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TAREA ACADÉMICA II

FRAUDE DEL ACTO JURÍDICO

DOCENTE:

Claudia Rafaela Requejo Carrillo

INTEGRANTES:

 Condori Mamani, Estefany Nataly

 Cueva Moscoso, Samuel Antonio

 Gonzales Sánchez, Alonso André

 Vera Vargas, John David

 Vizcardo Llerena, Ángel Fabián

AREQUIPA – PERU
2022
I. INDICE
II. DEDICATORIA...............................................................................................4
III. PRESENTACIÓN.......................................................................................5
IV. INTRODUCCIÓN........................................................................................6
IV. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.............................................................7
4.1 Definición del problema:..............................................................................7
4.2 Formulación del problema...........................................................................7
V. ANTECEDENTES............................................................................................8
5.1 Vía Pauliana en Roma................................................................................8
VI. DESARROLLO................................................................................................9
6.1 El fraude......................................................................................................9
6.2 El fraude del acto jurídico............................................................................9
6.3.1 Fraude:..................................................................................................9
6.3.2 Fraude de Acreedores:.........................................................................9
6.3.3 Garantía:.............................................................................................10
6.3.4 Deuda:.................................................................................................10
6.3.5 Acreedor:.............................................................................................10
6.3.6 Deudor:...............................................................................................10
6.3.7 Acto Jurídico:......................................................................................10
6.3 La Acción Pauliana....................................................................................10
6.4 La acción pauliana en el código civil peruano..........................................11
6.5 Acción oblicua o subrogatoria...................................................................12
6.5.1 Que se trate de un deudor negligente o inercia del deudor...............13
6.5.2 Que el deudor esté en situación de insolvencia o perjuicio para los
acreedores...................................................................................................13
6.5.3 Que no se trate de asuntos inherentes al propio deudor ni que la ley
los prohíba o el carácter patrimonial de los derechos o de las acciones en
cuestión........................................................................................................14
6.6 La Acción Pauliana....................................................................................14
6.7 Antecedentes históricos y origen..............................................................15
6.8 Naturaleza Jurídica...................................................................................16
6.9 Elementos y requisitos..............................................................................17
6.9.1 Elemento objetivo o “eventus damni”.................................................18
6.9.2 Elemento subjetivo o “consilium fraudis”/ “scientia damni”................19
6.10 Características de la acción pauliana:....................................................21
6.11 Titulares de la acción Pauliana...............................................................22
6.12 Efectos de la acción Pauliana.................................................................22
6.12.1 La posición del tercer adquiriente.....................................................23
6.12.2 La posición del subadquiriente.........................................................23
6.13 Prescripción de la acción pauliana..........................................................23
6.14 Via procesal de la acción pauliana..........................................................23
6.15 Improcedencia de la accion pauliana......................................................24
6.16 Comparación con la simulación..............................................................24
6.17 Comparación con la subrogación............................................................25
6.18 El fraude en la reestructuración patrimonial...........................................25
6.18.1 Nociones previas..............................................................................25
6.18.2 La acción pauliana concursal...........................................................26
6.18.3 Objetivos y efectos de la acción pauliana concursal........................26
6.18.4 La acción pauliana concursal en la ley de reestructuración
patrimonial....................................................................................................27
6.19 Diferencias con la acción pauliana civil..................................................28
VII. JURISPRUDENCIA......................................................................................30
VIII. LEGISLACIÓN COMPARADA....................................................................31
IX. CASUISTICAS..............................................................................................32
X. CONCLUSIONES...........................................................................................33
XI. RECOMENDACIONES.................................................................................34
XII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.............................................................35
II. DEDICATORIA

El presente trabajo de investigación

sobre Fraude del Acto Jurídico,

va dedicado a mi querida

profesora Claudia Rafaela Requejo Carrillo,

que con sus ánimos y enseñanza

permite que nosotros sigamos aprendiendo

mediante el desarrollo de esta monografía,

a mis compañeros del curso

que sus dudas permiten que

nuestra clase sea dinámica y divertida,

Con gran agradecimiento,

este trabajo es para ustedes.


III. PRESENTACIÓN

Este presente trabajo de investigación sobre Fraude del Acto Jurídico

está dirigido a todos los estudiantes del curso de Teoría General del

Acto Jurídico; ya que es un tema que nos compete a todos.

El esfuerzo se debe precisamente a la labor de todos los integrantes

del grupo; siempre con el propósito de nuestra superación; así como

también con miras en bien de la sociedad y así de esa manera con

las finalidades lograr el objetivo trazado; lo cual hemos optado por

esta carrera profesional.

Cumpliendo con unas de los requisitos que establece las reglas

dadas por la docente del curso hacemos presente el siguiente trabajo

de investigación para dar a conocer lo realizado en las subsiguientes

páginas.
IV. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo de investigación trata de la institución o figura jurídica


incorrectamente llamada fraude del acto jurídico, pues debería denominarse en
realidad fraude contra los acreedores. Para que ocurra el fraude del acto
jurídico, debe existir una relación obligatoria entre un deudor y un acreedor, en
la que el primero debe una prestación consistente en entregar una suma de
dinero al segundo; el deudor, sin embargo, realiza determinadas acciones
orientadas a disminuir su patrimonio para, de esa forma, no cumplir con el
acreedor, con lo cual perjudica a este y a su crédito. El deudor celebra actos
jurídicos de disposición con terceros, los cuales son, en principio, válidos;
dispone de sus bienes, a título oneroso o gratuito, con el único propósito de
perjudicar a su acreedor. También puede presentarse el supuesto de que el
deudor no cumple con el acreedor debido a su inacción; es decir, si el deudor
ha asumido en otra relación obligatoria la función de acreedor y no cumple con
exigir la prestación debida, pues, hacerlo le permitiría cumplir con su acreedor.
Ante tales supuestos, el ordenamiento jurídico concede a todo acreedor la
acción pauliana o revocatoria y la acción subrogatoria u oblicua.

Como es de conocimiento popular, la obligación es el sometimiento del deudor


al cumplimiento de la prestación en que ella consiste y su efecto fundamental
es su ejecución. Esto implica en el deudor responsabilidad, que como se sabe
es vocablo que proviene del latín ‘’responsum’’ que, a su vez, deriva del verbo
‘’respondere’’ responder inherente a toda obligación, cualquiera que sea su
fuente, aunque algunos autores sostienen que la responsabilidad no es un
elemento constitutivo de la obligación, sino únicamente una sanción del
incumplimiento y el medio de la realización coactiva del derecho del acreedor.

Definida la concepción de la obligación, y también lo de la responsabilidad;


pasaremos lo que se entiende por ‘’fraude’’, cuya expresión proviene del latín
fraus, fraudis, que significa engaño, abuso de confianza que produce un daño;
y ello ocurre que ante la existencia de la obligación- responsabilidad – el fraude
es un elemento perturbador de las relaciones entre el acreedor y el deudor,
determinando que la prestación no se dé cumplimiento.

Como nos dice el profesor Vidal Ramírez, el concepto de fraude, no es el que


corresponde al ‘’fraude a la ley’’; sino que el fraude que vamos a conocer está
dirigido a los acreedores e importa lesión a un derecho subjetivo. Por ello, nos
apoyamos en Messineo, cuando nos dice que el fraude al acto jurídico, debe
entenderse a un malicioso y desleal obrar en daño ajeno; y esto ocurre cuando
el deudor procede a ‘’enajenar’’ sus bienes a fin de sustraerlos a la ejecución
de sus acreedores. Por consiguiente; el fraude, es un acto real y verdadero
cuyo efecto son queridos. Consiste en la enajenación de bienes, a título
oneroso o gratuito que realiza un deudor para evitar que su acreedor pueda
ejecutarlo, haciéndose pago con dichos bienes.
IV. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

4.1 Definición del problema:

El ser declarado "insolvente" por la autoridad estatal competente cambia


bruscamente la situación jurídica de la persona, sea natural o jurídica. En ese
sentido, lo que se produce es un estado indivisible entre el deudor y todos sus
acreedores, el mismo que comprende tanto a la totalidad de los bienes del
deudor, como a todas las obligaciones que resulte incorporadas
al procedimiento concursal en atención a la oportunidad en que se hayan
devengado. En virtud de ello, se activa un marco de protección legal
del patrimonio que genera la suspensión de la exigibilidad de las obligaciones
que el insolvente mantiene frente a sus acreedores, así como la suspensión de
todos los procesos que tengan por objeto el cobro de créditos mediante la
ejecución de sus bienes.

De allí que cuando una persona es declarada "insolvente" pierde ciertas


facultades, sobre todo en lo que respecta a la libre disposición de su
patrimonio, a fin de conservar el mismo en espera de la decisión que tome la
Junta de Acreedores que se instale para tales efectos, quien acordará si dicho
patrimonio ingresa a un proceso de reestructuración patrimonial, si se observa
un proyecto viable de recuperación económica o, de liquidación extrajudicial, si
no se observa dicha viabilidad. Es, así pues, que luego de instalada la Junta de
acreedores, es ésta la que se encargará de dirigir al insolvente, hasta que
todas las acreencias se vean satisfechas, o de ser el caso, éstas resulten
incobrables por insuficiencia patrimonial.

La declaración de insolvencia de una persona apertura una situación transitoria


excepcional, en donde básicamente se va a modificar la relación obligacional
que existe entre el deudor-insolvente y sus acreedores, a fin de procurar una
solución integral a la crisis coyuntural del insolvente mediante los procesos de
reestructuración o de liquidación del patrimonio que la ley franquea.

4.2 Formulación del problema

¿Qué es el fraude del Acto Jurídico o Acto Jurídico Fraudulento?

¿Qué acciones protegen a los acreedores frente al Fraude del Acto Jurídico?

¿Qué es la Acción Pauliana Concursal?


V. ANTECEDENTES

EL FRAUDE DEL ACTO JURÍDICO

5.1 Vía Pauliana en Roma

En tiempos antiguos la acción de ejecución recaía sobre la persona del


deudor "manus iniectio". Si el deudor no ejecutaba su prestación estando
condenado, el acreedor podía solicitar su adjudicación, conducirlo preso o
hacerlo trabajar, etc., la persona del deudor era la garantía del crédito.

Luego se introdujo al "missio in bona" que autorizaba al acreedor a vender


los bienes del deudor e indemnizarse con su precio. Así, por la "bonorum
venditio" el acreedor podía satisfacer su crédito. Condenado el deudor, el
pretor concedía la missio entrando el acreedor en posesión de todo el
patrimonio del deudor.

Luego después de transcurrido se vendían estos bienes (bonorum prescritio) al


mejor postor. Con la "bonorum venditio" el deudor sufría una capitis diminutio
máxima.

Luego vino la "cessio bonorum" a favor del deudor insolvente exento de culpa,
equivalente a la quiebra. Finalmente, el "pignus ex causa judicati
captum" mediante el cual el acreedor puede obtener del deudor un derecho de
prenda, susceptible a recaer también sobre todo el patrimonio.
VI. DESARROLLO

6.1 El fraude

La noción de fraude implica una inmediata referencial al engaño, al acto


contrario a la verdad, al recto proceder. Esta referencia general nos permite
una aproximación al concepto de frustración de los fines de la ley o de los
derechos de un tercero. El fraude supone, en este sentido, una conducta
tendiente a eludir los efectos de una norma imperativa o de origen
convencional, abstrayéndose del cumplimiento de ellas, con auxilio de otra vía
negocial, receptada a su vez por la ley. Se configura el fraude por medio de
actos reales, serios y no aparentes, no simulados. No diverge de la voluntad
declarada. Es precisamente esta realidad la que, amparada en la norma legal,
elude las disposiciones de otra o perjudica a un tercero. Generalmente el
fraude se estructura a través de acciones, no de omisiones, que, en el caso de
reflejar la pasividad del deudor en el ejercicio de sus derechos, caerán en el
ámbito de la Acción Subrogatoria. El fraude puede penetrar en el campo de la
invalidez negocial y sancionarse con la correspondiente nulidad, o alejarse de
ese ámbito para constituir un supuesto de ineficacia parcial por la vía de su
oponibilidad al acreedor legitimado que triunfa en el ejercicio de la Acción
Pauliana.

6.2 El fraude del acto jurídico

Con el fraude en el acto jurídico, el deudor para eludir sus obligaciones busca


quedarse en una insolvencia aparente, una "miseria provocada" por él mismo al
transferir sus bienes a terceras personas, ventas o donaciones que son
verdaderas, no son simuladas, son transferencias reales de los bienes, para
después ocultar o esconder el dinero percibido por el precio de las
transferencias, que es más fácil de ocultar; ante éstas transferencias
fraudulentas el acreedor mediante la acción revocatoria o pauliana buscará
recuperar dichos bienes, y reintegrándolos al patrimonio del deudor, poder
hacerse pago de su deuda.GONSALO MEZA MAURICIO/2003/ Pág. 313-342

6.3.1 Fraude: 

En Derecho supone un ataque oblicuo a la ley, pues quien lo comete se


ampara en una norma lícita de hecho, pero lo hace con la finalidad de
eludir la aplicación de otra, causando así un engaño camuflado bajo la
apariencia de legalidad.

6.3.2 Fraude de Acreedores: 

Es el fraude civil más frecuente en la práctica y que presenta un


mayor interés. Un deudor alega ser insolvente, esto es, carecer de
bienes con los que hacer efectivo el pago de una deuda, pero tal
insolvencia ha venido provocada por un empobrecimiento consciente y
voluntario de su patrimonio: por ejemplo, ha ido regalando o transfiriendo
sus fincas a nombre de otra persona con el objeto de que cuando llegara
la fecha del vencimiento de la deuda no dispusiera de bienes con los que
pagar al acreedor. El acreedor dispone de una acción para declarar
fraudulentas tales donaciones, al objeto de que retornen al patrimonio
del deudor los bienes que no deberían haber salido de él.

6.3.3 Garantía:

 En Derecho civil y comercial, es un mecanismo jurídico para proteger o


asegurar el compromiso de que una determinada obligación será
cumplida en tiempo y forma. Por encima de cualquier otra garantía, el
Derecho conoce la llamada garantía patrimonial universal: todo
acreedor, sea el que sea el origen de la deuda, sabe que el obligado al
pago responde del cumplimiento de su obligación con todos sus bienes
presentes y hasta con los que pueda llegar a tener si mejora de fortuna
(bienes futuros del deudor).

6.3.4 Deuda:

 Obligación que se puede hacer cumplir mediante una acción legal para
el pago de dinero. En la ley moderna, el término deuda no tiene un
significado fijo y puede considerarse en esencia como lo que una
persona le debe legalmente a otra.

6.3.5 Acreedor: 

El que tiene acción o derecho a pedir alguna cosa, especialmente el


pago de una deuda, o exigir el cumplimiento de una obligación.

6.3.6 Deudor:

Aquel que está obligado a dar, hacer o no hacer algo.

6.3.7 Acto Jurídico: 

Es el acto humano voluntario, lícito, con manifestación de voluntad


destinada a crear, Regula o extinguir relaciones jurídicas

Tamayo Bolaños, N. (2019). Fraude del acto jurídico

6.3 La Acción Pauliana

La acción pauliana, también llamada revocatoria es el derecho que tiene un


acreedor en contra de un deudor, para que los bienes que hayan salido del
patrimonio del deudor en perjuicio del acreedor, vuelvan a su patrimonio para
cumplir con su obligación contraída. es decir cuando existe una obligación de
pago de un deudor el cual una vez requerido se encuentra en estado de
insolvencia aparente por haber sacado de su patrimonio bienes que pudieran
servir para garantizar y pagar dicha obligación estos bienes que salieron de su
patrimonio se pueden presumir como simulaciones por lo que el acreedor
puede solicitar la anulación de los actos jurídicos que dieron lugar a la salida de
dichos bienes patrimoniales para que con estos pueda garantizarse el pago de
las obligaciones contraídas con este, en palabras más sencillas es una
herramienta que busca proteger a un sujeto acreedor de su deudor , de fraudes
de que este pueda cometer.

Ejemplo: Pedro y Carlitos

Carlitos es un sujeto que cuenta con bastante patrimonio, como: una


panadería, casa, carro.

Pedro les presta dinero a Carlitos ya que tiene conocimiento de su patrimonio


que lo respalda,

Con el pasar de los días Carlitos conoce a Mirian, de quien se enamora,


Carlitos a disfrute de su dinero prestado, viaja, deja el trabajo hasta que se
queda sin dinero, en todos los sucesos negativos que Carlitos estaba viviendo
se le ocurrió una idea, traspasar todos sus bienes a nombre de alguien más
para que el acreedor no se los pida, entonces, Carlitos traspaso todos sus
bienes a Mirian, Pedro inicia su acción pauliana para que los bienes de Carlitos
vuelvan a quedar a su nombre y él pueda ejecutar su pagare contando con la
garantía de Carlitos tiene un bien que garantice su solvencia.

En Perú, León Barandiarán define la revocación como Una persona que se


adhiere al propósito de proteger a los acreedores de los deudores, dejando las
acciones de estos últimos a terceros sin efectos el acto practicado por el último
con un tercero en perjuicio del acreedor. Esta acción se basa en salvaguardar
los bienes del deudor ya que sirve como garantía de sus obligaciones para con
el deudor a sus acreedores.

Cifuentes señala:

El efecto principal de la acción pauliana es una acción indemnizatoria de


manera subsidiaria, en el entendido que elimina para el acreedor
impugnante, los efectos a él perjudiciales del acto impugnado, dejando
de producir para él sus efectos propios en virtud de la ineficacia relativa.

En claridad de la acción paulina en esta el acreedor puede pedir que declaren


ineficaces, razón de él, dichos actos que en este caso el deudor realice sobre
sus bienes o patrimonios, actos que damnifican el cobro del crédito.

6.4 La acción pauliana en el código civil peruano

La acción pauliana se considera para nuestra legislación, como una acción


personal y declarativa de ineficacia, estás la pueden ejercer directamente los
acreedores y se benefician con su resultado, los que hayan instado siempre
que queden probados los requisitos que permitan incubar la todo esto ante el
análisis del artículo 195 del código civil.

Artículo 195. - Acción pauliana. Requisitos. El acreedor, aunque el


crédito esté sujeto a condición o a plazo, puede pedir que se declaren
ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor por los que
renuncie a derechos o con los que disminuya su patrimonio conocido y
perjudiquen el cobro del crédito.
Por ende, los actos pueden ser atacados mediante la acción revocatoria, son
todos aquellos de disposición o que afectan el patrimonio, pues el propósito de
la acción pauliana es la reconstitución del patrimonio del deudor que ha
perjudicado a sus deudores, a su vez, es importante resaltar que no todo acto
con el cual el deudor dispone de sus propios bienes está sujeto a revocación,
más bien esto solo se da en aquellos que originen perjuicio por parte del
deudor.

En la medida en que, si bien la acción es inadmisible porque la intención del


acreedor era evitar el daño sólo si el deudor Tercero, reduce tanto sus activos
que no responde deudas a terceros.

6.5 Acción oblicua o subrogatoria

Normalmente, todo aquel que sea titular de un derecho, como, por ejemplo, un
derecho de crédito, es puntual en su ejercicio o en pretender su cumplimiento
en primer lugar, para proteger así su interés. Solo que puede ocurrir que este
no tenga lugar. Piénsese, en particular, en un deudor que se abstiene de
reivindicar sus bienes, de demandar judicialmente el resarcimiento de daños
por él sufridos, o incluso de pretender por esta última vía el pago de sus
créditos. (Gallo, 2007, p. 167)

La inercia del deudor puede deberse al hecho de que sus bienes serían
expropiados por sus acreedores, o tal vez a otras razones. En estos casos, los
acreedores pueden, de todas formas, sustituir al deudor en el ejercicio de sus
derechos o de sus acciones frente a terceros. (Ídem)

Por tanto, la acción oblicua o subrogatoria es aquel mecanismo de defensa con


el que cuentan los acreedores de una relación obligatoria que se activa ante la
desidia, desinterés, despreocupación del deudor de reclamar algún bien,
derecho o dinero con el que pueda incrementar su patrimonio, y así hacer
posible el cumplimento de sus obligaciones frente a su acreedor.

De conformidad con el artículo 199 del CC en la acción oblicua:

“El acreedor puede ejercitar frente a los terceros adquirentes las


acciones que le correspondan sobre los bienes objeto del acto ineficaz.

El tercero adquirente que tenga frente al deudor derechos de crédito


pendientes de la declaración de ineficacia, no puede concurrir sobre el
producto de los bienes que han sido objeto del acto ineficaz, sino
después que el acreedor haya sido satisfecho”.

En ese sentido, “la facultad conferida (…) es una autorización legal expresa al
acreedor para poder iniciar un proceso en contra del deudor, a fin de plantear
una pretensión, la cual, en principio, solo podría ser intentada por este último,
al ser éste titular de la misma”; asimismo, es “un instrumento de control
crediticio que tutela el legítimo interés del acreedor frente a la inercia del
deudor insolvente que, a su vez, es acreedor en otras relaciones jurídicas
patrimoniales, a efectos que no se perjudique su derecho de crédito y se
traduce en el ejercicio de una pretensión procesal para asumir la posición
jurídica del deudor-acreedor para contrarrestar dicha inercia” (Aliaga Huaripata,
2017)

Para una doctrina peruana se le llama acción subrogatoria en razón de que el


acreedor se sustituye en los derechos de su deudor y los ejercita, ya sea para
dirigirse contra un deudor de su deudor a fin de que mediante la ejecución
forzada pueda obtener la satisfacción de su crédito, o, para oponerse a las
pretensiones de un acreedor de su deudor a fin de preservar los bienes de su
patrimonio con los que él pretende hacerse pago. (Vidal Ramírez, 2010, p. 100)

Otra doctrina peruana señala que el acreedor, ante un deudor negligente e


insolvente, tiene el derecho de ejercitar, en vía de acción o para asumir su
defensa, los derechos de su deudor, con excepción de los inherentes a la
persona de tal deudor o cuando lo prohíba la ley. (Osterling Parodi y Castillo
Freyre, 2008, p. 439)

Por tanto, la acción subrogatoria sirve al acreedor tanto para dirigirse contra el


deudor de su deudor (vía de acción) y así obtener la prestación que le era
debida, así como para oponerse al acreedor de su deudor (asumir su defensa)
conservando los bienes de este para luego obtener la prestación que se le
debía.

Veamos a continuación sus requisitos.

Requisitos

6.5.1 Que se trate de un deudor negligente o inercia del deudor

En primer término, que se trate de un deudor negligente, esto es, que el


deudor no ejercite un derecho respecto del cual puede y debe accionar o
actuar para defenderse. La negligencia es culpa, esto es, falta de
responsabilidad para cautelar su patrimonio. Esta culpa o negligencia
debe ser cierta, ya que un simple o breve retraso impediría al acreedor
inmiscuirse en asuntos ajenos, o sea en los derechos de su deudor.
(Osterling Parodi y Castillo Freyre, 2008, p. 439)

La subrogación de los acreedores es posible solo si el deudor se


abstiene de ejercer sus derechos o acciones, mas no en caso de que se
ejerza de manera incorrecta o perjudicial para sus acreedores. (Gallo,
2007, p. 167)

En suma, se trata de un deudor cuyo desinterés en ejercitar un derecho,


contra otro deudor (y así incrementar su patrimonio) o actuar para
defenderse, frente a otro acreedor (y así mantener su patrimonio
existente) hace peligrar la satisfacción del interés del acreedor
quirografario.
6.5.2 Que el deudor esté en situación de insolvencia o perjuicio
para los acreedores

Y luego es imprescindible la insolvencia del deudor, porque en caso


contrario el acreedor carecería de legítimo interés para accionar o para
asumir su defensa. Una acreencia asegurada por un patrimonio
significativo impediría al acreedor invadir los fueros de su deudor para
actuar respecto a terceros. (Osterling Parodi y Castillo Freyre, 2008, p.
440)

En otras palabras, la subrogación no sería posible en caso de que la


dimensión del patrimonio sea tal que permita una fácil satisfacción de las
pretensiones de los acreedores. (Gallo, 2007, p. 168)

En suma, que el patrimonio del deudor resulte insuficiente o no sé de


abasto para satisfacer el interés de su acreedor causándole un perjuicio.

6.5.3 Que no se trate de asuntos inherentes al propio deudor ni que


la ley los prohíba o el carácter patrimonial de los derechos o de las
acciones en cuestión

El impedimento para plantear acciones subrogatorias u oblicuas cuando


se trate de asuntos inherentes al propio deudor o cuando la propia ley lo
prohíba. (Osterling Parodi y Castillo Freyre, 2008, p. 440)

En efecto, no pueden sustituir al deudor en el ejercicio de derechos o


acciones con contenido personal o familiar, por más que el ejercicio de
estos pueda tener aspectos de naturaleza patrimonial. Piénsese, por
ejemplo, en el desconocimiento de la paternidad de un hijo, en la
separación de los cónyuges, etc. Tampoco se pueden ejercer en vía
subrogatoria derechos o acciones que, a pesar de tener carácter
patrimonial, sean estrictamente personales: piénsese, por ejemplo, en el
derecho de obtener una pensión alimentaria, el derecho de revocar una
donación por ingratitud (Gallo, 2007, p. 167)

En suma, que sea la ley misma la que prohíba expresamente en qué


casos no se pueden ejercer las acciones o derechos del deudor o
cuando aquellas acciones o derechos tengan carácter personal o familiar
(derecho de familia y sucesiones).

6.6 La Acción Pauliana

La acción pauliana, de ineficacia o revocatoria (ART. 195º CPC), es la que


compete al acreedor para pedir que judicialmente se declaren ineficaces
respecto de él los actos con los cuales su deudor renuncia a sus derechos
(renuncia a sus legados, constitución de patrimonio familiar, etc.) o con los que
disminuya su patrimonio conocido, disponiéndolo (donación, venta, etc.) o
gravándolo (prenda, hipoteca, etc.), de tal forma que le cause un perjuicio,
imposibilitándolo o dificultando el recupero de su crédito. Declarado el acto
ineficaz, el acreedor accionante podrá ejecutar su crédito sobre los bienes
objeto del acto fraudulento, no obstante que ya no pertenecen al deudor.
León Barandiaran; señala que por medio de la Acción Pauliana el acreedor
obra en nombre propio y demanda que quede sin efecto el acto realizado por
su deudor, que comporta una disminución en el patrimonio de éste, que así
queda reducido a la insolvencia, o sea, que carece de medios para pagar su
insolvencia.

Con esta acción se tutela el derecho de los acreedores, protegiendo al mismo


tiempo el derecho de los terceros, adquirentes o subadquirentes a título
oneroso y de buena fe. Coloca a los bienes materia de
la enajenación fraudulenta en situación de que puedan ser embargados y
rematados judicialmente por el acreedor. Satisfecho el interés del acreedor,
subsiste el acto celebrado entre el deudor que enajeno y el tercero que
adquirió.

Si el patrimonio del deudor constituye garantía patrimonial común de sus


obligaciones o expectativa de ellas (cuando se trata de obligaciones sub
conditione), está obligado a actuar con responsabilidad, diligencia
y honestidad en los actos de renuncia a derechos, o de disposición o gravamen
de sus bienes, conservando lo necesario para cumplir con sus obligaciones.
Sobre este fundamento radica la acción pauliana, conferida por la ley a los
acreedores para impugnar los actos de los deudores que perjudiquen su
derecho, a fin de que puedan ejecutar los bienes integrantes de la garantía
general. La acción revocatoria tiene por finalidad privar de eficacia a los actos
de enajenación fraudulentos realizados por el deudor. Al igual que la acción
revocatoria tiene también carácter subsidiario y el acreedor sólo podrá
ejercitarla cuando no cuente con otro medio de satisfacer su derecho de
crédito, burlado por el acto dispositivo fraudulento del deudor.

6.7 Antecedentes históricos y origen

En tiempos antiguos la acción de ejecución recaía sobre la persona del


deudor "manus iniectio". Si el deudor no ejecutaba su prestación estando
condenado, el acreedor podía solicitar su adjudicación, conducirlo preso o
hacerlo trabajar, etc., la persona del deudor era la garantía del crédito. Luego
se introdujo al "missio in bona" que autorizaba al acreedor a vender
los bienes del deudor e indemnizarse con su precio. Así, por la "bonorum
venditio" el acreedor podía satisfacer su crédito. Condenado el deudor, el
pretor concedía la missio entrando el acreedor en posesión de todo
el patrimonio del deudor. Y después de transcurrido algún tiempo se vendían
estos bienes (bonorum prescritio) al mejor postor. Con la "bonorum venditio" el
deudor sufría una capitis diminutio máxima. Luego vino la "cessio bonorum" a
favor del deudor insolvente exento de culpa, equivalente a la quiebra.
Finalmente, el "pignus ex causa judicati captum" mediante el cual el acreedor
puede obtener del deudor un derecho de prenda, susceptible a recaer también
sobre todo el patrimonio.

 Señalaba Mayn Z; que para conseguir la rescisión de los actos


realizados en fraude a los acreedores, el edicto del pretor había creado
dos acciones que figuraban en las fuentes con los nombres de Pauliana
Actio e Interdictum Fraudatorium, las que probablemente se originaron
en causas distintas y fueron dirigidas a satisfacer diferentes
requerimientos, resultando casi imposible establecer cuál la distinción
entre ellas. Es posible que dado su estructura y origen, ambas
asociaciones se hubieran fundido en la época de la compilación
justiniana, para dar lugar a la Acción Pauliana o Revocatoria, con las
características con que llega a la época contemporánea. Señala como
antecedente de la institución la "Lex Aelia Sentia", que declaraba nulas
las manumisiones de esclavos en fraude a los acreedores.

 Según Tricanvelli el origen de la acción pauliana se encuentra en el


derecho griego, pero la institución fue desarrollada plenamente en
el derecho romano. Frente a la insuficiencia de las acciones (directas),
los pretores hecharon mano de las acciones (útiles) con las que se
vincula la acción pauliana. La (missio in bona) despertó en los deudores
la necesidad de defraudar a sus acreedores alienando alguna de las
cosas comprendidas en la posesión común. No pudiendo funcionar la
acción directa, el pretor concedió al acreedor la (vindicatio utilis),
mediante la cual podía reivindicar del tercero la cosa enajenada, como si
fuera propietario de ella. Como el deudor podía enajenar cosas
incorporales contra las cuales no procedía la (vindicatio utilis) y además
no era fácil para el acreedor presentar la prueba de la propiedad del
deudor. El pretor otorgo el (interdictum fraudatorium), supuesto en el que
bastaba probar que la cosa había estado en el patrimonio del deudor.

 Según Solazzi en el derecho romano clásico existían tres medios a


disposición de los acreedores:

 La Acción Pauliana Poenalis, ésta nacía a partir del ilícito cometido por
el deudor y que daba lugar a una reparación pecuniaria respecto del
acreedor. El deudor se liberaba de esta acción en el momento que
reparaba el pago.

 El Interdictum Fraudatorium, que era un remedio recuperatorio del bien


salido del patrimonio.

 El In Integrum Restitutio, era la resolución emitida por el magistrado con


la cual se eliminaba el acto de disposición.

El derecho Justiniano confundió violentamente estos tres medio, pero


los compiladores trataron de eliminar en lo posible el carácter Poenalis de la
Actio, manteniendo como presupuesto el ilícito (el fraude, entendido
como conciencia y voluntad de parte del deudor para disminuir con el acto de
disposición la garantía que sus bienes ofrecen a los acreedores) y de dar a
este medio la función de recuperación respecto de los bienes fraudulentamente
enajenados

Según Castan Cobeñas, la acción fraudataria fue el resultado de


algunos recursos o acciones existentes en el Antiguo Derecho Romano, y que
fueron tres: el Interdictum Fraudatorium, la Restitutio in Integrum ob Fraudem y
la Actio Personalis in Factum o Ex Delicto.
No hay coincidencia en la doctrina, no solo en cuanto a sus antecedentes
históricos, sino tampoco en cuanto a su paternidad, imputándosela en algunos
casos al jurisconsulto PAULO y en otros a un pretor de nombre PAULO, cuya
actuación se remota a la época de Cicerón.

6.8 Naturaleza Jurídica

La naturaleza jurídica de la Acción Pauliana, como hemos visto, desde su


origen en el Derecho Romano generó siempre opiniones discordantes en
cuanto a su naturaleza y caracteres. Su concepción en el Derecho Moderno
tampoco se libró del debate doctrinario y la codificación civil ha asumido
diversas posiciones.

Basándose en los orígenes históricos de la Acción Pauliana que la vincula


al proceso de las ejecuciones en Roma, era catalogada como una "Acción
Real", no obstante los romanistas terminaron por inclinarse a considerarla por
una "Acción personal (creditoria)".

En conclusión, la Acción Pauliana es creditoria, ya que de ser real el acreedor


tendría que tener un derecho específico sobre un bien, que sería el que lo
legitima para accionar. El acreedor acciona en virtud de la relacional
obligacional que ha dado lugar a la constitución del crédito, por lo que la acción
que se deriva es de carácter creditorio.

Establecida la naturaleza creditoria de la Acción Pauliana es, necesario,


determinar su naturaleza específica, esto es su auténtico carácter.

Inicialmente la acción pauliana fue vista como una "Acción de Nulidad" (Código


Civil de 1936, artículos 1098º al 1101º), JOSSERAND sostiene "La acción
pauliana es una acción de Nulidad" de modelo reducido y a basa de
indemnización minimizada.

La doctrina (BETTI, CASTAN TOBEÑAS, COVIELLO, MESSINEO) rechaza la


atribución de acción de nulidad por que la acción no procura anular el acto solo
hacerlo oponible a ciertos sujetos

Por último, tiene el carácter de "Acción Declarativa de Ineficacia" o "Acción de


Oponibilidad" (Código Civil actual), pues el acto no desaparece, simplemente
no produce tales efectos. Su finalidad es declarar, simplemente, la ineficacia
del acto practicado por el deudor en la medida que este acto perjudique
los derechos del acreedor y que la ineficacia de tal acto sea el único medio
como éste puede hacerse efectivo su derecho. Así mismo con la ineficacia del
acto jurídico fraudulento, este resulta ineficaz respecto del acreedor, pero
mantiene su validez y eficacia jurídica respecto de los terceros que han
contratado con el deudor, para que puedan reclamar sus derechos afectados.

6.9 Elementos y requisitos

Si bien el fraude a los acreedores supone de antemano que el deudor enajene


parte de su patrimonio, disminuyéndolo y colocando al crédito en una situación
de imposibilidad o perjuicio respecto a su cobro, el fraude a los acreedores
actualmente y a diferencia del derecho romano, ya no es entendido netamente
en sentido subjetivo, como consciencia y voluntad del deudor de realizar el
perjuicio, sino que cuenta con matices en la aplicación de sus elementos
dependiendo de frente a qué tipo de actos de disposición nos encontremos.

De esta manera, el ejercicio de la acción pauliana o revocatoria implica la


concurrencia de ciertos elementos (objetivo y subjetivo) que deben ser
verificados en el acto de disposición para configurar el supuesto de fraude a los
acreedores. A continuación, plantearemos en qué consiste el requisito
objetivo del perjuicio pauliano o también llamado “eventus damni”, así como
delimitaremos sus alcances de acuerdo a la nueva concepción que se tiene del
mencionado elemento.

6.9.1 Elemento objetivo o “eventus damni”

En principio se entiende que existe perjuicio en contra de los acreedores


desde el momento en que a raíz del acto de disposición se genera un
daño en su esfera jurídica, producido por la disminución patrimonial que
afecta al deudor y por ende perjudica la posibilidad de realización y
satisfacción de su derecho de crédito.

Como señala Oreste Roca, en Roma se consideraba a


la insolvencia absoluta del patrimonio del deudor como presupuesto para
el ejercicio de la acción pauliana, por lo que el acreedor debía probar la
insolvencia por parte del deudor a través un procedimiento ejecutivo.
Hoy en día, se ha ido flexibilizando este requisito, pues se le ha dotado
de un alcance relativo, en la medida que se toma en cuenta
la imposibilidad en que se encuentra el acreedor de lograr la satisfacción
de su crédito a raíz del desprendimiento patrimonial realizado, afectando
la garantía patrimonial genérica que constituye el patrimonio del deudor
respecto al crédito asumido frente al acreedor. Esto se complementa
cabalmente con la exigencia normativa de que no se conozcan otros
bienes libres del deudor, aunque estos pudieran existir. A medida que ha
pasado el tiempo, el tema ha sido aún más debatido, primando las
opiniones doctrinarias que dan mayor relevancia a la protección del
crédito; por lo cual, se ha eliminado la necesidad de que el crédito
impago sea exigible, admitiendo aquellos créditos sujetos a condición e
inclusive a plazo, dándole un contenido de tutela preventiva a la acción
pauliana.

De este modo, en sede nacional, Roger Merino sostiene que “no es


necesario que el daño sea actual, la revocatoria es también un remedio
cautelar, por lo que basta un estado patrimonial el deudor, que deje
prever su futura insolvencia y pueden ejercitarla los mismos, cuya
obligación está sujeta a plazo o a condición.

Asimismo, recientemente “la perspectiva ha cambiado, en el sentido de


que tanto la doctrina y la jurisprudencia sostienen que no sólo el daño,
sino el simple peligro de daño puede integrar el eventus damni, en
función de que es lo que afecta el acto dispositivo”. En el mismo sentido,
un sector de la doctrina italiana sostiene que,
El eventus damni parece haberse ampliado progresivamente, hasta ser
identificado no sólo en la incapacidad del patrimonio del deudor para
cubrir sus deudas, ni, por consiguiente, en la depauperación que se haya
verificado en el mismo como consecuencia del acto impugnado, sino y
también en la simple mayor dificultad, onerosidad o incertidumbre de la
realización coactiva del derecho del acreedor.

Por otro lado, este peligro de daño debe ser analizado desde un punto
de vista tanto cuantitativo como cualitativo, en la medida que no basta
con apreciar la disminución del patrimonio del deudor en función a la
suma del valor de los bienes que posee, sino que además se debe
verificar que dichos bienes sean cualitativamente idóneos de afrontar la
deuda en su etapa ejecutiva, esto es, que sean suficientes y además
que no se genere perjuicio al acreedor complicando o impidiendo la
ejecución forzada. En este sentido, es perfectamente posible que el
patrimonio en cuanto a su valor económico se mantenga indemne y que
aun así proceda la acción pauliana en tanto el acto impugnado genera
peligrosidad para la futura y eventual ejecución, pues afecta de manera
cualitativa la conformación del patrimonio del deudor para satisfacer el
crédito.

En conclusión, siguiendo a Roca:

El perjuicio pauliano tiene que definirse en que se presenta


cuando la disminución del patrimonio del deudor o parte
comprometida ocasiona la imposibilidad o dificultad del cobro del
crédito, mejor dicho, de la satisfacción de los intereses creditorios
o contractuales en sede ejecutiva, por lo que resulta pertinente
señalar que el eventus damnis es el daño o lesión presumida,
porque se está a fin de cuentas, presumiendo un daño que aún no
se verifica en la realidad pero que en esas condiciones
definitivamente ocurriría.

De lo dicho anteriormente, podemos concluir que el acto impugnado por


ineficacia relativa y limitada (inoponibilidad), es uno que genera perjuicio
al acreedor, en la medida que afecta el patrimonio del deudor y genera
actual o potencialmente, bajo un criterio tanto cuantitativo como
cualitativo, la dificultad y/o imposibilidad de realizar la ejecución de los
bienes pertenecientes al patrimonio del deudor, por lo cual se habilita la
tutela incluso preventiva del crédito.

6.9.2 Elemento subjetivo o “consilium fraudis” / “scientia damni”

Si bien poco a poco el elemento subjetivo del fraude se ha ido


objetivando en la medida que hoy en día el fundamento de la acción
revocatoria o pauliana es entendido por la doctrina mayoritaria como la
tutela del crédito y por tanto centra su atención en la protección de la
figura del acreedor, ello no significa que no deba ser tomado en cuenta
por la doctrina y la jurisprudencia para analizar si frente a determinada
controversia jurídica nos encontramos frente a un acto de disposición
susceptible de ser atacado vía acción de ineficacia
pauliana.

Esto significa, que ya entendamos al elemento subjetivo como intención


o volición fraudulenta de perjudicar (consilium fraudis) a la manera
francesa o más modernamente como conocimiento o posibilidad de
conocimiento del perjuicio o posibilidad del mismo respecto de la
garantía patrimonial (scientia fraudis) a la manera italiana, este requisito
es clave para configurar un verdadero supuesto de fraude a los
acreedores. De este modo, la presencia del elemento subjetivo en la
estructura del fraude a los acreedores y por consiguiente en la
procedencia de la acción pauliana, es imprescindible, ya sea
considerándolo bajo su noción objetiva o subjetiva, lo que dependerá del
caso concreto.

El problema con la existencia y probanza de este requisito subjetivo, a


diferencia del primero, se produce por el tratamiento disímil que da
nuestro Código al mismo dependiendo del carácter gratuito u
oneroso del acto de disposición cuya ineficacia se pretende. En este
sentido de acuerdo a nuestra norma, artículo 195 del Código Civil, la
regulación es la siguiente:

El acreedor, aunque el crédito esté sujeto a condición o a plazo, puede


pedir que se declaren ineficaces respecto de él los actos gratuitos del
deudor por los que renuncie a derechos o con los que disminuya su
patrimonio conocido y perjudiquen el cobro del crédito. Se presume la
existencia de perjuicio cuando del acto del deudor resulta la
imposibilidad de pagar íntegramente la prestación debida, o se dificulta
la posibilidad de cobro.

Tratándose de actos a título oneroso deben concurrir, además, los


siguientes requisitos:

1.- Si el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el


tercero haya tenido conocimiento del perjuicio a los derechos del
acreedor o que, según las circunstancias, haya estado en razonable
situación de conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual de los
mismos.

2.- Si el acto cuya ineficacia se solicita fuera anterior al surgimiento del


crédito, que el deudor y el tercero lo hubiesen celebrado con el propósito
de perjudicar la satisfacción del crédito del futuro acreedor. Se presume
dicha intención en el deudor cuando ha dispuesto de bienes de cuya
existencia había informado por escrito al futuro acreedor. Se presume la
intención del tercero cuando conocía o estaba en aptitud de conocer el
futuro crédito y que el deudor carece de otros bienes registrados.

Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y, en su


caso, la concurrencia de los requisitos indicados en los incisos 1 y 2 de
este artículo. Corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba
sobre la inexistencia del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres
suficientes para garantizar la satisfacción del crédito.

A partir de la literalidad de la norma, la doctrina mayoritaria en sede


nacional sostiene que respecto a los actos de disposición a título gratuito
la noción de “fraude” en sentido netamente subjetivo desaparece, pues
solamente se exige el conocimiento o posibilidad del mismo (scientia
fraudis) o inclusive sólo se da importancia al elemento objetivo o
perjuicio respecto del acreedor, dejándose de lado todo lo demás.

Sobre el particular, dedicaremos un artículo específico para tratar sobre


este tema importante respecto a la necesaria verificación del elemento
subjetivo en los actos de disposición a título gratuito. No obstante,
queremos dejar en claro de manera preliminar que mientras el crédito no
haya sido contraído y por tanto no exista deuda alguna, no puede
hablarse de actos de disposición, ya sea a título oneroso e inclusive a
título gratuito, que vulneren la garantía patrimonial del deudor y por tanto
puedan ser declarados ineficaces. Salvo, y he aquí la relevancia del
elemento subjetivo, se ha haya determinado que existía una dolosa pre
ordenación en la realización del acto de disposición con el propósito de
perjudicar al futuro acreedor y la satisfacción del crédito (consilium
fraudis)

Lo dicho anteriormente, con cargo a ser desarrollado más adelante, tiene


como finalidad mantener el propósito de proteger el crédito a través de
esta acción personal, pero sin desnaturalizar la institución jurídica ni
atentar contra la seguridad jurídica del ordenamiento, pues parece lógico
sostener que el crédito del impugnante vía acción pauliana debería ser
anterior al acto de disposición que se busca cuestionar. Esto en la
medida que cuando una persona realiza un acto de disposición sin tener
en cuenta a alguien que pueda más adelante reputarse su acreedor,
difícilmente cabrá considerar que ha actuado con el propósito o al menos
la consciencia de perjudicarle. En este sentido, la inexistencia de un
acreedor real parece excluir la posibilidad de la actuación fraudulenta de
quien mal puede proponerse perjudicar unos intereses que para
entonces no tienen presencia ni relevancia jurídica alguna o si quiera,
tener conocimiento del grado de perjuicio que se puede generar a ese
eventual acreedor aún inexistente.

6.10 Características de la acción pauliana:

Compete a los acreedores, la acción pauliana compete a los acreedores


perjudicados y para que pueda proceder esta acción es necesaria la existencia
de un crédito y lo que percibe el acreedor es que se declare ineficaz respecto
de él, el acto de disposición o gravamen realizado por su deudor o el acto por
el cual esta renuncia a derechos.

El acreedor la ejerce en su propio nombre: En este punto el acreedor


perjudicado con el acto de disposición de su deudor ejercita la acción en su
nombre y la dirige contra quienes lo celebraron. Del mismo modo, con la acción
pauliana el acreedor ejerce un derecho y no un derecho de su deudor, por lo
que el acreedor es titular del derecho potestativo de hacer relativamente
ineficaces respecto de él los actos jurídicos perjudiciales para el recupero de su
crédito

a) Es individual: para ejercitar la acción, el acreedor no requiere el


concurso de los otros acreedores perjudicados, lo que no les impide que
pueda acumular sus acciones si se ponen de acuerdo a ese efecto o que
estos cedan sus derechos y acciones de un acreedor a favor de otro,
cada acreedor es libre de actuar libremente. Asimismo, la acción
pauliana beneficia solamente al acreedor accionante, que se verá en la
obligación a confrontar su derecho con lo de los acreedores del
adquiriente, puesto que el bien permanece en la esfera jurídica de este.
b) Es subsidiaria ya que no procede si en el patrimonio del deudor hay
bienes suficientes para satisfacer el crédito, además está subordinada
con el acto de renuncia a derechos o de disminución de su patrimonio
causando un perjuicio al acreedor, cabe recalcar que en la índole
subsidiaria es en su procedencia y ms no en sus efectos ya que el
resultado de la misma favorece directamente al que la ejerce.
c) Es un remedio indirecto, ya que no persigue directamente el cobro del
crédito, sino que este prepara el terreno removiendo el obstáculo creado
por el deudor con el cual por el cual renuncia a derechos o disminuye su
patrimonio con la finalidad de que ulteriormente pueda ser efectivo su
crédito mediante la acción principal para su compra.
d) Es conservatoria o cautelar, la acción paulina tiene como finalidad ser el
titular del crédito, limitando al deudor la facultad de renunciar a derechos
o de disponer de su patrimonio, en el sentido de que si el deudor no
ejercita su prestación los acreedores pueden embargar los bienes que lo
integran para hacer efectivo su crédito.
e) Es facultativa, por ser un derecho voluntario del cual el acreedor pueda
valerse o no según convenga a sus intereses, esto es decir es uno de
los remedios para la conservación de la garantía patrimonial del cual el
acreedor pueda valerse recurriendo al juez para que este declare la
ineficacia relativa de los actos perjudiciales del deudor.
f) Es renunciable, siempre que no perjudique el derecho a terceros, y si se
trata de una renuncia fraudulenta, puede ser declarada ineficaz a
instancias de los acreedores del renunciante.
g) Tiene cualidad patrimonial, ya que la acción pauliana únicamente recae
sobre aquellos actos jurídicos cuyo objeto, el bien sea susceptible de
valoración económica de transformarse en dinero mediante su venta
judicial.
h) Protege la buena fe, porque el deudor puede disponer su patrimonio
como a el mejor le parezca siempre y cuando se conduzca con lealtad y
buena fe frente a sus acreedores sin quebrantar el deber que tiene de
cumplir con sus obligaciones, tanto como no impedir el pago de las
mismas.
i) Es de naturaleza personal, la acción pauliana no se basa en el derecho
de propiedad del deudor sino en el título del acreedor para demandarlo,
que se origina en el crédito que le asiste y el deber del obligado de
pagar su deuda.
6.11 Titulares de la acción Pauliana

Cualquier acreedor perjudicado con los actos de enajenación de los bienes del
deudor puede ser titular de la acción pauliana (legitimación activa), así también
como los quirografarios (no cuentan con garantías especificas), los
privilegiados, donde la ley establece que sus créditos tienen prioridad sobre
otros, los garantizados ya que estos cuentan con garantías específicas y cuya
garantía no es suficiente o también cuando con el acto del gravamen del
deudor ven disminuidas las garantías reales otorgadas a su favor. Cabe
señalar que no es viable esta acción si el crédito está suficientemente
garantizado con fianza, hipoteca o cuando en el patrimonio del deudor haya
suficientes caudales viables para satisfacer el pago que se le exige, asimismo,
los acreedores cuyos créditos están respaldados con garantías especificas
suficientes carecen de acción pauliana por la ausencia de intereses.

Son pasivamente legitimados el deudor que ha realizado el acto de disposición


o gravamen en deterioro de su acreedor y el tercero adquiriente, y si este
hubiera a la vez enajenado los bienes a otra persona, esta acción también se
dirigirá contra el subadquiriente.

6.12 Efectos de la acción Pauliana

El efecto de la acción pauliana no es hacer que los bienes adquiridos por el


tercero vuelvan al patrimonio del deudor, sino permitir al acreedor victorioso
realizar los bines del tercero para con el producto hacerse pago de su crédito.

6.12.1 La posición del tercer adquiriente

En esta parte el tercero puede haber adquirido de buena fe,


desconociendo la intención fraudulenta del deudor o por el contrario
puede haber participado en el fraude. Es evidente que la posición del
adquiriente n oes digna de protección, por lo tanto, la anulación del
contrato le afectara de recto, quedando obligado a devolver lo adquirido,
indemnizando a los acreedores. Por otro lado, en el supuesto de que el
tercero haya adquirido d buena fe y a título oneroso no hay razón alguna
que aproxime a hacer de mejor grado al acreedor que al adquiriente de
buena fe y, por lo tanto, la transmisión no puede ser revocada. Dicho lo
anterior, la eficacia de la acción revocatoria quedara limitada a la
obligación de indemnizar y pesara exclusivamente sobre el deudor
fraudulento. En este caso, nuestro código civil en su Art, 199° señala que
la operatividad de la acción revocatoria es virtualmente nula.

6.12.2 La posición del subadquiriente

El subadquiriente es aquél que adquirió el bien de quien, a su vez, lo


adquirió el fraudator. El subadquiriente del bien objeto del acto
impugnado, se hallará cubierto de la acción pauliana, si acredita que lo
es de buena fe y a título oneroso, cualquiera que haya sido el título de su
antecesor. Nuestro código civil ha previsto la situación en el Art. 197º.
6.13 Prescripción de la acción pauliana

El órgano jurisdiccional selecciono el plazo de prescripción de dos años de la


acción pauliana o revocatoria prevista en el inciso 4 de su Art, 2001° donde le
fija un plazo de prescripción de la pretensión de la ineficacia negocial, dicho
plazo en este caso de caducidad comenzara a computarse desde el día de la
enajenación fraudulenta. Es preciso señalar que la prescriptibilidad de la acción
pauliana fue prevista en el derecho romano.

6.14 Vía procesal de la acción pauliana

El Art. 200º del C.P.C. señala lo siguiente:” regula el trámite procesal de los
distintos casos de las acciones paulianas. Cuando la transferencia es a título
gratuito, el proceso sumarísimo es suficiente para acreditar la existencia del
crédito, la gratuidad del acto de disposición del deudor, la falta de bienes libres
conocidos. La existencia del perjuicio a los derechos del acreedor se presume
cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de pagar íntegramente la
prestación debida o se dificulta la posibilidad de cobro.

Por lo que concierne a los actos a título oneroso hay que probar, además, la
mala fe del tercero adquirente, por lo que la situación se torna más difícil, por
cuya razón se tramita como proceso de conocimiento.

Con acierto se establece que es procedente que las partes puedan solicitar al
juez para que dicte medidas cautelares destinadas a evitar que el perjuicio
resulte irreparable.

Si el acto de disposición es un supuesto de la declaración de quiebra del


deudor, son de aplicación de las disposiciones del Derecho Concursal.

6.15 Improcedencia de la acción pauliana

Nuestro Código Civil lo regula en el Art. 198º, que la acción pauliana no


procede la declaración de ineficacia cuando se trata del cumplimiento de
deudas vencidas. Con el objetivo de evitar simulaciones, se exige que las
deudas vencidas y pagadas consten en documento de fecha cierta. Asimismo,
un documento privado adquiere fecha cierta desde:

La difusión a través de medio público de fecha determinada o determinable

Otros casos análogos; el juzgador considera como fecha cierta


los documentos que hayan sido determinados por medios técnicos que le
produzcan convicción.

La presentación del documento ante funcionario público.

La presentación del documento ante notario público para que certifique la fecha
o legalice firmas

La muerte de otorgante
6.16 Comparación con la simulación

La acción pauliana se dirige contra un acto de disposición real del deudor,


mientras que la de simulación se dirige contra un acto ficticio y esta tiende a
comprobar que los bienes no han salidos de los bienes de transferencia.

Los titulares de la acción pauliana son solamente los acreedores perjudicados


con el acto de disposición de su deudor, mientras que los titulares de la acción
para solicitar la nulidad del acto simulado son cualquiera de las partes
simulantes y también los terceros de las partes perjudicantes.

La acción pauliana aprovecha solamente al acreedor demandante, pero sin


embargo el beneficio de la acción de simulación alcanza a todo interesado en
la declaración de la nulidad del acto aparente.

La acción pauliana prescribe a los dos años mientras que la de simulación a los
diez años, del mismo modo la acción de daños derivados para las partes
simulantes de la violación del acto simulado prescribe a los tres años.

La acción de simulación, así como la acción pauliana tiene carácter


conservatorio, desde que estas están dirigidas a defender y conservar
la garantía general que para los acreedores constituye el patrimonio del deudor

En ambas acciones se requiere la existencia del perjuicio, que determina un


interés legítimo de los acreedores para obrar.

Las transmisiones de bienes hechas por acto simulado quedan sin efecto y
aquellos se reintegran al patrimonio del enajenante; en la acción pauliana no se
produce el reintegro, sino que se limita a remover los obstáculos para que el
acreedor pueda cobrar su crédito haciendo ejecutar los bienes.

La acción de simulación tiende a dejar al descubierto el acto realmente querido


y convenido por las partes y anular el aparente; la acción pauliana tiene por
objeto revocar el acto real.

6.17 Comparación con la subrogación

Ambas tienen carácter patrimonial dado que la acción subrogatoria trata de


incrementar el patrimonio del deudor y la acción pauliana restituye la garantía
general exclusivamente en relación al acreedor accionante.

La acción pauliana supone una acción y la subrogatoria una omisión de parte


del deudor.

La acción subrogatoria cae dentro del campo de las omisiones del deudor en el
reclamo de sus derechos, mientras que la acción pauliana acata un acto
realizado por el deudor y la acción subrogatoria supone la inactividad del
deudor.

La finalidad de la acción subrogatoria es ingresar en el patrimonio del deudor


los bienes que resulten, por lo que la naturaleza de la subrogatoria es de
integración patrimonial, por lo tanto, beneficia a todos los acreedores del
deudor. Por otro lado, la acción pauliana persigue que se declare ineficaz, con
relación al accionante, el acto de renuncia a derechos o gravamen realizados
por el deudor.

En la acción subrogatoria el acreedor ejecuta un bien de su deudor, mientras


que la acción pauliana ejecuta un bien de un tercero que los adquirido su
deudor.

En la acción subrogatoria el acreedor demanda el nombre de su deudor, en


cambio en la pauliana demanda el nombre propio.

En la revocatoria se supone un propósito del deudor de defraudar a sus


acreedores; en la conducta del deudor negligente no hay tal dolo.

La acción revocatoria favorece al acreedor que la intenta; la subrogatoria


favorece a todos los acreedores.

La acción subrogatoria presupone la existencia de derechos en el patrimonio


del deudor, mientras que la pauliana presupone que el derecho ya ha salido del
patrimonio del deudor por haberlo enajenado.

6.18 El fraude en la reestructuración patrimonial

6.18.1 Nociones previas

Cuando el deudor está realizando el “Proceso de Quiebras”, es decir el


procedimiento administrativo de reestructuración patrimonial, también
puede efectuar actos jurídicos en perjuicio de sus acreedores, ocultando
u disponiendo así sus bienes, con la finalidad de eludir el pago de sus
deudas y lograr salvaguardar su patrimonio, teniendo dos maneras, la
primera es transfiriéndolos simuladamente y la segunda es la
trasferencia real de sus bienes a cambio de obtener dinero.

La finalidad de la acción oblicua es lograr ingresar en el patrimonio del


deudor los bienes que resulten, ahora bien, por lo general la acción
subrogatoria tiene la naturaleza de integración patrimonio. Por otro lado,
la acción pauliana tiene como finalidad la declaración de ineficacia en
relación al acto de disposición del deudor, restableciendo así la garantía
patrimonial común, pero sin que estos bienes sean retornados al
patrimonio del deudor, es decir, que esta acción tiene una naturaleza
constitucional basada en la garantía patrimonial.

6.18.2 La acción pauliana concursal

Ahora bien, cuando a una persona se le declara insolvente en términos


concursales, se genera una modificación sustancial sobre las relación
obligaciones que tenga esta persona con sus acreedores y como
resultado de ello, se va a producir una situación de carácter excepcional
que debe ser regulado principalmente por una legislación especial, en el
caso de nuestro país Perú seria la "LEY DE REESTRUCTURACIÓN
PATRIMONIAL", la cual cuenta con sus propias instituciones encargadas
de resolver estas situaciones excepcionales. Dentro de estas
instituciones especiales encontramos la acción pauliana concursal, la
cual es una corrección al fraude cometido por los representas o por el
insolvente, en perjuicio de los acreedores y que cuenta con una
diferencia significativa que la acción pauliana común.

De esta manera, la acción pauliana concursal se enfoca en lograr la


ineficacia de los actos patrimoniales fraudulentos, los cuales son
realizador por el deudor-insolvente antes de que pueda declararse su
insolvencia y que perjudiquen de cierta manera la expectativa de cobro
que tienen la universalidad de acreedores. Entonces su objetivo
primordial es lograr la inoponibilidad de dichos actos fraudulentos, con
respecto a los acreedores concursales, ahora, cuando se trata de una
insolvencia declarada por insolvencia patrimonial se convierte en una
suerte de revocación del acto la cual se reintegra a la masa concursal
que se encuentra a favor de los acreedores. No obstante, cuando se
trata de insolvencia por iliquidez del patrimonio, se da una suerte de
ineficacia parcial, todo esto hasta que el monto pueda cubrir las deudas
concursadas.

6.18.3 Objetivos y efectos de la acción pauliana concursal

La acción paulina concursal tiene como objetivo la recomposición del


patrimonio concursal todo esto en beneficio de la universalidad de
acreedores reconocidos por INDECOPI, con la finalidad de lograr una
mejor perspectiva en la satisfacción de los créditos.

No obstante, dicho accionar también puede logar solucionar una


situación de insolvencia. En efecto, si el acto de disposición patrimonial
se viera ineficaz sería el que genera esa situación de insolvencia, puesto
que al declararse dicha ineficacia este acto se tendría por no realizado-
volviéndose inoponible- con respecto a la universalidad de acreedores
concúrsale, y por lo tanto esta situación de insolvencia se vería superada
y tendría que ser levantada por haberse recompuesto dicho patrimonio
que ahora ya no es insuficiente.

Ahora bien, la acción pauliana concursal no solo puede lograr la


declaración de ineficacia de actos fraudulentos o la revisión de situación
de insolvencia, sino que también puede modificar la calidad de un
acreedor concursal. Así contamos que, si se pretende lograr la ineficacia
de una garantía real constituida antes de la declaración de insolvencia, y
que a su vez esta garantía ha sido de utilidad en su momento para poder
otorgarle al acreedor garantizado el tercer orden de prelación en el
supuesto pago, todo esto de acuerdo con el Art. 24 de la Ley de
reestructuración Patrimonial, veremos que al lograrse dicha ineficacia en
la garantía la misma resultara inoponible para todos los acreedores
concursales.
Dando una consecuencia inmediata para los efectos del procedimiento
concursal, donde dicho acreedor que anteriormente se encontraba
garantizado ahora ya no lo está, y por lo visto ahora pasara a ser un
acreedor quirógrafo, pasando así al quinto orden de prelación, con
muchas menores perspectivas de cobro sobre su acreencia.

En conclusión, podemos ver que la acción pauliana concursal no solo


consigue lograr la ineficacia de actos fraudulentos en beneficio claro de
la universidad de acreedores, sino que eventualmente puede revertir una
situación que se encuentre en insolvencia, y hasta puede lograr
modificar la calidad de algún acreedor dentro de dicho procedimiento
concursal.

6.18.4 La acción pauliana concursal en la ley de reestructuración


patrimonial

Ahora bien, el deudor para evadir el pago de sus obligaciones, intentara


disponer, ocultar o transferir de manera simultánea sus bienes, dichos
actos maliciosos son sancionados con “INEFICACIA” del acto jurídico,
no se les puede considerar nulos o anulables, conservando su eficacia
legal respecto de los terceros, pero siendo inoponibles a la masa de
acreedores.

El artículo 19° y 20 ° de la ley de Restructuración Patrimonial, se


encarga de regular estas instituciones paulianas especiales. El primer
artículo regula su aspecto sustantivo y el segundo su aspecto procesal.

Como mencionamos anteriormente, mientras una persona no se le


declare insolvente en términos concursales está en toda la disposición
de su patrimonio, es decir, no alguna limitación estructural al momento
de realizar cualquier tipo de contrato de disposición patrimonial,
quedando claro así que los actos jurídicos que realice esta persona no
estarán afectados por algún vicio de invalidez. Cuestión totalmente
distinta ocurre cuando a la persona se le declara insolvente, puesto que
esa sola declaración produce una serie de efectos que modificaran la
relación obligatoria del deudor con los acreedores, y además de
restringirle facultades al deudor enfocadas en la libre disposición de su
patrimonio, para que este individuo se mantenga en los más integro
posible en el procedimiento concursal, en espera de la decisión que
tome la Junta de Acreedores con respecto al mismo. En tal sentido, el
deudor declarado insolvente tiene prohibido la realización de todo tipo de
actos de disposición patrimonial, debido a que ello implicaría,
eventualmente, la cancelación anticipada de créditos transgrediendo de
igualdad de los acreedores concursales, y reconociendo el orden de
pago previsto en el Art. 24° de la misma ley. Ahora, dichos actos
prohibidos al deudor están específicamente y claramente tipificados en
el propio artículo 19°, y en caso, se transgredieran se acarrea la nulidad
del acto, debido a que el deudor-insolvente no se encuentra en
facultades para realizarlo, y, es más, está expresamente prohibido de
realizarlo.

No obstante, dichos actos que fueron realizados antes de que se dé la


declaración de insolvencia no son pasibles a una declaración de nulidad,
puesto que los mismo no cuentan con algún vicio de invalidez; por el
contrario, son totalmente pasibles de una declaración de ineficacia por la
existencia de presunto fraude a los acreedores concursales, en provecho
de terceros o propio, y se ha generado una transgresión en el deber de
cuidado diligente “garantía genérica”, sobre la cual se comprende que
los acreedores tienen el lado” señorío jurídico”.

6.19 Diferencias con la acción pauliana civil

Para que se puede ejercer la acción pauliana civil solo es necesario probar el
perjuicio de cobro y no es necesario la declaración de insolvencia del deudor,
en cambio cuando hablamos de la concursal se necesita que dicha insolvencia
sea debidamente declarada con posterioridad al acto de disposición patrimonial
fraudulento

La acción pauliana civil solo se puede ejercitada por uno o varios acreedores,
por otro lado, la concursal puede ser ejercitada por el Administrador o
liquidador del patrimonio del insolvente, así como también por la Comisión de
Reestructuración Patrimonial del “INDECOPI”, gracias al Art.20° de dicha ley,
de allí esta acción a veces no logra beneficiar al accionante, debido a que este
puede ser distinto al acreedor.

La acción pauliana común tiene como objetivo lograr la ineficacia de ciertos


actos que están en beneficio solo del accionante, por otro lado, la acción
concursal tiene como objetivo lograr la misma ineficacia, pero enfocado a todos
los acreedores concursales, es decir, no solo beneficia al accionante, sino que
también beneficia a toda la universidad de acreedores concursales lo cuales
cuentan con mejores expectativas de cobro.

La acción pauliana civil parte de la finalidad de poder evitar una insolvencia


patrimonial en el momento que se realiza el pago con respecto al acreedor y al
accionante., a diferencia de la acción pauliana concursal la cual parte de la
finalidad de una insolvencia ya declarada por la autoridad estatal competente,
con el objetivo de recomponer el activo concursal para lograr que el universo
de acreedores tenga una mejor perspectiva de cobro. Debido a ello, es que, si
bien la acción paulinan concursal no evita la insolvencia, pues ya se declaró
así, ni tampoco puede revertir esta situación, pues ya existe el proceso de
reestructuración patrimonial, logra mejorar las perspectivas de cobro enfocado
en el beneficio del universo de acreedores concursales, debido a que
recompone el patrimonio del insolvente.

Por último, en la acción pauliana civil hay una solicitud de ineficacia parcial
sobre el acto de disposición, donde el monto puede ascender hasta que se
logre cubrir el crédito insatisfecho, en cambio, en la acción concursal se trata
de ineficacia total (podríamos decir que se revoca el acto), por eso en
insolvencias concursales en su mayoría de los casos se parte del supuesto de
insuficiencia patrimonial parar poder honrar obligaciones.
VII. JURISPRUDENCIA

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA SALA CIVIL


PERMANENTE

SENTENCIA CAS. N.º 2101-2010 JUNIN 5

artículo 195 del Código Civil, esto es, el eventus damni como el consilium
fraudes. QUINTO.- Que, el Juez de primera instancia expide la sentencia
obrante a fojas ciento noventa y dos declarando Fundada la pretensión
demandada; estableciendo que: a) El acto en controversia, mediante el cual los
demandados vendedores transfieren en venta real y perpetua a los
demandados compradores el predio en litis de una extensión de doscientos
ochenta y cinco metros cuadrados, ha sido celebrado en forma simulada con la
finalidad de evitar la ejecución y posible afectación del predio a cargo de la
Caja Municipal de Ahorro y Crédito de Huancayo, conforme aparece
expresamente declarada por la deudora Dora Trinidad de Castañeda, en el
documento denominado “Contrato de reconocimiento de deuda” del veintitrés
de junio de dos mil cuatro; b) Aunado ésta el hecho de que hasta la fecha el
inmueble aparece inscrito a favor de Dora Trinidad según la partida registral,
así como el hecho de que hasta la fecha ocupa ésta última el predio, conforme
ha declarado en la audiencia de pruebas, por lo que dicho acto es ineficaz; c)
Por último refiere que si bien el acto en cuestión es anterior al surgimiento del
crédito, sin embargo, el acto se efectuó precisamente con el propósito de
perjudicar la satisfacción del crédito del futuro acreedor, presumiéndose dicha
intención en el deudor cuando ha dispuesto de bienes de cuya existencia había
informado por escrito al futuro acreedor, lo cual en el caso de autos está
acreditado con el mencionado documento de reconocimiento de deuda, en el
cual se compromete a resolver el contrato de compra venta suscrito a favor de
los demandados compradores, presumiéndose que los terceros conocían o
estaban en aptitud de conocer el futuro crédito a cargo de su vendedor y que el
deudor carece de otros bienes registrados.

Análisis crítico:

Se analiza la figura jurídica del fraude del acto jurídico. Si bien el ordenamiento
jurídico civil peruano la denomina así, el término es incorrecto, pues no se
produce en realidad un fraude o engaño contra el acto jurídico en sí mismo; lo
que ocurre es un engaño directo, un acto de astucia o mal intencionado por
parte del deudor y que se dirige contra el acreedor. El fraude al acreedor se
presenta siempre y cuando exista un vínculo obligacional entre dos sujetos.
Consiste en la conducta o comportamiento indebidos del deudor frente a su
acreedor, cuando, con el fin de no cumplir con el pago de su crédito, disminuye
su patrimonio, sea de manera onerosa o gratuita, u omite cobrar una deuda
que tiene con otro deudor en otra relación jurídica obligatoria. Frente a esta
situación, el ordenamiento jurídico le concede al acreedor, la acción pauliana o
revocatoria y la acción oblicua o subrogatoria, entre otras.
VIII. LEGISLACIÓN COMPARADA

8.1. La Acción Pauliana En Los Códigos Civiles Español Y Chileno


En la Península Ibérica, poco después de la muerte de Justiniano (siglo V), los
visigodos11 se independizaron y arrojaron definitivamente a los bizantinos de
los territorios que, junto a ellos, habían conquistado durante el siglo anterior.
Hasta el nacimiento de la legislación visigótica sigue en vigor el Derecho
romano. Conviven entonces las concepciones jurídicas romana y germana12.
Hacia el siglo XIII, entrada la Baja Edad Media, tiene lugar en la Península la
Recepción del Derecho Común (romano y canónico) bajo la interpretación de la
Escuela de Bolonia, por ser los estudiantes que regresaban de allí quienes
colaboraron en la elaboración de los libros de recopilación. La Recepción del
Derecho Común favoreció una mejor comprensión de los pasajes de Derecho
romano contenidos en el Liber. Con Alfonso X son redactadas las siete Partidas
(1256- En este trabajo será objeto de atención la acción pauliana extra
concursal en los ordenamientos chileno y español, a fin de explorar el régimen
jurídico que le es propio y, en definitiva, el tratamiento que reciben en estos
países los actos jurídicos celebrados en fraude de acreedores, al margen de lo
que suceda en el procedimiento concursal o —lo que es lo mismo— sin que
sea necesario declarar la suspensión de pagos, la quiebra o el concurso de
acreedores10. 1265), que dan unidad jurídica a todos los naturales cuyas
normas se conservarán como derecho aplicable hasta los albores del Código
civil; En ellas se contiene el régimen jurídico de los actos fraudulentos que
permanecerá vigente hasta la promulgación del Código civil13: las pautas de
tratamiento del fraude de acreedores son semejantes a las que se plasmarán
finalmente en el Código. En 1790, se publica en la imprenta de Ulloa una obra
que será muy destacada en el tráfico mercantil español, peninsular e indiano, la
Curia Philipica, Laberintho de comercio terrestre y naval, de Hevia Bolaños
(Oviedo, H. 1530-Perú, 1623); la obra salió a la luz por primera vez en Lima, en
1603. En ella encontramos una explicación completa del sistema de la
denominada “revocatoria por acción personal”. Conforme explica el autor, el
ejercicio de la acción requiere que concurran varios aspectos: 1.º La existencia de
fraude por parte del deudor enajenante y el conocimiento de ello por parte del
tercero; 2.º La prueba del evento dañoso, que consiste en probar que de ningún otro
modo se puede cobrar; y 3.º La anterioridad del crédito o, al menos, que “al tiempo de
la enajenación se pensase el tal fraude contra el futuro acreedor, y no de otra
suerte”14. El régimen de las Partidas solo será derogado y suplido por la entrada en
vigor del Código civil (1889). En el Proyecto de Código de 1851 que le sirve de base se
regula la rescisión de las obligaciones a instancia de los acreedores. Para ello se
emplea un concepto subjetivo de fraude que supone siempre el ánimo fraudulento del
deudor (o, al menos, la consciencia de su insolvencia y, por tanto, del daño que
causaba). La impugnación solo es posible cuando, junto a la lesión del derecho de
crédito provocada por el acto, quede probada la existencia de esa farsa subjetiva15.
Este concepto subjetivo de fraude es el que se plasmará definitivamente en el Código
civil español y en torno a él comienza a desarrollarse nuestra doctrina y la
jurisprudencia de la primera mitad del siglo XX. El régimen general de la acción
pauliana se recoge en los artículos 1111, 1291.3.º, 1292, 1294, 1295.II y III, y 1297 a
1299 del Código civil español. Otros preceptos complementan este régimen, entre los
que conviene destacar el artículo 643 del Código civil16, que presume siempre
fraudulentas las donaciones realizadas por el deudor en estado de insolvencia. En
cuanto a Francia, cabe destacar que Pothier no había expuesto en ningún lugar la
teoría de la acción pauliana, por lo que esta recobró gran importancia con la
publicación del Código civil, cuyos redactores recurren a las fuentes romanas17. Esto
explica que el Código civil francés regulase la acción en un solo precepto18. También el
Código civil chileno dedica una sola norma a la acción pauliana, si bien es cierto que es
más extensa y acertada que la del Código francés. En efecto, la práctica llevó a la
jurisprudencia francesa a desarrollarse en idéntico sentido al que la norma recoge en
el texto codificado chileno, y así, la jurisprudencia francesa distinguiría entre actos
onerosos y actos gratuitos a los efectos de facilitar el ejercicio de la acción en este
segundo caso19, y el Código civil chileno directamente sentaría la distinción literal a
idénticos efectos. El artículo 2468 del Código civil chileno, añadiendo a la tradición
descrita rasgos propios, distingue entre los “los contratos onerosos, y las hipotecas,
prendas y anticresis” (párrafo primero) y “los actos y contratos no comprendidos bajo
el número precedente” (párrafo segundo), exigiendo para la impugnación de los
primeros prueba de la mala fe del “otorgante y el adquirente”, mientras que los
segundos “serán rescindibles, probándose la mala fe del deudor y el perjuicio de los
acreedores”. Podemos apreciar aquí, por tanto, como en el Derecho español y el
sistema francés, una diferencia de trato entre los actos gratuitos y los onerosos, que se
traduce en admitir un mayor ámbito de poder al acreedor en el primer caso. Pensemos
qué razones justifican este distinto régimen. ¿Es la causa gratuita más débil que la
onerosa? ¿Merece mejor protección el acreedor que el tercero cuando este último no
entregó nada a cambio de la cosa? Antes de profundizar en los fundamentos de la
acción de impugnación de los actos del deudor insolvente, veamos, brevemente dónde
se centra el conflicto de intereses que hay que resolver en estos casos y las diferencias
con los supuestos de simulación.
IX. CASUISTICAS

En la sentencia en Casación Nº 1965-2009-LIMA, publicada el 30-12-2010


(Pág. 29103), se analiza la aplicación de los presupuestos (o, si se quiere,
“requisitos”) de la acción pauliana a un caso concreto. Tal análisis tiene
aspecto singular que puede ser resumido del siguiente modo.
EL CASO. - Un deudor celebra un contrato de donación con uno de sus
parientes, por lo cual su acreedor interpone una demanda de acción pauliana.
En el proceso se acredita la existencia de una deuda (previa a la donación)
impaga y la notable disminución del patrimonio del deudor. Sin embargo, éste
argumenta que su patrimonio aún se encuentra “sólido”, toda vez que ostenta
créditos garantizados con hipotecas, razón por la cual solicita que la demanda
sea declarada infundada. De la revisión de la sentencia, se advierte que el juez
de primera instancia tuvo como soporte principal de su decisión lo dispuesto en
la primera parte del artículo 195 del Código Civil (CC), dado que el
negocio jurídico cuestionado es un acto a título gratuito. La demanda es
declarada fundada ya que se aprecia una deuda impaga y la notoria
disminución del patrimonio inscrito del deudor a consecuencia de dicha
donación, lo que conlleva que la posibilidad del respectivo cobro se dificulte.
9La sala superior patrocina una opinión diferente. Así, sostiene que los créditos
que pertenecen al demandado, al encontrarse respaldados con garantías
hipotecarias, son capaces de garantizar adecuadamente la satisfacción de la
acreencia de la parte demandante, no siendo necesario que se acredite que el
demandado haya iniciado las acciones de cobro de dichos créditos. En tal
contexto, la sala superior concluye que la presunción de perjuicio se
desvanece, por consiguiente, revoca la apelada.
X. CONCLUSIONES

En cuanto a las características de la acción pauliana compete a los acreedores


ejerciéndolo en su propio nombre, además es individual, subsidiaria, un
remedio indirecto, conservatoria o cautelar, facultativa y de buena fe.
Asimismo, sus titulares son acreedores perjudicados con actos de enajenación
de los bienes del deudor y los que son pasivamente legitimados. Sus efectos
se dan en dos ámbitos, la posición del tercer adquiriente y la del
subadquiriente. En relación a su prescripción el código civil le fija un plazo
prescriptorio de dos años donde el plazo señalado en caso de caducidad
comenzará a computarse desde el día de la enajenación fraudulenta, pero cabe
recalcar que la improcedencia de la acción pauliana no impide que el deudor
cumpla con sus obligaciones ya vencidas.

El devenir histórico de la del fraude del acto jurídico, está marcado por una
evolución que va desde su concepción como una subespecie de
responsabilidad civil, hasta su consideración como un elemento más en la
posición jurídica de todo acreedor. Esto explica el progresivo vaciamiento de la
institución de consideraciones culpabilísimas o de reproche subjetivo (cuya
máxima tensión conceptual se encuentra en las hipótesis en que se presume
la scientia fraudis iuris et de iure) hacia el que ha de soportar la revocación:
ahora se trata de buscar una adecuada ponderación de los intereses
enfrentados (el del acreedor perjudicado por la despatrimonialización de su
deudor y el del adquirente de ese deudor), en términos de justicia material y de
seguridad en el tráfico.

Independientemente de las cifras que se extraen del mundo de las estadísticas


en lo referente al fraude, este delito tiene la fuerza suficiente para alcanzar las
mismas raíces de la solvencia de personas y empresas, y algunos han llegado
a decir que podría socavar los cimientos del orden económico en general si se
le deja seguir avanzando sin oponerle adecuados mecanismos preventivos.

En nuestros días, el fraude en el acto jurídico, mayor trascendencia es aquella


que se apoya en medios fraudulentos. Estos se han ido adaptando
paulatinamente a las nuevas formas de delinquir que han surgido con los
medios técnicos (de forma particular en los informáticos). Para colmo la
sociedad cultiva con mayor intensidad disfunciones específicas que afectan de
lleno a un número no despreciable de personas dotadas de gran capacidad
para adaptarse a los avances y dinámica sociales. Entre esas disfunciones
sociales se ve el constante reclamo del éxito material con olvido de los valores
para la convivencia y el respeto comunitario. Se la llama cultura de la
‘ADQUISICION’ porque los modelos humanos más deseados son los que se
fundan en el éxito material, en los negocios o en lo económico.
XI. RECOMENDACIONES

Sería más adecuado que el ordenamiento jurídico civil denomine a la figura del
fraude al acto jurídico como fraude a los acreedores, pues efectivamente, no se
produce un fraude contra el acto jurídico en sí mismo, sino un fraude
directamente contra el acreedor.
Se puede advertir que es un acto fraudulento encaminado para perjudicar al
acreedor, ya que necesariamente debe existir entre los sujetos una relación
jurídica obligatoria; es decir, un vínculo jurídico o nexo causal, protegido por el
ordenamiento jurídico, entre un deudor o sujeto pasivo y un acreedor o sujeto
activo. Frente a estas situaciones, el ordenamiento jurídico le concede al
acreedor dos acciones legales con el fin de poder recuperar o cobrar su crédito:
la acción pauliana o revocatoria y la acción oblicua o subrogatoria.
XII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Ascón, J. M. R., & Ramos, R. V. Apuntes sobre la Acción Pauliana en el Código


Civil peruano de. In LIBRO DE PONENCIAS DEL XI CONGRESO NACIONAL
DE DERECHO CIVIL (p. 79). recuperado en
https://www.conadecivil.com/PonenciasXI.pdf#page=79
Ingunza, B. F. (2021). Fraude a los acreedores: la acción pauliana o revocatoria
y la acción oblicua o subrogatoria. Giuristi: Revista de Derecho
Corporativo, 2(3), 125-141.recuperado en
https://revistas.esan.edu.pe/index.php/giuristi/article/view/166/134
Civil, C. (1984). Código Civil Peruano. Lima, Perú recuperado en
https://www.doctorinmueble.pe/docs/codigo-civil-peruano-actualizado-al-30-03-
2021.pdf
Cifuentes, Santos. Negocio jurídico. 2.ª ed. Buenos Aires: Astrea, 2004.
Torres, A. (2021). “Semejanzas y diferencias entre la acción pauliana y la
subrogatoria”. Revista Pasión por el derecho. Recuperado de:
https://lpderecho.pe/semejanzas-diferencias-accion-pauliana-accion-
subrogatoria/
Pastrana, F. (2018). “En que consiste la acción Pauliana?” Revista Pasión por
el derecho. Recuperado de: https://lpderecho.pe/opera-fraude-acreedores/

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