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El recién nacido prematuro

Camila Pizaña Aréchiga

Universidad Atenas Estudios Superiores

T. S. U. en Puericultura y Educación Infantil: 2º módulo online

Asignatura: Puericultura Postnatal

Docente: M. en C. Maricela Bocanegra Hernández

Primera tarea

28 de septiembre de 2022

Ciudad de México, México


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El recién nacido prematuro

El parto prematuro es de los mayores desafíos clínicos actuales de la medicina perinatal

por su alto factor de riesgo de muerte, deficiencia o discapacidad y sus repercusiones familiares y

sociales. Un recién nacido prematuro es aquel que nace antes de completar la semana 37 de

gestación.

Existe un aumento de la tasa de incidencia de prematuros en los países desarrollados,

donde también ha habido cambios en las prácticas asistenciales a los recién nacidos que permite

su supervivencia. En los países de desarrollo hay tasas de prematuridad y de mortalidad neonatal

elevada y las medidas sanitarias están dirigidas a detectar y controlar las gestaciones de riesgo,

evitar la infección perinatal y proveer reanimación neonatal básica.

La mayor parte de los prematuros son nacidos tras la presentación de un parto pretérmino

espontáneo o nacido tras aminorrexis prematura. También afecta la existencia de partos previos

pretérmino y el tabaquismo materno, así como la gestación múltiple. Las complicaciones

maternas y fetales son causa de muchos partos pretérmino, sobre todo la desnutrición

intrauterina, hipertensión materna y el polihidramnios. Las medidas que mejoran el cuidado

antenatal, médico, dietético y social son eficaces en corregir la tasa de prematuridad.

La patología prevalente del pretérmino es la derivada de la inmadurez-hipoxia por el

acortamiento gestacional y la ineficacia de la adaptación respiratoria postnatal. Muchas veces la

prueba de Apgar es baja y se necesita reanimación neonatal.

La función pulmonar del pretérmino está comprometida por diversos factores, por lo que

la patología respiratoria es la primera causa de morbimortalidad del pretérmino. También hay

una inmadurez en el sistema nervioso central del pretérmino que causa patologías neurológicas.

Se observan igualmente patologías oftalmológicas, lo que causa que los pretérminos son una
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población de riesgo oftalmológico que debe ser revisada periódicamente. Otros tipos de

patologías que pueden tener los pretérminos incluyen cardiovasculares (como hipotensión

arterial), gastrointestinales (trastornos de tolerancia, reflujo y evacuación lenta), inmunológicas

(ya que el sistema inmune del pretérmino es incompetente y resulta en infecciones frecuentes),

del metabolismo (que afecta la termorregulación), hematológicas y endócrinas.

A pesar de las mejoras en la asistencia perinatal, la mortalidad neonatal todavía es

elevada en el recién nacido pretérmino. Un factor significativo predictor de mortalidad en la

población de pretérminos es el acortamiento de la edad gestacional, el sexo varón y el peso bajo

para su edad gestacional.

Se ha vuelto necesario establecer programas de seguimiento protocolizados, sobre todo

para los pretérminos de menor peso. Algunos cuidados que deben seguirse son: atención

nutricional y seguimiento del crecimiento (con estudios longitudinales y tablas de referencia);

atención a la discapacidad motora, sensorial y dificultades para el aprendizaje (hay riesgo de

parálisis cerebral y alteraciones sensoriales oftalmológicas y auditivas); atención a los problemas

del comportamiento y del aprendizaje; integración socio-familiar (a menudo en ambientes social,

económica o culturalmente problemáticos con conductas parentales de sobreprotección o

negligencia); corrección al tabaquismo, contaminación ambiental, temperatura alta, abrigo

excesivo y postura durante el sueño; atención a infecciones respiratorias repetidas y corrección

en medidas higiénicas y sanitarias; demorar la escolarización hasta los dos años; atención a

angiomas cutáneos, tuberosos o en fresa y a aparición de hernias inguinoescrotales; atención a

deformidades craneales, entre otras.

La vacunación de los prematuros debe ser a la misma edad y con las mismas pautas y

dosis que sus coetáneos sin importar su edad gestacional.


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Referencias bibliográficas

Rellan R., S., García de R., C. y Aragón G. M. P. (2008) “El recién nacido prematuro”,

Protocolos Diagnóstico Terapeúticos de la AEP: Neonatología, Asociación española de

Pediatría, 8, 68-77.

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