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Buenos días compañerxs,

Me llamo Tatiana soy creadora actriz y bailarina. Vivo en Madrid y soy francesa.
Tengo un recorrido errático ya que mis creaciones siempre llevan una dramaturgia con
una historia narrada oralmente que mezcla danza o un trabajo corporal coreografiado.

Empecé de actriz en Paris pero muy rápidamente entendí que mi cuerpo tenía que tener
herramientas para poder decir lo indecible. Mi mente tenía un límite respecto a la
palabra así que decidí bailar. En la universidad me inscribí a circo durante 3 años,
descubriendo el cable tenso y el alto trapecio lo que me acercó a investigar respecto a
las creaciones artísticas circenses y a ir a ver muchas muestras de circo à la Villette. A
mi época esas muestras eran ya enfocadas en buscar otros lenguajes escénicos dónde
lo poético y la poesía estaban protagonizando un gran papel. Analizando el desarrollo
artístico desde los años 90 hasta hoy en día, me parece que el circo sigue careciendo de
dramaturgias contundentes, profundas a caracteres sociales y psicológicas. Más tarde
en Madrid retomaría mi afecto hacia el circo viendo muestras en el Price de compañías
internacionales.

Mis expectativas en este taller serían intercambiar reflexiones sobre varias


perspectivas como creadora, especialmente como creadora que integra el cuerpo
dentro de las narraciones y no por separado. Me encantaría compartir mis
observaciones en cuanto a qué tipo de públicos el circo apuesta para tener una
longevidad y por qué:
“¿el circo debe mantener ciertos códigos que le define como circo para que los públicos
sigan aprobando el arte circense definido como tal?”.
Aunque el universo del circo ha cambiado mucho hacia lo teatral es decir con una
calidad dramatúrgica, muchas veces me planteo porque los temas elegidos para poner
en escena un espectáculo de circo favorecen en general lo visual y no lo social, como si
tuviéramos una idea preconcebida de lo que tendría que ser el circo si vamos a ver circo.
El resultado es que el circo siempre se queda aparte con un público que quiere ver una
cierta técnica corporal de circo, con ciertos objetos cultos del mundo del circo y con su
estética y espacio habitual. Al final el circo se queda en un apartado poético, mágico con
una técnica corporal dibujada para hacer circo como casi siempre se ha hecho. Estoy
notando que hay cambios drásticos en la forma pero no en el fondo. Hoy en día muchxs
artistas circenses tienen una gran capacidad actoral y si queremos una sintonía entre
una dramaturgia y los códigos del circo habrá que intentar cambiar los propios códigos
del circo y los de una dramaturgia que piensa más en decir que sentir por el cuerpo.

Me encantaría ver una obra teatral con una historia hilada para actores pero con
artistas circenses dónde se investigarían nuevos “trucos” y códigos del circo. No para
justificar que son artistas circenses sino que la dramaturgia y la dirección escénica
asumieran esos procesos como parte de un todo dentro de una visión escénica.

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