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Determinación de los sujetos activos y pasivos en la relación jurídica.

El sujeto activo, en el ámbito de una relación jurídica, es una persona física


que ejecuta el acto delictivo y que debe, en consecuencia, sufrir la pena
correspondiente. El sujeto activo es, en muchos casos, un solo individuo; pero en
otros casos serán varios los que realizan el acto en conjunto o que cooperan a su
realización. En tales situaciones deberá establecerse el grado en que cada uno
intervino en la ejecución del delito, lo cual determinará la pena que deba recibir.
Por otro lado, pero en el mismo sentido, el sujeto pasivo es el titular del bien
jurídico lesionado por la comisión del delito. También puede ser una sola persona
o pueden ser varias. Aunque en el lenguaje criminológico suele llamársele víctima,
este concepto puede en algunos casos no coincidir inevitablemente con el sujeto
pasivo. Así, por ejemplo, a una persona se le sustrajo un bien y será la víctima,
pero el bien no le pertenecía y el dueño del mismo será el sujeto pasivo. Ahora
bien, no dejando estos conceptos de forma taxativa, y llevándolos al contexto de
los delitos de violencia contra la mujer, en delitos definidos como “Violencia física,
psicológica, sexual, laboral, obstétrica, patrimonial, institucional”, entre otros
cometidos en contra de la mujer, podemos establecer de manera sencilla el sujeto
activo y pasivo en el mismo, ya que todos tienen en común el mismo agresor. Tal
es el caso de la violencia física, y psicológica y todas sus formas de ella, en donde
el sujeto activo radica en todo aquel que en el caso de la física, ocasione un daño
o sufrimiento físico tales como lesiones, y en caso del psicológico el que
menosprecie la dignidad a través de tratos humillantes y vejatorios o psicoterror al
sujeto pasivo, el cual en este caso es la mujer.

En la violencia sexual, el sujeto activo es aquel que a través de amenazas


o fuerza física, vulnere la libertad de elección en su actividad sexual al sujeto
pasivo (la mujer). Ocasionando así daños psicológicos, y físicos como en los
actos carnales violentos, actos lascivos o en un grado más allá en donde se priva
de su libertad: La esclavitud sexual. También tenemos el caso de la violencia
laboral, en esta circunstancia el sujeto pasivo (la mujer) se encuentra discriminada
por el sujeto activo para desempeñar sus funciones en algún empleo a través de
obstáculos en las circunstancias para conseguir el mismo, constituyendo así una
exclusión de género. Otro particular caso es la violencia obstétrica, en donde el
delito se encuentra consumado cuando el sujeto activo, se apropia del cuerpo y
procesos reproductivos del sujeto pasivo, es decir, la mujer, esto a través de
abuso de alguna medicalización y patologización de los procesos naturales.

Por ultimo tenemos la violencia patrimonial, en donde el sujeto activo es


todo aquel ente o directamente persona física que directa o indirectamente, en los
ámbitos públicos y privados, ocasione un daño a los bienes muebles o inmuebles
menoscabando así el patrimonio del sujeto pasivo (la mujer). Y la violencia
institucional, la cual en concordancia con el anterior delito el sujeto activo es
aquella autoridad, funcionario, profesional, personal perteneciente a cualquier
órgano u ente público que yendo en contra de sus debidas funciones obstaculice o
impida que el sujeto pasivo (la mujer), tenga acceso a las políticas públicas.

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