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Se entiende por residuo peligroso todo aquél que tiene unas características en su
naturaleza que hace de él un material con riesgo para la salud o el Medio Ambiente.
Residuo peligroso: Es aquel residuo que presenta una o varias de las características
peligrosas enumeradas en el anexo III, así como los recipientes que los han contenido.
También se consideran residuos peligrosos los que estén incluidos en la Lista Europea
de Residuos (LER). Esta lista agrupa los residuos en función de las actividades
productivas que puedan generarlos. Para ello, se asigna un código de seis cifras y
aquellos que estén marcados con un asterisco junto al código, tendrán la
consideración de residuos peligrosos.
Además de en los anteriores casos, se considerará que un residuo es peligroso cuando,
aunque no figure en la lista LER, presente una o más características indicadas en
el Anexo del Reglamento (UE) nº1357/2014.
Los residuos peligrosos se suelen localizar principalmente en las diferentes etapas de
un proceso industrial.
• Hasta ahora hemos visto que para saber si un residuo se considera como
peligroso hay que acudir a la Lista Europea de Residuos (LER) y, si sigue
habiendo dudas, comprobar si tienen alguna de las características de
peligrosidad H1 a H15.
Por tanto, estos residuos tienen unas exigencias adicionales tanto para su
almacenamiento como transporte y tratamiento.
1. Almacenamiento: se debe mantener en las condiciones adecuadas de higiene y
seguridad, y por un plazo máximo de 6 meses
2. No se pueden mezclar entre ellos o con otras categorías de residuos
Los SIG o Sistemas Integrados de Gestión de Residuos: Son aquellos que están
relacionados con los productos que las empresas ponen en el mercado. Dichos
productos una vez que termina su vida útil, o cuando el consumidor ya no hace uso de
ellos y los desecha, tienen que ser gestionados correctamente, ahí es donde entran los
SIG.
Las empresas, según la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados, están
obligadas a gestionar todos los residuos que generan los productos que ponen en
el mercado, además de hacerse cargo de los costes según el principio “quien
contamina paga”. Las empresas pueden gestionar el tratamiento de dichos
residuos por varias vías según describe la ley en su artículo 17, pueden:
• Realizar el tratamiento de los residuos por sí mismas, es decir, las
empresas serán las encargadas de almacenar y reciclar o valorizar los
residuos que ponen en el mercado.
• Entregar el tratamiento de dichos residuos a un negociante, o a una entidad o
empresa, todos ellos registrados conforme a lo establecido en dicha ley.
Todos los productos que están sujetos a un SIG tienen una etiqueta
identificativa que muestra que su fabricante ha pagado la tasa para su
Concepto
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