Está en la página 1de 19

Antecedentes de la

Independencia
paraguaya en1811

Nombre: Richard Cuyuri


Carrera: Historia
Curso: Primero
Profesor/a: Ricardo Pavetti

AÑO 2021
Índice
-INTRODUCCION
-LA REVOLUCION DE MAYO
-La iniciación de la revolución
-El Congreso del 24 de julio
-EXPEDICION FLUVIAL A CORRIENTES
-LA EXPEDICION A BELGRANO
-Batalla de paraguari
-VICTORIA DE TACUARI
-Negociación con el jefe porteño
-PREPARATIVOS BELICOS
-Conciertan los españoles la ayuda de Portugal
-Los cuarteles
-LA NOCHE DEL 14
-La alarma en la ciudad
-Intimación de los revolucionarios a Velasco
-LOS MOTIVOS O CAUSAS DEL MOVIMIENTO
-LA MAÑANA DEL 15: TROPAS Y PUEBLOS EN LAS
CALLES
Introducción
El presente trabajo se refiere al tema de la independencia del Paraguay que se
podría definir como el proceso histórico por el cual la actual República del
Paraguay se independizo de España, su metrópoli colonial, al tiempo que
rechazaba también incorporarse al estado denominado Provincias Unidas del Río
de la Plata (del mismo modo que a su sucesor, la Confederación Argentina), que
pretendía ejercer soberanía sobre todos los dominios del extinto virreinato del Río
de la Plata, incluida la intendencia del Paraguay.
Un dato muy importante que se debe acotar es que en la independencia de
Paraguay no se derramo ni una sola gota de sangre. En otros países de América
Latina, la independencia significo una guerra o el pedido de ayuda a libertadores
como San Martin y Bolívar. En Paraguay, en cambio, la independencia, fue
incruenta, es decir, que se produjo sin derramamiento de sangre. Unos 80
soldados pusieron 100 cañones, 2 de ellos apuntados a la casa del gobernador,
quien cedió a los revolucionarios.
El objetivo del trabajo trata de saber cómo dio lugar a la independencia del
Paraguay: cuales fueron las pretensiones de la Junta de Buenos Aires, la
mentalidad de las personas hacia una nacion libre y soberana y como se dieron
los acontecimientos por la lucha de la independencia.
Es de especial relevancia conocer los datos de esta etapa de la historia en el
Paraguay ya que mediante la independencia pudo constituirse libre de los
mandatos del exterior.
Este acontecimiento significó una oportunidad para que las personas paraguayas
puedan conformar su propio gobierno, acabando también el sistema de división y
opresión racial, en especial hacia los indígenas y negros.

1
La revolución de mayo
La iniciación de la revolución
El 25 de mayo de 1810 comenzó la revolución de la independencia en la ciudad de
Buenos Aires, capital del Virreinato del Rio de la Plata que integraba el Paraguay como
una de sus intendencias. Ese día fue derrocado el ultimo virrey de estas regiones, don
Baltasar Hidalgo de Cisneros y fue constituida una Junta (CHAVES, J. 1961: 11).
El nuevo gobierno trato de implantar un nuevo sistema y abatir a la reacción de los
españoles que amenazo a la revolución. Para ello enviaron circulares a todas las
autoridades del interior, pidiendo la designación de diputados al congreso que debía
reunirse en la capital para fijar el régimen definitivo de gobierno (CHAVES, J. 1961: 11).
La Junta trato desde un primer momento de atraer al Paraguay a su revolución. Para
conducir sus pliegos a Asunción eligió a un coronel paraguayo don José Espínola y Peña
(CHAVES, J. 1961: 11).
Llegado a la villa del pilar convoco al cabildo y obligo a reconocer y a jurar a la Junta de
Buenos Aires. Al mismo tiempo provoco gran alarma en toda la campaña, pues hablo
imprudentemente de reclutamientos y de envíos de tropas al Plata (CHAVES, J. 1961:
12).
En una conversación Espínola había manifestado que fue asignado comandante de
armas de la Provincia y que tenía instrucciones de los pronombres porteños para para
derrocar al gobernador Velasco (CHAVES, J. 1961: 12).
Esta noticia se había extendido por la gente del gobierno de la Provincia quienes vieron
llegar la idea revolucionaria y germinar los ideales de los comuneros. A tal efecto se
convocó a una junta general (CHAVES, J. 1961: 12).
Tras las declaraciones por parte de Espínola muchos vecinos abandonaron sus
residencias y se retiraron del pueblo temiendo ser reclutados y enviados al Plata.
Después de haber llegado a Buenos Aires, aconsejo al gobierno el envio de una
expedición conquistadora, asegurando que tenía muchos partidarios en Paraguay
(CHAVES, J. 1961: 12).
Cuando recibieron las comunicaciones acerca de la Junta de Buenos Aires se reunió el
cabildo bajo la presidencia del gobernador, resolviéndose convocar un congreso general
(CHAVES, J. 1961: 14).

El Congreso del 24 de julio


Convocaron un Congreso General, que se reunió el 24 de julio de 1810. Se dio la noticia
de que el Consejo de la Regencia era obedecido en toda España (CARDOZO, E.
1988:3).
El Congreso resolvió jurar obediencia a dicho Consejo de Regencia y que se guardara
armoniosa correspondencia y fraternal amistad con la Junta de Buenos Aires
(CARDOZO, E. 1988:3).

2
El Paraguay se apresto a ponerse en condiciones de hacer frente a las contingencias que
podían acarrearle su negativa a reconocer a la Junta de Buenos Aires, pues la nota de
Buenos Aires era explicita: anunciaba el envio de una fuerza militar. Velasco llamo a los
paraguayos para la defensa de la patria proclamando que Buenos Aires quería conquistar
el Paraguay (CARDOZO, E. 1988:4).

3
Expedición fluvial a Corrientes
Buenos Aires había decretado el bloqueo del Paraguay. Toda clase de comunicación con
el exterior se había cortado. A consecuencia de eso se detuvo un convoy de ocho
embarcaciones paraguayas, cargadas de mercaderías que iban hacia Asunción. El
gobernador interino, Cnel. Gracia, dispuso que una escuadrilla de cuatro buques de
guerra, al mando del capitán Jose Antonio de Zavala se trasladara a Corrientes para
liberar las embarcaciones paraguayas. El 1ro de octubre, Zavala exigió mediante un
redactado que se les permitiera continuar con la navegación a los barcos detenidos. Los
barcos fueron liberados al día siguiente después de que se cumpla la promesa de que la
navegación no sería entorpecida en lo sucesivo (CARDOZO, E. 1988:4).

4
La expedición de Belgrano
Buenos Aires decreta una expedición al Paraguay- Sin esperar la comunicación de las
resoluciones del Paraguay, la Junta de Buenos Aires decidió despachar la expedición
auxiliar. Fue destinado a realizarla el ejército, bajo el mando de Manuel Belgrano. Según
instrucciones, Belgrano debía pasar primeramente a las Misiones y luego al Paraguay,
para poner a la provincia en completo arreglo; si hubiese resistencia se le autorizaba a
ejecutar al Obispo, al Gobernado y a los principales causantes de la resistencia
(CARDOZO, E. 1988:5).
Según Belgrano la decisión se tomó porque se creía que en el Paraguay había ´´un gran
partido de la revolución´´, de acuerdo a los informes suministrados por el Coronel
Espínola a su regreso (CHAVES, J. 1961: 19).

Batalla de Paraguarí
El 10 de diciembre de 1810 el ejército de Belgrano, que alcanzaba a 1500 hombres,
atravesó el Paraná y comenzó a internarse en territorio paraguayo. Ambos ejércitos se
enfrentaron se enfrentaron el 15 de enero de 1811. Nuevamente Belgrano intento
persuadir a los paraguayos mediante proclamas y ejemplares de la Gaceta de Buenos
Aires lanzados desde las alturas de los cerros vecinos (CARDOZO, E. 1988:5).
Tres días estuvieron ambos ejércitos ocupados en guerrillas, hasta que el 19 de enero de
1811, simultáneamente, decidieron atacar. El centro del ejército paraguayo se desbando
y fue perseguido con intensidad por el enemigo que en su avance llego hasta el pueblo
de Paraguarí, capturando el cuartel general en cuyo saqueo perdió un tiempo valioso.
Velasco con unos pocos fieles huyo precipitadamente hacia la cordillera cercana. Los
otros jefes españolistas Gracia, De la Cuesta huyeron también quedando el ejército criollo
sin general y sin cabeza (CARDOZO, E. 1988:6).
La batalla parecía decidirse en favor del ejército de Belgrano cuando se produjo una
reacción inesperada. Cavañas y Gamarra reaccionaron y contratacaron a los porteños
realizando un movimiento de flanco. La tropa de Belgrano que había ocupado la
población de Paraguarí se vio sorpresivamente atacada y tuvo que retirarse en
precipitada fuga. A mediodía finalizaba la acción con el triunfo de los paraguayos. El
ejército invasor fue rechazado e inicio su retirada hacia el Paraná. (CARDOZO, E.
1988:6).

5
Victoria de Tacuarí
El ejército de Belgrano hizo su retirada marchando hacia el Paraná intentando convencer
a los criollos paraguayos, mantuvo una conversación mantenida con Antonio Tomas
Yegros, quien le visto como parlamentario, le aseguro que no había venido a conquistar
al Paraguay sino a auxiliarlo y que le repugnaba derramar la sangre de los paraguayos.
Esta negociación prosiguió en secreto durante varios días (CHAVES, J. 1961: 22).
En los primeros días de marzo están de nuevo frente a frente los dos ejércitos. Uno de
los principales jefes, Cavañas y varios de sus compañeros, son partidarios de un acuerdo
pacífico con Belgrano. Pero el 7 de marzo llega al campamento el teniente coronel
Gamarra quien trae instrucciones de Velasco de definir la situación por la fuerza
(CHAVES, J. 1961: 23).
El plan de Cavañas es cruzar el Tacuarí a una legua de distancia por un puente
construido en forma improvisada por el comandante Luis Caballero; pasar por el puente
mil hombres y tres cañones y atacar al enemigo por la espalda. Esta columna fue
confiada al mando del comandante Gamarra. A la aurora se hizo el cruce del rio, mientras
los cañones quedaron en la línea paraguaya bombardeaban intensamente al enemigo
(CHAVES, J. 1961: 23).
A las 7 de la mañana se inició la batalla campal. Belgrano con parte de su infantería
sostuvo la línea del Tacuarí, destacando a su segundo, Machain, para tratar de contener
a la columna Gamarra que le amenazaba por la retaguardia. Las tropas de Machain
establecieron su reducto en una isleta que fue rodeada por las tropas de Gamarra.
Machain y los suyos se rindieron a su discreción (CHAVES, J. 1961: 23).
Otra parte del ejercito porteño se desbandó. Belgrano solo al frente de 250 soldados
mantuvo la resistencia, pero todo resultó inútil. Totalmente derrotado y sin posibilidad de
salvación el jefe argentino envía un parlamentario solicitando un armisticio que le es
recordados con todos los honores (CHAVES, J. 1961: 23).
Despierta la conciencia nacional- La guerra porteña fue de grandes efectos morales.
Sirvió para mostrar a españoles y porteños la vigorosa realidad del patriotismo
paraguayo. La guerra había sido ganada a un adversario, si bien inferior en número,
superior en armamentos y recursos, con el solo esfuerzo nacional, y pese a la defección
española. Despertaba, de golpe, la conciencia de lo que la nacion era capaz y al soplo de
las nuevas ideas propagadas por los porteños se vivificaron viejas y adormecidas
doctrinas. El pensamiento comunero de la soberanía popular resurgió potente a la
superficie, para sustentar el derecho del pueblo paraguayo a romper, por su propia
voluntad, anacrónicas ligaduras y decidir sobre su propio destino, suprimiendo las
rémoras del régimen colonial que entorpecían su bienestar (CARDOZO, E. 1988:9).

Negociación con el jefe porteño


Belgrano ofrece: 1° paz, unión, entera confianza y liberal comercio de todos los frutos de
la provincia, incluso el tabaco con los del rio de la Plata y con los de Buenos Aires; 2°
nombramiento por el Paraguay de un diputado que vaya a Buenos Aires; 3°
formación por la ciudad de Asunción de una junta cuya presidente será el gobernador
Velasco; 4° el pago de la caballada y ganados usados y consumidos por el ejército
porteño; 5° que no se moleste para nada a las familias que se unieron al ejercito
auxiliador; 6° que sean puestos en libertad los prisioneros de Paraguarí y Tacuarí; 7° que

6
sean puestos en libertad el oficial parlamentario Ignacio Warnes; 8° que sean puestos en
libertad los detenidos en el fuerte de Borbón por adictos a la causa de la Junta (CHAVES,
J. 1961: 24).

7
Preparativos bélicos
La revolución estaba decidida desde fines de marzo. Diversos factores aceleraron los
acontecimientos; entre ellos la conducta impolítica de las autoridades españolas
totalmente desprestigiadas a raíz de la guerra civil (CHAVES, J. 1961: 26).
Para Velazco no escapo a su sagacidad el inminente peligro que representaba para su
gobierno la entente cordial sellada entre paraguayos y porteños. Comprendió que no
podía enfrentar abiertamente a los criollos, pues solo conseguiría su fin; ya no tenía el
prestigio necesario para luchar de frente. Pero no por eso se consideraba vencido, elige
hábilmente una vía indirecta. Sus primeras medidas están destinadas a los patriotas de
ambas provincias, a introducir una cuña entre el ejército de Belgrano y las fuerzas
paraguayas. En cumplimiento de un alto plan de vuelo hará que sus fuerzas invadan a la
Provincia de Corrientes (CHAVES, J. 1961: 27).
Otra medida que tomo Velasco fue la de relevar de sus comandos a Cavañas y Gamarra;
el único alto jefe ratificado fue Fulgencio Yegros a quien se le designo gobernador de
Misiones (CHAVES, J. 1961: 27).
El 7 de abril de 1811 es ocupada la ciudad de Corrientes, al mando del comandante de
Ñeembucu Jaime Ferrer y se apodero de los barcos surtos en el puerto. El 17 llegaban a
ese mismo puerto las armas y oficiales enviados por Elio. Alentado por este refuerzo,
Ferrer envió un ultimátum al teniente gobernador Elías Galván, para que el término de
dos horas, se declarase aliado del Paraguay y reconociese a Elio como virrey del rio de la
Plata. Galván se refugio en el campo y el Cabildo acepto el ultimátum. Velazco encargo a
Ferrer el gobierno de la ciudad hasta que lo asumiera el comandante designado, Blas
José de Roxas Aranda, quien inauguro su gobierno, el 28, con una violenta proclama
dirigida contra la [turbulenta y facinerosa] Junta de Buenos Aires. Las invectivas de su
encubrían otra realidad: Roxas de Aranda era uno de los cabecillas de la conspiración
que se estaba fraguando contra el poder español en el Paraguay (CARDOZO, E.
1988:11).
La verdad era que en Asunción se conspiraba intensamente. Había un estado de
subversión general. Velazco recibió noticias fidedignas de la conspiración por intermedio
de paraguayos eminentes, como Zavala y Delgadillo y Pio Ramón de la Peña.
Conspiraba Somellera con finalidad netamente porteñista. Conspiraba un grupo
importante de militares, tomando de bandera a Cabañas, con Vicente Ignacio Iturbe a la
cabeza. Un tercer grupo capitaneado por Pedro Juan Caballero, busco los consejos del
doctor José Gaspar Rodríguez de Francia, quien, habiéndose negado a cooperar en los
trabajos de Somellera, acepto después dirigir la conspiración y trazo el plan
revolucionario. El movimiento no se circunscribió a la capital, pues debía producirse un
levantamiento general. Roxas de Aranda tenía que pronunciarse en Corrientes, Fulgencio
Yegros en Itapuá y Cavañas en las Cordilleras. Quedo señalado como fecha del
levantamiento en Asunción el 25 de mayo, aniversario de la Revolución de Buenos Aires
(CARDOZO, E. 1988:11).

Conciertan los españoles la ayuda de Portugal


Si Velazco se mostraba vacilante no ocurrió así en el Cabildo, el cual recordó, para sus
fines, la ayuda militar insistentemente ofrecida por Portugal, a cambio del reconocimiento
de los eventuales derechos de la inquieta e intrigante princesa Carlota Joaquina a la
corona de España. Ya a principios de enero de 1811, el embajador de España en Rio de
Janeiro había ofrecido ayuda a Velazco por intermedio de Diego de Souza, gobernador

8
general de Rio Grande, Velazco había aceptado interceptar la retirada de Belgrano y
Cavañas escribió a Souza indicándole el paso de Itaibate para atravesar el Paraná los
refuerzos solicitados. Souza anuncio entonces a Velazco que 1000 hombres marchaban
hacia San Boria listos para obrar contra Buenos Aires de acuerdo con Velazco, entre el
Paraná y el Uruguay, aunque no era de parecer que esas fuerzas fueran al Paraguay
(CARDOZO, E. 1988:12).
Desaparecido el peligro con la capitulación de Tacuarí, Velazco escribió a Souza
aprobando la alianza paraguaya-portuguesa, pero dejando al arbitrio del virrey Elio la
aceptación del plan. Souza destaco al teniente José de Abreu con la misión de reiterar al
Paraguay la protección portuguesa y concertar con Velazco y el Cabildo operaciones
militares en la Banda Oriental, donde la situación del virrey Elio era desesperada. Abreu
llego a Asunción el 9 de mayo. Tropezó con la oposición de Velazco, que ya no creía
necesaria la cooperación portuguesa; pero el Cabildo, resuelto a llevar todo trance la
guerra contra Buenos Aires, incluso fuera de las fronteras paraguayas, después de largas
deliberaciones efectuadas a puertas cerradas y en medio de la expectativa nerviosa del
público, resolvió el 13 aceptar las proposiciones de Souza, colocando a la Provincia bajo
la protección de Portugal para mejor defender los derechos de Fernando VII y de sus
legítimos sucesores, entre los cuales quedaba reconocida implícitamente y en primer
término la princesa Carlota Joaquina (CARDOZO, E. 1988:12).
Los revolucionarios seguían vigilantes las actividades de Abreu. A pesar del misterio de
que estaban rodeadas las negociaciones, ellos seguían su curso por Pedro Somellera. La
intervención de los portugueses implicaba un serio peligro y podía hacer fracasar los
planes revolucionarios. Al conocerse la noticia de la aceptación del auxilio ofrecido por
Souza, los patriotas resuelven enviar con urgencia a José María Aguirre para informar a
Yegros de la novedad y pedirle que en cualquier forma impidiese el paso de Abreu. Pero
este que debía partir el 14 suspende su viaje hasta el día siguiente, dejándose entonces
sin efecto la comisión de Aguirre. En la mañana del 14 de mayo, el Síndico procurador
Juan Antonio Fernández se aboca a su pariente y amigo Vicente Ignacio Iturbe y le dice
que el gobierno sabía lo que estaba tramando y cuál era el objeto de las juntas que se
realizaban en casa de don Juan Francisco Recalde; que se dejasen de eso y pensasen
en locuras (CHAVES, J. 1961: 33).
Iturbe avisa a Caballero, y después de un cambio de ideas entre todos los complotados,
se decide dar el golpe la misma noche del 14, sin esperar las tropas de Cavañas y
Yegros. En el transcurso del día se prepara el plan del golpe que no dejaba de presentar
serias dificultades tanto en el orden político como en el militar. En efecto la revolución que
debía ser dirigida por Cavañas y Yegros y ejecutada con sus tropas por circunstancias
imprevista, tenía que traducirse en un golpe de cuartel cuya responsabilidad iba a recaer
en jóvenes e inexpertos oficiales como Caballero e Iturbe. En esta difícil circunstancia era
necesario encontrar un consejero. Se pensó en el doctor Gaspar Rodríguez de Francia
que se hallaba en su quinta de Ibirai (Trinidad). Acepto la propuesta y trazo el plan sobre
el cual tenía que desarrollarse el golpe (CHAVES, J. 1961: 33).
El factor militar provoca un cambio en el orden político; se abandona la idea de derrocar a
Velasco; se recurre a un procedimiento menos radical: la agregación de dos diputados a
Velasco. Esta hábil solución tranquiliza a los realistas evitando una reacción inmediata
(CHAVES, J. 1961: 33).

9
Los cuarteles
Una feliz circunstancia vino a facilitar el desarrollo plan revolucionario. Esa noche estaba
de guardia en el cuartel de la plaza situado en el antiguo cabildo, hoy Congreso nacional
y la Catedral el alférez Mariano José Troche con el contingente de curuguateños. En el
cuartel de la artillería, levantando en terreno de la actual policía, tomo la guardia el
teniente Juan Manuel Iturbe, otro de los conjurados. Y en el cuartel del colegio se cree
que la guardia estaba a cargo del teniente Juan Bautista Acosta, hermano político de
Rivarola. Todos estos factores se conjugaron en forma favorable (CHAVES, J. 1961: 34).

10
La noche del 14
Marcho, pues el corto grupo por las actuales calles 14 de mayo y Buenos Aires a ocupar
el cuartel de artillería custodiado por Juan Manuel Iturbe. Allí debe haber quedado alguno
de los principales, probablemente Juan Bautista Rivarola. Cruzaron los otros con Pedro
Juan a la cabeza llegándose al cuartel de la plaza cuya guardia les fue entregada por el
alférez Troche (CHAVES, J, 1961: 35).
El tercer cuartel, llamado ´´del Colegio´´ se plegó también al movimiento (CHAVES, J,
1961: 35).
Mariano Antonio Molas refiere que la señal de alarma para ocupar el cuartel de la plaza
fue un ´´repentino e intempestivo toque de campanas en la Catedral´´. En seguida, como
un reguero corrió por la ciudad el grito de ¡alboroto! ¡alboroto en la plaza! (CHAVES, J,
1961: 35).
La primera medida de los revolucionarios es la de libertad a los 30 presos políticos entre
los que se hallaban el Dr. Juan Francisco Agüero, el Dr. Juan Manuel de Grance, el
franciscano Orue, D y otros (CHAVES, J, 1961: 35).

La alarma en la ciudad
Momentos después de la ocupación del cuartel salía Abreu de su residencia, cuando se
encuentra con el Tte. Coronel Juan Manuel Gamarra carabina en mano y dos pistolas al
cinto acompañado por un soldado; Abreu inquiere de Gamarra que sucedía: este le
contesta que iba a la casa de los gobernadores porque gritaban en las calles ¡alboroto en
la plaza! (CHAVES, J, 1961: 36).
Van juntos a la residencia del gobernador, quien interrogado por Gamarra expresa que
nada sabía habiendo solo oído el grito ¡alboroto en la plaza! En eso llega uno de los
capitulares todo azorado diciendo que las tropas se habían sublevado en el cuartel, que
no abrían la puerta a nadie (CHAVES, J, 1961: 36).
Encomienda Velasco a Gamarra la misión de ir hasta el cuartel que distaba cien metros
de la gobernación a inquirir noticias. En el cuartel dan el alto a Gamarra quien da su
nombre. Le responden: disculpe mi general, pero no se abre ahora la puerta. Replica el
jefe preguntando si no le conocían: le contestan que sí y a ver si él era también de los
que querían desarmar a los paraguayos. Contesta entonces el vencedor de Paraguarí
que bien lo conocían y que él también era paraguayo. Acto seguido retorna a la casa de
los gobernadores a dar parte a Velasco (CHAVES, J, 1961: 36).
Un tiempo después Gamarra envía al cuartel a un oficial paraguayo, compañero de los
que se habían alzado. Antes de llegar a la puerta, le disparan un tiro de carabina desde
una de las ventanas. Vuelve el citado teniente y refiere lo sucedido. Velasco pregunta a
Abreu que se debía hacer, aconsejando, este se rodee el cuartel y se espere el alba
(CHAVES, J, 1961: 36).
El gobernador encarga de una misión conciliadora al mercedario fray Inocencio Cañete,
anciano y virtuoso sacerdote. Este mismo se dirige al cuartel donde trata de apaciguar a
los oficiales, pero nada consigue. Pedro Juan Caballero, le dice: ´´Dígale, Padre, al
gobernador, que este tranquilo. Que por la madrugada sabrá todo (CHAVES, J, 1961:
37).

11
Intimación de los revolucionarios a Velasco
Abandonemos la casa de los gobernadores de Asunción donde Velasco y sus partidarios
se hallaban indecisos y volvamos al cuartel. Ha sido redactada y quedado lista la primera
comunicación al gobernador. En la madrugada del 15, Vicente Ignacio Iturbe se dirige a la
casa de los gobernadores y hace entrega a Velasco de la intimación de pedro Juan
Caballero. Decía así:
´´En atención a que la Provincia esta cierta de que, habiéndola defendido a costa de su
sangre, y de sus haberes con el enemigo que la ataco: ahora se va a entregar a una
potencia extranjera que no la defendió con el más pequeño auxilio, que es la Potencia
Portuguesa: Este cuartel de acuerdo con los oficiales patricios, y demás soldados no
pueden menos que defenderla con los mayores esfuerzos y para el efecto pide lo
siguiente:
Que se entregue llanamente a este cuartel la Plaza y todo el armamento así de dentro
como de fuera de la ciudad cualquier mano que se hallen y que para el efecto lo pida el
señor gobernador y lo congregue en su casa para con su aviso mandar por ello este
cuartel el diputado que corresponde. Que el señor gobernador siga con su gobierno, pero
asociado con dos diputados de este Cuartel, que serán nombrados por dicho cuartel a
satisfacción mientras lleguen los demás oficiales de plana mayor de esta provincia que
entonces se tratara, y se establecerá la forma y modo de gobierno que convenga a la
seguridad de esta provincia.
Que igualmente mientras tanto se cierre la casa de Cabildo, y se entregue la llave a los
diputados socios del señor gobernador. Que ningún barco se mueva de ninguno de los
puertos de esta provincia mientras no lleguen a esta los oficiales de la provincia y se
establezca lo conveniente
Que igualmente se retire el señor gobernador don José Teodoro Fernández y todos ellos
y a los demás que se han de separar de S.S que no salgan de esta ciudad antes de dicho
establecimiento. Que asimismo no salgan de la ciudad los portugueses que ahora poco
han entrado en esta con diputación clandestina. Y que mientras tanto siga la ciudad sin
embarazos sus oficios, comercio y agricultura, sin estrépitos ni alborotos; y que tampoco
se embarace al cuartel la comunicación libre con la ciudad y con la provincia ni se
intercepten sus chasques (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 135).
Cuartel General, mayo 15 de 1811
Por mí y por mis subalternos: Pedro Juan Caballero
Señor Gobernador Intendente don Bernardo Velasco

12
Los motivos o causas del movimiento
Mientras el gobernador preparaba su respuesta, Iturbe quedo conversando en la guardia,
donde dijo asaz enfadado: Que no se necesitaba incomodar a Portugal pues no carecían
de socorros; que los europeos habían quedado en la ciudad, sin ayudar con su dinero al
pago de las tropas militares ocupadas en la defensa de las fronteras, diciendo que no
tenían dinero, siendo la verdad que el día del ataque a Paraguarí, como un traidor hiciera
correr la noticia de que habían triunfado los de Buenos Aires, muy luego embarcaron los
mismos europeos 35.000 pesos fuertes, a fin de ponerlos a salvo en Montevideo: que
después de haber los paraguayos repelido y ahuyentando de su frontera a los de Buenos
Aires, los puestos públicos fueron otorgados solamente a los europeos, y aun los que se
quedaron en la ciudad, no siendo contemplados para nada los paraguayos, tratándolos
con desprecio y peor que antes, por último que trataban de desarmarlos a fin de quedar
solo armados los europeos (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 140).
Replico a esto el ayudante de ordenes don José Teodoro, diciendo que antes bien se
trataba de armar un mayor número de paraguayos; que, en cuanto al dinero, bien se
sabía que el ayudante de órdenes, estaba comisionado para ir a Matto Grosso a recibir el
dinero que el capitán general de Cuyaba había ofrecido (LOPEZ de Moreira, Mary M,
2018: 140).
Le respondió el alférez Iturbe que él, José Teodoro, tendría buen interés en aquella
comisión, como que además de la soldada, le daban bastante dinero para los gastos de
viaje, así como dieron 600 pesos a don Carlos Genovés que condujo los prisioneros a
Montevideo, y que a él, Iturbe y a los demás no se les daban semejantes comisiones a no
ser para trabajar y arriesgar sin que se les pagara y tratándolos con desprecio; que no
hallaban para gobernar y a quien darlo todo sino a los europeos; y por último que había
de decir la verdad aunque lo matasen (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 140).
La respuesta bastante ambigua del gobernador fue la siguiente:
Señor don Pedro Juan Cavallero:
Con vista del oficio que con esta fecha me ha dirigido Ud. En su nombre y de sus
subalternos y en consideración a las mismas que Ud. Se propone, de funestas
consecuencias, no puedo menos de acceder a sus proposiciones como el más interesado
en la tranquilidad de ese vecindario, y de toda la provincia, a pesar de que espero que
ese cuartel tendrá ocasión de desempeñarse de que jamás cupo en mi imaginación
entregar esta provincia a dominio extranjero como se acreditara con todos los
documentos de la materia.
El alcalde de primer voto me ha entregado las llaves de las casas capitulares las que
serán entregadas a los diputados (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 134).
Dios guarde a Ud. Muchos años.
Asunción, 15 de mayo de 1811
Bernardo de Velasco

13
La mañana del 15: Las Tropas y el Pueblo en las Calles
Al aclarar el histórico día 15 de mayo de 1811, las cosas seguían igual. Según Mariano
Antonio Molas siguió el Gobernador con su oposición, permaneciendo inflexible toda esa
noche a cuanto se le proponía por el cuartel. Se valió de cuantos medios le dicto su
prudencia para aquietar y apaciguar los ánimos enardecidos ya y dispuestos a usar la
fuerza para derribarlo del mando; pero no se atrevió ni permitió que sus adeptos se
valieses de las armas. Amaneció el día 15 sin que el gobernador desistiese de su
posición, ni las tropas de su empresa… (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 137).
Según un testigo, Velasco se opuso a toda resistencia expresando que los paraguayos le
querían mucho y que por la mañana él lo comprendía todo.
A primera hora la tropa salió del cuartel arrastrando 6 piezas de artillería; dos de ellas
fueron asestadas a la casa de gobierno y una en cada bocacalle. Gran número de pueblo
se unió a los militares (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 137).
Desde este momento; el movimiento que tenía carácter exclusivamente militar lo asume
civil. Los paisanos han acudido en esa mañana augural a formar filas junto a los soldados
(LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 138).
Este aporte será reconocido en el discurso del gobierno al congreso del 17 de junio en el
que se habla de que junto a los soldados estaban los valerosos que se les reunieron esa
mañana del quince (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 138).
Efectivamente- anota un contemporáneo llego el momento, y abrieron las puertas (del
cuartel) emplazando la artillería para la Casa del Gobierno y aunque lo exhortaban a que
variasen de intento, no tuvo recurso, como que tenían las fuerzas…. (LOPEZ de Moreira,
Mary M, 2018: 138).
Velasco reitero entonces su decisión de que no se derramara sangre e hizo decir a los
oficiales que accedería a todo el pedido (LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 139).
Según un testigo presencial, salió con el bastón en la mano diciendo: Aquí está el bastón
si es por el mundo. A esta nueva intimación contesto Velasco que reunía el cabildo a fin
de proceder la entrega exigida…. Como ella se retardase hasta las ocho de la mañana,
los oficiales instaron desde el cuartel amenazando con romper el fuego de la artillería.
Iturbe fue portador del ultimátum:
Señor Gobernador Intendente Don Bernardo de Velasco.
Ha retardado V.S la contestación a nuestra última proposición, y es necesario que nos
entregue al momento el Armamento confiado al Cuerpo de Miñones, y haber accedido a
los demás propuestos puntos antes que la Dilación nos impulse a otra determinación
sensible a nosotros mismos alterando nuestro humilde y honesta solicitud (LOPEZ de
Moreira, Mary M, 2018: 139).
Dios guarde a V.S muchos años
Por mí y por mis oficiales
Pedro Juan Caballero
Al recibirse esta respuesta hubo gran jubilo entre los revolucionarios. Se izó una bandera
en la plaza; se dispararon 21 cañonazos, y luego, todos gritaron ¡viva la unión! Enseguida
se difundió este bando del gobernador:

14
¡Don Bernardo de Velasco y Huidobro, Brigadier de Reales Ejércitos, Gobernador Militar
y Político e Intendente de la Provincia del Paraguay y treinta pueblos de Misiones!
Por cuanto conviene a la quietud y buen orden que el vecindario viva recogido en las
noches, se tendrá entendido que el que de las nueve en adelante se encuentre fuera de
su casa, será conducido por las Patrullas arrestado al Cuartel del Colegio, y cuando con
justificada precisión salga alguno después de dicha hora, llevara Farol, pero de ninguna
manera tres personas juntas, ni una de las clases de Negros y Pardos: Y publíquese por
bando para que llegue la noticia a todos. Fecho en la Asunción 15 de mayo de 1811
(LOPEZ de Moreira, Mary M, 2018: 139).

Bernardo de Velasco

15
Conclusión
En la madrugada del 14 al 15 de mayo de 1811 culmina el proceso de emancipación de
la intendencia de Paraguay del Virreinato de Río de la Plata y por ende de la corona de
España. El proceso revolucionario auspiciado desde el exterior por las campañas bélicas
del argentino Manuel Belgrano y la Junta Mayor de Buenos Aires e internamente por un
grupo de militares revolucionarios liderado por Pedro Juan Caballero es la consecuencia
de un largo proceso cuyos orígenes y antecedentes se remontan al siglo XVIII. Nos
encontramos con un fenómeno regional que provoco, que, en un rápido proceso de
descolonización, la Monarquía Hispánica pierda su hegemonía en la práctica totalidad de
sus dominios.

16
Bibliografia
CHAVES, Julio C. La Revolución del 14 y 15 de mayo. Argentina. Editorial Asunción
S.R.L. 1961. 104 p.
CARDOZO, E. Paraguay Independiente. 2da Edición. Talleres gráficos de Industrial
Grafica Comuneros S.A. 401 p.
LOPEZ de Moreira, Mary M. Historia del Paraguay. 12ma Edición. Asunción.
SERVILIBRO. 2018. 369 p.

17

También podría gustarte