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B- La entrevista motivacional utiliza principios y estrategias específicos para crear la motivación

para el cambio del paciente. Se trata de una forma concreta de ayudar a las personas para que
reconozcan y se ocupen de sus problemas potenciales y presentes.

En la entrevista motivacional, el terapeuta no asume un rol autoritario, ya que los pacientes


son siempre libres de aceptar los consejos o no.

Miller (1983), propone 5 grandes principios:

1. Expresar una empatía.

2. Crear una discrepancia.

3. Evitar la discusión.

4. Darle un giro a la resistencia.

5. Fomentar la autoeficacia.

1. La actitud que subyace a este principio de empatía se podría llamar «de aceptación».
Mediante una escucha reflexiva adecuada, los terapeutas intentan comprender los
sentimientos y perspectivas de los pacientes sin juzgar, criticar o culpabilizar. Es decir que
aceptan los mismos, pero eso no quiere decir que los aprueben o estén de acuerdo.

Pueden tener sentimientos ambivalentes y estos son aceptados como una parte normal de la
experiencia humana y del cambio, más que como un rasgo o una defensa patológicos.

2. Un segundo principio general de la entrevista motivacional es, por lo tanto, crear y


potenciar, en la mente del paciente, una discrepancia entre la conducta actual y unos objetivos
más amplios. A veces los mismos pacientes sin intervención del terapeuta, se enfrentan a una
realidad no satisfactoria, y esto los lleva cambiar. Otras veces el terapeuta es quien crea esta
discrepancia.

El enfoque general consiste en hacer que sea el propio paciente el que dé las razones que
tiene para cambiar, más que el terapeuta. Las personas se convencen más a menudo por lo
que se oyen decir a sí mismas que por lo que otras personas les dicen.

3. Un tercer principio importante de la entrevista motivacional es que el terapeuta evite


discutir, y las confrontaciones cara a cara.

Intentar forzar a un paciente a aceptar una etiqueta, como por ejemplo el de “alcohólico”,
puede ser contraterapéutico; sin embargo, no existen datos que sugieran que la recuperación
es producida por la disponibilidad de las personas a admitir una etiqueta diagnóstica.

No existe razón alguna por la que el terapeuta deba forzar a los pacientes a que acepten una
etiqueta, o para hacer mucha presión en dicho sentido

4. La entrevista motivacional no es un combate; no se trata de ganar o perder. El paciente no


es un oponente al que se deba vencer. Se trata de cómo darle un giro a la resistencia.

En la entrevista motivacional, el terapeuta también genera preguntas o problemas al paciente.


El trabajo del terapeuta no es el de proporcionar soluciones para todo. Se considera que el
paciente es una persona capacitada, con conocimientos e ideas importantes para solucionar
sus propios problemas
5. la autoeficacia se refiere a la creencia que tiene una persona sobre su

habilidad para llevar a cabo con éxito una tarea específica.

Un objetivo general de la entrevista motivacional es el de aumentar las percepciones de los


pacientes sobre su capacidad para hacer frente a los obstáculos y tener éxito en el cambio

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