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CELEBRACIÓN COMUNITARIA CON EL SACRAMENTO DE LA

RECONCILIACIÓN
Fieles. Son niños de primera comunión, que tienen alrededor de 9 a 10 años de edad. Ya
están en su segundo año de catecumenado, y vienen acompañados de sus padres, y están
presentes sus catequistas, y tres sacerdotes (estos en un momento propicio estarán
colocados en distintas partes para administrar el sacramento de la reconciliación
individual).
Tiempo litúrgico: Pascua
Ambientación.
1. El lugar que se celebrará el sacramento es la Iglesia parroquial; se les dará a los
niños una vela, que les recordará que son luz de Cristo, que, como bautizados,
están llamados a ser luz en sus casas, colegios, en la parroquia, en el parque,
como verdaderos testigos de su amor y perdón.
2. En la puerta de la Iglesia. El sacerdote, junto a los catequistas, reciben a las
familias, junto a los niños, e irán distribuyendo las velas para el momento
propicio de la celebración.
3. Junto al altar, estará el Cirio Pascual, flores y unos letreros que tendrán escrito
las palabras: bautismo, perdón, amistad, mirada, confianza, luz, corazón,
comunidad; dichas palabras quieren transmitir e invitar a que los niños se
sientan invitados a participar del sacramento de la reconciliación.
ESQUEMA CELEBRATIVO
a) Saludo. Esta monición la realiza el sacerdote que preside la celebración.
Queridos niños y niñas:
Somos hijos e hijas de Dios por el bautismo. Dios nos ama como Padre y,
por ello, quiere hacernos parte de Él, y pide que nos amemos (cf. RP 353). Por
eso en este tiempo de Pascua, dónde celebramos la victoria de su Hijo Jesucristo
sobre la muerte y el pecado, él quiere que también resucitemos, por ello damos
el paso a salir de nuestros pecados y ser luz cómo este cirio, que representa su
presencia entre nosotros. A veces no hemos sido luz suficiente en nuestras casas,
entre nuestros amigos, o en el colegio; es tiempo, Dios nos sigue llamando y nos
invita a buscarle y confiar en su amor y su perdón.
b) Canto. Jesús está entre nosotros (KAIROI) con este canto, luego del saludo, se
busca que los niños conecten el tiempo litúrgico, con el símbolo del cirio, ya
que la letra del canto hace referencia a la presencia de Jesús en medio de la
Iglesia que celebra, señalando que Jesús cambie las vidas, rompa las cadenas,
que llene con su gracia a su Iglesia, ya que Él es paz, es verdad.
JESÚS ESTÁ ENTRE NOSOTROS,
ÉL VIVE HOY
Y SU ESPÍRITU A TODOS DA.
JESÚS, RAZÓN DE NUESTRA VIDA,
ES EL SEÑOR,
NOS REÚNE EN PUEBLO DE AMOR.
Cambia nuestras vidas con tu fuerza.
Guárdanos por siempre en tu presencia.
Tú eres verdad, Tú eres la paz.
ESTRIBILLO.

Rompe las cadenas que nos atan.


Llénanos de gracia en tu Palabra.
Gracias, Señor. Gracias, Salvador.
c) Lectura de la Palabra de Dios. Está tomada del evangelista Juan (8, 12; 11, 9-
10). Siguiendo la dinámica de la celebración, se busca reflexionar, junto a la
palabra, sobre el sentido de la luz, y cómo ser parte de esa luz, que,
acompañados de esa luz que es Cristo, no caminar en las tinieblas, sino en la
luz.

Lectura del Evangelio de san Juan


Jesús les habló de nuevo diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me
sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida».
«¿No tiene el día doce horas? Si uno camina de día no tropieza, porque ve la
luz de este mundo; pero si camina de noche, tropieza porque la luz no está
en él».
d) Homilía. La homilía ha de ser breve, y pondrá de relieve el sentido de la luz en
las vidas de los niños, en su entorno como personas, y cómo la luz de Cristo les
puede ayudar a caminar en este mundo, y cómo hacer frente a la realidad de
pecado.
e) Acto penitencial-Momento de la luz. En este momento son invitados los niños,
con las velas en las manos, a pasar dónde está el cirio; algunos catequistas
ayudarán a encender las velas, y luego de tenerlas encendidas el sacerdote en
pie con el cirio en las manos en medio de ellos, inicia con una pequeña
invitación a ser luz y dejarse guiar por ella; algunos papás y catequistas leerán
algunas preces, para pedir a Dios su perdón y la gracia de que acompañe a
estos niños, que reciben el sacramento de la reconciliación.

Sacerdote dice: En nuestro bautismo, Dios puso en nosotros la luz de Cristo.


Esta es la luz esencial para nuestras vidas, es la presencia de Jesús entre
nosotros, ya que quiere que permanezcamos junto a él, y por ello somos
invitados a ir hacia él por medio de los sacramentos; por ello junto a la Iglesia y
unidos, decimos:
Ilumínanos Señor, y ten piedad.
- Muchas veces no hemos obrado como hijos tuyos: Ilumínanos Señor, y ten
piedad.
- Perdón Señor, por nuestros egoísmos, por nuestra falta a la verdad:
Ilumínanos Señor, y ten piedad.
- Hemos desobedecidos a nuestros padres y a nuestros maestros: Ilumínanos
Señor, y ten piedad.
- Hemos reñido entre nosotros y hemos hablado mal: Ilumínanos Señor, y ten
piedad.
- Perdón Señor, por nuestra pereza, por no ser responsables con nuestras
tareas: Ilumínanos Señor, y ten piedad.
- Jesús, danos la gracia de mirarte y ser tus amigos: Ilumínanos Señor, y ten
piedad.
Sacerdote dice: Niños: hemos reconocido que no siempre hemos estado en la
luz de Cristo, y que no hemos sido verdaderos amigos de él, por eso, ahora
les invito a dar el paso de volver y seguir su luz, en el sacramento del
perdón; animados por esta luz, volvamos a ese resplandor hermoso del
cirio, ya que el quiere que seamos sus amigos.
f) Momento del sacramento: realizado la primera parte de la celebración, se
invita a los niños a pasar junto a los sacerdotes, en un respectivo orden, a
recibir el sacramento. Mientras esto, se invita a la comunidad estar en un clima
de recogimiento y oración, donde se cantarán cantos alusivos a la luz, al
perdón, a la amistad con Dios, al amor, que recuerde a los presentes, que este
momento sea espacial para los niños, no sea un requisito más, sino un camino
que empieza en su preparación, a la primera comunión.
Cantos:
Sois la sal
Sois la sal que puede dar sabor a la vida.
Sois la luz que tiene que alumbrar, llevar a Dios (bis)

En mi debilidad (Brotes de Olivo)


En mi debilidad me haces fuerte
En mi debilidad me haces fuerte
Sólo en tu amor me haces fuerte
Solo en tu vida me haces fuerte
En mi debilidad, Te haces fuerte en mí.

Querido Padre (KAIROI)


Querido Padre, cansado vuelvo a ti 
haz que conozca en don, de tu amistad 
vivir por siempre el gozo del perdón 
y en tu presencia la fiesta celebrar, 
pongo en tus manos mis culpas Oh Señor 
estoy seguro de que eres siempre fiel 
dame las fuerzas para poder andar 
buscando en todo hacer tu voluntad 

Padre, yo busco tu amor, 


Padre vuelvo a ti 
mira que tu hijo soy 
Padre vuelvo a ti. (2) 

Lo reconozco, a veces olvide 


que eres mi Padre y que a mi lado estas 
que soy tu hijo y que me aceptas como soy 
solo me pides vivir en sinceridad, 
Quiero sentirme cercano a ti Señor 
oír tu voz que me habla al corazón 
sentirme libre desde tu libertad 
ser signo vivo de la fraternidad.

g) Acción de gracias. Terminado el sacramento, se invita a los niños a pasar


delante junto al sacerdote presidente, y este uniendo sus manos reza el Padre
nuestro, invitándoles a mirar en la oración la gracia de ser hijos de Dios, de ser
perdonados y guiados por Él.

Sacerdote:
Querido niños:
Al recibir la gracia del perdón de Dios, por medio del sacramento de
la reconciliación, nos unimos en acción de gracias con la Iglesia, junto a sus
padres y todos los presentes, por el don del perdón y el amor que Dios nos
ofrece en su Hijo Jesucristo, que es Luz para todos, decimos la oración que
Él enseño a sus discípulos: PADRE NUESTRO…

h) Abrazo de paz. Luego de rezar el Padre nuestro, el sacerdote invita a los niños
a darse la paz, y a dar la paz a sus padres y catequistas, como signo de acogida
y caminar de la Iglesia que peregrina junto sus hijos, que buscan la ser luz de
Cristo. Además, se puede cantar un canto de abrazo de paz.

Sacerdote:
Niños: ahora al haber dado gracias a Dios Padre, por el don de su
perdón, demos el signo del abrazo de paz, como presencia de Jesús en medio
de nosotros, que nos da por su Espíritu, y que nos hace partícipes de este
gran don: Jesús es la Luz del mundo, y vive entre nosotros: daos la paz.

i) Despedida. Se pasa a dar la bendición, y terminada la celebración, se cantará


Yo tengo un amigo que ama, que hace énfasis en la llamada de amor que tiene
Jesús por sus amigos, en este caso los niños, junto a sus padres y hermanos,
catequista y la comunidad parroquial, ser parte de la amistad, del amor de Dios
que les hace recordar el mandamiento del amor: Que os améis unos a otros
como yo os he amado.

Bendición
Sacerdote: El Señor esté con vosotros
Pueblo: Y con tu espíritu
Sacerdote: Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo, y Espíritu
Santo, descienda sobre vosotros y los acompañe siempre.
Pueblo: Amén.
Sacerdote: Podéis ir en paz
Pueblo: Demos gracias a Dios
Canto: Yo tengo un amigo que me ama
Yo tengo un Amigo que me ama,
me ama, me ama.
Yo tengo un Amigo que me ama,
su nombre es Jesús.

/ QUE ME AMA, QUE ME AMA, QUE AMA CON SU TIERNO AMOR/


(2)

Tú tienes un Amigo que te ama,


te ama, te ama.
Tú tienes un Amigo que te ama,
su nombre es Jesús.

Tenemos un Amigo que nos ama,


nos ama, nos ama.
Tenemos un Amigo que nos ama,
su nombre es Jesús.

Tenemos una Madre que nos ama,


nos ama, nos ama.
Tenemos una Madre que nos ama,
la Madre de Jesús.

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