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MORESO, José Juan y VILAJOSANA, Josep María.


Introducción a lo Teoría del Derecho.
Barcelona - Madrid: Marcial Pons. 2004, 221 p.
Capítulo II. “Las funciones sociales de Derecho”, pp. 41 - 60.

CAPÍTULO II
LAS FUNCIONES SOCIALES DEL DERECHO

1. PRECISIONES CONCEPTUALES

Por “funciones sociales del Derecho” se pueden entender cosas


muy diversas, según cuál sea el referente de “función”, “social” y “De­
recho”. En efecto, aún dando por sentada una interpretación teleo-
lógica de función (por tanto, relativa a los fines que persigue una ins­
titución), no es lo mismo preguntarse acerca de cuál es la finalidad
perseguida por una determinada norma jurídica en relación con una
comunidad reducida de individuos, que indagar acerca de cuáles son
los objetivos que se pretenden alcanzar por cualquier sistema jurídico
en relación con cualquier sociedad humana. Los estudios de sociología
jurídica deberían poder contestar al primer interrogante, mientras que
responder al segundo tal vez sea más propio de la teoría del Derecho.
Así, puede decirse, en una primera aproximación, que tiene sentido
que la teoría del Derecho aborde el tema de las funciones del Derecho
siempre que lo haga a un nivel abstracto como el citado.
Dicho esto, sin embargo, no desaparecen los problemas concep­
tuales implicados en esta cuestión. De hecho, resultaría inexacto afir­
mar que existe sólo un nivel abstracto (propio de los análisis teóricos)
frente a un nivel concreto (común a los estudios sociológicos). Más
bien de lo que se trata es de un continuo que va de lo más concreto
a lo más abstracto (y viceversa), y en el que podrían localizarse distintos
niveles más o menos abstractos (o más o menos concretos), sin que
pueda trazarse obviamente una línea divisoria que separe lo concreto
Joaquín Salvador Lavado (Quino). Esto no es todo. Quinta edición. Barcelona: de lo abstracto (y, por ende, lo puramente sociológico de lo puramente
Lumen. 2005, p. 391. conceptual). No obstante, ello no impide entender que, al menos, los
extremos del continuo se hallan claramente a uno y otro lado de la
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LAS FUNCIONES SOCIALES DEL DERECHO

división. Qué objetivos persigue la regulación de las Cajas de Ahorro


en España y cuál de ellos se cumple, no hay duda de que es una cuestión 2. CONTROL SOCIAL, SEGURIDAD Y JUSTICIA
concreta que exige una respuesta sociológica, basada en estudios empí­
ricos. Cuáles son (si es que existen) los fines comunes perseguidos Una respuesta muy frecuente a la pregunta acerca de las funciones
por todos los sistemas jurídicos, es ya una pregunta de carácter con­ del Derecho es la que las identifica en este sentido tan general con
ceptual y general, propia de una teoría del Derecho. el control social, la seguridad y la justicia1 2. Sin embargo, a pesar de
lo habitual que resulta esta respuesta, no suele ser demasiado clara
Centrándonos en estos niveles más abstractos, en lo que sigue pasa­
respecto a su alcance. Y ello, al menos, por dos razones.
remos revista a dos planteamientos que varían no sólo en cuanto al
grado de abstracción de sus propuestas sino en cuanto a las perspectivas En primer lugar, no es evidente el tipo de tesis que con ella se
distintas de las que parten. sostiene. En efecto, a veces se oscila entre una tesis de carácter des­
criptivo (todo sistema jurídico cumple las funciones de control social,
En primer lugar, examinaremos de forma crítica el alcance que seguridad y justicia) y una tesis valorativa (todo sistema jurídico debería
suele darse a tres funciones muy generales asociadas a los sistemas cumplir con dichas funciones). La primera versión, como tesis des­
jurídicos (control social, seguridad y justicia). Esta ha sido la pers­ criptiva, es susceptible de ser verdadera o falsa, mientras que la segunda
pectiva dominante de los estudios de teoría sociológica que han gozado es la expresión de un ideal regulativo, y se basa en unos valores no
de un cierto predicamento entre los juristas y que se ve reflejada en siempre especificados 3.
algunos manuales de Introducción al Derecho. La visión que se da en
estos casos de las funciones del Derecho alcanza las cotas más altas En segundo lugar, suelen tratarse dichas funciones como si con­
de abstracción, como se pone de relieve por la amplia dimensión que tuvieran conceptos de todo o nada. Un sistema jurídico ejerce control
tienen las citadas funciones. social o no; impera en él la seguridad y la justicia, o no es así. En
cambio, tal vez sea más apropiado tratar estos conceptos como gra­
El segundo planteamiento, en cambio, es algo más concreto. Com­ duales, de tal modo que pueda afirmarse que un sistema jurídico ha
prende el análisis de las funciones directas e indirectas, descendiendo conseguido un mayor o menor control social, un grado más o menos
a un cierto detalle por lo que hace al estudio de las primeras. Así, elevado de seguridad, o un nivel más o menos aceptable de justicia.
comprobaremos que estas pueden dividirse en primarias y secundarias,
Con estas dos precisiones, es posible abordar, aunque sea de mane­
y, que éstas últimas tienen importancia por cuanto dejan constancia
ra muy somera, el análisis conceptual de estas tres funciones.
de aquello que resulta ser típico de un sistema jurídico (la institu-
cionalización) y que lo diferencia de otros sistemas normativos, como
la moral. Además, este planteamiento, que debemos a Raz (Raz, 1973),
2.1. Control social
tiene la ventaja de encajar razonablemente en el esquema que plan­
teamos en el anterior capítulo y en la clasificación de las normas jurí­ La idea de control social puede ser entendida de varias maneras.
dicas que actualmente es la más utilizada h Ha sido destacado por algunos autores una ambigüedad característica
Por tanto, ambos enfoques no se contradicen, sino que más bien de esta expresión. A veces, se dice que el Derecho es un sistema de
se complementan, siempre que se entienda que se encuentran a niveles control social porque supervisa el funcionamiento de las demás ins­
distintos (aun perteneciendo ambos a la vertiente abstracta y concep­ tituciones sociales resolviendo los conflictos que se puedan producir
tual) y que abordan el tema de las funciones del Derecho desde pers­ dentro del sistema social. En este caso, se estaría hablando del control
pectivas diferentes. social como una función integradora. Otras veces, en cambio, se añade
a la anterior significación la de que el Derecho sirve como dirección
1 Nos referimos, por supuesto, a la clasificación de las normas jurídicas (“reglas” en su y guía de conductas, con lo cual se le está calificando de mecanismo
terminología) que hace Hart entre reglas primarias y reglas secundarias, cuyo estudio reservamos no sólo de integración, sino también de regulación (Atienza, 1985:
para el capítulo III. Mencionemos simplemente ahora que la división que hace Hart mezcla 62). Debe quedar claro que las normas sociales y las normas morales
un criterio estructural (ya que en ocasiones distingue ambas clases de reglas en virtud de su
carácter: de obligación y permisivo, respectivamente) con otro funcional (al entender que las 2 Como exponentes de esta idea, con los matices oportunos, pueden verse los textos ya
secundarias son aquellas que versan sobre las primarias). En la clasificación de funciones que
clásicos entre nosotros: Latorre, 1968; Díaz, 1971; Atienza, 1985.
aquí examinamos, no existe tal confusión, ya que Raz es consciente de este problema y su 3 Para un examen más detallado del carácter descriptivo o valorativo (“asertivo” o “pres-
división hace explícito el criterio únicamente funcional que la preside (Raz, 1973: 178).
criptivo”, diremos más tarde) de un enunciado, véase infra capítulo III, apartado 1.1.
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funcionan también en este doble sentido (integrador y regulativo) y Si la tesis que comentamos se interpreta en sentido valorativo, reza­
que, tal como se dijo en su momento, únicamente si descendemos al ría como sigue:
concreto modo en que realizan su tarea es posible efectuar la distinción
entre los diversos órdenes normativos. [TCS3]: Todo sistema jurídico debe cumplir la función de control
social.
Respecto a la posibilidad de entender la tesis de las funciones del
Derecho de manera descriptiva o valorativa aplicada al control social, TCS3 expresaría un ideal regulativo, un estado de cosas que se
cabe decir lo siguiente. En el supuesto de que se considerara que lo pretende alcanzar porque se considera valioso. Al respecto, hay que
que se sostiene es una tesis descriptiva4, se afirmará lo siguiente: hacer algunas precisiones. Como se dijo, interpretada la versión des­
criptiva de la tesis que comentamos en el sentido expresado por TCS2,
[TCS1J: Todo sistema jurídico cumple la función de control social. su verdad es analítica. En este caso, TCS3 no tiene demasiado sentido.
Esta tesis es plausible considerarla verdadera, siempre que se aña­ Si por razones conceptuales los sistemas jurídicos siempre cumplirán
dan algunos matices. El primero, tiene que ver con algo ya comentado: con esta función, está de más desear este estado de cosas, ya que no
el concepto de control social es gradual. Se puede conseguir una mayor hay forma de que ese deseo se frustre.
o menor integración social a través del Derecho, así como se puede
A pesar de todo, puede quedar un margen de discusión valorativa
conseguir un seguimiento de las normas jurídicas más o menos amplio.
en torno a esta cuestión, ya que hay que recordar que el concepto
Esto último nos lleva a una segunda observación. Cuando se sostiene
de control social es un concepto gradual. Por eso, traspasado el umbral
que todo sistema jurídico cumple con la función de control social, segu­
a partir del cual se consideraría que estamos en presencia de un sistema
ramente se está pensando en un sistema jurídico eficaz, o mejor dicho,
jurídico eficaz, cabe aún desear que se alcance el máximo posible de
con algún grado de eficacia. Esto significa que la tesis se refiere a
control social por parte del Derecho. Se entra entonces, efectivamente,
sistemas, cuyas normas se cumplan de un modo general. Entonces
TCS1 debería quedar formulada de este modo: en una discusión de carácter valorativo en la que se deberá ponderar
en qué medida se pretende que intervengan los distintos sistemas nor­
[TCS2J: Todo sistema jurídico eficaz supera cierto umbral de inte­ mativos (social, moral, jurídico) como mecanismos de control social.
gración de conflictos y regulación de conductas. Fruto de esa ponderación habrá quien defienda que el Derecho debe
Entendida de este modo, TCS2 podemos presumir que es verda­ jugar un papel decisivo en ese control, mientras que otros pueden
dera. El problema que se puede plantear, sin embargo, es que tal vez entender que el protagonismo en este ámbito le corresponde a los
procediendo de este modo se corre el riesgo de sustituir una tesis que demás sistemas normativos. También encajaría dentro de esta discusión
pretendía ser sintética (es decir, verdadera por contraste con una rea­ el debate que enfrenta desde siempre a los partidarios de más control
lidad empírica) por otra que es analítica (es decir, verdad simplemente social con los defensores de su reducción a la mínima expresión o
por definición). Si para que sirva como mecanismo de integración y incluso, como defiende el anarquismo, a su desaparición.
regulación de conductas un sistema jurídico requiere que se cumplan No entraremos a analizar esta discusión, pero sí que puede resultar
sus normas de manera general, entonces necesita que tenga algún grado interesante aludir a las distintas posibilidades que tienen las autori­
de eficacia. Pero como (grado de) eficacia significa (grado de) cum­ dades normativas para regular comportamientos. En este sentido, las
plimiento de normas, entonces no es conceptualmente posible que exis­
opciones que pueden seguir son la de incentivar la conducta que quie­
ta un sistema jurídico con una cierta eficacia sin que se dé el corres­
ren que se lleve a cabo o desincentivar aquella que deseen que no
pondiente grado de cumplimiento, y por tanto, de regulación de con­
se produzca. Ahora bien, una conducta puede ser incentivada o desin­
ductas. Por definición, pues, todo sistema jurídico eficaz cumple con
centivada en dos momentos distintos. Puede hacerse antes de que la
la función de control social y sólo cumplen con tal función los sistemas
conducta se realice o puede hacerse después de que la conducta haya
jurídicos eficaces. La tesis de la función de control social interpretada
tenido lugar. Si combinamos ambas variables (incentivar/desincentivar
como TCS2 resulta, en definitiva, verdadera aunque nada informativa.
Ello no significa que carezca de interés. De hecho, autores como Hart y antes/después), obtenemos las siguientes posibilidades de actuación
entenderán que sólo cabe hablar de que un sistema jurídico existe si
para la existencia de un sistema jurídico. Por un lado, las reglas de conducta válidas según
sus normas en general son eficaces5.
el criterio de validez último del sistema tienen que ser generalmente obedecidas, y, por otra
parte, sus reglas de reconocimiento que especifican los criterios de validez jurídica, y sus reglas
4 Sostiene esta versión descriptiva, entre otros, Elias Díaz. Véase Díaz, 1971: 40. de cambio y adjudicación, tienen que ser efectivamente aceptadas por sus funcionarios como
5 Hart lo expresa de este modo: «Hay dos condiciones necesarias y suficientes mínimas pautas o modelos públicos y comunes de conducta oficial» (Hart, 1961: 145).
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por parte del Derecho, lo que podríamos denominar “técnicas de con­


trol social”6: 2.2. Seguridad jurídica
a) Incentivar una conducta deseable antes de que ésta se pro­ La idea intuitiva que subyace a la de que el Derecho cumple (o
duzca. debe cumplir) la función de seguridad es que las personas a las que
van destinadas las normas jurídicas deben saber a qué atenerse, es
Estos son supuestos de promoción. Si se pretende, por ejemplo,
decir, deben conocer con anterioridad a sus comportamientos cuáles
que se produzca una mayor inversión en innovación tecnológica en
de éstos están prohibidos, son obligatorios o les están permitidos. En
el sector agrícola, se pueden conceder créditos a bajo interés para los
definitiva, la seguridad se refiere a la posibilidad de planificar las con­
agricultores que deseen renovar su maquinaria. El otorgamiento de
ductas, saber de antemano qué consecuencias se derivarán de ellas
subvenciones también puede constituir un buen ejemplo de este tipo
y, así, poder actuar con conocimiento de causa.
de medidas.
Esta idea intuitiva puede recogerse en una definición técnica, según
b) Desincentivar una conducta indeseable antes de que ésta se
la cual se daría seguridad jurídica, siempre que se cumplan las siguien­
produzca.
tes condiciones7:
En este caso nos hallamos ante medidas de prevención. Ejemplos
a) Que las normas jurídicas sean claras.
de éstas se encuentran en las normas que establecen la vigilancia de
un evento en previsión de que pueda suceder algún altercado. No se Si se pretende que los ciudadanos se comporten de una deter­
espera, pues, a que se produzca el comportamiento que se quiere desa­ minada manera, que guíen su conducta a través de lo dispuesto en
lentar, sino que el Derecho se anticipa. las normas jurídicas, éstas deben expresarse en un lenguaje que les
resulte comprensible. Por eso, las normas se expresan en el lenguaje
c) Incentivar una conducta deseable después de que ésta se pro­
natural correspondiente (español, inglés, francés, etc.). Esta circuns­
duzca. tancia, que posibilita que el mensaje pueda ser recibido adecuadamente
Las medidas incluidas en este apartado pueden llamarse premios. por sus destinatarios, genera, como veremos en su momento, algunos
Si a alguien por haber invertido parte de su dinero en obras culturales problemas (ambigüedad, vaguedad, textura abierta) conectados a las
se le ofrece la posibilidad de desgravar en su declaración de la renta, características propias de este tipo de lenguaje. Por tanto, hay que
puede entenderse que es un premio que pretende alentar este tipo ser conscientes de que no existe la claridad absoluta y que, de nuevo,
de inversiones. Lo mismo sucedería en el caso de que a un preso se se trata de un concepto gradual. Pero sigue habiendo un margen en
le reduzca la pena por buen comportamiento. Una vez producido el el que las autoridades normativas pueden actuar, si al menos son cono­
buen comportamiento, se le concede la reducción. Queda clara, pues, cedores de estos problemas.
la diferencia entre subvenciones y desgravaciones fiscales. Ambas com­ b) Que las normas jurídicas sean conocidas.
parten el hecho de ser medidas destinadas a alentar conductas desea­
das, pero mientras se subvenciona algo que se pretende que se realice, No podría hablarse de seguridad si las normas se ajustaran al requi­
se premia algo ya realizado. sito anterior (fueran claras en grado sumo), pero no fueran dadas a
conocer a sus destinatarios. Éstos desconocerían qué es lo que el Dere­
d) Desincentivar una conducta indeseable después de que ésta cho les pide y, por tanto, vivirían en un estado de inseguridad per­
se produzca. manente, al desconocer si sus conductas están prohibidas o no. Para
Ésta es una técnica de represión. Las sanciones constituyen un ejem­ cumplir con esta condición, pues, es necesario que las normas sean
plo paradigmático. Si el homicidio está sancionado con una pena de públicas y que se eviten al máximo las normas secretas, aquellas a
20 años de prisión, se pretende desalentar que se cometan homicidios. las que los ciudadanos no puedan tener acceso. Para cumplir con este
Pero, a diferencia de las medidas de prevención, ello se lleva a cabo requisito se suelen establecer en los distintos países publicaciones que
actuando una vez que el delito se ha producido. recogen las normas jurídicas a medida que se van promulgando (como,
por ejemplo, el Boletín Oficial del Estado).

7 Para un análisis más completo de estas condiciones y otras adicionales, puede verse

la caracterización que hace Lon Fuller de lo que denomina la “moralidad interna del Derecho”
6
(Fuller, 1964: cap. 2).
Sobre esta cuestión véase Bobbio, 1969: 375 ss., y Atienza, 1985: 68.
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Por supuesto, esta condición hay que interpretarla en un sentido La versión descriptiva daría lugar a la siguiente afirmación:
débil. No se trata dé exigir que todas las personas conozcan todas
[TSJ1]: Todo sistema jurídico cumple la función de seguridad.
las normas jurídicas vigentes en un determinado país. Ni siquiera el
jurista más brillante puede aspirar a conseguirlo. Se trata tan sólo de Después de lo dicho, TSJÍ se puede entender o bien en el sentido
que exista la posibilidad de conocer el contenido del sistema jurídico de que los sistemas jurídicos cumplen la seguridad jurídica en algún
de que se trate y para eso basta con que los ciudadanos puedan acceder grado, o bien que la cumplen a partir de cierto grado. Seguramente
a aquellas publicaciones. la primera versión es verdadera. Cuesta imaginar un Estado que fun­
cione con normas completamente oscuras, con la mayor parte de sus
c) Que el Estado cumpla con sus propias normas y las haga normas secretas y con una total arbitrariedad. Ahora bien, no es tan
cumplir. raro encontrar Estados que tienen un bajo nivel de cumplimiento de
Las anteriores condiciones de nada servirían si el Estado no cum­ las tres características. Si esto es así, entonces TSJI en su segunda
versión es falsa.
pliera con sus propias normas y no las hiciera cumplir a los desti­
natarios, incluyendo aquí la prohibición de dictar normas desfavorables La formulación valorativa de esta tesis sería:
con carácter retroactivo. En definitiva, si no respetara lo que en tér­ [TSJ2J: Todo sistema jurídico debe cumplir la función de seguridad.
minos generales podemos denominar el principio de legalidad. Un Esta­
do que incumpliera sistemáticamente con las normas de su sistema Esta tesis, como expresión de un ideal regulativo, es probable que
jurídico generaría un estado de inseguridad permanente. Los ciuda­ cuente con gran apoyo. Parece deseable alcanzar el máximo grado de
danos no sabrían a qué atenerse. No obstante, hay que hacer dos claridad, transparencia y legalidad en la actuación de las instituciones
puntualizaciones. estatales. Si esto es así, tal vez se pueda establecer algún tipo de relación
entre la función de seguridad y la de justicia, que examinaremos a
Por un lado, nos encontramos de nuevo con una característica gra­ continuación9.
dual. Más que hablar de cumplimiento o incumplimiento, es más rea­
lista hablar de grados de cumplimiento o incumplimiento. Es tolerable
para la seguridad jurídica un cierto grado de incumplimiento, pero 2.3. Justicia
a partir de un determinado umbral podría decirse que ya no se da Pocas nociones son tan complejas como la de justicia. Aquí no
esta condición necesaria para tildar de jurídicamente seguro un deter­ es el lugar idóneo para elucidar este concepto, ya que su estudio por­
minado Estado. menorizado es objeto de la filosofía moral. Bastará, para lo que aquí
Por otro lado, es pertinente mencionar aquí una distinción sobre interesa, partir de una aproximación intuitiva a su significado y apuntar
la que volveremos en más ocasiones. Se trata de la diferencia que algunas distinciones que se mostrarán relevantes a la hora de analizar
existe entre una actuación discrecional y una actuación arbitraria. Un el alcance de esta función.
cierto grado de discrecionalidad no sólo es compatible con la seguridad Los seres humanos nos caracterizamos por tener valores morales.
jurídica, sino que a veces es recomendable y, en todo caso, no se puede Se suele entender que lo que define este tipo de valores es que son
suprimir del todo, debido, entre otras cosas, al hecho de que las normas últimos. Con ello se quiere decir, normalmente, que sirven de jus­
se expresen en lenguaje natural. Por el contrario, la arbitrariedad, que tificación de nuestras acciones o comportamientos, sin que ellos requie­
se caracteriza por tomar decisiones sin ofrecer las razones que las jus­ ran un fundamento ulterior. Si esto es así, resulta fácil darse cuenta
tifican, echa por tierra cualquier intento de generar seguridad en las de que uno de los criterios para valorar los sistemas jurídicos en general
personas8. y cada una de sus normas en particular será su adecuación a la mora­
lidad.
Una vez establecido el concepto de seguridad jurídica, queda por
ver las posibilidades de interpretación (descriptiva, valorativa) que pue­ Sin embargo, cuando hablamos de valores morales es muy impor­
den darse al respecto. tante prestar atención a una distinción que nos evitará caer en algunos
errores muy frecuentes. Se trata de la distinción entre moral positiva
8 Sobre esta distinción volveremos al hablar de los problemas de interpretación (apartado 1.4 (convencional o social) y moral crítica.
del capítulo VI) y al examinar la tarea creativa de los jueces en su tarea de aplicación del
Derecho (epígrafe 5 del capítulo VII). 9 Para el análisis de esta relación véase el apartado 2.4 del presente capítulo.
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Se llama moral positiva al conjunto de principios y valores morales y afirmar que, como ideal regulativo, todo sistema jurídico debe cumplir
que comparten los miembros de un determinado grupo social (que con los principios de la moral crítica.
puede englobar a la sociedad en su conjunto o referirse sólo a una
subclase de la misma). Antes de seguir avanzando, no estará de más resumir lo dicho a
lo largo del presente epígrafe.
Se llama moral crítica al conjunto de principios y valores morales
esclarecidos, es decir, aquellos que resultan a partir de un proceso Respecto de la tesis de la función de control social, hemos visto
de justificación racional1 . que, interpretada descriptivamente, puede ser considerada verdadera,
pero tal vez simplemente por definición; mientras que si se interpreta
Para que un valor o principio forme parte de la moral crítica debe de forma valorativa, quizás carezca de sentido, ya que todos los sistemas
estar justificado y para tal justificación nada importa que forme parte jurídicos (eficaces) tienen que poseer forzosamente un cierto grado
o no de una determinada moral positiva. Del mero hecho de que unos de control social. Sí que adquiere sentido la discusión valorativa sobre
valores sean los sustentados por la mayoría de los miembros de una qué grado de control social es deseable que ejerzan los sistemas jurí­
determinada sociedad (formen su moral positiva), no se puede inferir dicos.
que sean los valores que deberían regular el comportamiento de esa
sociedad (que formen la moral crítica). Igualmente, del hecho de que Por lo que hace a la seguridad jurídica, descriptivamente puede
unos determinados principios sean defendidos sólo por una minoría, afirmarse que es cierto que todo sistema jurídico genera algún grado
no se infiere que no puedan estar justificados racionalmente. de seguridad jurídica, pero es falso que todo sistema jurídico esté por
encima de un determinado umbral; desde el punto de vista valorativo,
Teniendo en cuenta la anterior distinción, estamos en condiciones tiene sentido requerir que los sistemas jurídicos busquen alcanzar la
de analizar la tesis según la cual una de las funciones del Derecho seguridad en su más alto grado (y tiene sentido, como veremos a con­
es cumplir con la justicia, en sus versiones descriptiva y valorativa. tinuación, por su relación con la justicia).
[TJ1J: Todos los sistemas jurídicos cumplen con criterios de justicia. Por último, en relación con la tesis de la función de justicia, cabe
Esta es la tesis en su versión descriptiva. La verdad o falsedad decir que si se la interpreta descriptivamente es verdadera, siempre
de esta afirmación dependerá de si “criterios de justicia” se refiere que “justicia” se equipare a “moral positiva”, pero es falsa si se toma
a la moral positiva o la moral crítica. Veámoslo. como sinónimo de “moral crítica”. Como ideal regulativo, en cambio,
tiene perfecto sentido desear que los sistema jurídicos se adecúen al
[TJ2J: Todos los sistemas jurídicos cumplen con la moral positiva. máximo a los requerimientos de la moral crítica.
Podemos convenir que [TJ2] es verdadera, puesto que resulta claro
que el grupo social que interviene decisivamente en la creación del
sistema jurídico de que se trate pretenderá que las normas jurídicas 2.4. La relación entre seguridad y justicia
se adecúen a los valores morales que ese grupo (al menos) comparte.
Un problema de cierto interés, y que surge del análisis de las citadas
[TJ3J: Todos los sistemas jurídicos cumplen con la moral crítica. funciones del Derecho, es qué relación, si es que existe alguna, se
En cambio, resulta difícil sostener que [TJ3] sea verdadera. No da entre la seguridad jurídica y la justicia. Plantearemos la cuestión
todo sistema jurídico cumple con los postulados de la moral crítica. solamente refiriéndonos a la justicia como equivalente a moral crítica.
Ello es justamente lo que permite calificar de injusto o inmoral a un Las posibilidades que se pueden dar son las siguientes.
determinado sistema jurídico n.
Por otro lado, si los criterios de justicia son los referidos a la moral 2.4.1. Independencia conceptual
crítica, lo adecuado es interpretar esta tesis en su versión valorativa
Una primera posibilidad sería la de considerar que ambos con­
10 Nos ocuparemos de nuevo de esta distinción en el capítulo VIII.
11 Este último extremo es puesto en duda por la corriente principal del iusnaturalismo.
ceptos son independientes. En este caso, ni para sostener que existe
Para esta corriente, un sistema normativo no sería jurídico si sus normas son injustas, lo que seguridad jurídica en un determinado Estado sería preciso que se diera
para un iusnaturalista significa que sean contrarias al llamado Derecho natural. Existen, empero, una correspondencia de su sistema jurídico con los principios de la
algunas versiones iusnaturalistas menos radicales. Para un examen de estas cuestiones, remitimos moral crítica, ni para sostener que existe justicia en ese Estado sería
al último capítulo de este libro y, en especial, a su epígrafe 2. necesario aludir a la característica de la seguridad. Al respecto, cabe
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reconocer que nada impide partir de definiciones estipulativas de “se­ de nuevo al apartado anterior. Sea como fuere, las observaciones crí­
guridad” y de “justicia” que hagan que los conceptos correspondientes ticas que siguen lo son para ambas interpretaciones, puesto que recha­
no tengan relación entre sí. El problema sería, sin embargo, que pro­ zar que sin justicia no haya seguridad es, con mayor motivo, rechazar
ceder de este modo se compadecería mal con el uso que suele hacerse la equivalencia entre ambos conceptos.
de estos términos. Por eso, se suele dejar al margen de la discusión
Entrando ya en la crítica de esta posición, no se ve por qué razón
esta posibilidad, polemizando en cambio sobre qué tipo de relación
habría que preferir esta concepción de la seguridad a otra que se ciña
se da entre ambos conceptos.
a las características que dimos en su momento (y de las que estaba
ausente la referencia a valores morales). En efecto, parece que un
sistema jurídico puede contener muchas normas injustas, pero ello no
2.4.2. Equivalencia de conceptos
impide a sus destinatarios saber a qué atenerse. Un sistema jurídico
La forma más fuerte de relacionar dos conceptos consiste en con­ que establezca penas de prisión para quienes vistan de una determinada
siderarlos equivalentes. En el supuesto que nos ocupa, seguridad y manera (pongamos por caso, con traje y corbata), nos puede parecer
justicia serían equivalentes si cada vez que se da la seguridad, se da tremendamente injusto, pero si cumple con las propiedades definitorias
la justicia y cada vez que se da la justicia se da la seguridad. No podría a las que aludimos en su momento (claridad, publicidad, legalidad)
existir, así, un Estado en el que cumpliendo con los criterios de justicia no se percibe qué se gana tildando al sistema de inseguro: quienes,
no se sobrepase el umbral requerido de seguridad, así como no sería a pesar de conocer la existencia de la prohibición, vistan con traje
y corbata saben a qué atenerse13.
pensable que dándose esto último no se diera lo primero. Postular
esta correlación, sin embargo, es exigir demasiado, como veremos más Si lo que se quiere preservar es la idea de que la seguridad es
adelante. En los siguientes apartados intentaremos dar cuenta de la un valor (por expresarlo en términos de la cita transcrita), bastaría
relación entre seguridad y justicia de una manera que nos parezca con adherirse a TSJ2 que, recordemos, es la versión valorativa de la
más adecuada. tesis de la seguridad jurídica como función del Derecho. Es razonable
pensar en la seguridad jurídica como un ideal regulativo, y lo es jus­
tamente por su vinculación con la justicia. Pero esta vinculación no
2.4.3. La justicia como condición necesaria de la segundad tiene por qué ser la que ahora estamos examinando, sino la inversa
que comentamos a renglón seguido.
Hay quien sostiene que la seguridad no es tal si las normas jurídicas
además de claras, públicas y aplicadas por la autoridad, no son también
justas. Valga por todos, las palabras de Elias Díaz 12: 2.4.4. La segundad como condición necesaria de la justicia
«Tener seguridad jurídica no es solo saber que existe un sistema Puede afirmarse, pues, que si concedemos un valor a la seguridad
legal vigente, por injusto que sea, no es sólo saber a qué atenerse, no
es sólo saber lo que está prohibido o permitido por un ordenamiento es debido a que no concebimos un sistema jurídico al que podamos
jurídico. Tener seguridad jurídica es eso, que es sumamente importante, calificar como justo sin que haya un mínimo de claridad en sus normas,
pero es también mucho más: es la exigencia de que la legalidad realice sean éstas públicas y las instituciones jurídicas por lo general las cum­
una cierta legitimidad, es decir, un sistema de valores considerados como plan y las apliquen. En el último capítulo (apartado 3.5) veremos que
imprescindibles en el nivel ético social alcanzado por el hombre y con­ esto es así porque uno de los valores morales que tenemos en cuenta
siderado por él como conquista histórica irreversible: la seguridad no es la autonomía personal. Así, pues, la seguridad jurídica (tal como
es sólo un hecho, es también, sobre todo, un valor» (Díaz, 1971, 44-45. la hemos definido) es una condición necesaria de la justicia, pero, por
Cursivas en el original).
13 Es frecuente poner como ejemplos de normas injustas en esta sede las normas dis­
Esta posición parece, pues, sostener que sin justicia no hay segu­ criminatorias. Ocurre, sin embargo, que muchas veces esa discriminación se produce tomando
ridad. No queda claro, sin embargo, si se mantiene que sin seguridad como relevantes características que los sujetos discriminados nada hicieron para poseerlas, como
puede haber justicia o, por el contrario, se defiende la versión de que pueden ser por ejemplo la raza o el sexo. Está claro que en estos casos nos hallamos ante
supuestos de injusticia. Lo que no es tan evidente es que se trate de sanciones en sentido
seguridad y justicia son equivalentes. Si fuera esto último, nos llevaría técnico. Así, al menos, es como lo entiende Kelsen, para el cual sólo se puede hablar de sanción
si el acto coactivo se da como consecuencia de una acción y no de un simple estado de cosas
También puede verse en el mismo sentido Pérez Luño, 1991. ajeno a cualquier comportamiento. Véase infra capítulo V, subapartado 2.1.4.
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supuesto, no es una condición suficiente. Para que el sistema jurídico siguientes apartados de este capítulo. Pero antes hay que decir algo
sea justo (supere un cierto umbral de justicia) se requiere que, además respecto a las funciones indirectas.
de cumplir con las características definitorias de la seguridad, el con­ Las funciones indirectas son aquellas que se logran alcanzar a través
tenido de sus normas no contradiga, en general, los preceptos de la de actitudes, sentimientos, opiniones y modos de comportamiento que
moral crítica. no consisten en la simple obediencia al Derecho o en su aplicación,
sino que son el resultado del conocimiento de la existencia de las nor­
mas o de la sumisión a las mismas y a su aplicación.
3. FUNCIONES DIRECTAS E INDIRECTAS Algunas de estas funciones son llevadas a cabo por instituciones
jurídicas particulares, pero otras lo son por la misma existencia del
Examinaremos a continuación un esquema de las funciones del sistema jurídico. Los efectos indirectos de las normas jurídicas son
Derecho que procede de Raz (Raz, 1973), y que tiene tres rasgos numerosos y varían tanto en su carácter como en su extensión e impor­
que merece la pena subrayar. En primer lugar, se mueve en un terreno tancia. Sin ánimo exhaustivo se pueden recordar los siguientes: for­
algo más concreto que el que acabamos de examinar, puesto que no talecimiento o debilitación del respeto a ciertos valores morales (por
necesariamente las funciones que se postulan deben ser adscritas a ejemplo, el valor absoluto de la vida), fortalecimiento o debilitación
todo el sistema jurídico en su conjunto, sino que muchas de ellas per­ de la autoridad en general (que puede afectar a la unidad nacional,
miten una aplicación a diversas instituciones o grupos de normas que por ejemplo); el Derecho ayuda a crear y mantener la estratificación
no engloban la totalidad de normas de un sistema. En segundo lugar, social; a veces sirve para crear o reforzar un sentimiento de pertenencia
resulta adecuado en nuestro caso, porque conecta con algunas de las a un país; en ocasiones, contribuye a generar un sentimiento de alie­
observaciones que hemos realizado en el capítulo anterior. Por último, nación en muchas personas.
tiene la virtud de mostrar, a partir de la enunciación de las llamadas
funciones secundarias, la parte característica del Derecho, aquello que Hay que advertir al respecto que las funciones indirectas se cum­
lo distingue claramente del resto de los sistemas normativos. plen normalmente a través de su relación con otros factores tales como
las actitudes de la gente hacia el Derecho y la existencia de otras normas
(sociales o morales). Puede suceder también que el cumplimiento de
las funciones directas vaya acompañado de factores similares, pero no
3.1. Criterios de distinción siempre es así. De hecho, una persona puede acomodar su conducta
a lo que imponen las normas de obligación, sin conocer siquiera que
Las funciones directas son aquellas que se cumplen simplemente existan o pueda ejercitar derechos cuyos resultados jurídicos desconoce.
a través de la obediencia y aplicación del Derecho. No requieren ningún No es tan infrecuente, además, que las personas cumplan con sus obli­
comportamiento adicional ni ninguna actitud por parte de los sujetos gaciones jurídicas o ejerzan las competencias que el Derecho les con­
a los que van destinadas las normas jurídicas. Una norma que establece cede por razones que nada tienen que ver con el mismo. Cuando se
una sanción para los homicidas cumple su función en la medida en comportan de este modo, contribuyen a realizar las funciones directas.
que la gente no cometa homicidios (obediencia) o en el caso de que Por ejemplo, reducir el uso de la violencia podría ser una función
alguien los cometa, sea sancionado (aplicación). directa del Derecho, ya que este objetivo se alcanza si las principales
Las funciones directas pueden ser divididas en funciones primarias normas del Derecho penal se cumplen. En cambio, inculcar ciertos
y secundarias. Las primarias, afectarían a la población en general y valores morales en la población es una función indirecta del Derecho,
en ellas se encuentra la razón de ser del Derecho, en el sentido de puesto que su éxito consiste en algo más que en la mera conformidad
que constituyen la justificación de su existencia y, como veremos, conec­ con las normas jurídicas.
tan bien con lo que dijimos en el primer capítulo. Las secundarias, Lo anterior puede quedar más claro, viendo las distintas posibi­
son las necesarias para el mantenimiento del Derecho. Son las que lidades de combinación de las funciones directas e indirectas de acuer­
hacen posible su existencia y operatividad y deben ser juzgadas por do con las dos características relevantes, que serían la conformidad
su éxito al facilitar el cumplimiento de las funciones primarias. Por con las normas y el cambio de actitudes. Así, podrían darse los siguien­
ejemplo, una función primaria sería establecer un sistema educativo tes casos:
obligatorio, mientras que regular la competencia de un órgano para
a) Mera conformidad sin cambio de actitudes: se cumple con la
que pueda crear las normas necesarias para llevar a cabo ese sistema
función directa.
educativo sería una función secundaria. A su análisis dedicaremos los
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b) No hay conformidad, pero se cambian las actitudes: se cumple se establecen modelos de relaciones jurídicas en los que los individuos
con la función indirecta. entran por su propia voluntad cuando consideran que les resultarán
c) Existe conformidad y cambio de actitudes: se cumple con la útiles para llevar a cabo sus planes de vida. Como dijimos en el primer
función directa e indirecta. capítulo, el Derecho cumple aquí la misión de modificar las prefe­
d) No hay ni conformidad ni cambio de actitudes: no se cumple rencias de los individuos, que de otro modo se podrían ver tentados
con ninguna de las funciones del Derecho. a incumplir las promesas, debido a las posibles ventajas que esta actitud
A continuación examinaremos con algo más de detalle las funciones les podría aportar.
directas, que, como dijimos, pueden dividirse en primarias y secun­ Como hemos visto antes, al prohibir conductas indeseables el Dere­
darias. cho dirige la conducta humana de la manera que le parece adecuada.
El Derecho (las autoridades, se entiende) decide acerca de cuáles serán
los fines que son deseables o indeseables y limita la elección de los
3.2. Funciones directas primarias individuos para garantizar que se alcancen los primeros. Al facilitar
acuerdos entre particulares, el Derecho no está imponiendo sus propios
3.2.1. Alentar y desalentar conductas fines, sino que sirve de ayuda para que los individuos puedan perseguir
fines de su propia elección. Así, la libertad de elección de cada individuo
El Derecho pretende alentar las conductas deseables y desalentar se encuentra restringida sólo como consecuencia de sus previas accio­
las conductas indeseables, como ya vimos a la hora de examinar la nes y decisiones libres. Por supuesto, el Derecho no ampara cualquier
función de control social. Cuando aquí hablamos de “deseables” o “in­ tipo de acuerdos. Más bien lo que hacen las normas jurídicas es crear
deseables” no nos referimos a conductas que intrínsicamente lo sean. marcos dentro de los cuales los individuos deben llevar a cabo sus
Simplemente, aludimos al hecho de que, al menos, las autoridades acuerdos y perseguir sus objetivos, si es que desean disfrutar de pro­
del sistema jurídico de que se trate así lo consideran, por las razones tección jurídica. Estas restricciones son imprescindibles para proteger
que sean. a una parte de los posibles abusos de la otra, al tiempo que sirven
Se puede sostener que ésta es la función más básica y elemental para proteger a terceros (que no son parte directa del acuerdo) de
que el Derecho realiza. Si los sistemas jurídicos pretender ser moti- las consecuencias que les puedan afectar negativamente. De ahí, pues,
vadores de conductas, resulta claro que la forma más básica de cumplir las diversas restricciones a la libertad contractual o las limitaciones
este objetivo es justamente alentar las conductas deseables y desalentar en las actividades empresariales. Por ejemplo, el sistema jurídico espa­
las indeseables. Un ejemplo paradigmático, lo constituyen las normas ñol no obliga a nadie a contraer matrimonio, pero quien decide hacerlo
de Derecho penal que sancionan los delitos y faltas (homicidios, robos, queda sujeto a las normas que regulan esta institución, con los con­
agresiones sexuales, etc.), es decir, aquellas conductas que se pretenden siguientes derechos y deberes entre los cónyuges y frente a terceros
desalentar de forma especial. (hijos, por ejemplo).

Dentro de la clasificación que estamos examinando, esta categoría


es residual. Está claro que cualquiera de las otras funciones primarias 3.2.3. Proveer servicios y redistribuir bienes
podría ser reducible a ésta, ya que se pueden facilitar acuerdos entre
particulares, distribuir bienes o resolver conflictos a través del expe­ El Derecho cumple con esta función cuando, por ejemplo, presta
diente de alentar o desalentar conductas. Por esta razón, entenderemos servicios tales como defensa nacional, educación, sanidad, construcción
que una norma o un conjunto de normas cumpliría esta primera función y mantenimiento de infraestructuras o cuando redistribuye bienes a
sólo si no cumple las restantes. través de subsidios de paro, etc. De nuevo aquí hay que recordar lo
que dijimos en el capítulo anterior. La existencia de las normas jurídicas
posibilita salir de situaciones como las que dan lugar al dilema del
3.2.2. Facilitar acuerdos entre particulares prisionero o a la presencia de gorrones, permitiendo de este modo
que se generen bienes públicos que la aparición generalizada de estas
La mayor parte de las instituciones de Derecho privado (Derecho situaciones impediría.
civil y Derecho mercantil) persigue este propósito. Por ejemplo, los No siempre es fácil distinguir entre redistribución de bienes y pro­
contratos, las letras de cambio, el matrimonio, etc. En estos casos, visión de servicios. La razón es ésta: la mayor parte de los servicios
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que presta el Estado son pagados total o parcialmente a través de les y manteniendo su eficacia. En la realización de estas funciones
los impuestos de los ciudadanos. Este hecho determina que no haya hay que entender que se engloban las normas que aseguran los recursos
ninguna relación necesaria entre lo que un ciudadano paga en impues­ suficientes para el mantenimiento de estos órganos, así como las que
tos y lo que recibe en servicios, por lo cual siempre que s.e presta establecen los mecanismos idóneos para reclutar al personal dedicado
un servicio, de algún modo también se produce una redistribución de a estos menesteres.
bienes. Se puede hablar de dos funciones secundarias: determinar los pro­
cedimientos a través de los cuales se puede modificar el Derecho y
regular el funcionamiento de los órganos encargados de su aplicación.
3.2.4. Resolver conflictos

El papel de las normas jurídicas como instrumento de resolución 3.3.1. Establecer procedimientos para cambiar el Derecho
de conflictos ha sido puesto de relieve en muchas ocasiones. Sólo hace
falta darse una vuelta por cualquier juzgado para percibir que efec­ El Derecho regula su propia creación al establecer órganos y pro­
tivamente el Derecho tiene la pretensión de resolver conflictos. A veces, cedimientos para su modificación. Cumplen esta función todas las nor­
incluso, se ha dado tanta importancia a esta función que se la ha llegado mas destinadas a regular los procedimientos a través de los cuales el
a concebir como la propiedad definitoria del Derecho. Así, por ejem­ Parlamento puede crear leyes, o la Administración puede dictar regla­
plo, Llewellyn ha escrito: mentos, etc. Muchos ejemplos de estas normas se encuentran en la
Constitución de 1978. Así, el artículo 86 establece el procedimiento
«¿Dé qué se ocupa, entonces el Derecho? Del hecho de que nuestra adecuado para la aprobación de los Decretos-leyes:
sociedad está llena de conflictos. Conflictos reales y potenciales; con­
flictos que hay que zanjar y conflictos que hay que prevenir» (citado «1. En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno
en Raz, 1973: 164). podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la for­
ma de Decretos-leyes y que no podrán afectar al ordenamiento de las
instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades
Esta afirmación, sin embargo, es algo exagerada. Si bien es cierto de los ciudadanos regulados en el Título I, al régimen de las Comu­
que algunas de las obviedades de las que hablamos en el primer capítulo nidades Autónomas ni al Derecho electoral general.
hacen inevitable que el Derecho pretenda cumplir esta función, no 2. Los Decretos-leyes deberán ser inmediatamente sometidos a
lo es menos que existen otras funciones también importantes. Además, debate y votación de totalidad al Congreso de los Diputados, convocado
se da la circunstancia de que cada vez surgen con mayor ímpetu los al efecto si no estuviere reunido, en el plazo de los treinta días siguientes
llamados métodos alternativos de resolución de conflictos, que, aunque a su promulgación. El Congreso habrá de pronunciarse expresamente
no sustituyan al Derecho en esta tarea, vienen a complementarlo14. dentro de dicho plazo sobre su convalidación o derogación, para lo
cual el reglamento establecerá un procedimiento especial y sumario.
3. Durante el plazo establecido en el apartado anterior, las Cortes
3.3. Funciones directas secundarias podrán tramitarlos como proyectos de ley por el procedimiento de
urgencia».
Según sabemos, el Derecho regula su propia creación y aplicación.
Si bien otros sistemas normativos, formados por normas sociales o 3.3.2. Establecer procedimientos para reforzar el cumplimiento
morales, pueden cumplir con las funciones primarias (y en algunas del Derecho
ocasiones con un grado mayor de eficacia que las normas jurídicas),
el hecho de tener funciones secundarias sería un rasgo propio de sis­ El Derecho regula su propia aplicación al crear y regular los pro­
temas normativos institucionalizados como el Derecho. Este tipo de cedimientos a seguir en las actuaciones de los órganos aplicadores,
funciones tiene que ver con la posibilidad de que los sistemas jurídicos bien sean jueces y tribunales, órganos administrativos o cuerpos poli­
puedan operar de manera continuada, adaptándose a los cambios socia­ ciales. Buena parte de las normas recogidas en los Códigos procesales
serían un ejemplo claro de ello.
14 Prescindimos aquí de la complicación adicional que implica la distinción que hace Raz

entre conflictos no regulados (que serían los que cumplirían con esta función primaria) y regulados Ahora puede quedar claro por qué la posición que ocupan los jue­
(que en realidad cumplirían una función secundaria). ces y tribunales en todo sistema jurídico es clave. En buena medida,
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son los encargados de que el conjunto de funciones que estamos exa­


minando se cumplan. Por un lado, son los garantes del cumplimiento
de las funciones directas primarias. En efecto, de ellos depende que
se apliquen o no las sanciones que desalientan las conductas indeseadas
o se adjudiquen los premios que alientan las conductas deseadas, así
como que resuelvan las conflictos que se originen en torno a la inter­
pretación del Derecho15. Por otro lado, realizan la función secundaria
que se acaba de examinar. Pero, además, suelen cumplir también con
importantes funciones indirectas. En muchos países, la Administración
de justicia es la parte institucional mejor valorada por los ciudadanos.
En la medida en que esto sea así, estos órganos desarrollarán un papel
muy importante a la hora de promover el respeto al Derecho y a los
valores que se le suelen asociar.

Lecturas recomendadas

Sobre la función de control social, puede verse Atienza, 2001:


151-171 y la bibliografía allí citada. Para un estudio más pormenorizado
del concepto de seguridad jurídica, véase Pérez Luño, 1991. Respecto
al concepto de justicia, la bibliografía sería interminable. No obstante,
un buen análisis de las concepciones contemporáneas puede encon­
trarse en Campbell, 2001. El examen de las funciones directas e indi­
rectas se encuentra en Raz, 1973.

15
Para un examen más detenido de estas cuestiones, véase infra, capítulos VI y VIL

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