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ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de todo lo malo que he hecho y de lo bueno que he dejado de
hacer; porque pecando te he ofendido a ti, que eres el sumo bien y digno de ser amado sobre todas las
cosas.
Propongo firmemente, con tu gracia, cumplir la penitencia, no volver a pecar y evitar las ocasiones de
pecado.
(NOTA: EN CADA UNO DE LOS MISTERIOS SE REZA UN PADRE NUESTRO Y DIEZ AVES MARÍAS)
Vamos a recordar al Continente Africano con sus más de 500 millones de habitantes, a fin de que su
profundo sentimiento religioso le facilite asumir la plenitud de la revelación de Cristo. El color verde, nos
recuerda las verdes selvas habitadas por nuestros hermanos africanos.
Rezamos especialmente por el "continente de la esperanza", América, donde se registra el más alto
porcentaje de católicos, pero que sufre por la escasez de sacerdotes. El color rojo, simboliza la sangre
derramada por los mártires que dieron su vida durante la evangelización de este continente.
Ofrecemos este tercer misterio por Europa, para que retorne a las fuentes de su fe que se ha enfriado con el
correr de los siglos, y al dinamismo misionero. El color blanco, nos recuerda a la raza blanca, originaria de
este continente y al color de las vestiduras del Papa, que también tiene en él su sede.
Ofrecemos este misterio por el lejano y pequeño universo de islas que se llama Oceanía, a fin de que sus
numerosas razas puedan ser iluminadas y guiadas a la luz del evangelio. El color azul nos habla de sus islas
esparcidas en las azules aguas del Océano Pacífico.
Rezamos por Asia, el continente más poblado del mundo, donde los católicos constituyen tan solo el 2% de
la población y la Iglesia es perseguida y combatida. Pidamos a la virgen María para que vuelva sus ojos al
continente. El color amarillo representa el color de su raza.
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
PADRENUESTRO
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad, en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día perdona nuestras ofensas como
también nosotros perdonamos a los que nos ofenden no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Amén
Dios te Salve María Santísima Hija de Dios Padre en tus manos encomendamos nuestra fe para que la
ilumines. Llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te Salve María Santísima Madre de Dios Hijo en tus manos encomendamos nuestra esperanza para que
la alientes. Llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu
vientre Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te Salve María Santísima Esposa de Dios Espíritu Santo en tus manos encomendamos nuestra caridad
para que la inflames. Llena eres de gracia el Señor es contigo, bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu vientre Jesús.
Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Dios te salve María Santísima templo y sagrario de la Santísima Trinidad, a quien sean dadas infinitas
alabanzas por los siglos de los siglos. Amén
SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Ti llamamos
los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en este valle de lágrimas.¡Ea!,pues,
Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro
muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente!,¡oh piadosa! ¡oh dulce siempre Virgen
María!
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo.
LETANÍAS LAURETANAS
PAZ Y BIEN
Por medio de este conducto me comunico con ustedes para invitarlos a rezar el Santo Rosario Misionero
todos, los días del mes de octubre y así unirnos con toda la Iglesia Católica a través de esta oración que le
agrada mucho a Jesucristo y a la Santísima Virgen María. Es deseo de nuestro Santo Padre el Papa Francisco
unirnos en oración para pedir por la paz del mundo y para que como iglesia demos testimonio de nuestra fe
y amor a Jesucristo nuestro Salvador.
ATENTAMENTE: