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ENFERMERIA GENERAL
Noveno Tetramestre
Materia: Biología 4
Fecha: 28/07/2021
El sistema musculoesquelético —huesos, articulaciones, músculos— es la
estructura básica sobre la cual descansa el resto del organismo.
Estructura ósea
•Periostio. Membrana de tejido conectivo fibrosa y resistente que cubre los huesos
por su superficie externa.
•Cavidad medular.
Los huesos del esqueleto humano pueden dividirse en varios tipos dependiendo
de su forma
•Huesos largos. Predomina la longitud sobre otras dimensiones como ocurre con
los principales huesos de las extremidades: Fémur, tibia, peroné, húmero, cúbito y
radio.
Funciones mecánicas
•Protección: Los huesos forman diversas cavidades que protegen a los órganos
vitales de posibles traumatismos.
Funciones metabólicas
Articulaciones
•Se llama articulación a la estructura anatómica que permite la unión entre dos
huesos o entre un hueso y un cartílago.
FIBROSAS
•Son aquellas en que los extremos de los huesos están unidos por tejido fibroso.
•La unidad estructural del músculo esquelético es la fibra muscular, una célula
cilíndrica alargada con muchos núcleos. Una fibra muscular se constituye de
muchas miofibrillas las cuales están recubiertas por una delicada membrana
llamada sarcolema.
•La miofibrilla está constituida por varias sarcómeras que contienen filamentos
delgados , gruesas , elásticas e inelásticas .
•LISO
•ESTRIADO O CARDIACO
FUNCIONES
El sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que
permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno
rendimiento.
El sueño ha sido y sigue siendo uno de los enigmas de la investigación científica,
y aun a día de hoy, tenemos grandes dudas sobre él. De ser considerado un
fenómeno pasivo en el que parecía no ocurrir aparentemente nada, se ha pasado
a considerar a partir de la aparición de técnicas de medición de la actividad
eléctrica cerebral, un estado de conciencia dinámico en que podemos llegar atener
una actividad cerebral tan activa como en la vigilia y en el que ocurren grandes
modificaciones del funcionamiento del organismo; cambios en la presión arterial, la
frecuencia cardiaca y respiratoria, la temperatura corporal, la secreción hormonal,
entre otros.
Cada noche, mientras dormimos, pasamos por diferentes fases o estadios de
sueño que se suceden con un patrón repetido a lo largo de cuatro a seis ciclos de
sueño durante toda la noche. Todos estos estadios se incluyen en dos grandes
fases de sueño, con grandes diferencias en cuanto a actividad muscular, cerebral
y movimientos oculares.
De modo resumido podríamos decir que dormimos para poder estar despiertos
por el día y que, precisamente porque estamos despiertos y activos durante el día
necesitamos dormir. El sueño es una necesidad básica del organismo y su
satisfacción nos permite la supervivencia. Todo lo que pasa en el cuerpo humano
guarda un equilibrio, y si falla este equilibrio el organismo tratará por todos los
medios de volver a recuperarlo. Gracias a los experimentos de privación de sueño
se ha comprendido que cuando se elimina «completamente» la posibilidad de
dormir en un organismo, sobreviene la muerte. Cuando se le priva de sueño
temporalmente o parcialmente, es decir no se le deja dormir un día, o no se le
permite tener alguna fase concreta de sueño, en el organismo se produce en
respuesta un aumento de la fase que se ha anulado y de la necesidad de sueño
en los días posteriores a dicha privación. Esto viene a confirmar que el organismo
tratará por todos los medios de conservar su equilibrio recuperando aquello de lo
que se le ha privado.
Estos mismos estudios han servido para acercarnos a la comprensión de las
funciones del sueño y de sus diferentes fases. Aunque aun estamos muy lejos de
obtener respuestas claras respecto a este fenómeno, parece que el sueño no
REM tendría una función relacionada con la reparación de tejidos corporales y
conservación y recuperación de energía, mientras que durante el sueño REM
predominarían los procesos de reparación cerebral . De este modo podríamos
explicar que cuando un organismo está aprendiendo algo, aumente durante su
sueño la fase REM y que por otro lado, cuando está sometido a un fuerte desgaste
físico aumente la fase no REM .
Los seres humanos comenzaron a dormir en «camas» hace unos 10,000 años
Durante el periodo Neolítico, surgieron las primeras versiones de este objeto que
tanto amamos. Sin embargo, fue durante el imperio romano cuando surgió lo que
podría denominarse el primer colchón de lujo. Normalmente era rellenado de
carrizos, heno, lana y plumas. ¡Estamos seguros de que a cualquiera de los
emperadores romanos le habría encantado dormir en un Luuna!
¿Por qué? La falta de sueño reduce los niveles de leptina, la hormona reguladora
del apetito y la saciedad. De hecho, la falta de sueño se vincula indirectamente a
la obesidad. Es decir: si dormiste lo suficiente, es probable que te comas sólo un
par de rebanadas de esa pizza que tanto te gusta; si no has dormido, lo más
seguro es que te la termines entera.
No todo el descanso ni el sueño es igual una vez que nos metemos en la cama:
nuestro sueño es cíclico y se divide en ciclos de aproximadamente 90 minutos que
se repiten durante las ocho horas recomendables que pasamos durmiendo,
pudiendo encadenar entre cuatro y seis ciclos seguidos.
Se trata de una etapa corta, de apenas dos o tres minutos, en la que nos
acercamos al sueño profundo.
La etapa de sueño profundo suele ocupar aproximadamente un 20% del total del
ciclo del sueño.
La etapa de sueño REM ocupa un 25% de nuestro ciclo del sueño, entre 15 y 30
minutos. Se denomina fase de rapid eye movement debido al movimiento
constante de los globos oculares bajo los párpados. Esta fase se caracteriza por
tener una alta actividad cerebral, muy similar a la que tenemos mientras estamos
despiertos: durante la fase de sueño REM la actividad cerebral es muy alta, pero
nuestros músculos se encuentran bloqueados. Es la fase en la que soñamos y
captamos información del exterior.
Aparece por primera vez aproximadamente a los 90 minutos de quedarnos
dormidos. La actividad cerebral es rápida y de baja amplitud, pareciéndose más a
la que presentamos en vigilia. Sin embargo, hay una importante diferencia
respecto a la vigilia, y es que en este caso, la actividad no es provocada por
estímulos externos percibidos a través de los sentidos, sino por los ensueños o
sueños que tienen lugar en esta fase. Una de las cosas que caracteriza a esta
fase del sueño es la pérdida del tono muscular, protegiéndonos así de lesionarnos
o tener los problemas derivados de mover nuestro cuerpo en respuesta a los
sueños. Esta fase del sueño también se caracteriza por la aparición de
movimientos oculares rápidos.
A lo largo de la noche, este tipo de sueño se va alternando con las distintas fases
del sueño no REM, aunque la mayor parte del sueño REM se produce al final de la
noche. Por este motivo, cuánto más tarde nos levantamos más probabilidades
tenemos de recordar los sueños, puesto que recordamos los sueños cuando nos
despertamos a partir de esta fase. Los cambios que se producen en esta fase, han
llevado a los científicos a apuntar la relación que puede tener el sueño REM con la
consolidación y recuerdo de lo que aprendemos durante el día. El hecho de que la
cantidad de sueño REM cambie a lo largo del ciclo vital, de modo que los bebes y
niños tengan más sueño de este tipo que los adultos, y éstos que los ancianos,
parece confirmar esta hipótesis, ya que participaría en funciones de
reorganización neuronal y aprendizaje.
Nos explica que es bien estudiado que el sueño, la nutrición y la actividad física
desempeñan un papel esencial en el crecimiento, desarrollo, maduración y estado
de salud de niñas, niños, las, los adolescentes y adultos. Un buen descanso ayuda
a controlar el ritmo diurno de las hormonas relacionadas con la homeostasis
energética y, por lo tanto, promueve que tengamos un metabolismo correcto para
mejorar nuestra calidad de vida.
La evidencia reciente de estudios epidemiológicos indica que la prevalencia e
incremento de casos de obesidad está relacionada con la disminución de la
duración del sueño, tanto en niños como en adultos. La corta duración del sueño
puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de obesidad, diabetes y
enfermedades cardiovasculares, afirma Marien.
Una posibilidad es que la corta duración del sueño y la obesidad puedan
propiciar el aumento del apetito, es decir, la restricción del sueño desempeña un
papel en la reducción de la actividad oxigénica en el área hipotalámica cerebral y
la inhibición de la actividad hipotalámica que modula la regulación del apetito,
provocando así, un aumento del hambre.
Cerebro
Cerebelo
Tronco cerebral
El tronco del encéfalo está situado en la línea media del cerebro y conecta éste
con la médula espinal. En esta zona están situados los centros que controlan las
funciones vitales como la respiración, la tos, el latido cardiaco, la tensión arterial,
la temperatura corporal y la deglución.
Médula espinal
Las neuronas motoras: Estimulan a los músculos y otras partes del cuerpo para
realizar una función o un reflejo
Las neuronas sensoriales: Perciben las sensaciones tales como el dolor y el calor.
También forman parte los ganglios.
La función de los ganglios nerviosos consiste básicamente en recibir y captar las
señales nerviosas provenientes tanto de las regiones más alejadas del cuerpo
como de las que se derivan de la médula espinal.
Nervios craneales
Los nervios craneales son 12 pares, estos pueden ser sensitivo, motores o mixtos.
Nervios espinales
Túnica media