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Tenemos los cielos abiertos

(Parte 2)

Dios tiene un cielo abierto para cada uno de nosotros, pero debemos colocarnos en la posición
correcta y estar dispuestos a recibir esas bendiciones para luego canalizarlas aquí en la tierra.
Jesús nos posicionó en un lugar especial, somos hijos, y somos parte de un linaje bendecido y
santo.

Del cielo vienen beneficios sobrenaturales y hay tres cosas que van a ser derramadas:

1. Bendiciones,
2. sabiduría,
3. y favor sobrenatural.

Estos beneficios son para que revelemos el poder y la autoridad de Dios en la tierra. Al estar bien
conectados con el Señor tenemos acceso a los tesoros y las riquezas del cielo.

Vamos a ver dos experiencias de cuando las puertas del cielo están abiertas:

1. El pueblo de Dios experimenta provisión. Los hijos de Israel cuando están en el desierto van
a ver un cielo abierto, que hace llover sobre ellos maná para que comiesen todos los días.

“Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de los cielos, E hizo llover
sobre ellos maná para que comiesen, Y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el
hombre; Les envió comida hasta saciarles”. Salmos 78: 23-25. (RVR1960).

La palabra dice “hasta saciarlos” significa que lo que Dios derramó fue en abundancia para que
todos fueran satisfechos y bendecidos. Ese es nuestro Dios, que nos invita a confiar en Él para ver
como interviene en todas las situaciones de nuestra vida para que sean transformadas.

Cuando confiamos caminamos bajo un cielo abierto


Tener un corazón humilde y receptivo es clave para comenzar a vivir experiencias personales de
bendición. Jesús nos abrió un camino, ahora nosotros elegimos caminar bajo ese cielo abierto.

2. El sueño de Jacob. Vemos que Jacob está recibiendo una revelación de la manifestación
de las cosas del cielo en la tierra.
“Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las
piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he
aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí
ángeles de Dios que subían y descendían por ella”. Génesis 28:10-22 (RVR1960).

La Biblia dice que tuvo un sueño, pero cuando despertó lo ve como una realidad y lo toma como
algo divino para su vida. Estamos hablando de un hombre del viejo pacto, pero nosotros ya estamos
en un nuevo Pacto y nos corresponden cosas mayores que podemos experimentar.

Los que eligen caminar bajo un cielo abierto y tienen un corazón humilde y obediente a Dios estarán
bajo una cobertura divina. Es importante mencionar que Dios le da una promesa que sigue vigente
para nosotros:

“He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que fueres, y volveré a
traerte a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.
Génesis 28: 15 (RVR1960).

El Señor no nos dejará hasta que no se cumpla todo lo que ha planeado para nuestras vidas.
Recibamos y abracemos esta promesa. No permitamos que las cosas de la tierra tengan control o
influencia en nuestra vida. Confiemos en el poder que tiene nuestra relación con Dios, con el cielo
y con Su palabra para llegar a ver cosas sobrenaturales.

Cuando oramos, cuando declaramos la Palabra, cuando adoramos y cuando sembramos lo que
estamos haciendo es activar esa conexión con el cielo.

Oración en acuerdo:

Señor, gracias porque cada día puedo desarrollar una conexión divina con el cielo. Tú tienes
grandes planes con mi vida y sé que nunca me dejarás. En el nombre de Jesús, amén.

Nota: enseñanza tomada del día 16 de enero 2022, Apóstol Juan Crudo.

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