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AUTOCONCEPTO:

El autoconcepto es uno de los constructos teóricos que más se


utilizan, pero no significa que todo el mundo entienda de qué
hablamos cuando utilizamos este término.

Bueno, ¿qué es el autoconcepto exactamente?, es la imagen que


hemos creado sobre nosotros mismos. No una imagen únicamente
visual, por supuesto; se trata más bien del grupo de ideas que
creemos que nos definen, a grado consciente e inconsciente. Esto
incluye una porción fundamentalmente infinita de conceptos que
podrían estar integrados en esta "imagen" sobre nosotros, debido a
que cada iniciativa puede alojar en su interior muchas otras,
construyendo sistemas de categorías que permanecen unos en otros.
De esta forma puesto que, puede ser un elemento de nuestro
autoconcepto nuestra iniciativa de lo cual es la timidez, sin embargo
además una iniciativa aproximada sobre nuestra sabiduría. Hay
muchedumbre de recursos que tienen la posibilidad de ser parte
constitutiva de esta imagen de sí mismo, y el autoconcepto sirve para
englobarlas bajo una etiqueta. Tal, si proveemos desde luego que la
mente de una persona está compuesta por una red de conceptos que
se solapan parcialmente entre sí (por ejemplo, "rosal" se solapa un
poco con "planta" y con "rojo", si nos imaginamos las flores de aquel
color), el autoconcepto es el punto en el cual diferentes ideas y
creencias se solapan en un mismo punto realizando que de esta
mezcla surja el término del "Yo", algo que está presente en los
animales con capacidad de producir e interpretar conceptos
abstractos.
En definitiva, el autoconcepto es el conjunto de características
(estéticas, físicas, afectivas, etc.) que sirven para definir la
imagen del "Yo".

Tiene sentido hablar de la existencia del autoconcepto justamente


porque es posible encontrar unas pautas y unas características
definitorias de cada persona que tienden a estar siempre ahí. Si el
autoconcepto variara totalmente a cada segundo, este no existiría.

Así pues, la diferencia ente el autoconcepto y la autoestima, o entre el


autoconcepto y el resto de conceptos (es decir, los que hacen
referencia no a uno mismo, sino a los demás o al resto del mundo) es
fundamentalmente un límite establecido por los psicólogos y que sirve
para entender mejor el funcionamiento de los procesos mentales.

El autoconcepto puede cambiar aunque tienda a mantenerse


relativamente igual en el tiempo, el autoconcepto no es ni mucho
menos algo estático.
¿Qué son los hábitos?

Un hábito es una conducta llevada a cabo con regularidad, es decir,


repetida en el tiempo, que es aprendida –no innata– y que requiere de
poco o ningún compromiso racional. Este tipo de conductas mínimas
componen una importante porción de nuestro tiempo cotidiano.
Pueden ser provechosas o perjudiciales para nuestra salud (en este
último caso pasarían a llamarse «vicios»). Cualquier cosa puede ser
un hábito, cuando su realización constituye parte de una rutina más o
menos automática, es decir, no requiere de un esfuerzo consciente o
una programación explícita. Por ejemplo, muchas personas poseen el
hábito del cigarrillo, y suelen fumar en momentos y horarios
determinados, como después de comer, o al levantarse en la mañana,
etc.

Dichas conductas forman parte del hábito de fumar y fueron


aprendidas e incorporadas, y por lo tanto pueden también
desincorporarse, aunque, como dice el proverbio, romper el hábito
suele ser más difícil que crearlo. No debe confundirse este uso de la
palabra hábito con los otros aceptados en el diccionario de la lengua
española, y que refieren al ropaje de los monjes, militares o
estudiantes.

Existen diversos tipos de hábitos:


 Hábitos físicos: Aquellos que involucran el cuerpo y la salud,
como hacer ejercicio, cepillarse los dientes luego de cada
comida o tomar una copa de licor después de almorzar.
 Hábitos sociales: Aquellos que involucran la interacción con los
demás, como visitar a la abuela cada domingo o llamar a un
amigo en cada cumpleaños.
 Hábitos mentales: Aquellos que atañen estrictamente a la
mente, como la práctica de la meditación.
 Hábitos recreativos: Aquellos que tienen que ver con la manera
que tenemos de recrearnos, como jugar al fútbol los sábados por
la tarde o dedicar una hora a los videojuegos luego de hacer las
tareas.
 Hábitos afectivos: Aquellos que atañen al afecto y a sus formas
de expresión, como es el “te amo” de despedida de los novios.

Ejemplos de hábitos:

 Es un hábito ir al baño antes de dormir.


 Es un hábito cepillarse los dientes al levantarse, tanto como ir
a la cocina y calentar agua para hacer café.
 Es un hábito desayunar en la cafetería de al lado del trabajo.
 Es un hábito saludar a los compañeros de oficina al llegar.
 Es un hábito fumar un cigarrillo después de almorzar.
 Es un hábito llamar a nuestra pareja al salir de la oficina.
 Es un hábito ir al gimnasio los martes y jueves.
 Es un hábito sacar la basura al llegar a casa.
Los hábitos no son naturales, sino que son conductas aprendidas e
inculcadas a fuerza de repeticiones, hasta adquirir una cierta
automaticidad.

Así, el conjunto de influencias que recibimos en casa, en el trabajo, en


la escuela y a lo largo de nuestra vida, nos hacen adoptar ciertos
hábitos en lugar de otros. A medida que cobramos consciencia de
ellos podemos aceptarlos y normalizarlos o bien sustituirlos por otros
que nos resulten más convenientes o más saludables.

Se dice que 66 días bastan para forjar un hábito nuevo, es decir, a los
dos meses de sostener una actividad o conducta con la regularidad
necesaria podremos fijarla e incorporarla a nuestra conducta.
Entonces, podremos empezar a considerarla un hábito.
FUENTES:

 https://psicologiaymente.com/psicologia/autoconcepto

 https://concepto.de/habito/

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