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Descotidianizar - Extrañamiento y Conciencia Práctica - Gustavo Lins Ribeiro
Descotidianizar - Extrañamiento y Conciencia Práctica - Gustavo Lins Ribeiro
Buenos Aires -
Agosto i986
pología. Así como existen varias sociologías, yectorias especícas de desarrollo de personalidades
psicologías, economías, losoas. historias, existen que calican individuos como agentes competentes,
muchas antropologlas. No es este el lugar para pro- sino también por coyunturas históricas concretas
blematimr la relación entre diferencias intemas a cada (donde las trayectorias individuales se realizan) que
disciplina y diversidad de parametros teórico- crean los límites y posibilidades de resolución de im-
metodológicos. Pero antes de entrar en nuestra cues- pases cotidianos ó estructurales, tanto respecto de la
tión central, un comentario introductorio general puede manutención de un determinado órden cuanto a su cárn-
blar de individuo y/o sociedad, habría que hablar siem- ciones, la de conciencia práctica, para pensar la es-
cusión busca comprender cuál de los lados es más dad académica 3 Trátase de un elemento
. cualitativo
que los individuos pueden cambiar los marcos de- social, el antropólogo existencialmcnte experimenta el
nidores de lo social; y aquí recordamos la conocida estranamiento una unidad contradictoria, por ser al
consideración sartreana que dice que es cierto que Paul
mismo tiempo aproximación y distanciamiento. Es
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adelante de sistema de vivirlo cantes para las interacciones está dada por la ruti-
como estar un signos -
una característica depositada en de repro- las normas monitorcadas discursivamente parte signicante hacen
ducción del saber antropológico por los estudios de so- de los elementos que son considerados. entran como
ciedades no-occidentales. fundamento lru licional de la parte constitutiva de las características de las interac-
disciplina. La perspectiva antmpológica se basaría, así. ciones pero no necesitan estar explicitados como ele-
en ima tensión existente entre el antropólogo como mentos discursivos concientes. Están ahí, como datos
'- del cotidiano del escenario concreto del desarrollo de
miembro aunque especial de un sistema social y cog-
-
nitivo, que se encuentra en relación a otro sistema so- las acciones. La conciencia práctica se diferencia del
cial y cognitivo. intentando transfomiar el exotico en inconciente en que no existe ningtma barrera entre ella
familiar. y el conciente
5 . Es fuente básica de la reproducción
Esta tensión ha sido resumida en la fonnula de la vida social. ya que crea la conanza en que los
nosotros/ellos, donde nosotros signica el antropólogo parámetros de monitoramíento mútuo de las acciones
y todo lo que le es familiar como miembro de una so- están presentes creando el contexto compartido y no
ciedad; y ellos los actores sociales que estudia. lo exo- problematízado. La nrtina y la previsibilidad son fuen-
rica. Al estudiar «su- sociedad el antropólogo tes de seguridad 5
propia .
busca realizar laoperación inversa, convertir lo fa- La noción de «conciencia práctica» podría ser
pero
Por considerar que la perspectiva de Freud es proble- básicamente de manera difusa -
en la constitución del
mática en ténninos de la comprensión de la capacidad tejido simbólico de los encuentros sociales pre- está
de autonomía de los individuos como agentes socia- sente también en nociones como la de «indexiealidad-
les. Giddens elabora una síntesis. incorporando prin- (para ima discusión sobre indexiealidad véase Crapan-
cipalmente. elementos de la sociología interaccionista zano 1981).
de Goffman. Propone, entonces. la existencia de las
siguientes categorías constitutivas del sujeto humano: DESCONOCIMIENTOS, DESFASAGES Y ASI-
el sistema de seguridad básico. la conciencia práctica METRIAS: EXPLICITANDO LA CONClENClA
y la conciencia discursiva (Giddens i984 y siguientes). PRACTICA.
No entraremos en la polémica sobre el status heurís-
tico de las concepciones freudianas. Aquí nos interesa El punto central para la argumentación en tér-
utilizar la discusión de Giddens sobre «conciencia prác- de la especicidad
minos de la Antropología es que
tica- para poder repensar la especicidad de la pers- el antropólogo, al insertarse en realidades sociales de
pectiva antropológica 4 .
las cuales no participa en lo cotidiano. desconoce (y
La noción de conciencia práctica implica que los desconocimiento del estraña-
este es parte central
sociales cotidiano la «conciencia
agentes operan en su en contextos miento) inmediatamente práctica». im-
donde distintas fuentes de infonnación portante para la denición
en
dejan de ser de los parámetros del flujo
monitorcadas activamente por el cuerpo. ya que sus de la vida social de los agentes sociales estudia.
que
existencias el desarrollo de las acciones El antropólogo se ubica. así. en una
entran en de posición/pers-
los actores jación
como supuestos, como dados. Esta pectiva de un actor social «descalicado». cuyo equi-
de los elementos constitutivos de los contextos valente más próximo serían los niños 7.
signi-
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Al no participar de la «conciencia práctica- de los tibicandtile en cl aparente ujo de practicas cterniza-
actores que estudia. el estrañamiento
sociales se pro- das y naturalizadas a través. frecuentemente. dc rittia-
duce objetivamente para el investigador (ya que los les de nominación. atribuciones de roles de parentesco
«stiptiestos- del cotidiano no lo son para el) y. al mismo cticio u tifrendas rituales. Hay qtie subrayar qtie este
tiempo, subjetivamente, ya que puede ver como sujeto proceso cuenta con la participación activa del antro-
lo quelos otros no pueden. Se dá de nuevo el distan- pólogo que establece comple_¡as relaciones de sc-
ciamiento (no participación en un código) y la apro- dticción con sus informantes. En esta dialéctica dc
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objetiva y subjetiva indamentándose fuertemente en sión: «you can never go native» (uno nunca se-
sociales proyectan, simultaneamente, sus nuevas per- gación de campo que también le priva de su concien-
cepciones causadas tanto por la ruptura de la concien- cia práctica, de su rutina, y lo inserta directamente en
cia práctica cuanto por las expectativas interpretativas el «estrañamiento- de la realidad. Muchas tareas do-
operada por la presencia del antropólogo. Por esto e- centes y académicas
implican en horarios de trabajo
cuentemente ocurren crisis mútuas de identidades en que no se aquellos de la gran mayoría, y
encajan con
experiencia subjetiva y objetiva del antropólogo. Por cralizador del orden cotidiano (relativizar, por ejemplo.
desconocer subjetivamente la conciencia práctica de puede ser una imposibilidad real para mucha gen-
los actores sociales sobre los cuales desarrolla su in- te), la práctica del antropólogo aparece como una rup-
vestigación, puede con sus ltros subjetivos per-
- -
tura con las formas de la vida cotidiana de los actores
cibirla objetivamente. Al mismo tiempo. se trans- sociales. El «descotidianizar- parecería ser, por lo
foma objetivamente en el espacio social, ruptura tanto. no solamente una manera de ser. sino también
del cotidiano, en contra el cual los actores socia- de vivir,
'
en una búsqueda de solucionar la tensión
¡mui-
" GJ
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NOTAS
1
Aquí se podrían agregar discusiones que apunten a limitaciones de orden cognitivo-simbólico, como los casos del de-
terminismo lingüístico de Sapir (i964) y Whorf (l94l) y tesis como las dela ideología dominante (Marx y Engels i970).
Para una discusión contemporanea sobre subjctivismo/objctivismo en relación a la teoría marxista sobre ideología Veáse
Abercombrie et al 1983; Therbom 1984).
2 El
mejor contexto para problcmatimr esta cuestión es el del aparecimiento de liderazgos de movimientos políticos que
hayan llevado a cambios radicales. Aunque las condiciones objetivas para los cambios esten presentes, individuos con-
cretos (y muchas veces apenas algunos de ellos) tienen que transformarse en los operadores que actualizan los cambios
y les imprimen determinadas direcciones, a traves de sus lecturas sobre las posibilidades concretas de acción. Eviden-
temente la acción social de los individuos esta muy claramente en terminos de cambios sociopolíticos
-
matizada por
-
tidad. Lo que sigue esta basado cn una discusión desarrollada por Roberto da Matta (i982).
4 Como en la mayoría de los esfuerzos de sintesis teórica, el trabajo de Giddens tiene ares mas oscuras y menos desa-
rrolladas que otras. Lo importante cs que es sucientemente rico como para estimular discusionm que posibiliten ver
«conciencia» de lo que probablemente argumentaría Giddens, aunque el mismo no es sucientemente claro sobre la re-
6 La rutinizaeión
Según Giddens (1984: xxm) es vital para los mecanismos psicológicos a traves de los cuales un sentido
de conanza ó seguridad ontológiea se sostiene en las actividades diarias de la vidaf social. Ejercida primordialmente
por la conciencia practica, la rutina interpone una cuña entre el contenido potencialmente explosivo del inconciente y
cl monitorarniento reexivo de la acción que los agentes demuestran». Para la importancia de la rutinización como medio
de controlar la exccpcionalidad véase la discusión weberiarta sobre la «rutinimción del carisma» (Weber 1968).
7 En otro
lugar (Ribeiro 1982) sugerí que los niños podrían ser vistos como una «minoría social transitoria» -
ya que ine-
mediablcmentc se tramforman en el otro que les controla.
3 A los mas preocupados con la formalización metodológica de las investigaciones se puede sugerir cl uso de categorías
producidas por la etnograa de los hechos comunicativas como base para una sistematización y opcracionalización de
estas ideastvease, por ejemplo, Hymcs 1982).
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