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conducta adecuada a una situación interacciona!

dnda, ·Surge
un marco de referencia que es opuesto a la visión psiquiátrica 2
cláoica. La importancia de e�e cambio es máxima. As� la
"esquizofrenia" vista como la enfennedad incurable y progre· Algunos axiomas exploratorios
siva de una mente individual y la "esquizofrenia" entendida
como la único reacción posible frente a un contexto COIJI)lni· de la comunicación
cacional absurdo o Insostenible (una reaoclón que obedece y,
por ende, perpetúa las reglas de ese contexto) son dos cosas
totabnente distintas ·y, no obstante, la diferencia radica en la
ineompatibilidad de los dos marcos conceptuales, en tanto que 2. I In.trod.ucct.ón
el cuadro cllnioo al que se aplican es el mismo en ambos casos.
Las consecuencias de la aplicación de criterios divergentes en
los enfoques etiológicos y terapéuticos también presentan gran·
Las conclusiones alcanzadas en el primer capitulo destacaban
en general la imposibilidad de aplicar nume.oosas nociones psi·
des discrepancias. De ah! nuestro interés por examinar y des­ qulátricas tradicionales al marco que proponemos. Todo esto
tacar el punto de vista comunicacional nomo algo más que un parece dejar muy poca base para el estudio de la pragmática
mero ejercicio intelectual. de la comunicación humana. Nos proponemos demostrar ahora
que ello no es as(, para lo rual debemos comenzar con algunas
propiedades simples de la comunicación que encierran conse­
cuencias lnte.rpersonales básicas. Se comprobará que tales .pro­
pieda'* participan de la naturaleza de los uiomas deBtro de
nuestro cálculo hipotético de la comunicación · humana. Una
vez definidas, estaremos en condiciones de enmlnar algunas
de sus posibles patologlas en el capitulo 3. ·

2. 2. La tmposibilicUzd de no comunicar

2 . 21

En lo que antecede, el término "comunicación" se utili'Zb de


dos maneras: como título genérico de nuestro estudio, y como
una unidad de conducta definida de un modo general. Trata­
remos de ser ahora más precisos. Desde luego, seguiremos de­
nominando $implemente "comunicación" al aspecto pragmático
de la teoría de la comunicación humana. Para las diversas
unidades de comunicación (conducta), hemos tratado de ele­
gir términos que ya son generalmente comprendidos. Asf, 11e
llamará rt�P�St* a cualquier unidad comunlcaclonal siiM:!Iltar
o bien se hablará de una comUftlcac'mli cuando no existan po­
sibflidades de confusl6a. Una serie de mensaJes intercambiados
entre personas recibirá el nombre de lnteracci6n. (Por quienes
anhelan una cuantlficacl6n más precisa, sólo podemos decir que
la secuencia a que nos referimos con el �rmlno "interaccióñ
es mayor que un único mensaJe, pero no infinita. ) Por últi�.
en los capltuJos 4 a 7, awegaremos pautM de fnteracci6n, é¡t:Je
constituyen una unidad de un nivel aún más elevado en la co­ Tampoco podemos decir que la "comunicación" sólo tiene lugar
municación humana. cuando es intencional, consciente o eficaz, esto es cuando se
Además, con respecto incluso a la unidad más simple posible, logra un entendimiento mutuo. Que el mensaje e�tido sea o
es evidente que una vez que se acepta que toda conducta es no igual al mensaje rcibido constituye un orden de análisis im­
comunicación, ya no manejamos una unidad-mensaje monofó­ portante pero distinto, pues, en última iilstaBcia, debe basarse
nica, sino más bien con un conjunto fluido y multifacético de en evaluación de datos especificas, introspectivos y proporcio­
muchos modos de conducta -verbal, tonal, postura!, contextua!, n�dos por el sujeto, que preferimos dejar de lado en la exposi·
etc.- todos los cuales limitan el significado de los otros. Los c1ón de una teorla de la comunicación desde el punto de vista
diversos elementos de este conjunto ( considerado como un to­ de lo conducta. Con respecto a los malentendidos, nuestro in­
do) son susceptibles de permutaciones muy variadas y com­ terés, dadas ciertas propiedades formales de la comunicación,
plejas, que van desde lo congruente hasta lo incongruente y de, -y, de hecho, a pesar de-, las motivaciones o intenciones
paradójico. Nuertro interés estari centrado en el efecto prag­ se refiere al d�sarroUo de patologlas · afines relacionadas, aparte
m!tico de tales combinaciones en las situaciones interpersonales. de los comumcantes.

2.22 2 . 23
Ea . primer lugar, hay una propiedad de la conducta que no
podria ser mis básica por lo cual suele pasúsela por alto: no
La imposibilidad d e no comunicarse es un fenómeno de inte­
rés no sólo teórico; por ejemplo, constituye una parte integral
hay na� que sea lo contrario de conducta. En otras palabras,
del "dilema" esquizofrénico. Si la conducta esquizofrénica se
• hay 110-condUCl!) o, para expresarlo de modo aún mis sim­
Ple. es imposible no comportarse. Ahora bien, si se acepta que
observa dejando de lado las consideraciones etiológicas, pare­
toda ®nducta en una situación de interacción 1 tiene un valor cería que el esquizofrénico trata de no comunicarse. Pero,
de mensaje, es decir, es comuni�ción, se deduce $e por mu­ puesto que incluso el sinsimtido, el silencio, el retraimiento,
la inmovilidad (silencio postura!) o cualquier otra forma de
cho que uno lo intente, no
puede dejar de comunicar. Activi­
dad o inactividad, palabras o silencio, tienen siempre valor de negación constituye en sí mismo una comunicación, el esqui­
mensaje: influyen sobre los demás, quienes, a su vez. no pueden
zofrénico enfrenta la tarea. imposible de negar que se está co­
municando y, al.mismo tiempo, de negar que su negación es
dejar de responder a ·tales comunicaciones y, por ende, tam­
bién comunican. Debe entenderse claramente que la mera au­ una comunicación. La comprensiób de este dilema básico en
sencia de palabras o de atención mutua no constituye una ex­ la esquizofrenia constituye una clave para muchos aspectos de
la comunicación esquizofrénica que, de otra manera, permane­
cepción a lo que acabamos de afirmar. El hombre sentado a
1111 abattotado mostrador en un restaurante, con la mirada, per­
cer!an oscuros. Puesto que, como veremos, cualquier com,u­
dida eD el vaclo, o el pasajero de un avión que permanece nicación implica un compromiso y, por ende, define el modo
en que el emisor concibe su relación con el receptor, cabe su­
sentado con los ojos cerrados, comunican que no desean bablat
gerir quet&_esquizofrénico se comporta como si evitara todo
compromiso ál no comunicarse. ) Es imposible verificar si, este
ccm nadie o que alguien les bable, y sus vecinos por lo general
"captan el mensaje• y responden de manera adecuada, deján­
dolos ·tranquilos. Evidentemente, esto constituye un intercam­
bin de comunicación en la misma medida que una acalorada
discoción. �
manera algu� Entrevistas posterJores revelaron le enorme tensión m.
hei'ente a esta situación. Dice el autor: .
• . . tiene clelaDte de si al otro individuo ÚDJco, desplegando una cierta
C.brla agregar que, lnci1UO cuando se esti tolo, es posible 10- oooducta, pero muda. Se postula que en ese momento tiene lu¡ar el
vorda<lero aDi!JJlJ o estudio lnterperscmal, y oólo parte ele ese aDilisis
l.
cliiksos en la f.oDtasfa, COD las propias aluclnaciODel 1 15} o """ la Ylda
jeto ·a ou preseDcia y a los pequeilos indicios no ver bales que él eDVia1
puede hacerse conscientemente. Por ejemplo, ¿c:ómo resocmde el otro au.
reglas que gobiem:lD la eomuñlcacloiilnterjlerSODal¡ sin embar¡¡o, los le­
(5.8.3). Quizás esa ·�JDUD!caci6D• illlerDa liga algww de lao mismu

D6meuos !nobsorvablot ele ute tipo están más allA del alcalice del sfg­ ¿Existe algún iDtODto de cou¡prencler su mirada lnc¡ulsidora, o oe la !¡­
a!licaclo COD que empleall!OI el ténnino. nora fóamente? ¿Manifiesta el otro sujeto indici01 postwalea de teDSión,
2. Una investigación muy interesante en este campo es Ja. efectuada Pea' que demuestraD cierto malestar ante la posibilidad de eDfreDtarlo1 ¿Se
Lufl (98), quien e!llld!ó lo que él 11•- "depriwclóa do estimulo so­ oieDto cada vez mú D6modo, indicando aJ¡¡una clase de aceptación, 0
lo tratad como si fuera una co��a, como si no existiera? Esta; y muchot1
otras das� de ccnductA ficilmente discernible parecen tener lugar . . .
ciBl"'. Reunió n d01 detconccidos Pn una babftnclón, los hiJ;o sentnrse
uno frente ni otro les iDdlc::ó que nn ll.lblaran ni se ('Omunfcaran de

• 51
es propósito, en el sentido ca�!, o DO; pero se demostrará
su c¡uo uno de los ¡uardiu liempre dice la verdad y c¡ue el otro siempro
en S. 3.2,
en forma .Ms detallada, que éste es el efecto de la mleDte, p...,· 110 al do el1oo baco ima 0010 u o1ra. Por último, re le
conducta esquizofréruca. 1111 dldlo. que la úica m._. de rocuperv IU libertad consiste ea iden­
tlfkár. la puerta c¡ue ao elli cerrada COD Uave haciéndole una pre¡un­
2.24 ta a •no de loe pardiu.l

En sfntesis, cabe postular un axioma metacomurucacional de El encanto de esta improbable situación radica no sólo en el
la proginátlca de la comunicación: no es posibl. no comuni­ hecho de que un problema con das Incógnitas ( las puertas y
carse. loa pardlaá) • resuelve elegantemente mediante el descubri­
miento de un simple procedimiento de decisión, sino también
en que la 10luclón sólo resulta posible si se tienen en cuenta
11 la
los aspectos de coatenido y relacionales de la CODIUIIlcación.
2.3. Los nl11eles de contenido relacfone8 de
Al prisionero 111 le laan dado dos órdenes de Información como
comunicación
elementol para solucionar el problema. Una de ellos tiene que
2.31 ver con objetos Impersonales (las puertas) y la otra con serea
¡ hu11111110S como emisores de lnformaoi6n, y ambas son in<lis­
pensables para abnzar la solución. Si el prisionero pudiera
1 esamiDar las puertas por si mismo, no aeees!tarla comunicar­
1 se con nadie acerca de ellas, pues le bastarla con confiar en
la información que le propomonan sus propios sentidos. Co­


l
mo no puede �lo. debe incluir la Información que posee
acerca de los pardies y sus maneras habituales de relacio..
narse con los denms, esto es, dicl4rndo la verdad o mintiendo.·
Por elide, ·lo que el prisionero h- es deducir correctamente
! el estado objetivo de las puertas mediante la relación es!Je­
cfrica entre los guardias y él mismo y, as!, llega aventualmen­
te a una comprensión correcta de la situación empleando in­
formación acerca de 108 obfetos (las puertas y el hecho de
que estén o no cerradas con llave) funto con inffJf'f'IUICi6n _.
eo de aa lnformDt:l6n (loa guardias y sus formas tlplcas de
relacionarse esíleclflcamente, transmitiendo a los demás in­
formación sobre los objetos) .
Y ahora veamos un eiemplo más probable: si una mujeT
A saílala el collar que lleva otra mujer B y presunta: •¿Snn
�nticas .esas perluP", el contenido de, su pregunta es un
¡:tedido de información acerm de un objeto. Pero. al mismo
1 tiempo, tambl� proporciona -de hecho. no puede deJar de
t hacerlo- su definción de la relación entre ambas. La forma
l en que pregunta (en este caso, sobre todo el tono y el aeento
' de la wz, la expresión facial y el contexto) indicarían una
cordial relación amistosa. una actitud competitiva. relaciones
3, El priJioaero medita duraBle larJ¡o tiempo •...,. de este problemo

lftd l literabMate
del ori1Jillal en tn¡lés "ro'fJ(IIf" y "comflll�
i::.F
aparenletMDte IDsoluble, pero evenllialmeote hace la pregw>ta correcta•
oeilala ulia de las puorta y eguntn a uno de los guardias (no im-
n): "Sl yo le preguntara a 111 compa-
'"'"""' - IIUII'UGGI6ft (u ordn), respedlvameute, haa !'4• traducidos
• 1..o:o tkmlnos porta qu' � o qu'
ftero 111 esa � esti a , ¿c¡u' dirúl?" SI la relpUesta es si, en-

dft RnmAn )nkobson po.ra incorporar tal nomencla.tura. (N. del R.].
romo "refcrencfar y •c""alfoo", siiJUienclo en buena medida. los crlteriol to.OII e1a pUerta esti cerrada y. vic:evema, li es no, está abierta.

.52 53
�'Omcrtioles formales, ele. B puede aceptar, rechazar o defi· fusión entre ambas llevaría a un resultado carente de signi·
nir, pero, de ningún modo ni siquiera mediante el silencio
,
, ficado .

puede dejar de responder al mensaje de A. Por �. la


definición de A puede ser maliciOsa y condescendiente; por
otro lado, B puede reaccionar a ella con aplomo o con una 2 . 33
actitud defensiva. Debe notarse que esta parte de su inter­
..,.,um nada tiene que ver con la autenticidad de las perlas o
con perlas en general, sino que sus respectivas <\efiniclones
Si volvemos ahora a la comumcación humana, observamos
que esa misma relación existe entre los aspectos referencial y
do la naturaleza de su relación, aunque sigue hablando sobre
perlu.
conatloo: El primero transmite los "datos" de la comunica­
p cousideremos mensajes como: "Es Importante soltar el em· ción, l. el segundo, cómo debe entenderse dicha comunica·
br¡ague en forma gradual y suave", y "Suelta el embriague y ción Esta es una orden" o "sólo estoy bromean<\o" constitu­
.

yen ejemplos verbales de esa comunicación acerca de una co­


arruinarás la transmisión en seguida". Aproximadamente tienen
municación. La relación también puede expresane en forma
el mismo contenido (información) pero evidentemente defi­
no verbal gritando o sonriendo o de muchas otras maneras.
Y la relaéión puede entenderse claramente a partir del con­
aen relaciones muy distintas.
Para evitar malentendidos con respecto a lo dicho, queremos.
aclarar que las relaciones rara vez se definen deliberadamen· texto en el que la comunicación tiene lugar, vor ejemplo, en·
. te o con plena conciencia . De hecho, parecerla qÜe cuanto
.
tre soldados uniformad os o en la_ arena de un circo.
más espontánea y "sana" es una relación, más se pierde en El l�or habrá notado que el aspecto relaclonal de una co·
el lnsfdlldo el aspecto de la comunicación vinculado con la mumcación, resulta, desde luego, idéntico a] coilcev to de me·
relación. Del mismo modo, las relaciones "enfermas" se ca­ tacomunicaclón desarrollado en el primer . cavitulo, donde se
racterizan por una constante lucha acerca do la naturaleza de lo limitó al ma rco conceptual y al lengua¡� que el experto en
la relación, mie11tras que el aspecto de la comumcación vincu· aruilis!s comunlcacional debe utilizar cuando co111'amca algo
lado con el rontenido se hace cada vez menos importante. acerca de la comunicación. Ahora bien, es dnblo observar
quo no sólo ese experto sino todos nosotros enfrentamos di·
cho problema. La capacidad para metacomunicarse en forma
lill;d a constituye no sólo �dic;oión sine qua non de la

2.32· adec ·

comumcaclón eficaz, sino que también está íntimamente vincu­


ReiUila interesaDte que antes de que los cientüicos conduc­
lada con el complejo problema concerniente a la percepción
del. self y del otro. Esta cuestión seni objeto de una expli­
tilltas comenzaran a indagar en estos aspectos de la comunl·
OIICión humana, los expertos en computadoras hubieran trope­ cación más detallada en S. 3. 3. Por el momento, y como llus·
zado el mismo problema én su propia labor. Se hizo evidente
tración, sólo queremos señalar que es posible construir men·
en tal sentido que, cuaudo se comunicaban con un organilmo
�jel, sobre todo en la comunicación escrita, que ofrecen in·
artificial, sus comuaicaciones deb!an ofrecer aspectos tanto didos metacomunicacionales may ambiguos. Como sellala
l
nrferencllle� como cOIUitlool. Por ejemplo, si una computad... Cllerry (34, p. 120) la oradón: •¿Crees que bastari con uno?",
r&· · debe multiplicar dos cifras, es necesario alimentar tanto
puede encerrar una variedad de sfgnlficados, según cuál de
esa información (las dos cifras) como Información acerca de
e.w palatras• acentúe, Indicación que el lenguaje escrito nó
esa información: esto es, la orden de multiplicarlas. Siempre proporciona. Otro ejemplo seria un cartel en un res·
Ahora bien, lo importante para nuestras consideraciones es la taurante que dice: "Los parroquianos que piensan que nues·
oonexi6n que existe entre los aspectos de contenido .(lo refe­ tros mozos son groseros deberían ver al gerente", lo cual, por
rencial ) y relacionales (lo conativo) en la comunicación. En lo menos en teorfa, puede entenderse de dos maneras total·
e>cncia ya se la ha defimdo en el párrafo precedente al se­ mente distintas. Las ambigüedades de este tipo no constitu·
.

ñalar que una computadora necesita lnf01'1ri4Cl6n (�tos) e yen las (micas complicaciones posibles que surgen de la es­
mfonnacfón acerca de osa Información ( Instrucciones) . Es O:Uctura de niveles de toda comunicación; consideremos, por
evidente, pues, que las instrucciones son de un tipo lógico e1empln, un cartel que dice: "No preste atención a este car·
superior al de los datos; constituyen metainformacfón puesto tel". Como veremos en el capítulo sobre comunicación para­
c¡ue son información ocerca de informactón;- y- cualquier con- dójicas, las confusiones o contaminaciones entre estos niveles

54 55
-comunicación y metacomunicación- pueden llevar a lmpaues en que el ttem de A e� ubicado entre dos items corrcspondleutes
idénticos en su estructura a los de 1as famosas paradojas en a B- N trata de uua respuesta. Del mismo modo. el ltem de A t.:·ons·
<'1 campo de la lógi(\8.. titu,. un · refuerzo ea taDto 111ue a UD íte-m correspondiente a D. Asi,
l01 iatertwmbios que enmiDiltDOI aqul constituyen una cadena de VÍDCU­
_

loo fri4dlcol superpuestoo, oada uno de loa cuales reoulta comparable


2 . 34 a ODa aecueucia atúnul�respuuta-refuerzo. Podemos tomar c:unlquier
trfe:la de JNeStro �ntcrcambio y verla como UD ensayo en un e:xperi­
Por el momento, limitémonos a res umir lo antedicho y esta­ meato de IJpo aprODdiz.oje por estlmuJo.reopuesta.

blecer otro axioma de nuestro cálculo tentativo: Toda comu­ Si obeervamos desde este punto de vista, los experimentos convenci�· na ·
nicación tiene un tUpeCio de contenido y un relaciontll
aspecto les sobre aprendizaje, notamoJ de inmediato que los ensayos repd!dos
iole¡ que el 8egundo c/osifica ol primero y es, por ende, una equivaleD a una diforeuc:iacfóu de la relacióu eutre loo doo or¡auismoo
me!uron1unicaci6n.4 participantes; el experimentndor y $U sujeto. La secuencia de ensayo�
esti puntuada de tal mauera que llempre et el experimeutador el que
- propc<c:IDnar los "estlmulos'' y los "refuerzos", mientras el su­
Jeto pr<IIIOrciOIIIl lu "reopuestas". Estas palabreo aparecen deliberada­
J. 4. · La puntuoc16n de la secuencia de hechos mente entre comillu, peeque las deflalcloues de Jos roles de becho
oólo depend<D de la disposicl6u de . los ar¡aalm\Os a aceptar el sl&te­
ma de puntuación. La "raalldad" de las deflnicioueo de rol pertenrc.
2.41 por cierto al mismo ordeu que la realidad de UD rnuroiélaco ea uua
Jámina de Rorschach, uJU creación más o menos sobredetermin.1da dttl
La siguiente caracterlstica básica de la comunicación que de­ proceso perceptua). La rata que dijo: "'Ya he adiestrado a mi experi·
seemos explorar .se refiere a · la .intuacción -intercambio de mentador. Cada vez que presiono la palanca, me da ·de comer"", �e
mensajes- entre comunicantes. Para un observador, una serie negaba a aceptar )a puntuación de la secuencia que el experimentador
de e<>municacionu p��ede entender.e como una 8ecuencia ¡,.. tratobn de imponer.
lnttrrumpéda de lnterc4mbio&. Sin embargo, quienes partici­ Ccn todo, es iDCiudable que en un.\ secuencia prolongad:�. de fnteréam.
p.n en la interacción siempre introducen lo que, siguendo a blo. los organismos partldpantes -especialmeule si se trota de ¡><no­
Whorf (165). ha sido llamado por Bateson y Jacksón la "pun· nas- de hecho puntúan la secuencia de modo que uoo de ellos o el
tuaeión de la secuencia de hechos". Estos autores afirman: otro tiene iniciativa, predominio, dependencia, etc. Es decir. establecen
entre ellos patrones de intercambio (acerca de Jos cuales ptleden o
Loo J>'loólogm de la e5CUela "estimulo-respuesta" limitaD m ateDclóu a no estar de acuerdo)· y dichos palrones cobstitu�n de hecho reglas
seeunclns de Intercambio tan c:ortu que es posible callflcar UD ltem de CC'ntingeacla con respecto al intercambio de refuerzos. Si bien las
de entrada como - •estimulo" y otro (tem eomo ••refuerzo.., al tiemPo. que ratns son demasiado amables como para modifitar los rótulos. alguoos
lo qu.o el suJeto ha� - eotoe doa bechoo se eutlODde como "reopuesta". pacientes psiquiábicos no Jo son y produ�n mAs de un trauma psi·
Dentro de L1 breve seeuellcia ul obtanida, reaulta posible hablar de la cológlco <n el teropeuta (19, pócs. 273-74).
•pilcolozja• del sn¡.to. Por el wilbatio, las -· de iDtercambio que
eumlnamos aqu1 son mucho mU targas y, por lo taDto, presentan la No se trata aquí de determinar si la puntuación de la secuen­
t"'l''.cteristfca de que c:ada ltem en la secuencia es, al mismo tiempo, Cia comunicacional es, en general, buena o mala, pues resulta
rst!mulo, respue•to y refuerzo. Un ltem dado de la wnducto de A es evidente que . la puntuación organi:::a los hechos de la conduc­
un estimulo en la medida en que lo sigue un ttem proveniente de B ta y, por ende, resulta vital para las interacciones en marcha.
Y ute •'•ltimo, por otro ltem correspondi�>ate a A. Pero. ea la medida Desdo el punto de vista cultural, compartirnos muchas con­
venciones de puntuación que, si bien no son ni más ni menos
4. En forma algo arbilrarla bemos preferido decir que la reladóu ola­ precisas que otras vsiones de los mismos hechos sirven para
silloa, o iucluye, el upecto del wuteniclo, auuque en el auálislo lógico reconocer secuencias de interacción comunes e importantes.
«"! igualmente exacto decir que la clase está definida por sus miembros Por ejemplo a una persona que se comporta de determinada
manera dentro de un grupo, la llamamos '1íder" y a otra "adep·
)', por end�. t:tbe afirmar qne el asPecto del conteni<lo defins el aspectcl

to", aunque resultaría difícil decir cuál surge primero o qué


"'•c:lonal. Puesto que uuestro int.!dt · oeutral no es el intercambio de
lnlc.-.molón slao la pragmltica de la WD111nloación, utilizaremos el pri·
,.,., rnfC'f)ttr. serfn del uno sin el otro.

Sli
2 . 4:!
Puede observarse que el marido sólo percibe las tríauas 2-3·.J.
4-5-6, 6-7-8, etc., donde su conducta ( lineas llenas) es "me­
La falta de acuerdo con respecto a l a manera de puntuar la ramente" una respuesta a la de su mujer (lineas de puntos) .
secuencia de hechos es la causa de incontables conflictos en En el caso de la mujer, las cosas ocurren exactamente al re­
!ti relaciones. Supongamos que una pareja tiene un problema vés: puntúa la secuencia de hechos en las triadas 1-2-3, 3-4-5,
marital al que el esposo conbibuye con un retraimiento pasivo, 5-8-7, etc., y entiende que sólo reacciona frente a la conducta
mentras que la mujer colabora con sus críticas constante5. Al de su esposo pero no que la determina. En la psicoterapia de
explicar sus frustraciones, el marido dice que su retraimiento parejas, a . menudo sorprende la intensidad de lo que en la
no es es más que defensa contra los constantes regaños de su psicoterapia tradicional se Jlamaria una •distorsión de la re­
mujer, mientras que ésta dirá que esa explicación constituye alidad• por parte de ambos cónyuges. A menudo resulta di­
una distorsión burda e intencional de lo que "realmente" su­ ficil creer que dos individuos puedan tener visiones tan dispa­
c-ede en su matrimonio, esto es, <1ue ella lo critica .d6bld.o a res de muchos elementos de su experiencia en común, Y, sin
su pasividad. Despojadas de todos Jos elementos efímeros y embargo, el problema radica fundamentalmente en un área
fortuitos, sus discusiones consisten en un intercambio monó­ que ya se mencionó en numerosas ocasiones: su incapacidad
tono de estos mensajes: "Me retraigo porque me regañas" y para metacomunicarse acerca de su respectiva manera de pau­
'Te regaño porque te retraes". Este tipo de interacción ya ha tar su interacción. Dicha interacción es de una naturaleza os­
sido brevemente mencionado en S . l . 65. En forma gráfica, cilatoria de tipo si-no-si-no-si que, teóricamente, puede cont;..
con un punto irricial arbitrario, su interacción aspecto un as­ nuar hasta el infinito y está casi invariablemente acompañada,
pecto similar a éste: como veremos más adelante, por las tfpicas acusaciones de
maldad o locura.
También las relaciones internacionales están plagadas de pa­
trones análogos de interacción; considérese por ejemplo, el
X
S
X
5 7 9 • t- an&Jisls de las carreras annamentistas que hace C,E.M. Joad:
X X X X

Eaposo
. . . 11, comb maiiOI'a de comervor la pu: C<'D ·
marrtienen, la mejor
f la guorn, no resulta del todo claro porque todal las
f\ t 1 f
.
liste en preparar
1 1 padoner deben considerar loo ormamen!DI do otroo plles como u1u
1
1 1 1 1 1
1
aiiiiODUA para la paz. Sin emlloJwo, ul lo bacon y se" sienten llevo­
1 1 1
1 1 1 1
1
1
du por ello a Incrementar su propio armamento para _.,. a aque­
llos por los que creen estar amenazadas , Este aumento de los ar­
• •

1 1 1 1 mamer>tos, a su · -· slgrúfica nna a,.naza para la naci6n A. cuyo


5 1 5 '&
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1 armamento ••puestamento defensivo lo . ba provoca®, y 01 entonces

¡¡ ,
1
e:
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la. nncl6n · A como un pretexto para ncumular aún mAs
l liil/ ' l.. E>.:! t 1 i �/ Lt ; o! 1
utflizado por
armament01 para dofendone CODtra la amenaza. Sil! embargo, este
..
' tt : ¡, �1 fncnmeDio do armameDiot el lnlwpreta® a 111 YU por las DllcfODOI
1 " como una amen11a; y alll -te (79, p. 89).
11
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1 1 1 1
1
..

, 1 1 1
1 1 1
1 2.43
1 1 1
1
1 1 1 1 También las matemáticas proporcionan una analogía descripti­
1
1 1 1 1 1 va: el concepto de una "serie alternada infinita". Si bien el
término mismo fue introducido mucho después, las series de
Esposa X X X X X
este tipo fueron estudiadas de manera lógica y persistente por
• 4 (j 8 primera vez por el sacerdote austrfa9o Bernard Bolzano poco ·
10
antes de su muerte, acaecida en 1848 cuando, según parece,
se hallaba dedicado al estudio del significado de la infinitud .

.sa
59
Sus ideas aparecieron en fonna póstuma en un pequeílo libro 2 . 5. Comunicación digital 11 anaZOgtca
titulado The parlldox& of the lnfínltll (30) que se convirtió en
un clásico de la literatura matemática. En dicho libro, Bol­
2 . 51
zano estudió diversas clases de ¡eries ( S ) de las cuaJe� la más
En el sistema nervioso central las unidades funcionales ( neu­
simple sea, tal vez, la siguiente:
S = a - a + a - a + a - a + a ;... a + a - a + a - . . . ronas) reciben los llamados paquetu quonticos de lnforma­
ci6n a través de elementos conectivos ( slnapsis). Cuando lle·
Para nuestros propósitos, puede considerarse que esta serie gan a las slnapsis, estos •paquetes• producen potenciales post­
representa una secuencia comunlcaclollal de afirmaciones y slnápticos exc11atorios o inbibitorios que la neurona dOIJmula
negociaciones del mensaje a. Ahora bfeu, como lo demostró y que provocan o Inhiben su descarga. Esta parte especifica
Bol7.ano, esta secuencia :>uede . agruparse o como dlriamos de actividad nerviosa, que consiste en la presencia o ausencia
ahora. puntuarse de varias maneras distintas, pero arfttMtica­ do su descarga, transmite, por lo tanto, Información digital
mente correeta.a El resultado es un limite diferente para la binaria. Por otro lado, el sistema humoral no estA basado eo
serie según la manera en que se elifa ·puntuar l!l :�eCUencla de la digitalización de Información. Este sistema comunica libe­
sus elementos, resultado que consternó a muchos matemáticos, rando cantidades discretas de sustancias especificas en el to­
Incluyendo a Leibniz. Por desgracia:, basta dónde akanza nues­ rrente circulatorio. Asimismo, se sabe que las modalidades
tro entendill)iento, · la solución de la paradoja ofrecida even­ neuronal y humoral de comunicación lntraorgánica no sólo
tualmente por Bolzano no resulta útil en el dilema análogo existen la una junto a la otra, sino que se complementan y
quo se pla ntea en la comnnicnclón.. En este último caso, co­ dependen mutuamente a menudo de manera muy compleja.
mo sugiere Bateson (17), el dilema surge de la puntuación es­ Estos · dos modos básicos de comuulcr.ció1s ap:.rer en también
púnm de la serie, a saber, la pretensión de que tiene un co­ en el campo de los organismos fabricados por el hombre 0 : hay
mienzo, y es éste precisamente el error de los que participan
· computadoras que utilizan el principio del "todo o nada". de
en tal situación. los tubos al vacio o los translst- a las que se llama di­
gital&, porque básicamente son calculadoras que trabajan con
2.44 dlgitos; y hay otra clase de aparatos que manejan magnitudes
positivas niscretas -análogas a los datos- por lo cual se lo•
Rama tmal6gicoa. En las computadoras digitales tanto lo• da­
Así, podemos incorporar un tercer axioma de la metacomuni­
eación : fA nllturaleZtJ de Ullll reltu:lén depende de ltJ pun­
toro como las Instrucciones son procesados bajo la forma de
mímeros, de modo que a menudo, sobre todo en el caso de
tuación de ltJs secuencltu de comunicación entre los comu­
nlcante.t. la• Instrucciones, sólo existe una correspondencia arbitraria
entre la Información y su expresión dlglta l. En otros t.!nninos,
estos números son nombres codificados arbitrariamente asig­
nados, que tienen tnn poca similitud con las magnltude< rea-
5. Los tres posible8 agrupamiento• (puntuadoaes) IOD:

S = (a - a) + (a - a) + ( a - a ) + . (a - a) + . . .
.

6. Existen motivos para creer que los expertos en computndoras IJE"gnron


= 0 + 0 + 0 + ...
a este resultado sfll ec>noeer lo que los flll6lo¡os ya sabfan tn ele ...,.
= O
Otra manera de a¡rupar Jos elementos de 13 tecuencfa tM"(<l: mefttO, heebo que en si mismo comtihtye una hermosa ilustración d�l
pastulado ele """ Bertalanfly (2S) do que loa oistemas complejos tienen
sus proplu leyes inherentes, que pueden ser detectadas a traves de los
S = a - ( a - a) - (o - a) - ( a - a ) - ( a - a ) - . . .
d�verso., niveles del sistema, es decir, atómico, molecular, ce!ufar, CJrga­
= • - o - o - o � ...
= n
nfsmleo, Individual, oocietal, - Se cuenta que dur:�nte una mm16n
interdiscfpUnaria de dentfflcoo lntereadoa en los fenómenos de la retro­
UnJ tercera saaera setút:
S = a - (a - a + a - a + a -a + a - ...) alimelltaclón (probablemente UDa de las reuniones de b Jo:i<�h Maey
FoundaHon), el gran histólogo von Bonln tuvo ocasión de e:mminar el
diagrama de un aparato de lectum selectiva, y de Inmediato manifestó:
'1 puesto que los elementos encerrados entre par�ntesfs no sen otra cosa
"Pero �e .. �semento un diagrama de la tercera atpa do la c:or·
QUe la serie misma, .. deduco que:
S = a - S toza visual. No podemos garantizar la auten!iddad de esta historia,
pero pensamos que se aplica aqul el proverbio italiano: ••seo non e vero,,_.
• • •

Por lo tonto 2 S = a y S = -. (30, p6gs. 49-50).


a
bt-n trova:to"' ( st no es cierto, es una buena historia).
2

61
les como lus números telefónicos con aquellos a los que están Por otro lado, en In comunicación analógica hay algo partlcu·
asignados. Por otro lado, como ya vimos, e) principio de la larmente "similar a la cosa" en lo que se utiliza para expresarla.
analogía constituye la esencia de toda computación anal ógica. Es más fácil referir la comunicación analógica a la cosa que
Así como en el sistema humoral de los organismos naturales representa. La diferencia entre ambos modos de comunicación
los portadores de información son ciertas sustancias y su gra­ so volverá algo más cliua si se 'piensa que, por ejemplo, por
do de concentración en la corriente sanguínea, en las compu­ mucho que escuchemos un idioma extranjero nor la radio no
tadoras analógicas los datos adoptan la forma de cantidades lograremos comprenderlo, mientras que es posible obtener con
discretas y, por ende, siempre positivas, por ejemplo, la in­ facilidad cierta información básíca observando .el lenguaje de
teDSidad do la corriente eléctrica, el número de revoluciones signos '1 los llamados movimieDtos intencionales, incluso cuan­
-do una rueda, el grado de desplazamiento de los componen­ do los utiliza una persona perteneciente a u11a criatura total­
tes. etc. La llamada máquina de mareas (un instrumento com­ mente distinta. Sugerimos que la comunicación ,analógica tie­
puflflo por escalas, levas y palancas que solla utüizarse para ne sus ralees en periodos mucho más arcaicos de la evolución
computar las mareas durante un lapso determinado, puede Y, por lo tanto,, encierra una validez mucho más general que
CODSiderarso como una computadora analógica simple y, des­ el modo digital de la comunicación verbal relativamente re-
·

de luego, el homeostato de Ashby mencionado en el capl­ ciente y mucho más abstracto.


la 1 es un paradigma de una máquina aualógica, aun cuando 1 ¿Qué es, ent?nces, la comll!;IÍcación analógica? La respuesta
11<1 <ampute
.
nada. �bastante s•mple: Virtualmente, todo lo que sea comunica­
ción no verhn!:JCon todo, este término resulta engañoso, .por­
que a menuáo se lo limita a · ¡os movimientos corporales, a la
2.52 conducta conocida como kinesia. Opinamos que el ténnino de­
ba incluir la postura, los gestos, la expresión facial L'l inflexión
do la voz, la secuencia, el ritmo y la cadencia de las palabras
En . la comunicación humana, es posi!>le referirse a ros obje-
mismas, y cualquier otra manifestación no verbal de ,que el
111:1, -en el sentido más amplio del término- de dos maneras
totalmente distintas. Se los puede representar por un slmll, tal
organismo es canaz, asl como los indicadores comunicaciona­
les que inevitablemente aparecen en cunlquie•· r.n•lftJtto en
como un dibujo, o bien mediante un nombre. Asr, en la ora­
ción eSCiita: �El gato ba atrapado un ratón", los sustantivos que tienen lugar una interacción. T.
podrían reemplazarse por dibujos; si se tratara de una fra,e
hablada. se podrla selialar a un gato y a un ratón reales. Evi­ 2 . 153
dentemente, ésta constituirla una manera insólita de comuni­
carse y lo normal es utilizar el �nombre", escrito o hablado, El hombre es el único organismo que utiliza tanto los modos
e• decir, la palabra. Estos dos tipos de comunicación -uno de comunicación analógicos como los digitales. 1 La significa­
mediante una semejanza autoexplicativa y el otro, mediante ción da tal hecho no ha sido aún acabadamente comprendida,
una palabra- son, desde luego, equivalentes a los conceptos pero puede vislumbrarse su gran importancia. Por un lado,
do las computadoras analógicas y digitales, respectivamente. no cabe duda de que el hombre se comunica de manera di­
Puesto quo se utüiza una palabra para nomlw� algo, resulta gital; de hecho, la mayorfa, si no todos, sus logros civilizados
obvio que la relación entre el nombre y la cosa nombrada está resultarían impensables sin el desarrollo de un lenguaje digi­
arbitrariamente establecida. Las palabras son signos arbitra­ tal. Ello asume particular importancia en lo qne se refiere a
rios que se manejan de acuerdo con la sintaxis lógica del len­ compartir información acerca de. obfetoa y a la función de
I!IJaje. No existe ningún motivo por el cual las cuatro letras
"g-a-t-o" denotan a un animal particular. En última instancia, 1. Ln enorme importancia (Omunicaclonal del contexto .., pasa fácil­
so trata sólo de una convención · semántica del lenguaje espa­ mente por alto 011 el análisis de la comunicación humana y, 11111 omh:qo,
ñol y fuera de tal convención, no existe otra correlación entre quieD se lavara !01 dieDiel en UD& calle U.... de geatt, en Jupr de ha­
cerlo en el baño de ou aua, poddá verre ripidamente trasladado a una
ninguna palabra y la cosa que representa, con la posible aun­ comisaria o a un manicOmio, para dar sólo un ejemplo de !01 efeCÍOS
nuo insi!1:Dificante excepción de las palabras onomatopéyicas. prq:Jnátic:ot de la comunlcacl6n DO verbaL
Como �J1alan Bateson y Jackson: "No hay nada 'parecido a 8. Ex!tten motivos para c:<eer que las ballenas y loa delfines pueden
cinco' en el número cinco: no hay nada narticulannente 'si­ utilizar también la comuni<aclón digital, pero la investi¡acl6n en este
milar a una mesa' en la palabra 'mesa' " (19, p�g: 271 ) . campo o.ún no es concluyente.

6.2 63
l·tmUnujdnd t_cmporal inherente a la transmisión de conoci­ En síntesis, s,l recordamos que toda comunicación llene un
miento. Y, sin embargo, existe un vasto campo donde utiliza­ aspecto de contenido y un aspecto relacional cabe suponer
mo" en forma casi exclusiva la comunicación analógica, a me­ que ·comprobaremos que ambos modos de comunicación no
nudo $in introducir grandes cambios C9n respecto a la heren• sólo misten lado a lad o, sino que se complementan entre si
cin analógica recibida de nuestros antepasados mamíferos. Se en cada mensaje.
trntn aquí del área de la relación. Basándóse en Tinbergen Aslmlsmo, cabe suponer que el aspecto relativo al contenido
(153) y Lorenz (96), así como en su propia investigación, Ba­ se transmite en forma digital, mientras que el aspecto rela­
teson (8) ha demostrado. que las vocalizaciones, los movimien• tivo a la relación es de naturaleza predominantemente ana­
tos intencionales y los signos de estado de ánimo de los ani· lógica.
mnles constituyen comunicaciones analógicas para definir la
Mluraleza de sus relaciones antes que para hacer aseveracio­ 2 . 54
nes denotativas acerca de l�s objetos. As!, para dar uno de su•
ejemplos, cuando ahro la heladera y el gato se acerca, se fro­ Ell esta correspondencia radica la importancia pragmática de
ta contra mis plernD.s y maúlla, ello no significa,¡ "Quiero le­ ciertas diferencias entre los modos digital y analógico de
che", como lo expresaría un ser humano sino que invoca un a comunicaci6D que examinaremos ahora. Para que tales dife­
relación espeélfica: "Sé mi madre", vorque tal conducta sólo rencias resulten claras, volveremos a los modos digital y ana-
su observa en los gatitos en relnción con gatos adultos y nun­ 16gico tal como se dan en los sistemas de comunicación arti·
.cá entre dos animale� maduros. Del mismo modo, quienes flciales.
alhan a los animales domésticos. a menudo están convencidos EJ. rendimiento, la exactitud y la versatilidad de Jos dos tipos
de que aquéllos "comprenden" lo que se les dice. Evidente­ de computadoras -digitales y analógicas- son enormemente
ment�. lo que el animal si entiende no es por cierto el sigoi­ distintas. Los análogos utilizados en las computadoras analó­
:flclldo de las palabras, sino el caudal de comunicación· ana­ gicas en lugar de magnitudes reales nunca pueden ser más
·lóglca que acompalia al habla. De hecho, puesto que la
c omunica!'ión se c entra en aspectos relacionales comprobamos podla sellalar con WlO de SUI c:ascos el resultado CI)ITedo de un proble­
qtl& el lenguafe digital carece casi por completo d" si�ifica­ ma aritmético qu8 le planteaba su amo, dempre presente, u otra per!Ol"·
El psicólogo alemln Pruogst, no muy satisfecho con el conmovedor su­
puesto de Wl eoballo aemal, llegó • la CODClUIIóa eorrecta de que el
do. Esto ocurre no sólo entre los animales, y entre el hombre
v lo. animnle!;' sino en muchas otras situacioneS de la vida se6or vaa OlleD (de cuya hoaeltided no podla dudane) de alguDa ma­
·íiumana, por efemplo, el galantel), el amor, los actos de sal­ ....,. le lndicsba al coballo cuiDdo habla dado IUficlenlel golpes con el
Vft!aje. el comhatc . · y, desde luego, todo irato con niños muy cuco y debla cletenor•. rfuogst pudo JDOStrar que el caballo nunca co­
pequeños o enfermos mentales muy perturbados. A los niños,
DIIDZIIha a dar solpes halla que su amo le miraba el casco con octltud
expe<tanto, y que van Osten levantaba la cabeza casi Imperceptiblemente
los tontos, y los animales .se les ha atribuido siempre una y mirllha hada arriba cuaraclo el caballo habla dado el número necesario
Intuición particular con respecto a la sinceridad o insinceri­ do ¡olpes. Evidentemente, la permanente admiración del públ!co y el
dad de las actitudes humanas, pues resulta muy fácil procla­ cqullo de ru amo debeD haber constituido pcderooos refuerzos para el
mar al�o verbalmente pero muy dificil llevar una mentira al d-mpelio del anfrnal. Se dice que poco despu6s del descubrimiento de
l'fuogst, el Jelior van Osten Uteralmonte murió de �· hedlo qne neo
camno -de lo annM�ieo. Un �el!to o un� expresión facial puede propore1<ma 111111 Idea adlcloaal ea cuanto a la profundidod del rappcn
revelar más que cien palabras. • jiiDOdo-.1 que deba liaba- alltido ODtre 1.1110 y caballo. En ou propia
iovutigacióa., Rosentbal podo reproducir este fenómP.no con aniii'ale�
y coa -• humanaL Por efemplo, demostró que la1 ntas do laboratorio
ü. En la �eedón 3 . 3 oe examinará la trammillón de delbliclones de euyoa e.perlmontacl<nl estallan OODVODcidoo de que e101 animales eran
rclnci6n por can.a1es nn.1.16gicos y sus· efectos prag&ticos sobre el emisor particularmente inteligentes, tenlan un desempelio significativamente mejor
·'1 ..el receptor. Sin er11bU'go, a esta altura er ��ecesario referirse· a 1u in� que el de olrat ntu de la misaa copa, pero cuyos �eTimentador..
ve'.•Ugnclcncs p�oner:ta de ncbtrt Ro,;enthtl y sus colaboradores en la
·
· hablan Depdo a �- que los 811lmales eran "estúpidos ', l.os e"!''ri·
J)ni"Versi�bd de Harva.rd, sobre Ja ihfluetlda. de las expet:tativas del eJE:� mentol de Rooeatbal con oeres hwnaJII)I remitan casi pOituTbador... Tam­
- pcrilliClntaclor sobre loo resultados do loo experimoulol psicológleol y la bl6n en eDoo .., pudo domostrar que exlltlan comuoicacloues muy sutil'"
·

comunicación,. evidentemente muy emacontciente de tales expectativu n perO sumoDIOD!o pcd-., cuya tnnsmlÓ li D Ollil fuera de la percepciÓD
lat sujetoc;. Su trabnjo cuenta c:oa. na .curioso predecesor en la liter•turn de emfaora y receptora, pero que influyen enormemrntc sobre la con­
ps1C(ll6gica al que Roso>�thal (130 bis, plg. 1�1 y si¡.) hace plena jus­ ducta y el desempeño de Jos · seguudot. Por el_ momentco, ni sictui�a. se
llcha. Se trata de Clever Hans, el caballo del Jelior van Osten, que hace puedo tentativamente evaluar la importancia. de estos h:-tlln7.gl'S para la
•proxlmaclamente CO alio1 alcanz6 foma latemociODOI debido a 10 Jor· educacf6n, la dtné.uifca de la vida famtliar y de otra-s relacinnf'<; h'ml3na.:;:,
p: lnc.lt'nt� cr.pacid;'.d p:ua re•tliz:tr cperaciones de aritmética. C!ever Hans en particular la pllcoterapiL

6-·-'
quo aproximaciones a los valores reales, y esta fuente l'er· Por ejemplo: hay lágrimas de tristeza y lágrimas de aleg¡-ia,
manente de inemctitud aumenta durante el proceso de las el puño apretado puede indicar agresión o control, una son·
operaciones que realiza la computadora. �unca pueden �
­ risa .puede transmitir simpatla o desprecio la reticencia puede
truirse de manera perfect a levas, engrana)OS y transmi siones, interpretarse como discreción o indiferencia, y cabe pregun­
y aunque las máquinas analógicas se basan t�talm�te e� in· tarse si todos los mensajes analógicos DO tienen esta cualidad
tensidades discretas de corriente eléctrica, resistencw ei<Jctri· curiosamente ambigua, que recuerda al Gegenslnn der u,..
cas, reóstatos, etc., tales análogos siguen estando sometidos
a worte (sentido antitético de las palabras primarias) de Freud.
fluctuaciones virtualmente incontrolables. Por otro lado, se La comunicación analógica carece de calificadores para indi­
podrfa decir que una máquina digital trabaja con p�isión car cuál de los dos significados dispares está implfcito, y tam·
perfecta si el espacio para acumular dígitos no estuv1er!\ Ji. poco cuenta con indicadores que permitan establecer .una dis·
mitado lo cual hace necesario redondear todos los resultados tinción entre pasado, presente o futuro. lO Desde luego, tales
que t!e'nen más dlgitos de los que contiene la máquina. Quien calificadores o indicadores existen en la comunicaci9n digital,
haya utitizado una regla de cálculos (excelente ejemplo de pero lo que falta en ésta es un vocabulario adecuaáo para re­
UDa computadora .analógica) sabe que sólo puede obtener un ferirse a la relación.
résultado aproximado, mientras que cualquier máquina , de En su necesidad de combinar estos dos len�jes, el ,hllmbre,
calcular proporcionará un resultado exacto en tan.to los d1gi· sea como receptor o emisor, debe tr¡¡duc¡r constantemente. de
tos requeridos no excedan el máximo que la calculadora pue· uno al otro, y al hacerlo debe enfrentar curiosos dilemas,
dn manejar. que se !'Iaminarán con mayores . detalles en el capitulo
Aparte de su precisión perfecta, la �mputadora dlgit�l ofr�c� sobro la comunicación patológica (5 .3.5). En la comunica­
la enorme ventaja do ser una máquma no sólo aritmética, smo ción humana la dificultad inherente a traducir existe en am­
también 16gictl. McOulloch y Pitts (101) han mostrado que las bos sentidos. No sólo sucede que la traducción del .modo di­
dieciséis funciones de verdad del cálculo lógico pueden re­ gital al analógico implica una gran pérdida de Información
presentarse mediante combinaciones de elementos de tipo "to· (véase 5.3 .55 sobre la formación de sfntomas histéricos), si­
.

do o nada• de modo que, por ejemplo, la suma de dos pulsa· no que lo opuesto también resulta sumamente diflcil: lulblar
ciones representa al •y• lógico 1 1a mutua exclusión de dos acerca de una relación requiere UJll! .traducción . adecuada del
pú)Jacioner representa al •o• lógJco, una pulsación que inhibe
la descarga do un elemento representa una negación, etc. Na·
modo analógico de comunicación al modo
podemos imaginar problemas similares cu
;!:ftaL
Por último,
o ambos modos
da siquiera remotamente comparable puedo lograne · con las debe�¡ coox! stlr, como seflala Haley . en su excelente capitulo,
computadoras analógicas. Dado que operan sólo con canti· �arriage Therapy":
dader positivas discretas, no pueden representar ningún valm
negativo, incluyendo la negación misma, o C!'81quiera de l�ts Cuando un hombre y una mujer d� legalizar su vinculo median·
otras funciones de verdad. · te uDa ceremonia matrimonlal, 1e plantean un problema que 1*11•·
tirá durante su vida maritol: ahore que están lliiS&dos, ¿sigueQ jun­
Algunas de las características de las computadoras se aplican
también a la comunicación humana: el material del men.'laje tos porque lo d-n o porq1111 deben hocerloP (IJQ, pi¡. U9).
digital es de mucha mayor complejidad, versatilidad y abs­
tracción que el material 'analógico. Especlflca�te, compro­
bamos que la comunicación analógica no tiene nada comra·
..
JO. El lector habrá descubierto ya por si solo cuán sugestiva es la si­
rabie a la sintaxis 16glca del lenguaje digitaL Ello significa mllitud que existe enb'e lot modoo anológloo y digital de eomUillcaélón
que en el lenguaje analógico no hay equiValentes para eJe. y loo conceptot plliooanalitlcos de ,...,_ l'flm<lrlo y ,.,.U,rin, ,...
mento• de tan vital Importancia para discurso como "si . . . pedivamente. Si ISB la lleva del . ........, intrapslqufe<> al mare<> lntetper·
sonal de referenda, la desoripci6n que Freud hace del Ello .., convierte
luego•, •o o•, y muchos otros, y que la u:presl61\ de con­
. • ..
l! OD uua deilrúción de la ClOJD11Dicaci6n anÍ.lc!gica: L01 k¡te�
eeptos abstractos resulta tan dificil, si DO Imposible, como en u la lór�CD -oobtw todo, la let/ de la conltGdlccl6tt- 110 ,... cdllda1 para
Ylrtuallllele

la escritura ideográfica primitiva. donde cad& concepto sólo 101 - 11"' u,_ lutlll' .,. el Ello. Impulsos contradlctorlós exlsten
lado a lado lln neutralilarse o excluirse.
,

Nada . hav en el Elfo i¡us


pueda comr-""' a la neg1Jéf6n, y ..,. quedamos atónitos al encontrar
• •
puede representarse por medio de una similitud física. Ade­
más, el len¡!Uaje analógico cómparte con la computación a�n­ aiH una excepción · a la afirmación de iot fll61ofos en el aent!do de que
lógic& la falta del negativo simple, esto es, de una expresiÓn el �rpacio y el tiempo CODJtttu:yen forma.s necesarias de mtestros actot
para •no"'. -nta:es. (49, p6g. 104; las bastardllla1 l<!n nue.otrns. )

66
11 la luz de todo esto, dirlamos que, cuando a la parte fun·
·
Relulta obvio que muchos olstemas de re!Ad6n, 101 entre individuos
damentalmente analóglea de su relación (el galanteo ) se agre. o I!'UPDI de indlvlduOll, IDIUIIfiestan una tendencia hada el cambio pro­
p una dlgltali3Ción (el contrato m�trimonial), la definición gresivo. Por ejemplo, al una de las pautas de la conducta cultural, coo­
Inequ!voca de m relación se vuelve muy problemática. llclerada adecuada para el individuo A, esl6 culturalmeDte COilCObida
como pauta de autoridad, en tanto que se espera que B responda 1
oDa con Jo que eulturalmente "" considera sometlmleDIO, 01 proboble
que tal sometimiento promueva una nueva conduela autoritaria Y que
2.55
esta última exija un nuevo sometimiento. Asl, OIICOD!ramos Wlll sltua·
dón potencialmente progresiva y, a meno1 que otros laetoreo blter·
Para resumir: L� seru humanos se comunic<ln tonto digital
anol6glcomente. El !enguate digital cuenta con una dn·
ve�an para restriaglr los enesor de la conduela ou- 1 som&o
como
!Ida, A debe ....,.or. lamente volveroe cada mio autorltorlo, adentras
t�Bl4 ldgfca sumamente compleja y potkrota pero carees tÚ
uno iemtfntlciJ adeeutlda en el campo de la relacl6n, mimltfa&
que B re volvert eada vez mis 110010tldo; y - <amblo prccrelvo l •
pnodudrtn sean A y B individuos Independientes o alfombro• de sru·
q1111 el !enguate anal6gfco posee la semántlt!a pe¡,o no untJ
dntaxl.s adecuada para la definlci6n lnequfvoca ae la natu·
pos complementarios.
Cabe desaiblr los cambios progresivos de elle tipo como diDIOflo!nesls
ralao de las r6laclonu. oompl--. Poro emto otro patrón do relacioDOI entr";" lociivldüOi'
'6' srupos di IDdlvidUOI que también contiene loo ¡6rmenos del aunl>io
prosreslvo. Por ejemplo, si eDCODiramos que la ja<larlda os el patr6n
eultural de conducta en un BfUpo, y que el otro srupo rosporlde •
2. 6. lnteracct6n rfmitrlca v complementarla aqu� con jac:tancia, puede desarrollar"' UDO situadón competitiva en
que la factaDcia da lugar a m6s jactancia, y osl ouceslvameute.· Elle tipo
de CAmbio progresivo. podrla d01101i11 narse diDIOflo!nesls lhnétrlcG, (10,
2.81 pA¡s. 178-177).

En . 1935, Bateson (6} describió un fenómeno de lnteracclón


quq ollservó en la tribu Iatmul de Nueva Guinea y que en 2 . 611
su libro Naoen (10), publicadó un afto deSPUés, examln6 con
mayores detalles. De.nominó a este fenómeno . clsmogéne&ll y Los dos patrones descriptos han Ile¡¡ado a utilizarse sin bacer
lo definió como un proce.ro .de diferencfacién en las nor7lliJ,f referencia al · proceso clsmog�nfco, y en la actualidad se . los
de la conducta lndivldun! r14Uitante de la interaccf6n acu· suele denominar simplemente interacción simétrica y comple­
mulatfl)(l entre Tos lndlvlduos. En 1939, Ricbardson (:lJ5' apli· mentaria. Puede describ!rselos como relaciones basadas en la
có est-e concepto a sus a1)11isis de la guerra y lil polltfca ex· igualdad o en la diferencia. En el primer caso, lo• participan·
terlor; desde 1952 Bateson y otros han demostrado su utilidad tes tienden a igualar especialmente su CO!Iducta reciproca. y
en el campo de la Investigación psiquiátrica ( cf. 157, págs. as! su Interacción puede considerarse rimárlca. Sean debili·
7•17, también 143). Este concepto que, como ))Odem?S ver, dad o fuerza, bondad cf 'máldad, la igualdad puede mantener·
posee un valor heurlstioo que va más allá de· fos Umttes dé se en cualquiera de esas áreas. En el segundo caso, la con·
cualquier disciplina particular, fue elaborado por Bate!on en ducta de uno de Jos participantes complementa la del otro,
NtWef'l de la siguiente manera: constituyendo un tfpo distinto de gestalt y recibe el nombre
de complementarla. As!, pues, la Interacción simétrica se ca·
Cuando definimos nuestra . dlsdpliDa en thmlnos de las tesccloDeo de ractériza por la igualdad y por la diferencia minfma, mlen·
un Individuo frente a laS de otros Individuos, "" hace i!IÚiedlatamenle tras que la Interacción complementaria está basada en un
. evldrhte que debemos considerar que la relación entre dos indiViduos mbimo do diferencia.
puede JUfrlr alteraciones de tanto en tanto, Incluso sin ninguna per·
En una relación complementaria hay dos posiciones distintas.
turbac:l6n procedente del exterior. No sólo debemos considerar las re· Un participante ocupa lo que se ha descripto de diversas ma·
&<dones do A ante la OODducla de B, lino que tambi�n debernos e.a­
neras como la posición sup.,-ior o primaria mientras el otro
mlnar la Iom. en que ello afecta la conduela poolerlor de B y el ' ocupa la posición correspondiente inferior o secundaria. Estos
tlrctm que ello llene sobro A.

o
términos son de igual utilidad. �n tanto no se los identifique

69
con "bueno" o "malo", "fuerte" o "débil". Una relación com­ 2. 7. Resumen
plementaria puede estar establecida por el contexto social o
cultural (como ea los casos de madre e hijo, . médico y pa­ Es necesario volver a señalar ciertas reservas con respecto a
ciente, maestro y alumno) , o ser el estilo idiosincrásico de los axiomas en general. En primer lugar, debe quedár acla­
relación de una díada particular. En cualquiera de los dos rado que tienen carácter tentativo, que han sido definidos de
casos, es importante destacar el carácter de mutuo encaje de modo bastante info�al )< que son, por cierto, más preliminares
la relación en la que ambas conductas, disímiles pero interre­ quo exhaustivos. Segundo, son heterogéneos entre sí en tnnto
lacionadas, tienden cada una a favorecer a la otra. . Ninguno tienen sn origen en observaciones muy variadas de los fenó­
de los participantes impone al otro una relación complemen­ menos de la comunicación. Su unidad no surge de sus orígenes,
taria, sino que cada uno de ellos se comporta de una manera sino de su importancia pragmática, la Cl.lal a, su vez depende
que presupone la conducta del otro, al tiempo que ofrece no tanto de sus rasgos particulares .J:Omo de su referencia in­
motivos para ella: sus definiciones de la relación encajan terpsrsonal (y no monádica). Birdwhistell hn llegado lnclusn
(S .2.3). a mgerir que ·

un iDdividuo no comunica; participa en u'na comuni�ción o se a'n­


2.83 vierte en. parte de ella. Puede moverse o hacer r1ddall . . . ll''rn ''n­
De
nn

mUDica. similar, puede ver, oir, oler, gustar o sentir. ·pero


Se ha sugerido un tercer tipo de relación, a saber, la "meta­
manera

no comunica. En otras palabras, no origina comunicaci6n sino c¡ue


OOIJIIle lem ntaria", en la que A permite u obliga a B a estar participa en ella. Así, la coJDUDicación como ustema po debe cntcn·
en .control de la relación mediante idéntico razonalniento, po­ derse sobre la base de un simple modelo de accl6n y rcaccl6n, por
drlamos arreglar l.a "pseudosimetria', en la que A permite u compkja que sea su formulación. Como Jistema. debe enlt·ndeue a
obliga a B a ser simétrico. Sin embargo, este regrefio od infi· un nivel trnnsaccional (ll8, pág. 104).
nltum potencial puede evitarse recurriendo a la diferencia­
ción ya planteada ( S . l . 4 ) entre la observación de IM re­ Así, la imposibilidad de DO comunicarse hace que todas )as
dundancias en la conducta y las explicaciones inferidas bajo sltuaciQnes en las que parti�ipan dos o más personas sean
la fórma de mitologías; esto es, nos interesa saber oomo se ínterpersonales y comunicacionales; el aspecto n!laclonal de
CQIIIporta la pareja sin distraemos tratando de averiguar por­ tal comunic;¡ción subraya aún m:is este argumeilto. ·La Im­
q,ué (creen ellos que) se comportan as!. Sin embargo,, si los portancia pragmática, intorpersonal, de los . modos digital y
miembros utilizan los múltiples niveles de comunicación analógico radica no sólo en su supuesto Isomorfismo con los
(�.2.22) para expresar distintas pautas a distintos niveles, pue­ niveles de contenido y de relación, sino también en la inevita­
den mrp;ir resultados paradójicos de p;ran importancia prag­ blo y significativa ainbigüédad que tanto el emisor como el
Jtláticá ( S . 5.41; 6.42, ej. 3; 7.5, ej. 2d). 1 receptor enfrentan en lo relativo a los probleiJ}as de traduc­
ción de una modalid;ld a la otra. La desttipclón <le los pro­
1 blemas de p110tuación se basa precisamente en la metamor­
2 . 64 1 foSis subyacente del modelo clásico de acción-reacción. Por

En el próximo capítulo se examinarán las patologías potencia­


1 último, el Pj!radlgma simefrla-complementariedad es. quizá
lo que más se acerca al concepto matemático de función, sfert•
,

les de estos modos de comunicación ( a saber, escaladas en la 1 do la.• posiciones de los individuos meras variables con una In­
simetría y rigidez en la comp)ementariédad ) . Por el momeo· 1 finidad de valores posibles, cuyo significado no es absoluto
to, nos limitaremos a formuf ar nuestro último axioma tenta­ sino que surge sólo en la relación reciproca.
tivo: "Tod01 l01 intercambios comunicacionalea aon aimltric01
1
o compkmentaríoa, según que estén baaad01 en la igua'dad o 1
en la diferencia.

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