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UNA MIRADA INTRODUCTORIA A LA PRODUCCIÓN CINEMATOGRÁFICA EN LA ARGENTINA

(publicado originalmente en Revista Kane Nº 1, Septiembre 2004)


El texto que se desarrolla a continuación es una suma de notas y reflexiones sobre el lugar que la
Producción ocupa en el seno de la Industria Cinematográfica y el rol que cumple el Productor. Se destaca
también la importancia de la intervención del Estado a través del Instituto Nacional de Cine y Artes
Audiovisuales. Por último, se hace hincapié en el papel relevante del Productor Ejecutivo como Diseñador
del Proyecto al tiempo que se desarrollan y enumeran breve y parcialmente los pasos necesarios para
lograr la concreción de un film.
Por lo tanto, el texto se divide en dos partes. La primera es una breve disquisición teórica que introduce a
la problemática del cine como Industria Cultural. En la segunda parte, se intenta exponer y describir las
instancias del Diseño de Producción.
Por Ignacio Rey
LA PRODUCCIÓN DESDE LA TEORÍA
CINE COMO ARTE E INDUSTRIA
Desde hace algún tiempo se ha trazado en nuestro país una división teórica entre quienes supuestamente
realizan un cine ‘industrial’ y quienes se mantienen por fuera de ‘la industria’. Esta dicotomía transmite
implícitamente un juicio de valor que por supuesto va en detrimento de los cineastas que teóricamente
hacen el mal llamado cine ‘industrial’.
Por tal motivo, es sumamente importante entender que no existe un cine ‘industrial’ y uno ‘no industrial’.
El cine como hecho tecnológico es por definición industrial. Y por sus particularidades, la industria
cinematográfica se transforma en una Industria de índole Cultural.
Las diferencias que se exponen a la hora de hacer tal división no son de carácter industrial sino que
radican en los esquemas de producción que se ponen en práctica para concretar la realización de un film.
Por lo tanto, y según estos diferentes esquemas de producción, es más fácil distinguir entre un cine
‘Independiente’ y otro ‘Dependiente’.
De alguna manera, quien cuenta con el aval de un Multimedios poseerá una estructura productiva amplia
y solvente, pero el resultado del film se verá condicionado por los mismos canales de financiación,
distribución y exhibición que lo hacen posible. La producción entonces debe orientarse hacia el consumo
masivo para posibilitar la recuperación de la inversión.
Por su parte, quien desee experimentar sobre el lenguaje y las formas, que tenga una mirada alternativa o
realice una búsqueda vanguardista, quedará excluido de los canales de financiación antes mencionados,
debiendo orientar la búsqueda financiera hacia los fondos que el Estado ofrece a través del Fondo de
Fomento Cinematográfico. Este Fondo otorga subsidios por medios electrónicos y de recuperación
industrial mediante los que suple una falencia estructural en las cadenas de Distribución y Exhibición
comerciales. Los subsidios posibilitan al Productor contar con dinero aun sin obtener un éxito de público.
Esto permite una libertad creativa impensada en el esquema mencionado anteriormente y relativiza la
dependencia del mercado.
De esta manera, se puede suponer que la dicotomía mencionada líneas arriba, es una discusión
tendenciosa que enfrenta a los diferentes actores de la Industria Cinematográfica vernácula a la vez que
esconde la carencia de un marco teórico e intelectual que actúe como referencia. De esta forma, cada
película se ve obligada a escribir su propia historia comercial, estética e ideológica, y por ende, queda a
merced de los vaivenes del humor social y del mercado, cuyo rol desgraciadamente ha quedado apartado
del centro de la escena.

PRODUCCIÓN, ESTÉTICA E IDENTIDAD


Un aspecto fundamental a tener en cuenta a la hora de llevar adelante un proyecto cinematográfico es el
público. Un film no existe sin espectadores que puedan, mediante la persistencia retiniana, transformar un
proceso físico en una experiencia artística. Por lo tanto, el espectador es esencial y necesario. Tanto desde
una perspectiva económico-financiera como desde una perspectiva ideológica.
Quienes hacen cine son comunicadores sociales y por ende, tienen la responsabilidad de generar identidad
y de fortalecer los vínculos sociales que constituyen a un grupo de individuos en una Nación. El cine ha
sido durante el Siglo XX uno de los medios más potentes para la formación cultural, el desarrollo del
pensamiento y la expansión de las ideas. Por lo tanto, una sala vacía es una oportunidad que se pierde.
Esto no significa que los films deban ser eminentemente ideológicos, al menos no en el sentido político del
término. El cine debe ser principalmente un hecho estético capaz de explorar las formas del relato sin por
ello perder carga simbólica ni ideológica. Un film cuyo argumento es meramente político corre el riesgo de
volverse rápidamente anacrónico. Por el contrario, un film que solo se apoye en conceptos estéticos en
donde poco importe el sentido de las cosas, es imperdonable. Se vuelve una cáscara vacía que nada deja
al espectador ocasional. Tener la posibilidad de realizar cine en un país cuya mitad de la población se
encuentra por debajo del nivel de pobreza es tener sobre los hombros una responsabilidad muy grande
que no debe ser desatendida.
No se debe caer, como opinaba Glauber Rocha, en la tentación de la “cosmética” de las situaciones,
retratando su propio medio como si fuera la mirada de un extranjero que, fascinado y perplejo por una
realidad ecléctica, ve las miserias y las falencias de nuestra sociedad como si éstas fueran atributos
positivos, o en todo caso, como si la connotación de las imágenes sugiriera la transformación de un hecho
aberrante o una situación límite en algo agradable y placentero a la vista, en lugar de ser lo que realmente
son: circunstancias perniciosas. Este tipo de mecanismo relativiza y desdramatiza la problemática al
mostrar su costado más frívolo, sin intentar indagar en sus causas.
Claro está que no por esto se debe abominar de los géneros, muy por el contrario se deberían explotar al
máximo. Muchas veces el Género da la posibilidad de decir sin tener que decir, de mostrar sin tener que
mostrar. Así el Terror y el Suspenso, la Acción y la Comedia, el Drama y la Ciencia Ficción pueden
convertirse en las mejores excusas para hacerse escuchar.
Esto que, a priori, puede parecer una discusión que debiera darse en otros claustros es una
responsabilidad que atañe a aquellos que Producen, o lo que es lo mismo, a aquellos que con gran
voluntad y esfuerzo mediante, convierten una pequeña idea en una pieza cinematográfica.

LA PRODUCCIÓN DESDE LA PRAXIS


ACERCA DEL PRODUCTOR
Desde siempre se asocia a los Productores con la imagen de señores despóticos, acaudalados, fríos y sin
visión a la hora de considerar un buen guión, ni corazón para evaluar las condiciones de un nuevo y
talentoso artista. A la Producción suele asociársela con un ámbito en donde convergen y se dirimen los
problemas financieros, económicos y contractuales de una pieza audiovisual. Se instala así la falsa
creencia de que el Productor es quien consigue y administra el capital y los recursos, mientras que la
producción es entendida como el sitio donde solo habitan números, fórmulas y contratos.
Esta idea, que pertenece al imaginario hollywoodense de la primera mitad del Siglo pasado, ha sobrevivido
hasta nuestros días y entraña una verdad a medias. Un buen Productor no puede desconocer dichos
aspectos, pero si tan solo de ello supiera, entonces sería un simple administrador, quizá con el beneficio
de una participación en el negocio.
Un Productor, para ser tal, debe entender el funcionamiento intrínseco que se pone de manifiesto a la
hora de llevar adelante un proyecto audiovisual (sin importar cuál sea su formato de registro y el medio
por el que la pieza terminada se comercialice). Este proceso comienza generalmente con la elección de un
guión, cuando no de una idea y termina con la última venta de los derechos de explotación del film,
posiblemente varios años después del estreno comercial de la pieza en cuestión. Es menester, por lo
tanto, que el Productor conozca perfectamente los intrincados mecanismos que impulsan a un Guionista a
escribir un determinado libro, el deseo de un Director de contar dicha historia aportando su particular
visión, la articulación de factores técnicos, artísticos y organizativos que convergen en la realización misma
de la pieza y el anhelo del público que necesita de estas obras, ya por necesidad de esparcimiento y
recreación, ya por encontrarse en la búsqueda de aquellos momentos extáticos que solo pueden producir
las obras de arte.
Sin estos conocimientos, se ha dicho, un Productor es solo un inversor. Hagamos foco entonces en la
tarea del Productor Cinematográfico, y tratemos de develar una incógnita que sobrevuela cada vez que
alguien lee en los títulos de un film los carteles de los diversos tipos de productores que allí figuran: ¿cuál
es la función de un Productor en la estructura cinematográfica?
El Productor de una pieza Audiovisual es quien le da vida al proyecto, quien transforma una idea en algo
concreto. Y es además el dueño de los derechos comerciales (no confundir con los Derechos de Autor), en
tanto que resulta ser el responsable legal y financiero de la misma.
EL DIRECTOR COMO PRODUCTOR
El esquema de producción en nuestro país difiere con el esquema hollywoodense. No son las grandes
compañías productoras las que movilizan la actividad, sino que aquí la industria está motorizada por un
sinnúmero de voluntades individuales que se plantean la necesidad de contar una historia determinada.
De esto se desprende entonces que aquellos que tienen la voluntad de crear y narrar una historia que los
represente, se convierten a sí mismos en Directores-Productores, y que las más de las veces, resultan ser
también los guionistas (o coguionistas) de dicha historia. Por lo tanto, nuestro sistema industrial está
representado por esta figura.
Es la voluntad de un Director-Productor el motor que pone en marcha el proyecto. Y para ello, el Director-
Productor debe recurrir a una figura imprescindible para la constitución de dicho proyecto: la figura del
Productor Ejecutivo. Es a partir de esta unión que uno puede considerar que el proyecto empieza a
“caminar”. Esto no implica que no pueda ser el mismo Productor Ejecutivo quien partiendo de una idea
propia dé comienzo al proyecto, para el que convocará luego a un Director. Es más, el mismo Productor
Ejecutivo puede ser a la vez el Director-Productor del proyecto.
Vale aclarar que lo que se expresa en este artículo es el camino más frecuente, o si se quiere, un camino
standard. Es muy importante saber que nunca un proyecto es igual a otro, cada camino es único y
depende de infinidad de variables. No hay fórmulas matemáticas ni guías.
La realización de un film es una suma de voluntades guiadas por una voluntad suprema que solo necesita
como aval una gran fe en sí mismo y una pasión desbordante por la historia que desea contar, condición
sine qua non para asirse de los recursos necesarios que posibiliten la concreción de la película.
Producir es entonces el arte de transformar un sueño o una idea en un proyecto, para luego hacer de ese
proyecto una entidad física, concreta y palpable. Productor es aquel que transforma la potencia en acto.
Valga esto tanto para el Cine, la Televisión, o cualquier otra rama de las Bellas Artes.

EL PRODUCTOR EJECUTIVO Y EL DISEÑO DE PRODUCCIÓN


El Productor Ejecutivo puede (y en gran parte de los casos lo hace), convertirse a su vez en Coproductor
del film. Esto se debe a que el trabajo que realizará de ahora en más conlleva un gran esfuerzo, mucho
tiempo y una dedicación extrema. Su trabajo no es fácilmente mensurable ya que dedicará varios meses o
incluso años a la consecución del proyecto. Sus honorarios se calculan en un porcentaje del costo total del
film que rara vez se perciben en su totalidad. Por lo tanto, la ecuación tiempo dedicado-honorarios
percibidos suele resultar negativa, lo que lo llevará a convertirse en socio accionario del proyecto.
Su principal objetivo durante el período de desarrollo del proyecto es llevar adelante el Diseño de
Producción del film. El mismo consiste en realizar las siguientes tareas:

 Apuntalamiento del libro cinematográfico, tanto desde los parámetros estéticos y narrativos,
como desde los parámetros productivos.

 Propuesta estética. El Director debe definir una propuesta que ponga en palabras y en imágenes
(mediante fotos, pinturas y/o dibujos) su intención sobre el look que tendrá el film. Allí se deben
contemplar la fotografía, la cámara y el arte, el montaje y el sonido. Obviamente la visión del
Productor Ejecutivo es esencial para que los parámetros estéticos deseados por el Director
puedan ser ajustados a los parámetros de producción.

 Análisis del público al que estará destinado el film. Es necesario interpretar cuál es el target, y
cómo se accede al mismo. Esto no quiere decir que haya que pensar en captar a millones de
personas –desgraciadamente, eso es algo que nadie puede manejar, ni aun las producciones
pensadas para el gran público, ya que el éxito de taquilla obedece a muchos aspectos de diversas
índoles, que van desde la distribución hasta la exhibición, desde la fecha de estreno hasta
cuestiones climáticas pasando por la publicidad que se realice, el apoyo de la crítica, el boca a
boca del público, etc.-. Lo que se intenta decir es que hay que buscar al público ideal de cada
película y saber que dicho público tiene códigos, hábitos, gustos y necesidades en común. Tanto
desde la realización del film como desde su promoción hay que lograr establecer con éste público
un proceso de identificación. Claro que no por ello se debe caer en la demagogia.
 En conjunto con el Director, debe comenzar con la búsqueda del Elenco principal, definiendo si
éste va a estar constituido por figuras de renombre y si algún nombre relevante va a realizar un
cameo. El Elenco debe ser buscado teniendo en cuenta tres variables: a) el target del público al
que apunta el guión, tratando de escoger actores que siendo capaces de lograr una excelente
performance artística, tengan una imagen que se identifique con el público al que está destinado
el film; b) el cachet que deseen cobrar estas figuras; c) la disponibilidades de tiempo y
contractuales que las mismas posean.

 Presupuesto del proyecto. En principio se trazará un Presupuesto Ideal teniendo en cuenta la


Propuesta Estética del Director, el target, y el tipo de lanzamiento que será requerido. Muchas
veces este Presupuesto Ideal puede transformarse, a medida que el proyecto avanza, en un
Presupuesto Real en principio, hasta llegar al Presupuesto Posible.

 Un Plan Económico, que realizará a partir de un Cronograma Ideal de producción, en donde se


determinarán los tiempos de la pre-producción, el rodaje y la post-producción. Vale aclarar que
en esta instancia, el Productor Ejecutivo se encuentra trabajando solo con el Director-Productor,
por lo que deberá tomar decisiones que atañen a los rubros que se encargan de la imagen
(Fotografía y Arte), a los que determinan la post-producción (Edición, Sonido, Laboratorio) y
sobre los organizativos (Asistencia de Dirección y Jefatura de Producción). De este punto se
desprende que la figura del Productor Ejecutivo debe conocer muy bien todos los aspectos
técnicos y artísticos del quehacer cinematográfico.

 Búsqueda de los posibles Jefes de Área del Equipo Técnico, para darles a conocer el libro y la
intención del Director; así como también para escuchar sus consejos y observaciones y para estar
al tanto de su disponibilidad y de sus aspiraciones económicas.

 Se debe empezar a planificar cómo, cuándo y dónde se va a producir el lanzamiento comercial


del film. Esto por dos razones: en principio, porque se debe diseñar una estrategia para lograr
comunicar la existencia de la película al público que estará dirigida, para luego generar en dicho
público el deseo de ver el film. Para ello, es necesario recurrir a un Distribuidor que planifique y
desarrolle la campaña de distribución y comercialización, desde la exhibición cinematográfica
hasta su posterior venta a medios electrónicos. En segundo lugar, es imprescindible esta
planificación a la hora de realizar una proyección de los posibles ingresos que permitirán al
proyecto llegar a su punto de equilibrio, que es el momento exacto en el que un proyecto
recupera su inversión.

 Plan de Negocios, en donde se determinará mediante proyecciones económicas la factibilidad


comercial del proyecto, tanto por su posible recaudación en salas cinematográficas nacionales y
extranjeras, como por la venta a medios electrónicos nacionales e internacionales y demás
negocios alternativos que se puedan generar a partir del film, como por ejemplo, la edición de la
música.
Una vez que se obtienen todos estos elementos, el Productor Ejecutivo está en condiciones de comenzar a
buscar la financiación necesaria. En primer lugar, presentará el proyecto al I.N.C.A.A. para su
precalificación. A partir del otorgamiento de la precalificación, si la misma es de Interés Especial, el
proyecto tendrá la posibilidad de acceder a los subsidios. Esto representa entonces un aval muy
significativo a la hora de buscar los capitales y recursos necesarios para completar la financiación.
También se está en condiciones de pedir al I.N.C.A.A. un Crédito, para lo cual se deberá contar con el
resto de la financiación, ya que el monto del crédito nunca podrá superar un porcentaje previamente
determinado por la Vía escogida y el Costo final del film.

LA FINANCIACIÓN DEL PROYECTO


EL PRODUCTOR ASOCIADO Y EL COPRODUCTOR
A partir de la obtención del Interés Especial, el Productor Ejecutivo deberá comenzar a trajinar el duro
camino que representa la búsqueda de capitales y recursos para financiar el proyecto. Como se dijo
anteriormente, para gestionar un crédito ante el I.N.C.A.A., se deberá obtener primero el resto del capital
necesario. Es entonces cuando aparecen dos figuras de producción que pueden estar representadas por
una o varias personas físicas, Sociedades Anónimas o SRL, o diversos organismos Gubernamentales o no
Gubernamentales, nacionales o transnacionales.
En primer lugar, se encuentra al Productor Asociado. Esta es una figura que participa del desarrollo del
film de forma lateral. Es básicamente quién se asocia al film ya sea poniendo dinero en efectivo o
haciendo aportes en especies –como por ejemplo el equipamiento- o en contrato de obra –por ejemplo los
servicios prestados a la producción-. Es decir es quien facilita los recursos necesarios para la factura del
film con el objetivo de obtener un rédito económico. Sin embargo, no es una figura que tenga particular
incidencia en la labor artística, es más bien un inversor que apuesta a obtener una ganancia a futuro.
En segundo lugar, está el Coproductor. Esta es una figura que participa del esquema financiero del film
desde los mismos lugares que lo hace el Productor Asociado, pero que tiene una incidencia mayor en las
decisiones artísticas y comerciales. Por lo general, se identifica al Coproductor como a un productor que se
asocia desde el extranjero, lo que es real, pero eso no quita que detente la misma nacionalidad que la del
Productor de la película.
Otro aspecto fundamental en la financiación de un film son los diversos organismos internacionales que
poseen fondos para la realización cinematográfica como el Fonds Sud Cinéma de Francia, el Programa
Ibermedia entre España e Ibero América o la Hubert Balls Fund de Holanda, entre otros. Muchos de estos
fondos son subsidios no retornables, motivo por el cual son extremadamente codiciados.

LA PRE-PRODUCCIÓN
Obtenida entonces la financiación necesaria para realizar el film, ya es posible comenzar a transitar por
las dos fases que conforman la etapa de pre-producción.
En la primera fase, si estamos ante un film de envergadura, el Productor Ejecutivo contratará a un
Director de Producción, figura que será el enlace entre la producción administrativa, legislativa y contable,
y la producción de campo. Esta figura suele encontrarse por lo general en las grandes Compañías
Productoras de nuestro país. Es también en esta primera parte que se realizarán los Diseños de Arte
(escenografía, vestuario, maquillaje, peinado, etc.), se llevarán adelante las negociaciones con los
proveedores principales, se efectuará el Casting y se fijarán las pautas estéticas que guiarán el desarrollo
del rodaje. También se llegará a un acuerdo con el Laboratorio, la casa de Alquiler de Equipos, y con
cualquier otro proveedor cuyos recursos se consideren imprescindibles a la hora de definir el costo y los
tiempos del proyecto. Conseguido esto, se establecerá una fecha de comienzo para el rodaje del film.
Una vez que se posee la fecha tentativa de inicio de rodaje, comienza la segunda fase de la pre-
producción. La misma empieza con la contratación del Asistente de Dirección y del Primer Ayudante de
dirección, del Jefe de Producción y su equipo, y de los principales técnicos del equipo de Arte. Las tareas
más comunes en este período son: realización del plan de rodaje, búsqueda de locaciones, realización de
decorados, realización de vestuario, compra de vestuario y utilería, búsqueda de canjes posibles si fuera
necesario, contratación del equipo técnico que trabajará en el rodaje, ensayos, pruebas de maquillaje,
vestuario y peinado, permisos de filmación en la vía pública y permisos de estacionamiento de camiones,
contratación de proveedores que no hayan sido contratados en el período anterior, pruebas de cámara,
compras de ‘descartables’ (telgopores, gelatinas, cintas adhesivas, broches, marcadores, dust off, etc.). Se
realizarán acuerdos con Sindicatos y Asociaciones Gremiales, se realizarán los contratos con los actores,
etc. Como ya fue dicho, se debe tener en cuenta que cada película tiene especificidades muy precisas que
pueden invertir el orden de las tareas aquí indicadas.
A partir del inicio de la segunda fase de la pre-producción se baja la bandera de largada y se ingresa en
un proceso que culminará con la realización del film.

EL ASISTENTE DE DIRECCIÓN
por Ignacio Rey
Quisiera hacer un apartado para aclarar algo que parece haber perdido fuerza a la hora de la formación
académica y es la enseñanza de las tareas del rol más importante de un equipo técnico cinematográfico, el
del Asistente de Dirección. Cargo que, considero, merecería tener una asignatura propia.
En oposición a las obligaciones con que los estudiantes asocian a esta figura -la “asistencia” al Director en
tareas banales y cotidianas-, el Asistente de Dirección es la verdadera Cabeza del equipo de Dirección. Su
tarea es la de “gerenciar” el rodaje. Su labor comienza en los albores de la etapa de pre-producción. Entre
sus primeras obligaciones está la de coordinar el casting y cotejar el guión técnico que el Director vaya
planificando.
Es a partir de este guión técnico, y luego de conocer las necesidades planteadas por su gran socio y
colaborador, el Jefe de Producción, que el Asistente de Dirección se abocará a realizar su labor más
importante: confeccionar el Plan de Rodaje. Para esto, debe tener en cuenta un sinnúmero de variables,
como ser horarios de los actores, horarios de las locaciones, tiempos de armado de decorados, tiempos de
iluminación, costos de locaciones, equipamientos especiales, necesidades y requerimientos específicos de
cada área, obligaciones sindicales, etc.
También deberá coordinar el trabajo en pre-producción del Director con el Director de Arte y el Director de
Fotografía. Manejará toda la información del film. Supervisará los ensayos, calculará los tiempos y definirá las
necesidades de cada día de rodaje volcándolas en unas planillas conocidas como “Llamado diario de
filmación” o “call sheet”.
Una vez en rodaje, será quien defina qué es lo que se hace y en qué orden debe hacerse. Su voz será
la que comande los movimientos en el Set. Organizará y supervisará el trabajo de cada área, tratando de
optimizar los tiempos para que no haya momentos muertos que le cuesten caros a la producción. Su mayor
responsabilidad será la de cumplir con el Plan de Rodaje por él realizado, sacando el máximo de provecho de
cada circunstancia. Deberá así quitar toda presión organizativa que pueda sentir el Director, quien solo
deberá preocuparse por las cuestiones artísticas, estéticas y narrativas.
Entre otras cosas, quedarán en su poder las citaciones a los Actores y la organización de los Extras, así como
también será el responsable del Informe de tomas que irá luego a la sala de edición.
Su equipo se compone de un Primer Ayudante de Dirección, también conocido como el Continuista,
quien tendrá a su cargo seguir cuidadosamente la continuidad del film, tanto respecto de los planos, como
del vestuario, la luz, la utilería, de los ejes de mirada y movimientos de los personajes, así como de sus
actitudes. Su tarea comienza también en la pre-producción, ya que la continuidad es también un trabajo de
previsión. Luego está el Segundo Ayudante de Dirección o Script, que es quien lleva las planillas, se
encarga generalmente de hacer las citaciones del Elenco y de coordinar a los Extras. Por último, tenemos
al Pizarrero, que es quien, como su nombre lo indica, está a cargo de la pizarra, y además asiste al resto de
su equipo en diversas tareas.
Valga decir para finalizar, que la suerte de un Rodaje suele depender, y en mucho, de las cualidades
organizativas, de la capacidad de anticipación y del don de mando del Asistente de Dirección.

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