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UNICERVANTES

Juan Pablo Linares

Teología

Moral Especial

Trabajo del documento de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe


"Instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente” (Donum Vitae)

D
onum Vitae es la instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la
dignidad de la procreación, elaborada por la Congregación para la Doctrina de la
Fe y rmada por el entonces cardenal, hoy Papa emérito, Joseph Ratzinger, y el
secretario de la Congregación Mons. Alberto Bovone, el 22 de febrero de 1987, en la
Fiesta de la Cátedra de san Pedro Apóstol.

Esta instrucción tiene como objetivo, responder a la pregunta si las técnicas biomédicas
utilizadas para intervenir en la fase inicial de la vida del ser humano y en el proceso
preceptivo son conformes a los principios de la moral católica.

La presente instrucción consta de: una introducción, tres capítulos (I Principios


antropológicos y morales, II Cuestiones morales y III Orientaciones para la relación ley
moral y ley civil) y una conclusión.

En la introducción se nos explica la gran importancia que tiene valorar el don de la vida
como un don dado por Dios y que por lo tanto el progreso de la ciencia, las
intervenciones arti ciales para la procreación, deben tener sus límites, los cuales se
derivan de la vida y de la dignidad humana, la ciencia no puede a atravesar estos límites.

Por el contrario, la ciencia y la técnica deben estar al servicio de la persona humana,


buscar digni carla y no tratarla como un objeto con el que pueden experimentar y menos
aún obtener réditos económicos .

Gran parte de la problemática de las técnicas biomédicas provienen del cambio de


antropología que la orientan, es por ello que es fundamental recordar la concepción
cristiana del hombre y de la dignidad que le dio Dios cuando lo creó. El ser humano es
creado por Dios a su imagen y semejanza, es decir tiene una “huella” divina en su ser, lo
que le hace inviolable, desde su origen hasta el n y en cada una de sus dimensiones.

Por tanto, el respeto a la vida del ser humano, por ser criatura de Dios, hecho a su
imagen y semejanza, es le criterio para realizar cualquier intervención medica en la
concepción, siendo así que atentar contra el hombre es atentar contra el mismo Dios.

I
Respeto de los embriones.
En este capítulo, a través de diversas preguntas, se trata de contestar a las interrogantes
sobre el uso y manipulación de embriones en la concepción.

Podemos decir que esta instrucción invita a respetar y proteger al embrión en todas las
fases de su desarrollo, desde el inicio de su existencia hasta que se convierte en un
hombre individual.

Y que el estudio del embrión en alguna de sus fases es moralmente lícito si se orienta al
bien del mismo, obviamente con el consentimiento de los padres y con el n de que
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tenga una mejor calidad de vida. En este mismo orden se orientan las intervenciones
terapéuticas las cuales son lícitas si, con el consentimiento de los padres, guardan la vida
y la integridad del embrión, teniendo como meta su curación.

También se trata el tema de los embriones obtenidos In-vitro, a los cuales se les debe
tratar con respeto y dignidad como personas que son, aunque se declara ilícita su
producción ya que con frecuencia se termina, muchos de ellos, explotándoles,
manipulándoles, dejándoles a la suerte de lo absurdo.

En este caso, el n no justi ca los medios, aunque el objetivo sea la reproducción y sea
algo deseado por los padres no se puede objetivizar al embrión por la sencilla razón que
esto va en contra de la dignidad de la persona, de la procreación y de la unión conyugal.

II
Intervenciones sobre la procreación humana
En este capítulo se trata el tema de la procreación arti cial, la que es realizada en el
laboratorio sin la intervención de los dos padres o con la sola intervención de uno de
ellos. Se nos advierte que las consecuencias de este tipo de intervenciones pueden ser
las de un aborto procurado, la del eugenismo radical que desdice de la condición
humana. Se distingue dos tipos: a) Fecundación arti cial heteróloga y b) Fecundación
arti cial homóloga.

A) Fecundación Arti cial heteróloga. Se denomina fecundación arti cial heteróloga


cuando la fecundación es realizada en el laboratorio utilizando el material genético de
una tercera persona ajena al matrimonio.

Respecto a esta situación la instrucción exhorta a que la procreación humana debe


hacerse en el matrimonio ya que en el matrimonio se hace responsables a los
esposos del nuevo ser humano a quien se lo considera como don y bendición y el
cual debe ser acogido como tal. El matrimonio es el lugar digno de procreación
responsable y un derecho de todos los niños (a tener una familia)

Por lo tanto, esta instrucción declara que la fecundación arti cial heteróloga es contraria
a la dignidad de los esposos y del matrimonio ya que rompe la unidad matrimonial,
desdice de la vocación de los padres y viola el derecho de los hijos a ser concebidos de
forma natural, además que mancilla la dignidad de los esposos y por lo tanto es
injusti cable.

Por otra parte también la maternidad sustitutiva es contraria a la unidad del matrimonio y
a la dignidad de la procreación de la persona, por esta razón también se la prohibe como
forma de concebir.

B) Fecundación arti cial homóloga

La Fecundación arti cial homóloga se realiza cuando el material genético de los dos
esposos es utilizado, en el laboratorio para la procreación de un nuevo ser, este
procedimiento es conocido normalmente como inseminación arti cial.

Este método de procreación, también es rechazado por esta instrucción ya que rompe la
relación existente entre procreación y acto conyugal, rompe el signi cado unitivo y
procreador que tiene del acto sexual y que es el espacio idóneo para una nueva vida.

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Es importante destacar que la unidad del ser humano cuerpo y alma espiritual se a anza
y se fortalece en el acto sexual que es dar la vida a un nuevo ser , y a través del cual la
pareja participa en el acto creador de Dios, dándole un tinte espiritual a su acto carnal.

En la fecundación arti cial homóloga se pierde la respectiva conexión entre los padres,
que se da en el acto sexual y que sería fundamental para expresar su amor ya que el
nuevo ser se convertiría en la expresión más pura del amor de los padres y no en el
producto de la intervención humana, en el laboratorio, jugando a ser Dios.

Muchos pueden irse en contra de esta orientación respecto a la fecundación homóloga


In-vitro, alegando las legítimas aspiraciones de los esposos estériles sin embargo no es
su ciente esta aspiración ya que en el proceso que se sigue para conseguir un nuevo ser
se puede destruir un sinnúmero de seres humanos inocentes e inofensivos, produciendo
muchos abortos y privando al que sería un nuevo ser de convertirse en el fruto y
expresión del amor de los cónyuges.

A los cónyuges estériles se les invita a comprender que los hijos son un don y no un
derecho y que ante este sufrimiento grande pueden participar de la cruz de Jesús y en
ella encontrar frutos redentores.

Dentro de este tema también aparece la inseminación arti cial homóloga la cual es
inadmisible ya que el acto conyugal es personal e intransferible pero se deja la
posibilidad de utilizarla si es que esta no sustituye el auto conyugal y es más lo facilita y
lo ayuda, manteniéndose siempre dentro de la nalidad natural del matrimonio.

Dentro de estos términos se orienta la intervención del médico en la procreación humana


el cual debe buscar el bien de las personas y su salud corporal y espiritual manteniendo
siempre la dignidad de las personas, de su sexualidad, de su origen y nalidad por
encima de cualquier otra razón, por mas loable que sea.

III
Moral y ley civil
En este capítulo se nos da a conocer los valores y las obligaciones morales que la
legislación civil debe respetar y sancionar. La ley civil debe proteger el derecho a la vida,
la familia y el matrimonio ya que sólo así se garantizaría el bien común y el sostenimiento
y desarrollo de la civilización.

Es fundamental que la ley civil proteja a las personas desde la concepción es decir que
cuide a los embriones y de esa manera evite su objetivización, que sólo podría traer la
pérdida de la conciencia colectiva de lo bueno y lo malo.

También se orienta a que s respete cuando algún profesional de la salud se oponga a


cometer uno de estos actos médicos, y que sea la objeción de conciencia su ciente
motivo y razón para no obligarlo a realizar este tipo de procedimientos.

En conclusión se pide el respeto a la vida desde la concepción, la dignidad del ser


humano, de su sexualidad y de la transmisión de la vida, defendiendo al ser humano de
sus excesos, de su deseo de jugar a ser dioses.
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