio acomodado y decente para dicha fundación: atento que nos
consta que el trato, doctrina y vida ejemplar de dichos Religiosos importará
mucho para el aprovechamiento y reformación de los vecinos de dicha Ci-
udad: confiando que Nuestro Señor hará por este medio muy colmadas mer-
cedes a dicha Ciudad, y alargando más la mano de su misericordia quien supo
y pudo con cinco panes satisfacer con exceso a cinco mil hombres, obrará
otras maravillas, de que tenemos evidentes testimonios.=Dado en Calatayud
en tres de Septiembre de mil seiscientos y seis años.=Fr. Diego, Obispo de
Tarazona.=Por mandado de Su Señoría,=Alonso Cortés, Scretario". Locus
sigilli.=
En el libro de la Cofradía de la Correa hay una partida del tenor
siguiente:
"Memoria de la fundación de esta Casa de San Agustín N. P. de los
Descalzos, intitulada de San Nicolás de Tolentino, que se hizo en tres días de
noviembre de mil seiscientos y nueve años. Compró esta Casa el Convento,
siendo Prior de ella el P. Fr. Alonso Gutiérrez: costó mil ducados, que se
dieron al Sr. Don Juan de Gamboa, vecino de Zaragoza, de esta manera:
Luego de hecha la venta, se le dieron quinientos escudos; por los seiscientos
esperó cuatro años, que se empezaron a contar desde la fecha de la venta.
Fundó en esta casa tres misas perpetuas; la primera a diez y nueve de
Enero; la segunda el día siguiente de San Juan Bautista; la tercera al otro día
de Santiago; todas tres de Requiem, por sus difuntos. Dió cien escudos,
porque no quiso dar las casas menos que por mil y doscientos escudos: y
porque se le dijesen estas misas, quitó los cien escudos y fundó con ellos las
dichas misas.
Trasladóse el Santísimo Sacramento de la casa alquilada a esta propia
CAPÍTULO UNDÉCIMO. ARTÍCULO TERCERO 109
a tres días del mes de Noviembre de mil seiscientos y nueve; y diciendo la
primera misa el Sr. Obispo de Tarazona Don Diego de Yepes, puso el San-
tísimo Sacramento, el cual estuvo aquel día patente por devoción particular de
los Religiosos de esta casa: en la cual y su fiesta se llegó la Ciudad con
mucho contento, hallándose el Sr. Justicia y Ciudad, la cual nos dió para
ayudar a comprar la casa cuatro mil reales de limosna. Mas Matías Pujadas
nos hizo merced de otros cuatro mil reales: y Jaime Salinas nos dió de li-
mosna cien escudos.=Fr. Alonso Gutiérrez, Prior.=Fr. Alonso de San Jacinto,
Subprior.=Fr. Pedro Corral, Depositario.=Fr. Antonio de San José, Deposi-
tario.=Fr. Martín de San Guillermo.=Fr. Pedro de la Resurrección".
En el mismo libro en la última hoja hay otra partida del tenor siguiente:
"Tomóse este Convento de Calatayud a dos de Septiembre, octava de
San Agustín N. P. Dijo la primera misa cantada el P. Fr. Justo, compañero de
Su Señoría Fr. Don Diego de Yepes, Obispo de Tarazona, de la Orden de San
Jerónimo; y predicó el P. Fr. Cristóbal de Porras, Vicario Provincial de los
Reinos de Aragón y Cataluña; y acabado el sermón, Su Señoría hizo una
plática en loa de San Agustín N. P. y de esta santa Religión. Halláronse en
esta fundación en compañía del P. Vicario Provicial el P. Fr. Lucas de San
Agustín y el Hermano Fr. Juan de San Agustín. Pasamos de San Marcos,
donde estuvimos algunos días, a la casa de Jaime Pueyo el miércoles veinte
de Septiembre de mil seiscientos y seis. Murió el P. Fr. Francisco de los San-
tos, Prior de este Convento, a nueve de Mayo de mil seiscientos y siete".
Licencia del Sr. Obispo para pasar a la casa que hoy tenemos.
"Fr. Don Diego de Yepes, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede
Apostólica, Obispo de Tarazona, del Consejo de Su Majestad, etc. –Por tenor
de las presentes damos licencia al P. Prior y Religiosos de los Agustinos
Recoletos de la Ciudad de Calatayud de nuestra Diócesis, para que puedan
tener su casa y habitación y la iglesia en la casa de Don Juan de Gamboa de
dicha Ciudad, la cual han comprado para dicho fin y efecto de hacer en ella
iglesia y convento para su morada y habitación. En testimonio de lo cual
mandamos hacer las presentes en el Lugar de Alarva, a quince días del mes
de Octubre de mil seiscintos y nueve años. –Fr. Diego, Obispo de Tarazona. –
Por mandado de Su Señoria. –Alonso Cortés, Secretario". –Locus Sigilli".
110 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO XIII
ARTÍCULO I
Tres Capítulos de Nuestra Congregación
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Nombramientos. –Carta del Provin-
cial. –Capítulo Provincial de Aragon. –Nombramientos. –Capítulo General. –
Nombramientos. –Actas.

Capítulo intermedio Provincial


que la Provincia de la Candelaria celebró en Bogotá
el día 2 de Mayo de 1718.

Nombramientos
Vicario Prior del Desierto: P. Fr. Tomás de San Baltasar, Predica-
dor.
Vicario Prior de la Popa: P. Fr. Miguel de Jesús María.
Subprior de íd.: P. Fr. Juan de San José, Apolinar.
Vicario Prior de Tunja: P. Fr. Juan de la Purificación, Predicador.
Vicario Prior de Honda: P. Fr. Clemente del Salvador.
Secretario: P. Fr. Clemente de San José.
Vicerrector de Bogotá: P. Fr. Miguel de Sn Lorenzo, Predicador1.
Los que quedaron descontentos con la confirmación plena y total del
Capítulo Provincial de 1716, hecha por Su Santidad el Papa, no es extraño
que apelasen a medios poco nobles para desacreditar el gobierno de los Supe-
riores establecidos. Así, al menos, se colige del siguiente documento:
"M. R. P. Nuestro Vicario General: Con la venida del P. Presidente
Fray Tomás de la Encarnación, recibí las Actas y mandatos de V. R., besán-
dolas y poniéndolas sobre mi cabeza; que poco hubo que hacer, por ser todo
constitucional y lo que debemos observar: y en mi tiempo he procurado se
observe

1
Arch. Gral. Carp. F.
112 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
todo, como le informarán a V. R.ª –Sólo sí las alpargatas de cuero, que siem-
pre, desde que se fundó esta Provincia, se habían usado en los Religiosos: Y
conociendo los VV. Visitadores la imposibilidad de traerlas de cáñamo, según
los climas de las tierras, hicieron acta para que fuesen de baqueta, de manera
que descubran todo el pie. La cual acta se llenó y está confirmada por tres
Capítulos Generales. Pero al presente quedamos arbitrando de qué se podrán
hacer para el cumplimiento del mandato de las Actas".
"Tocante a los informes que han hecho a V. R. y al V. Definitorio, ha
sido falso: porque siempre he procurado cumplir con mi obligación; y que, si
ha habido que castigar, lo he hecho según mandan nuestras leyes: que no
porque un individuo sea malo, lo han de ser todos. Y por último, P. N., he
quedado absorto que hayan informado a V. R.ª tan mal de una Provincia en-
tera, y de tantos sujetos que son el espejo de toda la ciudad. Y porque sólo mi
dicho no basta, después informaremos a V. R.ª"
"Y tocante a lo que me dice V. R. de que he sacado suma de plata, no
puedo menos que descargarme pidiendo licencia a V. R.ª, y permitiéndomelo.
Y digo que desde que entré al gobierno no han contribuido más que ciento y
cincuenta pesos y tengo remitidos trescientos. Porque de Cartagena, este
Colegio y el Convento de la Candelaria no han dado nada, por estar imposi-
bles: porque con el decaecimiento de los tiempos ha venido todo en suma
miseria; tanto, P. Nuestro, que, por no haber para una mula, he visitado los
Conventos a pie. Esto es notorio a la Comunidad, y ha sido edificación a las
demás Religiones.
"Y aunque conozco no era yo el que lo había de decir, hágolo sólo por
satisfacer a V. R.ª
"Tocante a las Misiones, tengo visitado por dos veces, y he entrado
tierra adentro, y esto a pie, por unos caminos tan dilatados y fragosos; y he
hecho lo que he podido, y nada de esto se me ha hecho duro. Sólo sí, P.
Nuestro, siento el que nos hayan desacreditado y a toda la Provincia: y quizá
sujetos habrá 18 ó 20 años que andan huidos de los Conventos por huir de la
observancia. Que después sabrá V. R.ª todas las cosas, y quedará admirado de
tan malos informes como hicieron a V. R.ª
"Por ahora no hay otra cosa de que avisar a V. Rª: sólo sí, el que
quedamos observando los mandatos de V. R.ª y pidiendo a Dios nos lo guarde
por muchos años. –Santa Fe, 24 de Octubre de 1719 años. –B. L. M. de
CAPÍTULO DOCE. ARTÍCULO PRIMERO 113
V. R.ª su más amante y obediente hijo, Fr. Juan de Santa Gertrudis, Provin-
cial. –M. R. P. N. Vicario General Fr. Tomás de San José" (1).

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en el Convento de
Nuestra Señora
del Portillo, extramuros de la Ciudad de Zaragoza, el año 1718.

Nombramientos
Provindal: R. P. Fr. Miguel de la Purificación.
Definidores: P. Fr. José de San Joaquín.
P. Fr. José de San Nicolás.
P. Fr. Lucas de la Cruz.
Prior de Zaragoza: Fr. Tomás de Santo Domingo.
Subprior de íd. Fr. Ignacio de San Gil.
Maestro de novicios: Fr. Antonio de la Concepción.
Prior de Valencia: Fr. Tomás de San Agustín.
Subprior de íd.: Fr. Juan de la Virgen del Rosario.
Maestro de novicios: Fr. Felipe de San José.
Sacristán de íd.: Fr. Francisco de San Jerónimo.
Prior de Barcelona: Fr. Miguel de San José1.2.
Secretario: Fr. Agustín de Santo Domingo.
El año 1719 murió el Provincial P. Miguel, y le sucedió como Rector
Provincial el P. Miguel de San Agustín.

1
Arch. Gral. Carp. F.
2
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
114 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo General
que se celebró en nuestro Colegio de Alcalá de Henares el año 17181.

Nombramientos
Vicario General: Rvmo. P. Fr. Bartolomé de San José, Lector Jubilado.

Definidores
Por Castilla: M. R. P. Fr. Juan de la Cruz, L. J., Calificador del
Santo Oficio y Ex-Provincial.
Por Filipinas: M. R. P. Fr. Martín de Jesús María, Predicador.
Por Tierra Firme: M. R. P. Fr. Juan de San Cayetano, L. J. y Predicador.
Por Andalucía: M. R. P. Fr. Pedro de Santa Verónica, Predicador.
Secretario: M. R. P. Fr. Juan de San Agustín.
Se aprobaron dos Actas referentes al régimen interior de la Congrega-
ción, la primera de las cuales dice así:
"Primeramente se determinó que, en orden a las excepciones de
nuestros Padres Vicarios Generales absolutos, se esté a lo que manda la Con-
stitución, 3. part., Cap. 6., § Omnes: y que, en orden a dar a sus Reverencias
Prior, se observe lo determinado en los Capítulos Generales de Alcalá, año de
1684, y de Calatayud, 1688; que cualquiera de sus Reverencias proponga tres
sujetos idóneos y beneméritos, y el Capítulo elija a uno de ellos, siendo tales;
pero no se entienda para las tres Casas principales de la Provincia de Madrid,
Zaragoza y Sevilla, ni en los Conventos de otra Provincia, si alguno de sus
Reverencias quisiere vivir fuera de la suya. Y asimismo se mandó y deter-
minó que el Religioso Lego que la Constitución le da para su asistencia y
consuelo, se tenga como Conventual y esté sujeto a la obediencia, gobierno y
corrección, así del P. Provincial como a la inmediata del P. Prior y Subprior,
según es derecho, que se le concede para su asistencia y alivio. –Mandamos
que los Prelados no le ocupen ni envíen fuera de Casa, cuando su Reverencia
le hubiere menester; y en todo caso no sea sin darle aviso. Así lo determinó el
presente Capítulo, y asimismo lo pidieron nuestros dos Padres Vicarios Gen-
erales absolutos".

1
Arch. Gen. Carp. Capítulos: y Lib Regist. pág. 60.
ARTÍCULO II
El P. Fr. Manuel de los Santos
Sumario: Su patria. –Talento prodigioso. –Su primer sermón siendo corista. –Sus triun-
fos en las cátedras. –Es elegido Provincial. –Sus escritos. –Extraordinarios elogios
de su persona.

Nació en la parroquia de San Justo y Pastor de Madrid en Febrero de


1666. Fué hijo legítimo de Antonio Asensio y de Marina Caocordido. Desde
pequeño dió muestras de un gran talento; tanto que a la edad de ocho años
salió de la escuela escribiendo gallardamente, y a los once años había aca-
bado la gramática1.
De Madrid pasó a Alcalá de Henares a continuar sus estudios; y antes de
los catorce años pidió vestir nuestro santo hábito en el Convento de Agustinos
Recoletos de Madrid, donde en efecto lo vistió, profesando en Febrero de
1682.
Estudió artes y teología con ventaja asombrosa sobre todos en los Cole-
gios que le señaló la obediencia. Siendo todavía corista, volvió a Madrid, y
ocurrió que la víspera de la fiesta de N. P. San Agustín, cayó enfermo el que
estaba encargado de predicar el sermón. El tiempo era corto, el asunto difícil,
por ser la fiesta con asistencia de las Corporaciones Religiosas y de la Corte;
y en tan críticas circunstancias, como todos conocían las disposiciones ex-
traordinarias de Pr. Manuel, pidieron unánimes al Superior que mandase al
corista predicar un sermón de tamaño compromiso, seguros de su indiscutible
triunfo. Llamóle el Provincial y le propuso su deseo. Asombrado el corista Fr.
Manuel de semejante proposición, se excusó humildemente, proponiendo a
otros famosos predicadores de la Comunidad. Pero al insistir el Prelado y
mandárselo por obediencia, replicó resignado: Pues predicaré, Padre
Nuestro; que la obediencia puede mucho. Y llegado el momento, entre la
espectación de todos, predicó un sermón tan sublime, que dejó asombrado al
auditorio; sermón que es el primero de los que imprimió después.

1
Arch. Gen. Carp. Biograf.
116 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El año 1694 entró a explicar teología en nuestro Colegio de San Nicolás
de Tolentino de Salamanca con general aplauso y grandes progresos de sus
discípulos. Después de haber explicado el tiempo reglamentario, obtuvo el
título de Lector jubilado1. Luego fué nombrado Secretario Provincial: y en el
Capítulo Provincial de 1707 fué elegido Rector de dicho Colegio de Sala-
manca; tomando posesión del mismo el 5 de junio de dicho año.
En el Capítulo de 1710 fué reelegido para el mismo rectorado. Mientras
leyó artes, y muy principalmente explicando teología y durante los seis años
de Rector en Salamanca se captó la amistad y la admiración de toda la ciudad.
Ultimamente los Superiores quisieron premiar sus muchos méritos, y lo
eligieron Prior Provincial de su Provincia de Castilla: y en este empleo más
particularmente que en los demás se esmeró por aumentar el esplendor de su
Provincia y el bienestar de sus súbditos. Fué tan caritativo, que todo cuanto
adquiría por los sermones que predicaba (que fueron muchos en toda España
y más singularmente en Madrid), lo repartía entre los pobres.
Murió en el convento de la villa y Corte de Madrid el día 24 de Noviem-
bre de 1718, sin haber cumplido los 53 años de edad. Su muerte fué muy sen-
tida de todos los maestros doctos y sabios. Mereció que se le pusiese en la
Gaceta de Madrid; y que el insigne Fr. Juan Interián de Ayala le hiciese un
elogio en su Pictor Christianus.
Fueron fruto de su pluma las siguientes obras:
– Armonía con que mecen, arrulan y guardan el sueño las virtudes a los
piadosos manes de la Reina Doña María Luisa de Saboya. (Sermón
que predicó en Santo Domingo el Real el 19 de Mayo de 1714 en las
honras que hizo, Madrid;) impreso en 4.º
– Oración en el Capítulo de la Provincia de las dos Castillas de su Orden
en el Convento de Talavera el 19 de Marzo de 1707; en 4.°
– Oración en acción de gracias por el Capítulo General de la Recolec-
ción de España e Indias en el Convento del Toboso, el día segundo
de Pentecostés de 1712. Salamanca: en 4.º
– Explicación del desamparo de Jesucristo en la Cruz: (Oración que pre-
dicó la última tarde de los siete viernes después de Pascua, año de
1715). Madrid, en 4.º

1
El 3 de Febrero de1704. Arch. Gral. lib. Regist. pág. 33.
CAPÍTULO DOCE. ARTÍCULO SEGUNDO 117
– Lo que no supo Agustino.=Paradoja panegírica. Es el sermón que pre-
dicó siendo corista, que se imprimió en Madrid: 1717.
– Primicias Evangélicas.=Sermones que imprimió el Definitorio de su
Provincia.=Madrid, 1724, en folio, un tomo muy nutrido de varios y
magníficos sermones.
Además dejó manuscritos con su hermosa letra otros muchos sermones; y
una obra sin concluir, intitulada: Systemata theologica contra propoitiones
Quesnellianas: en folio.
El sermón que predicó en Madrid, siendo corista, titulado: Lo que no
supo Agustino, fué impreso en Madrid el año 1717, previamente retocado por
su autor. Entre varios sermones escritos de puño y letra del P. Manuel, que se
conservan en el Archivo General de nuestra Orden1, no se encuentra el citado:
y es muy de sentir su desaparición, porque debía de ser una obra maestra, a
juzgar por las afirmaciones del censor en su Dictamen, que es lo único que
queda, y dice así:
"Dictamen de N. V. P. Fr. José de la Encarnación, Lector de Teología
Jubilado, y Ex provincial de esta santa Provincia de Castilla de Recoletos de
N. P. S. Agustín, etc.=Mándame N. V. P. Fr. Juan de Jesús, Lector Jubilado,
Calificador del Santo Oficio y Vicario General de la Congregación de España
e Indias de Recoletos de N. P. S. Agustín, que censure (y aún no sé si también
me dice que admire), este sermón de N. P. S. Agustín, feliz parto del fecundo
ingenio de N. V. P. Fr. Manuel de los Santos, Lector Jubilado y Ex Provincial
de esta santa Provincia de dicho Orden. Y aunque su autor le parió este año
en el púlpito, grande, perfecto y maravillosamente organizado, le pareció al
auditorio que había nacido pequeñito (tal fué la suspensión de todo él, que
una hora cabal se le hizo un pequeñito instante); y así para dar gusto a los que
le desearon mayor, le aplicó después a los pechos de su doctrina, donde dán-
dole más alma y más cuerpo, nos le ofrece hoy más crecido; mas no tanto que
llegue a ser a quien le entiende ni fastidioso ni pesado. Mercede intelligentis,
dice mi Gran P. S. Agustín2, diuturnus sermo onerosus esse not debet.
Además que, si los ilustres hechos piden oraciones ilustres, Praeclara gesta
praeclaris indigent orationibus3, ¿por qué los

1
Arch. Gen. Carp. B
2
In Psal. 33. cont. 1.
3
Plutarco in Apophth.
118 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Santos grandes no han de pedir grandes sermones? Y si lo sublime de las
obras y grande de la santidad se halla en mi Gran P. S. Agustín, grande y sub-
lime también debe ser su sermón. Este, pues, sublime y grande sermón me
manda la obediencia que censure; y debiendo ser la censura adecuada y
rigurosa, es necesario que la de este sermón sea toda ella una alabanza. Y
siendo ésta en mucha parte mía propia (pues el hábito que el autor y yo ves-
timos, y la amistad estrecha que uno y otro profesamos nos hacen comunes
las glorias y los intereses), para evitar toda sospecha de alabanza propia (feal-
dad torpe en quien la dice, e insufrible tormento a quien la oye), no ha de ser
la alabanza del predicador (y ya dejo dicho que su alabanza es también mía),
sino es de Dios en el predicador: y éste no dar la alabanza al predicador sino
es a Dios, es dar al predicador la mayor y mejor alabanza, y es hacer la cen-
sura otra paradoja. No es este pensar mío, que yo no pienso tan bien; es de mi
Gran P. S. Agustín: Cum sermonem bonum aliquem dicis, non laudetur sermo
tuus, quasi tuus, sed laudetur, sicut dicit Psalm., in Deo laudabo verbum, et
in Domino laudabo sermonem… ¿quid enim habes quod non accepisti? in
Deo lauda sermones tuos, ut in Deo lauderis sermonibus Dei1. Esto enseña
mi G. P. S. Agustín, esto practica con su gran modestia y humildad el autor
de este sermón, y esto es también lo que todos debemos practicar. Supuesto
esto, comienza ya la censura.
¿No es para alabar a Dios ver este sermón más adornado de sentencias
que de palabras, y hallar cabalmente en él lo que deseaba el mayor orador:
Oratio debet esse ornatior sententiis quam verbis? (Cicerón). ¿No es para
alabar a Dios ver en este sermón tanta alteza en el pensar, tanta profundidad
en el discurrir, y tanta latitud con que abraza todo género de erudición, que
Saepe ego digestos volui numerare colores
Non potui; numero copia maior erat?
¿No es para alabar a Dios ver en este sermón algunas palabras escritas
con diligente negligencia, con descuido cuidadoso, con inelocuente elocuen-
cia, con una descompostura compuesta, con un desadornado adorno, despre-
ciando en ellas el que no suenen tan bien, porque signifiquen y persuadan
mejor, que es lo que pedía mi Gran P. S. Agustín en el buen predicador2:

1
S. P. August. in Psalm. 55.
2
Par. August. lib. 4.º de Doctri. Christ. cap. 9.
CAPÍTULO DOCE. ARTÍCULO SEGUNDO 119
Bonus praedicator aliquando negligit verba cultiora, nec curat quid bene
sonet, sed quid bene indicet, atque intimet quod ostendere intendit: unde ait
quidam, cum de genere talis locutionis ageret, esse in ea quamdam diligen-
tem negligentiam, haec tamen sic detrahit ornatum, ut sordes non contrahat?
Y finalmente, ¿no es para alabar a Dios ver este sermón transformado en an-
zuelo, cogiendo a todos los que le cogen en sus manos o en sus oídos, y no
para perderlos, si bien para perfeccionarlos? Pues en él coge al teólogo con su
teología, al predicador con su Escritura, al elocuente con su elocuencia, al
noticioso con sus noticias, y finalmente, a todos cuantos le cogen, coge; o
para la admiración o para la enseñanza, o para el aprovechamiento o para la
complacencia. Y así este sermón es al modo de los sermones de Dios: no lo
digo yo, dícelo mi Gran P. S. Agustín1: Sic est sermo Dei, et sic debet esse
fidelibus, tamquam pisci hamus, tunc capit quando capitur, nec fit iniuria
illis, qui capiuntur; ad salutem quippe non ad perniciem capiuntur. Y siendo
este sermón al modo de los sermones de Dios, yo alabo a Dios en este ser-
món. Y al autor ruego, careando a su persona estas palabras de San Juan
Crisóstomo2: Noli claudere rivos doctrinae tuae, sed, juxta Salomonem, de-
riventur fontes tui foras, et aquas tuas in plateis divide. Pues me causa gran
dolor ver estancadas aguas tan delgadas, tan puras, tan claras, tan saludables y
provechosas.
Supuesto esto, y lo que queda dicho, dicho se está también que no sólo
se le puede permitir al autor que imprima este sermón, sino mandarle con
seriedad saque otros muchos a luz. Este es mi juicio: salvo etc... En este Con-
vento de Nuestra Señora de Copacavana de Recoletos Agustinos de esta
Corte y Villa de Madrid; Hoy 23 de Octubre del año de 1717.=Fr. Joé de la
Encarnación".
Los sermones escritos de puño y letra del P. Manuel, que quedan en el
Archivo General de nuestra Orden, llevan los títulos siguientes:
1.º San Ignacio.=En San Sebastián, a la Diputación del Reino de Navarra.
Seis folios.
2.º Los Santos Niños Mártires San Justo y San Pastor: en su parroquial de
Madrid, donde el autor recibió el bautismo (a los ocho días de su
nacimiento). Seis folios.

1
P. August. Hom. 9, tract. 42 in Joan.
2
S. Joan. Chrisost. Hom. 9 in Genes.
120 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
3.º Natividad de la Virgen. En las niñas que llaman de Leganés. 1713. Siete
folios.
4.º Enigma de un Hombre Dios a quien Dios deja y no deja. Oración del
Desamparo de Jesucristo nuestro Bien, representado en su imagen
admirable y milagrosa, que venera Madrid en el Convento de
Recoletos Agustinos. En el primer viernes después de Pascua, de los
siete que celebra su Real Congregación, y en que hacía la fiesta su
Hermano Mayor, el Excelentísimo Señor Don José Girón, Duque de
Osuna, etc. 1715. Siete folios.
5.º Arte Evangélica de resucitar difuntos. Oración al Consejo Supremo de
Castilla; Viernes después de la Dominica cuarta de Cuaresma. En
San Gil el Real de Madrid. Año de 1716.=Sermón veinte y uno del
viernes de Lázaro. Cinco folios.
6.º El más y menos de hallazgos en Jesucristo y su Cruz. Día de su Inven-
ción. A la admirable imagen del Santo Cristo de Burgos. Fiesta de
Congregación que hizo su Hermano Mayor el Excmo. Señor D. Luis
de Mirabal, presidente de Castilla, etc. En San Nicolás de Madrid.
Año 1718. Siete folios.
7.º Alta salus iudicum. Oración al Real y Supremo Consejo de Castilla.
Miércoles de la semana quinta de Cuaresma. Tiene cinco folios, pero
le faltan otros.
8.º El Alquimista San Carlos Borromeo. Oración de este glorioso Pontífice,
Cardenal Nepote, y Arzobispo de Milán. En San Antonio de Madrid.
Fundación de la Serenísima Reina Madre nuestra Señora (que está en
el cielo), D.ª María Ana de Austria; para hospital de Alemanes (el
que fué de Portugueses), con rentas y Ministros que alberguen pere-
grinos, curen enfermos, sean doctos en lenguas para entenderse con
ellos; y en teología dogmática, para argüir, convencer y reducir a
nuestra santa fe católica a los que vinieren tocados de herejia.=Son
dos folios que contienen únicamente el exordio del sermón; lo demás
no aparece.
9.º El Parecido.=Oración de Misa nueva, pronunciada el día del Patrocinio
de San José del año 1718 en Madrid.=El misacantano era el Padre
Francisco de San José.=Seis folios de letra menuda1.

1
Arch. Gral. Carp. B.
CAPÍTULO DOCE. ARTÍCULO SEGUNDO 121
El P. Benito de San Pablo, que trató mucho a nuestro P. Manuel, escribe
de él en su Tratado de cosas notables, lo siguiente:
"Explicó artes en el Convento de Maqueda: fué uno de los primeros
hombres teólogos que tuvo la Provincia de las dos Castillas. Fué después
Provincial de dicha Provincia y Definidor General, en cuyo oficio murió: y si
no le hubiera sobrevenido la muerte, hubiera ascendido a otros puestos más
honoríficos, dignos de sus méritos y letras.
Fué N. P. Fr. Manuel de los Santos sujeto tan conocido y estimado por
sus letras en la Universidad de Salamanca, que los Maestros de aquella Uni-
versidad le tenían y veneraban como a un oráculo, por lo mucho que se dió a
conocer en cátedra, púlpito y consultas. En todas partes donde estuvo se lle-
vaba las atenciones de los primeros hombres de letras y virtud. Dio mucho
crédito y reputación al santo hábito; y fué insigne Lector y Maestro"1.
Pero si fué famoso por su extraordinario talento, por su pasmosa erudi-
ción y por su soberana elocuencia, lo fué mucho más por su acrisolada virtud:
con cuyas dotes llenó de gloria no sólo a su Provincia de Castilla sino a toda
la Congregación Recoletana.

1
Loc. cit. fol. 175 vto.
122 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO XIII
ARTÍCULO I
La Conquista de la Paragua
Sumario. –De Taytay a Labo. –Visitas de indios y de moros. –Construcción de la
Fuerza. –Vecinos peligrosos. –Llega el Embajador de Joló. –Súplica del Padre
Juan de la Encarnación al Provincial. –Postdata. –Recelos muy fundados. –
Informe del mismo Padre al Gobernador General. –Abandónase Labo. –Se frustra
la conquista.

El Gobernador General Don Fernando Manuel de Bustamante Bustillo y


Rueda, en vista de los informes que había recibido, resolvió enviar una ex-
pedición hacia la parte de la Paragua, con órdenes de que se construyese una
buena Fortaleza a orillas del río Labo, para asegurar de ese modo la conquista
de toda la Paragua contra las irrupciones de los moros. En efecto, salió la ex-
pedición, de la cual nos da noticia detallada el P. Juan de la Encarnación en el
siguiente informe:
"Padre Nuestro Provincial Fray Pedro de la Purificación1.=Aunque
desde el puerto de Iloilo y desde Taytay tengo dada razón y noticia de mi
viaje, en esta ocasión tan oportuna me veo en más estrecha obligación, y muy
por menudo, para que Vuestra Reverencia tenga plena noticia de esta Con-
quista, para la buena disposición y gobierno, norte fijo del celo y religiosidad
de Vuestra Reverencia, a quien deseo próspera salud, ofreciendo la que me
asiste gustoso, en cuanto fuere del mayor agrado y gusto. Y conociendo que
en esto lo hago de más de verme obligado, me será forzoso ser algo prolijo,
dando principio desde Taytay.=De aquí salimos el día 25 de Julio, día del
glorioso apóstol Santiago, con ocho embarcaciones, el Sargento Mayor Don
José de Aroza, el P. Fr. Manuel de San José, que ya le

1
Arch. Prov. Carp. 74, núm. 2.
124 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
topé en Taytay, y yo, con toda la gente, y dos Champanes de mediano porte.
A las cuatro de la tarde dimos fondo en Isla de Cañas, que está media legua
distante de tierra firme de la Paragua; y de Taytay dista como tres leguas: está
desierta esta Isla. El día dos de navegación y 26 de Julio salimos de la referi-
da; y a poca distancia, por la parte que mira al Este, hay dos isletas cercanas,
ambas desiertas. Este día llegamos al anochecer a la Ensenada de Coloncolon,
enfrente de la Isla de Dumaran; dista como siete leguas de Taytay. El día tres
de navegación y 27 de Julio salimos por la mañana, y pasamos antes de las
diez del día la punta tan nombrada de Flechas. Acordéme que en dicha punta
murió en tiempo antiguo un Religioso nuestro, que se llevaron de Calamianes
los Camucones, como lo dice la Crónica. Tiene esta punta a cada lado su río;
y no se puede entrar en ellos sino con marea: el uno de estos abunda, no de
perlas, sino de nipas. Este día dimos fondo a hora de las Oraciones en una
ensenada que llaman de Panasagan: tiene esta ensenada dos ríos, que si no es
con marea no se pude entrar en ellos. Desde la punta de Flechas hasta esta
ensenada hay nueve isletas a corta distancia, que el Autor de la naturaleza las
puso como con cuerda seguidas. El día cuatro de navegación y 28 de Julio
salimos de la referida ensenada, y llegamos este día al río que llaman Tulan-
con; dimos fondo entre la tierra firme y una isleta, por no poder entrar en di-
cho río. Este paraje se llama Paraua propiamente, aunque así se llama toda la
isla. Hay aquí alguna gente donde hay Visita nuestra sin casa ni iglesia. Vi-
mos aquí tres naturales y no más, porque llenos de miedo no vinieron, antes
se escondieron. Hay aquí algunos negros, que son como esclavos de los pocos
indios naturales. Este día dejamos a la izquierda tres isletas en forma de cor-
dillera. El día cinco de navegación y 29 de Julio mejoramos de puerto a dis-
tancia de una legua, esperando los efectos de la oposición de la luna. Aquí
hay un río que llaman Tinitiam, lleno de mangles, en que no pueden entrar
embarcaciones: aquí estuvimos un día, así por esperar una Caracoa, como por
esperar los efectos de la luna. El día seis de navegación y treinta y uno de
Julio salimos por la mañana; y después de haber navegado como cuatro le-
guas, nos hizo arribar el viento oessudueste al mismo paraje de donde sali-
mos; aquí estuvimos invernando hasta el día once de Agosto. Con haber esta-
do tanto tiempo, aunque malo, no bajaron los naturales indios, sino los tres
que he referido; y uno de ellos pasó con nosotros, por ser buen práctico. El
día siete de navegación y once de Agosto salimos por la mañana y llegamos
al anochecer al río que llaman Babuyan;. no pudimos
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO PRIMERO 125
entrar en dicho río por ser precisa marea; este día dejamos a la izquierda once
isletas. El día ocho de navegación y doce de Agosto salimos por la mañana, y
como a las once del día dimos fondo en una isleta que llaman de Cañón; está
desierta, y no salimos este día por ser el viento en contra. El día nueve de
navegación y trece de Agosto salimos de dicha isleta, y a las once del día di-
mos fondo en la ensenada que llaman del Gobernador: aquí hay alguna gente,
no es mucha, según dicen, porque nosotros no vimos ni se manifestó indio
alguno. El día diez de navegación y catorce de dicho mes salimos como a las
tres de la mañana, y después de haber navegado como seis leguas, nos hizo
arribar el viento sur, tan furioso que nos vimos en gravísimo peligro y riesgo
de perdernos: arribamos a otra ensenada pequeña que dista como dos leguas,
casi al sur más cerca que la que dejamos: es hermoso puerto totalmente res-
guardado. En esta ensenada estuvimos el día quince de Agosto, día de nuestra
gran Madre y Reina de la Asunción; dijimos Misa yo y el compañero; bauti-
zamos esta Isla con el nombre del día; pusimos una cruz; sembramos al pie de
la cruz algunos pies de yerba de Santa María. El día doce de navegación y
diez y siete del dicho mes salimos en demanda del río Aborlan; hay aquí dos
ríos muy hermosos, que con pequeña marea pueden entrar Caracoas y Cham-
panes, por estar baja la barra; desaguan los dos ríos por una misma boca; este
paraje es apacible, ameno y deleitable, porque también le acompaña hermosa
y dilatada playa. Aquí, estos indios que hay, y no pocos, según estoy infor-
mado, pagan algunos tributos al Rey; bajaron cuatro indios principales a visi-
tarnos; mostraron mucho gozo de que vinieran los españoles a sus tierras;
trajeron algunas gallinas, plátanos y maíz; se les correspondió y festejó. El
señor Sargento Mayor, muy afable y cariñoso, y mandó tocar caja, pífano y
clarín. Este día dejamos a la izquierda una isleta; muy cerca y enfrente de
estos ríos hay otra más pequeña. En esto de Aborlan dicen que hay cera; yo
no he visto gota desde que entré en esta isla de la Paragua. El día trece de
navegación y diez y ocho de Agosto salimos de estos ríos por la mañana, y a
hora de las diez del día entramos con marea en el río que llaman Matlagao; es
hermoso río con dos brazos que desaguan, como los antecedentes, por una
boca; aquí hay también gente, pero no bajó persona alguna. A las cuatro de la
tarde salimos de este río, y llegamos al anochecer a la ensenada y punta que
llaman Magtaguín; hay enfrente una buena isleta; dicen que abunda de
panales. El día catorce de navegación y diez y nueve de dicho mes, salimos
de esta ensenada a las tres
126 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de la mañana, y llegamos a la noche a la ensenada y río que llaman Labo, que
es el término de nuestro viaje y derrotero, y el señalado para la fuerza por el
Superior Gobierno de Manila. Este día vimos ocho isletas, y hay en el distrito
de veinte leguas o menos, que anduvimos este día, estos ríos pequeños, que
con marea baja no se puede entrar en ellos: Atubigan, Malinao, Maglapo,
Arimayban, Aboabo, Isumbo, Panataras y el río Inaran y Labo. Este es el
viaje, Padre Nuestro, que hemos andado desde Taytay aquí; y en todo el
camino he puesto el debido cuidado para dar a Vuestra Reverencia individual
y plena noticia de todo. Habiendo llegado a Labo el día diez y nueve del di-
cho mes de Agosto, dimos fondo entre dos puntas que hacen como ensenada,
y una resguarda del sur y demás vendavales; a quien está pegado el río que
llaman Labo; y la otra resguarda de la brisa; y en ésta está otro río que llaman
Inaran, y con marea pueden entrar las embarcaciones en ambos ríos, como
entramos nosotros al río de Labo al siguiente día. Mandó luego el Sargento
Mayor se limpiase el río, que estaba todo fraguoso e inculto para celebrar el
santo sacrificio de la Misa; ésta determinamos fuese la primera diligencia,
dando veneración y culto al Dios y Hombre verdadero en el lugar y río donde
tiene mucha gente alistada bajo su bandera el demonio. Hecha esta tan impor-
tante diligencia, y habiendo pedido luz a la Verdadera, que es verdad, camino
y guía para el acierto, pasó dicho Sargento Mayor a reconocer lugar y puesto
a propósito para nuestro resguardo y fundación de la Fuerza, lo que hacía con
gran vigilancia abriendo caminos; pues siendo montes vírgenes, era preciso
ganar así terreno para andarlo. Estando en esta faena y fatiga el Sargento
Mayor y su gente, vinieron a hora de las cinco de la tarde seis hombres indios
naturales y habitadores de este paraje, y habiéndoles explicado a lo que era
nuestra venida (lo que no ignoraban), se alegraron mucho y mostraron gran
consuelo, expresando por medio de nuestros intérpretes que sentían mucho no
saber trabajar en formación de fuerza para ayudarnos; pues ellos se consid-
eraban beneficiados y favorecidos. Son estos naturales bien formados de cu-
erpo y rostro; muestran ser dóciles y flexibles; el traje era como el de nuestros
primeros padres, en que se mostraban ser verdaderos hijos, aunque el cabe-
cilla traía un quimón viejo y muy raído. Trajeron de regalo una gallina y al-
gunos huevos, a que correspondió dicho Sargento Mayor, agradecido, con
tabaco, vino y festejos; mandando tocar caja, clarín y pífano, que admiraron
como que jamás habían tal cosa oído. Este mismo día vieron algunos de los
nuestros
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO PRIMERO 127
algunas casas y gente en estas cercanías bastante, que, sin temor, susto ni re-
celo, habiendo llegado a sus casas, les dieron de comer y buyo. El día
siguiente vinieron a visitarnos nueve Borneyes, que viven en un río media
legua distante de nosotros, y sin haberse éstos vuelto, llegaron otra vez los
naturales del día antecedente con otros sus compatriotas hasta el número de
veinte hombres, todos bien formados, alegres, gustosos, medianamente vesti-
dos, y el cabecilla con un quimón y cotón con botones de plata; trajeron de
regalo seis gantas de arroz limpio, plátanos y buyo. Era de notar qué agrio
rostro pusieron los Borneyes a estos naturales, y estos naturales a los Bor-
neyes; y no me admiro, pues los malditos Borneyes, con estar morando en la
misma tierra de estos cuitados naturales, los Borneyes, Malayos y Camucones
(que de todo hay), los cautivan, y roban hasta los hijos y padres a estos natu-
rales, y los llevan a vender por esclavos a Joló, a Borneo y otras partes; por lo
que estos naturales están supeditados, temidos y retirados en los más fragosos
e incultos tugurios; con tal extremo que, con estar tan próximos a la mar, ape-
nas y puras penas pisan estos naturales las playas del mar; porque hechos
corsarios Borneyes, Malayos y Camucones, no sólo los cautivan, sino tam-
bién los matan; por lo que (habiendo nosotros explicado a los Borneyes el fin
de nuestra venida, y que habíamos de amparar a estos naturales, como vasal-
los que son del Rey de España, y otras razones concernientes), decían los
naturales a los Borneyes: ¡Ahora sí, ahora veréis cómo nos defienden nuestros
españoles!, y otras cosas a este tenor. En estos dos días proseguía el Sargento
Mayor abriendo caminos con infatigable celo y gran fatiga; habiendo
penetrado un montecillo, descubrió el río Inaran, que dejo dicho, y lugar muy
a propósito para el resguardo de las embarcaciones y formación de la fuerza,
por lo que (con común acuerdo), determinó entrar con la marea todas las em-
barcaciones en este río, saliendo del río Labo; lo que ejecutó el día veinte y
cuatro de Agosto antes de amanecer. Teniendo ya dentro todas las embarca-
ciones y la gente, dió orden el Sargento Mayor de cortar y rasar los árboles,
espesura y maleza que vestía densamente la tierra con árboles muy crecidos y
tan cerrados que, siendo ya de día, parecía no lo era; por lo que asombraba la
misma espesura. Este día se limpió bastante terreno y distrito para formar
cuerpo de guardia. Al siguiente día, veinte y cinco del referido mes de
Agosto, vino a visitarnos un principal Borney, que vive en un río dos leguas
escasas distante de donde estamos. Este Borney es cobrador de los tributos
que hacen pagar
128 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a estos miserables naturales al Rey de Borneo; de manera que, pagando
tributo a dos reyes, aún no les dejan vivir en su misma tierra; sin otros
muchos trabajos de muertes, robos, hasta esclavizar los hijos. El referido co-
brador Borney traía de acompañamiento treinta hombres en dos embarca-
ciones, bien vestidos a su usanza, con buenas armas de fuego, lanzas, crises y
veinte pedreros en las embarcaciones. Habiendo saltado en tierra muy arma-
dos y hecho salvas, mandó el Sargento Mayor que retirasen las armas, lo que
ejecutaron los Borneyes no de buena voluntad y con muestras de sentimiento,
así por el mandato referido, como por no haberlos recibido con salvas. El
dicho cobrador o principal, dió muestras de prudencia por su modo y compos-
tura de galante y liberal, pues el regalo que trajo en gallinas sumó cuatro
reales. En suma, este mismo día volvieron algunos indios naturales, y otros
que no habían venido, con tres mujeres, que hasta este día no habíamos visto
mujer alguna. Venían éstas vestidas honestamente, con camisa y saya; eran
bien formadas, de bastante disposición, y aún más blancas que las Tagalas.
Serían éstos, todos, veinte personas; trajeron gallinas, plátanos, arroz limpio y
otras cosas de comer, lo que se pagó y agradeció; y siendo agasajados, se
volvieron gustosos. Este día, veinte y cinco, ya estaba descubierta la línea de
la estacada para nuestro resguardo; y quedaron puestas hoy ciento y diez y
siete estacas; y cada día se prosigue con grande afán, cuidado y desvelo. Y
cierto que lo pide el riesgo y peligro en que estamos, y que sólo el Sargento
Mayor con su ánimo y osadía pudiera haber entrado con tanto desembarazo
en este sitio tan de temer y tan de riesgo como estar dos leguas escasas tantos
Borneyes y Camucones, tan bien armados y guarnecidos, como tener dos
casas en dos ríos, uno que ocupan los Borneyes y otro los Camucones, ambas
coronadas de pedreros de bronce, muchas escopetas, lanzas y crises, y más de
doscientos hombres en dichas dos casas, sin los que viven en los rededores;
en los mismos ríos tienen sus embarcaciones, y algunas de muy buen porte.
Todo lo referido lo vió, registró y reconoció el Castellano de Taytay don
Fernando Vélez de Torre, que por orden del Superior Gobierno vino con
nosotros a ayudar con sus trazas a la formación de esta fuerza, quien por or-
den del Sargento Mayor pasó a ver y registrar aquel paraje, y refirió todo lo
dicho, y fué de ellos en sus casas recibido y agasajado; lo que no hubieran
hecho, a no saber ellos que estaban aquí los españoles (aunque pocos y mal
comidos, y los Gastadores sin sueldo): si no, quizá le hubieran muerto, como
a otro español, que ha
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO PRIMERO 129
pocos años que llegó con un Champán, algo interesado, y lo mataron a él y
sus compañeros a traición; y lo mismo hicieron con otro de Sangleyes. El día
veinte y nueve del referido mes de Agosto llegó a este sitio de Labo el
Capitán don Antonio Gil, que fué por embajador a Joló; en su llegada recibi-
mos mucho gozo, por estar con algún cuidado sobre lo que resultaría de la
embajada, de lo que dependía nuestro sosiego o inquietud y mayor peligro.
Diónos noticia dicho Capitán de cómo el Rey de Joló había cedido magnifi-
camente ésta y otras islas a nuestro Rey (que Dios guarde); y juntamente
había enviado tres embarcaciones de Joloes en su compañía, para que tomara
posesión de la isla de Balabac, que dista de aquí diez y seis leguas; y jun-
tamente notificase a estos isleños su orden y mandato, para que fuesen todos
noticiosos; y que todos los Joloes que allí habitasen se vayan a Joló, o que
estén sujetos en todo y por todo al español.
Otras muchas diligencias ejecutó dicho Capitán don Antonio con
mucho celo, acuerdo y madura prudencia, como se pueden ver en su diario y
derrotero, todas beneméritas de mucho premio.
El día treinta y uno de Agosto vinieron tres indios naturales a vernos;
trajeron algunas aves, arroz y pepinos de regalo. Este mismo día, por la tarde,
vinieron diez y siete indios naturales, que no habíamos visto, y entre ellos tres
Cabezas; trajeron gallinas, plátanos y arroz limpio; fueron correspondidos, y
preguntados de los tributos que pagaban al español, que ellos así dieron razón
al Sargento Mayor, y que fueron requeridos que trajesen de todos, grandes y
pequeños, para ir formando juicio del número de unos y otros. El día tres del
mes de Septiembre vino el Cabeza de la gente del río Isumbo y cuatro hom-
bres en su compañía, todos bien formados, docilísimos y humildes; y haci-
endo yo este reparo, dijo el intérprete que los tenía muy conocidos por tales, y
tenía por cierto sería esta gente la primera que abrazase nuestra santa fe
católica; trajeron de regalo algunas gallinas y muchos plátanos; a que corre-
spondió el Sargento Mayor con la liberalidad y agasajo que siempre. El día
cuatro del mismo mes vinieron otra tropa de los naturales de este país con
regalo de arroz limpio, plátanos, pepinos, buyo, etcétera. De manera, Padre
nuestro, que esto es lo que estamos viendo por nuestros ojos, y todo lo que
dejo referido lo he visto y tocado con todo cuidado y sano celo, y desinterés
que Dios sabe tengo en este negocio, y que sólo deseo el mayor servicio de
ambas Majestades y la reducción de los bárbaros gentiles, ciegos que habitan
esta isla de la Paragua, sin más fin de
130 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
mi parte que la naturaleza infinitamente amable de Dios nuestro Señor; por lo
que me he dilatado en la relación verídica que llevo referida a Vuestra Rever-
encia, para que forme su alta comprensión y santo celo, juicio objetivo de lo
que pareciere más conveniente al servicio de Dios, y yo exactamente cumpla
con lo que me ordenó Vuestra Reverencia de que le diera individual cuenta y
noticia.
Y pasando en cumplimiento de mi obligación a hacer expresión de los
medios que faciliten el logro de tantas joyas de la tesorería de Dios (que son
las almas redimidas con la preciosa sangre de Nuestro Señor Jesucristo), que
tiene esta isla, los que a mi cortedad le parecen necesarios es enviar Vuestra
Reverencia tres Religiosos a propósito para el empleo apostólico: uno para el
paraje que llaman Aborlan; otro para la isla de Balabac; y otro para Tagusan;
en cuyas partes y donde yo estoy está el golpe de la gente, por la parte que
mira esta isla al sur; sin meterme en decir por ahora cosa alguna de la contra-
costa de dicha isla, por no haberlo visto ni tocado, como he visto esto: a cuya
contracosta por tierra atravesando la isla se puede llegar (por partes), en tres
horas; y por otras partes en tres días; y con embarcación se puede llegar al
remate de ella desde aquí en dos días. Esto de enviar los referidos tres Re-
ligiosos se entiende, Padre nuestro, en suposición de que su Señoría el Sr.
Gobernador dé la debida providencia para la manutención de esta utilidad y
logro de lo comenzado, dotando esta fuerza para su guarnición de algunas
piezas más de artillería y cien soldados españoles, y aun algo más, con el de-
bido socorro muy a tiempo, para resguardo y freno de los varios enemigos
que continuamente molestan esta tierra, extendiéndose hasta más allá de Tay-
tay a matar, cautivar y robar; y también para resguardo de los Religiosos que
(llegado el caso), ocupen dichos tres lugares, que de otro modo no se puede
sin peligro de sus vidas.
Es asimismo necesario que su Señoría el Sr. Gobernador dé providencia
que las costas de estas islas se resguarden con dos embarcaciones de mediano
porte, para que limpien los enemigos que las infestan con repetidas hostili-
dades de robos, muertes y cautiverios. Que de esta forma, aunque los futuros
son sólo a Dios reservados, espero se consiga mucha utilidad y fruto para
ambas Majestades. Pero, de no darse, Padre nuestro, éstas y aun más exactas
providencias, que creo representarán a su Señoría el Sargento Mayor don José
de Aroza, don Antonio Gil, Embajador de Joló, y don Fernando Vélez de
Arce, Caballero de la Fuerza de Taytay, que se hallan aquí
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO PRIMERO 131
actualmente, como que tienen la cosa muy presente, me parece es inútil e
infructuoso el enviar dichos tres Religiosos, y aun el habitar nosotros aquí.
Pues no dando su Señoría el Sr. Gobernador todas las providencias, caerá de
golpe todo lo que se trabajare y se hubiere compuesto y afanado por los Min-
istros Doctrineros; y las hostilidades de los enemigos correrán, no gota a gota,
sino con la vehemencia que los ríos presados, desbaratada la presa.
Concluyo, Padre nuestro, inclinándome rendidamente a los acertados
dictámenes y disposiciones que Vuestra Reverencia diere para que se consiga
el incesante y santo celo del bien de las almas; a que ofrezco coadyuvar
ejecutando cumplidamente las órdenes que Vuestra Reverencia dispusiere; y
de poner (si llegare el caso), a los Religiosos en los referidos lugares, dán-
doles mi cortedad y experiencia en las Misiones los dictámenes y reglas que
alcanzare. Encamínele su Divina Majestad todo como más convenga a su
santo servicio, y guarde a Vuestra Reverencia con la prosperidad, salud y
acierto que le desea este su menor hijo de Vuestra Reverencia. Ensenada y
Fuerza de Labo y Septiembre cinco de mil setecientos y diez y nueve
años.=De Vuestra Reverencia menor hijo que su mano besa=Fr. Juan de la
Encarnación".
En una larga postdata le hace al P. Provincial los ruegos siguientes: Que
los tres Religiosos que haya de mandar sean buenos y abnegados: que cada
uno se prepare su avío, y traiga algunas hachas, bolos, platos, ropa, etc.: que
el Procurador pida todo el recaudo de decir Misa para cada pueblo y para él,
pues tiene que salir a recorrer los ríos para conquistar almas: que pida tam-
bién campanas y los cien pesos que da el Rey para empezar la iglesia en cada
pueblo: que escriba al Sargento Mayor dándole las gracias por lo bien que se
ha portado con ellos: que consiga le den el socorro de los diez pesos en la
fuerza: que le envíe los hierros de hacer hostias, y el cuadernillo de misas de
la Orden: que el P. Procurador Fr. José de San Jierónimo tiene el muchacho
que fué de aquí, que lo devuelva; pues su madre gentil lo reclama y dice que
se lo han robado: que si el Gobernador no toma las providencias que indica,
la expedición fracasará; que no hay nada de lo que le han dicho los que calen-
taron su codicia; que le faltaron a la verdad los que hicieron un informe tan
halagüeño: que el responsable es el General Masa Strata Espinola, y que otro
habló por su boca. Le dice que por ahora no puede visitar la isla de Dumaran,
por distar más de sesenta leguas, y no tener recado de decir misa, pues el que
usa es de la Fuerza.
132 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Al mismo tiempo que escribía al P. Provincial comenzó a observar que
aquella expedición no podía robustecerse ni tener buen resultado: y siguiendo
los dictámenes de su conciencia, escribió al mismo Gobernador General con
fecha veinte del mismo mes de Septiembre una carta llena de nobleza, de ver-
dad y de elevación de miras, que por su decisiva importancia en este asunto la
reproducimos íntegra: dice así:
"Muy Ilustre Señor.=Desde que llegué a este Puerto de Labo a la con-
quista de la Isla de la Paragua en compañía del Cabo Don José de Aroza y
soldados, me considero precisado a escribir a V. Señoría con piedad religiosa
lo que a mi cortedad parece forzoso, para en cuanto es de mi parte concurrir
al debido efecto, y para que aun en los principios no se experimente el sensi-
ble, lastimoso e irremediable golpe de que el Cabo y Padres Ministros
quedemos solos entre enemigos y bárbaros, por las bases y principios tan dé-
biles, como forzados sin sueldo, y soldados sin socorro; de que se experi-
menta (aun desde estos retiros) la fuga de muchos, así Gastadores forzados,
como soldados mal gustosos; sin saber si han vuelto a pueblos de cristianos, o
si desesperados se han introducido entre moros; sin bastar para detenerlos el
paternal abrigo, amparo y vigilancia del Cabo, hija de sus piadosas entrañas,
con que excede a la común costumbre de racionar, socorriendo asimismo a
los soldados, que de esa Ciudad salieron con solos dos pesos socorridos.
Digo, Señor, que si la piedad de V. Señoría no inclina la conmiseración
de sus oídos (perdone V. Señoría este grito) a los clamores y necesidades de
los pobres soldados y Gastadores, desnudos y sin sueldo, antes de tomar color
esta fuerza, quedará tan desfigurada que ni aun por los vestigios de sus ruinas
principiadas será conocida. Pues apenas hemos puesto el pie los Padres Min-
istros en esta Isla, cuando tememos (así por los que se huyen, como por la
poca satisfacción de los que quedan violentos), desampararla sin más licencia
que la natural ley de conservar la vida: pues los Padres Ministros, sin sol-
dados, carecemos del precioso resguardo para introducir la luz del santo
Evangelio, estando este territorio de hostilidades infestado.
Este frangente tan sensible (que aún a los principios amenaza), es el que
con más actualiad ha influido en la resolución de escribir a V. Señoría, a
quien tocan los remedios y providencias que se deben a la inminencia de este
y otros daños; que sin los debidos reparos serán necesariamente forzosos. Con
que el Cabo que en adelante fuere de esta nueva fuerza, imite
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO PRIMERO 133
en el proceder y celo al que con tanto acierto eligió V. Señoría para dar prin-
cipio a esta conquista; y no tenga contra sí esta santa obra los continuos
golpes, extorsiones e injustos tratamientos con que algunos Cabos y Ministros
de su Majestad (Dios le guarde), con el hermoso pretexto y color de que
hacen las causas de los Reales intereses, más se aprovechan que sirven a su
Majestad, destruyendo con impiedad increíble y vejación a los vasallos y
naturales; ocupando los soldados, que deben estar prontos para cualesquier
acasos, en buscar sus intereses propios, efectos perniciosos del calor de la
insaciable codicia, siendo lo que Judas, apóstata de un apóstol, y lo que Mi-
das, en estatua de un rey; lo que asegurará el pronóstico para la perdición, si
sucediere. Recrecidos los gastos; la falta de la gente, insuplible; el trato y
comunicación con los naturales, intratable; el sustento de los soldados, escaso
(y más si los tarjasen por año entero); el atraso y aniquilación, forzoso; la
utilidad y fruto a ambas Majestades, ninguno; y todo digno de la conmise-
ración y acertadas providencias a favor de esta empresa, hija del celo de
Vuestra Señoría, que muy bien sabe que todo lo creado es heredad del
Espíritu Santo; en su mano está el riego: El sólo sabe cuál parte necesita del
más o menos: en muchas partes es provechosa el agua que falta, y en otras es
daño la que sobra.
¡Qué gloria no será para V. Señoría introducir los trofeos de la fe
católica en esta Isla de la Paragua en hombres sin ley, la mejor ley de los
hombres! Moisés abrió paso en los golfos para las armas de su gente: Vuestra
Señoría, en estos riscos para las letras del Evangelio. Sansón pudo hallar en la
boca del león suave miel; Vuestra Señoría, Señor, podrá en las bocas de estos
brutos introducir más dulzuras en alabanzas a Dios, rindiendo más fieras en
sus gentes, que se humillaron a David en el lago de los leones.
Encamine el cielo, como más convenga a su santo servicio, la muy ilus-
tre persona de Vuestra Señoría, con la prosperidad que ésta y las demás islas
necesitan. –Labo y septiembre, veinte de mil setecientos y diez y nueve años.
–Beso la mano de Vuestra Señoría, su más humilde capellán. –Fr. Juan de la
Encarnación".

"Estos informes produjeron en Manila impresión profunda; y mientras


se hacían las investigaciones del caso, murió el Sr. Goberador y Mariscal de
Campo don Fernando Manuel de Bustamante Bustillo y Rueda. Su sucesor, el
Arzobispo Gobernador Fr. Francisco de la Cuesta, enemigo declarado de su
antecesor, formó expediente sobre, la Fortaleza de Labo,
134 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
el que fué encabezado por las dos cartas del P. Fr. Juan de la Encarnación,
que habían llegado a manos del Arzobispo; y después de varias consultas,
llevado el expediente a Junta de Real Hacienda, se determinó abandonar el
Presidio de Labo; y, por orden del Superior Gobierno, se retiró en los
primeros días de Enero de 1720 toda la guarnición y armamento de Labo,
todo deteriorado y endeble, por carecer en el tiempo de su subsistencia de
competentes subsidios"1.
Labo estaba en la punta más meridional de la Paragua; para la erección
de esta Fortaleza dió nuestra Provincia quinientos pesos; nuestros Provin-
ciales defendieron siempre su consolidación y conservación, por ser de abso-
luta necesidad para la defensa de la Paragua contra los moros; mucho más,
porque en 1705, siendo Gobernador General el Sr. Zabalburu, el Rey de Joló
dió al de España la isla de Balabac. Pero, a pesar de todos los informes en
contra, triunfó en Manila la vil ruindad de las pasiones personales, con gran
perjuicio del bien general, y se resolvió dejar la Fuerza de Labo. Empezaron
por no socorrerla; por lo cual, muchos desertaron; el Sargento Mayor y los
Padres Recoletos se vieron en la necesidad de pedir limosna a los indios gen-
tiles para poder vivir; y por haber abandonado a Labo, nuestra Provincia de
San Nicolás, tuvo después tantos Religiosos Mártires, que sucumbieron al
golpe del odio del fanatismo mahometano.

1
Hist. Gral. de Filipinas; tomo IX, pág. 411.
ARTÍCULO II
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de la de San Nicolás. –Nombramientos. –Capítulo Provin-
cial de la de Castilla. –Nombramientos. –Carta Capitular del Convento de Vallado-
lid.

Capítulo Provincial
de la Provincia de San Nicolás de Filipinas que se celebró en el Convento de
Manila
en los días 28 de Abril al 1 de Mayo de 17191
Fué presidido por el segundo Definidor Provincial Fr. Francisco de Santa
María, por haber muerto el primero Fr. José de la Santísima Trinidad. Se
hicieron once Actas y diecinueve Determinaciones confirmatorias de las del
Capítulo anterior.
Fueron elegidos los Religiosos siguientes:
Provincial: P. Fr. Pedro de la Purificación.
Definidores: PP. Fr. Juan de la Encarnación; Fr. Juan de San An-
drés; Fr. Félix de Santiago, y Fr. Benito de San
Pablo.
Aditos: PP. José de la Concepción, José de San Agustín y José
de Santo Tomás de Villanueva.

Definidores para el Capítulo General de Castilla.


1.ª Vida: El P. Lector Jubilado Fr. Ignacio José de San Ber-
nardo.
2.ª Vida: El P. Lector Fr. Juan de San José, alias Casatejada.
3.ª Vida: El P. Rector del Colegio de Xarandilla.

1
Arh. Prov. Lib. 2.º Becerro, fol. 12 y sigs.
136 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Id. de Aragón
1.ª Vida: El P. Fr. Miguel de San Jerónimo, Calasanz.
2.ª Vida: El P. Fr. Juan de San Agustín, Bernal.
3.ª Vida: El P. Rector del Colegio de Huesca.

Discretos Generales de Andalucía


1.ª Vida: El P. Lector Fr. Juan de Santiago.
2.ª Vida: El P. Lector Jubilado Fr. Tomás de San Agustín.
3.ª Vida: El P. Rector del Colegio de Almagro.

Discretos segundos Generales


1.ª Vida: El P. Lector Jubilado Fr. Miguel de Santiago. –
Andalu-cía.
2.ª Vida: El P. Lector Fr. Blas de la Concepción. –Aragón.
3.ª Vida: El P. Rector del Colegio de Salamanca. –Castilla.
Prior del Convento de San Nicolás de Manila: P. Fr. Diego de San José.
Prior del Convento de la Inmaculada Concepción de Cebú: P. Fr. José de
la Consolación.
Prior del Convento de San Nicolás de Cavite: P. Fr. Antonio de Santa
Mónica, Provincial absoluto.
Prior del Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan: P. Fr. José de
Sto. Tomás de Villanueva.
Prior del Convento de San Sebastián de Calumpán: P. Fr. José de la
Soledad.
Prior del Convento de San Andrés de Masinloc: P. Fr. Francisco de Santo
Tomás de Villanueva.
Prior del Convento de San Agustín de Bolinao: P. Fr. José del Angel
Custodio.
Prior del Convento de San Nicolás de Mariveles: P. Fr. Ignacio de San
Bernardo.
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO SEGUNDO 137
Prior del Convento de San Nicolás de Tandag: P. Fr. Tomás de San Lu-
cas.
Prior del Convento de San José de Butuan: P. Fr. José de Santa María,
alias Escorial.
Prior del Convento de San José de Siargao: P. Fr. Roque de San José, el
Valenciano.
Prior del Convento de San Agustín de Cagayan: P. Fr. Jerónimo de San
Miguel.
Prior del Convento de San José de Romblon: P. Fr. Gabriel de San Anto-
nio.
Prior del Convento de Santo Niño de Calapán: P. Fr. Salvador de Santa
Rosa.
Prior del Convento de Santo Tomás de Villanueva de Bislig: P. Fray Be-
nito de San José.
Prior del Convento de Ntra. Sra. de los Remedios de Masbate: P. Fray
Cristóbal de la Soledad.
Prior del Convento de Nauhan: P. Fr. Jacinto de San José.
Prior del Convento de Mangarin: Padre Fray Agustín de Santa Rosa.
Vicario Prior de Ilog: P. Fr. Manuel de San José, el Criollo.
Prior del Convento de San Agustín de Cuyo: P. Fr. Francisco de la Asun-
ción, alias, el Santo.
Prior del Convento de San Agustín de Painaben: P. Fr. Francisco de la
Asunción, alias, Alcázar.
Prior del Convento de Santa Mónica de Taytay: P. Fr. Atilano de San
Andrés.
Vicario Prior de Linacapan: P. Fr. José de Jesús María.
Secretario Provincial: P. Fr. Pedro de Santo Domingo.
Procurador General de la Provincia: P. Fr. José de San Jerónimo.
Subprior de Manila: P. Fr. Diego de San Gabriel.
Comisario: P. Fr. José de San Miguel, el Navarro.
Presidente del Hospicio de Méjico: P. Fr. José de la Ascensión, Tornava-
cas.
Sacristán de Manila: P. Fr. Juan de la Concepción, el Rojo.
138 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el año 1719.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Bernardino de San Antonio, L. J.
Definidor: R. P. Fr. Felipe de la Ascensión.
Prior de Valladolid: R. P. Fr. Simón de Jesús.
Maestro de novicios: R. P. Fr. Francisco de San José.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Juan de San José.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Manuel de la Concepción. Predicador.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Francisco de Santa Rita.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Gabriel de San José.
Prior de Talavera: R. P. Fr. Gregorio de San Agustín.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Fernando de San Antonio.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Sebastián de San Vicente Ferrer.
Prior de la Nava del Rey: R. P. Fr. Lucas de la Concepción.
Secretario: R. P. Fr. Nicolás de San José1.
En este año de 1719 el estado de nuestro Convento de Valladolid era el
que aparece en la siguiente:

Carta Capitular
"En este Convento de San Nicolás de Tolentino de la Ciudad de Valla-
dolid se han cumplido los sufragios que se deben hacer por los Religiosos y
hermanos Generales difuntos de nuestra Congregación, que han sido en este
trienio setenta y siete.
Hay en este Convento 38 Religiosos conventuales, que son los siguien-
tes: El P. Fr. Gregorio de San Agustín, Subprior; el P. Dionisio de Santa
María, Maestro de Novicios; el P. Juan de San José, Sacristán mayor, y los
demás hasta 20 sacerdotes; 7 coristas y 11 legos: a los cuales se les ha dado el
necesario vestuario: en que se han gastado de sayal negro 734 varas; de paño
blanco 137 varas; de estameña 100 varas; de lienzo 200 varas: en todo lo que
se han gastado 6.519 reales.
Ha tenido de recibo este Convento en este trienio del P. Simón de Jesús
65.086 reales; y de gasto ha tenido los mismos.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 213.
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO SEGUNDO 139
La sacristía se ha aumentado en este trienio en tres albas ricas para los
días de primera clase: tres roquetes con sus encajes finos: una imagen de
Nuestra Señora de la Concepción de dos varas y dos dedos de alta, sin peana
ni corona: para el camarín nuevo una Custodia, que está en el altar antiguo de
N. Madre Santa Mónica: un cuadro de San Francisco de tres varas de alto con
su marco dorado: unos manguitos y manga de cruz bordados y guarnecidos de
encajes: un paño de cáliz y bolsa de corporales bordado: docena y media de
ramos de pasta plateados: otros seis ramos pequeños; seis macetas plateadas:
dos vestidos para los niños de Santa Rita con guarnición fina: una docena de
candeleros de fresno: un hábito y capilla de raso para San Nicolás: se han
plateado a fuego ocho candeleros y una cruz de bronce: se ha esterado la cap-
illa mayor y la de Santa Rita: una imagen de la Virgen con su vestido: y otras
varias cosas: en todo lo cual se han gastado 5.776 reales.
De aumento ha tenido hacer la capilla mayor, tres celdas nuevas: dos re-
tablos de los colaterales, nuevos, y otros reparos, con gasto de 23.110 reales.
Queda la librería aumentada en 12 tomos de a folio de diversos autores.
Quedan debiendo a este Convento, de censos y conocimientos, diferen-
tes personas 7.975 reales, y sobrantes en el depósito hasta hacer 8.015 reales.
Mas queda de aumento: 5 caballerías mayores; a saber: dos mulas vie-
jas; un macho, viejo, una mula de tres años y un macho de dos años. Mas
quedan de aumento siete cerdos, que hoy día pesarán entre todos 40 arrobas.
Queda de provisión en este Convento 340 fanegas de trigo; 142 de cebada; 34
arrobas de tocino; 3 arrobas de cecina; 5 arrobas de pies de puerco; 15 cele-
mines de garbanzo; 10 celemines de sal; arroba y media de arroz; 4 arrobas de
manteca de puerco: 40 arrobas de vino; 13 de aceite; 7 de truchuela; 100
pares de alpargatas: 3 arrobas de cáñamo en rama; 5 y media de lino; 2 fane-
gas de nueces; 24 libras de especias finas; 2 libras de azafrán; y quedan 20
carneros.
Están pagados todos los oficiales del Convento, y no queda a deber
nada.
Este es el estado de este Convento de Valladolid a 17 de Abril de
1719.=Fr. Gregorio de San Agustín, Subprior.=Fr. Dionisio de Santa María,
Maestro de Novicios.=Fr. Juan de San José, Sacristán"1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 213.
ARTÍCULO III
El P. Manuel de Jesús María
Sumario: Su patria. –Pasa a Filipinas. –Cargos con que le honró la Provincia. –Sufre
glorioso martirio.

Nació en el pueblo de Lupiana, en la Alcarria, provincia de Guadalajara,


por el año de 1672. Tomó nuestro santo hábito e hizo su profesión religiosa
en el Convento de Nuestra Señora de Copacavana de Madrid el día 30 de
Septiembre del año 1690. Sintiéndose con grandes deseos de dedicarse a la
salvación de las almas, se alistó como Misionero para Filipinas, llegando al
puerto de Cavite en el patache San José el día 28 de Junio de 1694.
Con fecha 24 de Septiembre de este último año fué destinado al Ministe-
rio de Tangcon en Calamianes, donde aprendió el idioma de los indígenas.
Tanto celo desplegó en su apostólico ministerio, que en el Capítulo Provincial
de 1701 fué nombrado Vicario Prior del Ministerio citado. En el de 1707,
Vicario Prior de Linacapan: en 24 de Noviembre de 1709, Doctrinero de Tay-
tay: en el Capítulo Provincial de 1710, otra vez Vicario Prior de Linacapan:
siendo reelegido para el mismo cargo en el Capítulo Intermedio de 1714. En
Capítulo privado de 7 de Noviembre de 1715 fué nombrado Vicario Prior de
Butuan. En el Capítulo Provincial de 1716 fué elegido Prior de Cuyo; y el 8
de Mayo del mismo año, Vicario Provincial de Calamianes.
Terminado el trienio, fué a Manila con motivo del Capítulo y con objeto
de informar a los Superiores acerca del estado de la provincia de Calamianes.
Después de permnecer algún tiempo en la capital del archipiélago descan-
sando de sus fatigas y reponiéndose de sus achaques, logró que la obediencia
le enviase de nuevo con carácter de Compañero al pueblo de Linacapan con
fecha 20 de Mayo de 1719.
Hacía muy poco que había llegado a su destino, cuando sufrió el más
cruel martirio de manos de los bárbaros moros: martirio que detalla en la
siguiente carta el P. José de Jesús María, testigo de vista que lo presenció
todo. Dice así:
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO TERCERO 141
"Mi P. Definidor Fr. Benito de San Pablo y amado condiscípulo.
"J. M. J.=Recibí la de V. R. que trajo el P. Fr. Manuel de Jesús María,
que Dios haya; y por ella veo goza salud, la que pido a Dios le conserve por
muchos años. Yo la tengo, al mismo Señor las gracias, aunque bien trabajosa
y lastimada; pero de cualquiera suerte, pronta para servirle.
Mi Padre condiscípulo; no sé por dónde conmenzar a referir a V. R. mis
trabajos y miserias con que Dios me favorece. Será difícil explicarlos con la
pluma, pues aun ésta la meneo con dificultad, pues ni para eso me ha quedado
aliento.
Digo, pues, como el P. Fr. Manuel de Jesús llegó con felicidad a Li-
nacapan, tanto que parece vino volando a buscar su muerte lastimosa, con-
cediéndole Dios su petición tan repetida: de Linacapan al cielo. ¡Dios quiera
haberle dado el cielo!
El día de San Pedro y San Pablo, como a las tres o cuatro de la mañana,
¡día triste y lastimoso para mí!, seis embarcaciones de Borneyes y Joloes
dieron sobre este pueblo de Linacapan. Estando nosotros durmiendo, sin dar
lugar a salvar la más mínima cosa de iglesia ni convento, a son de cuatro ca-
jas de guerra, saltaron en tierra ciento y cuarenta hombres armados; sin haber
en el pueblo más que siete hombres y mujeres, los cuales con brevedad corri-
eron al monte. Salimos a la playa mi Compañero y yo sin más armas que un
alfanje: dispararon los enemigos una pieza pequeña; pero quiso Dios no
ofendiese a nadie. Quedamos los dos solos en la playa, y volviéndome a mi
Compañero, le dije que se retirase, que por ser viejo no podría correr luego,
puesto que no era de día, y se podía escapar con facilidad, y que yo les
serviría allí de blanco un rato. Pero él no quiso; antes bien, quitándoles el
sombrero y pidiendo misericordia a los que no la conocen, se estuvo quieto;
pero yo viendo que se acercaban a nosotros, teniendo más a temeridad que a
valor el querer resistir a ciento cuarenta hombres, poco a poco y sin volver las
espaldas me fui retirando, que por no ser aún bien de día, me pude ocultar
muy cerca; donde vi que con atroz crueldad mataron a dicho Religioso de
cuatro lanzadas; y volando sin detenerse, fueron al dicho Religioso y se
apoderaron de él; y al salir el sol, despacharon gente por una y otra banda de
la isla en seguimiento mío. Pero yo, quitándome los hábitos, así negro como
blanco, los hice un fardillo; y valiéndome de mi ligereza o confiado en ella,
aunque bien dolorido y lastimado el corazón con lo que había visto y es-
peraba ver, cogí un monte que está sobre el mismo convento; y puesto en un
árbol
142 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
para ver aquella ruina (pues desde allí registraba todo el pueblo y convento),
después de haberse hecho dueños de todo, se fueron al cuerpo difunto de di-
cho Padre, y con gran irrisión lo arrastraron por toda la playa con gran
gritería, y así lo trajeron hasta la puerta de la iglesia, donde le quitaron el
hábito negro y le cortaron las manos, y después le echaron un lazo a la gar-
ganta y lo colgaron de lo más alto del frontispicio de la iglesia haciendo
grandes ademanes.
Considere V. R., Padre condiscípulo, cuál estaría mi corazón viendo tan
atroces crueldades. En fin, medio desmayado me bajé del árbol, y consider-
ando que me esperaba otro tanto, sin tener a quien volver los ojos mas que a
Dios y a su Santísima Madre (porque hasta un criado que tenía desapareció
con la confusión), animándome a caminar por aquellos montes sin camino,
intrincado de bejucos y espinas que me hacían sangre en todo el cuerpo, sin
encontrar indio que me sirviese de consuelo, anduve dos días sin comer; y ya
más muerto que vivo, en la espesura de un gran monte me encontré con unas
mujeres que me dieron media chupa de arroz; con lo cual y un poco de sal
parece recobré un poco de ánimo. Así anduve siete días por aquellos montes,
con los trabajos que V. R. puede considerar. No obstante, no pudiendo sose-
gar mi corazón, al cuarto día de haber entrado en el pueblo los enemigos, me
determiné (estando ellos allí), a bajar al pueblo, y llegué solo hasta el mismo
pueblo sin hábitos; y vi al difunto arrojado en la playa; y en la misma playa
encontré un breviario viejo que era de dicho Padre. Pero apenas me colum-
braron los enemigos, cuando dieron tras de mí más de veinte hombres; pero
me escapé por los pies; porque como no llevaba hábitos e iba disfrazado, lo
pude lograr.
Se llevaron todos los vasos sagrados y ornamentos y todo cuanto había
en el convento; porque aunque todos los ornamentos se habían escondido en
el monte, los pusieron tan cerca que dieron con todo, sin quedar clavo en el
convento. Hasta las imágenes de María Santísima con hachas las hicieron
astillas: un santísimo Cristo de la altura de un hombre, devotísimo, lo hicieron
tantos pedazos que ni para reliquia se puede coger. Llevaron ocho personas
cautivas, mataron una dalaga y robaron a muchos indios; y en fin, Padre
condiscípulo, yo salí sin chirina con que mudarme, y sólo salvé la vida, de
que nunca sabré yo dar las gracias a Nuestro Señor y su Madre Santísima
como debo.
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO TERCERO 143
Dios quiera que estos desengaños me sirvan de ejemplar para que sea
bueno.
En fin, el haber de referir a V. R. mis tragedias fuera nunca acabar:
remítome al P. Lector Fr. Juan de la Encarnación que es carta viva; pues yo
después de lo sucedido me vine a este de Taytay, donde encontré a su Rever-
encia, que huyendo también de los enemigos, se había acogido a este Presi-
dio; y hallándome sin chirina, estaba determinado a pasar a esa Ciudad a bus-
car ornamento y todo recado para la administración y alguna cosa para mí; y
hacer las diligencias vivas para que en dicho Partido de Linacapan se ponga
una Cabecera de siquiera quince hombres para resguardo del Ministro, pues
es el que en esta Provincia está en mayor peligro. Pero habiéndonos juntado
todos los Religiosos que nos hallamos en este de Taytay, nos ha parecido más
conveniente el que pase el P. Lector Fr. Juan; pues se halla imposibilitado
totalmente de su ejercicio; y que dicho P. Lector me dejase su recado de decir
misa con todo lo demás que pudiese, y que yo volviese a Linacapan, para que
a mi vista no se desparramen los naturales, y se pierda de una vez, como de
facto. Hoy día de la fecha, salgo no a vivir en el convento sino en el monte,
por los enemigos, y porque es imposible me pueda reducir nunca a vivir en
dicho convento. Y así, Padre condiscípulo, aguantaré hasta el Capítulo; pero
no más Linacapan, si el Rey no pone remedio conveniente: a lo cual co-
adyuve con nuestro Lector, pues que se halla informado el P. Lector Fr. Juan
de todo; porque sin eso de ninguna suerte puede haber Ministro en dicho Par-
tido. Dicho P. Lector informará a V. R. del lastimoso estado en que se halla
esta miserable Provincia, por los enemigos que la habitan.
Suplico a V. R. mire al P. Lector como si fuera yo propio en persona, y
patrocine sus buenos intentos en todo y por todo. Yo harto siento y me alegro
de que salga de esta Provincia; lo siento, porque se me va un buen amigo, y el
único que yo quisiera en esta Provincia, si me hallare de Visitador, como ya
se lo escribí a V. R. en mi despacho: me alegro, porque sé las diligencias y
pasos que dará por el bien de esta Provincia totalmente arruinada y perdida.
Me ha dejado todo cuanto ha podido extenderse su pobreza, desnudánose a sí,
por vestirme a mí, atendiendo a mi total necesidad. Y cierto, mi Padre
condiscípulo, que no quisiera apartarme de su Reverencia para mi consuelo;
pero veo que Dios nos quiere con cruz para todos caminos y sin el consuelo
que deseamos. Y estimaré que V. R. le dé a dicho P. Lector repetidas gracias
de lo bien que lo ha hecho conmigo y
144 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
le ayude en cuanto deseare. No tengo ya ánimo para escribir individualidades.
Y porque mis trabajos sean completos, el despacho que hice a esa Ciudad con
mi compañero que llevaba para la Provincia, ni indios ni embarcación han
parecido; discurro le llevaron los enemigos. Y con esto no le suplico más que
me encomiende muy de veras a la Virgen Santísima, porque lo necesito. Y
que Dios guarde a V. R. muchos años. Taytay y Julio 29 de 1719. –Su más
afto. hermano q. s. m. b. –Fr. José de Jesús María"1.
A estos detalles añade otro el P. Juan de la Concepción, diciendo: "Los
moros se llevaron muchos cautivos a su tierra, y una mano del Religioso
muerto, por trofeo de sus atrocidades, con la que, se dijo, administraban el
buyo a los que los felicitaban".
(Hist. Gral. de Filipinas; torno IX, Pág. 422).
La carta transcrita es copia literal y exacta de la original escrita por el P.
José de Jesús María, testigo ocular del martirio sufrido por el P. Manuel de
Jesús María: y aunque la fecha en Taytay y Julio 29 de 1719, creemos que es
una equivocación de su autor, que puso inadvertidamente 1719, en vez de
poner 1720; por las razones siguientes:
Dice el P. José en su carta: "Remítome al P. Lector Fr. Juan de la Encar-
nación, que es carta viva; pues yo después de lo sucedido me vine a este de
Taytay, donde encontré a su Reverencia, que huyendo también de los enemi-
gos se había acogido a este Presidio"; y luego añade que todos los Religiosos
reunidos en Taytay resolvieron que el citado P. Juan fuese a Manila a infor-
mar de todo, y es el que llevó esta carta del P. José. Ahora bien: El Padre Juan
de la Encarnación escribe la relación de su viaje a Labo, y la dirige al Provin-
cial Fr. Pedro de la Purificación, que fué electo el 29 de Abril de 1719 en el
Capítulo Provincial, y murió en Marzo de 1720. Después de este Capítulo
salió el P. Encarnación de Manila; y su relación de viaje abarca desde Taytay,
a 25 de julio, hasta el Presidio de Labo, a 5 de Septiembe de 1719. En Labo
continuó hasta los primeros días de Enero de 1720, en que, como asegura el
P. Concepción, por orden del Superior Gobierno, se retiró toda la guarnición
y armamento de Labo, quedando éste definitivamente abandonado. Entonces
el P. Encarnación, huyendo de los enemigos, se refugió en Taytay, y allí lo
encontró el P. José cuando huyó de Linacapán

1
Arch. Prov. Carp. 81, leg. 5.º núm. 2. Es la carta original del firmante
CAPÍTULO TRECE. ARTÍCULO TERCERO 145
a los pocos días de morir el P. Manuel. Resulta, pues, que el P. Juan de la
Encarnación fué a Taytay después de abandonar la Fuerza de Labo en 1720;
que allí lo encontró el P. José, y que hacía pocos días que éste había huido de
Linacapán después del martirio del P. Manuel. De donde se deduce que la
fecha de 1719 es una equivocación del P. José; y que, por consiguiente, el P.
Manuel de Jesús María sufrió el martirio el día de San Pedro y San Pablo, 29
de Junio de 1720.
También está equivocado el P. Sádaba al afirmar que al P. Manuel "en 20
Mayo 1721, le autorizaron los Superiores para residir como Compañero en el
pueblo de Linacapán"1. Ya hacía casi un año que el P. Manuel estaba en la
gloria.

1
Catálogo, pág. 153.
146 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO XIV
CELEBRACIÓN DE DOS CAPÍTULOS
Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio
Provincial de la de San Nicolás. –Una Acta. –Nombramientos. –Definitorio.

En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el 19 de Abril de 1720, se


hicieron los nombramientos siguientes:1
Provincial: P. Tomás de la Encarnación, Lector de teología y No-
tario del Santo Oficio.
Definidores: PP. Juan de San José, Félix de Jesús, José de Sta. Lut-
garda y Clemente del Salvador.
Aditos: PP. Juan de San Antonio, Pedro de la Purificación.
Rector de Bogotá: P. Esteban de la Stma. Trinidad.
Vicerrector de íd.: P. Francisco de Jesús.
Prior del Desierto: P. Juan de la Purificación.
Maestro de novicios: P. Bernardo de San Javier.
Subprior: P. Juan de San José Apolinar.
Prior de Cartagena: P. Juan de la Madre de Dios, Predicador.
Subprior de íd. y Maestro de novicios: P. Nicolás de S. Fulgencio.
Prior de Panamá: P. Bernardo de San Guillermo.
Subprior y Maestro de novicios: P. Nicolás de San Agustín.
Prior de Tunja: P. Tomás de San Baltasar.
Prior de Honda: P. Pedro de la Purificación.

1
Arch. Gral. Carp. F.
148 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Secretario: P. Ildefonso de San Nicolás.
Procurador: P. Clemente de San José.
Se determinó que no pudiesen ser Priores los que no habían sido loable-
mente Subpriores dos años.
Item que cada cuatrienio diesen la colecta de 300 pesos al Reverendísimo
P. Vicario General.
Item celebrar el próximo Capítulo en Bogotá.

Capítulo intermedio Provincial


de la Provincia de San Nicolás que se celebró en el Convento de Manila
el 31 de Octubre de 17201.
Habiendo muerto el P. Provincial Fr. Pedro de la Purificación en Marzo
de este año de 1720, le sucedió como Rector Provincial el inmediato anterior
absoluto Fr. José de San Nicolás, el cual convocó y presidió este Capítulo; en
el cual, entre otras cosas, se mandó "que ningún Religioso use de zapatos
alpargatados dentro ni fuera de los contornos de Manila; y que en esto celen
los Prelados con vigilancia, y en ello se les carga la conciencia; y que sólo
permitan que usen de escarpines los Religiosos que padeciesen algunos acci-
dentes; y esto se entienda con licencia de N. P. Provincial".
En él se hicieron las elecciones siguientes:
Prior de Manila: El P. Lector Fr. Andrés de San Fulgencio.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Diego de San Gabriel.
Prior de Cavite: P. Fr. José de la Soledad.
Prior de San Sebastián: P. Fr. Silvestre de la Purificación.
Prior de Tandag: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Subprior de Manila: P. Fr. Francisco de la Encarnación.
Vicario Prior de Nauhan: P. Fr. Jacinto de San José.
Vicario Prior de Mangarin: P. Fr. Manuel de Santa Teresa.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Diego de San Nicolás, Matritense.
Sacristán de Manila: P. Fr. Bartolomé de San José.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º Becerro, fol. 20 vto. y sigs.
CAPÍTULO CATORCE 149
En Capítulo Privado de 2 de Marzo de 1722, fué nombrado Prior de Cebú
el P. Lector Jubilado Fr. Diego de San José; y Prior de Masinloc, el P. Fr.
Tomás de San Lucas, por haber ascendido a Definidor el que era Prior de
Cebú, Fr. José de la Concepción, por muerte del Definidor Fr. Juan de la En-
carnación; y el segundo, por haber fallecido el que era Prior de Masinloc, Fr.
Francisco de Santo Tomás de Villanueva1.

1
Ib. fol. 22.
150 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
CAPÍTULO XV
Un Capítulo Provincial
Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia del Pilar de Aragón. –Nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en el Convento de
Nuestra Señora
del Portillo, extramuros de la Ciudad de Zaragoza, el año 1721.
Provincial: R. P. Fr. Miguel de San José, L. J.
Definidores: PP. Fr. Juan de la Concepción, L. J., Lucas de la Cruz.
Prior de Zaragoza: P. Fr. José de la Virgen del Pilar, L. J.
Subprior de íd.: J P. Fr. osé del Espíritu Santo.
Maestro de novicios: P. Fr. José de San Francisco Javier.
Prior de Borja: P. Fr. Blas de la Cruz.
Rector de Caudiel: P. Fr. Miguel de San Jerónimo1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO XVI
ARTÍCULO I
Fundación de Ilog
Sumario: Se autoriza la fundación. –Muere el primer Misionero rendido de trabajo. –
Labor de sus sucesores.

A petición de algunos nuevos cristianos, convertidos y bautizados en la


cañada o abra de Ilog por el P. Lector y Prior de Calapán Fr. Juan de Santo
Tomás de Aquino, y a instancias de los mismos infieles que habitaban en
aquella región, se fundó este mismo año de 1722 la Misión de Ilog en la isla
de Mindoro.
Era a la sazón Gobernador General de Filipinas el marqués de Torre
Campo Don Toribio José Miguel de Cosío y Campa, y Provincial de la de
San Nicolás el R. P. Fr. José de San Nicolás; y los moradores de la cañada,
que eran veintisiete cristianos nuevos y doscientos cincuenta infieles
catecúmenos, se presentaron al superior Gobierno solicitando que se fundase
la Misión; y en vista de las razones aducidas por los presentados, se autorizó
dicha fundación: y en junta de Real Hacienda de 22 de abril de 1722, se
asignó el estipendio regular de Misionero al P. Fr. Roque de San José, que fué
el primer designado por el P. Provincial. Pero fueron tantos los trabajos que
tuvo que sufrir en su deseo de dar buen desarrollo a su Misión, que rendido de
fatigas cayó gravemente enfermo, viéndose obligado a retirarse a Manila,
donde murió al poco tiempo.
De los quince Misioneros que sucedieron al P. Roque, tres murieron ago-
biados de trabajo y rendidos de andar por los montes huyendo de los moros
que los perseguían; y fueron el P. Fr. Antonio de San Lorenzo, el Padre Diego
de San Fulgencio y el P. Salvador de Santa Rosa. Además, el P. Fr. Francisco
de San Benito, después de haber caminado por los montes
154 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
muchos días solo, desnudo, hambriento y sin consuelo humano, perseguido
por los moros, logró al fin llegar a Manila tan enfermo que muy en breve
murió. Y lo mismo sucedió al P. Fr. José de la Virgen del Camino.
A pesar de haber sido arruinada dos veces por los moros esta Misión, sin
haber quedado en ella ni una sola alma, nuestros Misioneros desplegaron
tanto celo que lograron restablecerla a costa de trabajos indecibles; habiendo
ya en ella más de trescientos cincuenta nuevos cristianos y más de mil infieles
ilayas o manguianes catecúmenos, que esperan ansiosos el bautismo1.

1
Arch. Frovl. Lib. de nots, fol. 66 vto.
ARTÍCULO II
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Nombramientos. –Un Definitorio. –
Capítulo Provincial de Fi-lipinas. –Algunas Actas. –Nombramientos. –Renuncia. –
Capítulo Provincial de Castilla. –Nombramientos. –Carta Capitular del Convento
de Valladolid. –Mirada retrospectiva a este Convento.

Capítulo intermedio Provincial


que la Provincia de la Candelaria celebró en Bogotá el día 20 de Abril de
1722.

Nombramientos
Vicario Prior de la Popa: P. Fr. Fernando de la Encarnación, Pre-
dicador.
Vicario Prior de Panamá: P. Fr. Domingo de San Bonifacio, Predi-
cador.
Vicario Prior de Tunja: P. Fr. Francisco de Jesús.
Vicario Prior de Honda: P. Fr. Cristóbal.
Maestro de Novicios: P. Fr. Salvador de San Eligio.
Procurador: P. Fr. Juan de San José, Apolinar.
Vicerrector de Bogotá: P. Fr. José de la Ascensión1.
Es de notar que en Definitorio celebrado el 4 de febrero de 1724 se
hicieron nombramientos de Vicarios Priores de Panamá, Tunja y Honda, de
Secretario, de Maestro de Novicios y de Procurador de la Corte; nombramien-
tos debidos a la renuncia de los antecesores en el cargo: y esto se observa en
casi todos los Capítulos Intermedios de esta Provincia.

1
Arch. Gral. Carp. F.
156 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo provincial
de la Provincia de San Nicolás de Filipinas, que se celebró en el Convento de
San Nicolás
de Manila en los días 24 al 27 de Abril de 17221.
Fué presidido por el P. Fr. Juan de San Andrés, segundo Definidor, por
haber muerto el primero Fr. Juan de la Encarnación.
De las doce Actas que se establecieron merece consignarse aquí por su
importancia histórica la undécima que dice así:
"Item: Mandamos y ordenamos de parecer y voto de todo este Capítulo,
nemine discrepante, que para establecer totalmente la paz pública de
esta Provincia, desde este Capítulo inclusive se ponga en práctica la
Alternativa en el oficio de Provincial; comenzando desde este
Capítulo y elección por la Provincia de Castilla; la cual Acta quere-
mos que tenga fuerza de Ley y se observe inviolablemente: y que se
suplique a N. P. Vicario General y su Definitorio alcancen Bula es-
pecial para su confirmación; pues de ella pende la quietud de los Re-
ligiosos, crédito de nuestro santo hábito y progreso espiritual y tem-
poral de esta Provincia: quedando al arbitrio de N. Padre Vicario
General y su Definitorio señalar el número de sujetos que debe tener
cualquiera Provincia de las que componen ésta, para que pueda al-
ternar con las demás: y que de contravenir a esta Acta en algún
Capítulo, pueda desde ahora para entonces, y queremos se alegue nu-
lidad de la elección que se hiciese contra lo dispuesto por ésta".
De las veinticinco Determinaciones pueden consignarse aquí las siguien-
tes:
"15. …Y bajo la misma pena (al Prior de suspensión de su Oficio, y al que
no lo fuere, de reclusión en el Convento de Manila), mandamos que
ningún Religioso juegue a los dados, naipes u otro juego prohibido,
aunque sea con el pretexto de diversión; y que no se juegue plata".
"16. Item: Determinamos que ningún Religioso, Prelado o súbdito, pueda
deshacer obra alguna en la iglesia o convento; y menos pueda cortar
árboles frutales sin licencia de N. P. Provincial, pena de reclusión en
el Convento de Manila".

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 23 y siguientes.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 157
"17. Item: Se determinó que N. P. Provincial no viva ni pueda vivir de
asiento en este Convento de Manila".

Las elecciones dieron el resultado siguiente:


Provincial P. Fr. Diego de San José, Lector Jubilado.
Definidores: PP. Fr. José de la Concepción, Lector; Fr. José de Santo
Tomás de Villanueva; Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector; y Fr.
José de la Soledad, Lector.
Aditos: PP. Fr. Juan de Santo Tomás de Aquino, Lector; Fr. Valero de
San Salvador; y Fr. Diego de San Gabriel.

Definidores para el Capítulo General. –De Filipinas.


1.ª Vida. P. Lector Fr. José de la Soledad.
2.ª Vida. P. Lector Fr. Juan de San José, alias Casatejada.
3.ª Vida. P. Rector del Colegio de Salamanca.

De Castilla
1.ª Vida. P. Predicador Fr. José de Santa María, alias Casate-
jada.
2.ª Vida. P. Lector Jubilado Fr. Bartolomé del Niño Perdido.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Huesca.

Discretos Generales. –De Aragón.


1.ª Vida. P. Lector Jubilado Fr. Miguel de San Jerónimo, Cala-
sanz.
2.ª Vida. P. Lector Fr. Blas de la Concepción.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento de Madrid.

De Andalucía
1.ª Vida. P. Lector Jubilado Fr. Juan de Santiago.
2.ª Vida. P. Lector Jubilado Fr. Tomás de San Agustín.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.
Prior de Manila: P. Fr. Fernando de San Pablo, L. J.
Prior de Cebú: P. Fr. José de la Concepción, L., Def. Provl.
Prior de Cavite: P. Fr. Félix de Santiago.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Juan de Santo Tomás de Aquino, L.
Prior de San Sebastián: P. Fr. Antonio de Santa Mónica, Ex Provl.
158 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Masinloc: P. Fr. Francisco de la Asunción (a) Alcázar.
Prior de Bolinao: P. Fr. José del Angel Custodio.
Prior de Mariveles: P. Fr. Salvador de Santa Rosa.
Prior de Tandag: P. Fr. Tomás de San Lucas.
Prior de Butuan: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Siargao: P. Fr. Diego de San Gabriel.
Prior de Cagayan: P. Fr. Jerónimo de San Miguel.
Prior de Romblón: P. Fr. Cristóbal de la Soledad.
Prior de Calapan: P. Fr. Jacinto de San José.
Prior de Bislig: P. Fr. Diego de Santa Inés.
Vicario Prior de Masbate: P. Fr. José de Santa María.
Vicario Prior de Nauhan: P. Fr. Silvestre de la Purificación.
Vicario Prior de Mangarín: P. Fr. Manuel de Santa Teresa.
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Ignacio de San Bernardo.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Atilano de San Andrés.
Vicario Prior Painaben: P. Fr. Alonso de San Gabriel (a) Camuñas.
Vicario Prior Taytay: P. Fr. José de Jesús María, Montañés.
Vicario Prior Linacapan: P. Fr. Manuel de la Concepción, Torre.
Vicario Prior Morong: P. Fr. Bartolomé de San José.
Secretario Provincial: P. Fr. Benito de San Pablo.
Procurador Provincial: P. Fr. Francisco de la Encarnación.
Subprior de Manila: P. Fr. Gabriel de San Antonio.
Comisario y Procurador General de la Curia Regia y Romana: P. Fray
José de la Soledad, Definidor Provincial.
Presidente del Hospicio de Méjico: P. Fr. José de la Ascensión, Tornava-
cas.
Sacristán de Manila: P. Fr. Juan de Jesús María.
En dicho día presentó al V. Definitorio el P. Ex Provincial un hu-
mildísimo documento fechado en Manila el 26 de Abril de 1722, en el que
hacía renuncia de todo derecho, corno Provincial absoluto inmediato, excepto
el de votar o no votar en los Capítulos Provinciales; renuncia que le fué ad-
mitida por el V. Definitorio.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 159
Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustin de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera el año 1722.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Miguel de San Agustín, L. J. y Cronista Gen-
eral.
Definidores: P. Fr. Manuel de la Concepción, Predicador.
P. Fr. Simón de Jesús, Predicador.
Prior de Valladolid: P. Fr. Pedro de la Soledad, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Antonio de San Juan Bautista.
Prior de Toledo: P. Fr. Martín de Jesús María, Predicador.
Subprior de íd.: P. Fr. Francisco de Santa Rita.
Sacristán de íd.: P. Fr. Gabriel de San José.
Prior del Portillo: P. Fr. Juan de la Asunción.
Subprior de Madrid: P. Fr. Isidro de la Virgen de Guadalupe1.
Este año de 1722 el estado de nuestro Convento de Valladolid era el que
se expresa en la siguiente:

Carta Capitular
En este Convento de San Nicolás de Tolentino de la ciudad de Vallado-
lid se han cumplido los sufragios que se deben hacer por los Religiosos y
Hermanos Generales difuntos de nuestra Congregación, que han sido en este
trienio 103.
Hay en este Convento 41 Religiosos conventuales, que son los siguien-
tes:
El P. Gregorio de S. Agustín, Subprior y Predicador; el P. Fr. Francisco
de San José, Maestro de Novicios; el P. Fr. Juan de San José, Sacristán
mayor; y los demás hasta hacer 20 sacerdotes, 3 coristas, 6 novicios y 12 le-
gos; a los cuales se ha dado el vestuario necesario; en que se han gastado de
sayal negro 700 varas: de paño blanco y cordelate 200: de estameña 254; de
lienzo 296; en todo lo cual se han gastado 8.842 reales.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 213.
160 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Ha tenido de recibo este Convento en este trienio del P. Fr. Simón de


Jesús 78.445 reales, y gastados los mismos.
La sacristía tiene de aumento en este trienio: 3 sillas de brocatel: un
vestido verde con fleco de oro; otro con fleco de oro y plata; otro encarnado
de seda bordada, que son los que ha dado la Presidenta de Nuestra Señora del
Pilar: tres albas. Alhajas, cuadros, láminas y otras cosas; en que se han gas-
tado 5.052 reales.
La librería queda aumentada en 2.000 reales, en diferentes tomos predi-
cables, expositivos, morales, escolásticos e historiales.
Ha tenido de obra en este trienio 7.000 reales en dorar los dos colater-
ales, retejar toda la casa, y otros reparos.
Deben al Convento, de censos y conocimientos, 6.192 reales.
Quedan 10 caballerías; nueve mayores y una menor: más siete cerdos
vivos para el año que viene, que pesarán hoy día 46 arrobas.
Quedan 406 fanegas de trigo; 473 de cebada; 57 arrobas de tocino; 7 ar-
robas de pies de cerdo; 16 arrobas de aceite; 52 cántaras de vino; 32 carneros;
16 fanegas de garbanzos; 5 de lentejas; media fanega de sal; 20 libras de ar-
roz; dos arrobas de escabeche; tres arrobas de truchuela; dos arrobas de con-
grio; 244 pares de alpargatas; 5 y media arrobas de queso; 120 gallinas; y
quedan pagados todos los oficiales del Convento; y no se queda a deber nada.
Este es el estado de este Convento de Valladolid, a 17 de Abril de
1722.=Fr. Gregorio de S. Agustín, Subprior.=Fr. Francisco de S. José, Maes-
tro de Novicios.=Fr. Juan de S. José, Sacristán"1.
Para llegar a este estado de relativo desahogo, tuvo que pasar este Con-
vento por muchas vicisitudes y trabajos, algunos de los cuales se detallan en
los varios documentos que transcribimos a continuación:

Convento de Valladolid
Ampliando las noticias de la fundación de este Convento, que se echan
de menos en la relación que hizo nuestro P. Cronista en el tomo primero,
página 357, consignamos los datos siguientes2:

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 213.
2
Arch. Gen. Lib. de Oro del Conv., de Valladolid, pág. 7 y siguientes.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 161
"Para honra y gloria de Dios nuestro Señor, Padre, Hijo y Espíritu
Santo, tres Personas distintas y un solo Dios verdadero, y de la Emperatriz
soberana de cielo y tierra, Madre del divino Verbo encarnado, María San-
tísima, Señora nuestra, concebida en gracia, y de N. G. P. S. Agustín, fir-
mísima columna de la Iglesia, y demás Santos de su Religión sagrada; y para
ejemplo, provecho y utilidad de los prójimos; en diez días del mes de Agosto
del año mil seiscientos y dos, N. P. Fr. Juan de San Jerónimo, Provincial, y su
Definitorio, considerando cuán ajeno es de Religiosos Descalzos el estar en
posadas y mesones, cuando vienen a Valladolid a cosas de la Orden, per-
tenecientes a Su Majestad, Consejo o Nuncio, dieron licencia al P. Fr.
Fernando Bautista, Procurador General en esta Corte, para que con parecer
del P. Fr. Francisco Fragoso, Predicador, venda unas casas que nuestro
monasterio de Portillo tiene en Valladolid, por testamento de Doña Marina
Tovar; y compre casa para fundar un monasterio en parte conveniente.
Las cuales casas, que según testimonio de Juan Carrillo, Notario
Apostólico, hecho en esta ciudad en 23 de Septiembre del año expresado de
1602, que son entre todas cinco pares, sitas unas en la calle de los Moriscos, y
en la calle de Cantarranas, otras; con cierta hacienda, que poseen por suyas y
como suyas los Agustinos Descalzos, que les dejó por cláusula de su testa-
mento doña Marina de Tovar, viuda de Hernán Sánchez de Tovar, difunta,
cuyas eran dichas casas y hacienda, valdrán tres mil ducados de vellón.
Antes, y en el ínterin que se solicitaban las licencias necesarias, consta
por testimonio de dicho Juan Carrillo de 27 de Septiembre de 1602, que los
Agustinos Descalzos tienen de aposento la casa de Barahona, en la calle de
Teresa Gil de esta ciudad, que les dió Su Majestad; en la cual posan todos los
Religiosos que vienen de Portillo a ella; y en la que de ordinario hay dos Re-
ligiosos de dicho monasterio; los cuales en una sala tienen en una arca fron-
tales, albas, ornamentos de altar y una campana.
Representó el P. Procurador General al Rey Felipe segundo las razones
y motivos expresados en la licencia de la Religión, pidiéndole licencia para
fundar un Convento en esta ciudad, como le tenían en Madrid. Mandó el Rey
que informasen el Obispo, Corregidor y Ayuntamiento de Valladolid; los que
informaron a nuestro favor, alabando el Instituto, como aparece de sus infor-
mes de cinco, veinte y uno, y veinte y tres de Octubre del año de mil seiscien-
tos y dos; cuyos informes, por el Conde Miranda, a quien el
162 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Rey había encomendado este negoció, se presentaron al Consejo; quien no
quiso dar licencia, ínterin no tuviésemos casa propia en que fundar.
Y por testimonio de Antonio Ruiz, Escribano del número de esta Ci-
udad, se hizo constar que los Religiosos Agustinos Descalzos compraron tres
casas en Valladolid, en el campo que va a Nuestra Señora del Prado, fuera del
puente del río mayor de esta ciudad, antes de llegar a la ermita, a mano dere-
cha, por precio de dos mil ducados; pagando de pronto los mil, y fundando
censo por los mil restantes, con los demás requisitos; cuya venta fué aceptada
por el P. Pr. Fernando Bautista ante el mismo Escribano en 17 de Septiembre
de 1602 años.
En cuya vista, en 26 de Octubre de dicho año de 1602 mandó el Con-
sejo que buscasen otro sitio; de lo que, con presentación de instrumento, se
suplicó por nuestro Procurador General Fr. Manuel Alvarez de la Madre de
Dios, alegando que no podíamos mudar de sitio por nuestra pobreza; a lo que
por auto de 11 de Enero de 1603 se mandó que informasen los Padres Agusti-
nos Calzados; los cuales dijeron que no harían contradicción alguna; y que
informasen también los Padres de Nuestra Señora del Prado. Opúsose el P.
Prior de Padres Jerónimos, diciendo que su iglesia era de tiempo inmemorial,
y la imagen de Nuestra Señora del Prado que se venera en ella, es de las más
antiguas y de mayor devoción; y por ser tal, sirviéndose antiguamente por
clérigos y personas seculares, a instancias del Prelado y vecinos de esta ci-
udad, vinieron a fundar en ella monasterio; el que fundaron pobre en edificio:
hasta que por los Reyes católicos Don Fernando y Doña Isabel, por su mucha
devoción a Nuestra Señora, reedificaron la iglesia y claustro que ahora tienen;
mandando y prohibiendo que ningún otro monasterio se edificase desde la
ciudad hasta él; y que, de concederse dicha licencia, se perdería la devoción a
Nuestra Señora; y que ayudarían a la fundación, como fuese más adelante,
pasado su monasterio: cuyo privilegio no mostraron. Contradijeron también
dicho sitio y fundación el Convento de la Victoria, el administrador del Hos-
pital de San Bartolomé y el Cura de San Nicolás, por ser en su perjuicio, por
quitarles las limosnas, y haber muchas iglesias pasado el puente. A todo lo
cual se satisfizo por nuestro Procurador: y por auto de 19 de Febrero de 1603
mandó el Consejo: "Notifíquese a los Agustinos Recoletos que salgan luego
de esta casa y sitio, y no digan misa en ella; y que no lo haciendo, se proveerá
lo que convenga". Y a petición del Convento del Prado, por auto de 22 de
dichos mes y año, mandó el Consejo: "que los
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 163
frailes Agustinos Recoletos cumplan lo mandado hoy en todo el día; y no lo
haciendo, un Alcalde de Corte lo cumpla y ejecute; llevando consigo al Pro-
visor para que se haga con decencia". Cuyo auto se notificó a nuestro Pro-
curador General, quien dijo le oía sin perjuicio de su justicia; y que en razón
de su cumplimiento había acudido al Rey, de quien espera remedio sobre este
negocio y lo a ello proveído: cuyo litigio pasó ante Juan Gallo de Andrada,
Escribano de Cámara.
En este intermedio tratamos de buscar otro sitio; y de hecho compramos
a Doña Francisca de Mirueña, viuda del Licenciado Diego de Avila, como
curadora de Doña Maria de Avila, su hija, vecinos de esta ciudad, una casa y
huerta sita fuera de la puerta del Campo, y fuera también de la puerta de la
Pestilencia, conforme se va al lugar de Laguna a la mano izquierda de dicho
camino, por precio de dos mil ducados de vellón; pagando los mil contantes,
y fundando censo sobre los mil restantes. Cuya escritura se otorgó ante
Alonso Ruiz, Escribano del número, en 23 de Marzo de 1603 años.
Desposeídos del primer sitio, dicho P. Procurador General pidió licen-
cia al Consejo para fundar convento en otro sitio distinto del de el Prado, que
está fuera de la puerta del Campo, en el camino que va para Madrid, a mano
izquierda, que es una huerta, y que el dueño nos deja entrar en ella, hasta
tanto que se le pague lo que cuesta más que el otro del camino del Prado. Y
por auto de 23 de Marzo de 1603 años, por ante dicho Escribano de Cámara
Juan Gallo de Andrada, dióseles la licencia que pedían.
Pidióse también licencia al Sr. Provisor, quien en 14 de Marzo de dicho
año de 1603 dió licencia al P. Procurador General Fr. Manuel de la Madre de
Dios, para que pueda edificar monasterio y casa en una huerta que está fuera
de la puerta de la Pestilencia, saliendo de dicha puerta a mano izquierda la
primera, con tal que no pongan el Santísimo Sacramento, hasta no ver por su
Señoría si está con la decencia conveniente.
Año de 1606 trató y capituló este Convento con Juan Fernández, mer-
cader de ropería, y María de Sansever, su mujer, vecinos de esta ciudad, para
que nos vendiesen unas casas, sitas a la esquina de la calle del Perú, que,
según escritura de pertenencia, entre grandes y chicas, eran todas nueve, li-
bres del censo perpetuo y otro alguno que tuviesen; dándoles en trueque esta
Comunidad la casa y huerta que poseía en la calle de la Pestilencia; con tal
que dicho Juan Fernández había de sacar a su costa Real Cédula, para
164 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
subrogar el censo perpetuo que tenían en la expresada casa y huerta. En virtud
de lo cual se mostró muy afecto dicho Juan Fernández; pero después recurrió
al engaño con perjuicio de la Comunidad.
Por estar fundado el primer convento en lugar desacomodado y mal
sano, y haber muerto la mayor parte de los Religiosos que vivieron en él y
estar otros enfermos, en 7 de Mayo de 1606, el Sr. Obispo de esta ciudad dió
licencia al P. Prior de él para que se pudiese trasladar a la calle del Perú1.
De la puerta de la Pestilencia, pues, se trasladaron los Religiosos a di-
cha calle del Perú; en la que se acomodaron hasta que por los años de 1622 y
23, se hizo el cuarto que cae al Campo; el que, según carta Capitular de 1629,
quedó de aumento con ocho celdas y sus tarimas, la huerta con su noria hecha
de cal y canto, una escalera que era la principal, un pasadizo de los cuartos
viejos al nuevo, doscientas treinta y una tapias, que, por pleito con las Re-
ligiosas del Convento contiguo de Jesús María, se hicieron en la calle que
mira a ellas, veinte y siete en la calle del Perú, todas tejadas, y ciento y diez
de piedra. Y en atención a la gran incomodidad que se padecía, determinó la
Consulta mudar la iglesia y coro debajo del cuarto nuevo, que después fué
sala capitular; de la que se sirvió la Comunidad hasta que pudo hacer iglesia
nueva.
No se sabe a punto fijo dónde estaba la iglesia antes que se mudase a la
sala capitular; ni cuándo se colocó el Santísimo, tanto en la puerta de la Pesti-
lencia como en este sitio, ni menos cuándo se comenzó la iglesia ni con qué
solemnidad.
En 30 de Mayo de 1647 dió su consentimiento la Consulta para dar
principio a la obra de la iglesia; a la que, según conjeturas, se dló principio en
la semana que comenzó el 30 de Enero de 1649. Fabricado el cuerpo de la
iglesia, se colocaron en el altar mayor tres imágenes de talla, que eran, la de
San Nicolás de Tolentino en el centro, como titular; la de San Guillermo y la
de San Juan de Sahagún. Después se fueron haciendo los altares laterales, la
Capilla mayor y las seis capillas restantes que la completan".
Transcurrió, sin embargo, cerca de un siglo hasta que se hicieron las
obras citadas; las cuales se llevaron a cabo en el tiempo y forma que dice la
relación siguiente:

1
Ibid. Pág. 253.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 165
Convento de Valladolid. Capilla mayor1.
"En 13 de Marzo de 1703 determinó la Consulta dar principio a la
fábrica de la Capilla mayor, siendo Prior el P. Fr. Simón de Jesús, Villegas. Y
para poner la primera piedra, asistió el Iltmo. Señor D. Diego de la Cueva y
Aldana, dignísimo Obispo de esta ciudad (ni tomaron testimonio, ni expresan
el día). Concluyóse la obra de dicha Capilla mayor el año de 1718, siendo
Prior el enunciado P. Fr. Simón de Jesús. En 28 de Agosto de dicho año se
trasladó el Santísimo Sacramento al Altar mayor. Y para la celebridad de di-
cha colocación hubo tres días de fiestas. En el primero hizo la función nuestra
Comunidad, en el cual predicó el P. Fr. José del Espíritu Santo, que se hallaba
en la Nava leyendo Artes. Por la tarde se hizo procesión por todo el campo
con el Santísimo y San Nicolás de Tolentino: y para autorizar esta función
asistió esta nobilísima ciudad con velas en las manos. El segundo día hizo la
fiesta la ilustre Cofradía sacramental que tenemos en casa; honrándonos con
su presencia en altar y púlpito nuestros Padres Agustinos Calzados. Cantó la
misa el R. P. Maestro Portocarrero; y predicó el R. P. Maestro Fr. Manuel de
Gayangos, Lector Jubilado, y Regente de San Gabriel. El tercer día hizo la
fiesta esta nobilísima Ciudad; asistió toda a la misa con mucha majestad y
devoción; y nos honró con su asistencia en altar y púlpito los RR. PP. Capu-
chinos; y predicó el R. P. Fr. Francisco de Salamanca, Lector de teología.
Asistió la música todos tres días a la misa, siesta y reponer a Su Majestad".
Año de 1720, en el trasparente que hizo el P. Sacristán Fr. Juan de San
José, se colocó una imagen de la Inmaculada Concepción, de dos varas y dos
dedos; que pudo adquirir dicho P. Sacristán, según Carta de Capítulo de 1719;
la cual duró poco en este sitio; pues el año 1721 se colocó en dicho sitio a
Nuestra Señora del Pilar.

1
Libro de Oro del Convento de Valladolid, compuesto por el P. Fr. Francisco de Santo
Tomás de Aquino, Predicador y Procurador en el mismo, en Junio de 1764. Fol. 18.
166 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Retablo mayor1
Con el motivo de hacer retablo mayor nuevo Don Sebastián de Ochoa,
Cura de la parroquia de San Salvador de esta ciudad, solicitó el P. Sacristán
Fr. José de Santo Tomás de Villanueva comprar para nuestro Convento el
retablo viejo que dicha parroquia tenía. Para lo cual, en 6 de Abril de 1750,
dió su permiso la Consulta. Ajustóse en dos mil reales, a misas, que el mismo
Sr. Cura nos agenció; siendo su coste de acomodarle y sentarle trescientos
reales. Tenía de antigüedad dicho retablo cuando vino a Casa 144 años; y es
el que hoy día existe. Celebróse su colocación en 30 de Agosto de 1750, que
fué día de la Consolación, estando Su Majestad manifiesto todo el día. Tiene
este retablo las efigies siguientes: Por remate el Padre Eterno de medio cu-
erpo. En el primer cuerpo, descendiendo, se venera un Santísimo Cristo cruci-
ficado, con María Santísima y San Juan Evangelista, de cuerpos enteros, a sus
dos lados; que, según tradición, son hechuras de la misma mano que hizo los
Pasos de esta ciudad. En las cornisas de este mismo cuerpo están los cuatro
Profetas mayores, de cuerpo entero; que con los Doctores y los dos misterios
de Circuncisión y Nacimiento se ajustaron con el retablo en los dos mil reales
expresados. En el segundo cuerpo, primeramente se halla colocada en medio
la imagen de nuestro Padre y Hermano San Nicolás de Tolentino, como Titu-
lar; la que debe ser tan antigua como el Convento, a lo menos; respecto de no
hallarse de dicha imagen razón alguna en los libros. Consecutivamente de-
scendiendo se reverencia también en medio la prodigiosa imagen de nuestra
Señora del Pilar de Zaragoza; de la que abajo se tratará. A los dos lados de
este cuerpo mismo están los cuatro Doctores de la Iglesia. En el tercer cuerpo
se hallan la Custodia y gradería, que se compró al Convento de Prado en tre-
scientos reales. En ella se puso el Cascarón, que se estrenó día de N. P. San
Agustín de 1758: y a sus dos lados dos misterios de relieve: uno del Naci-
miento de Cristo; y otro de su Circuncisión: y debajo de cada columna se reg-
istra una pintura de Santo de la Orden, que pintó en tabla el P. Fr. Melchor de
San José, natural de la Nava del Rey; por haber dado dicho Sr. Cura D.
Sebastián las imágenes de

1
Libro de Oro de Valladolid. fol. 18 y 19.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 167
relieve que tenían a la ermita del Santísimo Cristo de las Batallas, que está en
el cerro de la cuesta de San Cristóbal. El pedestal de dicho retablo es de pie-
dra de alabastro, que agenciaron los Padres Sacristanes Fr. Francisco de San
José y Fr. José de Santo Tomás de Villanueva. Y finalmente, el frontal que
sirve en dicho altar para las fiestas clásicas es de espejos y talla dorada, con
una estrella y un águila imperial en medio; que, según carta de Capítulo de
1725, costó mil doscientos y cuarenta y un reales vellón".

Colaterales1
Año de 1719, el P. Prior Fr. Simón de Jesús compró de los carniceros
de esta ciudad los dos colaterales sin dorar; y estaban en el Hospital General;
los que con el oro pudieron costar seis mil reales. En el del lado del Evangelio
se venera N. G. P. San Agustín; con nuestra Señora del Buen Viaje en la
primera grada en su trono y con adorno de talla y espejos. En el del lado de la
epístola está colocada y es reverenciada la imagen de N. Madre Santa
Mónica, de cuerpo entero, que, según carta de Capítulo de 1713, mandó hacer
el expresado P. Sacristán Fr. Juan de San José; y en la primera grada del altar
de dicho colateral se venera asimismo una imagen de Nuestra Señora. Las dos
piedras de los frontales de los dos colaterales las agenció la solicitud del P.
Fr. José de Santo Tomás de Villanueva; a quien las dió Don Manuel Aloy,
más de limosna que por precio, las que sólo costaron cuatrocientos reales:
pues un lapidario de esta ciudad, hechas todas las experiencias de su arte, las
tasó en siete mil reales: y son de la cantera de León; a las cuales no se les ha
podido dar nombre, ni averiguar de qué especie de piedra sean. Tienen sus
dos marcos dorados que costaron mil y quinientos reales; con embutidos de
piedras de Granada, siete piedras cada marco, y cada piedra de a cuarta; las
que costeó y dió de limosna el Sr. Marqués de los Trujillos.
Asimismo, dicho P. Sacristán Fr. Juan de San José, además del traspar-
ente, camarín y cuarto a él inmediato, hizo también el púlpito de hierro, que
colocó al lado del evangelio; y una reja grande de madera con remates

1
Libro de Oro, fol. 19 y 20.
168 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
dorados, que tiene por remate en medio una efigie de un Santísimo Cristo
crucificado, que dividía la capilla mayor; la cual, según Consulta, se quitó en
Enero de 1751.
Año de 1750, siendo Prior el P. Fr. Bartolomé de Santiago, se abrió la
Linterna, en que se gastaron seis mil y quinientos reales en todo".
"Tiene esta iglesia seis capillas, a tres por banda: en la primera del lado
del evangelio se venera la imagen de Nuestra Señora de la Leche: en la se-
gunda, Nuestra Señora del Buen Viaje, hasta el año 1721 en que se puso por
principal la inmaculada Concepción: en la tercera, Nuestra Señora de la Con-
solación1.
En la primera del lado de la epístola, una imagen devotísima del Ecce
Homo.
En la segunda, el Niño Jesús, de Nápoles. En la tercera se veneraba a
Santiago apóstol, el mayor, que era de su cofradía; la que, sin saberse por qué,
se fué o se perdió desde el año 1715: y ahora es reverenciada en dicha capilla
la milagrosa imagen de Santa Rita de Casia".

Nuestra Señora del Pilar2


Tuvo principio esta milagrosa imagen de que, determinando la ciudad
de Zaragoza hacer palacio más majestuoso a María Santísima del Pilar, fué
preciso arruinar el antiguo, para dar principio al nuevo. Muchas personas de-
votas pedían algunas de las piedras, para que formando de ellas algunas
imágenes de Nuestra Señora del Pilar, o de otros santos, cada uno conforme a
su devoción, tuviesen sus corazones consuelo, ya por la piedra, estimándola
por la reliquia más preciosa, o ya por el Señor que tenía por abogado para el
bien eterno de su alma. No satisfecha con esto la nobilísima señora doña
María Teresa Ladrón de Guevara, dignísima esposa del señor don Juan de
Valcarce Datto, pidió alguna de aquellas piedras, que parecen de alabastro, y
mandó su devoción fabricar una imagen del Pilar, la que sacó el escultor muy
perfecta. Contemplando devota su hermosura, pareció mejor a esta noble
señora colocarla en lugar decente, para lo cual

1
Ibid. fol. 21 y 22.
2
Fol. 27.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 169
determinaron y dispusieron remitir en unos cajones la imagen a la ciudad de
Plasencia. En ocasión que su esposo se halló con Real Cédula de Presidente
de esta Real Cancillería de Valladolid, y siéndoles preciso conducirse a esta
ciudad, les fué forzoso dejar la imagen. Llegaron sus Ilustrísimas a esta ex-
presada ciudad en el dictamen de que dicha santa imagen quedaba en
Zaragoza para remitirla a Plasencia. Pasados algunos días, mandando abrir
otros cajones en que discurrieron venían dulces de Valencia, abriéndolos,
hallaron por dulces a esta bellísima imagen...
Bien se echa de ver lo misterioso del caso: pues parece dispuso la
Providencia que viniese esta santa imagen acompañando a la original que
venía en el corazón de su afectuosa devota. Con lo acaecido se avivó más en
los pechos de dichos señores el amor y afecto a esta divina Señora, la que
luego determinaron colocar en un Convento, donde estuviese con veneración.
Eligieron este nuestro: y para que dicha santa imagen con más celebridad se
festejasen sus cultos, interpusieron sus personas con el Real Acuerdo, para
que se perpetuase su fiesta todos los años. Lograron que dicho Real Acuerdo,
temiendo que la peste que había en Francia se introdujese en España, im-
plorando el patrocinio de esta soberana Reina, le ofreciese concurrir a Misa y
sermón todos los años el día 12 de Octubre, si cayere en domingo; y si no, al
domingo inmediato: (ya es fiesta de Corte pasada por el Consejo, y se celebra
siempre el día 12 de Octubre); declarando a este día del Pilar perpetuamente
por fiesta de tabla. Y para mantener los cultos de dicha fiesta, señaló dicho
Real Acuerdo por votos, como acostumbran, para este convento cincuenta
ducados de vellón, en penas de Cámaras y gastos de justicia; cuya dotación se
hizo por ante Manuel Santo del Alamo, Escribano del Real Acuerdo, en 22 de
Septiembre de 1721 años.
He aquí el acuerdo:
"En la ciudad de Valladolid, a 22 de Septiembre de 1721, estando los
señores Presidente y Oidores de este Real Acuerdo y Cancillería del Reino en
Acuerdo General, dijeron: Que hallándose con repetidas órdenes de Su Ma-
jestad (Dios le guarde), para hacer rogativas devotas y religiosas depreca-
ciones implorando la clemencia divina, para que su piedad y misericordia
temple el rigor de su justicia en la plaga de la peste que se padece en Francia,
cuyas cercanías tiene expuestos a los dominios de Su Majestad a padecer y
sentir tan grave daño, y reconociendo que actualmente se padece en aquellos
dominios, y con más excesivo rigor, que aumenta el cuidado y recelo
170 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en que se vive de su comunicación; siendo el poderoso y más apreciable me-
dio para lograr el alivio que se solicita la intercesión de su Madre Santísima
María Señora nuestra bajo la invocación del Pilar, a fin de implorar su am-
paro y patrocinio; Ha resuelto el Acuerdo ponerse a sus pies y de su santísima
protección, concurriendo a Misa y sermón todos los años al Convento de San
Nicolás de Tolentino Recoletos de San Agustín, en cuya capilla mayor de su
iglesia está colocada, el domingo de Octubre inmediato al día 12, si en este
día no lo fuera. Y para que se le haga su fiesta se señala y consigna en penas
de Cámara y gastos de justicia cincuenta ducados de vellón; y que concurra el
Acuerdo a esta festividad como a misa de tabla, declarándola por tal per-
petuamente con todas las circunstancias de las demás misas de tabla que tiene
establecidas el Acuerdo. En donde se espera con segura y verdadera fe conse-
guir por el medio de esta deprecación el alivio y amparo de que no se intro-
duzca el contagio, y de otras necesidades públicas que ocurrieren, como el
rogar por la vida de nuestro Monarca, Reina y Príncipes, y mayor exaltación
de la monarquía y Religión católica. Así lo acordaron, y rubricó el señor don
Diego de la Vega Trelles, Oidor decano. De que certifico yo el Secretario del
Acuerdo. –Manuel Santos del Alamo"1.
Y para que sus cultos tuviesen buen principio, hizo la función el primer
día la señora Presidenta, en que tendió las velas de su devoción fervorosa. A
su imitación cada día hizo la fiesta una señora Oidora. Y para que todos sirvi-
esen, reverenciasen y amasen a tan soberana Reina, a emulación de la fineza
del Real Acuerdo, determinaron las más ilustres señoras establecer una de-
votísima novena, a la que en 14 de Octubre de 1721 dió principio el P. Pr.
Juan de San Antonio, alias Herencias, con una erudita plática, a la que asistió
todo el Acuerdo con todo lo principal de Valladolid; y concluida, cantaba la
música la letanía, salve, villancico y Tantum ergo; sirviendo de preste y min-
istros en estos días tres señores togados, con otros muchos sacerdotes secu-
lares que asistieron al altar; y siendo innumerable el concurso que todos los
días acudía. Con tan buen principio y para promover más la devoción, año de
1722, se fundó una Cofradía con la advocación de Nuestra Señora del Pilar,
con las gracias e indulgencias que constan en el Breve de Su Santidad Ino-
cencio XIII. Creció tanto la devoción

1
Ibid. fol. 27 y siguientes.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 171
de la Virgen, y fué tan frecuente en esta Casa la asistencia de los Señores, que
innumera-bles pleitos se sentenciaron en la Huerta". Pero luego que faltaron
Presidente y Presidenta, que animaban estos cultos, comenzó a resfriarse la
devoción, y, de consiguiente, a aminorarse las limosnas, por cuyo motivo se
quitaron las pláticas el año de 1730; y por ir cada día a menos, se quitó la
novena el año de 1747.
Las gracias concedidas a esta Cofradía de Nuestra Señora del Pilar por
el Papa Inocencio XIII en Bula dada en Roma a 6 de Mayo de 1722, son las
siguientes: 1.º Indulgencia plenaria a todos los cofrades que confesaren y
comulgaren el día de su entrada en la cofradía y en el artículo de la muerte.
2.º Indulgencia plenaria a los cofrades que confesaren y comulgaren y visi-
taren dicha iglesia, su capilla u oratorio en el día y fiesta de dicha cofradía,
que se eligiere por los cofrades de ella, y aprobare el Ordinario, desde sus
primeras Vísperas hasta el mismo día puesto el sol, y allí rogaren por las in-
tenciones de la santa Iglesia, como de costumbre. 3.º Indulgencia plenaria a
dichos cofrades que hicieren dichas diligencias en otros cuatro días, festivos o
feriados, que dichos cofrades eligieren en el discurso del año, y aprobare el
Ordinario".
En el mes de Octubre de 1722, el Ilustrísimo Señor Talavera, Obispo de
esta ciudad, aprobó los cinco días, que son: el 12 de Octubre; el domingo
siguiente inmediato a éste; el día de la Concepción; el día de Santa Rita, y el
día de la Asunción de Nuestra Señora, en los cuales ganen dichas indulgen-
cias1.
Además de la ausencia de la ciudad del Presidente y Presidenta de la
Cofradía de la Virgen del Pilar, contribuyó muy eficazmente a que disminuy-
era su culto el hecho de haber cedido graciosamente el Convento al Real
Acuerdo toda la capilla mayor, donde estaba dicha cofradía con la santa ima-
gen del Pilar; pues desde el día de la cesión, el mencionado Real Acuerdo no
se ocupó en fomentar el culto.
"Agradecido este Convento, leemos en el Libro de Oro citado, fol. 29, a
los repetidos favores del Real acuerdo, considerando el P. Prior y Religiosos
que, haciéndole Patrono de la Capilla mayor de esta iglesia, se enterrarían
muchos señores en ella, y que, a su ejemplo, se enterrarían

1
Ibid. fol. 97
172 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en Casa otros muchos; y que, presentando graciosamente dicho Patronato, nos
alcanzarían una plaza viva de Oidor, y tendríamos con dichos señores más
valimiento, y seríamos más estimados dentro y fuera de esta ciudad; por lo
que serían más copiosas las limosnas, o que acaso por este medio saldríamos
de pobres; en agradecimiento de acabarnos de patrocinar en el pleito de Tord-
esillas sobre admitirnos por vecinos, y venirnos a honrar en la novena del
Pilar, como si esto fuera permanente, el P. Prior Fr. Pedro de la Soledad, Lec-
tor Jubilado, precedida licencia de N. P. Provincial, y tratados en derecho
necesarios, en 14 de Diciembre de 1724, por sí y en nombre de sus Re-
ligiosos, presentó Petición en Acuerdo General, suplicándole se sirviese ad-
mitir graciosamente en su dominio la Virgen del Pilar, Capilla mayor y pan-
teón para sus funerales y entierros".
La escritura de aceptación (sin ninguna carga), se otorgó ante Francisco
de Castro Taboada, escribano, en 21 de Diciembre de 1724 años".
Y el autor del libro pone aquí por único comentario: ¡Buena la hicieron!
Efectivamente, años después la Comunidad tuvo grandes disgustos y pleitos,
promovidos por el Real Acuerdo, que, considerándose dueño de la Capilla
mayor, sometía a su exclusiva dirección y arbitrio todas las funciones que los
Religiosos querían hacer en su propia iglesia.

Nuestro Convento de Valladolid, como todos los demás, procuraban es-


tablecer pactos de Concordia con las Villas y Cabildos, a fin de asegurar sus
medios de subsistencia.
He aquí uno de esos pactos:
"Concordia con la Villa de Castromocho, por la que este Convento se
obliga a predicar (y enviar predicador), el sermón de Sexagésima y las
Dominicas primeras y terceras de Adviento y Cuaresma en los años nones: y
en los años pares, segunda y cuarta de Adviento, en caso de no estar impedida
la cuarta; que entonces avisan; Septuagésima, segunda y cuarta de Cuaresma,
sermón de Ramos, Mandato, Plática de Disciplina, Pasión, Soledad y Castillo
de Emaus, segundo día de Resurrección.
Y por esto se obligó dicha Villa a que el Religioso que fuese a recoger
en cada un año las limosnas de pan, vino, lana, queso, torreznos y otras
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 173
cosas, cada una en sus tiempos, será asistido de personas de Ayuntamiento. Y
en caso de no tener Hermano en dicha Villa (quiere decir, Hermano General
de nuestra Orden), dispondrá (el Ayuntamiento) hospedaje, así para los que
fueren a pedir, como para los que fueren a predicar; y a que en los años pares,
que es cuando toca a este Convento predicar la Semana Santa, pagará de
pronto hasta cien reales vellón, sobre las limosnas que pagan la iglesia de
Nuestra Señora de Solana por el sermón de Soledad y la Cofradía de la Cruz
por la plática de Disciplina; y asistir del mismo modo al predicador que la
hiciese, en la petición de limosna que se acostumbra en aquel tiempo. Se hizo
ante Andrés Fernández de Bejar, Escribano del Número de dicha Villa, en 1
de Julio de 1728"1.
Acuerdos o Concordias semejantes a éste tenía firmados el Convento de
Valladolid con Simancas, Cigales, Villamediana, Villabrágima, Vercero y
otros.

1
Ibid. fol. 244.
ARTÍCULO III
El P. Cronista Diego de Santa Teresa
Sumario: Su origen. –Sus grandes dotes intelectuales. – Su actuación brillantísima en
las cátedras y en el púlpito. –Cargos con que le honró la Provincia. –Cronista Gen-
eral. –Sus escritos como Cronista y como orador. –Elogios al P. Diego. –Muere en
Zaragoza.

Este esclarecido Religioso, que con su sabiduría y sus virtudes atrajo ha-
cia sí la admiración de todos sus contemporáneos, y llenó de gloria, no sólo a
la Provincia de Aragón, de que era hijo, sino a toda la Descalcez Agustinisna;
fué navarro. No hemos podido averiguar el lugar ni la fecha de su nacimiento,
pero consta con certeza que nació en la provincia de Navarra, por una de-
claración jurada, extendida en Zaragoza el día 6 de Marzo de 1746, ante el
Notario Apostólico Ignacio Antonio Guijazo, declaración hecha por Re-
ligiosos de nuestro Convento de Zaragoza, con motivo del litigio entre Re-
ligiosos catalanes y aragoneses, y que fué presentada a la sagrada Congrega-
ción de Obispos y Regulares1.
A la edad competente vistió nuestro santo hábito e hizo su profesión rel-
giosa en el Convento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad
de Zaragoza. Dios le había enriquecido con tales dotes de inteligencia, que
superaba con mucho a todos sus condiscípulos: y como a esto unía la cualidad
de ser observantísimo Religioso, los Superiores le dedicaron a la vida de la
enseñanza, haciendo oposiciones brillantísimas a las cátedras, en las cuales
brilló tanto como Lector, que su sabiduría dejaba asombrados a todos sus
discípulos, nuchos de los cuales salieron tan aventajados en letras y en virtud,
que uno solo de ellos bastaba para llenar de gloria nuestra Recolección.
Obtenido el título de Lector Jubilado, después de explicar los cursos re-
glamentarios con general aplauso y admiración, su Provincia quiso aprove-
char

1
Arch. Provl. Carp. 66, leg. 2.º, núm. 5.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 175
sus relevantes prendas, honrándole con las más distinguidas prelacías, y du-
rante veintiún años seguidos lo tuvo de Superior; siendo sucesivamente Prior
de Calatayud, de Zuera, de Borja, de Valencia, Rector del Colegio de
Zaragoza y dos veces Definidor de Provincia. No le hicieron Provincial
porque las ocupaciones de este cargo le hubieran impedido atender a los re-
querimientos que le hacían de todas las provincias de España, a cuyas ci-
udades principales acudía para derramar desde sus púlpitos los inagotables
tesoros de su elocuencia; y además porque necesitaba el tiempo para dar a la
imprenta sus brillantes obras históricas y predicables, en las cuales ha trans-
mitido a la posterioridad su nombre lleno de gloria.
En la Congregación General celebrada el 14 de junio de 1704, se nombró
Cronista General al P. Fr. Diego de Santa Teresa, Lector Jubilado de la
Provincia de Aragón, por ausencia del P. Exprovincial Fr. José de la Encar-
nación, Lector Jubilado de la Provincia de Castilla, que estaba en Cerdeña por
Confesor del Sr. Virrey, el Sr. Marqués de Valero1.
En el Capítulo General de 1706 fué elegido Definidor General, cargo en
el que cesó el año 1709, porque estos nombramientos eran entonces trienales.
Además, en este mismo Capítulo ce-lebrado en Borja el 1706, se confirmó su
nombramiento de Cronista General por el Acta 16, que dice así: "Item: Se
confirmó el nombramiento que hizo el Definitorio General de Cronista de
nuestra sagrada Religión en el P. Fr. Diego de Santa Teresa, Lector Jubilado y
Definidor Gene-ral".
Ya antes, el año 1700, el P. Diego asistió al Capítulo General, que se
celebró el día 2 de Junio de dicho año, como segundo Definidor General por
Filipinas.
En el Capítulo General celebrado en el Toboso el 1712, fué confirmado
por el Acta 23 en el cargo de Cronista General; confirmación que se repitió en
el Capítulo General de Alcalá del año 1718, con nota laudatoria y mani-
festación de gratitud de todos los PP. Capitulares, como consta por el Acta
6.ª, que dice así: "Item: Se confirma el nombramiento de Cronista en el P. Fr.
Diego de Santa Teresa, Lector Jubilado; y este Capítulo encarga al P. Provin-
cial y al Prior del Convento donde resida, que cuiden de su asistencia y alivio
en agradecimiento a su trabajo".

1
Arch. Gral., lib. Regist., pág. 6.
176 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Como Religioso, dejó siempre tras sí el aroma de todas las virtudes; y
como sabio, su gallarda pluma dejó a la posteridad, además de muchos escri-
tos que no han salido a la luz pública y que se pueden considerar como defini-
tivamente perdidos, las siguientes obras impresas, que tienen por título:
I. Ara de Dios con siete brillantes astros en el muro. Mística Débora en el
luciente Tabor de Zaragoza; triunfante Jael, que al Sísara más sober-
bio lo postró en su Tabernáculo; nueva Guerra, en que a expugna-
ciones del abismo, con los siete Planetas, como Generales de las más
lucidas Tropas, hace oposición el mismo Cielo. –Nuestra Señora del
Portillo, Protectora de la fe en su Ciudad Augusta, y Presidio el más
seguro contra la chusma mahometana. –Delineada en ocho oraciones
panegíricas, dichas en su Santa Capilla los sábados de Cuaresma. –
Año 1709. –Su autor el M. R. P. Fr. Diego de Santa Teresa, Lector
Jubilado, Definidor General y Cronista de la Congregación de
España e Indias de Descalzos del gran Padre de la Iglesia San
Agustín. –Sácala a luz su ilustre y antiquísima Cofradía. Y la dedica
al Excelentísimo Señor don Rodrigo Manuel Fernández Manrique de
Lara, Conde de Frigiliana, etc. –Con licencia: En Zaragoza: Por
Manuel Román, impresor de la Universidad.
Es un tomo en 8.º, de 271 páginas, en las que el autor desarrolla ocho
largos sermones sobre Nuestra Señora del Portillo de Zaragoza, con los temas
siguientes: De la Navecilla, –Del Tabor, – Del Pródigo, –De la adúltera, –De
la luz, –De Palmas, –De Resurrección, –De la Purificación. –De esta obra
hacen grandes elogios los censores: entre ellos, los PP. Juan de la Concepción
y Juan de San Agustín, Definidores ambos de la Provincia de Aragón, dicen
que, siendo discípulos del P. Diego, lo conocieron grande en la cátedra, y
ahora lo acreditan estos ocho panegíricos.
II. Sermón. –El santo, Real y General Hospital de Zaragoza publicó por
medio de su Ilma. sitiada: Relación del hacimiento de gracias que
celebró en su iglesia el día 13 de Septiembre de 1716, con ocasión de
las mercedes que S. M. (Dios le guarde), se dignó conceder para el
socorro de sus pobres; con el Sermón predicado en esta solemnidad
por el P. Lector Jubilado Fray Diego de Santa Teresa, Definidor
General de Agustinos Descalzos. –En Zaragoza: por Pascual Bueno;
1716; en 4.º1.

1
Latassa y Ortín., biblio., tomo IV, pág. 294.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 177
III. Historia de la Imagen de la Virgen del Niño Perdido, que se venera en
nuestro Colegio de Jesús Nazareno de la Villa de Caudiel, en el Re-
ino de Valencia. –Impresa en Valencia por José Th. Lucas, impresor
del Santo Oficio, año 1765. –Es un tomo en 8.º, que aunque no se
imprimió hasta el año 1765, sin duda por falta de medios para pagar
la impresión, pero el P. Diego lo dejó terminado el año 1720; tanto
que, la Dedicatoria, las censuras y la licencia del P. Provincial,
aparecen en el impreso firmadas el año 1720. La Dedicatoria la fir-
man: "Rector y Colegiales de Jesús Nazareno, Fr. Manuel de Santa
Bárbara, 28 Septiembre 1720". –El censor P. Antonio Arbiol, Fran-
ciscano, dice: "Escribió primero del gran Santuario de Nuestra
Señora del Portillo, y ahora enfervoriza nuestros corazones con el de
Nuestra Señora del Niño Perdido. Zaragoza, 12 Octubre de 1720". –
El Provincial de Aragón Fr. Miguel de la Purificación firma su licen-
cia refrendada por su Secretario Fr. Agustín de Santo Domingo, en
Zaragoza, a 31 de Octubre de 172o". –Y el censor P. José Matías de
Leris, jesuita, firma en el Colegio de la Compañía de Jesús de
Zaragoza, a 2 de Noviembre de 1720, y en su censura dice: "Bien
que las eminencias de su destreza (de tan ingenioso y pío escritor) en
atraer eficazmente sus oyentes a las virtudes evangélicas con el
suave imán de su elocuencia, con la propiedad de su estilo, con lo
ingenioso de sus ideas, con lo sutil de sus discursos, con lo profundo
de sus sentencias, es y ha sido tan familiar a los elevados y peregri-
nos talentos del autor, como ilustrar los primeros púlpitos de nuestra
España, donde la admiración lo ha seguido siempre, la utilidad lo ha
buscado y la veneración lo ha atendido".
IV. Historia General de los Religiosos Descalzos del Orden de los Ermi-
taños del gran Padre San Agustín, de la Congregación de España e
Indias. Tomo tercero. –Este tomo lo dejó el P. Diego terminado en
borrador, y se imprimió algunos años después de su muerte, coordi-
nado y aumentado por el P. Pedro de San Francisco de Asís. Porque,
como dice el mismo P. Diego en su borrador, "Por componerse nues-
tra Crónica en gran parte de las heroicas hazañas obradas por los Re-
ligiosos en los distantes y dilatados países de las Indias; por no haber
yo andado en aquellas tierras, y por carecer de historias, especial-
mente de las Islas Filipinas, es cierto que ando palpando tinieblas,
pues los manuscritos proceden demasiadamente compendiosos, por
los cuales es poco menos que imposible formar concepto cabal de las
cosas y escribirlas con la exactitud deseada". Todo esto tuvo que su-
plir el P. Pedro que había estado en Filipinas.
178 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
V. Escribió además, sin que llegasen a imprimirse, "muchos tomos de ser-
mones; uno de la Vida de la V. M. Sor Josefa María de Santa Inés,
Agustina Descalza en Benigánim, y otro de Reflexiones Críticas so-
bre la invención del cuerpo de N. G. P. San Agustín, con razones
convincentes de su identidad1.
El citado P. Cronista Fr. Pedro de San Francisco de Asís nos hace del P.
Diego de Santa Teresa la compendiosa biografía siguiente:
"Por dos títulos se hace cualquier escritor digno de ser creído; por docto
y por santo: y concurriendo los dos, parece imposible que falte a la verdad en
lo que escribe, porque la ciencia lo constituye advertido para no dejarse en-
gañar; y la virtud le hace estar reñido con la ficción. El que escribe cosas
modernas y antiguas (propio de la historia), debe ser docto; pero docto en el
reino de los cielos, sabiduría que toca a los santos. Quien ha de iluminar a
otros con sus escritos se ha de vestir de las propiedades de sal y luz; esto es,
de la ciencia y perfección, abundando así mismo de prudencia, como serpi-
ente, para poder discernir lo verdadero de lo falso; y de simplicidad, como
paloma, por el candor e inocencia de vida.
Parece que he dibujado al V. P. Fr. Diego de Santa Teresa. Era docto,
así lo publican los púlpitos más principales de España, y con especialidad los
de Teruel, Calatayud, Huesca, Valencia, Tudela y Zaragoza, en los cuales
pasmó a los mayores ingenios lo sublime de su doctrina. Así lo confiesan las
cátedras que regentó en la Religión, pues dura aún el eco de sus ergos, que
hacían temblar las aulas; y entre muchos discípulos que produjo, sólo uno
bastó para llenar de laureles nuestra Reforma. Y así lo contestan sus mismas
obras, no obstante que las menos han logrado salir a pública luz, y las más
andan en tinieblas, por la pobreza de la Religión; siendo de aquel número la
Historia de Nuestra Señora del Niño Perdido de Caudiel, con un tomo de
sermones de la Virgen del Portillo de Zaragoza, e incluyéndose en este
muchos tomos de sermones, uno de la Vida de la V. M. Sor Josefa María de
Santa Inés, Agustina Descalza en Benigánim, y otro de Reflexiones Críticas
sobre la invención del cuerpo de N. G. P. San Agustín, con razones convin-
centes de su identidad.
Era así mismo varón muy religioso, pues si por los frutos se conoce la
bondad del árbol, y por lo ajustado de las acciones exteriores la per fección

1
Crons., tomo III, prólog.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 179
interior, no podía dejar de ser mucha su virtud, cuando, en opinión de todos,
fueron nuestras Constituciones la pauta por donde dirigió su ejemplar vida.
De aquí se originó que, para aprovecharse la Orden de su luz, procuró
tenerlo siempre sobre el candelero de las prelacías, porque fué Prior de Ca-
latayud, de Zuera, de Borja, de Valencia, Rector del Colegio de Zaragoza, dos
veces Definidor de Provincia y una Definidor General; sin que el cumplir
exactamente con las obligaciones de estos cargos en la asistencia continua al
coro y demás cosas que distraen del estudio, le obstase para atender a él,
porque tomaba gran parte de la noche cuando no le bastaba el día, y así pudo
escribir tantas obras. Dadme un Religioso bien ocupado, enemigo del ocio,
que gaste en el estudio las horas libres de coro y actos de Comunidad, y desde
luego voto por su virtud.
Conque tenemos al V. P. Fr. Diego de Santa Teresa docto y santo"1.
N. P. Vicario General Fr. Francisco de Santa Isabel, que suscribe la dedi-
catoria del tomo tercero de nuestras Crónicas a la Virgen del Pilar, dice del P.
Diego: "El autor principal de este tercer tomo de nuestras Crónicas, fué singu-
larísimamente devoto de vuestra Cesaraugustana Columna; escribió esta obra
a la sombra de aquella Angélica Capilla, de suerte que de su celda podía oír
las sagradas alabanzas que a Vos en vuestra santa imagen se tributan en
aquella metropolitana iglesia. Manifestó su fervoroso celo de la honra de
vuestra casa hasta disparar fuego con su pluma contra los impugnadores de
tan piadosa, firme y constante tradición del favor que Vuestra Majestad hizo a
esta siempre católica monarquía de España. Y estamos persuadidos de que
cuanto en este tomo escribió, para honra y gloria de Dios y de nuestra
Agustiniana Reforma, lo bebió como en su fuente en vuestra Angélica Cap-
illa, que todos los días visitaba, adorando aquella Columna dichosa donde
estuvieron vuestros sacratísimos pies"2.
El P. Diego vivió largas temporadas y fué Rector de nuestro Colegio de
San Nicolás de Tolentino de Zaragoza, cuyo edificio estaba entonces, como
está ahora, inmediato al santo templo de la Virgen del Pilar y como adosado a
él por la parte posterior, y por eso dice el P. Vicario General que el P. Diego
podía oír desde su celda los cánticos de alabanza tributados a la celestial
Señora.

1
Cróns., tomo III, pról.
2
Loc. cit.
180 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El M. R. P. Fr. Miguel de Jesús María, Lector Jubilado, Calificador de la
Suprema, Examinador Sinodal de los Obispados de Tarazona y Huesca y
Prior Provincial de la Corona de Aragón de Agustinos Recoletos, en la cen-
sura que hace del tercer tomo de nuestras Crónicas, por orden del Vicario
General Fr. Francisco de Santa Isabel, dice del P. Diego:
"En pocas cláusulas podía yo satisfacer al empleo de Censor, con decir
que juzgaba esta obra tal como digna de su autor, y no diría poco para cuantos
conocieron al P. Lector Fr. Diego de Santa Teresa, de cuya elocuencia y om-
nígena erudición, sobre su ejemplar religiosidad, aún resuenan los ecos en
toda España, siendo, no sólo su fama, sino también sus hechos, constantes en
varios impresos historiales y predicables, los que acreditan a nuestro autor,
para los que se dicen y son verdaderamente juiciosos. De suerte que en su
tiempo, con más razón que a Temistio, le aclamaban el Rey de los Sermones:
Tu Rex es Sermonum" 1.
Otro censor del mismo tercer tomo, el M. R. P. Fr. Pedro de la Concep-
ción, Lector Jubilado, Calificador de la Suprema y Prior Provincial de nuestra
Provincia de Castilla, dice del P. Diego: "Digo que, luego que leí el nombre
del autor, tuve esta historia por obra perfecta y de todo punto consumada"2.
En términos tanto o más laudatorios se expresa el Rmo. P. Pedro Ariño,
Comisario General de los Servitas, al censurar la obra por orden del Obispo
de Barcelona y del Consejo Real de Castilla3.
Después de una vida llena de actividad, empleada en el estudio y en la
práctica de las virtudes, lleno de méritos y cubierto de gloria, murió con la
paz de los justos en nuestro Colegio de San Nicolás de Zaragoza, por el mes
de junio de 17224.
"Asistiendo al entierro del P. Diego el Rmo. P. M. Arbiol, honra de es-
tos tiempos, de la Orden siempre gloriosa y seráfica, a grandes voces exclamó
diciendo: "El Maestro de las Letras y la Librería del Reino de Aragón ha
faltado habiendo muerto el Rmo. Fr. Diego. Buenos testigos son de esta ver-
dad principalmente la Corte de Madrid, la de Zaragoza y la de Valencia"5.
Honor y gloria al esclarecido Religioso Fr. Diego de Santa Teresa.

1
Loc. cit.
2
Loc. cit.
3
Loc. cit.
4
Arch. Gral. Lib. difunt. de la Congreg., fol. 47.
5
Loc. cit.
ARTÍCULO IV
Las armas del Convento de Bagumbayan
Sumario: El Gobernador procesa a un Oidor, al Sargento Mayor y a un Regidor de Ma-
nila. –El Procurador de Recoletos reclama las armas extraídas del Convento de
Bagumbayan. –Por qué había armas en dicho Convento. –Resultado de una infor-
mación jurídica.

Después que fueron reducidos a la obediencia los rebeldes del Convento


de Bagumbayan, el Gobernador Sr. Torralba, enemistado con don Gregorio
Manuel Villa, Oidor de la Real Audiencia e insigne bienhechor de los Padres
Recoletos, procesó a éste con el pretexto de que había ayudado a los rebeldes
y los había excitado a no unirse a los aragoneses de Manila; y con el mismo
pretexto procesó también a don Santos Pérez de Tagle, Sargento Mayor, y al
Regidor de Manila don Luis Antonio de Tagle, electo Gobernador y Capitán
General de las Islas Marianas, acusando a los tres falsamente de que habían
dado armas a los castellanos rebeldes, cuando eran amigos íntimos de los
aragoneses. Atropellándolo todo, los privó de sus empleos y los desterró por
diez años. Mas como fué cierto que se extrajeron armas del Convento de Ba-
gumbayan, se habló mucho de ello, hasta que, pasado algún tiempo, se aclaró
el hecho del modo siguiente:
Con fecha 16 de Octubre de 1722, el P. Procurador General de la Provin-
cia Fr. Francisco de la Encarnación, dirigió al Sr. Gobernador un oficio
reclamando dichas armas, porque "servían y debían servir para la precisa de-
fensa y resguardo de los PP. Provinciales, por el manifiesto peligro que tienen
en sus Visitas de tan remotos y distantes Ministerios, los cuales hoy se hallan
en mayor riesgo, como es público y notorio".
A esta petición se le contestó con el siguiente decreto:
"Manila y Octubre 26 de 1722. Hágase como lo dice el Sr. Fiscal. –
Rúbrica de su Señoría, y la firma Lozada. –Manila y Octubre 31 de 1722. –El
Capitán don Nicolás de Rivera, Tenedor de bastimentos y municiones de los
Reales Almacenes de este campo, entregará al M. R. P. Fr. Francisco
182 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de la Encarnación, Religioso del sagrado Orden de los Ermitaños Descalzos
de N. P. San Agustín y su Procurador General, Cinco pinzotes maltratados, un
arcabuz, dos horquillas de hierro, veinticinco flechas, dos arcos, todo de caña
maltratado, un vaso de caja de guerra, un asador grande de tres puntas de
hierro, quince frascos grandes con sus frasquillos de astas de carabao, todo
maltratado, y tres cámaras de bronce, que se hallan depositados en dichos
Reales Almacenes de orden del Sr. D. José de Torralba, siendo Gobernador y
Capitán General de estas Islas, las que se libran en virtud del Decreto del Su-
perior Gobierno, informe de dicho Tenedor y Vista del Sr. Fiscal, que va ad-
junto, que con este nuestro y su recibo se le pasarán en data"1.
Es de notar que en la Memoria de bienes entregados al Sr. Rivera, fir-
mada por éste, por el P. Procurador Fr. Francisco de la Encarnación y por el
P. Secretario Fr. Benito de San Pablo, figuraban, además de las armas citadas,
cuatro mosquetes maltratados, los cuales no figuran en el decreto de devolu-
ción.
Como el acontecimiento de junio de 1715 fué tan ruidoso, ahora el hecho
de recuperar las armas entregadas fué pábulo a las hablillas de la gente
desocupada y maliciosa; y dió motivo a que N. P. Provincial Fr. Diego de San
José dirigiese la siguiente orden:
"Fr. Diego de San José, Lector Jubilado, y Prior Provincial de esta
Provincia de San Nicolás de Tolentino de Agustinos Descalzos de N. P. San
Agustín, etc.=Habiendo tenido noticia que en la extracción de los Religiosos
de este Convento de San Juan de Bagumbayan, hecha en 8 del mes de junio
del año 1715, que ejecutó el Sr. Doctor Don José de Torralba, Oidor de la
Real Cancillería de Manila y Gobernador interino que fué de estas Islas desde
el día cuatro de febrero de setecientos y quince hasta el día treinta y uno de
julio de setecientos y diez y siete, se extrajeron juntamente de este dicho con-
vento algunas armas, que por vía de depósito pasaron a los Reales Almace-
nes, como consta del recibo que dió de ellas el Capitán Don Francisco Albar-
rán (Almacenero que era entonces), su fecha en trece de dicho mes y año, el
cual recibo se halla cerca del fin de los autos que se formaron para dicha ex-
tracción: E informado de que dichas armas se hallaban en dichos Almacenes
Reales por no haberlas pedido quien fuese parte legítima: y porque habemos
tenido noticia de personas fidedignas que dichas armas son de

1
Arch. Prov. Carp. 25. Leg. 30 núm. 19.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 183
las que solían tener los Provinciales de esta nuestra Provincia para llevarlas
cuando iban a las Visitas, infestadas de enemigos de nuestra santa fe; y se
valían de ellas para la precisa y natural defensa de sus personas: y porque hoy
no bastan repetidas Armadas de nuestro Rey (que Dios guarde), para librar de
las continuadas invasiones a los Ministros de nuestra jurisdicción (que inten-
tamos visitar este año, aunque con conocido riesgo de nuestra vida, el cual
crece faltándonos las armas, de que solía usar la gente de mar que conduce a
los Visitadores), para la defensa natural de sus vidas y de la del Padre, por
tanto mandamos a nuestro Secretario y Procurador General de esta nuestra
Provincia pasasen a los Reales Almacenes y se informasen si aún se hallaban
en ellos dichas armas; quienes de facto fueron y trajeron la lista adjunta, en
que se refiere las que se hallan depositadas en dichos Almacenes desde dicho
año de 1715. En virtud de lo que mandé al P. Procurador General de esta
nuestra Provincia se presentase ante el Sr. Gobernador con escrito jurídico
pidiendo se nos devolviesen las referidas armas: quien informado de lo justi-
ficado de nuestra petición, mandó por su decreto de 26 de este mes de Octu-
bre se reintegrasen a nuestra Provincia las armas mencionadas, que se extra-
jeron de este dicho Convento en el referido mes de junio del año 1715; y con
efecto se nos entregaron y se trajeron a este nuestro Convento de San Juan de
Bagumbayan.
Y Nos para quitar todo escrúpulo en el uso de dichas armas o en la don-
ación de ellas a los Ministros que las necesiten, habiendo llegado a nuestra
noticia voces vagas de que dichas armas o algunas de ellas pueden acaso per-
tenecer a Don Santos o Don Luis Tagle, por haberlas éstos prestado a los Re-
ligiosos que se extrajeron de este dicho Convento de San Juan: Por tanto
mandamos en virtud de santa Obediencia al P. Fr. Bernardo de San Francisco,
que se hallaba Presidente de este nuestro Convento hasta la extracción de
dichos Religiosos, y a todos los Religiosos que fueron súbditos suyos hasta la
mencionada extracción, digan y declaren debajo de juramento en virtud de
santa Obediencia y pena de excomunión mayor ipso facto incurrenda trina
canonica monitione praemissa, si las mencionadas armas y otras algunas las
recibieron, con cualquier pretexto o motivo, de alguno de los expresados suje-
tos o de alguna otra persona eclesiástica o secular, o si saben de dónde
vinieron a este Convento, o si saben cuyas son o a quien pertenecen, o si sa-
ben con qué fundamento se han esparcido las voces de que dichas armas
fueron de los expresados Don Santos o Don Luis Tagle. Dado en
184 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
este nuestro Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan, extramuros de
la ciudad de Manila, en veinte y nueve días del mes de Octubre de mil
setecientos y veinte y dos años, firmado de nuestra mano, sellado con el sello
menor de nuestro Oficio y refrendado de nuestro Secretario.=Valeat sic.=Fr.
Diego de San José.=Por mandado de N. P. Provincial, Fr. Benito de San
Pablo".
A los pocos días se procedió a comunicar a los interesados el decreto an-
terior, que dió el resultado siguiente:
"En catorce días del mes de Noviembre de mil setecientos y veinte y
dos, en este Convento de San Juan de Bagumbayan notifiqué e hice notorio el
mandato de la hoja antecedente al P. Fr. Bernardo de San Francisco; quien
habiéndolo oído y entendido, dijo: Que en cuarenta y siete años, poco más o
menos, que ha que se halla en esta Provincia de San Nicolás de Filipinas, y en
tres veces que ha sido Prelado de este Convento de San Juan, siempre halló
las armas en este dicho Convento de San Juan, es a saber: Pinzotes,
Mosquetes y Arcabuces, que se componían de dos armeros: todas las cuales
armas pertenecían a la Provincia de San Nicolás, con el fin de que se sirvie-
sen a los PP. Provinciales cuando iban a visitar; y nunca he oído que las tales
armas pertenezcan a otra alguna persona particular, más que a dicha Provin-
cia. Por lo cual, las armas que después del abaleo se extrajeron de este Con-
vento de San Juan por el Sr. Doctor Don José de Torralba, Gobernador in-
terino de estas Islas, no eran ni pertenecían a ninguna persona eclesiástica o
secular de afuera de la Religión, ni menos las dió ni administró alguno de los
dichos mencionados Don Luis y Don Santos Tagle; sino que las tales armas
eran y pertenecían a esta dicha Provincia de San Nicolás, destinadas para di-
chos fines. Por lo que dichas armas las vi y hallé en este Convento así que me
hicieron Presidente; y de ellas me encargué como bienes pertenecientes a la
Provincia y a este Convento de San Juan; las cuales siempre estuvieron en su
armero, que se hallaba en una celda del Convento viejo, la cual estaba junto a
la cocina de él. Y si cuando yo vine a ser Presidente a este Convento de San
Juan fué el año de mil setecientos y trece a veinte y siete de junio, y entonces
las hallé en su armero, mal podían ser ni pertenecer dichas armas a alguno de
los sujetos mencionados Don Luis Tagle y Don Santos Tagle ni a otra alguna
persona de afuera de la Religión, que las ministrase a algún Religioso de los
que estaban a mi cargo en este Convento, al tiempo del abaleo, para con ellas
defenderse. Por todo lo cual, digo: Que
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 185
las tales armas, que por orden del Sr. Don José de Torralba se extrajeron de
este Convento en el mencionado día, son y siempre fueron pertenecientes a
esta Provincia de San Nicolás, y que ninguna persona nos las administró en
aquel tiempo ni en otro alguno.
Y esto fué lo que dió por su respuesta, y lo firmó en dicho día, mes y
año, de que doy fe.=Fr. Diego de San José, Provincial.=Fr. Bernardo de San
Francisco.=Ante mí, Fr. Benito de San Pablo, Secretario".
Lo mismo declararon, poco más o menos, los demás Religiosos interro-
gados, que fueron: El P. Lector y Procurador del Convento Fr. Fernando de
San Pablo, Fr. Diego. de San Nicolás, alias Pollos, Fr. José de San Juan Bau-
tista, Fr. Lorenzo de San Juan Bautista y Fr. Agustín de Santa Rosa; de-
clarando el P. Fr. Diego de San Nicolás que él creía que los rumores de que
don Santos Tagle y don Luis Tagle les habían dado las armas para defenderse,
obedecían a fines siniestros, a calumnias de los enemigos de dichos señores,
para hacerles con ese pretexto muchas vejaciones, como en efecto las padec-
ieron por parte de don José de Torralba; que las armas, que de siempre esta-
ban en el Convento las entregó el P. Fr. Francisco de Santa Teresa, prior de
dicho Convento, al cesar en su cargo, al nuevo Presidente Fr. Bernardo de
San Francisco, como bienes del Convento; y que fueron las que extrajeron en
tiempo del abaleo, siendo Provincial Fr. Antonio de Santa Mónica.
"Y luego in continenti, en dicho día, mes y año, N. P. Fr. Diego de San
José, Lector Jubilado y Prior Provincial de esta Provincia de San Nicolás de
Filipinas de los Descalzos de N. P. San Agustín: Viendo las declaraciones
hechas por los referidos Padres, y teniendo a muchos de ellos por personas de
mayor excepción, reconoció que dichas armas son bienes pertenecientes a
esta nuestra Provincia, y no a otra alguna persona de afuera de la religión. Y
porque otros Religiosos de esta Provincia, que pudieran también declarar en
virtud del referido mandato, se hallan muy distantes de esta ciudad de Manila,
le pareció a dicho N. P. Provincial ser bastantes las declaraciones hechas;
para que en todo tiempo conste ser sin fundamento alguno de verdad las vo-
ces que se esparcieron de que las refridas armas eran y las habían ministrado
a los Religiosos, que en aquel tiempo se hallaban conventuales en este de San
Juan, los señores don Luis Tagle y don Santos Tagle. Por lo cual dió N. P. por
conclusa esta declaración. Y por bastante, y por verdad lo firmó en dicho día,
mes y año; de que doy fe.
186 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
–Ita est. –Fr. Diego de San José, Provincial. –Ante mí, Fr. Benito de San
Pablo, Secretario".
Los señores don Gregorio Manuel de Villa, don Santos Pérez Tagle y
don Luis Antonio de Tagle fueron efectivamente puestos en prisiones; pero, a
pesar del empeño del Sr. Torralba en contrario, pudieron dirigirse a su Ma-
jestad el Rey con una información hecha ante el alcalde ordinario don Juan de
Bertis con testigos de mayor excepción, haciéndole ver los injustificados at-
ropellos de que eran víctimas; informe que fué confirmado en documento
aparte por el Cabildo eclesiástico y por los Superiores de las Ordenes Religio-
sas; y en virtud el Rey absolvió a los procesados y condenó al Gobernador
don José de Torralba a pagar una multa de veinte mil pesos.
CAPÍTULO XVII
NUEVOS DESTROZOS

ARTÍCULO I
Sumario: Los moros atacan a Agutaya, Cuyo, Manaol y Catel. –Mueren gloriosamente
los PP. Benito de San José y Juan de la Purificación. –Funestos resultados del
abandono de Labo. –Una carta del Definitorio Provincial.

Envalentonados los moros por el éxito que tuvieron invadiendo en Junio


de 1720 el pueblo de Linacapan, se dirigieron el año 1722 con el mismo ob-
jeto a la isla de Agutaya; y la atacaron tan de improviso y con tantas fuerzas
que los PP. Fr. Fernando de San Pablo, L. J., Fr. Francisco de la Asunción y
un Religioso lego, que estaban trabajando en la obra de la Fuerza, se vieron
obligados a huir desprovistos de todo y medio desnudos, atravesando el
bosque hacia la otra parte de la isla; donde tuvieron la suerte de encontrar una
pequeña embarcación en tierra, la cual botaron al mar; y remando con todo el
esfuerzo que les daba la inminencia del peligro, perseguidos ya de cerca por
los enemigos, lograron llegar y resguardarse en Cuyo.
Después de saquear y reducir a pavesas el pueblo de Agutaya, fueron a
Cuyo con ánimo resuelto de hacer lo mismo; pero nuestros Religiosos
dirigieron la defensa del Castillo con tal pericia y valor que, a pesar de sufrir
un asedio prolongado y lleno de privaciones, los moros tuvieron que aban-
donar su empresa.
De Cuyo dirigieron su rumbo a la isla de Mindoro; y el día 20 de abril de
ese mismo año 1722 saltaron a tierra; y atacaron tan de improviso al pueblo
de Manaol que apenas tuvieron tiempo sus moradores para hacer una débil
resistencia, la necesaria para que las mujeres y niños huyeran al monte; a
donde tuvo que huir también, no sin haber sido herido de sangre en la de-
fensa, el P. Ministro Fr. Manuel de Santa Teresa; quien no pudo evitar que los
moros profanasen la iglesia, robasen todas sus alhajas y destruyesen el
pueblo.
188 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Poco después de estos tristes sucesos, los moros vecinos de la Provincia
de Caraga sitiaron el Presidio de Catel: pero el P. Fr: Benito de San José,
natural del Casar de Cáceres en Extremadura, peleó con tanto ardor que
animó a todos los soldados y a los indios a llevar la defensa hasta el
heroísmo; y cuando los enemigos con flechas y otros artificios de fuego
prendieron fuego al almacén que estaba dentro del Presidio, el P. Benito, de-
spreciando su vida, se lanzó a extinguirlo; ante cuyo acto de intrepidez hasta
las mujeres tomaron las armas, derrotando entre todos al numeroso enemigo,
que se vió obligado a retirarse1.
Pero tales esfuerzos hizo el heroico P. Benito que, apenas se retiraron los
enemigos, y cuando los sitiados celebraban sus hazañas con estruendosos
gritos de victoria, cayó sin fuerzas y sin vida, entregando su alma a Dios con
la sonrisa del mártir y entre sollozos y lágrimas de su afligidísima grey.
Por este mismo tiempo volvía a visitar y administrar los santos sacramen-
tos a sus feligreses de la isla de la Paragua el P. Fr. Juan de la Purificación,
natural de Atea en Aragón, cuando un enemigo del nombre cristiano, pérfido
y astuto, simulando hacerle un favor en su necesidad, le dió a beber un ve-
neno tan activo que le quitó pronto la vida; por lo que todos le contaron en el
número de los mártires de la Religión.
Bien pronto se dejaron sentir los funestos resultados del abandono de la
Fuerza de Labo. Por Enero de 1720 se retiraron definitivamente, obedeciendo
las órdenes del Superior Gobierno, el Sargento mayor y nuestros PP. Recole-
tos, mendigando el sustento para no sucumbir de hambre: y por junio del
mismo año el fervoroso P. Manuel de Jesús María rubricaba en Linacapan las
faenas de su apostolado con la sangre del martirio.
Los Padres que formaban el Definitorio Provincial en Manila veían caer
con profundo dolor a nuestros hermanos bajo el furor del alfanje ma-
hometano, e indudablemente los consideraban como mártires de la religión y
de la patria: pero, al dar cuenta de ello al P. Prior General, no se atreven a
solicitar el honor que piden para otros hermanos, igualmente muertos por
defender la fe católica. Acaso esperaban que saliera de su Reverendísima la
iniciativa de la petición. La carta dice así:

1
Arch. Prov. Lib. de noticias de la Provincia, fol. 65 vto.
CAPÍTULO DICISEIS. ARTÍCULO TERCERO 189
1
"Rrno. P. Prior General .=La Provincia y Definitorio de San Nicolás de
estas Islas Filipinas de los Descalzos de N. P. San Agustín saluda y desea a V.
Rma. toda felicidad en el Señor. Debiendo poner en noticia de Vuestra Rma...
lo mucho que ha trabajado y trabaja esta Provincia por la extensión de la fe y
propagación del santo Evangelio, como asimismo los trabajos que por esta
causa padecen sus hijos de continuo, ofreciéndose voluntarios a las penas,
destierros, prisiones, hambre y desnudez por el amor de Jesús y bien de las
almas, de que es buen testigo la experiencia y la fama".
A continuación le refieren en general los estragos causados por los moros
en Linacapan, y continúan así:
"Y no contentos con los estragos pasados, volvieron de mano armada
con grande número de gente el año de veinte y dos, amenazando habían de
privar de la vida a todos nuestros Religiosos que hacen misión en dichas islas
Calamianes, donde robaron y quemaron la iglesia de la isla llamada Agutaya,
violaron los vasos y vestiduras sagradas, despreciaron sus santas imágenes, y
dejaron desnudos y sin qué comer a tres Religiosos Misioneros que allí
asistían.
Y habiendo éstos logrado con la fuga y oscuridad de la noche transpor-
tarse con muchos trabajos a otra isla llamada Cuyo, irritados los moros y ju-
rando habían de borrar el santo nombre de Cristo, desterrándole de este Ar-
chipiélago, los siguieron (como suele el perro seguir la caza); y llegados a la
iglesia de Cuyo, los cercaron con armas y gente, llenando de oprobios a los
afligidos Religiosos, y al mismo tiempo combatiendo con su artillería la igle-
sia, hicieron innumerables males en aquella pobre cristiandad…
Y porque deseamos con ansias ver colocados en las aras del honor, que
se les debe, a nuestros hermanos los Venerables Padres, e hijos de esta
Provincia de San Nicolás de Filipinas, el V. P. Fr. Francisco de Jesús, el V. P.
Fr. Vicente de San Antonio, el V. P. Fr. Martín de San Nicolás, y el V. P. Fr.
Melchor de San Agustín, los cuales por la extensión de la fe, propagación del
santo Evangelio y bien de las almas, dieron alegremente sus vidas entre las
llamas en el Reino del Japón; habiéndose ofrecido otros muchos Religiosos,
hijos de esta Provincia, a la muerte en defensa de la fe católica…

1
Arch. Gen. Carp. E. núm. 19.
190 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Por lo cual, esta Provincia de San Nicolás de Filipinas de los Descalzos
de N. P. San Agustín suplica a V. Rma. con el mayor rendimiento interponga
sus súplicas e instancias ante la Sagrada Congregación de Ritos, para que
inste a Su Santidad declare con efecto a los tales Venerables Padres por ver-
daderos Mártires de Cristo y dignos de todo honor; y en todo lo demás que
pueda conducir al bien espiritual de esta Provincia...
De este su convento de San Nicolás de Manila de los Descalzos de N.
Padre San Agustín, Junio 25 de 1722 años.
Esta fué, Rmo. Padre, la que el año pasado remitió esta Provincia a V.
Rma.; y con los mismos deseos, fervores y ansias este presente año repite lo
mismo, suplicándole rendidamente se sirva atender a las súplicas que en
nombre de ella hiciese su Procurador ante Su Santidad y V. Rma., a quien
quedará obligada esta Provincia de rogar a Dios guarde a V. Rma. muchos
años. –De este su Convento de San Nicolás de Manila, Junio 24 de 1723
años. –Fr. Diego de San José, Provincial. –Fr. Antonio de Santa Mónica, Ex
Provincial. –Fr. José de la Concepción, Definidor. –Fr. Juan de Santo Tomás
de Aquino, Definidor. –Fr. Andrés de San Fulgencio, Definidor. –Pr. Valero
de San Salvador, Definidor. –Fr. Benito de San Pablo, por Presidente".
ARTÍCULO II
Fundación de Pinagavian1
Sumario: Autoriza su fundación el Gobernador. –Causas de que no prosperase la
Misión.

Por el informe que dió el general Don Andrés García, que al mando de
una armada contra el enemigo aportó al pueblo de Cagayán en Mindanao, y
por voto consultivo de los señores del Real Acuerdo de Manila, previa
petición e instancia de los infieles de los montes de Pinagavian y Tagoloan
pertenecientes al Partido y Ministerio de Cagayán, el año 1723 se fundó la
Misión llamada de Pinagavian en dichos montes, siendo Gobernador de
Filipinas el Marqués de Torre Campo Don Toribio José Miguel de Cosio y
Campa, y Provincial de San Nicolás el P. Lector Jubilado Fr. Diego de San
José.
Por no enviar a un Religioso solo a vivir entre infieles en la aspereza de
aquellos montes, se asignaron dos Misioneros con sus correspondientes esti-
pendios del Real Erario, que fueron los PP. Juan de la Concepción y Manuel
de la Concepción; a quienes sucedieron el P. Ex Provincial Fr. José de San
Miguel, y otros; de los cuales murieron en los montes agobiados de penali-
dades, los PP. Fr. José de San Miguel, Ex Provincial, y Fr. Manuel de la Con-
cepción.
Por las continuas discusiones y quimeras que había siempre entre los
indígenas del Partido de Cagayan y sus montes, entre cristianos, infieles y
mahometanos circunvecinos, no pudo tener esta Misión el aumento que of-
recía en sus principios; pues estando siempre los unos recelosos de los otros,
la mayor parte siguieron viviendo en los montes en su infidelidad; otros aban-
donaban

1
Arch. Provl. Lib, de noticias fol. 67.
192 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
sus viviendas y se trasladaban a otros pueblos, y algunos se volvieron al
estado salvaje que antes tenían.
Pero ya que no pudo prosperar esta Misión, los Misioneros se dieron
maña para sacar todo el partido posible; y a costa de innumerables trabajos,
lograron formar de varios individuos dispersos el pueblo de Tagulanao, con
un total de cien tributos enteros y unas quinientas almas cristianas; declarán-
dolo Visita de Cagayan.
ARTÍCULO III
Un Capítulo en Filipinas
Sumario: Celébrase el Capítulo Intermedio de la Provincia de San Nicolás. –
Nombramientos.

El día 30 de Octubre de 1723 se celebró en nuestro Convento de San


Nicolás de Tolentino de la ciudad de Manila el Capítulo Intermedio Provin-
cial.
Fué convocado y presidido por el M. R. P. Provincial Fr. Diego de San
José; y en él se hicieron los nombramientos siguientes:
Prior de Cebú: P. Fr. Juan de San Andrés.
Prior de Calavite: P. Fr. Agustín de Santa Rosa1.

1
Arch. Provl. Lib. 2.º Becerro, fol. 35.
CAPÍTULO XVIII
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –Nombramientos. –Capítulo Provincial de la
Candelaria. –Nombra-mientos. –Dos Actas que afectan a esta Provincia. –Capítulo
General de la Congregación. –Nombramien-tos.

Capítulo Provincial

que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-


vento del Portillo,
extramuros de la ciudad de Zaragoza, el año 1724.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Juan de San Agustín, L. J.
Definidores: P. Fr. Tomás de Santo Domingo.
P. Fr. José de la Virgen del Pilar.
Prior de Zaragoza: P. Fr. José de San Nicolás, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. José de la Purificación.
Maestro de Novicios: P. Fr. Agustín de Santa Mónica.
Prior de Barcelona: P. Fr. José de San Alejo, L. J.
Prior de Borja: P. Fr. Blas de la Cruz.
Prior de Guisona: P. Fr. Miguel de la Virgen del Pilar.
Rector de Caudiel: P. Fr. Joaquín de Jesús María1.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincial, celebrado en Bogotá el día 5 de Mayo de
1724, fueron elegidos los Religiosos siguientes:2
Provincial: P. Esteban de la Santísima Trinidad, Lector Jubilado,
por 14 votos.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
2
Arch. Gen. Carp. F.
196 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Definidores: PP. Juan de Santa Gertrudis, Domingo de San Boni-
facio, Juan de la Purificación e Ildefonso de San
Nicolás.
Aditos: PP. José de la Ascensión, Francisco de Jesús y
Fernando de la Encarnación.
Rector de Bogotá: P. Bernardo de San Javier.
Vicerrector de íd.: P. Clemente de San Pablo.
Prior del Desierto: P. Francisco de Jesús.
Maestro de Novicios: P. Fernando de la Encarnación.
Subprior de íd.: P. Salvador de San Jerónimo.
Prior de Popa: P. Clemente del Salvador.
Subprior de íd.: P. Fulgencio de San Miguel.
Prior de Panamá: P. Juan de San Antonio.
Subprior de íd.: P. Miguel de San Lorenzo.
Prior de Tunja: P. Juan de San José.
Prior de Honda: P. Salvador de San Eligio.
Secretario: P. José de la Ascensión.
Procurador: P. Juan de San José Apolinar.
Prefecto y Prepósito de las Misiones: P. Félix de Jesús.

Entre las Actas y Determinaciones del Capítulo General celebrado en el


Convento del Portillo de Zaragoza el día 1 de junio de 1724, en el que fué
electo Vicario General el P. Fr. Juan de Santa Teresa, Lector Jubilado, Califi-
cador del Santo Oficio y Provincial de Andalucía, afectan de modo especial a
esta Provincia de la Candelaria las siguientes:
"Item, en vista de lo alegado en este presente Capítulo por el P. Comis-
ario General de Filipinas acerca del título, asiento y demás exen-
ciones que deben gozar los Comisarios y Procuradores que vienen a
estas Provincias de España de las Provincias de Filipinas y Tierra
Firme, cedió todo el Capítulo su facultad para determinar en este
punto en N. P. Vicario General; quien arreglándose a un Breve de N.
M. S. Padre Clemente XI, que original se guarda en nuestro Archivo,
declaró que dichos Padres Comisarios y Procuradores Generales de
las dichas dos Provincias deben gozar, desde el punto
CAPÍTULO DIECIOCHO. ARTÍCULO TERCERO 197
y hora que lleguen a estas Provincias de España (con tal que no se
detengan en ellas maliciosamente), del nombre y título y demás ex-
enciones y privilegios de que gozan los demás Provinciales absolu-
tos de nuestra Religión; teniendo asimismo voz y voto en los Capítu-
los de sus Provincias.
Item, se determinó que las dichas dos Provincias de Filipinas y Tierra
Firme no tengan obligación, de aquí adelante, de celebrar ningunos
sufragios por los Hermanos Generales que mueren en estas Provin-
cias de España, respecto de no haber ningunos Hermanos Generales
en aquellas dos Provincias".

Capítulo General
que se celebró en el Convento del Portillo de Zaragoza el día 1 de Junio de
17241

Elecciones
Vicario General: Rmo. P. Fr. Juan de Santa Teresa.

Definidores
Por Castilla: M. R. P. Fr. Alonso de la Magdalena, L. J.
Por Aragón: M. R. P. Fr. Juan de la Concepción, L. J.
Por Filipinas: M. R. P. Fr. Felipe de la Ascensión, Predicador.
Por Candelaria: M. R. P. Fr. Laureano de Sto. Tomás de Aquino, L. J.,
Calificador del Santo Oficio y ExProvincial.
Secretario: M. R. P. Fr. Juan de Santiago, L. J.

1
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 61 vto.
CAPÍTULO XIX
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Actas y Nombramientos. –Capítulo Provin-
cial de Castilla. –Nom-bramientos.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas, que se


celebró en el Convento de Manila en los días 20 al 23 de Abril de 17251.
Fué presidido por el tercer Definidor Fr. Andrés de San Fulgencio, Lec-
tor de teología y Calificador del Santo Oficio, por haber muerto los dos
primeros Definidores Fr. José de la Concepción y Fr. José de Santo Tomás de
Villanueva.
En él se aprobaron tres Actas, de las cuales es oportuno consignar las
siguientes: La 7.ª reproduce y confirma literalmente la undécima del Capítulo
del año 1722; y añade: "Asimismo, a mayor fuerza y permanencia de la Al-
ternativa, en cuanto a la elección de Provincial, este presente Capítulo, ne-
mine discrepante, determinaron el admitir, como de facto admitieron por este
presente Capítulo el Breve de la Santidad de Urbano VIII, expedido en Roma
a dos de Septiembre del año de mil seiscientos veinte y dos. –Y de común
consentimiento de todos los Vocales de este Capítulo, nemine discrepante,
determinaron que la elección de Provincial que en contrario de la referida
Acta y Alternativa se hiciere, ipso facto sea nula; y este presente Capítulo
desde ahora para entonces la tal elección hecha en contrario la da por nula y
atentada- –Y para mayor firmeza en todo tiempo futuro, libre y espontánea-
mente todos y cada uno en particular de los Vocales de este Capítulo, nemine
discrepante, juraron a Dios y a los santos Evangelios de guardar, cumplir y
observar por sí y en nombre de toda esta Provincia lo contenido en esta Acta,
en cuanto a la Alternativa en la elección de Provincial de esta Provincia".

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 37 y sigs.
200 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
La 10.ª dice: "Item: se determinó que los mandatos que los PP. Provin-
ciales pusieren en sus Visitas o fuera de ellas se mantengan en su fuerza y
valor, mientras el sucesor no los revocase expresamente".
En la 11.ª se determinó que, a imitación del Definitorio General que
celebra junta General cada seis meses, así también lo haga el Definitorio Pro-
vincial.
La 12.ª es del tenor siguiente: "Item: se determinó, para dar cum-
plimiento a lo que encarga N. P. Vicario General en una de sus cartas, que se
nombre un Cronista en esta santa Provincia, quien desde el año de seiscientos
y cincuenta en adelante tendrá el cuidado de anotar y escribir con todo cui-
dado todo lo que fuere digno de ponerse en la Crónica, así por lo que toca al
bien común espiritual y temporal de esta santa Provincia, como en lo per-
teneciente a los Religiosos particulares de ella: y que el nombramiento y elec-
ción de el tal Religioso Cronista quede al arbitrio del Venerable Definitorio.
Asimismo se ordenó que todos los PP. Priores de nuestros Conventos y Min-
isterios tengan el cuidado y obligación de inquirir y anotar lo que fuere digno
de ponerse en la Crónica y de lo que hallaren conveniente, así en lo que per-
tenece a lo espiritual y temporal, como a las virtudes de los Religiosos que
hubieren vivido en sus Conventos; y todo ello lo remitirán a N. P. Provincial:
y el que fuere omiso en el cumplimiento de esta determinación será castigado
al arbitrio del Venerable Definitorio. –Y las exenciones que ha de gozar
quedan al arbitrio de N. P. Provincial".
De las veinticinco determinaciones que se aprobaron, la 20.ª dice así:
"Item: debajo de las mismas penas (suspensión de oficio por seis meses al P.
Prior, y al que no lo fuere de reclusión en el Convento de Manila por seis
meses), se confirmó la determinación que manda que no puedan subir mu-
jeres a los Conventos, aunque sean de Ministerio: "Y la 22.ª dice: Item: se
determinó que el P. Prior de Nauhan se pase a estar de asiento al pueblo de
Bongabon, con todos los derechos y acciones de Cabecera; y dicho P. Prior
ministrará a todos los de aquel Partido hasta el pueblo de Pola inclusive. Y el
pueblo de Naujan se agrega e incorpora al pueblo y Cabecera de Calapán; y al
P. Prior de dicha Cabecera se le manda que cuide de la administración espiri-
tual de dicho pueblo".
Las elecciones dieron el siguiente resultado:
Provincial: P. Fr. Juan de San Andrés.
Definidores: PP. Lector Fr. Juan de Santo Tomas de Aquino; Fr. Valero
CAPÍTULO DIECINUEVE. ARTÍCULO PRIMERO 201
de San Salvador; Fr. José de Jesús Maria, alias el Montañés, y Fr. Cristóbal
de la Soledad.
Aditos: PP. Fr. Silvestre de la Purificación, Predicador; Fr. Tomás de San
Lucas, Predicador, y Fr. José de San Jerónimo.

Para el Capítulo General


Definidores Generales de Filipinas
1.ª Vida. El P. Lector y Comisario General Fr. José de la Soledad.
2.ª Vida. El P. Lector Fr. Francisco del Espíritu Santo, alias Peraleda.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Salamanca.

Definidores Generales de Castilla


1.ª Vida. El P. Lector Fr. Juan de San José, alias Casatejada.
2.ª Vida. El P. Predicador Fr. Agustín Carlos de la Madre de Dios.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Alcalá.

Discretos Generales por Aragón y Castilla


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Bartolomé de la Virgen del Niño Per-
dido.
2.ª Vida. El P. Predicador Fr. Felipe de San Miguel, alias el Capón.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Huesca.

Discretos por Castilla, Aragón y Andalucía


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Ignacio José de San Bernardo.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Blas de la Concepción.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.
Prior de Manila: Fr. Félix de Santiago.
Prior de Cebú: Fr. Fernando de San Pablo, Lector.
Prior de Cavite: Fr. Juan de la Encarnación, Lector.
Prior de Bagumbayan: Fr. Bernardo de San Francisco.
Prior de San Sebastián: Fr. Diego de San José, Ex Provincial.
Prior de Masinloc: Fr. José del Angel Custodio.
202 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Bolinao: Fr. Francisco de la Asunción, alias, Alcázar.
Prior de Mariveles: Fr. Jacinto de San José.
Prior de Tandag: Fr. Roque de la Madre de Dios.
Prior de Butuan: Fr. Gabriel de Santa Rita, alias, Porras.
Prior de Siargao: Fr. Jerónimo de San Miguel.
Prior de Cagayan: Fr. Juan de la Concepción, alias, Rojo.
Prior de Romblón: Fr. Benito de San Pablo.
Prior de Calapán: Fr. Salvador de Santa Rosa.
Secretario Provincial: Fr. Diego de San Gabriel, alias, Casares.
Subprior de Manila: Fr. Agustín de Santa Rosa.
Procurador General: Fr. Francisco de la Encarnación.
Cronista: El P. Definidor Fr. Juan de Santo Tomas de Aquino.
Vicario Prior de Bislig: Fr. Lorenzo de San José.
Fr. Vicario Prior de Masbate: Fr. Sebastián de Santo Tomás de
Villanueva.
Vicario Prior de Painaben: Fr. Lorenzo de San Juan Bautista.
Prior de Bagumbayan: Fr. Silvestre de la Purificación.
Vicario Prior de Morón: Fr. Pedro de Jesús, Lector, alias, Mo-
yuela.
Vicario Prior de Calavite: Fr. Bartolomé de San José.
Vicario Prior de Mangarin: Fr. Gabriel de San Antonio.
Vicario Prior de Taytay: Fr. Manuel de Santa Teresa, alias, Pinto.
Vicario Prior de Cuyo: Fr. José de Santo Tomás de Villanueva, alias,
Magallón.
Vicario Prior de Linacapan: Fr. Francisco de San Pedro, Lector.
Sacristán de Manila: Fr. Juan de Jesús María.

Capítulo provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el año 1725.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Bernardino de San Antonio, L. J. y Califica-
dor del Santo Oficio.
CAPÍTULO DIECINUEVE. ARTÍCULO PRIMERO 203
Definidores: PP. Fr. Pedro Pascual de San José. Ignacio de San
José, L. J. y Calificador del Santo Oficio.
Prior de Toledo: Fr. Martín de Jesús María.
Subprior de íd.: Fr. José de Jesús María.
Sacristán de íd.: Fr. Gabriel de San José.
Prior de Madrid: Fr. Juan de la Sma. Trinidad, L. J.
Subprior de íd.: Fr. Francisco de la Asunción.
Maestro de novicios: Fr. Agustín Carlos de la Madre de Dios, Predicador.
Prior de Valladolid: Fr. José del Espíritu Santo.
Subprior de íd.: Fr. Rosendo de San José.
Secretario: Fr. Martín de San Miguel1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 42 y 215.
CAPÍTULO XX
ARTÍCULO I
Una Bula de Benedicto XIII
Sumario: Su Santidad manda a todos los Recoletos de Italia, Alemania, Francia, España,
Indias y Portugal que guarden uniformidad en el rezo del Oficio divino, en el
hábito y en la rasura.

Entre las Congregaciones de Agustinos Descalzos o Recoletos de Italia,


Alemania, Francia, España, Indias y Portugal se observaban notables diferen-
cias accidentales, pero que llamaban la atención de los extraños; pues unos
empleaban el canto en el Oficio divino y otros no; unos llevaban la capilla o
capucha redonda y otros puntiaguda; unos usaban largas y majestuosas barbas
y otros iban completamente rasurados.
Tuvo noticia de estas diferencias el Papa Benedicto XIII, y a fin de esta-
blecer entre todos una perfecta uniformidad, expidió la siguiente Bula:
"Benedictus Papa XIII –Ad perpetuam rei memoriam. –Cum, sicut ac-
cepimus, inter dilectos Filios Fratres Congregationum Italiae, Germaniae,
Galliae, Hispaniae, Indiarum, et Lusitaniae Ordinis Eremitarum Sancti
Augustini Discalceatorum nuncupatorum, multiplex, et magna diversitas tam
circa recitationem Divini Officii in Choro, quod in quibusdam Conventibus,
et Regionibus cum Cantu, seu nota, in aliis vero sine Cantu, et nota celebra-
tur, quam circa Habitum Regularem introducta sit; quidam enim Religiosi
Caputio Rotundo, alii vero acuminato utantur, ac denique alii Barbam oblon-
gam deferant, alii e contra eam totaliter radant. Nos, ut uniformitas in his om-
nibus ex commissi Nobis caelitus Pastoralis Officii nostri debito servetur,
providere cupientes: Motu proprio, ac ex certa scientia, et matura delibera-
tione nostris, deque Apostolicae potestatis plenitudine, dilectis Filiis Vicariis
Generalibus, Provincialibus, et Conventualibus Prioribus, ac universis Fratri-
bus Discalceatis Ordinis, et Congregationum hujusmodi, ut tam ipsi, quarn
coeteri omnes, et singuli earundem Congregationum Religiosi Professi uni-
formitatem
206 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
in Cantu Gregoriano, Rasura, et Caputio Rotundo omnino servare teneantur,
harum serie praecipimus, et mandamus. Decernentes ipsas praesentes Literas
semper firmas, validas, et efficaces existere, et fore, suosque plenarios, et
integros effectus sortiri, et obtinere, nec de subreptionis, ve! obreptionis, aut
nullitatis vitio, seu intentionis nostrae, aut interesse habentium consensus,
aliove quolibet defectu notari, impugnari, infringi, retractari, seu in contro-
versiam vocari, aut ad terminos Juris reduci posse. Sicque in praemissis per
quoscumque Iudices Ordinarios, et Delegatos etiam Causarum Palatii Apos-
tolici Auditores judicari, et definiri debere, ac irritum, et inane si secus super
his a quoquem quavis auctoritate scienter, vel ignoranter contigerit attentari.
Non obstantibus praemissis, ac Constitutionibus, et Ordinationibus Apostoli-
cis, necnon, quatenus opus sit, Ordinis, et Congregationum hujusmodi, etiam
Juramento, Confirmatione Apostolica, vel quavis firmitate alia roboratis
statutis, et consuetudinibus, Privilegiis quoque indultis, et literis Apostolicis
in contrarium praemissorum quomodolibet concessis, confirmatis, et innova-
tis. Quibus omnibus, et singulis illorum tenores praesentibus pro plene, et
sufficienter expressis, ac de verbo ad verbum insertis habentes, illis alias in
suo robore permansuris; ad praemissorum effectum, hac vice dumtaxat, spe-
cialiter, et expresse derogamus, coeterisque contrariis quibuscumque. Volu-
mus autem, ut praesentium literarum transumptis, seu exemplis, etiam im-
pressis, manu alicujus Notarii publici subscriptis, et sigillo personae in Eccle-
siastica Dignitate constitutae munitis, eadem prorsus fides in judicio, et extra
adhibeatur, quae adhibiberetur ipsis praesentibus, si forent exhibitae, vel os-
tensae. Datum Romae apud S. Petrum sub Annulo Piscatoris die XXII. Janu-
arii MDCCXXVI. Pontificatus Nostri anno secundo. –Loco † Sigilli. –F.
Card. Oliverius"1.

1
Arch. Provl. Carp. 64. leg. 2.º núm. 5.
ARTÍCULO II
Estado General de la Provincia de Andalucía
Sumario: Efectos de la pobreza. –Disposiciones restauradoras. –Sevilla. –Granada. –
Toboso. –Almagro. –Santa Fe. –Luque. –Campillo. –Provincialato.

Estado de los siete Conventos de la Provincia de Santo Tomás de Vil-


lanueva de Andalucía el año 1726, siendo Provincial de la misma el P. Lector
Jubilado Fr. Juan de Santiago1.
Tan pobre y necesitada estaba esta Provincia que, para procurar el sus-
tento de los Religiosos, tenía que ocupar a los Coristas en faenas impropias de
su estado, con gravísimos inconvenientes para la observancia religiosa.
El P. Provincial Fr. Juan de Santiago, al girar la santa Visita a cada uno
de los Conventos, fué desterrando todos los abusos que se habían introducido,
aunque por motivos de necesidad; y entre otras ventajas que resultaron de sus
disposiciones, es una la que se lee en dicho Libro de Es-tado, fol. 24, que dice
así:
"Otra es haber puesto excesivo cuidado y vigilancia en que los Coristas,
aunque no sean estudiantes ni estén en Colegios, no se ocupen en otra cosa
que en el Coro, recogimiento y estudio. Por cuya razón, totalmente se ha pro-
hibido en este trienio el uso antiguo de ir los Coristas a trillar, escardar,
vendimiar, entrar paja, leña, trabajar en obras, etc."
"Quien esto escribe (es el mismo P. Provincial), ha experimentado de
todo, y asegura bajo de su conciencia que los Coristas, a quienes ocupan los
Prelados en los referidos y semejantes ministerios, más gastan y se derrotan
que vale y aprovecha lo que hacen. Ultra, de que enferman, se estragan, se
distraen y no rezan. ¡Cuántos se han quebrado en Almagro entrando encina y
costales de trigo ¡Qué disoluciones no tenían cuando iban a escardar y a trillar
en el Toboso! ¡Qué picardihuelas no han hecho recogiendo la paja

1
Libro de Estado y Cuentas de esta Provincia de Andalucía de Descalzos de N. P. San
Agustín, que formo N. P. Fr. Juan de Santiago, Lector Jubilado, en su trienio que
comenzó en 13 de Mayo de 1726.
208 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en Santa Fe! Y qué tabardillos y tercianas no han padecido con estos ejer-
cicios tan extraños? De aquellas y semejantes experiencias se han originado
las providencias presentes".
Con estas y otras acertadísimas medidas de gobierno, el V. P. Provincial
no solamente puso en todo su rigor la primitiva observancia religiosa, sino
que atendió con el mayor interés a la reforma de la administración de los bie-
nes de los siete Conventos, estableciendo normas fijas para que quedase solu-
cionada, de modo uniforme, la cuestión económica, y pudiesen aquéllos de-
senvolver su acción con más desahogo.
Fruto de sus acertadas disposiciones es el estado más próspero y ha-
lagüeño que desde entonces presentan los Conventos de dicha Provincia;
como puede verse por el siguiente cuadro:

Sevilla
El P. Predicador Fr. Pedro de San José, fué nombrado administrador de
las haciendas que la Comunidad tenía en Coria, Villanueva, La Puebla e Hi-
nojos; dándole todas las facultades necesarias para administrarlas direc-
tamente.
De este modo, teniendo en cuenta y cumpliendo los preceptos de la Sede
Apostólica, que en muchos cánones, Constituciones y Bulas, especialmente
en la intitulada Apostolici Ministerii, ahora nuevamente expedida por nuestro
SS. P. el Papa Benedicto XIII, en Roma a 27 de Marzo de 1726, y notificada
a los Prelados Superiores para que hagan regulación de los Religiosos que
cada uno de sus Conventos puede mantener cómodamente, atendidas y liqui-
dadas las rentas, limosnas y demás obvenciones regulares de cada un año, se
hizo la dicha regulación para este nuestro Convento de Sevilla en esta forma:
Esta Comuniad se compone de 40 sacerdotes, 10 coristas de noviciado y
15 legos, que hacen un total de 6 Religiosos. Y sacando de este número dos
que son precisos en Hinojos, otros dos en la hacienda de Villanueva, y uno en
la de Coria; y asimismo otros cuatro o cinco que asisten a los Lugares;
quedan de mesa 55, y de vestuario (sacados los novicios), 45. Con respecto a
los novicios, a fin de que los Conventos pudiesen cubrir sus necesidades, que
no alcanzaban a cubrirlas bien las rentas de todas las propiedades, se esta-
bleció la disposición siguiente:
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO SEGUNDO 209
Cada novicio debía entregar en dinero o en especie, al tomar el hábito,
por los años de 1726, lo siguiente1:
Por los utensilios de celda ...............................................240 reales
Por hábito, manto y dos capillas ......................................126 reales
Costura y seda de todo .................................................... 22 reales
Por un hábito blanco, dos almillas, dos pares de cal-
zones, dos pares de mangas y dos de calcillas ..........100 reales
Por forros de almillas y calzones ..................................... 20 reales
Por hilo y costuras de todo lo blanco ............................... 19 reales
Por dos túnicas, dos almohadas, hilo y costura de ellas ... 57 reales
Por un breviario nuevo .................................................... 56 reales
Por un cuadernillo de la Orden ........................................ 29 reales
Por una correa grande ..................................................... 7 reales
Por una correa pequeña ................................................... 3 reales
Por un rosario grueso con su medalla .............................. 3 reales
Disciplinas, 2 reales. –Dos pares de alpargatas, 7 reales .. 9 reales
Cinta blanca, 2 reales. –Una docena de cordones, 3
reales ....................................................................... 5 reales
Media libra de cerilla, 4 reales. –Rasura, 4 reales ............ 8 reales
Añalejo (y algún accesorio), como dos toallas y dos
paños de humildad ................................................... 3 reales
Total ......................................................................................707 reales
"Tiene este Convento un ingreso de cinco mil reales anuales, que cobra
del Patronato de Manuel de Torres; otro de dos mil quinientos quince de renta
de las siguientes casas: una en la calle del Sol; una en la calle de Harinas; una
en en la calle de Piñones; una en la calle Larga; una en la Espartería; dos en
Barrionuevo; y además la de Pedro Latorre en Coria, y la de Reyes también
en Coria. Otro ingreso de dos mil setecientos y tres reales que pagan a la
Comunidad, Milán, Galdona, la Carretería, Soto Sánchez, Viuda de Soto,
huerta de Colón, huerta de Galuchena y el médico de Triana.

1
Libro de Estado de la Provincia de Andalucía, fol. 15.
210 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Con estos ingresos y los que percibe de las hacien-
das, misas y limosnas, obtiene este Convento
un ingreso anual aproximado de ...............................39.998..reales.
Y su gasto se aproxima a la cantidad de ..........................36.036..reales.
Quedándole cada año la cantidad aproximada de .............3.962 reales1.

Granada2
Este Convento posee dos haciendas; una en Velizena y otra en Monachil.
Esta última produce al año, deducidos todos los gastos, mil reales. La primera
tiene viñas y campos de trigo y lino; siendo el producto líquido del lino
quinientos reales al año.
La Comunidad se compone de 55 Religiosos; y es la
más pobre de todos los Conventos: pues su in-
greso anual importa ..................................................27.289..reales.
Y su gasto se eleva a .......................................................28.965..reales.
Resultando un déficit anual de ........................................1.676 reales.

Toboso3
Este Convento ha tenido a limine fundationis mayor variación que otro
alguno: porque ha sido Casa de Noviciado, Casa de Profesado, Casa de Estu-
dios; y, por fin, ha venido a parar este trienio en ser Casa de Maitines a media
noche. Antes también lo ha sido; y parece conveniente que siempre lo sea,
por las razones que se alegan en la planta en común de la Provincia.
La Comunidad de este Convento consta ordinaria-
mente de 40 Religiosos; para sustento de los
cuales tiene un ingreso anual de ...............................18.180..reales.
Importan todas las partidas de gasto ................................13.088..reales.
Y le sobran en cada año ..................................................5.092 reales.

1
Libro de Estado, fol. 35.
2
Ibid. fol. 45.
3
Ibid. fol. 57.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO SEGUNDO 211
Los cuales, como se hace en los demás Conventos en que tienen su-
peravit, se aplican para gastos de Pascua, fiesta de N. P. San Agustín, de Visi-
tas Provinciales, contribución al Hospicio de Roma, gasto ordinario y otras
cosillas.

Almagro1
Este Colegio tiene ganado lanar en la Membrilleja, y algunas tierras en
las que cultiva granos en Almodóvar, Argamasilla, Abenojar y otros lugares;
con un total de unas dieciocho mil doscientas noventa y cinco vides; dos mil
ochocientos doce olivos, y doscientas veintinueve fanegas de trigo; más
quince casas y cinco huertas.
Esta Comunidad se compone ordinariamente de 40 Religiosos.
Tiene por todos conceptos un ingreso anual de ................19.990..reales.
Y de gasto un total aproximado de ..................................18.278..reales.
Quedando a su favor .......................................................1.712 reales.
Los cuales se invierten como en los demás Conventos.

Santa Fe2
Este Convento tiene una hacienda con olivares en Illora, y otras varias
tierras; y además algunos censos y capellanías con réditos bastante seguros.
Integran la Comunidad 36 Religiosos. Su situación
económica es bastante desahogada: pues su in-
greso anual es de ......................................................19.304..reales.
Y su gasto de ..................................................................14.561..reales.
Quedándole para reparaciones y demás necesidades .......4.743 reales.

Luque 3
En fatal y miserable estado se ha visto por muchos años este pobre Con-
vento; tanto que movía a lástima y compasión lo derrotado y perdido que

1
Ibid. fol. 69.
2
Ibid. fol. 84.
3
Ibid. fol. 99.
212 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
estaba lo perteneciente a la iglesia y sacristía, y no menos la habitación y
vivienda de los Religiosos; que, sobre ser todo muy corto y reducido, sin
remedio se venía abajo. Ya, gracias a Dios, se ha reparado todo en este
trienio.
Posee este Convento varias propiedades: como las hazas de la Peña, del
Tejar y de Fr. Carlos, y el Cortijo de los Montes y el de La Nava.
Forman su Comunidad 25 Religiosos; de los cuales 13 son sacerdotes, 8
estudiantes y 4 legos.
Sus ingresos anuales ascienden a la cantidad de ..............11.752..reales.
Y su gasto es de ..............................................................10.582..reales.
Quedándole un superavit de ............................................1.200 reales.

Campillo1
Este Convento posee una hacienda en Matallana. La Comunidad consta
de 30 Religiosos.
Cada año percibe la cantidad de ......................................12.030..reales.
Y su gasto anual es de .....................................................11.002..reales.
Quedando a su favor .......................................................1.028 reales.
De los cuales hace la misma aplicación que los demás Conventos.

Provincialato2
Hasta hoy no ha tenido el Provincial fondos pecuniarios ni cosa fija de
que se pueda valer para el cumplimiento de su oficio, sino lo que le dan los
Conventos y lo que saca de los Religiosos. Y siendo lo primero gravamen
para los Conventos, y lo segundo motivo de razonables y fundados escrúpu-
los, parece conveniente, y aun de toda necesidad, que persista lo determinado
en el Acta acerca del Noviciado, y que ya queda detallado en otro lugar; para
que de ese modo, con menos gravamen y más seguridad de conciencia, se
puedan hacer los gastos precisos de la Provincia.
Los ingresos con que cuenta el Provincialato para subvenir a los gastos
de subsistencia, vestuario, viajes, etc., del P. Provincial, son los siguientes:

1
Ibid. fol. 109.
2
Ibid. fol. 119.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO SEGUNDO 213
Los 240 reales que cada pretendiente debe entregar
al tomar el hábito por los utensilios de su celda:
y en cada trienio se admiten ordinariamente 21
novicios; a razón de siete cada año. Por este
concepto percibe el P. Provincial en su trienio .........5.040 reales.
El Convento de Sevilla contribuye cada tres años
con ...........................................................................600 relaes.
Granada, Santa Fe, Almagro, Toboso y Campillo
con ...........................................................................480 reales.
Y el de Luque con ...........................................................360 reales.
Resultando un total de 3.360 reales de contribución conventual.
No se consideran como fuente de ingresos ni las legítimas ni los expolios
de los Religiosos que mueren, por ser cosa muy contingente e insegura: y el
P. Provincial suele aplicar dichos expolios o desapropios a la primera necesi-
dad que se presenta en la Provincia.
Tiene, pues, el Provincialato un ingreso total de ..............8.400 reales.
Y un gasto de ..................................................................6.900 reales.
Quedándole la cantidad de ..............................................1.500 reales.
Con la cual tiene que pagar todos los gastos de Capítulos, conducción de
Votos a los Capítulos Provinciales y Generales y otros muchos gastos impre-
vistos.
Como se ve por el anterior estado, la Provincia de Santo Tomás de Vil-
lanueva de Andalucía constaba de 291 Religiosos el año 1726, distribuidos en
siete Conventos, todos los cuales, excepto el de Granada, tenían medios
propios de subsistencia.
ARTÍCULO III
Celebración de cuatro Capítulos
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Nombramientos. –Documento impor-
tante del Vicario General. –Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –
Acta que establece la Alternativa de los Oficios. –Junta General. –Actas. –Capítulo
Intermedio de Filipinas. –Una determinación. –Nombramientos.

El día 6 de Mayo de 1726 se celebró en Bogotá el Capítulo Intermedio de


la Candelaria, en el cual se hicieron los siguientes nombramientos:
Vicario Prior de la Popa: P. Fr. Juan de la Madre de Dios.
Subprior de íd.: P. Fr. Francisco de San Agustín, Lozano.
Vicario Prior de Panamá: P. Fr. Domingo de San Bonifacio.
Secretario: P. Fr. Diego de San Javier.
Maestro de novicios: P. Fr. Clemente de San Pablo.
Procurador: P. Fr. Nicolás de San Fulgencio.
Vicerrector de Bogotá: P. Fr. José de la Santísima Trinidad.
Se confirmó la erección de Noviciado en Bogotá, y se mandó que se ob-
serve el Noviciado ad unguem.
Se determinó que las Doctrinas de los Llanos den Colecta de lo pesos, y
5 pesos para los estudios.
El P. Juan de Aguiar, Agustino Calzado, pidió licencia para pasar a la
Descalcez, animado del deseo de mayor observancia1.
La Provincia de la Candelaria había recibido para este tiempo la impor-
tante comunicación siguiente:
"Fr. Juan de Santa Teresa, Lector jubilado, Calificador del Santo Oficio
y Vicario General de la Congregación de España e Indias de Descalzos de N.
P. S. Agustín, etc.
Por cuanto el Capítulo General de nuestra sagrada Congregación
próximo pasado, que se celebró en nuestro Convento de Zaragoza en cuatro
de

1
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO TERCERO 215
Junio de este presente año, determinó en una de sus sesiones y actas anular y
suprimir, como de facto anuló y suprimió el nombramiento y oficio de
Comisario y Visitador General de nuestra santa Provincia de la Candelaria en
Tierra Firme, y asimismo dió facultad a Nos dicho Capítulo para que, en
lugar de dicho Comisario y Visitador General, nombrásemos a nuestro ar-
bitrio y según nos pareciere un Religioso de dicha nuestra Provincia de la
Candelaria, con el nombre y oficio de Juez de apelaciones y Presidente de los
Capítulos de dicha Provincia, para que así quedase exonerada la dicha nuestra
Provincia de la Visita General y autoridad de dicho oficio de Comisario y
Visitador General, y no les falte a los Religiosos el recurso y apelación de las
sentencias que diere el V. P. Provincial de dicha Provincia.
Por tanto, usando de la autoridad de nuestro Oficio y de la que en esta
parte dicho Capítulo General nos confirió, y arreglándonos a lo hecho y de-
terminado sobre este punto en nuestra santa Provincia de Filipinas, según la
mente de dicho Capítulo General, como consta de sus Actas; en primer lugar
suprimimos y damos por nulo y de ningún valor y efecto el nombramiento y
oficio de Comisario y Visitador General de dicha nuestra Provincia de la
Candelaria en Tierra Firme; mandando, como de facto mandamos, en virtud
de santa obediencia y pena de excomunión mayor latae setentiae ipso facto
incurrenda al Religioso súbdito nuestro, hijo de dicha Provincia de la Cande-
laria, en quien al presente se halla dicho nombramiento y ejercicio de Comis-
ario y Visitador General que luego, in continenti que de esta anulación le con-
stare, se dé por inhibido y excuso de dicho nombramiento y ejercicio de tal
Comisario y Visitador General de dicha Provincia. Y asimismo mandamos
debajo de la misma pena de inobediencia y excomunión mayor ipso facto
incurrenda a todos nuestros Religiosos, así de esta nuestra Provincia de la
Candelaria como de toda la Congregación, que desde el punto y hora que de
esta anulación les constare, no tengan ni obedezcan por tal Visitador General
de dicha nuestra Provincia, al Religioso en quien se halla el nombramiento y
ejercicio de dicho empleo. –Y para que los Religiosos de dicha nuestra
Provincia de la Candelaria tengan el consuelo y alivio que tuvieren en Nos,
como en Prelado superior de toda nuestra Congregación o en el religioso que
hiciera nuestras veces en dicha nuestra Provincia con título y nombramiento
de Visitador General, nombramos por juez de apelaciones y de recursos de la
sentencia que diere o fulminare el V. P. Provincial de dicha nuestra Provincia
de la Candelaria al V. P. Exprovincial más inmediato al cual
216 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
pronuncia la sentencia; de modo que es nuestra mente nombrar en tal juez de
apelaciones y recursos a aquel sujeto que, según nuestras leyes y Consti-
tuciones, debe concurrir con voz y voto al Capítulo Intermedio con el Presi-
dente de dicho Capítulo Intermedio y el V. P. Provincial actual y su Definito-
rio; sucediendo dicho nuestro nombramiento de juez de apelaciones y recur-
sos según la sucesión de los Capítulos Provinciales y la mayor inmediación al
Provincial actual. Y durando este nuestro nombramiento (así sucesivo como
queda expresado), por el tiempo de nuestro sexenio y demás subsecuentes
hasta nueva providencia de nuestros sucesores; pues así lo determinó y pre-
vino el dicho Capítulo General en las providencias que dió acerca de nuestra
Provincia de Filipinas, a que se refiere sobre este punto en orden a dicha
nuestra Provincia de la Candelaria. –Y para que dicho juez de apelaciones y
recursos así nombrado proceda con acierto y justicia que se requiere, manda-
mos que, llegado el caso de alguna apelación y recurso, se acompañe con dos
Religiosos de aquella Comunidad en que se hallare al tiempo y cuando se
hiciere dicha apelación, los cuales dichos dos Religiosos (a quienes por
ningún título se ha de tocar en aquella apelación y dependencia alguna cir-
cunstancia de las generales del derecho), han de ser, y mandamos que sean
los Religiosos de mayor graduación de dicha Comunidad (comprendiéndose
dicha graduación por los Oficios de la Religión, ya sean o hayan sido Prela-
dos o sean Lectores); y a falta de éstos, los más antiguos de profesión; y todos
tres juntos, y haciendo el oficio de Prosecretario el menos digno o menos
antiguo; admitirán en apelación y recurso a cualquiera de nuestros Religiosos
hijos de dicha Provincia de la Candelaría en todos los casos que, según dere-
cho municipal de nuestras Constituciones y Actas, es lícito a nuestros Re-
ligiosos recurrir a Nos como a Prelado Superior de nuestra Congregación. –Y
para obviar inconvenientes sobre la práctica de este recurso y apelaciones,
declaramos que en ningún caso de apelación y recurso proceda dicho juez de
apelaciones con sus acompañados contra el V. P. Provincial de cuya sentencia
es la apelación, sino contra el hecho de su sentencia; declarando si es justa o
no lo es, o modificándola en aquello que a dicho juez de apelaciones y sus
acompañados les pareciere más conforme a nuestras leyes. –Item declaramos
que si dicho juez y sus acompañados juzgaren en contra de lo que el V. P.
Provincial hubiere sentenciado, y éste instase en que se cumpla la sentencia,
no tenga obligación de obedecer al V. P. Provincial el reo sentenciado, sino
que se suspenda la sentencia hasta
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO TERCERO 217
recurrir a Nos y a nuestro Definitorio General, de donde debe dimanar la
última resolución. –Item, declaramos que el juez de apelaciones y sus acom-
pañados no gocen en ningún tiempo, por razón de este nombramiento y facul-
tad que les concedemos, de algún privilegio o exención a más de aquel o
aquellos que gozaren y tuvieren por razón de otros títulos y empleos en nues-
tra santa Religión. Pero, si para averiguar el hecho sobre que es la apelación y
recurso, fuere necesario poner mandatos, obediencia y censuras, y hacer
comparecer a alguno o algunos Religiosos, les damos para ello toda nuestra
autoridad y facultad cumplida, no entendiéndose con el V. P. Provincial ac-
tual ni su Definitorio; a los cuales, en caso de ser necesario para dicho fin,
con toda urbanidad y rendimiento, darán razón y traslado de lo que alegare en
su defensa el apelante; o les pedirán razón y descargo de lo que en contra de
su hecho y sentencia resultare. Porque no es nuestro ánimo ni del Capítulo
General erigir ni criar en dicha nuestra Provincia de la Candelaria otro Tri-
bunal superior al del V. P. Provincial actual y su Definitorio; sí sólo ocurrir
en el modo posible y que nos es lícito al consuelo y alivio que nuestros hijos
los Religiosos de aquella santa Provincia pueden lograr en la apelación y
recurso, ya sea este recurso judicial, ya sea extrajudicial, ya sea de hecho y
comisión del V. P. Provincial, o ya sea de omisión, etc.
Y en orden a presidir en los Capítulos de dicha nuestra Provincia de
Tierra Firme, para lo cual y nombrar sujeto Presidente cedió en Nos el citado
Capítulo General, con la circunstancia de que dure y persevere nuestro nom-
bramiento hasta nueva providencia de otro Capítulo General o de algún
nuestro sucesor; en virtud de las presentes nombramos y damos toda nuestra
autoridad, que en esta parte podemos conceder en el Presidente del Capítulo
Provincial proxime venidero, al V. P. Exprovincial más inmediato al actual, o
al sujeto que, según nuestras leyes y Constituciones, debe concurrir con voz y
voto al Capítulo Intermedio. Por manera que aquel mismo sujeto, hijo de di-
cha nuestra Provincia de Tierra Firme, a quien, según el nombramiento de
arriba, destinamos en juez de apelaciones y recursos, al mismo nombramos
por Presidente del Capítulo (no Intermedio; pues a éste debe concurrir por ley
y Constitución), sino del Capítulo Provincial; y éste terminado y fenecido,
sucederá así en juez de apelaciones, como en Presidente del Capítulo
venidero, el V. P. Provincial que deja y acaba de ser; y debe concurrir, según
nuestras leyes, al Capítulo Intermedio, y a este modo irá sucediendo la autori-
dad, así de juez de apelaciones como de Presidente de
218 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo, según fueren sucediendo los Capítulos Provinciales; dejando la pre-
sidencia de los Capítulos Intermedios a los VV. PP. Provinciales actuales. Y
mandamos en virtud de santa obediencia y so pena de excomunión mayor
latae sententiae ipso facto incurrenda a todos los Religiosos hijos de dicha
nuestra Provincia de la Candelaria en Tierra Firme que tengan y obedezcan en
sus Capítulos Provinciales por Presidentes y representantes de nuestra autori-
dad y oficio a los sujetos así y por Nos nombrados por Presidentes de dichos
Capítulos; sobre lo cual damos y concedemos a dichos nombrados toda la
autoridad y facultad que en derecho es necesaria, y que a dichos Presidentes
de Capítulos Provinciales se suele conceder. Y en fe de todo lo referido da-
mos las presentes firmadas de nuestro nombre y mano, selladas con el sello
mayor de nuestro oficio y refrendadas por nuestro Secretario, en este nuestro
Convento de nuestra Señora del Pópulo de la ciudad de Sevilla, en veintiocho
días del mes de Octubre de este presente año de mil setecientos y vein-
ticuatro. –Ita est. –Fr. Juan de Santa Teresa, Vicario General. –Por mandado
de N. P. Vicario General, Fr. Juan de Santiago, Secretario General"1.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro, el día 12 de Mayo de 1726.
Lo presidió N. P. Vicario General Fr. Juan de Santa Teresa. En él se
hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Juan de Santiago, L. J.
Definidores: PP. Fr. Juan de San Agustín; Juan de la Encarnación,
L. J.; Juan de San Cayetano, L. J.
Secretario: P. Fr. Juan de Jesús, L. J.
Prior de Granada: P. Fr. Agustín de San José.
Subprior y Maestro de novicios: Fr. José del Espíritu Santo2.

1
Arch. Gral. Carp. F.
2
Arch. Gral. Lib. de Registro.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO TERCERO 219
No hemos podido encontrar más nombramientos, a pesar de nuestra in-
sistente búsqueda, relativos a este y otros Capítulos de esta Provincia. So-
lamente nos consta que esta Provincia ha venido celebrando sin interrupción
sus Capítulos cada tres años, hasta el de 1795, en que se modificaron las
fechas de su celebración por la autoridad del Papa, como veremos en su lugar.
Como el gobierno de las Provincias está encomendado, no a ángeles, sino
a hombres con todas sus imperfecciones, a pesar de su buena voluntad, no
faltaban en la Provincia de Andalucía Religiosos descontentos por la
desigualdad que, a su juicio, se observaba en la distribución de los cargos
Capitulares. Como, además, tenían el precedente de la Provincia de San
Nicolás de Filipinas, en este Capítulo resolvieron establecer la Alternativa de
los Oficios; para lo cual la pidieron al Papa.
El acta de petición incluida en la Bula de concesión, la pondremos en su
propio lugar.

Junta General
El día 26 de junio de 1726 se reunió en nuestro Convento de Copacavana
de Madrid el V. Definitorio General para celebrar la junta General reglamen-
taria. Componían dicho Definitorio los PP. siguientes:
Rvdmo. P. Vicario General Fr. Juan de Santa Teresa, L. J. y Calificador
del Santo Oficio; y los PP. Definidores: Fr. Alonso de la Magdalena, L. J.,
por Castilla; Fr. Felipe de la Ascensión, Predicador, por Filipinas; Fr. Juan de
la Concepción, L. J., por Aragón y Fr. Laureano de Santo Tomás de Aquino,
L. J. y Calificador del Santo Oficio, por Tierra Firme. Los dos últimos no
concurrieron por estar enfermos, pero dieron sus voces y veces al Definitorio.
De las dos determinaciones que tomaron, hace muy al caso consignar la
primera, que es del tenor siguiente:
"1.º Primeramente, N. P. Vicario General exhibió un Breve expedido
Motu proprio por N. SS. P. Benedicto XIII, su data en Roma apud Sanctum
Petrum sub annulo Piscatoris en 22 de Enero de este presente año de 1726, y
segundo de su Pontificado, en que manda que todas las Congregaciones de
Religiosos Descalzos de N. P. S. Agustín se conformen y guarden uniformi-
dad
220 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en el Canto Gregoriano, Rasura y Capilla redonda; el cual visto y considerado
por los VV. PP. de la dicha junta, y atendiendo a que en las demás Congrega-
ciones de toda nuestra sagrada Reforma ha sido admitido y puesto en práctica
en todo lo que les toca, sin pretexto alguno de súplica, lo que hiciera mal vista
y frustránea cualquiera que por parte de nuestra Congregación intentara hac-
erse a Su Santidad, por oponerse a la uniformidad que con el dicho Breve
pretende establecer en todas nuestras Congregaciones, determinaron que el
dicho Breve, por lo que toca y manda a nuestra Congregación, que es la prác-
tica del Canto llano Gregoriano en todas nuestras iglesias y coros, sea llana-
mente admitido, obedecido y practicado. Y mandaron a los PP. Priores o Rec-
tores de nuestros Conventos y Colegios que así lo practiquen y hagan practi-
car, dando para esto las providencias necesarias, según la oportunidad y posi-
bilidad de los Conventos, así de maestros que enseñen el Canto llano a los
Religiosos más proporcionados, como de libros con notas, para el mejor ré-
gimen de nuestros coros e iglesias: atendiendo que éstos sean sólo los preci-
sos y de menos coste para los Conventos. Y en caso que en ellos haya posi-
bilidad, sin contraer especiales empeños, para dar providencia de órganos,
que éstos sean los que vulgarmente se llaman Realejos, que son los menos
costosos; y si a proporción de las iglesias fuere necesario que sean algo may-
ores, no podrán los Prelados inmediatos hacerlos ni comprarlos sin consultar
primero de su magnitud y precio a los VV. PP. Provinciales, para que en este
punto resuelvan y determinen lo que sea más conveniente y ajustado a la
estrechez y pobreza de nuestra sagrada Reforma"1.

Capítulo intermedio Provincial de la provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de San Juan de Bagumbayan
el 31 de Octubre de 1726.
Fué presidido por el P. Provincial Fr. Juan de San Andrés.
En él se determinó que en el Convento de Manila ningún Religioso sea
osado a hacer fiesta ni gasto alguno con los demás de dicho Convento en las

1
Arch. Gral. Carp. Capítulos.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO TERCERO 221
vísperas o días de los Santos de su nombre o apellido, por ser semejantes gas-
tos nuevamente introducidos contra el voto de pobreza y relajación del estado
Religioso; exceptuando, por costumbre, a los PP. Capitulares.
Fueron elegidos:
Prior de Bagumbayan: El P. Lector Jubilado Pr. Andrés de San Fulgen-
cio.
Prior de Cagayan: El P. Fr. Diego de Santa Inés1.
Por Real Cédula expedida en San Ildefonso a 15 de Septiembre del año
1726, Su Majestad el Rey concedió vino para misas y aceite para la lámpara
del Santísimo a los Ministros de las Islas Marianas.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 49.
ARTÍCULO IV
Estado del Convento de San Nicolás de Manila
Sumario: Pobreza de este Convento. –El P. Procurador solicita socorros por medio de
una exposición dirigida al Gobernador General. –Este manda hacer una informa-
ción jurídica. –Resultado confirmatorio de la misma.

Ya que nuestro Convento de San Nicolás de Tolentino de la ciudad de


Manila había estado siempre muy escaso de recursos para atender a las nece-
sidades de su numerosa Comunidad, formada en su mayor parte de enfermos
y ancianos retirados, tuvo la desgracia de que el año 1722 se arruinó buena
parte de la iglesia, para cuya restauración carecían de medios.
Como, por otra parte, parece que se trataba de retirarle el pago oficial de
medicinas y de cuatro Religiosos, se vió en la precisión de presentar al Go-
bierno por medio del P. Procurador la exposición siguiente:
"Muy Ilustre Señor1: Fr. Francisco de la Encarnación, Religioso de los
Ermitaños Recoletos Descalzos de mi G. P. S. Agustín, y Procurador General
de la Provincia de San Nicolás de estas Islas, parezco ante V. S. como mejor
haya lugar en derecho, y digo: Que habiendo ocurrido en la Corte el P.
Comisario y Lector Fr. José de la Soledad pidiendo a su M. C. (Dios le
guarde), prorrogase la merced de la limosna de las medicinas en la conformi-
dad que había corrido hasta el año pasado de setecientos y catorce; y que asi-
mismo se continuase con la paga de los cuatro Ministros que asisten de con-
tinuo en mi Convento de San Nicolás de esta ciudad para el consuelo de los
fieles; y solicitando algunos otros despachos con que se hallan favorecidas las
otras sagradas Religiones, no tuvo efecto su pretensión, hasta que conste la
inopia y pobreza en que se halla dicho mi convento, y si tiene o no rentas
suficientes, no sólo para su precisa manutención, sino también para poder
costear sin los Reales socorros dichas medicinas y los referidos cuatro op-
erarios; cuya suspensión fué motivada de haber informado hallarse con so-
bradísimas

1
Arch. Prov. Carp. 15, núm. 8.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO CUARTO 223
rentas para el efecto: lo cual (hablando con el debido respeto), es contra lo
que se experimenta de público y notorio: pues se halla tan atrasado dicho mi
convento y tan pobre, por estar tan deterioradas algunas obras pías que tenía,
que no alcanza ni aun para el preciso sustento de los Religiosos que asisten en
él soportando la regular observancia de nuestro sagrado Instituto, en tanto
grado, que además de haberse valido mis Prelados en estos años pasados de
un Sangley infiel para que fiase a dicho mi Convento el preciso sustento de
cada día, como lo hizo por espacio de mucho tiempo; les precisó asimismo la
necesidad a recurrir a la piedad de algunos vecinos, para que o por vía de
préstamos o empeñando las alhajas de sacristía y algunas propias de dicho mi
Convento, socorriesen con algunas cantidades para la precisa manutención de
los Religiosos. Y habiéndose arruinado a fines del año de veinte y dos la
fábrica de la iglesia de dicho mi Convento, no hallando mi sagrada Religión
otro medio para su reparo que el concurso a la piedad de los fieles, salieron a
pedir limosna públicamente mis Religiosos, acompañados del hijo primogé-
nito de V. S. y del Sr. Oidor Don Gregorio Villa (que Dios tenga en des-
canso): con cuya limosna se pudo reparar la ruina de la iglesia. Y por todo lo
que llevo referido, que manifiesta con evidencia la pobreza y cortedad de
medios en que se ha hallado estos años pasados y al presente se halla dicho
mi Convento, además de ser público y notorio en esta República, y hallarse
constante en los libros de Estado de dicho mi convento, pueden declarar los
testigos que presentaré: En su conformidad, se ha de servir V. S. mandar se
haga información de todo lo referido; cometiendo las diligencias a uno de los
escribanos públicos de esta ciudad, por las muchas ocupaciones en que se
hallará al presente el escribano mayor de esta superior Gobernación y Guerra:
sirviéndose V. S. mandar ante todas cosas, que el escribano a quien cometiere
la referida información pase a dicho mi Convento a poner por testimonio todo
lo que constare conduce al efecto en los libros de Gobierno y Estado de dicho
mi convento; y hecho en toda forma, que se examinen los testigos que presen-
taré, al tenor de este escrito y del interrogatorio siguiente:
1.ª Si saben que el convento de San Nicolás de Manila tenga o no rentas
suficientes para poder mantener por sí y costear las medicinas para todos los
Religiosos que enferman en su Provincia, y mantener los cuatro operarios,
además de la Comunidad, que en él asiste de ordinario, y otros gastos preci-
sos.
224 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
2.ª Si han oído decir que en estos años proxime pasados suplía un San-
gley obligado de dicho mi convento el preciso sustento de cada día para los
Religiosos; y que esto duró por espacio de dos años.
3.ª Si saben o han oído decir que se ha visto precisado en estos años
pasados dicho mi convento a vender para el sustento de los Religiosos algu-
nas casas o posesiones y en especial una Estancia que tenía en la jurisdicción
de Bulacán en el sitio nombrado Malis.
4.ª Si saben que las pocas casas en que dicho mi convento tiene impues-
tas algunas Obras Pías, se hallan tan deterioradas que apenas hay quien las
habite, y que los que viven en ellas es bien poco lo que pagan.
5.ª Si saben que la cortedad de medios en que se halla dicho mi con-
vento no puede reparar las referidas casas; por lo que casi todas están in-
habitables: y lo que supieren sobre el no haber acabado de reedificar una casa
que se halla en la travesía de esta ciudad en la calle que va del patio de la
iglesia del Sr. S. Francisco para Santa Potenciana.
6.ª Si saben que se han hecho varios préstamos a dicho mi convento por
parte de algunos vecinos de esta ciudad para el preciso sustento de los Re-
ligiosos: y que para el mismo efecto se les ha dado la facultad a los Padres
Priores de poder empeñar o vender los propios de dicho mi convento y alha-
jas de sacristía e iglesia, motivado de la grande necesidad en que se ha visto y
se ve dicho mi convento: y si les consta que por Julio del año pasado de
setecientos y diez y nueve se sacaron quinientos pesos a usura pupilar, con el
premio del cinco por ciento, de una Obra pía que administra la Mesa de la
Tercera Orden de Penitencia de esta ciudad.
7.ª Si saben que, cuando se arruinó la iglesia de dicho mi convento, que
fué a fines del año pasado de setecientos veinte y dos, no teniendo mi sagrada
Religión medios para su reparo, fué preciso salir mis Religiosos públicamente
a pedir limosna a los fieles, auxiliados del Sr. Oidor Don Gregorio de Villa
(que Dios haya), y del hijo primogénito de V. S.; con cuyas limosnas tasada-
mente pudo repararse la ruina.
8.ª Y de todo lo demás que supieren conducente al efecto referido, con
la individuación y claridad que lo supieren.
Por lo que: =A V. S. pido y suplico que, habiéndome por presentado en
toda forma, y usando de su acostumbrada benignidad y piadoso celo, se sirva
mandar se haga la referida información en la forma que refiero, y con
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO CUARTO 225
citación del Sr. Fiscal, para ocurrir con ella a su M. C. (Dios le guarde), so-
licitando el derecho que convenga a dicho mi convento: pues además de ser
un favor que espera recibir mi sagrada Religión de la grandeza de Usía, es
asimismo justicia que pido con el juramento en forma de no proceder de
maliacia, y en lo necesario, etc.
Conforme a esta petición, se citó al Fiscal de Su Majestad para que pro-
cediese a la información solicitada, como consta del siguiente escrito:
"Citación del Sr. Fiscal.=El Fiscal de S. M. se da por citado. Manila y
Mayo veinte y dos de mil setecientos veinte y seis años. Licenciado Vedoya".
En virtud de dicha orden, el Escribano Don Ambrosio Venegas, desig-
nado para hacer la información requerida, dió testimonio de ella en esta
forma:
"Testimonio de reconocimiento de los libros.=Yo el Capitán Ambrosio
Venegas, uno de los escribanos públicos del número de esta ciudad, en virtud
de lo pedido por el R. P. Fr. Francisco de la Encarnación, Procurador General
de la Provincia del Señor San Nicolás de estas Islas, por su escrito de este
pliego, y comisión conferida por su Señoría el Señor Presidente Gobernador y
Capitán General de estas Islas1, doy fe y verdadero testimonio a los señores
que la presente vieren de cómo habiendo pasado a este convento de San
Nicolás, para el efecto que en dicho escrito se pide, se exhibieron ante mí dos
libros de gobierno y estado: y vistos y reconocidos, consta de ellos lo
siguiente:
Libro de Consulta.=Por el libro de Consultas y Determinaciones de este
dicho convento, que corre desde el año pasado de mil seiscientos veinte y
cuatro, por el un lado consta que el año pasado de mil seiscientos y cuarenta y
siete, en las Actas y Determinaciones de aquel año se determinó que, por la
actual necesidad que padecía este convento, se pidiese limosna un día de cada
semana por la ciudad, a disposición del Rmo. P. Provincial: y se halla al folio
3.
Y por el otro lado de dicho libro, que corre desde el año pasado de mil
setecientos veinte y dos, consta al folio 63 que en 15 de Julio de mil setecien-
tos veinte se propuso y determinó para las necesidades que padecía este con-
vento, sin tener con qué mantenerse, el que se buscase a censo de usura pu-
pilar, empeñando las alhajas, por la cantidad o cantidades que se necesitare.

1
Lo era a la sazón el Sr. Marqués de Torre Campo.
226 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Y que por respecto de hallarse en la Venerable Orden Tercera de Penitencia
de N. P. San Francisco quinientos pesos a usura pupilar, se sacasen, en la
forma referida.
Al vuelto del folio 51 de dicho libro consta haberse determinado la
venta de las tierras que se hallan en la jurisdicción de Bulacan, en cantidad de
seis mil pesos; los dos mil de contado; y los cuatro mil al plazo de la venida
del Galeón: y por su falta, quedasen impuestos sobre dichas tierras. Y con
efecto quedaron los dos mil, que después se redimieron, y pasaron a la casa
que fué del General Don Juan de Echavarría.
A vuelta del folio 6 del otro libro consta haberse determinado la venta
de una casilla que poseía dicho convento, por hallarse deteriorada, y haber de
pagar al capellán de la Capellanía, a que se hallaba impuesta, veinte y cinco
pesos en cada un año; por no tener con qué reedificarla, y no alcanzar sus
alquileres o réditos a satisfacer a dicho capellán y se vendió por su tasación.
Libro de recibos.=Y por otro libro de recibos, que corre desde el año
pasado de mil seiscientos cincuenta y uno, en que se apunta todo lo que se
recibe para dicho convento por cualquiera vía o manera, consta lo siguiente:
A vuelta del folio 221 consta que por el mes de Agosto de mil setecien-
tos y quince, el General don Domingo Antonio de Otero Bermúdez, dió
prestados cuatrocientos pesos.
Al folio 222, por el mes de Noviembre del mismo año, consta que el
Capitán don Fabián Fernández Cuadra, dió prestados otros quinientos pesos.
A vuelta del folio 232 consta que, por Diciembre del año pasado de mil
setecientos y diez y nueve, el dicho Capitán don Fabián Fernández Cuadra,
dió prestados doscientos pesos.
Al folio 234, por Noviembre de mil setecientos y veinte, consta que,
doña María Rosa de Cuesta, dió prestados doscientos pesos.
En dicha hoja, por el mes de Febrero de mil setecientos veinte y uno,
consta que, el Sr. Licenciado don Gregorio Manuel de Villa, difunto, dió
prestados 50 pesos.
Item: el Sr. Licenciado don José Antonio Pavón, por el mes de Marzo
de dicho año, hizo otro suplemento de cincuenta pesos.
Item: conta haberse recibido de la Venerable Orden Tercera de Peniten-
cia de N. P. San Francisco, quinientos pesos a usura pupilar.
Por el mes de Abril de dicho año consta que, el dicho Licenciado don
José Antonio Pavón, hizo otro suplemento de cincuenta pesos.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO CUARTO 227
A vuelta de dicha hoja, por Mayo de dicho año consta que, el dicho
señor Licenciado don Gregorio Manuel de Villa, hizo otro suplemento de
cincuenta pesos.
Por el mes de Junio de dicho año consta que, el dicho Sr. don José An-
tonio Pavón, dió suplemento de cincuenta pesos.
Al folio 235, por Enero de mil setecientos veinte y dos consta que, el
dicho señor don José Antonio Pavón, hizo otro suplemento de cien pesos.
Item: consta que se impusieron sobre la Estancia que llaman de San
Nicolás, y posee este dicho convento, dos mil pesos pertenecientes a las obras
pías.
A vuelta de dicho folio 235 consta que, por el mes de Abril de dicho
año setecientos veinte y dos, el Sargento Mayor don Pedro González de
Rivero y Quijano, hizo otro suplemento de cincuenta pesos.
Todo lo cual consta y parece de ambos libros que así se exhibieron ante
mí. Doy fe: vi y devolví, y a que en todo me remito. Y en virtud de lo pedido
y mandado, puse el presente, que es hecho en este dicho Convento de Manila,
en veinte y tres días del mes de Mayo de mil setecientos veinte y seis años;
siendo testigos Domingo Pascual, justo del Espíritu Santo y Guillermo Gam-
boa, presentes a todo lo referido. –La signé en testimonio de verdad. –
Ambrosio Venegas, Escribano Público".
Después, ante el mismo Escribano Público don Ambrosio Venegas,
fueron presentándose sucesivamente hasta diez testigos, todos de calidad, que
son los siguientes: El General don José Morales, Alcalde Ordinario; el
Capitán don Vicente de Lucea y Licea; el Sargento Mayor don José de Aroza;
el General don Benito Carrasco Pan y Agua; el Sargento Mayor don José
Beltrán de Salazar; el Capitán don Juan Antonio Cortes de Arredondo y
Castillo; el General don Domingo Antonio de Otero Bermúdez; el General
don Gregorio Padilla y Escalante; el Sargento Mayor don Pedro González de
Rivero y Quijano, y el Capitán don Diego Leal del Castillo. Todos los cuales
comprobaron la triste verdad contenida en cada una de las preguntas del inter-
rogatorio, y confirmaron la grande escasez y miseria en que vivían nuestros
Religiosos del Convento de Manila. De todo lo cual dió fe el citado Escribano
Público don Ambrosio Venegas, en la ciudad de Manila, en diez y ocho días
del mes de Julio de mil setecientos veinte y seis años.
ARTÍCULO V
El P. Provincial Juan de San Andrés y su Secretario
Sumario: Nacimiento de los PP. Juan de San Andrés y Diego de San Gabriel. –Visten
nuestro santo hábito. –Cargos que desempeñaron en la Provincia. –Trágica muerte
de ambos.

Unidos deben ir los nombres de estos dos ilustres Religiosos, a quienes el


cumplimiento del mismo deber unió en vida y preparó una común sepultura
en el fondo insondable del mar.
Son los PP. Fr. Juan de San Andrés y Fr. Diego de San Gabriel.
El primero nació en Añón, provincia de Zaragoza, tomando a la edad
competente nuestro santo hábito, y profesando en el Convento de Nuestra
Señora del Portillo de Zaragoza el día 21 de Marzo de 1684.
Sintiéndose con vocación para convertir a los infieles, se alistó para
Filipinas, saliendo pro-bablemente de España en la Misión de 1694. Pero
habiendo llegado a Méjico, lo detuvieron los Superiores en dicho Hospicio,
aunque estaba autorizado para continuar su viaje a Manila: y tales debían de
ser sus prendas religiosas, que el 27 de junio de 1705 fué nombrado Presi-
dente interino del Hospicio de Méjico.
Pasados algunos años consiguió pasar a Filipinas: pero viendo los Supe-
riores sus excelentes dotes de gobierno, en vez de destinarlo a la vida mision-
era, lo honraron con toda clase de prela-cías. En el Capítulo Intermedio de
1711 lo nombraron Procurador General: en Mayo de 1712, Prior de Cebú;
cargo para el cual fué reelegido en el Capítulo Provincial de 1713. En el de
1716 fué nombrado Prior de Manila: en el de 1719, Definidor Provincial: en
el Intermedio de 1723, otra vez Prior de Cebú: y en el Capítulo Provincial de
1725, Prior Provincial.
Fué uno de los más decididos protectores de la fundación del Beaterio de
Terciarias Recoletas de San Sebastián.
El P. Fr. Diego de San Gabriel nació en Casar de Cáceres, Extremadura,
por los años de 1690: y tomó el hábito y profesó en nuestro Convento de Co-
pacavana de Madrid el día 1 de Junio de 1706.
CAPÍTULO VEINTE. ARTÍCULO QUINTO 229
Siendo todavía corista se alistó para las Misiones de Filipinas, llegando a
Manila el 11 de Julio de 1711. A los tres años fué destinado a Romblón,
donde aprendió el dialecto bisaya: y el 11 de Mayo de 1716 fué trasladado a
Masbate. Aquí, como refiere el P. Pedro de San Francisco de Asís1, "entró a
afanarse con el logro de crecidos frutos en el cultivo de esta sementera;
siendo asombro de caridad en orden a Dios por lo que cuidaba de la perfec-
ción en sí, y en orden al prójimo por lo que anhelaba su salvación. Llevado de
este fin, no perdonó trabajo como fuese conducente al bien espiritual de los
indios. Llenaba a sus feligreses de favores procurando llevarlos al reino de los
cielos; y aunque por esto le amaban los más, no faltaron algunos, entre tanta
multitud, que le persiguieron volviéndole mal por bien. Pero, como otro
David, cuando éstos le molestaban con sus sinrazones, vestía el V. Padre el
cilicio, humillaba su alma en el ayuno y se ocupaba en la oración; con cuyos
medios se alegraba su alma en Dios, deleitándose en los trabajos, como que
son fuentes de la salud.
Para inducir a sus feligreses a la devoción de María Santísima, compuso
y dió a luz en lengua bisaya un Libro de los milagros de Nuestra Señora del
Carmen: "y le pagó la dulcísima Virgen este buen celo, librándole con circun-
stancias que parecieron milagrosas de varios naufragios y de otra multitud
innumerable de peligros. En la playa del pueblo de Balino le dió cierto indio
una puñalada inhumana, porque le reprendió algunas culpas: y reconoció por
favor de la Madre de clemencia, no sólo el que no le acabara de matar, como
pudo hacerlo, sino también la curación de la herida casi sin medicamento".
Quiso la Provincia premiar sus fatigas y trabajos por la salvación de las
almas: y en el Capí-tulo Provincial de 1719 le nombró Subprior de Manila: en
el Intermedio de 1720, Prior de Bagumbayan: en el Capítulo Provincial de
1722, tercer Adito de Definidor y Prior de Siargao: y en el de 1725, Secre-
tario Provincial.
Poco después de celebrar el Capítulo Intermedio, salieron a girar la Visita
canónica el P. Provincial Fr. Juan de San Andrés y su Secretario Fr. Diego de
San Gabriel, animados de los mejores deseos de llevar algún consuelo a todos
los Religiosos de la Provincia, que tantas privaciones sufrían

1
Cróns. t. 4.º pág. 558.
230 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
por la salvación de los indios. Pero navegando por los alborotados mares de
bisayas en una pequeña embarcación, los envolvió tan horrorosa tormenta que
en breves instantes hizo zozobrar la embarcación: y los dos beneméritos Re-
ligiosos, que arrostraban los mayores peligros por el cumplimiento de su de-
ber, desaparecieron para siempre entre las encrespadas olas, hallando una
común sepultura en los abismos del mar, a fines de Diciembre de 1726.
CAPÍTULO XXI
ARTÍCULO I
Un Capítulo Provincial
Sumario: Celébrase el Capitulo Provincial de Aragón. –Nombramientos.

Capítulo provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento del Portillo,
extramuros de la ciudad de Zaragoza, el año 1727.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Bartolomé de la Virgen del Niño Perdido, L.
J.
Definidores: P. Fr. Miguel de San Jerónimo.
P. Fr. Antonio de la Concepción.
Prior de Zaragoza: Fr. José de la Virgen del Pilar, L. J.
Subprior de íd.: Fr. Miguel de San Guillermo.
Maestro de novicios: Fr. Agustín de Jesús María.
Prior de Valencia: Fr. Nicolás de San Cristóbal.
Subprior de íd.: Fr. Félix de la Virgen del Rosario.
Prior de Guisona: Fr. José de Sto. Tomás de Villanueva.
Rector de Caudiel: Fr. Joaquín de Jesús María.
Prior de Zuera: Fr. José de Santa Engracia.
Subprior de Alagón. Fr. José de San Pedro Arbués1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
ARTÍCULO II
Reforma del calzado
Sumario: Dificultad en la uniformidad del calzado. –Súplica a la Santa Sede. –Bula de
Benedicto XIII conce-diendo el uso de sandalias de cuero.

Desde el origen de nuestra Descalcez, nuestros observantísimos Padres


usaron siempre y para todos los actos alpargatas abiertas de cáñamo. Pero
corriendo los tiempos, las circunstancias de lugar hicieron imposible su uso;
porque en América, Filipinas y otras regiones, o no había materia prima para
ello, o faltaban operarios inteligentes en la factura de aquel calzado.
Por estas razones había ya algunas familias de Recoletos que, en vez de
alpargatas, usaban sandalia de cuero de la misma forma abierta que la alpar-
gata; familias que defendían su innovación asegurando que la sandalia de
cuero era mucho más decente para la celebración de la santa misa que la
prosáica alpargata. En su virtud suplicaron a la Santa Sede que autorizase su
uso, a lo cual accedió el Papa por la siguiente Bula:
"Benedictus Papa XIII.=Ad futuram rei memoriam.=Exponi Nobis nu-
per fecerunt dilecti fllii Fratres Congregationis Hispaniarum et Indiarum Or-
dinis Eremitarum Sancti Augustini Excalceatorum nuncupatorum, quod ipsi
sandalia ex chorda, seu cannabe, quae hactenus deferre consueverunt, depon-
ere, ac illorum loco sandaliis ex pelle nigri coloris ejusdem tamen formae, seu
figurae, quam ea, quae de praesenti gestant, non minus propter eorum status,
ac maiorem in celebratione Sacrosancti Missae Sacrificii decentiam quam, ut
se consuetudini in aliis ejusden Ordinis Congregationibus vigenti etiam in hac
parte conformet, ac color dictorum sandaliorum colori habitus, quem gestant
respondeat, uti posse plurimum desiderant, si nostra et hujus Sanctae Sedis
sibi super hoc licentia suffragetur et facultas: Nobis propterea humiliter sup-
plicari fecerunt, ut sibi in praemissis opportune providere, et ut infra in-
dulgere de benignitate Apostolica dignaremur.
Nos igitur dictorum Exponentium votis hac in re quantum cum Domino
possumus favorabiliter annuere cupientes, eorumque singulares personas a
CAPÍTULO VEINTIUNO. ARTÍCULO SEGUNDO 233
quibusvis excommunicationis, suspensionis, et interdicti, aliisque Ecciessias-
ticis sententiis, censuris, et poenis a jure, vel ab homine quavis occasione, vel
causa latis, si quibus quomodolibet innodatae existunt, ad effectum praesen-
tium dumtaxat consequendum harum serie absolventes, et absolutas fore cen-
sentes, hujusmodi supplicationibus inclinati, eisdem Exponentibus, ut ipsi
deinceps in locum sandaliorum ex chorda, seu cannabe, illa ex pelle nigri
coloris, ejusdem caeteroquin formae, seu figurae, ac ea, quae hactenus
detulerunt, gerere, et deferre, illisque uti libere, et licite possint, et valeant,
auctoritate Apostolica tenore praesentium concedimus et indulgemus.
Decernentes easdem praesentes literas firmas, validas, et efficaces exis-
tere, et fore, suosque plenarios, et integros effectus sortiri et obtinere, ac illis,
ad quos spectat et quandocumque spectabit in futurum in omnibus et per om-
nia plenissime suffragari; sicque per quoscumque Judices ordinarios et dele-
gatos, etiam Causarum Palatii Apostolici Auditores, judicari et definiri de-
bere, ac irritum et inane, si secus super his a quoquam quavis auctoritate, sci-
enter vel ignoranter contigerit attentari.
Non obstantibus Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis, ac
praefatorum Ordinis et Congregationis, etiam juramento, confirmatione
Apostolica, vel quavis firmitate alia roboratis statutis et consuetudinibus,
privilegiis quoque, indultis et litteris Apostolicis in contrarium praemissorum
quomodolibet concessis, confirmatis et innovatis. Quibus omnibus et singulis,
illorum tenores praesentibus pro plene et sufficienter expressis, ac de verbo
ad verbum insertis habentes, illis alias in suo robore permansuris, ad praemis-
sorum effectum, hac vice dumtaxat specialiter et expresse derogamus, caeter-
isque contrariis quibuscumque.
Datum Romae apud S. Petrum sub Annulo Piscatoris, die V, Julii
MDCCXXVII, Pontificatus Nostri anno quarto"1.
Desde esta fecha se introdujo entre todos los Religiosos Agustinos
Recoletos el uso de las sandalias de cuero.

1
Arch. Gral. Bula núm. 57.
ARTÍCULO III
Alternativa de la Provincia de Andalucía
Sumario: Descontento entre los Religiosos andaluces y manchegos. –Para que reine la
paz establecen la Alternativa en el Capitulo de 1726. –La piden a la Santa Sede. –
Bula del Papa concediéndola.

Como en la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía pre-


dominaban los Religiosos andaluces y manchegos, y en los Capítulos no se
hacía una equitativa distribución de cargos y oficios, a juicio de algunos de
ellos, surgió el descontento, y con él desapareció la paz fraternal. Pero de-
seando todos, como buenos hermanos, que ésta reinase por completo, hal-
laron el medio de consolidarla, estableciendo la Alternativa de los Oficios,
como lo hicieron en el Capítulo Provincial de Almagro de 1726. Y a fin de
darle la suprema sanción, pidieron su confirmación al Papa, el cual benigna-
mente expidió la siguiente:

Bula de Alternativa
de la Provincia de Andalucía1
"Benedictus Papa XIII.=Ad futuram rei memoriam.=Exponi Nobis nu-
per fecerunt dilecti filii Fratres Provinciae Bethicae, Ordinis Eremitarum
Sancti Augustini Discalceatorum nuncupatorum, quod in Capitulo Provinciali
dictae Provinciae die 10 Mensis Maji proxime praeteriti in Collegio Sanctis-
simi Sacramenti Villae de Almagro Praesidente dilecto filio Joanne a Santa
Teresia Lectore Jubilato Tribunalis Inquisitionis adversus haereticam pravi-
tatem in Regnis Hispaniarum auctoritate Apostolica instituti, et Vicario Gen-
erali Congregationis Hispaniarum et Indiarum dicti Ordinis celebrato,

1
Arch. Gral. Bula núm. 58.
CAPÍTULO VEINTIUNO. ARTÍCULO TERCERO 235
assistentibus omnibus Vocalibus, quibus Capitulum praedictum constabat,
ipsi Vocales sic legitime congregati, praevia matura deliberatione, conserva-
tioni, ac paci, quieti et tranquillitati Provinciae praedictae consulere cupien-
tes, Alternativam Officiorum inter eosdem Exponentes et Fratres de la Manca
seu Mancia nuncupatos instituendam decreverunt, eamque dicto Capitulo
stabiliverunt in hunc modum, tenoris qui sequitur videlicet"1.

Fr. Juan de Jesús, Lector Jubilado y Secretario de la Provincia de An-


dalucía del Orden Descalzo de San Agustín, doy fe y certifico: Que entre los
decretos y estatutos que fueron dados en el Capítulo Provincial próximo
pasado, celebrado en el Colegio del Santísimo Sacramento de la villa de Al-
magro de dicha Provincia, que comenzó el 10 de Mayo del corriente año
1726, al cual estuvo presente el M. R. P. Fr. Juan de Santa Teresa, Lector
Jubilado, Calificador de la Suprema y Vicario General de la Congregación de
España e Indias del Orden Descalzo de San Agustín, el cual confirmó todo lo
establecido en dicho Capítulo, hay un decreto y estatuto que está a la2
séptima, fol. 89 del libro de dicha Provincia, en que se escriben los Capítulos
que en ella se celebran, y es del tenor siguiente:
"Item: por cuanto esta nuestra Provincia de Andalucía comprende en
sus términos, tanto la dicha parte de Andalucía como también la parte y terri-
torio de la Mancha, y entre los Religiosos de uno y otro país, por ser diferen-
tes en el genio, de lo que se han suscitado varias emulaciones y contrastes,
lamentándose algunos de la desigual distribución de los puestos y oficios de
los Padres que gobernaban dicha Provincia, sin que lo haya podido remediar
el celantísimo y religioso fervor de los Prelados superiores; por tanto, esta-
bleció y determinó este presente Capítulo, al que asistieron todos los Vocales,
nemine dempto, que se suplique y ruegue al Sumo Pontífice se digne con-
ceder Bula de Alternativa en esta forma, que se juzga muy conveniente: esto

1
Para mejor inteligencia de todos, ponemos aquí traducida al castellano el Acta de petición
del Capitulo, que para ser incluida en la Bula se presentó escrita en italiano.
2
Imina settima dice el original italiano; debe ser errata, pues ni "imina" es palabra italiana, ni
del sentido se deduce lo que pueda significar.
236 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
es, que en el Capítulo Provincial próximo venidero se elija y se nombre Prior
Provincial de esta dicha Provincia un Religioso que sea de la otra parte de
donde fuere el Prior Provincial elegido en el presente Capítulo; de modo que
si en el presente Capítulo fuere elegido en Provincial un Religioso de An-
dalucía, en el otro Capítulo próximo sea de la Mancha el que haya de ser ele-
gido en Provincial: y así vayan alternativamente en este oficio los Religiosos
del uno y del otro territorio: y si ocurriese en algún trienio que faltase el Pro-
vincial elegido, sea por renuncia o sea por muerte natural o civil, sea obliga-
ción del Definitorio General, que toque a éste, para proveer la dicha falta, el
elegir en Rector Provincial que concluya el trienio, a un Religioso que sea del
mismo territorio de que era el que faltó: y en el caso de que dicho Definitorio
General no hiciese la dicha elección, en tal caso entrará a concluir dicho
trienio el Provincial absoluto más inmediato del mismo territorio de donde
fué el Provincial que faltó; observándose en esto proportionaliter nuestras
sagradas leyes y constituciones.
Que los cuatro Definidóres de dicha Provincia que se han de elegir en
todos los Capítulos, comenzando desde el futuro Capítulo, deban ser y sean
dos sujetos de Andalucía y dos de la Mancha; y para sustituir dichos oficios
cuando vacaren, según establecen nuestras sagradas constituciones, deban ser
y sean Aditos de los dos Definidores de Andalucía aquellos sujetos del mismo
territorio que hayan obtenido más votos; y lo mismo se deba practicar con los
dos Definidores de la Mancha, a los que deberán sustituir los que hayan ob-
tenido más votos entre los de su territorio; de tal modo que siempre el Defini-
torio de esta Provincia conste de dos sujetos de Andalucía y dos de la
Mancha; al cual efecto se escribirán los que tanto de una parte como de la
otra obtuvieren más votos.
Que los, otros Oficiales de esta dicha Provincia, o sea Priores, Secre-
tario y Maestro de Novicios, se deban repartir y proveer de modo que haya
tantos de una parte como de la otra, teniendo el Prelado, a quien según nues-
tras constituciones toca y pertenece proveer las vacantes de dichos oficios,
obligación de conferirlos y distribuirlos a los sujetos naturales del territorio
de donde eran los Oficiales que faltaren, para que así se conserve el equilibrio
y distribución justa e igual de dichos oficios.
Que los dos Definidores Generales y los dos Discretos que se nombran
y eligen en el Capítulo Provincial para que en nombre de la dicha Provincia
concurran a la elección del Vicario General, sean respectivamente dos de
cada
CAPÍTULO VEINTIUNO. ARTÍCULO TERCERO 237
parte; esto es, un Definidor y un Discreto del territorio de la Mancha, y los
otros dos de Andalucía, proveyéndose igualmente las vacantes de cualquiera
de los dichos en la forma ya dicha en las otras vacantes.
Y para que no se produzcan desconciertos y ambigüedades entre los su-
jetos que hayan de tener oficio, y no queden excluidos los que no son ni de
Andalucía ni de la Mancha, como son los castellanos, extremeños, etc., se
determina que pertenezcan a la Mancha los que son naturales de los puertos
de Sierra Morena hacia Madrid; y a Andalucía los que son de los puertos de
Sierra Morena mirando hacia Sevilla y Granada.

Cum autem, sicut eadem Expositio subjungebat, Exponentes praedicti,


praemissa quo firmius subsistant Apostolicae confirmationis nostrae patro-
cinio communiri plurimum desiderent, Nobis propterea humiliter supplicari
fecerunt ut in praemissis opportune providere, et ut infra indulgere de benig-
nitate Apostolica dignaremur. Nos igitur ipsos Exponentes specialibus favori-
bus et gratiis prosequi volentes, et eorum singulares personas a quibusvis ex-
comunicationis, suspensionis et interdicti aliisque ecciesiasticis sententiis,
censuris et poenis, a jure vel ab homine quavis occasione, vel causa latis, si
quibus quomodolibet innodati existunt ad effecturn praesentium dumtaxat
consequendum, harum serie absolventes, et absolutas fore censentes, hujus-
modi supplicationibus inclinati, de Venerabilium Fratrum nostrorum Sanctae
Romanae Ecclesiae Cardinalium negotiis et consultationibus Episcoporum et
Regularium praepositorum, qui relationem dilecti pariter filii moderni Procu-
ratoris Generalis Ordinis praedicti super praemisis eisdem Cardinalibus fac-
tam, viderunt consilio praeinsertam alternativae concordiam, omniaque et
singula in ea contenta, auctoritate Apostolica, tenore praesentium confirma-
mus et approbamus, illisque inviolabilis Apostolicae firmitatis robur ad-
jicimus, ac omnes et singulos juris et facti defectus, si qui desuper quomo-
dolibet intervenerint, supplemus, salva tamen semper in praemisis auctoritate
Congregationis eorundem Cardinalium.
Decernentes easdem praesentes litteras firmas, validas et efficaces exis-
tere et fore, suosque plenarios et integros effectus sortiri et obtinere, ac illis,
ad quos spectat, et pro tempore spectabit, plenissime suffragari et ab eis re-
spective inviolabiliter observari: sicque in praemisis per quoscurnque ludices
Ordinarios
238 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
et delegatos, etiam Causarum Palatii Apostolici Auditores, judicari et definiri
debere; ac irritum et inane si secus super his a quoquam quavis auctoritate
scienter vel ignoranter contigerit attentari.
Non obstantibus praemissis ac Constitutionibus et Ordinationibus Apos-
tolicis necnon Provinciae et Ordinis praedictorum, etiam juramento, con-
firmatione Apostolica vel quavis firmitate alia roboratis, statutis, et consuetu-
dinibus; privilegiis quoque Indultis et Litteris Apostolicis in contrarium
praemissorum quomodolibet concessis confirmatis et innovatis. Quibus om-
nibus et singulis illorum tenores praesentibus pro plene et sufficienter expres-
sis, ac de verbo ad verbum insertis habentes, illis alias in suo robore perman-
suris, ad praemissorum effectum hac vice dumtaxat specialiter et expresse
derogamus ceterisque contrariis quibuscumque.
Datum Romae apud Sanctam Mariam Majorem sub Annulo Piscatoris
die III Octobris MDCCXXVII, Pontificatus Nostri Anno IV".
Con esta Bula quedaron calmados los ánimos de todos los Religiosos, los
cuales comenzaron a trabajar con mayor empeño y entusiasmo por la pros-
peridad de la Provincia.
CAPÍTULO XXII
ARTÍCULO I
Celebración de tres Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Varias Actas. –Nombramientos. –Una Con-
sulta. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –Nombramientos. –Una determi-
nación. –Capítulo Provincial de Castilla. –Nombra-mientos.

Capítulo Provincial de la provincia de San Nicolás, de Filipi-


nas
que se celebró en el Convento de Manila en los días
16 al 19 de Abril de 17281.
Este Capítulo fué convocado por el P. Lector Jubilado Fr. Diego de San
José, Provincial absoluto más inmediato, por haber muerto ahogado en el
mar, juntamente con su Secretario Fr. Diego de San Gabriel, el Provincial Fr.
Juan de San Andrés, al ir a visitar los Ministerios de Visayas a fines del año
1726, y lo presidió el segundo Definidor Fr. Valero de San Salvador, por
haber muerto el primero, Fr. Juan de Santo Tomás de Aquino, Cronista de
Provincia.
En la primera sesión se leyeron también las decisiones del Capítulo Gen-
eral celebrado en Zaragoza el 1 de junio de 1724, que fueron aceptadas por
todo el Capítulo, añadiendo: "Y por lo que hace a que hayan de ser los Re-
ligiosos, que constituyan el número de doce para el derecho de la Alternativa,
elegibles para cargos cum cura animarum, declararon todos los Venerables
Padres Capitulares, unánimes y conformes, el que para que pueda constituir
dicho número de doce cualquiera Religioso de cualquiera Provincia de las
que componen ésta, deba precisamente a lo menos ser Sacerdote profeso,

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 50 y sigs.
240 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y que regularmente diga y pueda decir Misa; y que los que para esto estuvie-
sen inhábiles no puedan entrar a constituir el referido número de doce". "Y
por lo que hace a la mutación del Voto del Convento de Cagayán al de Mas-
bate, y del de el Convento de Siargao al de Naujan, habiéndose ofrecido
varias razones por una y otra parte, determinó dicho Capítulo por mayor
número de votos el que los Votos de dichos Conventos de Caraga se queden
en los Conventos en donde siempre han estado".
"Item: Se determinó que, aunque del Acta de la Alternativa claramente
consta su genuina inteligencia, pues expresamente dice: Que dicha Alternati-
va es y debe ser sólo para la elección de Provincial, no obstante, para cerrar la
puerta a cualesquiera dudas que se intentaren o hubieren intentado sobre su
verdadero sentido, declaró este presente Capitulo, nemine discrepante, que
dicha Alternativa sólo debe tener fuerza en cuanto a la elección de Provincial,
sin que se extienda a otro ningún efecto, pues hecha que sea dicha elección,
expiró el rigor de dicha Alternativa hasta el Capítulo siguiente en que se haya
de hacer nueva elección de Provincial. Y así que dicha Alternativa se observe
sólo en dicha elección, y que en todo lo demás se observen inviolablemente
nuestras Leyes, no sólo en entrar de Rector Provincial el inmediato (sea de la
Provincia que fuere), muerto o impedido el actual, si no es también en todo lo
demás que dichas nuestras Leyes disponen. Y asimismo declaró todo este
presente Capítulo que, cuando la Provincia de Andalucía tenga Religiosos de
calidad y número competente, deba gozar y goce su turno, después de la Pro-
vincia de Aragón, y no en otro tiempo. Y la Provincia de Filipinas gozará
también su turno, cuando tenga Religiosos y número competente con las di-
chas debidas calidades, después de la Provincia de Andalucía, y no en otro
tiempo".
De las diez deterninaciones que se acordaron es oportuno consignar las
siguientes:
2. Item: Se determinó que en la Colecta Et farnulos, después de las
palabras exercitu suo, se añada: et Ordinem nostrum, según en nuestro Ritual
se contiene".
4. Item: Se determinó que en todos los Conventos de Ministerios, todos
los viernes del año, estando en la Cabecera, se lea la Regla de N. P. San
Agustín, y que el Oficio divino se rece en el Coro; pena de suspensión de su
oficio por dos meses al Prelado, y al que no lo fuere, de privación de poder
ser electo en Oficio en el Capítulo proxime inmediato".
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO PRIMERO 241
En la sesión del sábado 17 de Abril del dicho año, "el P. Presidente del
Capítulo mandó que se llamase a la Provincia a quien, en virtud de la Alterna-
tiva, y según lo ayer dispuesto por el presente Capítulo, le pertenecía la elec-
ción de Provincial; y habiendo sido llamada en voz alta en primer lugar la
Provincia de Andalucía, no teniendo ésta, como al presente no tiene, Re-
ligiosos de calidad y número competente, se llamó en segundo lugar, en voz
alta, a la Provincia de Filipinas; y no teniendo, como de facto tampoco tiene,
Religiosos de calidad y número competente para gozar su turno, se declaró
pertenecer la elección presente de Provincia a los hijos de la Provincia de
Castilla, que era la que le seguía; y luego, inmediatamente, se procedió a la
elección de escudriñadores, etc."
El resultado de las elecciones fué el siguiente:
Provincial: P. Fr. Benito de San Pablo.
Definidores: PP. Fr. Antonio de Santa Mónica, Calificador del Santo
Oficio y Provincial absoluto; Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubilado y
Calificador del Santo Oficio; Pr. Francisco de la Asunción, Predicador, alias
Alcázar, y el P. Fr. Jerónimo de San Miguel, Predicador.
Aditos: PP. Fr. Fernando de San Pablo, Lector Jubilado; Fr. Jacinto de
San José, Predicador, y Fr. Félix de Santiago, Predicador.

Primeros Definidores Generales de Castilla


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Juan de San José, alias Casatejada.
2.ª Vida. El P. Predicador Fr. Agustín Carlos de la Madre de Dios.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Alcalá.

Segundos Definidores Generales de Aragón


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. José de la Virgen del Pilar.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Blas de la Concepción.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento de Calatayud.

Primeros Discretos Generales de Andalucía


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado y ExProvincial Fr. Pedro de San José,
Ocaña.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Pedro de San Lorenzo.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.
242 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Segundos Discretos Generales de las tres Provincias
1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Francisco del Espíritu Santo,
alias Peraleda, de la Provincia de Castilla.
2.ª Vida. El P. Predicador Pr. Miguel de San José, alias Ma-
coya, de la Provincia de Aragón.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento del Campillo de Altobuey,
de la Provincia de Andalucía.
Prior de Manila: P. Lector Fr. Juan de la Encarnación.
Prior de Cebú: P. Lector Fr. Fernando de San Pablo.
Prior de Cavite: P. Fr. Félix de Santiago.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Jacinto de San José.
Prior de San Sebastián: P. Fr. Cristóbal de la Soledad.
Prior de Masinloc: P. Fr. José de San Joaquín.
Prior de Bolinao: P. Fr. José de la Concepción.
Prior de Mariveles: P. Fr. Manuel de Santa Teresa.
Prior de Tandag: P. Fr. Roque de la Madre de Dios.
Prior de Butuan: P. Fr. Diego de Santa Inés.
Prior de Siargao: P. Fr. José de San Nicolás, alias, Borja.
Prior de Cagayán: P. Fr. Hipólito de San Agustín.
Prior de Romblón: P. Fr. José de Santa María.
Prior de Calapan: P. Fr. José de San Jerónimo.
Prior de Taytay: P. Fr. José de Jesús María, alias, el Montañés.
Prior de Painaben: P. Fr. Francisco de la Natividad.
Prior de Morong: P. Fr. Pedro de Jesús, alias, Moyuela.
Prior de Bislig: P. Fr. Lorenzo de San José.
Prior de Masbate: P. Fr. Fernando de San Miguel.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Manuel de San José, alias, Alcalá.
Vicario Prior de Linacapan: P. Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Bongabon: P. Fr. Bartolomé de San José.
Vicario Prior de Mangarín: P. Fr. Manuel de Concepción, Torre.
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Salvador de Santa Rosa.
Secretario Provincial: P. Fr. Agustín de Santa Rosa.
Procurador General: P. Fr. Francisco de la Encarnación.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO PRIMERO 243
Subprior de Manila: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
Cronista de Provincia: P. Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubi-
lado.
Sacristán de Manila: P. Fr. Juan de Jesús María.
"En veinte de junio de mil setecientos veinte y ocho años, el P. Lector
Fr. Juan de la Encarnación, Prior actual de este Convento de San Nicolás de
Manila, hizo llamar y llamó a los Padres que, según nuestras Leyes, deben
asistir a las Consultas de este Convento, es a saber, los infra firmados. Y jun-
tos y congregados en la forma que previenen nuestras sagradas Consti-
tuciones, les propuso dicho P. Prior la necesidad tan grande que había de
nombrar Religioso de inteligencia y satisfacción, a quien se le diesen los
Poderes en toda forma para la Procuración de este Convento, respecto de que
había fallecido el P. Fr. Juan de Jesús María, y que para el efecto parecía con-
veniente se nombrase al P. Predicador Fr. Marcelo de San Nicolás. Lo cual
oído por dichos PP. Consultores, unánimes y conformes dijeron: Que se die-
sen los Poderes para Procurador de este Convento a dicho P. Predicador Fr.
Marcelo de San Nicolás, respecto de ser Religioso a propósito para el empleo
de tal Procurador; sin que para obtener dichos Poderes le sirviese de impedi-
mento el no ser hijo de esta Provincia ni hallarse prohijado en ella; pues pudi-
endo este Convento, como puede, dar los Poderes de Procurador (si necesario
fuese), a una persona secular, con mucha más razón se los podían dar a dicho
P. Predicador Fr. Marcelo de San Nicolás, respecto de ser Religioso nuestro,
aunque de distinta Congregación, y de que tiene pedida licencia a su Superior
para prohijarse en esta Provincia. –Fr. Juan de la Encarnación, Prior. –Fr.
Antonio de Santa Mónica, Provincial absoluto. –Fr. Francisco de la Asunción,
Definidor. –Fr. Jerónimo de San Miguel, Definidor. –Fr. Francisco de la En-
carnación, Procurador General. –Fr. Sebastián de Santo Tomás de Vil-
lanueva"1.
En esta misma consulta se autorizó al P. Prior para buscar prestada la
cantidad necesaria y para vender todas las propiedades del Convento, que
valían poquísimo, y hasta las alhajas y vasos sagrados de la iglesia para aten-
der a las necesidades del Convento, que estaba en tan extrema miseria que

1
Lib. 1.º 2.° de Consultas del Convento de San Nicolás de Manila, fol. 76.
244 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
no podía dar de comer lo suficiente a los Religiosos ni asistir a los enfermos,
pues el gasto mensual del Convento, un mes con otro, era de 400 pesos; y el
ingreso, contando el de las casas, que eran viejas, era de 125 pesos1.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el 17 de Abril de 1728 se
hicieron los siguientes nombramientos:2
Provincial: P. Bernardo de San Javier, Predicador.
Definidores: PP. Diego de San Javier, Lector de Teología y Notario
del Santo Oficio; Juan de San Agustín Guillén, L.;
Clemente de San José Rico, Predicador; y Víctor de
San José, Lector.
Aditos: PP. Clemente del Salvador, Predicador; Nicolás de
San Fulgencio, Predicador, y Clemente de San
Pablo, Predicador.
Rector de Bogotá: P. Ildefonso de la Santísima Trinidad, Lector Jubi-
lado.
Vicerrector de íd.: P. Salvador de San Jerónimo.
Prior del Desierto: P. José de la Ascensión, Lector.
Maestro de Novicios: P. Juan de la Purificación.
Subprior de íd.: P. Manuel de San Javier.
Prior de la Popa: P. Francisco de Jesús.
Subprior de íd.: P. Pedro de San Paulino.
Prior de Panamá: P. Juan de la Madre de Dios.
Subprior de íd.: P. Francisco de San Agustín Lozano.
Prior de Tunja: P. Clemente de San Pablo.
Prior de Honda: P. Tomás de la Encarnación Castro.
Secretario: P. Clemente del Salvador.
Procurador: P. Juan de San Agustín.
Prefecto y Prepósito de Misiones: P. Francisco de la Encarnación,
Grandas.

1
Lib. 1.º 2.º de Consultas del Convento de San Nicolás de Manila, fol. 76.
2
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO PRIMERO 245
Entre otras determinaciones, se tomó la siguiente: "Item, atendiendo a ser
la Virgen Santísima Patrona de nuestra Provincia, se determinó que en obse-
quio suyo se cante todas las tardes de Cuaresma la Salve, comenzando desde
el primer lunes de ella, en lugar de la Antífona que se acostumbra en nuestra
sagrada Religión, a imitación de la loable costumbre de las otras Religiones
en este Reino.

Capítulo Provincial

que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del


Ave María
de la villa de Talavera de la Reina, el día 17 de Abril de 1728.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Alonso de la Magdalena, L. J.
Definidor: R. P. Fr. José de Santa Teresa.
Prior de Madrid: P. Fr. Francisco de San Jerónimo, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Agustín de San Miguel, Predicador.
Sacristán de íd.: P. Fr. Juan de San Vicente Ferrer, Predicador.
Prior del Portillo: P. Fr. Juan de San Luis.
Subprior de íd.: P. Fr. Pedro de San Agustín.
Prior de Toledo: P. Fr. Pedro Pascual de San José, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Manuel de la Concepción.
Sacristán de íd.: P. Fr. Gabriel de San José.
Prior de La Viciosa: P. Fr. Jerónimo de San Agustín.
En el Convento del Portillo, además del Prior y Subprior, había catorce
sacerdotes, un corista y siete legos1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 101.
ARTÍCULO II
Un convenio entre Prelados
Sumario: Razón del convenio. –Cláusulas del mismo.

Se había hecho una costumbre inveterada en la ciudad de Manila que los


Superiores de las Comunidades Religiosas, acompañados a veces por varios
Religiosos, asistiesen a los actos públi-cos, a fiestas, convites, bautismos,
casamientos, entierros, etc., y como estos actos se repetían con frecuencia en
una ciudad tan populosa, la asistencia a ellos, previa invitación, causaba
grandes molestias a los Religiosos, y, lo que es peor, era ocasión de que se
relajase insensiblemente la observancia religiosa. Por eso los Superiores, que-
riendo atajar el mal, establecieron y firmaron el siguiente Convenio, que cortó
de raíz todos los abusos y dió por el pie a la vanidad de muchos seglares.
Dice así:
"En veinte y ocho de Mayo de mil setecientos y veinte y ocho años. En
el Convento de S. Pablo de N. P. S. Agustín de esta Ciudad de Manila, nos
juntamos los Prelados de las Religiones que hay en ella, con beneplácito y
autoridad de nuestros Padres Provinciales, conviene a saber, los Padres que al
fin de éste firmamos: y habiendo tratado algunas cosas concernientes a la
uniformidad que es bien tengamos las Religiones, en salir a algunas fiestas y
actos públicos, y obviar lo penoso de salir a tantas funciones, convites, fies-
tas, entierros, casamientos, bautismos, etc.: Unánimes y conformes nos con-
vinimos en las cosas siguientes, que nos obligamos a guardar y hacer guardar
en nuestros Conventos uniformemente:
1.º Primeramente: habemos de acudir las Religiones en Comunidad a
las fiestas que aquí se señalan; es a saber: En Santo Domingo, a la fiesta del
Patriarca Santo Domingo. En San Agustín, a la fiesta del Patriarca San
Agustín. En San Francisco, a la fiesta del Patriarca San Francisco. En la
Compañía de Jesús, a la fiesta del Patriarca San Ignacio. En los Recoletos, a
la fiesta de San Nicolás de Tolentino.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO SEGUNDO 247
2.º Que además de la principal fiesta, arriba mencionada, haya otra, y
no más; a la cual han de asistir de cada Comuniad cuatro, seis u ocho Re-
ligiosos, según la posibilidad de cada Comunidad. La cual festiviad está
señalada en esta forma: En Santo Domingo, día de Nuestra Señora del Ro-
sario. En San Francisco, día de San Antonio de Padua. En San Agustín, día de
la Conversión de San Pablo. En la Compañía, día de la Circuncisión del
Señor. En los Recoletos, día en que se celebra la fiesta del Santísimo Sacra-
mento.
Y si se uniere esta fiesta a otra de dicho Convento, a disposición del
Venerable Prior, se dará aviso a las sagradas Religiones, las cuales asistirán
en la forma dicha a las referidas festividades, sin ser convidados unos de
otros.
3.º Que a las Procesiones de Semana Santa, no asistamos a Procesión
alguna las Comunidades; y que solamente aquella Comunidad de donde sale
la Procesión vaya en ella; y las demás reciban en sus iglesias, como lo han
acostumbrado, con cruz, ciriales, capa y seis Religiosos a las demás Proce-
siones, y del mismo modo las despidan. Y en caso que la Procesión pase a
tiempo en que está la Comunidad en el Oficio Divino, que no cese éste por la
entrada de dicha Procesión.
4.º En cuanto a dar las Pascuas de la Natividad del Señor, convenimos
en que se prosiga con el estilo loable de dárselas al Sr. Gobernador y Arzo-
bispo. Y si en sus palacios se encontraren los Prelados, se las den ad invicem,
y no por no encontrarse queden con obligación de ir a sus Conventos. Y el dar
dichas Pascuas a los Señores Oidores y demás Republicanos, se deja a la
discreción de cada Prelado.
5.º En cuanto a los entierros, nos convenimos en que asistan las Comu-
nidades cuando muriese algún Provincial actual, si muere en esta ciudad de
Manila; y si muere fuera, se asista a las honras. Al entierro de los demás
Prelados o Provinciales pasados, cada Comunidad convidada enviará algunos
Religiosos. Al entierro de los seculares no se asistirá con Religioso alguno; si
no es que sea algún particular bienhechor de alguna Comunidad, que el
Prelado de ella pueda enviar algunos Religiosos a su discreción.
6.º Que a las Procesiones de Nuestra Señora del Rosario y de Nuestra
Señora de Guía, que se hacen a la salida de las Naos, por ser por el bien
público, que se envíen los Religiosos que al Prelado le pareciere.
248 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
7.º Convenimos y determinamos que ningún Prelado envíe Religioso
alguno a casa-mientos, bautismos o funciones semejantes; sea de la categoría
que fuese el sujeto que convidase: pues semejantes funciones no dicen bien
con nuestro estado, para su autoridad y calificación.
8.º Asimismo nos convenimos en que a la fiesta del Patriarca San Juan
de Dios se asista como hasta aquí: es a saber: la Comunidad de Santo Do-
mingo en Comunidad, co-mo lo acostumbra; y de las demás Religiones irán
los Prelados, enviando bastante núme-ro de Religiosos. A la segunda fiesta,
que fué la señalada, la del Arcángel San Rafael, enviarán los Prelados cuatro,
seis u ocho Religiosos, según la posibilidad de cada Comu-nidad, como a la
otra fiesta que queda señalada de las demás Comunidades.
Y así lo firmamos de nuestros nombres en dicho día, mes y año, ut su-
pra. Fr. Juan Caballero, Prior de Santo Domingo. –Fr. Juan de la Cruz,
Guardián de San Francisco. –Fr. Félix de Trillo, Prior de San Agustín. –JHS.
Diego de Baso, Rector de la Compañía de Jesús. –Fr. Juan de la Encarnación,
Prior del Convento de San Nicolás. –Fr. Antonio de Arce, Prior de San Juan
de Dios"1.

1
Arch. Prov. Carp. 77, leg. 1.º núm. 3.
ARTÍCULO III
Autenticidad del cuerpo de N. P. San Agustín
Sumario: Dudas y controversias después del hallazgo. –Carta del Papa al obispo de
Pavía. –Este abre el proceso. –Su desarrollo y resultado. –Sentencia de autentici-
dad. –Notificación al Papa. –Su Santidad la confirma lleno de júbilo. –Gracias que
con tal motivo concede.

Con ocasión de hacer algunas reparaciones en la cripta e iglesia de San


Pedro in coelo aureo de Pavía, fué hallado casualmente el santo cuerpo de N.
P. San Agustín el día 5 de Octubre de 1695. Los Religiosos Ermitaños de la
Orden de San Agustín no dudaron de la autenticidad del sagrado cuerpo; pero
los Canónigos Regulares, no solamente la negaban, sino que hubo algunos
que se atrevieron a asegurar que la caja fué hallada vacía. Esto dió lugar a una
apasionada controversia que duró más de treinta años: hasta que el Papa
Benedicto XIII, persuadido de la autenticidad por la evidencia de las pruebas,
mandó al Obispo de Pavía resolver el asunto con esta carta:
"Al Venerable Obispo Papiense, etc. –Benedicto XIII. –Venerable Her-
mano, salud, etc. De buena gana nos dedicamos a solicitar, por medio de la
autoridad de nuestro oficio, la veneración mayor de los Santos, que tiene tanta
conexión con el Honor Divino: pero con particular gusto y placer debemos
emplear esta solicitud Apostólica en las causas que tocan al Culto del
Bienaventurado San Agustín, Doctor eximio, y clarísima lumbrera de la Igle-
sia, a quien hemos venerado y tenido por maravilloso Padre, mientras hemos
vivido debajo de la Regla de la Orden de Predicadores; por guía y maestro en
la carrera de Teología, por especial Patrón y Abogado en el ministerio Pas-
toral, y en todos los pasos de nuestra vida. Por estos motivos llenos de acen-
drada piedad, y tan de nuestra obligación, hemos determinado solicitar con
todo cuidado que, sin más dilación, se finalice, según Dios y verdad, la causa
de la invención del Cuerpo de este Santo Doctor; y así, encargamos al cui-
dado de tu fraternidad que, desterrando del Proceso los demás artículos de
buscar otro Cuerpo, sólo abras el juicio de aquel antedicho Cuerpo que el año
de mil
250 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
seiscientos y noventa y cinco se halló en esa Ciudad en la Iglesia de San
Pedro, llamada vulgarmente Cielo de Oro, como consta por la confesión de
los Autos que sobre este negocio están formados en esa tu Curia Episcopal:
para lo cual queremos y mandamos que ocurras con Censuras Eclesiásticas a
las cavilaciones de los que intentaren impedir la decisión y definición de esta
Causa: y a los que deben conocer de ella amonestes y obligues debajo de las
mismas Censuras, si necesario fuere, a que procedan en ella teniendo presente
sólo al Dios de la verdad, y sin hacer caso de recomendaciones, empeños y
ruegos. Para no dejar lugar a más dilatorias, damos de término fijo para fene-
cer este juicio dos meses de tiempo; que se contarán desde el día que se en-
tregaren a tu fraternidad estas nuestras letras, expedidas en forma de Breve. Y
si dentro del dicho término no se hubiese concluido la Causa, declaramos que
desde entonces queda devuelta a nuestro juicio. Satisfechos de tu constante
obediencia a esta Santa Sede y a nosotros mismos, no dudamos que, liquidada
la verdad, la que únicamente mandamos averiguar y declarar, finalizará esta
controversia; y con grande amor y benevolencia, Venerable Hermano, te da-
mos la Bendición Apostólica. Dado en Roma el día veinte y tres de Enero de
mil setecientos y veinte y ocho"1.
En virtud del Breve anterior, el Sr. Obispo de Pavía, el día 25 de Junio
de 1728, junto con los consejeros por él elegidos para esta causa, en presencia
de los PP. Agustinos y de los Canónigos Regulares de Letrán, visitó el
sagrado Cuerpo, que había sido hallado el año 1695 en la Confesión; y des-
pués de rezar ante el altar mayor el himno Veni, Creator Spiritus, fué traspor-
tado el Cuerpo, que estaba encerrado en una caja, desde la Confesión hasta
dicho altar mayor por seis presbíteros entre las personas que acompañaban
con velas encendidas; y habiendo estado convocados y presentes los tres me-
jores profesores de anatomía de la ciudad, reconocieron con los antedichos
todas y cada una de las partes del sagrado Cuerpo, en los días 25 y 26 de
Junio; y obligados bajo juramento a decir la verdad, advirtieron que faltaba
un hueso del brazo izquierdo, desde el hombro al codo, y otro que se llama
Atlas, de los cuales el primero había sido entregado como obsequio en el
mismo Pavía por el Papa Benedicto VIII al beato Egelnotho, Primado de Can-
torbery; y el segundo se conserva en Dalmacia en el tesoro

1
Arch. Prov. Carp. 66, leg. 1.º núm. 5.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO TERCERO 251
de sagradas Reliquias de la iglesia Metropolitana Ragusina. Hecho esto, y
devuelto con las mismas ceremonias el sagrado Cuerpo a su primitivo lugar
de la Confesión, el mismo Obispo de Pavía mandó rezar solemnes súplicas y
otras constantes y públicas preces a fin de impetrar el auxilio divino para dar
el fallo definitivo según Dios y la verdad; a esas preces asistió devotamente
con el Clero Regular y secular y los fieles de la ciudad. Después de ver y ex-
aminar todo lo que debía ser visto y examinado, y reunidos con él los maes-
tros de Teología y los profesores de Cánones, a los cuales había consultado
antes, según lo dispuesto por el Concilio de Trento, y que, siendo diez y siete
en número, ya habían dado una sentencia unánime de la verdad e identidad de
las Reliquias de San Agustín; dicho Sr. Obispo, en presencia del Prior Gen-
eral de toda la Orden de San Agustín, el Prepósito de los Canónigos Regu-
lares de la Congregación de Letrán y de una inmensa multitud que se había
congregado allí para escuchar el fallo definitivo del Obispo, después de cele-
brar éste la Misa del Espíritu Santo, teniendo presente sólo al Dios de verdad,
el viernes, 16 de julio de 1728, a la hora de Tercia, sentado en su trono epis-
copal como juez, pronunció con pleno conocimiento de causa el siguiente
Decreto:
"1728. Día viernes 16 del mes de Julio a la hora de Tercia. –En el nom-
bre de Cristo. Amén. –Nos don Francisco Pertusato, de el Orden de San Be-
nito, de la Congregación Olivetana, por la Gracia de Dios y de la Santa Sede
Apostólica, Obispo de la Santa Iglesia Tecinense (o de Pavía), Conde, etc.,
Prelado Doméstico de nuestro Santísimo Padre, Asistente del Solio Pontifi-
cio, e inmediatamente sujeto a la misma Silla Apostólica.
En la Causa de identidad del Cuerpo de San Agustín, clarísima luz de la
Iglesia, Doctor Eximio, habiendo sido antes vistas por Nos las Letras de
nuestro Santísimo Señor Benedicto por la divina Providencia Papa XIII, ex-
pedidas en 23 de Enero que nos fueron presentadas por los PP. Maestros Fr.
José de Gregoris, de San Elpidio, y Fr. Alonso de Ballajente, de Pavía,
Agustinianos, como Procuradores especialmente diputados para dicha Causa,
y mandados por el Rvdmo. P. M. Fr. Fulgencio Bellelli, General de toda la
Orden de San Agustín, residente en el Convento del mismo Santo, en esta
Ciudad, en el día 19 de Mayo del año corriente, con la debida reverencia reci-
bidas, en las cuales, excitando nuestra obediencia, fué servido mandarnos
que, quitada toda dilación de la Causa, y apartadas todas las cuestiones de la
busca de otro cualquier Cuerpo, formásemos juicio de sólo el Cuerpo
252 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que en la Confesión de San Pedro in Coelo Aureo fué hallado el año de 1695,
acabando este juicio en dos meses, término señalado.
Vista también una Monitorial citación de orden nuestra, y a instancia
del P. Abogado Fiscal de nuestra Curia Episcopal, dando traslado puntual-
mente en el día 22 del mismo mes de Mayo, tanto a los Canónigos Reglares
Lateranenses residentes en dicho Monasterio de San Pedro in Coelo Aureo,
cuanto a los sobredichos PP. Ermitaños, como quienes unidos desde el año de
1695 habían comparecido en esta Curia, haciendo instancia sobre la de-
claración de la identidad del sagrado Cuerpo, comunicada en las mismas
Letras Monitoriales y Citatorias la sustancia de dichas Letras Apostólicas, y
señalado el término de quince días inmediatos para que alegasen, si tenían
qué, apercibidos asimismo con las penas señaladas en las mismas Letras
Apostólicas contra aquellos que con cavilaciones intentasen impedir la de-
cisión y definición de dicha Causa.
Vista también por Nos la comparecencia del Rvdmo. P. Abad y
Canónigos Lateranenses dentro del término de la dicha Monitorial del día 22
de Mayo y presentada en Autos el día 7 del mes de Junio, en la cual se re-
mitieron al juicio que, según Dios y verdad, fuese por Nos formado, y dijeron
estar dispuestos con ánimo gustosísimo a venerar los Huesos que, como se
dijo arriba, fueron hallados el año de 1695 por Reliquias de su amantísimo
Padre, siempre y cuando que por Nos por tales se declaren; y habiendo sido
también vista otra Comparecencia de los PP. Ermitaños, presentada en Autos
el día 22 de Mayo, en la cual, reproducidos varios Alegatos por la identidad,
instaron por la justicia.
Habiendo visto también el Proceso empezado en el mes de Octubre de
1695 sobre dicha Causa, y proseguido hasta el mes de Marzo de 1699, jun-
tamente con las visitas y reconocimientos hechos en los años de 1695, 1696 y
1698 del mismo sagrado Cuerpo, y también los derechos, instrumentos, de-
posiciones de testigos, varios Monumentos y Escrituras en aquel tiempo y en
los años sucesivos escritas.
Habiendo también tenido ante Nos muchas juntas de Teólogos, Canon-
istas y de Varones piadosos y doctos escogidos por Nos, guardando la forma
del sagrado Concilio de Trento, e intimándoles en la primera junta las penas
contenidas y conminadas en las Letras Apostólicas, según su tenor dijimos
que no atendiesen a ningunos oficios, recomendaciones o diligencias de las
Partes, sino que sólo tuviesen delante de sus ojos al Dios de la verdad.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO TERCERO 253
Y habiendo en otras juntas examinado y discutido todos y cada uno de los
puntos en la Causa contenidos, habiendo repartido a dichos Consultores el
apuntamiento de dicha Causa, con los derechos, documentos, deposiciones de
los testigos, y comunicadas otras cosas, se consideraron maduramente sus
Votos.
Después, en el día 25 de junio, asistiendo personalmente con dichos
Consultores, estando también presentes los Canónigos Lateranenses y los
Padres Ermitaños para la puntual visita y reconocimiento del mismo sagrado
Cuerpo hallado en el año de 1695; habiendo también llamado y recibido ju-
ramento a tres Anatomistas de los más expertos de esta Ciudad; y habiendo
considerado todas las cosas que se debían considerar, sucesivamente al día
siguiente 26 del mismo mes, por Nos mismo y estando presentes dichos
Canónigos Regulares Lateranenses y los PP. Ermitaños, terminamos dicha
Visita y sellamos con nuestro Sello las Sagradas Reliquias, asistimos devo-
tamente a la Procesión y mandamos hacer otras públicas y continuadas ora-
ciones para implorar el auxilio divino para el recto juicio que se había de
hacer según Dios y verdad.
Vista también por Nos una Monición y Petición de este día y hora, pre-
sentada por nuestro Abogado Fiscal, para dar sentencia definitiva, de la cual
se dió traslado a los Canónigos y Lateranenses y a los PP. Ermitaños en el día
13 del corriente mes de Julio, y vistas todas las cosas que se debían ver y con-
sideradas las que se debían considerar.
Juntos otra vez ante Nos, presentes los sobredichos Consultores, y en
presencia del dicho Rvdmo. P. M. General de toda la Orden de los Ermitalios
de San Agustín, y del Rvdmo. P. Abad de los Canónigos Regulares Latera-
nenses don Ambrosio Perego y de otros Religiosos de una y otra Religión,
después de celebrada la Misa del Espíritu Santo; e instando segunda vez
nuestro Abogado Fiscal, y presentes dichos Consultores, teniendo sólo a Dios
ante nuestros ojos, con pleno conocimiento de la Causa, repetido el Nombre
de Cristo,
Por esta nuestra definitiva sentencia decimos, pronunciamos y de-
claramos constar bastantemente que el Cuerpo hallado en la Confesión del
templo de San Pedro in Coelo Aureo de esta Ciudad, en el día primero de
Octubre del año 1695, y ahora nuevamente por Nos reconocido y sellado con
nuestro Sello, es el Cuerpo de San Agustín, Doctor de la Iglesia, por lo que
por tal
254 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Cuerpo se ha de reverenciar y exponer a la pública veneración de los fieles.
Firmado, don Francisco, Obispo de Pavía".
El año 1728, indicción sexta, día Viernes 16 del mes de Julio, a la hora
de Tercia o cerca, en el Palacio Episcopal de Pavía y señaladamente en la
Sala de la acostumbrada Audiencia del dicho Rvdmo. e Iltmo. Sr. Obispo, que
mira al jardín del mismo Palacio Episcopal, que está situado a la puerta
Marica, llamada vulgarmente Marenga.
Fué lata, dada y promulgada sentencialmente en estos escritos y pro-
nunciada la sobredicha sentencia, como arriba, y ante los arriba mencionados
fué firmada y rubricada del mismo puño y letra del Ilmo. y Rvdmo. D. Fran-
cisco Pertusati, Obispo de la santa Iglesia de Pavía, allí presente y sentado pro
Tribunali, etc., etc.
Y fué leída y publicada por mí el Presbítero Melchor de Hó, Notario
Apostólico y Canciller de la Curia Episcopal de Pavía.
Presentes el Noble Jurisconsulto Colegiado don Carlos Confallonerio
Gerardo, hijo del ya difunto noble jurisconsulto colegiado don Antonio; de
los señores Abades y Decuriones de esta ínclita ciudad, que habita en Pavía
en la parroquia de San Román Mayor: El Noble Jurisconsulto Colegiado don
Tomás Meda, hijo del Jurisconsulto Colegiado don Juan, también de los
señores Abades y Decuriones, como arriba; y el Noble don Bernardino Vis-
tarino, hijo del ya difunto Noble don Carlos, de los señores Decuriones, como
arriba; habitantes, el Señor Meda, en la parroquia de San Teodoro; y el Señor
Vistarino, en el parroquia de San Miguel el Mayor de Pavía; testigos conoci-
dos e idóneos, llamados especialmente y rogados a dicho efecto. Presentes
también otros muchos Nobles varones y personas eclesiásticas, etc., así como
arriba se halla. Y yo, el presbítero Melchor de Hó, Notario Apostólico y Can-
ciller de la Curia Episcopal, doy fe, etc. –Ticinio Real, año de 1728".
Cuando fué notificada tan gratísima noticia a su Santidad el Papa Bene-
dicto XIII, dominado de suma alegría, como él mismo dice en su Bula, que
dió con este motivo el día 23 de Septiembre de 1728, dió gracias a Dios por
haber querido aumentar la gloria de San Agustín en el reconocimiento y vin-
dicación canónica de sus restos mortales; al cual, añade, honraron sobreman-
era los sumos Pontífices Inocencio, Zósimo, Bonifacio, Celestino, Gelasio,
Hormisdas y otros muchos, como a brillantísima lumbrera de la Iglesia, por
su santidad y por la incólume excelencia de su doctrina;
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO TERCERO 255
"y Nos mismo, dice el Papa, le veneramos como a Padre y Maestro, puesto
que hemos profesado su Regla y su doctrina en nuestra Orden de Predica-
dores desde los primeros años de nuestra adolescencia, y con el favor de Dios
la seguimos profesando".
Y queriendo derramar su gozo y el de toda la Iglesia a todas partes, con-
cedió indulgencia plenaria, en un día que debían designar los Ordinarios lo-
cales, a todos los fieles que, confesados y comulgados, visitasen una iglesia
de la Orden de San Agustín. Y el día 5 de Agosto escribió al Obispo de Pavía
alabando su piedad y fe por haber disipado con tan diligente examen toda
duda acerca de la verdad del Cuerpo de San Agustín.
Al mismo tiempo prohibió bajo pena de excomunión latae sententiae que
nadie se atreviese a quitar, trasportar o distraer la más mínima parte de dicho
sacratísimo cuerpo. Después, el día 28 de Agosto, fiesta del santo Doctor de
la Iglesia, fué Su Santidad al Convento de PP. Agustinos, y celebró Misa de
pontifical con asistencia de muchos Cardenales, Patriarcas, Arzobispos y
Obispos; y después de la Misa, cantó un solemne Te Deum, dando gracias a
Dios por haberse reconocido, comprobado y declarado canónicamente y con
toda evidencia la verdad de la identidad del cuerpo de nuestro Santo Padre;
identidad que había sido muy discutida, y aun por algunos negada, en el
transcurso de los siglos; pues el santo cuerpo, que fué trasladado por Luit-
prando, Rey de los Longobardos, desde Cerdeña a Pavía, en el siglo octavo,
fué descubierto a fines del siglo diez y siete, el día 1 de Octubre de 1695.
Para no omitir nada referente a la conservación y veneración del sagrado
cuerpo de N. P. San Agustín, el Papa manda guardar perpetuo silencio sobre
las cuestiones que antes se habían agitado, y extingue y prohíbe que se mani-
fieste toda duda, controversia, causa o pleito u opinión acerca del cuerpo de
San Agustín; y para que nunca en adelante pueda dudarse del fallo del Obispo
de Pavía, añade el Papa en su citada Bula: "A instancias de nuestro amado
hijo Félix Leoni, Procurador General de toda la Orden de Agustinos, a Nos
presentadas en suplicante solicitud, siguiendo las huellas de nuestro antecesor
el Papa Martino V, de feliz memoria, que aprobó por sus Letras Apostólicas,
que empiezan Pia charitas, la traslación del Cuerpo de Santa Mónica, vener-
able madre de Agustín, desde la ciudad de Ostia a esta misma iglesia de la
Casa de los Hermanos de dicha Orden de Ermitaños de San Agustín; igual-
mente Nos, ratificando y agradeciendo por el tenor de las
256 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
presentes el fallo del Obispo de Pavía sobre la verdad del Cuerpo del Santo
Doctor, a fin de que se haga más público y manifiesto entre los fieles cris-
tianos, y se inflame más y más la devoción a San Agustín, de ciencia cierta y
también Motu proprio lo aprobamos y confirmamos en todas sus partes con
nuestra Autoridad Apostólica; y decretamos que perpetuamente en los tiem-
pos futuros lo sea y haya de ser siempre firme y válido".
"A ningún hombre, pues, sea lícito infringir o contravenir con osadía
temeraria a esta página de nuestra Constitución de avocación, extinción,
abolición, imposición de silencio, aprobación del decreto y su confirmación y
voluntad. Y si alguno se atreviese a intentarlo, sepa que incurrirá en la in-
dignación de Dios omnipotente y de sus santos Apóstoles Pedro y Pablo. –
Dado en Roma apud sanctum Petrum el año de la Encarnación del Señor
1728 a 23 de Septiembre; año quinto de nuestro Pontificado". –J. B. Arzo-
bispo Nisibeno, Subdatario. –Visa. –De Curia, J. Arzobispo Ancirano. –Lucas
Martinettus".
Además el Sumo Pontífice manifestó su júbilo, concediendo a la Orden
de San Agustín varias gracias y privilegios, que se expresan en la siguiente:
"Copia auténtica de las gracias concedidas a la Orden con ocasión de la
Declaración de la identidad del Cuerpo de N. P. San Agustín"1.
"Benedictus PP. Decimus tertius. –Universis Christi fidelibus praesen-
tes litteras inspecturis salutem, et apostolicam benedictionem. –Ad augendam
fidelium religionem, et animarum salutem caelestibus Ecclesiae thesauris, pia
charitate intenti, omnibus, et singulis utriusque sexus Christifidelibus vere
poenitentibus, et confessis, ac sacra Communione refectis, qui aliquam ex
ecclesiis tam Fratrum, quam Monialium Ordinis Eremitarum Sancti Angustini
ubicumque existentem, die per Ordinarios locorum respective designando, a
primis Vesperis usque ad occasum solis diei hujusmodi, devote visitaverint, et
ibi pro Christianorum Principum concordia, haeresum extirpatione, ac Sanc-
tae Matris Ecclesiae exaltatione pias ad Deum preces efuderint, plenariam
omnium peccatorum suorum Indulgentiam, et remissionem misericorditer in
Domino concedimus. Praesentibus pro unica vice quoad omnes, et singulas
ecclesias praefatas valituris. Volumus autem, ut si pro impetratione, praesen-
tatione, admissione, seu publicatione aliquid vel minimum detur, aut sponte
oblatum recipiatur, praesentes nullae sint, utque

1
Arch. Prov. Carp. 59, leg. 3.º núm. 3.
CAPÍTULO VEINTIDOS. ARTÍCULO TERCERO 257
earundem praesentium litterarum transumptis, seu exemplis etiam impressis
manu alicujus Notarii publici subscriptis, vel sigillo personae in ecclesiastica
dignitate constitutae, seu Procuratoris Generalis ejusdem Ordinis munitis,
eadem prorsus fides adhibeatur, quae adhiberetur ipsis praesentibus, si forent
exhibitae, vel ostensae. Datum Romae apud Sanctum Petrum sub Annullo
Piscatoris die IV Augusti MDCCXXVIII. Pontificatus Nostri anno quinto. –
Locus + sigilli. –F. Cardinalis Oliverius". –Gratis Pro Deo etiam Scriptura. –
Fr. Félix Leoni Proc. Generalis totius Ordinis Erem. S. P. Augustini".
"Gracias que nuestro Santísimo Padre Benedicto Decimotercio ha con-
cedido a la Religión de San Agustín.
1. Primeramente, que el Oficio de Nuestra Señora de la Consolación, en
la Dominica infraoctava de N. P. San Agustín, se rece con rito de primera
clase.
2. El de los Santos de la Orden, de segunda clase.
3. El de Santa Clara de Montefalco, doble mayor; y los de San Juan
Bueno, los Santos Liberato, Bonifacio, etc., con rito de dobles.
4. Determinó Su Santidad que todos los Eclesiásticos, Regulares y secu-
lares de los Dominios del Rey de España, recen el Oficio de San Juan de Sa-
hagún con rito de dobles; y en los Obispados de León, Burgos y Salamanca
de segunda clase.
5. Asimismo, decretó Su Santidad que en todos los Dominios del Rey
de España recen de la Conversión de San Agustín con rito de doble; y se
están imprimiendo estos dos nuevos Oficios señalados por la Sagrada Con-
gregación.
6. Habiendo Su Santidad mandado a veinte y tres de Enero de mil
setecientos y veinte y ocho al Obispo de Pavía que dentro de dos meses con-
cluyese la causa y proceso que el año de mil seiscientos noventa y cinco se
empezó, sobre si el cuerpo, que casualmente se descubrió en tres cajas, de
mármol, plata y plomo, en la iglesia llamada Cielo de oro de dicha ciudad,
era el del gran Padre y Doctor de la Iglesia San Agustín. Obedeciendo el
Obispo a Su Santidad, prosiguió el proceso: y con parecer de los más doctos
teólogos, canonistas, historiadores y anatómicos, en diez y seis de Julio de
mil setecientos y veinte y ocho, declaró por su sentencia definitiva que dicho
cuerpo es el del Doctor de la Iglesia San Agustín; y como tal se expuso a la
pública veneración, después de mil y tres años que estuvo oculto.
258 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
7. También ordenó Su Santidad que la causa de la beatificación del
Venerable Padre Fr. Alonso de Orozco, fundador del Colegio de doña María
de Aragón (donde está su cuerpo), se ponga en lista con las que determinó Su
Santidad se vean en la Congregación de Ritos, antes que otras muchas de dif-
erentes Venerables. Están ya aprobadas sus obras (que escribió por mandado
de María Santísima); las cuales compondrán seis tomos de a folio, tres en
latín y tres en romance. Ahora se verá el punto de sus teologales y cardinales
virtudes en grado heróico; teniendo ya prevenidas impresas respuestas a los
reparos del Señor Promotor fiscal; y finalmente, se verá después el punto de
milagros. Pídese a la piedad alguna limosna para seguir la causa e imprimir
sus obras.
8. A los cofrades de la Correa de N. P. San Agustín concedió Su Santi-
dad indulgencia plenaria todos los días de la octava de la fiesta del Santo; y
que los Religiosos, Religiosas y Mantelatas participen todas las indulgencias
de los cofrades de que hay libro.
9. Asimismo les concedió que rezando los trece Padre nuestros con
trece Ave Marías y una Salve (que deben rezar para ganar las indulgencias de
la Correa), ganen cien días de indulgencia por cada uno de los trece Padre
nuestros, Ave María y Salve que rezaren; y un día que eligieren del año, in-
dulgencia plenaria, confesando y comulgando, las cuales indulgencias ha de
aplicar el Prelado o Prior de la Religión a la Corona de trece Padre nuestros,
trece Ave Marías y Salve (como se concedió a las Coronas de nuestra Señora
de los Dolores y Santa Brígida), para lo cual les concedió facultad Su Santi-
dad.
10. También concedió Su Santidad a los Prelados o Priores de la Re-
ligión de San Agustín facultad de dar la Bendición Papal a los fieles que con-
currieren a sus iglesias en los días de Natividad y Resurrección de nuestro
Señor Jesucristo, en el de Pentecostés, en los de Anunciación y Asunción de
Nuestra Señora y en los de Procesión de Correa. La forma de la Bendición
Papal, que antes de Misa mayor dará el P. Prior, con estola, en medio del altar
mayor, es la siguiente: "Dominus noster Jesus Christus per suam piisimam
misericordiam, et sanctissimam passionem vos benedicat; et ego auctoritate
Sanctissimi Domini nostri Benedicti Decimi tertii, qua fungor, benedico vos
Papali Benedictione, gratiasque omnes ipsi anexas vobis concedo; in nomine
Patris, et Filii et Spiritus Saucti. Amén".
CAPÍTULO XXIII
ARTÍCULO I
Dos Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Una determinación. –
Capítulo Intermedio de Filipinas. –Una determinación. –Nombramientos.

Capítulo Provincial

que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en


nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la Villa de Almagro el día 7 de Mayo de 1729.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Alonso de la Concepción, L. J.
Definidores: P. Fr. Agustín de San José.
P. Fr. Andrés de Santo Tomás de Villanueva, Predi-
cador.
P. Fr. Pedro de San José, L. J.
P. Fr. Pedro de San Lorenzo, L. J. y ex Provincial.
Secretario: P. Fr. Juan de Jesús, L. J.
Rector de Almagro: P. Fr. Francisco de Santa Isabel.
Prior de Granada: P. Fr. José de San Lorenzo.
Maestro de novicios: P. Fr. José del Espíritu Santo.
Prior del Toboso: P. Fr. Juan de San Cayetano, L. J.1

1
Arch. Gral. Lib. Regist.
260 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Los Conventos de Sevilla, Granada Luque hacía nueve años que litigaban
sobre a cuál de ellos debía pertenecer el estipendio de misas que recogía en
Cádiz el P. Fr. Juan de la Magdalena, que estaba en Cádiz con ese objeto.
Para quitar esos pleitos y hacer participantes a todos los Conventos de la li-
mosna de dichas misas, se determinó que para pagar 500 reales de plata que
costó en Roma la Bula de Alternativa se aplicase la limosna de las misas de
Cádiz; y que las misas las aplicasen los sacerdotes de los siete Conventos: y
el año 1728, en que ya se habían pagado con las misas los 500 reales de la
Bula, se aplicaran las misas de Cádiz, en la misma forma, para pagar los 65
pesos que cada año entregaba la Provicnia para el Hospicio de Roma1.

Capítulo Intermedio Provincial

que la Provincia de San Nicolás celebró en el Convento de San Juan de Ba-


gumbayan
el día 31 de Octubre de 1729.
Fué presidido por el P. Provincial Fr. Benito de San Pablo: y entre otras
se aprobó la siguien-te determinación, que es la tercera: "Item: Admitió este
Capítulo, en virtud de la autoridad concedida a él del Capítulo Provincial
próximo pasado, el Modo de administrar, presentado por N. P. Provincial; y
mandó se observe en todos nuestros Ministerios, según y como en él se con-
tiene".
Es un cuaderno manuscrito de 24 folios y 18 capítulos, cuyos títulos
queremos trasladar aquí, ya que no es posible estampar el texto íntegro de la
Instrucción.
Dicen así: "Capítulo I. Del modo ejemplar con que nuestros Religiosos se
han de portar en nuestros Ministerios. II. De los que han de servir en el Con-
vento, y del cuidado que de ellos se ha de tener. III. De la escuela de
muchachos y dalagas. IV. Del modo que se ha de observar por las escuelas y
dagalas en nuestra visitas. V. De la obligación y asistencia de las funciones de
la Iglesia. VI. De cuándo se han de repicar las campanas. VII. De la obliga-
ción del Maestro y Cantores, y cuándo deben asistir. VIII. De la MIsa y Salve
cantada de Nuestra Señora. IX. De las Procesiones; y cuándo los

1
Arch. Prov. Lib. 2.º Becerro, fol. 61.
CAPÍTULO VENTITRES. ARTÍCULO PRIMERO 261
indios deben acudir a ellas. X. De cuándo los fieles cristianos deben asistir a
la iglesia: de las Misas y modo de asistir a ellas. XI. De la corrección de los
indios, y cómo el Ministro se habrá en sus pleitos. XII. De la administración
de los Santos Sacramentos. XIII. Del Sacramento del Bautismo. XIV. Del
Sacramento de la Penitencia. XV. Del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
XVI. Del Sacramento del Matrimonio. XVII. Del Sacramento de la Extrema
Unción. XVIII. De los Misioneros de nuestras Misiones, y del modo con que
los catecúmenos y neófitos se deben portar"1.

Elecciones
Vicario Prior de Bislig: P. Fr. Juan de Santa María.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Sacristán de Manila: P. Fr. José de la Virgen de Copacavana (2).

1
Arch. Prov. Carp. 63, núm. 8.
ARTÍCULO II
Restablecimiento de Subic
Sumario: Era pueblo antiguo. –Causas de su desaparición. –Trabajos del P. Fr. Pedro de
Jesús para restablecerlo. –Autorización del Gobernador General.

Hacía muchos años que nuestros Padres habían fundado el pueblo de Su-
bic, como Visita de Moron, jurisdicción de Marivelez en lo espiritual, y per-
teneciente en lo civil a la alcaldía de Pangasinan; agregándose después por
disposición del Gobierno al Corregimiento de Zambales. Tenía entonces Su-
bic de sesenta a setenta tributos, que administraba el P. Prior de Moron. Pero
por cierto motín que hubo en los primeros años del siglo XVIII, del que resul-
taron varios muertos, y por una epidemia general de viruela que se desarrolló
en el pueblo, quedó éste desierto sin otros edificios que la iglesia y convento:
pues dominados sus moradores por el miedo, unos se fueron a la Provincia de
la Pampanga, otros a los pueblos inmediatos de nuestra administración, y la
mayoría se estableció en los montes circunvecinos1.
Nuestros Religiosos de Moron, lamentando la pérdida de tantas almas
que vivían como infieles en la espesura de los bosques, desplegaron todo su
celo y actividad para restablecer el abandonado pueblo; distinguiéndose entre
todos por su labor extraordinaria y su espíritu apostólico el P. Lector Fr.
Pedro de Jesús, natural de la villa de Moyuela en Aragón. Este Padre, sin
reparar en fatigas ni privaciones, iba a Subic acompañado de algunos indios
de Moron, y luego se internaba en los montes, como pastor solícito en busca
de las ovejas perdidas, llegando hasta un sitio llamado Uguit. Allí, a fuerza de
razones y súplicas amorosas, pudo convencer a algunos indios a que volvi-
eran a su antiguo pueblo y lo fundaran de nuevo, como de hecho volvieron.
Pero como había algunos que se resistían a seguir sus saludables consejos, de
ellos pudo conseguir que se fundase una Visitilla o pueblo diminuto con el

1
Arch, Prov. Lib. de nots. fol. 68.
CAPÍTULO VENTITRES. ARTÍCULO SEGUNDO 263
nombre de Uguit, que era el del lugar. De este modo consiguió reducirlos a
vida cristiana y social, formando unos sesenta tributos. No terminaron aquí
los trabajos del buen P. Pedro de Jesús: porque como los indios estaban acos-
tumbrados a la absoluta libertad del monte, no podía reducirlos a la asistencia
a la iglesia en los días festivos ni a que legitimasen su estado los que estaban
casados según la costumbre de los gentiles. Para restaurar la iglesia y con-
vento de Subic no recibía de ellos ayuda alguna; teniendo que valerse de sus
feligreses de Moron: hasta que, vencidos por sus exhortaciones y sobre todo
por su paternal cariño, se avinieron a volver a formar el pueblo y vivir en él
con la condición de que les concediesen Misionero fijo y de asiento en Subic.
El P. Pedro accedió a su deseo; y comunicándolo al P. Provincial Fr. Be-
nito de San Pablo, puso éste todos los medios para conseguirlo del Gobierno.
Presentaron a éste su petición los interesados, se formó el oportuno expedi-
ente, y el Gobernador General Marqués de Torre Campo autorizó la
restauración, encargando al P. Provincial que nombrase Ministro Misionero
de Subic y su distrito; y en su obedecimiento nombró al P. Predicador Fr.
Juan de Santa María. A éste después sucedieron otros, animados del mismo
celo apostólico; consiguiendo entre todos ellos sacar de los montes a muchos
que vivían como paganos y restituirlos a su antiguo pueblo, así como también
a los que se habían dispersado por varias Provincias, logrando dejar el pueblo
en el mismo estado de paz y quietud que antes tenía. De modo que, habiendo
quedado de Subic sólo las ruinas de la iglesia y convento, este año de 1729
quedó transformado en un pueblo nuevo, laborioso y pacífico.
Por acuerdo de la junta de la Real Hacienda, de fecha 29 de Agosto de
1729, se fundó el pueblo de Subic.
ARTÍCULO III
Las imágenes de nuestra Orden con hábito recoleto
Sumario: Oposición de los PP. Calzados a que las imágenes de los Santos de nuestra
Orden apareciesen con hábito Recoleto. –Varios decretos en pro y en contra. –
Exposición de los Procuradores Generales de la Descalcez. –Triunfo de éstos y
concesión de nuevas gracias.

Desde que se estableció felizmente la Descalcez Agustiniana, que en-


galana actualmente los floridos campos de la Iglesia católica, se introdujo sin
contradicción alguna el uso de pintar los Santos de la Orden con hábito
Recoleto y descalzos. Pero después de veintiocho años de uso tan laudable y
grato a los fieles, nuestros Reverendos Padres Calzados comenzaron a opon-
erse a él con gran tesón, pretendiendo el año 1616 que la Santa Sede aboliera
dicho uso: aunque por entonces nada pudieron conseguir. Volvieron al ataque
con mayores bríos el año 1637, como si la abolición de ese uso hubiera de
cubrir de gloria inmortal a la Orden Agustiniana, y aseguraron entonces lle-
nos de júbilo que habían conseguido la victoria, obteniendo de la S. Congre-
gación de Regulares un Decreto que mandaba abolir dicho uso y borrar tales
pinturas. Se defendieron nuestros Padres Recoletos, y el 23 de Mayo de 1648
obtuvieron otro Decreto de Su Santidad que ordenaba que no se molestase a
los Agustinos Descalzos, que se sobreseyese el litigio y que se guardase per-
petuo silencio sobre ese asunto. Pero, como si este detalle insignificante de
presentar las imágenes de los Santos de la Orden vestidos de Recoletos fuese
para los PP. Calzados cuestión de vida o muerte, suplicaron a la S. Congrega-
ción que retirase ese Decreto y no impusiese perpetuo silencio sobre ese
asunto. El P. Fr. Alonso de Villerinos, de los Padres Calzados, muy desafecto
a los Recoletos, y, como tal y por serlo, historiador muy parcial e inexacto en
su Esclarecido Solar de las Religiosas Recoletas de N. P. San Agustín, afirmó
después que el año 1675 se prohibió de nuevo, como abuso, el representar a
los Santos de la Orden en Hábito de Recoletos.
CAPÍTULO VENTITRES. ARTÍCULO TERCERO 265
Lo cierto es que, siendo Papa Inocencio XI, la S. Congregación expidió
un Decreto de fecha 25 de Noviembre de 1676, que confirmó a los Descalzos
en la posesión de su derecho. Y como si esto fuera poco, insistiendo los PP.
Calzados, se defendieron los PP. Recoletos, y bajo el pontificado de Clemente
XI, la Sagrada Congregación expidió nuevo Decreto confirmatorio de todos
los anteriores favorables a los PP. Recoletos con fecha 14 de Abril de 17171.
La Sagrada Congregación de Ritos, a instancias del P. Procurador de los
Agustinos Calzados, dió un Decreto de fecha 19 de Diciembre de 1637, en
virtud del cual se mandaba a los PP. Agustinos Descalzos que aboliesen por
completo el uso y costumbre de representar pintadas, impresas o en
cualquiera otra forma las imágenes de San Agustín y de cualesquiera otros
Santos y Beatos de la Orden de San Agustín, con hábito de Descalzos o con
los pies descalzos, y que desde aquella fecha jamás se atreviesen a hacerlo en
adelante2.
Pasados los años, el P. Félix Leoni, Procurador General de dichos Padres
Calzados, movido del mismo celo por la gloria de su Orden, obtuvo del Papa
Benedicto XIII un Motu proprio, expedido el 21 de Marzo de 1729, en el cual
aprueba y confirma Su Santidad el Decreto de la S. Congregación del año
1637, prohibiendo a los Religiosos Agustinos Recoletos presentar en parte
alguna a los Santos y Beatos de la Orden de San Agustín en imágenes vesti-
das con el hábito y demás formas exteriores de los Padres Recoletos3.
Pero este mismo año de 1729, los PP. Procuradores Generales de la Des-
calcez Agustiniana de las Congregaciones de Italia, España, Francia, Alema-
nia y Portugal, elevaron humilde súplica a Su Santidad el Papa Benedicto
XIII, el cual benignamente se dignó derogar su anterior Decreto, autorizando
a los PP. Recoletos para presentar a los Santos y Beatos de la Orden de San
Agustín con la misma forma externa de los Agustinos Descalzos, fundándose
para ello en las poderosísimas razones que se expresan en la súplica, que es
del tenor siguiente:4

1
Crons. tom. 3.º, cap. XVI, pág. 97 y sigs.
2
Arch. Gen. Bul. núm. 59, pág. 15.
3
Ibid.
4
Arch. Gen. Bul. núm. 60.
266 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Beatísimo Padre:
Los Padres Procuradores Generales Agustinos Descalzos de las Con-
gregaciones de Italia, España, Francia, Germania y Portugal, postrados a los
Pies de Vuestra Santidad, previa aperitione oris in motu proprio, del cual
reverentemente se suplica, exponen:
Como el Padre Félix Leoni, Procurador General del Orden de San
Agustín, habiendo, en la confirmación de todos los privilegios de toda la Or-
den, obtenido de Vuestra Santidad, por medio de la Constitución que
comienza: Libenter, emanada el 1 de Enero de 1727, inserto en el § 3, un De-
creto de la Sagrada Congregación de Ritos, que se supone emanado el 19 de
Diciembre de 1637 y confirmado por la misma en 13 de Marzo de 1638, abo-
litivo de las sagradas imágenes de Santos y Beatos con el hábito de sus Des-
calzos, no ha representado como era debido a Vuestra Santidad, sino más bien
artificiosamente ha callado, que ese mismo Decreto fué suspendido por dos
predecesores suyos, a saber, el Papa de feliz memoria Inocencio XI, a 25 de
Noviembre de 1676, con las palabras Sanctissimus Dominus Noster Inncicen-
tius Papa XI mandavit suspendi et non consignari dictum Decretum, y últi-
mamente por Clemente XI, de feliz memoria, a 24 de Abril de 1717, con
palabras más eficaces: Iterum mandavit suspendi, nec amplius consignari
praedictum Decretum por las fuertes razones que asistían a dichos Padres
Descalzos, máxime por la Constitución de Urbano VIII, de feliz memoria,
emanada después de aquel Decreto, a 19 de Agosto del 1641, que comienza:
Divinae Majestatis providentia, por la cual se concede facultad a nuestros
Descalzos de Francia de pintar con su hábito de éstos a los Santos y Beatos de
la Orden secundum Ecclesiae et aliorum Ordinum reformatorum laudabilem
consuetudinem, y por otros muchos motivos muy respetables. Y, lo que es
más notable, no contento el dicho Padre Procurador General de la Orden con
lo arriba dicho, ha alcanzado además un Breve emanado a 21 de Marzo de
1729, que comienza: Motu proprio: Exponi Nobis fecit, en el cual se viene a
declarar que los privilegios y decretos confirmados en la mencionada Consti-
tución Libenter, no queden sujetos a la cláusula sabiamente impuesta por
Vuestra Santidad en el § 4 de la misma confirmación: Dummodo Decretis
Sacri Concilii Tnidentini et Constitutionibus Apostolicis subsequenter editis
non adversentur. Los Oradores, estimando que no
CAPÍTULO VENTITRES. ARTÍCULO TERCERO 267
es la mente de Vuestra Santidad derogar dicha cláusula Dummodo, ni el jure
quaesito a sus Congregaciones, el que ni tácita ni expresamente fué derogado
por dicho Breve, y mucho menos la regla de la Cancellería dada por Vuestra
Santidad, la 17 en orden, titulada de non tollendo jure quaesito: Por tanto,
humildemente suplican a Vuestra Santidad se digne ordenar que sea suspen-
dida la ejecución de dicha confirmación y Breve, precisamente en cuanto a
las declaraciones de Inocencio XI y de Clemente XI, y confirmar la mencio-
nada Constitución de Urbano VIII con expresa extensión a todas las Congre-
gaciones de Agustinos Descalzos en cuanto a pintar con el hábito de ellas a
los Santos y Beatos de la Orden.
Otrosí: que el bendecir y distribuir la Correa o Cintura de la Santa Ma-
dre Mónica, y los panecillos de San Nicolás, que estaba reservado a los Supe-
riores de la Orden, no sólo privadamente a las Confraternidades laicales,
según fué declarado por la Sagrada Congregación de Obispos y Regulares
con su Decreto de 30 de Septiembre de 1622, corresponda igualmente a los
Superiores Descalzos de la misma Orden de San Agustín.
Y por la gracia, etc.

"A esta humilde súplica se contestó con el Rescripto siguiente:


Ex audientia Sanctissimi die 16 Decembris 1729.
"Sanctissimus petitis benigne annuit, et proinde firma remanente Con-
stitutione confirmativa privilegiorum a S. Sede concessorum Ordini Eremita-
rum S. Augustini per Sanctitatem suam emanata Kalendas Januarii 1727,
atque ejus Motu proprio 21 Martii 1729, declaratorio ejusdem Constitutionis,
mandavit non molestari Patres Excalceatos ipsius Ordinis S. Agustini, seu
alios quoscumque in depingendo, aut quovis alio modo repraesentando Ex-
calceatos, et cum eorurn habitu Sanctos, et Beatos ipsos depingere, et reprae-
sentare, prout pie hactenus depinxerunt, seu depingendos, vel repraesentandos
curarunt etiam ad tenorem Constitutionis san. mem. Urbani XIII, incipientis
Divinae Majestatis latae anno 1641, non obstante Decreto praecedenti Con-
gregationis Rituum anni 1637; ac insuper eosdem Patres impediri non posse,
immo etiam licere illis, sive publice, et solemniter, sive privatim benedicere,
et distribuere Cíngulos, seu Cincturas S. Monicae, et paniculos S. Nicolai
Tolentinatis juxta declarationem Congregationis Episcoporum et
268 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Regularium 30 Septembris 1622, ab eadem Congregatione confirmatam 16
Julii 1627; et ita ab omnibus servari mandavit, perpetuumque super his silen-
tium imposuit Constitutione et Motu proprio supradictis, quam et quem in hac
parte moderavit, aliisque quibuscumque etiam necessario exprimendis in con-
trarium non obstantibus.=Franciscus Antonius Card. Finii=Pro Auditor.=Loco
+ Sigilli."=
Con este rescripto quedó para siempre resuelta la cuestión de las
imágenes, que nunca debió suscitarse.
CAPÍTULO XXIV
ARTÍCULO I
La Alternativa general de la Congregación
Sumario: Concesión de Alternativa a las Provincias de Aragón, Castilla, Andalucía y
Filipinas para la elección de Vicario General. –Nunca se cumplió con la última por
las muchas dificultades. –El Procurador de Filipinas pide una reforma de la conce-
sión. –El Papa la deniega, y establece la Alternativa entre las tres Provincias de
España.

Por un Breve del Papa Alejandro VII, de 23 de Febrero de 1660, se con-


cedió la Alternativa para la elección de Vicario General a las Provincias de
Aragón, Castilla, Andalucía y Filipinas; pero eran tantos los inconvenientes
que siempre hubo para que alternase la de Filipinas, por su gran distancia y
cuantiosos gastos, que nunca se cumplió en ella la concesión. Mas deseando
ejercitar ese su derecho, presentó a la Santa Sede, por medio del P. Procura-
dor Fr. José de la Soledad, un escrito suplicando que se derogase la concesión
primitiva, estableciendo que siempre que asistiere al Capítulo General,
cuando le tocase la Alternativa, uno, dos o tres Vccales de Filipinas, uno de
éstos debía ser elegido Vicario General. Pero viendo el Papa Benedicto XIII
los graves inconvenientes de esta concesión, la redujo a las tres Provincias de
España, como consta en la siguiente Bula:
"Benedictus Papa XIII.=Ad futuram rei memoriam.=Ea quae pro felici
personarum Regularium statu in Capitulis Generalibus interdum sancita, et
auctoritate Apostolica comprobata fuerunt, cum incommodum aferre, ac ea-
rumdem personarum tranquillitati obesse noscuntur, nostri muneris est pro-
vide moderari et immutare, prout conspicimus in Domino salubriter expedire.
Dudum siquidem pro parte tunc existentis Procuratoris Generalis Con-
gregationis Hispaniae et Indiarum Fratrum Discalceatorum nuncupatorum
Ordinis Eremitarum Sancti Augustini, fe. re. Alexandri PP. VII. Praedecessori
270 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
nostro exposito, quod in eiusdem Congregationis Capitulo Generali in Oppido
Civitate nuncupato de Calatayud in Aragonia novissime tunc celebrato de-
terminatum fuerat pro majori quiete elections Vicarii Generalis dictae Con-
gregationis, et ut unusquisque ad inserviendum Religioni magis animaretur,
ipsi Alexandro Praedecessori supplicandum fore, ut concederet electionem
Vicarii Generalis Congregationis hujusmodi, servata inter B. M. Virginis de
Columna Aragoniae, et Sancti Augustini Castellae Novae et Veteris, necnon
Sancti Thomae de Villanova Baeticae superioris et inferioris, ac Sancti Nico-
lai Tolentinatis respective nuncupatas Insularum Philippinarum in Indiis
Provincias Congregationis praedictae Alternativa, sicut in Congregatione
Italiae Fratrum Discalceatorum eusdem Ordinis observabatur; incipiendo a
memorata Provincia Aragoniae, fieri debere, ita ut eveniente casu, quo Vo-
cales Indiarum Capitulo pro tempore celebrando tempori adesse non valerent,
tunc unus Fratrum Provinciae subsequentis juxta ordinem supra expressum in
Vicarium Generalem primodictae Congregationis eligi deberet, idem Alexan-
der Praedecessor, supplicationibus sibi per dictum Procuratorem Generalem
nomine Fratrum Provinciarum praedictarum super hoc humiliter porrectis
inclinatus, praenarratam Alternativam electionem Vicarii Generalis Congre-
gationis hujusmodi tanquam Religiosorum tranquillitati et bono regimini
praedictarum Provinciarum proficuam et consentaneam, modo et forma su-
perius expressis, quatenus (ut asserebatur) in Capitulo Generali sic novissime
celebrato legitime fuisset obtenta, auctoritate Apostolica approbavit et con-
firmavit, ac juxta praedicti Capituli Decretum fieri et observari mandavit, et
alias prout in ipsius Alexandri Praedecessoris litteris desuper in simili forma
Brevis die 23 Februarii 1660 expeditis, quarum tenorem praesentibus pro
expresso et ad verbum inserto haberi volumus uberius continetur.
Cum autem sicut dilecti filii tam modernus Vicarius Generalis, quam
universi Fratres Diffinitorii trium Provinciarum Hispaniae dictae Congrega-
tionis Nobis nuper exponi fecerunt, memorata alternativa electio Vicarii Gen-
eralis executioni demandari nusquam potuerit, propterea quod supradictae
Provinciae Sancti Nicolai Tolentinatis in Insulis Philippinis quatuor numero
Fratres seu Vocales, quemadmodum per Constitutiones ejusdem Congrega-
tionis auctoritate praedicta confirmatas requiritur, ex Indiis in Hispaniam, ubi
Capitulum Generale ipsius Congregationis celebrari consuevit, trajicere ne-
queunt, tum ob nimiam locorum distantiam, tum quia eis non permittitur lib-
era ex iisdem Indiis arbitrio suo discedendi facultas; quamobrem dilectus fil-
ius Josephus
CAPÍTULO VENTICUATRO. ARTÍCULO PRIMERO 271
a Solitudine assertus Procurator istius Provinciae anno 1726 petierat Constitu-
tionibus praedictis in hac parte per Nos derogari, ut scilicet attenta difficul-
tate, quam dictae Provinciae Fratres seu Vocales experiebantur ad interven-
iendum eidem Capitulo Generali numero quaterno per dictas Constititutiones
praescripto, statueremus, quod si unus, aut duo, vel tres ex Fratribus seu Vo-
calibus ipsius Provinciae Capitulo Generali interessent, is, seu alter eorum
necessario eligi deberet in ejusmodi Vicarium Generalem; sed audita per Nos
ea super re dilecti filii nostri, et Sedis Apostolicae in Regnis Hispaniarum
Nuncii relatione, huic petitioni minime annuendum duximus. Et revera alter-
nativa electio Vicarii Generalis quatenus ad effectum perduci vellet, multi-
plices turbas, aliaque gravia incommoda, quae cum stabilita et determinata
fuit minus perpensa fuerunt, toti Congregationi ac omnibus quatuor Provinciis
praefatis allatura foret; nam ultra gravia dispendia, quae dicta Provincia
Sancti Nicolai Tolentinatis in Insulis Philippinis in quatuor ipsius Fratribus
seu Vocalibus ad Capitulum Generale hujusmodi mittendis, facere deberet, ac
longae navigationis discrimina, quae istis subeunda forent, Sacrarumque Mis-
sionum, quibus in illis partibus pro conversione Infidelium ad Catholicae Re-
ligionis veritatem assidue vacare tenentur detrimentum, si Vicarium Gener-
alem, qui foret de dicta Provincia, ab humanis decedere, vel aegrotare con-
tingeret, diu nimis ob locorum intervalla expectandum foret, antequam Vi-
carius Generalis in defuncti vel aegroti locum subrogari posset, ac interim
praefata Congregatio sine Capite ac Superiore remaneret; ipsi Exponentes,
quo his aliisque diversis malis et perturbationibus ex dicta Alternativa elec-
tione proventuris occurratur, simulque salubri ac tranquillo ejusdem Congre-
gationis regimini prospectum sit, ipsam electionem Vicarii Ceneralis in pris-
tinum, ac eum in quo ante Decretum supradicti Capituli Generalis erat,
statum, scilicet inter tres Provincias Hispaniae tantum reduci plurimum desid-
erant. Nobis propterea humiliter supplicari fecerunt, ut in praemissis oppor-
tune providere, et ut infra indulgere de benignitate Apostolica dignaremur.
Nos igitur ipsos Exponentes specialibus favoribus et gratiis prosequi
volentes, eorumque singulares personas a quibusvis excommunicationis, sus-
pensionis, et interdicti, aliisque Ecciesiasticis sententiis, censuris et poenis a
jure, vel ab homine quavis occasione, vel causa latis, si quibus quomodolibet
innodatae existant, ad effectum praesentium dumtaxat consequendum, harum
serie absolventes et absolutos fore censentes, supplicationibus inclinati, su-
pradictam
272 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
alternativam electionem Vicarii Generalis inter quatuor Provincias Aragoniae,
Castellae, Baeticae, et Insularum Philippinarum Congregationis praedictae,
sicut praemittitur, constitutam, expeditasque desuper Alexandri Praedecesso-
ris litteras praefatas, ad solas dictas tres Aragoniae, Castellae, et Baeticae
Provincias eadem auctoritate tenore praesentium reducimns, illamque dein-
ceps inter easdem tres Provincias dumtaxat, prout ante Decretum et litteras
ejusmodi, servari ac fieri statuimus et ordinamus.
Decernentes easdem praesentes litteras semper firmas, validas, et effi-
caces existere et fore, suosque plenarios et integros effectus sortiri et obtinere,
ac illis ad quos spectat et pro tempore spectabit, in omnibus et per omnia
plenissime suffragari, et ab eis respective inviolabiliter observari: sicque, et
non aliter in praemissis per quoscumque Judices Ordinarios et delegatos,
etiam Causarum Palatii Apostolici Auditores, ac Sanctae Sedis Nuncios judi-
cari et definiri debere; ac irritum et inane, si secus super his a quoquam,
quavis auctoritate, scienter vel ignoranter contigerit attentari.
Non obstantibus Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis, necnon
praedictarum Ordinis, Congregationis, aliisque quibusvis, etiam juramento,
confirmatione Apostolica, aut quavis firmitate alia roboratis statutis et con-
suetudinibus; privilegiis quoque, Indultis, et Litteris Apostolicis in contrarium
praemissorum quomodolibet concessis, confirmatis, et innovatis. Quibus om-
nibus et singulis, illorum tenores praesentibus pro plene et sufficienter ex-
pressis, ac de verbo ad verbum insertis habentes, illis alias in suo robore per-
mansuris, ad praemissorum effectum, hac vice dumtaxat specialiter et ex-
presse derogamus, caeterisque contrariis quibuscumque.
Datum Romae apud Sanctum Petrum sub aunulo Piscatoris, die XIV,
Februarii MDCCXXX, Pontificatus Nostri anno sexto."=1

1
Arch. Gral. Bula núm. 61.
ARTÍCULO II
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Nombramientos. –Determinaciones. –
Capítulo Provincial de Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General. –Elecciones.
–Una Acta.

Capítulo intermedio de la Candelaria


En el Capítulo Intermedio celebrado en Bogotá el 17 de Abril de 1730, se
hicieron los siguientes nombramientos1:
Vicario Prior de Panamá: P. Juan de Santa Gertrudis.
Subprior de íd.: P. Miguel de San Lorenzo.
Secretario: P. Nicolás de San Fulgencio.
Maestro de novicios y Subprior de Bogotá: P. Francisco
de San Agustín.
Se confirmó la erección de Noviciado en Bogotá; y se mandó que se ob-
servase ad unguem el noviciado.
Se determinó que los Hermanos legos tengan dos años de noviciado, y
que entren de 18 años.
Se reformaron los conventos de la costa.
Se excitó a los Coristas a dedicarse con ahínco al estudio.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento
del Portillo de Zaragoza el año 1730.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. José de San Alejo, L. J. y Calificador del
Santo Oficio.
Definidores: P. Pr. Pedro de San Bartolomé.
P. Fr. Nicolás de San Cristóbal, L. J.

1
Arch. Gral. Carp. F.
274 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Zaragoza: R. P. Agustín de Santa Mónica.
Subprior de íd.: R. P. Antonio de San Nicolás.
Maestro de Novicios: R. P. Lázaro de San Joaquín.
Prior de Alagón: R. P. José de San Pedro Arbués.
Prior de Borja: R. P. Domingo de la Virgen del Rosario.
Subprior de íd.: R. P. Miguel de la Virgen del Rosario.
Prior de Barcelona: R. P. José de la Virgen del Pilar.
Prior de Guisona: R. P. José de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Benabarre: R. P. Diego de Santa Clara, L. J.
Vicerrector de Huesca: R. P. Matías de la Virgen de Loreto, Predicador.
Secretario: R. P. Jaime de Santa Mónica.
En el Convento de Borja había, además de los nombrados, 18 Re-
ligiosos1.

Capítulo General
que se celebró ea el Colegio de Almagro el día 27 de Mayo de 17302

Elecciones
Vicario General: Rmo. P. Fr. Miguel de San Agustín, L.
J.

Deinidores
Por Aragón: M. R. P. Fr. José de la Virgen del Pilar, L. J.
Por Filipinas: M. R. P. Fr. Blas de la Concepción, L. J.
Por Tierra Firme: M. R. P. Fr. Cristóbal de San José, L. J.
Por Andalucía: M. R. P. Fr. Tomás de San Agustín, L. J.
Secretario: M. R. P. Fr. Felipe de la Ascensión.
Procurador en Roma: M. R. P. Fr. Martín de San Miguel, L. J.
Este Capítulo confirmó el Acta novena de la junta General, celebrada el
15 de junio de 1725, en la cual se estableció por primera vez el estudio de la
Teología Moral en nuestros Colegios.
Dicha confirmación consta en su Acta 14.ª

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246. y Arch. Gral. Leg. 33.
2
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 63.
CAPÍTULO XXV
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Una determinación. –Elecciones. –Fórmula
del Desapropio. –Co-lecta. –Capítulo Provincial de Castilla. –Nombramientos.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás, de Filipi-


nas
que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila
en los días 13 al 16 de Abril de 17311.
Fué presidido por el primer Definidor Fr. Antonio de Santa Mónica, Cali-
ficador del Santo Oficio y Provincial absoluto.
En él se aprobaron once actas y veintitrés determinaciones. De éstas, la
18.ª manda que todos los Religiosos sin excepción alguna hagan todos los
años por el mes de Enero el Desapropio de todo cuanto tuviesen para su uso.
Y la 19.ª manda que ningún Religioso se ocupe en negocios propios o ajenos
en que intervenga el interés.

Elecciones
Provincial: P. Fr. Félix de Santiago, de la Provincia de Aragón.
Definidores: P. Fr. Juan de la Encarnación, Lector Jubilado.
P. Fr. Agustín de Santa Rosa, Predicador.
P. Fr. Roque de la Madre de Dios, Predicador.
P. Fr. Francisco de la Encarnación, Lector.
Aditos: P. Fr. José de San Jerónimo, Predicador.
P. Fr. Silvestre de la Purificación, Predicador.
P. Fr. Jacinto de San José, Predicador.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 62 vto, y sigs.
276 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Primeros Definidores Generales de Castilla


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Francisco del Espíritu Santo, alias,
Peraleda.
2.ª Vida. El P. Lector Fr. Juan de San José, alias, Berzocana.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Salamanca.

Segundos Definidores Generales de Aragón.


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Blas de la Concepción.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Agustín de Santa Mónica, alias,
Muel.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Huesca.

Primeros Discretos Generales de Andalucía.


1.ª Vida. El P. Lector Jubilado y Ex Provincial Fr. Juan de Santiago.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. Juan de la Encarnación, Del Moral.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento del Campillo de Altobuey.

Segundos Discretos Generales de las tres Provincias


1. Vida. El P. Lector Jubilado Fr. José del Espíritu Santo, alias, Arde-
manos.
2.ª Vida. El P. Lector Jubilado Fr. José de San Alejo, de Aragón.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento de Sevilla.
Prior de Manila: Fr. Fernando de San Pablo, Lector Jubilado,
Prior de Bagumbayan: Fr. Manuel de Santa Teresa.
Prior de Cebú: Fr. Cristóbal de la Soledad.
Prior de Cavite: Fr. José de Jesús María, alias, el Montañés.
Prior de San Sebastián: Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubilado.
Prior de Masinloc: Fr. Francisco de la Asunción, alias, Alcázar.
Prior de Bolinao: Fr. Alonso de San Gabriel.
Prior de Mariveles: Fr. José del Angel Custodio.
Prior de Tandag: Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Butuan: Fr. José de Santa Maria, alias, Escorial.
CAPÍTULO VENTISIETE. ARTÍCULO PRIMERO 277
Prior de Siargao: Fr. Jerónimo de San Miguel.
Prior de Cagayan: Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
Prior de Romblón: Fr. Diego de Santa Inés.
Prior de Calapan: Fr. Pedro de Jesús.
Prior de Taytay: Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Painaben: Fr. José de San Joaquín.
Vicario Prior de Morong: Fr. Jacinto de San José.
Vicario Prior de Bislig: Fr. José de San Nicolás de Tolentino.
Vicario Prior de Masbate: Fr. Juan de Jesús, alias, Ibides.
Vicario Prior de Cuyo: Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Vicario Prior de Culión: Fr. Francisco de San Pedro.
Vicario Prior de Nauhan: Fr. José de San Jerónimo.
Vicario Prior de Mangarin: Fr. Juan de Jesús María, alias, Ibides.
Vicario Prior de Calavite: Fr. Manuel de la Concepción, alias,
Torre.
Secretario Provincial: Fr. José de la Concepción.
Procurador General de Provincia: Fr. Hipólito de San Agustín.
Subprior de Manila: Fr. Juan de San Antonio.
Presidente del Hospicio de Méjico: Fr. José de la Ascensión.
Cronista de Provincia: Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubilado.
Sacristán de Manila: Fr. Francisco de la Asunción, alias, el Santo.

"En dicho día lunes del referido día, mes y año, todos los VV. PP. del
Definitorio, juntos y congregados en la forma que disponen nuestras Consti-
tuciones, en virtud de lo determinado en el Capítulo Provincial acerca de la
forma y modo que deben observar para el Desapropio de todas las cosas que
ad usum tienen los Religiosos de esta santa Provincia de Filipinas de Agusti-
nos Descalzos, determinamos y mandamos que cada uno de los Religiosos de
esta santa Provincia, sea de la calidad que fuere, todos los años, a principios
del mes de Enero (y en este presente desde que les conste esta nuestra deter-
minación hasta Diciembre inclusive), haga su desapropio de todo cuanto
tiene; por ser este medio convenientísimo para el desahogo de las concien-
cias,
278 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
así de Prelados como de súbditos: y queremos sea escrito en carta y de mano
propia, en la forma siguiente:
"P. N. Provincial Fr. N.: Como hijo de obediencia, en manos de V. R.
hago desapropio y manifestación de todo cuanto poseo al presente, y es como
se sigue: –(Aquí por lista y con distinción escribirá cuanto tiene, excepto sólo
lo que al Convento pertenece, sea en plata, oro, cera u otro cualquier género
permanente, o relicario u otra alguna cosa de valor; en fin, cuanto, si se hal-
lara a la hora de la muerte, manifestaría). Todo lo cual pongo en manos de V.
R. para que de ello disponga a su voluntad y arbitrio, o concediéndomelo ad
usum, o aplicándolo para lo que V. R. fuere servido. –Y para que conste, lo
firmé en N. N. N. –Fr. N."
Y hecho así, cerrado con lacre, pondrá en el sobreescrito: Desapropio
de Fr. N., de tal año. Así cerrado la dirigirá a N. P. Provincial, quien en sus
espaldas pondrá: Use este Religioso de lo contenido en esta lista por el
tiempo de nuestra voluntad.
Y esta carta no la podrá abrir N. P. Provincial sin el consentimiento de
todo el Definitorio y en su presencia, y la entregará al P. Procurador General
para que en una cajita, que para este efecto tendrá con su llave, la deposite
con las demás. Y en llegando que llegue la otra carta de desapropio del año
siguiente, en presencia de los PP. Definidores o Depositarios, sin abrirla, la
quemará. Y para que conste en todos nuestros Conventos y venga a noticia de
todos los Religiosos, se escribirá en el libro al pie de estas Actas.
Y para descargo de nuestras conciencias, mandamos en virtud de santa
obediencia a todos y a cada uno de los Religiosos de esta Provincia que así lo
ejecute y cumpla. Y queremos sea perpetua esta nuestra determinación, en fe
de lo cual lo firmamos, etc."
"Asimismo, en virtud de lo mandado en el presente Capítulo, conforme
a la 11.ª determinación, se pasó a regular las Colectas que, para ayudar a con-
ducir las Misiones a estas Islas, deben pagar anualmente todos los Conventos
y Ministerios de esta santa Provincia, que son en la forma siguiente: (Los
Conventos de Manila, Bagumbayan y Cebú no tienen cuota asignada). San
Sebastián, 50 pesos. Cavite, 100. Masinloc, 40. Bolinao, 40. Mariveles, 40.
Tandag, 25. Butuan, 75. Siargao, 75. Cagayán, 55. Romblón, 75. Calapán, 40.
Taytay, 100. Bislig, 50. Cuyo, 40. Culion, 50. Masbate, 55. Nauhan, 45.
Mangarin, 45. Calavite, 45. Painaben, 45. Morong, 30. (Total 1.120 pesos).
CAPÍTULO VENTISIETE. ARTÍCULO PRIMERO 279
Todo lo cual determinamos y mandamos se guarde, cumpla y ejecute en
el todo, según que va expresado y mandado. Y por verdad lo firmamos en
dicho día, mes y año, ut supra".=
No tenían cuota asignada los Conventos principales porque apenas tenían
medios de subsistencia; tanto que en Definitorio celebrado en Manila el 16 de
Abril de este año 1731, a instancia del Prior de Manila Fr. Juan de la Encar-
nación, se condonó a este Convento la cantidad de 1.650 pesos; porque, según
dicho P. Prior, no tenía ni aun para la manutención precisa de la Comunidad.

Capítulo provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina, el día 16 de Abril de 1731.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Nicolás del Espíritu Santo, L. J., y Califica-
dor del Santo Oficio.
Prior de Valladolid: R. P. Fr. Juan de San José.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Juan de la Santísima Trinidad.
Subprior de Toledo: R. P. Fr. Pedro de Santa Bárbara.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Gabriel de San José.
Prior del Portillo: R. P. Fr. Juan de San Miguel, Predicador.
Prior de Maqueda: R. P. Fr. Diego de S. Agustín, Predicador.
Rector de Salamanca: R. P. Fr. Alonso de Santa Rita.
Vicerrector de íd. R. P. Fr. Isidro de San José.
Secretario: R. P. Fr. Epitacio de San Pablo1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 101.
CAPÍTULO XXVI

Tres Capítulos de Provincia


Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria. –Determinaciones. –Nornbramjentos. –
Aceptación de un Breve. –Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –
Capítulo Intermedio de Filipinas. –Determinacio-nes. –Elecciones.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincia! celebrado en Bogotá el día 2 de Mayo de 1732,
entre otras,
se tomaron las siguientes determinaciones:1
"Item, que los Religiosos Priores y Conventuales de nuestro Convento
de la Candelaria procuren con toda solicitud y cuidado poner las diligencias
necesarias en orden a la paz y quietud con los señores Curas de Ráquira; y
por ningún caso administren los sacramentos de Bautismo, Eucaristía y Ex-
tremaunción, si no fuere en caso de urgente necesidad".
"Item, confirmamos el Acta pasada, en la que se manda que en todos
los Conventos de esta Provincia se cante la Salve de Nuestra Señora todos los
días de Cuaresma, y que en esto no pueda dispensar ningún Prelado".
Se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: P. Esteban de la Stma. Trinidad, Lector Jubilado, por
14 votos.
Definidores: PP. Tomás de la Encarnación, Nicolás de San Fulgen-
cio, Francisco de Jesús y José de la Ascensión, Lec-
tor de Teología.

1
Arch. Gen, Carp. F.
282 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Aditos: PP. Clemente de San Pablo, Francisco de San Agustín
y Juan de San José Perea.
Rector de Bogotá: P. Juan de San Agustín, Guillén, Lector.
Vicerrector de íd.: P. Pedro de San Paulino.
Prior del Desierto: P. Francisco de la Encarnación.
Subprior de íd.: P. Juan de San José, Rojas.
Prior de la Popa: P. Fulgencio de San Miguel.
Subprior de íd.: P. Esteban de la Stma. Trinidad.
Prior de Panamá: P. Nicolás de San Agustín, Lector de Teología.
Subprior de íd.: P. Miguel de San Lorenzo.
Prior del Hospicio de Nuestra Señora del Topo en Tunja: Francisco de
S. José, Perea.
Prior de Honda: Clemente del Salvador.
Secretario: Víctor de San José, Lector de Teología.
Maestro de novicios: Vicente de Santo Tomás.
Procurador: Francisco de S. Agustín Lozano.
Prefecto y Prepósito de Misiones: Salvador de San Eligio, Lector.
Asimismo fué aceptado el Breve y Bula de Su Santidad N. Santísimo
Padre Clemente XII, expedido el día 16 de Diciembre de mil setecientos y
treinta, en que con apostólica autoridad manda y ordena que los Capítulos
Provinciales futuros, in perpetuum, se celebren el sábado infra octavam de la
Natividad de Nuestra Señora. Y en cuanto al tiempo de prolongar o abreviar,
se difirió su disposición para el Capítulo Intermedio".
"Item, para pagar al P. Vicario General lo que se gastó para conseguir
dicho Breve, se determinó que el Colegio de Bogotá pagase 20 pesos; el De-
sierto, 20; Cartagena, 25; Panamá, 25; Honda, 5; Tunja, 5."
CAPÍTULO VENTISIETE. ARTÍCULO PRIMERO 283

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro el día 3 de Mayo de 1732.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Juan de San José, L. J.
Secretario: Alonso de la Madre de Dios, L. J.
Prior de Granada: Cristóbal de San José.
Subprior y Maestro de Novicios: Miguel de Santo Domingo.
Prior del Portillo: Juan de San Miguel, L. J.1

Capítulo Intermedio Provincial


de la Provincia de San Nicolás, que se celebró en el Convento de Bagumba-
yan
el día 31 de Octubre de 17322.
Fué presidido por el P. Provincial Fr. Félix de Santiago: y se determinó
lo siguiente:
"Primeramente: Admite este Capítulo (de nuevo) las Bulas de Nuestro
Santísimo Padre Benedicto XIII, en orden a la Alternativa de Provincial de
esta Provincia, y la de N. Smo. Padre Urbano VIII, en orden a la Alternativa
de los Oficios que en ella se expresan, conviene a saber: Prior de nuestro
Convento de Manila y los cuatro Definidores, en el mismo modo y forma que
por el V. Definitorio de esta dicha Provincia fueron admitidas, como consta
en el libro de Consultas al folio 129 vuelto: con tal que para alternar en di-
chos Oficios necesariamente haya de tener cada una de las tres Provincias,
que componen a esta, el número de doce Religiosos. Y en caso de no tener
alguna o algunas de las tres dichas Provincias el referido número de doce
Religiosos hábiles, en la conformidad que se explica en las dudas propuestas
y

1
Arch. Gral. Lib. Regist.
2
Arch. Prov. Libro 2.º de Becerro, fol. 78 vto.
284 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
resueltas por el Capítulo General que se celebró en la Ciudad de Zaragoza en
primero y segundo día de junio del año de mil setecientos y veinte y cuatro, y
según la inteligencia y declaración con que por esta Provincia están admiti-
das, en orden a la habilidad que deben tener los doce referidos sujetos para
alternar; no deberán de justicia entrar en la dicha Alternativa de lo seis referi-
dos Oficios; pero podrán de gracia ser electos en alguno o algunos de ellos,
en caso que, a juicio de los electores, sean aptos y capaces para ellos, como
para el referido Oficio de Provincial consta y se concede en dicha Bula de
Benedicto XIII. Y en orden a los demás restantes Oficios, que se promedien y
repartan proporcionalmente, (en la conformidad que en dicha Consulta se
expresa), entre los Religiosos beneméritos de las tres dichas Provincias que
componen a ésta, cuando tuviesen para ellos las calidades que previenen
nuestras sagradas leyes".
"Item: Se determinó por unánime convenio de todo este Capítulo que el
Oficio o personado de Procurador General y Comisario para los Reinos de
España, sea en adelante por Alternativa, no en el rigor de tal alternativa, como
se menciona en los seis referidos Oficios, sino por razón de promediación
entre los hijos de las tres Provincias que componen a ésta; comenzando desde
ahora este Oficio, como comienza, por la Provincia de Aragón; a que deberá
seguir la Provincia de Castilla y después la de Andalucía: con la condición de
que, para entrar en la promediación de dicho Oficio, cada una de dichas
Provincias tenga el número de doce Religiosos, y entre ellos alguno capaz y
apto para dicho Oficio: cuyo conocimiento total de la aptitud o no aptitud se
reserva o a los Capítulos de esta Provincia o al V. Definitorio de ella".

Elecciones
Vicario Prior de Culión: P. Fr. Francisco de la Asunción, alias, el Santo.
Sacristán de Manila: P. Fr. Salvador de Santa Rosa.
Comisario y Procurador General en la Curia Regia: El P. Lector Jubilado
y Definidor actual Fr. Francsico de la Encarnación".
CAPÍTULO XXVII

ARTÍCULO I
Estado de la Paragua
Sumario: Fatales consecuencias del abandono de Labo. –Invasiones y destrozos de los
moros. –Situación angustiosa de los indios y de sus Ministros. –Se indica el reme-
dio a tanto mal. –Otro informe.

El P. Vicario Provincial Fr. Benito de San Pablo, viendo que, desde el día
que suprimieron la Fortaleza del río Labo y mandaron retirar a todos sus de-
fensores, los moros hostilizaban sin cesar a todos los habitantes de la Paragua
y Calamianes, sembrando por todas partes la desolación y la muerte, presentó
al Gobernador General de las Islas Filipinas una brillante exposición, fechada
en la ciudad de Manila a 8 de Mayo de 1733, en la cual le dice, entre otras
cosas, lo siguiente1:
"Muy Iltre. Sr. –Fr. Benito de San Pablo, Calificador del Santo Oficio,
Provincial absoluto y Vicario Provincial de la Provincia de San Nicolás de
Filipinas de los Descalzos de N. P. San Agustín, etc. –Habiéndose servido V.
S. significarme los grandes y fervorosos deseos que le asisten de libertar la
Provincia de Calamianes de las repetidas invasiones de los moros, que ha
padecido y actualmente padece sin cesar, y de adelantar la cristiandad en ella,
asegurando así a los vasallos tributantes de su Majestad (Dios le guarde),
como a los Ministros evangélicos, para que libremente puedan emplear éstos
su apostólico celo en el bien espiritual de tanta infinitud de almas como hay
en dicha Provincia, y reducirse aquellos a nuestra santa fe católica; me veo
precisado, en vista de su mucho celo, a representar a V. S. en ésta, en nombre
de mi sagrada Provincia, lo que en muchas y diferentes ocasiones de palabra
y por escrito

1
Arch. Prov. Carp. 81, leg. 5.º núm. 2.
286 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
se ha representado ya a este superior Gobierno por mí, por los suplicantes de
mi sagrada Religión y por los Alcaldes Mayores que han sido de dicha
Provincia, especialmente por el Sargento Mayor don Bernardo Jorge de Il-
lumbe con la experiencia de seis años que la ha gobernado, y por el Capitán
Don Juan Antonio de la Torre, Gobernador y Justicia Mayor interino que lo
es hoy de Zamboanga (y por otros); como que uno y otro han corrido toda la
Provincia, y bien se han lastimado y lastiman mucho, así del miserable estado
en que por indefensos han estado y están los pobres vasallos tributantes de su
Majestad, así cristianos como infieles, como del mucho adelantamiento
espiritual y temporal que a poca costa podía haber en aquella Provincia: pues
hay gentío y terreno en ella para que se puedan formar dos Provincias muy
copiosas y muy dilatadas, que cojan ambas de longitud cerca de cien leguas;
como así se ejecutó el año pasado de mil setecientos y diez y nueve por el Sr.
Mariscal de Campo, Gobernador entonces de estas islas, según que constará
más largamente de los autos que sobre esta razón se formaron en este superior
Gobierno; y cuyas providencias, si se hubieran llevado adelante, nos
podíamos hoy prometer grandísimos adelantamientos de cristiandad, y no
menores acrecentamientos de tributos, en servicio de ambas Majestades; par-
ticularmente si se hubiera fundamentado el Presidio que se erigió, o se hu-
biera erigido con total estabilidad y firmeza en el sitio de la punta o ensenada
de Tagusao; que es el que hoy se considera el más a propósito para la seguri-
dad de toda aquella Provincia y reducción de sus infieles habitadores a nues-
tra santa fe católica y debido vasallaje a su Majestad; y si se hubiera pro-
curado precisar a vivir en poblado a todos los naturales de la Paragua con
autoridad militar, y no de mucho costo, por ser dóciles y de buena inclinación
sus naturales; en tanta conformidad que hasta los de la isla de Balabac se
rindieron muy gustosos y con grandes demostraciones de afecto el dicho
(año) de setecientos y diez y nueve, al acto de posesión y empadronamiento
que por orden de este superior Gobierno ejecutó el Almirante Don Antonio
Pérez Gil, cuyo expediente para en este superior Gobierno. Y con la retirada
que hicieron de Labo los que plantaron la dicha nueva fuerza y Provincia, por
orden también de este superior Gobierno, quedaron aquellos naturales debajo
del yugo de los Joloes y Borneyes; quienes están hechos dueños de los
muchos intereses, así en los frutos abundantisimos de aquellos parajes, como
en los crecidos tributos que cobran de aquellos naturales. Y está toda la
Provincia de Calamianes tan tiranizada de los moros, que desde el mismo año
en que se retiró dicha fuerza, que fué
CAPÍTULO VENTISIETE. ARTÍCULO PRIMERO 287
el de mil setecientos y veinte, y se suspendieron las dichas providencias dadas
por dicho Sr. Mariscal difunto (que Dios guarde), hasta el presente, han sido
tan continuas y tan crecidas las invasiones de los moros y tantos los estragos
que han hecho en los pobres naturales tributantes de su Majestad, matando a
unos y cautivando a otros en tal exceso que en poco más de tres años han cau-
tivado a muchos cristianos e infieles tributantes de su Majestad; con lo cual
tienen amedrentada la cristiandad de dicha Provincia. De manera que no se
atreven a salir a buscar su vida por la mar, recelosos de los muchísimos y
graves daños de los moros, y de los muchos cristianos que les han cautivado,
sin que hasta ahora se haya solicitado su rescate; motivo de mucho sen-
timiento así para los cristianos como para los infieles tributantes de su Ma-
jestad. Que viendo éstos que no se les ampara y defiende como a vasallos de
su Majestad, tienen por menor perjuicio el pagar el tributo al moro por redi-
mir sus vejaciones; según que, quejosos y lastimados de esto, me represen-
taron y dieron a entender estando yo de Visita en dicha Provincia; mani-
festándome el mucho número de naturales que habían cautivado los moros
para venderlos por esclavos; sin haber tenido razón alguna ni de sus personas
ni de si acaso por miedo habrían renegado de nuestra santa fe católica. A
cuyos trabajos de dichos naturales se agregan los muchísimos que han
padecido sin cesar los Ministros evangélicos de mi Provincia desde el mismo
punto que se suspendieron las dichas providencias de dicho Sr. Mariscal di-
funto, con las continuas invasiones de las naciones bárbaras, que con todo
empeño han procurado y procuran hasta hoy perseguir aquella cristiandad y a
mis Religiosos, obligándolos a huir por los montes a unos con los vasos y
ornamentos sagrados, y a otros a vivir escondidos…"
"Por cuya causa, y lo indefensos que están en dicha Provincia los Min-
istros evangélicos, no pueden salir de las Cabeceras a administrar los Santos
Sacramentos a los cristianos del Partido sin manifiesto peligro de sus vidas,
como repetidas veces les ha demostrado la experiencia.
Todos estos daños tengo por cierto se evitarían, formando, como convi-
ene que se forme, en la punta o ensenada de Tagusao, o en el sitio que fuere
del mayor agrado de V. S. una Fuerza de piedra, y no de madera, y con los
techos de teja y no de nipa, con la Infantería de dotación que a V. S. pareciere
conveniente y bastante para resguardo de la cristiandad y costas de aquella
Provincia".
Continúa el P. Benito detallando el modo de construir tres fortalezas en
lugares
288 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
distintos, manifestando que lo hace para descargar su conciencia: pues su
Provincia está dispuesta a dar todos los Religiosos que sean necesarios para
reducir aquellas cristiandades; pero no quiere que su sacrificio sea comple-
tamente inútil para ambas Majestades; y propone todos los medios conducen-
tes al fin que se desea, para que nadie pueda inculparle de negligencia o te-
mor al sacrificio. Fecha tan santa y patriótica exposición en el Convento de
San Sebastián, extramuros de la Ciudad de Manila, a 8 de Mayo de 1733.
No era esta la primera vez que el solícito y benemérito P. Fr. Benito de
San Pablo daba la voz de alerta al Gobernador General, mirando por el bien
de sus Religiosos y por el progreso de aquella cristiandad: pues ya cuatro
años antes había presentado a Don Juan Antonio de la Torre el siguiente in-
forme:
"Muy Ilustre Señor. –Pongo en manos de V. S. el mapa de la Fuerza de
Santa Isabel de la Paragua, cuyo Presidio está situado en la cabeza septen-
trional de la Isla, en el pueblo de Taytay, Cabecera de la Provincia de Cala-
mianes, distante de esta ciudad (Manila) por el ángulo del sursudoeste, con
poca diferencia, más de ochenta leguas. Y siendo la extensión de la referida
isla hacia el dicho rumbo cerca de setenta, teniendo muy pocas de ancho, con
algunas ensenadas que hacen más dilatada su costa como dos tercias partes,
por lo que hace a la parte oriental, que es hasta el río Labo; y la mitad por la
occidental; los naturales sus habitadores reconocen vasallaje pagando tributo
a su Majestad Católica; y los demás de la parte austral de la mencionada isla
reconocen al rey de Borney, a quien pagan su tributo. Pero por lo interior no
tienen reconocimiento, viviendo en su gentilidad y en varios ríos y partes de
la expresada isla hay muchos negros; y de éstos algunos pagan tributo a su
Majestad. Y según lo que observó mi cortedad las veces que salí a visitar la
jurisdicción de esta isla, y por lo que he oído a algunos Religiosos e indios
principales de la tierra, se considera tener dicha isla más de cincuenta mil
almas entre indios y negros: y los que al presente pagan tributo y reconocen
vasallaje a su Majestad, entre cristianos e infieles, sólo son nuevecientos y
diez: que por parecerme digno de reparo lo pongo en la alta comprensión de
V. S.; dejando de especificar otras muchas islas que están cercanas a ésta, por
no ser del asunto a que se dirige mi informe.
Y volviendo, Señor, al principio de la obra, para que V. S. se halle ente-
rado del estado en que está al presente, y lo que se necesita para su breve
fenecimiento, me ha parecido expresar reverentemente a V. S. lo siguiente:
CAPÍTULO VENTISIETE. ARTÍCULO PRIMERO 289
Se necesita en dicho Presidio de cuatro artilleros inteligentes para el
manejo de la artillería, por no haber ninguno; y asimismo Condestable que
cuide de los pertrechos de guerra, y ponga en orden y forma lo que corre-
sponde a cada cañón, con lo demás que fuere de su incumbencia y ejercicio.
Y en caso que V. S. fuere servido crear esta plaza, podrá tener presente al
Alférez Don Miguel Téllez Girón, quien ha servido en el referido Presidio
ocho años de artillero, sargento y alférez de la Compañía española". —Luego
le aconseja que envíe vagabundos o Gastadores para reparar la Fuerza,
carpinteros, canteros pampangos, veinticinco soldados, buenas municiones y
buena ropa de abrigo para los soldados. Firma en Manila a 20 de diciembre
de 1729.— Fr. Benito de San Pablo"1.

1
Arch. Prov. Carp. 79, leg. 1.º núm. 1, D.
ARTÍCULO II
Un Capítulo Provincial
Sumario: Capítulo Provincial de Aragon. –Nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el año 1733.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Blas de la Concepción, L. J. y Calificador del
Santo Oficio.
Definidores: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
P. Fr. Agustín de Santa Mónica.
Prior de Zaragoza: P. Fr. Miguel de la Virgen del Pilar.
Subprior de íd.: P. Fr. José de San Francisco Javier.
Maestro de novicios: P. Fr. Alonso de San Pablo.
Sacristán: P. Fr. Juan de San Miguel.
Prior de Borja: P. Fr. José de San Pedro Arbués.
Prior de Zuera: P. Fr. Francisco de Ntra. Sra. de Loreto.
Prior de Barcelona: P. Fr. José de la Virgen del Pilar.
Prior de Guisona: P. Fr. Jaime de Santa Mónica.
Rector de Caudiel: P. Fr. Agustín de Santa María1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO XXVIII
ARTÍCULO I
Tres Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Prórroga del cuatrienio. –Elecciones. –
Capítulo Provincial de Filipinas. –Actas y nombramientos. –Capítulo Provincial de
Castilla. –Nombramientos.

En el Capítulo Intermedio celebrado en Bogotá el 3 de Mayo de 1734, se


determinó, entre otras cosas, lo siguiente:
"Asimismo, por parecer de N. P. Vicario General Fr. Miguel de San
Agustín, ordenamos, mandamos y disponemos que el cuatrienio presente se
prolongue cuatro meses; y que el Capítulo Provincial futuro se celebre el año
de 36 en el sábado infraoctava de la Natividad de Nuestra Señora por el mes
de Septiembre".
Se hicieron los nombramientos siguientes:
Rector de Bogotá: P. Víctor de San José.
Vicerrector de íd.: P. Ignacio de San José, Lector de filosofía.
Vicario Prior del Desierto: P. Vicente de Santo Tomás.
Maestro de Novicios: P. Juan de San José Rojas.
Vicario Prior del Hospicio del Topo: P. Pedro de San Paulino.
Procurador: P. Ildefonso de la Presentación.
Subprior de la Popa: P. Nicolás de la Concepción.
Subprior de Panamá: P. Francisco de San Agustín Lozano.
Secretario: P. Ildefonso de San Nicolas, L. J.1
Los nombramientos de este Capítulo son por renuncia de los anteriores.

1
Arch. Gral. Carp. F.
292 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas
que se celebró en el Convento de Manila en los días 14 al 17 de Mayo de
17341.
Fué presidido por el P. Lector Jubilado Fr. Juan de la Encarnación.
En la sesión del viernes "se leyeron de verbo ad verbum y se hicieron no-
torios a todos los de este presente Capítulo los Breves de N. Smo. P. Bene-
dicto XIII, su fecha en Roma en 24 de Septiembre de 1729, que comienza
Exponi nobis; el cual fué pedido y solicitado por esta santa Provincia de San
Nicolás de Filipinas, a fin de que se restablezca la paz y quietud entre los in-
dividuos de ella, mediante la Alternativa al Oficio y dignidad de Provincial: y
el Breve de N. Smo. Padre el Papa Urbano VIII, que comienz Commissi no-
bis, su fecha en Roma a 2 de Septiembre de 1622; concedido en orden a que
la Alternativa se extienda a los cuatro Oficios de Definidores y del Prior del
Convento Capital o principal de la Provincia. El cual Breve fué concedido
primeramente a nuestros PP. de la Observancia de la Provincia de Méjico; y
después se ha extendido a otras Provincias de la Nueva España y del Perú: y
fué admitido por el V. Definitorio de esta santa Provincia de San Nicolás de
Filipinas en el Capítulo Intermedio próximo pasado del año 1732, en orden a
los oficios que contiene. También se leyeron y se hicieron notorias a todo el
presente Capítulo las decisiones o Determinaciones del V. Definitorio Gen-
eral celebrado en el Convento de Madrid el 15 de Julio de 1730, con las veces
y voces del Capítulo General próximo pasado, que se celebró en el Colegio
del Santísimo Sacramento de la Villa de Almagro el día 27 de Mayo de 1730.
Y dichas Determinaciones o decisiones fueron remitidas a esta Provincia por
mano de N. P. Vicario General Fr. Miguel de San Agustín el año pasado de
treinta y uno. Y la segunda Determinación o decisión de dicho V. Definitorio
General es en orden a que dicha Alternativa se extienda también a los demás
Oficios subalternos. Y enterados todos los VV. PP. de este presente Capítulo
de dichos Breves y Determinaciones Generales, unánimes y conformes di-
jeron: Que veneraban, y admitían y obedecían dichos Breves de Benedicto
XIII y Urbano VIII, y la dicha Determinación de los Prelados superiores de
España:

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 81 y sigs.
CAPÍTULO VENTIOCHO. ARTÍCULO PRIMERO 293
y unánimes y conformes, nemine discrepante, determinaron que, para esta-
blecer del todo la paz en esta santa Provincia, se ponga en práctica el referido
Breve de N. Smo. P. Benedicto XIII, con todas las expresiones y condiciones
que en él se contienen y prescriben; y que asimismo, se practique también el
dicho Breve de N. Smo. P. Urbano VIII, con todo el rigor de Alternativa en
orden a los cinco Oficios de Definidores y Prior del Convento de Manila, y en
la misma conformidad y con las mismas condiciones que el Breve de N. Smo.
P. Benedicto XIII; aunque para el número de Religiosos que ha de obtener
cada una de las tres Provincias, para gozar de la Alternativa en dichos cinco
oficios, bastará que tenga a lo menos diez Religiosos de los que constituyan
número, y para el Oficio de Provincial deban ser doce precisamente. Y asi-
mismo determinaron en conformidad con dicha decisión General que la Al-
ternativa en orden a todos los demás Oficios subalternos se entienda y deba
entender, no con el rigor de Alternativa como en los seis expresados Oficios,
sino sólo en razón de justicia distributiva y en razón de promediación, en la
misma conformidad que lo ha admitido, entendido y explicado el V. Definito-
rio de esta santa Provincia en el dicho Capítulo Intermedio próxime pasado de
ella".
Luego se aprobaron cinco Actas, y después trece Determinaciones; y de
estas últimas, la 8.ª dice textualmente: "Item: Se determinó que la Determi-
nación del Capítulo proxime pasado, que habla sobre el Desapropio, no sólo
se anula, sino que se manda borrar en cualquiera parte que se hallare".
En la sesión del sábado, 15 de Mayo, el P. Presidente del Capítulo, des-
pués de cumplir los demás requisitos legales, mandó llamar a la Provincia de
Andalucía, a quien, en virtud de la Alternativa, correspondía la elección de
Provincial; pero no teniendo esta Provincia Religiosos de calidad y número
competente, se declaró que la elección de Provincial pertenecía a la Provincia
de Castilla, que era la que le seguía, y en este concepto se hicieron las elec-
ciones siguientes:
Provincial: P. Fr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubilado y
Calificador del Santo Oficio de la Inquisición.
Definidores: PP. Fr. Francisco de la Asunción, alias, Alcázar; Fr.
José del Angel Custodio; Fray Diego de Santa Inés;
y Fr. Pedro de Jesús, Predicadores.
294 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Aditos: PP. Fr. Jacinto de San José; Fr. Lorenzo de San José y
Fr. José de la Concepción.

Primeros Definidores Generales de Filipinas


1.ª Vida. P. Fr. Diego de San José, Lector Jubilado, Calificador del Santo
Oficio y ExProvincial de Filipinas.
2.ª Vida. P. Fr. Alonso de la Magdalena, Lector Jubilado y ExProvincial
de Castilla.
3,ª Vida. El P. Rector del Colegio de Alcalá.

Segundos Definidores Generales


1.ª Vida. P. Fr. Francisco de la Encarnación, Lector Jubilado, Procurador
y Comisario de Filipinas en los Reinos de España.
2.ª Vida. P. Fr. Agustín de Santa Mónica, alias, Muel, Lector Jubilado, de
la Provincia de Aragón.
3.ª Vida, El P. Prior del Convento de Calatayud.

Primeros Discretos Generales


1.ª Vida. P. Fr. Juan de Santiago, Lector Jubilado y ExProvincial de An-
dalucía.
2.ª Vida. P. Fr. Juan de la Encarnación, del Moral, Lector Jubilado, de la
Provincia de Andalucía.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.

Segundos Discretos Generales


1.ª Vida. P. Fr. Francisco de San Jerónimo, alias, Mena, Lector Jubilado,
de la Provincia de Castilla.
2.ª Vida. P. Fr. Andrés de la Madre de Dios, Lector Jubilado, de la
Provincia de Castilla.
3.ª Vida. El P. Predicador Fr. Miguel de San Agustín, alias, Verde. Y por
falta de los tres, el P. Prior que fuere del Convento de la Viciosa.
CAPÍTULO VENTIOCHO. ARTÍCULO PRIMERO 295
Prior de Manila: P. Fr. José de la Concepción.
De Bagumbayan: P. Fr. Pablo de San Agustín.
De Cebú: P. Fr. Benito de San Pablo.
De Cavite: P. Fr. Cristóbal de la Soledad.
De San Sebastián: P. Fr. Manuel de Santa Teresa.
De Masinloc: P. Fr. Alonso de San Gabriel.
De Bolinao: P. Fr. José de San Joaquín.
Prior de Mariveles: P. Fr. Jacinto de San José.
De Tandag: P. Fr. José de San Nicolás de Tolentino.
De Butuan: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
De Siargao: P. Fr. Lorenzo de San José.
De Cagayán: P. Fr. Hipólito de San Agustín.
De Romblón: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
De Calapán: P. Fr. Pedro de San Nicolás, Romangordo.
De Taytay: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva, alias,
Maga-llón.
De Painaben: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Cipriano de San Basilio.
De Bislig: P. Fr. Felipe de la Stma. Trinidad.
De Masbate: P. Fr. Miguel de San Marcial.
De Cuyo: P. Fr. Francisco de San Pedro.
De Culion: P. Fr. José de Jesús María, alias, el Montañés.
De Nauhan: P. Fr. Bartolomé de San José.
De Mangarin: P. Fr. José de Ntra. Sra. de los Angeles.
De Calavite: P. Fr. Felipe de la Virgen del Carmen.
Secretario Provincial: P. Fr. Roque de la Madre de Dios.
Procurador General de Provincia: P. Fr. Pedro de San Francisco,
alias, Híjar.
Subprior de Manila: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Sacristán de Manila: P. Fr. Salvador de Santa Rosa.
Presidente de Méjico: A elección del P. Provincial.
Cronista de Provincia: A elección del P. Provincial.
296 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina, el día 22 de Mayo de 1734.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Alonso de la Magdalena, L. J.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Pedro Pascual de San José.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Joaquín de la Concepción.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Gabriel de San José.
Prior de Madrid: R. P. Fr. Andrés de la Madre de Dios.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Francisco de la Asunción.
Maestro de novicios: R. P. Fr. Agustín de San Miguel.
Rector de Salamanca: R. P. Fr. Diego de Santa Rosalía, L. J.
Secretario: R. P. Fr. José de Santa Mónica1.
Habiendo fallecido el día 29 de Septiembre de 1734 el P. Vicario Gen-
eral, Fr. Miguel de San Agustín, entró a sucederle con la misma fecha el P.
Fr. Alonso de la Magdalena, y a éste le sucedió como Rector Provincial de
Castilla el P. Bernardino de San Antonio, L. J. y Calificador del S. O.2

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 101.
2
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 70.
ARTÍCULO II
El P. Diego de San José
Sumario: Su nacimiento. –Viste el santo hábito. –Cargos que obtuvo en la Orden. –
Fundador del Beaterio de San Sebastián. –Su muerte trágica.

Nació en la villa de Casatejada, provincia de Cáceres y obispado de de


Plasencia. No hemos podido averiguar la fecha de su nacimiento ni la de su
ingreso y profesión en nuestra Orden. Lo que parece indudable es que Dios le
había dotado de grandes talentos y que practicaba con tesón todas las virtudes
del estado Religioso.
Observantísimo y docto le llama el no menos docto y observante P. Cro-
nista Fr. Benito de San Pablo; y la verdad de la aplicación de estos dos ad-
jetivos se ve confirmada por el hecho de que, al salir de España para Filipinas
a principios de Agosto del año 1716, era ya Lector Jubilado; lo que prueba
que había estado al frente de las cátedras los años reglamentarios; y además
que, habiendo entre los 18 Religiosos que componían la Misión varios Padres
Lectores, entre ellos el P. José de la Soledad, que había sido enviado de Ma-
nila a Madrid para asuntos de aquella Provincia, el P. Diego de San José fué
nombrado Comisario y Presidente de dicha Misión.
Llegó a Manila el año 1718, y teniendo en cuenta los PP. Capitulares sus
sólidas virtudes y sus preclaras dotes de inteligencia y buen gobierno, en el
Capítulo Provincial del año 1719 fué elegido Prior de Manila. Pero queriendo
él consagrarse por completo al ministerio de la salvación de las almas en las
Misiones, consiguió ser destinado a Romblón para aprender el dialecto bisaya
el 11 de Agosto de 1720. Allí comenzó a desplegar su fervoroso celo
apostólico con gran satisfacción de su alma, cuando los Superiores, queriendo
aprovechar sus excelentes cualidades, le nombraron Prior de Cebú con fecha
2 de Marzo de 1722, y al mismo tiempo Visitador especial de Cavite.
Con tanto acierto desempeñó estos cargos, y tan grandes pruebas daba en
todo de su acrisolada virtud y de sus claras luces de inteligencia y sabiduría,
que en el Capítulo Provincial de 1722 fué elegido Provincial.
298 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Su paso por el Provincialato quedó marcado con la piedra blanca de la
paz y de los grandes aumentos espirituales y temporales de la Provincia.
En el Capítulo de 1725 fué nombrado Prior de San Sebastián; y, al salir a
hacer la Visita a los Ministerios el P. Provincial Fr. Juan de San Andrés,
quedó el P. Diego de Vicario Provincial desde el 12 de Enero de 1726. Mas
como dicho P. Provincial Fr. Juan de San Andrés y su Secretario el P. Fr.
Diego de San Gabriel, tuvieron la desgracia de morir ahogados a fines de
1726, al visitar las islas Bisayas, el P. Diego de San José entró de Rector Pro-
vincial hasta el Capitulo de 1728.
Siendo nuestro P. Diego Prior de San Sebastián, se fundó el Beaterio de
Agustinas Terciarias Recoletas de San Sebastián, y a él le cabe la gloria de
haber sido uno de los dos principales fundadores del mismo, con el P. Benito
de San Pablo, pues el P. Diego fué el que vistió el santo hábito a las dos
primeras Religiosas, llamadas Dionisia Talampas Constancia y Cecilia Rosa
Talampas Constancia, el día 16 de Julio de 1725; él les mandó hacer una
casa-convento, la primera en un solar que era huerta del Convento de San
Sebastián.
Es verdad que poco después, por razones muy poderosas, que exponemos
al hablar de la fundación del Beaterio, les quitó el hábito y deshizo la casa
que les había construido, sin que hubiera culpa alguna por parte de las dos
hermanas; pero también es cierto que, cuando pasó la tempestad, su benigni-
dad hacia ellas sobrepujó con mucho al desdén con que las había tratado; y
sin pérdida de tiempo mandó fabricar para ellas una casa mucho mejor que la
derribada en una parte de la huerta del Convento; la cercó de una fuerte tapia
de piedra y ladrillo, y las puso en condiciones de vivir como Religiosas; y
tomó esta obra con tanto empeño, que, a pesar de su dignidad, él mismo tra-
bajaba en ella con los demás obreros hasta que la vió terminada.
Desde que se instalaron en la nueva casa-convento no cesó de ayudarlas
y socorrerlas por todos los medios; y el día que volvieron a vestir el santo
hábito fué padrino de ellas; y de la plática que les dirigió el nuevo P. Prior,
tomó él tema para continuar con otra que enterneció a todos los circunstantes.
Fué tal el amor y cariño que el P. Diego les manifestó desde entonces,
que todo era procurarles su socorro espiritual y alivio y prosperidad temporal.
El 8 de Mayo de 1728 fué nombrado el P. Diego Presidente de nuestro
Hospicio de Méjico y Vicario Provincial en la Nueva España; y desde allí
socorría a las nuevas Terciarias, enviándoles libros y otras cosas útiles.
CAPÍTULO VENTIOCHO. ARTÍCULO SEGUNDO 299
En el Capítulo Provincial de 1734 fué nombrado primer Definidor para
asistir al Capítulo General de nuestra Congregación en nombre de la Provin-
cia de Filipinas: y cumpliendo el deber de la obediencia, se embarcó en
Méjico con rumbo a España; pero navegando por el Canal de Bajama, pereció
ahogado el año citado de 1734.
Dios habrá premiado el sacrificio que hizo de su vida en aras de la obedi-
encia1.

1
Arch. Prov., Trat. de cosas notables, fol. 8 y siguientes. –Catálego, pág. 187.
CAPÍTULO XXIX
ARTÍCULO I
Dos Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Determinación impor-
tante. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –Elecciones.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Convento
de Nuestra Señora de Loreto de la ciudad de Granada el día 30 de Abril de
1735.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Francisco de Santa Isabel, L. J. y Calificador de la
Suprema Inquisición.
Definidor: R. P. Fr. Pedro de San José, L. J.
Secretario: R. P. Fr. Francisco de San Ildefonso, L. J.
Prior de Santa Fe: R. P. Fr. Alonso de la Concepción, Predicador1.
A pesar de la Bula de Alternativa, Llamada Bipartita, como ésta no hace
mención de los Lectores, y los cargos más importantes se daban entonces a
los Lectores Jubilados, surgieron dudas y desaveniencias sobre este punto,
que era de importancoia, atendiendo a la letra y al espíritu de nuestras Consti-
tuciones, cap. X, § X, núm. 66. –Para restablecer la paz, el P. Provincial Fr.
Francisco de Santa Isabel, en las oposciones celebradas en Granada por sep-
tiembre de este año 1735, expuso que, de ocho Lectores creados desde el año
de la Alternativa,

1
Arch. Gral. Lib. Regist.
302 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
seis eran andaluces y sólo dos manchegos: por lo cual propuso que se guar-
dase la Alternativa en la promoción de Lectores lo mismo que en los demás
oficios: en lo cual convinieron todos los jueces"1.

Capítulo intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de San Juan de Bagumbayan
el día 31 de Octubre de 17352.
Prior de Cebú: P. Fr. Anselmo de San Agustín.
De Bolinao: P. Fr. José de Jesús María.
De Mariveles: P. Fr. Silvestre de la Purificación.
De Calapán: P. Fr. Felipe de la Virgen del Carmen.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Juan de San Antonio, Lillo.
De Culión: P. Fr. José de San Agustín.
De Calavite: P. Fr. Andrés de Jesús María.
Sacristán de Manila: P. Fr. Juan de la Virgen de los Dolores.

1
Lib. ant. Regist. fol. 227.
2
Arch. Pro. Lib. 2.º de Becerro, fol. 92.
ARTÍCULO II
Nuevas invasiones
Sumario: Asalto de los moros a Taytay. –Correrías por Calamianes. –Pasan a Mindoro.
–Trabajos de algunos Religiosos. –Muere el P. José de los Angeles.

Era muy natural que, viéndose los moros señores de cuanto pisaban, sin
que nadie les saliese al encuentro en nombre del Gobierno para castigar sus
abominaciones, no cesasen un momento en sus campañas de destrucción. Una
de éstas fué el día 3 de mayo de 1730, en que atacaron la Fuerza de Santa
Isabel de Taytay, Cabecera de Calamianes, con una escuadra compuesta de
unos tres mil hombres bien armados. Con la vana confianza del entonces Al-
calde mayor, Don Pedro Lucena, y lo repentino del asalto enemigo, no tu-
vieron los habitantes de Taytay más que el tiempo preciso para refugiarse en
la Fuerza; siendo esto causa de que, mientras una parte de los enemigos sos-
tenían el cerco de la Fuerza, los otros se dedicasen con toda tranquilidad, por
espacio de veintiún días que duró el sitio, al saqueo, incendio y destrucción
de todo el pueblo y a la profanación sacrílega de la iglesia; excepto los cálices
y el copón que pudieron llevarse en su huida los Religiosos.
A las tres semanas levantaron el sitio voluntariamente, y se fueron a dis-
frutar de su abundante botín. Descansaron de las fatigas del viaje y emprend-
ieron de nuevo sus correrías, atacando en los años 1731 y 1732 los pueblos de
Culión y de Linacapan y otros de la Paragua.
El año 1733 pasaron a destruir los pueblos de Malampaya, Dumaran y
otra vez Linacapan; donde el P. Fr. Domingo de San Agustín, natural de Al-
dehuela, junto a Teruel, apenas si tuvo tiempo para escapar desnudo al peñón,
donde estuvo cinco días en una cueva del mismo, metido en agua hasta la
cintura, y sin comer otra cosa que yerbas; de lo cual quedó tan extenuado que,
encontrado por los indios y llevado a Taytay, tardó mucho en volver en sí,
confortado por el caldo que a cucharadas y a viva fuerza le administraron los
buenos indios. Lo mismo sucedió al P. Fr. Juan de la Virgen de Moncayo,
natural de Añón, en Aragón; el cual tuvo que huir por los montes solitario;
304 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de cuyas fatigas y privaciones quedó tan enfermo que no pudo recuperar la
salud: a pesar de lo cual siguió trabajando con tanto celo por la salvación de
las almas que, oprimido por los trabajos, entregó su alma al Creador en Man-
garin, isla de Mindoro.
De Calamianes pasaron los moros a la isla de Mindoro, donde se apoder-
aron de los pueblos que quisieron; viéndose nuestros Religiosos obligados a
huir a los montes y a permanecer allí errantes y escondidos por mucho
tiempo; sufriendo indecibles penalidades: efecto de las cuales el P. Fr. José de
San Agustín, natural de Azaret, en Aragón, contrajo una gravísima enfer-
medad, para cuya curación fué trasladado a Manila, donde murió enseguida
con la alegría del justo.
La misma suerte que su compañero corrió el P. Prior de Mangarin Fr.
José de los Angeles, el cual también se refugió como aquél en los montes;
donde no pudiendo soportar el peso de tantas calamidades, murió de necesi-
dad.
El P. José de los Angeles nació en Belchite, provincia y arzobispado de
Zaragoza; vistió nuestro santo hábito y profesó en el Convento de Nuestra
Señora del Portillo, extramuros de Zaragoza. Pasó a Filipinas, embarcándose
en el puerto de Cádiz el día 15 de Julio de 1725; y llegó a Manila en Julio de
1726. El 11 de Agosto de este mismo año fué destinado a Zambales, aprendi-
endo el idioma en Masinloc. El 16 de Abril de 1727 fué trasladado a Peina-
ben, donde desplegó su gran celo por la salvación de las almas. En el Capítulo
Provincial de 1734 fué nombrado Prior de Mangarin; y al año siguiente, al
verse perseguido por los moros, sucumbió al rigor de tantos trabajos y nece-
sidades el día 7 de Octubre de 1735.
Tan fieros y continuos eran los asaltos de los moros, que el celoso P. An-
tonio de Santa Ana escribía al P. Provincial Fr. Andrés de San Fulgencio
desde Taytay, con fecha de 26 de Agosto de 1734: "V. R., como Padre de
ella, (la Provincia), nos mire con ojos de piedad; porque si no, no se puede
salir a administrar: pues dos años ha que no he salido a administrar los Santos
Sacramentos por causa de los moros: y muchísimos adultos que estaban cate-
quizándose en la Paragua, no sé cómo estarán"1.
Así se veían precisados a vivir nuestros abnegados hermanos Misioneros.

1
Arch. Prov. Lib. de noticias, fol. 69.
CAPÍTULO XXX
ARTÍCULO I
Los títulos honorarios en nuestra Orden
Sumario: Quejas contra los títulos honorarios. –El P. Vicario General suplica a
la Santa Sede que los prohíba. –Bula de Clemente XII prohibiéndolos.

En las cinco Provincias de nuestra Congregación se había introducido la


costumbre de suplicar al Capítulo General que concediese honores de Provin-
cial, de Lector Jubilado, etc., a Religiosos beneméritos que no lo habían sido
según ley. Pero con el tiempo se fueron introduciendo abusos merced al fa-
voritismo, presentando para esos honores a Religiosos que no los merecían, lo
cual fomentaba la envidia y la ambición. Para cortar de raíz esos males, N. P.
Vicario General recurrió a la Santa Sede suplicando que prohibiera en abso-
luto al Capítulo General conceder títulos honoríficos, y el Papa Clemente XII
los prohibió por la siguiente Bula:
"Clemens Papa XII.=Ad futuram rei memoriam.=Nuper pro parte di-
lecti filii Alfonsi a Magdalena, Fratris expresse professi ac Vicarii Generalis
Congregationis Hispaniae et Indiarum Ordinis Eremitarum Sancti Augustini
Discalceatorum nuncupatorum Congregationi Ven. Fratrum nostrorum S. R.
E. Cardinalium negotiis et consultationibus Episcoporum et Regularium pra-
epositae exposito, quod pluribus abhinc annis in eadem Congregatione abusus
conferendi nonnullis Religiosis Congregationis praefatae, qui munus Ministri
Provincialis miníme exercuerunt, gradus, honores, vocem, privilegia, et ex-
emptiones, quibus gaudere solebant illi, qui Provincialatus hujusmodi munere
functi fuerunt, cum nomine Provincialium honorariorum, irrepserat, totumque
id in detrimentum Regularis observantiae redundabat, ambitionis causam
praebebat, et in Religionis ruinam tendebat, inter Religiosos invidiam con-
citabat, nec non in multis disidiam fovebat, videns non esse
306 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
necessarios labores in Religione pro acquirendis illis honoribus et exemp-
tionibus, qui de jure solum illis inpertiebantur, idque aliarum dissensionum
causa fuerat.
Et in eadem expositione subiuncto quod Capitulum Generale dictae
Congregationis die 20 Maji proxime venturi celebrandum erat, ipse Aiphon-
sus praevidebat, quod juxta abusum praedictum in antecedentibus Capitulis
introductum forsan aliqui non deficiant, qui similes gradus, honores, et ex-
emptiones Ministrorum Provincialium, absque eo quod Ministri Provinciales
fuerint, postularent, ideoque pro parte ejusdem Alphonsi praefatae Congrega-
tioni Cardinalium supplicato, ut ad praecludendam januam ad tam perniciosas
postulationes, et ad providendum tot abusibus tam Vicario Generali, ac
Capitulis Provincialibus, et Generalibus similes gradus, et exemptiones con-
ferendi facultatem interdici plurimum cupiebat, et casu, quo illi deinceps con-
tra prohibitionem praefatam ejusmodi gradus conferre auderent, nula et irriti
haberentur, emanavit a praedicta Congregatione Cardinalium Decretum
tenoris, qui sequitur videlicet:= "Sacra Corigregatio Eminentissimorum et
Reverendissimorum S. R. E. Cardinalium negotiis et consultationibus Epis-
coporum et Regularium praeposita, attenta Relatione Procuratoris Generalis
super expositis, censuit rescribendum, prout praesentis Decreti vigore benigne
rescribit: Pro prohibitione in futurum Capitulo Generali concedendi gradus
honorarios. Romae die 16 Decembris 1735.=Card. Franciscus Barberinus C.
Archiepiscopus Chalcedonen. = Secr.= Loco + Sigilli".=
Cum autem sicut dictus Alphonsus Nobis subinde exponi fecit, ipse De-
cretum hujusmodi quo firmius subsistat Apostolicae Confirmationis nostrae
patrocinio communiri, summopere desideret, Nos specialem ipsi Alphonso
gratiam facere volentes, et a quibusvis excommunicationis, suspensionis, et
interdicti, aliisque Ecciesiasticis sententiis, censuris, et poenis a jure, vel ab
homine quavis occasione, vel causa latis, si quibus quomodolibet innodatus
existit, ad effectum praesentium dumtaxat consequendum, harum serie absol-
ventes, et absolutum fore censentes, supplicationibus ejus nomine Nobis su-
per hoc humiliter porrectis, inclinati, Decretum praeinsertum auctoritate
Apostolica tenore praesentium confirmamus, et approbamus, illique inviola-
bilis Apostolicae firmatatis robur adjicimus, salva tamen semper in praemissis
auctoritate memoratae Congregationis Cardinalium.
Decernentes easden praesentes litteras semper firmas, validas, et effi-
caces existere, et fore, suosque plenarios et integros effectus sortiri et obtin-
ere,
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO PRIMERO 307
ac illis ad quos spectat et pro tempore spectabit, in omnibus et per omnia
plenissime suffragari, et ab eis respective inviolabiliter observari, sicque in
praemissis per quoscumque Judices Ordinarios et delegatos, etiam Causarum
Palatii Apostolici Auditores, judicari et definiri debere, ac irritum et inane, si
secus super his a quoquam quavis auctoritate, scienter vel ignoranter, conti-
gerit attentari.
Non obstantibus Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis, ac Or-
dinis et Congregationis praefatorum, etiam juramento, confirmatione Apos-
tolica, vet quavis firmitate alia roboratis statutis et consuetudinibus, privile-
giis quoque, Indultis, et litteris Apostolicis in contrarium praemissorum quo-
modolibet concessis, confirmatis, et innovatis. Quibus omnibus et singulis,
illorum tenores praesentibus pro plene et sufficienter expressis, ac ad verbum
insertis habentes, illis alias in suo robore permansuris, ad praemissorum ef-
fectum, hac vice dumtaxat specialiter et expresse derogamus, caeterisque con-
trariis quibuscumque. Datum Romae apud Sanctam Mariam Majorem sub
annulo Piscatoris, die 9 Januarii 1736. Pontificatus nostri anno sexto. =Fr.
Card. Oliverius".=1
El Papa Clemente XII, por un Breve que empieza: Nuper pro parte, dado
en Roma a 3 de Marzo de 1737, séptimo de su Pontificado, aprobó y con-
firmó el Breve de Clemente XI, de fecha 13 de Febrero de 1704, que empieza
Nuper pro parte, en virtud del cual concede a los Religiosos que, por muerte
natural o civil del P. Prior Provincial elegido en Capítulo, entran a sustituirle
como Rectores Provinciales, en virtud de las Constituciones de la Orden y
extra Capitulum, todos los honores, privilegios y exenciones de que gozan los
Priores Provinciales nombrados por Capítulo. Al mismo tiempo aprobó y
confirmó el Decreto de la S. Congregación de Obispos y Regulares de 22 de
Febrero de 1737, que concedía a los Vicarios Generales, que fuera de
Capítulo entran a suceder, por virtud de las Constituciones a los Vicarios
Generales, elegidos en Capítulo, cuando éstos mueren o renuncian, o dejan de
serlo por cualquier causa, los mismos honores, privilegios y exenciones que a
éstos corresponden2.

1
Arch. Gral. Bula, núm. 64.
2
Ibid. Bula, núm. 65.
308 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El mismo Papa Clemente XII, por un Breve que empieza Nuper pro
parte, dado en Roma el día 2 de Marzo de 1739, año noveno de su Pontifi-
cado, aprobó y confirmó un Decreto de la S. Congregación de Obispos y
Regulares de 23 de Enero de 1739, que concede que, cuando falte alguno de
los Definidores Provinciales elegidos en Capitulo, sea sustituido por el Adito
correspondiente, permaneciendo éste hasta el próximo Capítulo Provincial
con los mismos derechos que el Definidor o Definidores sustituidos1.
El mismo Papa Clemente XII, por otro Breve que también empieza Nu-
per pro parte, dado en Roma también el día 2 de Marzo de 1739, aprobó y
confirmó un Decreto de la S. Congregación de Obispos y Regulares, también
de 23 de Enero de 1739, en que se declara y decreta que la elección de Rector
Provincial, en caso de muerte natural o civil del Prior Provincial, la debe
hacer el Vicario General con los Definidores Provinciales, en la forma de-
clarada por el Cardenal Sauli el año 16232.

1
Ibid. Bula, núm. 66.
2
Ibid. Bula, núm. 67.
ARTÍCULO II
Fundación de Babayan
Sumario: Labor del P. José de Jesús María. –Consigue el traslado del antiguo pueblo. –
El Gobierno concede su licencia. –Se hacen iglesia y casa nuevas. –Su primer
Misionero. –Frutos espirituales.

Este mismo año de 1736 se fundó el pueblo nuevo y Misión de Nuestra


Madre Santa Mónica de Babayan en la Provincia de Zambales. Para la admin-
istración de las Misiones de los montes de Zambales por la parte que mira a la
Provincia de la Pampanga había sido designado el P. Fr. José de Jesús María,
natural de Santander en las montañas, el cual trabajó con tanto celo que con-
siguió transformar aquella selva de fieras en un pueblo laborioso, pacífico y
cristiano1. Pero comprendiendo que los muchos que había convertido a nues-
tra santa fe estaban expuestos a grandes peligros, por la proximidad a los bár-
baros infieles de aquellos montes, les persuadió de que, para verse libres de
aquellos negros salvajes, era necesario trasladarse a la otra banda de los mon-
tes, y fundar un pueblo nuevo en el sitio llamado Babayan, que era una
hermosa llanura de buen clima y con muchas y buenas tierras para formar sus
sementeras, y próxima a nuestros antiguos pueblos de Zambales y al Presidio
de Peinaben, o Playa honda.
Convencidos los nuevos cristianos de las ventajas que les proponía el P.
José, se trasladaron a dicha sabana o llanura de Babayan en número de tresci-
entas sesenta personas de ambos sexos y de todos los estados, donde hicieron
sus casas y ayudaron al Padre a hacer una pequeña iglesia y casa de madera;
quedando un pueblecito bien formado.
Como no tenían todavía licencia del Gobierno para la fundación de esta
Misión, el P. José comenzó sus gestiones para obtenerla, y entonces dispus-
ieron

1
Arch. Prov. Lib. de nots., fol. 70 vto.
310 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
los Superiores trasladarlo a otra parte donde hacía mucha falta, encomen-
dando la administración de Babayan al P. Prior y Ministro de Iba, como
Anejo de éste, mientras se proveía de nuevo Misionero.
Los nuevos cristianos, desconsolados de verse sin P. Ministro, elevaron
repetidas instancias a N. P. Provincial, suplicándole que les enviase uno fijo;
y como constaba su perseverancia en la vida cristiana y social, pues todos los
días festivos iban a oír misa a la Fuerza de Peinaben y al pueblo de Iba, que
distan legua y media de Babayan, el P. Provincial Fr. Andrés de San Fulgen-
cio, consiguió del Gobierno la licencia necesaria para la fundación de dicho
pueblo y la asignación de Misionero con estipendio del Real Erario, en este
año de 1736; en cuya virtud se mejoró la casa-convento, se hizo una iglesia
decente de caña, madera y nipa, y quedó legalmente fundado el pueblo con un
padrón de las trescientas sesenta almas ya expresadas.
El primer Misionero fué el P. Fr. Diego de Jesús María, natural de Gua-
dalajara, el cual a los seis años de incesantes trabajos, sufridos en la conser-
vación de los cristianos y en la conversión de muchos infieles de los montes
cercanos, murió con la muerte de los santos entre las lágrimas de todos los
moradores de Babayan.
Dios bendijo la labor evangélica de los Religiosos de esta Misión; pues a
los catorce años de fundada con 360 cristianos, éstos habían llegado al
número de 1.536, incluyendo algunos todavía catecúmenos.
ARTÍCULO III
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General. –
Elecciones y Actas. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –Acta y Nombramien-
tos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el año 1736.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Blas de la Cruz, Predicador.
Definidores: R. P. Fr. Alonso de San Pablo.
R. P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Zaragoza: R. P. Fr. Juan de la Virgen del Rosario.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Sebastián de San José.
Prior de Barcelona: R. P. Fr. Pedro de San Nicolás, Laborda, Predicador.
Prior de Zuera: R. P. Fr. Francisco de Ntra. Sra. de Loreto.
Prior de Borja: R. P. Fr. José de San Pedro Arbués.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Juan de la Virgen del Niño Perdido.
Rector de Caudiel: R. P. Fr. Agustín de Santa Mónica.
Secretario: R. P. Fr. Isidoro de San Miguel.
El P. José de San Pedro Arbués renunció el Priorato de Borja, y en el
Capítulo Intermedio fué nombrado Prior de Benabarre, y para Borja fué nom-
brado el P. José de San Bernardo, L. J.1

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
312 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo General
que se celebró en Alcalá de Henares el día 12 de Mayo de 17361
Habiendo fallecido el P. Vicario General Fr. Miguel de San Agustín,
había entrado a sucederle en el gobierno de la Congregación, desde el año
1734 hasta el de 1736, el P. Fr. Alonso de la Magdalena.

Elecciones
Vicario General: R. P. Fr. José de la Virgen del Pilar, L. J.

Definidores
Por Castilla: R. P. Fr. Andrés de la Madre de Dios, L. J.
Por Candelaria: R. P. Fr. José de San Agustín, L. J. y Calificador del
Sto. Oficio.
Por Filipinas: R. P. Fr. Francisco de San Jerónimo, L. J.
Por Andalucía: R. P. Fr. Juan de San Cayetano, L. J.
Procurador en la Curia Regia: R. P. Fr. Miguel de Santa María,
Predicador.
Secretario: R. P. Fr. José de Santa Ana.
Cronista General: R. P. Fr. Bartolomé de la Virgen del Niño Perdido, L.
J. y exProvincíal.
En el Acta 4.ª que este Capítulo dió para Filipinas, determinó que no se
puedan dar allí más que tres hábitos en cada trienio a individuos nacidos en
España, por votos secretos del Definitorio, y dando cuenta al Vicario General:
pues tan mal resultado daban los admitidos, que en Capítulos siguientes se
prohibió dar allí hábito alguno sin licencia escrita del Vicario General.
En el Acta se prohíbe dar el hábito a los Donados hasta después de seis
años de servicios, y bien probados2.

1
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 75.
2
Arch. Prov. Colec. Actas, fol. 12.
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO TERCERO 313
Capítulo Provincial de la Candelaria
En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el día 14 de Septiembre de
1736, se confirmó el Acta que dispone cantar la Salve todos los días de
Cuaresma.
Se hicieron los nombramientos siguientes1:
Provincial: R. P. Fr. Ildefonso de San Nicolás, por 13 votos.
Definidores: R. P. Fr. Clemente de San José.
R. P. Fr. Clemente del Salvador.
R. P. Fr. Lucas de San Miguel; y
R. P. Fr. Víctor de San José.
Aditos: R. P. Fr. Ignacio de San José, Lector.
R. P. Fr. Pedro de San Paulino; y
R. P. Fr. Juan de San Agustín Rojas.
Rector de Bogotá: R. P. Fr. Francisco de Jesús.
Vícerrector de íd.: R. P. Fr. Mateo de San José.
Prior del Desierto: R. P. Fr. Vicente de Santo Tomás.
Subprior de íd.: R. P. Fr. José del Espíritu Santo.
Prior de la Popa: R. P. Fr. José de la Ascensión.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Santiago de Jesús.
Maestro de novicios de la Popa: R. P. Fr. Juan de la Madre de
Dios.
Prior de Panamá: R. P. Fr. Nicolás de San Agustín, Lector.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Francisco de San Agustín Lozano.
Prior de Tunja: R. P. Fr. José de la Stma. Trinidad.
Prior de Honda: R. P. Fr. Clemente de San Pablo.
Secretario: R. P. Fr. Ignacio de San José, Lector.
Maestro de Novicios: R. P. Fr. Pedro de San Paulino.
Procurador: R. P. Fr. Juan de San Agustín, Rojas.
Se determinó que el próximo Capítulo se celebre en Bogotá: el 15 de
Septiembre; el Intermedio a los dos años, como siempre.

1
Arch. Gral. Carp. F.
ARTÍCULO IV
Los PP. Recoletos en Calamianes
Sumario: Celo de nuestros Misioneros. –Negligencia del Gobierno. –Informe al Rey del
Procurador de la Provincia sobre las penalidades de los Religiosos y los indios.

Animados del mayor celo por la gloria de Dios y la salvación de las al-
mas, se encargaban nuestros PP. Recoletos de los Ministerios que no querían
tomar otras Ordenes Religiosas en Filipinas; y cuando éstas no los tomaban,
no es necesario decir que era porque tenían otros mejores.
Nada importaba a los nuestros hacerse cargo de Ministerios los más dis-
tantes y abandonados, y muchas veces desconocidos del Gobernador General
y demás autoridades superiores del archipiélago; porque con su celosa ac-
tiviad lograban convertir los intrincados bosques de la infidelidad en amenos
jardines donde brotaban las hermosas flores y los sazonados frutos de vir-
tudes cristianas.
Pero lo que llenaba su alma de amargura era ver que, a pesar de las reite-
radas órdenes de los monarcas españoles de que las autoridades ayudasen a
los Misioneros a conservar sus cristiandades, las abandonaban por completo,
dando lugar a que se frustrase la labor misionera con gran pérdida de vasallos
del Rey de España.
En este caso se encontraban los Recoletos en Calamianes, por lo que se
vieron obligados a elevar al Rey la siguiente exposición, en la que se retrataba
la aflictiva situación de aquella Provincia, que reclama inmediato remedio;
dice así:
SEÑOR:
"Fr Francisco de la Encarnación, Lector Jubilado, Calificador del Santo
Oficio, Provincial absoluto, Comisario y Procurador General en esta Corte
por la Provincia de San Nicolás, de Agustinos Descalzos de las Islas
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO CUARTO 315
Filipinas, puesto a los Reales pies de V. Majestad con el respeto que debe,
dice1: Que entre otros encargos que dicha su Provincia puso a su cuidado, fué
el que procurara informar a V. Majestad, muy por extenso, del lamentable
estado que ha tenido y tiene la Christiandad de su cargo, como más inmediata
a los Borneyes, Joloes, Mindanaos, Tidores, Macazares, y otras Naciones
Bárbaras, que con todo empeño procuran siempre perseguir a los Christianos
y Ministros Evangélicos, particularmente en los pueblos más inmediatos a sus
tierras, como lo son los que administra su Provincia, y se hallan sin defensa,
que baste a impedirles el paso, siempre que se les antoja, a los pueblos de
Cristianos, a hacer en ellos gravísimas hostilidades; y aunque en casi todos
los Partidos de su Provincia, por indefensos, se han experimentado algunos
perjuicios en lo espiritual y temporal, son y deben ser más para llorados los
continuos estragos que han hecho los Moros en la Provincia de Calamianes
desde el año de 1719, en que se restableció el Presidio de Zamboanga, en
quien hasta aquí ha sido preciso poner siempre toda la aplicación y cuidado
de socorros, fuerzas, y Armadas, y lo será, si se continúa, como si los de las
demás Provincias, por Christianos antiguos y fieles Vasallos de V. Majestad
no fuesen acreedores de mejor derecho a su conservación, amparo y defensa
contra los Enemigos de nuestra Santa Fe Cathólica.
Para dar cumplimiento, Señor, a lo que su Provincia le ordena en la In-
strucción que presentó a V. Majestad por Noviembre del año próximo pasado
de 1735, y para obedecer a lo que nuevamente se le manda por su Prelado
Superior, en cartas que ha recibido, que expresan nuevas hostilidades, sucedi-
das por Junio y Julio del año passado de 1734 en dicha Provincia de Calami-
anes y en la de Mindoro, próxima a la Capital de Manila, se ve precisado a
poner en la Real y Cathólica consideración de V. Majestad, con alguna indi-
viduación, lo que ha padecido y padece la Christiandad del cargo de su
Provincia, y sus Religiosos, desde que se restableció dicho Presidio; sin que
sea visto querer el Suplicante oponerse directamente a las acertadas providen-
cias dadas por el católico celo de V. Majestad sobre dicho Presidio de Zam-
boanga; sí sólo expressar en conciencia los trágicos efectos que de todos mo-
dos se han originado con su restablecimiento en los Pueblos

1
Arch. Prov. Carp. 56, leg. 1.º, núm. 1.
316 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y Partidos de Christianos, que V. Majestad tiene encargado a su Provincia,
para su espiritual administración, alivio y consuelo, y solicitar de la Real be-
nignidad de V. Majestad el remedio, que su Real y Cathólico zelo tuviesse
por más conveniente.
En cuya consequencia, hace presente a V. Majestad que, por Junio del
año de 1720, estando ya restablecido el dicho Presidio de Zamboanga, en-
traron los Joloes, Borneyes, Tidores, Camocones y Mazacares, y algunos
Mindanaos por la Provincia de Calamianes, y desembarcando en el Pueblo de
Linacapán mucha gente armada, acometieron furiosos al Convento e Iglesia,
y ante todas cosas mataron con cruel inhumanidad al P Fr. Manuel de Jesús
María, natural de Lupiana, en la Alcarria, y vivo y muerto executaron con él
las mayores atrocidades que se han visto, cortándole las narices, orejas, ma-
nos y pies, y poniendo pendiente el cadáver con una soga en lo más alto del
Pórtico de la Iglesia, demostrábanle el Breviario abierto, y por grande mofa y
escarnio, con mucha risa y algazara, le decían todos: Que rezasse en él, para
ver si con esta diligencia resucitaba, y se escapaba de sus manos; el otro Re-
ligioso que estaba en su compañía, se escapó milagrosamente, y se fué
huyendo a pie, a ocultarse en una Gruta, en lo más empinado y escondido de
un Monte; y habiendo robado quanto había en el Convento, entraron en la
Iglesia, executando tales ultrajes con las Reliquias e Imágenes Sagradas, que
ni el oírlo cabe en la piedad Christiana, pues a unas cortaban las cabezas y
narices, a otras las arrojaban al fuego; y a una devotíssima Imagen de Christo
Señor nuestro Crucificado, y otra de su Santíssima Madre María Santíssima
de la Concepción, con lanzas, espadas y machetes las hicieron pedazos muy
menudos, y entrando en la Sacristía, robaron todos los Ornamentos y Vasos
Sagrados y quanto en ella había; y para mayor irrisión de nuestra Santa Fe
Cathólica, fingían hacer zapatos de las hojas de los Missales y Santos Evan-
gelios; y para pañuelos y corbatas aplicaban los Sagrados Purificadores y
Corporales; las Casullas, Capas y Frontales, para gualdrapas de los caballos y
vestidos para ellos mismos; de las Albas y Manteles de los Altares hacían
calzoncillos y camisas; y bebiendo en los Sagrados Cálices, se servían de
ellos, y del Copón para cajuelas de buyo y de tabaco; de que hay testigos de
vista en su Provincia, que en caso necesario lo pudieran declarar con jura-
mento, como que assí se representó al Gobernador y Capitán General de di-
chas Islas por parte de su Religión; y aprovechándose dichos Mahometanos
de todo quanto había en
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO CUARTO 317
el Convento e Iglesia, les pegaron fuego, y redujeron a ceniza; ejecutando lo
mismo con las casas del Pueblo, y llevándose cautivos quantos indios Chris-
tianos encontraron y pudieron haber a las manos; los vendieron después por
esclavos en Batavia; de los quales, ni de otros muchos, que en las otras hos-
tilidades, que expressará el Suplicante, executadas hasta el año 1734 inclu-
sive, han cautivado dichos Moros (y serán en número más de 1.500 personas),
no se ha sabido cosa alguna, ni se ha tratado jamás de su rescate; cuya omis-
sión debe ser muy para llorada con lágrimas de sangre, pues perseverando
cautivos, y vendidos por esclavos, como lo están, ni las mujeres saben de sus
maridos, ni éstos de sus mujeres, ni los padres saben de los hijos, ni los hijos
de sus padres; y unos y otros padecen extremas necessidades, y muchos per-
juicios en sus almas, además del evidente peligro que corre, de que dichos
cautivos hayan renegado ya, o renieguen de nuestra Santa Fe, considerándose
tanto tiempo ha esclavituados, y sin esperanza alguna de libertad, y siendo,
como son, gente muy pusilánime e inconstante: y dejando aniquilado dicho
Pueblo de Linacapán, se fueron los dichos Moros a sus tierras muy ufanos y
contentos, y llevándose consigo las manos consagradas del Religioso, a quien
habían dado muerte tan inhumana, las clavaron en señal de triunfo a la puerta
del Tyrano principal en la Isla de Balabac.
De estas atrocidades no se ha tomado satisfacción alguna; pues aunque
se despachó una Armada de Manila, a cargo del General Don Antonio de
Roxas, no llegó a Calamianes, y menos a las tierras de dichos Mahometanos,
sino que se volvió a Manila, alegando no había podido pasar de Mindoro por
los malos tiempos; y el Religioso quedó muerto, lo Sagrado totalmente ultra-
jado, quemada la Iglesia y Convento, arruinado el Pueblo, robado quanto
había, y cautivos tantos Christianos, Vasallos de V. Mag.; y los Mahometanos
ricos y acomodados con tan abundante saqueo, y haciendo irrisión de nuestra
Santa Fe y de nuestras Cathólicas Armas".
Sigue luego enumerando las invasiones de los moros y los daños pro-
ducidos por ellos en Agutaya, Cuyo, Manaol y Catel; de los cuales hablamos
en su lugar correspondiente: y después de lamentarse de que no se haya
puesto remedio alguno a tantos desmanes, continúa:
"Además de esto, han sido continuas las correrías e invasiones de los
Borneyes, Joloes, Camocones y otros Mahometanos, por la dicha Provincia
de Calamianes, pues apenas ha habido año, que no hayan cautivado, robado y
perseguido a los Christianos de ella, como la más inmediata a sus tierras, y
318 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
tan abierta, que en Dominios de V. Mag. entran libremente a cobrar el tributo,
teniendo en ellos una Factoría en el parage que se llama Hypolote, no distante
de la Cabecera de Taytay, residencia de los Alcaldes Mayores de dicha
Provincia: motivo porque no tienen seguridad en ella ni los Naturales ni los
Religiosos Doctrineros; por cuya causa los Ministros del Partido de Li-
nacapán, desde la invasión padecida el año 1720 hasta el de 1730, se han
visto precisados a vivir escondidos, con algunas de sus ovejas, en una Cav-
erna de un Monte muy encumbrado, a donde era menester subir perpendicu-
larmente por una escalera de bejuco, especie de mimbres o cañas delgadas,
padeciendo extremas necesidades, pues era preciso traer de fuera, por no
haberlo en aquel parage, el preciso sustento para vivir, y aun el agua, subi-
endo y baxando para esto con grave pena, trabajo y riesgo.
Pero aún es mucho más para admirar la ossadía de dichos Mahometa-
nos, a vista de lo sucedido por Mayo de 1730: pues no habiéndose atrevido,
desde que se conquistaron dichas Islas Philipinas, a invadir el Pueblo y Cabe-
cera de Taytay, por el respeto solo y temor a una Fuerza, que hasta el año de
1728 ó 729 había erigida en él de materia combustible, atreviéronse dicho año
a assaltarle, sin temor ni respeto a la Fuerza, nuevamente acabada de hacer de
cantería, ni a la Guarnición de Españoles y Pampangos, de que se compone su
dotación, y la tuvieron cercada quatro días, combatiéndola con fiereza; y aun-
que no la pudieron rendir por más diligencias que hicieron, executaron sí en
dicho Pueblo de Taytay gravíssimas hostilidades, tyranías y sacrilegios, pues
robaron quanto había en las casas, quemáronlas en la mayor parte, cautivaron
más de 500 personas, apressaron seis u ocho embarcaciones, y entre ellas un
Champán grande de Don Juan de Sayas, que había conducido al Alcalde
Mayor y su familia; y adonde más explicaron su furor y saña fué en la Iglesia
y Convento de su Religión, robando todo quanto había, excepto los Sagrados
Cálizes y Copón, que pudo salvar debaxo del brazo el Religioso, que para
consuelo de la Infantería y demás gente, se retiró a la Fuerza, huyendo los
otros dos Religiosos a pie por aquellos montes, por no haber tenido lugar para
meterse en la Fuerza con los demás; y unos y otros padecieron muchas neces-
sidades, y haciendo dichos Mahometanos con las Vestiduras Sagradas profa-
namientos iguales a los executados en Linacapán, ultrajaron también las
Imágenes de los Santos, pues sacándolas de sus nichos y arrastrándolas por el
suelo, les decían mil blasfemais, y entre ellas: Que si tanto podían, cómo no
guardaban su Casa? Y poniendo las Imágenes de la Señora Santa Mónica,
titular
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO CUARTO 319
de aquella Iglesia, del Gran Padre San Agustín y del Señor San Nicolás de
Tolentino, por parapeto en el lugar desde donde combatían dicha Fuerza, dis-
paraban por encima de ellas; y a otras dos Imágenes primorosas de María
Santíssima del Rosario y de la Puríssima Concepción les cortaron las orejas,
narices y brazos, y con los alfanges abrieron por medio sus Sagrados Rostros
y Cabezas, según que el mismo Suplicante, como Procurador General que era
de su Provincia, las demonstró al Gobernador, y Capitán General de dichas
Islas, a los Oidores, Alcaldes y Regidores, y demás gente principal de Manila,
haciéndolas llevar en un día de gran concurso al Palacio de dicho
Gobernador, a tiempo que estaba en él lo principal de la República, con el fin
de solicitar la satisfacción condigna a tan sacrílegas atrocidades, que hasta
ahora no se ha podido conseguir; y cargando dichos Moros catorce Embarca-
ciones de lo robado, pegaron fuego por última maldad a las casas y al Con-
vento e Iglesia de piedra, que a costa de largo tiempo de trabajo y muchos
pesos, se había acabado de fabricar poco tiempo había con toda perfección.
Por Enero del año 1733 vino otra Armada de Moros al Pueblo de Ca-
latán, en la misma Provincia de Calamianes, y Partido que llaman de la Para-
gua; quemaron la Iglesia y el Convento y mucha parte del Pueblo; cautivaron
algunos, y robaron quanto había, hasta los Vasos y Ornamentos Sagrados;
pues el Padre Fr. Antonio de Santa Ana, Doctrinero de él, no tuvo más lugar
que para poder huir al monte a pie y desnudo como estaba en la cama, en
donde le cogió la noticia poco antes de amanecer.
Después de haber salido el Suplicante de Manila para esta Corte, ha
habido otras hostilidades de bastante consideración; pues por Junio del año de
1734 se apoderaron los Joloes, Borneyes y otros Mahometanos, de toda la
referida Provincia de Calamianes, quemaron los Conventos e Iglesias de los
Pueblos de Linacapán y Dumarán, haciendo lo mismo con sus casas, las
saquearon; cautivaron 47 personas, e hirieron a otros, dexando dicha Provin-
cia de Calamianes aniquilada, y escondidos sus Religiosos en las cuevas de
los montes, manteniéndose por espacio de cinco días con yerbas y raíces sil-
vestres.
Por Julio del mismo año de 1734 tuvieron ossadía dichos Moros de pas-
sar con sus Embarcaciones a hostilizar a los Christianos de la Provincia de
Mindoro; y en el partido más inmediato a la Isla de Manila, como es el de
Calavite, distante sólo tres o quatro leguas de travesía por mar, quemaron dos
Pueblos, llamado el uno Santa Cruz, y el otro Dongón, Doctrinas anexas a la
dicha Cabezera de Calavite; saqueáronlos, y matando algunos Indios, cautiva-
ron
320 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a otros; y los Religiosos Doctrineros se huyeron a pie por los montes car-
gados con los Vasos Sagrados, para que no los profanassen, y se mantuvieron
algunos días ocultos con muchas necesidades y trabajos. Constan estas últi-
mas hostilidades de una carta, que original presenta a V. Mag. el Suplicante,
escrita a él mismo por el Muy Reverendo y devoto Padre. Fr. Andrés de San
Fulgencio, Lector Jubilado, Calificador del Santo Oficio, Examinador Syn-
odal del Arzobispado de Manila, Provincial actual de dicha su Provincia de
San Nicolás, y Chronista de ella; a que acompañan Testimonio de otras dos
cartas escritas a su Prelado Superior por el Padre Fr. Juan de la Virgen de
Moncayo, Doctrinero de Calamianes, dándole parte de los trabajos en que se
hallaba aquella Christiandad, y copia de los capítulos de otras, que le han
escrito al Suplicante dicho muy Reverendo y devoto Padre Provincial, Fr.
Andrés de San Fulgencio y muy Reverendo Padre Fr. Benito de San Pablo,
Calificador del Santo Oficio, y Provincial absoluto, el Reverendo Padre Fr.
Joseph de la Concepción, Predicador y Prior actual de su Convento de San
Nicolás de la Ciudad de Manila, y el Reverendo Padre Fr. Miguel de Santo
Thomás de Villanueva, Predicador, y Subprior actual de dicho Convento; y
por lo que mira a las demás hostilidades, de que lleva hecha expressión, sobre
haber sido públicas y notorias en dichas Islas, constan unas en común, y las
más principales en particular, de los mismos informes que con Autos se han
hecho a V. Mag. por el Mariscal de Campo Don Fernando Valdés Tamón,
Caballero del hábito de Santiago, Gobernador y Capitán General de dichas
Islas, Real Audiencia de Manila, Obispo de la Ciudad del Santíssimo Nombre
de Jesús, el Doctor Don Manuel de Ozio y Ocampo, a cuyo Obispado per-
tenece dicha Provincia de Calamianes, Cabildos Eclesiástico y Secular, y por
el Comissario del Apostólico y Real Tribunal de la Cruzada: todos los cuales
informes y Autos presentó el Suplicante a V. Mag. por Noviembre del año
próximo passado de 1735, con el Memorial correspondiente para la súplica de
la Missión; y en ellos se expressa haber sido todas las dichas invasiones des-
pués del restablecimiento último de Zamboanga; y a mayor abundamiento,
ofrece a V. M. información pleníssima de todo lo expressado, con testigos de
mayor excepción, que hoy se hallan en esta Corte, y han venido de Manila, y
con noticias ciertas de las mencionadas hostilidades y demás.
Otras invasiones ha executado el Mahometismo en otros Partidos del
cargo de otras Sagradas Religiones; como son el Pueblo de Antique, adminis-
tración de los Reverendos Padres Agustinos Calzados, pues los robaron por
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO CUARTO 321
los años de 1723 o 724, haciendo lo mismo con la Iglesia y el Convento, y
profanando lo Sagrado, le pegaron fuego, quemando también la Fuerza; cau-
tivaron muchos Christianos, y todos los que vivían en una Doctrina anexa a
dicho Pueblo de Antique, llamado Caguayan. Lo mismo hicieron, y casi por
el mismo tiempo, en la Isla que llaman de Negros, que administra la Sagrada
Compañía de Jesús, en un Pueblo, especialmente llamado Iloan, en donde
apressaron dichos Mahometanos varias Embarcaciones, e hicieron muchas
crueldades con los Christianos que iban en ellas, y más particularmente de los
que iban en un Champán de Don Manuel Ochoa, General que era entonces de
Zebú, pues mataron a todos los que iban en él, excepto uno o dos, que dex-
aron vivos, para conducirles la Embarcación; y al Arráez o Patrón de dicho
Champán, que era Español, lo desollaron vivo; y viendo que después de
desollado no había muerto todavía, le fueron despedazando sus carnes poco a
poco, y martyrizándole con bárbara inhumanidad, hasta que dió el último
aliento.
Estos son, Señor, los efectos tan lamentables, experimentados en los
fieles Vasallos de V. Mag. y en sus Reales Dominios, después del restableci-
miento del Presidio de Zamboanga, más para llorados que para referidos; y
muy bien previstos por el Maestre de Campo Don Thomás de Endaya, que
con el mayor número de votos, los más experimentados que había en Manila,
y era su número de diez, repugnó con todo esfuerzo y justificación se resta-
bleciesse dicho Presidio el año de 1713, sin embargo de la Real Cédula de V.
Mag. del de 1712; cuya contradicción tan justificada hízose también por los
mismos y por la mayor parte de votos el año 1719, en que se restableció con
dictamen y parecer sólo de siete Individuos, los menos prácticos en assumpto
de tanta entidad, y tan crecidos gastos a la Real Hacienda de V. Mag.: y las
razones que movían para tan justificada contradicción, sobre estar constantes
instrumentalmente, eran tan claras como la luz. Fundábase una de ellas en
decir que estando, como ya estaba, libre de especiales hostilidades del Ma-
hometismo la Christiandad de Philipinas habría más de quarenta años, pues
las que había habido en tiempos passados no se habían originado de que hu-
biesse o no Presidio de Zamboanga, sino de la unión y liga, que para mal
hacían algunos Indios (como Christianos nuevos y poco radicados en la Fé),
con los mismos Moros, no era dudable que de restablecerse dicho Presidio,
como se intentaba, se daba motivo para el quebranto de la quietud que se go-
zaba entonces con los dichos Mahometanos, como ha sucedido; de manera
que es pública voz y fama en Manila, de que con dicho restablecimiento se ha
dispertado al dormido, en
322 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
gravíssimos perjuicios espirituales y temporales de aquella Christiandad, y
menoscabos crecidísimos de la Real Hacienda de V. Mag., assí con los
muchos tributos que han faltado de tantos cautivos y muertos por los Ma-
hometanos, como demás de 14 mil tributos, que a poco gasto, y con mucha
facilidad, se pudieran ya haber agregado a V. Mg., como expressan los In-
formes ya citados, en los Partidos solo de su Provincia, ganando al mismo
tiempo sus almas para Dios, y lográndose la mayor exaltación de nuestra
Santa Fe Cathólica, que tanto tiene V. Mag. encargado en aquellas partes por
sus Cathólicas y Reales Leyes, y repetidas órdenes; como que la conservación
de aquellas Islas, tan a costa del Real Erario de V. Mag., tiene por principal
fin el adelantamiento de la Christiandad en ellas, y la mayor propagación de
la luz del Evangelio, cuyos daños ya seguidos, jamás se podrán resarcir con la
conservación de Zamboanga, pues en él y en todo su distrito son sus habita-
dores todos Mahometanos o descendientes de ellos, que assí lo tienen infor-
mado al Gobernador de dichas Islas, don Gregorio Padilla y Escalante, a
quien se le encornendó su restablecimiento, y el Sargento Mayor don
Sebastián de Amorena, como Gobernador que fué de dicho Presidio: añadi-
endo éste en su Informe la impossibilidad que hay para que persistan con-
stantes en la Fe los que allí se redujeren, y el peligro próximo de que fácil-
mente apostaten; como ya se ha experimentado con algunos del referido Pre-
sidio y su distrito, en especial con el renegado Cabag, que se menciona en el
Informe de dicho Sargento Mayor, y con un Maestre de Campo de Zam-
boanga, que sobre haber renegado, juntóse en estos años passados con los
Moros, e iba por varios parages de dichas Islas robando Pueblos, y cautivando
Christianos; y queriendo executar lo mismo en el Pueblo de Bantón, que ad-
ministra la Provincia del Suplicante, le dieron muerte sus Naturales.
Y si los de Zamboanga y sus contornos son Moros, o descendientes de
Mahometanos, que para su reducción a nuestra Santa Fe suelen ser peores que
Indios, ¿qué adelantamiento de la Christiandad se puede prometer? ¿Qué
acrecientamiento de la Real Hacienda de V. Mag.? Y caso negado de que se
lograssen algunas reducciones, nunca podrán llegar, ni con mucho, a los ya
cautivados, y muertos de 15 a 16 años a esta parte; y como en la Real Cédula
de V. Mag. del año de 1712 se suponían informes de mucha propagación de
nuestra Santa Fe con el restablecimiento de dicho Presidio (que nunca podía
prometerse ni esperarse) repugnaban, y con razón, el
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO CUARTO 323
citado año de 1713, y aun el de 1719, su execución, hasta que informando a
V. Mag. muy por extenso los inconvenientes gravíssimos que se podían
originar, y la ninguna utilidad, deliberasse lo más conveniente al servicio de
ambas Magestades.
Por lo que:=Suplica a V. Mag. se sirva compadecerse de tan crecido
número de Almas, de tantos fieles Vassallos, y de aquellos pobres Religiosos,
que esperan su total remedio, seguridad y defensa del Real zelo y Cathólica
benignidad de V. Mag.; como que tanto desea el mayor adelantamiento de la
Christiandad, y el mayor alivio en un todo de sus Vassallos, dignándose dar la
más prompta y eficaz providencia, para que cessen tantos perjuicios espiritu-
ales y temporales, como hasta aquí se han experimentado del Mahometismo,
particularmente en dicha Provincia de Calamianes; y mandar para ello al
Gobernador de dichas Islas y Real Audiencia de ellas pongan todo esfuerzo
en que luego se lleven adelante las providencias dadas dicho año de 1719
sobre la conquista de las Provincias de Calamianes y Paragua, en la forma
que varias veces ha representado a aquel Gobierno el Sargento Mayor don
Bernardo Jorge de Ilumbe, y expone en su ya citada declaración; cuya gracia,
y otras, confía conseguir de V. Magestad"1.
Como se ve, el P. Francisco de la Encarnación añade varios detalles en
este informe, referentes a los trágicos sucesos de Linacapan, que omitió en su
carta el P. José de Jesús María, testigo ocular, porque "sería cosa de nunca
acabar", como él dice: detalles que son rigurosamente exactos; pues, como
dice el mismo P. Francisco "de ello hay testigos de vista en su Provincia, que
en caso necesario lo pudieran declarar con juramento".

1
Arch. Prov. Carp. 56, leg. 1.º, núm. 1.
ARTÍCULO V
Lucha sangrienta
Sumario: Sitian los moros la Fuerza de Santa Isabel en Taytay. –Muere el Padre Anto-
nio de Santa Ana. –Cunde el desaliento en los sitiados. –Valor del Padre José de
Santo Tomás de Villanueva. –Lucha sangrienta. –Es derrotado el enemigo.

Por los años 1734 casi se hicieron los moros dueños de los pueblos de la
Paragua, cuya cristiandad quedó poco menos que extinguida1.
En el mes de Diciembre del año 1734 arribó a Taytay, en Calamianes,
una poderosa armada de moros joloes y mindanaos, y habiendo desembar-
cado, pusieron sitio a la Real Fuerza de Santa Isabel. En seguida comenzaron
los asaltos para apoderarse de ella, pero todos fueron rechazados con heroico
valor por los bravos asaltados; debiéndose la victoria de éstos a las acertadas
disposiciones del capitán don José Benito Llanes y Cienfuegos, y al celo
apostólico llevado hasta el heroísmo del P. Prior y Ministro Fray José de
Santo Tomás de Villanueva, y de sus dos compañeros Fr. Domingo de San
Agustín y Fr. Antonio de Santa Ana.
Estos tres Religiosos ayudaron muy eficazmente al Capitán Cienfuegos
en la defensa de la Real Fuerza; como que los dos primeros estaban em-
pleados en la custodia de dos baluartes, empleo de valerosos capitanes, y el
Padre Antonio se hallaba ocupado en asistir a todos, sanos y heridos, y en
arengarlos con fuego de santo y de español a que peleasen hasta morir por
Dios y por el Rey, de quienes eran fieles vasallos.
Entre tanto, el fuego de los enemigos se iba haciendo cada vez más nu-
trido; pero para el P. Antonio nada significaban las balas enemigas ante el
cumplimiento de su deber; y corría de una parte a otra surtiendo a todos de lo
necesario y animándoles a luchar sin descanso, cuando una bala de fusil que
entró por una tronera le atravesó el pecho, cayendo bañado en sangre y
muriendo por Dios y por su patria.

1
Arch. Prov. Lib, de nots., fol. 69 vto.
CAPÍTULO TREINTA. ARTÍCULO QUINTO 325
Al mismo tiempo que tuvo lugar en el interior esta tragedia, cundió el de-
saliento en el exterior, y los enemigos, desesperanzados de poder rendir el
Fuerte por asalto, y viendo la multitud de muertos y heridos suyos que yacían
por todas partes, hicieron su retirada. No se puede negar el valor y acierto con
que el Capitán Llanes Cienfuegos dirigió esta defensa; pero también es cierto
que la noche anterior al primer asalto, viendo los nuestros que los moros
pasaban de dos mil, todos bien armados, y los grandes preparativos que de día
y de noche hacían para escalar el Fuerte por varias partes, como después lo
hicieron, quedaron consternados; y creyendo que sería inútil toda defensa,
determinaron abandonar la Fuerza aquella noche, y huir al monte por entre la
espesura de un mangle próximo, dejando sólos al Capitán y a los Religiosos,
obligándoles a huir con ellos. Pero conocido el cobarde proyecto por nuestros
Religiosos, les exhortaron en términos enérgicos a luchar y morir, si preciso
fuera, por Dios y por el Rey, a quien habían jurado vasallaje; mas viendo que
de sus palabras no lograban arrancar el temor de aquellos pechos pusilánimes,
el P. Prior Fr. José de Santo Tomás de Villanueva, blandiendo un enorme
alfanje, con voz de trueno les dijo: Al que intente moverse para desamparar
la Fuerza., le parto la cabeza por enemigo de Dios y por traidor al Rey. Ante
esta inesperada actitud del Padre a quien tanto amaban, depusieron su co-
bardía; y los tímidos corderos se trocaron en ferocísimos leones. Aquella
misma noche se confesaron todos, incluso los Religiosos, dispuestos a morir
por la Religión y por la patria, si no podían derrotar al pendón infame de Ma-
homa. Pasada la media noche, los tres Religiosos celebraron misa, creyendo
que era la última, en las que comulgaron casi todos los de la Fuerza; y ro-
bustecidos todos con los santos Sacramentos, en vez de huir, fueron a ocupar
el lugar asignado; el Padre Prior en el baluarte de San Miguel; el P. Domingo
sobre la puerta del Castillo; y el P. Antonio de Santa Ana, natural de Gandía,
recorriendo todos los puestos de mayor peligro, animando a todos y sur-
tiéndoles de municiones.
Al salir el sol comenzó el avance de los moros; hicieron primero sus
ceremonias supersticiosas, y luego avanzaron en montón de unos mil quinien-
tos, quedando los demás de reserva. Aquella muralla de carne humana ofrecía
antes de llegar a los muros un seguro blanco a la artillería de la Fuerza, y
efectivamente, al primer disparo de nuestros cañones cayeron muertos en
tierra más de ochocientos moros, quedando la playa llena de cadáveres. Los
restantes, desafiando el peligro, llegaron hasta las murallas de la Fuerza; y
326 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
como allí pegados no podía herirlos la artillería, comenzaron a escalar los
muros y a subir por varias partes; pero los de arriba, armados de lanzas, cam-
pilanes y palos, los hacían caer heridos; y las mujeres, no contentas con acar-
rear piedras, las arrojaban sobre las cabezas de los asaltantes; y empleando la
artillería de los baluartes que miran unos a otros y usando pedreros manuales
y portátiles, derrotaron por completo al enemigo, causándole multitud de
muertos y heridos, y obligándole a retirarse muy mermado. Este primer
asalto, el más furioso y el decisivo, duró desde la salida del sol hasta las cinco
de la tarde, y en él murió gloriosamente el P. Antonio de Santa Ana, del modo
que queda referido. Al día siguiente intentaron los moros realizar un nuevo
ataque; pero viendo que habían perdido la mayor parte de su gente, y que los
nuestros habían cobrado más valor y alientos con la victoria, tremolaron sus
banderas como signo de cortesía a la Fuerza, y se marcharon mohínos y
maltrechos.
Después de este triunfo, todos los indígenas y los mismos soldados
españoles de la Fuerza agradecieron y aplaudieron con entusiasmo al P. Prior
Fr. José de Santo Tomas de Villanueva por aquel rasgo de suprema energía,
al cual debían la victoria.
Que el asalto en que murió el P. Antonio de Santa Ana fué en Diciembre
(y no en Noviembre), del año 1734, lo vemos confirmado por el P. Provincial
Fr. José de la Concepción en su informe dirigido al Capitán General de las
Islas el 18 de Febrero de 17461.

1
Arch. Prov. Carp. 74, núm. 2. fol. 30 y sigs.
CAPÍTULO XXXI
ARTÍCULO I
El P. Pedro de San Nicolás
Sumario: Era zaragozano. –Prior de Barcelona. –Restaura la Iglesia y Convento. –
Celoso misionero. –Muere trágicamente.

En 22 días del mes de Marzo del año 1737, a las 8 y cuarto de la noche,
murió en este Convento de nuestra Madre Santa Mónica, siendo actualmente
Prior, el Padre Fr. Pedro de San Nicolás, alias, Laborda, natural de la ciudad
de Zaragoza, de edad de 36 años y meses; habiendo caído 47 palmos en alto
en la escalera principal que se estaba obrando; sin oírle otra palabra que Jesús
valientemente, cuando estaba en el aire; y llegando al suelo no se notó otro
movimiento que el del pulso como una media hora. Y habiéndole echado la
absolución y administrado el santo Sacramento de la Extrema Unción, uno y
otro bajo de condición, dió el alma al Señor. En espacio de diez meses que
fué Prelado, compuso el pórtico y entrada de la iglesia, y la portería; en la
iglesia puso una vidriera en la parte del Convento, con que quedó muy ilus-
trada y clara. Hizo todos los suelos de los claustros altos y bajos, y a tiempo
que se estaba rematando la escala principal, llevado de gran celo, fué a ver
una imperfección que le decían que tenía aquella escala material, y dispuso
Dios pasase a la celestial, en pago de sus muchos afanes y trabajos volun-
tarios que se tomó por convertir almas al Señor, ya componiendo discordias
entre caballeros y personas de todos estados, ya con cinco misiones que hizo
en cinco años que estuvo en este Convento, con frutos singularísirnos de las
almas; ya con la asistencia del confesonario, en donde consolaba a muchos
con sus doctrinas, y limosnas que de los fieles adquiría para tan buenos fines,
como detener a muchas almas, para que no llegasen a perder a Dios a fuerza
de muchas instancias que padecían en virtud de verlas necesitadas.
328 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Por todo lo cual, y por haberle Dios comunicado un especialísimo don de
gentes, fué su muerte de tanto sentimiento, no sólo en el Convento, sino en
toda la ciudad de Barcelona, de los grandes, de los niños, de los nobles y ple-
beyos, que todos a una voz confesaban no haber visto otro sentimiento tan
grande y tan general, que duró por mucho tiempo; no acertando a hablar de
otra cosa que de la vida y muerte de nuestro Padre Prior y misionero
apostólico; conviniendo todos en que se fué en derechura a gozar de Dios;
fundados todos en el grande celo que tuvo de las almas: siendo Provincial N.
P. Fr. Blas de la Cruz, y Vicario General de la Congregación de España el P.
Fr. José de la Virgen del Pilar, Lector Jubilado. Por lo que podemos creer que
su alma requiescit in pace1.

1
Arch. de la Delegación de Hacienda de Barcelona. Lib. de Necrologías del Convento de PP.
Agustinos Descalzos de Santa Mónica, núm. 43.
ARTÍCULO II
Un corista codelo
Sumario: Fr. Vicente de San Antonio imita a su homónimo el santo mártir. –Su naci-
miento. –Modelo de vida religiosa. –Se alista para Filipinas. –Virtudes en que más
se distinguió. –Muere santamente a los 21 años de edad.

No es lo ordinario que los jóvenes llamados por Dios al estado religioso


sean y aparezcan perfectos desde el año de noviciado; y menos ordinario es
aún que en los primeros años de su carrera, cuando empiezan a recorrer el
camino hacia arriba de la perfección, y de ésta adquieran las primeras no-
ciones teóricas y prácticas, entre el fárrago y variedad de los conocimiento
científicos que absorben el entendimiento, y ante el ímpetu de las pasiones
que en esa edad empujan al corazón, consoliden ante los demás su fama de
perfectos, por la exención de imperfecciones y la manifestación constante de
actos de todas las virtudes, de tal modo, que merezcan y reciban el califica-
tivo de santos.
Este caso verdaderamente extraordinario se verificó en nuestro hermano
corista Fr. Vicente de San Antonio, homónimo de aquel otro a quien venera-
mos en los altares; y a quien, si no le imitó en sufrir la gloriosa muerte entre
los tormentos del más cruel martirio, y le imitó en la santidad, le imitó en el
deseo de morir por la fe de Cristo, y le imitó en ser envuelto y consumido, no
por el fuego, como el mártir, sino por el agua, como un apóstol.
La brevísima relación histórica, correspondiente a su corta vida, que el P.
Comisario Fr. Francisco de la Encarnación hizo como testigo ocular, y re-
mitió al P. Provincial de Filipinas Fr. José de la Concepción, está trazada con
cuatro rasgos briosos y definitivos; y aunque el dicho P. Provincial la mandó
entregar al P. Cronista de su Provincia, "para que escribiera su vida con la
extensión que debía y se merecía", no se hizo. De esa relación, pues, toma-
mos los datos de la admirable vida de Fr. Vicente de San Antonio1.

1
Arch. Prov., Necrol. lib. 1.º, fol. 2 vto.
330 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Nació Fr. Vicente de San Antonio en Torrecilla de Alcañiz, Provincia de
Teruel y arzobispado de Zaragoza, el año 1716. Desde su niñez dió grandes
muestras de inclinación natural y vehemenet afecto a las virtudes cristianas,
en las que siempre se ejercitó con gran satisfacción de sus devotos padres y
con mucha edificación y aplauso de todos sus convecinos.
El año 1734, cuando Vicente contaba la edad de 18 años y el mundo le
brindaba un halagüeño porvenir, convencido de que todo en él es engaño y
vanidad, solicitó vestir nuestro santo hábito en el Convento de Nuetsra Señora
del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza; e informados los Padres de
aquel Convento de la vida ejemplar de Vicente, se lo concedieron de muy
buen grado, vistiéndolo con grande alborozo de su alma en dicho Convento el
día 7 de Febrero de 1734.
Vestido de la librea agustiniana, se dedicó con tanto gozo y ahínco a es-
calar la cumbre de la perfección religiosa, que durante el año de aprobación
dejó asombrados de sus virtudes, no sólo a sus connovicios, sino a su propio
Maestro y a los demás Religiosos encanecidos en las prácticas de la obser-
vancia religiosa.
En virtud de su conducta ejemplar, fué admitido por unanimidad a la pro-
fesión religiosa; lo que hizo el día 8 de Febrero de 1735, con sumo gozo de su
alma y manifiesta alegría de la Comunidad.
De la casa de noviciado, donde dejó gran fama de santidad, pasó en se-
guida a la de profesado, que era nuestro Convento de Borja; y cumplido aquí
el tiempo reglamentario, fué trasladado a nuestro Colegio de San Nicolás de
Tolentino de la ciudad de Zaragoza, para estudiar Artes; y tanto en Borja
como en Zaragoza, aunque era profeso, lejos de ceder en el rigor de la obser-
vancia del noviciado, fué apretando de tal manera, que siempre se mostró
como perfectísimo novicio.
En el mes de Noviembre del mismo año 1735 ser recibió en el citado Co-
legio de Zaragoza la carta convocatoria que traía el P. Comisario de Filipinas
Fr. Francisco de la Encarnación, Lector Jubilado y Calificador del Santo Ofi-
cio, y que, a súplica de su Provincia de San Nicolás, circulaba N. P. Vicario
General, a fin de colectar Religiosos abnegados que quisieran ir voluntaria-
mente a las Misiones de Filipinas; de la cual enterado Fray Vicente, y compe-
lido su espíritu por el celo de la conversión de las almas, manifestó sus deseos
de pasar a dichas islas a su director espiritual y a los PP. Superiores; y
habiéndole éstos asegurado que su vocación para tan
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO PRIMERO 331
sublime ministerio era de Dios, hizo las diligencias necesarias para ser inclu-
ido en la lista de misioneros; y enterado el P. Comisario de la fama de su san-
tidad, lo admitió con grande alegría y abrigando las más risueñas esperanzas
para lo futuro de su labor evangélica.
Desde el momento en que fué alistado no se preocupó de otra cosa que de
enfervorizar su espíritu en la oración y de adquirir mayores bríos para la obra
de la conquista espiritual con el incesante ejercicio de todas las virtudes. En-
tregado todo a Dios, despreció como perfecto religioso los cumplimientos
mundanos, basados en el cariño natural a la familia y los amigos, de quienes
no se despidió; y el día 5 de julio del año 1736, cuando contaba veinte años
de edad y dos de perfecto Religioso, salió, rebosante de alegría, de nuestro
Colegio de Zaragoza para el puerto de Santa María; en donde al poco tiempo
se embarcó en el patache Capitana Nuestra Señora de Covadonga, en unión
de 52 religiosos más de nuestras Provincias de España.
Durante su estancia en el puerto de Santa María, y después en el navío,
en Méjico y en Acapulco, su profundísima humildad se sintió constantemente
mortificada y herida por las continuas aclamaciones y veneraciones que todos
sin excepción le tributaban como a Santo.
Las virtudes en que más floreció fueron, además de una absoluta obedi-
encia, una extremada pobreza y una angelical castidad; una mortificación
durísima y constante; una humildad extraordinaria, y una paciencia a toda
prueba. De ello dió testimonio elocuente en el sufrimiento de una terrible
enfermedad de escrúpulos, durante la cual, en el fuego de sus trabajos sobre-
salieron los muchos quilates de su perfección, hallando el remedio a ella en el
rendimiento absoluto a la obediencia.
En la travesía hacia el puerto de Acapulco se sintió atacado de fiebre, que
luego, en el puerto se hizo muy intensa; y aunque todos, Religiosos y
seglares, anduvieron solícitos por devolverle la salud, ofreciéndole las medi-
cinas más indicadas para el caso, jamás pudieron lograr que tomase ninguna
de ellas, por no dar gusto ni alivio a su cuerpo, al que, desde que vistió
nuestro santo hábito, tenía sometido a una durísima mortificación.
Al embarcarse el día 1 de Abril con rumbo a Filipinas en el puerto de
Acapulco, dijo a sus hermanos los Religiosos, con una expresión de tanta
seguridad como alegría: Mi vida no pasará de cuatro días. Y en efecto, el día
5 de Abril de 1737, navegando el navío "Nuestra Señora de Covadonga" en el
mar del sur, por las costas de Acapulco, con rumbo al Archipiélago filipino,
332 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
conoció que su vida se acababa por un fuerte accidente que le sobrevino, el
cual, casi milagrosamente, como dice la relación, le dió lugar para hacer una
confesión llena de fervor y ternura; gastando después mucho rato en amoro-
sas jaculatorias dirigidas a un crucifijo y en dolorosos actos de contrición.
Por fin, por la noche, ya que no se le pudo administrar el santo Viático,
recibió la extremaunción, y con la paz y sonrisa del justo entregó su espíritu
al Señor.
Todos sus confesores aseguraron que jamás había perdido la gracia bau-
tismal.
Apenas expiró, se manifestó en el navío un sentimiento general por su
muerte; al mismo tiempo que todos envidiaban su feliz tránsito a la vida de la
gloria, en la que todos le creían colocado sobre uno de los tronos más glo-
riosos, que había conquistado con su santidad de vida.
Murió a los veintiún años de edad y tres de Religioso Recoleto; pero de
él se puede decir con toda verdad: Consummatus in brevi, explevit tempora
multa1. Murió joven, pero llenó con sus virtudes muchos años de vida. Su
cuerpo recibió cristiana sepultura en los abismos del mar, pero su alma subió
triunfante a los cielos.
La vida de Fr. Vicente de San Antonio es un verdadero modelo para los
estudiantes coristas.

1
Sap. 4. 13.
ARTÍCULO III
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Castilla. –Nombramientos. –Capítulo Provincial de
Filipinas. –Una determinación. –Elecciones.

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el día 9 de Mayo de 1737.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. José de la Virgen del
Pilar, y se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: R. P. Fr. Pedro de la Concepción, L. J.
Prior de Valladolid: R. P. Fr. Juan de San José.
Rector de Salamanca: R. P. Fr. Diego de Santa Rosalía, L. J.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Manuel de Santiago, L. J.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Gabriel de la Cruz.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Gabriel de San José.
Subprior de Madrid: R. P. Fr. Bartolomé de San José, Predicador.
Maestro de novicios: R. P. Fr. Agustín de San Miguel, Predicador.
Secretario: R. P. Fr. Pablo de San Nicolás.
En el Convento de Toledo había ordinariamente más de quince sacer-
dotes de Comunidad.
Habiendo fallecido muy pronto el Prior de Toledo Fr. Manuel de Santi-
ago, le sucedió el P. Fr. Francisco de los Remedios1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 36 y 212.
334 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás, de Filipinas
que se celebró en el Convento de Manila en los días 10 al 13 de Mayo
de 17371.
Fué presidido por el primer Definidor Fr. Francisco de la Asunción. Se
aprobaron cuatro Actas y doce Determinaciones; de estas últimas la décima
manda que, en atención al mal temperamento o clima de Mangarin, donde en
muy poco tiempo han muerto muchos Religiosos, se nombre por ahora Vi-
cario Prior de Bongabong, quien haya de vivir de asiento en dicho pueblo, y a
quien se le encarga la administración desde Bongabong inclusive, hasta Man-
garin exclusive, y que el P. Vicario Prior de Calavite administre hasta el de
Mangarin inclusive, y el de Nauhan hasta Bongabong exclusive, previa la
licencia del Gobierno.
Tocaba tener Provincial a la Provincia de Aragón, y el resultado de las
elecciones fué el siguiente:
Provincial: P. Fr. José de la Concepción.
Definidores: PP. Fr. Félix de Santiago, Ex Provincial; Fr. Jacinto
de San José; Fr. Juan de la Encarnación, y Fr.
Lorenzo de San José.
Aditos: PP. Fr. José de Jesús María; Fr. Cristóbal de la Sole-
dad, y Fr. Felipe de la Virgen del Carmen.

Primeros Definidores Generales de Filipinas


1.ª Vida. El P. Fr. Bernardino de San Antonio, Lector Jubilado y Ex Pro-
vincial de la Provincia de Castilla.
2.ª Vida. El P. Fr. Juan de la Soledad, Lector Jubilado y Ex Provincial de
la Provincia de Castilla.
3.ª Vida. El P. Prior que fuere de nuestro Convento de Madrid.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 93 vto. y sigs.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO TERCERO 335

Segundos Definidores Generales


1.ª Vida. El P. Fr. Blas de la Concepción, Lector Jubilado y Ex Provincial
de la Provincia de Aragón.
2.ª Vida. El P. Fr. Miguel de Jesús María, Lector Jubilado, de la Provin-
cia de Aragón, alias, Tarazona.
3.ª Vida. El P. Prior que fuere de nuestro Convento de Zaragoza.

Primeros Discretos Generales


1.ª Vida. El P. Fr. Juan de Santiago, Lector Jubilado y Ex Provincial de la
Provincia de Andalucía.
2.ª Vida. El P. Fr. Pedro de San José (Ocaña), Lector Jubilado y Ex Pro-
vincial de la Provincia de Andalucía.
3.ª Vida. El P. Prior que fuere de nuestro Convento de Sevilla.

Segundos Discretos Generales


1.ª Vida. El P. Fr. Juan de la Stma. Trinidad, alias, Terte, Lector Jubilado.
2.ª Vida. El P. Fr. Francisco de San Jerónimo, alias, Mena, Lector Jubi-
lado.
3.ª Vida. El P. Rector que fuere de nuestro Colegio de Alcalá.
Prior del Convento de San Nicolás de Manila: Fr. Benito de San Pablo,
Ex Provincial.
Prior del Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan: Fr. Roque de
la Madre de Dios.
Prior del Convento de la Purísima Concepción de Cebú: Fr. Cristóbal de
la Soledad.
Prior del Convento de San Nicolás de Cavite: Fr. Sebastián de Sto.
Tomás de Villanueva.
Prior del Convento de San Sebastián de Calumpan: Fr. José de Sto.
Tomás de Villanueva.
Prior del Convento de San Andrés de Masinloc: Fr. José de Jesús María.
Prior del Convento de Santiago de Bolinao: Fr. Pablo de San Agustín.
Prior del Convento de San Nicolás de Mariveles: Fr. Manuel de Sta.
Teresa.
Prior del Convento de San Nicolás de Tandag: Fr. José de la Virgen del
Niño Perdido.
Prior del Convento de San José de Butuan: Fr. Miguel de San Marcial.
336 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de San José de Siargao: Fr. José de San Nicolás.
Prior de San Agustín de Cagayán: Fr. Hipólito de S. Agustín.
Prior de San José de Romblón: Fr. Anselmo de S. Agustín.
Prior de Santo Niño de Calapán: Fr. Pedro de Jesús.
Prior de Santa Mónica de Taytay: Fr. Francisco de S. Pedro.
Vicario Prior del Convento de San Agustín de Peinaben: Fr. Felipe de
Sta. Ana.
Vicario Prior del Convento de la Virgen del Pilar de Mórong: Fr. Cosme
de la Virgen del Pi-lar.
Vicario Prior del Convento de Santo Tomás de Villanueva de Bislig: Fr.
José de la Virgen de Copacavana.
Vicario Prior del Convento de Nuestra Sñora de los Remedios de Mas-
bate: Fr. Juan de San Antonio (alias) Lillo.
Vicario Prior del Convento de San Agustín de Cuyo: Fr. Domingo de S.
Agustín.
Vicario Prior del Convento de San Nicolás de Culión: Fr. José de S.
Agustín.
Vicario Prior del Convento de San Nicolás de Nauhan: Fr. Felipe de la
Virgen del Carmen.
Vicario Prior del Convento de la Purísima Concepción de Bongabon: Fr.
Bartolomé de S. José.
Vicario Prior del Convento de Nuestra Sra. del Pópulo de Calavite: Fr.
Andrés de Jesús María.
Socio del P. Provincial: Fr. Pedro de S. Francisco.
Procurador General de Provincia: Fr. Miguel de Santo Tomás de Vil-
lanueva.
Subprior del Convento de Manila: Fr. Alonso de San Gabriel.
Sacristán del Convento de Manila: Fr. José de S. Juan Bautista.
Presidente del Hospicio de San Nicolás de Méjico: A elección del V. P.
Provincial.
Cronista de Provincia: A elección del V. P. Provincial.
Conforme a lo dispuesto en este Capítulo, el V. P. Provincial, de consen-
timiento del V. Definitorio, en Junta celebrada en el Convento de Bagumba-
yan el día 19 de Octubre de 1737, nombró Presidente del Hospicio de San
Nicolás de Méjico y Procurador General de la Provincia en Nueva España al
R. P. Lector y Secretario Provincial Fr. Pedro de San Francisco de Asís.
ARTÍCULO IV
El P. Marcelo de San Nicolás
Sumario: Era siciliano. –Viste el hábito en Palermo. –Pasa al Tonquín. –Es herido
gravemente por los piratas. –Mueren dos Recoletos. –Pasa a Filipinas. –Se pro-
híja en la Provincia de San Nicolás. –Es nombrado Procurador. –Muere san-
tamente. –Conatos de fundación de Misiones Recoletas en China. –Cinco cartas.

El P. Fr. Marcelo de San Nicolás, Religioso Descalzo, nació en la villa de


San Marcos, en el Reino de Sicilia, jurisdicción del arzobispado de Mesina, el
día 30 de Enero de 1677, día sábado, dedicado al culto de la Virgen nuestra
Señora, de quien fué amantísimo devoto. Fué bautizado el 2 de Febrero, día
de la Purificación de la Santísima Virgen. Quiénes fueron sus padres no con-
sta en esta Provincia de San Nicolás; mas se tiene por cierto que eran buenos
cristianos y temerosos de Dios; pues de lo que vimos y tocamos en el P.
Marcelo no se puede inferir otra cosa, sino que lo educaron en tan buenas
costumbres, que le acreditaron después de temeroso de Dios y de un obser-
vante Religioso y celoso Misionero1.
Mantúvose obediente a sus padres hasta la edad de veinte años, en que
abriendo los ojos interiores de su alma, conoció los casi inevitables y contin-
uos peligros de vivir en el mundo; y huyendo de él como de indómita fiera
por obedecer los llamamientos de Dios y por responder con prontitud a los
impulsos interiores del divino Espíritu, determinó abandonar el siglo, dejar a
sus padres y las comodidades de su casa, y elegir un puerto seguro de sal-
vación. A este fin pedía a Dios con instancias que guiase sus pasos para acer-
tar en la elección del estado Religioso en que le debía servir; y dócil a las
divinas inspiraciones, se dirigió al Convento de San Gregorio de la ciudad de
Palermo, de la ilustre Congregación agustina Descalza, donde manifestó sus
deseos de ser Agustino Recoleto y pidió humildemente vestir nuestro santo
hábito.

1
Arch. Prov. Lib. de cosas notables, fol. 119 y sigs.
338 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Le admitió con mucho gusto el P. Prior de aquel Convento el día 4 de
Mayo de 1697, fiesta de nuestra Madre Santa Mónica; y por ser costumbre de
aquella religiosísima Congregación italiana, permaneció vestido de seglar
hasta el día 11 del mismo mes, día sábado, en que con grande júbilo de su
alma y regocijo de aquella Comunidad vistió el santo hábito. Pasado el año de
noviciado en el mismo Convento, con aceptación común, fué admitido a la
profesión, que hizo el día 11 de Mayo, día domingo, del año 1698.
En aquella religiosa Provincia permaneció hasta el año 1711, dando tes-
timonio de sus grandes virtudes, extendiendo el buen olor de su observancia,
y siendo el ejemplar y modelo de todos en todas las ocupaciones en que le
empleó la obediencia; pudiéndose afirmar de él que vivió en su Provincia por
espacio casi de catorce años, siendo el amado de Dios y de los hombres.
Hallándose en el Convento de San Nicolás de la Piona, en la Provincia de
Palermo, fué escogido y llamado, en atención a su probada virtud, por la
Sagrada Congregación de Propaganda Fide, la cual le eligió y nombró, entre
otros muchísimos que había, Misionero Apostólico de las Misiones que
nuestros Padres Agustinos Descalzos de la Congregación de Italia tenían
asignadas por dicha S. C. de Propaganda Fide en el Reino del Tonquín.
Evacuadas todas las diligencias necesarias, salió el P. Marcelo de dicho
Convento con dirección a Roma el día 11 de Septiembre de 1711; mani-
festando a su partida todos los Religiosos el profundo sentimiento que les
embargaba de verse privados de su querido hermano y ejemplar Religioso; y
quedando ellos dominados de una santa emulación, porque todos querían
acompañarle a compartir los trabajos del ministerio apostólico. Llegado a
Roma, mereció con los Religiosos hermanos suyos especiales favores de la
Sagrada Congregación y paternales demostraciones de cariño de Su Santidad
el Papa Clemente XI, a quien tuvo el consuelo de besar el pie repetidas veces.
Concluidos los despachos y diligencias de la S. C. de Propaganda Fide, y
habiendo recibido muchas gracias y mercedes de Su Santidad, salió de Roma
el 13 de Noviembre de 1711 para el puerto de Génova, en compañía del Padre
Fr. Roberto de Jesús María; "el que (como escribe el P. Benito de San Pablo,
que le conoció y trató en Manila), vivió ejemplarísimamente en esta santa
Provincia de San Nicolás de Filipinas algunos años, a causa de reparar su
quebrantada salud, que perdió en la Misión del Tonquín; y a quien yo conocí
y traté mucho tiempo con provecho mío; el cual fué después dignísimo
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 339
Obispo del Tonquín por gracia de Su Santidad el Papa Benedicto XIII, y Su-
perior y cabeza de los Religiosos destinados a dicha Misión". De Génova
salió el P. Marcelo el día 24 del mismo Noviembre de 1711; y allí se le
agregó el P. Lector Fr. Juan Andrés de Santiago, hijo de la Provincia de Gé-
nova y de nuestra Agustina Descalcez, varón verdaderamente apostólico,
tenido en la estimación común por santo, como lo testifican sus operaciones
celosísimas en el cultivo de las almas de aquella Misión.
Después de muchos trabajos y peligros, de largos caminos y riesgos por
mar y tierra, al cabo de tres años, el día 11 de Enero de 1715, llegó el Padre
en compañía de los demás Religiosos al Reino de Tonquín, donde comenzó lo
antes que pudo a desplegar su apostólico celo en la conversión de aquellos
infelices paganos; trabajando incansable de día y mucho más de noche, para
no ser descubierto y denunciado, en aquel tan sublime ministerio; dando tales
y tantas pruebas de abnegación y sacrificio, que arrebataba la admiración de
todos sus Religiosos compañeros.
El P. Superior de las Misiones del Tonquín recibió aviso de que la
Sagrada Congregación de Propaganda Fide había enviado a nuestra Misión
nuevos operarios evangélicos, Religiosos Agustinos Recoletos, y que éstos se
hallaban ya en los confines de China y Tonquín; y a fin de traerlos a la
Misión con la mayor seguridad, envió al P. Marcelo a que saliese a su en-
cuentro y los condujese por el camino más seguro. Obedeciendo gustoso la
orden del Superior, se puso en camino y llegó sin novedad al lugar en que
esperaban los Religiosos, a los cuales recibió con grande caridad religiosa y
con muestras de inmenso júbilo, que se manifestó de igual manera en los
nuevos Misioneros. Estos eran dos Religiosos Recoletos de la Congregación
de Italia, que después de larga y accidentada travesía, habían llegado a las
puertas de su destino en la Misión del Tonquín en el mes de Noviembre del
año 1719. Después del gratísimo encuentro con el P. Marcelo, tomaron los
tres una pequeña embarcación que los condujese a la casa de la Misión. Iban
navegando, río arriba por la orilla de un caudaloso río del Tonquín1, cuando
de repente, el día 25 del mismo mes y año, fueron asaltados por unos infieles
piratas chinos, enemigos declarados del nombre cristiano, los cuales comen-
zaron a despojarles de todo cuanto llevaban; y al conocer por los vestidos y
objetos

1
El río Suton, fronterizo de China.
340 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
sagrados de su equipaje que eran sacerdotes cristianos, estallaron aquellos
energúmenos en tales arrebatos de ira y de furor que, empuñando sus crises,
comenzaron a herir con ellos bárbaramente a los tres Religiosos, hasta que
viendo sus cuerpos inertes en tierra y destrozados por la multitud de heridas,
dejándolos por muertos, se retiraron llevándose todo los que los buenos Re-
ligiosos traían. Los dos nuevos misioneros, que venían a aquellas bárbaras
regiones a salvar almas, dispuestos, si preciso fuera, a dar su vida por Jesu-
cristo, fueron los que quedaron muertos por las heridas. Sin duda, Dios había
visto su corazón verdaderamente resuelto a hacer el mayor de los sacrificios
por la salcación de aquellas infelices almas, y les anticipó la gloria del marti-
rio, para anticiparles también el premio de la felicidad eterna.
Nuestro buen P. Fr. Marcelo, que había ido para conducirlos, y que nave-
gaba con ellos rebosante de alegría por el aumento de dos hermanos operarios
evangélicos, quedó también tendido en tierra, privado de sentido, y con
quince gravísimas heridas, casi mortales, que después aparecían en su cuerpo
como quince brillantísimos rubíes, matizados y esmaltados con su propia
sangre, derramada con alegría por amor de Jesucristo, que dió hasta la última
gota de la suya por nosotros; pero vivía. Dios le conservó la vida para que nos
diese fiel testimonio del glorioso martirio de los dos PP. Recoletos, y para
manifestar con sus obras el celo que en su corazón ardía por la salvación de
las almas.
Cuando volvió en sí, se sintió tan debilitado y sin fuerzas, que era inca-
paz de moverse del lugar; la sangre había salido en abundancia por las heridas
como quince fuentes, y todavía seguía desangrándose por muchas de ellas, sin
encontrar remedio alguno para atajar su salida; pero confiando en la miseri-
cordia de Dios y en la protección de la Santísima Virgen y de su Patrón San
Nicolás de Tolentino, aunque afligidísimo por no haber tenido la suerte de
morir mártir como sus dos hermanos Recoletos, se arrastró como pudo hasta
llegar a la intrincada maleza de la falda próxima de un monte, en donde
padeciendo un prolongado y cruel martirio, ya por los agudos dolores de las
heridas, ya por la necesidad natural y la falta absoluta de toda clase de ali-
mentos, sufrió con alegría por Jesucristo indecibles torturas y trabajos. La
divina providencia hizo que pasasen por allí unos tonquinenses cristianos, los
cuales, al verlo tan maltrecho, le prodigaron todos sus cuidados, alimentán-
dole, curando sus heridas y dejándole una medicina vulgar pero eficaz para
cicatrizarlas.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 341
Apenas el P. Marcelo vió su sangre restañada, se dirigió al lugar del
trágico suceso para dar sepultura a los cuerpos de los dos gloriosos mártires, y
allí los encontró sin que ninguna fiera ni ave de rapiña los hubiera tocado; y
puesto de rodillas ante ellos, derramando lágrimas de ternura y de santa en-
vidia, dominado de encontrados afectos, unas veces rezaba por ellos, pero
luego se encomendaba a su protección y les suplicaba que le protegiesen
desde el cielo. Ocupado en esta piadosa labor no acertaba a separarse de sus
dos benditos compañeros; hasta que, viendo la necesidad de retirarse, les dió
cristiana sepultura en la misma ribera del río, desde donde sus almas habían
volado a la gloria. Concluida esta triste y piadosa operación, emprendió la
jornada de regreso a la Casa Misión de donde había salido, para dar cuenta a
los Religiosos de cuanto había sucedido. Estos le recibieron con mucho gozo
y alegría, y al enterarse de la dichosa suerte de los dos compañeros, dieron
rendidas gracias a Dios, porque en su infinita misericordia se había llevado
para sí a aquellos nuevos Misioneros, como primicias de la Misión que ya
quedaba orlada con la aureola del martirio.
Después de esto, el primer cuidado de aquellos buenos hermanos fué
atender a la salud del P. Marcelo y procurar curarle las heridas, muchas de las
cuales se hallaban mal cicatrizadas, por cuya razón y por la gran pérdida de
sangre se hallaba el heroico Misionero tan debilitado que todos los días le
asaltaban accidentes que le ponían en peligro de muerte.
En este estado continuó allí, hasta que el día 8 de Febrero de 1720,
estando en la barra del Tonquín el General español don Francisco de Ech-
eveste, vizcaíno, y comerciante de la ciudad de Manila, ya próximo a volver a
dicha ciudad, determinaron los PP. Misioneros sacar las licencias necesarias
del Vicario General de la Misión, que allí tiene la S. Congregación de Propa-
ganda Fide, y concedidas por éste y por el P. Superior de la Misión, de-
spacharon al P. Marcelo, para que en compañía de aquel piadoso general
español fuese a restablecerse a nuestro Convento de Recoletos de San Nicolás
de Manila, en las islas de Filipinas, a donde llegó el día 24 de Junio del
mismo año. Apenas ancló el barco en la bahía de Manila, el general don
Francisco pasó aviso al P. Provincial y al Prior de Recoletos, diciéndoles que
venía el P. Marcelo tan enfermo y debilitado que corría peligro de muerte. Al
recibir esta noticia, inmediatamente enviaron los Prelados dos Religiosos de
confianza, para que entrasen en el navío, y después de dar las gracias al cari-
tativo general por las muchas atenciones que había prodigado al enfermo,
trajesen a éste al
342 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Convento. Ejecutóse puntualmente la orden, y el P. Marcelo fué recibido con
todo el cariño y solicitud de verdadero hermano.
Hallábase entonces en el Convento de Manila, curándose de sus muchos
achaques, el P. Fr. Roberto de Jesús María, quien se esmeró en asistir al Padre
Marcelo; quedando a su vez edificadísimo de las singulares demostraciones
de caridad que con el nuevo enfermo praticaban los Religiosos de la Provin-
cia de San Nicolás de Filipinas.
Tan agotado y exhausto llegó el P. Marcelo, que tardó mucho tiempo en
lograr un parcial restablecimiento. Sin embargo, con el favor divino y la apli-
cación de muchos cuidados y multiplicadas medicinas, consiguió recuperar
bastante sangre perdida y ponerse en mediano estado de salud. Al sentirse tan
mejorado, no sabía qué hacer en agradecimiento a tantos beneficios; y sólo
podía expresar su gratitud con repetidas frases de admiración, dando gracias a
Dios de haber encontrado en aquel último rincón del mundo unos hermanos
tan cariñosos y caritativos.
Como, a pesar de todos los cuidados y remedios, no podía recuperar la
salud que es necesaria para el rudo trabajo de las Misiones en la conversión
de las almas, solicitó licencia de la S. Congregación de Propaganda Pide y del
Rmo. P. Vicario General de los Recoletos de Italia para prohijarse en la
Provincia de San Nicolás de Filipinas; manifestando que, quedando prohijado
en ésta, no por eso se desmembraba de la de Italia.
Conseguidas todas las licencias necesarias, quedó residiendo en nuestro
Convento de Manila; donde vivió tan contento, tan alegre y tan observante,
que era el ejemplar de todos, el dilectus Deo, et hominibus, dentro y fuera del
Convento. Era de carácter ingenuo, sencillo y humilde; celosísimo de la ob-
servancia regular; tan activo que a todo trabajo aplicaba el hombro; tan resig-
nado que jamás mostró repugnancia a nada de lo que le mandaron los Prela-
dos; y tan obediente que todas las órdenes las ejecutaba con visible alegría y
prontitud.
Viéndole los Superiores tan perfecto Religioso, tuvieron a bien emplearlo
en servicio de la Comunidad, y le nombraron Procurador de censos y rentas
del Convento de Manila; oficio que desempeñó a satisfacción de todos, ex-
perimentando el Convento grandes progresos y aumentos por sus acertadas
gestiones. Y aunque por razón de su oficio tenía que manejar dinero, se
mostró siempre tan despegado de las cosas materiales, que no quería tener
nada, ni aun para su uso, sino que todo lo depositaba en manos del Superior;
y con
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 343
ser un oficio el de Procurador que reclama tantos cuidados y atenciones,
asistía a todos los actos de coro como si no tuviera otra ocupación.
En nuestra Provincia de San Nicolás permaneció (casi desde que se pro-
hijó en ella con el mismo oficio de Procurador), desde el día 24 de Junio de
1720 hasta el año 1737, o sea, diecisiete años; catorce años vivió en la
Provincia de Recoletos de Palermo, y nueve años en la Misión de Tonquín,
contando desde el 11 de Septiembre de 1711, que salió del Convento de San
Nicolás de la Piona, hasta el día 24 de Junio de 1720, que entró en Manila; de
donde resulta que fué hijo de la Provincia de Palermo muy pocos años más
que de la de Filipinas.
Por el mes de Septiembre del 1736 le asaltó una enfermedad acompañada
de fuertes vahídos de cabeza, que los médicos declararon que provenía de la
falta de sangre por las heridas que recibió; y conociendo que aquello era el
aviso de Dios que le llamaba para sí, purificó su alma varias veces con el
santo Sacramento de la penitencia, recibió el santo viático y la extrema un-
ción con fervor extraordinario y con gran júbilo de su alma, al mismo tiempo
que con mucha edificación de aquella religiosísima Comunidad; y hallándole
Dios dispuesto y razonado, le llamó para premiar sus trabajos en el cielo el
día primero de Junio del año 1737, día sabado, para que hiciera correspon-
dencia con los otros sábados en que nació y tomó el santo hábito de Agustino
Recoleto, dejándonos a todos llenos de sentimiento y a la vez de alegría,
como escribe el P. Benito de San Pablo. Su cuerpo está sepultado en frente de
la lámpara del lado del Evangelio del altar mayor. Resquiescat in pace.
Amén.
No estará de más consignar aquí que, con motivo de la estancia en Ma-
nila del P. Roberto de Jesús María, nuestra Provincia quiso establecer
Misiones en China, como lo había determinado en los Capítulos Provinciales
de 1701 y 1704. Fué en 1704 cuando hallándose en Manila el Patriarca de
Antioquía D. Carlos Tomás Millard de Tournón, Delegado de la Santa Sede
en China, y después Cardenal, se dispusieron a acompañarle los PP. Recole-
tos Fr. Francisco de la Madre de Dios, natural de Tabuenca, en la Provincia
de Zaragoza, y Fr. Tomás de San Lucas, también natural de Tabuenca; lo cual
no tuvo efecto, después de muchos gastos, por las grandes dificultades que se
opusieron. Por el mes de Noviembre de 1713 se dió patente de Vicario Pro-
vincial al P. Predicador Fr. Tomás de San Lucas, que era Prior de Manila,
para pasar al Tonquín; y también se dió licencia, como si fuese de esta
Provincia, al P. Roberto de Jesús María, Recoleto de la Provincia de Italia,
344 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
destinado para Tonquín por la Congregación de Propaganda Fide. Salieron
para el Tonquín por Febrero de 1714, pero se vieron obligados a regresar,
después de sufrir muchas penalidades en el viaje; teniendo la Provincia de
San Nicolás el gran sentimiento de no poder ver establecidas sus Misiones en
China y en el Tonquín, como las había tenido en el Japón, a pesar de que sus
más vehementes deseos eran enviar sus Religiosos a esas regiones, para traba-
jar por la salvación de las almas. Sin duda, esa fué la voluntad de Dios.
Y ya que hablamos de las Misiones de China y Tonquín, nos parece
oportuno dar a conocer algo de las Misiones del Tonquín por medio de las
cartas que se cruzaron entre sus Misioneros y los PP. de Filipinas, todos
Agustinos Recoletos, y son como siguen:

Carta Primera
"Al M. R. P. Fr. Lorenzo María de la Concepción, Agustino Descalzo y
Misionero Apostólico en el Reino del Tonquín: Salud.
El día 9 de Octubre de 1739 recibí carta de V. R., fechada en la Misión
de Kevan en el Tonquín el día 1 de Noviembre de 1737, la cual me produjo
suma alegría, porque ya tenía grandes deseos de tener noticias de vuestra
salud y del progreso de vuestras Misiones. Dios os lo agradezca por mí; pues
yo no acierto a agradeceros una carta tan grata, religiosa, afable, y para mí del
mayor aprecio; en la cual me he enterado brevemente de lo que deseaba sa-
ber, tanto acerca de vuestra salud como de los demás felices progresos de
nuestros hermanos de la sagrada Congregación de Italia y Alemania; lo cual
no me ha extrañado, teniendo presentes las pruebas de religiosidad y caridad
de nuestros hijos y hermanos de dicha Congregación. Dios haga que esos
progresos vayan en aumento.
Toda esta Provincia de San Nicolás de Filipinas de los Descalzos de N.
P. San Agustín de la Congregación de España e Indias y todos sus hijos so-
mos incapaces de agradecer, como se merece, a V. R. sus buenos afectos y
deseos hacia nosotros; Dios nos ayudará a corresponderles en lo que poda-
mos.
Acerca del P. Marcelo, nada hizo esta Provincia que no lo exigieran sus
méritos; porque para nosotros fué un verdadero modelo en su ser, vivir, hab-
lar, vestir y en todas sus obras; sirviendo en esta Provincia como verdadero
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 345
hijo, aumentando fiel y religiosamente las rentas y réditos de este Convento
de San Nicolás de Manila en el tiempo que fué su Procurador; y después de
dejarnos muchísimos ejemplos de virtud, murió el día 1 de Junio de 1737,
después de recibir todos los santos Sacramentos. Esta Provincia hizo por él
los sufragios acostumbrados como a hijo de la misma; porque como tal era
tenido por todos, y su memoria nunca se borrará de nuestros corazones y de
nuestros sacrificios.
A N. P. Vicario General de la Congregación de Italia y Alemania le es-
cribí por dos vías, y ahora transcribo a V. R. parte de la carta que envié a su
Reverendísima, para que vea quién fué y cómo vivió el P. Marcelo.
Las sagradas reliquias fueron recibidas por esta Provincia, y fueron
colocadas con el honor debido en el convento de San Nicolás de Cavite y en
el convento de San Sebastián de Calumpan1.
Esta Provincia no sabe cómo corresponder a vuestro sincero afecto y a
vuestros obsequios; y aun cuando os ha enviado algunos regalillos, como
chocolate y polvillo, no sabe si han llegado a vuestro poder; desearía saber el
modo seguro de enviaros algo.
El día 35 de Agosto de 1739 escribí al R. P. Arcángel Miralta, Procura-
dor de la Sa-grada Congregación de Propaganda Fide, suplicándole que nos
abra un camino cierto para que podamos ayudar de algún modo a nuestros
hermanos.
El P. Serafín de San Juan Bautista, que reside con su Compañero el P.
Segismundo en el palacio de Pekín, Caitien, me escribió diciéndome que
aquello está medianamente; ojalá estuviera como yo lo deseo.
Dispénseme, V. R.; pero no puedo enviarle ejemplares de los sellos
grande y peque-ño de mi Oficio de Provincial; porque en ellos se lee:
"Provincia de San Nicolás de Filipinas de los Descalzos de N. G. P. San
Agustín", y tienen la imagen de San Nicolás; por eso no puedo enviárselos
con esa forma e inscripción. Pero si V. R. quiere otros sellos sin esa inscrip-
ción, avísemelo; pues deseo obedecerle y servirle en todo: sepa que siento
mucho no poder enviarle los sellos, pero es por la dicha inscripción. Si, no
obstante, V. R. quiere tener sello grande y pequeño con la imagen de San
Nicolás y

1
Se refiere a unas reliquias que envió el P. Lorenzo, y fueron colocadas en dichos Conven-
tos.
346 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en cualquier otra forma, pero sin dicha inscripción, espero sus órdenes para
cumplirlas.
Ahora escribo al Iltmo. y Rmo. P. Fr. Hilario de Jesús, manifestándole
la grande alegría que todos hemos experimentado por su ascenso, que es glo-
ria y honor nuestro.
Entre tanto me encomiendo a las oraciones de V. R., por quien y por to-
dos los demás compañeros rogaré sin cesar en mis sacrificios y oraciones.
En este Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan, extramuros de
Manila, a 31 de Octubre de 1739. –Fr. José de la Concepción, Provincial"1.

Carta Segunda
Del P. Provincial de Filipinas al P. Recoleto Fr. Hilario de Jesús,
Vicario Apostólico en el Tonquín.
"Al Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. Fr. Hilario de Jesús, dignísimo
Obispo de Corice y Vicario Apostólico en el Reino del Tonquín.
Ilustrísimo Sr.: Esta Provincia de San Nicolás de los Descalzos de N. P.
San Agus-tín, de la Congregación de España e Indias, se ha enterado por el P.
Fr. Lorenzo María de la Concepción, tanto de la salud de V. I. como de su
feliz ascenso al Vicariato Apos-tólico y a la cumbre del Episcopado, de lo
cual se alegra sobre manera esta Provincia, en cuyo nombre rindo a V. I. los
debidos honores, deseándole que viva por muchos años para honor, gloria y
exaltación de estos sus mínimos hijos y hermanos, los cuales ponen su mayor
deseo en poder servirle en cuanto mande.
No envío los sellos grande y pequeño que pedía el P. Lorenzo María de
la Concepción, como ya se lo comunico a él, porque los sellos de esta Provin-
cia tienen la inscripción de: "Provincia de San Nicolás de Filipinas de los
Descalzos de N. P. San Agustín", y en esta forma no les pueden servir para
nada; porque en las cartas de V. I. y demás documentos no pueden hacer fe.
Dígnese V. I. indicar en qué forma quiere los sellos, y será inmediatamente
servido: pues nada hay más grato y satisfactorio para

1
Arch. Provl. Carp. 4, leg. 3º, núm. 9. Traducción del latín.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 347
mí, el último de los hijos y hermanos de V. I., que cumplir en todo tiempo sus
insinuaciones. Si en algo puede servirle esta Provincia, no tenga reparo en
mandarnos como a hijos y súbditos suyos, pues nada hay más grato a nosotros
que servir a V. I. y a nuestros hermanos de la Congregación de Italia y Ale-
mania, mucho más estando ocupados en un ministerio tan grato a Dios y a los
hombres.
Finalmente saludo a V. I. y le reitero mis rendidos honores, lamentando
no poder hacer en persona, arrodillado a vuestros pies, lo que hago por carta
con el afecto hacia V. I. Me permito rogarle que no se olvide de mí en sus
sacrificios y oraciones, pues yo y todos los Religiosos de esta Provincia lo
hacemos por V. I. y por todos sus socios. Entre tanto ruego a Dios omnipo-
tente que guarde a V. I.
En este Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan, extramuros de
Manila, a 31 de Octubre de 1739. –Fr. José de la Concepción, Provincial" (1).

Carta Tercera
Del P. Lorenzo María de la Concepción, desde el Tonquín
al Provincial de Filipinas.
"Venerable Padre: Entre las muchas adversidades con que se ve afligida
la Misión del Tonquín, y que hace ya muchos años que venimos padeciendo
los Ministros y los Pastores con dura realidad, nos quedaba un solo consuelo
y alivio verdaderamente grande para sobrellevar tantas calamidades que nos
oprimen día y noche; que era el de ofrecer nuestros humildes e inútiles servi-
cios a V. R. y a todos nuestros hermanos de esa Provincia de Filipinas, re-
ligiosísimos y piadosísimos conministros de la religión; cuya aceptación sería
para nosotros lo más grato, satisfactorio y provechoso. No nos ha sido posi-
ble, Revmo. Padre, cumplir nuestros deseos por nuestra pobreza e insuficien-
cia; aunque nos es muy conocida la insigne piedad y máxima caridad de los
Padres de esa Provincia: pues siempre ha habido y hay entre los nuestros
muchos pregoneros de esas virtudes que las proclaman por todas partes.
348 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
La última vez, el R. P. Andrés1, cuando era Padre y Pastor de todos
vosotros, nos escribió unas cartas llenas del mayor cariño, las cuales remiti-
mos inmediatamente a Roma, para que nuestros Superiores gozasen allí
leyéndolas, como nosotros gozamos, porque habíamos encontrado un padre
que nos amase, nos ayudase y nos protegiese. Pero ahora, habiendo aquél
quedado libre del cargo y del honor, según creo, ¿qué tiene de extraño que
nosotros, solitarios, afligidos y huérfanos de padre y madre, busquemos a
nuestro padre y nuestra madre? Por esta razón, Rmo. Padre, le suplico que no
se niegue a recibirnos como hijos y a favorecernos para nuestro bien: y
vosotros, queridísimos hermanos, recibid a vuestros hermanos, volved hacia
nosotros vuestras miradas de misericordia; ayudad a nuestra Misión con vues-
tras oraciones. Sabed que es cierto que la benevolencia que con nosotros
tengáis no os ha de reportar ninguna utilidad, sino que más bien os ha de
servir de gravamen: pero también es indudable que por vuestra benignidad
para con nosotros, en la cual confiamos, se os labrará la corona de justicia que
os entregará en su día el justo Juez.
Siendo, pues, para nosotros necesaria vuestra amistad, le ruego, Rever-
endísimo Padre, que perdone mi santa audacia: pues estoy obligado a mirar
por la prosperidad de nuestra Misión, porque he sido nombrado Superior de la
misma por nuestros Superiores de Roma, como sucesor del Rmo. P. Hilario
de Jesús, de nuestra Orden y Obispo Coricense y Vicario Apostólico en este
Reino de Tonquín, que ya quedó libre del cargo de Prior: y habiendo de resul-
tar grande utilidad de vuestra protección, a vuestra protección encomiendo
nuestra Misión.
Ignoramos por completo si nuestro amado P. Marcelo vive o ha muerto;
por lo cual suplicamos a V. R. que nos lo diga; para que, si acaso hubiese
muerto, ofrezcamos por él los debidos sufragios.
Si no le es molesto recibir noticias de nuestra Misión, le manifestaré
brevemente algunas de ellas. Esta Misión del Tonquín, agitada incesante-
mente por los perseguidores y consumida por las persecuciones, se halla al
presente atormentada y afligida por nuevas calamidades. En la Ciudad Regia
ha habido muchos incendios, que han devorado por completo miles y miles
de casas; pues siendo éstas de madera y techadas con hojas,

1
Alude al R. P. Provincial Fr. Andrés de San Fulgencio.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 349
eran pasto muy favorable de las llamas. Pero más daño producen los ladrones
y foragidos, que recorriendo todo el reino, llenan todos los lugares de suspiros
y lamentos y lo reducirán todo a la última desesperación, si no se pone el
remedio oportuno o éste no produce efecto. Nuestro P. Agustín María, al
dirigirse a Ke-lay para asistir a un enfermo, cayó en poder de esos bandidos,
los cuales, después que le robaron todos los utensilios sagrados y todo cuanto
llevaba consigo, lo atormentaron cruelmente y lo dejaron medio muerto. Son
muchas las guerras civiles que se desarrollan por todas partes, devastando por
completo el Reino Anamítico, las cuales tienen por único objeto proclamar a
otro rey, que gobierne a sus súbditos con más sensatez y más provecho que el
actual; y después destruir a toda su real familia que se ha hecho odiosa al
pueblo por sus crueldades. Se ha declarado la guerra al rey llamado Chuia por
cuatro hermanos del mismo Chuia; y aunque uno de ellos ha sido capturado y
al momento condenado a muerte, los otros tres se refugiaron en las Provincias
próximas a Cocimina, y allí están haciendo todos los preparativos para la
guerra, reuniendo hombres armados; de modo que, según creencia general, de
éstos será la victoria apoderándose del Reino. Si esto llega a suceder, es in-
dudable que nuestra religión católica acabará por gozar de la tan suspirada
tranquilidad, y los Ministros de su santa ley obrarán con más tranquilidad y
sosiego en el cumplimiento de su deber apostólico.
En los días de Pascua faltó muy poco para que yo cayese en poder de
los perseguidores, para sacrificarme como víctima: pues la Misión en que yo
celebraba las fiestas de la Pascua fué rodeada de improviso después de la me-
dia noche por tres mandarines y sesenta soldados, los cuales vinieron para
prenderme con mucha más gente; pues los que fueron recogidos en los pueb-
los vecinos para sitiarme eran unos doscientos cincuenta. Sucedió, sin em-
bargo, que me libré de caer en sus manos huyendo con toda rapidez y gracias
a la agilidad de mis piernas que entonces cumplieron admirable y fielmente
su deber; pues aunque me encontré con mis perseguidores, no me pudieron
dar alcance. Con los apuros de tan desagradable sorpresa, los ladrones
pudieron apoderarse de todos los sagrados utensilios cuando eran llevados por
mis domésticos a lugar más seguro: "El Señor me lo dió y el Señor me lo
quitó: sea su nombre bendito".
Esto es, Rmo. Padre, lo que por aquí ocurre digno de saberse; aunque
omito otras muchas cosas para no hacerme importuno. Entre tanto, si en algo
podemos manifestarle nuestro obsequio, amor y reverencia, le ruego que use
350 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de la autoridad que sobre nosotros tiene, a fin de que también nosotros sus
hijuelos podamos subscribir nuestra fidelísima sumisión, de que queremos
gloriarnos ahora y siempre. A nuestros amadísimos hermanos de esa Provin-
cia manifestamos nuestro mayor afecto y amor en el Señor, y a sus santas
oraciones encomendamos encarecidamente nuestras personas y nuestra
Misión, rogándoles que no se olviden de estos sus hermanos. El P. Agustín
María le manifiesta su especialísimo afecto y la perenne gratitud que con-
serva a esa Provincia: y todos nosotros quedamos de V. R., como Superior, y
de los Religiosos de esa Provincia, como hermanos, afectísimos de corazón.
Tonquín. –Aldea-Misión de Ke-van a 26 de Julio de 1739. –De V. R. hu-
mildísimo siervo e hijo. –Fr. Lorenzo María de la Concepción, Agustino Des-
calzo, Misionero del Tonquín" (1).

Carta Cuarta
Del P. Lorenzo María de la Concepción, Misionero en el Tonquín,
al P. Provincial de Filipinas.
"Rmo. y Venerable Padre: Como sucede muchas veces que la fortuna
ayuda a los audaces y que los más audaces gozan de mayor fortuna, no es de
admirar, Rmo. Padre, que nosotros los ministros de la Misión del Tonquín,
que hace ya tiempo arribamos a esas costas Filipinas con nuestras cartas, nos
dirijamos de nuevo desde aquí en estas nuestras letras a nuestros hermanos.
Pues habiendo escrito dos y tres veces al Rmo. P. Provincial y a toda esa
Provincia, y no habiendo recibido contestación alguna, llegamos a sospechar
si habrá sucedido algún contratiempo por tierra o por mar que haya impedido
que las cartas llegasen a su destino; por lo cual intentamos ahora volver a
enviarlas por ambas vías, y mejor por la primera, a fin de que nuestros salu-
dos lleguen a su destino, y se postren a los pies de V. R. como prueba ine-
quívoca del respeto, veneración y obediencia que le profesamos.
La razón de eximia caridad, que N. P. San Agustín trasmitió a sus hijos
y en la cual ardía siempre su corazón, nos persuade de que V. R. ha de recibir
nuestra carta con benevolencia y de que nos ha de proteger. Pues, para
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 351
expresarme en pocas palabras, la mente y el deseo de todos nosotros es ahora
y ha sido siempre buscar y tener un patrono y protector de esta Misión del
Tonquín, de la cual somos Ministros, que la favorezca en sus calamidades y
la consuele en sus tristezas. Si, pues, no es una proposición desagradable, y si
la suerte favorece a nuestros deseos, proponemos y suplicamos que V. R. y
los demás Superiores futuros de esa Provincia, a los cuales instituimos desde
ahora protectores de la Misión del Tonquín, y a los cuales reverenciamos
como a Padres de todos nosotros, se comuniquen con nosotros, enviándonos
mutuamente todos los años los unos a los otros cartas que a todos sirvan de
consuelo.
Si V. R. desea saber algo de aquí, le diré que el Reino del Tonquín está
al presente completamente trastornado por la guerra civil, temiéndose por ello
que llegue a quedar totalmente destruido. Por el mal gobierno del Rey Chuia,
que parece que busca más la ruina que la prosperidad de su pueblo, los Ana-
mitas, han tomado las armas contra el Rey; y tanto ha progresado el furor
bélico en un año, que estando ya la mayor parte del Reino de Tonquín en po-
der de los rebeldes y devorado por los incendios, se espera de un momento a
otro que sea expulsada la familia Real, y que el reino sea entregado a un
nuevo rey.
Son increíbles las calamidades que hemos sufrido nosotros y todos los
demás, ya por los incendios producidos, ya por el saqueo de los soldados.
Los PP. Dominicos, que se hallan en la misma situación que nosotros,
han experimentado las mismas o mayores desgracias: y mientras se re-
crudecía la guerra, murió el 18 de Mayo su Vicario Provincial el P. José Va-
lerio, nuestro queridísimo amigo y patrono, benemérito de estas Misiones. Y
el P. Juan Maldonado, después que el cruel Prefecto le quemó la Residencia
situada en la aldea de Ké-Bai, se refugió entre nosotros, participando de nues-
tra pobreza hasta que volvió a los suyos.
Lo que ahora se ve en este trastornado Reino es que más de la mitad ha
sido consumido por el fuego. Aparece consumido el Reino, consumido el
trigo, consumidas todas las cosas y consumida la gente Anamítica; y si Dios
no se encarga de conservar lo que resta, quedará todo consumido hasta la de-
saparición.
Nosotros, Agustinos Descalzos, de V. R. siervos e hijos, somos ocho en
número; o más bien, once: cinco europeos y seis anamitas. De los europeos,
el Iltmo. y Rmo. P. Hilario de Jesús, Obispo Coricense y Vicario Apostólico
352 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en el Tonquín Oriental: el P. Jerónimo de San Felipe Neri, el mayor en edad y
en Religión: el P. Adrián de Santa Tecla: el P. Domingo de San Martín, los
cuales llegaron al Tonquín hace dos años: y yo, Fr. Lorenzo María de la Con-
cepción, el menor de mis hermanos en méritos y en piedad.
De los anamitas, el P. Agustín María, que hace unos años estuvo bas-
tante tiempo en esas Islas, juntamente con el P. Ruperto, el cual es un entusi-
asta y perpetuo apologista de vuestros méritos ante toda clase de personas: el
P. Nicolás de San Hilario; y el P. Guillermo de San Lorenzo; ambos profesos
y sacerdotes de nuestra Orden; y otros tres que nos dejó el Iltmo. Nisseno,
clérigos, pero no profesos nuestros. Esto es, R. P., lo que ocurre en el Ton-
quín digno de saberse. Esperamos que V. R. nos comunique lo que ocurre de
nuevo en Filipinas.
De aquí en adelante acudiremos al Padre, si algo necesitamos: y le
rogamos que nos reciba como hijos y no nos rechace. Y ahora, en prueba de
la confianza que tenemos en nuestro Padre, le suplicamos que nos envíe unas
bandas como de un palmo de largas para dos o tres albas; cuyo importe se lo
remitiremos por Macao o Manila, o, si le parece mejor a V. R., lo satisfare-
mos con abundante celebración de misas: rogándole encarecidamente que su
gran bondad se digne dispensar a sus hijos y siervos por su audacia y por su
necesidad. Y ahora con la venia de V. R. enviamos a todos los Provinciales y
Superiores locales de la Provincia de Filipinas y a todos nuestros religiosísi-
mos hermanos y conmisioneros nuestro humilde y fraternal saludo y perpetuo
afecto: a todos los cuales les pedimos en caridad muchas oraciones y que ten-
gan compasión de nosotros. Finalmente, salude en particular a nuestro
querido hermano Marcelo, si todavía vive; y si ha muerto, tenga la bondad de
comunicárnoslo V. R., cuyas manos beso en mi nombre y en el de todos mis
hermanos con la expresión del mayor amor, reverencia y veneración a V. R.
Del Tonquín, a 5 de Agosto de 1740. –De V. R. humildísimo y seguro
servidor e hijo. –Fr. Lorenzo María de la Concepción, Agustino Descalzo,
Misionero y Superior de la Misión del Tonquín"1.

1
Arch. Prov. Carp. 81, leg. 6.º núm. 10.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO CUARTO 353

Carta Quinta
Del P. Provincial de Filipinas al P. Lorenzo María de la Concepción,
Superior del Tonquín.
"M. R. P. Fr. Lorenzo María de la Concepción, Superior de la Misión
de Tonkín, de Agustinos Descalzos. –Padre mío muy amado: Recibí la de V.
R., su fecha 5 de Agosto de 1740, con todo aprecio y estimación: me alegraré
se mantenga V. R. con muy cabal salud en compañía del Iltmo. y Revmo. Sr.
D. Fr. Hilario de Jesús, dignísimo Obispo Coricense y Vicario Apostólico de
esa Misión y demás Padres compañeros, a quienes todos en común y en par-
ticular saludo con todo afecto y rendimiento, y deseo que me manden cuanto
gustaren para obedecer puntual sus órdenes con verdadero cariño y fraternal
afecto.
Quedo enterado del estado de esa Misión, y de los muchos trabajos que
V. R. y sus Compañeros padecen por causa de las guerras y continuadas per-
secuciones; por lo que he ordenado a los Religiosos de esta santa Provincia de
San Nicolás les tengan muy presentes en sus sacrificios y oraciones: yo hago
lo mismo, suplicando al Señor les dé a VV. RR. todos mucha vida, salud y
conformidad con la voluntad divina, para que lleven adelante su apostólico
celo en beneficio común de esas cristiandades, aumento de nuestra santa fe y
lustre de nuestra Agustiniana Descalcez.
La misma espiritual correspondencia pido a V. R. y a sus Religiosos
Compañeros por esta santa Provincia y sus individuos: pues son indecibles
los trabajos que ya hace 22 años padece la cristiandad de nuestra adminis-
tración, por las continuas hostilidades de los moros circunvecinos a estas is-
las, particularmente en las Provincias de Calamianes y Mindoro, en donde
han sido mayores los estragos, quemando y robando los pueblos, las iglesias y
conventos, ultrajando las santas imágenes, profanando todo lo sagrado, cauti-
vando en dicho tiempo más de tres mil cristianos, con muerte de bastantes
Religiosos nuestros, unos a manos de su crueldad, y otros que han fallecido y
fallecen de resulta de los inmensos trabajos de huir a los montes y vivir
escondidos bastante tiempo en sus grutas, sin más alimento que las raíces de
los árboles y silvestres hierbas; con otras muchas desdichas que omito por no
molestar a V. R.
354 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Sea Dios bendito por todo, que quiere probar así y purificar a los suyos
para mayor merecimiento nuestro.
Remito en esta ocasión por mano del R. P. Miralta las bandas para
cuatro albas, que V. R. me pide; sin más carga que la de encomendarnos a
Dios. Y siento mucho la dificultad que se me ha puesto para poder enviar a
VV. RR. algún regalillo, siquiera de chocolate y polvos, como en otras oca-
siones lo hacía esta Provincia en señal de fraternal afecto: pero siempre que
V. R. me avise que pueda haber alguna facilidad para remitir lo dicho u otra
cualquier cosa que a V. R. o a esos mis PP. Misioneros se les ofrezca, lo
ejecutaré con buena voluntad: con la que suplico a V. R. se sirva ponerme a
mí y a toda esta santa Provincia a la obediencia de nuestro Iltmo. Sr. Arzo-
bispo y Vicario Apostólico y a la de todos esos nuestros PP., Compañeros de
V. R.; por cuya tan importante salud quedo rogando a Dios y que guarde a V.
R. muchos años. –Convento de San Nicolás de Manila y Enero 22 de 1742
anos." –Fr. Juan de San Antonio, Provincial"1.

1
Ibid.
ARTÍCULO V
Nuestras Misiones en Filipinas
Sumario: Pide el rey informes sobre las Misiones de ultramar. –Los da el Provincial de
Recoletos.

Deseando su majestad el rey de España conocer el estado de todas las


Misiones que a costa de su real hacienda se mantenían en todas las Indias,
expidió una Real Cédula a sus Gobernadores para que cumpliesen su real
voluntad; los cuales, a su vez, cursaron despachos de ruego y encargo a los
Superiores de las Ordenes Religiosas en el mismo sentido. En su virtud, el P.
Provincial de Recoletos de Filipinas presentó al Gobernador General el
siguiente informe sobre las Misiones de Ilog, de Tagaloan, de Mabalacat y
Bamban, de Subic y Babayan, que eran las que entonces administraba esta
Provincia. Dice así:
"M. Iltre. Sr. –Con el motivo de la Real Cédula de 22 de Mayo de 1735,
en que su M. G. ordena se le remitan informes sobre el estado y progreso de
las Misiones que a costa de la Real Hacenda se mantienen en todas las Indias,
se sirvió V. S. despachar su ruego y encargo en forma, con fecha de 28 de
Septiembre de 1736 años, para que informen los Prelados Superiores de las
sagradas Religiones de estas Islas sobre el contenido de dicha Real Cédula; lo
que obedeciendo digo: Que a cargo de mi santa Provincia de San Nicolás de
Agustinos Descalzos se hallan al presente siete Misiones, conviene a saber:
En la Provincia de Mindoro, una, que es la de Ilog; en la isla de Mindanao,
Provincia de Cebú, dos, que están en los montes de Tagaloan; en los montes
Zambales, Provincia de la Pampanga, dos, que son las de Mabalacat y Bam-
ban; y en la Provincia de Pangasinan, otras dos, que son la de Subic y la de
Babayan. De las cuales (según informes con que me
356 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
hallo de Religiosos de mi obediencia), diré en breve con distinción el estado y
progresos1.
"La Misión de Ilog se estableció por junta General de Hacienda el año
de 1719. Cuando comenzaron los Religiosos su operación evangélica, eran
infieles todos los que habitaban aquellos montes; y al presente, según la
última regulación, se halla dicha Misión con más de quinientas almas cris-
tianas; fuera de muchos que se están catequizando; y hay como cien personas
que pagan ya tributo. Con la cual Misión se logra el que apenas muere infiel
alguno en todos aquellos contornos sin bautizarse; porque en la hora de la
muerte, por lo menos, todos piden el bautismo.
Las dos Misiones de los montes de Tagaloan en Mindanao se establec-
ieron el año de 1724. Los Misioneros que allí están sirven mucho para con-
tener a los moros, que están pasados unos montes, para que no hagan daño a
los pueblos de cristianos. Donde están estos Misioneros hay muchos infieles;
de que se han bautizado muchos, especialmente viejos, moribundos y niños.
Al presente constan las dos Misiones de doscientas almas; de que se cobran
ya como treinta tributos, en el cual número no entran ochenta y dos adultos,
que con cuarenta hijos se bautizaron el año pasado de 1735, de que se ha for-
mado un pueblo. Y pagarán tributo en cumpliéndose los diez años de rele-
vación que S. M. G. les concede.
Las Misiones de Mabalacat y Baniban en los montes Zambales se esta-
blecieron con otras desde el año de 1714 hasta el de 18. A los principios se
cogió bastante fruto; pero por ser negros de monte, gente inconstante y trai-
dora, se fué aminorando el fruto, y muchos de los bautizados apostataron: por
lo que de parte de esta Provincia continuadamente se ha estado pidiendo que
por parte de este Superior Gobierno se dieran providencias para la sujeción
por armas de dichos negros; lo cual no ha tenido efecto por el motivo de la
exhaustez de la Real Caja. Por lo que viendo dicha mi Provincia que sin el
medio de dicha sujeción (que jamás se efectuaba), estaban los Religiosos en
continuado peligro, sin lograrse el deseado adelantamiento, el año de 1734
hizo dejación en este Superior Gobierno de tres Misiones de dichos montes,
quedando solamente dos, que son estas de que aquí se habla; las cuales al
presente tienen como cuatrocientas almas, porque se han recogido

1
Arch. Prov. Lib. 1.º 2.º de Consultas, fol. 3 vto.
CAPÍTULO TREINTA Y UNO. ARTÍCULO QUINTO 357
a ellas los convertidos que estaban en las tres abandonadas. Estas Misiones
sirven mu-cho para contener a los negros, para que no hagan en los pueblos
cristianos tantos daños como antes hacían; y se mantienen con muerte de
muchos Religiosos que han fallecido en ellas consumidos de trabajos, y no
deja de lograrse algún fruto en los moribundos.
La Misión de Subic se estableció el año de 1729. Este pueblo ya antes
lo era, y tenía como ochenta tributos. Al presente se halla con quinientas al-
mas de cristianos, de los cuales se pagan como ciento y treinta tributos; con
que se ha aumentado lo bastante, y se tienen esperanzas de mayores adelan-
tamientos; sobre que por parte de esta Provincia actualmente se están haci-
endo vivas diligencias, y se espera conseguir la reducción de más de doscien-
tas almas, que se hallan en los montes inmediatos, apóstatas de nuestra santa
fe hace ya algunos años.
La Misión de Babayan hace poco más de un año que se estableció; y se
ha logrado ya la reducción a nuestra santa fe de más de cincuenta infieles, que
van haciendo casas en dicho pueblo. Y por ser indios mansos los que habitan
en los parajes inmediatos, se espera mucho adelantamiento. –Esto es cuanto
se me ofrece informar sobre el punto. –Dios guarde, etc... Convento de San
Juan de Bagumbayan, extramuros de la ciudad de Manila, y Julio 4 de 1737
años. –Fr. José de la Concepción, Provincial de Agustinos Descalzos".
CAPÍTULO XXXII
ARTÍCULO I
Tres Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio de
la Candelaria. –Nom-bramientos. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –
Determinaciones y nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomas de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro, el día 22 de Abril de 1738.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. José de la Virgen del
Pilar, y en él se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. José de San Agustín, L. J., y Calificador del
Santo Oficio.
Definidores: R. P. Fr. Cristóbal de San José.
R. P. Fr. Pedro de San Nicolás.
R. P. Fr. Félix de la Encarnación.
Secretario: R. P. Fr. Andrés de Santo Tomás de Villanueva,
Predicador.
Prior de Granada: R. P. Fr. Agustín de San José.
Maestro de novicios: R. P. Fr. Fernando de la Concepción.
Prior de Santa Fe: R. P. Fr. Alonso de la Concepción, Predidicador.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Francisco de S. José, Predr1.

1
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 78.
360 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo intermedio de la Candelaria


En el Capítulo Intermedio celebrado en Bogotá el día 15 de Septiembre
de 1738, se hicieron los nombramientos siguientes1:
Subprior del Desierto: R. P. Fr. José de San Agustín.
Id. de la Popa: R. P. Fr. Nicolás de San Agustín, Lector de Teología.
Vicerrector de Bogotá: R. P. Fr. Fernando de Santa Ana.

Capítulo intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de San Juan de Bagumbayan el 31 de Octubre
de 17382.
Fué presidido por el P. Fr. José de la Concepción, Examinador Sinodal
del Arzobispado de Manila, Calificador del Santo Oficio y Prior Provincial de
dicha Provincia.
En él se tomaron veintitrés Determinaciones, la octava de las cuales
aparece totalmente borrada de propósito. Y de todas ellas la que importa con-
signar aquí es la tercera, que dice así:
"Item: Que la Declaración de dicho Capítulo General, expresada y con-
tenida en el Acta 18, sobre que la Alternativa haya de entenderse rigurosa, no
sólo en orden al Oficio de Provincial, sino también en orden a todos los Ofi-
cios, Dignidades y Personados, so pena de nulidad en aquella parte en que se
reconociese el exceso de una u otra Provincia, se admite y obedece en el todo,
según y como en ella se contiene. Pero que en atención al Paréntesis de dicha
Declaración (si fuere posible), se observe rigurosamente dicha Alternativa en
orden a todos los Oficios: Por cuanto en adelante se pueden originar y ofrecer
algunas dificultades sobre si en alguna ocasión se puede o no observar riguro-
samente dicha Alternativa, o si se debe faltar a ella en algún Oficio pretex-
tando imposibilidad: Por tanto, para obviar cualesquiera

1
Arch. Gen. Carp. F.
2
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 103 vto. y sigs.
CAPÍTULO TREINTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 361
escrúpulos de nulidad y motivos de sentimiento, declaró este Capítulo
el referido Paréntesis, determinándose por unánime consentimiento de todos
los VV. Padres que le componen, que en adelante el conocimiento de la posi-
bilidad o imposibilidad para la observancia rigurosa de dicha Alternativa, en
orden a todos los Oficios subalternos, toque privativamente al Definitorio
pleno; sin que en ningún caso se pueda contravenir a lo dispuesto en dicha
Acta declaratoria; sí sólo en el caso en que el V. Definitorio pleno, nemine
discrepante, juzgase ser imposible o contra justicia su práctica, en orden a
uno o dos Oficios tan solamente; y que en este caso se podrá innovar en aten-
ción a dicho Paréntesis, dando a una Provincia uno o dos Oficios más que a
otra, y no más; y conviniendo para ello todos los Votos de dicho Definitorio
pleno; de manera que con sólo uno que no convenga y lo repugne, se deberá
observar rigurosamente dicha Alternativa, so pena de nulidad en aquella parte
en que se reconociese el exceso; en atención a que el que fuere de contrario
dictamen para ello, dará el modo con que rigurosamente se pueda observar.
Todo lo cual se debe entender de los Oficios que provee el V. Definitorio,
exceptuando el Priorato de nuestro Convento de Manila, en que no se podrá
arbitrar, por hallarse incluso, como se halla, en la Alternativa rigurosa de los
seis Oficios contenidos en la Bula de N. Stmo. P. Urbano VIII, que esta
Provincia tiene admitida. –Y que de esta declaración se dé parte en primera
ocasión al V. Definitorio General, para que se digne confirmarla; como que
mira al mayor establecimiento de dicha Alternativa, y por consiguiente, al
mayor bien de la paz".
Se hicieron las siguientes elecciones:
Prior de Nauhan: El P. Fr. Juan de la Virgen de los Dolores.
Vicario Prior de Bongabon: El P. Fr. Agustín de San Antonio.
ARTÍCULO II
El P. Félix de Santiago
Sumario: Su nacimiento. –Entra en la Orden y es modelo de virtudes. –Pasa a
Filipinas. –Su labor misione-ra. –Cargos que obtuvo. –Provincial modelo. –Su
santa muerte.

Uno de los Religiosos que más han ilustrado a nuestra Provincia de San
Nicolás de Filipinas fué el P. Fr. Sola de Santiago.
Nació en la villa de Mallén, Provincia y diócesis de Zaragoza, el día 30
de Agosto de 1673, y fué bautizado en la parroquia de dicha villa el día 1 de
Septiembre.
Después de estudiar la gramática en el Convento de PP. Franciscanos de
Mallén, se sintió movido a abrazar el estado Religioso; y aunque sus maestros
lo querían para sí, porque habían visto las excelentes cualidades con que Dios
le había enriquecido, siguiendo él la inspiración divina, solicitó vestir nuestro
santo hábito de Agustino Recoleto, el que tomó en el Convento de Nuestra
Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza, el día 31 de Di-
ciembre de 1691. Habiendo pasado el año de noviciado con ejemplar con-
ducta, hizo su profesión en el mismo Convento el día 1 de Enero de 1692, con
universal aceptación y agrado de los Religiosos, por el buen comportamiento
y por el carácter pacífico y amable que en todo manifestaba.
Terminados con gran brillantez sus estudios, y ordenado de sacerdote, lo
envió la obediencia de conventual a Calatayud y después a Valencia; y en
todas partes vivió con grandísima edificación de Religiosos y seglares, los
cuales le tenían en tanta estimación por su humildad y por todas las virtudes
que, cuando los Superiores lo trasladaban a otros Conventos para que los edi-
ficase con su ejemplo, sentían aquellos vivamente el verse privados de su
santa y amable compañía.
En el Capítulo Provincial del año 1706 lo nombraron Vicerrector del
Colegio de Huesca; y habiendo fallecido al poco tiempo el P. Rector de dicho
CAPÍTULO TREINTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 363
Colegio, conociendo los Superiores las excelentes dotes que adornaban al P.
Félix, entre las que se distinguían su religiosidad, su prudencia y un gran celo
por la observancia, le nombraron Rector Presidente del mismo Colegio; y, a
pesar de lo calamitoso de aquella época agitada por las guerras, gobernó con
tanto acierto aquella Comunidad, que agradecida a sus bondades y admirada
de sus gestiones en favor del Colegio, quiso manifestarlo oficialmente al Su-
perior.
Habiendo ido a hacer la Visita canónica a la Comunidad el P. exVicario
General Fr. Bartolomé de San José, que era entonces Provincial de la Provin-
cia de Aragón, enterado por los Religiosos de la paz y concordia en que
habían vivido todos durante todo el tiempo del gobierno de dicho P. Presi-
dente, y de la satisfacción de todas las necesidades de los Religiosos, sin el
más mínimo gravamen para el Colegio, declaró públicamente en la Visita que
"no encontraba palabras con que dar gracias a Dios y al P. Félix por tantos
favores divinos y humanos como se habían experimentado en aquella Comu-
nidad, merced al celo, afabilidad y prudencia de su digno Presidente".
Así continuó su gobierno el P. Félix con unánime aplauso de propios y
extraños: pero al final del trienio se sintió atacado de unas tercianas tan ma-
lignas como pertinaces que le pusieron en el trance de la muerte.
Estando sufriendo con sin igual paciencia tan molesta enfermedad, llegó
el tiempo de celebrarse el Capítulo Provincial, que tuvo lugar el año 1709; y
aunque todos los PP. Capitulares querían ponerlo al frente de algún Con-
vento, resolvieron dejarle en condiciones de poder atender solamente a la
curación de su enfermedad. Para ello le asignaron los Superiores para su resi-
dencia el Colegio de Zaragoza; y allí estaba fortaleciendo su espíritu con la
oración y convaleciendo de su enfermedad, cuando llegó la convocatoria para
el alistamiento voluntario de Misioneros para Filipinas. Sintió un impulso
secreto y vehemente de alistarse para una empresa tan santa, y después de
consultarlo con su confesor, se inscribió en la lista de Misioneros, con grande
sentimiento de los que conocían sus bellas cualidades, y con mayor júbilo del
P. Comisario y Presidente de la Misión Fr. José de Santa Gertrudis; el cual,
teniendo en cuenta los excelentes informes que de aquel le dieron todos los
Religiosos a quienes consultó, antes de ser admitido a la expedición, (como se
hacía con todos los pretendientes), y viendo que superaba con mucho en
prendas naturales y en virtudes religiosas a los cincuenta y
364 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
siete Religiosos que formaban la Misión, le nombró Vice-Comisario de la
misma, con aplauso de todos.
Salió la Misión de España; y durante el viaje fué tal su comportamiento
que se captó el cariño de todos, venerándole como a verdadero padre. El día
11 de Julio de 1711 llegó la Misión a Manila, haciéndose todos lenguas de las
bondades del P. Vice-Comisario Fr. Félix de Santiago: y él, que había ido a
Filipinas resuelto a dar su vida por la fe de Jesucristo, se vió antes sometido a
una de las pruebas más rudas que puede experimentar el amor propio. Dios,
que conocía la solidez de su humildad, paciencia, caridad y mansedumbre,
permitió que el aguijón envenenado de la envidia se clavase en lo más vivo de
su honor: pero al sentir el peso abrumador de los cargos tan terribles como
infundados contra su inocencia, brilló tanto su virtud que los sobrellevó no
sólo con resignación sino con verdadera alegría, sin que de su boca saliera la
más mínima queja ni se notase en él la más leve conturbación de ánimo;
gloriándose ante sus adictos, que eran muchísimos, de poder imitar en una
pequeña parte al divino Maestro calumniado, y no permitiéndoles que en su
presencia reprobasen la conducta de los mancilladores de su inocencia. Todo
lo dejaba en las manos de Dios, de quien procede toda alegría y consuelo, y a
Él sólo encomendaba la vindicación de su honra.
Más de dos años duró la rudísima prueba, que sobrellevó con impeturb-
able serenidad de espíritu, viéndosele alegre y risueño en medio de la poster-
gación procurada por la envidia de sus émulos. Durante este tiempo sucedió
que, viendo cierta señora principal la modestia, fervor y devoción con que el
P. Félix celebraba el santo sacrificio de la Misa, sin conocer ella al Padre ni
éste a la señora, ésta comenzó a enviarle todos los días una limosna en
metálico para el socorro de sus necesidades particulares: y aunque esto duró
todo el tiempo en que Dios quiso probar a su siervo, jamás se supo quién era
aquella señora, ni el Padre intentó investigarlo jamás.
Por el año 1713, derrotada al fin la envidia por la caridad y comprobada
inocencia del Padre, fué destinado al pueblo de Mobo para aprender el bisaya;
y habiéndolo aprendido, fué nombrado Prior y Ministro del pueblo y partido
de Romblón en el Capítulo Intermedio de 1714; cargo para el que fué reele-
gido en el Capítulo Provincial de 1716. En este ministerio fué tan grande su
caridad para con los indios que se conquistó el cariño de todos, por su gener-
osidad y nobleza y por el afecto paternal con que a todos trataba,
CAPÍTULO TREINTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 365
condonando a los pobres sus derechos y socorriéndolos con prodigalidad;
virtudes que Dios le recompensaba, enviándole por conductos para él ig-
norados abundantes limosnas.
En el Capítulo Intermedio de 1717 fué nombrado Presidente de Nuestro
Hospicio de Méjico; y allí fué a edificar con sus buenos ejemplos. Pero de tal
modo había triunfado su virtud, que los mismos que antes lo postergaron, lo
deseaban ahora en el archipiélago filipino: y aprovecharon la celebración del
Capítulo Provincial de 1719 para traerlo a Manila, nombrándole Definidor de
Provincia. Desde entonces no había asunto difícil que no lo encomendasen a
su prudencia: y por esta razón, siendo Definidor, el P. Provincial lo llevó de
secretario en la Visita a Mindoro: luego lo nombraron Visitador Provincial de
Caraga, Cebú, Masbate y Romblón, con fecha 20 de Noviembre de 1720: y
tan a satisfacción de todos hizo su visita, que el 10 de Noviembre del año
siguiente de 1721 fué nombrado Visitador Provincial de todos los Ministerios
de Zambales, conquistándose en todas partes el afecto y la admiración de los
Religiosos, y dejando en todas vigente la disciplina regular. Tanto confiaba
en sus dotes la Provincia, que el Provincial le encomendaba la parte más
difícil de su mando, seguro siempre del más lisonjero éxito, como lo acreditó
la experiencia: y por eso, desde entonces, la Provincia le colocó siempre en el
honor de las más insignes prelacías.
En el Capítulo Provincial de 1722 fué nombrado Prior de Cavite, a pesar
del empeño que tenían los Capitulares de hacerlo Provincial; pero a esto se
opuso el P. Félix con tan humilde tenacidad y tal empeño de caridad, que a su
resuelta oposición y abnegada caridad se debió la paz general de la Provincia.
El venía observando con profunda pena la división destructora que existía
desde el cisma de 1713 entre los Religiosos de las Provincias de Aragón y de
Castilla; y aunque querían hacerlo Provincial, trabajó lo indecible y empleó
todos sus recursos, que eran muchos y muy poderosos, para establecer la paz
general; él propuso como la mejor solución que se estableciese la Alternativa
en las elecciones, como en efecto se estableció este año de 1722; y renun-
ciando generosamente al honor que le ofrecían, se empeñó en que la Alterna-
tiva comenzase por los Religiosos oriundos de la Provincia de Castilla; y
aunque él era aragonés, consiguió ver establecida la paz, obligando a los su-
yos a nombrar Provincial a un castellano. Ejerció el cargo de Prior de Cavite
con aceptación universal; y no tenía mayor consuelo que la práctica de la
caridad con los indios y con los Religiosos que iban al Convento;
366 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a todos los cuales socorría con prodigalidad, distribuyendo entre ellos hasta
sus mismas ropas y los objetos más necesarios.
En el Capítulo de 1725 fué nombrado Prior de Manila; en cuyo cargo dió
nuevamente a conocer sus dotes de gobierno, manteniendo en todo su rigor la
observancia religiosa con sumo gusto y alegría de sus súbditos, y atendiendo
con abundancia a una Comunidad de sesenta Religiosos en tiempos de suma
escasez y penuria; pues estaban arruinadas todas las fincas del Convento, y
además había naufragado en las costas de Ticao el galeón Santo Cristo, per-
diéndose con él grandes intereses de la Provincia. Era indudable que Dios
premiaba su caridad proporcionándole abundantes limosnas: y así lo
proclamaba con admiración la Comunidad, que veía satisfechas todas sus
necesidades, sin que el P. Prior contrajese deuda ni gravamen alguno sobre el
Convento. Admirado de esto el P. Provincial Fr. Diego de San José, declaró
públicamente en la Visita que el hecho notorio se debía atribuir a una protec-
ción especial de la divina Providencia, merecida por las insignes virtudes del
P. Prior, más bien que al empleo de medios naturales. Pero el Prior, rubori-
zado por el elogio, repetía a todas horas: "Dios, que se compadece de sus
siervos, lo hace todo".
Segunda vez fué nombrado Prior de Cavite en el Capítulo de 1728, con la
misma aceptación general y con la misma abundancia de frutos espirituales y
temporales durante el cargo. Por fin, no tuvo más remedio que sacrificar su
profunda humildad y aceptar el cargo de Prior Provincial, para el que fué ele-
gido en el Capítulo Provincial de 1731. Durante el trienio se granjeó la esti-
mación de Religiosos y seglares, los cuales no deseaban otra cosa que con-
versar con él y poder prestarle algún servicio. Gobernó a sus súbditos con
completa paz y unión de todos, y con tanta caridad, madurez y prudencia que
todos sentían alegría en obedecer a sus indicaciones: pues sobre ser hu-
mildísimo en extremo, era afable con todos; y de tanta mansedumbre que
jamás se le oyó levantar la voz, ni enojarse con persona alguna, ni menos que-
jarse ni murmurar del prójimo, ni permitir que lo hiciesen otros en su presen-
cia: y si alguno inadvertidamente indicaba algún defecto ajeno, al momento le
atajaba diciendo: "nadie quiere ser despreciado".
Era enemiguísimo de desconsolar a sus súbditos: y si alguna vez, por
razón de su oficio, se veía obligado a corregir a alguno, lo hacía con pocas
palabras, pero tan saturadas de caridad, dulzura y mansedumbre que, sobre
seguirse la enmienda del defecto, cautivaba mucho más el cariño del cor-
regido.
CAPÍTULO TREINTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 367
A todos consolaba interior y exteriormente en todos tiempos; por lo que con
razón se le llamaba el paño de lágrimas de todos. Era celosísimo del culto
divino, y procuró siempre que las festividades y funciones eclesiásticas se
hiciesen con la mayor solemnidad y aparato, no reparando el gastar en ellas
todo lo necesario; pues decía que todo lo que a Dios se daba, Dios lo devolvía
con grande aumento y abundancia, como se lo confirmaba la experiencia. En
la observancia de nuestra Regla y Constituciones era vigilantísimo, recor-
dando siempre a todos la estrechísima cuenta que habían de dar a Dios de sus
transgresiones.
Su abstracción de personas seglares fué tan completa y señalada, que,
además de aborrecer muchísimo su familiaridad, nunca ni en España ni en
Filipinas, cuando era súbdito, pidió licencia a ningún Superior para salir de
casa a visitar a persona alguna; ni salió jamás de los Conventos sino obligado
por la obediencia de acompañar a otros Religiosos.
Cuando fué Prelado observó esta misma conducta con tanto rigor, que
sólo salía a aquellas diligencias que le eran indispensables y que no podía
encomendar a otro. Este mismo retraimiento le granjeó tanta estimación de
los seglares, que el día que fué elegido Provincial, entre otros muchos ciuda-
danos de Manila que fueron a darle la enhorabuena por su nombramiento, fué
el Sargento Mayor Don Francisco de Vivanco, el cual, mientras iba subiendo
las escaleras de nuestro Convento de Manila, iba diciendo a gritos: "Vengo a
dar la enhorabuena de Provincial a mi P. Fr. Félix, que en tres años que ha
sido Prior de este Convento no ha puesto los pies en casa de vecino alguno, y
ha ganado con todos tanto crédito con este proceder, que deseábamos todos
con todas veras alguna insinuación suya para servirle y ayudar a su Convento
en cuanto se le ofreciese": frase que oyeron muchos Religiosos, y que luego
se la repitió al P. Provincial en su celda.
Establecida la Alternativa merced a su espíritu pacificador, durante su
Provincialato vino la resolución del Definitorio General mandando que aqué-
lla se extendiese a todos los oficios, dignidades y personados, repartiéndolos
entre los Religiosos más beneméritos de las tres Provincias españolas que
componían la de Filipinas; y procuró cumplirla con tal tesón y justicia que,
habiendo todavía algunos que pretendían turbar la paz con nuevas consultas
al Definitorio General, les atajó diciendo: "el Religioso verdaderamente obe-
diente sigue a ciegas el camino del mandato del Superior, sin salirse y esca-
parse de él por las sendas tortuosas de la consulta".
368 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Sobresalió en todas las virtudes; y de todas dejó siempre muchos y muy
singulares ejemplos; pero con mayor exceso en la rigurosa observancia de los
tres votos esenciales al Religioso: pues en la pobreza fué tan extremado, que
de todos los muchos empleos que obtuvo salió con la pala al hombro, como
él decía con mucha gracia para excitar a la imitación; es decir, sin reservarse
cosa alguna ni aun para los casos más precisos y permitidos entonces al Re-
ligioso: por cuya ra-zón, cuando acabó su Provincialato, los Prelados le tu-
vieron que proveer de la ropa necesaria, pues hasta de ella carecía.
En la castidad fué singularísimo; pues sobre no permitir que en su
presencia se pronunciase, ni aun por jocosidad, ni una palabra menos decente
y honesta, ni haberle jamás oído a él una pa-labra que no oliese a total pureza
de alma y cuerpo, sentía y se disgustaba en extremo cuando se trataba en ca-
sos morales de materias relativas al sexto mandamiento.
De la obediencia tenía tan sublime concepto que él en la práctica no ad-
mitía materia parva, aunque era todo misericordia para los delincuentes; y
decía que la obediencia en el Religioso de-be ser ciega sin resquicio alguno
de interpretación privada.
Adornado de tantas virtudes, no es de extrañar que en los libros de los
conventos que presidió como prelado consten muchos aumentos espirituales y
materiales, debidos al amor entrañable que profesaba a la Recolección
Agustiniana.
Tres años le dejaron descansar, al concluir su Provincialato; no porque la
Provincia no necesitase de sus especiales dotes para lograr mayores presti-
gios, sino para que recobrase su salud harto quebrantada por su continuo tra-
bajo y por su mortificación constante: al cabo de los cuales, le volvieron a
elegir Definidor Provincial en el Capítulo de 1737: aunque el deseo de los PP.
Capitulares era elegirlo otra vez Provincial; pero su humildad y sus achaques
les hicieron desistir de su empeño; y se contentaron con incluirlo en el cuerpo
del Definitorio, a fin de aprovecharse de sus santos y sabios consejos.
Poco tiempo pudieron utilizar sus servicios; pues sintiendo que se agrav-
aba su enfermedad, lo trasladaron a nuestro Convento de San Nicolás de
Cavite; y allí descubrió el gran caudal de virtudes que atesoraba, durante los
últimos diez meses de su vida. Muchas y muy fuertes eran las molestias de su
enfermedad; pero era tan extremada su paciencia, que no se quejaba, sino que
mostraba grande alegría en acercarse a la muerte acompañado del
CAPÍTULO TREINTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 369
sufrimiento, a imitación de nuestro divino Redentor. En la noche del 13 de
Agosto de 1738 pidió al Prior de Cavite que le administrase el santo Viático;
y después de recibirlo con tan extraordinario fervor que hizo derramar
muchas lágrimas a los circunstantes, suplicó que nadie entrase en su celda
sino su confesor y el enfermero, a fin de dedicarse exclusivamente a pre-
pararse para la muerte. En esta preparación estuvo nueve días, sin consentir
que nadie le velase por la noche, por no molestar a los Religiosos. Seis días
antes de morir pidió y recibió con gran fervor la extremaunción, suplicando a
todos que le perdonasen sus defectos, y rogando que le enterrasen no como a
Provincial absoluto sino como a un Religioso particular.
Y el día 5 de Septiembre de 1738, a las once de la noche, lleno de vir-
tudes y de méritos entregó apaciblemente su alma al Creador, a los 65 años de
edad.
La noticia de su muerte causó profundo sentimiento, aun entre los
seglares, que quisieron rendirle el último tributo de su estimación, acudiendo
a sus funerales; los cuales, por disposición del Superior, se hicieron con toda
solemnidad.
Su cuerpo fué enterrado en el presbiterio de la iglesia de Cavite en el lado
del evangelio; donde espera la universal resurrección de la carne1.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Necrol., fol. 8 vto. y siguientes.
CAPÍTULO XXXIII
ARTÍCULO I
Los moros en Calamianes
Sumario: Quejas que se pierden en el vacío. –Aumenta la persecución de los moros. –
Dos informes del Provincial al Rey pidiendo remedio.

Tan destrozada había quedado toda la región de Calamianes con las inva-
siones de los moros, que los PP. Misioneros se quejaron amargamente al
Gobernador porque no se ponía remedio a tanto mal: pero el Gobierno, que
tenía a su servicio una turba de holgazanes, que preferían la molicie de la vida
de Manila a la lucha con los fanáticos moros, desoyendo los lamentos de sus
leales, los dejaba a merced de su desgracia: y los moros, que conocían la co-
bardía de los españoles de la capital, intensificaban sus faenas de rapiña y
destrucción, seguros de la más completa impunidad. Esto movió al Provincial
de Recoletos a dirigir al rey los siguientes informes:
"Señor. –Fr. José de la Concepción, Examinador Sinodal de este Arzo-
bispado de Manila y Prior Provincial de la Provincia de San Nicolás de estas
Islas Filipinas de los Agustinos Descalzos, puesto a los Reales pies de V. M.,
por este (Memorial), sin embargo de tan crecida distancia, con el respeto que
debe, dice: Que compelido de su conciencia, instigado de los continuos
lamentos de los Religiosos de su obediencia, y compadecido de lo mucho que
padecen en la Provincia de Calamianes los vasallos de V. M., en cum-
plimiento de su obligación se ve precisado a insistir en la Instancia que a V.
M. en su Real y Supremo Consejo de Indias hizo el P. Ex Provincial Fr. Fran-
cisco de la Encarnación, como su Procurador y Comisario General en esa
Real Corte, el año pasado de mil setecientos treinta y seis; cuya repre-
sentación en el todo tan justificada reproduce en éste el suplicante. Y hace
presente a V. M. que, además de las hostilidades, muertes, cautiverios, robos,
insultos y sacrilegios cometidos por los Moros Joloes, Borneyes y otras na-
ciones bárbaras en los pueblos de los cristianos que administra su Provincia,
372 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
particularmente en las Provincias de Calamianes y Mindoro, desde el año de
mil setecientos y veinte hasta principios de Julio de mil setecientos treinta y
cuatro, representados ya a V. M. por su dicho Procurador y Comisario, pone
en la piadosa y Real consideración de V. M. que no sólo no han cesado los
sacrílegos insultos de dichos moros en la Provincia de Calamianes, sino que
cada día van en aumento, con perjuicio de las almas, con menoscabo de la
Real Hacienda de V. M., y en detrimento de los Ministros evangélicos, con
total ultraje de nuestra santa fe católica y vilipendio de las armas católicas, en
tanto grado que la invasión de los referidos moros a dicha Provincia de
Calamianes, empezada por Junio del referido año de treinta y cuatro, duró
hasta fines de él con tan bárbara inhumanidad, que en toda forma sitiaron la
Real Fuerza de Santa Isabel de Taytay con treinta y ocho embarcaciones y
tanta multitud de gente de todas bárbaras naciones, que apenas cabían de pie
en dicho pueblo: e hicieron tanta y tan rigurosa batería a dicha Real Fuerza, y
la atacaron con tan bárbara fiereza, que por especial prodigio de Dios Nuestro
Señor y de la Reina de los Angeles no la cogieron.
Pero a una imagen de un Santo Niño Jesús la apedrearon y le rompieron
una mano con el mundo y un brazo. A la Reina de los Angeles a voz en grito
le decían tantas y tales blasfemias, que no cabe el oírlas en la piedad católica.
Y viendo que no podían coger dicha Real Fuerza, quemaron la Casa del
Pueblo y sus contornos, arrasaron las plantas y sembrados, y cautivaron más
de seiscientos cristianos vasallos de V. M.: siendo tantos los trabajos que los
Religiosos de su obediencia padecieron a fines de dicho año de treinta y
cuatro, que, además del Religioso que mataron los moros, de resultas de los
muchos trabajos que padecieron otros en la referida invasión, andando
huyendo por los montes, desnudos, descalzos, y cargados con los cálices y
vasos sagrados, y estando bastantes días manteniéndose con yerbas silvestres,
murieron brevemente tres Religiosos de los perseguidos, llamados el Padre
Fr. Juan de la Virgen de Moncayo, natural de Añón, el P. Fr. José de los An-
geles, del lugar de Agón en el mismo Reino; y el Padre Fr. José de San
Agustín, natural de Azaret en la Comunidad de Calatayud. Y este mismo año
invadieron los moros el pueblo de Mangarin de la Provincia de Mindoro, dis-
tante veinte leguas de esta Cabecera; y habiendo robado el pueblo, cautivado
a algunos naturales, quemado las casas y aniquilado las sementeras, fueron en
busca de Nuestro Doctrinero para matarle, que era el Padre Fray Diego de la
Virgen del Camino, quien había fallecido tres días antes;
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO PRIMERO 373
y sin embargo de haber sabido su muerte, dichos moros, para certificarse de si
era así, desenterraron inhumanos el cadáver.
El año de 35 hubo también otras invasiones de moros en dicha Provin-
cia de Calamianes y pueblo de Linacapan, en donde cautivaron tres mujeres;
y a vista de la misma Fuerza de Taytay robaron y cautivaron a varios y
mataron a un hombre. Y por el mes de Abril tuvieron aviso sus Religiosos de
que por Malampaya, legua y media de Taytay, iban entrando dos embarca-
ciones de moros, y que sitiaban toda la Provincia, como el año antecedente,
cogiendo todos los pasos, para impedir que los naturales de un pueblo pudie-
sen pasar a otro, y para que ni éstos ni los Ministros pudiesen salir a buscar el
preciso sustento para vivir. Y continuando los moros todos los años con sus
correrías acostumbradas, para hostilizar dicha Provincia, actualmente lo están
haciendo tan a su salvo, que desde el mes de Octubre del año próximo pasado
hasta el presente son muchísimas las embarcaciones de moros que hay por
toda la dicha Provincia; en tanto extremo, que los pocos naturales que han
quedado se hallan todos escondidos por los montes; y tan dispersos, que ni los
Ministros saben dónde paran sus ovejas, ni los padres dónde están sus hijos,
ni las mujeres dónde sus maridos, ni los demás saben unos de otros: y sin
saber los Religiosos qué han de hacer, claman con sus cartas al suplicante
pidiendo a toda prisa remedio para tanto mal, y expresando que a toda prisa
se va acabando la cristiandad de dicha Provincia y los Reales tributos de V.
M., si con la brevedad posible no consiguen del católico celo y Real magnifi-
cencia de V. M. el remedio que baste para fortalecer y asegurar dicha Provin-
cia de Calamianes, que se halla totalmente indefensa y abierta por todas
partes a la morisma; en donde, confiados éstos en la ninguna resistencia, en-
tran y salen como por su casa, sin que experimenten la más mínima resisten-
cia: cuyo estado tan lamentable y hostilidades tan sacrílegas, que lleva expre-
sado el suplicante, constan más por extenso en el testimonio adjunto de cartas
escritas por los Ministros Doctrineros de dicha Provincia a sus Prelados Supe-
riores y a otro Religioso. Y esto mismo habrá constado y constará a V. M. por
los testimonios de Autos con que el año de mil setecientos treinta y cinco se
daría parte a V. M. por el Superior Gobierno de estas Islas, y por los que de-
berá remitir este año de mil setecientos treinta y ocho, con otra carta del Vi-
cario Provincial actual, en que al suplicante expresa el lamentable estado que
actualmente tiene dicha Provincia. Y pide que con todo empeño se soliciten
providencias para contener a la morisma:
374 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
añadiendo que, de no darse luego providncia, se acabará muy en breve de
perder la cristiandad y los reales tributos de V. M.; además de los atrasos
espirituales y temporales que se siguen y se han seguido de no asegurar y
fortalecer dicha Provincia; en donde es innegable pudiera haber a poca costa
más de veinte mil cristianos tributantes de V. M.; y apenas habrá hoy mil y
ochocentos tributos, y no todos cristianos: Siendo el únco motivo que tienen
los naturales de dicha Provincia para no reducirse el hallarse continuamente,
como se hallan perseguidos de los moros, que los roban, cautivan y venden
por esclavos; sin que se haya dado providencia alguna que baste para su de-
fensa, y menos para su rescate, y para impedir a los moros entren libremente
en dicha Provincia, como lo hacem a todas horas y en todo tiempo.
En cuya consideración, suplica a V. M. se sirva compadecerse de tan
crecidio número de almas, de tantos fieles vasallos, de aquellos pobres Re-
ligiosos de su obediencia, y de toda la Provincia del suplicante; cuya adminis-
tración es la más pobre, la más trabajosa, la más distante y la más arriesgada,
sin contradicción alguna, entre todas las demás Religiones sagradas…
Espera recibir el suplicante este merced de V. M.; por cuya salud tan
importante incesantemente ruega… Fr. José de la Concepción, Provincial de
Agustinos Descalzos de Filipinas1.

El Fiscal de la Real Audiencia de Manila remitió su informe a Su Ma-


jestad confirmando en todas sus partes el anterior Memorial, y suplicándole
se digne dar las órdenes oportunas para atajar tamaños males; su data es en
Manila a 26 de Julio de 1738.

Pero a pesar de las muchas y muy fundadas quejas, el remedio no apare-


cía por ninguna parte: y si el Superior Gobierno, obligado por la necesidad,
llegó a tomar algunas medidas para acallar tan justificados clamores, en vez
de dar el resultado apetecido, resultaron contraproducentes, por no ser sufi-
cientes para lograr el fin propuesto.
En un Memorial fechado en el Convento de San Juan de Bagumbayan

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consultas, fol. 7 vto. y siguientes.
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO PRIMERO 375
el día 8 de Julio de 1739, el P. Provincial Fr. José de la Concepción expone a
su Majestad el Rey el miserable estado de la Provincia de Calamianes, admin-
istrada por nuestros Religiosos: y después de confirmar lo que le decía en el
Memorial presentado el año de 1738, amplía su información, aportando
nuevos datos, que bien merecen ser aquí consignados1.
"No solamente, dice, no han cesado las hostilidades, muertes, cautiv-
erios, robos y demás daños causados por los moros en los pueblos de cris-
tianos desde el año 1720 hasta el de 1737, con muerte de siete Religiosos
Recoletos, dos de ellos a manos de los moros; uno, envenenado; y cuatro, de
los trabajos que sufrieron huyendo por los montes, desnudos, descalzos, car-
gados con los vasos sagrados, permaneciendo muchos días ocultos en grutas,
comiendo hierbas silvestres; habiéndose llevado cautivas a más de dos mil
personas, saqueando, robando y quemando conventos, iglesias y pueblos,
destruyendo las sementeras y cometiendo las más horrendas profanaciones
con las sagradas imágenes; sino que el año pasado de 1738 han destruido di-
chos moros el Partido de Linacapan o Culión, habiéndolo invadido con vein-
ticinco embarcaciones, habiendo cautivado y muerto como unos ciento cin-
cuenta tributos, robado parte del Real tributo y quemado varias casas. De una
embarcación llamada champán, que salió de Manila para dicha Provincia de
Calamianes, cargada de bastimentos, de orden del Capitán y Alcalde Mayor
de dicha Provincia Don José Tirado y Salcedo, robaron cuanto en ella había,
y le pegaron fuego. A todos los cautivos los venden por esclavos; siendo muy
verosímil que todos reniegan de nuestra santa fe, viendo que la causa de su
cautiverio es el ser cristianos y fieles vasallos de Su Majestad, y que en tantos
años como llevan de esclavitud, nada se ha hecho para conseguir su rescate.=
Y aunque es verdad que, en virtud de tantas quejas elevadas a este Su-
perior Gobierno, se han despachado para aquel lugar, desde el año 1734 hasta
fines del 1738, algunas Armadillas, compuestas de dos Galerillas y algunas
embarcaciones de aquella tierra, lejos de contener con ellas a la morisma, han
sido causa del descrédito de las Armas de Su Majestad. Pues de las dos
Galerillas mandadas a Taytay en Julio de 1734, bajo las órdenes de Don
Francisco Muniz, fueron sus efectos estarse de asiento en el puerto de Taytay,
y hacerse guerra entre sí sus dos capitanes con continuas riñas y pleitos; hasta

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consultas, fol. 16 y siguientes.
376 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que el capitán Comandante huyó con su galera de noche y se vino a Manila.
Y la otra galerilla que había quedado, habiendo salido a fines de Septiembre
del mismo año en busca de dos embarcaciones de moros, fué acometida por
éstos, llegando al abordaje; y habiendo volcado con el peso de unos y otros y
caído al agua nuestros soldados, unos fueron muertos y otros cautivos de los
moros, perdiéndose la galera con todos los pertrechos que llevaba.
En noviembre de dicho año, volvió la otra galerilla que había huido a
Manila al mando del capitán Don Cristóbal González de Alba; y pasando a la
entrada del puerto por cerca de las embarcaciones de los moros, a quienes
fácilmente pudiera haber castigado con dureza, en vez de hacerlo, entró en
dicho puerto de Taytay, se puso al abrigo de la artillería del Fuerte, mandó
desembarcar la gente, artillería y pertrechos, y se guarnecieron todos en ella;
quedando los moros haciendo burla y escarnio de los cristianos.
A fines del año 1734 se despachó una Armada al mando de Don Andrés
de Palacios, compuesta de cuatro embarcaciones, dos galeotas, un champán
grande y una galerilla; y habiendo llegado a Taytay y proseguido su viaje en
Enero de 1735 hacia la Paragua, no encontrando enemigos, regresó a Manila.
En la actualidad hay en Calamianes dos galerillas para su defensa; que
cuando se despacharon para allí, a fines de 1738, dieron mucho que sentir a
los nuestros. Pues el capitán Comandante Don Pedro Barcena Sover, en vez
de ir directamente a Taytay, conforme a las órdenes recibidas, derivó la ruta
unas treinta leguas, y fué a parar a Cuyo; en donde, habiendo varado la galer-
illa Capitana en que él iba, cometió toda clase de atropellos, prendiendo sin
razón alguna al P. Prior y Ministro de dicho pueblo, y poniendo manos vio-
lentas en el Religioso que estaba de Compañero. Y este cambio de ruta im-
pidió que las dos galeras hubieran quebrantado el poder de veinte y tantas
embarcaciones de moros, que hostilizaban la Provincia precisamente en la
ruta que le mandaron seguir en Manila, y que él cambió por capricho o co-
bardía.
Por todo lo cual suplica a S. M. mande levantar tres Fortalezas y formar
una escuadrilla de cuatro Piraguas para la defensa de la Provincia y aumento
del bien en servicio de ambas Majestades. San Juan de Bagumbayan y Julio 8
de 1739.=Fr. José de la Concepción, Provincial de Agustinos Descalzos".
ARTÍCULO II
Dos víctimas del deber
Sumario: Datos biográficos de los PP. José de la Virgen de Copacavana y Roque de
Santa Mónica. –Sufren graves peligros en el mar. –La voz del deber. –Su lamenta-
ble naufragio.

Renunciar a todas las comodidades de la vida por procurar el bienestar de


los prójimos, como hacen nuestros hermanos Misioneros, es algo grande y
digno de toda alabanza; pero exponer la propia vida a los mayores peligros, y
sacrificarla en aras del cumplimiento del deber es algo que toca las lindes del
heroísmo.
A esos límites llegaron los PP. Fr. José de la Virgen de Copacavana y Fr.
Roque de Santa Mónica, a los cuales, aunque no estaban unidos por paren-
tesco alguno de familia, se les puede aplicar lo que canta la Iglesia de los san-
tos hermanos mártires Juan y Pablo: quos eadem fides et passio vere fecit esse
germanos: la misma fe y el mismo fin trágico los hizo verdaderos hermanos.
El P. José de la Virgen de Copacavana nació el año 1696 en Cantavieja,
provincia de Teruel y arzobispado de Zaragoza: tomó nuestro santo hábito el
día 22 de Enero de 1718 en nuestro Convento de Valencia; y profesó en el
mismo Convento el día 23 de Enero del siguiente año.
Cursados los estudios con aprovechamiento y ordenado de sacerdote, se
alistó corno voluntario para las Misiones de Filipinas, llegando a Manila el
día 5 de Julio de 1723 con la Misión que condujo el P. Comisario Fr. José de
San Miguel, alias el Navarro.
En Diciembre del mismo año fué destinado de Compañero a Masbate,
para aprender el bisaya; y una vez aprendido, lo trasladaron a Tandag el año
1725: en Junio de 1727 pasó a Bislig: en el Capítulo Intermedio de 1729 fué
nombrado sacristán de Manila. Terminado su cargo fué nuevamente destinado
a Bislig, donde permaneció hasta 1734 en que se trasladó a Tandag el
378 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
19 de Mayo. En el Capítulo Provincial de 1737 fué elegido Prior de Bislig, en
premio a sus muchos trabajos y a su gran celo por la salvación de las almas.
El P. Roque de Santa Mónica nació en Saviñán, provincia de Zaragoza y
diócesis de Tarazona el día 25 de Julio de 1714. Vistió nuestro santo hábito el
día 24 de Enero de 1730 en nuestro Convento de Zaragoza: y el 25 de Enero
del siguiente año profesó en el mismo Convento. Siendo todavía corista pasó
a Filipinas con la Misión que condujo el P. Comisario Fr. Francisco de la En-
carnación en el patache Capitana Nuestra Señora de Covadonga, que llegó a
Manila el 9 de Octubre de 1737.
El 27 de Noviembre de este último año se le expidieron dimisorias para
ordenarse de sacerdote: y a principio del año 1738 fué destinado de Com-
pañero a Bislig, donde, habiendo aprendido el dialecto, se dedicó a ejercer el
sagrado ministerio con singular celo, aceptación y edificación de todos los
que le conocieron.
El día 5 de Febrero de 1739 salieron del Convento de Bislig el P. José y
su Compañero el P. Roque con dirección al de Tandag, para recibir allí la
Visita Provincial; pues el P. José había recibido aviso de que estaba para lle-
gar el P. Provincial; en ese día se encontraba en el puerto de Liloan, isla de
Panaon, cerca de Caraga. Apenas salieron de Bislig embarcados, sobrevino
un violentísimo huracán que los tuvo a merced de las olas y completamente
desorientados y en gravísimo peligro de naufragar por espacio de dieciocho
días; al cabo de los cuales, estando ya cerca de Tandag, arreció de nuevo el
huracán, quebrando una batanga de la embarcación en que iban y abriendo en
la proa de la misma una vía de agua de más de una vara. Viéndose en peligro
inminente de ser sepultados por el mar, sin esperanza de poder continuar el
viaje, ante las repetidas súplicas e instancias de los remeros indios balugas,
arribaron con grandes trabajos al pueblo de Marihatag.
El mismo día que desembarcaron en este pueblo tuvieron aviso de que el
P. Provincial se hallaba en la Cabecera de Tandag: y viendo los dos Re-
ligiosos que no podían hacer su viaje por mar, por estar sumamente em-
bravecido por los baguios, y que su embarcación estaba deshecha, aunque
esto era causa sobradísima para no presentarse por entonces a la Visita Pro-
vincial, sacrificándolo todo al cumplimiento de su deber, se resolvieron de
común acuerdo a ir por tierra hasta Tandag. El viaje era muchísimo más largo
y molesto que por mar: pero ellos que habían sufrido tantas privaciones y
peligros durante los dieciocho días que fueron juguete de las olas, no se arre-
draron
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 379
ante las molestias y trabajos que les ofrecía el viaje por tierra a través de
montes y ríos caudalosos; y emprendieron la jornada, llegando al río Tago el
día 28 de Febrero de 1739, donde se detuvieron a descansar en casa de un
indio hasta las cuatro de la tarde. A esa hora determinaron pasar el río que era
caudaloso y que entonces había experimentado una gran crecida con rápida
corriente. Para ello no disponían de otra embarcación que de un pequeño
barotillo, sin cates, sin cayan, sin cañas ni batangas ni defensa alguna. Ante
aquella temeridad los indios trataron con empeño de disuadirles de su idea,
aconsejándoles que esperasen unas horas hasta que disminuyese el caudal de
agua y la corriente; pero los Padres, confiados en que podían cruzarlo como
lo habían hecho otras veces sin novedad alguna, se embarcaron en aquella
miniatura de barco; y al estar en medio del río, con la fuerza de la corriente y
una fuerte ráfaga de viento penetró en el baroto un gran golpe de agua que los
cubrió por completo. Al sentirse cubiertos de agua, asustados los dos Re-
ligiosos se levantanron de repente, y el mismo movimiento brusco hizo zozo-
brar la pequeña embarcación, quedando con la quilla al aire. Los desgraciados
Padres hicieron esfuerzos sobrehumanos para volverla; pero rendidos por la
dificultad y vencidos por la impetuosa corriente, fueron arrastrados por las
aguas hasta la barra del río, donde entre los remolinos formados por el choque
de las aguas del Tago con las embravecidas olas del mar fueron ambos
sumergidos, pereciendo ahogados.
El cuerpo del P. Prior Fr. José de Copacavana no apareció más: el del P.
Fr. Roque de Santa Mónica se halló flotando sobre las aguas al tercer día, y
fué llevado a Tandag, donde se le dió cristiana sepultura, conforme a lo dis-
puesto por nuestro Ceremonial, el día 3 de Marzo del mismo año de 1739.
Quizá el del P. Prior fué pasto de los caimanes que por allí abundaban.
Cuarenta y tres años contaba el P. José y veinticinco el P. Roque cuando
dieron su vida por cumplir con su deber: y contaron los indios que presencia-
ron el trágico suceso que, cuando el barotillo dió la vuelta, oyeron a los dos
Padres pronunciar fervorosos actos de contrición, acogiéndose a la divina
misericordia. Y no es aventurado suponer que ellos, que despreciaron los
mayores peligros por cumplir un deber, que por entonces y en virtud de las
circunstancias no les obligaba, puestos en ocasión, hubieran dado gustosos su
vida por Jesucristo1.

1
Arch. Prov. Necrol. Lib. 1.º, fol. 14 vto.
ARTÍCULO III
Un Capítulo de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –Nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el año 1739.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Agustín de Jesús María, L. J.
Definidores: P. Fr. José de Santa Ana.
P. Fr. Miguel de San Agustín, L. J.
Prior de Zaragoza: P. Fr. José de los Santos.
Subprior de íd.: P. Fr. José de San Agustín.
Maestro de novicios: P. Fr. Francisco de Santa Ana.
Prior de Alagón: P. Fr. Juan de San Felipe, L. J.
Prior de Benabarre: P. Fr. Francisco de la Virgen de Loreto.
Prior de Borja: P. Fr. José de San Bernardo, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Juan de la Virgen del Niño Perdido.
Prior de Barcelona: P. Fr. Joaquín de Jesús María, Predicador.
Prior de Guisona: P. Fr. Joaquín de San Antonio1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO XXXIV
ARTÍCULO I
Tres Capítulos Provinciales
Sumario: Nombramientos del Capítulo Provincial de Castilla. –Actas, determinaciones
y nombramientos del Capítulo Provincial de Filipinas. –Capítulo Provincial de la
Candelaria. –Determinaciones y nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el año 1740.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Francisco de San Jerónimo, L. J.
Definidores: P. Fr. Felipe de San José, L. J.
P. Fr. Andrés de la Madre de Dios.
P. Fr. Domingo de San Diego.
P. Fr. Manuel de la Concepción.
Prior de Madrid: P. Fr. Juan de San José, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Manuel de Santa María.
Maestro de novicios: P. Fr. Francisco de la Asunción.
Sacristán de íd.: P. Fr. Juan de San Vicente Ferrer.
Prior de Valladolid: P. Fr. Alonso de Santa Rita, L. J.
Prior de Toledo: P. Fr. Francisco de los Remedios, Predicador.
Subprior de íd.: P. Fr. Gabriel de la Cruz.
Sacristán de íd.: P. Fr. Lorenzo de la Concepción.
382 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de La Nava: P. Fr. Juan de la Encarnación.
Vicerrector de Salamanca: P. Fr. Ignacio de Santa María.
Secretario: P. Fr. Francisco de San José1.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila,
en los días 6 al 9 de Mayo de 17402.
Fué presidido por el segundo Definidor Fr. Jacinto de San José, por haber
muerto el primero Fr. Félix de Santiago, Ex Provincial.
En él se determinó nombrar cuatro Aditos, para observar rigurosamente
la Alternativa, a fin de que suplan en caso necesario a los cuatro Definidores.
Se aprobaron seis Actas, en la última de las cuales se dispuso erigir en
Vicariato la Misión de Subic. De las catorce determinaciones que se establec-
ieron, la 10.ª manda que, accediendo a los deseos e informes del P. Hipólito
de San Agustín, Prior de Cagayán, se coloque en los montes de Batinay o
Lobo, del Partido de Cagayán, un Religioso que los administre, man-
teniéndose con uno de los estipendios de los dos Misioneros de Tagaloan. En
la 11.ª se determinó que haya Religiosos fijos en los pueblos de Casborran,
Cabangan, Banton, Ticao, Surigao o Canayonan, Calagdan, Catel, Linao o
Hingo y en Camiguín; quedando al cuidado de los PP. Priores la manutención
de dichos Religiosos. La 13.ª dice textualmente: "Item: Se declaró que desde
este presente Capítulo se comiencen a practicar las Declaraciones del
Capítulo General sobre la Alternativa rigurosa en todos los Oficios, Digni-
dades y Personados de esta santa Provincia, para mantenerse el equilibrio e
igualdad entre las Provincias alternantes".
En la elección de Provincial tocaba el turno de alternativa a la Provincia
de Andalucía, a la cual se llamó en voz alta: pero hallándose que carecía del
número necesario de Religiosos, se declaró pertenecer la elección a la Provin-
cia de Castilla: y en este turno se hicieron las elecciones siguientes:
Provincial: El P. Fr. Juan de San Antonio, alias, Lillo, Predicador.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 39.
2
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 114 y siguientes.
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 383
Definidores: PP. Fr. Manuel de Santa Teresa; Fr. Francisco de San
Pedro; Fr. Anselmo de San Agustín, Lector Jubi-
lado; y Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Aditos: PP. Fr. Roque de la Madre de Dios, por la Provincia
de Castilla; Fr. Francisco de la Encarnación, por la
Provincia de Aragón; Fr. Hipólito de San Agustín,
segundo Adito por la Provincia de Castilla; Fr. José
de Santo Tomás de Villanueva, segundo Adito por la
Provincia de Aragón.
Al margen de esta página 126 se lee la siguiente: "Nota. Por yerro del es-
cribiente o por equívoco del que extendió el Capítulo, se erraron los asientos
de los Aditos: por lo que se declaró por Junta de Definitorio pleno, que el
primer Adito por la Provincia de Castilla es el P. Predicador Fr. Hipólito de
San Agustín; y el primero por la Provincia de Aragón, el P. Prior de Cavite
Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.=Fr. Juan de San Antonio, Provin-
cial".

Definidores Generales de esta Provincia.


1.ª Vida. El P. Fr. Francisco de San Jerónimo, L. J., alias,
Mena.
2.ª Vida. El P. Fr. Manuel de Santiago, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Rector que fuere del Colegio de Salamanca.

Segundos Definidores Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Blas de la Concepción, L. J. Calificador de la
Suprema, y Ex Provincial de Aragón.
2.ª Vida. El P. Fr. Agustín de Jesús María, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Prior que fuere del Convento de Valencia.

Primeros Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Pedro de San José, L. J., alias, Altamira.
2.ª Vida. El P. Fr. José de San Agustín, L. J., alias, Rosillo.
3.ª Vida. El P. Rector que fuere del Colegio de Almagro.
384 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Segundos Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Juan de San José, L. J., alias, Cañaveral.
2.ª Vida. El P. Fr. José de los Santos, L. J., de la Provincia de
Aragón.
3.ª Vida. El P. Fr. Pedro de San Nicolás, L. J., de la Provincia
de Andalucía.
4.ª Vida. En defecto de los tres, el P. Prior que es o fuere del
Convento de Toledo.
Prior de Manila: P. Fr. Francisco de la Encarnación, Ex Provincial.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Cristóbal de la Soledad.
Prior de Cebú: P. Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva.
De Cavite: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
De San Sebastián: P. Fr. Juan de la Encarnación.
De Masinloc: P. Fr. Pablo de San Agustín.
De Bolinao: P. Fr. Alonso de San Gabriel.
De Mariveles: P. Fr. Pedro de Jesús.
De Tandag: P. Fr. Fernando de San Miguel.
De Butuán: P. Fr. Miguel de San Marcial.
De Siargao: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido, alias, Borja.
De Cagayán: P. Fr. Juan de San José, alias, Campanario.
De Romblón: P. Fr. Roque de la Madre de Dios.
De Calapán: P. Fr. Cosme de la Virgen del Pilar, de Zaragoza.
De Taytay: P. Fr. Andrés de Jesús María.
De Masbate: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva
De Nauhan: P. Fr. Juan de la Virgen de los Dolores.
Vicario Prior de Painaben: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. José de la Virgen del Pilar, alias,
Rubio.
Vicario Prior de Bislig: P. Fr. Francisco de la Virgen del Rosario, alias,
Ma-gallón.
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 385
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Domingo de San Agustín.
Vicario Prior de Culión: P. Fr. José de San Agustín, alias,
Catalán.
Vicario Prior de Bongabon: P. Fr. Agustín de San Antonio.
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Cipriano de San Basilio.
Vicario Prior de Subic: P. Fr. Miguel de la Concepción, alias, Gallego.
Socio del P. Provincial: P. Fr. José de San Bruno.
Procurador Provincial: P. Fr. Mateo de la Encarnación.
Subprior de Manila: P. Fr. Francisco Javier de la Concepción.
Sacristán de Manila: P. Fr. José de San Juan Bautista.
Presidente de Méjico: P. Fr. Pedro de San Francisco.
Cronista de Provincia: P. Fr. José de la Concepción, Ex
Provincial.
En Capítulo privado celebrado en Manila el 9 de Diciembre de este año
de 1740, fué nombrado por unanimidad Comisario y Procurador en la Curia
Regia el P. Lector Jubilado y Definidor actual Fr. Anselmo de San Agustín.

N. P. Vicario General Fr. José de la Virgen del Pilar no confirmó la elec-


ción del P. Francisco de la Encarnación para Prior de Manila; y en su lugar
nombró al P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva, que era Prior de Cavite:
y para Prior de Cavite nombró al P. Domingo de San Agustín: y autorizó al
V. Definitorio para nombrar sucesor a alguno de los por él nombrados, en
caso de defunción: y como había muerto el P. Domingo de San Agustín, el V.
Definitorio nombró Prior de Cavite al P. Felipe de Santa Ana, en sesión de 23
de Marzo de 17431.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el día 9 de Septiembre de
1740, se tomaron, entre otras, las siguientes Determinaciones2:
"Así mismo suplicamos y rogamos a N. V. P. Vicario General que

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 137 y 138.
2
Arch. Gen. Carp. F.
386 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
respecto de hallarse esta Provincia en la última miseria, con el Convento de
Panamá quemado, el de Cartagena bombeado y sitiado de los enemigos, y los
Religiosos desterrados, y los demás Conventos de la Provincia con el dona-
tivo de su Majestad, proponemos a su Reverendísima con la sumisión debida
que por ahora se sirva concedernos que esta Provincia contribuya con 200
pesos por cada cuatrienio para los gastos que se puedan ofrecer y demás cosas
necesarias".
Se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: P. José de la Ascensión, Lector.
Definidores: PP. Nicolás de San Agustín, Sandobal, Francisco de
Jesús, Vicente de Santo Tomás e Ignacio de San
José, Lector.
Aditos: PP. Clemente de San Pablo, Juan de San Agustín, Ro-
jas y Fernando de Santa Ana.
Rector de Bogotá: P. Clemente de San José.
Subprior y Maestro de Gramática: P. Pedro de San Miguel.
Vicerrector y Maestro de estududiantes: P. Francisco de San Joaquín,
Lector.
Prior del Desierto: P. Lucas de San Miguel.
Subprior de íd.: P. José de San Agustín, Méndez.
Maestro de novicios: P. Juan Francisco de San José, Perea.
Prior de la Popa: P. Nicolás de San Fulgencio.
Subprior de íd.: P. José del Espíritu Santo, Quiñones.
Prior de Panamá: P. Víctor de San José, Lector Jubilado.
Subprior de íd.: P. Nicolás de San Agustín, Lector.
Prior del Topo de Tunja: P. Juan de San José, Rojas.
Prior de Honda: P. Fernando de Santa Ana.
Secretario: P. Clemente del Salvador.
Procurador: P. Juan de San Agustín, Rojas.
Definidores para el Capítulo General: Primero: PP. Agustín de Jesús
María, Lector Jubilado; Felipe de San José, Lector Jubilado; Pedro
de San José, Lector Jubilado.
Definidor segundo: PP. Miguel de San Agustín, Lector Jubilado; Diego
de Santa Rosalía, Lector Jubilado; Félix de la Encarnación, Lector
Jubilado.
CAPÍTULO TREINTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 387
Discreto primero: PP. José de Santa Ana, Lector Jubilado; Pedro de la
Concepción, Lector Jubilado; Agustín de San José.
Discreto segundo: PP. Isidoro de San Miguel, Lector Jubilado; Juan de
la Concepción, Lector Jubilado; Pedro de San Nicolás, Lector Jubi-
lado.
El Capítulo tomó también la siguiente determinación:
"Así mismo, en atención a mirar el progreso y aumento de nuestras
Misiones en Santiago de las Atalayas y la conservación del Hato destinado
para este efecto, habiendo experimentado, según consta de la Visita, el celo,
Religión y buenas obras en que se ha empleado el V. Padre Fr. José de San
Jerónimo, cura doctrinero en Iximena, le nombramos, criamos y elegimos por
Prefecto de dichas Misiones y Prelado de todos los Religiosos estantes, habi-
tantes y huéspedes en todo el distrito de los Llanos. Damos las gracias por
todo lo bien obrado y aumentos de la Iglesia; y rogamos, mandamos y encar-
gamos no permita que ningún Religioso disipe o enajene cosa perteneciente al
Hato de dichas Misiones"1.

1
Arch. Gral. Carp. F.
ARTÍCULO II
Osadías y temores
Sumario: Los moros dueños del archipiélago. –El Gobierno los deja en paz. –Informe y
queja a su majestad el rey.

No es de extrañar que los moros se hiciesen dueños de todo el archipié-


lago, al ver que las autoridades españolas no sólo no los perseguían sino que
los temían cobardemente: pero lo que extraña sobremanera es que el mismo
Gobernador General, para justificar su cobardía ante las repetidas y fundadas
quejas de los Religiosos, contestase a éstos malhumorado "que habían ido a
Filipinas a sufrir el martirio". Bien podía haber añadido que los indios estaban
protegidos por España para dejarse cautivar y matar como alimañas por los
moros. Ante esta actitud del Gobierno, el Provincial de Recoletos se elevó al
Rey en queja con el siguiente informe:
Señor.=Aunque en los años próxime pasados de mil setecientos treinta
y ocho y treinta y nueve representó mi antecesor a V. M. el miserable estado
de la Provincia de Calamianes, con las continuas invasiones, muertes, cautiv-
erios, robos y sacrílegos insultos cometidos por los moros Joloes, Borneyes,
Tidores y otras naciones bárbaras en los pueblos de cristianos que administra
mi sagrada Religión, además de los que tenía ya expresados a V. M. en su
Real y Supremo Consejo de Indias el P. Ex Provincial Fr. Francisco de la
Encarnación, como Procurador y Comisario General de esta Provincia en su
Real Corte, en su Memorial presentado a fines de Junio del año pasado de mil
setecientos treinta y seis; el cual juntamente con dichas dos representaciones
de mi antecesor, como tan justificadas en un todo, reproduzco en éste y doy
por insertas en el todo, por no molestar más la católica y Real atención de V.
M.: no obstante, viendo, Señor, que no solamente no han cesado dichas hos-
tilidades, sino que cada día van en aumento, por las ningunas providencias
que por parte del Superior Gobierno de estas Islas se han dado, y las ningunas
esperanzas que hay de que se den, a lo menos, bastantes para contener el
orgullo cada día mayor de la morisma; en cumplimiento de la obligación de
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 389
mi cargo y para el total descargo de mi conciencia, me veo precisado a poner
en la Real y católica consideración de V. M. el lamentable estado en que se
halla, de nueve meses a esta parte, no sólo la cristiandad de la Provincia de
Calamianes, sino también la de la Provincia de Mindoro, tan inmediata a esta
Capital. Pues habiendo venido diez y seis o diez y ocho caracoas de moros a
dicha Provincia de Mindoro por Octubre del año próximo pasado de mil
setecientos treinta y nueve, después de haber hostilizado la Provincia de Ca-
lamianes a su salvo, por no haber quien se lo impidiese, acometieron a los
pueblos de Bulalacao, Mangarín e Ililin y otros, en donde mataron a algunos
naturales, cautivaron otros, profanaron sus iglesias, haciendo mofa e irrisión
de las sagradas imágenes, cortando a unas las narices, a otras los pies, y
abriendo a otras sus sagrados rostros con los alfanjes, con otras tan sacrílegas
demostraciones que ni aun oírlo cabe en la piedad cristiana.
Los cautivos que en esta ocasión se llevaron, según se ha podido
averiguar, fueron cuarenta y uno, y entre ellos un cobrador con los Reales
Tributos que había recaudado y llevaba su importe para entregarlo al Cor-
regidor de dicha Provincia.
De manera que dejaron destruidos los pueblos; particularmente lo ha
quedado el pueblo de Mangarín con esta invasión y las de los años anteceden-
tes; que de tantos tributos y vasallos de V. M. como tenía, se reducen ya hoy
los tributos a tres, y a siete u ocho mujeres pequeñas: por lo que han pedido
reducirse a otro pueblo de los de dicha Provincia. Y lo que ha causado mayor
compasión es lo que dichos moros ejecutaron el día veinte y tres de Octubre
de dicho año de treinta y nueve en el pueblo de Ililin de la misma Provincia
de Mindoro: pues habiendo llegado a él tres embarcaciones grandes de moros
y desembarcado sin que los centinelas los pudiesen ver, y echádose sobre
ellos, aunque los otros huyeron, amarraron a uno de los que había de guardia;
y llevándole por espía para que les mostrase el convento, acometieron tantos
moros a él que, entre otros cautivos, cautivaron al Ministro Doctrinero, Re-
ligioso de mi obediencia, llamado el Padre Fr. León de San José, natural de la
Peraleda en la Extremadura, que vino a estas Islas en la última Misión con
que el año de treinta y seis fué V. M. servido socorrer a mi Provincia. Y habi-
endo robado dichos moros todos los ornamentos y vasos sagrados y cuanto
había en dicho convento e iglesia, le llevaron en paños menores, amarrado, a
la embarcación: y he sabido ciertamente que, al poco tiempo que estaba dicho
Padre cautivo en la misma embarcación de los moros,
390 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
le dieron éstos cruelísima muerte, cortándole primero sus manos consagradas
y después la cabeza, con otras muchas crueldades que acostumbra su im-
piedad hacer con los cuerpos de los Ministros evangélicos.
Y habiendo ocurrido mi Provincia al Superior Gobierno de estas Islas,
participándole esta tan fatal desgracia y las muchísimas extorsiones que
hacían dichos moros en la Provincia de Mindoro, según que llevo expresado a
V. M., fué tan mal recibida la instancia que, sin embargo de haberse venido
huidos tres Religiosos de mi obediencia a esta Capital, y con ellos un criado
del Religioso que cautivaron, que se escapó herido de los mismos moros, e
informado de todo muy por extenso a vuestro actual Gobernador y Brigadier
Don Gaspar de la Torre, en vez de providenciar que saliesen con toda breve-
dad algunas embarcaciones en seguimiento de dichos moros, para rescatar al
Religioso y tomar satisfacción de tantos agravios hechos a nuestra Religión
católica y a las católicas armas de V. M., se hizo bien poco aprecio, haciendo
poca merced a los Religiosos, y dudando de la veracidad de su informe con
palabras y expresiones muy ajenas del debido respeto a lo sagrado y nada
propias de católicos pechos. Y aunque se hizo Junta de Guerra, fué propo-
niendo como dudosa la noticia, por ser de Religiosos: y en su consecuencia
sólo se providenció saliese una galera de esta ciudad para la isla de Mindoro,
con el fin sólo no de contener a la morisma, como pedía el caso, y rescatar al
Religioso y a tantos cautivos cristianos como se llevaban y tomar alguna sat-
isfacción de tan sacrílegos insultos, sino para que jurídicamente trajesen con-
stancia de la certeza de las expresadas hostilidades y cautiverio del mencio-
nado Religioso de mi obediencia y demás naturales de dicha Provincia; como
con efecto se ejecutó: pues dicha galera dió la vuelta por algunos de los pueb-
los infestados; y habiendo puesto constancia de todo el hecho, según que
llevo expresado a V. M., dió la vuelta para esta ciudad, sin otra más diligencia
que la de traer jurídicamente constantes tan lastimosas tragedias. Y cuando
esperaba mi Provincia que dicho vuestro Gobernador actual tomase alguna
resolución fuerte, cual convenía y pedía el caso, sólo experimentó un nuevo
motivo para el mayor desconsuelo de todos los Religiosos; cual fué el decir al
Procurador General de mi Provincia que veníamos a esta tierra para padecer
martirio. Y a dos Religiosos de la misma Provincia de Mindoro que vinieron
huidos de los mismos moros les dijo así mismo que algún día se les cum-
plirían también a sus Reverencias los deseos del martirio que los había sacado
de España. Como si la real mente de V. M. en conducir los Religiosos a estas
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 391
partes, a costa de su Real Erario, se dirigiese ni remotamente a que a dichos
Religiosos, pudiéndolos libertar de semejantes hostilidades, los dejen inde-
fensos en los pueblos de su administración, y expuestos a que los moros fácil-
mente los cautiven, maten, profanen lo sagrado, y maten y cautiven a los po-
bres naturales; como si éstos, por fieles vasallos de V. M. y por cristianos, no
fuesen acreedores de justicia a su protección y defensa, que tanto encarga el
católico celo de V. M. a los Gobernadores y Superiores de sus Reales
Dominios. Y aunque los Religiosos que administran en esta ocasión dicha
Provincia de Mindoro, temerosos de los moros, y mucho más desconsolados
por ver no se daba providencia para la seguridad y defensa de los pueblos de
su administración, repugnaban mantenerse en ella, según que expresamente lo
manifestaron a mi antecesor, y éste a vuestro Reverendísimo en Cristo Arzo-
bispo Metropolitano de estas Islas, Don Fray Juan Angel Rodríguez, a per-
suasiones de su apostólico y pastoral celo y del mayor bien de las almas, y
asegurando a mi Provincia interpondría toda su autoridad con Vuestra Ma-
jestad para su seguridad y defensa con la mayor brevedad posible, pudo dicho
mi antecesor vencer a sus Religiosos para que volviesen a la administración
espiritual de dicha Provincia de Mindoro, como con efecto continúan en ella;
pero cada día con nuevos sustos, por las invasiones de los moros que son con-
tinuas; precisados a andar a pie huyendo con los ornamentos y vasos sagrados
por lo más áspero y encumbrado de los montes y serranías, padeciendo
muchos trabajos y experimentando gravísimas necesidades, y aun man-
teniéndose muchos días con raíces y yerbas silvestres; de que se les han
originado muchos atrasos en la salud, y tantos que están casi imposibilitados
a poder continuar con la administración espiritual de los naturales, por más
que su apostólico celo les anime a sacar fuerzas de flaqueza.
Y aunque todo lo expresado a V. M. hasta aquí, sobre la invasión de di-
chos moros a los pueblos de cristianos de la Provincia de Mindoro por Octu-
bre del año próximo pasado, es tan digno de sentimiento; sin comparación es
más para sentirse y llorarse lo que desde principios de Abril de este presente
año se ha experimentado con ellos; cuya osadía jamás se ha conocido mayor:
pues parece que con la confianza de las ningunas providencias que por este
Superior Gobierno se han dado para contener su orgullo y atajar tantos daños
espirituales y temporales como han hecho en los años antecedentes en los
pueblos de cristianos, se ha conmovido la morisma, según la multitud de em-
barcaciones que a principios de Abril aparecieron por la Provincia de Calami-
anes,
392 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
infestando los pueblos con robos, muertes y cautiverios, y aprisionando cuan-
tas embarcaciones encontraban para robar lo que había en ellas. Como lo
hicieron, entre otras, con una embarcación que llaman panco, del pueblo de
Agutaya; que después de haber robado cuanto los pobres naturales llevaban
en ella, la echaron al través, escapándose milagrosamente la gente, por
haberse arrojado al agua de antemano. Y a toda la gente de un champan car-
gado de géneros, que llevaba un Sangley mercader para buscar su vida, los
mataron dichos moros; y robando los muchos intereses que llevaba, dejaron
tirada la embarcación, en donde se veía la mucha sangre de la gente que
habían muerto.
Las embarcaciones de moros que en esta ocasión se pudieron contar,
aseguran que pasaban de cincuenta, y en ellas muchas de mayor porte que una
galera; como lo expresa en su carta escrita al Alcalde mayor de Taytay Don
Antonio Calleja y Urbina desde la misma Provincia de Calamianes.
El capitán de la galera que había para guarda-costas en dicha Provincia,
Don Juan José Coronado y Vázquez, en vez de hacer oposición a dichos mo-
ros, viendo tanta multitud de embarcaciones con que venían, y que a las
claras hacían mofa y escarnio de las católicas armas de V. M., dejando total-
mente desamparada dicha Provincia de Calamianes, se vino a esta ciudad,
pretextando falta de bastimentos, y expresando al mismo tiempo la multitud
de embarcaciones de moros que había visto en dicha Provincia de Calami-
anes, y que le vinieron siguiendo hasta la de Mindoro, en donde se hallaban
infestados los pueblos, y apresando cuantas embarcaciones venían a esta ci-
udad al tráfico y cuantas salían de ella para las Provincias; para cuyo efecto
sin ejemplar, y particularmente en el tiempo presente, que por lo regular suele
ser contrario para volver dichos moros a sus tierras, cercaron toda la isla de
Mindoro, sin embargo de ser tan grande, y cogieron todos los pasos por
donde precisamente de ida o de vuelta habían de transitar las embarcaciones a
tiempo que, con ocasión de la concurrencia de los dos Capítulos Provinciales
de Agustinos Calzados y Descalzos, pues se celebraron el día seis de Mayo de
este presente año, era forzoso pasar por donde estaban los moros los muchos
Religiosos Ministros Doctrineros de una y otra Provincia para sus Ministerios
de Bisayas, Panay, Iloilo, jurisdicción de Cebú, Provincia de Caraga y tieras
de Mindanao; como si de propósito hubieran tenido aviso dichos moros de la
ocasión tan oportuna, como era la concurrencia de dichos dos Capítulos
Provinciales, para saciar mejor la mucha aversión y encono
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 393
que tienen a nuestra santa fe católica y a los Ministros evangélicos: y aun, a lo
que parece, como si tuvieran el seguro de que por parte de este Superior Go-
bierno no se había de dar providencia alguna contra ellos; como en efecto no
se dió por entonces, no obstante las noticias que de todo lo referido dieron los
mismos soldados de la misma galera huida y varios despachos que habían
llegado, en que se participaba esto mismo al Superior Gobierno. Y por me-
diado del mes de Mayo se tuvo noticia cierta de que dichos moros, teniendo
cercada toda la Provincia de Mindoro, eran innumerables los daños que esta-
ban ejecutando, ya en los pueblos de dicha Provincia, ya por los demás para-
jes de ella, apresando cuantas embarcaciones pasaban, robando cuanto había
en las embarcaciones, y matando a unos de los que iban en ellas y cautivando
a otros: cuyos daños muy por extenso constan del testimonio adjunto de las
cartas que autorizado del Secretario de mi Provincia remito con este a Vuestra
Majestad. Y hubieran cautivado a muchos Religiosos de mi Provincia y la de
los Padres Agustinos Calzados, si éstos con la noticia cierta de las muchas
embarcaciones de moros, que había en los mismos parajes por donde pre-
cisamente habían de pasar, y las muchas hostilidades que ejecutaban, no hu-
biesen arribado al pueblo de Batangas, tierra firme de Manila; en donde fué
preciso mandarlos detener sus Superiores cerca de un mes; lo que no pudo
ejecutar un Religioso de mi obediencia llamado Fray Hipólito de San
Agustín, natural de la Villa de Candeleda, obispado de Avila, sujeto de
grandes prendas y mucha religiosidad. Pues habiendo venido a votar al
Capítulo de mi Provincia, y queriendo ésta, en atención a sus grandes pren-
das, darle uno de los más honríficos Oficios de ella, suplicó humildemente
que le asignasen para fundar una nueva Misión en el Mindanao, que tenía en
buena disposición; y prometía felicísimos progresos de la extensión de nues-
tra santa fe católica, con mucha acrecentación de vasallos tributantes de V.
M.
Y habiendo condescendido con su súplica, iba a poner en ejecución los
deseos de su apostólico celo, ignorante acaso de que se atreviesen los moros,
sin ejemplar, a poderse poner en el paraje por donde había de pasar, por ser el
más público y el de mayor tráfico en este tiempo: y cerca de un paraje que
llaman la punta de Pola le acometieron tres embarcaciones de moros: y por
más que dicho Religioso se arrojó con la gente de la embarcación al agua,
pareciéndole que, estando tan cerca de tierra, podría escapar de los moros
escondiéndose en los montes, no tuvo efecto; porque, sobre ir dicho Religioso
enfermo, le cercaron con tanta brevedad los moros, que lo aprisionaron. Y
394 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
aseguran los indios de la embarcación, en que iba el dicho Padre, que
pudieron huir, que le desnudaron, y, echándole una soga a la cintura, le ar-
rastraron por la playa, y le llevaron preso y cautivo a la embarcación, robando
cuanto dicho Padre llevaba en la suya para avío de la nueva Misión que iba a
fundar, y también los ornamentos y vasos sagrados que llevaba. Y al día
siguiente hubiera sucedido lo mismo y en el propio paraje con tres Religiosos
de mi obediencia, que iban en una embarcación para Cebú, a no haber tenido
la noticia de lo que el día antes había sucedido con dicho P. Fr. Hipólito por
dos indios criados suyos, que hallaron en una playa y recogieron en dicha
embarcación. Ahora hemos sabido ciertamente por un indio cristiano del
pueblo de Calapán, que, estando cautivo con dicho Padre, se escapó a nado el
día dos de Junio de este presente año enfrente del pueblo de Mangarin de la
misma Provincia de Mindoro, que dicho P. Fr. Hipólito estaba cautivo en la
misma embarcación, en hábito blanco y con un dogal al cuello; aunque, al
parecer, estimado y querido del capitán moro, por su mucha humildad y
apacible genio, y por haber dado salud a dos hijos de dicho capitán moro, que
en la misma embarcación estaban muy enfermos. Y aun asegura dicho indio
que, según oyó al capitán, no permitiría que maten a dicho P. Fr. Hipólito:
con lo que me quedan algunas esperanzas de poder solicitar por parte de mi
Provincia medios proporcionados para su rescate: pues estoy asegurado de las
ningunas diligencias que por parte del Superior Gobierno de estas Islas se
harán, para rescatar a dicho Religioso ni a tanta multitud de cristianos vasal-
los de V. M. como han cautivado en esta ocasión; como no se han hecho para
el rescate de más de dos mil personas que, desde que empezaron las inva-
siones de los moros en las dos dichas Provincias, han cautivado. Pues sólo tal
cual, huyéndose con mucho trabajo, ha vuelto a su pueblo; y lo que más es de
ponderar y aun digno de llorarse es que, habiendo los moros cautivado tantos
cristianos como llevo dicho, no hay ejemplar que las católicas armas de Vues-
tra Majestad hayan cautivado en todo el referido tiempo un solo moro, de
quien poder siquiera tomar algún informe del paradero de dichos cautivos
cristianos, y lo demás que condujese a tomar satisfacción de tantos agravios
hechos por dichos moros a nuestra religión cristiana, a los Ministros evangé-
licos, a las armas católicas y a los pobres vasallos de V. M. y pueblos de sus
Reales Dominios.
Y aunque a repetidas instancias que hice a dicho vuestro Gobernador y
Brigadier, Don Gaspar de la Torre y Ayala, para que providenciase el atajar
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 395
tantos daños espirituales y temporales como estaban haciendo los moros, pro-
testándole que, de no dar las debidas providencias, me vería precisado a re-
tirar a todos mis Religiosos a esta Capital para asegurar sus vidas; y en vista
de repetidos despachos para el mismo efecto del Corregidor de la Provincia
de Mindoro y del Alcalde mayor de Balayan, providenció que el día veinte y
siete de Mayo saliesen de esta ciudad tres galerillas y un champán contra di-
chos moros; y sobre no llevar cada galerilla más que diez y ocho soldados, y
haber ido toda la Armada tan desaviada de un todo como aparece por el tes-
timonio de la carta que va adjunta del P. Prior de Baguan Fr. Manuel de
Zamora, y según que el mismo Cabo superior de la Armada ha expresado, en
vez de ir en seguimiento de los moros, se fué haciendo tiempo en los puertos
de Batangas y Calapán; y el último día de Junio estaban ya de vuelta en esta
ciudad, sólo con la noticia cierta de todo cuanto a V. M. llevo informado; y
excusándose con decir que no habían encontrado los moros: siendo así que el
día dos de Junio, en que dicha Armadilla estaba dado fondo en Calapán,
Cabecera de Mindoro, fué cuando se escapó el indio a nado de la embarca-
ción en que estaba cautivo dicho P. Fr. Hipólito, y los moros estaban en Man-
garin, no muy distante de dicha Cabecera de Calapán, en donde dicha Arma-
dilla estuvo diez días anclada: prueba evidente o del mal avío que dicha Ar-
madilla llevaba para poder acometer a los moros, o de que sólo se había de-
spachado para espantarlos, y no para tomar satisfacción de tan crecidos
daños.
Lo cierto es que los Religiosos de mi obediencia, que administran en
dicha Provincia de Mindoro, se hallan todavía ocultos en las serranías de di-
chos montes, amparados de los infieles que habitan en ellas, que se llaman
Manguiones, que, aunque infieles, estiman mucho y veneran a los Ministros
evangélicos: en donde es indispensable padezcan dichos mis Religiosos
muchas incomodidades y trabajos, y aun falta de los precisos mantenimientos,
Dios nuestro Sefior los consuele.
Y por lo que hace a los Ministros de la Provincia de Calamianes, no
tengo especial noticia: aunque me recelo mucho que se hallen en gravísimos
trabajos; pues estando dicha Provincia, como está, totalmente indefensa y sin
embarcación alguna con que poder hacer oposición a los moros, es muy facti-
ble que, a la vuelta de éstos para sus tierras, ejecuten a su salvo muchas atro-
cidades, como las han hecho en las otras ocasiones.
Estas son, Señor, las lamentables desdichas que de nueve meses a esta
396 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
parte ha experimentado la cristiandad que está a mi cargo de mi Provincia, y
los trabajos en que se han visto y se ven mis Religiosos, además de las hos-
tilidades ejecutadas por dichos moros en el Partido de Romblón, per-
teneciente también a mi Provincia, y en otras partes; como consta en el
mismo testimonio de cartas adjunto.
Y sobre el sentimiento justo que me asiste de tantas y tan lamentables
desdichas, y el desconsuelo de ver no se dan providencias algunas que basten
para el remedio a tanto daño, me aflige más sin comparación el considerar las
ningunas esperanzas de que por acá se pueda dar providencia alguna; como
expresamente lo ha dicho al Procurador General de mi Provincia vuestro ac-
tual Gobernador y Brigadier Don Gaspar de la Torre; pretextando no haber
medios ni caudal en las Reales Cajas de V. M., y añadiendo: Que por más
órdenes que de esa Real Corte vengan para poner freno a la morisma, no re-
mitiendo plata de Méjico para el efecto, nunca se podrán poner en ejecución.
Sobre cuyo asunto se me ofrece poner en la real consideración de Vues-
tra Majestad, que con la mitad de los costos que se han hecho en las Armadas,
de ocho o nueve años a este parte, tan infructuosas que más han servido de
descrédito que de lauro a las católicas armas de V. M., y más de destrucción
que de defensa de los pueblos de dichas dos Provincias, como con instrumen-
tos bastantes informó mi antecesor el año próximo pasado a V. M., se
pudieran haber asegurado totalmente dichas dos Provincias, y atajado tantos
daños, cerrando la puerta a la morisma, en la conformidad que se empezó a
ejecutar por el Superior Gobierno de estas Islas el año pasado de mil setecien-
tos y diez y nueve, y según y como tiene pedido y suplicado a V. M. mi
Provincia en los informes de mi antecesor, e instancia que hizo en su Memo-
rial para el mismo efecto el P. Ex Provincial Fr. Francisco de la Encarnación,
hallándose de Procurador y Comisario General en esa Real Corte por fines de
Junio del año pasado de mil setecientos treinta y seis.
Así mismo se me ofrece hacer presente a V. M. que, habiéndose deter-
minado por junta General de Guerra que con lo que produjese el ramo de vino
en cada un año se mantuviesen de pie seis galeras de guarda-costas, las dos en
Zamboanga, dos en la Provincia de Calamianes y dos en la de Mindoro, sin
embargo de lo mucho que produce dicho ramo de vino, pues hoy se halla su
arrendamiento en veinte y cinco mil pesos, no ha sido posible poder conse-
guir la ejecución de dicha providencia por lo que hace a dichas dos Provincias
de Mindoro y Calamianes, por más instancias que se han hecho por parte de
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 397
mi Provincia al Superior Gobierno de estas Islas; antes bien, sobre no darse
las providencias debidas para la seguridad y defensa de los Religiosos y natu-
rales de ella, parece que se mira a dichas dos Provincias como si no fuesen
Dominios de V. M.; y se aprecian tan poco las instancias que para ello hace
mi Provincia, que por no experimentar nuevos sonrojos de vuestro
Gobernador, he tomado a buen partido mandar que mis Religiosos clamen a
Dios, como ha dos meses que lo están haciendo con públicas rogativas tarde y
mañana, y clamar yo, como lo hago por éste en toda forma a V. M., con el
seguro de que con su real católico celo a la mayor extensión y aumento de
nuestra santa fe católica y al mayor alivio y consuelo de sus fidelísimos vasal-
los, se dignará librar las más prontas y eficaces providencias para el remedio.
Y por si acaso por parte de la poca pía afección a lo sagrado, de que al
presente abunda mucho esta tierra, y sobre las providencias que por parte de
dicha mi Provincia se han pedido en estos años antecedentes para la seguridad
y defensa de las de Mindoro y Calamianes, y se han omitido, se informase a
V. M. alguna cosa contraria, en todo o en parte, a todo lo que llevo expresado
en éste y a lo que mi Provincia tiene representado en otras ocasiones sobre
este asunto, con instrumentos bastantes para que la católica y real justifica-
ción de V. M. pueda quedar satisfecha enteramente de la verdad en el todo de
las citadas representaciones de mi Provincia y del motivo que a esta particular
expresión me obliga, debo hacer presente a V. M. que, habiendo sido tantos y
tan crecidos daños los que ejecutaron dichos moros en las Provincias de Min-
doro y Calamianes en los años de treinta y siete y treinta y ocho instrumen-
talmente constantes de los recaudos que acompañan al informe que mi ante-
cesor hizo a V. M. por Julio del año próximo pasado, por libertar vuestro
Gobernador que entonces era Mariscal de Campo Don Fernando Valdés
Tamón al Capitán Comandante Don Pedro de Barcena del grave cargo que le
resultaba de haber extraviado el viaje como treinta leguas por su particulares
intereses, cuando fué enviado con dos galerillas a dicha Provincia de Calami-
anes, en contravención de las órdenes que llevaba, y de no haber impedido el
cautiverio de más de ciento y cincuenta personas, ni hecho oposición a veinte
y tantas embarcaciones de moros, que estaban hostilizando dicha Provincia en
el paraje por donde precisamente había de pasar, según la orden e instrucción
que tenía.
Mandó dicho vuestro Gobernador hacer una información con gran se-
creto
398 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y con algunos testigos a su contemplación, y entre ellos dicho Capitán Don
Pedro Barcena, que a la sazón estaba fijado en tablillas por público excomul-
gado; en la que declararon (no sé con qué conciencia), que no había habido
moros en dicha Provincia de Calamianes en los referidos años de treinta y
siete y treinta y ocho. De cuya información estuvo algún tiempo ignorante mi
Provincia; hasta que con ocasión de haber participado al Superior Gobierno
de estas Islas la noticia de las hostilidades de dichos moros de Mindoro,
cuando cautivaron al dicho P. Fr. León de San José, y viendo que se despre-
ciaba, alegando que había constancia en el Superior Gobierno de que en otras
ocasiones que habíamos reclamado sobre el mismo asunto había sido sini-
estramente; deseando saber mi Provincia el fundamento de denegarnos la
creencia, que tanto ha apreciado siempre el católico celo de V. M., se supo
ciertamente de dicha información; y entonces, para satisfacer enteramente a
vuestro Gobernador actual y Brigadier Don Gaspar de la Torre, mirar por el
crédito de mi Provincia y libertarse del justo cargo que V. M. la podía hacer
de poco verídica en sus informes, se presentó el Procurador General de dicha
mi Provincia alegando lo subrepticio de dicha información, lo nada verídico
de ella y los malos efectos que en descrédito de dicha mi Provincia producía
su constancia, y pidiendo en toda forma traslado de ella para su total
desvanecimiento con los muchos y legítimos instrumentos que paraban en su
poder. Mas después de haberse hecho por parte de dicho Superior Gobierno
varias instancias para que se retirase el escrito de mi Procurador, y no haber
convenido en ello, se decretó no ser parte en dicha información dicha mi
Provincia, y que se nos devolviese dicho escrito original con su proveído. Y
viendo que se denegaba a mi Provincia la defensa de su crédito, para satis-
facer jurídicamente con todo a V. M., se pidió al Alcalde mayor de la Provin-
cia de Calamianes y al Corregidor de la Provincia de Mindoro hiciesen cada
uno por su parte plenaria información de las hostilidades de dichos moros en
sus Provincias, particularmente en los citados años de treinta y siete y treinta
y ocho; de las que resultan en un todo lo mismo que el año próximo pasado
informó a V. M. mi antecesor: y del citado escrito y Superior Decreto que le
corresponde y de dichas informaciones remito adjunto con este a V. M. testi-
monio autenticado por el tribunal eclesiástico. Pues estoy asegurado que, so-
bre poner a contingencia los originales en otro tribunal, se habían de denegar
a mi Provincia dichos testimonios; como que tanto perjudican a los designios
de la citada subrepticia información. De todo lo
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 399
cual se halla enteramente noticioso vuestro Iltmo. y Revmo. en Cristo Arzo-
bispo Metropolitano Don Fr. Juan Angel Rodríguez, en quien únicamente
hallamos en estas Islas el alivio y consuelo en tantas aflicciones, hasta que lo
tengamos enteramente del católico y real celo de V. M., como esperamos, con
las más eficaces y prontas providencias para atajar tantos daños, y para que
no se acabe de perder nuestra santa fe en dichas Provincias, que se hallan ya
muy próximas a su total ruina y perdición. Por lo que:
Suplico a V. M. se sirva compadecerse de tantos trabajos como está
padeciendo la cristiandad de dichas dos Provincias de Mindoro y Calamianes,
y del desconsuelo con que por este motivo se hallan todos los Religiosos de
mi Provincia; fiando sólo su alivio, su remedio, seguridad y defensa al Real
celo y católica benignidad de V. M.; como que tanto desea y ha deseado
siempre el mayor adelantamiento de la cristiandad y el mayor alivio en un
todo de sus vasallos, dignándose dar la más pronta y eficaz providencia para
que cesen tantos perjuicios espirituales y temporales como hasta aquí se han
experimentado del mahometismo y se van experimentando mayores cada día,
no sólo en la Provincia de Calamianes, sino también en la de Mindoro, tan
inmediata a esta Capital; y mandar para ello al Gobernador de estas Islas y
Real Audiencia de ellas pongan todo esfuerzo en que luego y sin dilación
alguna se lleve a pura y debida ejecución la providencia dada por este Supe-
rior Gobierno el año de mil setecientos y diez y nueve, sobre las conquistas
de las Provincias de Calamianes y Paragua, en la misma conformidad que mi
Provincia tiene expresado a V. M. en las instancias hechas por mi antecesor y
Memorial presentado a V. M. en su Real y Supremo Consejo de Indias por su
Procurador y Comisario el citado año de trinta y seis; por ceder, como cede,
la providencia que pido en mayor servicio de Dios y de V. M., cuyo católico
y real auxilio imploro una y muchas veces en nombre de mi Provincia, de
aquellos (aunque pobres y desvalidos), fidelísimos vasallos de V. M., y de
mis afligidísimos Religiosos que los administran con tanto trabajo, y sólo
pueden continuar con su administración confiados en el remedio que breve-
mente esperan y confían de la Real magnificencia de V. M.; cuya Real y
católica Persona guarde Dios nuestro Señor los muchos y dilatados años que
la cristiandad desea y ha menester, con adelantamiento de mayores Domin-
ios.=Convento de San Nicolás de la Ciudad de Manila y Julio ocho de mil
setecientos y cuarenta años.=Fr. Juan de San Antonio, Provincial de Agusti-
nos Descalzos"1.

1
Arch. Gral. Carp. E. núm. 15.
ARTÍCULO III
Las Misiones de Santiago de las Atalayas
Sumario: Datos de nuestras Crónicas. –Noticias del Archivo de la Candelaria.

Grandes triunfos de incrementos espirituales habían conseguido en las


Misiones de los Llanos de Casanare nuestros abnegados hermanos de la
Provincia de la Candelaria, merced a los desvelos de los insignes misioneros
Fr. Juan de San Buenaventura, Fr. Cristóbal de San José Alarcón, lego, y los
PP. Fr. Gabriel de San Juan Bautista, Fr. José Mejía de la Concepción, Fr.
José de San Nicolás, Fr. Carlos de San Jerónimo y Fr. Bernardo de San
Javier, fundando las Doctrinas de San Guillermo de Sabana Alta y la Concep-
ción de Iximena: todas las cuales siguieron en estado muy floreciente hasta
fines del siglo diecisiete. Lo que se ignora, por falta de datos, es el curso de
dichas Misiones durante los dos primeros tercios del siglo dieciocho. ¿Con-
tinuaron en progreso o en decadencia? ¿Se conservaron las Misiones funda-
das o desaparecieron? ¿Se fundaron otras nuevas?
A estas preguntas, dice el P. Ganuza en su "Monografía de Misiones
Candelarias", tomo primero, capítulo XI, página 208, no podemos responder
con entera certeza histórica, sino transcribiendo esto que nos refieren nuestras
Crónicas: "Después de esto, según las noticias participadas en varias cartas,
hemos podido averiguar que fué siempre en aumento esta Misión hasta los de
1716; aunque no sin contratiempo y trabajos, procurados quizás por el común
enemigo, para retraer de obra tan santa a los Religiosos. Quien más se ocupó
por mucho tiempo en la reducción de aquellas almas fué el ya mencionado P.
Fr. José de la Concepción; el cual, negándose a otros empleos más honorífi-
cos y de menor afán, se mantuvo allí, ya de Prior, ya de Misionero, empeñado
en el bien espiritual de sus prójimos: y, en fin, tuvo por premio de sus tareas
apostólicas el cargarse entre ellas de dolencias y el perder a su continuación
la vida.
Siguieron la misma suerte para coronarse de victoriosas palmas, los
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO. ARTÍCULO TERCERO 401
PP. Fr. Nicolás de San José y Fr. Nicolás de San Bernardo; quienes fer-
tilizaron con sus sudores, y aun a veces con su sangre, aquel campo estéril; a
fin de lograr no pocos frutos en un terreno que antes solamente producía es-
pinas y cambrones de pecados"1.
Fuera de esto, añade el P. M. Ganuza, bien poco podemos añadir, si no es
por medio de hipótesis o conjeturas más o menos verosímiles (que nunca
fueron fuentes de historia): puesto que nuestras Crónicas generales terminan
en la fecha susodicha. En nuestro Archivo Provincial son muy pocos los
documentos e insuficientes para conocerlo: y en el archivo nacional tampoco
los hemos hallado, por más que los hemos buscado: mientras que en uno y
otro abundan los datos desde 1767 en adelante. Nos encontramos, pues, aquí
con una laguna, que no vemos otro camino de llenar sino aprovechándonos de
los reducidos datos que poseemos.
"En nuestro Archivo Provincial, legajo misiones, existe uno con el
número 276, fechado en 1704, sumamente interesante, por demostrar clara-
mente así el celo de nuestros misioneros, como el buen régimen y adelanto
espiritual de aquellas Doctrinas". Es un proceso que, a petición del Sr.
Gobernador de la Provincia de Santiago de los Llanos, se formó el año 1750
contra el P. Predicador Fr. Francisco Antonio de San Agustín, acusado de
impedir la jurisdicción Real, porque aconsejaba a los vecinos de dicha
Provincia que no ejecutaran las órdenes del Gobernador, y otros puntos
ajenos de la modestia religiosa: todo lo cual resultó falsísimo de toda false-
dad, según los testimonios de treinta y siete testigos, que declararon bajo ju-
ramento la inocencia del P. Francisco.
En el libro de Capítulos de la Provincia de la Candelaria consta que en el
Capítulo Provincial de 1700 fué elegido Prefecto de aquellas Misiones el P.
Fr. Félix de Jesús, Cura Doctrinero de Iximena: en el de 1704 lo fué el P. Fr.
Nicolás de San Bernardo: en el de 1708, el P. Fr. José de San Agustín: en el
de 1712, el P. Fr. Tomás de la Encarnación: en el de 1716, el P. Fr. Francisco
de la Encarnación: en el de 1720, otra vez el P. Fr. Tomás de la Encarnación:
en el de 1724, el P. Fr. Felipe de Jesús: en el de 1728, otra vez el P. Francisco
de la Encarnación: en el de 1732, el Padre Fr. Salvador de San Agustín: y en
el de 1740, se dispone lo siguiente:

1
Cróns., tomo 4.º, Dec. X, Cap. VI, núm. 1031.
402 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
"Así mismo, en atención a mirar por el progreso y aumento de nuestras
misiones en Santiago de las Atalayas y la conservación del Hato destinado
para este efecto; habiendo experimentado, según consta de la Visita, el celo,
religión y buenas obras en que se ha empleado el P. Fr. José de San Jerónimo,
Cura doctrinero de Iximena, le nombramos, criamos y elegimos para Prefecto
de dichas misiones, y Prelado de todos los Religiosos estantes, habitantes y
huéspedes en todo el Distrito de los Llanos. Damos las gracias por todo el
bien obrado y aumentos de la iglesia. Rogamos, encargamos y encomenda-
mos no permita que ningún Religioso disipe ni enajene cosa alguna per-
teneciente al Hato (hacienda) de dichas misiones".
Estos datos indican que aquellas misiones, si no prosperaron, tampoco
decayeron en los dos primeros tercios del siglo dieciocho; y aun se puede
creer que nuestros celosos misioneros funda-ron la Reducción llamada San
Pedro de Upía, ya que después figura en el cuadro de aquellas mi-siones.
Es verdad, como dice el citado autor de la "Monografía de las Misiones",
que no continuaron aquellas excursiones heroicas al interior de las montañas
del Ayrico, para sacar de ellas a las tribus indígenas que allí se refugiaban:
pero esto fué debido a la carencia absoluta de recursos, que en esta época les
negaban a los misioneros las autoridades y los vecinos de Santiago de las
Atalayas, que tan generosos estuvieron al principio: y la Provincia de la Can-
delaria sufría en esos años tales apuros en cuestión económica y de personal
que los Superiores temieron su ruina y su muerte.
CAPÍTULO XXXV
ARTÍCULO I
Dos Recoletos notables
Sumario: El P. Antonio de San Blas, llamado el Santo. –El P. Miguel de San Antonio,
llamado el dios.

P. Fr. Antonio de San Blas.


En 6 de Enero del año 1741, siendo Vicario General de la Congregación
de España e Indias N. P. Fr. José de la Virgen del Pilar, y Provincial de la
Corona de Aragón N. P. Fr. Agustín de Jesús María, murió en este Convento
de Nuestra Madre Santa Mónica el P. Fr. Antonio de San Blas, Predicador y
Confesor, de edad 33 años, natural de Atea en el Reino de Aragón, arzobis-
pado de Zaragoza. Cuidaba del Camarín de nuestra Señora de Copacavana en
que se mostró muy celoso, y cuidadoso en acarrear cuanto le era posible para
el adorno y culto de tan divina Señora: no olvidando por esto las obligaciones
de Religioso; pues sabía unir a estos celos y cuidados el entero cumplimiento
de sus obligaciones; siendo edificación no sólo de sus hermanos, sino de todo
este pueblo; donde no era conocido sino por el Santo; por haber experi-
mentado muchos niños y grandes, en sus dolencias o enfermedades, que con
la visita de nuestro Padre lograban el alivio; y con su conversación y ejemplo
los animaba a padecer: y así pasaban sus trabajos sin sentir. Murió de dolor
de costado, y, según la relación de los médicos, complicado el accidente de
tisis. Recibió los Sacramentos con todos sus sentidos, y con tanta devoción
que admiró a los circunstantes. Por lo que podemos creer piadosamente que
su alma requiescit in pace 1.

1
Archivo de la Delegación de Hacienda de Barcelona. Libro de Necrologías del Convento de
Santa Mónica de Agustinos Descalzos. Núm. 45.
404 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
P. Miguel de San Antonio.
En el mes de Enero del año 1741, siendo Vicario General N. P. Fr. José
de la Virgen del Pilar, y Provincial N. P. Fr. Agustín de Jesús María, murió en
este Convento (de Barcelona), el P. Fr. Miguel de San Antonio, Predicador y
Confesor, de edad 56 años, y de hábito 39. –Era natural de la Villa de Arenys,
obispado de Gerona. Ilustró en su tiempo a la Religión con su mucha y buena
predicación: especialmente por todo el partido de Urgel causó efectos marav-
illosos; y por tanto fué aclamado por los naturales por el Dios de aquel país.
Trabajó mucho para la conservación y manutención de nuestro Convento de
Guisona, donde estuvo conventual dieciocho años. Se hirió del lado
izquierdo, y murió de repente; habiendo recibido el santo Sacramento de la
Penitencia y el de la santa Extrema Unción, de una gran plenitud de sangre
que brotó de súbito al pecho y le ahogó1.

1
Archivo de la Delegación de Hacienda de Barcelona. Libro de Necrologías del Convento de
Santa Mónica de Agustinos Descalzos. Núm. 48.
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO. ARTÍCULO SEGUNDO 405
ARTÍCULO II
Dos Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio de
Filipinas. –Elecciones.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró
en nuestro Convento del Toboso el día 22 de Abril de 1741.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Pr. José de la Virgen del
Pilar; y en él se hicie-ron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Francisco de Santa Isabel, L. J. y Calificador
del Santo Oficio.
Secretario: R. P. Fr. Juan de la Encarnación.
Prior de Granada: R. P. Fr. Cristóbal de San José.
Subprior y Maestro de novicios: R. P. Fr. José del Espíritu Santo.
En el Capítulo General celebrado en el Convento de Nuestra Señora del
Portillo, extramuros de Zaragoza, el día 12 de Mayo de 1742, el P. Fr. Fran-
cisco de Santa Isabel fué elegido Vicario General de nuestra Congregación: y
el día 25 de Julio de este último año el nuevo Vicario General en unión del V.
Definitorio Provincial de Andalucía nombró Rector Provincial de esta Provin-
cia al P. Pedro de San Nicolás, L. J.1

1
Arch. Gral. Lib. Reg. fol. 78 y 79.
406 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo Intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás
que se celebró en el Convento de Manila el 31 de Octubre de 17411.
Fué presidido por el P. Provincial Fr. Juan de San Antonio: y se hicieron
las siguientes elecciones:
Prior de San Sebastián: P. Fr. Benito de San Pablo, Ex Provincial.
Prior de Romblón: P. Fr. Francisco Javier de la Concepción.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Francisco de la Asunción, alias, el Santo.
Subprior de Manila: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Vicario Prior de Painaben: P. Fr. José de Jesús María.
Presidente de Méjico: P. Fr. Francisco de la Asunción, alias, Alcázar.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 133 y siguientes.
CAPÍTULO XXXVI
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón: Nombramientos. –Capítulo General:
Elecciones: Dos Actas. –Capítulo Intermedio de la Candelaria: Una de-
terminación: Nombramientos. –Carta de N. P. Vicario General.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza el
año 1742.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Miguel de Jesús María, L. J. y Calificador
del Santo Oficio.
Prior de Zaragoza: R. P. Fr. Melchor de San José.
Subprior de íd.: R. P. Fr. José de San Agustín.
Maestro de novicios: R. P. Fr. José de San Miguel.
Prior de Alagón: R. P. Fr. José de San Pedro Arbués.
Prior de Barcelona: R. P. Fr. Isidoro de San Miguel, L. J.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Diego de la Soledad.
Prior de Guisona: R. P. Fr. Juan de San Antonio.
Rector de Caudiel: R. P. Fr. Joaquín de Jesús María1.

1
Arch, Hist. Nac. Sign. 246.
408 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo General
que se celebró en el Convento del Portillo de Zaragoza el día 12 de Mayo de
1742.

Elecciones
Vicario General: Rmo. F. Fr. Francisco de Santa Isabel, L. J. y Califi-
cador del Santo Oficio.

Definidores
Por Castilla: P. Fr. Pedro de la Concepción, L. J., Calificador del
Santo Oficio y Ex Provincial.
Por Candelaria: P. Fr. Pedro Pascual de San José, L. J.
Por Aragón: P. Fr. José de Santa Ana, L. J.
Por Filipinas: P. Fr. José de los Santos, L. J.
Secretario: P. Fr. Juan de San Basilio.
Procurador en la Curia Romana: P. Fr. Agustín de San José.
El Acta 4.ª confirma la que determina que los maitines de media noche se
canten en adelante por la tarde; excepto desde el día de Todos Santos hasta
Pascua de Resurrección: y si los maitines son semicantados, se tendrá media
hora de oración y no habrá disciplina el día que se canten maitines. Si son
todos cantados no habrá disciplina ni oración; excepto en los tres días de Se-
mana Santa, que habrá media hora de oración antes de cantar maitines. Tam-
bién habrá media hora de oración el día que se cante Prima.
La 5.ª confirma la que dispone que en los meses de Julio, Agosto y Sep-
tiembre sólo haya media hora de oración por la tarde; la que se tendrá siem-
pre, aunque se haya de cantar Salve, Nocturno o maitines semicantados1.

1
Arch. Prov. Colec. de Actas, fol. 20.
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS 409
Capítulo Intermedio de la Candelaria
En el Capítulo Intermedio celebrado en Bogotá el 11 de Septiembre de
1742, se determinó, entre otras cosas, lo siguiente1:
"Primeramente que se consulte a N. P. Vicario General si, en caso de
urgente necesidad, por convenir al buen gobierno de los Conventos y haber
penuria de sujetos idóneos para los Prioratos, se puede elegir en Capítulo In-
termedio uno de los Definidores actuales, entrando a suplir el lugar de dicho
Definidor uno de los Aditos. La cual consulta se hace por parecer estar opues-
tos el § 5 con el § 10 de la tercera parte del capítulo décimo".
Fueron nombrados los Religiosos siguientes:
Definidor: P. Salvador de San Jerónimo; por muerte del P.
Nicolás de San Agustín.
Rector de Bogotá: P. Ignacio de San José, Lector.
Vicerrector de íd.: P. Juan de Dios, Lector.
Vicario Prior de Panamá: P. Fernando de Santa Ana.
Maestro de novic. del Desierto: P. Pedro de San Miguel.
Subprior de la Popa: P. José de San Rafael.
Porque se consignan algunos datos que manifiestan el estado de esta
Provincia de la Candelaria, transcribimos a continuación algunos párrafos de
la siguiente:
Carta de N. P. Vicario General Fr. José de la Virgen del Pilar al P. Pro-
vincial de la Candelaria Fr. José de la Ascensión. De Madrid, Octubre 1741.
"… Las dependencias de la guerra nos tienen cerrada la comunicación
frecuente; aunque con todo esto no he dejado de responder por dos vías a mi
P. Ex Provincial Fr. Alonso de San Nicolás; de quien recibí la última, su
fecha en Santa Fe a 1.º de Noviembre de 1738. En una y otra respuesta le
decía que, respecto de excusar a esa Provincia a contribuir con los 100 pesos
anuales para manutención de Roma y gastos que se hacen precisos, pues dice
en la suya así: "Hice el esfuerzo en dar a entender que

1
Arch. Gen. Carp. F.
410 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
una de las causas por que esta Provincia no enviaba Discretos era por no tener
con qué aviar; y que así no había posibles para que los que votan allá se les
pudiese remitir el costo: y al presente es mayor la necesidad; pues en Panamá
me mantuve de limosna; y de allí no saqué ninguna colecta, porque no tenían
de dónde, ni habrá en muchos años. Y por esto, sólo remito ahora 200 pesos
en doblones; los 100 de los Rituales, y 100 de la colecta de Vuestra Rever-
endísima. Haré todos mis posibles por ver si puedo por algún camino re-
mitirle otros 100 pesos en otra ocasión". (Respecto, pues, de esto, le decía):
Que sobre este contenido se reflexionase en Definitorio o Capítulo, que
presenten dando dichas respuestas, para que tomen el acuerdo que les
pareciere más oportuno, a vista de su contenido, que no repito, discurriendo
que habrán llegado dichas cartas. También decía dicho mi P. Exprovincial
que aquí (en Madrid) se padece equivocación en asentar que los Religiosos de
esa santa Provincia no desean obtener ningún beneficio en la Congregación;
porque ninguno aspira a tal (dice), ni yo lo he insinuado. Es cierto que no se
padece equivocación en esta especie; porque con claridad escribió y nombró
los sujetos condecorados de esa mi P. Exprovincial Fr. Esteban de la Trini-
dad, su fecha en Santa Fe a 20 de Septiembre de 1736, y concluye diciendo:
"De estos Religiosos, si V. Rma. quisiere emplear alguno en cargos de la
Religión, los principales son etc." Estimaré a V. R. que solicite con las
mayores veras el remitirme las respuestas de aquellas cartas y de ésta" …
Madrid y Octubre, etc." (1).
CAPÍTULO XXXVII
ARTÍCULO I
El Hermano Francisco de la Madre de Dios
Sumario: Célebre limosnero. –Modelo de todas las virtudes.

El día 1 de Abril del año 1743, siendo Vicario General N. P. Fr. Fran-
cisco de Santa Isabel, y Provincial N. P. Fr. Miguel de Jesús María, murió en
este Convento (de Barcelona), el Hermano Fr. Francisco de la Madre de Dios,
Lego, de edad de 71 años, y 47 de hábito. Era natural de esta ciudad. Desde
que profesó le pusieron a la limosna; y se ejercitó en dicho empleo más de
treinta años con mucho celo y solicitud, así en tiempo de paz, como en los
Sitios, que fueron tres en su tiempo: y con tanto peligro de la vida, no dejó de
ir a cumplir la obediencia. Fué también muy amante de la pobreza, porque
cuanto adquiría lo distribuía para la Comunidad. Y habiendo recibido copio-
sas limosnas, no se apropiaba ni para cosas necesarias para sí: y esto se vió en
su desapropio, que no tuvo que hacerlo. En cuanto a la castidad, la guardó
inviolable hasta que murió. Y a más de los votos que fielmente guardó, era
muy amante de los pobres: y con licencia del P. Prior pedía limosnas particu-
lares para hacer comidas para los necesitados. Era humilde: tenía el natural
muy benigno, sin doblez; era muy devoto de Jesús y de su Santísima Madre.
La enfermedad la llevó con mucha alegría y resignación; deseando padecer
mucho más por amor de Dios. Recibió los santos Sacramentos con mucha
devoción y edificación de todos. Dios le concedió tener expertos los sentidos
hasta la última respiración: y nombrando perceptiblemente (que lo oyeron), el
nombre de Jesús, le entregó el alma, a las once y cuarto de la mañana, día ut
supra. Por lo que creemos piadosamente que su alma requiescit in pace1.

1
Arch. de la Deleg. de Hac. de Barcelona, Lib. Necrol. Cony. Santa Mónica. Núm. 51.
ARTÍCULO II
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Determinaciones y nombramientos. –
Capítulo Provincial de Castilla. –Nombramientos. –Una consulta del Convento de
Toledo.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas


que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila
en los días 3 al 6 de Mayo de 17431.
Fué presidido por el P. Fr. José de la Soledad, Calificador de la Suprema,
Teólogo de la Nunciatura, Lector Jubilado y Ex Provincial de la Provincia de
San Nicolás, nombrado Presidente del Capítulo por N. P. Vicario General Fr.
José de la Virgen del Pilar.
Se aprobaron ocho Actas y dieciocho Determinaciones. De éstas, la 3.ª
dice: "Item: Se confirmó la determinación que manda no se permita entren
mujeres en los cuartos altos y bajos de nuestros Conventos y Ministerios, so
pena de suspensión la primera vez; y por la segunda, privación de Oficios a
quien lo consintiere". La 8.ª dice: "Item: Se determinó que ningún Religioso
de nuestros Ministerios suba a las casas de indios sino para administrar los
santos Sacramentos o a visitar los enfermos, so pena de suspensión por la
primera vez; y por la segunda, privación de Oficio a los Padres Priores, y a
los Compañeros pena al arbitrio de N. P. Provincial". La 12.ª dice: "Item: Se
determinó que ningún Religioso sea osado a salir del Convento en Hábito
blanco; y esto se entiende en las Cabeceras, Visitas, Misiones y Estancias; so
pena de que los transgresores serán condenados a un año de reclusión en el
Convento de Manila". La 13ª. dice: "Item: Se determinó que ningún Prior
pueda deshacer obra alguna que dejó comenzada su antecesor: y que, si en
algún caso particular conviniese hacer alguna novedad en este punto, lo con-
sultará primero con N. P. Provincial".

1
Arch. Prov. Lib. 3.º Becerro, fol. 1 y siguientes.
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE. ARTÍCULO PRIMERO 413
Elecciones
Provincial: P. Fr. José de la Concepción.
Definidores: PP. Fr. Cristóbal de la Soledad; Fr. Sebastián de Santo
Tomás de Villanueva; Fray Fernando de San Mi-
guel; y Fr. Felipe de Santa Ana.
Aditos: Primero por la Provincia de Castilla, Fray Alonso de
San Gabriel; segundo, Fr. Andrés de Jesús María;
Prime-ro por la Provincia de Aragón, Fr. José de
Santo To-más de Villanueva; segundo, Fr. Pablo de
San Agus-tín.

Primeros Definidores Generales de esta Provincia.


1.ª Vida. El P. Fr. Anselmo de San Agustín, Lector Jubilado y Comisario.
2.ª Vida. El P. Fr. Francisco del Espíritu Santo, alias, Peraleda, Lector
Jubilado.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Salamanca.

Segundos Definidores Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. José de los Santos, Lector Jubilado, por la Provincia de
Aragón.
2.ª Vida. El P. Fr. Eugenio de San Félix, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento de Valencia.

Primeros Dicretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Alonso de San José, Lector Jubilado, por la Provincia
de Andalucía.
2.ª Vida. El P. Fr. Gaspar de San Nicolás, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.
414 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Segundos Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Alonso de Santa Rita, Lector Jubilado.
2.ª Vida. El P. Fr. Francisco de Santa Mónica, alias, Pichón, Lector Ju-
bilado.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento del Campillo de Altobuey.
Prior del Convento de Manila: P. Fr. Francisco de la Asunción,
alias, Alcázar.
De Bagumbayan: P. Fr. Francisco de San Pedro.
De Cebú: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
De Cavite: P. Fr. Francisco de la Encarnación, Ex Provincial.
De San Sebastián: P. Fr. Benito de San Pablo, Ex Provincial.
De Masinloc: P. Fr. Alonso de San Gabriel.
De Bolinao: P. Fr. José de Jesús María, alias, Montañés.
De Mariveles: P. Fr. Cosme de la Virgen del Pilar.
De Tandag: P. Fr. Mateo de la Encarnación.
De Butuán: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
De Siargao: P. Fr. Miguel de San Marcial.
De Cagayán: P. Fr. Felipe de la Santísima Trinidad.
De Romblón: P. Fr. Juan de San José, alias, Campanario.
De Calapán: P. Fr. Andrés de Jesús María.
De Taytay: P. Fr. José de San Bruno.
De Masbate: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido, alias, Borja.
De Nauhan: P. Fr. Cipriano de San Basilio.
Vicario Prior de Painaben: P. Fr. Manuel de Jesús María.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Juan de la Virgen de los Dolores.
De Bislig: P. Fr. Francisco de la Virgen del Rosario, alias,
Magallón.
De Cuyo: P. Fr. Tomás de la Concepción, de Madrid.
De Linacapán: P. Fr. José de la Asunción, alias, Esquirol.
De Mangarín: P. Fr. Agustín de San Antonio.
De Bongahon: P. Fr. Antonio de la Virgen de los Remedios.
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE. ARTÍCULO PRIMERO 415
De Subic: P. Fr. Basilio de Santo Tomás.
Socio del P. Provincial: P. Fr. Pablo de San Agustín.
Procurador de Provincia: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Subprior de Manila: P. Fr. Francisco Javier de la Concepción.
Sacristán de Manila: P. Fr. José de San Juan Bautista.
Presidente de Méjico: P. Fr. Hipólito de San Agustín.
Cronista de Provincia: P. Fr. Benito de San Pablo, Ex Provincial.

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el día 4 de Mayo de 1743.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. Francisco de Santa
Isabel: y se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Pedro de la Concepción, L. J. y Calificador
del S. O.
Prior de Madrid: R. P. Fr. Francisco de la Asunción.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Manuel de Santa María.
Maestro de íd.: R. P. Fr. Francisco de S. José, Predicador.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Juan de San Vicente Ferrer.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Manuel de la Concepción, Belmonte, Predi-
cador.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Diego del Espíritu Santo.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Lorenzo de la Concepción.
Rector de Alcalá: R. P. Fr. Cristóbal de San Agustín, Castilblanco, L. J.
Vicerrector de íd.: R. P. Fr. Luis de Santo Tomás de Villanueva, Predi-
cador.
Sacristán de íd.: R. P. Fr. Juan de San Miguel.
Prior de Talavera: R. P. Fr. Pablo de San Nicolás, L. J.
Prior de Valladolid: R. P. Fr. Domingo de San Diego.
Rector de Salamanca: R. P. Fr. Diego de San Antonio.
Secretario: R. P. Fr. Clemente de San José.
Prior de la Fuensanta del Portillo: R. P. Fr. Ignacio de Santa María.
416 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
En el Convento de Talavera había de ordinario doce sacerdotes1.
Para que se vea el estado precario en que se hallaba nuestro Convento de
Toledo por esta época, insertamos a continuación la siguiente Consulta:
En el libro 2.º de Consultas del convento de Toledo constan 109 Consul-
tas celebradas desde el 15 de Marzo de 1715 hasta el 26 de Agosto de 1753;
en casi todas las cuales se proponen y resuelven casos de índole económica,
que demuestran el estado precario y miserable en que se hallaba aquella
Comunidad durante todo ese espacio de treinta y ocho años. En comproba-
ción de ello, abrimos al azar, y en la página 78 leemos la siguiente Acta2:
"En once días de Enero de mil setecientos y cuarenta y cuatro años,
nuestro P. Prior Fr. Manuel de la Concepción Belmonte, Predicador, convocó
y juntó a los Padres de Consulta de este Convento de Toledo, y les propuso el
estado infeliz en que se hallaba la Comunidad; pues no teniendo trigo ni ce-
bada, le era preciso hacer alguna provisión de uno y otro, por ser tiempo de
comprarlo con alguna conveniencia, la que después, por el temporal, no se
hallaría; como también la provisión de pescados para la Cuaresma: a lo que se
añadía el haberse muerto un macho de los dos de carga y acarreo, tan necesa-
rios para ello; y el cumplirse en este mes el medio año del Censo que paga
este Convento a Don José de Campo Verde, que son un mil y cien reales; y
más tres meses de carne, que a fin de este mes se están debiendo a Pedro de la
Cruz; como también las colaciones y regalos de Navidad: porque ni para lo
uno ni para lo otro no tiene ni ha tenido esta Comunidad dinero alguno, y (lo
peor), poca esperanza de alcanzarlo pronto, por el ningún ingreso de misas, ni
limosnas (de que esta Comunidad se mantiene), a causa de los temporales, y
de los contratiempos y miseria de los fieles devotos. Por lo cual, y no
teniendo esta Comunidad conocimiento especial, común ni particular, a quien
poder pedir préstamo alguno, y siendo difícil el recurso y aviso a Nuestro V.
P. Provincial, para valerse con la prontitud que se necesita para lo dicho, de
dos capitales que están en su depósito por modo de Préstamo (el uno de tres
mil trescientos y treinta y cuatro reales vellón, de la Memoria que en este
Convento fundó Don Luis Cuero, vecino y Regidor de

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 42.
2
Arch. Gen. Carp. B. 2.ª Libro 2.º de Consultas de Toledo.
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE. ARTÍCULO PRIMERO 417
esta Ciudad; y el otro de un mil ciento y setenta y seis reales vellón, reden-
ción de un Censo que se nos pagaba en Cabañas por la Memoria que fundó en
este Convento Ana Gómez, vecina que fué de esta ciudad de Toledo); puso su
Reverencia en la consideración de dichos Padres de Consultas todo lo dicho,
para que, visto y considerado, determinasen, si les parecía, que pues no hay a
quien pedir prestado, sacase la Comunidad de su depósito las dichas dos can-
tidades por modo de empréstito, con la obligación de reintegrarlo, como si se
pagase a otro cualquier acreedor, y juntamente de cumplir los cargos de las
dichas dos Memorias, según sus réditos anuales, como está obligada por es-
crituras hechas para ello y su fundación; dando cuenta y aviso de todo en el
tiempo más oportuno a Nuestro V. P. Provincial. Y así mismo, si les parecía
convenir que, no alcanzando los dichos dos capitales para comprar el macho
y las provisiones y pago de deudas dichas, se buscasen (si hubiese dónde),
algunas cantidades más, las que fuesen necesarias, y que determinasen lo que
mejor les pareciese. Todo lo cual visto, considerado y conferido por dicho
Padres de Consulta, unánimes y conformes determinaron todos que todo se
ejecutase según y corno dicho Nuestro P. Prior lo había propuesto: y lo fir-
maron de sus nombres en dicho día, mes y año, ut supra.=Fr. Manuel de la
Concepción, Prior.=Fr. Pedro Pascual de San José, Definidor General.=Fr.
Alonso de Santa Rita.=Fr. Diego del Espíritu Santo, Subprior.= Fr. Joaquín
de la Concepción.=Fr. Lucas del Amor de Dios, Maestro de Moral.==Fr.
Lorenzo de la Concepción, Sacristán Mayor.=Fr. Julián de la Santísima
Trinidad".
A continuación se lee el decreto de la Visita Provincial, que es como
sigue:
"Visitóse este libro de Consultas, y quedan aprobadas las que se han
celebrado desde la Visita General próxima pasada hasta hoy día de la fecha: y
se advierte al P. Prior y Padres de Consulta de esta Comunidad de Toledo que
pongan todo conato y esfuerzo en el reintegro de los dos Capitales que se
sacaron por modo de empréstito del Depósito de esta Comunidad, para lo cual
se les da de término todo lo restante de este trienio.==1.ª Visita Provincial.
Toledo y Febrero 26 de 1744.=Fr. Pedro de la Concepción, Prior Provin-
cial".=Y al margen izquierdo de la anterior acta se lee: "Están reintegrados en
el Depósito en 14 de Septiembre de 1744".
CAPÍTULO XXXVIII
ARTÍCULO I
Gracias concedidas a los PP. Agustinos
Sumario: El papa Benedicto XIV concede varias gracias a los fieles y a los Religiosos
Agustinos.

Deseando el sumo pontífice Benedicto XIV dar una prueba de predilec-


ción a la Orden Agustiniana, a instancias del M. R. P. Gioia, concedió benig-
namente a todos los fieles que asistiesen a escuchar la palabra de Dios, predi-
cada por Religiosos Agustinos en cuaresmas o misiones, indulgencia plenaria
el último día de las mismas, con las condiciones ordinarias: y a los Agustinos
que las prediquen, facultad para dar a los fieles el último día la Bendición
Papal, aunque esté presente el Obispo o cualquiera dignidad eclesiástica.
Todo esto se detalla en el siguiente Breve:
"Benedictus Papa XIV.=Ad perpetuam rei memoriam.=Reddituri de
commisso nobis grege Dominico in extremo iudicio rationem, summis ut
tenemur affectibus, singulos Christifideles, quos hostis humani generis a
iustitiae limitibus sepe divertit, nostro piissimo Redemptori ab omni labe
mundatos restituere, eosque sibi acceptabiles, et bonorum operum efficere
cupimus sectatores, ut pergrata et accepta Deo opera peragentes, illius, qui
misericordiarum pater est, gratiam et misericordiam valeant facilius reperire,
et Nos in ipsa ratione reddenda divinae iustitiae possimus evadere ultionem.
Cum, sicut dilectus filius Augustinus Gioia, frater expresse professus Ordinis
Eremitarurn Sancti Augustini in Sacra Theologia Magister, nec non
420 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Assistens Generalis Italiae, et illius Visitator Auctoritate Apostolica depu-
tatus, Nobis nuper exponi fecit, quamplurimi dicti Ordinis Professores tern-
pore Quadragesimae et Adventus in nonnullis tan dicti, quam aliorum Or-
dinum, ac Secularibus Ecclesiis Verbum Dei praedicare, alii vero in peragen.
Sacras Missiones tum in illis partibus Ordini praefato praesertim Indiarum
assignatis, tum in diversis mundi partibus de Ordinariorum licentia per ali-
quod temporis spatium magno cum animarum fructu sese exercere soleant:
Nos considerantes, quod Professores alumnique dicti Ordinis praemissa pera-
gentes Christifidelium mentes in his, quae ad fidem et sanctorum Sacramen-
torum usum et frequentiam spectant confirmare et consolidare curant; ut au-
tern dicti Professores libentius praemissa peragant, et Christifideles illis in-
tersint, quo ex hoc dono coelestis gratiae conspexerint se uberius esse refer-
tos: de Omnipotentis Dei misericordia, ac Beatorum Petri et Pauli Apostolo-
rum ejus auctoritate confisi, supplicationibus eiusdem Augustini Assistentis
Generalis Nobis humiliter porrectis inclinati, omnibus utriusque sexus Chris-
tifidelibus, qui vere poenitentes et confessi, ac sacra Communione refecti,
Ecclesiam, in qua dicti Ordinis Professores vel Verbum Dei tempore quad-
ragesimali praedicaverint, vel sacras Missiones peregerint, ultima die earum-
dem Missionum vel Praedicationis visitaverint, ibique pro Christianorum
Principum concordia, haeresum extirpatione, ac Sanctae Matris Ecclesiae
exaltatione pias ad Deum preces effuderint, qua vice id egerint, Plenariam
omnium peccatorum suorum Indulgentiam et remissionem misericorditer in
Domino concedimus. Ac insuper eisdem Professoribus conciones vel Mis-
siones praefatas peragentibus, ut ipsi ultima die supradicta utriusque sexus
Christifideles ad easdem Ecclesias, in quibus ipsi predicaverint, seu Mis-
siones peragerint, accedentes et interessentes praesente etiam Episcopo, seu
alio in Dignitate ecciesiastica constituto, de eius licentia benedicere, seu
Apostolicam Benedictionem supra populum impertiri libere et licite possint,
auctoritate Apostolica tenore praesentium facultatem concedimus et
tribuimus: quibusvis in contrarium facientibus non obstantibus. Volumus au-
tem quod praesentium litterarum transumptis, seu exemplis etiam impressis,
manu dilectorum etiam filiorum Procuratoris Generalis, seu Assistentium
Generalium dicti Ordinis pro tempore existentium subscriptis, et sigillo Ordi-
nis praefati munitis, eadem porsus fides in iudicio et extra illud adhibeatur,
quae ipsis praesentibus adhiberetur, si forent exhibitae, vel ostensae.
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO. ARTÍCULO PRIMERO 421
Datum Romae apud Sanctam Mariam Maiorem sub annulo Piscatoris
die XXIV Februarii MDCCXLIV. Pontificatus Nostri Anno Quarto.= D.
Card. Passioneus"1.
El mismo Sumo Pontífice Benedicto XIV, en Breve expedido en Roma el
día 8 de marzo de 1745, concedió el privilegio de Altar privilegiado en favor
de las almas de nuestros Religiosos y Religiosas, siempre que la santa Misa
en sufragio de sus almas se celebre en nuestras iglesias.
Este mismo privilegio de altar privilegiado lo extendió en favor de las
almas de los demás fieles cristianos, siempre que la misa se celebre solamente
en un altar de nuestras iglesias designado para ello por el Ordinario.
Finalmente, con fecha 10 de Septiembre de 1749, el mismo Sumo Pon-
tífice concedió a toda la Orden el privilegio de Altar privilegiado.

1
Arch. Gral. Bula núm. 6.
ARTÍCULO II
Tres Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Capítulo Provincial de
la Candelaria. –De-terminaciones y nombramientos. –Capítulo Intermedio de
Filipinas. –Determinaciones y nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro el día 25 de Abril de 1744.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. Francisco de Santa
Isabel: y se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Juan de San Basilio, L. J.
Definidor: R. P. Fr. Juan de San Vicente, L. J.
Secretario: R. P. Fr. Dionisio de San Esteban.
Prior de Granada: R. P. Fr. Francisco de San Juan Bautista.
Subprior: R. P. Fr. Francisco de San Antonio1.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el 11 de Septiembre de
1744, después de las primeras determinaciones que versan sobre los estudios
y lecciones de los Lectores, se tomó la siguiente2:

1
Arch. Gral. Lib. Reg. fol. 81.
2
Arch. Gen. Carp. F.
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO. ARTÍCULO SEGUNDO 423
"Asimismo, determinamos que el rosario, que por ley es rezado a las
ocho de la noche, en adelante fomente el V. P. Rector de este Colegio se
prosiga cantado, como hasta aquí ha practicado la devoción de los Re-
ligiosos".
"Asimismo, aceptó este V. Capítulo y recibió por Patrono de nuestro
Convento de San José de Panamá a D. Martín de Achurra, precediendo
primero el juramento que según derecho se debe hacer; y mandamos se libre
Patente".
En este Capítulo se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: P. Víctor de San José, Lector Jubilado y examinador
sinodal.
Definidores: PP. Esteban de la Sma. Trinidad, Lector Jubilado;
Nico-lás de San Fulgencio, Lucas de San Miguel y
Francisco de San Agustín Lozano.
Aditos: PP. Clemente del Salvador, Fernando de la Encar-
nación y Celedonio de San José.
Rector de Bogotá: P. Francisco de San Joaquín, Lector.
Vicerrector de íd.: P. Atanasio de San Joaquín.
Prior del Desierto: P. Salvador de San Jerónimo.
Subprior de íd.: P. Agustín de la Encarnación.
Prior de la Popa: P. Pedro de San Miguel.
Subprior de íd.: P. José de San Rafael.
Prior de Panamá: P. Fernando de Santa Ana.
Subprior de íd.: P. Francisco de San Agustín, Betancour.
Prior de Tunja: P. Juan de San José, Rojas.
Prior de Honda: P. José de San Buenaventura.
Secretario: P. Mateo de San José.
Maestro de novicios: P. José de San Agustín, Méndez.
Procurador: P. Juan de San Agustín, Rojas.
424 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo Intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de San Nicolás de Cavite el Puerto
el 31 de Octubre de 17441.
Fué presidido por el P. Provincial Fr. José de la Concepción, Examinador
Sinodal del Arzobispado de Manila y Calificador del Santo Oficio.
En él se aprobaron diez determinaciones; de las cuales la primera manda
que se erija en Vicariato la Misión de Babayan en la Provincia de Zambales.
La segunda dispone que el pueblo y Visita de Cabangaan, perteneciente al
Partido de Iba, se agregue al nuevo Partido de Babayan; debiendo el nuevo
Vicario Prior de Babayan contentarse con lo que produjese su pueblo de las
tres fiestas y obvenciones. La tercera ordena que, por los mismos motivos de
la mejor administración y provecho de las almas, se erija en Vicariato el Con-
vento de Agutaya; para que el nuevo Vicario Prior que se eligiere, lo gobierne
con total independencia del de Cuyo. "La 5.ª dispone que, teniendo en cuenta
la pobreza de nuestras Misiones, por una parte, y por otra, la necesidad de la
Provincia, desde ahora en adelante todas las Misiones contribuyan con sólo
diez pesos de Colecta a favor de la Provincia, y con otros diez pesos cada
trienio para los gastos del Capítulo". En la 6.ª "se determinó que, en confor-
midad con la facultad del Superior Gobierno, se haga un Pueblo y Visita de
Manguianes nuevamente bautizados en la Isla de Sibuyan del Partido de
Romblón". En la 8.ª se determinó que se mantenga la Cabecera en el pueblo y
Convento de Nuestra Señora del Pópulo de Calavite; y que en este Partido se
comprendan las Visitas de Santo Tomás, Tubile, Santa Cruz, Dongon, Ililin, y
las arruinadas de Mamburao, Mangarín e Ililin, si acaso se pudieron volver a
reparar".

1
Arch. Prov. Lib. 3.º Becerro, fol. 11 y siguientes.
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO. ARTÍCULO SEGUNDO 425
Luego se hicieron las siguientes elecciones:
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Tomás de la Concepción.
De Cuyo: P. Fr. Hipólito de San Agustín.
Presidente de Méjico: P. Fr. Francisco de San Pedro, Lector Jubilado.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Pablo de San Agustín.
Socio del P. Provincial: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Butuan: P. Fr. Marcos de San Lorenzo.
Vicario Prior del Convento de Santa Mónica de Babayan: P. Fr.
Cayetano de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Agutaya: P. Fr. Francisco de la Asunción, alias, el
Santo.
Sacristán de Manila: P. Fr. Manuel de San José, alias, Alcalá.
CAPÍTULO XXXIX
ARTÍCULO I
Un glorioso mártir y dos insignes misioneros
Sumario: El P. León de San José: sus primeros años. –Su celo apostólico. –Su glorioso
martirio. –El P. Francisco de San Benito y el P. José de la Virgen del Camino
mueren a consecuencia de sus trabajos misione-ros.

El V. P. Fr. León de San José nació en la villa de Peraleda de la Mota,


Provincia de Cáceres y Obispado de Plasencia, en el mes de Octubre de 1711,
y fué bautizado el 8 de octubre del mismo año. Hizo su profesión religiosa en
nuestro Convento de Copacavana de Madrid el 21 de Abril de 1733. Habi-
endo solicitado pasar a Filipinas para desplegar su celo por la salvación de las
almas, salió de España formando parte de una Misión de 53 Religiosos, pre-
sidida por N. P. Fr. Juan Francisco de la Encarnación, la cual llegó a Manila
el día 9 de Octubre de 1737, en el patache Capitana Nuestra Señora de Cova-
donga; contando entonces el P. León 26 años de edad.
"Túvele yo de súbdito, escribe N. P. Ex Provincial Fr. Benito de San
Pablo1, como un año en el tiempo que fui Prior de Manila; y en él experi-
menté una grande ingenuidad en su trato. Era afable, benigno, verídico y muy
celoso. Estando sazonado a satisfacción de los Prelados, le ocupó y destinó la
obediencia, con fecha 23 de Marzo de 1738, para que en la isla de Mindoro se
habilitase en la lengua tagala, en la que ya tenía más que mediana diligencia.
Estuvo conventual en el Convento y Ministerio de Calavite en compañía del
P. Prior de dicho Convento, que lo era a la sazón el P. Predicador Fr. Andrés
de Santa María; y viéndole éste perfeccionado en el idioma tagalo, le fió la
administración de los pueblos o Visitas de aquel Partido o

1
Arch. Prov. Lib. de cosas notables, fol. 162.
428 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Priorato; en cuyo ejercicio apostólico mostró en breves días el espíritu que de
buen Ministro Misionero le asistía. No cuidaba tanto de sí como del aprove-
chamiento de las almas: y así se humillaba a ejercitarse en los oficios más
bajos, teniendo por recreo la ocupación más humilde.
Estando administrando los santos Sacramentos a los cristianos del pueblo
de Ililin, Visita de la cabecera de Calavite en la dicha isla de Mindoro, la no-
che del día 23 de Octubre el año 1739 (al año y siete meses de haber llegado a
Mindoro, y a la temprana edad de 28 años), como a la hora de la una de la
noche, estando él recogido y durmiendo, asaltaron el pueblo una multitud de
moros tirones, camucones, mindanaos y otras bárbaras naciones, que sin ser
sentidos, cercaron el pueblo, la iglesia y la casa del Padre; y apoderados de
todo, comenzaron a escalar y a robar lo que en ellos había, y a cautivar a to-
dos los cristianos que a las manos podían asir (que fueron muchos, fiados al
sueño y descanso).
Cuando el P. León sintió la gritería de los moros, la confusión y los avi-
sos de los cristianos, despertó sobresaltado; y reconociendo que eran moros
los que se habían apoderado del pueblo, procuró a toda prisa salvarse a sí
mismo y con él los vasos sagrados: mas toda su diligencia fué en vano,
porque fué tarde. Reconoció y vió que los moros le tenían cercada la casa;
pero, a pesar de eso, se arrojó por la ventana con el ánimo de ir a sacar de la
iglesia los ornamentos y vasos sagrados para ponerlos en lugar seguro: pero al
caer por la ventana, una turba de moros que lo esperaban lo recogieron e
hicieron cautivo; y sin más dilación, reconociendo que era el P. Ministro, con
grande alegría y algazara, cantando su victoria, sin permitirle poner los pies
en tierra le llevaron a sus embarcaciones, que no estaban distantes de la tierra;
y asegurándole en una de ellas con fuertes cordeles y amarrándole brutal-
mente de pies y manos, le dejaron custodiado con buena guardia, y se
volvieron al pueblo, donde libremente y a su voluntad saquearon todo lo que
en la iglesia y convento había, profanando sacrílegamente los vasos,
imágenes y ornamentos sagrados. Luego pasaron a las casas del pueblo y
robaron cuanto en ellas había, cautivando a muchos cristianos y matando a
otros: y esto mismo hicieron en otros pueblos: hasta que, cargados de cau-
tivos y ricos de despojos, se fueron a su tierra a repartir las ganancias que tan
a costa de los pobres cristianos habían robado.
En la repartición que los moros hicieron entre sí de despojos y cautivos,
tocó en otras cosas y otros cautivos a un principal moro tirón la persona del
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE. ARTÍCULO PRIMERO 429
V. P. Predicador Fr. León de San José; el cual moro se llevó a dicho Padre y a
otros cautivos; a los cuales el P. León servía de gran consuelo y alivio, porque
los esforzaba y alentaba a padecer por Dios los muchos trabajos en que se
veían. Consolaba a los pusilánimes, fortalecía a los tibios, y levantaba a los
caídos y desmayados en la fe; y no perdía tiempo para ganarlos para Dios y
no perderse a sí mismo, ejercitando el oficio de Misionero Apostólico con
gran celo de las almas: y así se disponía a morir a manos de aquellos bárbaros
mahometanos.
La tierra o isla a donde con otros cautivos cristianos llevaron al V. Padre
Fr. León se llama Lio, morada propia de los tirones y de otras bárbaras na-
ciones. Después que llevaron a dicha isla al P. León y a los demás cautivos
cristianos, no se supo de él más que estas noticias que trajeron un cautivo
llamado Ildefonso, que logró huir del cautiverio, y un indio bisaya de
Romblón, que vivía en Marinduque, isla próxima a la de Banton. Los dos
testigos eran de Romblón.
Las que trajo el indio bisaya de Marinduque fueron éstas: Que al Padre
León lo tuvieron preso y amarrado con cadenas mucho tiempo; que le hacían
trabajar corporalmente hasta rendirlo, y con muchos palos que le daban: Que
no pudiendo llevar en paciencia los moros tirones las fervorosas ex-
hortaciones que el P. León les hacía para que viniesen al conocimiento del
verdadero Dios, echándoles al mismo tiempo en cara sus abominaciones, de-
terminaron amarrarle al tronco de un árbol, y allí le flecharon y alancearon,
hasta que voló al cielo.
Ildefonso Petronilo, cautivo, a quien, junto con su padre Francisco Mar-
cos y otro hermano suyo llamado Mariano y un yerno de dicho Francisco
Marcos llamado Esteban, cautivaron los moros tirones, camucones y otros el
día 19 de Mayo de 1740 (un día antes que al P. Hipólito de San Agustín), en
la isla de Mindoro en el río Nagasavangtubig, que está junto al pueblo de
Nauhan, dijo: Que después que a él y a otros cautivos los repartieron y los
apartaron de su padre, los llevaron a la tierra o isla de Lio, en donde oyó a un
principal moro que a dicho V. P. Fr. León, a los pocos días que lo llevaron a
esta tierra, no pudiendo sufrir su fervorosa predicación, intentaron rabiosos y
vengativos quitarle la vida: y, según dicho Ildefonso oyó decir al citado moro
principal, fué de esta manera: En odio de la fe y Religión cristiana, conoci-
endo que era Padre sacerdote de los cristianos, le llevaron y cortaron con ir-
risión las narices, las orejas y las manos; y así muy herido,
430 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
luego trincado o amarrado, así vivo lo arrojaron al fuego, para que así vivo se
abrasase, se asase y quemase1. Y este fué el dichoso fin del V. Padre, que por
varios caminos le trajo Dios para coro-narle con la triunfal corona del marti-
rio".
Hasta aquí el P. Cronista y Ex Provincial Fr. Benito de San Pablo, quien,
como él mismo asegura, conoció y trató al V. P. León, y además escuchó la
relación de los dos testimonios arriba citados, siendo él Prior del Convento de
San Sebastián.
En el Catálogo de Agustinos Recoletos, página 232, se da del martirio del
P. León la versión siguiente: "Después de tenerlo mucho tiempo desnudo en
un monte, ocupado en la dura faena de descascarillar palay (arroz con
cáscara), le quitaron la vida en medio de los más atroces tormentos. Amar-
ráronlo a un harigue (poste de madera) y, juntándose muchos moros con sus
armas, le iba cada uno hiriendo poco a poco para que su muerte fuese más
sentida y penosa, hasta que, habiendo pasado todos hiriéndole en diversas
partes de su cuerpo, le cortaron brazos, piernas, narices y orejas, arrojando al
mar su cuerpo. Estas noticias, comunicadas por algunos joloanos, se tuvieron,
además, por varios indios que habían logrado escapar del cautiverio, los
cuales, aunque no conformes en algunos detalles, coincidían en lo sustancial,
y todos a una contestaban el valor y fortaleza del religioso en predicar la fe de
Jesucristo hasta el momento de entregar su espíritu".
Como se ve, las versiones varían en lo accidental, pero convienen en lo
sustancial; confirmando que el V. P. Fr. León de San José murió mártir,
dando alegre su vida por Jesucristo.

De Ililin pasaron los moros a los demás pueblos próximos, llegando hasta
Calavite, todos los cuales dejaron arrasados.
Después subieron a la Misión de Ilog, donde había muchos ilayas o man-
guianes recién convertidos a nuestra santa fe, los cuales eran administrados
por el P. Fr. Francisco de San Benito, nautral de Mezquita en Aragón; el cual,
viendo que los moros tenían cercado el pueblo y el Convento,

1
Ibid. fol. 165 vto.
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE. ARTÍCULO PRIMERO 431
montó en un caballo sin aparejo alguno, y amenazando al enemigo con una
lanza, pudo de una carrera romper la línea del cerco por la parte que conoció
que estaba sin armas; y a uña de caballo escapó del peligro inminente. Al
darse cuenta los moros, le fueron persiguiendo en buen número y bien arma-
dos; lo cual observado por el P. Fr. Francisco, a fin de que no le siguieran la
pista por el rastro del caballo, se apeó de él, le aplicó unos cuantos latigazos,
y el caballo continuó su veloz carrera, cuyo rastro siguieron los burlados
perseguidores, mientras el Religioso se escondió en un campo de cogon o
hierba muy alta. Allí en el suelo, sin comer ni beber ni poder moverse, para
no ser sentido, pasó todo el día: y así que llegó la noche, se levantó y caminó
como pudo, hasta que logró introducirse en la espesura del monte; por el cual
anduvo muchos días, errante, solitario, desnudo, sin otro alimento que hier-
bas; hasta que, caminando sin rumbo, cayendo y levantando, le encontraron
unos infieles manguianes, rendido, exhausto y casi sin vida, los cuales le
transportaron a su ranchería y le prodigaron todos los cuidados de que eran
capaces. Pero no consiguiendo con los poquísimos medios de que disponían
hacerle volver en sí, y viendo que estaba gravísimamente enfermo, lo
trasladaron a Manila, donde muy en breve murió adornado con la aureola del
martirio, el 26 de Septiembre de 1741.
En esta invasión quedó del todo perdida la Misión de Ilog: la mayor parte
de los nuevos cristianos fueron hechos cautivos; y los que pudieron escapar se
internaron en los montes, y en mucho tiempo no se supo nada de ellos.
Habiendo muerto, como hemos dicho, el P. Fr. Francisco de San Benito,
los Superiores enviaron como Misionero de Ilog al P. Fr. José de la Virgen
del Camino, natural de Monteagudo, provincia de Navarra, y obispado de
Tarazona; el cual, apenas llegó a su Misión, se encontró sin iglesia ni con-
vento ni pueblo ni siquiera una alma cristiana o infiel, y sin nada de lo nece-
sario para su propio sustento. Los indios que lo llevaron, apenas lo dejaron en
tierra, se volvieron con su embarcación, y lo dejaron solo con un muchacho
indio que había llevado para su servicio. En tan angustiosa situación se re-
solvió a caminar a pie por las breñas de aquellos montes en busca de sus ove-
jas perdidas o de los infieles ilayas; en cuya triste peregrinación pasó seis
meses continuos, sin comer más que hierbas y lo poco que le dieron unos
infieles manguianes que encontró. Después de ese tiempo encontró a algunos
nuevos cristianos, a quienes pudo convencer que volviesen a fundar de nuevo
432 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
su pueblo. Una vez allí, logró hacerse una diminuta casilla para su habitación;
la cual se le quemó accidentalmente del todo. No dió importancia alguna a
este percance el fervorosísimo Misionero; y ya que no tenía amparo donde
refugiarse, iba a buscarlo a los montes, sufriendo innumerables trabajos por
reducir a aquella multitud de dispersos y traerlos al aprisco del Buen Pastor.
Pero esta vida saturada de privaciones agotó sus fuerzas de tal manera que se
vió obligado a que lo llevaran a Manila; donde viendo que iba de mal en peor,
solicitó licencia para trasladarse a las misiones de la Pampanga, pues antes
había estado de Misionero con buena salud: pero jamás pudo recuperarla:
antes bien, cuando todavía no contaba más que treinta y dos años, murió en la
Misión de Bamban de la misma enfermedad que había contraído por sus pe-
nosísimos trabajos apostólicos en los montes de Ilog, el día 3 de Septiembre
de 1745.
Si estos dos Misioneros no murieron, como el P. León, a violencia de las
crueldades del martirio, sucumbieron a consecuencia de la enfermedad mortal
contraída por la furiosa persecución de que fueron víctimas por los enemigos
del nombre cristiano, rindiendo su espíritu bajo el peso de un martirio, si no
tan cruel, más prolongado.
ARTÍCULO II
Correrías trágicas
Sumario: Penetran los moros en la bahía de Manila. –No hay moros, según los
españoles. –Aumentan los daños de la morisma.

Desde el año 1740 continuaron los moros sin interrupción sus trágicas
correrías, como si fueran dueños del archipiélago, causando, además de la
ruina de muchos pueblos, la pérdida de más de diez mil quinientas almas,
entre muertos y cautivos, desde que en mala hora abandonó el Gobierno el
Presidio de Labo.
El año 1745, después de talar el enemigo todas las islas de nuestra ad-
ministración, llevó su osadía hasta penetrar en la misma bahía de Manila,
atacando la Provincia de la Pampanga, los puebles de Orión, Cabcaben,
Marivelez, Bagac y Moron, de una banda; el Real de Timbalan, Marigondon,
isla del Corregidor, Looc, Nasugbú y Calatagan por la otra banda; luego Ba-
layan hasta la costa de Tayabas, matando y cautivando a toda clase de perso-
nas, entre otras al P. franciscano Valdepeñas; después saquearon los pueblos
de la costa de Camarines y Albay, las islas de Burías, Ticao, Masbate,
Zibuyan, Romblón, Tablas, Simara, Banton, Maestre de Campo y las costas
de Mindoro y Zambales, no perdonando ninguna isla de las bisayas, las cuales
ha recorrido varias veces, especialmente las de nuestra administración, y so-
bre todas la de Caraga1.
Es muy digno de notarse que, a pesar de haber enviado el Gobierno algu-
nas Armadas para castigar a los moros, dueños de tierra y mar, no sólo no han
hecho cautivo a ningún moro, sino que nuestros bravísimos soldados han
vuelto siempre a Manila diciendo que no hay moros, que no han visto ni uno
para muestra.

1
Arch. Prov. Lib. de noticias, fol. 73 vto.
434 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
De modo que, si los cautivos que lograron escaparse y nuestros Re-
ligiosos que fueron rescatados por grandes sumas de dinero no hubieren dado
informes ciertísimos y auténticos de los moros, de sus hazañas, de las re-
giones que habitan y de sus costumbres, y si no estuvieran a la vista de todos
tantos pueblos arruinados y reducidos a cenizas, acaso habría que dar crédito
a la frase de los soldados españoles, que con una negación querían ocultar su
miedo al moro, y justificar su estancia en Manila entregados a una plácida
ociosidad.
Pero por desgracia no se podía negar la veracidad de las invasiones y rui-
nas causadas por los moros, cuyos efectos sentía más que nadie nuestra
Provincia de San Nicolás, que tenía a nuestros hermanos distribuidos en vein-
tisiete islas; siendo ellos los que más padecían, entre todos los Religiosos de
todas las demás Religiones, por los grandes peligros de la navegación y
travesía de unas islas a otras en diminutas y frágiles barquichuelas; por los
violentos huracanes y tempestades; por las fuertes corrientes, bajíos y arre-
cifes; por los diferentes rumbos que contra viento y marea tienen que llevar
para asistir a las almas; por verse precisados a vivir en el mar navegando la
mitad del año, y la otra mitad huyendo por los montes y manglares de las islas
para verse libres de la ferocidad de los moros joloes, mindanaos, malanaos,
borneyes, camucones y tirones que los venían persiguiendo impunemente por
espacio de treinta años no interrumpidos; y últimamente, y como consecuen-
cia de todo esto, por la extremada miseria a que se veían reducidos los pueb-
los de nuestra administración; siendo público y notorio que los pueblos y las
islas administrados por los PP. Recoletos eran los más pobres y miserables,
los más trabajosos y los más llenos de peligros por las causas dichas. Con
razón, pues, todos los Gobernadores Generales del archipiélago, al enviar su
informe sobre las islas Filipinas al Rey de España, le podían decir lo que ya el
año 1652 le decía el Gobernador Don Sebastián Hurtado de Corcuera: Entre
todas las sagradas Religiones que enriquecen estas Islas, la de los Agustinos
Descalzos es la más digna de su gracia y de que vuestra Real Majestad la
favorezca.
ARTÍCULO III
Celebración de dos Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio Gen-
eral. –Nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el día 8 de Mayo de 1745.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. Francisco de Santa
Isabel: y en él se hicieron los siguientes nombramientos:
Provincial: R. P. Fr. Isidoro de San Miguel, L. J.
Definidores: P. Fr. Francisco de Santa Mónica.
P. Fr. Melchor de San José.
P. Fr. Francisco de la Virgen de Loreto.
Prior de Zaragoza: P. Fr. Pedro de Jesús, L. J. y Calificador del Santo
Oficio.
Subprior de íd.: P. Fr. José de San Agustín.
Maestro de novicios: P. Fr. Francisco de Santa Ana.
Rector del Colegio de íd.: P. Fr. Martín de la Virgen del Niño Per-
dido, L. J.
Sacristán de íd.: P. Fr. José de San Francisco.
Vicerrector del Colegio: P. Fr. Diego de la Soledad.
Prior de Barcelona: P. Fr. Pedro de San Francisco de Asís, Lector Jubi-
lado.
Subprior de íd.: P. Fr. Antonio de San Agustín.
Prior de Guisona: P. Fr. Juan de San Antonio.
Prior de Valencia: P. Fr. José de San Bernardo, L. J.
436 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Alagón: P. Fr. Francisco de la Virgen de Loreto.
Prior de Benabarre: P. Fr. Ignacio de San Gil, Predicador.
Secretario: P. Fr. Miguel del Santísimo Sacramento1.

Capítulo Intermedio General de 1745

Nombramientos
Definidor General por la de Castilla, Fr. Andrés de la Madre de Dios, L.
J.
Su Adito, Fr. Francisco de la Madre de Dios de Guadalupe, L. J.
Definidor General por la de Aragón, Fr. Miguel de Jesús María, Provin-
cial absoluto.
Su Adito, Fr. Pedro de San Francisco, L. J., Calificador del Santo Oficio,
Cronista General y Prior actual de Barcelona.
Definidor General, por Filipinas, Fr. Miguel de San Agustín.
Su Adito, Fr. Martín del Niño Perdido, L. J. y Rector del Colegio de
Zaragoza.
Definidor General por Tierra Firme, Fr. Francisco de los Angeles, L. J.
Su Adito, Fr. Cristóbal de San Agustín, Castilblanco, L. J. y Rector de
Alcalá.
Secretario General, Fr. Félix de la Encarnación, L. J.
Procurador de Roma, Fr. Agustín de San José.
Id. de la Curia Regia, Fr. Fernando de Santa Rosa, Predicador2.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
2
Arch. Gral Carp. Capítulos.
CAPÍTULO XL
ARTÍCULO I
Vicisitudes de la Paragua y Calamianes
Sumario: Se encargan los PP. Recoletos de su administración espiritual. –Trabajos que
padecen. –Abandono del Gobierno. –Renuncia de los PP. Recoletos. –No es acep-
tada. –Vanas esperanzas. –Gravísimos daños.

Desde que los PP. Recoletos se encargaron de la administración espiri-


tual de la Paragua y Calamianes allá por el año de 1622, fueron pasando por
mil vicisitudes, todas las cuales llevaban el sello de la adversidad, acom-
pañada de innumerables penalidades y desgracias. En vano los PP. Recoletos,
los mejores defensores de la religión y de la patria, alzaban sus clamores
hasta el representante de la majestad real en el archipiélago, en demanda de
protección y de socorro para consolidar la obra de religioso patriotismo que
estaban construyendo: todo el auxilio se reducía a buenas palabras. Por eso no
es de extrañar que los Recoletos insistiesen en sus quejas con tanta entereza
como verdad: de lo cual es buena prueba el siguiente informe:
"Ilustrísimo y Rverendísimo Señor Doctor Don Fray Juan de Are-
chederra, del Colegio de su Majestad, electo Obispo de Nueva Segovia,
Gobernador y Capitán General de estas Islas Filipinas y Presidente de la Real
Audiencia, que en ellas reside, etc.=Ilustrísimo y Reverendísimo Señor.=Los
repetidos clamores de los infieles naturales de la Provincia de Cuyo y Cala-
mianes obligan a mi Provincia, y a mí en su nombre, a hacer presente a la
Superior comprensión de V. Señoría Ilustrísima el origen de los males que
toleran y la causa de los crueles estragos que padecen1.

1
Arch. Prov. Carp. 74, n.º 2, fol. 30 y siguientes.
438 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
"Enconiendóse el espiritual cultivo y conversión de la Paragua y demás
Islas Calamianes al celo de mi Provincia por los años mil seiscientos y veinte
y dos y veinte y tres: habiendo trabajado los Misioneros con el empeño corre-
spondiente al deseo de la conversión de aquellas almas, consiguieron consid-
erable adelantamiento en beneficio de la cristiana Religión, con no desprecia-
ble del Real Erario en el aumento de tributos. Ofrecían el tiempo y la ocasión
la apetecida extensión del Evangelio por las dilatadas regiones de la fer-
tilísima Paragua, cuando el enemigo común sobresembró la cizaña por medio
de sus ministros los Borneyes, Camucones, Joloes, Mindanaos, Tirones y
otros pueblos situados en las playas oriental y meridional de Calamianes.
Hicieron alto sus Armadas en la más pingüe porción de la Paragua y en la isla
Balabac su inmediata; y corriendo nuestras costas, llenaron de horror todas
sus playas. Los pueblos formados por los Padre Misioneros fueron víctima
cruenta de la ciega deidad de su furor: y como se retirasen de la empresa sin
quebranto, ricos con los despojos y cautivos, tomando aliento de lo indefenso
del país, en breve tiempo dejaron sin iglesias, sin poblaciones, sin ornamen-
tos, sin imágenes, sin vasos sagrados, sin cristianos y sin Ministros la Provin-
cia. Clamó la de San Nicolás al Supremo Gobierno por remedio, que fuese
eficaz alivio a la ruina padecida y antídoto que preservase de iguales daños en
lo futuro.
Por muchos años insistió en este pedimento mi Provincia; y como viese
frustradas sus más vivas diligencias, o por política de Estado, o por razón de
la angustia de los tiempos, habida consideración del lastimoso sistema de
aquella desamparada cristiandad, y de las muertes violentas y de las violentas
enfermedades de sus hijos en las forzosas retiradas a lo más inculto de los
montes; no pudiendo tolerar por más espacio los lastimosos efectos de esa
continua tragedia, el año mil seiscientos cincuenta y nueve hizo renuncia de
la administración de Calarnianes y Paragua, para que en su virtud el Ordi-
nario del Obispado de Cebú proveyese de Ministros que cultivasen las
reliquias de aquella afligida cristiandad que se libertó de la muerte y cautiv-
erio entre los inaccesibles peñascos de los montes. Con dificultad pudo lo-
grarse retirar los Religiosos, y que en su lugar destinase el Señor Obispo de
Cebú beneficiados para esta empresa. Pero como fuesen iguales el trabajo y el
peligro, que recibían incremento cada día, no hallando quien quisiese servir a
Dios y al Rey a tanto riesgo, en breve se quedaron los Calamianes sin Minis-
tros. Ocurrieron al superior Gobierno demandando providencias para ser
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO PRIMERO 439
cristianamente administrados, pidiendo en nombre de sus pueblos se obligase
a los Padres Recoletos de San Agustín volviesen de nuevo a cultivar la cris-
tiandad de sus Provincias. Y como el Señor Doctor Don Diego Calderón, Oi-
dor Fiscal que entonces era de esta Real Cancillería, en calidad de protector
de naturales, pidiese que luego, y sin embargo de lo que la Provincia de San
Nicolás podía alegar a su favor, se despachase Real Provisión de ruego y en-
cargo al Reverendo Padre Provincial que entonces era para que, con la breve-
dad que pedía el caso, de haber muchas criaturas de más de tres años de edad
que carecían del Bautismo, y hallarse los pueblos de Taytay, Calamianes,
Cuyo, la Agutaya, Paragua, Dumarán y demás de aquella Provincia sin Minis-
tros, destinase de los Religiosos de su dicha Provincia los necesarios, para
recibir de nuevo a su cuidado la cristiandad de Calamianes, según y como sus
naturales lo pedían: Y aunque dicho Reverendo Padre Provincial Fr. José de
la Santísima Trinidad por sí, y la Provincia después por su Capítulo, hicieron
presente la subsistencia de los gravísimos motivos que le obligaron a renun-
ciar la administración espiritual de dichos pueblos; sin embargo, fué compe-
lida la Provincia a proveer de Religiosos la Paragua y demás islas Calami-
anes; sin recibir otro socorro para la defensa natural que las buenas esperan-
zas que de palabra dió el Gobierno. Y aunque sin intermisión en todo tiempo
hizo presente mi Provincia la necesidad urgente de establecer un Presidio en
la Paragua, no pudo tener efecto este deseo hasta el año mil setecientos y diez
y nueve; en que el Señor Gobernador Don Fernando de Bustillo, a informe
del P. Fr. Atilano de San Andrés y pedimento del Reverendo Padre Provin-
cial, que para el efecto tuvo su Consejo con los ancianos Ministros Calami-
anes, se decretó el establecimiento de un Presidio en la Paragua, para el logro
de los fines que expresaron los informes y están constantes de los autos; cedi-
endo esta mi Provincia quinientos pesos, que debía percibir de la Real Caja; y
se aplicaron para ayuda de los gastos de la empresa.
Para la seguridad de tan noble expedición, y teniendo presente que el
año mil setecientos y cinco, gobernando el Señor Zabalburu esta Islas, el Rey
de Joló que entonces era cedió a favor del Rey nuestro Señor la isla de Bala-
bac y las tierras que en la actualidad poseía en la Paragua, se despachó a Don
Antonio Pérez Gil en calidad de embajador a dicho rey para que renovando la
amistad, ratificase la cesión; y al Sargento Mayor Don José de Aroza, Alcalde
mayor de la Provincia de Otón, se nombró Cabo superior
440 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
del armamento destinado a la formación de aquel Presidio; y los Padres Lec-
tor Jubilado Fray Juan de la Encarnación y Predicador Fr. Manuel de San José
fueron destinados Capellanes; con estas providencias, vencidas las dificul-
tades que ocurrieron, arribó al río Labo la Armadilla; y en el sitio que enton-
ces juzgaron oportuno a la colonia, se formó de estacas y fagina un pequeño
baluarte, que se coronó de poca y pequeña artillería. Concurrió a la empresa
por orden del Gobierno Don Fernando Vélez de Arce, Castellano de la Fuerza
de Santa Isabel de Taytay, y Don Antonio Pérez Gil, vuelto con favorable
despacho de Joló. Y habido su Consejo para conferir lo conveniente y necesa-
rio a la más segura defensa de la Fuerza y al aumento de la cristiandad y
tributantes, consultaron al Gobierno por el establecimiento del Presidio, por el
número de plazas de que debía ser dotado, por las armas de que se debía
proveer, y por el modo que se debía tener en sus socorros, hasta tanto que
dicha Provincia produjese lo necesario a la conservación de la Fuerza y sus
colonias; que todo es constante de los autos.
En la misma conformidad y al mismo efecto consultó el expresado Pa-
dre Lector Encarnación, así al Sr. Gobernador, como también al Reverendo
Padre Provincial. Pero como al arribo del despacho a esta ciudad de Manila,
por muerte del Señor Bustillo, gobernase estas Islas el Ilustrísimo Arzobispo
Metropolitano de ellas, dudándose de la verdad del proyecto sobre las venta-
jas que se afirmaban de la empresa, a pedimento Fiscal se llevó a Junta de
Guerra el expediente. Y aunque es constante de los autos que concurrió a vo-
tar en el Consejo lo más distinguido del vecindario de Manila, es también
innegable que todos, por la falta de experiencia del paraje, carecieron de las
precisas circunstancias para votar con la prudente discreción que de justicia
pedía la gravedad de tal asunto.
Consta con evidencia de los autos que se fundaron sus votos en un náu-
tico diario que formó el citado Antonio Gil, cuando de vuelta de Joló vino
costeando la Paragua, desde la punta de Lavis hasta la capital de Taytay, en
que parece haber gastado veinte días, contados desde veinte y dos de Julio
hasta el día diez de Agosto.
Y de verdad, Ilustrísimo Señor, que si en la expresada Junta se hubiera
conferido sobre la longitud o latitud de la Paragua, o disputado de sus puer-
tos, ensenadas, ríos, bahías, escollos, sirtes, promontorios, o tratado de los
placeres y bajíos o de la limpieza y fondo de sus playas, se debiera preferir a
los informes antes dichos de Aroza, Vélez Arce y Padre Lector Encarnación
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO PRIMERO 441
el del piloto Antonio Gil; porque en materia de la náutica debía ser estimado
su dictamen. Pero si la Junta era de Guerra, por el establecimiento o aban-
dono de un Presidio, sobre la razón de Estado y de interés de la Religión y
Erario Real, debió estimarse aquella relación como una cosa impertinente y
muy distante de los altos motivos propios de la Junta.
Don Juan de Rivas, como práctico de las islas Paragua y Calamianes,
que gobernó de Alcalde mayor, era el único en dicho Consejo que pudo for-
mar dictamen cierto, por la comprensión y experiencia que tenía de la tierra:
está constante su voto por la conservación y aumento del Presidio como me-
dio necesario a la estabilidad de la Paragua y a la defensa de los demás pueb-
los Calamianes. Desatendióse este voto singular, aunque fundado en la expe-
riencia y razón, y se apreciaron los muchos votos, todos singulares por refun-
dirse y fundarse en el singular voto del piloto Gil en su diario.
Se pretendió zaherir por los votantes al Padre Fray Atilano por su in-
forme que, sin más ciencia, experiencia y ciertas pruebas que su notoria
pasión (de ellos) contra el difunto Mariscal, condenaron a una voz por fabu-
loso. Las cartas del Padre Lector Jubilado Fray Juan de la Encarnación, sujeto
de notoria literatura y religiosidad y celo que es constante, padecieron una
interpretación mal ajustada a la letra de su texto; y afirmando (sobre la fe de
su palabra) que el Padre Procurador General de mi Provincia Fr. José de San
Jerónimo, que había vivido Ministro en Calamianes y fué presente en dicha
junta, informó en ella contra la manutención de aquel presidio.
Se decretó su abandono, el retiro de las tropas y la suspensión de
Misioneros; dejando por este medio al Rey nuestro Señor despojado de
aquella noble porción de la Paragua; a sus infelices moradores entregados de
nuevo a la dominación de los Joloes; a los míseros infieles condenados a la
cárcel de sus montes; y a los cristianos antiguos y modernos destinados por
cebo a la codicia de los unos y plato regalado aunque horroroso a la gula de
los otros reinos, que diariamente se los llevan y llevarán en adelante a la
muerte y cautiverio, si la religiosísima noble piedad de V. Señoría Ilustrísima
no pone dichoso fin a tanto mal, por el restablecimiento del Presidio impru-
dentemente abandonado.
Por la copia de las cartas que en la debida forma hago presentes, se hace
manifiesto a la alta comprensión de V. Señoría Ilustrísima la ninguna verdad
con que los votantes por el abandono del Presidio de Labo las alegaron en
favor de su dictamen: pues de ellas consta la necesidad de aquella fuerza para
442 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
la custodia del país: y en ellas se hace presente con religiosa ingenuidad
cuanto debió y pudo hacerse para fundamentar aquel Presidio, hasta ponerle
en estado de hacerle respetable al enemigo el pabellón español. Y de lo con-
trario, se predicen con toda claridad las inminencias del estrago que aún llo-
ramos, y sucedió al mal premeditado abandono de la fuerza: pues no bien
retiró su Armada el español, cuando los moros que estaban a la mira ocuparon
el terreno abandonado, que aún mantienen con deshonor de la Corona de
Castilla, y con notorias ventajas del Joló con el aumento que ha hecho y hace
en la Paragua de vasallos y tributos.
En once de Octubre de mil setecientos y diez y nueve sucedió la trágica
muerte del Señor Don Fernando de Bustillo; y a fines de Noviembre, mudada
la escena en el teatro, se votó en Junta de Guerra la demolición de la Paragua;
ofreciendo los votantes la más cierta y total seguridad de Calamianes con sólo
aumentar algunas plazas en la guarnición de Taytay. ¡Como si el limitado
refuerzo de un medio construido baluarte, (cual el de Santa Isabel era en la
ocasión), fuera Armada suficiente para cubrir las ochenta leguas de terreno
que la inconsideración abandonó!
Manifestó la experiencia luego al punto la mala conducta de los unos y
el acertado dictamen de Aroza, Vélez, Arce, Rivas y otros: pues habiéndose
llevado a debida ejecución lo determinado por la Junta concluida por Diciem-
bre de dicho año diez y nueve, entrado ya el año de veinte se retiró del todo el
armamento, practicando según la orden la evacuación de la Paragua. Y no
bien habían vuelto los españoles las espaldas, cuando los moros se volvieron
a posesionar del país abandonado…
El año 1735 continuó con el mismo furor la guerra el enemigo: y lo
mismo ejecutó el inmediato treinta y seis, asaltando a fines de Septiembre el
pueblo de Mangarin, donde perpetraron iguales sacrilegios que los antes
referidos. Y habiendo entendido de los prisioneros que el Padre había huido
por tierra a Manaol, le siguieron por la mar: y como, dueños del pueblo, supi-
esen de los cautivos que el Padre Prior Fray Diego de la Virgen del Camino
había fallecido seis días antes, desenterraron su cuerpo y le ultrajaron inhu-
manos. Apresaron cuanto tenían convento, iglesia y pueblo; de que rescató
algunos ornamentos el Capitán Don Juan Coronado, que los entregó en mi
convento de Manila.
Por los años treinta y siete y treinta y ocho continuó la misma guerra, en
que quedó enteramente demolido y sin vecinos el pueblo de Mangarin.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO PRIMERO 443
El siguiente treinta y nueve, día veinte y tres de Octubre, rayando el alba,
cargaron los enemigos sobre el pueblo de Ililin, inmediato al de Mangarin,
donde el saqueo, muerte y cautiverio fué común; y el P. Fr. León de San José
que allí se hallaba, fué apresado por los moros que, conduciéndolo a su tierra,
le dieron muerte cruelísima, según la relación de algunos naturales que lo-
graron escapar del cautiverio. El año siguiente, que es cuarenta, continuaron
las mismas invasiones por todas las Provincias y Partidos de Cuyo, Paragua y
Calamianes, Mindoro, isla de Tablas y Romblón. Y sobre la costa de Min-
doro, entre la punta de Pola y el pueblo de este nombre, cautivaron al Padre
Fray Hipólito de San Agustín…
En todos los siguientes años continuó el enemigo la irrupción, talando
los pueblos y Provincias, cautivando toda suerte de personas, que, según
cómputo, ha perdido el Rey en los pueblos de la administración de mi Provin-
cia, más de diez mil almas, entre muertos y cautivos, por todo el tiempo de
esta guerra.
Y para corona de sus triunfos, el año cuarenta y cinco próximo pasado,
después de recorrer el enemigo todas las Provincias que hasta aquí fueron
teatro de la guerra; adelantó sus conquistas hasta dentro de la bahía de Ma-
nila; a cuya vista y de la del cañón de sus murallas y de las del puerto de
Cavite, se atrevieron a penetrar a la Pampanga, acometiendo los pueblos de
Arión, Carcaben, Mariveles, Bagac y Morong de una banda, y el Real de
Timbalan, pueblos de Marigondon y Looc, isla de Corregidor, Nasugbu y
Calatagan. Y pasando adelante su osadía, corrió por Balayan hasta la costa de
Tayabas, matando y cautivando toda suerte de personas; y entre ellas apresó
la del Padre Valdepeña en dicha jurisdicción. Y adelantando sus empresas,
saquearon los pueblos de la costa de Camarines y Albay, infestando las islas
de Burias, Ticao, Masbate, Sibuyan, Romblón, Simara, Banton, isla de Tab-
las, la del Maestre de Campo y la costa de Mindoro por la parte oriental de
dicha isla. Y aunque se ha deseado en este tiempo ver la figura de los moros,
por más armamentos que se han hecho, no ha podido pasar el deseo a pose-
sión. Si los cautivos huidos y los Padres rescatados no nos dieran razón del
enemigo y de su patria, aún estaríamos en duda de quién era el agresor de
tanto mal.
Este es, Ilustrísimo Señor, el calamitoso estado en que V. Señoría Ilus-
trísima ha recibido los pueblos y Provincias, cuyo gobierno se dignó la Real
piedad encomendar a su notoria, celosa y prudente discreción. Estos son,
444 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Señor, los efectos que produjo el abandono que se hizo del Presidio de Labo
en la Paragua. Estas son las fatales consecuencias que anunció el Padre Lec-
tor Fray Juan de la Encarnación, y no quisieron estimar, como era justo, los
apasionados Oficiales que en la Junta de Guerra votaron por la deserción de
la Paragua. Y esto es, Señor Ilustrísimo y Reverendísimo, lo que mi Provincia
ha representado, desde el principio de su entrada en Calamianes, había de
suceder por una necesaria consecuencia, si no se aplicaba el remedio conven-
iente a la defensa del país, por la construcción de un Fuerte que embarazase la
entrada al enemigo para la posesión de la Paragua. Y pues la divina Providen-
cia, que con suave fortaleza encamina al logro de las empresas más sublimes
el ánimo de los Príncipes a cuyo celo y vigilancia está fiada la defensa de la
tierra, ha constituido a V. Señoría Ilustrísima en el alto grado del honor que
sus notorias prendas tenían de antemano merecido, suplico a la generosa
católica piedad (propio carácter de un príncipe de la Iglesia), de V. Señoría
Ilustrísima que, compadecido de los estragos mencionados, y previniendo,
como Padre y Capitán General de estas Provincias, los que de nuevo
amenazan a sus pueblos, sea servido tomar aquella saludable providencia que
su gran dexteridad en los negocios juzgare más oportuna al remedio de los
males: con lo cual se conseguirá el fin principal de su Majestad, que tiene
prevenido y mandado que estas gentes, vasallos suyos, que viven esparcidos y
sin forma política en los montes y campos, se reduzcan a poblaciones; usando
y ejerciendo en esta parte uno de los principales fines de la tuición y protec-
ción de estos naturales; dirigiendo y persuadiendo a los que por su barbarismo
y rusticidad no alcanzan lo mucho que les importa estar agregados y vivir en
vida sociable y política: y así, aunque no quieran, se les deben señalar puestos
y sitios acomodados y defendidos de los enemigos; donde tengan pueblos y
casas a su modo, comenzando a vivir como hombres; pues con esto deponen
sus antiguas y bárbaras costumbres, haciéndose capaces y hábiles para recibir
nuestra santa fe y Religión cristiana; que es lo que sobre todo se ha pro-
curado; y sin la cual jamás se podrán hacer progresos considerables; los que
se esperan y pueden esperar en dicha isla por el genio y docilidad de los
muchos infieles que la habitan. Pues viendo éstos que están resguardados y
defendidos del brazo poderoso de su Majestad, que no les ofenden tantos
enemigos como los cercan, se acomodarán al suave yugo del vasallaje a la
Real corona, que podrá interesarse en poco tiempo en la paga de los tributos,
que pueden pasar de diez mil, por la mucha gente que tiene dicha isla repar-
tida.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO PRIMERO 445
Y para mayor facilidad de lo expresado, será muy conveniente que al rey de
Joló se le reconvenga por la restitución de la Paragua y Balabac, en confor-
midad de la cesión que el año mil setecientos y cinco hizo a favor del Rey
nuestro Señor y su Corona, y ratificó el año de diez y nueve por medio del
embajador Antonio Gil, que en virtud de ella aprehendió la Real posesión de
dicho Estado, como todo consta de autos. Y que en virtud de la expresada
cesión, mande a su tropa y Ministros, que mantiene en Ilipolot, que
evacuando la dicha Fortaleza y demás sitios que ocuparen, los entreguen al
sujeto que la dignación de V. Señoría Ilustrísima tuviese a bien elegir para el
efecto: dignándose mandar se restablezca de nuevo con la formalidad que
corresponde el Presidio abandonado, que defendiendo la entrada en la Para-
gua, ponga freno a la osadía de una gente que por despreciable se debiera
desatender, si la pública necesidad de los tímidos naturales de estas islas no
diera algún crédito a sus armas.
Y para que materia de tanta gravedad pueda lograr el acierto que deseo,
se ha de servir la superior dignación de V. Señoría Ilustrísima mandar que el
Sargento Mayor Don Toribio Alles y Arenas y los Capitanes Don José Benito
Llanes y Cienfuegos y Don Antonio Callejas de Urbina informen por escrito
sobre la verdad y constancia de lo contenido en mi Consulta por las conven-
iencias del establecimiento del Presidio que pretendo en la Paragua; por la
dotación de plazas y armas de que se debe componer; por las utilidades que
puede producir, a servicio de ambas Majestades; por el sitio y lugar, modo y
forma en que se debe constituir; con todo lo demás que hallaren conveniente
al beneficio común de las Provincias, a la defensa de los pueblos, al castigo
de los moros, al aumento de la cristiandad, a las creces del Real Erario, al
honor de las católicas armas, a la gloria de su Capitán General y demás sus
subalternos.
Lo cual con el auxilio y protección de V. Señoría Ilustrísima espero se
conseguirá para beneficio de aquellos infieles que, estando cercados de tanta
cristiandad, carecen de la luz de la fe por falta de este tan pronto y necesario
socorro que les es debido, como que están en los Dominios de su Majestad.
La divina guarde a V. Señoría Ilustrísima por muchos años. De este
Convento de San Juan de Bagumbayan y Febrero diez y ocho de mil setecien-
tos cuarenta y seis.=Ilustrísimo y Reverendísimo Señor.=Besa la mano de V.
Señoría Ilustrísima su más afecto, obligado y rendido servidor y
capellán=Fray José de la Concepción, Provincial de los Recoletos".
ARTÍCULO II
Tres Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Determinaciones y nombramientos. –
Capítulo Provincial de Cas-tilla. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio de la
Candelaria. –Determinaciones y nombramientos.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas

que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila


en los días 29 de Abril al 2 de Mayo de 1746.
Fué presidido por el primer Definidor Fr. Cristóbal de la Soledad.
Se establecieron doce Actas y veintidós Determinaciones; la primera de
éstas manda que, para la más recta y cómoda administración de los naturales,
en el Partido de Tandag se ha de erigir un Vicario Prior de los pueblos de
Calagdan y Bayayo, quedando los restantes de dicho Partido en un todo a
cargo del P. Prior que es o fuere de Tandag.=En el Partido de Butuan se ha de
erigir Vicariato, en la forma dicha, de los Pueblos de Tubay, Maini y Habon-
gan.=En el Partido de Siargao se ha de erigir Vicariato, en la forma dicha, de
los pueblos de Surigao, Pahumbungan y Higaquet; y éste ha de ser la Cabe-
cera de dicho Vicariato.=En el Partido de Cagayan se ha de erigir Vicariato
con los pueblos de Camiguin y Balingua, en la forma dicha, y con la residen-
cia repartida en los dos pueblos, de manera que se logre mejor el fin que se
pretende.=En el Partido de Romblón se ha de erigir Vicariato con los pueblos
de Banton, Simara e Isla del Maestre de Campo.=En el Partido de Taytay se
ha de erigir Vicariato del pueblo de Calatan, como lo piden los naturales.=En
el Partido de Masbate se ha de erigir Vicariato de los pueblos de Ticao,
Burías y Lanan, en la forma dicha".
En la 19.ª "se determinó que en el Convento de Manila haya Conferencia
de Moral todo el año, un día cada semana, a la cual han de asistir todos
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO SEGUNDO 447
los Religiosos sin excepción alguna. Y que en los Ministerios donde no hubi-
ese dos Religiosos que entre sí la puedan tener, deban aplicarse al estudio lo
necesario. Y que N. P. Provincial examine en sus Visitas con rigor, de Len-
gua y Moral, a todos los Ministros, aunque sean Priores; y que, de no hallar-
los capaces, los suspenda luego del Oficio".
En la 21.ª "se determinó que todos los PP. Priores, Ministros y Vicarios
Priores, acabando su Oficio, tengan obligación de declarar a N. P. Provincial
que acaba, o al que le sucediere en el Oficio, todo lo que les quedare de su-
peravit, rebajados todos sus gastos y pagadas todas sus deudas; para que les
permita el uso de lo que fuese preciso para subvenir a sus necesidades; so
pena de que, de no hacerlo así, se les castigará con las penas de propietario. Y
so las mismas penas se les ordena a todos generalmente avisen a dicho N. P.
Provincial de las deudas todas que a su favor tuvieren en los Partidos que han
administrado; para que su Reverencia solicite la recaudación a favor de la
Provincia, a quien en el todo legítimamente pertenecen: y que lo mismo
ejecuten los demás Religiosos que quedan fuera en los Ministerios, en la
primera ocasión que tuviesen segura".
Las elecciones dieron el siguiente resultado:
Provincial: P. Fr. Roque de la Madre de Dios.
Definidores: PP. Fr. Benito de San Pablo, Ex Provincial; Fr. Fran-
cisco de la Encarnación; Fr. Francisco de la Asun-
ción, alias, Alcázar; y Fr. Pablo de San Agustín.
Aditos: PP. Fr. Juan de San Antonio, Ex Provincial, primero
por la Provincia de Castilla; Fr. Mateo de la Encar-
nación, segundo por dicha Provincia; Fr. Pedro de
Jesús, primero por la Provincia de Aragón; Fr. Mi-
guel de San Marcial, segundo por dicha Provincia.

Primeros Definidores Generales de Filipinas.


1.ª Vida. El P. Fr. Anselmo de San Agustín, Comisario.
2.ª Vida. El P. Fr. Francisco del Espíritu Santo, alias, Peraleda.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Salamanca.
448 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Segundos Definidores Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. José de los Santos, por la Provincia de Aragón.
2.ª Vida. El P. Fr. Eugenio de San Félix, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Prior del Convento de Valencia.

Primeros Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Alonso de San José, por la Provincia de Andalucía.
2.ª Vida. El P. Fr. Gaspar de San Nicolás, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.

Segundos Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Alonso de Santa Rita, Lector Jubilado.
2.ª Vida. El P. Fr. Francisco de Santa Mónica, alias, Pichón.
3.ª Vida. El Prior del Convento del Campillo de Altobuey.
Prior de Manila: P. Fr. Cosme de la Virgen del Pilar.
Prior de Bagumbayan: P. Fr. Juan de San José, alias, Campanario.
Prior de Cebú: P. Fr. Miguel de San Agustín.
Prior de Cavite: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de San Sebastián: P. Fr. Agustín de San Antonio.
Prior de Masinloc: P. Fr. José de Jesús María, alias, el Montañés.
Prior de Bolinao: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Prior de Tandag: P. Fr. Roque de la Virgen del Carmen.
Prior de Butuan: P. Fr. Miguel de San Marcial.
Prior de Siargao: P. Fr. Mateo de la Encarnación.
Prior de Cagayán: P. Fr. Francisco Javier de la Concepción.
Prior de Romblón: P. Fr. José de San Bruno.
Prior de Mariveles: P. Fr. Antonio de la Virgen de los Remedios.
Prior de Calapán: P. Fr. Cipriano de San Baslio.
Prior de Taytay: P. Fr. Marcos de San Lorenzo.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO SEGUNDO 449
Vicario Prior de Masbate: P. Fr. Agustín de la Virgen del Rosario.
Vicario Prior de Nauhan: P. Fr. Andrés de Jesús María.
Vicario Prior de Painaben: P. Fr. Basilio de Santo Tomás de
Aquino.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Tomás de Santiago.
Vicario Prior de Bislig: P. Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
Vicario Prior de Culión: P. Fr. José de la Asunción.
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Tomás de la Concepción, alias, de
Madrid.
Vicario Prior de Bongabon: P. Fr. Juan de la Virgen de los Dolores.
Vicario Prior de Subic: P. Fr. Manuel de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Agutaya: P. Fr. Manuel de San Esteban.
Vicario Prior de Babayan: P. Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Calagdan: P. Fr. Francisco del Rosario.
Vicario Prior de Higaquet: P. Fr. Francisco de Santa Teodora.
Vicario Prior de Habongan: P. Fr. Lucas de la Cruz.
Vicario Prior de Camiguin: P. Fr. Francisco de la Concepción, alias,
Epila.
Vicario Prior de Bantón: P. Fr. José de la Virgen del Rosario.
Vicario Prior de Ticao: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Vicario Prior de Calatán: P. Fr. Francisco de San Miguel, alias,
Leganés.
Secretario, Socio del P. Provincial: P. Fr. Alonso de San Gabriel.
Procurador de Provincia: P. Fr. Mamés de San Lamberto.
Subprior de Manila: P. Fr. Felipe de Santa Ana.
Sacristán de Manila: P. Fr. Tomás de la Concepción, de la Nava del Rey1.

1
Arch. Prov. Lib. 3.º Becerro, fol. 14 vto. y siguientes.
450 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el año 1746.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Francisco de Nuestra Señora de Guadalupe,
L. J.
Prior de Madrid: R. P. Fr. Domingo de San Diego, L. J.
Prior de Toledo: R. P. Fr. Bartolomé del Espíritu Santo, Predicador.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Pablo de San José.
Sacristán: R. P. Fr. Lorenzo de la Concepción.
Rector de Salamanca: R. P. Fr. Manuel del Espíritu Santo, Lector Jubilado.
Priopr de Valladolid: R. P. Fr. Alonso de Santa Rita, L. J.1
En el Capítulo General de 1 de Junio de 1748 fué elegido Vicario Gen-
eral el Provincial Fr. Francisco de Nuestra Señora de Guadalupe; el cual con
fecha 1 de Julio del mismo año nombró Provincial de Castilla al R. Padre
Martín de San Miguel2.
Las Constituciones que se habían impreso en romance el año 1637, y que
se imprimieron en latín el año 1664, se reimprimieron también en latín el año
1745.
Eran Definidores de Provincia los PP. Fr. Manuel de la Concepción y Fr.
Fernando de la Concepción

Capítulo Intermedio de la Candelaria


En el Capítulo Intermedio celebrado en Bogotá el día 12 de Septiembre
de 1746, se hizo constar, entre otras cosas, lo siguiente3:

1
Arch. Hist. Nac. Sign, 102.
2
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 86.
3
Arch. Gen. Carp. F.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO SEGUNDO 451
"Así mismo, aprobamos, aplaudimos y confirmamos las determina-
ciones hechas por el V. P. Rector de este Colegio, Fr. Francisco de San
Joaquín, en orden al gobierno de nuestra hacienda de Saldaña. Y declaramos
por verdaderos aumentos de dicha hacienda, hechos a esmeros el V. P. Exde-
finidor Vicente de Santo Tomás, con efectos de 3 esclavos, casa y capilla; sin
que sobre éstos quede dominio a particular alguno".
Se hicieron los nombramientos siguientes:
Vicario Prior de Tunja: P. Francisco de Jesús.
Vicerrector y Maestro de novicios en Bogotá: P. Clemente de San Pa-
blo.
Subprior de la Popa: P. Manuel de San Baltasar.
Subprior de Panama: P. Santiago de Jesús.

En el Capítulo privado de 8 de Junio de 1748, eligieron Definidor de


Provincia al P. Clemente del Salvador.
Vicario Prior de la Popa: P. Juan Eusebio de San Agustín, Lector.
Secretario: P. Miguel de San Agustín.
Procurador: P. José de San Rafael.
ARTÍCULO III
UN MISIONERO CAUTIVO
Sumario: Su nacimiento. –Dificultades para tomar el hábito. –Pasa a Filipinas. –Su la-
bor misionera. –Digresión necesaria. –Su cautiverio. –En presencia del Sultán de
Joló. –Su rescate. –Su santa muerte.

Entre los muchos individuos de todas las Ordenes y Congregaciones Re-


ligiosas que han trabajado en las Islas Filipinas en la evangelización de las
almas, uno de los que con más derecho merece el título de Misionero, y que
con más abnegación y sacrificios lo ha conquistado, es el V. P. Fr. Hipólito de
San Agustín.
Nació el P. Hipólito en la villa de Candaleda, obispado de Avila en
Castilla la Nueva, el día 20 de Agosto de 1703, recibiendo al día siguiente las
regeneradoras aguas del bautismo. Fueron sus padres Don Juan Frías y Doña
Ana Gómez, sujetos muy conocidos y estimados no sólo en la villa sino en
toda la comarca por su limpieza de sangre, su ejemplar conducta y su gran
caridad para con los pobres; pues estando en posición desahogada, hacían
cuantiosas limosnas, enseñando de esta manera y con sus santos consejos a
sus hijos el camino de la piedad y del temor de Dios.
Era Hipólito de carácter muy dócil, humilde e inclinado naturalmente a lo
bueno; tenía en el Real Monasterio de San Lorenzo del Escorial de Religiosos
Jerónimos un tío carnal de muchas prendas y méritos, y al mismo tiempo un
hermano, el mayor de ellos, llamado Fr. Juan de San Agustín, los cuales le
insinuaban que se hiciese Religioso en su mismo Convento. Por su propia
inclinación y por esta última circunstancia se resolvió Hipólito gustosísimo a
ingresar en la Orden de los Jerónimos del Escorial; para lo cual su tío y su
hermano hicieron todas las diligencias conducentes al caso, solicitando del P.
Prior que le aplicase una de las becas de colegial del Real Monasterio.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 453
Obtenida la gracia, y admitido Hipólito como colegial, como ya había
aprobado antes la gra-mática, se dedicó a estudiar filosofía, la que cursó por
espacio de tres años: transcurridos los cua-les, pretendió vestir el santo hábito
del gran Doctor San Jerónimo, apoyado en su petición por su tío y por su
hermano.
Reunidos los PP. del Monasterio llamados a deliberar sobre la admisión
del pretendiente, resolvieron que no se debía admitir, porque teniendo éste en
la Comunidad un tío y un hermano, se reunirían tres consanguíneos, con per-
juicio de la Comunidad y de ellos mismos; pero que, apreciando en lo mucho
que valían las excelentes cualidades del joven Hipólito Frías y Gómez, le
aconsejaban que fuese a tomar el hábito en el Monasterio que la misma Orden
de Jerónimos tenía en Murcia, a cuyos Superiores lo recomendarían con los
pronunciamientos más favorables.
Al saber esta resolución, tanto su hermano Fr. Juan y su tío, como el
mismo Hipólito Frías, se quedaron fríos, asombrados y atónitos. El joven pre-
tendiente sintió mucho la repulsa; pero conociendo que esa era la voluntad de
Dios, la sobrellevó con grande paciencia; y empezó a multiplicar sus ora-
ciones para que el Señor le inspirase lo que más le convenía para su sal-
vación. Su hermano y su tío le ayudaron con sus consuelos a perseverar en su
vocación religiosa: y su tío, Religioso virtuoso y docto, después de consultar
el caso con Dios en la oración, le aconsejó que debía vestir el hábito de al-
guna de las Ordenes Reformadas Descalzas, en las cuales, si había mayores
asperezas, también Dios comunicaba más fuerzas, y tenían, para dedicarse
más enteramente a Dios, la ventaja de que, desterrado todo peculio particular,
se proveía a todos los Religiosos, según sus necesidades, de los fondos de la
Comunidad; y que de éstas la que le parecía más acomodada a su vocación y
complexión era la de los PP. Agustinos Descalzos o Recoletos.
Agradó tanto este consejo al joven Hipólito, que se sintió al momento
con deseos vehementes de vestir el hábito de N. P. San Agustín: solicitó sin
pérdida de tiempo la licencia necesaria al P. Provincial de la Provincia de
Castilla, y una vez concedida, con grande regocijo suyo y de los Religiosos
vistió nuestro santo hábito en el religiosísimo Convento de Nuestra Señora de
Copacavana de Madrid; donde después de pasar el noviciado con edificación
de todos, hizo su profesión religiosa por el año 1721.
454 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
II
PASA A FILIPINAS Y EMPIEZA SUS FAENAS DE
MISIONERO
Fr. Hipólito de San Agustín, que así quiso llamarse cuando tomó el
hábito, era de buena y proporcionada estatura, de blanco, grave y majestuoso
rostro, aguileño y agraciado, de lindos, grandes y hermosos ojos, y color pur-
púreo; vergonzoso de tal modo que, en breve, a cualquiera palabra menos
compuesta que oyese, se bañaba en un color rosado1. Dotado de una propen-
sión innata a todo lo bueno, cumplía con gusto la observancia regular, siendo
el amado de Dios y de los hombres, en cuyo semblante se mostraba la lim-
pieza de su conciencia, la ingenuidad de su ca-rácter y la pureza de su alma.
Era por temperamento tan amante del retiro y de la soledad, que só-lo salía de
su celda cuando la campana le llamaba a coro o a algún otro acto de Comuni-
dad.
Hallándole los Superiores adornado de un talento que daba grandes es-
peranzas de que había de dar a la Provincia de Castilla mucho crédito, así en
la cátedra como en el púlpito, le destinaron a los estudios superiores, envián-
dole a nuestro Convento de la villa de Maqueda, para que se perfeccionase en
la filosofía bajo la dirección del P. Ambrosio, Lector de aquel Convento. En
él se hallaba haciendo grandes progresos en los estudios, cuando llegó el P.
Comisario de la Provincia de San Nicolás de Filipinas a reclutar Religiosos
que voluntariamente quisiesen ir a trabajar en aquella remota viña del Señor.
El P. Fr. Hipólito, que sentía que animaba todo su ser una alma misionera,
despreciando todos los honores que veía en perspectiva por sus talentos y
virtudes se alistó gozosísimo para pasar a Filipinas, recibiéndolo con no me-
nor gozo el P. Comisario Fr. Rafael de San Bernardo.
El día 5 de Julio del año 1725 se embarcó en el puerto de Cádiz en el
navío del Jefe de Escuadra Don Antonio Serrano; y ya durante su viaje

1
Arch. Prov. Trat. de cosas notables, fol. 220 vto. y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 455
dió pruebas el P. Hipólito de su espíritu de grande y celoso misionero. Su
ocupación constante era tratar y conversar con la gente de proa, que en gen-
eral son marineros rústicos, groseros y muy poco temerosos de Dios; y los
acariciaba y los instruía en la doctrina cristiana: y a fin de ganarlos para Dios,
les dirigía fervorosas pláticas espirituales, les enseñaba el modo de hacer
fácilmente una buena confesión, les exhortaba a frecuentar los santos sacra-
mentos, resolvía sus pleitos, arreglaba sus discordias; y todo lo hacía con
tanta facilidad y con tanto gusto de aquella pobre gente ineducada, que todos
quedaban admirados de sus prendas y lo estimaban como a verdadero padre.
Llegó la Misión a Méjico, donde se detenían todas algunos meses hasta
que salía barco para Filipinas; y en este intermedio todos los Religiosos se
dedicaban a renovar y a enfervorizar el espíritu con la tranquila oración en
nuestro Hospicio y con el ejercicio de todas las virtudes. Allí, en Méjico tuvo
la suerte nuestro Fr. Hipólito de ordenarse de sacerdote, y de cantar su
primera Misa en nuestro Hospicio de San Nicolás de Tolentino de la misma
ciudad: y si antes le devoraba el celo por la conversión de las almas, ahora,
que ya podía administrarles personalmente todos los auxilios de que dispone
la santa Iglesia, deseaba encontrarse ya en los bosques de Filipinas ejerciendo
su nobilísima misión; para la cual se preparó desde entonces con todo el fer-
vor de su espíritu misionero.
Al declararse la monzón, que suele ser por el mes de Marzo, se embarcó
prosiguiendo su viaje a Filipinas, fondeando en la bahía de Manila por Julio
del año 1726. Al poco tiempo de su arribada a Manila, le destinó la obedien-
cia al Convento de San José de Romblón en la isla de su nombre, para que allí
aprendiese el idioma bisaya. Salió, pues, de Manila con patente fechada el 15
de Agosto de 1726 para la isla de Romblón, "en donde, como testifica el P.
Benito de San Pablo1, yo en aquel tiempo me hallaba de Prior de dicho Con-
vento; y tuve a dicha mía tener en mi compañía un Religioso tan humilde,
paciente, recogido, observante y aplicado a los estudios. Y reconociendo en
su Reverencia un gran celo de las almas, una inclinación innata a todo lo que
era del culto divino, del aseo de la iglesia y asistencia a los oficios divinos,
comprendí que había de dar frutos muy sazonados y abundantes de religión.
Tenía gran deseo de instruirse y habilitarse en la inteligencia

1
Ibid. fol. 222.
del idioma bisaya, sin cuya lengua no le era posible poner en ejecución sus
fervorosos deseos de dirigir a las almas por el camino del cielo. Aplicóse aun
más de lo que sus fuerzas naturales podían al estudio de este idioma, en el que
procuré instruirle con tesón: hasta que hecho bastante capaz en el idioma
bisaya, pudo dar a conocer los deseos de su espíritu fervoroso en aquellos
pobres cristianos. Empleábase caritativo en consolar a los pobres y enfermos,
en componer discordias y en unir voluntades; y, sobre todo, en aplicarse al
confesonario y en enseñar a los niños la doctrina cristiana.
En este ejercicio se hallaba, cuando el año de 1728 celebró esta santa
Provincia su Capítulo; en el que, aunque indigno, fui electo Provincial. Y
teniendo yo experiencia de los buenos talentos y fervoroso espíritu del Padre
Fr. Hipólito de San Agustín, informé a los venerables PP. de su proceder re-
ligioso, de la aplicación a su obligación, y del gran celo de las almas que le
asistía. Asintieron los VV. PP. a mis verídicos informes; y en el dicho
Capítulo fué el P. Fr. Hipólito electo Prior de nuestro Convento y Ministerio
de Cagayán en la isla de Mindanao.
Tan buena cuenta dió del cumplimiento de su obligación el P. Fr.
Hipólito, que en el Capítulo Provincial siguiente, que celebró esta santa
Provincia el año de 1731, tuvieron a bien elegirle en Procurador General de
Provincia: oficio que aceptó con humildad, más por obediencia que de su
voluntad: porque como era de natural vergonzoso y abstraído de todo comer-
cio con seglares, huía y temía el cargar con un oficio que de su naturaleza trae
consigo casi como necesario el trato con gente de todos estados. Hízose cargo
del oficio y de su obligación, a la que dió cumplimiento y desempeño con
edificación de todos los de dentro y de fuera de la Religión. Porque en los
tribunales y con los seculares se portaba con tanta modestia y abstracción
religiosa, que sin faltar a lo político, a todos los dejaba alegres y edificados;
consiguiendo en sus despachos, sin estrépito, proveídos favorables. No se le
notó que subiese a casa alguna sin que en su compañía subiese su compañero:
y de esto se edificaron mucho en Manila. Concluidas con brevedad sus dili-
gencias, se restituía con alegre y veloz vuelo al nido de su Convento y celda;
sin faltar a las horas del coro como si no tuviera algún oficio. Dejó modelo y
ejemplar a los demás PP. Procuradores que le quisieren seguir, enseñándoles
que el oficio no embarazaba tanto tiempo, como algunos pretextan, para no
hacer más mansión en el Convento y asistir al coro.
Concluido su oficio de Procurador General, clamaban y suspiraban por
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 457
su verdadero Padre los cristianos del Partido de Cagayán: y estos clamores
unidos al espíritu y corazón del P. Fr. Hipólito, que más se inclinaba a ali-
mentarlos con el dulce pasto de la doctrina evangélica, fueron causa de que en
el Capítulo Provincial, que celebró esta santa Provincia el año de 1734, eligi-
esen segunda vez por Prior del Convento de Cagayán al P. Fr. Hipólito: y
como también lo volvieron a elegir en el Capítulo de 1737 como Prior del
mismo Convento y además Vicario Provincial, es claro que fué nueve años
Prior de Cagayán; sobrada prueba de su religioso proceder y de su fervorosa y
fecunda labor evangélica.
En la predicación fué continuo y tan fervoroso que sus palabras eran fle-
chas encendidas en el amor divino que herían los corazones más helados,
atrayéndolos a la vida espiritual. Fuera del púlpito era tan constante y dulce y
persuasivo en sus exhortaciones, que logró innumerables conversiones de
pecadores empedernidos; los cuales, como a porfía, de día y de noche,
acudían a él para descargar sus conciencias por medio de una confesión gen-
eral. Fruto de estos trabajos apostólicos era el que se restituían unos a otros la
hacienda y la honra, se perdonaban las injurias, se establecía la paz en las
familias, y se cambiaba la vida viciosa en vida de cristianos fervorosos. "A
vista de la doctrina y ejemplos del P. Fr. Hipólito, escribe el P. Provincial Fr.
Benito de San Pablo que lo vió todo, se desterraron y huyeron los vicios y
pecados del Partido de Cagayaán". (Ibid. fol. 223 vto.).
Visitaba a los enfermos con grande amor y caridad: y por tener más
ocasión de ganar almas para Dios, aprendió el uso de algunas medicinas ca-
seras con cuya aplicación hizo curas casi milagrosas, que siempre
aprovechaba para enfervorizar a sus feligreses.
Creció y se extendió tanto la buena fama del P. Hipólito, que no sólo los
cristianos le deseaban, sino que hasta los infieles de los montes de Cagayán
bajaban a conocerle y gozar de su presencia y afable conversación: de lo cual
se aprovechó el celoso Padre, logrando no sólo la amistad de los infieles sino
la conversión de muchos de ellos, a quienes catequizó y ganó para Dios con
las aguas del bautismo. Trató con los infieles más principales de establecer
allí una nueva Misión y de que admitieran en las rancherías de sus montes a
los ministros evangélicos; a lo cual se avenían los infieles, pero con la condi-
ción precisa de que sólo el P. Hipólito y no otro había de subir a sus montes:
y como esto no era posible por entonces, se resfriaron muchos en sus deseos,
aunque siguieron cultivando su amistad.
458 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
III
DIGRESIÓN NECESARIA
La buena fama del P. Hipólito llegó hasta los moros de la Laguna de Ma-
lanao, que está en los términos de la isla de Mindanao y casi enfrente del Pre-
sidio de Iligan, Ministerio que estaba a cargo de los PP. de la Compañía de
Jesús.
Estos moros malanaos no hubieran recibido la luz del santo evangelio, si
no hubieran entrado en su región los PP. Recoletos: pues el día 4 de Abril de
1639 penetró en aquellos laberintos el P. Agustín de San Pedro, llamado por
su valor y por sus hazañas en las islas el Padre Capitán, el cual era entonces
Prior de Butuan; quien tomó posesión en nombre del Rey de España de la
administración espiritual de los pueblos de la Laguna de Malanao, llamados
Bansayan, Taraco, Bayan, Didagun, Balooy y otros; en los cuales convirtió a
muchos moros, los bautizó, dijo Misa y administró los demás sacramentos,
con licencia del Sr. Obispo de Cebú Don Pedro de Arce; quien, en vista de
esto, el día 17 de Junio de 1639 adjudicó la administración espiritual de toda
aquella región a los PP. Recoletos de la Provincia de San Nicolás. Disgusta-
dos después por esta adjudicación los PP. Jesuitas, nos pusieron pleito, en el
cual fuimos vencidos y desposeídos de todos los Ministerios de dicha Laguna
de Malanao y de otros de la parte del mar, como son Bayug, Lalanan y otros:
por cuya razón hoy día (año 1747), toda la Laguna de Malanao se halla sin
Ministro evangélico; y, por consiguiente, perdidas aquellas almas que quizá
hoy día estarían todas convertidas a la fe de Jesucristo, si nos hubieran dejado
administrarlas. ¡Esto es lo que de semejantes pleitos, oposiciones y contien-
das se saca!
"Es cierto y constante en cartas jurídicas y originales, escritas de los mo-
ros principales de Malanao, ya escritas al P. Provincial de esta Provincia, ya
al superior Gobierno, y también al P. Hipólito de San Agustín, que a la sazón
era Prior del Convento de Cagayán en Mindanao (las cuales cartas son seis o
siete, presentadas al superior Gobierno de estas islas a 31 de Agosto de 1736),
que dichos moros pedían Agustinos Recoletos para Ministros suyos, que los
catequizasen y bautizasen y no otros. Dichas cartas están
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 459
acumuladas a una respuesta que dió el P. Provincial Fr. Andrés de San Ful-
gencio a un decreto del día 7 de Agosto de 1736 del Sr. Gobernador Don
Fernando Valdés y Tamón, concediendo licencia para que los PP. Recoletos
pudiesen libremente erigir iglesias en los pueblos de la Laguna de Malanao.
Pero a esto se opusieron los PP. Jesuitas, alegando que era territorio suyo
asignado por el Vice-Patrón: de lo que resultó que se suspendiesen todas las
gestiones, y que aquellas almas se pierdan sin remedio; porque los PP. Jesui-
tas no pusieron Ministros suyos, a lo que se oponían los moros, ni dejaron
poner a los Recoletos, que es lo que los moros deseaban. Bien descargó su
conciencia el P. Provincial Fr. Andrés de San Fulgencio en su respuesta al
decreto del Gobernador; en la cual le dice en el penúltimo párrafo: "Y si
aquellas miserables almas se quedaren sin el consuelo que solicitan, protesto
no ser mía la culpa".
"Hicieron repetidas instancias los tales moros malanaos para que se les
diese Religiosos Recoletos Agustinos Descalzos por Ministros suyos: y para
más obligar al Gobernador y a nuestra Provincia, el año 1736 vinieron en
embajada a esta ciudad de Manila a pedir por Ministros suyos a los PP.
Recoletos. De esta embajada da noticia el P. Juan Francisco de San Antonio,
Franciscano, en el primer tomo de su Crónica, en cuya primera parte dice:
«Hoy han llegado al Gobernador de Manila embajadores de Malanao, pidi-
endo a los PP. Agustinos Descalzos por Ministros del evangelio: y creo ya es
la tercera vez que los han pedido, para hacerse cristianos con los mismos Pa-
dres que sus antiguos se hicieron: y está entendiendo en si se les han de con-
ceder los que ellos piden u otros».
"El mismo P. Juan Francisco, yo y otros innumerables vimos a los emba-
jadores de Malanao aquí en Manila, a este fin1: Y uno de los principales de
ellos era llamado Mana, que en nombre, voz y vez de los mayores principales
de Malanao, llamados Taripara, Dancaya, Aluyod y Dato Mirao, fueron todos
amigablemente recibidos por el Sr. Gobernador, que lo era Don Fernando
Valdés Tamón: y de aquí dimanó el ruego y encargo y decreto de 7 de Agosto
de 1736 al Provincial de esta Provincia Fr. Andrés de San Fulgencio; quien,
como ya expresé, respondió asintiendo a la petición de los embajadores, y
ofreciendo Religiosos aptos e idóneos para ser ministros del santo evangelio,

1
Ibid. fol. 225 vto.
460 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
como consta jurídicamente en su respuesta, que tengo aquí delante de mis
ojos cuando esto escribo.
"Los PP. Jesuitas se opusieron a la súplica y petición de los embajadores,
alegando ser aquel paraje y territorio suyo... Y aún se propasó algún Jesuita a
calumniar a los embajadores, diciendo que la tal embajada era supuesta. Yo vi
y leí la carta escrita del P. Jesuita acerca de este asunto; y un borrador de la
dicha carta tengo delante de mis ojos cuando esto escribo: y en ella trata el P.
Jesuita a los embajadores de embusteros, de embajadores fingidos, y otros
dicterios: y remata diciendo que la Compañía (aquí se agarra), tiene más
conocimiento y experiencia de los Malanaos que los Padres Recoletos,
porque Iligan está a la frontera de ellos, y ellos muy lejos de Cagayán1.
Duró esta oposición casi los dos años de 1736 y 1737: de la que resultó
vencer el pleito los Jesuitas, frustrarse los deseos de los moros malanaos, y
quedarse aquellas almas sin Ministro que las guíe con la luz del santo evan-
gelio: porque ni los PP. Jesuitas ni nosotros los PP. Recoletos pasan allá: y de
aquí lo que se sigue es perderse muchas almas: y repito la proposición de N.
P. Fr. Andrés: "Si aquellas almas se quedaren sin el consuelo que solicitan,
protesto no ser mía la culpa".
"En los pactos de paces que entre el Sultán de Joló y nuestro Rey se
hicieron, y que trató y aceptó en nombre de nuestro monarca el Sargento
Mayor Don Manuel Díaz Dosal, el día 4 de Agosto de 1725, en la cuarta
capitulación se dice: "Item: Ha de dar consentimiento de entrar en sus Reinos
nuestros Religiosos Misioneros, como son Recoletos Agustinos, Franciscos,
Dominicos, Clérigos o Padres de la Compañía que ejercerán y administrarán
en su dicho Reino los santos Sacramentos". "Y dijo el Sultán de Joló que ad-
mitía la dicha Misión, y que haya PP. Recoletos y Franciscanos; y que les
concedía dos iglesias, la una en Bantol y la otra en Bacalan".
"El año 1737 envió el Sultán de Joló embajada a Manila a ratificar las
paces y pactos, así éstos como otros, con el Rey de España; cuyo testimonio
se remitió a nuestro Rey, el cual lo aprobó el día 9 de Junio de 1741; como
consta por su Real Cédula, que tengo presente. En ella se encarga al Sultán
reciba a los PP. Jesuitas por misioneros en su reino".

1
Ibid. fol. 226.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 461
De todo esto se infiere que la buena fama de los PP. Recoletos, fundada
en su celo y abnegación por la salvación de las almas, y sobre todo, en los
sacrificios del P. Hipólito, llegaba hasta los rebeldes y fanáticos moros, que
atraídos por el buen ejemplo de aquéllos los reclamaban para Ministros suyos.

IV
LABOR MISIONERA DEL P. HIPÓLITO
Estos y otros muchos buenos efectos producía la incansable actividad del
P. Hipólito; quien, a fin de ganar almas para Dios, consideraba como muy
reducido el campo de su acción misionera, con ser muy dilatado, y lo ex-
tendía hasta los apartados rincones de los moros joloes, mindanaos y ma-
lanaos, a los cuales atraía hacia Dios con las dulzuras de su trato y conver-
sación y con los encantos de su desinteresada abnegación. Con simpática y
sugestiva habilidad les hacía conocer sus errores y la verdad del catolicismo:
y si no quedaban convencidos, por lo menos, se aficionaban de tal manera al
suave y familiar trato del P. Hipólito que, por él, ya no miraban con odio a los
Ministros de la Religión cristiana ni sentían los instintos perversos de destruir
todo lo que llevara el sello del cristianismo. Volvíanse los moros a sus tierras,
y allí referían a los suyos con grandes elogios las bellísimas cualidades del P.
Hipólito; narración que excitaba la curiosidad de todos y les movía a venir y
conocerle y a escuchar de sus labios, sin enojarse, las verdades de nuestra
santa fe: y como estos breves ratos de conversación no eran suficientes para
que los moros se resolviesen a abjurar su secta y abrazar la religión católica,
todos ellos, malanaos, joloes y mindanaos, se determinaron a pedir al Go-
bierno que les enviase PP. Recoletos, y no otros, como Ministros permanentes
que habitasen con ellos, les resolviesen todas las dudas y los convenciesen de
la verdad de la religión cristiana, que ellos no sólo no conocían sino que,
siguiendo las enseñanzas de su falso profeta Mahoma, detestaban de corazón:
enlazando de este modo los eslabones de la cadena de gratísimos recuerdos,
rota por algún tiempo, que había unido a los moros con los PP. Recoletos su
primer Ministro evangélico, el famoso P. Capitán.
No le faltaron émulos al P. Hipólito que interpretasen en mal sentido su
infatigable labor misionera; pero aunque intentó mancharle la envidia
462 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de aquellos mismos que por su carácter debían predicar y ejercer la caridad, y
que pretendían poner su celo apostólico sobre el nivel de todas las demás Or-
denes Religiosas, prevaleció y triunfó siempre la inocencia y la verdad:
porque los grandes progresos espirituales y temporales que se palpaban en
todo el Partido de Cagayán eran un testimonio elocuente que desmentían las
insidias de la envidia y dejaban amargamente derrotados a los despechados
calumniadores. La desaparición de las uniones ilegales, el reinado de la justi-
cia y de la paz, sin hurtos ni contiendas, la frecuencia de sacramentos, el re-
speto y cariño a todo lo religioso y la devoción fervorosa en el templo, todo
esto proclamaba muy alto la labor misionera del P. Hipólito, que Dios se
complacía en bendecir y en hacerla fecunda en frutos de bendición.
Cuando vió que fácilmente y con poco trabajo conservaba estos frutos
saludables en lo que se podía llamar su inmensa parroquia, su celo le llevó al
corazón de los lejanos montes, que estaban muy poblados de infieles idóla-
tras, entregados de lleno a todas las supersticiones y groseras idolatrías. Para
ello se valió de los muchos que habían ido al pueblo a gozar de su dulce con-
versación y ameno trato, consiguiendo de sus prindipales autorización para
penetrar en sus serranías y establecer allí una Misión viva, en la que com-
prendiesen lo absurdo de sus creencias y de sus prácticas y las consoladoras
verdades del cristianismo.
Para conseguir esto no omitió medio prudente que le dictase su celo: uno
de ellos fué el de hacerse pariente de los principales jefes infieles, por medio
del sangdugo. Consistía esta operación (que según los idólatras producía par-
entesco muy fuerte), en picarse uno a otro el pecho y un brazo con la punta
finísima de un pequeño instrumento punzante, como un alfiler, y sacarse una
o dos gotitas de sangre: luego mezclaban esta sangre con tuba (que es el vino
de la tierra extraído de la nipa), y en seguida uno bebía la del otro, haciendo,
a manera de brindis, mutuas promesas y juramentos de que se guardarían uno
a otro eterna amistad, unión, paz y buena correspondencia, entre ellos y sus
descendientes; y pronunciando al mismo tiempo duras imprecaciones contra
cualquiera que faltase a este pacto y parentesco tan extraño.
Hecho este pacto y otros semejantes entre el P. Hipólito y los principales
idólatras, subió a las serranías donde éstos habitaban, siendo recibido por
todos con grandes muestras de regocijo, con una fiesta de campanas, a su
usanza, que llaman agung, con danzas y cánticos de júbilo. Correspondió
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 463
el Padre con palabras de gratitud, y obsequiándoles al mismo tiempo con al-
gunos regalillos, consistentes en telas, abalorios, alambre y otras cosas por el
estilo, que tanto estiman los monteses idólatras.
No perdía el Padre ocasión de conseguir el fin que allí le llevaba, que era
establecer del mejor modo posible una Misión dirigida por uno o dos Padres
Recoletos; y así se lo propuso a los principales infieles; haciéndoles ver que
esa fundación sería la fuente de su prosperidad temporal y, sobre todo, el me-
dio de conseguir su felicidad eterna. Con tanta fuerza de razones y con tal
dulzura de palabras les hizo ver esa necesidad, que ellos, como subyugados
por ambas cosas, manifestaron al momento que concedían de muy buen grado
su licencia para que allí se fundase la Misión con PP. Recoletos; pero con la
condición de que el primer P. Misionero habla de ser el mismo P Hipólito; de
que no había de ir allí ningún castila o clérigo secular, y alguna otra de menor
importancia. El P. Hipólito se vió en la precisión de aceptar todas las condi-
ciones impuestas, para no perder tan buena ocasión como se ofrecía de ganar-
los para Dios: y una vez aceptadas, quedaron los infieles muy contentos, y
bajaron al Padre al pueblo de Cagayán; a donde continuaron bajando con fre-
cuencia para conservar su amistad.
Todo esto lo fué preparando el Padre durante los anos 1737 al 1740; en
que tuvo que venir a Manila a la celebración del Capítulo Provincial, que tuvo
lugar el día 7 de Mayo de dicho año 1740, en que fué electo primer Adito de
Definidor por la Provincia de Castilla. Aprovechó la coyuntura de estar re-
unidos los PP. Capitulares para informarles de los buenos deseos de los in-
fieles de los montes de Cagayán, exhibiendo las cartas que para el efecto le
habían entregado. Leídas éstas, y maduramente considerado el asunto con
aquella circunspección que acostumbran tan graves, doctos y virtuosos Padres
como son los que componen los Capítulos, por no perder tan buena ocasión, y
puesto que los infieles ponían como primera condición que el P. Hipólito
fuese su primer Misionero, determinaron de común acuerdo, como consta de
la décima determinación capitular1, nombrar al P. Hipólito Misionero de
aquellas serranías llamadas Botinay o Lobo, y que él fuese en persona con los
despachos de la Provincia, a tratar y tantear con los principales infieles y con
los demás el modo más conveniente de establecer la Misión, que

1
Lib. 2.º de Becerro, fol. 129.
464 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
ofrecía muchos y grandes progresos espirituales en favor de los infieles y aun
de los moros; y que de todo lo que pactase con los infieles diese cuenta al P.
Provincial, a fin de que éste hiciese todas las diligencias con el Sr.
Gobernador para su definitivo establecimiento.

V
SU CAUTIVERIO
Obtenidas estas licencias del V. Capítulo, el P. Hipólito dió rendidas gra-
cias a los PP. Capitulares por el beneficio que le hacían a él y a aquellas po-
bres y desamparadas almas: y desde ese momento no descansaba en preparar
su equipaje, formándolo de las más raras baratijas que tanto estimaban los
infieles y de algunas telas para cubrir su casi completa desnudez. Apresuró
cuanto pudo su viaje, deseando tener alas para llegar antes a los montes de
sus queridos infieles: y por evitar algún disgustillo con el vidrioso P. Lector
Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva, que iba a Cebú, cedió de buen
grado a dicho Padre la embarcación grande de Cagayán, en la que había
venido a Capítulo, y se embarcó en una pequeña y desacomodada, que los
indios llaman Parao, en la cual se embarcaron además trece personas, en su
mayoría muchachos, con peligro de que en viaje tan largo naufragara nave tan
pequeña.
El día 15 de Mayo de 1740 se embarcó en dicho parao, que salió del río
de Manila el día 16, con rumbo a Cagayán, pasando por las islas de Mindoro
y Romblón. Pero al ir costeando la isla de Mindoro por la banda del Este, al
llegar a la punta de Pola, enfrente de una ensenada que llaman Guinsalagan,
el día 20 del citado mes y a la hora del amanecer, les salieron al encuentro
tres embarcaciones bien equipadas de moros tirones y camucones, que eran
parte de otras muchas que formando escuadrilla se dedicaban al corso. Al
verlas venir, se alborotaron los indios y avisaron al P. Hipólito que iba rec-
ogido, enfermo y atacado de calentura. Salió éste de su estrecho e impro-
visado camarote, cuando de las tres embarcaciones enemigas salieron varios
disparos de metralla, los que quiso Dios que no hiciesen daño especial a los
que iban en el parao, y a los cuales contestaron éstos: pero aturdidos y
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 465
atolondrados por el miedo, no pudieron hacer más; porque fuego, mecha y
armas se dejaron caer a un tiempo al agua. Viéndose indefensos y con-
siderándose como corderos entre las garras del león, sólo pudieron a toda
prisa remar hacia tierra, que distaba como unas treinta brazas. Los moros se
dirigieron hacia ellos, y viéndose ya cercados y perdidos, antes que someterse
a la bárbara esclavitud de aquellos moros salvajes, se arrojaron al agua, y
nadando ganaron tierra, dejando solo al Padre en la embarcación, enfermo y
debilitado por la fiebre; pero entonces un criado suyo llamado Ambrosio,
natural de Cagayán de Mindanao, que siempre le había sido muy fiel, re-
nunció a su libertad y se quedó con el Padre. Hubo entonces un momento de
indecisión entre los moros enemigos; y el Padre, antes que entregarse a aquel-
los bárbaros, confiando sólo en Dios, aunque no sabía nadar y estaba des-
fallecido, se arrojó también al agua, después de invocar la protección del cielo
con la señal de la cruz: y no le faltó Dios en trance tan agustioso: porque en
vez de sumergirse, permaneció flotando sobre las aguas, hasta que el fiel
Ambrosio le arrojó una pequeña caja vacía para que se asiese de ella, y detrás
se arrojó él; y cogiendo de una mano al Padre que con la otra se apoyaba en la
caja, comenzó a nadar heroicamente con la mano libre, hasta que Dios quiso
que llegasen a tierra de la otra banda de la ensenada de Pola y término del
pueblo de Pinamalayan. Con el susto, la incertidumbre, el temor, el cansan-
cio, la mojadura y la enfermedad llegó tan agotado a la playa que, dando gra-
cias a Dios por tan singular beneficio, se sentó sobre una piedra, donde al
momento le dió un síncope que le privó de los sentidos. Vuelto en sí, su fiel
criado Ambrosio y otro de los huidos que se había acercado le animaban a
que con su ayuda se levantase y corriese hasta el monte, antes que llegasen
los moros, que se habían entretenido en robar todo lo que había en el parao.
Hizo el Padre cuantos esfuerzos pudo para huir; pero viendo que no se podía
tener en pie, dió su bendición a los dos indios y les mandó que huyesen al
monte. El fiel Ambrosio, derramando amargas lágrimas, besó la mano del
Padre, y fué a ocultarse en la maleza próxima para observar lo que sucedía a
su amado Padre.
Ofreciéndose gustoso a Dios en sacrificio por su amor quedó el P.
Hipólito, cuando al breve rato se le acercó un moro mandándole que le sigui-
ese en nombre de su Bapa o capitán: pero como no podía moverse, vinieron
otros moros que lo condujeron a la nave, presentándolo a su capitán con
mucha algazara y gritería. Al verlo tan extenuado, no le maltrataron: pero
repuesto
466 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
un poco al cabo de dos horas, le echaron al cuello una soga como de cuatro
brazas de larga, y así amarrado lo llevaron al lugar de la bomba o sentina, que
es donde se recoge el agua que hacen las embarcaciones. En breve tiempo se
reunieron allí seis embarcaciones de moros, a ver al cautivo Padre castila; el
cual vió y reconoció en aquéllas a muchos cristianos que habían sido cautiva-
dos el día anterior 19 de mayo en las costas de la isla de Mindoro; entre ellos
al capitán D. Francisco Marcos, natural de Romblón, dos hijos suyos, dos
nietos, un yerno y otros, que fueron sorprendidos cortando nipa: al capitán
Mauricio, principal de Aclan, quien con su gente se defendió y mató a
muchos moros, viéndose obligado a rendirse por falta de municiones y por la
gran superioridad de los moros. Los cautivos cristianos, al ver al Padre, se
consolaron porque ya tenían quien les administrase el sacramento de la peni-
tencia antes de morir: pero fué vano este consuelo, porque separaron a todos
de tal manera que no se podían comunicar. El único consuelo que tuvo el Pa-
dre fué el ver en manos del capitán Mauricio un breviario, que aunque empa-
pado en agua de mar, se lo pidió para tener el gusto de poder rezar; y una vez
conseguido, puso todo su cuidado para habilitarlo: pero al ver los moros que
lo ponía al sol para que se secase y que tenía empeño en utilizarlo, se lo arro-
jaron al mar.
A este desconsuelo siguió un consuelo que merece consignarse con letras
de oro. Ambrosio, el fiel criado del P. Hipólito, que escondido en la maleza
había estado observando todo lo que hacían aquellos bárbaros con su querido
amo, no queriendo separarse de él, se fué voluntariamente a la embarcación
del jefe moro, a quedarse cautivo en rescate del Padre o, si esto no le per-
mitían, a permanecer cautivo con él. Al verlo el Padre, le dijo todo con-
movido y lleno de lágrimas de gratitud: "¿Por qué has hecho esto? "Porque,
respondió Ambrosio, yo no puedo abandonarte en los trabajos; quiero correr
tu suerte, y si mueres, morir contigo". ¡Bendito indio Ambrosio, que tan altos
puso los nobles sentimientos de su raza!
Era este demasiado consuelo para el Padre; y comprendiéndolo así aquel-
las hienas, arrancaron al buen Ambrosio del lado de su amo y lo llevaron a la
proa del barco, donde estuvo sin poder verle durante todo el viaje, que fué de
veintitrés días.
Colocado el P. Hipólito en el limasan o sentina de la embarcación, que es
el lugar más vil e inmundo, es indecible lo que allí sufrió en tan largo viaje;
porque ni podía sentarse ni levantarse ni estar echado, sino doblado,
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 467
encogido y acurrucado; pues estaba sobre una tabla de una vara de ancho y
largo, en la que habían colocado también a una anciana de sesenta y tantos
años, de modo que ninguno de los dos se podia mover: y como el limasan
tenía una tabla rota, los demás cautivos que estaban inmediatos y amontona-
dos, sin quererlo ellos, introducían por el agujero sus pies, pisoteando cruel-
mente a aquellos dos infelices. A este tormento se añadió el de que la anciana,
llamada Agustina Victoria, padecía una fuerte descomposición interior; y
como no tenían ropa con que mudarse, porque al Padre le quitaron hasta el
hábito blanco que llevaba puesto, a los seis días de estar cautivo, los dos cau-
tivos desgraciados permanecieron durante el viaje envueltos en inmundicia, y
sin moverse.
Los tres primeros días del viaje, no probó bocado, ya porque estaba en-
fermo, ya porque le daban para comer yoro, pero de de burí o de iro, que no
es tan malo, sino de un palo que llaman ambolong, o sea, le daban para comer
corazón de palo; que los moros traen ya cocido desde su tierra en grandes
cantidades, cuando salen a cautivar cristianos; y lo suelen dejar escondido en
varias islas para aligerar sus barcos, recogiéndolo a su regreso.
Esta, que era la comida ordinaria de los cautivos, se la daban tan limitada
al P. Hipólito que le servían dos veces al día lo que cabe en una pequeña
jícara cada vez: y hubo ocasión en que, rechazándola los demás cautivos por
estar corrompida, él se comió una buena cantidad, con admiración de todos;
¡tanto era lo que le acosaba el hambre!, y a veces participaba de la que se
dejaba la infeliz anciana Victoria, porque no la admitía su estómago.
Sufrió también el tormento de la sed; pues sólo le daban cada día dos
porciones de agua como la que cabe en media jícara; y a fin de conseguir
aumento para mitigar la sed que le abrasaba, se ofreció a hacer el oficio de
sastre, remendando toda la ropa de los moros: pero viendo que por sus traba-
jos no obtenía ni un pequeño aumento de agua, renunció a un oficio tan lucra-
tivo. Lo que ejerció sin interrupción, porque lo hacía por amor a Dios y a sus
enemigos, fué el oficio de médico, curando a todos los moros enfermos con la
aplicación prudente de algunas medicinas caseras cuyos buenos efectos le
había confirmado la experiencia. Pero ni siquiera esta obra sublime de caridad
movía a los fieros moros a aumentar su ración de agua. No dijo, pues, verdad
un indio de Batangas hecho cautivo en Calapán, que después de escaparse de
Joló aseguró que los moros trataban con consideración al P. Hipólito,
agradecidos a sus buenos oficios de médico.
468 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El mismo día 20 como a las ocho de la mañana se unieron a las tres em-
barcaciones otras seis más de moros, todos los cuales pasaron a ver al Padre,
no para compadecerse de él sino para llenarlo de burlas e insultos. A las dos
de la tarde se dirigieron a Daihagan donde dieron fondo: y al día siguiente
llegaron a un río que está cerca de Catpipitan, término de Bulalacao, donde
permitieron a los cautivos que se bañasen: ocasión que aprovechó el Padre
para lavar su hábito blanco, que bien lo necesitaba: lo lavó, lo puso a secar al
sol, y cuando fué a recogerlo ya se lo había birlado un moro. Así fueron con-
tinuando su viaje, llenos de penalidades y trabajos, hasta que llegaron al prin-
cipal pueblo de Tirón llamado Mancaron. Tres circunstancias aumentaron sus
penas durante el viaje: la primera, que muchas veces cerraban los moros la
puerta de la angosta sentina que servía de calabozo al Padre y a la anciana
enferma; de donde se seguía el quedar casi asfixiados: la segunda, que cuando
les permitían bañarse o hacer sus diligencias corporales, los tenían amarrados
con fuertes sogas, tirando de ellas con salvaje algazara: y la tercera, que,
como no tenía breviario ni epacta, tuvo que llevar la cuenta del día en que se
hallaba, haciendo cada día un nudo en un cordel que pudo conseguir.
El día 15 de Junio, día en que nuestra Orden celebraba entonces la fiesta
de San Juan de Sahagún, llegaron al río de Mancaron, por el cual comenzaron
a subir muy ufanos, ondeando al viento gallardetes y lanzando gritos de victo-
ria: pero viendo a lo lejos una embarcación grande, que creyeron era de mo-
ros joloes, a los cuales temen mucho los tirones, camucones y malayos, se
volvieron atrás: hasta que cerciorados de que eran joloes que habían ido a
comerciar, entraron hasta dar fondo.
Enterados los joloes por los tirones de que traían cautivo a un Padre
castila muy blanco y muy hermoso, pasaron a verle; y en seguida quisieron
rescatarle por cien pesos; aunque no lo pudieron conseguir. Entonces el jefe
de los moros joloes, llamado Yalve, viendo que los tirones se resistían a
vender al Padre, sacó de repente un cris; el Padre que lo vió creyó que había
llegado su última hora; pero Yalve cortó el mecate o soga con que estaba
amarrado el Padre, le dió un empujón y lo arrojó al agua. Tras él se arrojó
Yalve; y mientras los demás jefes impedían que los tirones se moviesen lo
llevó a nado hasta la orilla opuesta del río; desde donde le obligó a correr
cuanto podía, para que no les diesen alcance los tirones, hasta que llegaron a
una casa de joloes, a donde estaba prohibido el acceso a los tirones. Rendido
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 469
llegó el Padre a aquella casa, donde cayó sin fuerzas pero le atendieron con el
mayor cuidado y solicitud, dándole arroz cocido caliente, poco a poco, hasta
que quedó repuesto.
Es de advertir que los moros tirones son los más viles y despreciables; y
por lo mismo más despreciados de los otros moros: viven en las inmundas
chozas de hojas de árbol; comen únicamente el yoro de ambolog, o sea, el
corazón de un árbol, que lo secan y pulverizan quedando como grajeas: no
tienen organización ni gobierno alguno: los hombres no llevan otro vestido
que un bahaque o taparrabos, y son tan holgazanes que no hacen nada; las
mujeres se cubren solamente de la cintura a menos de las rodillas con la
corteza del ambolog, de que hacen ellas el yoro, y ellas también arreglan las
embarcaciones, ayudadas de los cautivos. Nada de cuanto raban les luce; pues
los cautivos y los despojos los venden por arroz y camotes (que ellos no cul-
tivan por indolencia), y por algunas armas y campanas bisayas. Tienen
muchos cautivos a los cuales tratan con crueldad inaudita. Rige entre ellos la
poligamia y el atropello en todas sus formas más bestiales. Hay otros moros
en las islas próximas; perotodos son enemigos entre sí; y sólo se unen para
salir a la caza de cristianos. Estas islas son: Tiron, Zibucu, Buluagan, Curan,
Dumarin, Simontay, Sinculiran, Cotay, Pasir, Garasi, Baudiar, Tandun, Sila y
Bulantoli. Todos ellos son sumamente supersticiosos, y muchos de ellos an-
tropófagos.
Muy pronto salieron con el Padre de aquella casa, y llegaron a una isla de
Joló llamada Siboto, donde hay muchos cautivos cristianos; y una cautiva,
movida a compasión hacia el Padre, le dió unos camotes calientes. Durante el
viaje les cogió la fiesta de San Juan Bautista, que ellos, a pesar de ser moros,
la celebran con gran regocijo y algazara; e hicieron paerticipar al Padre del
banquete de morisqueta, pescado y gallina, que antes de guisarla, la despelle-
jan por completo. De Siboto pasaron a la isla de Simana; y de ésta a Tauitaui,
que tiene su Fortaleza, y donde residió Bigotillos, padre del actual rey de Joló.
Aquí tuvo el Padre un buen día; pues comió muchas sardinas con que le ob-
sequiaron los moros. De aquí pasaron a la contracosta de Joló, a un lugar en
que residían las concubinas del rey con sus hijos, y a donde habían ido
huyendo de la peste de viruelas. Aquellas mujeres fueron en seguida a verle;
y admiradas de que, acosado por el hambre, comiera muy a gusto coco ral-
lado, le convidaron a comer en su casa, a la cual le llevaron con grandes
muestras de alegría, cubriéndole con un payo o sombrilla; y
470 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
delante de la reina iban danzando los mismos hijos de aquellas moras.
Diéronle muy bien de comer; y conmovidas por su miseria, una le dió una
manta con que pudiese cubrirse, y otra un manto azul para la cabeza. Luego el
Padre se despidió con rendidas acciones de gracias, y fué trasladado a Joló.

VI
EN PRESENCIA DEL SULTÁN DE JOLÓ
Es Joló una isla que tendrá unas diez leguas de extensión en su perímetro.
Tiene muchas vacas y caballos, arroz y árboles frutales: está toda rodeada de
casas de los principales, que hacen el oficio de baluarte; pues todos tienen
muchas y buenas armas, y son muy diestros en su manejo; su población será
de unos treinta mil habitantes. Tiene un Fuerte grande y sólido, formado por
cuatro lienzos de treinta y cinco brazas cada uno, dotado de muchas armas
cortas, bastantes piezas grandes y dos cañones de a dieciocho. Lo guarnecen
mil y cien soldados, que hacen una pólvora muy fina: y hacen el servicio
ciento veinticinco de ellos con sus jefes, los cuales perciben dos pesos al mes
y treinta gantas de arroz limpio. Tiene cuatro puertas y fuera dos Parianes
donde hacen las compras y ventas, que por falta de plata son más bien cam-
bios de unos artículos por otros, como arroz, huevos, etc. Dentro de la Cota o
Fuerte hay varias casas y las oficinas necesarias, como la casa del Rey, la de
las Reinas, que son tres; una la Reina Juan, algo anciana, a quien el rey no
permite que ninguno la vea, por lo cual se cubre el rostro con un velo al reci-
bir visitas: de ésta tuvo el rey tres hijos que hoy viven, uno de ellos llamado
Panguian: están también las casas de las concubinas y de las esclavas, la
casamata, la cárcel y la Audiencia.
A ésta fué donde llevaron al Padre Hipólito a presencia del Sultán, quien
le recibió muy afable y mandó que le sirvieran chocolate con bizcocho, lo que
hicieron en fino vaso de cristal. Luego le mandó subir a su real palacio, donde
le señalaron un lugar en el que el Padre descansó acostado sobre un petate y
despachó gustoso la comida que le sirvieron, consistente en morisqueta o ar-
roz cocido sin sal y un poco de pescado. Después el sultán lo llamó para tratar
de su rescate, por el que pedía setecientos pesos: el Padre, que carecía de
todo, confiando en que en Zamboanga podría conseguir algo, le
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 471
ofreció trescientos: pero como no los aceptaba el sultán, le recordó el Padre
que desde tiempos antiguos era ese el precio del rescate, como lo fué del Pa-
dre Nicolás de Tolentino, Prior de Cuyo, del que hablan nuestras Crónicas en
el tomo segundo, folio 46.
Dejando el sultán esta conversación, se echó sobre una hamaca y
comenzó a conversar familiarmente con el Padre: lo primero que le propuso
fué que se casase allí, para lo cual le favorecería en todo. Indignado el Padre
con esta proposición, aunque sin manifestar enojo, le contestó con razones tan
suaves como eficaces que eso no lo haría nunca. Entonces le propuso que se
quedase allí como maestro de escuela, y que el mismo sultán aprendería la
gramática española, que ya conocía un poco; y que para ello le entregaba la
Campiña, que era un lugar muy extenso donde vivían los cristianos cautivos,
y donde había habido iglesia, como lo acreditaban sus ruinas; autorizándole
para administrar a los cristianos y bautizar a los moros que voluntariamente lo
pidiesen.
A tanta generosidad manifestó el Padre su profunda gratitud: pero le ex-
puso humildemente que necesitaba compañero Religioso, como también las
cosas necesarias para celebrar la santa misa y administrar los sacramentos y la
licencia de sus Superiores y del Gobierno. A esto respondió el sultán que fue-
sen a buscar al P. León de San José (a quien el año 1739 habían cautivado en
Ililin y acababan de hacer morir con el más cruel martirio); que lo demás lo
arreglaría él, aunque no se fiaba de los españoles, porque no cumplían sus
pactos. En seguida, cambiando de conversación, le propuso que se rescatase
por setecientos pesos. En este punto estaban, cuando un chino sangley ofreció
por el rescate del Padre tres mil pesos; y no aceptando el sultán, llegó a ofre-
cer hasta cinco mil: lo cual dió ocasión al sultán para sospechar que era en-
viado o por el Gobernador de Zamboanga o por la Provincia de San Nicolás;
y listo y astuto como era, dijo al Padre que escribiese al Gobernador o a su
Provincial manifestándoles que no saldría del cautiverio por menos de doce
mil pesos: y con palabra de rey se retiró y mandó retirar al Padre; el cual pudo
hablar con el sangley, y le pidió diez pesos, dándole un vale para el P. Pro-
curador Fr. Mateo de la Encarnación. Esta cantidad la empleó el Padre en
comprar por cuatro pesos un misal, que el día 3 de Mayo de 1730 habían
robado en Taytay con todos los ornamentos y vasos sagrados, siendo Prior el
P. José de Jesús María, Montañés; y en su lectura encontraba gran consuelo.
472 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Después le asignó por cárcel la casa de un mestizo de Santa Cruz, lla-
mado Lorenzo: aunque lo mismo fué llegar allí que recibir orden del sultán de
pasar a la casa de Yaron, que era pandita; pero con instrucciones de que diese
al Padre buena comida y todo cuanto necesitase, pasando a recibirlo al mismo
palacio real. Mas a pesar de estas órdenes, sólo le daban un poco de
morisqueta y coco rallado, porque Yaron estaba muy pobre y cargado de fa-
milia, y lo aprovechaba para él. Tuvo, sin embargo, allí el consuelo de que
algunas cautivas cristianas le visitasen; y éstas le llevaban algún plátano,
camote u hojas de tabaco. Pero enterado el sultan de estas visitas y receloso
de que fueran ocasión para preparar la fuga, mandó castigarlas cruelmente
para que no volviesen. En el aposento que le dieron en esta casa no había más
que una pequeña tronera, sufriendo él las molestias de la falta de luz y de aire
respirable. Algo le favoreció un general del ejército, llamado Salvador, entre
ellos por razón de su oficio salicaya, el cual mandaba de cuando en cuando a
un hijo suyo a visitar al Padre y socorrerle: y con estas visitas llegó a tener al
Padre en tanta estimación que ofreció por su rescate mil pesos en plata y una
porción de barritas, que el ambicioso sultán no aceptó. Además le regaló unas
medias de seda blanca y unos zapatos con sus hebillas de cobre, por no haber-
los querido con hebillas de plata.
De esta cárcel no salía sino cuando el rey le llamaba, y esto en compañía
del carcelero; al cual reprendió un día el sultán severamente porque no daba
al Padre el lugar que le correspondía; y así le mandó a él que fuese delante.
Todo esto que llegaba a conocimiento de los joloanos, servía para que
mirasen al Padre con respeto. No perdía ocasión el buen Padre de hacer ver a
sus mismos carceleros la ceguedad en que se hallaban y los errores de su
secta; por lo cual el carcelero se quejó un día al rey de que el Padre despre-
ciaba la ley de Mahoma; y reconviniéndole el rey amorosamente, le mandó
que, para evitar disgustos, respetase la religión de los moros, como éstos re-
spetaban la suya.
Así iba pasando su triste vida el pobre cautivo, hasta que un día el men-
cionado Salvador sacó al Padre a pasear sin permiso de Yaron, el cual llevó
su queja al rey: pero Salvador se anticipó a hablar a la reina Juan en favor del
cautivo de tal modo, que ésta no sólo aplacó al rey, sino que logró el perdón
para Salvador, y además obtuvo licencia para sacar al Padre a paseo siempre
que quisiese; y como Salvador lo quería todos los días, lo llevaba a las casas
de los principales, los cuales lo recibían con mucho respeto y le
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 473
obsequiaban con generosidad. Hasta la reina Juan, informada por Salvador de
las excelentes cualidades del cautivo, le llamó a su palacio, le trató con
grande afabilidad, le obsequió con dulce y un manojo de tabaco, y se ofreció
a protegerle en todo.
Ocurrió entonces que la reina Paguían, que era la segunda y la más
amada del rey, cayó enferma de algún cuidado; y teniendo el rey noticia de
que el Padre cautivo conocía la medicina y de que había hecho notables cura-
ciones, le llamó para que curase a la reina. El buen Padre pidió auxilio a Dios,
y empezó con el mayor cuidado a combatir la enfermedad. Quiso el Señor
que al muy poco tiempo quedase la reina perfectamente sana; y tan
agradecida a su médico que le dió diez tablillas de chocolate, una porcelana
de azúcar y una cajita de palo de rosa con polvos; y le mandó que acudiese
siempre a ella para todo cuanto necesitase: y fué tanto el cariño que le tomó,
que casi todos los días le enviaba un postre de fruta hecho por ella con mucha
delicadeza, y llegó a ofrecer una talega para su rescate: y aun después de
rescatado le escribió a Manila una carta en la que se le quejaba de que no le
escribiese y de que la hubiera olvidado.

VII
GESTIONES PARA SU RESCATE
Con la gratitud de las reinas había mejorado bastante la situación del
triste cautivo; y el mismo rey se le mostraba propicio y generoso, regalándole
unos días antes de la fiesta de N. P. San Agustín una pieza de tela que llaman
sarampuli, con la cual pudo cubrir su desnudez. Sólo estaba afligidísimo por
la carencia absoluta de alimento espiritual; y a falta de sacramentos redoblaba
sus ratos de oración y pasaba largas horas leyendo en el misal rescatado las
pasiones, profecías, evangelios, etc.
Por este tiempo llegó a Manila el sangley que en Joló ofreció los tres mil
pesos por el rescate del Padre, y entregó al P. Provincial y a otros Religiosos
las cartas que para ellos le había dado el Religioso cautivo: y cuando el
Gobernador General Don Gaspar de la Torre se enteró de que el sultán pedía
doce mil pesos por haber ofrecido tres mil el chino, mandó llevar a
474 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
éste a la cárcel; pues si él no se hubiera adelantado, el rescate se hubiera
hecho por mucho menor cantidad.
No hay que decir la tristísima impresión que en todos produjo el conoci-
miento de los trabajos del P. Hipólito. El P. Provinvial trató inmediatamente
de conseguir su rescate, aunque fuera, como él decía, vendiendo los vasos
sagrados: para lo cual su primer paso fué convocar al Definitorio, para que
éste resolviese. Este, una vez conocido el asunto, manifestó su opinión, dici-
endo unos que se le debía rescatar a todo trance; y otros (¡oh miseria hu-
mana!), que de ningún modo, porque entonces los joloanos se dedicarían a
cautivar Religiosos para hacerse ricos con su recate.
En vista de esta disidencia, el afligido P. Provincial se fué a hablar con el
P. Pulquerio Spilimber, Provincial de los Jesuitas, suplicándole que escribiese
al P. José Valero, Rector de Zamboanga, también Jesuita, para que éste se
interesase con el Gobernador de Zamboanga Don Pedro Zacarías, y
gstionasen el rescate del P. Hipólito. Todos ellos y el mismo Gobernador
General Don Gaspar de la Torrre escribieron en ese sentido al rey de Joló:
aunque ninguna de esas cartas sirvió para nada; pues cuando llegaron a manos
del sultán, el P. Hipólito ya había salido de Joló y de Zamboanga.
El día dos de Septiembre llegó a Joló una embarcación de Zamboanga
con un despacho del superior Gobierno, en que rogaba al rey de Joló que
mandase buscar al P. León de San José, que el día 23 de Octubre del año an-
terior de 1739 había sido cautivado en Ililin, Mindoro, por los moros tirones;
pero fué vana la diligencia del rey, porque aquellos salvajes ya habían hecho
sufrir al P. León el más cruel martirio en Zibuco. Luego que el P. Hipólito
supo que había llegado aquella embarcación al mando del Cabo Castro, le
escribió desde la cárcel pidiéndole una limosna; el Cabo le envió en seguida
cinco tablillas de chocolate y una panocha de azúcar de burí, que llaman
pacascas: y como ya se les acababan los alimentos, el día seis del mismo mes
regresaron a Zamboanga con la noticia de la muerte del P. León y del cautiv-
erio del P. Hipólito, que todos ignoraban. Al saberlo el Gobernador Don
Pedro Zacarías y su mujer, a quienes el P. Hipólito había casado en Manila, y
que por los muchos beneficios de él recibidos le estimaban mucho, mani-
festaron gran sentimiento; y temiendo que, al saberse la noticia, hubiese en
Zamboanga algún alboroto contra los moros de Joló, que empeorase la situa-
ción del cautivo, dejó incomunicados al Cabo y a todos los que fueron en la
embarcación. En seguida y con la ayuda de los PP. Jesuitas preparó una
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 475
buena embarcación, la cual salió el día ocho de Septiembre para Joló, al
mando del Sargento mayor Don Pedro Lechuga, con abundante guarnición y
con el P. Jesuita italiano Francisco Sasi. El P. José Valero, Rector de Zam-
boanga y el Gobernador escribieron al rey solicitando el rescate del P.
Hipólito: y además el Gobernador mandó alimentos y una caja llena de buena
ropa y el P. Valero una sotana, todo para el Padre cautivo.
Llegaron a Joló el día 10 de Septiembre, fiesta de San Nicolás de To-
lentino, e izaron la bandera para ser reconocidos por los moros; los cuales los
recibieron y hospedaron en la casa que tienen asignada para los españoles que
van con alguna embajada, poniéndoles su guardia correspondiente. Apenas
supo el P. Hipólito su llegada, les escribió lleno de gozo y les decía que para
poderse ver sería necesario que halagasen a su carcelero: efectivamente le
dieron cuatro reales, y él mismo le proporcionó un capote y le llevó a media
noche a casa de los españoles, despreciando la orden del rey. Fué recibido
con grandes manifestaciones de alegría, que se mezcló con tristeza al verle
desnudo, descalzo, y tan flaco y consumido y debilitado que no era ni sombra
de lo que había sido. Cenaron juntos, trataron de los medios de conseguir la
libertad del cautivo, y por no comprometerse, se volvió a su cárcel. Recibió el
sultán las cartas del Gobernador y del Rector de Zamboanga, pero en dos días
no manifestó haberse enterado de ellas: hasta que al tercero mandó llamar al
P. Hipólito para que se las interpretase; y después de hablar largo rato, le
preguntó si quería ver a los castilas (españoles): contestando con humildad el
Padre que tendría mucho gusto en ello, el mismo rey le llevó a donde estaban,
que era una bien amueblada habitación en la planta baja del palacio, que le
servía de Audiencia: y aunque el rey lo observaba todo, no pudo notar cosa
alguna, porque se saludaron como si nunca se hubiesen visto. El rey comenzó
luego a tratar del rescate, y ofreció poner al Padre en libertad por doce mil
pesos: los españoles le suplicaron que rebajase la cantidad; y aun le dijeron
que estando como estaba en buenas relaciones de paz con los españoles,
según los pactos firmados, debía entregarlo sin precio de rescate. Pero a esto
contestó el rey que los españoles habían quebrantado los pactos muchas ve-
ces, y él nunca: y con pretexto de que ya era hora de comer, se retiró, después
de dar licencia al Padre para que se fuese con los españoles, en consideración
a que estaba con las piernas hinchadas; hinchazón que le curó muy pronto un
médico que envió con la embajada el agradecido Gobernador Don Pedro
Zacarías, para el caso de hallarlo enfermo. Una vez en
476 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
casa le ofrecieron la ropa que llevaban; pero el Padre tomó solamente la pre-
cisa; y de una pieza de sarampuli negro se cortó él mismo un hábito, que le
duró hasta llegar a Cagayán.
Después conferenciaron los dos Padres y resolvieron volver ellos solos a
tratar con el rey del precio del rescate; el rey dijo que no cambiaba su palabra
de rey, y que exigía los doce mil pesos. El P. Hipólito llegó a ofrecerle hasta
tres mil pesos en oro; contando con los mil que le había prometido la Reina
más querida del rey, Paguian; y con más de mil que le ofreció el Salicaya:
pero el sultán insistió en su palabra de rey; y los dos Padres salieron descon-
solados.
Aquí se debe hacer constar que, cuando los mindanaos supieron que su P.
Hipólito estaba cautivo en Joló, fletaron un barco para ir a rescatarlo: y hasta
los infieles de Cagayán, que tanto le querían, ofrecieron por librarle toda la
cera que hay en sus montes, cuya riqueza no se puede calcular: y el Cabo de
Cagayán, Don José Rosales, ofreció quinientos pesos.
Comunicado el resultado de los Padres a los españoles, opinaron éstos
que se debía dar cuenta al Gobernador de Zamboanga de la insistencia del
rey; cuando la reina Paguian llamó al P. Hipólito y le aconsejó que lo mejor
era que viniese la mujer del Gobernador de Zamboanga, a la cual atendería el
rey por galantería. Así lo hizo el Padre; pero la señora del Gobernador no
pudo ir a Joló, con gran sentimiento suyo, por estar enferma.
Disgustado el Gobernador de Zamboanga por la tenacidad del sultán, de-
spachó otra embarcación al mando de los Cabos Tadeo y Molina, con una
carta muy atenta para el sultán, y otra para el P. Hipólito, en la que, con
mucha picardía, decía a éste que como Gobernador no podía dar un centavo
sin órdenes del superior Gobierno de Manila; pero que, como amigo suyo
particular y muy entrañable, podía ofrecer al sultán mil pesos por su rescate, y
que, aunque no los tenía, se los mandaría pronto en arroz y géneros. Además
el P. Rector José Valero le envió doscientos pesos, y al P. Francisco Sasi un
poder, que a la letra decía así: "En el Colegio de Zamboanga de la Compañía
de Jesús: Yo el P. José Valero, Rector de dicho Colegio, doy poder en la
forma y derecho que puedo, según el Instituto o Constituciones de la Com-
pañía de Jesús, sin ser mi ánimo el contravenir a ninguna de ellas, al P. Fran-
cisco Sasi de la Compañía de Jesús, mi Compañero, para que trate de la liber-
tad y rescate del M. R. P. Fr. Hipólito de San Agustín, Religioso Recoleto de
los Descalzos de San Agustín, y por él fíe la cantidad que juzgue
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 477
conveniente al logro de la redención del cautiverio de dicho M. R. Padre, con-
formándose en todo a nuestras sagradas Constituciones: y así mismo le doy
mis veces y voces para que pueda finalizar el negocio de tanta importancia;
que todo cuanto su Reverencia determinase a este fin, lo tendré a bien; como
así mismo cualquier trato que sobre este punto se tratase y determinase con el
Sultán de Joló. Y para que en todo tiempo conste, di éste en este Colegio de
Zamboanga a 1 de Octubre de 1740 años.=José Valero".

VIII
RECOBRA LA LIBERTAD
Con estos documentos salió la embajada para Joló, a donde llegó sin
novedad; causando su presencia grande alegría en los españoles: pero al
mismo tiempo quedaron éstos sobresaltados al ver que la embarcación había
entrado con bandera de guerra. Nadie acertaba a explicarse esta actitud beli-
cosa: los joloanos se alborotaron, y dando cuenta a su rey de que venían
españoles a hacerles guerra, se dispusieron para el ataque. El rey, absorto,
pensativo, sin comprender la causa de aquella declaración de guerra, a la que
él no había dado motivo, despachó una orden para que el P. Hipólito se pre-
parase para salir y volver a Tirón para ser devuelto a los que lo habían cauti-
vado: mandó cerrar las puertas de la Fortaleza, que era señal de guerra; y ya
estaban preparándose los moros para romper el fuego de sus cañones contra el
navío que izaba bandera de guerra. Muchos moros principales y muchos cau-
tivos fueron a quejarse al P. Hipólito de que por él estallase una guerra de
fatales consecuencias para todos. La efervescencia era extraordinaria; y ya
estaban fijando la puntería los cañones del sultán contra la nave retadora,
cuando de pronto vieron arriar en ella la bandera de guerra e izar la bandera
española de paz. Ante este cambio repentino los ánimos de todos se calmaron,
renació la alegría, y el sultán, disimulando su disgusto, autorizó la llegada a
su presencia de los recién venidos de Zamboanga: los cuales, confundidos, y
pidiendo mil perdones, explicaron el caso, diciendo que, como había mar
gruesa y muchos de ellos empezaban a marearse; consumieron un buen
número de botellas de licor que produjo sus efectos; y al llegar al puerto, en
vez de izar la bandera de paz, izaron la de guerra.
478 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Absueltos, después de reprendidos, de esa culpa que pudo tener muy fa-
tales consecuencias, manifestaron su embajada y entregaron sus cartas al
sultán; el cual, severo y disgustado llamó al P. Hipólito y le dijo que no lo
soltaba por menos de los doce mil pesos en oro. Afligido el Padre, se lo
comunicó al P. Sasi; y corno éste se mostró propicio a la exigencia, el sultán
les obligó a hacer una escritura en que la Compañía de Jesús se hacía respon-
sable del pago de la cantidad estipulada, en caso de que la Provincia de San
Nicolás no la abonase: escritura a todas luces nula: y que es como sigue: "En
el Reino de Joló y en esta su Fuerza, día doce de Octubre de mil setecientos y
cuarenta años: Yo Francisco Sasi de la Compañía de Jesús, en virtud del po-
der arriba puesto, me obligué en nombre de esta mi Provincia a pagar al Sr.
Sultán de Joló Mohamed Alimudin, once mil y ochocientos pesos (en caso de
no pagarlos la Provincia del Sr. San Nicolás de Religiosos Descalzos), que
con los doscientos pesos que ya quedan entregados a su Alteza, hacen la can-
tidad de doce mil pesos, que son los que el dicho Sr. Sultán ha pedido por el
rescate del M. R. P. Fr. Hipólito de San Agustín, Religioso Recoleto; pues
tengo reconocido ser este el único medio para la consecución de la libertad
del dicho M. R. P. Fr. Hipólito; por cuanto todos los demás que se han
tomado no han tenido efecto ninguno. Y para que conste todo lo dicho, di
ésta, fecha ut supra.=Francisco Sasi". En muy parecidos términos redactó y
firmó otra escritura el P. Hipólito, obligándose a pagar la cantidad estipulada
por fuerza.
Firmado el contrato, y ratificada la amistad, salieron todos de Joló con
rumbo a Zamboanga el día 14 de Octubre de 1740; habiendo estado en Joló el
P. Hipólito desde el día 17 de Julio.
Al llegar a Zamboanga, recibieron al P. Hipólito con extraordinarias
manifestaciones de alegría y ofreciéndose el Sr. Gobernador y el P. José Va-
lero a hospedarlo en sus respectivas casas. Aceptó el Padre, por bien parecer,
la invitación del Gobernador, dando rendidas gracias a él y al P. Valero por lo
mucho que habían trabajado en su favor: y desde el momento que pisó tierra
de cristianos era indecible su gozo; y mucho más cuando celebró el santo
sacrificio de la Misa, la que ofreció en acción de gracias a Dios por el benefi-
cio de la libertad y por todos los que le habían ayudado a conseguirla. Ocho
días permaneció el P. Hipólito en casa del Gobernador de Zamboanga, de
quien consiguió que hiciese las paces con el P. José Valero, con quien estaba
enemistado por razones que no es del caso referir: y de allí pasó a Dapitan,
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 479
donde encontró el despacho de Manila, que ya dijimos no había servido para
nada; y recogiendo las cartas que le pertenecían, dejó que lo restante fuese a
su destino. El día 15 de Octubre llegó a Cagayán, donde fué recibido con
júbilo indescriptible: y después de pasar allí unos días, fué a Cebú, donde el
P. Prior Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva, que fué el que por su
carácter obligó al P. Hipólito a tomar aquella embarcación pequeña donde le
apresaron, ahora le quitó y retuvo para sí todo lo mejor que el Padre traía en
su embarcación, regalado por sus amigos y bienhechores. De Cagayán salió
para Manila, a donde llegó al año de haber salido, o sea, el día 21 de Mayo de
1741, víspera de Pentecostés; habiendo estado cautivo de los moros cinco
meses; desde el 20 de Mayo hasta el 12 de Octubre de 1740. N. P. Provincial
y toda la Comunidad le recibieron con sumo gozo; y en acción de gracias
cantaron un Te Deum.
A los quince días de su estancia en Manila llegó un despacho de Zam-
boanga, comunicando que el Rey de Joló había ido a Zamboanga, donde el
Gobernador Don Pedro Zacarías y el P. Rector José Valero le obsequiaron
cuanto pudieron; y tratando después con mucha habilidad y diplomacia de la
entrega de los doce mil pesos, consiguieron que el rey perdonase once mil y
se le entregasen sólo mil, anulando e inutilizando las escrituras que los Padres
Sasi e Hipólito habían firmado: y aun el Gobernador le adelantó doscientos
pesos. Esta noticia llenó de júbilo a todos los Religiosos, porque la Provincia
estaba muy pobre; y en nombre de ella escribió el P. Provincial dos cartas, del
tenor siguiente:
"M. R. P. Rector de Zamboanga José Valero de la sagrada Compañía de
Jesús.=Recibí la favorecida de V. R. con todo aprecio, gusto y estimación; y
después de repetirle los agradecimientos por las piadosas y eficaces diligen-
cias que V. R. hizo para que el Rey de Joló rescindiese el contrato de los doce
mil pesos, no obstante la gratificación ofrecida por mi Provincia en carta que
escribí al dicho Sultán, de que no he tenido respuesta, y expresé repetidas
veces al M. R. P. Provincial actual de la sagrada Compañía de Jesús, se me
ofrece en respuesta a la de V. R. manifestar que siempre he dseado y pro-
curado el desempeño de la palabra de V. R. con el Sultán sobre la entrega de
dichos 800 pesos, que jamás me he negado; y sólo ha sido la duda sobre el
modo de la remisión; para que en ningún tiempo a ninguna de las dos
sagradas Religiones pudiera parar perjuicio. Y en vista de la de V. R., se pasó
de mi orden a conferir con el dicho M. R. P. Provincial de
480 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
V. R. el modo que podía haber de presente para la remisión de dichos 800
pesos; y si convendría fuesen en plata o en géneros de ropa, para que mejor
sonase gratificación y agasajo; ofreciéndose por mi parte, como se ofreció, la
real y efectiva exhibición de la dicha cantidad: y dicho M. R. P. Provincial de
la sagrada Compañía dijo no haber ocasión segura al presente; y que sólo se
podía por ahora escribir a V. R. (que así lo haría por su parte), el que se supi-
ese si sería del mayor agrado del Sultán que dicha cantidad se remitiese en
ropa y géneros que por allí se aprecian, mejor que en plata; y que, si gustare
de lo primero, con aviso de qué generos son los más apreciables, se remitirían
en la primera ocasión: y que, de estimar más la plata, V. R. se sirviese em-
peñar al Sr. Gobernador para que la entregase en nombre de mi Provincia;
que con aviso de haberse entregado, se satisfará aquí puntualmente a quien V.
R. o el Sr. Gobernador gustaren. Y esto mismo suplico yo a V. R., a quien de
todas veras deseo servir en cuanto valiere. Y esperando órdenes de su agrado,
quedo rogando a Dios guarde a V. R. muchos años.= Manila y Mayo 29 de
1742 años.=Rmo. P. Rector.==B. L. M. de V. R. su más obligado capellán Fr.
Juan de San Antonio, Provincial de Agustinos Descalzos"1.
En los mismos términos de agradecimiento escribe al Sr. Gobernador de
Zamboanga por lo mucho que ha trabajado por el P. Hipólito. Fecha Manila,
30 Mayo 1742.
Mientras el P. Hipólito estuvo en Manila, bajaron de los montes muchos
infieles capitaneados por sus jefes, que eran: el infiel Maestre de Campo Da-
labahan, Agustín Butig, bautizado por el Padre, y otros muchos, los cuales en
nombre propio y de sus sácopes, por medio de un escrito de fecha 20 de Julio
de 1741, se presentaron al Comisario Visitador en nombre del Rey de España
que lo era Don Juan Toledo y Grimaldos, pidiéndole que les enviase PP.
Recoletos, y sobre todo, al P. Hipólito, a fundar Misión en sus montes, haci-
endo ellos iglesia y casa.
El Comisario de su Majestad aceptó las condiciones, y se firmó el con-
trato ante el escribano del pueblo Manuel González; contrato que luego re-
mitió a Manila. El P. Provincial, enterado de la petición y del ruego y encargo
que le hacía el Gobernador de que aceptase, por ceder en mayor gloria

1
Arch. Prov. Carp. 81, leg. 6.º núm. 9.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO TERCERO 481
de ambas Majestades, se lo comunicó al P. Hipólito; el cual lleno de gozo,
porque dicha fundación era su mayor deseo, solicitó y obtuvo licencia para
trasladarse a Cagayán, a donde fué lo antes que pudo, siendo recibido por
cristianos e infieles con grandes muestras de alegría. En seguida subió a los
montes, comenzando su obra con todo el entusiasmo de su corazón; y rec-
ogiendo muy pronto abundante fruto espiritual; pues todos le trajeron a sus
niños, a los cuales, después de instruidos con facilidad, los bautizó; y además
le traían para ser bautizados todos los infantes: y entre tanto iba instruyendo a
los mayores, todos los cuales se mostraban deseosos de hacerse cristianos.
En esta misión sublime estaba ocupado, cuando le llamaron a Manila
para asistir al Capítulo Provincial que se celebró el 4 de Mayo de 1743: y al
despedirse de sus leales monteses, fué tan grande el sentimiento de éstos que
con súplicas y lágrimas y aun a viva fuerza, no le dejaban salir, presintiendo,
como ellos decían, que no le verían más.
Así fué, en efecto: en dicho Capítulo fué nombrado Procurador General
de la Provincia: y con fecha 6 de Julio del mismo año, Presidente del Hospi-
cio de Méjico.
Sintiendo mucho el abandonar a sus queridos monteses, pero al mismo
tiempo obedeciendo gustoso las órdenes de los Superiores, se embarcó para la
Nueva España en el navío Nuestra Sñora del Rosario, que salió de Cavite en
el mes de Julio del año 1743. Después de una navegación penosísima de casi
seis meses, fueron tantos y tan recios los huracanes y tormentas que sufrieron,
que a fines de Diciembre del mismo año se presentó el navío de regreso en
Manila. El asombro y el disgusto de todos fué muy grande; porque eso
suponía la pérdida de muchos intereses: pero los ánimos se aquietaron ante
otra desgracia mayor que le podía haber ocurrido al barco; la de ser apresado
y robado, como lo había sido el navío Nuestra Señora de Covadonga por el
Almirante inglés Anson el 29 de Junio del mismo año 1743 enfrente de la isla
de Leite.
En vista de que el P. Hipólito no había podido realizar su viaje a Méjico,
en el Capítulo Intermedio de 1744 fué nombrado Vicario Prior de Cuyo. En
este Ministerio trabajó también con el celo en él tan ardiente por la salvación
de las almas: pero como encontró mucha inmoralidad entre los malos cris-
tianos y trató de extirparla con el mayor tesón, éstos le hicieron sufrir muchos
disgustos; y resueltos a hacerle salir de allí, le levantaron horribles
482 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
calumnias, viéndose obligado a dejarlos y embarcando con rumbo a Manila el
mes de Febrero de 1746. Pero Dios se encargó de defender la inocencia del
celoso Ministro, castigando con horribles desgracias a todos sus enemigos,
uno de los cuales, atacado de repente de cáncer que le devoraba el cuerpo y el
alma, mandó un día que lo llevasen a la iglesia, cuando estaba llena de fieles,
y confesó a gritos que Dios le había castigado con aquella enfermedad por
haber sido testigo falso contra el P. Hipólito: y que le constaba que eran ca-
lumnias las que algunos principales le habían levantado, de los cuales tres
habían perdido sus casas y uno había muerto de repente. Estos castigos
hicieron honda mella en los desmoralizados Cuyonos y les sirvió para arre-
glar sus costumbres.
En estas y otras tribulaciones, algunas de sus mismos hermanos de
hábito, le purificó Dios y le ejercitó en la paciencia, que fué tan grande que
no sólo no se quejaba de sus enemigos, a quienes nunca hizo sino todo el bien
que pudo, sino que siempre rogaba por ellos.
Llegó a Manila a primeros de Mayo de 1746, enfermo y demacrado, pero
siempre alegre porque en él se cumplía la voluntad de Dios: y comprendiendo
que se acercaba el fin de su vida, después de dar grandes ejemplos de re-
signación y de caridad, recibió a instancias suyas todos los sacramentos con
gran fervor, pidió humildemente perdón a todos de lo que pudiera haberles
ofendido, y entre actos de amor de Dios expiró como un santo el día 12 de
Julio de 1746, a la hora del mediodía, sin cumplir los cuarenta y tres años de
edad. Su cadáver quedó más hermoso que cuando vivo, dice su biógrafo1; y
eso que en vida fué tan guapo, simpático, inteligente y virtuoso, que por ser
un religioso completísimo, sus no pocos hermanos feos de cuerpo y raquíticos
de corazón le clavaron el venenoso aguijón de la envidia, que él se sacudió
con la fuerza de la caridad.
Sentimos su muerte, añade el mismo biógrafo, porque en el P. Pr.
Hipólito de San Agustín perdimos un ejemplar de un perfecto Religioso y de
un Ministro muy celoso de las almas. Dios le habrá premiado sus muchos
trabajos con la felicidad eterna de la gloria.

1
Ibid. fol. 281 vto.
ARTÍCULO IV
Ruidoso pleito
Sumario: Los PP. José de San Alejo, catalán, y José de los Santos, valenciano, intentan
separarse de su Provincia de Aragón. –Exponen al Sumo Pontífice siete razones
para ello. –La S. Congregación pide informes a la Provincia y a los obispos de Va-
lencia y Barcelona. –Se hace una información jurídica. –Sentencia contra los sepa-
ratistas.

La Provincia de Aragón de nuestra Congregación de Agustinos Recoletos


venía gozando de suma paz y tranquilidad, empleada en el servicio de Dios,
por espacio de ciento veinticuatro años, cuando a principios del año 1745,
quiso Dios probar la paciencia y humildad de los hijos de dicha Provincia,
permitiendo que se manifestase en formidable estallido el espíritu de ambi-
ción y de orgullo que rebosaba en el corazón de dos Religiosos de la misma
Provincia, llamados Fr. José de San Alejo, catalán, y Fr. José de los Santos,
valenciano. Descontentos ambos de los cargos honoríficos con que habían
sido honrados dentro y fuera de su Provincia, y previendo, quizá con mucha
razón, que por su genio áspero, despótico carácter y otras malas cualidades en
pugna con las prelacías, sería muy fácil que fuesen destituidos con el tiempo
de todo oficio y prelacía ya provinciales o generales, se forjaron la ilusión de
conseguir el gobierno privativo y perpetuo de los cuatro únicos conventos que
a la sazón había en el Reino de Valencia y Principado de Cataluña, o sea,
Valencia, Caudiel, Barcelona y Guisona, si lograban conseguir por Decreto
Apostólico su desmembración de la Provincia de Aragón, a la que per-
tenecían, y su erección en nueva Provincia. No es esto aventurar un juicio
temerario; porque constando, como luego se verá, que entre los catalanes y
valencianos, exceptuando los dos Padres citados, eran poquísimos los que
estaban dotados de las cualidades de edad, ciencia, buena fama y otras exigi-
das colectivamente en nuestras Constituciones para obtener dignidades de la
Orden, el régimen y gobierno de la nueva pretendida Provincia
484 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
había de recaer necesariamente en ellos: lo cual arroja sobre ambos novadores
una no pequeña nota de ambición1.
Por eso, puestos ambos de acuerdo, presentaron al Sumo Pontífice
Benedicto XIV una ins-tancia firmada por ellos dos; en la cual, afirmando
falsamente que recurrían a Su Santidad en nombre de todos los Religiosos
valencianos y catalanes; ocultando con dolo y malicia los Breves de Gregorio
XV, su data en 5 de Junio de 1621 y 31 de Agosto de 1622, sobre la división
de nuestra Congregación en cuatro Provincias, de Castilla, Aragón, Andalucía
e Indias Filipinas; y acumulando muchas afirmaciones inexactas, erróneas,
falsas y calumniosas sobre los disgustos que sufrían los Religiosos valen-
cianos y catalanes por el mal estado de la Provincia, impávidos y serenos su-
plicaban al Sumo Pontífice que segregase de la Provincia de Aragón todos los
Conventos que existían en el Reino de Valencia y Principado de Cataluña,
cuyo número de cuatro, por ser tan exiguo, lo callaron de intento, y que los
erigiese en nueva Provincia, que se debía llamar: Provincia de Santa Mónica
de Valencia y Cataluña: pidiendo además que la ejecución de la gracia se
encomendase al Rmo. Arzobispo de Valencia, a quien tenían completamente
a su favor.
Remitidas las preces a la Sagrada Congregación, los Emmos. Cardenales
consideraron como un deber elemental de justicia pedir el voto y la informa-
ción del P. Procurador General de nuestra Congregación, residente en Roma;
el cual, después de un maduro examen del Memorial contrario, presentando
con toda su fuerza y claridad las causas y razones que alegaban los separa-
tistas, teniendo por único objeto la gloria de Dios, el esclarecimiento de la
verdad y el feliz estado de las Provincias y de la Congregación, y no teniendo
en este asunto ningún interés particular, porque no era aragonés ni valenciano
ni catalán, sino hijo de la Provincia de Andalucía, presentó a la Sagrada Con-
gregación su informe acompañado de su voto consultivo, refutando y pulveri-
zando todas las razones expuestas en el Memorial contrario.
He aquí el informe del P. Procurador General:
"Eminentísimos y Reverendísimos Señores.=Teniendo obligación, por
razón de mi cargo, de obedecer los mandatos de Vuestras Eminencias, mani-
fiesto mi voto de que no se puede acceder en modo alguno a la desmem-
bración

1
Arch. Prov. Filip. Carp. 66, Leg. 2, núm. 5.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 485
de los dos Conventos del Reino de Valencia1, y de los otros dos del Princi-
pado de Cataluña2, de los ocho del Reino de Aragón3: porque las causas pro-
puestas a Nuestro Santísimo Padre en el Memorial presentado a esta Sagrada
Congregación aparecen injustas, e insuficientes para que se pueda llegar a la
desmembración solicitada: ante todo, porque dichas causas, y todas las demás
que hubiese, debían haber sido presentadas para su examen o a Nuestro P.
Vicario General, a quien juntamente con su Definitorio compete dividir o unir
las Provincias de la Congregación, y examinar la legitimidad de sus causas,
como consta en las Constituciones de la Orden (tit. de Offic. et potest. Vicarii
Generalis, part. 3, cap. 6, § 17); o también se debían haber presentado al
Capítulo General, que por derecho tiene la misma potestad, y en el cual se
hubiera podido considerar con mayor detenimiento si convenía proceder a
dicha desmembración; y por lo tanto, no hay razón para usar del remedio ex-
traordinario de delegar al Rmo. Arzobispo de Volencia ni a ningún otro el
conocimiento y examen de estas causas; las cuales, sin embargo, distribuidas
en siete capítulos en el Memorial, vamos a considerar ahora por su orden.
I. La primera causa que alegan para conseguir la separación es: Que los
Religiosos Valencianos y Catalanes se encuentran en el Reino de Aragón
como desterrados de su patria. Razón que no tiene valor alguno: porque en la
Religión no se tienen en cuenta las filiaciones, y todos renunciamos a nuestra
propia voluntad para obedecer a nuestros Superiores, trasladándonos a los
Conventos a que seamos destinados aun con disgusto propio, en lo cual con-
siste la mortificación; sin que de este traslado u obediencia, que está al ar-
bitrio de los Superiores, se siga al Religioso detrimento en su fama o estima-
ción, que debe obedecer por el mayor servicio de Dios y de la Religión: y
porque los Religiosos profesan conforme a las normas que siempre se han
observado en cada Provincia; de modo que dicho prejuicio no puede alegarse
como nuevo o ajeno a las reglas de la Orden. Además que la distancia que
hay entre los Reinos de Valencia y Cataluña más bien favorece la unión con

1
Valencia y Caudiel.
2
Barcelona y Guisona.
3
Convento de Zaragoza, Colegio de íd,. Borja, Calatayud, Alagón, Zuera, Huesca y Bena-
barre.
486 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
los Conventos de Aragón; porque estando Aragón entre Valencia y Cataluña,
los Religiosos, al viajar, pueden cómodamente hospedarse en los Conventos
de su propia Provincia de Aragón; pues aunque Aragón está como formando
el vértice del ángulo, hay la diferencia de que para pasar de los Conventos de
Valencia a los de Cataluña y viceversa hay que emplear lo menos cincuenta
leguas; y de cualquiera de ellos a los de Aragón apenas hay la distancia de
veinte leguas.
II. La segunda es: El diverso temperamento y clima, que perjudica a la
salud de los Religiosos. Tampoco vale: porque siempre han vivido indiferen-
temente unos y otros Religiosos en los Conventos de Aragón con perfecta
salud: y si valiera esta razón, había que dividir otras muchas Provincias, como
la de Andalucía, que tiene Conventos en una extensión de noventa leguas, con
gran variedad de climas, desde el frío hasta el muy cálido; y sin embargo, los
Religiosos pasan de una región a otra y gozan de perfecta salud. Que esto
contribuya a tener que sufrir la molesta variedad de genios, es una candidez:
pues como cada uno tenemos el nuestro, en un mismo Convento estamos ob-
ligados a sufrirnos los unos a los otros.
III. La tercera es: Que los valencianos y catalanes son tratados como
espúreos. Es tan falsa como las anteriores: porque guardando la proporción
del número de Conventos de Aragón, que son ocho, con los de Valencia que
son dos, y los de Cataluña que son otros dos, los Religiosos valencianos y
catalanes gozan de mayores dignidades y honores que los aragoneses: pues el
P. Exprovincial Fr. José de San Alejo, uno de los recurrentes separatistas, en
el espacio de doce años ha tenido los cargos de Lector de filosofía y teología,
fué Prior del Convento de Barcelona nueve años, después Provincial un
trienio y Definidor General. Además, los Priores de Barcelona y Guisona son
ordinariamente catalanes, como también el Maestro de novicios, el Procura-
dor y el Sacristán; esto fuera de los demás oficios que obtienen en la Provin-
cia los catalanes. El otro de los recurrentes separatistas el P. Fr. José de los
Santos es actual Lector Jubilado y al mismo tiempo Definidor General de
toda la Congregación, sin contar los demás oficios que ha obtenido. En cam-
bio, la Provincia de Aragón no tiene más que dos oficios generales, uno de los
cuales confiere a Religioso valenciano, reservándose el otro para los aragone-
ses: de donde resulta evidente que en esto los aragoneses son de peor condi-
ción que los valencianos y catalanes.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 487
IV. La cuarta es: La despótica autoridad que ejercen los Provinciales
aragoneses. Pero tampoco ésta tiene fuerza alguna: porque es sabido que to-
dos los Provinciales son súbditos de N. P. Vicario General, el cual durante el
sexenio de su oficio visita dos veces las Provincias; y además se celebran los
Capítulos Generales donde se proponen los recursos de todas las Provincias;
y el Vicario General suele proveer lo conveniente en caso de recurso de los
Religiosos particulares contra los Provinciales y cualesquiera Superiores: de
manera que la autoridad del Provincial se manifiesta en el traslado de los Re-
ligiosos de uno a otro Convento, y no es creíble que haga esto sin causa o
necesidad de la Religión o petición de los Religiosos.
V. La quinta es: La suspensión del Noviciado en el Convento de Valen-
cia: el cual Convento había sido destinado para Casa-Noviciado en virtud de
una Constitución del Papa Paulo V. Pero nada vale esta razón, si se tiene en
cuenta que se suspendió la admisión de novicios en dicho Convento por las
perturbaciones de las guerras que se desarrollaron en España durante cuarenta
y cinco años: siendo éstas la causa de que faltasen las limosnas de los fieles y
aumentasen las necesidades; y como la Provincia ni los Conventos no podían
alimentar y sostener decorosamente ni aun a los profesos, se suspendió por
necesidad dicho Noviciado; suspensión que había sido decretada por el ante-
rior Capítulo Provincial, el cual fué confirmado por N. P. Vicario General. Ni
puede aducirse esta suspensión como única y tendenciosa; puesto que por las
mismas causas se suspendió en otras Provincias, como la de Castilla, en la
cual suspendieron los varios Noviciados, dejando únicamente el de Madrid: y
como la de Andalucía, que teniendo dos Casas de Noviciado, se suspendió
uno, y quedó solo el de Sevilla. En cambio, en la Provincia de Aragón, se
cerró el de Valencia, pero quedaron abiertos y autorizados los de Barcelona y
Zaragoza; cuando en las demás Provincias sólo había quedado abierto un No-
viciado.
VI. La sexta es: La mala administración de los Conventos de Cataluña
y Valencia: como consta de los libros de estado de dichos Conventos, según
afirman los separatistas. Sea o no sea cierta la mala administración, lo cierto,
lo innegable es que, si hubo alguna culpa, ésta se debe atribuir por entero a
los mismos recurrentes separatistas: puesto que el P. José de San Alejo fué
Prior del Convento de Barcelona nueve años seguidos, luego fué Provincial
488 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
tres años y después Definidor General; y como tal intervino dos veces en dos
Capítulos Generales, y como Exprovincial con voto en todos los Capítulos
Provinciales, y todavía sigue residiendo en el Convento de Barcelona; y si
había mala administración de réditos y fondos, fácilmente hubiera él podido
corregir el mal, ya por propia autoridad, ya declarándolo en los Capítulos
Provinciales y Generales. Y la misma razón milita para los dos Conventos del
Reino de Valencia, ya que el P. José de los Santos ha sido muchas veces Prior
y actualmente es Definidor General.
VII. La séptima y última es: Que los Provinciales de Aragón sienten
máxima repugnancia a erigir Conventos en Valencia y Cataluña: puesto que
aún no se ha fundado el Convento en la Villa de Rexis, para cuya fundación
dicen que dejó fondos el fundador del Convento de Caudiel. Pero esta razón
es futilísima; porque el P. José de San Alejo, uno de los firmantes separa-
tistas, siendo Provincial y pudiendo hacerlo, no llevó a efecto dicha fun-
dación, ya porque no había fondos suficientes, ya por alguna otra causa justa
y razonable; lo cual debe decirse de los demás Provinciales.
De modo que de todo lo expuesto se deduce que las razones alegadas
por los separatistas no son suficientes para desmembrar la Provincia de
Aragón.
Y como para esto sería necesario aducir causas gravísimas, que no se
aducen, porque no existen, es claro que no se debe autorizar la petición sepa-
ratista.
Pero hay todavía otra razón poderosa contra la solicitada desmem-
bración, y es: que no habiendo en Valencia más que dos Conventos, Valencia
y Caudiel, y otros dos en Cataluña, Barcelona y Guisona, no es conveniente
que los Religiosos de ambas regiones residan solamente en los dos Conventos
respectivos; porque esto sería no sólo molesto a los mismos Religiosos, sino
contrario al bien común de la Religión; en la cual, ocurriendo a veces que
tengan que estar juntos los buenos con los imperfectos, es conveniente, en
caso de delincuencia, trasladar a los delincuentes a otros Conventos, ya para
evitar el escándalo, ya para mirar por el buen nombre de la Religión.
En este Hospicio de San Ildefonso a 5 de Julio de 1745=Fr. Agustín de
San José, Procurador General.
Además de este informe, la S. Congregación requirió el del Rmo. Sr. Ar-
zobispo de Valencia y el del Iltmo. Sr. Obispo de Barcelona. El Sr. Arzobispo
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 489
se mostró resueltamente a favor de los separatistas, dominado por ellos; pues
sin consultar a los Superiores de la Orden ni pedir documento alguno para
justificar lo expuesto en el Memorial separatista, como él mismo lo confesó,
remitió a la S. Congregación su informe y su voto completamente favorable a
los separatistas; de modo que no hizo otra cosa que reproducir con diferente
estilo el memorial separatista y firmarlo. Sin embargo, aún consignó algunos
extremos favorables a la Provincia de Aragón; pues dice: "Tengo como cierto
que los Reinos de Aragón, Valencia y Cataluña ocupan la situación de un
triángulo, y que sus capitales distan entre sí cincuenta leguas".="El clima de
Aragón no es menos sano que el de Cataluña y Valencia".="Los aragoneses,
valencianos y catalanes se diferencian muchísimo en el genio".=" Hoy resi-
den en el Convento de Valencia seis Religiosos que han sido apóstatas".="No
he visto la Bula de Paulo V, pero todos la admiten para erigir la Casa Novi-
ciado en el Convento de Valencia".="El Convento de Valencia mantiene se-
senta Religiosos".
Tan clara y evidente pareció a los eminentísimos Cardenales la protec-
ción y el interés a favor de los separatistas del Arzobispo de Valencia, que
por unanimidad resolvieron pedir informe sobre el asunto al Iltmo. Sr. Obispo
de Barcelona, de quien no había sospecha alguna de favor ni prevención con
respecto a unos ni a otros: y el Prelado de Barcelona remitió a la S. Congre-
gación el siguiente informe:
"Eminentísimos y Reverendísimos Padres:=Recibí con veneración la
carta de Vuestras Eminencias de 6 de Mayo próximo pasado, y con ella dos
Memoriales o instancias; el primero de los PP. Fr. José de San Alejo y Fray
José de los Santos, de la Orden de Agustinos Descalzos de la Corona de
Aragón, tanto en nombre propio como en el de los demás Religiosos valen-
cianos y catalanes; en el cual por varias causas, reducidas a siete capítulos, se
pide la separación de los Conventos de dicha Religión en Valencia y Cataluña
de la Corona de Aragón, para erigir aquéllos en nueva Provincia: y el otro
memorial del Procurador General de las Provincias de España, que se opone y
contradice a dicha pretensión, a fin de que devuelva ambos informados a
Vuestras Eminencias y haga constar mi opinión sobre ellos. Vistos los cuales
y maduramente examinados, aunque el asunto es de suyo muy difícil, por
obedecer a Vuestras Eminencias empleé los medios más oportunos para hallar
la verdad íntegra y pura, principalmente en lo que a Cataluña se refiere; para
lo cual pedí y obtuve el libro original, o sea, el Estado de la Provincia,
490 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
a fin de conocer el número de conventos y de Religiosos con sus cargos y
cualidades de los mismos: del cual mandé formar para mayor claridad un
catálogo de los conventos de dicha Provincia, con el número de Religiosos
conventuales y la graduación y cualidades de los mismos; y además, de cada
uno de los Religiosos valencianos y catalanes que en él figuran, con expre-
sión de la graduación y cualidades de cada uno de ellos, según consta en el
mismo libro de Estado de laProvincia, que remito a Vuestras Emiencias junto
con este informe, y del cual se desprenden muchas cosas que hacen al caso de
los memoriales. Por lo cual satisfaciendo en cuanto puedo a la obligación que
Vuestras Eminencias me han impuesto, daré mi opinión acerca de cada uno
de los siete capítulos o causas principales.
1. Lo que se expone en el primer capítulo acerca de la distancia de los
conventos, aunque es verdad, poco puede contribuir al fin soliciado: pues hay
Provincias mucho más extensas y Conventos más distantes unos de otros, y
sin embargo no se pide la separación; mucho menos estando aquéllas conti-
guas.
2. Acerca de la diferencia de clima o temperatura, que se aduce como
segunda causa, vale el mismo argumento dado sobre la distancia.
3. Sobre la diversidad de genios o caracteres, que se aduce en tercer
lugar, aunque existe en algún grado, pero no es tanta que el buen Religioso no
pueda dominar su propia voluntad, como el sabio domina las estrellas. Hay
algunas Religiones que tienen su Provincia formada de las tres mismas re-
giones, como los Dominicos, Agustinos Calzados, Trinitarios Calzados, Ser-
vitas, Jesuitas y en pate los Mercedarios; y sin embargo congenian y viven en
paz. Se replicará quizá que en estas Religiones los regionales alternan en el
Provincialato, y que los conventos se rigen y completan por naturales de la
propia región, y que, por lo tanto, en todo están igualados. Pero se puede con-
testar que esto mismo puede hacerse en esta Provincia, guardando la propor-
ción del número de conventos y de sus posibles conventuales.
4. Acerca de la despótica autoridad de los aragoneses, que se alega en
cuarto lugar, difícilmente podrá probarse y confirmarse; puesto que los Supe-
riores no están obligados a dar a sus súbditos razón de lo que mandan: ni creo
que se puede presumir que tantos Religiosos se olviden de la caridad del
prójimo, que principalmente profesan.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 491
5. Como quinta causa se aduce la extinción de la Casa-Noviciado en el
Convento de Valencia: la cual la fundan los separatistas en causas y motivos
tan leves como el aducir dicha extinción coma causa para la separación.
Porque los Superiores tienen también sus Superiores que juzgan de las malas
gestiones de aquéllos. Y si los valencianos en esto y en la no admisión de sus
novicios resultan perjudicados (como resulta del catálogo adjunto), acudan a
Vuestras Eminencias, que indudablemente administrarán justicia.
6. A la sexta parece que no es de mi incumbencia responder, puesto que
depende de los libros indicados.
7. Finalmente, lo que se aduce como séptima causa, parece de difícil in-
vestigación, puesto que depende de los actos internos. Y la aversión o repug-
nancia de que se les acusa no debe presumirse: y en cuanto al caso concreto
del fundador del Convento de Caudiel, parece que los acusados satisfacen con
la posterior declaración de dicho fundador, que podrán presentar a Vuestras
Eminencias.
Pasando ahora a contestar sobre el segundo memorial, o sea, si los Pa-
dres Fr. José de San Alejo y Fr. José de los Santos fueron movidos del bueno
o del mal espíritu para pedir la dicha separación y la formación de una nueva
Provincia, lo dejo al juicio de Vuestras Eminencias. Sólo puedo decir del
primero que, aunque algunos lo tachan de rígido, muchos Religiosos lo ala-
ban como docto, prudente y observante.
Sobre el punto de si los demás valencianos y catalanes están conformes
con esta separación, aunque no he hecho una investigación individual, no
dudo responder en sentido afirmativo; puesto que cada uno ansía su libertad.
Y en este punto no daría importancia a los documentos contrarios; porque
hemos visto con frecuencia entre los Regulares en casos semejantes que
aquello mismo que han afirmado con plena deliberación y libertad, después,
movidos por el temor o por el amor, lo niegan; lo que difícilmente se podrá
evidenciar, si no es en aquellos que gozan de absoluta libertad y que manifi-
estan la verdad en la intimidad y con el mayor sigilo; lo que es de muy difícil
ejecución.
Ahora diré ingenuamente lo que pienso acerca de lo expuesto en los dos
memoriales. Parece que los valencianos y catalanes pueden quejarse entre sí
con fundamento de algunas cosas, contra los aragoneses. Porque los aragone-
ses no guardan la igualdad y proporción con aquéllos en admitir novicios:
pues, como aparece en la tabla adjunta, de los cincuenta y cinco Religiosos
492 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
profesos que habitan en los dos Conventos de Cataluña y dos Novicios, sólo
son catalanes profesos en toda la Provincia cuarenta y uno: y eso que, según
afirman algunos, pueden vivir hasta setenta; o sea, cincuenta en Barcelona y
veinte en Guisona. Más notable es la diferencia entre los valencianos: pues en
sus dos conventos de Valencia y de Caudiel viven setenta y cinco conventu-
ales, y sólo son valencianos treinta y seis. A esto responden los aragoneses
que en la Provincia de Aragón hay treinta y uno que son de fuera; a saber:
dieciocho castellanos, diez navarros, un mallorquín y dos franceses, con los
cuales se iguala el número. Pero estos treinta y uno debieran distribuirse entre
todos los conventuales de la Provincia, que al presente son trescientos
ochenta y cinco, como consta del cuadro estadístico: y guardando esta pro-
porción, aún queda una notable diferencia; porque los castellanos y los navar-
ros, como vecinos, debían enumerarse entre los aragoneses; así como los mal-
lorquines y franceses entre los valencianos y catalanes.
Afirman los aragoneses que de todos los Religiosos catalanes y valen-
cianos solamente dos son capaces para cumplir los cargos honoríficos de la
Orden: lo cual, según mis investigaciones, tiene su fundamento: aunque en el
cuadro estadístico figuran de los catalanes once predicadores y confesores,
tres simples confesores y un Lector: y de los valencianos ocho predicadores y
confesores, y entre ellos dos Lectores jubilados y cuatro simples confesores.
A esto reponden los valencianos y catalanes que, si se aumentase proporcion-
almente el número de los de su región, y se les enseñase y educase como a los
aragoneses, serían iguales a éstos en ciencia, prudencia y virtud: porque el
clima de Valencia y Cataluña no es tan detestable que no produzca talentos
iguales a los de Aragón; como pueden testificarlo las Ordenes Religiosas an-
tes mencionadas, que forman su Provincia de estas tres regiones, y alternan
con ellos: y si en estas dos regiones no hay Religiosos capaces, se ha de
atribuir a cierta incuria: lo cual no está lejos de la verdad.
Por lo cual me parece que toda esta tempestad puede disiparse, no
separando ni dividiendo las Provincias, como piden los separatistas, sino es-
tableciendo el número proporcional de Religiosos valencianos y catalanes con
el de conventuales que puedan vivir en cada región y distribuyendo los cargos
honoríficos de la Religión entre aragoneses, valencianos y catalanes,
guardando la posible equidad, como lo hacen otras Ordenes integradas por
Religiosos de esas mismas regiones; de las cuales hay en Roma Generales,
Maestros y Agentes de Provincias, también de dichas regiones; los cuales
podrán
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 493
dar a Vuestras Eminencias un informe completo y mejor que el mío: porque
de las cosas de los frailes nadie puede hablar como los mismos frailes.
Yo someto mi opinión al juicio seguro de Vuestras Eminencias; y pido
al Señor para Vuestras Eminencias toda clase de prosperidades.=Barcelona a
18 de Agosto de 1746.=Humildísimo y adictísimo siervo=Francisco, Obispo
de Barcelona".
Un año antes de este informe, o sea, con fecha 1 de Agosto de 1745, el R.
P. Provincial de la Provincia de Aragón Fr. Isidoro de San Miguel mandó una
circular a todos los conventos de la Provincia, en la que declaraba como
comisionado suyo para esclarecer la verdad en este asunto al P. Lector Jubi-
lado Fr. José de San Bernardo, y mandaba a todos y cada uno de los Re-
ligiosos que contestasen bajo juramento al interrogatorio siguiente, en presen-
cia del citado P. José de San Bernardo y del P. Secretario de Provincia:
"Si en nombre propio pretendió la separación y la nueva Provincia en
los dos Reinos de Valencia y Cataluña, y si a este efecto presentó el memorial
a Su Santidad.
Si los Prelados Aragoneses se portaron despóticamente en sus mandatos
contra el declarante, y si abusaron de la autoridad de su oficio.
Si sabe que algún Provincial de Aragón ha negado el hábito a los que
pretendían ser admitidos en nuestra Religión, siendo hábiles según lo que
exigen nuestras Constituciones.
Si los Prelados naturales de Aragón que han gobernado los conventos
de Cataluña y Valencia han perjudicado a dichos conventos en sus bienes
temporales.
Si ha observado en los Prelados Aragoneses oposición a la fundación de
nuevos conventos en los Reinos de Cataluña y Valencia.
Si tiene algún motivo de queja contra los Prelados aragoneses por
haberle tratado como cautivo o espúreo".
A este interrogatorio se sometió a todos y cada uno de los Religiosos de
origen catalán o valenciano que residían en todos los conventos de la Provin-
cia de Aragón.
El eminentísimo Cardenal D. Spinula, como Ponente de la causa, a fin de
adquirir certeza del número de Religiosos que habían pedido la separación de
la Provincia y su erección en otra nueva, mandó al Procurador de los separa-
tistas que hiciese una investigación jurada y se la presentase: y de ella resultó
494 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que solamente veinticuatro Religiosos, entre sacerdotes y legos, habían dado
poderes al Procurador para toda clase de pleitos, sin pensar siquiera entonces
en la separación; pues después casi nadie la quería: hasta el punto de que el P.
José de los Santos, uno de los dos firmantes del Memorial presentado a la S.
Congregación, hizo la declaración siguiente:
"Día 18 de Agosto de 1745.=El P. Fr. José de los Santos, prestado ju-
ramento, etc., dijo que dicha petición no había sido presentada a Su Santidad
ni por sí ni por Procurador.=Dijo que había sido tratado por los Prelados ara-
goneses regularmente y conforme al modo de vivir en esta Provincia y como
suelen ser tratados los demás Religiosos de ella.=Dijo que a ningún hábil se le
había negado el hábito o la admisión.=Dijo que menos sabía que se hubiera
presentado ocasión de fundar Conventos en este Reino, que hubiera podido
dar motivo a las conferencias de las cuales se pudiera inferir la repugnan-
cia.=Al último dijo que por ninguno de los Prelados había sido tratado del
modo que se pone en el artículo.=Fr. José de los Santos".
¿Qué concepto tendría del perjurio el P. Fr. José de los Santos?
Después de él siguieron contestando todos los demás al interrogatorio,
siendo la mayor parte contrarios a la desmembración de la Provincia, y pre-
sentando muchos de los catalanes y valencianos libre y espontáneamente sus
declaraciones juradas ante Notarios públicos, en las que suplicaban al Santo
Padre que de ningún modo autorizase la pretendida desmembración, por con-
siderarla muy perjudicial al bien común de la Congregación.
Además del primer memorial del Procurador General, fué presentado a la
S. Congregación un brillantísimo informe suscrito por los abogados José As-
cevolinus, Victorio de Martinis y por Nicolás Danieli Patrono de Causas del
sacro Palacio Apostólico y de la Curia Romana, en el que pulverizaban todas
las razones de los separatistas, defendiendo con multitud de poderosos argu-
mentos la integridad de la Provincia de Aragón y la denegación de la gracia
solicitada por los separatistas.
En vista de todo lo actuado, la Sagrada Congregación de Obispos y
Regulares a las dos dudas que el Emmo. Ponente Cardenal D. Spinula había
propuesto, a saber: Primum:=An sit locus Dismembrationi; et quatenu Af-
firmative:
Secundum:=An, et quomodo sit procedendum ad Erectionem novae
Provinciae.
CAPÍTULO CUARENTA. ARTÍCULO CUARTO 495
Con fecha 30 de Septiembre de 1746, respondió1:
Ad primum:=Negative in omnibus.
Ad secundum:=Satis provissum in primo.
Dada la sentencia de que nada se inmutase en el gobierno de la Provincia,
se siguieron las vacaciones de la Curia Romana, que duran todo el mes de
Octubre; y luego que se abrieron las Congregaciones, apelaron los separa-
tistas de la sentencia, presentando la apelación a instancias principamente del
Prior de Guisona Fr. Juan de San Antonio y de tres Religiosos catalanes, em-
pujados por dos doctores seculares, todos los cuales aportaron nuevos docu-
mentos tan desprovistos de verdad como los anteriores. Entretanto que se
examinaban dichos documentos, pedían nuevas treguas, pretendiendo que el
asunto quedase sin resolver indefinidamente. Pero la S. Congregación, a in-
stancias del P. Pedro de San Francisco de Asís, nombrado Procurador espe-
cial para esta causa por la Provincia, y que en toda ella hizo una labor
meritísima, después de considerar el ningún valor de las pruebas aducidas por
los separatistas, pronunció la segunda sentencia, confirmando en todo la
primera, e imponiendo a todos perpetuo silencio sobre el asunto2.
A pesar de esto, todavía trataron los separatistas de reproducir el pleito: y
sabiéndolo el P. Pedro de San Francisco, se presentó a los Emmos. Carde-
nales, que le estimaban sobremanera por su virtud y ciencia, a los cuales ex-
puso los daños que se seguirían a la Religión, de renovarse el pleito: y los
Emmos. Cardenales le tranquilizaron diciéndole que se había dado sentencia
de perpetuo silencio, y éste se guardaría. No admitieron las nuevas quejas de
los separatistas; y con esto terminó tan ruidoso pleito.
Merece que se haga aquí especial mención del P. Fr. Antonio de San
Agustín, catalán, nacido en Barcelona el 13 de Septiembre de 1718, hijo de
Antonio Creus y Teresa Creus, también naturales y vecinos de Barcelona.
Este Padre, siendo de edad de 27 años, ya era Subprior del Convento de Bar-
celona: y entonces llegó a su apogeo el pleito de los valencianos y catalanes,
que querían separarse de Aragón y hacer Provincia aparte, causando con esta
pretensión muchos disturbios y guerras civiles en todos los conventos, hasta
que se llevó el pleito a Roma. Entonces la Provincia de Aragón

1
Arch. Hist. Nacional, Signatura 246.
2
Ibid.
496 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
envió a Roma al P. Pedro de San Francisco de Asís, Híjar, que era Prior de
Barcelona, para que defendiese a la Prvincia: y su Subprior el P. Antonio, que
era catalán y que, como tal, parecía que debía apasionarse por los de su tierra,
pero que era sobre todo un Religioso ejemplar, suplicó al Provincial que le
nombrara por compañero del nuevo Procurador de la causa, no como espía,
como dijeron algunos malévolos, sino como fiel hijo de la santa Provincia de
Aragón, para hacer patente, no sólo a la Religión sino al mundo entero, que a
él no le movía la pasión de la patria ni de la nación, ni las amenazas ni las
promesas ni la ambición del mando; sino que seguía la justicia, la razón y las
leyes que había profesado, como se vió por los efectos: pues en efecto fué a
Roma con el Procurador Fr. Pedro de San Francisco de Asís, y allí hizo todo
cuanto pudo y supo para que triunfase la justicia de la Provincia de Aragón; y
logrado ese triunfo, se volvió a España con el citado P. Pedro, donde en ade-
lante fué muy aborrecido de los sediciosos, descontentos y ambiciosos paisa-
nos suyos. Y esto fué su mayor gloria; porque teniendo en cuenta la Provincia
sus virtudes, en el Capítulo que se celebró en Calatayud el año 1748, le
nombró Vicerrector del Colegio de Zaragoza: y habiendo muerto el mismo
año el Prior del Convento de Nuestra Señora de los Santos de Zuera, el P.
Provincial le nombró, el 27 de Diciembre, Presidente de dicho Convento: en
el Capítulo Intermedio fué confirmado Prior: y aunque tan joven de edad,
tenía tales dotes de gobierno y tan arraigada virtud, que en el Capítulo de
1751 fué nombrado Prior del Convento de Alagón, del cual y de su iglesia es
el verdadero restaurador en los doce años que en él fué Prior. Por cuyos méri-
tos le nombraron en el Capítulo Provincial de 1763 Definidor de Provincia;
en el de 1766, Secretario Provincial: y en Capítulo General de este mismo año
Definidor General. Siéndolo, hizo la más brillante defensa del gobierno de
nuestra Congregación ante el Delegado Regio D. Pedro Poves y Angulo, en
catorce sesiones definitoriales; mereciendo por ello ser elegido en el primer
Capítulo, Provincial de la Provincia de Aragón, el año 1769: cargo que
ejerció también en todo el trienio de 1772, menos un mes, por haber sido ele-
gido Vicario General el Provincial Fr. Miguel de Jesús María, Moncayo1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO XLI
Dos Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –
Nombramientos y determinaciones.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro el año 1747.
De este Capítulo no hemos podido encontrar más datos que los nom-
bramientos de Provincial y Secretario en los Religiosos siguientes:
Provincial: R. P. Fr. Francisco de San Ildefonso, L. J.
Secretario: R. P. Fr. José de San Andrés.

Capítulo Intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás


que se celebró en el Convento de Manila, el día 31 de Octubre de 17471.
Lo presidió el P. Provincial Fr. Roque de la Madre de Dios.
En él se aprobaron nueve determinaciones; de las cuales la 4.ª dice así:
"Item se confirma por este presente Capítulo la admisión que hizo el Defini-
torio de los Pueblos de Nahalin y Cotcot, y cesión hecha por nuestros RR.
Padres de la Observancia de N. P. San Agustín, en la misma conformidad que
se hizo y se admitió".=Y la 5.ª dice: "Item. Se determinó que respecto de los
pocos medios que al presente tienen para su manutención las Beatas de
nuestro Convento de San Sebastián, y las muchas que pretenden tomar el

1
Arch. Prov. Lib. 3.º de Becerro, fol. 27 y siguientes.
498 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Hábito, no pueda por ahora pasar su número de diez: y que sobre haber de ser
Naturales las que se hayan de admitir, conforme a lo declarado por la Real
Audiencia de estas Islas, precisamente haya de ser también con licencia ex-
presa de N. P. Provincial, y conviniendo por votos las mismas Hermanas,
como que son las que las han de sufrir.
Según declaración jurada del P. Fr. Cristóbal Santiago de la Encarnación,
Procurador General de la Provincia de San Nicolás, hecha por Decreto de
ruego y encargo del Licenciado Don Pedro Calderón Enríquez, del Consejo
de su Majestad, su Oidor y Alcalde del Crimen en la Real Audiencia de
Filipinas, en virtud de una Real Cédula y Decreto del Superior Gobierno, de-
claración fechada en el Convento de San Nicolás de Manila a 26 de Enero de
1745, el estado de la Provincia de Filipinas en dicha época era el mismo, poco
más o menos, que en los años 1684-1687 y 1700, en que también exigió el
Gobierno declaración jurada del estado de la Provincia: este estado ahora
como entonces era tan triste y mísero que los Religiosos vivían de las limos-
nas de los fieles y de la subvención Real.
CAPÍTULO XLII
ARTÍCULO I
La Alternativa de Filipinas
Sumario: Causas de la misma. –Capítulo de 1722: en él queda establecida. –Dudas
resueltas. –Bula de Alternativa. –Más dudas. –Establecimiento definitivo de la Al-
ternativa.

Habían pasado ya siete años, y todavía no se habían restañado las heridas


que en el amor propio de muchos Religiosos de Filipinas habían producido
los cañonazos disparados contra nuestro Convento de San Juan de Bagumba-
yan el año 1715: antes al contrario, aquellas heridas se habían enconado de tal
manera que sus manifestaciones habían llegado a establecer un estado de
grande inquietud y desavenencia entre los Religiosos y de no pequeño escán-
dalo entre los seglares.
Los dos bandos de aragoneses y castellanos, en mala hora formados, sos-
tenían sus rencillas, y luchaban a brazo partido, sobre todo, cuando se
aproximaba la celebración de un Capítulo; reprochando los unos a los otros
que habían acaparado el Provincialato, cuando en su bando había Religiosos
muy dignos de obtener tan honroso cargo.
En estas luchas llegó el tiempo de la celebración del Capítulo de 1722; y
comprendiendo todos que en aquellas contiendas la única que salía derrotada
y maltrecha era la caridad, movidos por la fuerza de esta reina de las virtudes,
se resolvieron a emplear todas sus energías en dar la batalla decisiva al ene-
migo común, que enardecía el orgullo y fomentaba la discordia: y en el
Capítulo que se celebró en nuestro Convento de San Nicolás de Manila en los
días 24 al 27 de Abril del año 1722, dieron fin a la contienda, deshaciendo los
dos bandos y uniéndose todos como buenos hermanos, con grande alegría de
los seglares, estableciendo la siguiente Acta, que es la undécima de dicho
Capitulo:
500 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
"Item: Mandamos y ordenamos, de parecer y voto de todo este
Capítulo, nemine discrepante, que para establecer totalmente la paz pública
de esta Provincia, desde este Capítulo inclusive se ponga en práctica la Alter-
nativa en el oficio de Provincial; comenzando desde este Capítulo y elección
por la Provincia de Castilla: la cual Acta queremos que tenga fuerza de ley, y
se observe inviolablemente: y que se suplique a N. P. Vicario General y su
Definitorio alcancen Bula especial para su confirmación; pues de ella pende
la quietud de los Religiosos, crédito de nuestro santo hábito y progreso espiri-
tual y temporal de esta Provincia: quedando al arbitrio de N. P. Vicario Gen-
eral y su Definitorio señalar el número de sujetos que debe tener cualquiera
Provincia de las que componen ésta, para que pueda alternar con las demás: y
que, de contravenir a esta Acta en algún Capítulo, pueda desde ahora para
entonces, y queremos se alegue nulidad de la elección que se hiciere contra lo
dispuesto por ésta"1.
En virtud de esta nueva ley municipal comenzó la Alternativa por la
Provincia de Castilla, resultando elegido Provincial el R. P. Fr. Diego de San
José, Lector Jubilado y Calificador del Santo Oficio de la Inquisición: y aun-
que en el Acta citada no se hace mención alguna de los demás oficios, ya ten-
gan éstos anejo el voto o no, era tan resuelta la disposición de los PP. Capitu-
lares de consolidar la paz entre los Religiosos, que se hizo una distribución
igual de todos los oficios entre los individuos de las dos familias de aragone-
ses y castellanos: y a fin de que el Acta de Alternativa tuviese cuanto antes la
superior confirmación, el Definitorio Provincial envió a N. Padre Vicario
General un documento firmado en Manila el 20 de Junio de 1722, que es del
tenor siguiente:
"VV. PP. NN.=Habiendo, mediante el favor divino, conseguido esta
Provincia celebrar su Capítulo próxime pasado con la mayor paz y unión de
voluntades que jamás pudo prometerse, después de tantos años de penosas
controversias, y habiendo sido medio necesario para la unión expresada el
pacto o convenio de que se alternase el oficio de Provincial por las Provincias
que a ésta componen, dando principio a este trienio la Provincia de Castilla,
para que justamente puedan seguirse las demás, se determinó por el Capítulo
pleno que este Definitorio suplicase a VV. RR. se dignasen firmar y corrobo-
rar

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 23 y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 501
con su decreto el Acta que esto previene; y aun, siendo gusto de Vuestras
Reverencias, que venga también confirmada con un Breve o Bula Pontificia
para su seguridad y mayor validación".
"2.=Quedó así mismo al cuidado de este Definitorio consultar a Vues-
tras Reverencias varios puntos y hacer súplica por otro, todos necesarios y
concernientes al mayor aumento de la paz y aprovechamiento espiritual y
temporal de esta Provincia. Y en cuanto a lo primero, constando esta Provin-
cia de los Religiosos de las tres Provincias que hay en España, y no siendo
igual el número que suele haber de sujetos, nos pareció conveniente dejar a la
voluntad de VV. RR. y a su resolución señalar el número de Religiosos que
debe tener cada una de las Provincias que a ésta componen, para que pueda
gozar de la Alternativa: determinando así mismo qué calidades deben tener
los sujetos que hicieren número, para gozar dicha Alternativa; y si los proce-
sados (caso que los haya), los ciegos o sordos deban contarse: de manera que,
si VV. RR., v. g., señalaren el número de doce Religiosos capaces, y uno es
sordo, en este caso se pregunta si este número sea doce, o no; y si a la verdad
es competente; pues sólo hay once capaces; y en este caso no debe gozar de
Alternativa1.
Mientras estas súplicas iban de Manila a Madrid para ser presentadas y
resueltas por el Definitorio General, el común enemigo quiso introducir la
discordia entre algunos Religiosos, los cuales manifestaron que, mientras no
llegue a conocimiento de la Provincia de San Nicolás de Filipinas la aproba-
ción y confirmación por el Definitorio General del Acta undécima que esta-
blecía la Alternativa, ésta no podía obligar, y que, por lo tanto, no se podía
poner en vigor: y con tanto tesón defendían esta idea sus partidarios, que fué
preciso a los contrarios tomarla en consideración; y a fin de conservar la paz,
que de nuevo se veía muy amenazada, por acuerdo de ambas partes, presentó
la Provincia un escrito, con fecha 1 de Marzo de 1725, exponiendo escueta y
claramente la cuestión a las Universidades de Manila, Real de Santo Tomás y
de la Compañía de Jesús; las cuales, después de haber estudiado a conciencia
el asunto, por separado, contestaron con dos brillantes informes muy bien
razonados, en los que defendían unánimes que el Acta de Alternativa obli-
gaba a su cumplimiento a los hijos de la Provincia de San Nicolás,

1
Arch. Prov. Colec. de Actas, fol. 1 vto, y siguientes.
502 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
antes de que llegase a conocimiento de ésta la aprobación del Definitorio
General o la Bula que se deseaba pedir a Su Santidad.
Con esta resolución se aquietaron los ánimos: y muy pronto se calmaron
por completo con la llegada a Manila de las Actas del Capítulo General cele-
brado en Zaragoza el día 2 de Junio de 1724, en cuyas Actas se lee lo
siguiente:
"1.ª A la primera súplica que la Provincia de Filipinas hace a este
Capítulo sobre la Alternativa en el Oficio de Provincial, sobre que hizo Acta
en su Capítulo que se celebró en su Convento de Manila en veinte y cinco de
Abril del año pasado de mil setecientos veinte y dos, se confirma dicha Acta
según se pide".
"2.ª A la segunda consulta se determinó: Que el número menor, para
que cualquiera de las Provincias que componen aquélla deba gozar dicha Al-
ternativa, debe ser de doce Religiosos; sin que sea necesario que todos doce
tengan las prendas que la Constitución pide para el oficio de Provincial; pues
bastará que entre los doce haya alguno o algunos que justamente puedan ser
electos. Y para que aquella parte de menos Religiosos no pierda su derecho a
dicha Alternativa, se determinó que los hijos del Convento de San Nicolás de
Manila queden agregados para siempre a la Provincia de menor cuerpo. Y en
caso que alguna de las Provincias no tenga el número de doce Religiosos, o,
teniéndolo, no se halle en ellos sujeto apto según la Constitución, en este caso
se debe observar el método que las Provincias de España y la de Filipinas han
guardado siempre en la Alternativa para el Vicario General: pues siendo lla-
mada dicha Provincia de Filipinas por la Bula a la expresada Alternativa, la
misma Bula previene que, no habiendo sujetos de dicha Provincia de Filipinas
en la elección de Vicario General, cuando se sigue su turno, ipso facto pase
dicha elección y Alternativa a la Provincia que inmediatamente le sigue: y
que para juzgar la aptitud o ineptitud de los sujetos le toca a todo el cuerpo; al
modo que el Capítulo General le hace elección de Definidor General por
Filipinas cuando, por falta de sujeto capaz de dicha Provincia, elige uno de
las Provincias de España. Y porque en el número asignado puede hallarse
sujeto benemérito en quien concurran las cualidades necesarias para ser electo
en Provincial, y que sólo obste no tener la edad de cuarenta años; en este
caso, arreglándose este presente Capítulo al derecho canónico y práctica de la
Iglesia en la elección de Obispos, se determinó que se pueda hacer dicha elec-
ción en el sujeto o sujetos así beneméritos,
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 503
teniendo la edad de treinta y seis años principiados; y que en orden a las
demás cualidades que debe tener el eligendo, se esté a la Constitución y prác-
tica de aquella Provincia. Y le previene ser voluntad de este Capítulo que en
el número de doce debe precisamente hacerse la elección; y que la Provincia
que los tenga debe gozar su Alternativa; y que en el número menor, habiendo
sujeto benemérito, a juicio del Capítulo, según la aptitud expresada, pueda
este tal sujeto apto ser electo en Provincial, cuando tocare el turno a su
Provincia"1.
Conforme al sentido de esta declaración del Capitulo General quiso éste
reforzar el Acta de Alternativa; y para ello solicitó y obtuvo la siguiente:

Bula de Alternativa
de la Provincia de Filipinas2.
"Benedictus Papa XIII=Ad futuram rei memoriam.=Exponi Nobis nu-
per fecit dilectus filius Josephus a Solitudine Frater expressae professus
Provinciae Castellae Congregationis Hispaniae Ordinis Eremitarum Sancti
Augustini Excalceatorum nuncupatorum, concionator, Lector Jubilatus, ac
Tribunalis Inquisitionis adversus haereticam pravitatem in Regnis Hispania-
rum auctoritate Apostolica instituti Qualificator, et Indiarum Comissarius:
Quod cum in Capitulo Provinciali in Conventu Sancti Nicolai Manillensis,
quod Provinciae Insularum Philippinarum caput existit, consideratum fuis-
setis quod pertubationem in electione Superioris Provincialis dictae Provin-
ciae, quae cum Religiosis Castellae, Bethicae, et Aragoniae Provinciarum,
existentibus tamen in illo earumdem Philippinarum, componitur, causare po-
terat, die 26 Aprilis anni 1722 stabilitum fuit, ut ad Officium Provincialis
earumdem insularum unus ex Religiosis trium Provinciarum hujusmodi,
dummodo Provincia quae ad electionem conveniret, in ea saltem numerum
duodecim Vocalium haberet, alternatim eligi deberet: Verum ob caeli intem-
pestatem, itinerum longitudinem, et pericula, cum multoties contingat quod
illius Provinciae

1
Ibid. fol. 5.
2
Arch. Gen. Bul. núm. 59 bis.
504 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
ad quam Alternativa pertinet, Religiosus idoneus ad Regimen Provincialatus
minime reperiatur, vel eadem Provincia numero sufficienti Vocalium, qui
electioni interesse possint, careat, consulendi causa numero eorumdem Vocal-
ium decretum fuit, quod filii praefati Conventus de Manila alicui ex praefatis
tribus Provinciis, quae minorem numerum Vocalium in illa Philippinarum
hujusmodi haberet, semper uniti inteligerentur: quod vero ad idoneitatem Re-
ligiosi eligendi cognitio spectaret ad Capitulum Generale, quemadmodum
Constitutiones dicti Ordinis, et quaedam litterae Apostolicae fel. rec. Julii
Papae III Praedecesoris Nostri praescribunt super Alternativa, qua Religiosi
earumdem Philippinarum pro Vicariatu Generali fruuntur, et Capitulum Gen-
erale praefatum in electione Diffinitoris Generalis praefatarum Philippinarum
hoc ipsum servare, et non inventi Religiosi in illis partibus eiusmodi officiis
digni, unum Religiosum benemeritum in Conventibus Hispaniae existentem
eligere solet; immo cum in Provincia ad quam aliquando eadem Alternativa
spectat, Religiosus habilis, capax, et benemeritus reperiatur, eique unice ob-
stet aetas non quadragenaria sicuti pro Offcio Provincialatus eaedem Consti-
tutiones disponunt, capax ille sit qui trigesimum sextum suae aetatis annum
attigerit: sed cum postea numerus Vocalium, idoneitas sufficiens, et aetas
dispensabilis eligendi deficeret, unus illius Provinciae ad quam succesiva
juxta ordinem supradictae Alternativae electio spectat, eligi deberet. Proposi-
tis itaque in Capitulo Generali in Conventu del Portillo, extra moenia civitatis
Cesaraugustanae sito, die 1.ª et 2.ª Junii 1724 celebrato, his omnibus in
Capitulo Provinciali Sancti Nicolai de Manila actis, illa a Capituli Generali
huiusmodi confirmata, et aprobata fuerunt, et alias prout uberius continetur in
Decreto desuper confecto de Hispanico idiomate in latinum verso thenoris qui
sequitur, videlicet:=Fidem facio ego Petrus a Sancto Josepho, Lector Jubila-
tus, et Secretarius Generalis Excalceatorum Sancti Augustini Congregationis
Hispaniae et Indiarum, et attestor qualiter in Capitulo Generali per nostram
Congregationem celebrato in Conventu del Portillo, extramuros civitatis Ce-
saraugustanae, sub die 1.ª Junii et sequentibus anni 1724, et in sessione ves-
pertina habita die veneris secunda eiusdem Mensis, ex parte Provinciae Sancti
Nicolai in insulis Philippinis porrecta fuit supplicatio pro confirmatione cui-
usdam acti, facti in illius Capitulo Provinciali, ubi disponebatur quod in pos-
terum, alternarent in Offcio Provincialis eiusdem Provinciae etiam Religiosi
istarum Provinciarum Hispaniae, quae dictam Provinciarum componunt; ac
ita quod idem Capitulum Generale
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 505
pro suo arbitrio deligeret numerum Religiosorum, quos habere deberent sin-
gulae Provinciae, ex quibus componitur dicta Provincia Philippinarum, ut
gaudere possint dicta Alternativa. Huiusmodi autem supplicationi Capitulum
deliberavit un infra:=Ad I.um punctum expositum a Provincia Philippinarum
huic Capitulo super Alternativa Officii Provincialatus, confirmatur, ut petitur,
actum hac in re factum in Capitulo per eamdem Provinciam celebrato Manil-
lae die 25 Aprilis 1722.=Ad secundum: Numerus Religiosorum in singulis
Provinciis, ex quibus eadem Provincia componitur, ut fruantur dicta Alterna-
tiva, ad minus sit duodenarius, absque tamen necessitate quod omnes duo-
decim habeant qualitates requisitas a Constitutionibus pro Officio Provin-
cialatus, sufficiens enim erit quod aliquis, sive aliqui ex dictis duodecim repe-
riantur, qui legitime eligi possint; et ne illa Provincia, ubi sit minor numerus
Religiosorum, amittat suum jus ad dictam Alternativam, Filii Conventus
Sancti Nicolai Manillae semper, et in posterum aggregati remaneant Provin-
ciae, quae fuerit minoris corporis: si qua autem ex Provinciis numerum duo-
denarium non habeat, et quatenus habeat, inter illos nullus reperiatur aptus et
idoneus, juxta Constitutionem, ad munus Provincialatus, hoc cassu observari
debeat methodus a Provinciis Hispaniae et Philippinarum semper servari con-
sueta, quatenus ad Alternativam Vicarii Generalis. Quoniam cum dicta
Provincia Philippinarum vigore Bullae Apostolicae vocata sit ad dictam Al-
ternativam, eadem Bulla disponit, quod cassu quo in dicta Provincia, quando
est in turno, Religiosi minime reperiantur eligibiles in Vicarium Generalem,
ipso facto dicta electio et alternativa devolvatur ad Provinciam immediate
subsequentem. Judicium autem super habilitate, vel inhabilitate Religiosorum
spectet ad integrum corpus Capituli Provincialis, eodem modo quo Capitulum
Generale agere consuevit in electione Deffinitoris Generalis pro Philippinis,
quando ob defectum subjecti capacis ejusdem Provinciae, eligit alium de
Provinciis Hispaniae. Et quia in numero Religiosorum, qui designatus fuerit,
potest dari cassus, quod reperiatur quis benemeritus ut eligatur in Provin-
cialem, eique unice obstet aetas nondum quadragenaria, hoc casu, ad formam
Juris canonici, fieri possit electio Religiosorum, qui benemeriti fuerint, dum-
modo annum 36 attigerit: Quoad vero ad reliquas qualitates, quae in electis
desiderantur, standum sit Constitutioni, et praxi dictae Provinciae.=Et adver-
tatur voluntatem esse huius Capituli, quod ubi reperiatur numerus duode-
narius Religiosorum, praecise fiat electio; et quatenus minor numerus Re-
ligiosorum alicubi fuerit,
506 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
et nihilominus judicio Capituli censeatur quis ex illis capax, eligi possit in
Provincialem, quando turnus obtigerit suae Provinciae.=Ita reperitur in Regis-
tro nostrae Congregationis, a fol. 135 ad 137, apud me recondito, ad quem, et
in fidem me subscripsi, in hoc Conventu de Copacavana Villae Matriti, die 26
Octobris, anni 1726.=Fr. Petrus a Sancto Josepho, Secretarius.=Cum autem
sicut eadem expositio subjungebat, dictus Josephus praemissa quo firmius
subsistant, et serventur exactius, Apostolicae confirmationis nostrae patro-
cinio comuniri plurimum desideret: Nos specialem ipsi Josepho gratiam fac-
ere volentes, eumque a quibusvis excommunicationis, suspensionis, et inter-
dicti, aliisque ecclesiasticis sententiis, censuris, et poenis a jure, vel ab
homine, quavis ocasione, vel causa latis, si quibus quomodolibet innodatus
existit, ad effectum praesentium dumtaxat consequendum, harum serie absol-
ventes, et absolutum fore censentes, supplicationibus ejus nomine Nobis su-
per hoc humiliter porrectis inclinati, Decretum praeinsertum, a memorato
Capitulo Generali factum, ut praefertur, cum omnibus et singulis in eo con-
tentis et expressis, Auctoritate Apostolica thenore praesentium confirmamus
et aprobamus, illisque inviolabilis Apostolicae firmitatis robur adjicimus, ac
omnes et singulos juris et facti defectus, si qui desuper quomodolibet inter-
venerint, supplemus. Decernentes easdem praesentes litteras semper firmas,
validas, et efficaces existere et fore, suosque plenarios et integros effectus
sortiri et obtinere, ac illis ad quos spectat, et pro tempore quandocumque
spectabit, in omnibus et per omnia plenissime suifragari: sicque in praemissis
per quoscumque Judices Ordinarios et Delegatos, etiam Causarum Palatii
Apostolici Auditores, judicari et definiri debere; ac irritum et inane, si secus
super his a quoquam quavis auctoritate, scienter vel ignoranter, contigerit
attentari.=
Non obstantibus Constitutionibus et Ordinationibus Apostolicis, ac
quatenus opus sit, Congregationis et Provinciarum praefatarum, etiam jura-
mento, confirmatione Apostolica, vel quavis firmitate alia roboratis statutis et
consuetudinibus, privilegiis quoque, indultis, et Litteris Apostolicis in con-
trarium praemissorum quomodolibet concessis, confirmatis et innovatis.
Quibus omnibus et singulis illorum thenores praesentibus pro plene et suffi-
cienter expressis, ac de verbo ad verbum insertis habentes, illis alias in suo
robore permansuris, ad praemissorum effectum, hac vice dumtaxat specialiter
et expresse derogamus, caeterisque contrariis quibuscumque. Volumus autem
ut praesentium litterarum transumptis seu exemplis, etiam impressis, manu
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 507
alicujus Notarii publici subscriptis, et sigillo personae in Ecclesiastica Digni-
tate constitutae munitis, eadem prorsus fides in judicio et extra illud adhibea-
tur, quae praesentibus ipsis adhiberetur, si forent exhibitae vel ostensae. Da-
tum Romae apud Sanctum Petrum sub Annulo Piscatoris die 24 Septembris
anni 1729. Pontificatus nostri anno sexto. = Card. Clinerus".
Tan empeñados estaban todos en que no se turbase la paz entre los Re-
ligiosos de las dos familias predominantes, castellanos y aragoneses, que
cuatro años antes que ese expidiese la Bula citada, en el Capítulo Provincial
celebrado en Manila el 21 de Abril de 1725, se estableció el Acta séptima,
que es una reproducción literal de la undécima del Capítulo de 1722, a la cual
se añadió lo siguiente: "Así mismo, a mayor fuerza y permanencia de la Al-
ternativa, en cuanto a la elección de Provincial, este presente Capítulo, ne-
mine discrepante, determinaron el admitir, como de facto admitieron por este
presente Capítulo el Breve de la Santidad de Urbano VIII, expedido en Roma
a dos de Septiembre del año de mil seiscientos veinte y dos.=Y de común
acurdo y consentimiento de todos los Vocales de este Capítulo, nemine dis-
crepante, determinaron que la elección de Provincial que en contrario de la
referida Acta y Alternativa se hiciere, ipso facto sea nula. Y este presente
Capítulo, desde ahora para entonces, la tal elección hecha en contrario la da
por nula y atentada. Y para mayor firmeza en todo tiempo futuro, libre y
espontáneamente todos y cada uno en particular de los Vocales de este
Capitulo, nemine discrepante, juraron a Dios y a los santos evangelios
guardar, cumplir y observar por sí y en nombre de toda esta Provincia lo con-
tenido en esta Acta, en cuanto a la Alternativa en la elección de esta Provin-
cia"1.
Insistiendo en sus buenos propósitos los PP. Capitulares, en el Capítulo
celebrado el día 16 de Abril de 1728, dejaron consignado: "Y por lo que hace
a que hayan de ser los Religiosos que constituyen el número de doce, para el
derecho de la Alternativa, elegibles para cargos cum cura animarum, de-
clararon todos los VV. PP. Capitulares, unánimes y conformes, que para que
pueda constituir dicho número de doce cualquiera Religioso de cualquiera
Provincia de las que componen ésta, debe precisamente, a lo menos, ser sac-
erdote profeso, y que regularmente diga y pueda decir misa; y que

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 37.
508 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
los que para esto estuviesen inhábiles no puedan entrar a constituir el referido
número de doce"1.
"Item: Se determinó que, aunque del Acta de la Alternativa claramente
consta su genuina inteligencia, pues expresamente dice: Que dicha Alterna-
tiva es y debe ser sólo para la elección de Provincial; no obstante, para cerrar
la puerta a cualesquiera dudas que se intentaren o hubieren intentado sobre su
verdadero sentido, declaró este presente Capítulo, nemine discrepante, que
dicha Alternativa sólo debe tener fuerza en cuanto a la elección de Provincial,
sin que se extienda a otro ningún efecto; pues hecha que sea dicha elección,
expiró el rigor de dicha Alternativa hasta el Capítulo siguiente, en que se haya
de hacer nueva elección de Provincial. Y así que dicha Alternativa se observe
sólo en dicha elección; y que en todo lo demás se observen inviolablemente
nuestras leyes, no sólo de entrar de Rector Provincial el inmediato (sea de la
Provincia que fuese), muerto o impedido el actual, sino también en todo lo
demás que dichas nuestras leyes disponen. Y así mismo declaró todo este
presente Capítulo que cuando la Provincia de Andalucía tenga Religiosos de
calidad y número competente, deba gozar y goce su turno, después de la
Provincia de Aragón, y no en otro tiempo. Y la Provincia de Filipinas gozará
también su turno, cuando tenga Religiosos y número competente con las di-
chas debidas cualidades, después de la Provincia de Andalucía, y no en otro
tiempo"2.
Como se ve por las Actas que acaban de citarse, desde que se instituyó la
Alternativa, se cumplió ésta fielmente en cuanto a la elección de Provincial:
pero aquel rasgo de generosa nobleza que se manifestó en todos los Vocales
del Capítulo de 1722, distribuyendo todos los demás oficios entre los indi-
viduos de las dos familias predominantes de Aragón y Castilla por rigor de
promediación y justicia distributiva, desapareció por completo en el Capítulo
de 1725 y siguientes, siendo sustituido por el monstruo de la ambición que
otra vez logró introducir la discordia y arrancar amargas quejas con sus atro-
pellos; llegando la familia de Castilla a distribuirse diecisiete votos, y dejando
solamente siete a los de la familia de Aragón, a pesar de tener ésta Religiosos
en igual número y calidad que aquélla.

1
Arch. Prov. Lib. 2.º de Becerro, fol. 50 y siguientes.
2
Ibid.
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 509
Esto obligó a N. P. Pr. Andrés de San Fulgencio, Lector Jubilado, Califi-
cador del Santo Oficio y Examinador Sinodal del Arzobispado de Manila,
antes de su Provincialato, y a otros Religiosos doctos, graves y condecorados,
amantes de la justicia y del bien común de la Provincia, a suplicar a N. P.
Vicario General que se sirviese dar la providencia que mejor le pareciere para
el equitativo repartimiento de los votos capitulares y demás oficios de la
Provincia.
Recibida la instancia por N. P. Vicario General Fr. Miguel de San
Agustín, usando de la plena facultad que le había dado el Capítulo General
celebrado en Almagro el año 1730, como consta de su Acta 28.ª, reunió junta
de Definitorio General el 15 de Julio del mismo año 1730; y en ella se deter-
minó lo siguiente:
"1.=Primeramente: Por cuanto en el Capítulo General que se celebró en
la ciudad de Zaragoza a primero de Junio del año pasado de setecientos veinte
y cuatro, se le suplicó por el P. Comisario de dichas Islas Filipinas, el P. Fr.
José de la Soledad, que se les confirmase el Acta que había hecho el Capítulo
Provincial de dicha Provincia de Filipinas, en que se decretó alternasen en el
oficio de Provincial los hijos de las tres Provincias de España, y que si en
alguna no había número bastante, se le agregasen aquellos sujetos, siendo
para ello preciso que hubiesen tomado nuestro santo hábito en aquellas Islas;
lo que concedió el referido Capítulo: y en el que celebró la misma Provincia
de Filipinas en diez y seis de Abril del año pasado de setecientos veinte y
ocho, hallamos que a los hijos que tomaron el santo hábito en dichas Islas los
nombra con el nombre de Provincia de Filipinas, cosa fuera de razón y ver-
dad; cuando la dicha Provincia se compone de los hijos de las tres de España:
Por tanto, y para obviar los muchos inconvenientes que en adelante se pueden
ofrecer, mandamos en virtud de precepto formal que ninguno use de seme-
jante voz, ni en común ni en particular: y que en adelante, para guardar la
Alternativa, se ejecute la elección del modo que se ejecuta en los Capítulos
Generales para elegir Vicario General".
"2.=Item: Para establecer más la paz y concordia en aquella Provincia
de Filipinas, declaramos que la Alternativa no se debe entender en la dignidad
solamente de Provincial, sino en los demás oficios; promediando las ocupa-
ciones en los hijos de las tres, y honrándolos con los oficios, dignidades
510 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y personados, conforme la calidad y prendas de los sujetos que fueren para
ello"1.
Recibióse en Manila esta providencia en tiempo que gobernaba aquella
Provincia el P. Fr. Félix de Santiago; y para su admisión tuvo varias juntas de
Definitorio dignas de eterna memoria; porque en ellas cada uno de los que las
componían manifestó desinterés, justificación y literatura en las muchas cir-
cunstancias que se tuvieron presentes: y unánimes admitieron la expresada
providencia y el rigor de la Alternativa en los oficios y dignidades de Provin-
cial, cuatro Definidores y Prior de Manila; y que los demás oficios de voto y
sin él se repartieran en igualdad por vía de contrato oneroso y de justicia dis-
tributiva, so pena de nulidad de lo contrario: y esta determinación del V. De-
finitorio y su explicación e inteligencia dada sobre la Alternativa fué segunda
vez admitida y en el todo confirmada en el Capítulo Provincial del año 1734:
en él se comenzó el repartimiento igual de todos los oficios y dignidades de la
Provincia entre dichas dos familias alternantes: y sólo hubo diferencia en que
no quisieron incluir en el repartimiento de los votos los de los personados, o
de los PP. de Provincia que tienen voto por razón de sus personas: alegando
para esto que los votos personados son voluntarios; de modo que los PP. de
Provincia, si quieren, asisten con voz y voto a los Capítulos; y si no quieren,
no les pueden obligar a asistir, en conformidad de lo que disponen nuestras
Constituciones. Por lo cual el repartimiento de los votos en los Capítulos sólo
se debía entender de los de justicia; esto es, de los oficios y dignidades que se
dan en ellos, y no de los de gracia o voluntarios, porque éstos no son seguros.
Pero como no teníamos por entonces ley terminante que hablara de los Per-
sonados, o que claramente explicara si los votos de los Personados debían
entrar en cuenta, para repartición igual de todos, se dejó pasar, y sólo se con-
taron los de oficio y dignidades.
Consultáronse estos puntos al Capítulo General, que se celebró en el
Colegio de San Nicolás de Tolentino de la ciudad de Alcalá de Henares el año
de 1736, por medio del Comisario y Procurador General de esta Provincia,
que asistió a él, que fué N. P. Fr. Francisco de la Encarnación, Lector Jubi-
lado, Calificador del Santo Oficio y Provincial de esta dicha Provincia: y en
vista de lo practicado en esta Provincia en dicho repartimiento, y lo que

1
Arch. Prov. Colec. de Actas, fol. 8 vto.
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 511
produjo la representación de dicho N. P. Fr. Francisco de la Encarnación en el
referido Capítulo General, éste declaró, determinó y mandó lo siguiente: "De-
clara este presente Capítulo que la declaración sobre la Alternativa, instituida
el año 1722 en nuestra Provincia de Filipinas, no sólo se extienda al oficio de
Provincial, sino también a todos los oficios, dignidades y personados de ella,
no sólo por medio de repartimientos y promediación voluntaria entre los suje-
tos beneméritos de las tres Provincias que componen aquélla, sino con el
rigor de Alternativa rigurosa, de manera que todos los Votos y demás Oficios
(siendo posible), queden en igualdad y equilibrio. En tal conformidad que, en
cualesquiera elecciones que se hiciesen en contrario, sean nulas, como por
tales las declaramos en aquella parte que se reconociese exceso de una a otra
Provincia: salvo el caso de que no haya el número de doce, que previene la
Bula de N. Smo. Padre Benedicto XIII, confirmativa de dicha Alternativa,
aptos para ser electos en Oficios cum cura animarum saltem. Advirtiendo que
aunque para el goce de dicha Alternativa sean necesarios doce en número,
como queda declarado, se ha de entender que de estos doce basta que haya
dos o tres capaces de obtener el oficio de Provincial. Y así mismo se declara,
en conformidad con la citada Bula, que si sucediese que ninguna de las tres
Provincias de que se compone aquélla no tuviese el número de doce en la
forma ya expresada, en este caso se deberán repartir los oficios, dignidades y
personados con el rigor ya expresado en los hijos de las otras dos; repar-
tiéndolos entre ellos en iguales partes; se entiende de aquellos que por falta de
sujetos no pudiere obtener la parte de número menor: excepto si sucediese
estar nones los oficios; que en este caso, si en un Capítulo llevase una Provin-
cia uno más, en el siguiente se le dé a la parte que llevó menos. No obstando
ni debiendo obstar en contra de lo declarado por este Capítulo la inteligencia
dada por dicha nuestra Provincia, sobre que dichos Oficios fuesen por prome-
diación según justicia distributiva; por convenir así para mayor firmeza y
estabilidad de la paz que goza".
Hasta aquí, a la letra, la declaración del Capítulo General del año 1736;
la que se confirmó en el siguiente Capítulo General del año 1742, celebrado
en el Convento del Portillo de la ciudad de Zaragoza, como consta de su Acta
8.ª También se confirmó dicha declaración en el Capítulo General próximo
pasado, que se celebró en el Colegio del Santísimo Sacramento de la Villa de
Almagro el año 1748, como consta de su Acta 3.ª, peculiar para esta Provin-
cia de Filipinas, que dice: "Declaramos que la Alternativa de que habla la
512 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
citada Acta del Capítulo General de Alcalá, sólo debe observarse en rigor de
rigurosa alternativa en los oficios expresados en las Bulas de la Alternativa y
en los demás oficios, así de voto, como Vicariatos, dignidades y personados,
no se debe observar rigurosa alternativa, sino promediación rigurosa entre las
Provincias alternantes, con las calidades en dicha Acta expresadas". Por lo
que tenemos declarado por tres Capítulos Generales la promediación rigurosa,
igualdad y equilibrio de todos los Votos de Oficios, Dignidades y Personados;
de manera que todos, siendo posible, queden iguales en las dos familias o
Provincias alternantes; supuesto que la de Andalucía no tiene el número asig-
nado para el goce de la Alternativa. En los dos primeros Capítulos Generales
se mandó que se observase rigurosa alternativa en todos los oficios, digni-
dades y personados de esta Provincia en iguales partes entre las familias al-
ternantes: y en el tercero y último Capítulo General se mandó la igualdad de
la distribución, no por rigor de Alternativa, sino con rigor de promediación en
todos los oficios, dignidades y personados. Y para nuestro intento, lo mismo
es rigurosa alternativa que rigurosa promediación; porque sólo deseamos la
igualdad y equilibrio de los votos, sin que una familia exceda a otra, para el
goce de su religiosa libertad. Y estando declarada dicha promediación e
igualdad rigurosa en todos los oficios, dignidades y personados, tiene fuerza
de ley; de manera que esta Provincia no puede contravenir a ella en manera
alguna"1.
En virtud de lo mandado en dichos dos Capítulos Generales (porque el
tercero aún no había llegado a esta Provincia), y conformándose en todo y por
todo a lo que en ellos se ordena y manda, el Capítulo Provincial, que se
celebró en el Convento de San Nicolás de Manila el año de 1740, distribuyó
todos los votos de oficios, dignidades y personados en igualdad y equilibrio,
sin exceso de una parte a otra, como se demuestra por la tabla siguiente:

De la familia de Castilla:
N. P. Ex Provincial Fr. Benito de San Pablo.
N. P. Ex Provincial Fr. Roque de la Madre de Dios.
El P. Definidor Fr. Mateo de la Encarnación.

1
Arch. Prov. Colec. de Actas, fol. 11. Narración del P. José de la Concepción.
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 513
El P. Definidor Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
El P. Prior de Manila.
El P. Prior de Cavite.
El P. Prior de Cebú.
El P. Prior de Tandag.
El P. Prior de Cagayán.
El P. Prior de Calapán.
El P. Prior de Taytay.
El P. Subprior de Manila.

De la familia de Aragón
N. P. Rector Provincial.
El P. Definidor Fr. Miguel de San Marcial.
El P. Definidor Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
El P. Prior de San Juan de Bagumbayan.
El P. Prior de San Sebastián.
El P. Prior de Masinloc.
El P. Prior de Bolinao.
El P. Prior de Siargao.
El P. Prior de Butuan.
El P. Prior de Romblón.
El P. Secretario de Provincia.
El P. Procurador General.

De la familia de Andalucía
El P. Prior de Mariveles.
Estas elecciones se hicieron con toda paz y con aplauso de todos los
Capitulares. Pero al cabo de año y medio reclamaron algunos de la familia de
Castilla, obligados, según decían, de los escrúpulos que padecían de concien-
cia; y alegaron que les faltaba un voto: y así, que las tres vacantes que había
para proveer en el Capítulo próximo futuro intermedio, dos de Castilla, que
eran el Priorato de Cebú y Taytay, y una de Aragón, que era el Priorato de
Butuan, los tres se debían dar a los de la familia de Castilla en dicho
514 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Capítulo Intermedio; porque eran agraviados en un voto por la distribución
que se hizo en dicho Capítulo Provincial pasado. La razón que para esto ale-
gaban era que la familia de Aragón tenía doce votos de elección, y la de
Castilla solamente diez; porque los dos Personados que tenían los Padres Ex-
provinciales Fr. Benito de San Pablo y Fr. Roque de la Madre de Dios, no
querían que entrasen en cuenta para el repartimiento de los votos de la
Provincia, por ser votos voluntarios o de gracia, en conformidad de lo que
disponen nuestras Constituciones en el Cap. 10, Part. 3, n. 1, fo. 185. Ale-
gaban también a su favor que esta inteligencia es la que se dió para dicho
repartimiento en el Capítulo Provincial del año 1734. Pero no señalaron sus
Reverencias en qué libro de Estado o en qué parte consta haberse dado en esta
Provincia semejante inteligencia, y la práctica que se ha seguido en los demás
Capítulos hasta entonces. Cuando en el Capítulo Provincial de 1740 se ad-
mitió por toda la Provincia dicha Acta General, hubo diversidad de pareceres
sobre las términos en que se debía admitir. Unos fueron de parecer que se
admitiera con el rigor de Alternativa en todos las Oficios, como la misma
Acta lo expresa. Otros dijeron que era cosa impracticable el rigor de Alterna-
tiva en todos las Oficios; por lo que sólo se debía admitir en rigor de Alterna-
tiva de los seis oficios o dignidades de Provincial, cuatro Definidores y Prior
de Manila, como la había admitido el V. Definitorio cuando se recibió dicho
despacho, y el Capítulo Intermedio antecedente, según consta del libro de
Consultas y del de Becerro de Provincia; y que en los demás oficios se ad-
mitiera en razón de promediación rigurosa, so pena de nulidad: y exponiendo
unos y otros en la sala Capitular las razones en que fundaban sus pareceres, se
decidió el punto por unánime consentimiento de todos los Vocales, por lo que
dijo N. P. Fr. Francisco de la Encarnación, como uno de los Capitulares que
fué de dicho Capítulo General de 1736, y como que sirvió en él de amanuense
para la extensión de dicha Acta General: "Que la mente del Capítulo General
era, y lo que por dicha Acta se mandaba es que una familia no tenga más vo-
tos que otra en esta Provincia, sino que ambas estén siempre en igualdad y
equilibrio; salvo cuando los votos fueren nones; que entonces, si en un
Capítulo una familia tiene un voto más, en el siguiente la tenga la otra familia
que antes lo tuvo de menos: y que sea por razón de Alternativa rigurosa, o por
rigurosa promediación, como todos los votos estén iguales sin exceso de una
parte sobre otra, se cumple con dicha Acta General y se observa cabalmente
lo que por ella se mandaba: y en este sentido de rigurosa
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO PRIMERO 515
alternativa para los seis oficios y empleos, y de rigurosa promediación para
todos los demás de voto y no voto, admitió el citado Capítulo Provincial el
Acta del Capítulo General".
En carta de 6 de Julio de 1746 en Manila y dirigida a N. P. Vicario Gen-
eral Fr. Francisco de Santa Isabel por el Definitorio, le dicen que en Junta de
Definitorio pleno habida en el Convento de Manila el 18 de Junio del mismo
1746 habían resuelto someter a la aprobación de su Reverendísima los puntos
siguientes, que ya fueron propuestos en el Capítulo de 1743:
1.º Que disminuya el número de votos Capitulares por ser excesivos;
pues en el Cap. del 43 hubo 30 votantes, lo cual es contra la paz y buen go-
bierno, y contra la administración; pues los PP. Capitulares están fuera de sus
Ministerios unos 6 meses, con muchos gastos y abandono de todo, pues nadie
les sustituye. Le proponen que sean Votos el Provincial, Definidores, los Pa-
dres de Provincia que hubiere, los Priores de Manila, Bagumbayan, Cebú,
Cavite, San Sebastián, Masinloc, Tandag, Calapán y Calamianes. Y como el
Voto de Procurador de Provincia es por Breve Pontificio, se saque un Contra
Breve y se suprima.
2.º Que con respecto a la Alternativa establecida el año 1722, que el Prior
de Manila sea de la familia del Provincial electo, pues de lo contrario hay
muchos roces y disgustos: y como cuando se estableció, por casualidad fué
electo uno de distinta familia, sigue así con gran perjuicio para la observancia
y la paz y unión; y aunque para el arreglo sea necesario que el Prior de Ma-
nila lo sea por seis años, se compensará dando otro Priorato principal a
aquella familia a la cual, según el orden guardado hasta ahora, tocaba ser
Prior de Manila.
3.º Que siendo imposible administrar bien los Ministerios con la actual
división, muriendo algunos feligreses sin sacramentos, se ha hecho nueva
división de Partidos, nombrando Vicarios Priores independientes de los de
Cabecera, en esta forma:
En el partido de Tandag se ha erigido nuevo Vicario Prior en la Cabe-
cera de Calagdaan con otro pueblo anejo.
En Siargao, Higaquet con dos pueblos más. En Butuan, Mainet con dos
pueblos más.
En Cagayán, Camiguín con dos pueblos más. En Masbate, Ticao con
516 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
dos pueblos más. En Romblón, Banton con res pueblos más. En Tay-
tay, Calatan.
Firman el Acta Fr. Roque de la Madre de Dios, Provincial; Fr. Benito de
San Pablo, Provincial absoluto y Definidor; Fr. Francisco de la Encarnación,
Provincial absoluto y Definidor; Fr. Francisco de la Asunción, Definidor; Fr.
Pedro de Jesús, Adito; Fr. José de la Concepción, Provincial absoluto; Fr.
José de la Soledad, Provincial absoluto, Presidente".
El Definitorio General en Junta de 24 de Julio de 1747 aprobó los puntos
propuestos1.

1
Arch. Prov. Carp. 81, leg. 6.º núm. 10.
ARTÍCULO II
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón: Nombramientos. –Capitulo General: Elec-
ciones. –Capítulo Provincial de la Candelaria: Determinaciones y nombramientos.
–Una carta interesante.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró
en nuestro Convento de Calatayud el año 1748.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Miguel de San Agustín, L. J.
Definidor: R. P. Fr. Martín de los Dolores.
Prior de Zaragoza: R. P. Fr. Miguel del Santísimo Sacarmento.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Miguel de San Guillermo.
Maestro de novicios: R. P. Fr. Agustín de San Juan Crisóstomo.
Sacristán: R. P. Fr. José de San Francisco.
Vicerrector del Colegio: R. P. Fr. Antonio de San Agustín.
Prior de Alagón: R. P. Fr. Diego de la Soledad.
Prior de Borja: R. P. Fr. Francisco de San Roque.
Subprior de íd.: R. P. Fr. Pedro de San Nicolás.
Prior de Guisona: R. P. Fr. Juan de San Antonio, Predr.
Prior de Zuera: R. P. Fr. José de San Miguel, Predr.
Prior de Barcelona: R. P. Fr. José de San Alejo, L. J., Calificador del
Santo Oficio, ex Provincial y cuatro veces Prior de
Barcelona.
Secretario: R. P. Fr. Francisco de Santa Mónica.
518 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
En el Convento de Borja había, además del Prior y Subprior, 10 Re-
ligiosos de Comunidad1.

Capítulo General
que se celebró en nuestro Colegio del Santísimo Sacramento de la villa de
Almagro
el día 1 de Junio de 17482.

Elecciones
Vicario General: Rmo. P. Fr. Francisco de Nuestra Señora de Guadal-
upe, L. J.

Definidores
Por Aragón: P. Fr. Pedro de Jesús, L. J. y Calificador del Santo
Oficio.
Por Filipinas: P. Fr. Alonso de la Madre de Dios, L. J. y Calificador
del Santo Oficio.
Por Andalucía: P. Fr. Juan de San Basilio, L. J., Calificador del Santo
Oficio y ex Provincial.
Por Tierra Firme: P. Fr. Pedro de San Francisco de Asís, L. J., Califica-
dor del Santo Oficio, ex Provincial y Cronista Gen-
eral.
Procurador en Roma: P. Fr. Pedro de Santa María, Predicador.
Secretario: P. Fr. Ignacio de Santa María.

Capítulo Provincial de la Candelaria


En el Capítulo Provincial celebrado en Bogotá el día 13 de Septiembre de
1748, se determinó, entre otras cosas, lo siguiente3:

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
2
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 86.
3
Arch. Gen. Carp. F.
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 519
"Que el P. Vicario Provincial, en conformidad con lo determinado por
N. V. P. Vicario General y su Congregación, nombrado que sea por el V. P.
Provincial, tenga asiento y precedencia a los PP. Priores, y tanta jurisdicción
cuanta el V. P. Provincial le diere".
En este Capítulo se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: P. Francisco de San Joaquín, por 13 votos, Lector, re-
visor de libros y examinador sinodal del arzobis-
pado.
Definidores: PP. Juan Eusebio de San Agustín, Vicente de Santo
Tomás, Salvador de San Jerónimo y Lucas de San
Joaquín.
Aditos: PP. José de San Rafael, Fernando de la Encarnación y
Lorenzo de San Jerónimo.
Rector de Bogotá: P. Luis de la Concepción, Lector.
Vicerrector de íd.: P. José del Espíritu Santo.
Prior del Desierto: P. Fernando de Santa Ana.
Subprior de íd.: P. Marcos de Santa Teresa.
Prior de la Popa: P. Juan de Dios.
Subprior de íd.: P. Lázaro de San José.
Prior de Panamá: P. Pedro de San Miguel.
Subprior de íd.: P. José de San Jerónimo.
Prior de Honda: P. José de San Rafael.
Prior de Tunja: P. Clemente de San Pablo.
Secretario: P. Lucas de San Miguel.
Maestro de novicios: P. Francisco de Jesús.
Procurador: P. José de San Jacinto.
Por considerarla de importancia, transcribimos la siguiente carta:
"V. P. N. Vicario Ceneral.=Amado Padre y Señor mío: Tengo escrito y
dado noticia a V. R.ª de la celebración del Capítulo Provincial de esta mi
Provincia de Tierra Firme, en que por divina disposición fui electo en Provin-
cial de esta santa Provincia, cum plenitudine sufragiorum, sine ulla contradic-
tione, con universal aclamación, sí (Deo gratias) de toda mi Provincia y de
toda esta ciudad y Reino; si bien mi antecesor se ha demostra-do apesadum-
brado; y el P. ex Provincial Fr. Bernardo de San Javier; quienes parece supli-
can a V. R. mande Visitadores Generales, especificando sujetos.
Quisiera, V. P. Ntro., hablarle con la ingenuidad que he profesado, y
con la veneración de hijo a Padre. La Provincia (Deo sic dante), goza de una
suma paz y tranquilidad; los Religiosos todos (a excepción de mi antecesor
520 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
el V. P. ex Provincial Fr. Víctor de San José y el P. ex Provincial Fr. Ber-
nardo), se hallan omnino gustosos con el Provincial y con los Priores, siendo
todos mi amor, y yo el amor de todos mis Religiosos. Los Conventos se
hallan en suma regular observancia; hay la oración mental, coro y pausa y
clausura que nuestras leyes previenen. No hay cuentos (que los hubo con ex-
ceso el año de 42), no enemistades, no disensiones, no sentimientos antes
bien, es este el tiempo en que goza mi Provincia de una paz octaviana. En
esta suposición me parece no necesita de Visitador General; antes medito yo
sería la Visita causa de muchas inquietudes. Por lo que suplico a V. R. no dé
asenso a los que descontentos escriben; si bien cualquiera determinación de
V. Reverendísima obedeceré con el amor y rendimiento de hijo.
El V. P. Ex Provincial Fr. Alonso de San Nicolás, Lector Jubilado, y el
V. P. Ex Provincial Fr. José de la Ascensión escriben sobre este mismo
asunto a V. R. y tienen dada amplia noticia de mi persona.
Yo quisiera dar a V. R. noticia de mí; (y si bien en poder de N. V. P. Ex
Vicario General Fr. Francisco de Santa Isabel paran informes de esta Real
Audiencia, del V. Deán y cabildo secular, Provinciales, Rectores y Regentes
de esta Corte, en que le hacen una clara inscripción de mi proceder, progreso
en los estudios, estabilidad en la cátedra y púlpito, que se hicieron a fin de
libertarme de las calumnias que el año de 1742 intentó la emulación impon-
erme, y asimismo (quod est melius), un informe de toda la Provincia y su V.
Definitorio), con todo eso, si bien con el rubor que me preocupa, daré a V. R.
una breve noticia de mi vida, a fin de que conozca el Padre al hijo.
De edad de nueve años tomé la beca en el Colegio Real y Mayor del
Rosario de la Universidad de Santo Tomás, en donde estudié latinidad. De
once años tomé el hábito de devoción en este Colegio de San Nicolás de To-
lentino; y de la misma edad entré a oír el curso de filosofía; con dispensación
del V. Provincial y su Definitorio continué la teología. De edad de 18 años
comencé a leer la cátedra de filosofía; continué la lectura de teología; y com-
pleto once años de catedrático. Los Lectores del curso antecedente, el de éste
de filosofía y dos Lectores de teología son mis discípulos; y lo es también el
Prior que es hoy del Convento de Panamá. De 26 años de edad fui electo Rec-
tor de este Colegio con universal gusto de esta ciudad; el que consumé amado
y querido de todos mis conventuales. Este año de 48 fui electo Provincial
(cuento ya 30 años), con universal aclamación de toda mi Provincia (a excep-
ción de mi antecesor), y regocijo de esta Corte: no omito el especial
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS. ARTÍCULO SEGUNDO 521
placer que ha sido para el señor Arzobispo, quien creo escribe a V. R.ª:–
Molesto así a V. R.ª porque la calumnia que mi V. Antecesor me opone es mi
mocedad (que en mí no es culpa); y por la misericordia del Señor la he em-
pleado en servicio de mi Provincia.
Once años he leído; y defendido trece conclusiones públicas con asis-
tencia de todas las Universidades, Colegios y Academias de esta Corte, dedi-
cadas a los señores Arzobispos, Presidentes y Audiencias (es costumbre ya
antigua defenderse públicamente en esta Provincia, a que ha concurrido la
aprobación de muchos de los VV. antecesores de V. R.ª): ahora me impido
con el empleo de seguir el año que me falta para completar los 12 de lectura.
Por lo que a V. R. como a mi padre suplico el que me dispense el año que me
falta y me despache patente de Lector Jubilado, si puede ser sin detrimento de
la justicia ni ejemplar.
Tengo suplicado a V. R.ª en las antecedentes me dé orden a quién y en
dónde he de entregar las colectas generales de mi tiempo, cuya determinación
espero.
Con el Rmo. P. Fr. Eugenio Ibáñez, Comisario General de Indias de
San Francisco espero dar larga noticia del estado de la Provincia; y este
mismo Religioso espero en Dios dará a V. R.ª plena satisfacción de lo que se
ha acá ejecutado. Y en tanto pido a Dios guarde a V. R.ª muchos años para
amparo de la Congregación.=Santa Fe de Bogotá, Diciembre 1 de 1748.=V.
P. N.=B. L. M. de V. R.ª su menor hijo y fiel súbdito,=Fray Francisco de San
Joaquín"1.

1
Ibid.
CAPÍTULO XLIII
ARTÍCULO I
El P. Antonio de San Agustín
Sumario: Sus primeros años. –Religioso ejempIar. –Testimonio elocuente de su vida. –
Pasa a Filipinas. –Muere en el mar.

No son los hechos gloriosos ni los heróicos sacrificios los que obligan a
trasmitir a la posteridad el nombre de este joven Religioso, sino su vida ino-
cente y candorosa, llena de ardentísimos deseos de realizar aquellos heroicos
sacrificios por la salvación de sus prójimos, deseos que, por inescrutables
juicios de Dios, quedaron sepultados en el abismo del mar.
Nació el P. Antonio de San Agustín en la villa y Corte de Madrid el día
21 de Junio de 1723, y fué bautizado en la iglesia parroquial de San Sebastian
de dicha Corte el día 25 del mes citado. Fueron sus padres Don Matías Vil-
laseca, natural de San Antolín en Galicia y Doña María Esteban de la Puebla,
ambos del arzobispado de Santiago, virtuosos y ricos vecinos de Madrid; los
cuales educaron con todo esmero y solicitud a su hijo Antonio, como corre-
spondía a sus virtudes y a su abundancia de bienes materiales. Salió Antonio
notablemente aprovechado en los estudios de humanidades, pero mucho más
en la práctica de las virtudes cristianas; porque Dios le había dotado de tan
bella índole, que todos sus actos aparecían como circuidos por un halo de
candor angelical que atraía hacia sí la admiración de todos.
Por eso, no sólo no se extrañaron sus padres sino que experimentaron una
grande alegría, cuando su hijo les manifestó su resolución de entrar en nuestra
Recolección Agustiniana.
Admitido a ella, recibió nuestro santo hábito de manos del P. Prior Fr.
Francisco de la Asunción en el Convento de Nuestra Señora de Copacavana
de Madrid el día 15 de octubre de 1743: y habiendo pasado el año de
524 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
probación con edificación de todos los Religiosos, profesó el día 16 de Octu-
bre del año siguiente, siendo Provincial de Castilla el P. Pedro de la Concep-
ción, Lector Jubilado y Calificador del Santo Oficio.
Mientras llegaba el tiempo de que empezase sus estudios, lo destinó la
obediencia al Convento de Maqueda, donde fué el modelo y la admiración de
todos.
Llegado el tiempo señalado por la ley, le enviaron los Superiores a
nuestro Convento de Santa Cruz de la Sierra para estudiar filosofía, a la cual
se dedicó con verdadero ahínco, pero entregándose con preferencia a la ob-
servancia religiosa y a la práctica de todas las virtudes; de tal modo que su
confesor, que era el P. Lector Fr. Andrés de la Santísima Trinidad, dejó con-
signada, después de su muerte, la siguiente declaración: "Confesé al Padre Fr.
Antonio de San Agustín como tres años, y puedo decir que en todo este
tiempo no le encontré culpa grave en su conciencia; y siendo su modo de con-
fesarse en todos los días que manda la ley, puedo asegurar así mismo no le
hallé jamás culpa grave, sino algunas leves imperfecciones propias de la ni-
ñez y puericia, originadas de la falta de conocimiento de semejante edad.
Puedo asegurar también que, luego que en este Religioso amaneció la luz de
la razón, puso tanto cuidado en el cultivo de su alma que, arrancando de una
vez la cizaña de las pasiones e inclinaciones, plantó en todo el campo de su
alma el huerto de las mejores y más escogidas flores de virtudes".
Si no es este el elogio de la santidad, ignoramos qué se necesita para lla-
mar a uno santo.
Por eso, en el alma tan llena de virtudes del P. Antonio no podía faltar el
celo por la salvación de las almas, empujado por el espíritu de abnegación y
sacrificio.
Y apenas supo que había llegado a España el P. Comisario Fr. Anselmo
de San Agustín con el objeto de llevar Misioneros a Filipinas, pidió hu-
mildemente ser admitido como uno de ellos, y salió para Puerto Real a incor-
porarse con los cuarenta y uno que se habían alistado, llegando a Cádiz el 9
de Noviembre de 1748. Allí se ordenó al poco tiempo de sacerdote, recibi-
endo las órdenes sagradas de manos del Iltmo. y Rmo. Sr. Obispo de Cádiz
Don Fray Tomás del Valle: y desde entonces se estuvo preparando con una
vida inmaculada adornada de actos de todas las virtudes para el momento
solemne de su primera misa, que la celebró con grande gozo de su alma en la
iglesia de San Telmo de dicha ciudad el día 1 de Enero de 1749.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO PRIMERO 525
El día 10 de Enero, según el registro de la Congregación, o el 13 de
Febrero, según el del Provincialato, del mismo año, salió la Misión de Cádiz
con rumbo a Méjico; y el P. Antonio pagó su tributo al mareo que sienten, en
general, los que se embarcan por primera vez. Pero el día 9 de Marzo se sintió
atacado de una fiebre maligna, que fué aumentando hasta el día 12; en que,
viendo que se hallaba de suma gravedad, recibió con gran fervor los sacra-
mentos de penitencia y extremaunción, no pudiendo recibir el santo Viático,
porque cuando se conoció que estaba en peligro de muerte eran las cuatro de
la tarde, hora en que en aquel lugar y circunstancias era imposible darle tan
gran consuelo espiritual. Al poco rato, en ese mismo día 12 de Marzo de
1749, entregó plácidamente su espíritu al Señor con la paz de los justos, sin
que se le oyera otra palabra que los dulcísimos nombres de Jesús y María;
quedando su cuerpo, y principalmente su rostro tan fresco y con tan buenos
colores como cuando vivía, como lo vieron y testificaron todos los combarca-
nos.
El día 13 se procedió al fúnebre y tristísimo acto de arrojar su cadáver al
mar para que le sirviese de sepultura la inmensidad del océano; y notaron
todos que lo mismo fué llegar el cuerpo a las aguas, que empezar, de repente
a soplar un viento favorable, con el cual el navío, que llevaba ocho días casi
parado a causa de una absoluta calma, comenzó a bogar rápidamente sobre su
ruta directa, devolviendo la alegría a todos los pasajeros; los cuales unánimes
lo atribuyeron a beneficio del Señor por intercesión del P. Antonio de San
Agustín, a quien tenían por santo: y por ello dieron rendidas gracias a Dios,
mientras adoraban reverentes sus inescrutables designios1.

1
Arch. Prov. Necrol. lib. 1.º fol. 53 vto.
ARTÍCULO II
Dos Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Castilla: Nombramientos. –Capítulo Provincial de
Filipinas. –Elecciones.

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el mes de Abril de 1749.

Nobramientos
Provincial: R. P. Fr. Domingo de San Diego, L. J.
Definidores: P. Fr. Gabriel de la Cruz.
P. Fr. José de la Cruz.
Prior de Madrid: P. Fr. José de Jesús María, Predicador.
Subprior de íd.: P. Fr. Miguel de San Cayetano.
Maestro de novicios: P. Fr. Andrés de la Madre de Dios.
Prior de Santa Cruz de la Sierra: P. Fr. Miguel de San Agustín,
Predr.
Prior de Valladolid: P. Fr. Bartolomé de Santiago.
Prior de Toledo: P. Fr. Francisco de la Asunción, Predr.
Subprior de íd.: P. Fr. Manuel de la Encarnación.
Sacristán de íd.: P. Fr. Lorenzo de la Concepción.
Rector de Salamanca: P. Fr. Pablo de San Nicolás, L. J.
Prior de La Nava: P. Fr. Rudesindo de San José, Predr.
Secretario: P. Fr. Alonso de Santa Rita1.
Prior del Portillo (Fuensanta): P. Fr. Juan de la Soledad.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 102.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 527

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas


que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila
en los días 25 al 28de Abril de 17491.
Fué presidido por el primer Definidor Fr. Benito de San Pablo, Ex Pro-
vincial.
En él se aprobaron seis Actas y nueve Determinaciones, todas de go-
bierno interior.
Las elecciones dieron el siguiente resultado:
Provincial: P. Fr. Francisco de la Encarnación, Lector Jubilado y
Calificador del Santo Oficio.
Definidores: PP. Fr. Juan de San Antonio, Ex Provincial; Fr. José
de la Concepción, Ex Provincial; Fr. Mateo de la
Encarnación; y Fr. Miguel de San Marcial.
Aditos: Primero por la Provincia de Castilla, Fr. Cayetano de
San Vicente Ferrer; Segundo por dicha Provincia,
Fr. José de Jesús María; Primero por la Provincia de
Aragón, Fr. José de la Virgen del Niño Perdido; y
Segundo por dicha Provincia, Fr. Pedro de Jesús.
Para votar en el Capítulo General próximo futuro se eligieron los siguien-
tes:

Primeros Definidores Generales de Filipinas.


1.ª Vida. El P. Fr. Francisco de San Jerónimo, Ex Provincial.
2.ª Vida. El P. Fr. Juan de los Reyes, Ex Definidor.
3.ª Vida. El Prior del Convento de Toledo.

Segundos Definidores Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Miguel de Jesús María, Ex Provincial.
2.ª Vida. El P. Fr. Alonso de San Pablo.
3.ª Vida El P. Rector del Colegio de Zaragoza.

1
Arch. Prov. Lib. 3.º de Becerro, fol. 31 y siguientes.
528 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Primeros Discretos Generales.


1.ª Vida El P. Fr. Cristóbal de S. Agustín, por la Provincia de
Andalucía.
2.ª Vida El P. Fr. Gaspar de San Nicolás.
3.ª Vida El P. Prior del Convento de Granada.

Segundos Discretos Generales.


1.ª Vida. El P. Fr. Francisco de Santa Rita.
2.ª Vida. El P. Fr. Juan de San Ambrosio, de Aragón.
3.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.

Prior de Manila: P. Fr. Agustín de San Antonio.


De Bagumbayan: P. Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva.
De Cebú: P. Fr. Sebastián de Santo Tomás de Villanueva.
De Cavite: P. Fr. José de la Soledad, Ex Provincial.
De San Sebastián: P. Fr. Cosme de la Virgen del Pilar.
De Masinloc: P. Fr. Mamés de San Lamberto.
De Bolinao: P. Fr. Antonio de la Virgen de Torrillas.
De Mariveles: P. Fr. Cipriano de San Basilio.
De Tandag: P. Fr. Tomás de la Concepción, alias, Confitero.
De Butuan: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
De Siargao: P. Fr. Marcos de San Lorenzo.
De Cagayán: P. Fr. Agustín del Rosario.
De Romblón: P. Fr. Roque de la Virgen del Carmen.
De Calapán: P. Fr. Andrés de Jesús María.
De Taytay: P. Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
Secretario y Socio del Provincial: P. Fr. Miguel de San Agustín.
Procurador de Provincia: P. Fr. Antonio de la Virgen de los Reme-
dios.
Subprior de Manila: P. Fr. Manuel de San Vicente Ferrer.
Vicario Prior de Iba: P. Fr. Alonso de San Gabriel.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 529
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Juan de los Dolores.
Vicario Prior de Masbate: P. Fr. José de San Bruno.
Vicario Prior de Bislig: P. Fr. Francisco de la Virgen de Magallón.
Vicario Prior de Cuyo: P. Fr. Francisco de San Antonio.
Vicario Prior de Culión: P. Fr. José de la Asunción.
Vicario Prior de Calavite: P. Fr. Francisco de San Miguel, alias,
San Clemente.
Vicario Prior de Bongabon: P. Fr. Tomás de Santiago.
Vicario Prior de Subic: P. Fr. José de Jesús María.
Vicario Prior de Nauhan: P. Fr. Manuel de San Esteban.
Vicario Prior de Babayan: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
Vicario Prior de Agutaya: P. Fr. Magín de Santo Tomás de Vil-
lanueva.
Vicario Prior de Camiguín: P. Fr. Francisco de la Concepción.
Vicario Prior de Ticao: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Vicario Prior de Banton: P. Fr. José del Rosario, alias, Firmat.
Vicario Prior de Calatan: P. Fr. Francisco de San Miguel, alias,
Leganés.
Sacristán de Manila: P. Fr. Tomás de San José, alias, Arajal.
ARTÍCULO III
El P. José de San Alejo
Sumario: Muere en Barcelona. –Cargos que obtuvo en la Orden. –Obras que llevó a
cabo. –Su muerte edificante.

En cinco días del mes de Mayo de 1749, siendo Vicario General N. Padre
Fr. Francisco de Nuestra Señora de Guadalupe, y Prior Provincial N. P. Fr.
Miguel de San Agustín, murió en este Convento (de Barcelona), N. P. Fr.
José de San Alejo, Lector Jubilado, ex Provincial, Calificador de la Suprema,
y cuatro veces Prior de esta Casa, de edad 67 años, y de hábito 53, pues lo
tomó a los 14 años. Era natural de la ciudad de Solsona, en el Principado de
Cataluña. Fué celosísimo del estado Religioso. Aplicóse sobremanera en la
fábrica de este Convento, en que se gastó treinta mil libras de moneda del
Principado, sin otras correspondencias filiales que siempre tuvo a su Madre (y
nuestra) la Religión; de quien decía a boca llena había recibido, después de
Dios, todo el ser que tenía. Fué su enfermedad una sofocación de pecho; la
cual llevó con tanta resignación y paciencia, que sirvió de grandísimo ejem-
plo a todos los Religiosos y personas seculares que repetidas veces lo visi-
taron. Pero donde más se experimentó su resignación fué en los últimos
trances de su vida; y muy en particular al tiempo que recibía a Nuestro Señor
Sacramentado; en cuyo paso fueron tales las muestras de resignación, pacien-
cia y arrepentimiento de sus culpas, que obligó a los Religiosos que en dicho
acto se hallaban a derramar las lágrimas. Recibió asimismo el Santísimo Sac-
ramento de la Extrema Unción, el que su Reverencia mismo pidió por dos o
tres veces. Confesóse en su enfermedad repetidas veces con grandes muestras
de dolor y sentimiento de sus pecados. De donde
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 531
píamente inferimos que su alma descansa ya en la gloria: ubi requiescit in
pace1.
Este fué el principal promotor del pleito entre Catalanes y Aragoneses,
que pretendía formar la Provincia de Cataluña independiente de la de Aragón.
Al recordarlo aquí, lo hacemos para que se vea que, si tuvo un momento de
obcecación en vida, arrepentido después, tuvo una muerte preciosa a los ojos
del Señor.

1
Arch. Deleg. Barcelona. Lib. Necrol. Agust. Descalzos, núm. 54.
ARTÍCULO IV
La tazmía del Colegio de Almagro
Sumario: Pobreza de los Conventos. –Los diezmos. –Privilegio de los Religiosos. –
Pleito contra el Colegio de Almagro. –Excomulgado y puesto en tablillas. –Mas
pleitos. –Sentencia absolutoria.

Todas las Casas de nuestras tres Provincias de España procuraron siem-


pre, como era natural, adquirir fincas y propiedades con cuyas rentas pudie-
sen atender a sus muchas necesidades: pero, en general, las adquirían con
tantas cargas y tales censos, que en vez de alivio constituían un verdadero
gravamen para la Comunidad: habiendo Convento que guardaba en su ar-
chivo hasta cien y más escrituras de propiedad, y, sin embargo, se hallaba en
la miseria.
Uno de éstos era el Colegio del Santísimo Sacramento de la villa de Al-
magro de la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía; el cual, a
juzgar por las propiedades que poseía, aparecía verdaderamente rico; pero
estaba sujeto a tan enorme tributación, que nunca salía de apuros, aun ape-
lando a ciertas supresiones y a la adopción de algunas medidas con el per-
sonal joven muy poco conformes con la observancia religiosa.
Entre otras gabelas anejas a las escrituras de fundación o adquisición de
predios rústicos se contaba la tazmía.
El Papa, como supremo Jerarca, concedió a los reyes y príncipes cris-
tianos la facultad de percibir los diezmos de los frutos, como Grandes
Maestres de las Ordenes Militares; con cuyas rentas se formaron las En-
comiendas mediante las concesiones y privilegios apostólicos, por las glorio-
sas conquistas y la mucha sangre derramada en las expediciones contra los
sarracenos. Pero reconociendo los Sumos Pontífices que a los Religiosos, que
tanto contribuían a tan heróicas empresas y que eran los encargados de su-
ministrar el pasto espiritual a todos los fieles, no se les compensaba debida-
mente su trabajo, les concedieron el privilegio de no pagar los diezmos de las
haciendas que adquiriesen por cualquier título.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 533
El Colegio de Almagro tenía heredades situadas en terrenos sujetos a la
tazmía de la Encomienda de El Pozuelo, a la cual pertenecían dos partes de
los diezmos de granos, uva, aceituna y ganados; y la tercera parte a la Digni-
dad de Arcediano de Calatrava.
En años antiguos, la Excma. Sra. Condesa de Oropesa, Comendadora de
dicha Encomienda, y en su nombre su Administrador Don Martín de Rosales
y Garnica intentó cobrar las dos terceras partes de dichos diezmos, alegando
para ello su legítimo derecho. Con este motivo hubo controversia extrajudi-
cial, aunque no hubo pleito en forma: y, a pesar de que dicho Administrador
reconoció el buen derecho y los privilegios de la Comunidad del Colegio de
Almagro, como la Condesa insistía en el cobro de su parte, y como el Colegio
no tenía recursos pecuniarios para litigar contra la Condesa Comendadora, se
vió obligado a pagar a ésta la mitad del diezmo de uva y aceituna; pero no de
granos ni de ganados ni de otra cosa alguna: pues nunca hasta entonces había
pagado el Colegio nada a nadie por ese concepto.
Después de este atropello, el Colegio de Almagro continuó en el uso
pacífico de su privilegio por muchos años. Pero el año 1717 el Arcediano de
Calatrava le reclamó la tazmía, y le entabló pleito. Todos los Cogedores y
Administradores que habían sido de la Dignidad Arzobispal y del Arcedi-
anato de Calatrava declararon unánimes que el Colegio nunca había pagado el
tercio de los diezmos; y lo acreditaron presentando las correspondientes car-
tas de pago: lo mismo declararon con perfecta unanimidad todos los testigos
de la parte contraria; y con ellos lo atestiguó Don Eugenio Grande, vecino de
la villa de Miguel Turra y escribano de su Majestad, que había sido Recoge-
dor de los diezmos y del tercio de la Dignidad y Arcedianato desde el año
1703 hasta el de 1716; afirmando que él siempre dió conocimiento a la Dig-
nidad y Arcedianato de que no cobraba nada del Colegio; y que nunca se le
díó orden de cobrar. El Colegio por su parte alegó que su pobreza era tan ex-
trema que no podía mantener a sus Religiosos, y que había contraído tantas
deudas que para disminuirlas se vió obligado a suprimir el curso de Artes y
filosofía.
Todo fué inútil: el Arcediano de Calatrava llevó adelante el pleito, dando
lugar al monumental escándalo que brota de los documentos siguientes:
"El Doctor Don Francisco de Contreras y Castro, Catedrático de
Vísperas en Cánones de la Universidad de esta ciudad de Toledo, y Teniente
de
534 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Contador mayor, Juez ordinario de rentas decimales en ella y todo su arzobis-
pado: Hago saber al R. P. Rector o Prior del Colegio de Religiosos Agustinos
de la Villa de Almagro, y a la persona o personas por cuya cuenta y a cuyo
cargo hubiere estado y estuviere la administración de la hacienda de viñas,
tierras y olivas y ganado lanar que dicho Colegio tiene en diezmería del
campo de la Membrilla, a quienes este mi mandamiento fuese notificado, y en
la notificación del expresado y aquí por expresos, que ante mí se presentó la
petición del tenor siguiente:
Petición:=Francisco de Nava y Tamayo, en nombre del Sr. Don
Raimundo de Villasis Manrique de Lara, Arcediano de Calatrava, Dignidad y
Canónigo de la santa iglesia de esta ciudad, y en virtud de su poder, que pre-
sento y juro ante Vuestra Real Merced, parezco como más haya lugar, y digo:
Que a su Señoría toca y pertenece privativamente, como es notorio, por razón
de su dignidad, el tercio de todos sus diezmos de todo género de frutos que se
cogen en las diezmerías de Torralba, Miguelturra, Fernán Caballero y el
Campo de la Membrilla en dicho campo de Calatrava. Y siendo esto así,
ahora nuevamente ha llegado a noticia de su Señoría, mi parte y mía en su
nombre, que el dicho Colegio de Religiosos Agustinos de la Villa de Almagro
tiene en el campo de la Membrilla diez mil olivas, de que se dice ha cogido
más de mil fanegas de aceituna; y sólo pagó por diezmo redondo veinte fane-
gas; de que sólo se cobró el tercio por el poder habiente de dicho Señor, mi
parte; y también muchas viñas, de que cogerá en cada un año mil y quinientas
arrobas de vino; y como setecientas fanegas de cebada y trigo y otras semil-
las. Y así mismo, en dicho término tiene un hato de ganado lanar grande; y
sin motivo ni razón que para ello tenga dicho Colegio, se excusa de pagar el
tercio entero del diezmo que del fruto de dichas olivas, viñas y tierras per-
tenece a su Señoría, mi parte; a que no es justo se dé lugar. Para cuyo reme-
dio,=A Vuestra Merced suplico mande despachar su mandamiento con censu-
ras precisas de latae sententiae contra el P. Rector o Prior de dicho Colegio o
contra quien lo sea parte legítima, para que dentro de un breve término dé y
pague a su Señoría, mi parte, o a quien su poder hubiere, el tercio de todos los
diezmos que hubiere adeudado de las olivas, viñas y tierras, con distinción de
frutos, en dichas diezmerías del campo de la Membrilla y demás verzoleros, a
su Señoría dándolos y pagándolos con tazmía jurada con tercero, según estilo
de este Arzobispado: sobre que hago los pedimentos
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 535
necesarios, justicia, costas y juro, etc.=Tamayo.=Y así presentada la dicha
petición, y por mí vista, mandé dar el presente: y por su tenor mando se noti-
fique al dicho P. Rector o Prior del Colegio de Religiosos Agustinos de la
dicha Villa de Almagro, y a la persona o personas por cuya cuenta y a cuyo
cargo hubiere corrido y corriere la administración de la hacienda de viñas,
tierras, olivas y ganado lanar que dicho Colegio tiene en diezmería del campo
de la Membrilla, a quienes este mi mandamiento fuere notificado, según di-
cho es, que luego que así les fuere notificado, y por ante escribano o notario
quede fé de tazmía jurada con tercero, según estilo de este arzobispado, de-
clarando el dicho R. P. Rector o Prior del dicho Colegio de Religiosos
Agustinos de Almagro, o persona o personas que hubiere administrado y ad-
ministre la dicha hacienda y ganado lanar aparte; y aparte el tercero o terceros
que nombraren en que conste los diezmos de granos, semillas, uva, aceituna,
corderos, queso y lana que dicho Colegio hubiere adeudado en los años que
han disfrutado la dicha hacienda y ganado lanar, hasta frutos del pasado de
mil setecientos y diez y siete inclusive, con expresión de cada año y frutos. Y
dado en dicha tazmía el tercio del entero de todos los dichos diezmos que por
ella constare haber adeudado, le den y paguen al dicho Sr. Don Raimundo de
Villasis Manrique de Lara, o a quien su poder hubiere, dentro del tercero día,
primero siguiente al de la notificación que en virtud de este mandato se les
hiciere; y uno y otro lo cumplan en virtud de santa obediencia, y so pena de
excomunión mayor, trina canonica monitione en derecho premissa, latae sen-
tentiae, en que doy y declaro por incursos a los que rebeldes fueren, siéndoles
notificado y no dando la dicha tazmía y haciendo la dicha paga del dicho ter-
cio de diezmos de todos los expresados, dentro del referido término. Y
cometo y mando al Cura propio, o su lugarteniente, de la parroquial de la di-
cha Villa de Almagro y demás de este Arzobispado en cuyo distrito estuviese
dicho Colegio y fuese parroquiano el dicho R. P. Rector o Prior de él y demás
personas administradoras de la referida hacienda, que, constándoles de la no-
tificación y no del cumplimiento, les hayan, tengan, denuncien y publiquen
por públicos excomulgados en sus iglesias todos los domingos y fiestas de
guardar, a las misas mayores al tiempo del Ofertorio, según estilo de este Ar-
zobispado; no les absuelvan, ni les admitan a las Horas canónicas y Oficios
divinos, hasta que les conste haber dado la dicha tazmía y pagado el tercio de
todos los dichos diezmos, o vean mandamiento mío en contrario, en que ha-
yan merecido beneficio de absolución. Y mando pena de
536 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
excomunión mayor a cualquiera escribano o notario, clérigo, sacristán o
coronado le notifique a quien fuere notificado, y de ello dé fe.=Dado en
Toledo en trece de Junio del año de mil setecientos y diez y ocho.=Don Fran-
cisco de Contreras y Castro.=Por su mandado, Gabriel de Arteaga, Notario
por el escribano de rentas".
"En la Villa de Almagro en veinte y tres días del mes de Junio de mil
setecientos y diez y ocho años, yo el escribano notifiqué e hice saber las letras
o despacho de las dos hojas antecedentes al M. R. P. Fr. Diego de la San-
tísima Trinidad, Rector, en su Convento y Colegio del Santísimo Sacramento,
Orden de nuestro Padre San Agustín de Recoletos de esta dicha Villa, y por
su Rma. entendido su tenor.=Dijo se da por modificado; y que lo que toca al
tiempo de su Rectorado, que es desde el año de setecientos y diez y siete,
tiene este Colegio pagado lo que debe y le toca pagar por sus diezmos por lo
respectivo a la hacienda que tiene en el campo de la Membrilla y en las
demás partes que este Colegio tiene hacienda. Esto respondió; de que doy fe y
lo firmo.
Sin que al Colegio valieran para nada su derecho, sus privilegios y la cos-
tumbre en contra que le favorecía, con fecha 17 de Agosto de 1718. "el Li-
cenciado Don Gonzalo de la Fuente, canónigo de la santa iglesia catedral de
Toledo, Contador Mayor, y Juez ordinario de Rentas diezmales en ella y todo
su Arzobispado, condenó al P. Fr. Diego de la Santísima Trinidad, Rector del
Colegio del Santísimo Sacramento de Agustinos Recoletos de la villa de Al-
magro, a pagar el tercio del entero del diezmo de corderos, queso y lana,
desde el año 1714 hasta el de 1717, ambos inclusive; y la mitad del tercio del
diezmo de uva y aceituna que en dichos años ha dejado de pagar dicho Con-
vento"1.
Con esta sentencia quedó completamente arruinado el Colegio de Al-
magro; y muy pronto se dejaron sentir sus lamentables consecuencias en toda
la Provincia de Santo Tomás de Andalucía; como veremos más adelante.
Pasados los años, atendiendo sin duda a la extrema pobreza del Colegio,
debieron de dispensarle el pago de la tazmía por algún tiempo; pero a fin de
que la dispensa no prescribiese como derecho, se volvió a promover el pleito

1
Arch. Prov. de Andalucía, leg. 1.º, papeles varios.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 537
el año 1749. En él se adujeron los mismos alegatos y las mismas réplicas por
ambas partes. El Colegio alegó que los privilegios de no pagar diezmos los
Religiosos de la Orden de San Agustín son de los Papas Inocencio IV en
1244; Alejandro IV en 1255; Urbano IV en 1262; Sixto IV en 1474; Pío V en
1567; Gregorio XIII en 1575; Gregorio XV en 1622; y como la antigua del
Cister por comunicación, de Honorio III en 1216; Inocencio IV en 1244;
Bonifacio VIII en 1297; Benedicto XI en 1314; Gregorio XI en 1374; Boni-
facio IX en 1401; Martín V en 1420; Eugenio IV en 1440; Nicolás V en 1448
y 1451; Clemente VIII en 1592; Urbano VIII en la que empieza In plenitudi-
nem; y Benedicto XIII en 1727. Estos fueron confirmados por los reyes
Fernando IV, Enrique II, Alfonso XI, Juan I, los Reyes Católicos, los Felipes
II, III, IV y V, y Fernando VI en 1747.=Esto no obstante, la autoridad ecle-
siástica declaró público excomulgado al P. Fr. José de San Miguel, adminis-
trador de la hacienda de Granátula, por no pagar tazmía: y sólo le levantó la
pena, a súplica de parte, como consta de los documentos siguientes:
"Iltmo. Señor.=Felipe Julián de las Heras, en nombre del Rdo. P. Rec-
tor, Religiosos y Colegio de Agustinos Recoletos de la Villa de Almagro,
como mejor proceda, digo: Que habiendo ocurrido mi parte a este tribunal a
mitad del mes de Septiembre de este año, refiriendo que el Juez de Diezmos
de la ciudad de Toledo apremiaba con Censuras al Religioso que tiene en la
Villa de Granátula, Fr. José de San Miguel, para el cuidado de la hacienda
perteneciente allí al dicho Colegio, a que diese tazmía jurada, y entregase al
Recogedor de diezmos los que se dice causados de la expresada hacienda; y
que, así por defecto de jurisdicción, como por la inmemorial que se halla el
Colegio de no pagar diezmos algunos, eran nulos los dichos procedimientos;
en cuya virtud pedí absolución ad cautelam y remisión de autos; fué V. S. I.
servido mandar usar mi parte de su derecho; en fuerza de cuyo proveído, ha
recurrido una y otra vez ante el expresado Juez, proponiendo la dicha incom-
petencia de jurisdicción y demás referido, pidiendo se inhibiese del conoci-
minto de la causa, remitiéndola a donde tocaba, y que se alzasen las dichas
Censuras; apelando de lo contrario, y suplicando testimonio para proponer la
apelación en este tribunal: a lo que sólo se dió un auto de traslado liso y llano,
sin haberse alzado las Censuras, ni querido conceder testimonio alguno. Y
respecto de que de los irregulares procedimientos enunciados se manifiesta
538 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
notoriamente que el ánimo del expresado Juez es querer tener al dicho Re-
ligioso, aunque nulamente, puesto en tablillas durante la determinación del
expresado artículo de incompetencia y aun de todo el progreso de la causa, en
notable perjuicio suyo y notorio escándalo de aquella Villa; lo que opuestos
los motivos que quedan expresados, nunca puede proceder conforme a dere-
cho; pues desde luego que se le hicieron presentes, debió suspender las dichas
Censuras, y dar despacho, como se le pidió, a efecto de que se le quitase y
borrase de las tablillas: para remedio de todo, y que cese el escándalo y per-
juicio causado al dicho Religioso: Suplico a V. I. se sirva mandar expedir sus
Letras, a fin de que se quite al dicho Religioso de las tablillas, concediéndole
la absolución ad cautelam en caso necesario, y que el Notario remita los autos
originales a este tribunal con inhibición del expresado Juez: y cuando a la
dicha remisión no haya lugar por ahora, que desde luego sean para la expre-
sada remoción de tablillas, como queda pedido; y para que otorgando la
apelación que tengo introducida, mande dar a mi parte el testimonio corre-
spondiente: que así es justicia que pido; etc."1
La parte contraria alegaba que la exención de no pagar los diezmos debía
ser limitada a los bienes de primera fundación: y añadía que la posesión
pacífica o costumbre de no haberlos pagado no podía dar derecho alguno a la
Comunidad de los Padres Agustinos Descalzos del Colegio de Almagro en lo
que se refería a los actos en el Moral de Calatrava: pues el hecho de no haber
la Encomienda exigido el diezmo ni hecho gestiones para ello, había sido por
ignorancia de que no se pagaba; nacida ésta del modo con que se hacía dicho
pago; que se reducía a que en cada molino se deputaba un troz, en que los
cosecheros, sin otra intervención que la de su propia conciencia, ponían la
parte que adeudaban en la misma especie de aceituna, sin que la Encomienda
averiguase quién pagaba o no.
Sin embargo, el Sr. Nuncio absolvió al P. José, por el siguiente decreto:
"Nos Don Enrique Enríquez, por la gracia de Dios y de la Santa Sede
Apostólica Arzobispo de Nacianzo, y de nuestro Santísimo Padre y Señor
Benedicto por la divina Providencia Papa XIV, Nuncio y Colector General
Apostólico en estos Reinos de España, con facultad de Legado a latere,
etc.=Por las presentes y la autoridad apostólica a Nos concedida, de que en
esta

1
Arch. Prov. de Andalucía, leg. 1.º, papeles varios.
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES. ARTÍCULO SEGUNDO 539
parte usamos, mandamos a los Curas de las iglesias parroquiales de la Villa
de Granátula, sus lugartenientes, y a cada uno in solidum en virtud de santa
obediencia, so pena de excomunión mayor apostólica latae sententiae, que,
luego que sean requeridos con las presentes, borren, tilden y quiten de los
libros y tablillas de excomulgados de sus iglesias, donde tuvieren puesto y
escrito, al P. Fr. José de San Miguel, Religioso Agustino Descalzo y Admin-
istrador de la hacienda perteneciente al P. Rector y Colegio de Agustinos
Descalzos de la referida Villa de Almagro, existente en la de Granátula, man-
dado publicar en virtud de autos proveídos por el Teniente de Contador
mayor de Rentas Diezmales de la ciudad y arzobispado de Toledo: y así bor-
rado y tildado de dichos libros y tablillas de excomulgados de sus iglesias, le
admitan a las Horas y Oficios divinos, Comunión y unión de los fieles y par-
ticipación de los santos Sacramentos: atento a que hoy día de la fecha, en
agravio de los procedimientos de dicho Teniente de Contador mayor de Ren-
tas Diezmales, hemos concedido a dicho Rector y Colegio de Agustinos Des-
calzos de la Villa de Almagro en defensa del referido P. Fr. José de San Mi-
guel nuestras Letras de inhibición con absolución y el presente mandamiento.
Y lo cumplan, con apercibimiento que, haciendo lo contrario, procederemos a
declararlos por incursos en dichas Censuras y a todo lo demás que hubiere
lugar en derecho. Y bajo de dichas Censuras precisas mandamos a cualquier
Notario o Escribano que fuere requerido con las presentes, las notifique y de
ello dé fe, sin las detener.=Dadas en Madrid a cuatro de Diciembre de mil
setecientos cuarenta y nueve años.=A. Cernini, Abreviador".="Por mandado
de Su Iltma., Geránimo García Nieto, por el Srio. Ipensa".= "Heras.= Man-
damiento de tablillas". Hay un sello que dice: "Henricus Henriquez, archiepis.
Nazian. Nu. Ap."1.

1
Ibid.
CAPÍTULO XLIV
ARTÍCULO I
El Rey de Joló en nuestro Convento de Manila
Sumario: Va el Rey a Manila. –Se declara catecúmeno. –Oposición de algunos a su
bautismo. –Es bautizado. –Visita a nuestro Convento de Manila. –Intereses
encontrados. –Cambio de Gobierno. –Calvario del Rey de Joló. –Fatales con-
secuencias.

El Rey mahometano de la isla de Joló, inmediata a las de nuestra admin-


istración en Mindanao, estaba en paz, comunicación y comercio con los cris-
tianos, con aprobación de nuestro católico monarca Felipe V. Por esta cor-
dialidad de relaciones entre moros y cristianos, determinó ir en persona a la
ciudad de Manila a visitar al Sr. Gobernador General y darle las gracias por el
buen trato que recibía de los españoles, y especialmente por las Reales Cédu-
las y cartas favorables que había recibido del citado Rey Felipe1.
Pero llevaron tan a mal esta resolución algunos de su reino, y, sobre to-
dos, un hermano suyo, que se alzaron con el reino de Joló y dieron la obedi-
encia proclamándolo rey a dicho hermano.
Esta y no otra fué la causa de tantas invasiones de los moros enojados a
nuestras Provincias y de los estragos que desde entonces siguen haciendo en
todo el archipiélago.
Llegó dicho rey de Joló a Manila, y se le hizo un recibimiento tan
magnífico que, si el mismo rey de España hubiera ido, no se le podía hacer
mejor.
Cuando vió en Manila el modo de gobernarse los españoles, la ven-
eración que todos tenían a los templos y la multitud y variedad de casas, pala-
cios,

1
Arch. Prov. Lib. de Cartas, fol. 27 vto.
542 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
conventos e iglesias, quedó tan asombrado y sintió tanta inclinación hacia la
Religión católica que se declaró francamente catecúmeno. Como tal perman-
eció por espacio de seis meses, durante los cuales aprendió con mucha facili-
dad toda la doctrina cristiana: y una vez impuesto en todo lo necesario pidió
con repetidas instancias el santo bautismo. Más de tres meses permaneció
constante en estos deseos; durante los cuales hubo muchas dudas, disputas y
diferencias de criterio sobre si se le debía bautizar o no. Para resolverlas, el
Sr. Obispo Gobernador reunió y presidió en su palacio una junta de teólogos,
uno de los cuales fué el P. Fr. José de la Concepción, Recto Provincial de
nuestra Provincia de Filipinas; en esta junta, formada de lo individuos más
sabios y de mayor autoridad de las islas, se presentó el mismo rey de Joló, y
fué públicamente examinado de la doctrina cristiana, de los misterios de nues-
tra santa fe católica y de la verdad de su vocación: y viendo todos que estaba
muy bien instruido en todo, y que su conversión aparecía sincera, manifestada
en ardientes súplicas de recibir el bautismo y en la abjuración pública y sol-
emne que hizo del mahometismo y de toda otra cualquiera secta, se le mandó
salir del salón de la junta, para que cada uno de los que la componían diera su
parecer: y oídos todos, se determinó que no sólo se podía sino que se debía
administrarle el santo bautismo.
En virtud de esta determinación, se bautizó solemnemente el día 28 de
Abril del año 1750, imponiéndole el nombre de Don Fernando Primero, Rey
de Joló, en memoria y honor del Rey Don Fernando Sexto de España enton-
ces reinante.
Con motivo de esta conversión tan ruidosa, mandó el Sr. Obispo
Gobernador que se hiciesen públicas demostraciones de regocijo y fiestas
reales: en efecto se hicieron grandes iluminaciones, fuegos artificiales, toros,
comedías, etc., etc. El nuevo cristiano rey de Joló escribió a todos los Superi-
ores de las Ordenes religiosas dándoles conocimiento de su conversión y bau-
tismo y ellos correspondieron a este acto de cortesía visitándole personal-
mente en su palacio; a donde acudieron también con el mismo objeto casi
todos lo vecinos de Manila.
Después él devolvió las visitas a los citados Superiores: y es de notar que
la segunda visita que hizo fué a nuestro Convento de Recoletos de Manila,
porque tenía a nuestros religiosos especial cariño: y habiéndole recibido la
Comunidad con los honores correspondientes a un rey católi-co, dijo: "Les
suplico, Padres, que no me den tratamiento de rey, sino de hijo de los Recole-
tos:
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO PRIMERO 543
si me tratan llanamente y como a hijo, les visitaré con frecuencia; pero si me
tratan como a rey, no volveré más". A estas frases de tanto cariño contestó
emocionado el P. Provincial Fr. José de la Concepción manifestándole que,
pues era su voluntad, a ellos les tocaba obedecer tratándole como a hijo muy
amado: lo que el rey agradeció, retirándose después muy complacido.
Hablando después el Sr. Obispo Gobernador al expresado P. Provincial,
le dijo que el rey de Joló había manifestado grandes deseos de llevarse con-
sigo, a su regreso a su reino, algunos Religiosos Recoletos para darles allí
abundante territorio para que estableciesen iglesias y conventos, y emprendie-
sen la conversión de todos los moros súbditos suyos; a lo que el Provincial
contestó ofreciéndole con sumo gusto cuantos fuesen necesarios para lograr
un fin tan deseado. Pero la adversidad desbarató, por desgracia, tan risueños
proyectos.
Fué el caso que por el año 1748 los PP. de la Compañía de Jesús prome-
tieron que se comprometían a reducir y lograr la conversión de todos los mo-
ros de Joló y aun de Mindanao, si se les daba facilidades para ello. En virtud
de esa promesa formal, el superior Gobierno les dió toda clase de auxilios y
de medios para realizar la empresa; y en seguida dos PP. Jesuitas se
trasladaron a Joló, donde fueron bien recibidos, y trataron de establecerse.
Pero al poco tiempo hubo en Joló tales disgustos que degeneraron en tragedia,
saliendo de ella herido de una lanzada en la cadera el mismo rey de Joló, y
viéndose obligados los dos PP. Jesuitas a regresar cuanto antes a Manila, a
donde también fué el rey de Joló a curarse de la herida. Allí fué muy bien
recibido y agasajado por el Iltre. Sr. Obispo y a la vez Gobernador General
Don Fr. Juan de Arrechederra, Religioso Dominico, con cuyo trato y el de los
Religiosos y españoles seglares, quiso hacerse cristiano: a lo cual se opuso
tenazmente el Sr. Arzobispo de Manila Don Fr. Pedro de la Santísima Trini-
dad Martínez de Arizala: hasta que, después de nueve meses de inútil espera,
persuadido el rey de Joló de que el Sr. Arzobispo se oponía a su bautismo, sin
haberle tratado ni conocido su instrucción religiosa, solamente porque estaba
sometido a los Jesuitas, y éstos le aconsejaban que de ninguna manera autori-
zase el bautismo, porque sentían muchísimo que el rey fuese bautizado (sin
que dieran sus razones), se presentó al Sr. Obispo Gobernador, como a Vice-
Patrono de aquella cristiandad; el cual, conociendo todos los manejos secretos
de los Jesuitas, mandó reunir la expresada junta de teólogos
544 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
con el resultado antes dicho; a excepción de los votos de los PP. Jesuitas, de
los cuales el uno dijo (sobre si se podía o no administrar el bautismo) que ni
afirmaba ni negaba; y el otro, que ni negaba ni afirmaba, sin dar otra razón
alguna: todo lo cual se hizo constar en acta autorizada por escribano público,
con expresión de los votos y razones alegadas por cada uno.
En vista del resultado favorable, el Sr. Obispo Gobernador Fr. Juan de
Arrechederra mandó que el rey de Joló fuese a su obispado de Cagayán
(porque el Arzobispo de Manila seguía totalmente opuesto al bautismo, por
las extrañas razones que alegaron los dos Jesuitas), y ordenó a su Provisor
que allí bautizase solemnemente al rey. Así se hizo; y una vez bautizado, re-
gresó el rey joloano a Manila con su acompañamiento, donde con tan fausto
motivo se celebraron las fiestas públicas ya indicadas.
Mientras se preparaba el regreso del rey de Joló a su reino, hubo cambio
de Gobierno en el archipiélago: y todas las esperanzas que se habían conce-
bido de la conversión de los moros joloanos, fundadas en las promesas y en el
apoyo eficaz de su rey, se desvanecieron como el humo: porque los que se
habían opuesto al bautismo del rey, tuvieron la suerte de que el nuevo
Gobernador era íntimo amigo suyo y siguió a ciegas sus dictámenes: y
aprovechando tan favorable coyuntura, prepararon el regreso del rey joloano
a su gusto y sabor; por supuesto, sin compañía de Recoleto alguno de los que
el rey deseaba llevarse.
Salió de Manila una Armada al mando del Maestre de Campo del Real
Tercio de Manila, que era muy desafecto al rey joloano; al cual lo embarcaron
en una mala galera desprovista hasta de lo más necesario. Esta galera, según
órdenes secretas, siguió un rumbo distinto al de la Armada; pasando por Ca-
lapán y Romblón, en cuyos dos conventos estuvo aposentado el rey joloano,
pidiendo a nuestros hermanos Recoletos que le proveyesen de algunas cosas
necesarias, porque iba desfallecido y pereciendo; a lo que contestaron
nuestros Religiosos con espléndida generosidad, que el rey agradeció emo-
cionado. De allí continuó el viaje, llegando no sin menos trabajos a Zam-
boanga, donde estuvo esperando por algún tiempo mientras llegaba la Ar-
mada.
Entre tanto, la Armada se había dirigido directamente a Zamboanga,
donde se informó de lo que había en Joló, para donde partió, una vez adquiri-
dos los informes, con todas las embarcaciones que había. Habiendo fondeado
en Joló, el Maestre de Campo, sin más preámbulos, intimó a los joloanos la
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO PRIMERO 545
orden de entregarse; a la cual contestaron éstos que antes les devolviesen su
rey, al cual únicamente estaban dispuestos a entregar la Fortaleza y a re-
conocerle como a su rey y señor, pero a nadie más.
Entonces el Maestre de Campo les declaró la guerra y mandó disparar
toda la artillería contra la plaza joloana: los moros, hábiles y enardecidos por
el ataque, lo repelieron con fiereza, causando algunas bajas a los nuestros, los
cuales reconocieron la pericia y el valor del enemigo, que no sufrió ninguna.
Obstinado el Maestre, ordenó un desembarco de los nuestros, que fué re-
chazado con más facilidad por el enemigo, que mató a un célebre capitán y a
varios soldados: y en vista de la doble derrota y de que iba a cambiar la mon-
zón, por no perderlo todo, se retiró a Zarnboanga1.
Casi al mismo tiempo llegó a Zamboanga el rey de Joló; y enterados los
joloanos de que estaba allí su rey, previo aviso de éste, fueron a visitarle en
actitud completamente pacífica sus hijos, su hermana, algunos Datos y una
porción de amigos suyos, en número de unos doscientos entre hombres, mu-
jeres y muchachos: y esta visita muy natural sirvió de pretexto al Maestre
para acusarlos de que intentaban apoderarse de Zamboanga y para que los
prendiesen a todos. Sin más pruebas los remitió a todos a Manila, incluso al
rey, en una galeota, haciéndoles sufrir grandes vejaciones, no dándoles de
comer cada día otra cosa que una escudilla de atole: y a aquel buen rey de
Joló, que tanto bien podía haber hecho en favor de la Religión y de España,
apenas llegó a Manila, lo metieron preso en la Fuerza de Santiago, sin que
jamás pudieran hacerle cargo alguno ni menos justificar la injusticia de su
prisión. En cambio, le hacían padecer grandes necesidades, que los Superi-
ores de las Ordenes Religiosas procuraban aliviar visitándole y socorriéndole:
y cuando vieron esto aquellos mismos que se habían opuesto a su bautismo,
arrancaron al nuevo Gobernador una orden en que prohibía a todos visitar al
rey de Joló, exceptuando a los PP. de la sagrada Compañía de Jesús.
No hay para qué decir que los moros de Joló, indignadísimos por
tamaños atropellos, llamaron en su ayuda a todos los demás moros vecinos y
juraron esparcir por todo el archipiélago la desolación y la muerte; como lo
hicieron derrotando al mismo Maestre de Campo, que se atrevió a volver a

1
Ibid. fol. 66 vto.
546 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Joló aprovechando la monzón del año 1751 a 52, haciéndole perder mucha
gente, y después al mismo Gobernador Marqués de Obando: pérdidas muy
sensibles, pero muy inferiores a las que experimentó la Religión católica con
las repetidas y bárbaras invasiones de los moros.
El año 1761 el Arzobispo de Manila y Gobernador General Don Manuel
Rojo puso al Rey de Joló en una casa bien adornada, después de sacarlo de la
cárcel de la Fuerza de Santiago, y le asignó coche y criados; y después de oír
el parecer de los principales de Manila, determinó restituirlo a su Reino de
Joló. Estaban preparando una guardia de españoles que acompañase al citado
Rey Don Fernando y a su hijo Israel, para que los moros no le obligasen a
abjurar la Religión Católica que había abrazado, y estando en estos prepara-
tivos llegaron a Manila los ingleses declarando la guerra; y él sin duda se
aprovechó de esta circunstancia para recobrar su libertad.
ARTÍCULO II
Fundación de Sibuyan
Sumario: Quién fué su fundador. –Datos biográficos. –Informe en que se detallan
sus vicisitudes y progresos. –Gratitud del Rey.

El verdadero fundador del pueblo de Sibuyan, en la isla de este nombre,


fué el P. Juan de San José, alias, Campanario. Nació el 28 de Noviembre de
1697 en la villa de Campanario, provincia de Badajoz y diócesis de Plasencia.
A los 23 años de edad tomó nuestro santo hábito el día 14 de Enero de 1721,
y profesó el 15 de Enero del siguiente año. Se embarcó en Cádiz para Filipi-
nas el 15 de Julio de 1723 y llegó a Manila el año 1727 por el mes de Julio. El
29 de Agosto de este último año fué destinado a Siargao, donde aprendió el
idioma: de allí pasó a Butuan; y el 23 de Marzo de 1730 a Cagayán. El 20 de
Mayo de 1734 fué nombrado Misionero de Tagoloan: el 9 de Junio de 1739,
Vicario Prior de Bislig: en el Capítulo Provincial de 1740, Prior de Cagayán:
el 20 de Enero de 1742, Visitador de Cebú, Romblón y Masbate: en el
Capítulo de 1743, Prior de Romblón: y en el de 1746, Prior de Bagumbayan.
Todos estos cargos eran debidos al gran celo que desplegaba en el de-
sempeño de su apostólico ministerio; pues "se empleó en el oficio de Mision-
ero con grande edificación y muchos aumentos espirituales en todos los Min-
isterios en que le ocupó la obediencia. Mas donde se conoció que el Señor lo
había tomado por instrumento de su gloria fué siendo Prior de Romblón, pues
fundó la Misión del pueblo de Sibuyan". Lleno de achaques y de méritos
murió con la paz del justo en nuestro Convento de Manila el día 17 de Junio
de 17491.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º Necrol. fol. 48.
548 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Del P. Juan y de su fundación presentó el P. José de la Concepción al
Gobernador General el siguiente informe:
"Fr. José de la Concepción, Examinador Sinodal de este Arzobispado
de Manila, Calificador del Santo Oficio, Ex Provincial de esta Provincia de
San Nicolás de Tolentino de estas Islas Filipinas de Religiosos Recoletos
Descalzos de N. P. San Agustín, obedeciendo, como es de mi obligación, la
superior orden de V. S. en su ruego y encargo del día primero del corriente
mes y año, con el Real Despacho que incluye, a fin de que informe a V. S.
sobre los progresos y último estado de los naturales infieles de la Isla de
Sibuyan del Partido de Romblón, Obispado de Cebú y Provincia de Panay,
que se convirtieron a nuestra santa fe católica y reconocieron su debido vasal-
laje al Rey nuestro Señor (que Dios guarde), debo decir1:
Que por antigua tradición de los naturales de dicho Partido de Romblón
tenemos noticia de que, navegando por las costas de la isla de Mindoro al-
gunos de los infieles de ella con sus mujeres, naufragaron por causa de un
temporal que les cogió en la mar; y aboyados y desgaritados fueron a parar a
la isla de Sibuyan. Y como en Mindoro vivían bárbaramente y como fieras en
lo más encumbrado de sus serranías (como viven muchos hoy día), sin quer-
erse reducir a vivir políticamente en poblado; siguiendo su natural inclinación
y ferocidad, así que pudieron coger tierra en Sibuyan, viéndose imposibilita-
dos de volver a Mindoro por falta de embarcación, y temerosos de los natu-
rales habitadores de aquella isla, que no conocían, se escondieron en los mon-
tes y bosques de ella y se encumbraron en lo más alto de sus serranías, sin
manifestarse a persona alguna.
Así, solitarios y montaraces, vivieron algún tiempo en su infidelidad;
hasta que descubiertos por los naturales de Sibuyan, y sabida la causa de su
arribo a la isla, los admitieron en ella sus principales. Tenían comunicación,
trato y comercio con dichos infieles; se aprovechaban de su trabajo, y se
servían de ellos en los montes como si fueran esclavos. Pero de modo que
jamás se manifestaron a los Religiosos Ministros Doctrineros de aquel Par-
tido, por más diligencias que hacían por verlos, tratarlos y comunicarlos. Lo
más que se pudo conseguir de dichos infieles, sin ser vistos, a diligencias de
los Religiosos Ministros por medio de los principales de dicha isla, fué:

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consultas, fol. 73 y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 549
Que reconocieran el debido vasallaje al Rey nuestro Señor y le pagasen su
tributo. Condescendieron a tan justificado pedimento; pero fué en tan corto
número que sólo pagaban treinta y nueve tributos, según consta de las cartas
testimoniales del referido Partido de Romblón remitidas a los Capítulos de
esta mi Provincia.
En esta conformidad vivieron y pasaron muchos años: y aunque pro-
crearon y se aumentaron sus familias, no se les podía reducir a que aumentara
el número de sus tributos: y vivían pertinaces en su ciega infidelidad, sin ser
vistos ni oídos de los Ministros: y aunque lo fueran, nunca daban oído a sus
saludables consejos ni a la predicación del santo Evangelio: quizá porque no
había llegado el tiempo señalado por la providencia divina, o porque tenía
Dios nuestro Señor reservada una acción tan gloriosa como es la reducción y
conversión de tantas almas para el P. Predicador Fr. Juan de San José, Re-
ligioso de admirable genio, conocida virtud y distinguidos méritos.
Hallábanse los dichos infieles el año pasado de mil setecientos cuarenta
y cuatro en suma pobreza y sin tener con qué pagar el tributo que debían de
aquel año: bajaron los principales de los montes a pedir al referido Padre Fr.
Juan de San José que se condoliera de ellos y de su miseria, les socorriera la
necesidad en que se hallaban y que les supliera el tributo que debían, por lib-
ertarse de las molestias de los cobradores. Y dicho Religioso Ministro les dió
de su estipendio el importe del tributo que debían, sin obligación de
volvérselo, les avió alguna ropa y arroz; por cuyo motivo quedaron dichos
infieles muy obligados y agradecidos al expresado P. Ministro; le miraban
con mucho respeto y le oían con atención y agrado: le visitaban a menudo, o,
a lo menos, bajaban de los montes siempre que el Religioso les enviaba a
llamar.
Con la frecuencia de esta comunicación pudo el Religioso Ministro ver
cumplidos sus fervorosos deseos, y aplicarse a la instrucción y catecismo de
dichos infieles y a la predicación del santo evangelio; hasta tanto que, con-
vencidos de sus razones, obligados de sus saludables consejos y movidos del
divino auxilio, pidieron todos el santo bautismo; con las calidades de que se
les había de sacar licencia de este Superior Gobierno para fundar un pueblo
nuevo en el que sólo habían de vivir ellos: Que en diez años no habían de
pagar tributo ni hacer Polos u Oficios personales: Que les habían de nombrar
oficiales de guerra y dar los títulos correspondientes, sin pagar derechos ni
medias Anatas: Que en las elecciones anuales de Gobernadorcillo y demás
550 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Ministros de justicia no les habían de llevar derechos: Que no habían de ser
obligados a embarcarse, por no estar acostumbrados a la mar: Que el P. Min-
istro del Partido no había de cobrar los tres reales señalados por la Ordenanza
Real 41 para las fiestas del Corpus, Patrón o Titular y Monumento: Y que
tampoco les había de llevar el P. Ministro los derechos señalados por el Aran-
cel del Obispado de Cebú en sus casamientos y entierros.
Admitió el referido P. Prior Fr. Juan de San José todas las dichas condi-
ciones, y empeñó la palabra del Sr. Gobernador que entonces era, para su
seguridad; y les ofreció en nombre del Rey nuestro Señor su amparo, defensa
y protección. Señalóles tiempo para imponerse bien en los misterios de nues-
tra santa fe y probar su vocación: el cual cumplido, y teniéndolos bien instru-
idos, y habiendo experimentado que de corazón pedían el santo bautismo, les
administró este santo sacramento con imponderable gozo y consuelo suyo. De
modo que desde el día veinte y cinco de Abril del año pasado de mil setecien-
tos cuarenta y cuatro hasta quince de Julio de él, bautizó a doscientas y diez y
ocho personas adultas. Y habiéndose formado padrón de todas ellas con la
exposición de sus nombres y apellidos, certificado por mí como Provincial
que entonces era de esta mi Provincia, lo presenté con la consulta correspon-
diente a este Superior Gobierno; pidiendo al Sr. Don Gaspar de la Torre,
Gobernador que era de estas Islas, la licencia para fundar un pueblo nuevo de
dichos recién convertidos, con todas las condiciones que ellos pedían: de la
que habiéndose dado vista al Sr. Fiscal, y con parecer del Asesor, resultó la
licencia para la fundación de dicho pueblo, y la aprobación de todas las
condiciones propuestas. Y se me despachó después ruego y encargo para que
diera orden al referido P. Prior y Ministro del Partido de Romblón, para que
en consorcio del Alcalde Mayor de la Provincia de Panay, o de la persona que
él señalare, vieran el mejor paraje de dicha isla, y dieran las providencias más
convenientes para la erección de dicho pueblo nuevo...
Habida la licencia de este Superior Gobierno, y dadas todas las provi-
dencias dichas, se remitió testimonio de ellas al Convento y Partido de
Romblón para su constancia: y en su vista e inteligencia, dicho P. Prior Fr.
Juan de San José con la persona que señaló el Alcalde Mayor de dicha
Provincia de Panay, pasaron a hacer vista de ojos en la isla de Sibuyan del
paraje oportuno para la erección del pueblo: y en uno llamado Maylog, por
estar junto a un río, se levantó la santa Cruz, y allí se dió la orden a los
nuevos
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 551
cristianos para que hiciesen su pueblo; la que aceptaron gustosos. Y habiendo
dado parte de dichas providencias al Sr. Obispo actual de Cebú, pidió su
Iltma. que por su devoción se pusiera por Titular del pueblo e iglesia que se
había de fundar a San Juan Nepomuceno: por lo que está ya fundado dicho
pueblo nuevo, y se llama San Juan de Maylog.
Viven en él los nuevos cristianos vida política y cristiana, cumplen con
las obligaciones de cristianos, tienen sus Oficiales de justicia y de Guerra, se
gobiernan por ellos mismos, sin dependencia alguna de los cristianos antiguos
de la referida isla, y se les guardan todas las condiciones referidas; de lo que
resulta mucha honra y gloria de Dios y del Rey nuestro Señor.
Desde la erección de dicho pueblo, que fué el año pasado de cuarenta y
cinco, hasta el día cuatro de Marzo de cuarenta y seis, continuando el
apostólico celo del referido P. Prior y Ministro, instituyó, catequizó y bautizó
cuarenta y tres personas más de ambos sexos de dichos infieles; y formando
Padrón nuevo de todos los que de nuevo eran cristianos, se halló constar do-
scientas sesenta y una personas. Cuyo Padrón trajo y presentó al Capítulo que
celebró esta mi Provincia el citado año de cuarenta y seis; con la expresión de
que algunos de dichos cristianos nuevos habían muerto dando buenas mues-
tras de su fe y cristiandad...
El año pasado de mil setecientos cuarenta y seis sucedió a dicho P.
Predicador Fr. Juan de San José en el Priorato y Ministerio del referido
Partido de Romblón el P. Predicador Fr. José de San Bruno, Religioso de
iguales méritos; y continuando con el fervoroso celo de su antecesor, se
mantuvo dicho pueblo nuevo en política, cristiandad y buen gobierno en la
forma referida. Bajaron de los montes otros infieles, a los que catequizó e
instruyó en los misterios de nuestra santa fe; los que, pidiendo el santo
bautismo con buenas señales de su verdadera vocación, fueron bautizados por
dicho Padre Prior y Ministro Fr. José de San Bruno hasta el número de treinta
y ocho personas, como consta de la Carta Capitular y testimonial del referido
Partido de Romblón que se presentó al Capítulo de esta mi Provincia del año
pasado de cuarenta y nueve...
De lo hasta aquí expuesto, por el último testimonio que recibió esta mi
Provincia, y está constante en su archivo, se deduce: Que el referido pueblo
de nuevos cristianos de San Juan de Maylog de la isla de Sibuyan, Partido de
Romblón, Obispado de Cebú, Provincia de Panay, se mantiene en paz y quie-
tud, en buena administración de Santos Sacramentos y justicia; se le
552 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
guardan todas las condiciones estipuladas; y se compone de doscientas
noventa y nueve almas de neófitos; y que desde su erección se han aumentado
ochenta y un cristianos nuevos...
Es cuanto en la presente ocasión puedo poner en noticia y superior con-
sideración de V. S. y cuanto puedo informar en esta materia...
De este Covento de V. S. de San Juan Bautista de Bagumbayan, extra-
muros de esta ciudad de Manila y Septiembre doce de mil setecientos y cin-
cuenta años.=Fr. José de la Concepción, Rector Provincial de los Recoletos".
En posterior informe manifiesta el mismo P. Rector Provincial Fr. José
de la Concepción el progreso espiritual de dicho pueblo de San Juan de May-
log: pues habiendo comenzado con doscientos diez y ocho convertidos, en
este año de 1750 se componía de cuatrocientos diez y nueve cristianos que
vivían en completa paz1.

Informando dicho P. José de la Concepción sobre Calamianes al Gober-


bernador con fecha 22 de Septiembre de 1750, le presenta testimonio en el
que consta que "en poco tiempo se convirtieron en Taytay once infieles; en
Culión, sesenta y dos; y en Calatán, o Maychicoy, treinta; entre todos ciento
tres, que fueron bautizados. Y en vista de los grandes progresos espirituales y
materiales que allí se podían obtener, si no fueran frustrados por las irrup-
ciones de los moros, en nombre de todos los indígenas y Misioneros Recole-
tos, pide al Superior Gobierno la restauración de la Fuerza o Presidio de la
Paragua. Pues por haber abandonado el que hicieron en Labo en 1719, nuestra
Provincia había perdido trece Religiosos: Uno muerto a lanzadas por los mo-
ros en Linacapán: otro, envenenado, que murió en Taytay: otro de una bala de
fusil en el Fuerte de Taytay: otro, apresado en Mindoro, y muerto cruelmente
en Tirong: otro, vilmente tratado, que se rescató por 800 pesos: y ocho que
murieron de trabajos en su huida por los montes: y además, más de 10.500
indígenas cautivos de los moros, que habían apostatado"2. Con respecto a
Sibuyan, el P. Provincial recibió del Rey la siguiente Real Cédula:

1
Ibid. fol. 77.
2
Ibid. fol. 86.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO SEGUNDO 553
"El Rey.=Venerable y Devoto Padre Provincial de Religiosos Descalzos
de la Orden de San Agustín de la Provincia de San Nicolás de Tolentino de
las Islas Filipinas. El P. Fr. Anselmo de San Agustín, Lector Jubilado, Ex
Provincial, Comisario y Procurador General de esa Provincia, ha representado
que el P. Fr. Juan de San José, Religioso de su Orden, Prior y Ministro Doc-
trinero del pueblo y Partido de Romblón en esas mismas Islas, había reducido
a nuestra santa fe católica y a mi obediencia en la isla nombrada Sibuyan do-
scientas y diez y ocho personas, desde el día veinte y cinco de Abril del año
de mil setecientos y cuarenta y cuatro hasta quince de Julio de él, debajo de
diferentes calidades, y la de que se les permitiese hacer y establecer un pueblo
para su habitación, separado de los demás de los cristianos antiguos que hay
en la isla expresada; lo cual se les había concedido por el Superior Gobierno
de esas Islas, como consta del testimonio que acompañaba; refiriendo que por
cartas posteriores que había recibido de su Provincial y de otros Religiosos de
esa Provincia, con fechas del mes de Julio del año de mil setecientos y cuar-
enta y cinco, se le había hecho saber que todos los infieles que habitan la
enunciada isla de Sibuyan quedaban ya reducidos al gremio de la santa Iglesia
y debajo de mi obediencia y vasallaje, por el celo y actividad del referido
Padre Fr. Juan de San José: como también que en la Misión nombrada Santa
Mónica de Babayan, sita en los montes de Zambales en la Provincia de Pan-
gasinan, se contaron el día veinte y cinco de Abril del año citado de mil
setecientos y cuarenta y cuatro, por el Visitador de ella, mil y cinco personas
de cristianos nuevos y catecúmenos, sin los ancianos pasados de sesenta años,
reducidos por el P. Fray Cayetano de San Vicente Ferrer, como se verificaba
de la justificación que así mismo exhibió: pidiendo que, en atención a lo ex-
presado, me diese por bien servido de los felices progresos que su Provincia
ha logrado, cumpliendo con su instituto en el adelantamiento de la Religión
cristiana en esos mis Dominios. Y habiéndose visto lo referido en mi Consejo
de las Indias, con otra carta de Don Gaspar de la Torre, Gobernador que fué
de esas Islas, de doce de Junio del año de mil setecientos y cuarenta y cinco,
en que dió cuenta con testimonio de las providencias que aplicó, a fin de es-
tablecer y formar un pueblo nuevo para los indios Manguianes que se han
convertido a nuestra santa fe en la isla mencionada de Sibuyan; y con lo que
en inteligencia de todo ha expuesto mi Fiscal; ha parecido aprobar y dar por
buenas, justas y arregladas, al Gobernador de esas Islas (como se ejecuta por
Despacho de este día), todas las
554 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
providencias que dió su antecesor, en orden al establecimiento y formación
del expresado pueblo, para que se mantengan en él los indios reducidos con
quietud y con la vida civil, política y cristiana que se requiere; y manifestaros
la especial gratitud que ha merecido el celo y actividad con que esa Provincia
se dedica, a costa de su incesante trabajo, a la conversión y reducción de los
indios infieles; esperando lo continuará como hasta ahora, por ser del agrado
de Dios y muy del servicio mío; y prevenimos que remitáis (como os lo en-
cargo), al expresado mi Consejo, en la primera ocasión que se ofrezca, por
mano de mi infrascripto Secretario, un trasunto de los padrones de los nuevos
reducidos, para tener presente el número y calidad de los indios que quedan
sujetos a mi obediencia. Fecha en el Buen Retiro a dos de Septiembre de mil
setecientos y cuarenta y siete.=Yo El Rey.=Por mandado del Rey nuestro
Señor=Fernando Triviño"1.

1
Arch. Gral. Carp. E. núm. 12.
ARTÍCULO III
Gastos de Misión
Sumario: Privaciones de los Religiosos para sufragar los gastos de Misiones. –
Necesidades de la Provincia de San Nicolás. –Resultado de su labor misionera. –
Gratitud de Felipe IV. –Resumen de gastos de una Misión.

Hasta el año 1750 habían llegado a Filipinas de España quinientos ca-


torce Religiosos Agusti-nos Recoletos, de orden y a expensas de su Majestad
el Rey, incluyendo los PP. Comisarios que iban a reclutar misioneros y regre-
saban de España a expensas también de la Real Hacienda, y contando asi-
mismo los que murieron en el mar: excepto ocho Religiosos que, aunque
vinieron con licencia del Rey, costeó su viaje nuestra Provincia.
Desde las primeras Misiones que salieron de España para Filipinas, el
gasto total del viaje de cada Religioso, que era abonado por el Real Erario,
era de poco más de quinientos pesos, desde la salida de sus Conventos hasta
su arribada a Manila. Pero como poco a poco todo fué subiendo de precio, a
principios del siglo XVIII, todo había aumentado su valor en grandes propor-
ciones; de manera que el gasto del viaje, que al principio costaba unos
quinientos pesos, ascendió en esta época a más de mil doscientos pesos por
cada Religioso: como la Real Hacienda seguía abonando la misma cantidad
que al principio, lo restante lo tenía que abonar nuestra Provincia; como con-
sta por los libros de Estado y las cuentas de los PP. Comisarios1. Pero como
la Provincia de San Nicolás era la más pobre y desdichada de cuantas había
en las Islas, y sus hijos los Misioneros apenas tenían lo indispensable para
vivir, se vieron obligados a privarse hasta de lo necesario, a fin de que vinie-
sen operarios evangélicos a salvar almas, que era su fin principal; y no bas-
tando esto ni con mucho, se dedicaron a pedir limosna a los vecinos

1
Arch. Prov. Lib, de nots. fol. 75 vto.
556 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de Manila; y éstos, que conocían la grande pobreza de los Recoletos y la
grandísima gloria que daban a Dios y al Rey, trabajando con heroico entusi-
asmo por ambas Majestades, hacían espléndidos donativos a la Provincia,
para que ésta cumpliese sus apostólicos deseos; manteniendo además con sus
limosnas los Conventos de Manila, San Juan de Bagumbayan y Cavite.
A cada P. Comisario que venía a España para conseguir la autorización
del Rey para llevar misioneros a Filipinas, le entregaba la Provincia quince
mil pesos en dinero o en libranzas que le daban los vecinos de Manila para
Méjico. Cada seis años era necesario enviar Comisario y traer misioneros,
porque eran muchos los Religiosos que morían en Filipinas por los muchos
trabajos y privaciones que padecían en sus ministerios: y si el P. Comisario
llevaba una misión de cuarenta o cincuenta Religiosos, no solamente no había
bastante con los quince mil pesos, sino que era necesario pedirlos prestados
los restantes para costear el viaje; pues el Real Erario nunca aumentó su
cuota: y como la Provincia no tenía en este año de 1750 más rentas que las de
una casa en Manila, de la hacienda de San Juan del Río de Imus, a cuatro
leguas de Manila, cuyos frutos se reducían a la cosecha de arroz escasa, y las
de algunas casas pequeñas en Méjico, que todas juntas y en las circunstancias
más favorables daban a la Provincia un ingreso de dos mil pesos; se com-
prenderá fácilmente la estrechez y los apuros en que se hallaba la Provincia
de San Nicolás para continuar su gloriosa historia en la evangelización de
Filipinas.
Además de esto, la Provincia tenía que socorrer a muchos de los Re-
ligiosos Ministros: porque el Rey tenía asignado un estipendio de cien pesos y
cien fanegas de arroz a cada Ministerio que constase de quinientos tributos
enteros; y esto era suficiente para mantener al P. Ministro y a los muchachos
del servicio, y menos si tenía por necesidad de administración un Religioso
compañero. Con los derechos parroquiales, según los aranceles de los Obis-
pos, no había que contar, porque eran casi nulos: porque como todos los
pueblos administrados por los Recoletos eran pobrísimos, los indios no tenían
con qué pagar, y los PP. Ministros hacían los entierros, casamientos, etc.,
completamente de balde; y hasta los hacían con gran solemnidad, por ser sus
feligreses pobres de solemnidad.
Como, por otra parte, en los pueblos que no llegaban a quinientos tribu-
tos, el Ministro sólo percibía el estipendio correspondiente a los tributos que
administraba, que, según la Ordenanza Real, era un peso y una fanega
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO TERCERO 557
de arroz por cada cinco tributos enteros, supliendo lo restante la Real Caja; y
ninguno de nuestros pueblos tenía esta prerrogativa de suplemento, sino que
percibía sólo el estipendio correspondiente a los tributos, eran muchos los
Religiosos nuestros que no recibían estipendio entero, porque sus pueblos no
llegaban a los quinientos tributos; teniendo que surtirles la Provincia de lo
necesario para la vida; y si no hubiera sido por las limosnas que les daban los
españoles de Manila y los de Méjico cuando allí se detenía la Misión, no hu-
biera podido la Provincia sufragar los gastos de las Misiones y los de los Re-
ligiosos de tantos pobres Ministerios.
A pesar de tanta estrechez y de tanta pobreza, los Religiosos de la
Provincia de San Nicolás de Tolentino de Filipinas, despreciando los mayores
peligros y la misma muerte, en el espacio de ciento cuarenta y cuatro años, o
sea, desde 1606 hasta 1750, consiguieron reducir al gremio de la santa Iglesia
y a la obediencia del Rey de España tres Provincias enteras de aquel archipié-
lago, a saber: 1.º La Provincia de Zambales, con parte del Corregimiento de
Marivelez, que comienza desde Cabcaben hasta el monte de Sual, que divide
a los Zambales de Pangasinan, en cuya cordillera administraban diecisiete
pueblos. 2.º La Provincia de Calamianes, que se compone de nueve islas con
sus nueve pueblos; en los que la Provincia de San Nicolás fundó cuatro Fuer-
zas a sus expensas y las conserva y mantiene también a su costa, para de-
fender a los indios de las invasiones de los moros. 3.º La Provincia de Caraga,
y parte del Corregimiento de Iligan, que comprenden treinta y cinco pueblos.
Estas tres selvas totalmente desiertas y que sólo producían en gran abundan-
cia espinas y abrojos de idolatrías, supersticiones, agüeros y hechicerías las
convirtió la Provincia de San Nicolás en paraíso de la Iglesia, engarzándolas
como tres piedras preciosas a la corona del Rey de España.
Además, administraba las islas de los Partidos de Romblón y Banton, que
se componen de once pueblos: las de Masbate, Ticao y Burias, que tienen
nueve pueblos; y el Corregimiento y la isla de Mindoro con veintitrés pueb-
los. Y aunque es verdad que en Mindoro, Romblón, Ticao y Masbate hubo
antes que Recoletos otros Ministros evangélicos, es también muy cierto que
los Recoletos tienen la gloria de haber tomado y hecho florecer lo que otros
no pudieron conservar, y de convertir en sazonados frutos las espinas que
otros no pudieron tolerar.
Informado el Rey Felipe IV de la brillantísima labor evangélica de los
558 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
hijos de la Provincia de San Nicolás de Tolentino en Filipinas, cuando aún no
llevaban más que cuarenta años en las Islas, les concedió licencia para fundar
el Hospicio de Méjico, en virtud de Real Cédula de 6 de Abril de 1647, en la
que decía: "Que nos hace esta gracia por el fruto grande que sus Religiosos
Recoletos hacen en la conversión de los naturales de las Islas Filipinas,
habiéndose encargado de las Doctrinas que habían dejado otros Ministros, por
no atreverse a asistir en ellas por graves inconvenientes y los dichos Re-
ligiosos asisten y administran los santos sacramentos con grande fruto: y en
su reducción han padecido muchos Religiosos muy grandes trabajos, derra-
mando su sangre por el aumento de la santa fe".
En medio de tanta pobreza y de tantos trabajos fundó y conservaba este
año de 1750 los cuatro Conventos de San Juan de Bagumbayan, Manila,
Cavite y Cebú y el Hospicio de Méjico, y además ciento dos pueblos con
doce mil novecientos cincuenta y cinco tributos y medio, cincuenta y ocho
mil seiscientas y cinco almas cristianas y más de cuatro mil catecúmenos.
Como dato curioso de los gastos que ocasionaba cada Misión desde
España a Filipinas pasando por Méjico, ponemos el siguiente:
Gastos de la Misión XVII, que salió de España el año 1722 y llegó a
Manila el 5 de Julio de 1723.
Fué conducida por el P. Comisario Fr. José de San Miguel, alias, el
Navarro, natural de la ciudad de Viana en la provincia de
Navarra.
La Misión estaba formada de 26 Religiosos, incluido el Presidente;
de los cuales 15 eran sacerdotes, 8 coristas y 3 legos.
El P. Comisario presentó sus cuentas muy detalladas y las firmó en
Manila a 19 de Julio de 1723, con este resumen general:
Cargo: 29.135 pesos y 4 reales.
Data: 29.929 pesos y 5 reales y 6 granos.
Déficit: 794 pesos y 1 real y 6 granos.
Como se ve, el transporte de cada Misionero costaba entonces más d2
1.151 pesos.
ARTÍCULO IV
Tres Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía: Nombramientos. –Capítulo Intermedio de
la Candelaria: Nombramientos. –Un Definitorio. –Carta al Vicario General. –
Capítulo Intermedio de Filipinas. –Determina-ciones y nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Colegio
del Santísimo Sacramento de la villa de Almagro el día 19 de Abril de 1750.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Pr. Francisco de Nuestra
Señora de Guadalupe, y se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: R. P. Fr. Juan de San Basilio, L. J. y Calificador del
Santo Oficio.
Definidores: P. Fr. José de la Cruz.
P. Fr. Juan de Jesús.
P. Fr. José de la Concepción, Predicador.
Secretario: P. Fr. Roque de Santa Catalina.
Prior de Granada: P. Fr. Manuel de San José.
Subprior: P. Fr. Francisco de San Antonio.
Prior de Santa Fe: P. Fr. Francisco de San Juan Bautista, Predicador1.

1
Arch. Gral. Lib. Reg. fol. 100.
560 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo intermedio
que la Provincia de la Candelaria celebró en Bogotá el 14 de Septiembre de
1750.

Nombramientos
Procurador: P. Fr. Pedro de San Paulino.
Vicerrector de Bogotá: P. Fr. Antonio de Santa Teresa.
Subprior de la Popa: P. Fr. Lorenzo de San Jerónimo.
Subprior del Desierto: P. Fr. José de San Pablo.
Subprior de Panamá: P. Fr. Francisco de San Antonio, Borja1.

En Definitorio celebrado en Bogotá el día 14 de Noviembre de 1749, se


determinó:
"Implantar en Bogotá una cátedra de Sagrada Escritura, como lo manda
el Concilio de Trento y nuestras Constituciones: lo cual no se había efectuado
por falta de Lectores; y ahora se implanta porque los hay.
Item: Que los Coristas, acabada la carrera, tengan un año de reclusión;
lo cual tampoco se había cumplido por falta de personal, que ahora lo hay"2.

Pocos días después de celebrar este Capítulo Intermedio, el P. Provincial


dirigió a N. P. Vicario General la interesante carta siguiente:
"V. P. N. Vicario General Fr. Francisco de la Virgen de Guadalupe.=
Amado P. y Señor mío.=El día 10 de este Septiembre se leyó en este Colegio
la confirmación del Capitulo y Patente de Lector Jubilado, con que el paternal
amor de V. R. se sirvió favorecerme; y aquel mismo día escribí a V. R.ª dán-
dole las gracias por este beneficio, el que quisiera compensar. Y viendo mi
inutilidad, me contentaré sólo con darle gusto a V. R.ª, procurando

1
Arch. Gral. Carp. F.
2
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO CUARTO 561
el adelantamiento espiritual y temporal de esta su Provincia, hija la menor de
V. R.ª y ejecutando con ciega obediencia lo que V. R.ª me ordenare.
Y cumpliendo con lo que V. R.ª me manda en la suya de 17 de Sep-
tiembre de 1749, remito a V. R.ª lista de los Religiosos hijos de esta Provin-
cia, especificando sus edades y de algunos las cualidades: si atiende V. R.ª a
la suma, parece corto el número de individuos; mas no lo son, si se atiende al
corto número de Conventos y Doctrinas.=Por el mes de Enero de este año de
1750 escribí por duplicado a V. R.ª, y le remití una puntual relación del
estado de todos los Conventos; de los principales que tienen existentes, y de
los obsequios que hacen a Dios nuestro Señor y a los pueblos. Y suponiendo
que ya los recibió V. R.ª, pues estamos cerciorados de que llegó a esa Corte el
Excmo. Sr. Eslava y el R. P. Maestro Aurtaynechea, en cuyas embarcaciones
me escribe el tesorero D. Rafael de Escobar condujo las citadas cartas, omito
el repetir, y en todo me remito a las expresadas cartas. Desde la ciudad de
Cartagena escribí a V. R.ª varias por duplicado: en éstas doy noticia a V. R.ª
de la pretensión del P. Lr. Fr. Leonardo de la Madre de Dios, Arenas, de dejar
el hábito y salir a mantener a su madre, con pretexto de extrema necesidad de
ésta (aunque ni aun mayor se prueba), y también lo ejecutado por mí. Estas
fueron en embarcación que condujo a esa Corte a D. Domingo Landa, de
quien por carta suya sabemos llegó al puerto de Cádiz; y así supongo las ha
recibido V. R.ª, y deseo su dictamen y determinación.=En estas mismas cartas
propongo a V. R.ª varios dictámenes que me parecen conducentes al buen
gobierno de esta Provincia: Y era el primero; el que el V. Definitorio General
ordenase sub poena nullitatis que ningún religioso que no hubiese estado todo
el cuatrienio en convento, votase o sufragase en Capítulo Provincial; y mucho
menos pudiese ser electo en Prior, Definidor, etc. Muéveme a esto (en las
antecedentes se lo insinué), el que algunos Religiosos, hijos del afecto de los
Superiores, con pretexto de socorrer a sus padres, hermanos y deudos mis-
erables, impetran licencia para mantenerse en Curatos o Doctrinas de Clé-
rigos y Regulares; y habiéndose estado allí tres, cuatro y seis años, les dan
algún sufragio, votan en el Capítulo Provincial, hácenles Definidores, y se
vuelven a retirar o al Curato o a una hacienda de campo, donde pasan los dos
primeros años del cuatrienio.
¿Cómo vivirán estos tales, Padre Nuestro mi Señor? Claro está que sin
oír campana, sin ver Coro, sin leer un libro espiritual; han de vivir como
562 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
seglares y no como Religiosos. Después se aparecen en este Colegio la ante
vigilia del Capítulo Intermedio; entran en él. ¿Qué podrán éstos hablar que
conduzca al bien de la Provincia y de la Religión? Se acaba el Intermedio, y
se retiran iterum a sus Curatos o haciendas. Vienen al Capítulo Provincial, en
que tal vez los eligen Priores: ¿qué tal Prior regular hará quien ha vivido
cuatro, seis y ocho años extra claustra? Ya se deja entender. Pues sería acer-
tada la determinación que a V. R.ª expongo; porque de este modo se evitan
las licencias generales; o, a lo menos, no entrarán estos licenciados en los
Capítulos, y se atenderá a los que continuo viven en los conventos.=En mi
gobierno no ha salido ningún Religioso; y espero que en lo que me resta no
saldrá a curatos ni haciendas: pero yo acabo, y no sé qué tal será el futuro
gobierno: costumbres envejecidas necesitan de una superior orden para poder
quebrarse y erradicarse.
El segundo era el que por Acta general se declarase no tener los Re-
ligiosos obligación de mantener hermanos, deudos, etc.; y que, en caso de
extrema necesidad de los padres, se estuviese a la ley; y que por consiguiente
se prohibiese el conceder licencias a los Religiosos para que con este pretexto
vaguen extra claustra en Doctrinas y haciendas. Immo se declarase no le es
facultativo a los PP. Provinciales el conceder semejantes licencias. Esto
mismo hice poner por Determinación (que es la 4.ª) en el Capítulo Intermedio
que celebré en este Colegio el día 14 de Septiembre de 1750. Si V. R.ª la
robora y viene por Acta General en tiempo que aún dure mi gobierno, pondré
todo mi esfuerzo en su observancia. Para mí es de gran confusión ver vagar a
mis hermanos. Cuando me entregaron los sellos de esta Provincia, encontré
varios que con el pretexto de deudos pobres vagaban en Doctrinas y hacien-
das. Gracias a Dios, los he recogido todos; y le pido a Dios me conceda ver-
los siempre en clausura.
El tercer dictamen es el que el V. Definitorio determinase que las
Colectas que esta Provincia contribuye a N. P. Vicario General no las percibi-
ese el V. P. Provincial; sino que los PP. Priores y Rectores tuviesen obliga-
ción de ponerlas en el Archivo del Convento de la Popa de la ciudad de Cart-
agena, sacando recibo del Prior y Depositarios de aquel Convento; y que di-
cho Prior esté obligado a ponerlos en Cádiz: éste tiene más facilidad para
conducirlos, pues está en el puerto: y creo se evitarían los inconvenientes que
hoy padecemos: y yo trabajo en cobrar los 200 pesos a mi V. antecesor, que
supongo incobrables.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO CUARTO 563
El cuarto dictamen es se saque un Rescripto o privilegio Apostólico,
para que por muerte del Provincial de esta Provincia, presidiendo el Provin-
cial inmediato, y en defecto de éste, el que se le sigue, el Definitorio de siete
Padres se eligiere Rector Provincial; y expirase la ley que ordena entre en el
gobierno el Provincial inmediato hasta dar cuenta a N. V. P. Vicario General.
Muéveme el que la suma distancia de esta Provincia de esa, y el difícil re-
curso a V. R.ª pueden abrir la puerta a muchos absurdos y camino a la ambi-
ción. Me explico: El Provincial que quiere perpetuarse, al acabar, pone los
ojos en un summe anciano o totaliter enfermo, de quien moralmente se espera
que morirá a los primeros pasos de su gobierno. Deo sic volente, murió; y
entra el inmediato; retarda dar la noticia a N. P. Vicario General hasta llegar
el Capítulo Provincial, en el cual, sin el peligro de reelección (pues no es Pro-
vincial sino Rector interino), se vuelve a elegir; y de esta suerte se perpetuiza
doce años en el gobierno: y, si es despótico, ¡qué daño para esta santa Provin-
cia! El año de 1697 murió el P. Provincial al completar el primer año de su
cuatrienio; y hasta el año de 1700, dos meses antes del Capítulo Provincial no
llegó la Patente de Rector Provincial a esta Provincia. El año de 1684, a los
seis meses del Capítulo, murió el Provincial; y el nombramiento de Rector
Provincial no llegó a esta Provincia hasta el de 1687. Esto puede suceder en
adelante.
A estos dictámenes añade hoy el V. P. Ex Provincial Fr. Alonso de San
Nicolás el siguiente, y es: Que el Provincial que acaba sea residenciado y
sindicado por el Provincial noviter electo; sirviendo de testigos para su resi-
dencia los Priores que expiraron en el cuatrienio. Este dictamen secundum
speciem es muy arreglado; y más cuando aquí no hay Visitador General.
Pudiera ser medio para que los Provinciales no gobernásemos despótica-
mente: pero hic et nunc, suponiendo que aún somos hombres, y que en el
Apostolado hubo quien preguntase y contendiese quis eorum esset maior,
encuentro en su ejecución inconvenientes, a mi parecer, graves. El primero:
Que el Provincial que expira con su oficio, si ha errado en su gobierno,
temiendo su vejación, anteponiendo su comodidad al bien común, ponga los
ojos en quien, o por indigno, o por su omisión natural, o por amigo, le excuse
de sus cargos; y si lo consigue, temo sería error novissimus peior priore. El
segundo inconveniente es que, si el Provincial fué electo contra la intención
de su antecesor (lo que es común en Capítulos), tiene puerta abierta para ven-
gar su ambición; y es segura senda para enredos, quimeras y cuentos,
564 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
en todo opuestos a la paz y quietud; la que, quebrada, no es vida regular la
que se sigue, sino confusión infernal.
V. P. Nuestro: si mis años son pocos, mi experiencia es larga; y pudiera
alegar ejemplares que confirman mi dictamen: empero, por darle gusto a mi
P. Ex Provincial Fr. Alonso, lo propongo; y V. R.ª como Padre sabio y pru-
dente determinará lo que gustare. Me parece, sí, conveniente el que mande
nos ajustemos a la ley, que ordena que el Provincial absoluto dé cuenta dati et
accepti al nuevo Definitorio; y que las cuentas se remitiesen a N. P. Vicario
General; que éste sería medio para excusar gastos superfluos.=Lo que la
Provincia remitía de Colectas Generales, antes de la rebaja que se hizo en el
Capítulo de Zaragoza, eran trescientos pesos. En esta ocasión remito a V. R.ª
por mano de D. Miguel Pardo, vecino de la ciudad de Cartagena y uno de los
del número del comercio, trescientos y cuarenta y cinco pesos. Dios nuestro
Señor quiera lleguen a sus mano sin riesgos ni peligros del mar…
…………………………………………………………………
………
La Provincia (Padre y Señor) goza hoy de tranquilidad y octaviana paz:
cada uno de los conventos es un relicario y espejo de observancia regular, de
oración, estudio y recogimiento: no hay hoy las inquietudes que estuvieron
los años de 1742 y de 43…
Nuestro Señor guarde a V. R.ª muchos años para beneficio de nuestra
Congregación y amparo de esta Provincia. –Colegio de San Nicolás de To-
lentino de Agustinos Descalzos de la ciudad de Santa Fe de Bogotá, Septiem-
bre 29 de 1750. –V. P. N. Vicario General. –B. L. M. de V. R.ª su menor y
más amante hijo, Fr. Francisco de San Joaquín. –Post scriptum. –Lo que en
esta Provincia se recoge de Colecta general, según el repartimiento en cada
cuatro años, son trescientos y treinta pesos"1.

Capítulo Intermedio
que se celebró en el Convento de Manila, el día 31 de Octubre de 17502.
Fué presidido por el R. P. Fr. José de la Concepción, Rector Provincial.
En él se aprobaron doce Determinaciones de régimen interior. Pero im-
porta

1
Arch. Gral. Carp. F.
2
Arch. Prov. Lib. 3.º de Becerro, fol. 38 vto, y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO. ARTÍCULO CUARTO 565
consignar aquí la 2.ª, que dice: "Item: Admite el presente Capítulo la Bula de
N. Smo. Padre Benedicto XIV, reinante, que comienza: Emanavit nuper, su
data en Roma apud Sanctam Mariam Maiorem día 16 de Noviembre de 1746,
a pedimento de N. P. Vicario General Fr. Francisco de Santa Isabel, Lector
Jubilado y Calificador de la Suprema, en virtud de lo determinado en el
Capítulo Provincial de esta santa Provincia, año de 1743 y en el de 1746; por
la cual se ordena y manda que ningún Religioso sea electo en Oficio de Voto
o de Vicariato sin que primero sea examinado y aprobado en alguno de los
idiomas de nuestras Doctrinas o Misiones". La 8.ª dice:... "Que la anulación y
casación de los Votos de Mariveles, Bolinao, Romblón, Siargao, Butuan y
Cagayán, del Subprior de Manila y del Procurador General se debe entender
después que los que tienen o tuvieren dichos empleos este trienio, hubieren
votado en el Capítulo Provincial futuro en adelante".

Elecciones
Comisario y Procurador General de esta Provincia en la Curia Regia:
El P. Definidor Fr. Miguel de San Marcial.
Prior de Cebú: P. Fr. Miguel de San Agustín.
Secretario y Socio del Rector Provincial: P. Fr. Alonso de San
Gabriel.
Vicario Prior de Banton: P. Fr. Miguel de la Virgen del Rosario.
CAPÍTULO XLV
ARTÍCULO I
Cuadro estadístico de la Provincia de San Nicolás
Sumario: Detalle completo del estado de la Provincia. –Informes encomiásticos de la
misma hechos por el Arzobispo de Manila, por el Fiscal de la Real Audiencia y
por el Sr. Obispo de Cebú. –Otros informes laudatorios.

Según una relación hecha por el P. Rector Provincial de la Provincia de


San Nicolás Fr. José de la Concepción, el día 1 de marzo de 1751, el estado
de la Provincia era el siguiente:

ARZOBISPADO DE MANILA
Convento de Manila.- Este convento es la única casa de observancia
que tiene dicha Provincia, donde se guarda el rigor de nuestras sagradas leyes,
según permite la tierra, clima y temperamento de ella; de modo que no excede
a su regular observancia convento alguno de los Reinos de España. Es uno de
los muchos relicarios de perfección, virtud y ejemplo que adornan, ilustran y
hermosean a la nobilísima ciudad de Manila. Es seminario de letras, donde se
enseñan filosofía y teología escolástica y moral a los que toman en él nuestro
santo hábito y a los que pasan de España a esta Provincia sin comenzar o sin
acabar los estudios que disponen nuestras leyes. Es casa de refugio, alivio y
consuelo de todos los Religiosos que, por cansados, fatigados y viejos, no
pueden llevar más sobre sus hombros el gravísimo peso del ministerio de
nuestras Doctrinas y Pueblos; donde se retiran a vivir entre sus hermanos y a
disponerse para ir a descansar a la eternidad.
568 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Es enfermería general de todos los enfermos actuales y habituales de la
Provincia. Es al mismo tiempo un penoso espiritual ministerio; porque los
Religiosos conventuales se hallan todos o los más de ellos empleados dentro
y fuera en la predicación, confesiones y comuniones del pueblo, en auxiliar a
todos los enfermos así de día como de noche, que nos llaman de continuo, por
la gran devoción que tienen a San Nicolás de Tolentino. Es, por último, casa
de Noviciado y de Ejercicios espirituales.
Los Religiosos que actualmente componen esta Comunidad, entre sa-
nos, enfermos e impedidos, son 31; de los cuales 3 son coristas, 5 legos y 23
sacerdotes.
En esta iglesia hay tantas confesiones que no bastan seis Religiosos, y
en tiempo de Cuaresma ni doce.
El Convento se mantiene de las limosnas de los fieles, de algunas casas
que le han dejado los devotos en la ciudad, de la hacienda de San Nicolás,
que le dejó en testamento Doña Hipólita de Sarrate, con carga de algunas
misas y aniversarios, y que cuando más produce son seiscientos pesos; de la
hacienda de Tunazan, que rinde cuando más seiscientas fanegas de arroz,
pagando el convento los gastos de siembra, cultivo y recolección1.
Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan.- Este Convento,
situado fuera de la ciudad de Manila, a distancia de trescientos pasos de sus
murallas, fué el primero de la Provincia, dedicado a San Nicolás de To-
lentino: pero como después fundó el de intramuros, por ser casa de observan-
cia, se cedió a éste el título de San Nicolás, y se dió al de Bagumbayan el de
San Juan Bautista. Es el primer relicario de esta Provincia, y de gran prove-
cho espiritual para los individuos de diversas razas que acuden a él, como son
españoles, indios, sangleyes o chinos, criollos, morenos, negros y mestizos de
todos ellos. Es el consuelo y refugio de todas las clases de individuos citados;
de modo que, si la Provincia tuviera Religiosos en abundancia y medios para
mantenerlos, eran necesarios cuatro operarios a lo menos, y aun así tendrían
mucho que hacer lo mismo de día que de noche en el ejercicio de caridad a
sanos y enfermos. Es también uno de los célebres santuarios y de mucha de-
voción que hay en estas islas; pues en él se venera

1
Arch. Prov. Relación del P. José de la Concepción, fol. 77 y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 569
la prodigiosa imagen de Nuestra Señora de la Salud, a la cual acuden todos en
sus necesidades; por lo cual son muchísimas las confesiones y comuniones, y
es infinito el fruto espiritual que se coge.
El año 1642, por el recelo de los enemigos holandeses, mandó demoler
esta iglesia y convento el Gobernador y Capitán Don Sebastián Hurtado de
Corcuera, sin oír las mu-chas representaciones y súplicas de nuestros Re-
ligiosos que hacían a Su Señoría para que quedara en su ser el Convento, por
estar fundado de orden de Su Majestad y licencias necesarias de este superior
Gobierno y Real Audiencia, y fuera de los trescientos pasos de campaña rasa,
que debe haber entre la muralla de Manila y casas de fuera, según previene la
Real Cédula de 10 de Mayo de 1625: porque no había constancia ni certeza
alguna de la venida del enemigo holandés a Manila; y que en caso de venir, se
podría con gran facilidad y en el corto tiempo de dos horas derribarlo; y que
los Religiosos mismos irían a la muralla con sus botafuegos y servirían de
artilleros para derribar el convento. La misma representación le hizo la Noble
Ciudad de Manila, por el afecto que siempre ha tenido y tiene a los Recoletos;
y por considerar que es de mucha utilidad espiritual a los moradores de ex-
tramuros de la Ciudad. Y como quiera que estas súplicas no fueron atendidas,
el Convento y la iglesia fueron demolidos. Llegó el caso que se recelaba de la
invasión de dicho enemigo: en la residencia que dió dicho Sr. Gobernador se
presentó la Ciudad de oficio, y también nuestro Procurador General Fr. Pedro
de San Nicolás demandando que se nos resarciesen los daños que se nos
hicieron en la demolición de este Convento. Y el día 2 de Noviembre de
1644, el M. I. Sr. Don Diego Fajardo, Gobernador y Capitán General de estas
Islas, y juez de residencia de su antecesor, declaró en su sentencia haber
probado los Recoletos su propia acción y demanda, y que dicho Sr. Don
Sebastián no probó sus excepciones y defensas: por lo cual debíamos ser res-
tituidos en la posesión de dichos solares: y condenó en veinte y cinco mil
pesos para erigir nuestra fábrica al dicho Señor Corcuera. Apeló éste de la
sentencia dada, pero se confirmó en el Real y Supremo Consejo de las Indias
el año 1652: en cuya virtud quedamos perfectamente reintegrados en la pose-
sión de este Convento, el mismo que hasta ahora persevera: y se dedicó con
asistencia de los Sres. Gobernador, Presidente y demás de la Real Audiencia,
Señor Arzobispo, ambos Cabildos, vecindario de Manila y todo el pueblo.
Este Convento se mantiene de las limosnas de los fieles y del corto pro-
ducto
570 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de algunos solares que los devotos le han dejado. Y en caso de faltar el pre-
ciso sustento, lo da la Provincia, por mantener su primer convento en benefi-
cio común y bien espiritual de la variedad de naciones que habitan en dicho
pueblo. Hay en él dos Religiosos solos, por la mucha falta que tenemos de
ellos.
Convento de Cavite.- Está situado en el Puerto de Cavite, distante tres
horas cortas de la ciudad de Manila: se mantiene de las limosnas de los fieles
y del producto de algunas casas y tiendas que los devotos nos legaron en tes-
tamento. No hay más que dos Religiosos, por escasez de ellos; pero serían
pocos cuatro para el mucho trabajo de púlpito, confesonario y asistencia di-
urna y nocturna a los enfermos: aunque no hay obligación de administrar.
Pueblo de San Sebastián.- Está situado como a un cuarto de hora de la
ciudad de Manila, cerca del pueblo de Sampaloc: tiene encomendada la ad-
ministración espiritual en el idioma tagalo. Hoy se administran noventa y seis
tributos enteros y trescientas sesenta y seis almas. No puede tener más exten-
sión este pueblo por falta de terreno, a causa de estar en medio de otros pueb-
los más antiguos.
En esta iglesia se venera la prodigiosa imagen de Nuestra Señora del
Carmen, y en ella está fundada su célebre cofradía. Son hermanos o cofrades
de Nuestra Señora del Carmen casi todos los vecinos de Manila de ambos
sexos y un sinnúmero de indios y demás naciones de todos los pueblos cir-
cunvecinos y Provincias inmediatas a Manila y de las más distantes de las
Islas. No celebra la fiesta el día propio de la Virgen, que es a 16 de Julio, por
ser en esta tierra tiempo de muchas aguas, y no poderse celebrar con la sol-
emnidad necesaria, ni los devotos cofrades pueden concurrir a la fiesta. Por
especial Breve Apostólico se celebraba antes el día 22 de Enero, con tres días
de Jubileo, que conmenzaba el día de San Sebastián, titular de esta iglesia, y
acababa al día siguiente al asignado para la fiesta de la Virgen. Pero como se
veía que no bastaban los tres días de jubileo para satisfacer a la devoción de
la multitud de gente que deseaba ganarlo, se impetró y consiguió otro Breve
Apostólico, extensivo de dicha gracia a cinco días más, que son desde 21 de
Enero hasta 29 inclusive.
Por este motivo y por el de haberse extendido tanto la devoción a Nues-
tra Señora del Carmen en todas las Islas, es uno de los novenarios más céle-
bres
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 571
en este archipiélago, e infinita la gente que concurre a venerar a Nuestra
Señora. Para este novenario concurren todos cuantos Ministros tagalos tene-
mos en Manila y sus contornos; y, a súplica nuestra, acompañan y asisten al
confesonario Religiosos de otras sagradas Religiones, especialmente de la de
San Francisco, y muchos devotos y celosos Ministros clérigos. De modo que
toda la iglesia por ambas bandas se llena de confesonarios, y lo mismo el
Convento para los hombres; y aunque hubiera treinta confesores, no serían
suficientes para oír en penitencia a los devotos. Nos ayudan en tan santo min-
isterio en todas las iglesias de Manila y sus contornos; en tal conformidad,
que sacada la cuenta por las sagradas formas y comuniones que se dan en esta
iglesia por dicho novenario sólo, todos los años vienen a ser de cinco mil a
seis mil comuniones; sin otras muchas que se administran en otras iglesias.
El concurso de devotos en todo el novenario es desmedido; y aún no
bastan los nueve días de indulgencia plenaria; porque muchos, haciendo las
diligencias posibles de su parte, no pueden conseguir el confesar y comulgar
en los dichos nueve días: por lo que suele durar el ejercicio del confeonario
doce y catorce días. Entre año también son muchos los fieles de ambos sexos
que visitan a Nuestra Señora del Carmen con frecuentes confesiones y
comuniones: por lo que es preciso tener dos Religiosos destinados para peni-
tenciarios. De día siempre hay concurso de devotos de la Virgen en la iglesia:
y, si estuviera abierta de noche, hago juicio que habría en ella laus perennis
continua. Por todo lo referido necesita este convento de cuatro Religiosos
tagalos de asiento, y jamás estarán ociosos, sino muy bien empleados y con
no poco trabajo. Al presente hay tres; y se suple con los Religiosos de la
Comunidad de Manila.
Marivelez.- En este pueblo se administran doscientos cuarenta tributos;
y hay en él empadronadas setecientas y más almas de naturales y negros. Este
pueblo es corto y pobre por falta de tierras de labor, porque casi todo su dis-
trito es monte, y por la banda de la playa es tierra arenisca e infructífera. Se
mantienen sus naturales con las cosechas de arroz y trato que tienen en
maderas y pesquería.
Cabcaben.- Tiene este pueblo ciento y cuarenta tributos poco más o
menos, y consta de seiscientas y más almas. Se mantienen en la misma con-
formidad
572 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que los de Marivelez, y es su Visita o Anejo. Por la distancia que hay de un
pueblo a otro, que es de tres leguas, poco más o menos, por mar y tierra, y por
la dificultad que hay de administrar a los de esta Visita de Cabcaben, espe-
cialmente en tiempo de aguas, porque no se puede ir embarcado sin peligro
manifiesto de la vida por causa de los muchos temporales, corrientes y mares,
ni tampoco por tierra por las muchas avenidas de los ríos, administra esta
Visita el Prior de Marivelez, a pesar de ser tan pobre, sin que reciba aumento
del ordinario estipendio.
Pueblo de la isla de Marivelez.- En la isla que llaman del Corregidor, o
de Marivelez, teníamos un pueblo formado, y era Visita de Marivelez; porque
en dicha isla, de orden de su Majestad, vivía y debe vivir el Corregidor de
Marivelez, como Cabo superior y centinela principal, para dar aviso a Manila
con los fuegos acostumbrados de cualesquiera embarcación extraordinaria, de
comercio o enemigos, que vengan de fuera a Manila, y no puedan entrar en su
bahía sin que sean descubiertos muy de antemano y se dé aviso al Gobierno.
Esta isla está a la entrada de la bahía de Manila, y forma dos bocanas, una
ancha, pero peligrosa por su poco fondo y por el bajo de San Nicolás y dos
islotes, todo lo cual dificulta el paso: la segunda es más estrecha, a distancia
de un tiro de cañón de tierra firme, pero de más fondo y más limpia, por la
cual pasan las embarcaciones grandes. En la cumbre de la isla que mira mar
afuera hay una atalaya y un centinela con su anteojo de larga vista, para des-
cubrir todas las embarcaciones que vienen de fuera. En sus contornos se tiene
prevenida gran cantidad de leña, para hacer hogueras y con ellas dar el aviso
a Manila de la clase de embarcación que llega: se hace una hoguera para las
somas y champanes de China; dos para los barcos de comercio de cabotaje,
de Cantón y de otras partes de la India; tres para los navíos de España; y si
viene barco enemigo se prende fuego a todos los montones de leña. Cuando el
Corregidor vivía en la isla con su guarnición de soldados, los indios acudían
tranquilos y formaban sus sementeras; de que resultó un buen pueblo con
iglesia y convento, que administraba el Prior de Marivelez o su Compañero.
Pero desde el año 1720, en que el Corregidor Don Juan de Molina abandonó
la isla y se fué a vivir a Marivelez, contra las órdenes de su Majestad y los
consejos de los PP. Recoletos, se perdió todo. Después los Corregidores han
vivido en cualquier parte menos en la isla que tenían asignada.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 573
Moron.- Tiene este pueblo ciento y cuarenta tributos de naturales y
negros, y setecientas almas por todos.
Bagac.- Este pueblo es Visita o Anejo de Moron, distante de éste por
mar y tierra como cuatro leguas: consta de ciento veinte tributos de naturales
y negros, y de seiscientas almas poco más o menos; que administra el Prior de
Moron.
Subic.- Este pueblo lo fundaron nuestros primeros Misioneros, y des-
pués se perdió del todo: hasta que el año de 1728 se comenzó a restaurar; y el
siguiente de 1729, a pedimento de los naturales de él, este superior Gobierno
les concedió Ministro misionero de asiento, para la reducción de los muchos
naturales y negros infieles de los montes circunvecinos. Desde el año 1729,
que comenzó esta Misión, se ha restaurado el pueblo y se ha aumentado.
Consta al presente de ciento y setenta y cuatro tributos, y de seiscientas al-
mas, poco más o menos. Tiene un Ministro misionero.
Uguit.- Este pueblo es nuevo y de nuevos cristianos, que vivían antes
en su infidelidad en los montes inmediatos de Calasag y Aglao. Fundaron este
pueblo los Misioneros de Subic, a cuya jurisdicción pertenece como su Visita
o Anejo. Consta de ciento treinta y tres personas nuevamente reducidas a
nuestra santa fe católica, con las que se fundó y formó este pueblo; y desde su
fundación se han bautizado en su iglesia doscientas y siete personas de todas
edades: por lo que consta este pueblo nuevo de trescientas y cuarenta almas,
las que se deben tener por gloriosos progresos de esta Misión: así mismo se
deben contar treinta y siete cristianos, nuevos todos, que han muerto en este
pueblo desde su fundación. El P. Ministro y Misionero percibe por su esti-
pendio lo correspondiente a los tributos que administra en estos dos pueblos
de Subic y Uguit; y lo restante hasta el cumplimiento de cien pesos, en reales
y cien fanegas de arroz, se libra de la Real Caja.
Iba.- Tiene este pueblo doscientos y cincuenta tributos, y mil ciento y
treinta almas; y lo administra un P. Ministro misionero.
Cavangaan.- Tiene este pueblo ciento y treinta tributos y más de
quinientas almas. Es Visita o Anejo de Iba, distante cuatro leguas por mar y
tierra; y lo administra el Prior de Iba.
574 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Babayan.- Este pueblo es nuevo, fundado el año 1736. Consta de más
de mil almas cristianas de ambos sexos y de todos estados, y de quinientos
treinta y seis catecúmenos indios, apóstatas, infieles, negros y valogas, que
son mestizos de indios y negros. Habiéndose fundado esta Misión dicho año
de 1736 con trescientas y sesenta almas de cristianos nuevos y de
catecúmenos de todos estados, se viene en claro conocimiento de que desde
su fundación hasta el presente año de 1751, hay de aumento en ella más de
mil ciento setenta y seis almas de dichos cristianos y catecúmenos: con la
circunstancia de que ciento sesenta de los dichos moradores de esta Misión
pagan tributo a su Majestad.
Presidio o Fuerza de Painaben.- Este Presidio se fundó para contener a
los muchos infieles indios y negros que habitan en los montes circunvecinos,
que continuamente hostilizaban los pueblos de los cristianos; y desde que se
fundó se les ha contenido; porque solamente el nombre de Cota, que llaman
ellos a la Fuerza, los atemoriza. Tiene de dotación treinta y seis plazas de
soldados españoles y pampangos, al mando del Corregidor de la Provincia,
que es Cabo superior de esta Fuerza y vive de continuo en ella. El Prior y
Ministro de Iba es su capellán, al cual se le asigna un compañero para que
pueda atender a todo. Dista la Fuerza del pueblo de Iba como media legua.
Masinloc.- Tiene este pueblo doscientos cincuenta tributos y novecien-
tas veintidós almas, administradas por un P. Recoleto.
Santa Cruz.- Es Visita de Masinloc, distante de éste seis leguas: tiene
doscientos tributos y seiscientas treinta almas, administradas por el Com-
pañero del Prior de Masinloc.
Bolinao.- Tiene trescientos setenta tributos y medio, y mil seiscientas y
una almas, que administra uno de nuestros Religiosos.
Agno.- Es Visita de Bolinao, y dista de éste seis leguas: tiene ciento tre-
inta y un tributos y medio, y seiscientas sesenta y dos almas, que las adminis-
tra el Religioso Compañero del Prior de Bolinao.
San José de Casborran.- Es también Visita de Bolinao, y dista de él
como cuatro leguas: tiene ciento setenta y ocho tributos, y setecientas cin-
cuenta almas, que administra otro Religioso Compañero del Prior de Bolinao.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 575
Mabalacat.- Se fundó el año 1712, por orden del Gobierno y contra la
voluntad de la Provincia: tiene ciento cincuenta almas de indios, errantes y
fugitivos, y reducidos a vida política y cristiana, y setenta y dos nuevos cris-
tianos negros y valogas, o sea, mestizos de negros e indias; y cuarenta y ocho
catecúmenos de los dichos; administrados por un Religioso. La experiencia
confirma la razón que tuvo nuestra Provincia para oponerse a su fundación;
pues sólo se bautizan los niños moribundos, sin repugnarlo sus padres in-
fieles; y también la mayor parte de los adultos cuando están en el artículo de
la muerte; de los cuales han muerto setenta y cinco catequizados y recién
bautizados.
Bamban.- Se fundó con las mismas circunstancias del anterior el mismo
año de 1712. Tiene esta Misión cuatrocientas veintiséis almas de indios
nuevamente reducidos, negros y valogas, nuevos cristianos de todos estados;
y noventa y un catecúmenos de los dichos, administrados por un Religioso.
Débense tener por fruto espiritual de estas dos Misiones trescientas sesenta
almas de nuevos cristianos y catecúmenos, con los que se fundó la Misión y
pueblo nuevo de Babayan en la otra banda de los montes pertenecientes a la
Provincia de Zambales. De estas dos Misiones se cobran ciento cincuenta
tributos, pero no son seguros, porque los indígenas se desempadronan cuando
quieren.

ISLA DE MINDORO
Calapan.- Este pueblo es la Cabecera de la isla y Provincia de Mindoro,
donde reside el Corregidor y el Vicario Provincial de los Ministerios de la
isla: tiene ciento sesenta tributos, y quinientas sesenta y cinco almas, adminis-
tradas por un Religioso.
Baco.- Es Visita de Calapan; tiene ciento veinte tributos, y quinientas
noventa almas; dista de la Cabecera cuatro leguas por mar y luego por río
arriba.
Subán.- Es también Visita de Calapan; dista tres leguas de Baco; y tiene
treinta tri-butos y ciento cincuenta almas.
576 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Minolo.- Es igualmente Visita de Calapan; tiene diecinueve tributos y
noventa y cinco almas; y dista de Subán seis leguas por mar.
Camoron.- Es Visita de Calapan, dista de Minolo cuatro leguas; y tiene
veintiocho tributos y ciento noventa almas.
Ilog.- Dista tres leguas de Camoron, es Visita de Calapan; y tiene cuar-
enta tributos y doscientas almas: de él se han llevado los moros muchos cau-
tivos y a otros han muerto.
Talasongan.- Está en la Abra o Cañada que llaman de Ilog; se fundó a
petición de los nuevos cristianos, con licencia del Gobierno, el año 1722. Se
fundó con veintisiete cristianos nuevos y doscientos cincuenta infieles
catecúmenos, llamados Ilayas o Manguianes, y fué en mucho aumento hasta
el año 1739, que quemaron el pueblo, iglesia y convento y lo robaron los mo-
ros, llevándose muchos cautivos y quedando la Misión perdida. Luego se
restauró algo, y la volvieron a quemar los moros el 1740. A pesar de no haber
quedado nadie en la Misión, nuestros Religiosos han trabajado con tanto celo,
que al presente la forman más de trescientas cincuenta almas de ilayas o man-
guianes, que son nuevos cristianos, y mil infieles catecúmenos, que se espera
serán pronto bautizados. De modo que entre cristianos y catecúmenos hay en
esta Misión más de mil cuatrocientas almas, que administra un Religioso.

Calavite.- Tiene cien tributos y como quinientas almas, que administra


un Religioso.
Santo Tomás.- Es Visita de Calavite y dista de él cuatro leguas; tiene
cuarenta tributos y ciento quince almas.
Mamburao.- Es Visita de Calavite; dista de él como diez leguas; y con-
sta de treinta tributos y como ciento y cinco almas.
Santa Cruz.- Es también Visita de Calavite; dista de Mamburao cinco
leguas; y tiene cuarenta tributos y ciento ochenta y cinco almas.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 577
Dongon.- Es Visita de Calavite; dista de Santa Cruz como cuatro
leguas; y consta de ciento cuarenta tributos y seiscientas noventa y cinco al-
mas.
Ililin.- Dista de Dongon cinco leguas; y tiene cuarenta tributos y dosci-
entas ochenta almas.
Mangarin.- Es Visita de Calavite; dista de Ililin cuatro leguas; tiene cin-
cuenta tributos y doscientas ochenta y cinco almas. En todo este Partido de
Calavite con las continuas invasiones de los moros se han perdido muchas
almas; y todos los pueblos, desde el primero hasta el último, están quemados
y arruinados por los moros; y los pocos cristianos que han quedado viven en
los montes; y de aquí el gran trabajo de los Misioneros para doctrinarlos y
administrarles los santos Sacramentos.
Nauhan.- Es cabeza de Partido, que administran dos Religiosos: tiene
ciento catorce tributos y como cuatrocientas almas.
Pola.- Es Visita de Nauhan, del cual dista cuatro leguas; y tiene treinta
y cuatro tributos y ciento catorce almas.
Pinamalayan.- Es Visita de Nauhan; dista tres leguas de Pola; y tiene
setenta y cinco tributos y doscientas cuarenta y dos almas.
Balete.- Es Visita de Nauhan; dista tres leguas de Pinamalayan; y tiene
noventa y nueve tributos y trescientas dos almas.
Sumagui.- Dista de Balete cinco leguas; tiene ciento veintiún tributos y
trescientas setenta y dos almas. En todo este Partido de Nauhan se han per-
dido muchas almas por las continuas hostilidades de los moros.
Bongabon.- Es cabeza de Partido, que administra un Religioso: tiene
ciento cuarenta y nueve tributos y seiscientas cuarenta y cinco almas.
Vasig.- Es, como los dos siguientes, Visita de Bongabon, del cual dista
siete leguas; y tiene ochenta y nueve tributos y cuatrocientas cuarenta y cinco
almas.
578 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Manaol.- Dista del anterior seis leguas; tiene cuarenta y nueve tributos
y doscientas cuarenta y cinco almas. Los moros destruyeron este pueblo el
año 1736; y en él cautivaron y mataron a muchos cristianos, y desenterraron
el cádaver del P. Prior y Ministro Fr. Diego de la Virgen del Camino, muerto
de cuatro días, porque no creían a los cautivos que decían haberlo enterrado y
del cadáver hicieron burla y escarnio.
Bulalacao.- Dista del anterior siete leguas; y tiene treinta y seis tributos
y ciento ochenta almas. Todos los pueblos de esta isla de Mindoro son
pequeños y pobres, y están todos arruinados; por las continuas invasiones de
los moros. Los Religiosos casi siempre viven en los montes con imponder-
ables trabajos. Y es lástima que, siendo la isla tan fértil y rica y estando muy
poblada de infieles ilayas o manguianes de buen carácter, los Misioneros no
puedan hacer nada, porque el Gobierno la tiene indefensa.

OBISPADO DE CEBÚ
Provincia de Calamianes
Taytay.- Es la Cabecera de la Provincia, donde residen el Alcalde
Mayor y el Vicario Provincial de todos los Ministerios de esta Provincia. Su
jurisdicción se extiende a nueve islas, que son: Cuyo, Agutaya, Coron, Cala-
mian, Busuagan, Linacapan, Paragua, Dumaran y Balabac. Taytay tiene
ciento cuarenta y seis tributos de cristianos indígenas y unas setecientas al-
mas; además, cuatrocientos trece tributos de infieles catecúmenos en todo su
Partido, unos y otros catequizados y administrados por el P. Fr. Cayetano de
San Vicente Ferrer.
Real Fuerza de Santa Isabel de Taytay.- En esta Cabecera hay una
Fuerza o castillo muy capaz y de las mejores de estas islas. Está dotada de dos
compañías de soldados, una de españoles y otra de pampangos con buena
artillería: el Capitán y Castellano es el Alcalde mayor de la Provincia; y
capellán real es el Prior de Taytay, a quien siempre se le asigna un Religioso
compañero para la mejor administración.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 579
Isla de Dumaran.- En esta isla, que dista de Taytay quince leguas, hay
un pueblo que se llama, como ella, Dumaran, y es Visita de Taytay: tiene
noventa y dos tributos y cuatrocientas sesenta almas. Los moros quemaron
este pueblo, y sigue abandonado; y sus moradores pasaron a vivir a la tierra
firme inmediata de la Paragua.
Aborlan.- Como Taytay está situado en la parte norte de la isla de la
Paragua, a distancia de setenta leguas hacia el sur de Taytay está Aborlan, en
el río de su mismo nombre, y es Anejo de Taytay: consta de sesenta y siete
tributos y más de trescientas almas. Todo el Partido tiene setecientos
diecisiete tributos, entre cristianos y catecúmenos y mil doscientas almas cris-
tianas; y mil cincuenta infieles adultos catecúmenos.
Calatan.- Está en la misma isla de la Paragua; dista cuatro leguas de
Taytay; y tiene doscientos setenta tributos, cuatrocientas treinta almas cris-
tianas y doscientos infieles catecúmenos.
Isla de Calamian.- De ella toma su nombre la Provincia de Calamianes.
En ella hay un pueblo llamado Culión por el sitio en que está fundado: dista
de Taytay veinte leguas: y tiene doscientos cuarenta tributos y seiscientas
almas, administradas por el P. Fr. José de la Asunción. Para defensa de todos
erigió aquí la Provincia de San Nicolás una buena Fuerza con dotación de
cañones medianos y pequeños y sesenta armas menores de pedreros, ar-
cabuces y pinzotes; y todo lo mantiene a su propia costa.
Isla de Linacapan.- Esta isla dista de la de Calamian como diez leguas:
hay en ella un pueblo de su nombre, que es Visita de Culión: consta de ciento
cincuenta tributos y cuatrocientas cincuenta almas. Hay en ella un peñón o
monte de piedra acantilada, al que se sube por una escalera de caña; y en su
cumbre hay un baluarte con artillería suficiente, fundado y mantenido a ex-
pensas de nuestra Provincia.
Isla de Busuagan.- En esta isla hay un pueblo de su nombre, que es
también Anejo de Culión; y tiene cincuenta y tres tributos y doscientas almas.
Este pueblo lo quemaron y destruyeron los moros; por lo cual los indígenas se
trasladaron a Culión y Linacapan, a fin de vivir con alguna seguridad.
580 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Isla de Coron.- Esta isla es toda de piedra y de muchas cuevas, que
sirven de casas a sus moradores; y tiene en medio una laguna de agua dulce.
Está tan próxima a la de Busuagan (o Busuanga), que sus habitantes pasan en
una balsa de caña a trabajar sus sementeras. Entre las dos islas hay una si-
langa, a modo de río, tan angosta que con un tiro de piedra se alcanza de una
banda a otra. Esta isla de Coron es inaccesible; porque no hay más que un
camino angosto para subir a ella uno a uno; de modo que con piedras tienen
los de arriba cerrado el paso. Viven en ella como doscientos cincuenta in-
fieles indígenas; algunos pagan tributo a su Majestad, y todos son
catecúmenos: tienen especial afecto a los Religiosos e inclinación a los
españoles: los catequiza el P. Ministro de Culión. De estos infieles y otros de
Linacapan se bautizaron el año de 1749 sesenta y dos adultos. En las cuevas,
quebradas riscos y breñas de esta isla se coge gran porción de cera y mucho
nido de un pájaro poco menor que una golondrina, el cual se come, y es muy
medicinal y de mucha sustancia. De la espuma de mar y algunas yerbas muy
tiernas que se crían en sus salobres aguas hace dicho pájaro su casilla o nido
muy curioso, según lo hacen las golondrinas. Cogen los indígenas la casilla o
nido conforme está entero, y deshaciéndolo en hebras, parecen éstas de
pechuga de gallina; y cocidas en agua con un poco de azúcar, sin añadir otra
cosa se hace una escudilla de más sustancia que de gallina; la que usan mucho
en estas islas para los sanos y enfermos; y cada onza de dicho nido vale más
de un real de plata; y es menester mucho empeño para conseguirlo, aun
pagándolo bien. Los moradores de esta isla son también muy aplicados a la
pesquería, y muy comerciantes con las islas inmediatas de Mindoro y Cala-
mianes: hacen su oficio personal, y sirven en el Convento y pueblo de Culión
que es la Cabecera, cuando les toca, con tanta puntualidad como los cris-
tianos. El Partido de Calamian, Linacapan, Busuagan y Coron tienen quinien-
tos cuarenta y tres tributos de cristianos y catecúmenos y mil doscientas alma
cristianas con más de quinientos catecúmenos. Al P. Prior de Culión se le
asigna un Religioso compañero para la buena administración de todo el Par-
tido.
Isla de Cuyo.- En esta isla hay un pueblo de su nombre, que consta de
cuatrocientos treinta y tres tributos y medio y de dos mil sesenta almas, a
cargo de un Religioso. Nuestra Provincia construyó en este pueblo de Cuyo
una Fuerza a sus expensas, y la mantiene dotada de armas, pólvora y balas y
la defienden los naturales sin percibir sueldo alguno.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 581
Isla de Alutaya (o Agutaya).- En esta isla hay un pueblo de su nombre,
que consta de ciento ochenta y cuatro tributos y de ochocientas veinte almas,
que administra un Religioso. También aquí erigió y mantiene nuestra Provin-
cia una Fuerza. Estas islas de Cuyo y Agutaya distan entre sí unas seis leguas;
pero da la circunstancia de que no se puede ir o volver de una a otra en medio
año.

PARTIDO DE ROMBLÓN
Isla de Romblón.- En esta isla hay un pueblo de su nombre, que consta
de doscientos cuarenta y siete tributos y más de mil almas, a cargo del Padre
Fr. Roque de la Virgen del Carmen. También aquí edificó y conserva nuestra
Provincia a sus expensas una buena Fuerza de piedra, como defensa contra
las invasiones de los moros.
Isla de Usigan o de Tablas; y pueblo de Hiriocan.- En esta isla hay tres
pueblos; el primero se llama Hiriocan, es Visita de Romblón, y el Padre Min-
istro necesita un día de navegación para llegar a él: consta de ciento diez
tributos.
Lalanan.- Este es el segundo pueblo; y el P. Ministro necesita un día de
navegación para ir a él desde Hiriocan, y eso con buena boga: tiene ciento
treinta tributos.
Cabolotan.- Es el tercero; y desde Romblón a él se emplea medio día de
navegación; tiene cien tributos.
Isla de Zibuyan.- En esta isla hay también tres pueblos, que son Anejos
de Romblón; y para llegar a ellos se emplea un día de navegación muy pe-
ligrosa por las muchas corrientes.
Canit.- Es el primero, y consta de cien tributos.
Cahiriocan.- Es el segundo, y tiene ochenta y cuatro tributos.
582 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
San Juan de Mailog.- Es el tercero; y se fundó el año 1745 de indígenas
que antes vivían en su infidelidad en las serranías de los montes; y gracias al
celo y a los trabajos de los PP. de Romblón Fr. Juan de San José, alias, Cam-
panario, Fr. José de San Bruno y el actual Fr. Roque de la Virgen del Carmen,
fueron sacados de los montes y catequizados: y desde el año 1744 hasta el de
1750, se han convertido a nuestra santa fe y han sido bautizados cuatrocientos
cuarenta y nueve, que ahora componen este nuevo pueblo, cuya fundación fué
aprobada por el Rey por Real Cédula fechada en el Buen Retiro a 2 de Sep-
tiembre de 1747. Según privilegio general, los convertidos no pagan tributo
hasta cumplir los diez años de su conversión. Entre todos los pueblos de di-
chas islas de la jurisdicción de Romblón hay setecientos noventa y siete tribu-
tos y medio y cuatro mil treinta y cuatro almas. El Prior tiene un Religioso
compañero; pero se necesitan dos más para la debida administración.
Isla de Banton.- En esta isla hay un pueblo de su nombre, que tiene do-
scientos treinta y cuatro tributos y novecientas sesenta y dos almas, a cargo de
un Religioso, independiente del de Romblón, que también administra las dos
islas siguientes, que son sus Anejos. En las tres se han construido baluartes
para defenderse de los moros.
Isla de Simara.- El pueblo del nombre de esta isla tiene ciento catorce
tributos y medio y quinientas dos almas.
Isla de Sibali o Maestre de Campo.- En esta isla, que los españoles lla-
man del Maestre de Campo, y los indios Sibali, hay un pueblo de su misimo
nombre, que tiene setenta y cuatro tributos y medio y trescientas diez almas.
El año pasado de 1750 llegaron a esta isla los moros con once embarcacione
grandes llamadas caracoas, y quemaron iglesia, convento y pueblo, lleván-
dose muchos cautivos. Del Partido de Romblón se llevaron más de cincuenta
cristianos.

OBISPADO DE NUEVA CÁCERES


Isla de Masbate.- La Cabecera de esta isla se llama Mobo, y los seis
pueblos que se enuncian a continuación son sus Visitas o Anejos, todos en la
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 583
misma isla. Mobo tiene ciento treinta tributos y seiscientas almas, a cargo de
un Religioso y su compañero, para administrar todos los demás.
Palano.- Es el segundo, distante de Mobo tres leguas; y tiene sesenta
tributos y cuatrocientas almas.
Balino.- Es el tercero, que dista del anterior tres leguas, y tiene sesenta
tributos y quinientas almas.
Magsalangit.- Es el cuarto, que está en la contra costa de la isla,
mirando a Panay, y tiene cincuenta tributos y doscientas cincuenta almas.
Nabangi.- Es el quinto, y está en la contra costa, mirando a Leite; y
consta de setenta tributos y cuatrocientas almas.
Buracan.- Es el sexto, que dista cuatro leguas de Mobo, y está en la
parte que mira a Aibay: consta de doscientos tributos y ochocientas almas.
Isla de Ticao.- En esta isla hay un pueblo de su nombre, que tiene
ciento cuarenta tributos y seiscientas almas, a cargo de un Religioso inde-
pendiente de Masbate.
Isla de Burías.- El pueblo de este nombre dista cuatro leguas de Ticao,
y es su Visita, con cincuenta tributos y trescientas cincuenta almas.
Lanán.- Este pueblo está en la isla de Masbate, sirve de escala al Prior
de Picao para pasar a Burías, que es su Visita: tiene ciento setenta y siete
tributos y seiscientas almas.
Isla de Cebú.- En esta isla y ciudad del Santísimo Nombre de Jesús de
Cebú tenemos el Convento de la Purísima Concepción, extramuros de la ci-
udad. Al principio tuvo la administración espiritual de la isla de Maripipi;
pero después ésta se agregó al curato de Bantayan; y quedó el Convento libre,
dedicándose el Prior y su compañero al púlpito y administración de sacra-
mentos en dialecto bisaya, y a la asistencia de los enfermos y moribundos,
por lo que eran muy estimados. Pero como la ciudad de Cebú vino después
muy a menos, nuestros Religiosos, que vivían de las limosnas de los fieles, lo
pasaban con mucha estrechez; y entonces, a petición nuestra, los PP. Agusti-
nos Calzados nos cedieron la administración de los dos pueblos siguientes:
584 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Cotcot.- Dista de la ciudad de Cebú cuatro leguas; consta de doscientos
tributos, y de cincuenta casas de cebuanos que por privilegio Real no pagan
tributo; y habrá como unas mil almas.
Nahalin.- Dista de Cotcot cuatro leguas, y es, como el anterior, Visita
de nuestro Convento de Cebú; tiene ciento treinta tributos, y veinte casas de
cebuanos que no pagan tributo por privilegio; y habrá más de quinientas al-
mas: ambos pueblos están administrados por el Prior de Cebú y su com-
pañero.

ISLA DE MINDANAO
Tandag.- Este pueblo es la Cabecera de la Provincia de Caraga, donde
reside el Alcalde Mayor y el Prior: y como viven en él españoles y pampan-
gos, solamente tiene cua-renta y seis tributos indígenas, porque éstos huyen
de las vejaciones de aquéllos. En todo el Partido habrá sólo mil treinta almas.
Fuerza de Tandag.- La edificaron los españoles; tiene dos compañías de
españoles, mestizos y pampangos, al mando del Alcalde Mayor: su capellán
es un Religioso nuestro que ayudado de su compañero administra a su mora-
dores, y además las cinco Visitas siguientes:
Tago.- Dista legua y media de Tandag por mar y tierra; tiene ciento tre-
inta tributos y seiscientas almas.
Marihatac.- Dista de Tago cuatro leguas; tiene 36 tributos y 150 almas.
Liangan.- Dista del anterior cinco leguas: y tiene 80 tributos y 350 al-
mas.
Calagdan.- Dista siete leguas de Tandag; y tiene 300 tributos y 1.200
almas.
Bayuyo.- Dista del anterior media legua; y tiene doscientos tributos y
mil almas.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 585
Bislig.- Es Cabeza de Partido; tiene cincuenta tributos y doscientas cin-
cuenta almas. El P. Prior de este pueblo tiene además a su cargo las cuatro
Visitas siguientes:
Ginatoan.- Dista de Bislig medio día de navegación con buena boga;
tiene cien tributos y cuatrocientas cincuenta almas.
Catel.- Dista del anterior seis leguas; tiene ciento cincuenta tributos de
cristianos y cincuenta de catecúmenos infieles y unas mil almas. Tiene una
Fuerza, que el año 1722 defendió heroicamente el P. Fr. Benito de San José
cuando le asaltaron los moros.
Baganga.- Tiene 80 tributos de cristianos y 30 de infieles catecúmenos,
y unas 450 almas.
Caraga.- De este pueblo toma su nombre la Provincia, y es el último de
los dominios del Rey en estas islas: tiene cincuenta tributos de cristianos,
ciento diez de infieles catecúmenos; y doscientas cincuenta almas cristianas,
y quinientas de catecúmenos. En los montes del Partido de Bislig hay
muchísimos infieles, llamados tagabaloyes, que son muy dóciles y amigos de
los españoles; y si hubiera suficiente número de Religiosos, se conseguiría
mucho fruto espiritual.
Isla de Siargao.- Esta isla está en el golfo, y dista de la de Mindanao
cuatro leguas: su pueblo principal es Caolo, cabeza de Partido; y tiene ciento
veinte tributos y unas seiscientas almas. Tiene además en la misma isla las
dos Visitas siguientes:
Cabontog.- Dista seis leguas de Caolo, navegando por una silanga;
tiene doscientos tributos y ochocientas cincuenta almas.
Sapao.- Dista de Caolo cuatro leguas, navegando por la silanga; tiene
ciento treinta y cinco tributos y unas seiscientas treinta y cinco almas.
La cabecera de Caolo tiene además en la isla de Mindanao las tres Visi-
tas siguientes:
Higaquet.- Dista de Caolo cuatro leguas: y tiene ciento sesenta tributos
y unas setecientas almas.
586 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Pahuntungan.- Dista del anterior dos leguas; y tiene ciento sesenta
tributos y unas ochocientas almas.
Surigao.- Dista del anterior cuatro leguas, navegando por la silanga; y
tiene ciento treinta y cinco tributos y quinientas almas.
Isla de Dinagat.- Dista de Surigao como tres leguas: el pueblo de su
nombre es Visita de Caolo; tiene ciento cuarenta y tres tributos y seiscientas
almas. Hay en esta isla muchos indios fugitivos de sus pueblos, que no cum-
plen como cristianos; y los Misioneros hallan grandes dificultades para re-
ducirlos, especialmente por los peligros de la navegación y escasez de Re-
ligiosos.
Butuan.- Es cabeza de Partido; tiene ciento sesenta tributos y setecien-
tas cincuenta almas, a cargo del P. Fr. Lucas de la Cruz, que administra tam-
bién las siete Visitas siguientes:
Talacobon.- Subiendo por el río de Butuan, que es de los más cau-
dalosos y de más impetuosa corriente de estas islas, y navegando por él tres
días continuos, está a su margen el pueblo de Talacobon, que tiene cincuenta
tributos y doscientas cincuenta almas.
Hibón.- Subiendo por el mismo río, a distancia de cinco leguas del ante-
rior está Hibón, que tiene sesenta tributos y doscientas cuarenta almas.
Linao.- Navegando río arriba otros tres días desde Hibón, se entra en la
laguna de Linao, y en su margen está el pueblo de su mismo nombre, que
tiene setenta tributos y doscientas ochenta almas: hay un Presidio con su cabo
y ocho soldados españoles. La administración de estos tres pueblos es tan
penosa, que en el tiempo más bonancible tiene que navegar el P. Misionero
por el río lo menos doce días desde Butuan hasta Linao. En esta laguna de
Linao desembocan muchos ríos, cuyas márgenes están pobladas de muchísi-
mos infieles blancos, llamados manobos. Desde Linao se va en una jornada
hasta el Partido de Bislig; y toda aquella dilatada región está poblada de di-
chos infieles, para administrar a los cuales no bastarían catorce Religiosos
(que no los hay), que lograrían mucho fruto espiritual.
Tubay.- Bajando por el río de Butuan y costeando el mar hasta el río de
Tubay, a distancia de cuatro leguas, está el pueblo de Tubay, que tiene 50
tributos y 250 almas.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 587
Habongan.- Subiendo por el río Tubay, a distancia de seis leguas de
éste, está el pueblo de Habongan, que tiene 149 tributos y unas seiscientas
almas.
Mainit.- A distancia de seis leguas del anterior, río arriba, se entra en la
laguna de Mainit, en cuya margen está el pueblo de su nombre, con 155 tribu-
tos y 610 almas.
Hingoo.- Navegando por el mar desde el río Butuan y costeando la isla
de Mindanao hacia Cagayán, a distancia de ocho leguas está el pueblo de
Hingoo, que tiene 198 tributos de cristianos y 20 de infieles catecúmenos, y
600 almas cristianas y 80 de catecúmenos. En la ensenada de este pueblo hay
muchísimos infieles manobos blancos, muy dóciles y afectos a los Religiosos,
que se harían cristianos si hubiera Misioneros para ellos.
Isla de Camiguin.- Dista de la de Mindanao dos leguas; es pequeña,
pero muy fértil y abundante en todo: tiene los dos pueblos siguientes:
Catarman.- Es cabeza de Partido, y tiene doscientos doce tributos y
ochocientas almas, a cargo de un P. Recoleto, que también administra los
Anejos siguientes:
Ginsiliban.- Dista del anterior cuatro leguas; y tiene 90 tributos y 400
almas.
Balinguan.- Este pueblo está en la isla de Mindanao y enfrente de
Camiguin, a distancia de tres leguas; tiene cincuenta y cinco tributos y
cuatrocientas veinticinco almas.
Cagayán.- Es cabeza de Partido y pertenece al nuevo Corregimiento de
Iligan: tiene ciento sesenta tributos y setecientas almas. Hay en él un Presidio
con un cabo y ocho soldados españoles y cuatro pampangos. Dos Religiosos
administran este pueblo y las cinco Visitas siguientes:
Hiponan.- Dista de Cagayán dos leguas por tierra y cuatro por mar: y
tiene ciento veinte tributos y cuatrocientas sesenta almas.
588 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Agusan.- Dista de Cagayán tres leguas por mar; y tiene 150 tributos y
600 almas.
Tagoloan.- Dista de Cagayán cuatro leguas por mar; y tiene 80 tributos
y 300 almas.
Gompot.- Dista de Cagayán seis leguas por mar; y tiene 140 tributos y
600 almas.
Tagulanao.- Subiendo por el río de Cagayán, a distancia de tres leguas
está este nuevo pueblo, que tiene cien tributos y cuatrocientas almas; fruto de
la Misión de Pinagavian. Es tan dificultosa la administración de este Partido
por las dificultades del mar y las invasiones de los moros, que serían pocos
cuatro Religiosos, y no hay más que dos.
Pinagavían.- Esta Misión se fundó el año 1723, a petición de los que
vivían en los montes y de los tagoloan. Es también Visita de Cagayán; y tiene
sesenta tributos, cincuenta neófitos que aún no pagan tributo y doscientos
infieles catecúmenos, que hacen un total de cuatrocientas noventa almas.

HOSPICIO DE MÉJICO
En el Hospicio de San Nicolás de Tolentino de la ciudad de Méjico en
Nueva Espa-ña hay un Religioso sacerdote, como Presidente, y dos Hermanos
legos.
Actualmente componen esta Provincia de San Nicolás de Tolentino de
Filipinas ciento doce Religiosos, entre sacerdotes, coristas y legos. Seis de
ellos han tomado el hábito en esta Provincia; y los ciento seis restantes han
venido de España, los cuales pertenecían a las tres Provincias que allí tiene
nuestra Congregación.
En las veintiuna Misiones formadas en España han venido a estas Islas,
hasta la fecha, quinientos catorce Religiosos; de los cuales han muerto entre
los trabajos de su apostólico ministerio cuatrocientos seis: sin contar otros
que costeó la Provincia, sin ayuda de la Real Hacienda, y que han muerto en
servicio de ambas Majestades; y los que tomaron el santo hábito en nuestro
Convento de Manila.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 589
De los ciento doce Religiosos que hay ahora en esta Provincia, noventa
y siete son sacerdotes, cinco coristas y diez legos: pero descontando los an-
cianos y los enfermos habituales, quedan para el servicio de los Conventos de
Manila, Bagumbayan, Cavite, Cebú y Hospicio de Méjico, y para la adminis-
tración de ciento y dos pueblos, sólo ochenta y siete sacerdotes. Y como en
cada trienio suelen morir de quince a dieciocho Religiosos, se hace preciso
enviar Comisario a España para que suplique al Rey el envío de una Misión
de cincuenta Religiosos; pidiendo al Señor que no le suceda lo que al P.
Comisario Fr. Anselmo de San Agustín, que tardó nueve años en volver, a
causa de las guerras; desde el año 1741 en que fué, hasta el 1750 que regresó
con media Misión; pues la otra parte tuvo que quedarse en Méjico.

RESUMEN
El número de tributos, almas de cristianos, y catecúmenos que están a
cargo de nuestra administración espiritual es el siguiente:

Pueblos y Provincias Tributos Almas Catecúmenos


cristianas

San Sebastián .................... 96 366 Mabalacat .............. 48


Mariveles .......................... 643 2.005 Bamban .................. 91
Pampanga .......................... 74 783 Babayan ............... 536
Zambales ........................... 1.851 7.678 Subic ...................... 25
Mindoro ............................ 1.540 10.912 Ilog .................... 1.000
Calamianes ........................ 1.717 5.148 Taytay .................. 826
Romblón y Banton ........... 1.220 y ½ 5.808 Calatan ................. 200
Masbate ............................. 610 2.950 Culión .................. 500
Ticao .................................. 367 1.550 Catel ..................... 100
Cebú .................................. 330 1.500 Baganga ................. 60
Caraga ............................... 3.340 14.995 Hingoo ................... 80
Corregimiento de Iligan .... 1.167 4.970 Pinagavian ........... 120
TOTAL ................................ 12.955 y 1/2 58.665 ............................. 3.586
590 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El número de infieles adultos convertidos por la predicación de nuestros
Misioneros y bautizados por éstos, desde Abril de 1744 hasta Abril de 1749,
es el siguiente:
En la Provincia de Zambales .......................................18
En la de Mindoro ........................................................39
En la de Calamianes .................................................. 288
En la de Zibuyan........................................................ 449
En la de Caraga .............................................................6
TOTAL ...................................................................... 800
Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan, extramuros de la ciudad
de Manila, de Religiosos Recoletos Descalzos de N. P. San Agustín, y Marzo
día primero de mil setecientos cincuenta y un años.=Fr. José de la Concep-
ción, Rector Provincial.

Tanto había sufrido la Provincia de San Nicolás de Tolentino durante la


primera mitad del siglo XVIII, que se vió obligada a procurar por todos los
medios el envío a Filipinas de una nutrida Misión, para cubrir las faltas de los
muchos Religiosos que habían rendido tributo a la muerte, víctimas de las
mayores penalidades.
En su consecuencia, presentó a las autoridades el cuadro estadístico de su
administración espiritual, para que ellas influyesen en el ánimo del Rey a
favor del envío de cincuenta Recoletos que salvasen la situación angustiosa
de las Misiones1.
A vista del testimonio presentado, el Sr. Arzobispo de Manila recomendó
eficazmente al Rey el envío de los cincuenta Religiosos Recoletos, necesario
"para el gobierno económico y espiritual de los Conventos de esta Ciudad,
San Juan de Bagumbayan, Cavite, Cebú, el Hospicio de Méjico y la adminis-
tración de ciento y dos pueblos que corren a su cargo en veinte y

1
Arch. Prov. Filip. Lib. 1.º de Consul. fol. 91, vto.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 591
siete islas de este archipiélago; siendo constante que, aun viniendo los últimos
estos obreros evangélicos al trabajo de la heredad, han merecido la re-
tribución del jornal como los primeros; compensando la tardanza (que no fué
de su parte), con el afán incesante de las tareas para el aumento de estas cris-
tiandades, sin reparar en los continuos peligros de mar y la gran persecución
de los moros sus confinantes". Así se expresa el Sr. Arzobispo Fr. Pedro en su
informe dirigido al Rey desde Santa Ana de Sapa a 17 de Mayo de 1751.
Con el mismo interés recomendó la solicitud el Sr. Fiscal de S. M. en la
Real Audiencia de Manila. Pero quien dirigió un informe completo al Rey
con el mismo objeto fué el Sr. Obispo de Cebú; informe que transcribimos
íntegro, porque expresa el estado verdadero de nuestra santa Provincia: dice
así1:
"Señor.=En cumplimiento de la Real voluntad de V. M., prevenida por
su Real despacho, su data en Aranjuez a veinte y uno de Mayo de mil
setecientos cuarenta y siete, sobre el punto de dar cuenta a V. M. del estado y
adelantamiento de las reducciones y conversiones y Misiones de sus respec-
tivos distritos de cada diócesis, del número de Misioneros, parajes y sitios de
las Misiones, pueblos formados en ellas, y con expresión numérica de sus
habitadores y sus naturales; ofreciéndose, como de mucho se ofrece este año
presente, que la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Religiosos Descal-
zos de San Agustín de estas Islas, obligada de la necesidad, envía su Comis-
ario o Procurador a esa Corte a solicitar obreros para el cultivo de la racional
mies que es a su cuidado y cargo, debo exponer a V. M. cuanto conducir
pueda al cabal conocimiento de este punto, en que me detendré algo nece-
sariamente, por no faltar a la menor circunstancia de negocio tan grave.
Señor: Esta santa Provincia tiene en este Obispado del Santísimo Nom-
bre de Jesús, de Cebú, enteramente la administración y Misión de la Provincia
de Caraga, sita en la isla de Mindanao; y consta de cuatro Cabeceras o Con-
ventos, que son: Tandag, Bislig, Butuan y Siargao. La Cabecera de Tandag
tiene cinco pueblos o Visitas, que son: Tagis, Masijatag, Liang, Calagdan y
Baynoyn; y en ellos cuatro mil y doscientas almas de confesiones,

1
Ibid. fol. 92 vto. y siguientes.
592 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
poco más o menos, sin los párvulos. Y regularmente son dos, y tres cuando ha
habido copia de sujetos, los Religiosos que administran en dichos pueblos: y
en cada uno de ellos hay iglesia y casa para habitación y morada del Ministro,
una y otra de madera tosca y paja, menos en las Cabeceras, porque en éstas
hay iglesias y conventos de piedra; y esto mismo se debe entender de las
otras.
La Cabecera de Bislig tiene cuatro Visitas, que son: Hinatuan, Catel,
Baganga y Caraga; y en ellas hay, poco más o menos, tres mil almas de con-
fesión; dos Religiosos las administran. Esta Visita y pueblo de Caraga, de
cuyo nombre se denominó toda la Provincia, la última población cristiana que
confina con los moros Mindanaos: y éstos, como adversos a nuestra católica
Religion y enemigos del nombre cristiano, no se descuidan de invadir dicho
pueblo de Caraga. No sólo molestan a los cristianos que en él habitan, sino
también a muchos millares de gentiles que viven retirados en los montes y
quebradas, huyendo del peligro de ser robados, cautivos o muertos por dichos
moros; y por la larga experiencia que tienen de semejantes desgracias, apenas
se atreven a acercarse a los poblados; y mucho menos a los sitios libertados:
por lo que se hace difícilmente practicable la comunicación y comercio de los
Ministros del santo evangelio que han administrado y actualmente adminis-
tran aquel Ministerio; y aunque haciendo rostro a tantos peligros, no cesan de
ganar algunos gentiles que su predicación apostólica agrega al gremio de la
Iglesia.
Sin duda, Señor, se logrará copioso fruto de almas en el dicho pueblo y
sitios circunvecinos a él, si se fabricase un Fuerte con su guarnición corre-
spondiente para antemural de aquella cristiandad y resguardo de los Mision-
eros que cultivasen aquella vasta gentilidad y freno del orgulloso atrevimiento
de los moros, que confiados en la ninguna defensa y la distancia de más de
cuarenta leguas que hay desde dicho pueblo de Caraga hasta la Cabecera de
Tandag, donde reside el Alcalde mayor de la Provincia, muy a su salvo hos-
tilizan a aquellos cristianos y gentiles, que en todas las estancias del año
viven sobresaltados.
La Cabecera de Siargao, sita en isla apartada de la tierra firme, tiene
siete Visitas, que son: Cabunto, Sapao, Surigao, Jigaquit, Pajuntungan, con
otras dos de la isla de Dinaga. Tiene con sus Visitas cinco mil y doscientas
confesiones, que administran dos Religiosos, y tres cuando los hay.
La Cabecera de Butuan tiene siete pueblos o Visitas, que son: Linao,
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 593
Hiboon, Jalacobon, Tubang, Habungan, Mainit y Gingoo; y hay en todos los
dichos pueblos cuatro mil ochecientas confesiones: cuidan de ellos dos Re-
ligiosos, y tres en abundancia de sujetos.
En la Provincia de Dapitan e Iligan tiene esta misma Religión dos
Cabeceras o Conventos. La de Cagayán tiene cuatro Visitas, que son: Balin-
guat, Gompot, Tagoloan e Iponan: hay en esta Cabecera dos mil y quinientas
confesiones, y administran dos Religiosos.
La Cabecera de Camiguin, situada en una isla, consta de dos pueblos: y
en ellos se cuentan dos mil confesiones, que administra un Religioso.
En la Provincia de Panay tiene asimismo esta santa Religión dos Con-
ventos o Cabeceras, que son: Romblón y Banton. Romblón tiene cinco Visi-
tas, y son: Cabulutan, Lalaban, Uriungan, Cavit y Caghincan; y en ellas hay
tres mil y seiscientas confesiones. Administran dichos pueblos dos y aun tres
Religiosos, porque dichas poblaciones están situadas en varias islas.
La Cabecera de Banton tiene Sibalí; administra un Religioso, y tiene
mil y ochocientas confesiones.
La Provincia de Calamianes tiene enteramente a su cargo la misma Re-
ligión, y en ella hay cuatro Conventos o Cabeceras, que son: Taytay, Cuyo,
Linacapan y Agutaya. La Cabecera de Taytay tiene dos Visitas, que son: Ca-
latan y la Paragua: hay en estos tres pueblos dos Religiosos que los adminis-
tran, y en ellos cuatro mil y trescientas confesiones.
Aquí, Señor, me es preciso hacer esta digresión por informar a Vuestra
Majestad, para descargo de mi conciencia, que en la Visita o pueblo de la
Paragua es conveniente al servicio de ambas Majestades que haya un Fuerte
con soldados presidiarios de las infanterías española y pampanga con un cabo
o teniente para seguridad y defensa de aquella cristiandad y de vuestro Real
haber, como para consuelo de los Misioneros del santo evangelio, que con tal
resguardo podrán con sosiego dedicarse a la conversión de innumerables gen-
tiles que habitan en las vecindades de aquel pueblo, y se repararán de las
repetidas invasiones de los moros, que se han llevado muchos centenares de
cautivos, así cristianos como gentiles, sin excepcionarse los Ministros Re-
ligiosos; pues de ellos unos han sido cautivos y otros muertos.
La Cabecera de Cuyo, cuya población es en una isla, tiene más de dos
mil almas de confesión; y en abundancia de Religiosos se ocupan dos en él.
La Cabecera de Linacapan tiene tres pueblos o Visitas, que son: Culión,
594 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Dumarang y Malampaya; adminístralos un Religioso, y tiene más de dos mil
almas de confesión.
La Cabecera de Agutaya tiene un pueblo o Visita, que es Dumalao: los
administra un Religioso, y hay en ambos más de dos mil almas de confesión.
Antiguamente el pue-blo de Dumarang se componía de mil y cuatrocientas
almas; y el de Dumalao de mil y trescientas familias: pero con las frecuente
invasiones de los moros de once años a esta parte, ha sido muy considerable
el número de cautivos que se han llevado: lástima que se llora sin remedio y
en cuya ponderación no me detengo, porque he informado el año de mil
setecientos cuarenta y cinco a V. M. de estas mismas desgracias; no dudando
de su católico y Real celo la providencia del remedio; como ya se experi-
mentó en la providen-cia que contiene la Real Cédula de V. M., que llegó a
estas islas el año próxime pasado; por la cual manda a su Gobernador y
Capitán General que castigue la osadía de los moros enemigos: y ojalá se
consiga proporción de su católico celo y Real vigilancia de V. M., para uni-
versal consuelo de estas cristiandades y desagravio de vuestras Reales Armas.
De suerte que de lo expresionado hasta aquí se sigue que la Provincia
de San Nicolás de estas Islas, en sólo este Obispado administra en la Provin-
cia de Caraga, Dapitan e Iligan, Panay y Calamianes cincuenta y dos pueblo,
treinta y cinco mil y cuatrocientas confesiones, y se ocupan diez y nueve Re-
ligiosos, a que se agregan dos que viven en su convento de esta Ciudad, que
es Hospedaje de Religiosos inservibles en los Ministerios, o por ancianos o
por enfermos, y del Provincial u otro Prelado cuando visita los Ministerios y
Ministros de su obediencia. Estos dos Religiosos que habitan en este Con-
vento alternan con las otras Religiones en los sermones de la Cuaresma y
festividades, autorizan las funciones eclesiásticas, y se ejercitan en las confe-
siones de devoción, que son numerosas y frecuentes, en las de los enfermos y
en las anuales.
En el Obispado de Nueva Cáceres tiene esta misma Religión dos Con-
ventos y Cabeceras, y son: La de Masbate, que tiene ocho Visitas, y en él se
mantienen dos Religiosos, y tres si los hay. La Cabecera de Ticao tiene tres
Visitas; y en él un Religioso. A demás de lo expresionado en el particular de
este dicho Obispado y del de Nueva Cáceres, tiene esta santa Provincia en el
Arzobispado de Manila enteramente la Provincia de Mindoro, en que se ocu-
pan diez y ocho Religiosos; como también la Provincia de Mariveles, y en
ella veinte Religiosos.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO PRIMERO 595
En los extramuros de la Ciudad de Manila y en el Puerto de Cavite tiene
tres Conventos, y en ellos ocho Religiosos. En el Convento de dicha ciudad
de Manila, para el gobierno regular de esta santa Provincia, inclusive el Hos-
picio de Méjico, se ocupan diez y seis Religiosos en los oficios precisos a la
observancia de su sagrado Instituto.
De que se deduce que, siendo como son setenta y un Religiosos los que
indispensablemente están ocupados en dichos Ministerios, por lo menos debe
haber, y solicita esta dicha santa Provincia que haya en ella en todo tiempo
ochenta Religiosos, existentes para suplir las faltas que se pueden ofrecer por
enfermedad o muerte de los Religiosos ocupados, especialmente en los Min-
isterios y Doctrinas de los naturales en quienes, según la experiencia enseña,
son más frecuentes las desgracias, ya por su pesadumbre de la administración,
ya por el sumo desconsuelo de tanta soledad, ya por la falta de asistencia de
médicos y medicinas, y aun de la formal de los mantenimientos, ya por la
destemplanza del suelo y de las lluvias, que arrostran los Ministros con de-
sprecio de su propia salud; por no faltar al cumplimiento de sus obligaciones
surcan mares bravos, forcejean rápidas corrientes de los caudalosos ríos, y
andan por impracticables caminos, por quebradas y peñascos y por espesuras
de soberbios montes.
Todo lo dicho, Señor, se comprueba con lo siguiente: El año de mil
setecientos treinta y siete llegó Misión a esta santa Provincia en número de
cincuenta y dos sujetos con el Comisario de ella; y el año pasado de cincuenta
llegó otro trozo de catorce sujetos: y desde dicho año de treinta y siete hasta
el presente de cincuenta y uno han muerto setenta, según los asientos que
cada Religioso tiene, así para las misas como para los sufragios que esta santa
Provincia acostumbra hacer en beneficio de sus difuntos Religiosos. De que
se evidencia el exceso que hace el número de los difuntos al de los que
penúltima y últimamente llegaron a estas islas de las dos Misiones mencio-
nadas de los años treinta y siete y cincuenta.
Señor: Aunque es verdad que todas las administraciones y misiones de
estas Islas son comúnmente trabajosas, lo son con exceso las que tiene a su
cargo esta santa Religión, por tenerlas en las Porvincias más distantes y por
estar sus poblaciones esparcidas, por no permitir otra cosa el terreno, por los
escabrosos y soberbios montes, por los pantanos inhabitables, y porque la
mayor y mejor porción y más fértil de esta isla de Mindanao por la parte que
confina con la dicha Provincia de Caraga la habitan dichos moros Mindanaos
596 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y los gentiles. Aquí se añade el temperamento mal sano de esta dicha Provin-
cia y sus aires agudos y poco saludables por los muchos ríos, irregulares llu-
vias, de que se producen cenagales y pantanos nocivos a la salud humana: de
que se sigue enfermarse y morirse muchos Religiosos.
Todo lo hasta aquí expresionado es lo que puedo informar a V. M. en el
presente punto: y ojalá que en ello haya acertado a conformarme con la Real
voluntad y prevención de V. M.: Cuya Real persona prospere la divina y
guarde felices años para aumento y conservación de la monarquía y bien de
toda cristiandad.=Cebú y Abril 15 de 1751 años".
En términos semejantes, acompañados de grandes elogios a la labor
evangélica de nuestra santa Provincia, se dirigieron a S. M. el Rey, apoyando
la misma solicitud, el Marqués de Obando, Don Francisco José de Obando y
Solís, Gobernador y Capitán General de Filipinas, con fecha 8 de Junio; la
Noble Ciudad de Manila, con fecha 10 de Junio; y la Real Audiencia, con
fecha 30 de Junio de 1751.
ARTÍCULO II
La Misión de Pinagavian
Sumario: El Rey pide informe sobre el número de nuevos cristianos. –El P. Rector Pro-
vincial le remite uno detallado sobre Pinagavian.

Su majestad el Rey de España envió un Real Despacho al R. P. Provin-


cial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas, ordenándole que en primera
ocasión remitiese por conducto de su Secretario al Real y Supremo Consejo
de Indias un trasunto de los padrones de los nuevos cristianos, reducidos por
los PP. Recoletos al gremio de la Iglesia católica y a su Real dominio, a fin de
tener presente el número y calidad de los indios, que quedaban sujetos a su
obediencia: y el P. José de la Concepción, entonces Rector Provincial, pre-
sentó por medio del Gobernador General el siguiente informe:
"Muy Iltre. Señor.=Fr. José de la Concepción, Examinador Sinodal de
este Arzobispado de Manila, Calificador del Santo Oficio, Ex Provincial de la
Provincia de San Nicolás de Tolentino de Religiosos Recoletos Descalzos de
N. P. San Agustín en estas Islas Filipinas, ante V. S., en la mejor forma que
según derecho pueda y deba, comparezco y digo:=Que por Real Despacho
que recibí el año próxime pasado, su fecha en el Real Palacio del Buen Retiro
a dos de Septiembre de mil setecientos cuarenta y siete años, fué su Majestad
servicio mandarme que remita en primera ocasión a su Real y Supremo Con-
sejo de las Indias, por mano de su Secretario, un trasunto de los padrones de
los nuevos cristianos de nuestro cargo reducidos al gremio de la Iglesia y a su
Real Dominio, para tener presente el número y calidad de los indios que
quedan sujetos a su obediencia.
Y en cumplimiento de dicho Real mandato, obedeciendo a él como fiel
y leal vasallo de su Majestad, hago presentación a V. S. con la solemnidad
necesaria del Padrón adjunto de la Misión de Pinagavían o Tagoloan en los
598 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
montes de Cagayán del Corregimiento y jurisdicción de Iligan en la isla de
Mindanao, con el siguiente informe1:
"El año pasado de mil setecientos veinte y tres, a pedimento de los in-
fieles de dichos montes, y en inteligencia del informe que dió el general Don
Andrés García, que, comandando una Armada contra el enemigo ma-
hometano, aportó al pueblo de Cagayán, y por voto consultivo de los Señores
de la Real Audiencia de esta Ciudad de Manila, se fundó dicha Misión de
Pinagavían o Tagoloan, siendo Gobernador y Capitán General de estas Islas
el Muy Iltre. Señor Marqués de Torre Campo, Don Toribio José Miguel de
Cosío y Campo.
Por no enviar un Religioso solo a vivir entre los infieles en la aspereza
de dichos montes, se tuvo por conveniente la asignación de dos Misioneros
con sus correspondientes estipendios de cuenta de la Real Hacienda, que
fueron los PP. Predicadores Fr. Juan de la Concepción y Fr. Miguel de la
Concepción; a quienes sucedieron en su apostólico ministerio N. P. Ex Pro-
vincial Fr. José de San Miguel, Fr. Fernando de San Miguel, Fr. Diego de
Santa Inés, Fr. Pedro de San Marcos, Fr. Tomás de Santo Domingo, Fray
Juan de San José, Fr. Marcos de San Lorenzo, Fr. Miguel de la Virgen del
Rosario, el P. Lector Fr. Francisco de Santa Rita, Fr. Roque de la Virgen del
Carmen, Fr. Agustín de la Virgen del Rosario, Fr. Francisco de la Virgen de
Magallón, Fr. Francisco de Santa Teodora y Fr. Lucas de la Cruz, con otros
Religiosos Compañeros. De los cuales murieron los tres primeros, y después
el P. Fr. Manuel de Santa Mónica, fatigados de los trabajos que trae consigo
tan penoso ministerio. Y al presente está dicha Misión a cargo del P. Predica-
dor Fr. Francisco de la Virgen del Rosario.
Por la predicación, fervoroso espíritu y ardiente celo de dichos Re-
ligiosos Misioneros, después de algunos años de trabajos en tan santo empleo
y ministerio, se pudo conseguir la deseada conversión de muchas almas, que
vivían entre los errores de la gentilidad, a nuestra santa fe católica y a la dicha
obediencia a nuestro católico Monarca; y de ellas se fundó un pueblo nuevo,
que se llama Tagulanao; y al presente consta de cien tributos enteros y de
quinientas almas poco más o menos.

1
Arch. Gen. Carp. E. núm. 13.
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO SEGUNDO 599
Este nuevo pueblo es el blanco de la niña de los ojos de mi Provincia en
dicha isla de Mindanao, y le tiene por singular trofeo del común enemigo, por
los gloriosos progresos de dicha Misión, por premio de los afanes, desvelos y
cuidados de sus Ministros Misioneros, por especial aumento de la honra y
gloria de Dios nuestro Señor y de su santa Iglesia católica, apostólica Ro-
mana, y por especial aumento de la Real Hacienda y debido vasallaje a
nuestro católico Monarca. Y por su mayor adelantamiento espiritual y tempo-
ral y beneficio común de los naturales que lo componen, tiene dada mi
Provincia la providencia de que, separados dichos cien tributos enteros y las
quinientas almas, poco más o menos, de que se compone dicho pueblo de
Tagulanao, quede agregado a nuestro Ministerio de Cagayán inmediato, como
uno de los Anejos o Visitas, que en lo espiritual y temporal se gobierne de la
misma manera que se adiminstran y gobiernan los demás Anejos o Visitas de
cristianos antiguos de dicho Partido de Cagayán, y fieles vasallos del Rey
nuestro Señor (que Dios guarde); como de hecho se gobiernan, administran y
conservan con la esperanza cierta de mayor aumento espiritual y temporal de
sus moradores y de la Real Hacienda.
Los infieles que habitan en las serranías inmediatas a dicha Misión
pasan de cinco mil; y son de genio agradable y pacífico, muy afectos a los
españoles y cristianos, y de buen trato y comercio con los vasallos de su Ma-
jestad, y naturalmente opuestos a los moros; en tal conformidad que en todas
las ocasiones que se ofrecen son los primeros que se oponen a las entradas y
correrías de los moros, así de Mindanao o Malanao como de los Tirones, que
frecuentemente suelen infestar aquellos mares y hostilizar los pueblos de los
cristianos. Los que de dichos infieles se convierten, con gran facilidad
aprenden la doctrina cristiana y cumplen con las obligaciones de católicos y
están muy firmes y constantes en la fe. La causa de no estar todos o los más
de dichos infieles bautizados desde que se fundó dicha Misión, es la suma
pobreza, desdicha y miseria en que viven; pues apenas alcanzan el sustento
necesario a su conservación, por ser aquella tierra muy estéril y montuosa sin
abrigo ni adorno de arboleda. Andan desnudos; y sólo cubren su honestidad:
y los recién convertidos solamente usan de vestido pobre ceñido a su estado
para poder entrar en el templo santo de Dios; el que la cristiandad de los Re-
ligiosos Misioneros les socorre cuando se bautizan, quitándoselo de la boca y
de los estipendios que su Majestad les tiene asignados para su preciso sus-
tento. Si la piedad cristiana se dedicara a socorrer la mucha necesidad que
600 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
padecen los referidos infieles, sin duda alguna estuvieran todos o los más de
ellos reducidos al gremio de la Iglesia y obediencia de nuestro católico Mon-
arca. Los Misioneros no tienen más emolumentos que el estipendio anual
asignado por su Majestad para su preciso sustento, que es el de cien pesos y
cien fanegas de arroz cáscara.
Mi provincia, sobre ser la más pobre de las establecidas en estas Islas,
por los calamitosos años que experimentamos, se halla al presente reducida a
mucha estrechez, desdicha y miseria, y empeñada por los excesivos gastos
que tiene en la conducción de las Misiones de España a estas Islas: por lo que
no alcanzan sus fuerzas para socorrer las necesidades de dichos infieles; aun-
que hace en este punto cuanto puede para desempeñar su obligación en la
conversión de los infieles y aumento de la cristiandad y la real confianza de
su Majestad.
Las continuas historias y quimeras que frecuentemente hay en el Par-
tido de Cagayán y montes de su distrito entre cristianos antiguos, infieles y
mahometanos circunvecinos son también la causa de retraerse los dichos in-
fieles de la fe católica y resistirse al santo bautismo, y de que dicha Misión no
haya podido tener el aumento que ofrecía en sus principios: pues temiéndose
unos a otros, y recelosos todos, los más viven en los montes en su infidelidad,
sin querer salir de ellos, por estar bien con su ciega paz y quietud, y porque
les falta el subsidio corporal y no perciben en este punto utilidad. Muchos
abandonando sus casas, se van a vivir a otros pueblos; y algunos se vuelven al
infeliz estado que antes tenían, sin poderlo remediar. Sin embargo de tanta
desdicha y miseria, contradicción y embarazo, allanando el celo de los
Misioneros los muchos inconvenientes que se han ofrecido, caminando a pie
por los montes, y no cediendo a las fatigas, sudores y trabajos, han conse-
guido por glorioso progreso de dicha Misión la fundación de dicho pueblo
nuevo de Tagulanao, y han dado en él a la Iglesia de Dios como quinientas
almas y otros tantos vasallos a su Majestad, con cien tributos enteros, que
anualmente se cobran.
Al presente se compone dicha Misión de Pinagavían o Tagoloan
(separada de dicho pueblo nuevo de Tagulanao), de cuatrocientas sesenta y
tres almas de cristianos nuevos, sin contar los niños, que no entran en padrón
hasta los siete años. Según las cartas testimoniales remitidas por los Mision-
eros a los Capítulos de mi Provincia, consta que de dichos cristianos nuevos
se cobran sesenta tributos enteros de cuenta de su Majestad. También se
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO SEGUNDO 601
compone dicha Misión de ciento y veinte catecúmenos, los catorce de ellos
próximos a bautizarse, y los demás al presente algo más remotos, pero con la
esperanza de su reducción.
Y siendo los infieles de su inmediata circunferencia más de cinco mil,
se viene en claro conocimiento de lo bien empleado que está dicho P. Predi-
cador Fr. Francisco de la Virgen del Rosario en dicha Misión de su cargo, y
lo mucho que tiene que trabajar en ella; aunque por la experiencia que tengo
me parece que sería mejor trasladar esta Misión al pueblo llamado Caraga,
que está cerca del cabo de San Agustín en la Provincia de su nombre, por ser
los infieles Tagavaloyes inmediatos de mayores calidades y más afectos e
inclinados al santo bautismo que los de Pinagavían; y que en dicho pueblo de
Caraga en breve tiempo será mucho más el aumento espiritual y temporal de
la cristiandad, como tengo hecho presente a V. S. en el informe del origen,
progresos y presente estado de mi Provincia.
Desde la fundación de dicha Misión fueron asignados dos Ministros
Misioneros por los motivos referidos; y se mantuvieron en ella hasta el trienio
pasado, que por la inopia y gran falta que teníamos y aún tenemos de Re-
ligiosos operarios, se consultó a este Superior Gobierno por la suspensión de
un estipendio de Misionero en esta Misión hasta que cese la necesidad en que
estamos y ofrezca el tiempo nuevos espirituales y temporales progresos; de
que resultó favorable decreto al pedimento. Por cuyo motivo desde entonces
está la Misión a cargo de un solo Ministro Misionero, cumpliendo con la ob-
ligación de administrar a los nuevos cristianos en el padrón adjunto, de cate-
quizar e instruir a los referidos catecúmenos, y predicar, instar y exhortar a
los infieles a la recepción del santo bautismo.
En virtud de todo lo que llevo expresado para poder dar cuenta a su Ma-
jestad, según tiene mandado, y al Prelado superior de esta Provincia, que re-
side en el Convento de Copacavana de Madrid, y para tener constancia en el
Archivo de esta Provincia para los efectos que convenga:=A V. S. pido y su-
plico que, habiéndome por presentado en toda forma con dicho padrón, se
sirva proveer y mandar que por el Escribano de este Superior Gobierno se me
dé testimonio literal y por triplicado de este mi informe y pedimento y del
referido padrón, en forma bastante que haga fe.=Favor que espero recibir de
la grandeza de V. S.; y juro in verbo sacerdotis no proceder de malicia, y en
lo necesario, etc.=Fr. José de la Concepción, Rector Provincial de los Recole-
tos".
602 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
A continuación sigue el Decreto transcribiendo a la letra el "Padrón de
los nuevos cristianos de la Misión de Pinagavían o Tagoloan en los montes de
Cagayán de la jurisdicción de Iligan, en la Isla de Mindanao, de este año de
mil setecientos cincuenta y uno". En el primer barangay figuran los nombres
y apellidos de ciento dos personas casadas; treinta y dos solteros varones; y
cincuenta y dos hembras solteras. En el segundo barangay figuran los nom-
bres y apellidos de cincuenta casados; cuarenta y dos varones solteros; y tre-
inta y seis hembras solteras: además veinticuatro reservados casados de di-
chos barangayes; trece solteros, y diez y seis solteras; con cincuenta y tres
muchachos de escuela y cincuenta y una niñas; más siete muchachos al servi-
cio de iglesia y convento; y catorce catecúmenos próximos a recibir el santo
bautismo.
ARTÍCULO III
Al hospital por mantas
Sumario: El Gobernador General pide socorros a la Provincia de San Nicolás. –Esta ex-
pone su estado de grave escasez y miseria. –Detalles.

El Sr. Gobernador General de Filipinas, no pudiendo ya soportar la lluvia


de quejas que le llegaban por la multitud de atropellos y destrozos que los
moros causaban por todas partes, se resolvió a castigar duramente sus críme-
nes: y para ello intentó preparar una Armada que fuese contra ellos. Pero vi-
endo que las Reales Cajas estaban exhaustas, acudió a las Ordenes Religiosas
en demanda de donativos para sufragar los gastos de la expedición, haciendo
vibrar la nota del patriotismo. Mas como nuestra Provincia estaba en la mise-
ria, el Provincial contestó del siguiente modo:
"M. Iltre. Señor.=Con sumo gozo recibí el ruego y encargo de V. S.,
para que mi Provincia concurra con algún subsidio o donativo gracioso, que
pueda servir para soportar los gastos que se han de hacer en la Armada, que el
piadoso y vigilante celo de V. S. ha dispuesto expedir para castigo de los mo-
ros Joloes y Tirones, que con tanto atrevimiento e insolencia han insultado las
islas y pueblos de este continente, y con especialidad los que están a cargo de
la administración de mi Provincia, que han sido la víctima sacrificada al furor
y rabia de los enemigos que la han desfogado en las iglesias y conventos; y lo
que es más doloroso, en sus habitadores, que han padecido la miseria y cala-
midad de ser arrebatados de sus nativos suelos; y perdiendo su patria, han
perdido también su libertad, siendo transportados a ser esclavos de la
morisma; en que quizá muchos habrán perdido hasta la fe; escapándose de
este lamentable estrago, unos porque perdieron la vida a violencia de la cruel
tiranía del enemigo; y otros porque tuvieron la fortuna de retirarse a los mon-
tes con sus Ministros, dejando perecer las casas de su habitación y los pocos
bienes de que se componían. En tal conformidad que puedo asegurar a V. S.
que estos accidentes me han tenido traspasado el corazón cuando, hecha la
cuenta desde el año de veinte hasta al presente, se halla que pasan de diez mil
y quinientas almas en los Ministerios de mi Provincia, de todos estados, entre
muertos y cautivos.
604 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Y debajo de estas lamentables pérdidas, considere V. S. si concurriría a
dicha expedición, no sólo con dinero, sino con mi persona, para alentar a las
tropas a que cumplan con su obligación y desempeñar el católico piadoso celo
de V. S. Pero este buen deseo me lo imposibilita la escasez, necesidad y mise-
ria en que se halla mi Provincia de San Nicolás de Tolentino, entre todas las
de las Islas la más pobre, y que su manutención depende en la mayor parte de
las limosnas de los fieles, que hoy son tan cortas por los muchos y repetidos
atracos que ha padecido este Comercio y su vecindario, que apenas pueden
alcanzar para los precisos utensilios de la Comunidad. Pues esta Provincia no
tiene más propios ni rentas que una casa en esta ciudad, la hacienda de Imus y
algunas tiendas en el Parián; cuyas cobranzas están muy atrasadas; y la de los
Terrazgos cuasi del todo perdida; porque de siete años a esta parte, los in-
quilinos que labran las tierras están armados a no pagar, sin que valgan órde-
nes de este Superior Gobierno, diligencias ni providencias del Sr. Oidor Juez
de Indultos y composición de tierras, ni las que por su parte hace el Justicia
Mayor del Puerto de Cavite. De que resulta que la Provincia hoy está endeu-
dada y empeñada en crecida cantidad de pesos, por los muchos gastos que ha
experimentado en el transporte de la Misión que llegó el año pasado; cuya
mayor parte se quedó en la ciudad de Méjico; porque a más de lo que la Real
magnificencia libra para su conducción, le tiene de costo a la Provincia cada
Religioso más de seiscientos pesos; y siendo cuarenta y tres los Religiosos de
dicha Misión con su Comisario, pasan sus costos y gastos de veinte y cuatro
mil pesos de desembolso sólo de la Provincia.
A esto se agrega que, habiéndose tardado por el accidente de las guerras
más de diez años en llegar, en este intermedio se han muerto en esta Provin-
cia cuarenta y seis Religiosos, por los muchos trabajos que han padecido en
los Ministerios. Por lo que se ha visto precisada a remitir nuevo Comisario,
que está electo; y para emprender su viaje este presente año es preciso em-
prender nuevos gastos, y, por consiguiente, nuevos empeños con que queda
gravada mi Provincia para pagarlos.
A éstos se añaden los que ha hecho y hace dicha mi Provincia en haber
edificado y mantener a su costa y mención, sin gasto de la Real Hacienda,
cinco Fuerzas de piedra en las islas y pueblos de Romblón, Cuyo, Agutaya,
Culión o Calamián y Linacapan; cuya conservación cuesta mucho dinero,
para defender de los enemigos a los Religiosos y feligreses de su cargo;
teniendo siempre prontas municiones de guerra y de boca, para preservarlos
de los
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO. ARTÍCULO TERCERO 605
continuos asaltos a que están expuestos; a lo que se debe el que no hayan
quedado desiertos dichos pueblos. Y aunque algunas veces ocurren sus natu-
rales y mi Provincia a este Superior Gobierno por libramientos de pólvora y
algunas armas para dichas Fuerzas, en defensa de los Ministros y naturales,
las que siempre que se han pedido ha franqueado generoso y compasivo, no
por eso deja de ser muy costosa a mi Provincia la conservación y defensa de
dichas Fuerzas: y actualmente hace vivas diligencias para fabricar otra, en la
isla de Mindoro, que tanto ha padecido por estar descubierta y sin resguardo
de defensa.
No son menos los gastos que ha tenido la Provincia en la restauración y
avío de las iglesias quemadas, fábricas y ornamentos y vasos sagrados roba-
dos, que ha sido preciso reemplazar para la celebración de los divinos Oficios
en los Ministerios; y son cosas indispensables que precisan a innumerables
gastos en su reemplazamiento: asegurando a V. S. que, desde la celebración
del Capítulo del año de 49 hasta el presente, ha soportado mi Provincia todo
el dinero preciso y necesario que han importado los avíos de todos sus Minis-
terios, sin haber percibido de sus Ministros plata alguna ni género o frutos de
la tierra; quizá porque en muchas partes los Alcaldes Mayores no pagan los
estipendios ni respaldan las Libranzas que se les remiten para su cobranza.
Y así, la necesidad que padecen es preciso que la remedie la Provincia
en lo que pueda: fuera de otros gastos que continuamente se están haciendo
en servicio de su Majestad (que Dios guarde); a quien se dará cuenta de ellos.
Cuyas razones espero que V. S. con su alta comprensión las tendrá por
suficientes para disculparme de no concurrir como quisiera a una expedición
tan del servicio de Dios y de su Majestad. Pero espero que no por esto el gen-
eroso corazón de V. S. aflojará en las providencias de su despacho…
Convento de San Juan Bautista de Bagumbayan, extramuros de la ci-
udad de Manila, de Religiosos Recoletos Descalzos de N. P. San Agustín y
Marzo 13 de 1751 años.=M. Iltre. Señor Don Francisco José de Obando y
Solís, Marqués de Obando, Jefe de Escuadra de las Reales Armadas y Maris-
cal de Campo de los Reales Ejércitos de su Majestad, su Gobernador y
Capitán General en estas Islas Filipinas y Presidente de la Real Audiencia y
Cancillería de ellas.=Fr. José de la Concepción, Rector Provincial de los
Recoletos"1.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consul. fol. 90.
ARTÍCULO IV
Un Capítulo y un Definitorio
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón: Nombramientos. –Definitorio de la Cande-
laria.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento
de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el año 1751.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Isidoro de San Miguel, L. J.
Definidores: P. Fr. Miguel del Santísimo Sacramento.
P. Fr. Miguel de San Guillermo.
Prior de Zaragoza: P. Fr. Martín de la Virgen de los Dolores.
Subprior de íd.: P. Fr. Manuel de San Juan Bautista.
Maestro de novicios: P. Fr. Francisco de Santa Ana.
Sacristán de íd.: P. Fr. José de San Francisco.
Prior de Alagón: P. Fr. Antonio de San Agustín.
Prior de Zuera: P. Fr. Diego de la Soledad.
Prior de Borja: P. Fr. Pedro de la Concepción.
Prior de Calatayud: P. Fr. Francisco de la Magdalena, L. J.
Maestro de novic. en Barcelona: P. Fr. Pedro de San Guillermo,
Predicador.
Secretario: P. Fr. Miguel de Santa Ana1.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 607

Definitorio de la Candelaria
En Definitorio celebrado en Bogotá el 18 de Agosto de 1751 se tomaron
las siguientes determinaciones1:
"Primeramente, atendiendo a que, por orden superior, se transfieren
nuestras Doctrinas de los Llanos al Clero, y por consiguiente, se retiren
nuestros Religiosos de aquella Provincia; en las cuales circunstancias no es
fácil atender al cuidado y adelantamiento de nuestra hacienda de Sisigua, la
que se fundó para manutención de los Religiosos que pasan de este Colegio a
aquella Provincia, por tanto, ordenamos que el dicho Hato se venda; y su pro-
ducto se ponga en el depósito de este Colegio de la Candelaria de Santa Fe;
para que, como capital suyo, se imponga con los seguros que la ley previene:
y para su ejecución dará N. P. Provincial las providencias convenientes".
"Item: Atendiendo a que por muerte del Provincial actual llama nuestra
ley al Provincial inmediato, hasta tanto que N. P. Vicario General dé provi-
dencia, y a que, por la suma distancia y dificultoso recurso a N. P. Vicario
General, podría seguirse que por muerte del Provincial actual se perpetuase el
gobierno en su antecesor inmediato; por tanto, determinamos se suplique a N.
P. Vicario General y su Definitorio que se impetre Breve Apostólico para
que, muerto el Provincial actual, presidiendo el Provincial absoluto inmediato
el Definitorio de siete Padres, pase a elección de Rector Provincial en todo el
tiempo de cuarenta días".
"Item: Atendiendo a que de los motivos que han tenido los Superiores
para transferir las Doctrinas regulares al Clero es el principal obviar a los
Religiosos la relajación de vida que trae el vivir extra claustra, determinaron
que de aquí en adelante no se conceda con facilidad licencia a los Religiosos
para regentar Curatos o servir de coadjutores a los Curas"2.
Esta determinación confirma una vez más lo de siempre: que si los Re-
ligiosos, como hombres, tienen sus defectos, que pueden llegar a cierto grado
de relajación de la observancia religiosa, los Superiores, como guiados por
Dios, acuden pronto al remedio, y restituyen la vida monástica a su prístino
esplendor.

1
Arch. Gral. Carp. F.
2
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO XLVI
Tres Capítulos Provinciales
Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas: Nombramientos. –Informe al Rey. –Capítulo
Provincial de Castilla: Nombramientos. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Acuerdos y nombramientos. –Una carta importante.

Capítulo Provincial de la Provincia de San Nicolás de Filipinas


que se celebró en el Convento de San Nicolás de Manila
en los días 21 al 24 de Abril de 17521.
En la primera sesión de este Capítulo el P. Rector Provincial Fr. José de
la Concepción mandó leer la Determinación sexta del V. Definitorio General
en su Junta celebrada en Madrid el 24 de Julio de 1747, confirmada por el
inmediato Capítulo General en su Acta tercera, peculiar para esta Provincia,
por la cual se ordena y manda:
"Que cuando N. P. Vicario General no nombrare Presidente de
Capítulo, o no llegare a tiempo el nombramiento que hubiese hecho, presida
en el Capítulo Provincial el Definidor más antiguo de aquella familia o
Provincia de donde en dicho Capítulo no se hubiere de elegir Provincial".
En su virtud, y por haber vacado los dos Definidores, se declaró pertene-
cer la presidencia del Capítulo al Adito más antiguo, que era el P. Lector Fr.
Pedro de Jesús.
En él se aprobaron cinco Actas y tres Determinaciones confirmando las
anteriores.
Las elecciones dieron el siguiente resultado:
Provincial: P. Fr. Mateo de la Encarnación.

1
Arch. Prov. Lib. 3.º Becerro, fol. 45 y siguientes.
610 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Definidores: PP. Fr. José de Jesús María, alias, Montañés; Fr.
Alonso de San Gabriel, alias, Camuñas; Fr. Esteban de Santo
Tomás de Villanueva, y Fr. Miguel de San Agustín.
Aditos: Por Castilla: PP. Fr. Roque de la Madre de Dios, Ex Provin-
cial; y Fr. Agustín de San Antonio; Por Aragón: PP. Fray Mi-
guel de Santo Tomás de Villanueva; y Fr. Marcos d San
Lorenzo.
Para el Capítulo General próximo futuro:

Definidores Generales de Filipinas


1.ª Vida. El P. Comisario Fr. Miguel de San Marcial.
2.ª Vida. El P. Fr. Pedro de la Concepción, alias, Pollos, Ex Provin-
cial de Castilla.
3.ª Vida. El P. Fr. Pedro de San Francisco, Cronista General.
4.ª Vida. El P. Rector que fuere del Colegio de Almagro.

Segundos Definidores Generales


1.ª Vida. El P. Fr. Pedro de la Concepción, alias, Pollos, Ex Provin-
cial.
2.ª Vida. El P. Fr. Pablo de San Nicolás, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Fr. Francisco de los Angeles, Lector Jubilado.
4.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Alcalá.

Primeros Discretos Generales


1.ª Vida. El P. Fr. Pedro de San Francisco, Lector Jubilado y Croni-
sta General.
2.ª Vida. El P. Fr. José del Espíritu Santo, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Fr. Pedro de Jesús, Lector Jubilado.
4.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Zaragoza.

Segundos Discretos Generales


1.ª Vida. El P. Gaspar de San Nicolás, Lector Jubilado, de la Provin-
cia de Andalucía.
2.ª Vida. El P. Fr. Dionisio de San Esteban, Lector Jubilado.
3.ª Vida. El P. Fr. Gregorio de San José, alias, Carrión, Lector Jubi-
lado.
4.ª Vida. El P. Rector del Colegio de Almagro.
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 611
Prior de Manila: P. Fr. Mamés de San Lamberto.
De Bagumbayan: P. Fr. Agustín de San Antonio.
De Cebú: P. Fr. José de San Bruno.
De Cavite: P. Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
De San Sebastián: P. Fr. Benito de San Pablo, Ex Provincial.
De Masinloc: P. Fr. Antonio de la Virgen de Torrellas.
De Bolinao: P. Fr. Santiago de la Encarnación.
De Mariveles: P. Fr. Cipriano de San Basilio.
De Tandag: Por la escasez de personal, queda a elección del Pro-
vincial y su Definitorio.
De Butuan: P. Fr. Marcos de San Lorenzo.
De Siargao: P. Fr. José de la Virgen del Niño Perdido.
De Cagayán: P. Fr. Roque de la Virgen del Carmen.
De Romblón: P. Fr. Francisco de la Virgen del Rosario, alias, Maga-
llón.
De Calapán: P. Fr. Andrés de Jesús María.
De Taytay: P. Fr. Cayetano de San Vicente Ferrer.
Secretario Provincial: P. Fr. Manuel de San Vicente Ferrer.
Procurador Provincial: P. Fr. Tomás de la Concepción.
Subprior y Maest. de Novicios: P. Fr. Francisco de la Virgen de
Magallón.
Vicario Prior de Iba: P. Fr. Basilio de Santo Tomás de Aquino.
Vicario Prior de Morong: P. Fr. Melchor de San Lorenzo.
De Mobo: P. Fr. Lucas de la Cruz.
De Bislig: P. Fr. Francisco de Santa Teodora.
De Cuyo: P. Fr. Magín de Santo Tomás de Villanueva.
De Culión: Por escasez, queda al arbitrio del Provincial y su
Definitorio.
De Calavite: P. Fr. José de la Asunción, alias, Esquirol.
De Bongabon: Al arbitrio del Provincial y su Definitorio.
De Nauhan: P. Fr. Manuel de San Esteban.
De Subic: P. Fr. José de Santa Mónica.
De Babayan: P. Fr. Pablo de San Agustín.
De Agutaya: P. Fr. Francisco de San Antonio.
612 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
De Camiguín: Al arbitrio del Provincial y su Definitorio.
De Ticao: P. Fr. Manuel de Santa Catalina.
De Banton: Al arbitrio del Provincial y su Definitorio.
De Calatan: Idem íd.
Sacristán de Manila: Idem íd.
Cronista de Provincia: P. Fr. José de la Concepción, Ex Provincial.
Deseando el nuevo Provincial dar cumplimiento a un Real Despacho de
su Majestad el Rey, por el que manda que se le informe del aumento de
nuevos cristianos y vasallos suyos, le remitió el siguiente informe:
"Señor.=En cumplimiento del Real Despacho de V. Majestad en carta
fecha en Aranjuez a veinte y uno de Mayo de mil setecientos cuarenta y siete
años, por parte de esta Provincia y Provincial de ella mi antecesor se ejecutó
el año próxime pasado su tenor. Y refiriéndome a su sustancial precepto, al
presente sólo se ofrece informar a V. M. que dicha mi Provincia se halla con
el aumento de ciento noventa y cuatro adultos nuevamente bautizados y re-
ducidos a nuestra santa fe católica y debido vasallaje de Vuestra Majestad;
quinientos ochenta y cuatro catecúmenos, y cuatrocientos cuarenta y cuatro
tributos enteros: No obstante las muchas hostilidades que los moros Tirones
han hecho en mis Ministerios y Partidos, en los que han cauivado y muerto
muchos indios.
Asimismo hago presente a V. M. que la isla de Mindoro se ha de-
spoblado, con gran detrimento de las almas, por invadirla y hostilizarla fre-
cuentemente los moros, matando a unos, cautivando a otros; y los más, por
evitar estos peligros, han hecho fuga de dicha isla. En ella han estado tan a su
salvo conducto los moros este año, que sacaron a tierra sus embarcadones, y,
dejándolas varadas, corrían toda la cordillera de la banda del Sur, como si
estuvieran en sus tierras. Quemaron por cuarta vez el convento, iglesia y
pueblo de Calavite; robaron cuanto tenían, hasta los ornamentos sagrados; y
han dejado tan desolada la isla que de ella sólo han quedado dos pueblos Ca-
lapán y Nauhan. Los demás conservan el nombre que tenían, y lloran los
naturales su lamentable ruina.
Para defensa y fortificación de esta isla es necesaria la formación de
una Fuerza en la medianía de ella, por dicha banda del Sur que mira a Cala-
mianes, en el pueblo llamado Dongon o en algún paraje inmediato. Hasta el
presente no se ha podido averiguar el número de feligreses de nuestro
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 613
distrito que han muerto y cautivado los moros: porque han sido continuas sus
correrías por todas las islas de este archipiélago, con más de ciento y sesenta
embarcaciones de su comando; las que han cerrado el paso a los Ministros
Doctrineros, para hacer despacho dando cuenta de sus trabajos; y sólo por
mayor se dice ser muchos los que han cautivado.
Por parte de mi Provincia y Ministros Doctrineros de ella se ponen
cuantos medios se consideran precisos para el resguardo y defensa de los
naturales; sin perdonar trabajo alguno en lo espiritual ni en lo temporal. En la
isla de Banton se acaba de fabricar con licencia del Gobierno una Fuercecilla
de piedra, de cuenta de mi Provincia, cuidada de sus naturales, y sin costo
alguno del Real Erario de V. M. Consta al presente de cuatro cañones y otras
armas menores, hasta que tengamos con qué dotarla de las que necesita.
La necesidad que tenemos de Religiosos operarios es tanta, que sola la
esperanza en la representación hecha a V. M. y la que confiamos de nuestro
Comisario puede asegurar el alivio.=Dios guarde la católica persona de V. M.
con aumento de mayores dominios, que a la Divina suplicamos incesante-
mente: En este Convento de San Nicolás de Tolentino y de V. M. de la ciudad
de Manila, Capital de Filipinas, y Junio treinta de mil setecientos cincuenta y
dos años.=Señor.=Fr. Mateo de la Encarnación, Provincial de los Agustinos
Descalzos de Filipinas"1.

Capítulo Provincial
que la Provincia de San Agustín de Castilla celebró en nuestro Convento del
Ave María
de la villa de Talavera de la Reina el día 22 de Abril de 1752.
Presidió este Capítulo N. P. Vicario General Fr. Francisco de Nuestra
Señora de Guadalupe: y se hicieron los nombramientos siguientes:
Provincial: R. P. Fr. Cristóbal de San Agustín, Lector Jubilado.
Definidores: P. Fr. José de la Cruz.
P. Fr. Andrés del Santísimo Cristo de la Misericordia,
Lector Jubilado.
P. Fr. José de la Madre de Dios, Predicador.

1
Arch. Gral. Carp. E. núm. 10.
614 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Prior de Valladolid: P. Fr. Bartolomé de Santiago.
Subprior de íd.: P. Fr. Francisco de Sto. Tomás de Aquino.
Sacristán de íd.: P. Fr. José de Santo Tomás de Villanueva.
Prior de Toledo: P. Fr. Francisco de los Reyes, Predicador.
Subprior de íd.: P. Fr. Manuel de la Encarnación.
Sacristán de íd.: P. Fr. Lorenzo de la Concepción1.
En 31 de Marzo de 1751, Fr. José de San Antonio, administrador de la
Hacienda que nuestro Colegio de Salamanca poseía en Villaescusa, no lejos
de la ciudad de Toro, cumpliendo una Real Orden, presentó una relación de
los bienes que allí tenía el Colegio; según la cual, había: "Una casahacienda
con lagar, bodega y ocho cubas: quince viñas con 53.750 cepas: 41 piezas de
tierra con 2.104 fanegas de la misma: 4 alamedas: una cortina o pieza tapiada:
una era: 40 colmenas: seis bueyes, dos mulas, una pollina y ocho cerdos: con
algunos censos y cargas de misas. Más seis casas en Salamanca que rentaban
al año 1.203 reales vellón"2.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Candelaria celebró en Bogotá el día 8 de Septiembre
de 1752.
En él se tomaron los acuerdos siguientes3:
"Que se cumpla ad unguem con el Decreto del Señor S.º Anastasio
Primero, en que previene no se reciban al estado eclesiástico los ultramarinos
que no tengan sus fe de bautismo autorizadas de cinco escribanos.
Item: Advirtiendo que en nuestros Conventos de Cartagena y Panamá
no es fácil la enseñanza de los novicios, ordena y manda este V. Capítulo que
no se reciban novicios en dichos Conventos: y a los que allí pidieren nuestro
santo hábito, se les conceda con calidad y condición de subir a este Colegio
de la Candelaria de Santa Fe a pasar el noviciado: y de no, no se reciban: sin
que en esto dispense ni pueda dispensar N. V. P. Provincial sin consen-
timiento de sus Definidores.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 102.
2
Ibid.
3
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 615
Item: Determina que, para el mayor vigor de los estudios, se nombre un
Regente de estudios que, a ejemplar de las otras Universidades y Colegios,
cuide y vele en todo y por todo sobre el cumplimiento de las leyes del Cole-
gio: y que así los PP. Lectores como los estudiantes se subordinen y sujeten
en todo a su dictamen en los puntos de estudio; consultando con dicho Re-
gente las materias que se deben dictar, del mismo modo y según ley que lo
deben hacer con N. V. P. Provincial.
Item: Manda este presente Capítulo al V. P. Prior de la Candelaria no
permita vivir en nuestro Convento de la Candelaria persona alguna, ni menos
en las Hospederías; sino que a todas las expulsen, sin que en esto haya dis-
pensa.
Asimismo previene este presente Capítulo que los VV. PP. Priores
recojan a todos los Hermanos Limosneros; y sólo los envíen en tiempo de
cosechas; con tal que conste que los tales son idóneos y ejemplares: pues de
lo contrario, menos gravoso privar al Convento de tales limosnas, que ex-
poner a los Religiosos a que desedifiquen a los seculares".
Para los diferentes cargos fueron elegidos los Religiosos siguientes:
Provincial: R. P. Fr. Francisco de Jesús, Predicador.
Definidores: PP. Lucas de San Miguel, Nicolás de San Agustín,
Fernando de Santa Ana y Juan de Dios.
Aditos: PP. Agustín de la Encarnación, Juan de San Agustín y
Francisco de San Pedro.
Rector de Bogotá: P. Fr. Jacinto de San Agustín, Lector.
Vicerrector de íd.: P. Fr. Agustín de la Encarnación.
Prior del Desierto: P. Fr. Marcos de Santa Teresa.
Subprior de íd.: P. Fr. José de San Pablo.
Prior de la Popa: P. Fr. Antonio de San José, Lector.
Subprior de íd.: P. Fr. Francisco de San Pedro.
Prior de Panamá: P. Fr. José de San Rafael.
Subprior de íd.: P. Fr. Francisco de San Agustín, Ferro.
Secretario: P. Fr. Lucas de San Joaquín, Lector.
Maestro de novicios: P. Fr. Agustín de la Encarnación.
Procurador: P. Fr. Miguel de San Agustín.
616 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Definidores para el Capítulo General


Primero: PP. Manuel de San Miguel, L. J., el Prior de Toledo y el Se-
cretario Provincial de Castilla.
Segundo: PP. Francisco de San Ignacio, L, J., Francisco del Rosario y el
Prior de Maqueda.
Discreto Primero: PP. Juan de la Soledad, Andrés de la Virgen de Gua-
dalupe y José de Jesús María.
Discreto Segundo: PP. Francisco de la Concepción, Lorenzo de Santo
Tomás de Villanueva y el Rector de Alcalá.
Como algunos se habían quejado a N. P. Vicario General de que los car-
gos principales de la Provincia se daban a Religiosos demasiado jóvenes y sin
méritos, y la queja fué remitida al Capítulo, éste envió al Vicario General,
para desmentir la queja, la siguiente "Tabla de los electos en el Capítulo Pro-
vincial de 1752":
"Provincial. –P. Fr. Francisco de Jesús, Predicador. –Fué Prior de los
Conventos de Candelaria y Cartagena y Rector del Colegio de Santa Fe, De-
finidor dos veces. Tiene 58 años de edad y 43 de Religión.

Definidores
R. P. Lucas de San Miguel, Predicador, Ministro del Santo Oficio. Fué
Prior de los Conventos de Candelaria y Cartagena: fué otra vez Definidor y
Secretario de Provincia: tiene 55 años de edad y 40 de Religión.
R. P. Nicolás de San Agustín: leyó artes y teología; fué Subprior de
Cartagena y Panamá; fué Presidente Prior de Panamá; tiene 42 años de edad y
27 de Religión.
R. P. Fernando de Santa Ana, Predicador; fué siete años Prior de
Panamá y Prior de la Candelaria y de Honda; tiene 42 años de dad y 27 de
Religión.
R. P. Juan de Dios, Lector Jubilado; fué Prior de Cartagena; tiene 3
años de edad y de Religión 22.
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 617

Priores
Del Convento de la Candelaria es el P. Marcos de Santa Teresa, Predi-
cador; fué Vicerrector del Colegio de Santa Fe y Subprior de la Candelaria;
ha sido Procurador de Provincia; tiene 34 años de edad y 18 de Religión.
Del Convento de Cartagena el P. Antonio de San José; leyó filosofía
tres años y un año teología moral; tiene 34 años de edad y 18 de Religión.
Del Convento de Panamá el P. José de San Rafael, Predicador; fué
Vicerrector de este Colegio de Santa Fe y Prior del Hospicio de Honda; tiene
35 años de edad y 19 de Religión.
Rector del Colegio de Santa Fe, el P. Fr. Jacinto de San Agustín; ha
leído nueve años teología; ha sido Cantor mayor y llevado el peso de organi-
sta; ha predicado cinco años la feria de este Colegio; tiene 32 años de edad y
17 de Religión.
Prior de Tunja el P. Fr. Antonio de San Agustín, Predicador: fué cuatro
años Subprior de la Candelaria; tiene 30 años de edad y 15 de Religión.
Prior de Honda el P. Pr. Santiago de Jesús, Predicador; tiene 50 años de
edad y 22 de Religión.
Secretario de Provincia: El P. Fr. Lucas de San Joaquín; ha leído nueve
años filosofía y teología; tiene 32 años de edad y 18 de Religión.
Maestro de novicios: El P. Predicador Fr. Agustín de la Encarnación, a
quien llaman el Santo por su virtud; tiene 35 años de edad y 16 de Religión.
Procurador de Provincia: El P. Predicador Fr. Miguel de San Agustín;
fué Vicerrector del Colegio de Santa Fe; tiene 32 años de edad y 17 de Re-
ligión".
Esta tabla se explica por esta carta:
"M. V. P. N. Vicario General Fr. Francisco de la Virgen de Guadalupe.
–Amado P., Señor y toda mi veneración. El día 12 del corriente recibo con el
correo de Cartagena la de V. R.ª, su fecha de 15 de Agosto del año pasado de
52, y en ella el placer, gusto y regocijo que siempre me infunden sus letras: y
aunque a pocos renglones manifiesta un no sé qué de enfado con los acor-
dados y determinaciones, considerando empero que sólo será disgusto de
amante padre con el errante hijo querido, me prometo el complacerle dándole
razón de los motivos que impelieron los acuerdos del Definitorio.
618 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El primero de que me hace cargo es lo determinado acerca de la edad
que se requiere para obtener empleos cum cura et sine cura animarum ad
effectum suffragandi: Determínese lo mismo que la ley nuestra expresa 2
parte, cap. 2, último; et 3, cap. 2.=El fin de este acuerdo no fué el que V. R.ª
presumió y me dice en su carta: "dar los empleos a niños": porque bien cono-
cemos que la ley que dice: "tengan tres o cinco años de hábito", supone que
los tales sean varones prudentes, literatos y que han vivido laudablemente.
Sólo fué el fin tener presente la ley que nos ha de servir de norte en las elec-
ciones. Que el fin no fuese hacer niños lo prueba la tabla inclusa de los elec-
tos; el que menos tiene 32 años y 15 de religión.
V. P. Nuestro: Aunque soy niño, estimo más las canas (si éstas son pru-
dentes, sabias y virtuosas), que a mozos como yo: y he procurado desempeñar
mi obligación no como niño. Dios lo sabe et alii dicent.
El segundo de que me hace cargo… V. R.ª en la suya repugna mucho
las expulsiones de la Religión. Yo, Señor, sería siempre de sentir de que, a los
que son de gravamen, incómodo e infamia a la Religión, servans quae sunt de
iure communi, los expulsen. Dogma es de N. P. S. Agustín en su santa Regla.
En estas Indias se ha practicado muchísimas ocasiones…
En cuanto al tercer punto, me dice V. R.ª no es necesaria otra explica-
ción que la ley y la práctica de la Religión=La ley no le suspende al P. Pro-
vincial su facultad y jurisdicción hasta que renuncia los sellos. No le restringe
la de celebrar Capítulos privados; antes le dice los celebre quoties sibi videbi-
tur expedire. En cinco o cuatro diversos Capítulos Generales tienen VV. RR.
declarado que la elección que el P. Provincial hace de Priores en el Capítulo
privado es conforme a derecho común y municipal. En el capítulo 13 de la
tercera parte le previene nuestra ley al P. Provincial que, si después del In-
termedio, vacase algún oficio de Prior, cum debito consensu suorum Deffini-
torum, provea de Vicario, qui in Capitulo Provinciali, sicut cæteri Priores,
vocem habebit. Todo esto me parece que es de ley.
Esto supuesto, mi Padre y Señor; de esta ciudad a la de Panamá y de
ella a ésta de Santa Fe, hay ocho y diez meses de camino; y si las embarca-
ciones se encarecen, hay una eternidad. Convocado el P. Prior al Capítulo
Provincial, en atención a que no tiene cuatrocientos o quinientos pesos para
aviarse a este Reino (cuestan mucho las balandras para la mar, y canoas o
champanes para el río de la Magdalena), renuncia el empleo de Prior. Esta
renuncia llega aquí el día 15 de Septiembre o el día 15 de Agosto inmediato
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 619
al Capítulo, v. gr.: (así sucedió ahora con el P. Fr. Pedro Antonio de San Mi-
guel), y ha sucedido muchas veces. Pregunté a mi Definitorio si por algún
Capítulo se casaba la jurisdicción al P. Provincial dos meses antes del
Capítulo. Responden que no se le casa la jurisdicción. Item pregunté si en
estos dos meses antes del Capítulo tenía facultad el P. Provincial para cele-
brar Capítulo privado y elegir Vicarios Priores en lugares de los que hubieren
muerto o renunciado. Responden que sí; porque no hay ley de derecho común
o municipal que se lo prohiba: antes bien, el citado Capítulo 13 de nuestra
ley, 3. parte, le manda que, si post Congregationem aliquis Prioratus va-
caverit, de consensu Diffinitorum, de Vicario provideat, qui in Capitulo
Provinciali vocem habebit. Creo responden lo que es de ley y de constitución:
y esto es lo mismo que en la copia del acordado remití a V. R.ª; y espero que
V. R.ª no lo reprobará; antes bien, como conforme al derecho común y mu-
nicipal de nuestra Congregación, lo aprobará.
Me preguntará V. R.ª a qué fin fué éste acordado, o qué motivó la duda
y la solicitud de su resolución. Respondo, Señor. Con el pretexto de decir
nuestra ley, 3.ª parte, cap. 14,: in hoc capitulo privato poterunt hi supradicti
Patres Priorem officio privare, non tamen per duos menses ante tempus
Capituli Provincialis.
Se levantó la voz de que dos meses ante Capitulum Provinciale se le
acaba toda la facultad y jurisdicción al P. Provincial. Seguíase de aquí que
desde el mes de Julio hasta el de Septiembre, en que se celebra el Capítulo,
era mayor la jurisdicción del P. Prior, pues celebraba Capítulos de culpis, que
no la del P. Provincial; cuya jurisdicción supo-nían casada per duos menses
ante Capitulum.
P. Nuestro y Señor mío: ¿Era esta voz y corruptela poco gravosa a la
Religión, a mi Provincia y al P. Provincial? ¿Se seguirían pocos daños de esta
introducción? Graves, y tan graves como V. R.ª puede colegir. Para quitar,
pues, este abuso, voz y corruptela, hice el acordado; a fin de que tuviesen
entendido que, intra duos menses ante Capitulum, el P. Provincial es legítimo
Provincial y tiene todas las facultades de Provincial. Porque aliud est que la
ley le prohiba privar a los Priores de oficio intra duos menses ante Capitu-
lum; aliud est que le case in toto la jurisdicción. Aliud est que no pueda privar
del oficio al Prior, quod est certum: aliud est que no pueda sustituir Vicario
Prior en lugar del que murió o renunció, quod est falsum.
Similiter decían que el Vicario Prior electo en el Capítulo privado, no
620 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
era Prior ni tenía voz en el Capítulo, aunque concurriesen a su elección el P.
Provincial y sus cuatro Definidores. De esta opinión es, ha sido y será N. P.
Fr. Bernardo de San Javier; fundado en que la Constitución, en la 3.ª parte, en
el citado cap. 14, y § citado, in hoc Capitulo privato, dice al fin: nec Priores
instituere.
Pero sí Vicarios Priores, como en el Intermedio.
Hice el acordado para hacerles patente nuestra ley en el cap. 13 ya
citado de la 3.ª parte, en el versículo: Si post congregationem; y las Actas
Generales de los Capítulos Generales del año de 1730, del Cap. Gral. del año
de 1736, y las del Cap. Gral. del año de 1742, y la Junta General de 15 d
Junio del año 1725, número 13, expedida a Filipinas, y mandada observar en
todas las Provincias en el Capítulo General del año de 30, núm. 27, en que
VV. RR. declaran ser conforme al derecho municipal de nuestras leyes la
elección que en Capítulo privado se hiciere de Priores, aunque hayan de votar
en el Capítulo. La Acta 12 del Capítulo General de Zaragoza el año de 1742
está tan clara que no admite duda. Este fué el fin del acuerdo. Creo que en
esto no hay cosa contra la ley; antes es hacer patente la ley, manifestar el
derecho y concordar jura iuribus. A lo menos, mi Señor, no se hace verosímil
que quien tanto y con tanto esmero y cuidado lee la ley y Actas de lo Capítu-
los, intente errar. Bien puede ser que hasta aquí haya errado; pero podré ase-
gurar no nace mi yerro de voluntad mala o intención torcida: será el error hijo
de mi inadvertencia, de mi ignorancia y poca inteligencia. Amado P. Nuestro:
Créame por el Señor que no he tenido otro fin en cuanto he ejecutado que es
Dios nuestro Señor, el bien de esta Provincia, su adelantamiento, la observan-
cia de las leyes y el cumplimiento de mi obligación…
V. R. puede vivir sguro que no tiene hijos más obedientes y súbditos
más amantes que los que componen esta su Provincia de Tierra Firme…
Pido a Dios nuestro Señor guarde a V. R. los muchos años que deseo,
para bien mío y beneficio de esta su mínima Provincia.=Santa Fe de Bogotá,
Febrero 15 de 1753.=V. P. N. Vicario General.=B. L. M. de V. R.ª su menor
y más amante hijo y siervo, Fr. Francisco de San Joaquín".
"V. P. Nuestro, mi Señor. –No ecribo segregado por no acrecentar
costos de correo. El año pasado escribí a V. R.ª y a mi P. Procurador de
Roma: a V. R.ª suplicaba me facilitase el que el dicho Padre solicitase en
Roma se le diese a San Juan Nepomuceno, Mártir, título declaratorio de Pro-
tector de esta Provincia de la Candelaria, vel saltem de este Colegio de
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS. ARTÍCULO PRIMERO 621
San Nicolás de Tolentino, vel ad minus nos lo concedan de segunda clase. –
Es mucho lo que le debo en mi Provincialato al Santo glorioso en beneficio
de mi Provincia. Los auges de ella todos lo confiesan: y yo confieso los debo
a la intercesión del Santo, de quien he sido muy devoto desde mi niñez.
Item suplicaba a V. R.ª se dignase concederme el que el dicho P. Pro-
curador le solicitase al H.º Fr. Francisco de San Pedro de Alcántara Breve
Apostólico para que reciba las Ordenes mayores. Este hermano lego es de
vida muy modesta; ha sido once años organista mayor de este Colegio; sabe
medianamente latinidad; ha sido blanco del aprecio de los Prelados; y en la
ciudad le estiman las primeras personas; puede merecer a V. R.ª; se inclina a
una y otra súplica mía; y para su consecución interponga su autoridad. –Dios
guarde a V. R.ª muchos años. –Santa Fe, Mayo 10 de 1753. –V. P. N. –B. L.
M. de V. R.ª su menor y más amante hijo, Fr. Francisco de San Joaquín"1.

1
Arch. Gral. Carp. F.
CAPÍTULO XLVII
ARTÍCULO I
En busca de moros
Sumario: Sale una Armada para la Paragua. –Su derrota. –Causas y consecuencias del
desastre. –Informe al Rey. –Importante Real Cédula.

Tan unánimes eran los clamores contra las invasiones de los moros en los
pueblos administrados por los PP. Recoletos y tan tristemente ciertas las des-
gracias sufridas por éstos y por los cristianos, que el Marqués de Obando,
Don Francisco José de Obando y Solís, Gobernador y Capitán General de
Filipinas, queriendo por una parte aplacar la indignación pública, y por otra,
adelantarse a satisfacer los deseos y las órdenes del Rey de España, quien, en
virtud de los informes documentados que había recibido, necesariamente
había de reprobar la inacción de su representante en las Islas, despachó por el
mes de Febrero de 1753 una Armada numerosa a la isla de la Paragua1, con el
fin de fundar y establecer una Fortaleza en la punta de Ipolote: para lo cual se
hicieron todos los preparativos necesarios sin escatimar medio alguno. Se
nombraron oficiales para el Fuerte o Presidio con crecidos sueldos; se gas-
taron muchos miles de pesos en fabricar em-barcaciones, en comprar muni-
ciones de boca y guerra y en pagar los salarios a la numerosa dotación de la
Armada: nada en apariencia faltaba para que ésta fuese rápidamente a
coronarse de gloria castigando como merecían las audacias de los moros.
Pero en realidad faltó lo principal: la dirección de la empresa. En toda la do-
tación no había un solo individuo que conociese los lugares a donde se dirigía
la Armada, y mucho menos perito en el arte militar,

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consul. fol. 116 vto, y siguientes.
624 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que se impusiese a gente colecticia, forzada e inexperta: de lo que resultó que
la Armada se dirigió y dividió en tal forma, que los moros, que infestaban
aquella región, se llevaron una galera, matando al capitán y a la mayor parte
de la tripulación, y además una falúa y una caracoa grande del P. Prior del
pueblo de Taytay en la misma isla de la Paragua: las demás embarcaciones
huyeron dispersas por diferentes rutas; y las pocas que quedaron, por no po-
der huir, ni pudieron reconocer el terreno ni mucho menos establecer la
proyectada Fortaleza: siendo el resultado de esta expedición la pérdida de
mucho dinero, de muchas embarcaciones, de muchas vidas y del honor de
España.
La opinión pública, que ya había previsto como inevitable el desastre an-
tes de hacerse la Armada a la mar, señaló como responsable de la derrota al
Capitán General Marqués de Obando, por haber despreciado con orgullo la
humilde oferta de la segura dirección de la empresa, que previamente se le
hizo. El P. Provincial de Recoletos Fr. Mateo de la Encarnación, en nombre
de su Provincia, a quien más directamente había de beneficiar el éxito de la
expedición, ofreció al Sr. Gobernador varios Religiosos Recoletois, que,
además de dominar la lengua de aquellos indígenas, conocían perfectamente
todos los accidentes del terreno en que se había de librar la batalla, los cuales
Padres dirigirían como consejeros la acción con grandes probabilidades de
triunfo. Pero el Sr. Marqués no quiso aceptar tan humilde ayuda: y al verse
fracasado, convino con los supervivientes en ocultar su derrota, diciendo que
no había tierra en la Paragua para fundar una Fortaleza, que era una tierra
estéril, y que no había gente: cuando precisamente la Paragua ha sido siempre
muy apetecida por la fertilidad de su suelo, que en su parte central y en una
de sus vertientes sostiene con holgura a numerosos indígenas. La causa del
verdadero fracaso fué la absoluta impericia del Comandante de la Armada,
quien nunca se había visto en tales expediciones, dividiendo de tal manera sus
naves, que no llegaron a juntarse (las que no fueron capturadas por los mo-
ros), hasta estar en el puerto de Manila; y además de esto, el gran temor que
todos demostraron a los moros Joloes y Borneyes que vivían en parte de di-
cha isla.
Este fracaso frustró por completo las esperanzas de la Provincia de San
Nicolás: y el P. Provincial, que no podía ver impasible los muchos sufrimien-
tos de sus Religiosos en aquella región tan apartada, se resolvió a dirigirse al
Rey de España, dándole cuenta del desastre de la Armada de todos
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO PRIMERO 625
conocido; no por acusar al Gobernador, sino para pedir apoyo a su Majestad
en favor del proyecto que él tenía para asegurar la vida de sus Religiosos. El
Marqués de Obando había rechazado antes su proposición; y a fin de que no
rechace la nueva que piensa hacerle, la expone antes al Rey para que, en caso
necesario, se la imponga.
En una exposición fechada en el Convento de San Nicolás de Manila a
17 de Julio de 1753, después de dar cuenta a su Majestad del fracaso de la
expedición, le dice1:
"En vista de lo cual, estoy en ánimo, en nombre de mi Provincia, luego
que las cosas tomen asiento y sosiego, de proponerle (al Gobernador General)
el que con dos galeritas y dos falúas que me apronte con gente competente y
municionadas de todo lo necesario, desde luego me obligo a emprender la
reducción de todos los miserables infieles que hay en la Paragua; fundar la
Fuerza en el paraje y lugar más competente, con el mayor ahorro que se
pueda a la Real Hacienda. Pero esto se entiende estando la Paragua con la
quietud y sosiego que la encontró la malograda Armada, que vuestro
Gobernador despachó para la Paragua por el mes de Febrero de este presente
año de cincuenta y tres: de lo que doy parte a V. M., para que, si el dicho
vuestro Gobernador no admitiese una proposición tan racional, de que aviaré
en primera ocasión, V. M. le ordene me apronte las embarcaciones y gente
que le pido: con lo cual se conseguirá a muy poca costa una obra que será
muy del agrado de Dios y del servicio de V. M.; porque se reducirán a nuestra
santa fe innumerables infieles que tiene dicha isla, deseosos de abrazar el
cristianismo y de pagar el tributo a V. M., sólo con el fin de que los defiendan
de los Joloes y Borneyes y otras naciones, que como vecinos tan inmediatos
les cobran tiránicamente el tributo; y cuando no lo pagan, esclavizan a sus
mujeres e hijos con inhumana tiranía, por ser gente mísera y desdichada.
Todo lo cual espero conseguir del piadoso y católico celo de V. M."2
En todas las empresas del Marqués de Obando se traslucía su enemiga a
la Provincia de San Nicolás de PP. Recoletos, sin que éstos le hubieran dado
jamás motivo alguno para ello: y como siempre daba la coincidencia de que

1
Ibid. fol. 117 vto.
2
Ibid.
626 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
para postergar a éstos hacía resaltar las excepcionales dotes de los Jesuitas,
aunque fracasó siempre con ellos, al más romo de entendimiento no se le
ocultaba que todo ello era debido a causas no desconocidas por los PP.
Recoletos.
Por eso el P. Provincial de Recoletos, enseñado por la experiencia de que
no podía esperar soluciones de justicia del que estaba encargado de adminis-
trarla, se alzó al Rey en humilde y verídica exposición de hechos y derechos,
y del Rey obtuvo justicia.
En una Real Orden, fechada en el Buen Retiro en el mes de Febrero de
1755, Su Majestad el Rey dice al Gobernador y Capitán General de Filipinas:
"Que Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva, Comisario y Procurador de
la Provincia de Agustinos Descalzos de esas Islas le ha representado que a la
citada Provincia le pertenece la administración espiritual de la isla de la Para-
gua, como lo hizo presente a su antecesor el Gobernado Marqués de Obando,
con motivo de prepararse una Armada para hacer una fortaleza en el paraje
más conveniente de la misma isla, hacia la punta de Lavis, que mira al Sur,
para defender y resguardar a los naturales, que continuamente se hallaban
hostilizados de los moros Tirones, Camucones, Joloes y otras naciones; que
con el seguro de la ninguna defensa de la expresada isla, pasan anualmente
costeándola, volviéndose cargados de cautivos cristianos, y de despojos que
cogen en ella y en las demás de aquel archipiélago y que queriendo enviar el
referido Marqués de Obando en la expresada Armada tres Religiosos de la
Compañía de Jesús, uno de Capellán, otro de ingeniero y el otro de cirujano,
recurrió el Procurador de Agustinos Recoletos para que hiciese el nom-
bramiento en Religiosos de su Orden; por estar la mencionada isla de la Para-
gua y las demás contenidas en la Provincia de Calamianes encomendadas y
adjudicadas a su Religión por el Obispo de Cebú y por el Superior Gobierno,
en cumplimiento de una Real Cédula de 24 de Diciembre de 1682: y siendo
así que el mencionado Provincial ofreció enviar los Religiosos que se consid-
erasen precisos, sin dispendio alguno de la Real Hacienda, y costear la misma
Provincia los sueldos de un ingeniero, y dar un Religioso, Maestro de obras,
que cuidase y corriese con la fábrica de la Fortaleza que debía hacerse, no fué
admitida esta proposición; aunque la repitió al mismo Gobernador tercera
vez: el cual decretó no haber lugar por entonces, por haberse adelantado los
Padres de la Compañía de Jesús: y que cediendo esto en gran deshonor y per-
juicio de los PP. Recoletos, por haber trabajado ya en la Paragua y haber con-
vertido en ella muchos infieles, suplicaba
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO PRIMERO 627
dicho P. Procurador de Recoletos se sirviese mantener a su Provincia en la
posesión pacífica de aquella isla; expidiendo al mismo tiempo la orden de que
se restableciese o erigiese de nuevo el Presidio o Fortaleza que se había aban-
donado, por ser esto muy del servicio de Dios y de Su Majestad: y que en
cualquier caso y empresa nombrase a los Agustinos Recoletos Ministros,
Capellanes de Armada y Misioneros". "Y visto y examinado todo en el Con-
sejo de Indias, con los instrumentos justificativos que en él se presentaron, y
lo que en inteligencia de todo expuso el Fiscal de su Majestad; y habiéndose
tenido presente la exactitud y puntualidad con que ha cumplido y cumple con
su instituto y obligación la expresada Provincia de Agustinos Descalzos de
esas islas en las Misiones y Doctrinas que se hallan puestas a su cargo; y
estando prevenido por la ley 33, título 15, libro 1.º de la Recopilación de In-
dias que para la Doctrina y conversión de los indios las Religiones se dis-
tribuyan en tal forma que donde haya Agustinos no haya Franciscos, y donde
haya Religiosos de la Compañía no haya Dominicos: ha parecido ordenaros y
mandaros (como lo ejecuto), que respecto de tener la Religión de Agustinos
Descalzos la adminitración espiritual de la Provincia de Calamianes, a quien
pertenece la Paragua, se la mantenga en la posesión en que se halla de ella; y
que por ningún caso se introduzcan Religiosos de otras Ordenes de las que se
hallan en esa islas, por pertenecerla a ella sola la administración de la citada
de la Paragua, según y como está dispuesto por el Gobierno de esas islas, el
Obispo de Cebú y lo mandado en la expresada Real Cédula de mil seiscientos
ochenta y dos, por ser así mi voluntad. Fecha en el Buen Retiro a seis de
Febrero de mil setecientos y cincuenta y cinco.=Yo el Rey=Por mandado del
Rey nuestro Señor, José Ignacio de Goyeneche"1.

1
Arch. Prov. Carp. 27. Leg. 2.º núm. 5.
ARTÍCULO II
Dos Capítulos de Provincia
Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía: Nombramientos. –Capítulo Intermedio de
Filipinas: Provisión de cargos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de Santo Tomás de Villanueva de Andalucía celebró en
nuestro Convento
de Nuestra Señora de Loreto de la ciudad de Granada el día 12 de Mayo de
1753.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. José de la Cruz, L. J.
Definidores: P. Fr. Dionisio de San Esteban.
P. Fr. Gregorio de San José.
P. Fr. Antonio de la Virgen de los Remedios.
Adito: P. Fr. Jacinto de la Santísima Trinidad.
Secretario: P. Fr. Teodoro de San José.
El 27 de Agosto de este mismo año entró como Rector Provincial el R. P.
Fr. Pedro de San José, por haber fallecido el Provincial Fr. José de la Cruz1.

1
Arch. Gral. Lib. Regist.
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO SEGUNDO 629
Capítulo Intermedio Provincial de la Provincia de San Nicolás
que se celebró en el Convento de San Juan de Bagumbayan
el día 31 de Octubre de 17531.
Lo presidió el P. Provincial Fr. Mateo de la Encarnación.
En él se aprobaron dieciocho Determinaciones; la primera de las cuales
dispone que se suplique a N. P. Vicario General que éste autorice a la Provin-
cia para dar nuestro Hábito a los pretendientes, en caso de necesidad grave o
extrema.
Se proveyeron los siguientes cargos:
Prior de Cebú: P. Fr. Basilio de Santo Tomás de Aquino.
De Tandag: P. Fr. José Andrés de la Santísima Trinidad.
Presidente de Méjico: P. Fr. Esteban de Santo Tomás de Villanueva, De-
finidor.
Vicario Prior de Culión: P. Fr. Gregorio de San Agustín, alias,
Calera.
De Calavite: P. Fr. Agustín de Santo Tomás de Villanueva.
De Bongabon: P. Fr. Juan de San Agustín.
De Camiguín: P. Fr. Marcelino del Espíritu Santo.
De Bantón: P. Fr. Ignacio de Jesús.
De Calatán: P. Fr. Alonso de Santo Tomás de Villanueva.
Sacristán de Manila: P. Fr. Gregorio de San Nicolás.

1
Arch. Prov. Lib. 3.º de Becerro, fol. 53 vto. y siguientes.
ARTÍCULO III
Estado de la Provincia de Filipinas
Sumario: Trabajos de los Religiosos. –Siete Fortalezas construidas por la Provincia. –
Estado de los Conventos. –Número total de Religiosos.

El estado de la Provincia de San Nicolás en Filipinas lo expresa con toda


sencillez y claridad su R. P. Provincial Fr. Mateo de la Encarnación en el
siguiente informe que dirige a su Majestad el Rey1:
"Señor.=El año próxime pasado de 1752, con fecha 30 de Junio, di en
común cuenta a V. M. del estado en que se hallaba esta Provincia de San
Nicolás de Tolentino de Religiosos Recoletos Descalzos de N. P. San Agustín
en estas Islas Filipinas, y de los muchos trabajos que toleraba por las con-
tinuas invaiones, robos, incendios, muertes, cautiverios y sacrílegos insultos
cometidos por los moros Joloes, Tirones y otras bárbaras naciones en los
pueblos de cristianos que administra en las islas de Calamianes y Paragua, de
Mindoro, Mindanao, Romblón, Masbate y sus adyacentes. Y al presente,
compelido de mi conciencia, y compadecido de los continuos lamentos de los
Religiosos de mi obediencia, y de los muchos que han padecido y padecen los
pobres vasallos de V. M. en estas Islas y Partidos, me veo precisado a repetir
el citado despacho, y a informar a V. M. como en los dos años próxime pasa-
dos de cincuenta y uno y cincuenta y dos, cautivaron y mataron dichos moros
cuatrocientas y ochenta y nueve personas de ambos sexos y diversos estados
en las expresadas islas de nuestra feligresía. Y asimismo robaron y quemaron
dichos pueblos con sus iglesias y conventos, que son: el de Calatán en la isla
de la Paragua y Provincia de Calamianes; el de Sibali en la isla del Maestre
de Campo de la Provincia de Panay; los de Caolo, Sapao y Cabonto en la isla
de Siargao, Provincia de Caraga; los de

1
Arch. Prov. de Filipinas. Lib. 1.º de Consul. fol. 111 vto. y siguientes.
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO TERCERO 631
Bongabon, Dongon y Basig en la isla y Provincia de Mindoro. Y lo que es
más para llorar con lágrimas de sangre, que profanaron las referidas iglesias
con inexplicable vilipendio y ultraje de las sagradas imágenes de Cristo
Redentor nuestro, de nuestra santísima Madre y Señora la santísima Virgen y
de sus Santos; tratándolas con sacrílegas blasfemias y haciéndolas pedazos
con tan bárbaras expresiones que ni aun el oírlo cabe en la piedad cristiana.
Los Religiosos Ministros de dichos pueblos asolados y de otros de
nuestro distrito, por libertarse de la muerte o cautiverio, se han visto y se ven
frecuentemente precisados a andar huyendo a pie por los montes, descalzos,
desnudos y cargados, y a vivir ocultos en las grutas y cavernas muchos días y
semanas, sin más mantenimiento que hierbas y raíces silvestres. Sin embargo
de tan excesivos y continuos trabajos que padece mi Provincia, por estar to-
dos o los más de sus Ministerios en las islas fronteras a la morisma, y ser el
blanco de su furor y el teatro de la guerra, con el mismo empeño, fervor y
espíritu que los conquistó y juntó la predicación evangélica y ardiente celo de
nuestros mayores, los mantiene y conserva en su espiritual administración a
costa de imponderables fatigas, sin reparar en riesgos y en peligros: y con
incesante aplicación se esmera en la conversión de los muchos infieles que
habitan en las serranías y ásperos montes de su distrito: según que todo consta
por los recaudos que remito a V. M. en el presente despacho, y presentará en
su Real y Supremo Consejo de las Indias el P. Comisario y Procurador Gral.
de esta dicha mi Provincia, Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva.
Y no sólo desempeña mi Provincia la Real confianza de V. M. en la re-
ducción de muchos infieles a nuestra santa fe católica, y en la administración
y educación de los ya convertidos; sino que también atiende al resguardo y
defensa de los pueblos formados, en cuanto alcanza nuestra pobreza: y para
este efecto tiene erigidas siete Fortalezas de piedra, con las licencias nece-
sarias de este superior Gobierno; y todas fundadas y dotadas de armas, pól-
vora y balas a nuestra costa y mención, sin gasto alguno del Real Erario de V.
M.; a excepción de cuando la necesidad, por falta de medios, nos obliga a
pedir algún socorro al superior Gobierno; quien en las ocasiones que se han
ofrecido, que no han sido muchas, siempre nos ha librado las armas, pólvora
y balas necesarias. Las dichas siete Fortalezas están situadas en las islas y
pueblos de Cuyo, Agutaya, Culión y Linacapan en la Provincia de Calami-
anes; Romblón y Banton de la jurisdicción de Panay; y en el pueblo de
632 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Mobo, Cabecera de la isla de Masbate de la Provincia de Albay. Cada una de
ellas se gobierna por la dirección del Religioso Ministro, y la defienden y
guardan los naturales, haciendo sus guardias y centinelas con el mismo orden
y circunstancias que se defienden y guardan las que están erigidas en estas
islas a expensas de la Real Hacienda de V. M. Cada una de ellas tiene sus
oficiales militares, nombrados por este superior Gobierno; como son Maestres
de Campo, capitanes, tenientes y otros subalternos. El Maestre de Campo es
el gobernador de las armas; los cabezas de Barangay y Principales son los
capitanes; de modo que cada Cabeza con su barangay forma una compañía; y
cada semana entra una compañía de guardia en la Fuerza, sin tener ración ni
socorro alguno, ni menos reserva de tributo ni otro arbitrio. Libremente, y a
su costa y mención, sirven todos la plaza de soldados, por defender sus pueb-
los de los moros. Y a no haber dado mi Provincia esta providencia en todas
las islas que llevo referidas, solamente hubiera quedado la memoria de que en
algún tiempo hubo cristianos que las habitaron: porque las invasiones y cor-
rerías son continuas; sin que pase año alguno en que no se experimenten de-
plorables ruinas, desdichas y miserias.
Este servicio temporal de la erección y conservación de dichas siete
Fortalezas para resguardo y defensa de los Ministros naturales de los pueblos
en que están situadas (sin ejemplar de otra sagrada Religión de las que ilus-
tran estas islas, por no estar sus Ministerios a la frontera de la morisma ni tan
expertos a la acción de invasiones mahometanas, como los nuestros), sopor-
tando mi Provincia los excesivos gastos que son consiguientes a su estabili-
dad, reedificación y dotación de lo preciso y necesario, hace presente mi ven-
eración a la altísima comprensión de V. M., para la constancia de nuestra fi-
delidad y desempeño de vuestra Real confianza en lo espiritual y temporal en
todas las islas, de nuestro distrito y Ministerios de nuestro cargo.
Tiene a su cargo esta dicha mi Provincia ciento y seis pueblos de Minis-
terio, incluyendo en este número las Cabeceras de los Partidos, sus Visitas o
Anejos, y seis Misiones vivas; como consta por los instrumentos que en el
presente despacho remito a vuestro Real y Supremo Consejo de las Indias; los
que presentará en él dicho P. Procurador General y Comisario Fr. Miguel de
Santo Tomás de Villanueva. Y en dichos pueblos administramos al presente
doce mil novecientos cuarenta y seis tributos enteros, y cincuenta y nueve mil
seiscientas cincuenta y cuatro almas cristianas de todas edades y ambos
sexos, salvo yerro no conocido.
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO TERCERO 633
Desde el último informe que, en cumplimiento de las Reales Ordenes,
de V. M., envió mi antecesor a dicho vuestro Real y Supremo Consejo de las
Indias, con fecha del día 22 de Marzo del año pasado de mil setecientos cin-
cuenta y uno hasta la presente, han convertido los Religiosos Ministros de mi
obediencia a nuestra santa fe católica y debido vasallaje de vuestra Majestad,
y han bautizado trescientos veinte y cuatro infieles adultos, sin entrar en este
número sus hijos de menor edad, por no tenerle presente, que también fueron
bautizados en compañía de sus padres. Por lo que se hace constante a V. M. la
utilidad y gloriosos espirituales progresos de nuestra sagrada Religión de
Agustinos Recoletos Descalzos en estas Islas Filipinas.
Compónese también esta dicha mi Provincia de cuatro Conventos sin
feligresía, que son: este principal de San Nicolás de Tolentino de la Ciudad de
Manila, única Casa de observancia donde se guarda el rigor de nuestras
sagradas leyes en el modo que permite este clima, sin que a su regular obser-
vancia le exceda Convento alguno de nuestra España. Es uno de los muchos
relicarios de perfección, virtud y ejemplo, de los muchos que adornan y her-
mosean a esta Noble y Leal Ciudad de Manila. Seminario de letras, donde se
enseñan filosofía, teología escolástica, expositiva y moral a los que aquí to-
man nuestro santo hábito, y a los que vienen de España sin comenzar o sin
acabar los estudios, que disponen nuestras sagradas leyes como precisos y
necesarios para la dirección y administración espiritual de las almas de
nuestro cargo. Es también casa de refugio, alivio y consuelo de todos los Re-
ligiosos que, por fatigados y viejos, no pueden soportar el gravísimo peso del
Ministerio; y enfermería general de todos los enfermos actuales y habituales
de la Provincia; porque, dando los accidentes lugar, todos o los más Ministros
se retiran a este Convento a medicinarse o a descansar en paz a vista de sus
hermanos. Es al mismo tiempo un penoso espiritual Ministerio; porque sus
Religiosos Conventulaes se hallan todos, o los más, empleados dentro y fuera
en la predicación del santo evangelio, en la administración de los santos sac-
ramentos de confesión y comunión, y en auxiliar, así de día como de noche, a
los muchos enfermos de este vecindario, que nos llaman de continuo, por la
mucha devoción que tienen a San Nicolás de Tolentino, Patrón y titular de
este Convento, para tan santo empleo; el que ejercitamos de caridad, sin obli-
gación, estipendio ni emolumento alguno; sin que jamás se haya experi-
mentado la menor falta. Es últimamente Casa de Noviciado para los que to-
man aquí nuestro santo hábito (aunque al presente no hay novicio, alguno);
634 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y de ejercicios espirituales en que los Religiosos se emplean en la asistencia
al coro, en el rigor de la observancia, en algunas disciplinas y otras peniten-
cias; para salir, fortificados contra todo el poder del infierno, a la conversión
de los infieles y administración de los ya convertidos de nuestro cargo.
El segundo y tercero Conventos de esta Provincia son: los de San Juan
Bautista de Bagumbayan, extramuros de esta Ciudad de Manila, y el de San
Nicolás de Tolentino del Puerto de Cavite; ambos fundados con las licencias
necesarias, y en virtud de la Real Orden de vuestro glorioso ascendiente y
antecesor Don Felipe III de feliz memoria; según consta por su Real Cédula
fecha en Valladolid a tres de Abril de mil seiscientos y cinco años, por con-
venir así al bien público, comercio temporal y consuelo espiritual de la multi-
tud de gente de diversas naciones que habitan y corren de dichos pueblos.
El cuarto Convento es el de la Concepción de la ciudad del Santísimo
Nombre de Jesús de Cebú, fundado con las mismas circunstancias, y para
enfermería de todos los Religiosos que mi Provincia tiene destinados para
Ministros de la Provincia de Caraga en la isla de Mindanao. Porque como
dista de esta Capital de Manila, por lo más corto de nuestra administración,
ciento y cincuenta leguas, pareció conveniente, y lo es en tanta distancia, pre-
cisa y necesaria la fundación de este Convento para el recurso que permite el
derecho natural a los que enferman en dicha Provincia, donde se carece de
médico y medicinas.
A dichos cuatro Conventos sin Ministerio se añade el Hospicio de San
Nicolás de Tolentino en la Ciudad de Méjico, Capital de la Nueva España,
fundado por merced de vuestro ascendiente y antecesor Don Felipe IV, de
gloriosa memoria; según consta por su Real Cédula de seis de Abril de mil
seiscientos cuarenta y siete; para hospedar a los Religiosos que de orden de
V. M. vienen de España a estas Islas Filipinas; y para que el presidente de él y
Procurador General de esta Provincia en los Reinos de la Nueva España
pueda despachar anualmente cuanto sea necesario para la manutención de los
Religiosos que la componen.
En cuya atención se demuestra que para el gobierno de esta Provincia y
de dichos cuatro Conventos y Hospicio de Méjico se necesitan diez y nueve
Religiosos, que son: Provincial, cuatro Definidores, Secretario y Procurador
General, Prior, Subprior, Maestro de novicios y de Profesado, dos Lectores,
Maestro de estudiantes, Procurador del Convento de Manila y Sacristán
mayor
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO TERCERO 635
de él, Priores de dichos Conventos de San Juan, Cavite y Cebú, y dos que
asisten en Méjico, el uno como Presidente y Procurador General de esta dicha
Provincia en la Nueva España, para el recibo, hospedaje y despacho de las
Misiones y de cuanto fuese necesario para su conducción en estas islas, y el
otro de compañero para suplir sus faltas por muerte o enfermedad. Y que to-
dos los Conventos, Casas, Doctrinas y Misiones de que se compone dicha mi
Provincia son ciento y once.
Los Religiosos del coro que actualmente componen esta dicha mi
Provincia son por todos noventa y cinco: ocho coristas y ochenta y siete sac-
erdotes; de los cuales se hallan trece imposibilitados para el Ministerio y para
otros empleos, por viejos y enfermos actuales y habituales; como consta por
la lista que al presente remito a V. M., y presentará en dicho vuestro Real y
Supremo Consejo de las Indias el expresado Padre Procurador General y
Comisario.
Y teniendo presente que algunos de los Religiosos que actualmente
están entendiendo en la conversión de los infieles y en doctrinar y administrar
a los ya convertidos, se hallan accidentados y desean su retiro; los muchos
que mueren agobiados de los trabajos que son consiguientes en tan penosos y
peligrosos Ministerios, como son todos los que tenemos a nuestro cargo; pues
por lo regular en cada trienio fallecen catorce y hasta diez y ocho Religiosos,
según consta por los libros de estado; y la grave necesidad de operarios evan-
gélicos en que al presente se halla mi Provincia para reemplazar a los que
faltan en sus Conventos, Misiones y Doctrinas, se ha visto precisada a elegir
por su Procurador General y Comisario para ambas Cortes a dicho P. Ex De-
finidor y Prior que era de Cavite Fr. Miguel de Santo Tomás de Villanueva:
quien en cumplimiento de su obligación y para el efecto de su destino, que es
el de suplicar y pedir a V. M. se digne concedernos una copiosa Misión de
cincuenta hasta sesenta Religiosos, que nos parecen precisos y necesarios
para la administración, conservación y adelantamiento de la cristiandad en
todas nuestras Misiones y Doctrinas de estas Islas, se halla próximo a embar-
carse, con las licencias y despachos necesarios, en el navío llamado la "San-
tísima Trinidad" y "Nuestra Señora del buen fin", que está aprestado para
hacer viaje al puerto de Acapulco, a cargo de su general el marqués de Vil-
lamediana.
Por todo lo cual, en nombre de dicha mi Provincia y como Prelado de
ella, puesto a los Reales pies de V. M., con la más alta veneración debida a
636 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
vuestra Real Persona, humilde y rendidamente suplico a V. M. sea servido
recibir, oír y favorecer a dicho P. Procurador General y Comisario en cuanto
expusiere y pidiere a vuestra Real y católica Majestad y a vuestro Real y Su-
premo Consejo de las Indias, con la justificación que consta por los instru-
mentos que lleva a su cargo; especialmente la Misión de cincuenta hasta se-
senta Religiosos, que necesita dicha mi Provincia: la que espera recibir este
socorro que implora de la Real magnificencia de V. M., cuya Real y Católica
Persona guarde el cielo los muchos y dilatados años que la cristiandad desea
y ha menester, con adelantamiento de mayores Dominios y Señoríos.
Convento de San Nicolás de Tolentino de la Ciudad de Manila y Julio
seis de mil setecientos cincuenta y tres años.=Señor.=Fr. Mateo de la Encar-
nación, Provincial de los Agustinos Recoletos de Filipinas".
ARTÍCULO IV
El P. José de la Virgen del Niño Perdido
Sumario: Nace en Borja y profesa en Zaragoza. –Excelente Religioso. –Cargos que ob-
tuvo. –Muere a manos de los moros que hacen pedazos su cadáver.

Bien merece perpetuarse este nombre en las páginas de la historia, ya que


aparece orlado con el más sublime de los blasones, con la sangre del martirio.
Nació el P. José de la Virgen del Niño Perdido en la ciudad de Borja,
provincia de Zaragoza y diócesis de Tarazona. A la edad competente tomó
nuestro santo hábito en el Convento de Nuestra Señora del Portillo de
Zaragoza, en el cual hizo también su profesión religiosa.
Movido por Dios a trabajar en las misiones por la salvación de las almas,
suplicó al P. Comisario de Filipinas Fr. José de la Soledad que lo admitiese en
el número de los Religiosos que se alistaban para ir a aquel archipiélago; y
cumplidos sus deseos, se embarcó con otros Misioneros en el puerto de
Cádiz, el día 15 de Julio de 1725, en el navío del jefe de Escuadra Don Anto-
nio Serrano, bajo la presidencia del P. Rafael de San Bernardo. Después de
haberse detenido en Méjico largo tiempo en espera de barco, por fin se
hicieron a la mar; llegando a Manila en Julio de 1726.
Con fecha 12 de Agosto de este mismo año fué destinado al Convento de
Cebú: y en Junio del año siguiente pasó a Tandag para aprender el bisaya. Lo
aprendió muy pronto y a la perfección, pues estaba dotado de un talento nada
común; y en seguida comenzó a desplegar su celo religioso en favor de aquel-
los indígenas. A sus disposiciones intelectuales unía en más alto grado sus
cualidades morales; pues era de admirable índole, distinguiéndose por su
mansedumbre, benignidad y dulzura, y por su carácter pacífico, humilde y
sumamente caritativo; por lo cual era muy querido y venerado por todos, Re-
ligiosos y seglares.
638 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Adornado de estas cualidades, no es extraño que los Superiores le hon-
rasen con las prelacías de la Provincia: y en efecto, en el Capítulo Provincial
de 1731 fué elegido Prior de Cagayán; y durante su priorato dirigió al Go-
bierno un brillante informe sobre el lamentable estado de la Provincia dc
Caraga, proponiéndole una fácil y rápida solución. En 1737 fué nombrado
Prior de Tandag; en 1740, Prior de Siargao; en 1743, Prior de Mobo en Mas-
bate; el 21 de Marzo de 1746, Presidente de Cebú; en el Capítulo Provincial
de este año, Vicario Prior de Cuyo; el 1749, Prior de Butuan y Vicario Pro-
vincial de Caraga: y el 1752, Prior de Siargao y Vicario Provincial.
Siendo Prior de Siargao, tenía su residencia en Numancia, donde cuidaba
del provecho espiritual de los indios, a pesar del continuo peligro en que se
hallaba de caer en poder de los moros. Estos, que ya habían invadido otras
veces aquella región, sembrando la desolación y la muerte, intentaron atacarla
de nuevo; y con el fin de animar y defender a los indios, el P. José se trasladó
a la cabecera de Siargao, a donde llegó un gran número de moros mindanaos
y malanaos en el mes de Noviembre de 1753. Los naturales, dirigidos por el
Padre, trataron de defenderse; pero era tan superior a ellos el número de ene-
migos, que fueron derrotados con grande estrago de muertos y cautivos. El P.
José sucumbió gloriosamente en defensa de la religión cristiana, sellando su
apostólica vida con la sangre del martirio1.
Nuestro P. Juan de la Concepción, en su Historia de Filipinas, tomo 13,
núm. 9, se expresa así: "Destruido y arruinado el Partido de Surigao, rico por
sus famosas minas de oro, y ya en el estado más miserable, pasaron a Siargao
los moros. Segunda vez invadieron a su Ministro el P. Fr. José de la Virgen
del Niño Perdido, que ya más advertido, se había retirado a lo espeso del
monte con cincuenta hombres que le acompañaron de lo más florido del
pueblo. No fué dificultoso a los moros en una isla pequeña hallar su retiro:
carga sobre ellos la multitud; anima el Padre a los suyos a la defensa, siendo
él el primero vibrando un sable; y acometidos del furor, hicieron una resisten-
cia varonil; pero siendo tan desigual el partido, fueron pocos los que pudieron
escapar con vida. La rindió entre los primeros el Padre, poniendo su alma por
la de sus ovejas. Ensangrentaron los bárbaros la victoria

1
Arch. Prov. Necrol. lib. 1.º fol. 68 vto.
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE. ARTÍCULO CUARTO 639
haciendo menudos pedazos el religioso cadáver: ¡infame venganza! ¡Como si
fuese criminal una tan justa defensa! Llevaron a fuego y sangre la isla, re-
duciendo a casi nada los tres pueblos, Caolo, Sapao y Cabonto, profanando
ornamentos y vasos sagrados y ultrajando execrablemente las sacras
imágenes. Quedó la isla desierta".
Tan gloriosamente murió el P. José de la Virgen del Niño Perdido.
CAPÍTULO XLVIII
ARTÍCULO I
El P. Andrés de Jesús María
Sumario: Nace y profesa en Madrid. –Pasa a Filipinas. –Es honrado con varios cargos. –
Es hecho cautivo de los moros. –Muere agobiado de trabajos.

Otra de las víctimas del furor mahometano fué el V. P. Fr. Andrés de


Jesús María. Nació este Religioso en la Villa y Corte de Madrid probable-
mente el año 1691 y sintiéndose llamado a nuestra Recolección Agustiniana,
vistió nuestro santo hábito en el Convento de Madrid, en el cual hizo también
su profesión religiosa.
Sabiendo que el P. Comisario de Filipinas estaba en España reclutando
Misioneros para aquel archipiélago, solicitó ser incluido entre ellos; y habi-
endo sido admitido, se embarcó, llegando a Manila el año 1729 en el galeón
Capitana Nuestra Señora de Guía al mando del General Don Francisco de
Abarca.
El 25 de Septiembre del mismo año fué destinado a Mariveles, donde
aprendió el tagalo y se ejercitó en el ministerio de la salvación de las almas
con mucho celo hasta el año 1735 en que pasó a Calapán.
Era el P. Andrés de índole admirable que se manifestaba en su manse-
dumbre, benignidad y afabilidad con todos; era humilde, caritativo y suma-
mente celoso del bien de las almas. Se esmeraba tanto en el aseo y adorno de
su Convento e iglesia, que muchas veces se olvidaba de tomar el sustento y
reposo necesarios, por estar siempre ocupado en decorar y ornamentar el
templo de Dios, dorando sus retablos y pintando sus iglesias con gran primor
y arte; pues estaba bien impuesto en las artes decorativas.
642 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Atendidas estas bellas cualidades, los Superiores le honraron con los car-
gos de la Provincia, nombrándole en el Capítulo Intermedio de 1735 y en el
Capítulo Provincial de 1737 Vicario Prior de Calavite: el 1740, Prior de Tay-
tay y Vicario Provincial de Calamianes y Paragua: el 1743, Prior de Calapán
y Vicario Provincial de Mindoro: el 1746, Vicario Prior de Nauhan y Visita-
dor de Bongabon, Ilog y Calavite: el 1749, Prior de Calapán y Vicario Pro-
vincial de Mindoro: el 6 de Abril de 1750, Visitador de los Ministerios de
Mindoro: y el 1752, fué reelegido Prior de Calapán y Vicario Provincial de
Mindoro.
Empleado estaba el P. Andrés en sus faenas apostólicas, cuando el día 23
de Octubre de 1753 se tuvo noticia en Calapán de que en el río Nagasabang-
Tubing había diecisiete grandes embarcaciones de moros que iban a asaltar
aquella Cabecera. Al recibir este aviso el Corregidor Don José Pantoja, sacó a
la playa la artillería de la Casa Real, que consistía en veintidós cañones de
varios calibres; y al momento dirigió la puntería hacia el puerto, creyendo que
las embarcaciones enemigas entrarían en él, sin ocurrírsele siquiera que los
moros podían tomar a Calapán por tierra. Mientras Pantoja esperaba con tran-
quilidad la entrada de los moros por el puerto, éstos dieron un rodeo por
tierra, caminando como una hora de distancia a espaldas de Calapán, llegando
a ésta por un sitio que llaman Bantayan; y cuando el Corregidor y los suyos
oyeron la gritería de los moros, ya estaban éstos a las puertas de la población.
Sorprendido Pantoja, dió orden de enfilar la artillería hacia ellos, y lo
hicieron con tanta precipitación y azoramiento que los cañones quedaron en
fila unos detrás de otros, apuntando hacia el lugar donde se oía la morisma.
Los moros entonces se resguardaron detrás de la iglesia, que era de mampos-
tería; a pesar de lo cual, mandó Pantoja disparar contra ellos, empezando por
el último cañón trasero de la fila. Los que estaban encargados de los demás
cañones eran muy suficientes en número para dispararlos con éxito: pero
como las bombas del último cañón pasaban silbando sobre sus cabezas con
peligro inminente de ser destrozados por ellas, dominados por el terror, aban-
donaron los cañones y se dieron a la fuga más vergonzosa, en vez de haber
colocado aquéllos en posición de batir y derrotar al enemigo.
Viendo Pantoja esta deserción, aun cuando los moros no habían salido a
atacar de su resguardo de la iglesia, huyó también despavorido con el Padre
Fr. Félix de la Consolación, que era el Compañero del anciano P. Andrés;
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO PRIMERO 643
y cogiendo los dos un baroto lograron desembarcar en tierra de la Provincia
de Batangas.
Entretanto el P. Andrés, a pesar de estar casi ciego y sordo, acordándose
de la preciosa imagen del Santo Niño, Patrón y titular de la iglesia de Ca-
lapán, y a quien todos los indios tenían suma veneración, se fué a la iglesia,
cogió la santa imagen y, viendo que todos habían abandonado el pueblo, fué a
refugiarse con ellos entre las espesuras de una oculta sementera1.
Dueños absolutos del pueblo los moros, cometieron los más bárbaros at-
ropellos, robando todo lo que tenía algún valor, destruyendo sacrílegamente
todo lo sagrado, y cautivando a muchísimos indios. Saciados en el pueblo,
fueron en busca de los fugitivos; y al cabo de tres días encontraroh al V. P.
Fr. Andrés, que como verdadero pastor había huido con sus ovejas para in-
fundirles consuelo y fortaleza y mantenerlas firmes en la fe. En aquel vener-
able anciano saciaron todo su furor; pues apenas lo cogieron, lo ataron con
una soga al cuello, y después de dejarlo casi desnudo, lo llevaron arrastrando
entre insultos y blasfemias, puntillones y golpes, hasta la embarcación del
jefe de aquellos salvajes.
Una vez introducido en ella y fuertemente amarrado, es imposible expli-
car los trabajos y angustias que sufrió este bendito Religioso durante la
travesía hasta el Reino de Tugbu, expuesto a los rigores de aquel sol abrasa-
dor y a las lluvias torrenciales, de día y de noche, completamente desnudo,
muerto de hambre y sed, y escuchando a cada momento una serie de denues-
tos y oprobios. Añádase a esto su ancianidad, que pasaba de los sesenta y dos
años, el hallarse sumamente achacoso, casi ciego y sordo, y el padecer con-
tinuas evacuaciones de sangre, efecto de una grave disentería. Pero lo que
aumentaba su dolor era ver a sus pobres feligreses unos muertos, otros cau-
tivos, y todos llorando su irremediable desgracia; ya que su mayor gozo había
sido arrostrar toda clase de trabajos, para que los indios no sufriesen ninguno.
Luego que llegó al Reino de Tugbu, estuvo algunos meses sufriendo con
gran paciencia indecibles calamidades y trabajos materiales y una pena con-
tinua causada por el descaro con que aquellos infelices mahometanos de-
fendían los errores de su secta.

1
Hist. Gral. de Filipinas del P. Concepción, tomo 13, Pág. 23.
644 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Así permaneció en Tugbu hasta que llegó una embarcación de moros
joloanos, los cuales compraron al P. Andrés; y, pagado el precio de la venta,
se lo llevaron a Joló. Allí estuvo algunos meses con algo más de comodidad;
pero nunca le faltaron desdichas y sonrojos en que tuvo bien que ejercitar su
paciencia.
Por fin, a los seis meses de cautiverio, y habiendo resultado infructuosas
todas las gestiones que se hicieron para librarle de tan aflictiva esclavitud,
cargado de años, enfermedades y trabajos y lleno de méritos, murió en Joló,
en medio de sus verdugos, el mes de Abril del año 1754.
Los moros sepultaron su cuerpo en un monte, donde permaneció algunos
días, hasta que llegó a la isla de Joló una galera del Rey de España; cuyo
capitán, luego que supo la muerte del P. Andrés de Jesús María y el lugar en
que los moros habían sepultado su cuerpo, fué allá, y habiendo sacado los
huesos, los trasladó en su galera al Presidio de Zamboanga, donde los reci-
bieron los PP. de la Compañía con grande solemnidad, dándoles sepultura en
su iglesia con toda la pompa y fausto que permite aquella tierra1.

1
Arc. Prov. Necrol. lib. 1.º fol. 72 vto.
ARTÍCULO II
Celebración de tres Capítulos
Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –Capítulo General. –Capítulo Intermedio de la
Candelaria. –Actas y nombramientos.

Capítulo Provincial
que la Provincia de la Virgen del Pilar de Aragón celebró en nuestro Con-
vento
de Nuestra Señora del Portillo, extramuros de la ciudad de Zaragoza,
el día 4 de Mayo de 1754.

Nombramientos
Provincial: R. P. Fr. Martín de la Virgen del Niño Perdido, L. J. y
Calificador del Santo Oficio.
Definidor: P. Fr. Agustín de San Juan Crisóstomo.
Prior de Zaragoza: P. Fr. Martín de la Virgen de los Dolores.
Subprior de íd. P. Fr. Ignacio de San Lorenzo.
Maestro de novicios: P. Fr. Matías de Jesús.
Sacristán: P. Fr. José de San Francisco.
Rector del Colegio de Zaragoza: P. Fr. Manuel de Santo Tomás de
Villanueva.
Prior de Alagón: P. Fr. Antonio de San Agustín.
Subprior de íd.: P. Fr. Pedro de la Virgen de los Desamparados, Predi-
cador.
Prior de Zuera: P. Fr. Diego de la Soledad.
Prior de Borja: P. Fr. Miguel de Jesús María, L. J.
Subprior de íd.: P. Fr. Bartolomé de la Virgen del Pilar.
Secretario: P. Fr. Francisco de San Roque.
646 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
El día 14 de Septiembre de 1755 murió el Vicario General Fr. Isidoro de
San Miguel; y entró a sucederle como tal el Provincial Fr. Martín de la
Virgen del Niño Perdido: y a éste le sucedió como Rector Provincial de
Aragón el P. Francisco de Santa Mónica1.

Capítulo General
que se celebró en nuestro Colegio de Alcalá de Henares el día 1 de Junio de
17542.

Elecciones
Vicario General: Rmo. P. Fr. Isidoro de San Miguel, L J. Calificador
del Santo Oficio y dos veces Provincial de Aragón.

Definidores
Por Castilla: P. Fr. Manuel de San Miguel, L. J.
Por Filipinas: P. Fr. Juan de San Epitacio, L. J.
Por Andalucía: P. Fr. Dionisio de San Esteban, L. J. y Calificador del
Santo Oficio.
Por Tierra Firme: P. Fr. Francisco de San Vicente, L. J. y Calificador
del Santo Oficio.
Procurador en Roma: P. Fr. Miguel del Santísimo Sacramento.
Secretario: P. Fr. José del Espíritu Santo.

De las veintitrés Actas aprobadas en este Capítulo, la 8.ª dice así: "Item:
Se confirma y determina que luego y cuando sea nombrado algún Religioso
por Cronista General, sin otra declaración, ipso facto, goce el título y honores
de Provincial absoluto, con asiento inmediato a los que lo han sido; pero sin
voz ni voto en los Capítulos Provinciales. Y este presente Capítulo confirma
el nombramiento hecho de Cronista General en el V. P. Fray Pedro de San
Francisco de Asís, Lector Jubilado y Calificador del Santo Oficio".

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246 y Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 111.
2
Arch. Gral. Lib. Regist. fol. 108.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO SEGUNDO 647
La 15.1ª dice: "Item: Se manda que en todos los Capítulos Provinciales,
después que el V. Definitorio concluya la elección de Priores, Rectores, Sub-
priores, etc., pase a hacer nombramiento de Bibliotecarios de todos los Con-
ventos y Colegios, escogiendo para este empleo los sujetos más hábiles y
proporcionados, y señalándoles las excepciones que deben gozar a proporción
de su trabajo"1.

Capítulo Intermedio
que la Provincia de la Candelaria celebró en Bogotá el día 9 de Septiembre
de 1754.

Nombramientos
Procurador: P. Fr. Francisco de San Antonio, Borja.
Suhprior del Desierto: P. Fr. Victorino de San Ignacio.
Subprior de la Popa: P. Fr. José del Espíritu Santo.
Subprior de Panamá: P. Fr. Manuel de San Agustín.
En el Convento de la Popa se admitían por esta época muchos Mantelatos
seglares, prome-tiéndoles que se les daría la profesión en la hora de la
muerte2.
Estos Mantelatos eran ordinariamente sacerdotes y personas de la mayor
distinción: y en los años sucesivos siguieron admitiéndose en gran número.

1
Arch. Prov. Colec. Actas, fol. 36.
2
Arch. Gral. Carp. F.
ARTÍCULO III
Moros y blancos contra la Provincia de Filipinas

Sumario: Nuevas irrupciones de los moros. –El rey de Joló preso en Manila. –El
Gobernador contra los PP. Recoletos. –Los PP. Jesuítas quieren tomar la Provincia
de Caraga. –Razón de los muertos y cautivos durante dos años.

Contando los moros con la impunidad más completa, por la negligencia


del Gobierno de las Islas, volvieron a atacar los dos Partidos de Siargao y
Butuan en la Provincia de Caraga el año 1753; de cuyo ataque dió cuenta al
Gobernador General el P. Provincial Fr. Mateo de la Encarnación en docu-
mento oficial fechado en nuestro Convento de Bagumbayan a 2 de Febrero de
1754, en la siguiente forma1:
"Señor.=Por cartas que a últimos del pasado recibí de los PP. de dichos
dos Partidos, la una del P. Lector Fr. Roque de Santa Mónica, su fecha 29 de
Diciembre del mes y año próxime pasado, expresa las estorsiones que los
moros Malanaos y demás han hecho de aquel Partido, quemando iglesias y
conventos, robando, cautivando y matando a los naturales de dicho Partido,
dejando a los que se han huido a los montes sin casas ni siembras, y sin más
ropa que la que tenían en sus cuerpos cuando se huyeron. Y la mayor desdi-
cha que dicho Padre en su carta refiere es la muerte cruel y alevosa que al P.
Prior del Partido de Siargao Fr. José del Niño Perdido dieron los moros, lle-
vados de su furia luciferina y enemiga mahomética contra los Ministros
evangélicos: al que oculto en un monte encontraron con cincuenta personas
que lo acompañaban: de los pocos que se libraron, porque a los más mataron,
llevándose consigo los ornamentos de iglesia y demás que acompañaba al P.
muerto.
Y al P. Lector Fr. José Andrés de la Santísima Trinidad, que estaba en
compañía del Padre que escribe, quienes estaban ocultos en unos montes a
distancia de la mar tres días, lo cautivaron: y el Padre compañero se libertó,
según dice, por un trabuco que tenía en la mano.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consul. fol. 125.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO TERCERO 649
Por carta del P. Prior de Butuan, fecha en el Presidio de Linao a 28 de
Agosto de año próxime pasado, refiere cómo los moros entraron en dicha
Cabecera de Butuan, quemando el Convento y camarín que había para cele-
brar el santo Sacrificio de la Misa; porque el año de 52, en la entrada que
hicieron los moros, quemaron la iglesia: y ahora, además de lo dicho, que-
maron el baluarte, recién hecho con licencia que tenían de este superior Go-
bierno, por no tener armas para defenderlo. Quemaron también un camarín de
maderas que el P. tenía prevenidas para componer la iglesia quemada: arrasa-
ron y destrozaron las siembras y plantas de los naturales; y cautivaron dosci-
entas y seis personas. Y habiendo huido el Padre a uno de los pueblos que
están río arriba, lo siguieron los moros; y habiendo llegado éstos a uno de los
dichos pueblos, entraron en su iglesia, y a una efigie de nuestro Redentor Je-
sucristo enclavado en la cruz la azotaron; y a una imagen del Señor San
Nicolás la echaron en el fuego; y de otra de N. P. San Agustín hicieron un
pilón para pilar el arroz...
Después de esto se fueron a una Visita de dicho Partido llamada Gin-
goo, en la que hicieron lo mismo que en las demás. Seis meses, Señor, son los
que los moros han estado hechos señores despóticos de las barras y ensenadas
con ciento y cuarenta embarcaciones, entre grandes y pequeñas, en los dichos
dos Partidos".
Con fecha 12 del mismo mes y año le comunica1: "Cómo el día tres del
corriente recibió cartas de los PP. Ministros de las islas de Calamianes, en las
que insinúan el conflicto y peligro en que se hallan aquellos naturales por los
muchos moros que las infestan: pues dicen pasar de treinta embarcaciones
grandes las que andan por dichas islas, sin dejar transitar aquellos mares sin
grandísimo peligro; y tan a su salvo que varan sus embarcaciones en las pla-
yas como si estuviesen en sus mismas tierras.
Y me dicen cómo en los pueblos de Culión y Linacapan entraron que-
mando iglesias, conventos, caseríos, asolando siembras y robando el poco
palay que tenían de su cosecha, y cautivando a los pobres que encontraban en
los montes; los que entre cristianos e infieles son treinta y uno; quedándose
de noche a dormir en ellos: y habiendo querido coger la Fuerza, no obstante
que hicieron varias diligencias y usaron de algunos ardides, no pudieron;
porque

1
Ibid. fol. 126.
650 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
los que estaban dentro se defendieron con todo esfuerzo, matando algunos. Y
viendo que por fuerzas e industrias no pudieron coger dicha Fuerza, los tu-
vieron sitiados veinte y un días; al cabo de los cuales levantaron el cerco y se
fueron. Pero a pocos días volvieron a embestir y sitiar dicha Fuerza; pero
quiso Dios que no tardaran; porque si hubieran persistido, sin dificultad al-
guna hubieran logrado su intento, por hallarse ya faltos de pólvora y balas:
porque las que V. S. se dignó remitir a dicho Presidio, se perdieron en el
champán que naufragó: y lo peor es que se hallan faltos de comida, que es el
enemigo más poderoso, manteniéndolos el P. Ministro del poco arroz que
tenía de su estipendio. Por lo cual recurren al patrocinio de V. S."

En carta dirigida por el P. Provincial Fr. Mateo de la Encarnación a N. P.


Vicario General le dice, entre otras cosas, lo siguiente1:
"Por ésta participo a V. Rma., P. Nuestro, el estado presente de estas Is-
las Filipinas, y el desconsuelo y peligro con que todos nos hallamos. Si al-
guna cosa faltase a ésta, me remito a la de N. P. Fr. Francisco de Nuestra
Señora de Guadalupe y a mi P. Comisario, a quien escribo latamente, como
V. Rma. verá.
El citado es el más trágico que se ha experimentado; pues los moros
Malanaos nos quemaron a Bongabon y sus Visitas: la Cabecera de Calapán la
destruyeron, quemaron la iglesia y convento, cogieron todas las alhajas de la
iglesia; y una imagen del Santo Niño, que era un hechizo y el imán en toda
aquella tierra, la despedazaron. Al P. Prior Fr. Andrés de Jesús María lo cau-
tivaron y se lo llevaron a sus tierras. Esto ha sido en la isla de Mindoro.
En la Provincia de Caraga nos destruyeron el pueblo de Caolo, que es la
Cabecera de Siargao: y ahora el de Surigao y Butuan; habiendo matado en
dicho pueblo al P. Prior Fr. José del Niño Perdido, y cautivando al Padre Lec-
tor Prior de Tandag Fr. José Andrés de la Santísima Trinidad.

1
Arch. Gen. Carp. E.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO TERCERO 651
Estas noticias, P. Nuestro, me tienen desconsoladísimo: pues sobre ser
pocos y pobres nos acaecen tantas desgracias que se hacen insoportables...
Nuestra Provincia de Caraga y Partido de Camiguín, desde Capítulo
acá, han estado inundados de moros: y la noticia que corre es que en el pueblo
de Surigao se han fortificado los moros. Esta conmoción se ha causado en
gran parte, o en el todo, por tener preso en esta ciudad de Manila al Rey de
Joló, llamado Fernando el Primero, que se redujo y bautizó a influjo y dili-
gencia del Ilustrísimo y Revmo. Sr. Don Fr. Juan de Arrechederra, Religioso
Dominico, Obispo de Nueva Cáceres y Gobernador de estas Islas. Fueron
grandes las fiestas por su bautismo; y después lo llevaban a su Reino: y antes
de llegar dicho Rey a Zamboanga, ya los españoles pasaron a Joló; y no pudi-
endo entrar, se retiraron a Zamboanga, donde estaba el Rey de Joló: y desde
allí llamaron a los Datos de Joló y parientes del rey para que viniesen a verle.
Vinieron como doscientas personas, entre mujeres y niños, sin más armas que
las usuales, que llaman crises; y les imputaron que se querían levantar con la
Fuerza; y con este pretexto los prendieron y remitieron a Manila: y aquí son
bien maltratados. Al Rey le han privado el oir Misa, y la comunicación
política con todo género de gente, a excepción del P. Rector de la Compañía,
llamado el P. Leonardo Finc; con el conocimiento de ser los PP. de la Com-
pañía los motores, conservadores y opuestos a la libertad del Rey de Joló.
Esta historia tiene conmovida esta tierra: y estas islas se pierden, si Dios
nuestro Señor no se apiada de nosotros: porque el comercio está perdido: el
Sr. Gobernador Don Francisco Obando es un caballero muy particular; y en
medio de su mucho trabajo y aplicación, tiene la desgracia en estas islas por
suya; pues las Armadas que despachó a Joló, a la Paragua y demás, más han
servido para alentar a los moros que para contenerlos. Dios nos mire con ojos
de piedad"…=Convento de San Juan de Bagumbayan y Enero 30 de
1754.=Fr. Mateo de la Encarnación, Provincial de Filipinas".
Y con fecha 10 de Julio de este mismo año, en carta suscrita por los
cuatro PP. Definidores, dice a N. P. Vicario General:
"…Parece que este Sr. Gobernador está empeñado en que se lleven los
moros todo lo que administramos y sus Ministros; porque no se sabe qué an-
tipatía lo estimula a estas y otras cosas.
Y para que claramente se vea, intenta al presente quitarnos la Provincia
de Caraga, y dársela a los PP. de la Compañía, quienes tantos años ha la pre-
tenden, valiéndose éstos de la ocasión presente, en que todo lo pueden y
mandan,
652 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
por tener en esa Corte el Padre Alcalde: porque el Sr. Gobernador hace lo que
ellos quieren. Hizo su Señoría la representación de su intento por N. P. Fr.
Benito; pero por el mismo se le respondió que no se podía: y a esto respondió
que el Rey podía…
Demás de esto, también han dado sobre el Beaterio que tiene esta
Provincia en el pueblo de San Sebastián de Calumpan con el número de doce
Beatas dedicadas al servicio de la Reina de los Angeles Nuestra Señora del
Carmen, que en la iglesia de dicho convento se venera con el culto que es
manifiesto ahí y en Roma. Pide el Sr. Fiscal del Rey, que es quien esto ha
movido, que no se llame Beaterio, ni ellas Beatas ni Mantelatas, ni se nom-
bren con otro título de religión sino es con el de Recogidas: y así, que no trai-
gan hábitos ni velo, como traían. La fundación de esta Casa con nombre de
Beaterio tenemos su licencia por este Superior Gobierno; es verdad que no
tenemos la confirmación por su Majestad, la que se ha pedido; pero esta
Provincia se ha dormido en conseguirla; y la Congregación, a quien se su-
plicó al principio de su fundación, no ha hecho caso.
Escribe N. P. Provincial sobre este punto al P. Comisario, enviando los
testimonios de las diligencias y licencia del Gobierno cuando se erigió, para
que ahí vea si puede conseguir la licencia para Beaterio o confirmación para
Casa de Recogidas voluntarias para el servicio de la Reina de los Angeles en
cuidar su iglesia y camarín, con el número de doce Hermanas o Recogidas"...
P. N. Vicario General: De la respuesta que esta Provincia ha dado al Sr.
Gobernador sobre su pretensión por los Ministerios de Caraga, ha resultado
que se ha empeñado en que, ya que no sea lo que pretendía en el todo, que le
den el Partido de Cagayán, confinante con el de Iligan, que administran los
PP. de la Compañía; diciendo que lo necesita para desde dicho pueblo hacer
entradas y guerra al Malanao, y porque en él quiere poner almacenes reales y
cuarteles; y que esto es preciso sea administrado por los PP. de la Compañía.
A esto se le respondió que era en deshonor de la Provincia; y que lo mismo
que los dichos PP. podían hacer, haríamos los Padres Recoletos; y para ello se
le ofreció N. P. Soledad, no obstante sus años y achaques. Y la respuesta fué
que para el intento lo mismo era su Reverencia que otro cualquiera hermano
suyo. Viendo N. P. Provincial lo empeñado que está el Sr. Gobernador, sobre
que dicho pueblo de Cagayán se ceda a los PP. de la Compañía, y lo displi-
cente que está con nosotros, y por otra parte, lo despótico y absoluto que es,
temiendo su Reverencia algún desaire
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO TERCERO 653
a la Provincia, determinó consultarle el punto con los PP. de Provincia y De-
finidores de ella, para ver lo que se había de hacer en el caso presente: y
tenida dicha Junta, se resolvió lo que V. Rma. verá por el tanto que a V. Rma.
se remite testimoniado del P. Secretario de Provincia.
Hízosele saber a dicho Sr. Gobernador lo resuelto y determinado por la
Junta; lo que parece que a los PP. de la Compañía no les sentó muy bien: por
lo que su P. Provincial dijo al Sr. Gobernador que no quería cosa contra la
voluntad de los PP. Recoletos; pero se veía que no querían dejar a Cagayán.
Alborotóse dicho Sr. Gobernador con esta proposición maliciosa, diciendo
que todo se compone con un ruego y encargo, a los unos para que lo dejen, y
a los otros para que lo reciban. Esto es lo que quieren los PP. de la Compañía,
coger lo que quieren, y no soltar otra cosa"...=San Juan de Bagumbayan y
Julio 10 de 1754 años.=De V. Rma. etc.=Fr. Mateo de la Encarnación, Pro-
vincial.=Fr. Alonso de San Gabriel, Definidor.=Fr. José de Jesús María, De-
finidor.=Fr. Miguel de San Agustín, Definidor.=Fray Esteban de Santo
Tomás de Villanueva, Definidor".

"Razón de los muertos y cautivos por los moros Mindanaos, Malanaos


y Joloes en nuestros Ministerios, desde el año de 1752 hasta este presente de
17541.

Provincia de Bisayas
En el Partido de Romblón cautivaron los moros el año 52 ciento y diez
personas: y el año de 53 hasta este de 54 cautivaron y mataron veinte y cinco;
que por todos hacen ciento treinta y cinco personas.
En el Partido de Masbate cautivaron el año de 52 y 53 cuarenta y siete
personas.
En el Partido de Ticao cautivaron el año de 52 seis personas.
En el Partido de Cagayán y Camiguín cautivaron el año de 52 y 53 tre-
inta y dos personas; y a siete mataron.
En el Partido de Butuan en la primera invasión que hicieron el año de
52 cautivaron doscientas y sesenta personas: y en la del año de 53 no se tiene
noticia de la gente que cautivaron.

1
Arch. Gen. Carp. E.
654 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
En el Partido de Siargao en las dos invasiones que hicieron el año de
donde en la segunda mataron al P. Prior1 y cautivaron a su Compañero no se
tiene noticia de las personas que cautivaron y mataron: lo que se sabe es que
la gente más principal murió al lado de dicho P. Prior.

Provincia de Mindoro
En el Partido de Calapán, el año de 53, en una invasión que hicieron, en
la dicha Cabecera cautivaron al P. Prior2 y Ministro y a ciento noventa y tres
personas, de las cuales mataron algunas.
En el Partido de Naujan cautivaron el año de 53 y 54 doscientas y trece
personas.
En el Partido de Bongabon cautivaron el año de 52 cincuenta y seis
personas; y el año de 53 cincuenta y cinco, de las cuales mataron cuatro.
En el Partido de Calavite cautivaron cincuenta y nueve personas en este
año de 54.

Provincia de Calamianes
En el Partido de Taytay cautivaron el año de 52 cuarenta y cuatro per-
sonas.
En el Partido de Linacapan cautivaron el año de 52 y 53 treinta y una
personas.
En el pueblo de Cuyo cautivaron este año de 54 sesenta personas.
Total: 1.198 personas.=Provincial".

1
El P. José de la Virgen del Niño Perdido.
2
El P. Andrés de Jesús María.
ARTÍCULO IV
Situación aflictiva

Sumario: Deplorable estado de nuestros Ministerios en esta época. –Detallado informe


que dirigió al Rey el Provincial de Recoletos. –Causa del furor de los moros.

A mediados del siglo XVIII era tan penosa y aflictiva la situación de las
Provincias del sur del archipiélago magallánico, que se podían considerar
como sometidas a la bárbara tiranía de los moros; los cuales llevaban su
osadía a los mayores extremos, afianzados en una absoluta impunidad1.
El Gobernador General, Marqués de Obando, harto, sin duda, de recibir
tan humildes como insistentes súplicas de la Provincia de San Nicolás, para
que atajase la multitud de daños que ésta sufría, tomó algunas medidas contra
los invasores mahometanos; medidas que resultaron completamente inefi-
caces, y, a veces, deshonrosas para el nombre de España, por la ineptitud del
infatuado Marqués, y por la mal disimulada antipatía hacia los abnegados PP.
Recoletos; antipatía que, a la sordina, se esforzaba en aumentar una ilustre
Compañía; como lo demostró entonces, y como se ha comprobado en otros
casos.
En virtud de aquellos fracasos y de este constante abandono de la autori-
dad superior, los moros habían ido de triunfo en triunfo, hasta tal grado que,
en el mes de Junio de 1754, todos los pueblos, Doctrinas y Misiones de
nuestro cargo en las Provincias de Caraga, Iligan, Mindoro, Albay, Panay y
Calamianes se hallaban en tal estado de desolación, desdicha y miseria como
no lo habían experimentado desde el tiempo de la conquista espiritual.
Con tristísimos detalles y fehacientes documentos comunicó esta deplor-
able situación al Rey de España el entonces Provincial Fr. Mateo de la Encar-
nación, con fecha 30 de Junio de 1754.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consul. fol. 130 y siguientes.
656 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
"Por Octubre del alío 1752, le decía, invadieron los moros Malanaos la
iglesia de Siargao de la jurisdicción de Caraga, sembrando en su Cabecera y
pueblo de Caolo el terror, la muerte, el incendio y el cautiverio; y a violencia
de su crueldad y tiranía quedaron reducidos a pavesas la iglesia, el convento y
el pueblo. No satisfecha su bárbara fiereza con tan inauditos atropellos,
volvieron con mayor número de embarcaciones y gente armada a proseguir su
campaña destructora por Noviembre de 1753, y se hicieron dueños absolutos
de la isla y de los tres pueblos de ella, Caolo y sus dos Visitas Spao y
Cabonto, reduciéndolos completamente a cenizas, profanando y robando los
ornamentos y vasos sagrados y ultrajando las sagradas imágenes con los más
execrables vilipendios. En su odio llegaron a matar al Ministro Doctrinero el
P. Predicador y Ex Definidor Fr. José de la Virgen del Niño Perdido, haci-
endo menudos pedazos su cadáver con sus crises y campilanes. Efecto de
estas atrocidades, la isla de Siargao, que en sus tres pueblos citados tenía
cuatrocientos tributos enteros con un total de mil seiscientas almas cristianas,
quedó totalmente desierta, no quedando en su recinto más que las fieras.
De Siargao pasaron dichos moros, cargados de cautivos y despojos, a la
gran isla de Mindanao; donde saquearon e incendiaron las tres iglesias, con-
ventos y pueblos de Higaquet, Pahuntungan y Surigao, que se componían de
quinientos tributos enteros y un total de dos mil almas. La mayor parte de
ellas quedaron cautivas; y las que pudieron escapar, se refugiaron en los mon-
tes, privados de todo, y llorando amargamente la desgracia de ver perdidos
para siempre a sus padres, mujeres e hijos.
Entre las víctimas de esta invasión se cuenta el P. Lector Fr. José Andrés
de la Santísima Trinidad, a quien se llevaron cautivo a la Laguna de Malanao,
desde donde escribía al P. Provincial, en Diciembre, una carta que desgarraba
el corazón, por los indecibles padecimientos a que estaba constantemente
sometido.
En el referido pueblo de Surigao se establecieron como en propia casa los
moros; concluyeron la Fortaleza de piedra que estaba haciendo el P. Ministro,
y la equiparon con los cañones que había robado en Mindoro. Y siendo dicho
pueblo de Surigao la llave de toda la Provincia de Caraga, los moros im-
pedían la entrada y salida de los Religiosos, quedando éstos desnudos y de-
sprovistos de todo auxilio humano.
El P. Fr. Roque de Santa Mónica escribía desde los montes de Higaquet
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO CUARTO 657
que vivía solitario y desnudo, y que solamente se mantenía de raíces y de
frutas de árboles silvestres.
Por Diciembre del mismo año de 1753 se apoderaron los mismos enemi-
gos del pueblo de Butuan y de sus Anejos Tubay, Habongan, Mainit, Talaco-
bon, Hibón y Gingoo; y habiendo cometido las mismas salvajadas que en los
antes citados, se hicieron dueños de todo el Partido, fijando su residencia en
el Río grande de Butuan, del que tomó su nombre el pueblo.
El P. Predicador Fr. Marcos de San Lorenzo, Prior, y su compañero Fr.
Francisco de la Concepción salieron huyendo de Butuan, mientras los moros
se entretenían en el saqueo; y con una pequeña embarcación de remo navega-
ron por el río arriba hasta la Laguna de Linao, distante cuarenta leguas, a
donde llegaron agobiados del cansancio del remo y extenuados de hambre y
sed; refugiándose en el Presidio de dicha Laguna, que tenía por toda dotación
un Cabo y ocho soldados. Pero como a este presidio no se le podía socorrer
por tierra, sino por el mismo río Butuan, y los enemigos impedían todo aux-
ilio, como dueños del río, y tenían además sumo empeño en destruir la For-
taleza de Linao, la situación de los refugiados llegó a ser desesperada.
En la misma angustiosa situación se hallaba el pueblo de Tandag, cabeza
de la Provincia de Caraga, y su Real Fuerza de San José, a pesar de estar per-
trechada con bastante y buena artillería y con la dotación de dos compañías
de soldados españoles y pampangos; porque hallándose éstos sin Castellano
ni Alcalde que los gobernase y alentase, por haber muerto, y teniendo todo
paso cerrado por los enemigos, no se podía esperar otra cosa que una forzosa
rendición. Y en el mismo caso se hallaban los Partidos de Bislig y de Catel
con sus pueblos anejos, que eran los últimos de la Provincia de Caraga hacia
el cabo de San Agustín.
Del Partido de Butuan pasaron los moros a la isla de Camiguín; y hallán-
dola sin defensa alguna, en breve tiempo se apoderaron de los tres pueblos de
su distrito, llamados Guinsiliban, Catarman y Balinguan, arrasándolos hasta
el punto de dejarlos sin casas, ni conventos ni iglesias ni habitantes; llevando
a éstos cautivos en sus correrías por la costa del Partido de Cagayán, jurisdic-
ción de Iligan en la isla de Mindanao; celebrando sus triunfos con públicas
iluminaciones en los pueblos de Gompot y Tagoloan. Pusieron cerco a Ca-
gayán y su Presidio; pero como estaba defendido por tres baluartes, y los sol-
dados e indios eran capitaneados por tres Religiosos
658 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Agustinos Recoletos, se defendieron con gran valor, obligando al enemigo a
levantar el cerco y a retirarse con pérdida de muchos moros que quedaron
muertos.
Al poco tiempo volvieron los enemigos en mayor número y con mayor
rabia a atacar el citado pueblo y Presidio de Cagayán, jurando por su falso
profeta Mahoma no desistir de su empeño hasta enarbolar su bandera de me-
dia luna en lugar del real pendón de Castilla: pero el acierto y tesón con que
dirigieron la defensa los tres Recoletos y el valor que infundieron a soldados
y a los naturales, y la ayuda que prestaron los infieles de los montes confinan-
tes con Cagayán, obligaron a los enemigos a levantar segunda vez su cerco
con grandes pérdidas de los suyos.
Al retirarse, llenaron los espacios de horribles blasfemias, jurando volver
con número suficiente de medios para no dejar vivo a un Cagayano. Y como
ya en el Castillo faltaban bastimentos de toda calse, el P. Prior Fr. Roque de
la Virgen del Carmen, verdadero héroe y caudillo de aquellas memorables
hazañas, se vió obligado a escribir a Cebú y a Manila en demanda de provi-
siones de boca y guerra; al mismo tiempo que lamentaba la pérdida de la isla
de Camiguín y de los expresados cinco pueblos.
En su deseo de extinguir el nombre cristiano los moros malanaos confed-
eraron con los mindanaos, joloes, tirones y otros vecinos suyos, formando una
poderosa escuadra, que, dividiéndose en varias pequeñas, atacaban
simultáneamente muchas islas. En vano el Provincial de Recoletos exponía al
Gobernador, Marqués de Obando, tanta desgracia sufrida por sus súbditos
para que pusiese remedio: el flamante marqués, tan desatento con los Recole-
tos como amigo de los Jesuitas, se hacía el sordo; como si las Provincias que
administraba la Provincia de San Nicolás no perteneciesen a la corona de
España sino al rey de Joló, su mayor enemigo.
Con la multitud de pequeñas escuadras, las islas de la Provincia de Ca-
lamianes y de los Partidos de Romblón y Masbate se veían continuamente
asediadas de enemigos; de tal manera que, apenas se retiraba una escuadrilla,
llegaba otra para cargar sus naves de cautivos y despojos: viéndose por esta
razón los Religiosos Ministros obligados a vivir bajo el amparo de los
cañones que guarnecían las Fortalezas construidas a expensas de la Provincia
de San Nicolás, sin gasto alguno del Real Erario. Siete eran estas Fortalezas,
levantadas en Cuyo, Agutaya, Culión, Linacapan, Romblón, Banton y Mas-
bate. La Provincia de San Nicolás, con la ayuda de
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO CUARTO 659
los indios por ella administrados, mantenía y defendía esas siete Fortalezas a
su costa. Los indios servían de soldados y artilleros y hacían guardia per-
petua, sin socorro ni sueldo alguno: y en caso de ser atacados, obedecían lle-
nos de fe y de confianza las órdenes del Religioso Recoleto que los llevaba a
la victoria.
En prueba de ello, por Octubre de 1753 incendiaron los moros la iglesia y
pueblo de Culión y atacaron con verdadero furor la Fuerza; pero tuvieron que
retirarse ante los estragos que les hicieron sus defensores. También sitiaron y
atacaron la Fortaleza de Linacapan; y después de veinte días de sitio y de
rudísimo combate, salieron huyendo los moros con pérdida de mucha gente.
En cambio, la isla de Mindoro, abierta por todas partes y sin Fortaleza
alguna, padeció más trabajos y persecuciones y lloró más desdichas y mise-
rias que otra alguna. Desde el año 1752 hasta Octubre de 1753 sufrió cuatro
invasiones de moros, llevando éstos por todas sus playas el terror y espanto,
quemando los pueblos con iglesias y conventos de los Partidos de Calavite,
Bongabon y la Misión de Ilog. El día 23 de Octubre de 1753 asaltaron el
pueblo de Calapán, Cabecera de dicha isla de Mindoro; y acosados de un ter-
ror pánico el Corregidor de la isla y los moradores de la Cabecera, en vez de
hacerse fuertes en un baluarte, que aunque era de madera, tenía veintidós
cañones de calibre de uno a seis, sólo pensaron en huir, abandonando ar-
tillería, armas manuales y al pueblo entero: ante cuya actitud el P. Ministro,
considerando que era un despropósito quedarse solo, se vió obligado a huir
también con los demás y esconderse en lo intrincado de los montes, para no
ser víctima del furor enemigo.
Pero no les valió esta diligencia; porque después de haber estado los mo-
ros dos días entregados al saqueo de todo el pueblo, iglesia y convento, se
dirigieron al monte, internándose en sus fragosidades a distancia de más de
un día de camino; y obligando con tormentos a los cautivos que llevaban a
que les sirviesen de guías, dieron con el escondrijo, sorprendiendo y cauti-
vando a más de trescientas personas de ambos sexos; entre ellas al P. Predi-
cador Fr. Andrés de Jesús María, Prior y Ministro de Calapán y Vicario Pro-
vincial de aquella Provincia; al cual desnudaron con grande ignominia, le
ataron las manos con una soga, le echaron otra al cuello y, tirando de ésta, lo
arrastraron hasta una de sus embarcaciones, donde lo pusieron al remo, atado
a un banco como un galeote. En esta forma lo dejó un indio,
660 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
también cautivo, que pudo libertarse arrojándose al mar en el silencio de la
noche, y que fué a contar la desgracia.
Cogieron los moros en esta ocasión tanto botín que, no pudiendo navegar
por la excesiva carga de las embarcaciones, se detuvieron un día en un río
inmediato a Calapán, donde arrojaron mucha carga, después de inutilizarla
con las armas o con el fuego, para que no se aprovechasen los cristianos que
quedaban escondidos en los montes. Lo robado por los moros en este asalto
se calculó en veinte mil pesos.
Regocijados por la rapiña regresaron los moros a sus respectivas re-
giones. La artillería que cogieron en Calapán cupo en suerte a los malanaos;
los cuales la transportaron al pueblo de Surigao, cogido también por ellos, y
con ella fortificaron el Fuerte de piedra que habían comenzado los nuestros.
Al P. Prior Fr. Andrés de Jesús María le tocó la desgracia de quedar cau-
tivo en Mindanao, en un pueblo llamado Tubug, según lo confirmaron al-
gunos concautivos que lograron fugarse.
El resultado de tantos ataques de los moros a la indefensa isla de Min-
doro fué que ésta quedó en la más extrema miseria. De tantas iglesias como
teníamos, solamente quedó una, la de Naujan: la mayor parte de los indios
fueron llevados cautivos; y los pocos que quedaron con seis Religiosos
Recoletos Ministros y Misioneros de aquella isla, andaban escondidos entre la
maleza de los bosques, alimentándose de hierbas, raíces y frutas silvestre ad-
erezadas con el amarguísimo pan de la tribulación.
Según un testimonio, que se remitió al Rey, escrito por el P. Lector Fr.
José Andrés de la Santísima Trinidad, cautivo en la Laguna de Malanao,
había entonces en dicha Laguna más de ocho mil cristianos cautivos: y, a juz-
gar por los que hicieron en las últimas excursiones mencionadas, bien se
puede asegurar que tenían más de doce mil cautivos. El número de embarca-
ciones de los moros que cruzaban libremente los mares del archipíélago
pasaba de trescientas; y en la parte de Mindanao no cesaban de construir y
botar al agua otras nuevas.
Entretanto, el Gobernador y Capitán General Marqués de Obando dejaba
exhausto el Real Erario con el pretexto de formar poderosas escuadras, que
fuesen a castigar a la triunfante morisma; pero todo, fuera del enorme gasto,
resultaba perfectamente inútil, por su reconocida incapacidad.
La causa de esta guerra tan feroz y tan extensa de los moros contra la
obra de España fué la prisión del Rey de Joló: este mismo lo anunció, cuando
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO CUARTO 661
lo prendieron con engaño, diciendo.: Los españoles me prenden sin causa: no
saben lo que se hacen. El P. Provincial de Recoletos Fr. Mateo de la Encar-
nación, que conocía perfectamente el idioma de los moros, visitó muchas
veces al citado Rey de Joló en su misma prisión de Manila; y preguntándole
un día cuál era la causa de haberle traído prisionero, respondió que no era otra
que una arbitraria acusación contra él de que era traidor a la Majestad del Rey
de España; lo cual, añadió, es tan falso que nunca lo podrán probar. De ello se
lamentaba amargamente; como también del mal trato que le daban en la
prisión: lo cual se hizo tan público en Manila, que algunas Corporaciones
Religiosas, movidas a compasión, solicitaron permiso para ir a consolarle y
llevarle algunas limosnas; ejemplo que imitaron algunos vecinos de la ciudad;
y que el Rey prisionero agradecía de corazón. Pero no le duró mucho este
consuelo al infeliz recluso; porque muy pronto el Gobernador General Mar-
qués de Obando prohibió a todos que fueran a visitarle; y solamente dejó la
puerta abierta y dió amplia licencia para ello a los PP. de la Compañía de
Jesús. Las quejas contra esta prohibición, y mucho más contra la excepción,
fueron en la ciudad públicas y unánimes: pero no fueron bastantes a anular
los manejos secretos y el favoritismo público.
Lo cierto es que, a consecuencia de esta medida de excepción, inspirada,
según voz pública, por los favorecidos, se irritaron tanto los joloanos que re-
quirieron el auxilio y soliviantaron los ánimos de los mindanaos, malanaos,
tirones y de todos los de su secta, obligándose todos con juramento por su
falso profeta Mahoma a hacer una guerra tan fiera y tan tenaz a los españoles
que no cesase hasta arrojar a éstos de Filipinas y hasta acabar con todos los
cristianos.
Una triste experiencia vino a confirmar la verdad del anuncio; sin que las
armas españolas fuesen capaces de resistir al furor de la morisma y a la multi-
tud de sus escuadras distribuidas por todas las islas; llevando la detrucción y
la ruina no sólo a los pueblos de nuestra administración, sino también a los de
los PP. Jesuitas y de los Agustinos Calzados en las Provincias de Leite e
Iloilo.
En este mismo año de 1754 entraron los fanáticos mahometanos en las is-
las de Banton y Simara, y quemaron las iglesias, conventos y pueblos de las
dos islas, llevándose cautivas sesenta y seis personas: y no contentos con esto,
asaltaron la isla de Romblón por tierra con numerosa gente armada
662 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
y por mar con más de cien embarcaciones: pero estaba tan bien fortificada y
dirigida con tanto valor y habilidad por su Ministro el P. Recoleto Fray Fran-
cisco de la Virgen del Rosario, alias, Magallón, que los enemigos se vieron
precisados a retirarse, después de haber experimentado grandes pérdidas.
Es de notar que en estas campañas destructoras de los moros, los únicos
que contenían el bárbaro furor de éstos y les infligían severísimos castigos y
les causaban enormes pérdidas, proclamándose invencibles a la faz del
mundo, eran los oscuros frailes, aquellos valientes capitanes y abnegados
misioneros, aquellos héroes Recoletos que a todas horas se jugaban la vida
por sus amados indios, de quienes recibían eficaz cooperación, como igual-
mente interesados en la propia defensa.
Las flamantes Armadas, que organizaba y despachaba el no menos fla-
mante Marqués de Obando, de nada sirvieron; o por su mala conducta o por
su mala suerte. Dos fueron las Armadas que el famoso Marqués despachó en
el tiempo de su gobierno; la una a Joló y la otra a la Paragua: ambas fueron en
extremo bochornosas para el honor español: y la que envió este año de 1754,
dividida en dos, una para Zamboanga y la otra para Iligan en Mindanao, tuvo
el mismo clamoroso fracaso. Después de invertir enormes sumas de dinero,
regresaba la expedición a Manila, a veces muy mermada, sin haber hecho el
menor daño a los moros, sin haberles cogido un pueblo, sin traer jamás un
moro cautivo, y a veces afirmando que no existían tales moros y que todo era
miedo de los Religiosos y de los indios. ¡Y éstos gemían cautivos!
Insolentes los moros con sus triunfos y cebados con la abundancia de
botín se ofrecían voluntarios en gran número para la guerra: en cambio los
españoles para despachar cualquiera Armada se veían precisados a reclutar
gente llevándola a la fuerza. Los moros sostenían fácilmente más de cuatro-
cientas embarcaciones, que divididas en ocho o diez escuadrillas, hacían
simultáneamente sus invasiones en otras tantas regiones causando el terror y
la muerte: los españoles difícilmente podían preparar una muy costosa en la
que imperaba la incapacidad y el miedo. Los moros reunían con facilidad
quince mil hombres en pie de guerra: los nuestros escasamente lograban re-
unir cinco mil entre españoles e indios. Los moros, instruidos por los holan-
deses de Batavia en el manejo de la artillería y de las armas manuales, dispa-
raban con precisión, hacían trincheras y acometían con gran furia:
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO CUARTO 663
los nuestros disparaban temblando, y en vez de mantenerse firmes frente al
enemigo, le volvían cobardemente la espalda, arrojaban medrosos las armas y
hasta su equipo y se alejaban en precipitada fuga1.
Por todas estas razones la Provincia de San Nicolás, por medio de su
Provincial Fr. Mateo de la Encarnación, se dirigió al Rey de España, ex-
plicándole el lastimoso estado de Filipinas y pi-diéndole remedio para tanta
ruina.

1
Ibid. fol. 136.
ARTÍCULO V
El P. Pedro de San Francisco de Asís

Sumario: Natural de Híjar. –Profesa en Barcelona. –Se distingue por sus virtudes y
talentos. –Pasa a Filipinas. –Misionero y Lector. –Peligro de muerte. –Cargos
que desempeñó. –Es llamado a España. –Es honrado con nuevos cargos. –
Predicador famoso. –Prior de Barcelona. –Éxito de sus gestiones en Roma en un
pleito. –Cronista General. –Sus escritos. –Su labor en Alagón. –Muere san-
tamente. –Algunos datos sobre la impresión de los tomos tercero y cuarto de
nuestras Crónicas.

Siendo Vicario General de la Congregación de España e Indias N. Padre


Fr. Isidoro de San Miguel, Lector Jubilado, y Provincial de esta Provincia de
la Corona de Aragón N. P. Fr. Martín de la Virgen del Niño Perdido, Lector
Jubilado y Calificador de la Suprema, y Prior del Convento de Alagón el P.
Fr. Antonio de San Agustín, Predicador, murió en este dicho Convento N. P.
Fr. Pedro de San Francisco de Asís, Lector Jubilado, Calificador del Santo
Oficio, Ex Provincial, Cronista y Definidor General, de edad de cuarenta y
ocho años, nueve meses y cinco días1: pues nació el día diez y ocho de
Noviembre del año 1705, en la Villa de Híjar, arzobispado de Zaragoza2; y
murió el día 13 de Septiembre de 1754, cerca de la media noche.
Fué hijo legítimo de Juan la Caba e Isabel Laborda, vecinos de la villa de
Híjar, familia honrada y estimada en dicha villa: pues a más de ser muy vir-
tuosos, lo pasaban con mucha decencia y lograban bastantes conveniencias
temporales.
Tomó el santo hábito en el Convento de nuestra Señora del Portillo de
Zaragoza; y fué a pasar el noviciado al de N. Madre Santa Mónica de Barce-
lona; siendo en el año de probación ejemplo de los novicios y de toda

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
2
Provincia de Teruel.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 665
la Comunidad, acudiendo con mucha puntualidad a todos los oficios de su
obligación. En virtud de su conducta ejemplar, concluido el año de noviciado,
fué admitido a la profesión religiosa, que hizo el día 25 de Agosto de 1724
con mucho aplauso de la Comunidad y grande regocijo y consuelo de su
alma.
Luego lo envió la obediencia a nuestro Colegio de Caudiel, a estudiar la
filosofía; y como era de grande ingenio, salió gran filósofo. No obstante la
tarea de los estudios y el cumplimiento de su obligación en los oficios de
corista, se empleaba muchos ratos en rezar varias devociones. Se encomend-
aba especialmente y muy de veras a la prodigiosa imagen de Nuestra Señora
del Niño Perdido, que se veneraba en dicho Colegio, de la que fué muy de-
voto toda su vida: y la prueba de la grande devoción que le tenía fué que, vi-
endo que la capilla de Nuestra Señora del Niño Perdido, que se veneraba en el
Convento de Alagón, tenía el piso muy desproporcionado con el de la iglesia,
destinó para deshacer dicha capilla y hacer otra mucho mejor y más larga, a
nivel con el piso de la iglesia, una cantidad de dinero que varios sujetos
apasionados suyos que tenía en Filipinas le enviaron: y aunque es verdad que,
por haberse retrasado el envío de dicho dinero, por haber muerto N. P.
Comisario Fr. Marcial que lo traía, no pudo lograr N. P. Fr. Pedro sus deseos,
por habérselo llevado para sí Dios nuestro Señor, antes que llegara a recibir la
cantidad de dinero que le venía de sus amigos de Filipinas; no obstante esto,
los RR. PP. Fr. Isidoro de San Miguel, Vicario General, Fr. Martín de la
Virgen del Niño Perdido, Provincial de la Provincia de Aragón, y Fr. Miguel
de Santo Tomás de Villanueva, Comisario General de Filipinas, conociendo
los buenos deseos de N. P. Fr. Pedro, y movidos del grande afecto que le
tenían, acordaron que dicha cantidad de dinero se emplease en lo mismo que
el P. Pedro había deseado.
Concluida la filosofía con sobresaliente aprovechamiento, le envió la
obediencia a nuestro Colegio de Huesca, para estudiar la sagrada teología; en
la que se distinguió tanto, que superó a todos sus condiscípulos: los cuales,
viéndole tan docto y tan virtuoso, lo miraban y trataban con el mayor cariñoso
respeto; desistiendo muchas veces, en atención a él, de ejecutar algunas ino-
centes travesuras, que habían intentado en un momento de buen humor.
Estando en Huesca, llegó la carta convocatoria en que se pedían Re-
ligiosos voluntarios para ir a Filipinas a convertir infieles: y deseoso de ganar
almas para el cielo, dejó todos los honores de las cátedras que indudable-
mente
666 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
podía conquistar con su talento, y se alistó para la santa empresa de misionar
en el Archipiélago Filipino.
Antes de su partida, y mientras se reclutaba un número suficiente de Re-
ligiosos, recibió los sagrados Ordenes de subdiácono, diácono y presbítero.
Celebró el santo Sacrificio de la Misa con mucha pausa, devoción y ternura;
lo que practicó toda su vida; disponiéndose muy a menudo con el santo sac-
ramento de la penitencia; el que recibía derramando las más de las veces co-
piosas lágrimas.
Lograda la licencia para ir a Filipinas, se puso luego en viaje con mucha
alegría; aunque muchos Religiosos y seglares sintieron su partida, porque
perdían un amigo a quien mucho estimaban. En el navío exhortaba a los
navegantes, haciéndoles algunas pláticas muy fervorosas moviéndoles a la
verdadera penitencia; por lo cual se le aficionaron todos y le miraban con
mucha veneración y respeto. Quien se le aficionó de un modo particular fué el
Gobernador de Filipinas, que iba en el mismo navío a tomar posesión de su
Gobierno: y una vez establecido en Manila, le favorecía tanto, que el P. Pedro
era el único empeño y la mayor influencia sobre el Gobernador para todas las
cosas: aunque la conciencia rectísima del Padre procuraba siempre que todas
sus peticiones y gracias estuviesen conformes con la ley santa de Dios. De
igual manera, el Señor Arzobispo de Manila le cobró tanta afición que ponía
en manos del P. Pedro gran parte del peso de la mitra. Todos los Religiosos
de nuestra Provincia de Filipinas se alegraron mucho de su venida, viendo
que la santa Provincia había logrado un hijo de tales prendas que se le podían
encomendar con seguridad de éxito los asuntos de mayor importancia y tran-
scendencia.
El galeón Capitana Nuestra Señora de Guía, al comando del General
Don Francisco de Abarca, que es el que condujo la expedición de que form-
aba parte el P. Pedro, llegó a Manila el año 17291. Inmediatamente el P.
Pedro se dedicó a aprender los dialectos de aquellas islas, con ánimo de que
la Provincia lo emplease en los Ministerios; y los aprendió en breve tiempo
con su aplicación e ingenio. Pidió luego ser examinado de lenguas para salir a
administrar, y lo consiguió: y como el único deseo que tenía era el de ganar
almas para el cielo, trabajaba sin cesar en el aprovechamiento espiritual de los

1
Catálog. pág. 216.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 667
indios con tanto celo que, apartando de sí toda conveniencia, abandonaba por
completo el cuidado de su persona por hacerse todo para todos; de lo cual le
sobrevinieron muchos y graves accidentes.
Viendo los Superiores de la Provincia lo mucho que perderían, si el P.
Pedro por su apostólico celo y excesivos trabajos quedaba inutilizado, deter-
minaron llamarlo a Manila, y honrarle con el título de Lector; lo que sintió
mucho, por ver que dejaba la conversión de muchos infieles y la instrucción
de no pocos catecúmenos y recién bautizados; y por comprender que se im-
posibilitaba para sufrir el martirio: pues decía que había pasado a Filipinas
para trabajar en la viña del Señor hasta dar la vida por Jesucristo y su santa fe.
Pero, aunque por lo dicho tuvo mucho que sentir, obedeció y se retiró a Ma-
nila el día 4 de Mayo de 1732, cumpliendo como buen Religioso la voluntad
de sus Prelados.
Llegado a Manila, comenzó a ejercer el oficio de Lector, cuyo título le
fué expedido en 1 de Marzo de 1734, enseñando a los Religiosos que en el
Convento había; y acudiendo y tomando parte muy principal en los actos
públicos de la Universidad y de las Comunidades con mucho aplauso y ad-
miración de todos, que admiraban en él una gran sabiduría hermanada con
una sólida virtud. A pesar de sus muchas ocupaciones literarias, no olvidó el
dar consuelo a los prójimos: y así, era grande su aplicación al confesonario, a
la predicación y a ayudar a bien morir: añadiendo a todo lo dicho el grande
trabajo que tenía en responder a muchas consultas; pues la mayor parte de las
que ocurrían en la ciudad y su partido iban a parar a sus manos, por la fama
que gozaba de sabio y por la grande estimación en que todos le tenían; perdi-
endo muchos ratos de los que necesitaba para su descanso, a fin de responder
con puntualidad a cuanto se le consultaba en lo perteneciente a la fe: pues era
Calificador del Santo Oficio; cuyos gastos de calificarse le había costeado la
Provincia de San Nicolás de Filipinas, la cual se lo había mandado por el
honor y crédito que a dicha Provincia se le seguiría de tener un tan notable
Calificador.
En el Capítulo Provincial de 1734 le honró la Provincia de Filipinas
nombrándole Procurador General, cargo que desempeñó a satisfacción de
todos: y en el Capítulo de 1737 fué nombrado Secretario de Provincia. Siendo
Procurador General de la Provincia se dedicó con gran entusiasmo, sin omitir
ningún trabajo de los ya dichos, al cuidado de restaurar la media naranja de
nuestra iglesia de Manila, la que fabricó resultando muy suntuosa. En
668 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
esta construcción hubiera perdido la vida, si el glorioso San Nicolás de To-
lentino, de quien era muy devoto, no le hubiera librado milagrosamente del
peligro. Fué el caso que, estando el P. Pedro trabajando en dicha obra, fué a
tierra el andamio donde descansaba, desde una altura que causa miedo sólo el
mirar: en momento tan angustioso invocó el Padre a San Nicolás, y el Santo
vino al instante en su socorro; pues inconscientemente tuvo la fortuna de
asirse con las manos a una caña que estaba en un madero atada; y aunque era
muy recia, fué no poco prodigio del Santo darle advertencia para coger dicha
caña, y que, estando colgado de ella, y siendo el Padre un cuerpo tan alto y
grueso, no se rompiera aquélla: como también el que pudiera tener valor y
fuerza para estar colgado durante un gran rato, sin que le perturbara ni la
gritería de los presentes ni el riesgo inminente en que se encontraba; ya que
fué muy prolongada la tardanza del socorro, y éste muy difícil, por no haber
tablones dispuestos cerca de donde estaba colgado y por la grande elevación
en que se hallaba: pero, al fin, San Nicolás le sacó ileso del trance.
Cuidó también con mucho celo y trabajo de la construcción de una en-
fermería muy capaz y muy costosa que entonces se hizo en nuestro Convento
de Manila, con toda clase de comodidades para los Religiosos enfermos.
Honróle también la Provincia de Filipinas con el cargo de Vicario Pro-
vincial y otros: de manera que de ningún Religioso que haya pasado a Filipi-
nas se puede decir, como de éste, que en tan breves años como allí estuvo,
que fueron diez, haya logrado tantos honores en la Provincia y en tan tierna
edad, ni tanta estimación y aplauso de las gentes de todos los estados: pues
eran muchas y grandes las prendas que tenía, y en las cuales resplandecía, así
por lo docto como por lo virtuoso. Con fecha 30 Septiembre de 1737 se le dió
patente de Lector Jubilado.
Con fecha 12 de Noviembre de 1737 fué nombrado Presidente de nuestro
Hospicio de Méjico y Procurador General en la Nueva España, donde estuvo
dos años, cargos para los que fué reelegido en el Capítulo Provincial de 1740:
y esto prueba el alto concepto que de él tenía la Provincia; pues ese cargo se
daba a los principales sujetos, y por lo común a un Provincial absoluto;
porque en Méjico tenía la Provincia de Filipinas la mayor parte de sus rentas
y caudales, que exigían un probo administrador.
Estando ejerciendo de Presidente del Hospicio, fué llamado a la Corte de
España por N. P. Vicario General Fr. José de la Virgen del Pilar, antes del
año 1742, diciéndole que tenía que tratar con él varios asuntos pertenecientes
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 669
a la Provincia de Filipinas, y que se habían de tratar estando él presente. Ape-
nas recibió esta orden, procuró en breve dejar arregladas y claras las cosas
pertenecientes a dicha Provincia de San Nicolás, y se puso luego en viaje para
España, cumpliendo con la obediencia, aunque con sentimiento de todos sus
apasionados amigos, que eran muchos y lo más principal de todos los estados;
porque comprendieron que no volverían a verle, como sucedió, y perdería la
Nueva España y las Islas Filipinas un sujeto de tantas y tan relevantes pren-
das.
Después de haber llegado con felicidad a la Corte de Madrid, y comuni-
cado muy despacio con N. P. Vicario General lo que le parecía a su Rever-
endísima conveniente y necesario para el gobierno de la santa Provincia de
Filipinas, quiso volverse a la Nueva España; pero no lo consintió N. P. Vi-
cario General, por verle muy accidentado, temiendo que, si volvía, perdería
luego la vida, y la Religión un tan gran sujeto: y así le mandó que se fuera a
Aragón, por ver si mejoraba y sacudía con los aires naturales los muchos ac-
cidentes que padecía. Obedeció al punto, pero con ánimo de volverse a Filipi-
nas apenas se mejorase y se le ofreciese ocasión de regresar: y aunque
muchas veces quiso ponerlo en ejecución, muchos de sus apasionados amigos
le presentaban siempre muchos inconvenientes; y el más principal era decirle
que iba a morir voluntariamente y sin provecho; pues sabía cuán corta salud
había logrado en Filipinas, que en España había mejorado mucho, y que en
Aragón serviría de mucho más para la Religión que en Filipinas.
Mucho sintió la Provincia de Filipinas que se quedara en España Nuestro
Padre Fr. Pedro; tanto que varios Religiosos, canónigos y gente principal le
escribían muchas cartas persuadiéndole a que volviera a Filipinas, convidán-
dole varios con sus intereses para los muchos gastos que lleva consigo un
viaje tan largo, y ponderándole la mucha falta que en aquella Provincia hacía:
y algunas de las cartas eran tan expresivas y persuasivas que eran capaces de
rendir al más duro corazón; lo cual movía tanto al P. Pedro que muchos ratos
lloraba y gemía; y estaba ya determinado a atropellar con la salud y perder
aun la vida por acceder a los insistentes ruegos de sus amigos y volver a
Filipinas. Pero sin duda no le convendría, cuando Dios no le dejó cumplir su
deseo, y le cortó los pasos.
Luego que llegó a Aragón, comenzó la Provincia a honrarle, pre-
cisamente cuando el P. Pedro estaba más descuidado de ello; pues estaba en
Híjar, su pueblo natal, tomando los aires naturales y varios remedios para
reponerse
670 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de sus achaques, cuando se halló con una carta de N. P. Vicario General, en
que le mandaba que luego fuese a Zaragoza. Ignoraba él por qué era llamado;
y viendo, cuando llegó a Zaragoza, que era llamado para hacerle Rector del
Colegio de Zaragoza, se excusó con su poca salud y ninguna experiencia en
las cosas de gobierno de esta Provincia: pero, como no fué oído, admitió por
obediencia la prelacía. Comenzó el gobierno de dicho Colegio con mucha
prudencia, poniendo especial cuidado en la observancia de las leyes y aprove-
chamiento de los estudiantes, como también en que los Religiosos estuviesen
asistidos de todo lo necesario. En todo lo penoso era su Reve-rencia el
primero, y así todos seguían a su prelado. Duró la prelacía unos seis meses; y
aunque en el Capítulo Provincial que se siguió después de dicho tiempo quiso
la Provincia que prosiguiera en la misma prelacía, hizo todas las diligencias
posibles para no ser Prelado; lo que logró con mucho consuelo de su alma: le
honró la Provincia haciéndole su Definidor; y dióle voto de Discreto en el
Capítulo General que se celebró luego en Zaragoza el día 12 de Mayo de
1742.
Pasado el Capítulo General, pidió licencia para ir de conventual al con-
vento de Barcelona; y habiéndolo conseguido, se fué y permaneció allí muy
contento, por ser tierra muy templada y de alimentos menos sustanciosos que
los de Aragón. En este Convento se dedicó a hacer las misiones en la
cuaresma, predicando diez días continuos, a más de todas las fiestas de ella.
Fueron tantos los créditos que cobró que, no subiendo a predicar hasta las
cuatro de la tarde, tres horas antes se llenaba la iglesia de gente de todos los
estados, y asimismo el coro y las tribunas, a pesar de ser todo muy grande.
Predicaba con tanto fervor y eficacia de razones, que los más obstinados, si le
oyeran, se convertirían. El provecho que hizo en las almas con sus misiones
se queda para sólo Dios: aunque fué del dominio público que fueron muchos
los que mudaron de vida y también muchas las restituciones que se hicieron.
Asistía al confesonario mucho más de lo que le permitían sus fuerzas; pues en
tiempo de cuaresma, desde que amanecía hasta la noche le sucedió varias
veces no tener más descanso que el rato que comía y un poco de siesta. Con
el trabajo tan grande que llevaba no comía carne ni lacticinios; siendo así que
por sus achaques sólo estaba autorizado para comer ambas cosas: y lo que es
más, no dejó de ayunar día alguno: y muchos días llegaba a la noche con sola
una jícara de chocolate y una escudilla de sopas. Tan abstinente vivía, que
durante el año en los días de ayuno aun del chocolate se
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 671
privaba. Vivía tan retirado que no salía de casa sino para confesar enfermos
(porque eran muchos los que le llamaban y él nunca se excusaba), o para
ejercer alguna otra obra de caridad, o para hacer un poco de ejercicio, que los
médicos le ordenaban, el que hacía comúnmente por las afueras de la ciudad.
Grande fué el nombre y estimación que en Barcelona conquistó nuestro
santo hábito por los méritos del P. Pedro, y muchos los bienes temporales con
que se aumentó el convento. Era tanto lo que le querían y honraban en Barce-
lona, que cuantos le veían le hacían su cortesía y reverencia: cosa inusitada en
la ciudad, por ser muy populosa, aun con las personas de mayor distinción: y
muchos hasta sus coches hacían parar para hacerle inclinación y cortesía.
Concluido el trienio de Definidor, le hicieron con total repugnacia suya
Prior del Convento de Barcelona; de lo cual se alegraron tanto los de la ci-
udad como sus mismos súbditos. Comenzó luego a seguir el rigor de la ob-
servancia, siendo el primero en el coro a todas horas: y aunque le aconsejaban
que no se levantase a maitines a media noche, porque sus enfermedades y
accidentes lo justificaban con exceso, nunca quiso dejar de asistir, diciendo
que primero dispensaría maitines o renunciaría el oficio que dejar de cumplir
ese deber. Se esmeró de un modo particular en restaurar todo lo perteneciente
a la iglesia. Estaba la sacristía muy pobre de ornamentos, y se esforzó por
surtirla de ellos y de todo lo necesario para los días comunes y festivos, lle-
gando a dotarla en abundancia con varios de damasco y galones de oro. Pro-
vista la sacristía, se dedicó a adornar la iglesia; haciendo lo primero un tab-
ernáculo muy hermoso plateado y adornado con varios ángeles y serafines
para exponer a Su Majestad. Hizo también para dicho altar mayor varios ra-
mos de seda y florones plateados, y una cortina muy preciosa bordada de oro
y plata que servía para el dicho tabernáculo. Hizo también varios rejados y
mesas de altar de madera, a la italiana, para varias capillas, todo pintado y
muy hermoso.
Se pudiera haber prometido un trienio muy feliz y muy beneficioso para
el Convento, si el demonio no hubiera perturbado la paz. Fué el caso que se
levantó un pleito muy escabroso, que llevaron hasta Roma, antes del
Capítulo, algunos ambiciosos valencianos y catalanes, con mucho descrédito
de la Provincia y aun de la Congregación Recoletana. Estuvo la Provincia de
Aragón algún tiempo sin tener noticia de tal pleito; pero apenas se publicó,
comenzaron a inquietarse los ánimos. En esta ocasión tuvo mucho que sentir
el
672 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
P. Pedro por la circunstancia de ser Prior del Convento de Barcelona siendo él
aragonés; a cada momento tenía disgustos y pesares. Dotado de gran pruden-
cia, puso todo su cuidado en que el ruido interior no trascendiera al exterior;
lo que pudo conseguir con la ayuda de Dios, que había permitido que hubiera
tal Prelado en Barcelona, para que el santo hábito no perdiera la estimación
que con los seculares tenía: y así fueron pocos los que llegaron a tener noticia
de tal pleito; no siguiéndose ningún escándalo al exterior del convento: cosa
muy difícil de conseguir, como se deja comprender.
El pleito consistió en una queja formal presentada en Roma por los Re-
ligiosos catalanes y valencianos de la Provincia de Aragón, pretendiendo
probar que eran preteridos en la distribución de cargos de Capítulo, los cuales
eran absorbidos por los Religiosos aragoneses; y que, en vista de ello, so-
licitaban de la Santa Sede la formación de una nueva Provincia, independi-
ente de la de Aragón.
Viendo la Provincia de Aragón cuán excitados estaban los ánimos, y que
cada día se iba avivando el fuego de la discordia entre los Religiosos, deter-
minó enviar un Procurador a Roma con amplios poderes de la Provincia y de
toda la Congregación, para que volviera por el honor de ella y apagara el
fuego con los medios más aptos y suaves: y teniendo en cuenta las excelentes
cualidades del P. Pedro, le nombró para dicho cargo: y aunque él estaba tan
achacoso, obedeció a los Prelados superiores, diciendo que muy gustoso se
sacrificaría, aunque perdiera la vida, por volver por la estimación y honra de
su Provincia y Congregación. Embarcóse en Barcelona, para hacer el viaje
con menos gasto: tuvo en el camino algunos contratiempos, ya por las borras-
cas que se levantaron, una de ellas tan horrorosa que casi todos los navegan-
tes creyeron perecer en ella, ya por razón de las guerras que entre España e
Inglaterra había, pues por dos veces los ingleses atacaron el barco a balazos.
Sin otros contratiempos llegó a Roma; y luego se puso al servicio de la
causa con tanto ahínco que no tenía un rato de reposo. Mucho tuvo que ofre-
cer a Dios en los principios, por haber hallado a la mayor parte de los Em-
mos. Cardenales de la Congregación de Obispos y Regulares y a sus Audi-
tores persuadidos por la parte contraria de que era una injusticia y sinrazón lo
que la Provincia ejecutaba, fundados en unos instrumentos y testimonios que
habían presentado llenos de embustes. Algunos de los señores Auditores ni
razones querían oír; lo que causaba al P. Pedro gran desazón
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 673
y pesadumbre y notable pérdida de su salud. Pedía a Dios muy de veras todos
los días en el santo sacrificio de la Misa (la que, no obstante sus muchas ocu-
paciones, decía todos los días con mucha devoción y no pocas veces con
mucho derramamiento de lágrimas, como no estuviera gravemente enfermo),
que le diera feliz éxito, en la causa pendiente, y que volviera Su Majestad por
la justicia. También dirigía a este fin la visita que todos los días hacía a
Nuestro Señor Sacramentado en la iglesia donde tocaba el Jubileo Circular, la
que no omitía por apartada que estuviera y por mal tiempo que hiciese; sin
perler la ocasión, siempre que podía, de visitar varios templos y lugares
sagrados de aquella santa ciudad, en los que pasaba grandes ratos en oración
mental y vocal. Escribía a su Provincia que pusieran el asunto en manos de
Dios; y al efecto se hicieron varias rogativas y misas cantadas para dicho fin.
Escuchó Dios en su infinita misericordia las súplicas de tantos siervos suyos,
y cambió por completo el aspecto del asunto. Los señores Auditores comen-
zaron a escucharle; y vieron varios instrumentos públicos que presentó, mani-
festando la injusticia que se le hacía a su Provincia en semejante pleito, y
cuán vicioso era en su fondo, y cuán insolentes sus inventores.
Informaron de la verdad los señores Auditores a sus Emmos. Cardenales
respectivos; y éstos comenzaron a dar audiencia al P. Pedro: y viendo su
sabiduría y virtud, se le aficionaron tanto, que muchos de dichos Cardenales,
apenas llegaba el P. Pedro a sus palacios, le mandaban entrar, diciendo: Entre
el agustino español; sin hacerle esperar en la antecámara, aun habiendo
muchos que habían llegado antes que él y esperaban audiencia: cosa que no
se practica si no es con personas de mucha autoridad o de especial afecto.
Viéndose el P. Pedro tan favorecido de los Emmos. Cardenales, les suplicó
que cuanto antes se diera fin al pleito, ponderándoles las fatales consecuen-
cias que se seguían de su duración; y que convenía aquietar cuanto antes los
ánimos y las conciencias de todos los Religiosos. Deseando complacerle los
Emmos. Cardenales, señalaron para la sentencia el día 30 de Septiembre.
Igualmente deseaba complacerle N. Rmo. P. Prior General Fray Agustín
Gioia, quien se le aficionó muchísimo: y viendo cuán inicua era la pretensión
ambiciosa de los que movieron el pleito, fué en persona a informar de la
causa a favor de la Provincia a todos los Emmos. Cardenales de la Congrega-
ción de Obispos y Regulares, diciéndoles que era causa que afectaba al bien
de la Religión Agustiniana, y que por esa razón pasaba personalmente a in-
formar de ella. Y por más que los ambiciosos, viendo mal parado
674 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
el pleito a su favor, gastaban el tiempo en pedir dilación de la sentencia, ale-
gando para ello frívolas razones, se dió la sentencia el día señalado; decre-
tando la Sagrada Congregación que nada se inmutase en el gobierno de la
Provincia.
Mucho se alegró el P. Pedro viendo tan favorable sentencia: dió gracias a
Dios por tan singular beneficio, y escribió a su Provincia la noticia, diciendo
que le ayudasen a dar gracias al Señor: y, según informes, en todos los con-
ventos de la Provincia de Aragón se cantó en acción de gracias un solemne Te
Deum.
El Emmo. Cardenal Porto Carrero fué en persona aquel mismo día a
nuestro Hospicio para dar la enhorabuena al P. Pedro; y lo mismo hizo el R.
P. Maestro Salinas, Asistente General por España; el cual le felicitó también
en nombre de N. Rmo. P. Prior General, quien no pudo ir en persona por hal-
larse indispuesto; y otros varios Emmos. Cardenales enviaron personas de su
estimación para felicitar al P. Pedro. Fué después el P. Pedro a dar las gracias
a los Emmos. Cardenales, los cuales le dijeron que lo hecho era justicia; y que
estuviese cierto de que, aunque se admitiese apelación, saldría siempre bien
de su causa; y que, por lo tanto, no tenía por qué estar en adelante afligido.
Siguiéronse las vacaciones, que son por todo el mes de Octubre; y luego que
se abrieron los tribunales, apelaron los contrarios de la sentencia, presentando
nuevos instrumentos, pero todos ellos en nada conformes a la verdad: y como
era muy fácil evidenciar la falsedad de aquellos documentos, lo hizo en muy
breve tiempo el P. Pedro; y en seguida instó para que se diese la segunda sen-
tencia, la cual pronunció la Sagrada Congregación, confirmando la primera, e
imponiendo perpetuo silencio sobre el asunto; no valiendo a los contrarios
ambiciosos las treguas ya largas que pedían, persuadidos de que quedarían
totalmente derrotados, si no se les daba lugar y tiempo para ir presentando
indefinidamente nuevos embustes. Se repitieron las enhorabuenas; y el P.
Pedro continuó dando por todo gracias a Dios.
El Rmo. P. Prior General intentó entonces que el P. Pedro se quedase de-
finitivamente en Roma, porque por el grande afecto que le tenía sentía muy
mucho que hablara de volverse a España: y aprovechando la ocasión de hal-
larse por orden de Su Santidad visitando nuestro Convento de Descalzos de
Roma, quiso nombrarle Prelado del Convento principal de la Congregación
de Italia, Germania, etc., que es el Convento de Jesus María de Roma: pero
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 675
el P. Pedro se excusó con las razones que su humildad y su prudencia le
dictaban. Mas como N. P. General no se diese por convencido, instó de
nuevo, y encargó al P. Maestro Salinas, Asistente General, que le persuadiese
a aceptar la prelacía, añadiéndole que el Rmo. P. General se encargaba de que
lograse todos los ascensos posibles en la Congregación de Italia y aun fuera
de ella. Contestó el P. Pedro que no le era posible quedarse en Italia, pues era
bien notorio que el clima de Roma le probaba muy mal para su salud; y que,
en vista de ello, suplicaba por Dios al Rmo. P. General que no le obligase a
admitir la prelacía; pues su ánimo era retirarse a un Convento de España, y
dejar todo cuidado de prelacías: y viendo el Rmo. P. General la repugnancia
que oponía a ser prelado, desistió de su intento.
Probaron nuevamente los contrarios ambiciosos de reproducir el pleito,
no obstante la sentencia dada por la S. Congregación de perpetuo silencio; y
sabiéndolo el P. Pedro, se presentó a los Emmos. Cardenales y les ponderó
con razones eficaces los muchos daños que se seguirían a la Religión, si la
causa se proseguía; que él acabaría sus días en Roma; pues su naturaleza
había perdido y decaído mucho; y que, prosiguiendo la causa, se imposibili-
taba para volver a España; pues no era crédito suyo, aunque perdiera la vida,
dejar en pie la causa. A estas razones le respondieron todos los Emmos.
Cardenales de la Congregación de Obispos y Regulares que se lamentaban
mucho de su falta de su salud; pero que podía volver a España muy tranquilo,
porque no se daría entrada a semejante pleito; como así en efecto lo cum-
plieron.
Muy consolado el P. Pedro con esta respuesta, se despidió de todos ellos,
dándoles las gracias por lo mucho que le habían favorecido; como también
del Rmo. P. General y de otras personas de autoridad que le habían ayudado:
y últimamente se despidió con muchas lágrimas de las iglesias y lugares
sagrados de la ciudad de Roma, y partió de regreso para España. En el camino
tuvo también algunos contratiempos, estando prisionero en Génova por causa
de la guerra que aún duraba; pero pronto le soltaron sin lesión de su persona,
y llegó con felicidad a Barcelona; habiendo estado fuera de esta ciudad sólo
un año y días.
Volvió luego a los cuidados de su prelacía; la que no renunció por no fal-
tar aún un año para el Capítulo: y gobernó en este tiempo con mucha pruden-
cia, llevando con moderación la observancia, asistiendo y favoreciendo con
más cuidado a algunos súbditos suyos que habían fomentado el pleito: y pro-
curando siempre con mucho celo los aumentos del Convento. Dios le fa-
voreció
676 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
mucho por el cuidado grande que tenía en la observancia regular, especial-
mente en que se rezase, cantase con devoción y se celebrase el santo sacrifi-
cio de la Misa según ordenan los sagrados ritos.
Llegó el tiempo de su partida para asistir al Capítulo (lo que deseaba
mucho por salir del cuidado de almas), y se despidió con mucha ternura de la
Comunidad; la que sintió mucho la partida de su Prelado: y después del
Capítulo, sus mayores adversarios en el pleito anterior suspiraban por él con
vivas ansias. Procuró en el Capítulo excusarse de toda prelacía; y se le dió
consuelo, nombrándole segunda vez Definidor de Provincia.
Siguió luego el Capítulo General, que se celebró en Almagro el día 1 de
Junio de 1748; y además de nombrarle Definidor General, le confirmaron en
el nombramiento de Cronista General que le había sido otorgado en el
Capítulo General de 1742, añadiéndole el Capítulo de 1748 los honores de
Padre de Provincia, por los muchos méritos contraídos en beneficio de su
Provincia y de la Congregación.
Concluido el Capítulo General, estuvo unos cuatro meses en Madrid reg-
istrando el Archivo general y tomando algunas notas y apuntes que necesitaba
para escribir las Crónicas: y pasado ese tiempo regresó a la Provincia de
Aragón, y estableció su residencia y retiro en el Convento de Alagón.
Muy contento y satisfecho se halló el P. Cronista Fr. Pedro en el retiro de
su celda y sin cuidado de súbditos. En el Convento de Alagón vivía suma-
mente retirado: las salidas de casa eran solamente para hacer ejercicio, para
visitar enfermos y muy rara vez para visitar a los amigos que en la villa tenía,
que eran los de más autoridad y más brillante posición social. Empleaba la
mayor parte del día, después de sus devociones, en trabajar la Crónica: y así
concluyó en breve tiempo el cuarto tomo, y se dió a la imprenta a expensas de
la Provincia de San Nicolás de Tolentino de Filipinas, la cual envió ochocien-
tos pesos para abonar todos los gastos.
El tercer tomo de las Crónicas lo dejó escrito el P. Fr. Diego de Santa
Teresa, pero en borrador informe; de manera que el P. Pedro tuvo que hacerlo
casi nuevo, añadiéndole una gran porción de las noticias que contiene, y vari-
ando totalmente el asunto, método y carácter de las Adiciones apologéticas
que preceden a la Crónica; título este también puesto por el P. Pedro, porque
así lo exigían las circunstancias de haber muerto ya el P. Villerino, a quien
contestaba el P. Diego en su apología, y, por lo tanto, haber cambiado los
motivos que éste tuvo para hacerlo en aquella forma.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 677
El cuarto tomo de las Crónicas, impreso en Zaragoza el año 1756, dos
años después de la muerte del P. Pedro, se debe por completo a la pluma de
este insigne Religioso, que dejó en él consignada la historia de tres décadas,
desde el año 1661 al 1690. Dejó también manuscrito otro tomo de a folio, con
el título de: Memorias Históricas para la Crónica de Agustinos Descalzos de
la Congregación de España e Indias; donde unas veces con extensión y otras
por apuntes, congregó cuantas noticias pudo adquirir su solicitud sobre lo
concerniente a la historia de nuestra Recolección1. "Esta relación, como es-
cribe él mismo en el prólogo al tomo cuarto, corre desde el año 1691 hasta el
de 1750: y sin ser precisas fatigas demasiadas, pudiera yo formar, supuesto
este trabajo, los tomos quinto y sexto de nuestra Crónica. Mas con todo, no sé
si lo ejecutaré: ya porque los accidentes me van quebrantando mucho la
salud, y ya porque la falta de medios hace mirar muy distante su impresión".
No pudo ejecutar sus deseos, como él preveía; no por falta de medios
para imprimir la obra; porque la Provincia de Filipinas, que tanto le estimaba,
y que había costeado la impresión de los tomos tercero y cuarto, hubiera tam-
bién abonado los gastos de impresión de todos los que hubiera escrito: sino
porque quiso Dios llevárselo a su gloria. Escribió también una Relación Cro-
nológica de las persecuciones padecidas por nuestros Misioneros en las Islas
de Calamianes, que se imprimió en Méjico el año 1739. "Dejó también escri-
tos algunos partos literarios, que en Filipinas y en otras partes produjo su tal-
ento, y que no se dieron a la imprenta"2. Lo más sensible es que, a pesar de
las diligencias practicadas, no se ha podido tener noticia del paradero de esas
obras por él escritas, que tal vez hayan desaparecido para siempre.
En su retiro del Convento de Alagón, no obstante su continuo trabajo
como Cronista, no por eso dejó de trabajar por la salvación de las almas,
dedicándose con gran celo al ejercicio de la predicación. En la villa de
Alagón predicó con mucho aplauso y mayor fruto cuatro cuaresmas, por las
que se granjeó tanto crédito en toda la comarca que venían a oírle de muchos
pueblos; siendo notorio el provecho que hizo en las almas por los muchos que

1
Crónicas, t. IV, Prólogo.
2
Ibid.
678 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
enmendaron su depravada vida. Hubiera predicado más cuaresmas en Alagón,
si no le hubieran llamado a Ágreda, en cuya villa predicó dos cuaresmas con
el mismo aplauso general que en todas partes conquistaba: y quizá de lo
mucho que trabajó en dichas dos cuaresmas por el aprovechamiento espiritual
de las almas se le originó la enfermedad que lo llevó al sepulcro; porque de la
primera volvió ya enfermo a Alagón; y sin haberse repuesto de su importante
dolencia, volvió a predicar la segunda: y aunque se le aumentaron los
achaques y estaba más para reposar en el lecho que para continuar el rudo
trabajo de púlpito y confesonario de toda una cuaresma, no dejó de predicar
ningún día de los señalados, no obstante el recado que el Reverendo Capítulo
de dicha villa le envió, al verle tan postrado, para que dejara de predicar los
días que quisiera, y que sólo pasase aviso al campanero para que no tocara al
sermón; llevando su esfuerzo hasta el punto de terminar toda la cuaresma,
predicando todos los sermones de Semana Santa.
Las limosnas de todas las cuaresmas y sermones que predicó, que fueron
muchos y los más principales de toda la comarca, las cedió todas a la Comu-
nidad1: no obstante el tener licencia de sus prelados superiores para aplicarlas
a sus necesidades particulares. Procuró el progreso material del Convento de
Alagón, como el de todos los demás en que había vivido, con el mayor celo e
interés, aplicando al Convento de Alagón la cantidad de ochocientas libras
jaquesas que sus amigos le enviaron de Filipinas; y hasta los réditos de dicha
cantidad los aplicó al bien común, a pesar de tener licencia de sus Superiores
para reservárselo en beneficio de sus necesidades particulares.
Demostró también gran interés por la fábrica de la iglesia de dicho con-
vento de Alagón: pues no sólo entregó para su obra lo que tenía para alivio de
sus necesidades, sino que sacrificaba también su persona, llevando muchas
veces él mismo los materiales de la obra, como si fuera peón de albañil, sin
apartarse casi todo el día del cuidado de maestros y peones; admirando a to-
dos por su laboriosidad y por las molestias que sufría imperturbable y sin
resguardarse de los excesivos calores ni de los vientos y lluvias. Fué durante

1
Téngase presente que en aquella época los Religiosos tenían licencia de los Superiores para
adquirirse medios materiales de susbsistencia, porque las Comunidades no los tenían;
y por esa razón hacían todos el desapropio de su peculio, antes de morir, en favor del
Convento.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 679
toda su vida el consuelo de los Religiosos, dando a todos y especialmente a
los necesitados lo que tenía para su uso, sobre todo, cuando tenían que hacer
algún viaje. Procuró siempre y por todos los medios la paz y unión entre los
Religiosos, inculcándoles el amor y respeto a los Superiores; por lo cual, en el
convento donde él se hallaba, apenas tenían que molestarse para nada los
prelados, merced a su labor pacificadora. Fué tan mortificado que, no ob-
stante su mucho trabajo en todo lo ya dicho y sus muchos accidentes y
achaques, casi no dejaba de ayunar día alguno de los marcados por nuestras
leyes; no tomando ni lacticinios en las cuaresmas, ayunando con todo rigor
durante ellas, aunque los médicos le habían mandado comer carne y no ayu-
nar; y todo esto predicando las cuaresmas: pues fué rara la que dejó de predi-
car.
En el trato de su persona fué tan sobrio que no permitía que sus Superi-
ores locales le diesen comidas delicadas ni cosa alguna particular, sino lo que
se daba a la Comunidad; contentándose para el uso de su persona con lo más
barato, común y basto que hallaba. Ni aun estando enfermo en cama permitía
que se le tratara con regalo ni se le distinguiese con alivio especial: y a pesar
de sus muchos achaques y de su incesante trabajo, solía disciplinarse con tal
rigor que muchas veces derramaba sangre; y llevaba de ordinario un áspero
cilicio con puntas de hierro muy agudas, con el cual, a manera de faja muy
ancha, ceñía su cuerpo.
Empleaba largos ratos en la lectura de libros espirituales: hacía todos los
años, con gran fervor y mucho ejemplo de la Comunidad, los ejercicios
espirituales, asistiendo al oficio divino en el coro sin dejar parte alguna por
espacio de diez días. Durante el año acudía siempre con toda puntualidad a la
oración mental y a los demás actos a que estaba obligado; y muchos días
asistía por devoción al oficio divino rezado.
Dios nuestro Señor le envió, por fin, su última enfermedad, que permitió
fuese muy prolija, sin duda, para purificarle de todas sus faltas e imperfec-
ciones. Luego que volvió de predicar la primera cuaresma de Ágreda, le
acometieron unas tercianas muy pertinaces y molestas, de las cuales estuvo
cayendo y levantando hasta muy cerca de la cuaresma siguiente: y pare-
ciéndole que había cobrado algunas fuerzas, se fué a predicar la segunda; en
la que, como se ha dicho, con gran dificultad y esfuerzo pudo cumplir su
compromiso. De Ágreda volvió muy postrado y atacado de una calenturilla
constante y pertinaz acompañada de una disentería muy penosa y molesta,
que no cesó hasta que lo llevó a la tumba. A la sazón tenía voto en el Capítulo
680 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
General, al cual no pudo acudir: pero los PP. Capitulares estimaban tanto sus
méritos que le confirmaron en Cronista General.
En este estado de postración fué pasando con mucho trabajo algunos me-
ses; levantándose muchos días únicamente para oír Misa. Quiso en varias
ocasiones poner a prueba sus fuerzas, intentando celebrar el santo sacrificio;
pero habiendo experimentado dos o tres veces que le fallaban, y que con gran
trabajo y peligro pudo apenas terminarlo, se resignó a confesarse y comulgar
dichos días con mucha devoción y lágrimas, haciendo grandes esfuerzos para
bajar a la iglesia a comulgar.
El día de N. P. San Agustín quiso también bajar a la iglesia, diciendo que
no merecía que Jesucristo subiera a su celda: y aunque se le observó que no
tenía fuerzas, hizo un esfuerzo y bajó a recibir la sagrada comunión con
mucha devoción y ternura; pero como estaba tan agotado, con suma dificultad
pudo subir a su celda. Se le fueron agravando la disentería y la fiebre, y fué
preciso administrarle el santo Viático, que recibió con gran fervor; haciendo
antes su desapropio delante de toda la Comunidad. Al día siguiente, que fué
el 13 de Septiembre de 1754, se le administró la Extremaunción; y aquella
misma noche entregó su alma al Creador.
El sentimiento por su muerte fué general, así dentro como fuera de la
Congregación; pues para todos había sido un fiel amigo y un cariñoso padre,
muchos de los cuales no podían ocultar su sentimiento, derramando copiosas
lágrimas.
Su cadáver fué sepultado en la cisterna de la Capilla de San Nicolás de
Tolentino del Convento de Alagón: y su alma, a juzgar por su vida, podemos
creer que está gozando de la visión de Dios en el cielo1.
La tardanza en imprimirse sus dos tomos de Crónicas se debió a la gran
pobreza de la Orden.
El año 1743 se imprimió en Barcelona el tomo tercero de nuestras Cróni-
cas, escrito por el P. Diego de Santa Teresa, y coordinado y añadido por el P.
Pedro de San Francisco de Asís, ambos Cronistas generales de nuestra Con-
gregación.

1
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 681
Desde la publicación del segundo torno hasta la de este tercero habían
pasado veintidós años; y acaso hubieran pasado muchos más, si una persona
rica en bienes de fortuna y más rica en nobleza y generosidad de corazón no
hubiera venido en auxilio de nuestra Congregación, por medio de la glo-
riosísima Provincia de Filipinas, para subvenir a los gastos de impresión del
citado volumen.
El Capitán Don Francisco García de la Peña, vecino de la Ciudad de Ma-
nila, por mediación del V. P. Ex Provincial Fr. Antonio de Santa Mónica, dió
el dinero necesario para esta impresión, con la condición precisa de que se
dedicase a Nuestra Señora del Pilar; confirmando con eso los intentos de la
Congregación1. La cual, integrada por cinco Provincias que derramaban por
todas partes frutos espirituales, carecía de lo necesario para transmitir a la
posteridad por medio de la imprenta las proezas de sus hijos. Y es de notar
que la tasa oficial declarada por los Señores del Consejo fué de seis
maravedís por cada pliego; y el libro tiene cuarenta pliegos, sin contar pre-
liminares e índices. Por donde se ve que nuestra Congregación no podía en
aquella época sustraer a sus necesidades la cantidad de novecientos o mil
maravedises para dedicarla a tan importante objeto.
Gracias, pues, al generoso Capitán García de la Peña, salió a luz este ter-
cer volumen de nuestra historia, que lleva la siguiente portada: "Historia
General de los Religiosos Descalzos del Orden de los Ermitaños del gran Pa-
dre y Doctor de la Iglesia San Agustín, de la Congregación de España, y de
las Indias.=Torno Tercero, que dejó escrito el V. P. Fr. Diego de Santa
Theresa, Lector Jubilado, Ex Definidor, y Cronista General de la misma Con-
gregación.=Coordinado y añadido por el P. Fr. Pedro de San Francisco de
Asís, Lector Jubilado, Calificador del Santo Oficio, Misionista Apostólico,
Definidor de la Santa Provincia de Aragón, y Cronista General.=Dedicado a
N. Señora del Pilar de Zaragoza.=Contiene las Adiciones apologéticas a el
tomo primero, en defensa de la Descalcez Agustiniana, respondiendo a lo que
escribió contra ella el P. M. Fr. Alonso de Villerino; y una Década que corre
desde el año 1651 hasta el de 1660.=Con licencia. En Barcelona: En la Im-
prenta de los Herederos de Juan Pablo, y María Martí, administrada por
Mauro Martí, Año 1743".

1
Crónicas, tom. 3.º Dedic.
682 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
La Dedicatoria del libro a la Virgen del Pilar está suscrita por Fr. Fran-
cisco de Santa Isabel, Vicario General de Agustinos Descalzos, y ocupa tres
hojas. Luego vienen varias aprobaciones y licencias y el Prólogo al Lector
firmado por el P. Fr. Pedro de San Francisco de Asís (pues el P. Fr. Diego de
Santa Teresa ya había fallecido); que llenan seis hojas; todo ello en tamaño de
medio folio.
El P. Fr. Pedro de San Francisco de Asís declara en su prólogo que el P.
Fr. Diego de Santa Teresa dejó escrito este tomo, aunque en borrador in-
forme: por lo cual le ha sido preciso coordinarlo todo, y corregir, enmendar y
añadir no pocas cosas, que habían tenido lugar después de la muerte del Padre
Diego; a quien, sin embargo, atribuye toda la bondad de la obra.
Suponemos ser error de imprenta la fecha de 1741 que asigna el P. Fabo
a la impresión de este tomo1. Pues el ejemplar que tenemos delante consigna
el año 1743; y no creernos que se hiciera segunda edición.
Son muy dignas de leerse las Adiciones Apologéticas que van al principio
del libro, y que se desarrollan en veinte capítulos, escritas por el P. Diego,
para deshacer los errores que el P. Fr. Alonso de Villerino esparció contra
nuestra Recolección Agustiniana en su "Esclarecido Solar de las Religiosas
Recoletas".
Una vez publicado el tercer tomo, el P. Pedro trabajó con ahínco para
terminar el cuarto: y no sólo lo terminó, sino que reunió materiales para for-
mar el quinto y sexto, los cuales por desgracia se han perdido. Y el cuarto
estaba hacía años durmiendo el sueño de los justos, sin poder publi-carse;
hasta que su autor encontró en la Provincia de San Nicolás los recursos para
darlo a la imprenta.
Con fecha 2 de Junio de 1751 el P. Rector Provincial Fr. José de la Con-
cepción escribía a N. P. Vicario General desde Manila2: "Por carta que recibí
el año pasado de mi P. Cronista General (Fr. Pedro de San Francisco de Asís),
consta que tiene acabado el cuarto tomo de la Crónica: y porque en ella repre-
senta la pobreza de la Congregación y de las Provincias y Conventos de
España, y la imposibilidad de la impresión de dicho cuarto

1
Crónicas, tom. V. Introduc., XVI.
2
Arch. Prov. Lib. de Cartas, fol. 46.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO QUINTO 683
tomo; y asimismo suplica a esta Provincia que se sirva compadecerse de la
expresada pobreza, y de concurrir en parte o en todo a la impresión de dicha
obra, por ceder en crédito de la Religión y de esta Provincia: habiendo pre-
sentado dicha carta al Capítulo privado, en su inteligencia determiné: "Que
sin embargo de los muchos atrasos y quebrantos que tolera esta Provincia de
algunos años a esta parte, por la falta de navíos (que vinieran de Méjico con
recursos), por la mucha pobreza de estas Islas, y por las continuas hostili-
dades de los moros en nuestros Ministerios, introduciendo en ellos el horror,
el incendio, la muerte y cautiverio con imponderable dolor nuestro; por el
honor de la Congregación y crédito de esta Provincia, se costease de cuenta
de ella la impresión de dicho cuarto tomo, gastando por todo hasta ochocien-
tos pesos y no más; por no ser posible por ahora extenderse a más la Provin-
cia a causa de su mucha pobreza. Y que el P. Comisario corra con dicha im-
presión, y traiga a la Provincia a lo menos cien cuerpos de dicho tomo, para
satisfacer el afecto y buenos deseos de nuestros bienhechores y devotos. En
este supuesto y en vista de esto, puede V. R. mandar aprobar dicho tomo y
sacar las licencias necesarias para su impresión: que así que llegue el P.
Comisario, se pondrá mano a la obra: y también suplico a V. R.ª mande dedi-
car dicho tomo a esta santa Provincia, que corresponderá siempre muy obli-
gada y agradecida a cualesquiera favor y honra que V. R.ª se dignare hacerla".
Efectivamente, el tomo cuarto se dedicó al gran taumaturgo San Nicolás
de Tolentino, en prueba de gratitud a la Provincia de Filipinas: y contando ya
con los recursos necesarios, se procedió a darlo a la imprenta.
En este año de 1756 se publicó el cuarto tomo de nuestras Crónicas, que
lleva la siguiente portada: "Historia General de los Religiosos Descalzos del
Orden de los Ermitaños del Gran Padre y Doctor de la Iglesia San Agustín, de
la Congregación de España, y de las Indias.=Tomo cuarto.=Por el Padre Fr.
Pedro de San Francisco de Asís, Lector Jubilado, Calificador del Santo Ofi-
cio, Misionero Apostólico, Padre de Provincia en la de Aragón, Ex Definidor
General, y Cronista de dicha Congregación.=Dedicado a San Nicolás de To-
lentino.=Contiene tres Décadas, que corren desde el año 1661 hasta el de
1690.=En Zaragoza.=En la Imprenta de Francisco Moreno. Año de 1756".
En el tomo quinto de nuestras Crónicas se ha deslizado la errata de fijar
la impresión del tomo cuarto en el año 1676, en vez del 1756: error que
684 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
se observa a primera vista, ya que la materia historial de dicho tomo alcanza
al año 16901.
Cuando se publicó este tomo cuarto, ya había fallecido su autor el P.
Pedro de San Francisco: y la licencia para imprimirlo se concedió al P. Fr.
Miguel de Santo Tomás de Villanueva, Ex Provincial y Comisario General de
la Provincia de San Nicolás, la cual pagó todos los gastos de impresión.
Llenan los preliminares dieciséis hojas, entre dedicatoria, aprobaciones,
licencias y prólogo. El cuerpo historial ocupa 580 páginas, y los índices, 24.
Animado el P. Pedro de San Francisco de Asís con la oferta de la Provin-
cia de San Nicolás de pagar la impresión del cuarto tomo, aunque gravemente
enfermo, se encargó de la corrección de pruebas del mismo: pero habiendo
fallecido sin tener el consuelo de verlo publicado, los Superiores designaron
para la corrección de pruebas y demás diligencias de impresión al Padre Fr.
Miguel de San Lucas, natural de la villa de Segura, en el arzobispdo de
Zaragoza y provincia de Teruel, el cual residía entonces en el Convento de
Alagón. Estaba el P. Miguel adornado de tan excepcionales dotes, que los PP.
Lectores y todos sus contemporáneos le llamaban el monstruo de la natu-
raleza: pues tenía tan extraordnario talento y una memoria tan privilegiada,
que le bastaba leer una sola vez cualquier cosa para repetirla con toda exacti-
tud y no olvidarla jamás. No hay que decir que llevó a cabo la impresión de
dicho tomo a satisfacción de todos2.

1
Crónicas, tom. V. Introduc., pág. XVI.
2
Arch. Hist. Nac. Sign. 246.
ARTÍCULO VI
El Invencible Obando
Sumario: Necesidad de defenderse contra los moros. –Los PP. Recoletos construyen
varias Fortalezas. –El P. Lucas de la Cruz edifica El Invencible Obando. –Razón
de este nombre. –Descripción del mismo. –Lo derriba la piqueta de la envidia.

Es una verdad innegable, reconocida por todos los que han estado en las
Islas Filipinas o han leído algo de la historia de aquel archipiélago, que los
PP. Agustinos Recoletos han tenido siempre a su cargo la administración
espiritual más difícil y penosa, la que exigía de sus Ministros mayor abnega-
ción, más recio temple de alma y una constante disposición de ánimo resuelta
a dar su vida por Dios, por la patria y por las almas encomendadas a su cui-
dado. En las Provincias de las islas de Mindanao, Calamianes, Paragua,
Romblón, Mindoro, Masbate y otras llevaban una vida de continuo sobre-
salto, víctimas de las invasiones de los moros, que con inaudita ferocidad los
perseguían, causándoles con frecuencia incalculables daños. Pero la misma
persecución daba nuevas e inopinadas energías a aquellos abnegados Re-
ligiosos, agigantaba sus almas y los elevaba a la categoría de héroes, que,
desprovistos de todo auxilio humano, hallaban medios para defender los cu-
erpos de aquellos infelices indios con el mismo tesón y heroica bravura con
que defendían sus almas.
A fin de asegurar el bienestar espiritual y temporal de sus feligreses, se
resolvieron a construir, con la ayuda de éstos, algunas Fortalezas o Castillos
que los defendiesen de las bárbaras acometidas de los moros: y ya que en
vano pidieron ayuda al Gobierno superior del archipiélago, por sus propios y
escasos medios, y sin que el Real Erario les enviase el más mínimo socorro,
levantaron los Fuertes de Cuyo, Culión, Agutaya, Linacapan, Romblón, Ban-
tón y el de Mobo en Masbate. Cada uno de aquellos Ministros sacerdotes que
con tanta solicitud procuraba la salvación de las almas, se convertía en hábil
arquitecto, sin más reglas de arquitectura que las que le inspiraba su celo
apostólico, pero siempre con satisfactorio resultado: y si bien es verdad
686 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
que no eran modelos de arquitectura, como se deja comprender, pero llenaban
cumplidamente su objeto; llegando algunos a erguirse con tal majestad y gal-
lardía, que aun hoy, al contemplar su diseño, arranca gritos de admiración.
Tal es, entre otros, el Fuerte Obando. Este Fuerte o Castillo se construyó
en el pueblo de Mobo, Cabecera de la isla de Masbate, sobre un monte que
domina la comarca. Tiene 24 codos por lado, sumando 96 codos todo su ám-
bito. Sus murallas tienen siete palmos de grosor y 21 codos de altura. Consta
de dos pisos, que pueden montar 32 cañones de a ocho; y en el tope o mira
cuatro piezas de dos libras. Dicho Castillo tiene todas sus conveniencias; y,
según consta del diseño1, para más fortaleza ha de tener una muralla en cada
braza de división del Castillo, aunque, unidos, tendrá dicha muralla en cada
lienzo 33 codos de largura, y de su elevación y altura 11 codos: y dicha mu-
ralla montará 20 cañones de más calibre que los del Castillo.
El entusiasmo popular bautizó este Castillo imponiéndole el nombre de
El Invencible Oban-do, en honor de Don Francisco José de Obando y Solís,
Marqués de Obando, que entonces era Gobernador y Capitán General de las
Islas Filipinas y Presidente de su Real Audiencia.
El autor del diseño, el arquitecto y el peón que trabajó, como todos los
demás indios, en la construcción de este Castillo, fué un aragonés: el R. Padre
Fr. Lucas de la Cruz, natural de Fuentes de Jiloca en la provincia de
Zaragoza.
Había nacido en Octubre de 1716, e hizo su profesión religiosa en
nuestro Convento de Agustinos Recoletos de Zaragoza el día 3 de Mayo de
1735. Sin terminar la carrera eclesiástica, se alistó como voluntario para ir a
Filipinas; llegando a Manila el día 9 de Octubre de 1737 en el patache Capi-
tana Nuestra Señora de Covadonga. Y habiéndole destinado los Superiores a
la Provincias más castigadas por las incursiones de los moros, demostró
siempre un recio temple de alma: y en Tandag, en Butuan, en Habongan, en
Siargao y en cualquier parte por donde pasó alentó a los indios contra la
morisma animándolos a fortalecerse, restaurando él las iglesias y conventos
que habían arruinado los enemigos.

1
Arch. Gral. Carp. E.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO SEXTO 687
En el Capítulo Provincial que se celebró en Manila en los días 21 al 24
de Abril de 1752, fué nombrado Prior de Mobo en Masbate: y durante el
tiempo de su Priorato construyó el famoso Castillo El Invencible Obando;
que no solamente lo dedicó al Gobernador General de su nombre, sino que la
Provincia de San Nicolás lo donó perpetua y graciosamente al superior Go-
bierno, para que éste lo dotase conforme a las exigencias del mismo, para
utilidad y provecho de todos1. Dada la importancia de este Castillo, y
teniendo en cuenta que el Gobierno no había gastado nada del Real Erario
para su construcción, el P. Procurador de Recoletos se dirigió al superior Go-
bierno, pidiéndole que dotase a dicho Castillo de balas, pólvora y metralla y
de algunas armas de mano, destinando para el manejo de las armas a un Cabo
y Condestable con diez soldados de guarnición; para que los indios aprendie-
sen el manejo de las armas, y cuando en él estuviesen prácticos, se retirasen
los soldados2. Le pedía también que el Cabo, el Condestable, y los soldados
estuviesen sujetos al P. Ministro, y no al Alcalde Mayor, que residía muy
distante de Mobo: y el P. Provincial Fr. Mateo de la Encarnación, en
respuesta que da al ruego y encargo del Gobernador General que le pide in-
forme sobre dichos extremos, le dice con fecha 4 de Abril de 17543: "Es
cierto no pedirse artillería (en el informe del Procurador); porque en aquel
entonces no tenía mi Procurador General presente ni sabía que el P. Ministro
había de hacer un Fuerte o Fuerza como la que ha hecho, sino que sería como
una de las demás que en nuestros Ministerios nuevamente se han fabricado; y
que para defensa de ella serían suficientes algunos cañoncillos de a libra o de
a dos libras su calibre; a los que mi Provincia podía cooperar. Pero
habiéndose excedido en la fábrica de dicha Fuerza el P. Ministro, y dichos
cañoncillos no ser suficientes para defensa de ella, por ser necesarios otros de
mayor calibre, y no tener mi Provincia fuerzas el día de hoy para semejantes
gastos, por los muchos que ha tenido y tiene en el reemplazo de vasos y ves-
tiduras sagradas, por haberlas robado los moros en las dos Provincias de
Caraga y Mindoro, como es constante; por tanto implora la piedad de Su Ma-
jestad (que Dios guarde), para que de su cuenta, siendo del superior

1
Arch. Prov. Lib. de Consul. fol. 127.
2
Ibid. fol. 127 vto.
3
Ibid. fol. 128.
688 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
agrado de V. S., se pongan los cañones que pareciere convenir: y más habi-
endo cedido mi Provincia al derecho que a dicha Fuerza puede tener, por
haberla donado a su Majestad (que Dios guarde). Con advertencia que dicho
Fuerte no es sólo en beneficio del particular del pueblo de Mobo, sino del
común de los que navegan por aquellos mares; pues tienen el asilo de, si son
perseguidos por los moros, que continuamente andan por aquellos paraje en
particular en el tiempo que el navío tiene de España, guarecerse debajo de la
artillería de dicho Fuerte y librarse de caer en manos de dichos piratas".
El Invencible Obando, irguiéndose ciclópeo y altanero sobre el monte de
Mobo, caracteriza a todos nuestros gloriosos hermanos los Agustinos Recole-
tos, a aquellos vigías infatigables, a quellos héroes de la Religión y de la Pa-
tria, representados en este caso por el P. Fr. Lucas de la Cruz.
Con las armas que este Padre había proporcionado rechazaron
bravamente a los moros en tres invasiones: pero a fin de armar al gigante con
las armas que él merecía, pidieron al Marqués de Obando, a quien habían
dedicado el Fuerte, que les enviase cañones de más grueso calibre; pues ni los
naturales ni la Provincia de San Nicolás podía adquirirlos por su pobreza: el
Marqués mandó que se hiciese el expediente para hacer el gasto de las Reales
Cajas; y, sin que se hayan sabido los motivos, se denegó la concesión frus-
trando toda esperanza. Poco después, pasando por Mobo el Comandante Don
Tomás Iturralde con la comisión de visitar las Fortalezas del Archipiélago,
con el pretexto de que El Invencible Obando no estaba construido conforme a
los preceptos técnicos del arte, mandó demolerlo: y aquel gigante que por su
situación y fortaleza desafiaba a todos los Fuertes edificados por los técnicos
militares, y que tantos sudores y fatigas había costado a aquellos patriotas
masbateños, cayó ignominiosamente convertido en ruinas al golpe destructor,
no de los moros enemigos, sino de la raquítica envidia de los españoles, que
tenían obligación de conservarlo, ante las lágrimas del P. Fr. Lucas de la Cruz
y de todos los indígenas, los cuales se vieron precisados a construir una sen-
cilla estacada, que sólo les sirvió para sufrir más los rigores de la morisma en
su primera invasión, viéndose obligados a abandonar la estacada y el mismo
pueblo1.

1
Arch. Prov. Lib. 1.º de Consul. fol. 170 vto.
ARTÍCULO VII
El P. Antonio del Santo Cristo del Desamparo
Sumario: Gallego de nacimiento. –Profesa en Madrid. –Trabaja con gran celo en Filipi-
nas. –Tragedia en Tandag. –Es hecho cautivo y muere santamente en el cautiverio.
–Detalles de la tragedia de Tandag.

Este santo cautivo, como le llama el Necrologio, nació en San Pedro de


Dimo, feligresía comprendida, en cuanto a lo civil, en el Ayuntamiento de
Catoira, provincia de Pontevedra: fué bautizado el 28 de Marzo de 1712, y
profesó en nuestro Convento de Copacavana de Madrid el día 17 de Febrero
de 1735.
Al poco tiempo de profesar, sintiéndose movido por Dios para ejercitarse
en la vida misione-ra, logró sus deseos de incorporarse a la Misión que con-
dujo a Filipinas el P. Comisario Fr. Juan Francisco de la Encarnación, lle-
gando a Manila el día 9 de Octubre de 1737.
Apenas hubo llegado, el 18 de octubre del mismo año, fué destinado
como Compañero a Cuyo en las Calamianes, donde estuvo diez años traba-
jando con gran celo por el aprovechamiento espiritual de aquellos indígenas.
Por el mes de Abril de 1747 fué trasladado a Tandag en la Provincia de
Caraga, desde donde administraba como encargado el Ministerio de Higaquit.
En los primeros días del mes de Septiembre de 1734, los moros malanaos
sitiaron la Fuerza de Tandag, de la que era Capellán el P. Antonio: la guar-
nición que la defendía hizo heroicos esfuerzos para ahuyentar a los sitiadores
por espacio de dos meses; pero los moros, que eran muy numerosos, fueron
bien provistos de todo y resueltos a hacerse dueños de la fortaleza. Los si-
tiados, no pudiendo hacer salidas para proveerse de lo necesario, comenzaron
pronto a sentir los rigores del hambre y de la sed; y al cabo de los dos meses,
690 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
sintiéndose más muertos que vivos por la necesidad, y no teniendo esperanza
alguna de socorro, se vieron obligados a rendirse al enemigo. Pero antes de
entregar la fortaleza, el Cabo que la mandaba, por haber muerto durante el
sitio el Alcalde y Castellano Don Fernando Lino, hizo vo-lar la casamata o
almacén de pertrechos, ya que de nada servía la pólvora a los que se morían
de hambre, y también para que no se aprovechasen de ella los enemigos. La
explosión fué tan formidable y de tan trágicos efectos que allí quedaron muer-
tos muchos de los sitiados y gran número de los moros que en aquellos mo-
mentos se obstinaban en el asalto de la Fuerza.
El horror de aquella catástrofe no impidió que el feroz enemigo, despre-
ciando la muerte, se precipitase como un torbellino humano en el interior de
la fortaleza: pero sí dió lugar a que, mientras aquel se entretenía en el recono-
cimiento de la misma, los sitiados supervivientes pudiesen evitar el cautiv-
erio, corriendo a refugiarse en la espesura de la selva. Con ellos fué el Padre
Antonio con ánimo de atravesar el río del mismo Tandag: pero tuvo la des-
gracia de no encontrar allí embarcación alguna grande ni chica; y como no
pudo vadearlo por estar muy alta la marea ni él tampoco sabía nadar, se vió
obligado a retroceder para buscar otra huida; y al poco rato fué cautivado por
los moros que habían salido en su persecución, los cuales lo llevaron a una de
sus embarcaciones. En ella lo transportaron al Partido de Bislig, donde per-
manecieron establecidos tranquilamente los moros por espacio de algunos
meses, como si fueran los dueños absolutos de aquella región.
El P. Antonio sufrió durante su cautiverio indecibles penalidades: el
hambre, la sed y los malos tratamientos que continuamente le hacían padecer
los moros agotaron sus fuerzas hasta el punto de caer gravemente enfermo, y
viendo aquellos bárbaros que el buen Padre se moría, determinaron sacarlo de
la embarcación donde lo tenían preso, y lo arrojaron a la playa, como se ar-
roja un trasto inútil. Allí quedó el P. Antonio del Santo Cristo del Desamparo,
desamparado y solo, moribundo, sin otro consuelo que el de Jesucristo, a
quien como a su especial Patrón invocaba con toda la efusión de su alma: y
en breve tiempo, entre fervorosas jaculatorias, entregó su espíritu al Creador
en aquella misma playa de Bislig, a fines de Octubre del año 17541.

1
Arch. Prov. Necrol. lib. 1.º fol. 80 vto.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO SEPTIMO 691
Es un episodio tan trágicamente interesante el del cautiverio y muerte del
P. Antonio que queremos transcribirlo íntegro, tal como lo refiere nuestro P.
Juan de la Concepción en su Historia General de Filipinas: dice así:
"Por Julio llegaron (los moros) a Tandag, cabecera de esta Provincia, en
muchas embarcaciones; saltaron a tierra fuera del tiro de cañón, dejando las
embarcaciones en una ensenada no muy distante. Apoderáronse de la casa del
Ministro; y dos días tuvieron sus escaramuzas con los cristianos, en que no
les fué muy bien: con todo, pretendieron escalar la Fuerza: temerario arrojo
que les costó muy caro; en despique, quemaron la casa parroquial a su re-
tirada y una embarcación grande del Padre que estaba inmediata; pero fué
muy considerable el destrozo en las vintas de este partido.
Aún no libre esta Fuerza de este sitio, tuvo otro más fuerte, en que no
pudieron resistir, experimentando la última desgracia.
Había muerto antes el Alcalde mayor Don Fernando Lino: éste dejó en
su última disposición que gobernase la Provincia un tal Rendón en su defecto.
Faltó, pues, el Alcalde; y vista la disposición de gobierno, hizo su oposición
el Teniente de la Fuerza, que como tenía el gobierno de las armas, se hizo
reconocer y obedecer en lo de justicia. Instaba Rendón por la posesión con el
nombramiento; pero el Teniente decía que al Alcalde mayor le faltaban facul-
tades para determinar en tales sucesiones; y que a él como a su lugarteniente
en su sucesión, competía el mando absoluto. Suscitó partidos esta competen-
cia: el P. Capellán Fr. Rodrigo de los Dolores estaba por Rendón; y por el
Teniente, su Compañero (el P. Antonio del Santo Cristo del Desamparo).
Pudo más la parcialidad de este partido: y a Rendón y al P. Capellán fué pre-
ciso ausentarse de la Cabecera y retirarse a vista de Tago.
Pero no terminó aquí el litigio: porque a los parciales de Rendón morti-
ficaba bastante el Teniente; y en venganza, tuvieron aquéllos el infiel y trai-
dor desahogo de avisar al Sultán de Tamontaca que, si quería hacerse dueño
de la Fuerza, era aquella la mejor ocasión, porque sus defensores estaban di-
vididos por la discordia. Este Sultán, que era el más poderoso de Mindanao,
al instante admitió la oferta; y sin pérdida de tiempo, pasó el cabo de San
Agustín, que es la punta más meridional de la isla, con una escuadra
poderosa; llegó a Tandag y sitió por mar y tierra esta Fortaleza, que era de
figura triangular y estaba fortificada con diez y seis cañones de hierro y
bronce,
692 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
de calibre doce, ocho y cuatro y una culebrina de bastante alcance, con las
municiones correspondientes, y con dos compañías de guarnición, una
española y otra pampanga, fuera de mucha gente del pueblo.
Puesto el sitio en forma de circunvalación, no permitían que entrasen
víveres: los que tenía la Fuerza eran pocos, porque con la división no se había
recogido los que eran de costumbre: la gente era mucha y consumía más de lo
conveniente: no podían despedir a los inútiles, porque era exponerlos ir-
remisiblemente al cautiverio.
Es verdad que no estaba tan atajado el río, que es caudaloso y ancho y
pasa lamien-do la muralla del Fuerte, que por él no pudiesen socorrer a los
sitiados; como lo hicieron algunos barotillos con facilidad introduciendo
raíces, como camotes, batatas y otras: pe-ro como ya llevaban mes y medio
de sitio, faltaron en él todos los bastimentos, y tenían que comer la hierba que
escasamente producía el terreno para alivio de tan rigurosa ine-dia. De tal
modo estaban ya, que un soldado, estando de guardia, cayó desmayado en
tierra y murió en breve. No fué esto sólo: sucedió el mismo accidente a otros
muchos, atacados por el frío y por la humedad de las aguas que ya eran con-
tinuas.
En caso tan desesperado trataron algunos de rendirse a la necesidad y
entregarse a discreción al moro; pero el Teniente obstinado amenazó con es-
pada en mano a quien le hablase de entrega. Prosiguió hasta primero de Di-
ciembre el sitio; en que una mañana, estando aún oscuro, teniendo los moros
noticia cierta del estado de los defensores, tuvieron valor para arrimar escale-
ras al baluarte que llamaban la Retirada: la mañana era lluviosa y lóbrega:
subieron por la escalera tres moros sin ser sentidos por el centinela, que aun-
que estaba despierto, no le dejaba ver la oscuridad y mucho menos el hambre
y el frío: entraron los moros por una tronera que daba sobre la guardia y la
mataron: acudieron otros al ruido, pero como los moros eran más, también los
mataron. Bajaba de este baluarte uno a avisar que los enemigos estaban ya
arriba; se encontró con su hermano, que era el Alférez, y reprendiéndole éste
porque desamparaba el puesto, mató con su espada a su mismo hermano.
Subió el Alférez al baluarte, que halló lleno de moros, y en él murió matando.
Hechos los moros dueños del baluarte de la Retirada, luego que aclaró
el día, tendieron la vista por la Fuerza, y se intimidaron de tal modo, que no
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO SEPTIMO 693
se atrevieron a pasar adelante: únicamnete volvieron los cañones, apuntando
hacia donde les pudiese venir algún daño, especialmente hacia el cuerpo de
guardia, en el cual y en los almacenes, sala de armas y Capilla estaba rec-
ogida toda la gente.
El Teniente, puesto a la puerta de la Fuerza, sin dejar salir a nadie con
el sable en mano. Viendo los moros que no se querían entregar, pegaron
fuego a varias casillas. El Teniente, considerando su Fuerza en tan deplorable
estado, mandó a su mujer que se vistiese los mejores vestidos y se adornase
con todo el oro de su uso. Hecho esto así y viendo que los sitiadores de afuera
echaban con palancas y otros instrumentos la puerta principal a tierra, mató a
su mujer con el chafarote; luego se metió entre los moros que entraban, y a su
violencia quedó allí hecho pedazos. Los moros de arriba bajaron también vi-
endo adentro a sus compañeros: la guarnición, con todo, hacía su defensa;
pero acometida por todas partes, murió allí toda, dejando su muerte bien ven-
gada, haciendo en el enemigo mucho destrozo.
El Padre (Fr. Antonio del Santo Cristo del Desamparo), ya antes se
había arrojado del baluarte que cae al mar, y fué cogido por los moros. La
multitud de mujeres y niños, que andaban huyendo del fuego, fué toda cau-
tiva... El despojo no pudo ser mucho, pues concurrió al pillaje también el
fuego.
Los moros, hechos dueños de la Fuerza, temiendo que sobreviniese al-
guna armada que les hiciese malograr la victoria, desmontaron los cañones,
que embarcaron con los cautivos.
Mientras esta maniobra, el P. Antonio estaba tan debilitado con los tra-
bajos antecedentes, que, compadecidos los moros, le permitían que se pasease
por la playa. En una ocasión que le pareció oportuna, pretendió escaparse por
una espesura; pero atajóle el paso un estero (con gran caudal de agua): y esto
y la necesidad le obligó a volver a la playa, y se entregó a los moros, los
cuales se reían de su simplicidad.
Ya todo en orden, se hicieron a la vela. Pero esos meses del año son
muy impetuosos por sus temporales en aquellas costas; los mares muy agita-
dos del golfo que rompen con el mayor ímpetu en aquellas profundas y escar-
padas playas: con la fuerza de la mar, contra la cual forcejeaban como podían,
la embarcación en que iba el cañón más grande dió tal cabezada que se
sumergió totalmente con moros y cautivos. En los mares de Liangan se vieron
muy apurados con la carga, y los obligaba a dar fondo a cada paso.
694 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
En esta ensenada advirtieron que el Padre (Antonio), que llevaban cau-
tivo, estaba ya agonizando; y lo arrojaron al mar como carga inútil.
En fin, atropellando riesgos y venciendo imposibles, pudieron doblar el
cabo de San Agustín y llegar a su tierra, aunque no con toda la carga. En las
detenciones se les escaparon muchos cautivos; y de los cañones echaron al
agua los más gruesos, por no poder sostenerlos las embarcaciones. Con esta
depredación quedó el partido de Tandag en la mayor aflicción, sin qué comer
y sin domicilio fijo1.

1
Loc. cit. tomo XIII núm. 23 y siguientes.
ARTÍCULO VIII
El P. Francisco de San Miguel
Sumario: Su nacimiento. –Profesa en Madrid. –En Filipinas hace grande fruto en las
almas. –Repara sus fuerzas en San Sebastián. –Vuelve a Mindoro. –Muere al-
anceado por los moros.

Este venerable mártir de la religión y de la patria nació en la villa de San


Clemente en la Mancha, obispado de Cuenca, y fué bautizado el 17 de Sep-
tiembre de 1713. Sintiéndose después con vocación al estado religioso, tomó
nuestro santo hábito en el Convento de Madrid; y pasado el año de probación,
profesó en el mismo Convento el día 26 de Mayo de 1735.
Deseando dedicarse a la conversión de las almas, pasó a Filipinas con la
Misión que condujo el P. Comisario Fr. Francisco de la Encarnación, lla-
gando a Manila el día 9 de Octubre de 1737 en el patache Capitana Nuestra
Señora de Covadoga.
En el Convento de Manila permaneció hasta el 15 de Mayo de 1740, en
que fué destinado a Calapán en calidad de Compañero, para que allí
aprendiese el tagalo. Una vez que se impuso en el dialecto, los Superiores le
nombraron Misionero de Ilog; y aquí es donde su gran celo redujo muchas
almas al conocimiento del verdadero Dios, siendo muy estimado de los in-
fieles por su carácter afable y por su gran generosidad para con ellos; y de los
cristianos, porque veían que no perdonaba sacrificio alguno para librarlos de
todos los peligros, para procurar su bienestar temporal y asegurarles la sal-
vación eterna.
Mientras se dedicaba a la conversión de los infieles en esta Misión
padeció grandísimos trabajos y gravísimas enfermedades ocasionadas por las
continuas invasiones de los moros, que le hacían vivir en un continuo sobre-
salto: pero todo lo sufría con gran resignación, dispuesto a no abandonar
jamás a sus feligreses.
696 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Los Superiores, sin embargo, creyeron necesario atender a la salud del P.
Francisco, y el año 1745 le llamaron a Manila para que con la tranquilidad del
Convento y la ayuda de los médicos recuperase la salud perdida. A fin de
procurarle un reposo completo le asignaron para su residencia el Convento de
San Sebastián, donde estuvo algunos meses entregado a la oración y ejerci-
cios de piedad, cobrando fuerzas para triunfar en las batallas que le aguarda-
ban: y cuando el Superior comprendió que había convalecido de sus acha-
ques, volvió a enviarlo a la Misión de Ilog, para donde partió con grande ale-
gría, sin acordarse de los muchos trabajos y penalidades que había sufrido en
aquella Misión ni preocuparse de los que le esperaban en tiempos tan calami-
tosos. Allí siguió desplegando su apostólico celo hasta el año 1749, en que
fué nombrado Vicario Prior de Calavite, en la misma isla de Mindoro, donde
trabajó en favor de las almas con la misma abnegación que había demostrado
en todos los demás lugares donde le había colocado la obediencia.
Ocupado en labor tan santa se encontraba el P. Francisco, cuando al-
gunos indios fugitivos trajeron la noticia de que los moros mindanaos y ma-
lanaos se habían apoderado de Calapán, cogiendo toda su artillería, el día 23
de Octubre de 1753, y que, no encontrando resistencia alguna, continuaban
sus correrías con ánimo de hacerse dueños de toda la isla. Ante esta noticia
alarmante, como en Calavite no había ningún medio de defensa, los indios se
refugiaron en los montes próximos, y con aquéllos el P. Francisco, su Minis-
tro, que no quería dejarlos un momento abandonados. A principios de
Noviembre de 1754 se apoderaron, en efecto, los moros de Calavite y todo su
partido; y no encontrando indios en el pueblo, se metieron a cazarlos por los
montes, persiguiéndolos con fiera tenacidad. El P. Francisco, rendido de can-
sancio y agotado por el hambre y la sed, pudo encontrar un escondrijo que él
creía seguro; y allí se sentó. Rezando estaba muy fervoroso el Oficio divino
con el breviario en sus manos, cuando de repente un moro feroz, que lo había
atisbado, acercándose por entre la espesura en silencio y con cautela de tigre a
su confiada presa, le asestó un formidable golpe de lanza que entrándole por
la espalda le salió por el pecho, dejándole cadáver. Rezando estaba el bendito
Padre y en fervorosa conversación con Dios, y a Dios subió su alma envuelta
entre los pliegues de la oración, el día 12 de Noviembre de 1754.
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO. ARTÍCULO OCTAVO 697
Un indio sirviente del V. P. Francisco informó después que había oído
decir al bárbaro asesino: "Español mató a mi padre, yo también mato
español".
El cadáver del venerable Religioso quedó insepulto en el mismo lugar del
monte donde fué asesinado, hasta que, después de algunos días, estando ya
completamente putrefacto, fueron algunos indios y le dieron sepultura1.

1
P. Concepción, Hist. Gral. de Filipinas, tomo 13, pág. 24. y Necrol. fol. 75.
ÍNDICE
Materia Páginas

Licencias ............................................................................................................................ 5
Protesta del autor ............................................................................................................... 9
Dedicatoria ......................................................................................................................... 11
Prólogo ............................................................................................................................... 13

Capítulo I
Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Nombramientos del Capítulo Intermedio
de la Candelaria. –Idem de la Provincia de Aragón. –Capítulo General. –
Nombramientos. –Actas. –Un Breve del Papa Clemente XI. ................................ 17

Capítulo II
Dos Capítulos y una Junta General. –Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia
de San Nicolás. –Elec-ciones. –Idem de la Provincia de Castilla. –Actas. –
Carta Capitular de Valladolid. –Junta General. ...................................................... 21

Capítulo III
Artículo 1. –Estado del Hospicio de Méjico. –Sumario: Informe del P. Fray José de
Santa Gertrudis, Presidente de dicho Hospicio, al V. Definitorio General. ......... 29
Artículo II. –Se celebran dos Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de la Cande-
laria. –Idem Intermedio de Filipinas. –Nombramientos. ....................................... 37

Capítulo IV
Una Junta y dos Capítulos. –Sumario: Junta General de los seis meses. –
Determinaciones. –Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Determinaciones y
nombramientos. –Tres Definitorios. –Capítulo Provincial de Filipinas. –
Elecciones. ................................................................................................................ 41

Capítulo V
Se celebra un Capítulo Intermedio. –Sumario: Capítulo Intermedio de Filipinas. –
Nombramientos. ........................................................................................................ 47
INDICE 699

Capítulo VI
Celébranse dos Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Nombramientos. –Capítulo General. –Nombramientos y Actas. .......................... 49

Capítulo VII
Se celebra Capítulo en Manila. –Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia de
San Nicolás de Filipinas. –Actas importantes. –Nombramientos. –Carta
Capitular de Valladolid. ........................................................................................... 53

Capítulo VIII
Celebración de dos Capítulos. –Sumario: Capítulo Intermedio de la CandeIaria. –
Idem de Filipinas. –Im-portante determinación. –Nombramientos. ..................... 59

Capítulo IX
Artículo I. –A cañonazos. –Sumario: Paz octaviana. –Es turbada por el señor
Camacho. –Escasez de Religiosos en Filipinas. –Surge el descontento. –Se de-
clara el cisma. –Su desarrollo escandaloso. –A cañonazos. –Fin de la tragedia.
–Vuelve a reinar la paz. ............................................................................................ 63
Artículo II. –Un Capítulo Provincial y una Junta General. –Sumario: Capítulo Pro-
vincial de la Provincia de Aragón. –Nombramientos. –Lista de los Religiosos
que formaron la Junta General. ............................................................................... 75
Artículo III. –La Venerable Madre Juana de la Encarnación. –Sumario: Nace en
Murcia. –Sus primeros años. –Se le aparece Jesucristo y le invita a hacerse Re-
ligiosa. –Se hace Agustina Recoleta. –Extraor-dinarios carismas y gracias con
que la favoreció el Señor. –Pasión de Cristo, comunicada a Sor Juana por el
mismo Redentor. –Muere en olor de santidad. ....................................................... 77

Capítulo X
Tres Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Tierra Firme. –Se
declara nulo. –Causas de su nulidad. –Subsanación del mismo. –Capítulo Pro-
vincial de Filipinas. –Nombramientos. –Un Acta. –Capítulo Provincial de
Castilla. –Nombramientos. –Carta Capitular del Convento de Valladolid. .......... 85

Capítulo XI
Artículo I. –Un Capítulo Intermedio. –Sumario: Capítulo Intermedio Provincial de
Filipinas. –Nombra-mientos. –Dos Juntas de Definitorio. .................................... 95
Artículo II. –El Colegio de Salamanca. –Sumario: Ne pereant. –Licencia de fun-
dación. ....................................................................................................................... 96
Artículo III. –Nuestro Convento de Calatayud. –Sumario: Mirada retrospectiva al
Convento de Calatayud. –Dificultades para la fundación. –El Sr. Obispo
Yepes. –Licencia. ..................................................................................................... 99
700 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS

Capítulo XII
Artículo I. –Tres Capítulos de nuestra Congregación. –Sumario: Capítulo Interme-
dio de la Candelaria. –Nombramientos. –Carta del Provincial. –Capítulo Pro-
vincial de Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General. – Nombramientos. –
Actas. ......................................................................................................................... 111
Artículo II. –El P. Fr. Manuel de los Santos. –Sumario: Su patria. –Talento prodi-
gioso. –Su primer sermón siendo corista. –Sus triunfos en las cátedras. –Es
elegido Provincial. –Sus escritos. –Extraordinarios elogios de su persona. ......... 115

Capítulo XIII
Artículo I. –La conquista de la Paragua. –Sumario: De Taytay a Labo. –Visitas de
indios y de moros. –Construcción de la Fuerza. –Vecinos peligrosos. –Llega el
Embajador de Joló. –Súplica del P. Juan de la Encarnación al Provincial. –
Postdata. –Recelos muy fundados. –Informe del mismo Padre al Gobernador
General. –Abandónase Labo. –Se frustra la conquista. ......................................... 123
Artículo II. –Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de la de
San Nicolás. –Nombra-mientos. –Capítulo Provincial de la de Castilla. –
Nombramientos. –Carta Capitular del Convento de Valladolid. ........................... 135
Artículo III. –El P. Manuel de Jesús María. –Sumario: Su patria. –Pasa a Filipinas.
–Cargos con que le honró la Provincia. –Sufre glorioso martirio. ........................ 140

Capítulo XIV
Celebración de dos Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Nombramientos. –Capítu-lo Intermedio Provincial de la de San Nicolás. –Una
Acta. –Nombramientos. –Definitorio. ..................................................................... 147

Capítulo XV
Un Capítulo Provincial. –Sumario: Capítulo Provincial de la Provincia del Pilar de
Aragón. –Nombra-mientos. ..................................................................................... 151

Capítulo XVI
Artículo I. –Fundación de Ilog. –Sumario: Se autoriza la fundación. –Muere el
primer Misionero rendido de trabajos. –Labor de sus sucesores. ......................... 153
Artículo II. –Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Intermedio de la
Candelaria. –Nombra-mientos. –Un Definitorio. –Capítulo Provincial de
Filipinas. –Algunas Actas. –Nombramientos. –Re-nuncia. –Capítulo Provin-
cial de Castilla. –Nombramientos. –Carta Capitular del Convento de Vallado-
lid. –Mirada retrospectiva a este Convento. ........................................................... 155
Artículo III. –El P. Cronista Diego de Santa Teresa. –Sumario: Su origen. –Sus
grandes dotes intelectua-les. –Su actuación brillantísima en las cátedras
INDICE 701
y en el púlpito. –Cargos con que le honró su Provincia. –Cronista General. –
Sus escritos como Cronista y como orador. –Elogios al Padre Diego. –Muere
en Zaragoza. .............................................................................................................. 174
Artículo IV. –Las armas del Convento de Bagumbayan. –Sumario: El Gobernador
procesa a un Oidor, al Sargento Mayor y a un Regidor de Manila. –El Pro-
curador de Recoletos reclama las armas extraídas del Convento de Bagumba-
yan. –Por qué había armas en dicho Convento. –Resultado de una información
jurídica. ..................................................................................................................... 181

Capítulo XVII
Artículo I. –Nuevos destrozos. –Sumario: Los moros atacan a Agutaya, Cuyo,
Manaol y Catel. –Mueren gloriosamente los PP. Benito de San José y Juan de
la Purificación. –Funestos resultados del abandono de Labo. –Una carta del
Definitorio Provincial. ............................................................................................. 187
Artículo II. –Fundación de Pinagavían. –Sumario: Autoriza su fundación el
Gobernador. –Causas de que no prosperase la Misión. ......................................... 191
Artículo III. –Un Capítulo de Filipinas. –Sumario: Celébrase el Capítulo Intermedio
de la Provincia de San Nicolás. –Nombramientos. ................................................ 193

Capítulo XVIII
Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –
Nombramientos. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –Nombramientos. –
Dos Actas que afectan a esta Provincia. –Capítulo General de la Congrega-
ción. –Nombramientos. ............................................................................................ 195

Capítulo XIX
Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Actas y
nombramientos. –Capí-tulo Provincial de Castilla. –Nombramientos. ................ 199

Capítulo XX
Artículo I. –Una Bula de Benedicto XIII. –Sumario: Su Santidad manda a todos los
Recoletos de Italia, Alemania, Francia, España, Indias y Portugal que guarden
uniformidad en el rezo del Oficio divino, en el hábito y en la rasura. .................. 205
Artículo II. –Estado general de la Provincia de Andalucía. –Sumario: Efectos de la
pobreza. –Disposicio-nes restauradoras. –Sevilla. –Grariada. –Toboso. –
Almagro. –Santa Fe. –Luque. –Campillo. –Provin-cialato. .................................. 207
Artículo III. –Celebración de cuatro Capítulos. –Sumario: Capítulo Intermedio de la
Candelaria. –Nombra-mientos. –Documento importante del Vicario General. –
Capítulo Prorvincial de Andalucía. –Nom-bramientos. –Acta que establece la
Alternativa de los Oficios. –Junta General. –Actas. –Capítulo Intermedio de
Filipinas. –Una determinación. –Nombramientos. ................................................. 214
702 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Artículo IV. –Estado del Convento de San Nicolás de Manila. –Sumario: Pobreza
de este Convento. –El P. Procurador solicita socorros por medio de una ex-
posición dirigida al Gobernador General. –Este manda hacer una información
jurídica. –Resultado confirmatorio de la misma. ................................................... 222
Artículo V. –El P. Provincial Juan de San Andrés y su Secretario. –Sumario: Naci-
miento de los PP. Juan de San Andrés y Diego de San Gabriel. –Visten nuestro
santo hábito. –Cargos que desempeñan en la Provincia. –Trágica muerte de
ambos. ....................................................................................................................... 228

Capítulo XXI
Artículo I. –Un Capítulo Provincial. –Sumario: Celébrase el Capítulo Provincial de
Aragón. –Nombra-mientos. ..................................................................................... 231
Artículo II. –Reforma del calzado. –Sumario: Dificultad en la uniformidad del cal-
zado. –Súplica a la Santa Sede. –Bula de Benedicto XIII concediendo el uso
de sandalias de cuero. ............................................................................................... 232
Artículo III. –Alternativa de la Provincia de Andalucía. –Sumario: Descontento
entre los Religiosos andaluces y manchegos. –Para que reine la paz establecen
la Alternativa en el Capítulo de 1726. –La piden a la Santa Sede. –Bula del
Papa concediéndola. ................................................................................................. 234

Capítulo XXII
Artículo I. –Celebración de tres Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provin-
cial de Filipinas. –Va-rias Actas. –Nombramientos. –Una Consulta. –Capítulo
Provincial de la Candelaria. –Nombramien-tos. –Una determinación. –
Capítulo Provincial de Castilla. –Nombramientos. ................................................ 239
Artículo II. –Un convenio entre prelados. –Sumario: Razón del convenio. –
Cláusulas del mismo. ................................................................................................ 246
Artículo III. –Autenticidad del cuerpo de N. P. San Agustín. –Sumario: Dudas y
controversias después del hallazgo. –Carta del Papa al obispo de Pavía. –Este
abre el proceso. –Su desarrollo y resultado. –Sen-tencia de autenticidad. –
Notificación al Papa. –Su Santidad la confirma lleno de júbilo. –Gracias que
con tal motivo concede. ........................................................................................... 249

Capítulo XXIII
Artículo I. –Dos Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía. –Nombramientos. –Una determinación. –Capítulo Intermedio de
Filipinas. –Una determinación. –Nombramientos. ................................................. 259
Artículo II. –Restablecimiento de Subic. –Sumario: Era pueblo antiguo. –Causas de
su desaparición. –Tra-bajos del P. Fr. Pedro de Jesús para restablecerlo. –
Autorización del Gobernador General. ................................................................... 262
Artículo III. –Las imágenes de nuestra Orden con hábito Recoleto. –Sumario:
Oposición de los PP. Calzados a que las imágenes de los Santos de
INDICE 703
nuestra Orden apareciesen con hábito Recoleto. –Varios decretos en pro y en
contra. –Exposición de los Procuradores Generales de la Descalcez. –Triunfo
de éstos y concesión de nuevas gracias. .................................................................. 264

Capítulo XXIV
Artículo I. –La Alternativa general de la Congregación. –Sumario: Concesión de
Alternativa a las Provincias de Aragón, Castilla, Andalucía y Filipinas para la
elección de Vicario General. –Nunca se cumplió con la última por las muchas
dificultades. –El Procurador de Filipinas pide una reforma de la concesión. –El
Papa la deniega, y establece la Alternativa entre las tres Provincias de España. . 269
Artículo II. –Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Intermedio de la
Candelaria. –Nombra-mientos. –Determinaciones. –Capítulo Provincial de
Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General. –Elecciones. –Una Acta. ............ 273

Capítulo XXV
Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas. –Una de-
terminación. –Elecciones. –Fórmula del Desapropio. –Colecta. –Capítulo Pro-
vincial de Castilla. –Nombramientos. ..................................................................... 275

Capítulo XXVI
Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Determinaciones. –Nom-bramientos. –Aceptación de un Breve. –Capítulo
Provincial de Andalucía. –Nombramientos. –Capí-tulo Intermedio de Filipi-
nas. –Determinaciones. –Elecciones. ...................................................................... 281

Capítulo XXVII
Artículo I. –Estado de la Paragua. –Sumario: Fatales consecuencias del abandono
de Labo. –Invasiones y destrozos de los moros. –Situación angustiosa de los
indios y de sus Ministros. –Se indica el remedio a tanto mal. –Otro informe. ..... 285
Artículo II. –Un Capítulo Provincial. –Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –
Nombramientos. ....................................................................................................... 290

Capítulo XXVIII
Artículo I. –Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Intermedio de la Can-
delaria. –Prórroga del cuatrienio. –Elecciones. –Capítulo Provincial de Filipi-
nas. –Actas y nombramientos. –Capítulo Provincial de Castilla. –
Nombramientos. ....................................................................................................... 291
704 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Artículo II. –El P. Diego de San José. –Sumario: Su nacimiento. –Viste el santo
hábito. –Cargos que obtuvo en la Orden. –Fundador del Beaterio de San
Sebastián. –Su muerte trágica. ................................................................................. 297

Capítulo XXIX
Artículo I. –Dos Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía. –Nombramientos. –Determinación importante. –Capítulo Intermedio
de Filipinas. –Elecciones. ........................................................................................ 301
Artículo II. –Nuevas invasiones. –Sumario: Asalto de los moros a Taytay. –
Correrías por Calamianes. –Pasan a Mindoro. –Trabajos de algunos Re-
ligiosos. –Muere el P. José de los Ángeles. ............................................................ 303

Capítulo XXX
Artículo I. –Los títulos honorarios en nuestra Orden. –Sumario: Quejas contra los
títulos honorarios. –El P. Vicario General suplica a la Santa Sede que los pro-
híba. –Bula de Clemente XII prohibiéndolos. ........................................................ 305
Artículo II. –Fundación de Babayan. –Sumario: Labor del P. José de Jesús María. –
Consigue el traslado del antiguo pueblo. –El Gobierno concede su licencia. –
Se hacen iglesia y casa nuevas. –Su primer Misionero. –Frutos espirituales. ...... 309
Artículo III. –Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de
Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General. –Elecciones y Actas. –Capítulo
Provincial de la Candelaria. –Acta y nombramientos. ........................................... 311
Artículo IV. –Los PP. Recoletos en Calamianes. –Sumario: Celo de nuestros
Misioneros. –Negligencia del Gobierno. –Informe al Rey del Procurador de la
Provincia sobre las penalidades de los Religiosos y de los indios. ....................... 314
Artículo V. –Lucha sangrienta. –Sumario: Sitian los moros la Fuerza de Santa
Isabel en Taytay. –Muere el P. Antonio de Santa Ana. –Cunde el desaliento en
los sitiados. –Valor del P. José de Santo Tomás de Villanueva. –Lucha sangri-
enta. –Es derrotado el enemigo. .............................................................................. 324

Capítulo XXXI
Artículo I. –El P. Pedro de San Nicolás. –Sumario: Era zaragozano. –Prior de Bar-
celona. –Restaura la iglesia y convento. –Celoso misionero. –Muere trágica-
mente. ........................................................................................................................ 327
Artículo II. –Un corista modelo. –Sumario: Fr. Vicente de San Antonio imita a su
homónimo el santo mártir. –Su nacimiento. –Modelo de vida religiosa. –Se al-
ista para Filipinas. –Virtudes en que más se distinguió. –Muere santamente a
los 21 años de edad. .................................................................................................. 329
Artículo III. –Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de
Castilla. –Nombramientos. –Capítulo Provincial de Filipinas. –Una determi-
nación. –Elecciones. ................................................................................................. 333
INDICE 705
Artículo IV. –El P. Marcelo de San Nicolás. –Sumario: Era siciliano. –Viste el
hábito en Palermo. –Pasa al Tonquín. –Es herido gravemente por los piratas. –
Mueren dos Recoletos. –Pasa a Filipinas. –Se prohíja en la Provincia de San
Nicolás. –Es nombrado Procurador. –Muere santamente. –Conatos de fun-
dación de Misiones Recoletas en China. –Cinco cartas. ........................................ 337
Artículo V. –Nuestras Misiones en Filipinas. –Sumario: Pide el rey informes sobre
las Misiones de ultramar. –Los da el Provincial de Recoletos. ............................. 355

Capítulo XXXII
Artículo I. –Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio de la Candelaria. –
Nombramientos. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –Deter-minaciones y
nombramientos. ........................................................................................................ 359
Articulo II. –El P. Félix de Santiago. –Sumario: Su nacimiento. –Entra en la Orden
y es modelo de virtudes. –Pasa a Filipinas. –Su labor misionera. –Cargos que
obtuvo. –Provincial modelo. –Su santa muerte. ..................................................... 362

Capítulo XXXIII
Artículo I. –Los moros en Calamianes. –Sumario: Quejas que se pierden en el
vacío. –Aumenta la persecución de los moros. –Dos informes del Provincial al
Rey pidiendo remedio. ............................................................................................. 371
Artículo II. –Dos víctimas del deber. –Sumario: Datos biográficos de los Padres
José de la Virgen de Copacavana y Roque de Santa Mónica. –Sufren graves
peligros en el mar. –La voz del deber. –Su la-mentable naufragio. ...................... 377
Artículo III. –Un Capítulo de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de Aragón.
–Nombramientos. ..................................................................................................... 380

Capítulo XXXIV
Artículo I. –Tres Capítulos Provinciales. –Sumario: Nombramientos del Capítulo
Provincial de Castilla. –Actas, determinaciones y nombramientos del Capítulo
Provincial de Filipinas. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Determinaciones y nombramientos. ........................................................................ 381
Artículo II. –Osadías y temores. –Sumario: Los moros dueños del archipiélago. –El
Gobierno los deja en paz. –Informe y queja a su majestad el rey. ........................ 388
Artículo III. –Las Misiones de Santiago de las Atalayas. –Sumario: Datos de nues-
tras Crónicas. –Noticias del archivo de la Candelaria. .......................................... 400

Capítulo XXXV
Artículo I. –Dos Recoletos notables. –Sumario: El P. Antonio de San Blas, llamado
el Santo. –El P. Miguel de San Antonio, llamado el dios. ..................................... 403
706 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Artículo II. –Dos Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –Elecciones. ...... 405

Capítulo XXXVI
Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de Aragón. –
Nombramientos. –Capítulo Ge-neral. –Elecciones. –Dos Actas. –Capítulo In-
termedio de la Candelaria. –Una determínación. –Nom-bramientos. –Carta de
N. P. Vicario General. .............................................................................................. 407

Capítulo XXXVII
Artículo I. –El Hermano Francisco de la Madre de Dios. –Sumario: Célebre limos-
nero. –Modelo de todas las virtudes. ....................................................................... 411
Artículo II. –Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Filipi-
nas. –Determinaciones y nombramientos. –Capítulo Provincial de Castilla. –
Nombramientos. –Una consulta del Convento de Toledo. .................................... 412

Capítulo XXXVIII
Artículo I. –Gracias concedidas a los PP. Agustinos. –Sumario: El Papa Benedicto
XIV concede varias gracias a les fieles y a los Religiosos Agustinos. ................. 419
Articulo II. –Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía. –Nombramientos. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –
Determinaciones y nombramientos. –Capítulo Intermedio de Filipinas. –
Determinaciones y nombramientos. ........................................................................ 422

Capítulo XXXIX
Artículo I. –Un glorioso mártir y dos insignes misioneros. –Sumario: El Padre León
de San José: sus primeros años. –Su celo apostólico. –Su glorioso martirio. –
El P. Francisco de San Benito y el P. José de la Virgen del Camino mueren a
consecuencia de sus trabajos misioneros. ................................................................ 427
Artículo II. –Correrías trágicas. –Sumario: Penetran los moros en la bahía de Ma-
nila. –No hay moros, según los españoles. –Aumentan los daños de la
morisma. .................................................................................................................... 433
Artículo III. –Celebración de dos Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de
Aragón. –Nombramientos. –Capítulo Intermedio General. –Nombramientos. .... 435
INDICE 707

Capítulo XL
Artículo I. –Vicisitudes de la Paragua y Calamianes. –Sumario: Se encargan los PP.
Recoletos de su administración espiritual. –Trabajos que padecen. –Abandono
del Gobierno. –Renuncia de los PP. Recoletos. –No es aceptada. –Vanas es-
peranzas. –Gravísimos daños. ................................................................................. 437
Artículo II. –Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de Filipi-
nas. –Determinaciones y nombramientos. –Capítulo Provincial de Castilla. –
Nombramientos. –Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Determinaciones y
nombramientos. ........................................................................................................ 446
Artículo III. –Un misionero cautivo. –Sumario: Su nacimiento. –Dificultades para
tomar el hábito. –Pasa a Filipinas. –Su labor misionera. –Digresión necesaria.
–Su cautiverio. –En presencia del Sultán de Joló. –Su rescate. –Su santa
muerte. ....................................................................................................................... 452
Artículo IV. –Ruidoso pleito. –Sumario: Los PP. José de San Alejo, catalán, y José
de los Santos, valenciano, intentan separarse de su Provincia de Aragón. –
Exponen al sumo Pontífice siete razones para ello. –La S. Congregación pide
informes a la Provincia y a los obispos de Valencia y Barcelona. –Se hace una
información jurídica. –Sentencia contra los separatistas. ...................................... 483

Capítulo XLI
Dos Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de Andalucía. –Capítulo
Intermedio de Filipinas. –Nombramientos y determinaciones. ............................. 497

Capítulo XLII
Artículo I. –La Alternativa de Filipinas. –Sumario: Causas de la misma. –Capítulo
de 1722: en él queda establecida. –Dudas resueltas. –Bula de Alternativa. –
Más dudas. –Establecimiento definitivo de la Alternativa. ................................... 499
Articulo II. –Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de
Aragón. –Nombramientos. –Capítulo General: Elecciones. –Capítulo Provin-
cial de la Candelaria. –Determinaciones y nombramientos. –Una carta intere-
sante. .......................................................................................................................... 517

Capítulo XLIII
Artículo I. –El P. Antonio de San Agustín. –Sumario: Sus primeros años. –
Religioso ejemplar. –Testimo-nio elocuente de su vida. –Muere en el mar. ........ 523
Artículo II. –Dos Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Castilla.
–Nombramientos. –Capítulo Provincial de Filipinas. –Elecciones. ...................... 526
Artículo III. –El P. José de San Alejo. –Sumario: Muere en Barcelona. –Cargos que
obtuvo en la Orden. –Obras que llevó a cabo. –Su muerte edificante. ................. 530
708 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Artículo IV. –La tazmía del Colegio de Almagro. –Sumario: Pobreza de los Con-
ventos. –Los diezmos. –Privilegio de los Religiosos. –Pleito contra el Colegio
de Almagro. –Excomulgado y puesto en tablillas. –Más pleitos. –Sentencia
absolutoria. ................................................................................................................ 532

Capítulo XLIV
Artículo I. –El Rey de Joló en nuestro Convento de Manila. –Sumario: Va el Rey a
Manila. –Se declara catecúmeno. –Oposición de algunos a su bautismo. –Es
bautizado. –Visita a nuestro Convento de Manila. –Intereses encontrados. –
Cambio de Gobierno. –Calvario del Rey de Joló. –Fatales consecuencias. ......... 541
Artículo II. –Fundación de Sibuyan. –Sumario: Quién fué su fundador. –Datos
biográficos. –Informe en que se detallan sus vicisitudes y progresos. –Gratitud
del Rey. ..................................................................................................................... 547
Artículo III. –Gastos de Misión. –Sumario: Privaciones de los Religiosos para su-
fragar los gastos de Misiones. –Necesidades de la Provincia de San Nicolás. –
Resultado de su labor misionera. –Gratitud de Felipe IV. –Resumen de gastos
de una Misión. .......................................................................................................... 555
Artículo IV. –Tres Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía: Nombramientos. –Capítulo Intermedio de la Candelaria: Nom-
bramientos. –Un Definitorio. –Carta al Vicario General. –Capítulo Intermedio
de Filipinas. –Determinaciones y nombramientos. ................................................ 559

Capítulo XLV
Artículo I. –Cuadro estadístico de la Provincia de San Nicolás. –Sumario: Detalle
completo del estado de la Provincia. –Informes encomiásticos de la misma
hechos por el Arzobispo de Manila, por el Fiscal de la Real Audiencia y por el
Sr. Obispo de Cebú. –Otros informes laudatorios. ................................................. 567
Artículo II. –La Misión de Pinagavían. –Sumario: El Rey pide informe sobre el
número de nuevos cristianos. –El P. Rector Provincial le remite uno detallado
sobre Pinagavían. ...................................................................................................... 597
Artículo III. –Al hospital por mantas. –Sumario: El Gobernador General pide socor-
ros a la Provincia de San Nicolás. –Esta expone su estado de grande escasez y
miseria. –Detalles. .................................................................................................... 603
Artículo IV. –Un Capítulo y un Definitorio. –Sumario: Capítulo Provincial de
Aragón: Nombramientos. –Definitorio de la Candelaria. ...................................... 606

Capítulo XLVI
Tres Capítulos Provinciales. –Sumario: Capítulo Provincial de Filipinas: Nom-
bramientos. –Informe al Rey. –Capítulo Provincial de Castilla: Nombramien-
tos. –Capítulo Provincial de la Candelaria. –Acuerdos y nombramientos. –Una
carta importante. ....................................................................................................... 609
INDICE 709

Capítulo XLVII
Artículo I. –En busca de moros. –Sumario: Sale una Armada para la Paragua. –Su
derrota. –Causas y consecuencias del desastre. –Informe al Rey. –Importante
Real Cédula. .............................................................................................................. 623
Artículo II. –Dos Capítulos de Provincia. –Sumario: Capítulo Provincial de An-
dalucía: Nombramientos. –Capítulo Intermedio de Filipinas: Povisión de car-
gos. ............................................................................................................................ 628
Artículo III. –Estado de la Provincia de Filipinas. –Sumario: Trabajos de los Re-
ligiosos. –Siete Fortalezas construidas por la Provincia. –Estado de los Con-
ventos. –Número total de Religiosos. ..................................................................... 630
Artículo IV. –El P. José de la Virgen del Niño Perdido. –Sumario: Nace en Borja y
Profesa en Zaragoza. –Excelente Religioso. –Cargos que obtuvo. –Muere a
manos de los moros que hacen pedazos su cadáver. .............................................. 637

Capítulo XLVIII
Artículo I. –El P. Andrés de Jesús María. –Sumario: Nace y profesa en Madrid. –
Pasa a Filipinas. –Es honrado con varios cargos. –Es hecho cautivo de los mo-
ros. –Muere agobiado de trabajos. ........................................................................... 641
Artículo II. –Celebración de tres Capítulos. –Sumario: Capítulo Provincial de
Aragón. –Capítulo General. –Capítulo Intermedio de la Candelaria. –Actas y
nombramientos. ........................................................................................................ 645
Artículo III. –Moros y blancos contra la Provincia de Filipinas. –Sumario: Nuevas
irrupciones de los moros. –El rey de Joló preso en Manila. –El Gobernador
contra los PP. Recoletos. –Los PP. Jesuitas quieren tomar la Provincia de
Caraga. –Razón de los muertos y cautivos durante dos años. ............................... 648
Artículo IV. –Situación aflictiva. –Sumario: Deplorable estado de nuestros Ministe-
rios en esta época. –De-tallado informe que dirigió al Rey el Provincial de
Recoletos. –Causa del furor de los moros. .............................................................. 655
Artículo V. –El P. Pedro de San Francisco de Asís. –Sumario: Natural de Híjar. –
Profesa en Barcelona. –Se distingue por sus virtudes y talentos. –Pasa a Filipi-
nas. –Misionero y Lector. –Peligro de muerte. –Cargos que desempeñó. –Es
llamado a España. –Es honrado con nuevos cargos. –Predicador famoso. –
Prior de Barcelona. –Éxito de sus gestiones en Roma en un pleito. –Cronista
General. –Sus escritos. –Su labor en Alagón. –Muere santamente. –Algunos
datos sobre la impresión de los tomos tercero y cuarto de nuestras Crónicas. ..... 664
Artículo VI. –El Invencible Obando. –Sumario: Necesidad de defenderse contra los
moros. –Los PP. Recoletos construyen varias Fortalezas. –El P. Lucas de la
Cruz edifica El Invencible Obando. –Ra-zón de este nombre. –Descripción del
mismo. –Lo derriba la piqueta de la envidia. .......................................................... 685
710 HISTORIA GENERAL DE LA ORDEN DE AGUSTINOS RECOLETOS
Artículo VII. –El P. Antonio del Santo Cristo del Desamparo. –Sumario: Gallego de
nacimiento. –Pro-fesa en Madrid. –Trabaja con gran celo en Filipinas. –
Tragedia en Tandag. –Es hecho cautivo y muere santamente en el cautiverio. –
Detalles de la tragedia de Tandag. ........................................................................... 689
Artículo VIII. –El P. Francisco de San Miguel. –Sumario: Su nacimiento. –Profesa
en Madrid. –En Filipinas hace grande fruto en las almas. –Repara sus fuerzas
en San Sebastián. –Vuelve a Mindoro. –Muere alanceado por los moros. ........... 695

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