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Desosorante

¿Qué aconsejan?

Seleccionar adecuadamente el momento en que nos echamos el desodorante en base a una serie de
factores:

● Tener en cuenta que la transpiración es masiva por la mañana, por lo que se eliminará casi de
inmediato.
● No hay que ponerse desodorante cuando te acabas de duchar debido a que, aunque te seques,
tus axilas se mantienen húmedas. Un factor que provoca que el producto se vaya más rápido
de la piel.

¿Cuál es el mejor momento para usarlo?

Echarse el desodorante o antitranspirante por la noche, cuando la axila seca o posterior al baño
nocturno esperando que se seque la axila porque este es el momento cuando se produce menos sudor.

Así, el ingrediente activo del producto será absorbido por los conductos por los que salen el sudor y
lo retienen más tiempo en su interior, evitando el mal olor.

David Pariser, profesor de dermatología de Easter Viriginia de Norfolk de Inglaterra, en declaraciones


a este portal digital, aclara “Tú quieres que tus axilas estén lo más secas que puedas para que los
ingredientes activos de los antitranspirantes tengan la oportunidad de hacer su trabajo, sigue estos
consejos y lograrás que el desodorante dure unas 24 horas”.

Antes de bucear en disquisiciones horarias, conviene saber cómo actúan los desodorantes (en sentido
estricto, deberíamos hablar de antitranspirantes -sustancias que, aplicadas al cuerpo, reducen la
evaporación de agua en un ser vivo-, pero casi todos los del mercado también incluyen aromas que
camuflan el olor. De ahí que se use indistintamente una palabra u otra). “Los productos antisudorales
actúan introduciendo elementos, como las sales de aluminio, en las entradas a los conductos de las
glándulas sudoríparas. Una vez ahí, forman cristales que taponan parte de los poros”, explican los
doctores David M. Pariser y Angela Ballard, del Departamento de Dermatología de la Escuela de
Medicina de Virginia Oriental, en su estudio Topical Therapies in Hyperhidrosis Care (Terapias
Tópicas en el Tratamiento de la Hiperhidrosis). Para evitar males mayores, en cuanto se detecta ese
atasco, el cuerpo deja de producir sudor.
Llegados a este punto, los dermatólogos son unánimes. Los antitranspirantes ejecutan mejor su tarea
durante el sueño. “Al dormir confluyen dos circunstancias: la producción de sudor baja a su mínimo y
la axila está completamente seca, algo casi imposible después de la ducha, ya que la piel siempre
queda ligeramente húmeda”, explica la doctora Vanessa Giraldo, miembro de la Academia Europea de
Dermatología y Venereología y asesora en temas de hiperhidrosis de Rexona Colombia. En
condiciones de sequedad, la penetración es mayor, según cuenta la experta. Y para optimizarla,
recomienda frotar la axila con una toalla limpia y seca antes de echar el desodorante y meterse en la
cama (el método, por tanto, es ideal para el otoño e invierno y no tanto para las sudorosas noches de
verano). De este modo, mientras usted yace en brazos de Morfeo, el producto cuenta con ocho horas
para viajar hasta el origen del problema y neutralizarlo. "Sin humedad de por medio que entorpezca la
labor". Aunque la ducha de primera hora de la mañana arrastre algunos residuos de la superficie de la
piel, muchos milímetros más abajo el conflicto estará contenido y así debería permanecer durante las
24 horas que promete el desodorante. “Quienes trabajan en turno de noche deben aplicar el
antitranspirante cuando se vayan a dormir, sea en el día o en la noche”, zanja Giraldo.

Repelentes

El uso de repelentes ayuda a las personas a reducir los piquetes de mosquitos que pueden
potencialmente transportar virus serios como el virus del Nilo occidental, y permite que continúen
jugando y trabajando al aire libre.
Muchos de los mosquitos que llevan el virus del Nilo occidental pican especialmente cuando empieza
a anochecer y antes del amanecer. Si usted está al aire libre dentro de estas horas del día, es
importante que use repelentes. En muchas partes del país, hay mosquitos que también pican durante el
día, y se ha sabido también que estos mosquitos llevan el virus del Nilo occidental. La decisión más
segura es aplicar repelentes siempre que usted este al aire libre.
Los mosquitos hembras pican a la gente y animales porque necesitan la proteína que se encuentra en
la sangre para ayudar a desarrollar sus huevos. Los mosquitos son atraídos a la gente por los olores de
la piel y el bióxido de carbono en la respiración. Muchos repelentes contienen un producto químico,
N, N-n-diethyl-m-toluamide-m-toluamide (DEET en inglés), que repele al mosquito, haciendo a la
persona poco atractiva para picarla. DEET no mata a los mosquitos; solo provoca que los mosquitos
no localicen a las personas. Los repelentes son eficaces solamente a distancias cortas de la superficie
tratada, así que usted puede todavía ver mosquitos volando cerca de usted. Mientras usted no esté
siendo picado, no hay razón de aplicar más DEET.

Esmalte de uñas
Cada vez que nos pintamos las uñas es aconsejable dejar un tiempo entre cada manicura. “Lo ideal
sería desmaquillarlas y dejarlas sin esmalte en las 24- 48 horas siguientes. Si esto no fuese posible,
recomendamos retirar el esmalte la noche anterior y volver a maquillarlas al día siguiente para al
menos dejar que la uña se recupere durante la noche”, explica Virginia Ortega Lorenzo, vocal de
Dermofarmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Granada. El no dejar respirar la uña
puede tener consecuencias, ya que “con la repetición sucesiva del esmaltado o con la aplicación de
capas de esmalte superpuestas una y otra vez, la uña se torna áspera, sin brillo, de aspecto mate e
incluso aparecerá pigmentación amarillenta. También será una uña frágil, predispuesta a la rotura”,
añade la vocal de Dermofarmacia.
Los mejores esmaltes para nuestras uñas son aquellos que son beneficiosos para ellas, aquellos que
evitan sustancias nocivas como el formaldehido, el níquel o el tolueno. Entre los ingredientes que son
adecuados para el correcto cuidado de nuestras uñas “encontraremos aquellos productos formulados
con sílice/silicio (fortalecen la uña), equisetum arvense (remineralizante y reestructurante) o con filtro
UV”, afirma Ortega.
La aplicación de un barniz transparente antes de usar el esmalte tiene muchas ventajas tal como nos
explica Virginia Ortega: “nos permite evitar que los pigmentos de color entren en contacto directo con
la uña y así no se amarillee; la manicura será más duradera, lo que ayuda a cuidar la imagen estética
de nuestras manos; y favorecerá además la flexibilidadimpidiendo la rotura de la lámina ungueal
frente a microtraumatismos a los que estamos expuestos diariamente”.

Acondicionador
El acondicionador nos aporta fundamentalmente suavidad, hidratación, brillo y ayuda contra las
puntas abiertas y a reducir la electricidad estática del pelo. En definitiva, el acondicionador es a
nuestro pelo como la crema hidratante a nuestra piel y es básico ahora que en verano con el sol y el
agua del mar castigamos nuestro pelo en exceso.

Dependiendo de las condiciones y el tipo de nuestro pelo resulta más aconsejable utilizarlo con mayor
o menor frecuencia.

● si tienes el pelo seco y/o castigado el acondicionador es muy importante usarlo


prácticamente siempre que nos lavemos el pelo ya que nos va a aportar una hidratación
extra que nos vendrá muy bien para nutrir y reparar nuestro pelo.
● si tienes el pelo normal, con aplicarlo sobre las puntas tres o cuatro veces por semana o
cuando notes algún enredo en el pelo es suficiente.
● si tu pelo es graso, será mejor que no abuses en exceso del acondicionador, con usar de
vez en cuando un acondicionador en spray para desenredos es más que suficiente.

Para aplicarlo primero usamos el champú, aclaramos bien y una vez retirada toda la espuma, secamos
un poco el pelo con una toalla, dejando el pelo humedecido. Aplicamos el acondicionador por todos
los mechones del pelo y dejamos actuar durante tres o cuatro minutos aproximadamente.

El acondicionador es un producto indispensable para hidratar el cabello después de lavarlo. Cada tipo
de pelo requiere un acondicionador específico, es decir que contenga los nutrientes y activos
adaptados para responder a las necesidades capilares.

Cuando se tiene un acondicionador adaptado, se puede beneficiar de todas sus virtudes. Hidratación,
suavidad, brillo, y facilidad a la hora de peinarlo. Además, permite reparar las puntas abiertas e
impedir que el pelo se debilite. Por lo tanto es fundamental elegir un acondicionador perfectamente
adaptado a las necesidades del pelo. De esta forma se puede recuperar un cabello resplandeciente y
lleno de vida.

No existen riesgos relacionados con el uso de un acondicionador, después de cada lavado, sin
embargo existen algunas recomendaciones con relación a la frecuencia de uso en función de cada tipo
de pelo.

Para aplicar el acondicionador, primero hay que lavar el pelo con el champú habitual y enjuagarlo
bien con agua templada. Se retira el exceso de agua con ayuda de una toalla, dejando el pelo húmedo.
Después se aplica el acondicionador sobre el conjunto del cabello, comenzando por las puntas y
subiendo hasta el cuero cabelludo.

Se realizan masajes sobre el cuero cabelludo para que los activos del producto penetren bien. Se deja
actuar el tiempo indicado en la etiqueta. Luego se enjuaga con agua abundante sin frotar demasiado
fuerte. Si se tiene el cabello largo, el acondicionador se aplica y se reparte sobre el conjunto del pelo
con ayuda de un peine.

De esta forma la melena aprovecha toda la acción del acondicionador y se mantiene bien hidratado.
Como con cualquier otro cuidado, es importante dejar que el pelo repose al utilizar el acondicionador
todos los días. Conviene dejar que el cabello repose al menos un día a la semana. Por lo tanto se lava
el pelo sólo con el champú y luego se peina bien con el fin de retirar todos los residuos de productos
capilares que terminan por acumularse sobre el cuero cabelludo.

Aceite de cocina

Al igual que la mantequilla, manteca y carne roja, algunos aceites de cocina tienen un alto contenido
de grasa saturada, lo que puede elevar el colesterol “malo” (LDL por sus siglas en inglés), que se cree
eleva el riesgo de enfermedades del corazón y derrames. El aceite de palma y palmiche tienen un alto
contenido de grasa saturada y se debe evitar. El aceite de coco tiene más grasa saturada que los demás
aceites comunes.

Una mejor opción son las grasas monoinsaturadas, que están “asociadas a la reducción del colesterol y
los triglicéridos en la sangre”, dijo Plotkin. “Esos son los que nos gustan usar con personas con
enfermedades del corazón o con riesgo de enfermedades coronarias”. El aceite de canola, cacahuate y
oliva están entre los que contienen grasas monoinsaturadas. El aceite de aguacate y macadamia se
usan menos pero son excelentes.

Las grasas poliinsaturadas, como las monoinsaturadas, pueden reducir el nivel de colesterol y
triglicéridos, y reducen el riesgo de enfermedades del corazón. También contienen ácidos grasos
omega 3 y omega 6, que el cuerpo no puede producir solo. “Como estadounidenses consumimos
muchos omega 6 en nuestra alimentación debido a la gran cantidad de alimentos elaborados que
consumimos”, indicó Plotkin. O sea que si usa aceites con un alto contenido de omega 6 (como el
aceite de linaza, nuez, girasol, alazor, semilla de uva y maíz), es recomendable reducir la cantidad de
alimentos procesados que consume y variar el tipo de aceite que usa, seleccionando una buena
combinación de grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas.

La forma de guardar los aceites también tiene un impacto en su sabor y valor nutricional. “Una vez
que se abre el aceite, realmente debe usarlo dentro de seis meses”, recomendó Logue-Riordan. “Es
recomendable mantenerlo lejos de fuentes de calor y luz. Se descomponen y ponen rancios muy
rápido”. Cuando un aceite está rancio, se nota porque el sabor cambia. Logue-Riordan mantiene
ciertos aceites delicados, como los de nuez, en el refrigerador para mantenerlos frescos. Si tiene sitio
en el refrigerador, poner sus aceites allí hará que duren más; antes de usarlos, simplemente déjelos a
temperatura ambiente (para que pierdan espesor).

Cuando el aceite empieza a humear se está iniciando la combustión de la grasa, es decir, se está
convirtiendo en un producto (no alimento) quemado y tóxico. Podemos percibir que está ocurriendo
porque:

● Comienza a producirse humo y acroleína (producto tóxico e irritante que respiramos y con
potencial cancerígeno).
● En la superficie de las sartenes con antiadherentes resistentes se deposita una capa oscura que
apenas se puede apreciar pero que altera la antiadherencia. Esta capa producto de la
combustión es resina de alquitrán. Si la sartén está cubierta por antiadherentes poco
resistentes, no se produce porque sencillamente se “pierde” el antiadherente.

Y hay otros cambios que no percibimos. Esta información la hemos localizado de la forma más
completa en el libro de la Dra Olga Cuevas, “El equilibrio a través de la alimentación“:

● Los ácidos grasos insaturados cis cambian a la forma trans: esto significa que no son activos
biológicamente, nuestro cuerpo no los reconoce.
● Se producen polimerizaciones: productos de difícil digestión y que afectan a la función
hepático-biliar.
● El calor acelera el proceso de enranciamiento de los aceites, produciendo radicales libres.

El punto de humeo del aceite es más bajo cuanto más puro es un aceite. Queremos hacer notar
con esto, que si nos preocupamos por la salud y compramos aceites de la mejor calidad, por
ejemplo aceite de oliva de primera presión en frío, debemos ser conscientes de que son los
más sensibles al calor.

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