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DESCOTIDIANIZAR

EXTRAÑAMIENTO v CONCIENCIA PRACTICA. UN ENSAYO sonar-z


LA PERSPECTIVA ANTROPOLOGICA

GUSTAVO LINS RIBEIRO


Ph.D. Program in Anthropology
City University of New York.

Buenos Aires -

Agosto i986

uidez teórica y metodológica en-


La constante Valéry es un intelectual pequeno-burgués, pero no to-
tre las distintas
disciplinas que analizan la experiencia dos los intelectuales pequeno-burgueses son Paul Va-
humana antropólogos a buscar, con frecuen-
lleva a los léry (Sartre l967:50) 2 . De hecho. la relación indivi-
cia, las especicidades de la perspectiva de la antro- duo/sociedad está mediatizada no solamente por tra-

pología. Así como existen varias sociologías, yectorias especícas de desarrollo de personalidades
psicologías, economías, losoas. historias, existen que calican individuos como agentes competentes,
muchas antropologlas. No es este el lugar para pro- sino también por coyunturas históricas concretas
blematimr la relación entre diferencias intemas a cada (donde las trayectorias individuales se realizan) que

disciplina y diversidad de parametros teórico- crean los límites y posibilidades de resolución de im-
metodológicos. Pero antes de entrar en nuestra cues- pases cotidianos ó estructurales, tanto respecto de la
tión central, un comentario introductorio general puede manutención de un determinado órden cuanto a su cárn-

ser hecho. La fuerza del debate contemporáneo en bio gradual o radical.


tomo de la hermenéutica ha traído, de nuevo. a un pri-
mer plano la discusión sobre la relación indivi- EXTRAÑANIIENT O Y CONCIENCIA PRACTICA.
duo/sociedad. En el campo de las ciencias sociales. la
polémica, una vez más, se establece en témiinos de Si hay algo positivo en la vuelta a este viejo de-
la tensión existente entre los enfoques subjetivistas y bate, es la busqueda de cuerpos teóricos que preten-
los llamados objetivistas. den superar las discusiones anteriores. La polémica
Desde ya. la salida para la presente situación solo teórica siempre fue una de las vías de oxigenación de
puede plantearse en términos de una comprensión dia- las perspectivas interpretativas en las ciencias socia-
léctica -

sin abusar de esta desgastada palabra de la -


‘es. En este sentido, un trabajo como el de Anthony
relación individuo/sociedad. Los individuos no son Giddens (1984) representa un esfuerzo que plantea.
productos mecánicos y pasivos de determinaciones so- muy abiertamente, cuestiones imponantes para el fu-
ciales (una especie de reduccionismo sociológico a la turo de esta discusión. Asi. sin detenenne en las crí-
Durltheim) ni de detenninaciones económicas o de ticas que pueden ser hechas, justamente por las
clase (una especie de reduccionismo relacionado con reverberaciones más subjetivistas de su «teoría de la
el materialismo histórico l . En realidad. más que ha- estructuración» utilizará, en seguida. una de sus no-

blar de individuo y/o sociedad, habría que hablar siem- ciones, la de conciencia práctica, para pensar la es-

pre en términos conjuntos, al modo de la relación pecicidad de la perspectiva antropológica.


individuo/sociedad. donde las partes se constituyen mu- El «estranamiento de la realidad cs ¡mo de los pun-
tuamente. Considerar pemianentemente esta cuestión tos que fundamenta la perspectiva del antropólogo-
términos dcsdc que a partir de Malinowski la investigación de
en permite evadir los proble-
relacionales
de nuestra identi-
mas ontológicos que plantean siempre cuando la dis-
se campo se impuso como una marca

cusión busca comprender cuál de los lados es más dad académica 3 Trátase de un elemento
. cualitativo

importante para la detenninación de la realidad, si el que diferenciaría en el trabajo etnográco, y a partir


-

individual o el social. de éste en la construcción del objeto la «mirada» del -

Esta claro existe a no ser antropólogo. Al


participar como
no nativo en las prác-
que ningtma persona
socialmente. Recordemos la crítica a las «robinsona- ticas sociales de las poblaciones que estudia. en las im-
das- hecha por Marx (1977). Pero también es claro posiciones cognitivas de una detemiinada realidad

que los individuos pueden cambiar los marcos de- social, el antropólogo existencialmcnte experimenta el
nidores de lo social; y aquí recordamos la conocida estranamiento una unidad contradictoria, por ser al
consideración sartreana que dice que es cierto que Paul
mismo tiempo aproximación y distanciamiento. Es

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adelante de sistema de vivirlo cantes para las interacciones está dada por la ruti-
como estar un signos -

relacionándose sus signilicantes nizución de los encuentros sociales en el cotidiano de


primeramente con pero
sería Estas fuentes de información
sin comprender del todo sus signicados. Esta los actores sociales. no

una característica depositada en de repro- las normas monitorcadas discursivamente parte signicante hacen
ducción del saber antropológico por los estudios de so- de los elementos que son considerados. entran como

ciedades no-occidentales. fundamento lru licional de la parte constitutiva de las características de las interac-

disciplina. La perspectiva antmpológica se basaría, así. ciones pero no necesitan estar explicitados como ele-
en ima tensión existente entre el antropólogo como mentos discursivos concientes. Están ahí, como datos
'- del cotidiano del escenario concreto del desarrollo de
miembro aunque especial de un sistema social y cog-
-

nitivo, que se encuentra en relación a otro sistema so- las acciones. La conciencia práctica se diferencia del
cial y cognitivo. intentando transfomiar el exotico en inconciente en que no existe ningtma barrera entre ella
familiar. y el conciente
5 . Es fuente básica de la reproducción
Esta tensión ha sido resumida en la fonnula de la vida social. ya que crea la conanza en que los
nosotros/ellos, donde nosotros signica el antropólogo parámetros de monitoramíento mútuo de las acciones

y todo lo que le es familiar como miembro de una so- están presentes creando el contexto compartido y no

ciedad; y ellos los actores sociales que estudia. lo exo- problematízado. La nrtina y la previsibilidad son fuen-
rica. Al estudiar «su- sociedad el antropólogo tes de seguridad 5
propia .

busca realizar laoperación inversa, convertir lo fa- La noción de «conciencia práctica» podría ser

miliar en exotico, usando por principio y por racio-


-

aproximada a la de «fetiche de la mereancían, de Marx


nalización metodológica una posición de -

(l906:4l-96), en el sentido de que ambas apun-


estricto
estrañamiento. tan a la existencia de dimensiones de la realidad social
Es para efecto de nuestra
importante. discusión, que escapan a la percepción discursiva de los indivi-
destacar que cuando el antropólogo sc dirige a una in- duos. pero que. no obstante. son fundamentales para
vestigación de campo se desplaza sicamente de sus las relaciones sociales. Así. la noción de conciencia
parametros cotidianos, insertándose en parámetros que, práctica también apuntaría a la alienación de los in-
mismo que no le sean totalmente exóticos. le son des- dividuos de fuentes pará-
que históricamente crean

conocidos por no signicante


ser un actor social al no metros objetivos para ientessus interacciones. Tales
poseer una historia y prestablecida
e identidad vivida pueden ser desde objetos y relaciones/organizaciones
en aquella red social en la que pasa a trabajar. espaciales infonnadores de signicado y denidores
El estrañamiento es una experiencia socialmente de contextos físicos de interacción. hasta las relacio-
vivida. básica en la construcción de la perspectiva an- nes económicas. sociales y cognitivo/simbólicas que
tropológica. que puede ser relacionada con la noción son heredadas marcando los límites de las lecturas po-
de «conciencia practica» que Anthony Giddens desa- sibles en los encuentros. La búsqueda de conceptua-
rrolla al discutir la tríade freudiana id. ego. superego. lizar una dimensión que entra cualitativamente -

pero
Por considerar que la perspectiva de Freud es proble- básicamente de manera difusa -

en la constitución del
mática en ténninos de la comprensión de la capacidad tejido simbólico de los encuentros sociales pre- está
de autonomía de los individuos como agentes socia- sente también en nociones como la de «indexiealidad-
les. Giddens elabora una síntesis. incorporando prin- (para ima discusión sobre indexiealidad véase Crapan-
cipalmente. elementos de la sociología interaccionista zano 1981).
de Goffman. Propone, entonces. la existencia de las
siguientes categorías constitutivas del sujeto humano: DESCONOCIMIENTOS, DESFASAGES Y ASI-
el sistema de seguridad básico. la conciencia práctica METRIAS: EXPLICITANDO LA CONClENClA
y la conciencia discursiva (Giddens i984 y siguientes). PRACTICA.
No entraremos en la polémica sobre el status heurís-
tico de las concepciones freudianas. Aquí nos interesa El punto central para la argumentación en tér-
utilizar la discusión de Giddens sobre «conciencia prác- de la especicidad
minos de la Antropología es que
tica- para poder repensar la especicidad de la pers- el antropólogo, al insertarse en realidades sociales de
pectiva antropológica 4 .
las cuales no participa en lo cotidiano. desconoce (y
La noción de conciencia práctica implica que los desconocimiento del estraña-
este es parte central
sociales cotidiano la «conciencia
agentes operan en su en contextos miento) inmediatamente práctica». im-
donde distintas fuentes de infonnación portante para la denición
en
dejan de ser de los parámetros del flujo
monitorcadas activamente por el cuerpo. ya que sus de la vida social de los agentes sociales estudia.
que
existencias el desarrollo de las acciones El antropólogo se ubica. así. en una
entran en de posición/pers-
los actores jación
como supuestos, como dados. Esta pectiva de un actor social «descalicado». cuyo equi-
de los elementos constitutivos de los contextos valente más próximo serían los niños 7.
signi-

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Al no participar de la «conciencia práctica- de los tibicandtile en cl aparente ujo de practicas cterniza-
actores que estudia. el estrañamiento
sociales se pro- das y naturalizadas a través. frecuentemente. dc rittia-
duce objetivamente para el investigador (ya que los les de nominación. atribuciones de roles de parentesco

«stiptiestos- del cotidiano no lo son para el) y. al mismo cticio u tifrendas rituales. Hay qtie subrayar qtie este
tiempo, subjetivamente, ya que puede ver como sujeto proceso cuenta con la participación activa del antro-
lo quelos otros no pueden. Se dá de nuevo el distan- pólogo que establece comple_¡as relaciones de sc-
ciamiento (no participación en un código) y la apro- dticción con sus informantes. En esta dialéctica dc
'
‘r ¡|-

ximación (presencia física en los contextos y el _


\x80\x9B^
mn está embutida una pa-
interarse de elementos centrales de la realidad social radoja experiencia existencial
central de la prác-
de la
analizada). Así, la práctica de investigación en antro- tica del antropólogo y denida anecdóticamente - -

pología. basada en el estrañamiento, es una dinámica en la antropología noneamericana con la expre-

objetiva y subjetiva indamentándose fuertemente en sión: «you can never go native» (uno nunca se-

la percepción/explicitación de la conciencia práctica transforma en nativo).


de los agentes sociales estudiados. Gran parte de la pro-
ducción antropológica es, entonces, investigación so- ASINCRONIAS: DESCOTIDIANIZAR ES CONO-
bre la conciencia práctica 3. De aquí proviene, muchas CER?.
veces. de que lo que el antropólogo hace
la sensación
es organizar y sistematizar lo que ya se «sabe». De he- ser Al
un rompe-rutinas cotidianas el antropó-
cho y aproximándonos de nuevo
-

a la discusión mar- logo aproxima a otros actores de su propia socie-


se

xista sobre fetiche -


«lo hacen pero no lo saben- dad que, en sus practicas sociales cotidianas viven en
(Marx 1906). permanente desfasage con la sincronía dominante de
_
Como «outsider- el antropólogo representa. para la reproducción de la vida social: los artistas en par-
los agentes que estudia, una ruptura con el ujo de la ticular, y los intelectuales en general. De hecho. en
regularidad cotidiana. Así Sll presencia en los contex- distintos momentos de su propia vida personal la irre-
tos sociales que investiga, le da un carácter de agente gularidad (en relación a los grandes ciclos de repro-
rompedor de la rutinización de las actividades socia- ducción del cotidiano de la vida social) se impone al
les, transformándolo en un pantalla donde los actores antropólogo. El momento más evidente es la investi-

sociales proyectan, simultaneamente, sus nuevas per- gación de campo que también le priva de su concien-
cepciones causadas tanto por la ruptura de la concien- cia práctica, de su rutina, y lo inserta directamente en

cia práctica cuanto por las expectativas interpretativas el «estrañamiento- de la realidad. Muchas tareas do-
operada por la presencia del antropólogo. Por esto e- centes y académicas
implican en horarios de trabajo
cuentemente ocurren crisis mútuas de identidades en que no se aquellos de la gran mayoría, y
encajan con

los encuentros etnográcos. también «descotidianizan» al antropólogo. Si agrega-


El estrañamiento se revela una vez más como una mos el hecho de no ser portador de un discurso sa-

experiencia subjetiva y objetiva del antropólogo. Por cralizador del orden cotidiano (relativizar, por ejemplo.
desconocer subjetivamente la conciencia práctica de puede ser una imposibilidad real para mucha gen-
los actores sociales sobre los cuales desarrolla su in- te), la práctica del antropólogo aparece como una rup-
vestigación, puede con sus ltros subjetivos per-
- -
tura con las formas de la vida cotidiana de los actores
cibirla objetivamente. Al mismo tiempo. se trans- sociales. El «descotidianizar- parecería ser, por lo
foma objetivamente en el espacio social, ruptura tanto. no solamente una manera de ser. sino también
del cotidiano, en contra el cual los actores socia- de vivir,
'
en una búsqueda de solucionar la tensión
¡mui-
" GJ

les lanzan posibles descubrimientos sobre sus concien- ,


mn
para revelar, a través
cias prácticas, posibilitados por la presencia del antro- de una experiencia totalizante, los elementos consti-
pólogo como actor social que desconoce las reglas de tutivos de la realidad social 9.
la nitinimción, de la reproducción de los parámetros Habría
que intentar comprender hasta que punto
cotidianos. La fuerza de la rutina como elemento cen- esta característica
de «rompe-cotidianos» no se reeja
tral de la vida social regular genera, por otro lado, en propia constitución/percepción del antropólogo
la
la necesidad de socializar al antropólogo, de domes- como una especie de actor social «divergente- en su
ticarlo, de darle un ltigar en las redes sociales locales, propia sociedad.

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NOTAS

1
Aquí se podrían agregar discusiones que apunten a limitaciones de orden cognitivo-simbólico, como los casos del de-

terminismo lingüístico de Sapir (i964) y Whorf (l94l) y tesis como las dela ideología dominante (Marx y Engels i970).
Para una discusión contemporanea sobre subjctivismo/objctivismo en relación a la teoría marxista sobre ideología Veáse
Abercombrie et al 1983; Therbom 1984).

2 El
mejor contexto para problcmatimr esta cuestión es el del aparecimiento de liderazgos de movimientos políticos que
hayan llevado a cambios radicales. Aunque las condiciones objetivas para los cambios esten presentes, individuos con-
cretos (y muchas veces apenas algunos de ellos) tienen que transformarse en los operadores que actualizan los cambios

y les imprimen determinadas direcciones, a traves de sus lecturas sobre las posibilidades concretas de acción. Eviden-

temente la acción social de los individuos esta muy claramente en terminos de cambios sociopolíticos
-
matizada por
-

sus posiciones dc clase.

3 El de los pocos «outsiderp de serlo y lo transforma la base de iden-


antropólogo parece ser uno que se vanagloria en su

tidad. Lo que sigue esta basado cn una discusión desarrollada por Roberto da Matta (i982).

4 Como en la mayoría de los esfuerzos de sintesis teórica, el trabajo de Giddens tiene ares mas oscuras y menos desa-
rrolladas que otras. Lo importante cs que es sucientemente rico como para estimular discusionm que posibiliten ver

ó proponer nuevas cuestiones. apropiación que hago de la noción de conciencia


La practica implica en mucho menos

«conciencia» de lo que probablemente argumentaría Giddens, aunque el mismo no es sucientemente claro sobre la re-

lación entre conciente e inconciente.

5 «Los a lo que hacen, la capacidad de comprenderlo mien-


agentes humanos o actores...tiencn, como un aspecto inherente
tras lo hacen. Las capacidades reexivas del actor humano, estan característicamente involucradas de manera continua
con el ujo de conducta diaria en los contextos de actividad social. Pero la reexividad opera apenas parcialmente en
un nivel discursiva. Lo que los agentes saben sobre lo que ellos mismos hacen, y porque lo hacen (sus conocimientos
como agentes) es altamente duarrollado en conciencia practica. La conciencia practica es todo lo que los actores saben
tacitamente sobre como «proseguir- en los contextos de la vida social sin poder darle expresión discursiva directa-
(Giddcns 1984: XXlll).
«No creo qm: la distinción entre conciencia practica y discursiva sea rígida e impermeable. Al contrario, la división entre
las dos puede ser alterada por muchos aspectos de la socialización de los agentes y experiencias de aprendizaje. Entre
las conciencias discursivas y practicas no hay ninguna barrera. hay nada mas que las diferencias entre lo que puede ser
dicho y lo que es caraeterísticarnente hecho. De todos modos, entre la conciencia discursiva y el inconciente hay barreras
centradas principalmente sobre la represión» (Giddens 1934: 7).

6 La rutinizaeión
Según Giddens (1984: xxm) es vital para los mecanismos psicológicos a traves de los cuales un sentido
de conanza ó seguridad ontológiea se sostiene en las actividades diarias de la vidaf social. Ejercida primordialmente
por la conciencia practica, la rutina interpone una cuña entre el contenido potencialmente explosivo del inconciente y
cl monitorarniento reexivo de la acción que los agentes demuestran». Para la importancia de la rutinización como medio
de controlar la exccpcionalidad véase la discusión weberiarta sobre la «rutinimción del carisma» (Weber 1968).

7 En otro
lugar (Ribeiro 1982) sugerí que los niños podrían ser vistos como una «minoría social transitoria» -

ya que ine-
mediablcmentc se tramforman en el otro que les controla.

3 A los mas preocupados con la formalización metodológica de las investigaciones se puede sugerir cl uso de categorías
producidas por la etnograa de los hechos comunicativas como base para una sistematización y opcracionalización de
estas ideastvease, por ejemplo, Hymcs 1982).

9 La dc los hechos cotidianos


importancia no como reveladores de dinamicas subyacentes a la realidad s bastante admitida
cn la antropología tanto por el lado del estudio de rituales como por Ia inuencia del psicoanálisis que comparte el mismo
principio (Van Gennep i960; Matta 1977; Tumer 1974).

IIOIIIIIIIII #41 #11141!!!

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