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Llegaba tarde, eso no era típico en ella, y aún menos si era por un compromiso de trabajo.
El caso es que llovía en abundancia y eso la trastocó, se cambió tres veces de ropa, sin
saber ni estar segura que sería lo mas adecuado para esa ocasión.
Terminó acomodándose unas nuevas mallas de deporte brillantes, una bonita sudadera a
juego y una par-ka turquesa; esa capucha era fantástica, por eso la compró.
No pretendía que todo el mundo la observase con más detenimiento por el hecho de
llegar tarde, pero pensó que al fin de al cabo, mirarla la iban a mirar igual, muy atentos
durante una hora. Lo que no sabia mientras canturreaba con sus cascos por la calle, es lo
Entró por la puerta principal de la escuela de Bellas Artes, con solo cinco minutos de
retraso, tampoco se había mojado mucho en el camino, así que respiró hondo,
ahuecándose el pelo, mojando y marcando sus labios con los dientes. Subió a la segunda
planta, siguiendo las indicaciones de Victor. Se asomó tímida en la única puerta abierta
que había. Una gran puerta, sin duda, con muchísima luz en su interior y una tenue
música clásica de fondo, entró casi de puntillas, como sigilosa para que nadie se
percatara de que había llegado, y susurró un tímido buenas tardes a los alumnos mas
- Loreta!, bienvenida, por fin estas con nosotros..., que alegría. Pasa por favor y ponte
cómoda.
– Pues porque sabias que llevabas tiempo deseando hacer esto, no te acobardes y
disfrútalo.
Loreta volvió a respirar profundamente, mientras acomodaba su abrigo y sus cosas tras
un biombo. Victor mientras, dirigía a sus alumnos en el aula para que cada uno tuviera
A su vez y elevando la voz les comunicaba que su modelo de hoy iba a ser su querida
amiga Loreta, que escudriñaran bien cada rincón de su piel sin perder detalle, pues tal vez
no podrían volver a contar con ella como modelo. Tras el biombo, no sabia que hacer, se
preguntaba, salgo..., no salgo..., con bata..., desnuda...Y Victor en ese momento le indicó
que cuando estuviera dispuesta podía usar el diván, del modo que ella conviniera, o la
silla aterciopelada si lo deseaba, la postura sería a su elección, pero eso si, sin moverse
en una hora.
cabeza. Se dirigió a los alumnos, mientras contemplaba que todos los ojos caían hacia
sus pechos y su pubis recién depilado. Se sentó en el diván, el cuerpo un tanto ladeado,
pero con la cabeza erguida, como orgullosa e intolerante, su pierna derecha reposaba en
el suelo sobre su tacón de aguja rojo, formando un angulo de noventa grados, y su pierna
izquierda estaba elevada sobre el diván, con el tacón apretando el terciopelo, es decir
vista de ningún alumno. Se había asegurado de llevar su pañuelo de gasa negro, largo y
espumoso, y este hacia el recorrido entre su mano derecha, pasaba y rozaba su pubis,
descolgando la otra punta por un borde del diván. Pensaba: -“bueno ya esta, tampoco es
para tanto, y he de reconocer que esto me excita mucho, espero no coger frio, y no
En ese momento de casi relax comenzó a preguntarse porque había allí también una silla,
tal vez Victor la dio a elegir, o tal vez habría otra invitada, o invitado..., mientras calculaba
las posibilidades y veía como los alumnos la miraban con el lápiz en alto, tomando
medidas, apareció por la puerta como una especie de alucinación para ella.
No podía ser el, era imposible, ¿que hacia el allí?, ¿era amigo de Victor?, no era posible,
joder..¿que hacía el allí?, estaba desnuda y él clavo la mirada en ella, guiñándola un ojo,
Quería morirse, le temblaba el cuerpo, no podía ser, era una fantasía, ¿un sueño?
“Tierra tragarme”, pensaba ella. Mientras salía, pensaba, “aún encima de llegar quince
minutos mas tarde que yo, querrá que le ría la gracia también”.
ella, algo ladeado, mostrando su perfil lateral, torso y trasero a los alumnos, lo cual la
situación los dejaba casi frente a frente, y ahora si que había alguien que lo veía todo.
¿Puedes explicarme de que conoces a Miguel? ¿Y porque no me dijiste que iba a estar
hoy el aquí?
– Loreta querida, si te lo hubiera dicho, no hubiera sido una sorpresa, ¿no crees?
Miguel y yo nos conocemos desde niños, eramos vecinos del mismo barrio, y hacia ya
unos años que no nos veíamos, pero últimamente se ha interesado por las artes...
Haz el favor de relajarte y estarte quieta, sino después te quedarás castigada sin ir a
cenar.
– Y bien, cuéntame, de que quieres hablar durante una hora conmigo, tal vez no
puedas soportarlo.
– ¿Sabes que estás preciosa?, pareces una musa, como en un anuncio, te cogería
ahora y...
– Y que, aquí no puedes hacer nada, de hecho nunca puedes hacer nada. ¿Puedes
– Victor me contó el otro día que andaba buscando modelos para sus clases, y que
últimamente le fallaba mucho la gente, pero que esta semana tenía suerte porque iba a
venir una amiga suya y podría tener la semana cubierta. Le pregunté por su amiga, y me
dijo, - espera un momento, voy a enseñarte una foto de ella, es una gran amiga y da el
perfil para ser la modelo- Cuando vi que eras tú, se me encendió como una bombilla, y el
corazón me dio un vuelco, pensé, tengo que ir, tengo que posar con ella, tengo que estar
allí con ella. Le propuse a Victor venir hoy, para estar los dos y le pareció buena idea, a
condición de que volviera algún otro día. Y ya ves, aquí estoy, para verte y conocerte.
– Explícate, concreta.
Las miradas eran lascivas entre ambos. Loreta sentía una brutal necesidad de tocarse
delante de Miguel, de ponerle a mil. Miguel tenía su miembro escondido por el respaldo
de la silla, así que aunque estuviera erecto, no se le notaria, pero Loreta pensaba en que
_ Pues no había pensado en eso, mas bien me convendría una ducha fría. Además
empalmados?
_ Uhmm, si me encantaría...
Loreta omitió su comentario y por mas de diez minutos no le dirigió la palabra, incluso ni la
mirada.
Se sentía observada por Miguel, más que por los alumnos que allí estaban.
Comenzaba a sentir algo de frio y le preguntó a Victor cuanto tiempo quedaba, quería
levantarse e irse de allí, no le estaba gustando nada la situación. Sabía que Miguel estaba
perfectamente que ignorarle era lo más cruel que podía hacer en ese momento, al igual
que eso causaría un después sobre la relación con ella. Una de dos, o se interesaría más,
_ Gracias Victor.
Respondió Loreta.
Miguel telefoneo a los tres días y Loreta tuvo que excusarse con sus padres, saliendo
_ Te voy a castigar.
Por un momento a Loreta se le pusieron los pelos de punta, pensando en alguna grata
_ Prefiero quedar en algún sitio, no quiero que subas a mi casa. Luego te llamo.
Y colgó.
Al volver a la mesa sus padres le preguntaron quien era y porque estaba tan sonriente,
los postres ya estaban allí, y en la mesa de enfrente me cruce con Lola que se dirigía al
baño. Volví a excusarme con mis padres desviando así el tema y tener que omitir las
respuestas y el interrogatorio.
Entramos juntas al wc, entre risas y me dijo; menuda cara de cachonda tienes, has
hablado con el, o es Sergio el que te pone. La respondí que un poco de todo, el vino, la
Salimos después de diez minutos acaloradas del wc, respirando y tras la respiración
honda una fuerte carcajada, íbamos como que no hubiera pasado nada, intentando
disimular y al llegar a la mesa todos habían terminado el postre y me miraban con cara
extraña.
rompimos su conversación con un fuerte ataque de risa, que contagio a Sergio y también
pero yo no podía parar, era un ataque de risa como a veces me suelen ocurrir. Tras la
nuevos amigos, así que decidimos irnos a tomar una copa e invitarlos, por supuesto,
tendría que ser un sitio que ellos conocieran, pues nosotras no controlábamos la marcha
en Logroño.
Entre ellos comenzaron a debatir varios sitios, y por lo que entendimos optaban por los
pubs normales o un sitio muy picante que abrieron recientemente, “La rosa”. Lola que no
es tonta, los interrumpió gritando, ¡La rosa, vamos a la La Rosa!, y a ellos pareció
gustarles la idea, a nosotras realmente nos daba igual, teníamos ganas de divertirnos.
Cuando llegamos a “La Rosa”, todo era normal, pero al cedernos el paso y entrar nosotras
primero, nos dimos cuenta enseguida de que aquel lugar no era un pub normal. Tras
nuestra reciente entrada se oyó un grito lejano, en una sala continua, como si alguien
acabara de ver las estrellas. Nuestros recientes amigos nos preguntaron, que tal nos
problemas, a lo cual las cuatro asentimos con la cabeza entre risas aceptando aquel lugar
picante para tomarnos una copa, seria una experiencia graciosa, o al menos divertida.
Yo te envié un mensaje aunque ya eran las 12,30 hr de la noche y tal vez estuvieras
porque me dedique a ser lasciva contigo y no dejarte colgado a esas horas, deseaba que
el móvil y...no sabia que hacer, le dije que esperara un minuto y seguí con el móvil.
Pasaron un par de minutos cuando, me cogió por el brazo invitándome a bajar del
taburete donde estaba y el ya tenia las dos copas en la mano, y simplemente le seguí.
Me llevo a un rinconcito muy mono, que ya lo quisiera yo para mi casa, había un pequeño
sofá rojo, muy chic, cálido y cómodo, eso si, sus dimensiones eran escasas, cabían dos
así que espere a que el jugara y moviera ficha. Levanto su copa invitándome a brindar,
brindamos, y el dijo; por la noche, y tras este le pregunte, que es lo que esperaba de la
Observaba a mis amigas que se encontraban al fondo de la sala entre risas acompañadas
pensaba en ti, aunque por querer siempre lo quiero todo. Sergio me comenzó a acariciar
mi nuca y mi cuello con un sutil dedito, entre cosquilleos, despacio, y continuo bajando por
a el, su cara era de extrañeza decorada de una sonrisas falsa, le dije claramente que me
gustaba mucho jugar pero tenia pareja y siempre jugaba con ella, nos justaba jugar juntos,
así que lo siento pero no va a poder ser , si quieres tal vez, el viene mañana a recogerme
gusta que te diviertas, me pregunto, a lo cual respondí, si, pero insistí en que nos
tomando cogí mi copa y me acerque junto a Lola. Nos pusimos a bailar juntas, como
hacíamos siempre, parecíamos dos locas, disfrutando de cada nota, a nuestro aire en
nuestro mundo. La velada se alargo hasta las 4 de la madrugada, íbamos mas que
contentas y dijimos muchas bobadas, volvimos al hotel con los tacones en la mano,
descalzas y riendo, eso solía ser lo habitual. Al subir a las habitaciones nos tiramos todas
en la cama de Marta, y nos contamos todas las conversaciones, Pepa estaba muy
animada y dicharachera, ese era nuestro cometido. Tras risas y confidencias Pepa dijo
que Sergio le había dado el número de teléfono, a lo cual replique como un cohete ¡Será
Quedamos a las 2,30 h en un restaurante céntrico. Cuando nos vimos tus ojos me
de la amistad, la compañía y los caldos, una vez mas salimos mas contentos de lo que
entramos. Yo propuse ir al hotel a echar una siesta, Pepa y Marta estaban de acuerdo, sin
embargo tu, tu amigo y Lola os apetecía pasear e ir a tomar un café, así que nos
De pronto sonó mi móvil, eras tú, y ya eran las 7 de la tarde, se me paso como un
instante, lo cogí somnolienta y respondí, al otro lado tu, me dijiste, ¿ha dormido bien mi
Cariño quedamos en la cafetería del hotel, acabamos de llegar, os esperamos aquí sin
prisas, te respondí afirmativamente y colgué. Tal vez a veces puedo resultar algo seca,
vestido de lentejuelas doradas, muy sexy, muy corto, con mucho escote y muy ceñido, a ti
se te iban las manos y la mirada. Me gustaba verte así, me gustaba arreglarme para ti.
De pronto Lola con cara y voz picara, dijo; bueno mientras las princesas dormían hemos
diferente iba a ocurrir, pregunte en voz alta a todos, ¿habéis sido buenos?, tu respondiste,
por supuesto. Lola asintió con la cabeza en plan pícaro y tu amigo solo sonrió.
Creo que debería de fiarme, aunque sabia y me daba miedo lo que habíais tramado.
Nos llevasteis a una coctelería que habíais descubierto mientras paseabais y allí
estuvimos sentados hasta la hora de la cena, sobre las 10 de la noche reservasteis una
mesa en un restaurante mexicano, lo teníais todo bien atado, como buenos picaros y yo
sin saber lo que teníais para después, no conseguí sacarte ni una palabra, ni a tu amigo
Lola se relamía y me tiraba muchas indirectas, pero tampoco conseguí sacarle nada.
Tras la cena alrededor de las 12,30 h, paseábamos por una calle que me era familiar,
creo que iba adivinando, cuando llegamos a “La Rosa” Pepa, Marta y yo nos empezamos
a reír, preguntándoos que íbamos a hacer allí. Lo habíais planeado todo, tuvisteis tiempo,
claro.
Lola se hizo la noche anterior con el teléfono de Sergio y esa misma tarde le llamasteis
para vernos por la noche, y le pedisteis que fuera acompañado con ganas de marcha y
alguna amiga también, para que así todos tuviéramos pareja y donde elegir. Al entrar allí
eso es lo que hice, te adelante que el era el de la noche anterior, el que queria jugar
respondiste, seguiste tomando la copa a mi lado, pero a los cinco minutos te apartaste y
confabulando algún juego, estuvisteis mas de quince minutos charlando a solas, un poco
apartados.
Cuando os dirigisteis al grupo, supe al instante que habíais tramado un juego, lo supe por
disimular, te roce el paquete de tu pantalón con la mano abierta, se notaba dura, pero no
en todo su esplendor, tus ojos se clavaban en los míos, Sergio se acerco por detrás, muy
muy pegado a mi, comenzaba a rozarme con su paquete en mi trasero, tu lo hacías por
delante y yo parecía un sandwich, tenia en esos momentos mis brazos alzados por el
baile y movía las caderas provocativamente, el por detrás y tu por delante comenzasteis a
tocarme, pasando vuestras manos bien abiertas por mi cuerpo, recorriendo despacito
los tirantes de mi vestido y haciendo amago de bajarlos, pero no..., tu me tocabas los
tobillos hasta mis muslo, tu me besabas, el aprovecho para subirme el vestido, dejando al
aire mis medias de blonda y mi tanga, tu tiraste del vestido hacia arriba, retirándomelo.
interior. Al rato te acercaste y me recogiste en tus brazos, y los tres nos fuimos a una
resto del grupo y que hacían cada uno, pero me daba igual. Allí me posaste sobre la gran
cama, donde apenas había luz, una mesa mediana con aceites, preservativos, toallitas y
cama, me desprendí con algo de arte del sujetador, mientras me tocaba, después las
cachondos.
camisa. No dejabais de hablarme, tu me decías que me ibas a castigar por follar con su
amigo, y que me ibas a follar duro, y Sergio me besaba y me decía que llevaba
pajeándose todo el día pensando en mi, que me hubiera follado la noche anterior y lo tuve
caliente 24 horas, jadeaba mi nombre y me suplicaba que se la chupara, me tienes muy
y meter vuestros dedos en mi boca, con algún la mentón esporádico en mi vulva dilatada,
Entonces me volví, le agarre la polla a Sergio que la tenia bien erecta y comencé a
mi mano, notaba como sus venas se inflaban y esta crecía en mi, no podía ni jadear, me
ahogaba, era una polla grande y gorda, una buena polla. Tu seguías tocándote,
tras de mi. Cuando comencé a desvestirte, el roció sobre mi espalda, un gran chorro de
aceite que se deslizo por mi piel hasta mi culito, gemí. Tus pantalones iban a reventar,
muy lentamente, hasta bajar al agujerito de mi culo el cual deseaba ser tocado y
acariciado, lo hacia deliciosamente bien, sus manos de vez en cuando se desviaban hacia
mis tetas, llenas de aceite en sus manos, terminando pellizcándome los pechos.
Estabas muy excitado, mezclando palabras bonitas con palabras guarras, que sabias que
encantaba, Sergio recorría mi cuerpo con sus manos, y ahora metía su dedito dentro de
abajo, me agarraste de las caderas y me impulsaste hacia arriba, hacia ti, dejándome así
a 4 patas. Cogiste el aceite, lo esparciste por mi espalda hasta mi culito, sabias que eso
me ponía mucho, lo acariciabas, suavemente por fuera, lo dilatabas una y otra vez, muy
muy despacio estuvimos así al menos 15 minutos, cada vez me hacías gemir mas fuerte,
y al rato te suplique que me dieras por detrás e introdujiste tu polla muy suavemente en mi
salias jugando con tu puntita, otra cosa que te había enseñado. Yo te provocaba con el
tanta sensualidad, mis gemidos hicieron que te corrieras dentro de mi, te sobrepasaba la
podía acabar solo, así que lo pajee, se corrió sobre mis tetas.
CONTINUARA …....
SUSANA AZCONA