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Claudia Sánchez-Guijaldo González

Análisis de El buen patrón de Fernando León de Aranoa


A lo largo de curso, hemos podido ver y analizar multitud de productos culturales
que mostraban la situación de la clase obrera. Uno de ellos fue Los lunes al sol del director
Fernando León de Aranoa. Esta y, en concreto, su director me llamó especialmente la
atención debido a que hace unos meses se estrenó una nueva película de Aranoa, El buen
patrón. Diecinueve años entre ambos films, pero, de algún modo, se relacionan de forma
directa. En la primera, un grupo de trabajadores que han sido despedidos deambulan
buscando un empleo precario para seguir sobreviviendo. En la segunda, sin embargo, nos
trasladamos a la posición del jefe, del cacique.

El buen patrón cuenta la historia de Julio Blanco, propietario de una fábrica de


básculas industriales. Durante toda la película, Blanco va a intentar conseguir el premio
a la excelencia empresarial a la que han sido nominados, pero esto se va a ver truncado
por una serie de problemas generados, en principio, por sus empleados. Esto llevará al
«patrón» a cruzar los límites y a entrometerse en las vidas de sus trabajadores bajo la
justificación de que «somos una gran familia».

En un primer momento, hay que pensar en cómo se va a cambiar la mirada; ya no


observamos a la clase obrera desde la visión de la clase obrera, como ocurría en Los lunes
al sol, sino que ahora lo hacemos desde la perspectiva del cacique. A partir de aquí,
podemos entender la caracterización que se va a hacer de los personajes y que, para su
análisis, dividiremos en dos partes: la bufonización y el enfrentamiento de la clase
trabajadora.

León de Aranoa ha expuesto en todo momento que la utilización del humor ha sido
necesaria para contar la historia. Para el director, «en Los lunes al sol estaba la solidaridad
de clase entre ellos. En este caso no existe, quizás es por esto que he necesitado más el
humor para contar esa tragedia. Están solos, ese trabajador ya no tiene esa identidad, ese
salvavidas que es saber que perteneces a algo» (Prieto, 2021). De este modo, ese provocar
la risa en los espectadores en realidad encierra una realidad más triste, que es la
desaparición de la identidad de clase y de su colectividad. Esto lo veremos a través de las
dos historias que vertebran la película, en las cuales la intervención de Blanco es necesaria
para poder conseguir el premio a la excelencia.

En primer lugar, la aparición del personaje de José, un empleado que acaba de ser
despedido después de más de 20 años trabajando para Básculas Blanco. Este decide,

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entonces, acampar y manifestarse delante de la fábrica para conseguir, en un primer


momento, su trabajo de vuelta, pero posteriormente para denunciar la opresión de Blanco,
sin importarle la recuperación de su empleo anterior. La primera escena en la que se va a
ver el lugar tomado por el personaje lo va a hacer junto a sus hijos (imágenes anexo). Pese
a la significación del momento, a las protestas del exempleado que refiere una y otra vez
a la imposibilidad de mantener a sus hijos, todo ello se va a contraponer con las imágenes
siguientes, donde se va a hacer uso de distintos mecanismos risibles para convertir a José
en un mero bufón. Mediante los gritos que ofrece a Blanco, la constitución de las
pancartas e incluso la relación que establece con el guardia jurado de la fábrica
(https://drive.google.com/file/d/1UgoAzz5JQKlAhexdemxCOvMtApAiMPnN/view?us
p=sharing y https://drive.google.com/file/d/1ERAobJ5Tz0u5G-Gn-
PEI9O_S7t8u3XEK/view?usp=sharing).

Por otra parte, también se va a dar cuenta a lo largo de la película del enfrentamiento
de la clase obrera. León de Aranoa ya comentaba que para él ya no existe esa unidad que
aparecía en Los lunes al sol y que la identidad de clase se ha perdido. Vemos, por tanto,
en todo momento un individualismo latente y una confrontación constante, pero que viene
provocada por parte de Blanco. Ya en la escena vista con anterioridad, el patrón amenaza
al guardia jurado, Roman, con echarlo si vuelve a hablar con José e incluso le ordena que
apunte a todo aquel que se acerque a él.

No obstante, esta no es la única muestra de ese enfrentamiento. Con el personaje de


Miralles, se observa de forma más clara esa división de la clase obrera. Este, que tiene
problemas con su mujer, está distraído en el trabajo y, por ello, comete una serie de errores
que llevan a la disputa con varios de sus compañeros. Finalmente, Blanco opta por
despedir Miralles y su lugar es ocupado por otro empleado
(https://drive.google.com/file/d/1fbevQjKA_XKb3ffTdA62EDOFUfj1omwY/view?usp
=sharing). Inmediatamente, el trabajador ataca a su compañero y pone en duda su
efectividad, además descalificarlo llamándole «mierda de moro». Lo interesante de este
personaje, sin embargo, es su recepción. De algún modo, existe la pretensión de
demonizar a Miralles, de convertirlo en el trabajador que merece el despido, el empleado
al que sus compañeros odian, todo ello sin tener en cuenta la situación del personaje.

Así, pese a que existen muchos más aspectos a comentar sobre El buen patrón, a
grandes rasgos, León de Aranoa consigue su propósito, ridiculizar la figura tan arcaica
del patrón, pero también, a modo de tragicomedia, anuncia la desaparición de la clase
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obrera. En este sentido, cabe preguntarse si constituye una narrativa de la carencia o, en


cambio, pretende ser una narrativa para la disputa. En este caso, la película podría
entenderse como ambas. La historia expone la situación de la clase obrera y con el final
no ofrece una visión positiva de cambio. Sin embargo, cabe la posibilidad de que si la
recepción es la correcta, si la mirada del cacique es rechazada por el público y si las risas
a costa de la situación de José o Miralles tornan en la rabia y la lucha por la recuperación
de la identidad de clase, puede que la muestra de la concepción que se tiene de la clase
trabajadora por unos pocos sea un revulsivo y no una burla.

BIBLIOGRAFÍA

Prieto, U. (octubre de 2021). «Fernando León de Aranoa: "Poca gente se siente ya clase
trabajadora"», Huffington Post en https://www.huffingtonpost.es/entry/leon-de-aranoa-
el-buen-patron-javier-bardem_es_61681552e4b0d3f507c8409c

ANEXO

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