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Moral Especial
D
onum Vitae es la instrucción sobre el respeto de la vida humana naciente y la
dignidad de la procreación, elaborada por la Congregación para la Doctrina de la
Fe y rmada por el entonces cardenal, hoy Papa emérito, Joseph Ratzinger, y el
secretario de la Congregación Mons. Alberto Bovone, el 22 de febrero de 1987, en la
Fiesta de la Cátedra de san Pedro Apóstol.
Esta instrucción tiene como objetivo, responder a la pregunta si las técnicas biomédicas
utilizadas para intervenir en la fase inicial de la vida del ser humano y en el proceso
preceptivo son conformes a los principios de la moral católica.
En la introducción se nos explica la gran importancia que tiene valorar el don de la vida
como un don dado por Dios y que por lo tanto el progreso de la ciencia, las
intervenciones arti ciales para la procreación, deben tener sus límites, los cuales se
derivan de la vida y de la dignidad humana, la ciencia no puede a atravesar estos límites.
Por tanto, el respeto a la vida del ser humano, por ser criatura de Dios, hecho a su
imagen y semejanza, es le criterio para realizar cualquier intervención medica en la
concepción, siendo así que atentar contra el hombre es atentar contra el mismo Dios.
I
Respeto de los embriones.
En este capítulo, a través de diversas preguntas, se trata de contestar a las interrogantes
sobre el uso y manipulación de embriones en la concepción.
Podemos decir que esta instrucción invita a respetar y proteger al embrión en todas las
fases de su desarrollo, desde el inicio de su existencia hasta que se convierte en un
hombre individual.
Y que el estudio del embrión en alguna de sus fases es moralmente lícito si se orienta al
bien del mismo, obviamente con el consentimiento de los padres y con el n de que
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tenga una mejor calidad de vida. En este mismo orden se orientan las intervenciones
terapéuticas las cuales son lícitas si, con el consentimiento de los padres, guardan la vida
y la integridad del embrión, teniendo como meta su curación.
También se trata el tema de los embriones obtenidos In-vitro, a los cuales se les debe
tratar con respeto y dignidad como personas que son, aunque se declara ilícita su
producción ya que con frecuencia se termina, muchos de ellos, explotándoles,
manipulándoles, dejándoles a la suerte de lo absurdo.
En este caso, el n no justi ca los medios, aunque el objetivo sea la reproducción y sea
algo deseado por los padres no se puede objetivizar al embrión por la sencilla razón que
esto va en contra de la dignidad de la persona, de la procreación y de la unión conyugal.
II
Intervenciones sobre la procreación humana
En este capítulo se trata el tema de la procreación arti cial, la que es realizada en el
laboratorio sin la intervención de los dos padres o con la sola intervención de uno de
ellos. Se nos advierte que las consecuencias de este tipo de intervenciones pueden ser
las de un aborto procurado, la del eugenismo radical que desdice de la condición
humana. Se distingue dos tipos: a) Fecundación arti cial heteróloga y b) Fecundación
arti cial homóloga.
Por lo tanto, esta instrucción declara que la fecundación arti cial heteróloga es contraria
a la dignidad de los esposos y del matrimonio ya que rompe la unidad matrimonial,
desdice de la vocación de los padres y viola el derecho de los hijos a ser concebidos de
forma natural, además que mancilla la dignidad de los esposos y por lo tanto es
injusti cable.
Por otra parte también la maternidad sustitutiva es contraria a la unidad del matrimonio y
a la dignidad de la procreación de la persona, por esta razón también se la prohibe como
forma de concebir.
La Fecundación arti cial homóloga se realiza cuando el material genético de los dos
esposos es utilizado, en el laboratorio para la procreación de un nuevo ser, este
procedimiento es conocido normalmente como inseminación arti cial.
Este método de procreación, también es rechazado por esta instrucción ya que rompe la
relación existente entre procreación y acto conyugal, rompe el signi cado unitivo y
procreador que tiene del acto sexual y que es el espacio idóneo para una nueva vida.
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Es importante destacar que la unidad del ser humano cuerpo y alma espiritual se a anza
y se fortalece en el acto sexual que es dar la vida a un nuevo ser , y a través del cual la
pareja participa en el acto creador de Dios, dándole un tinte espiritual a su acto carnal.
En la fecundación arti cial homóloga se pierde la respectiva conexión entre los padres,
que se da en el acto sexual y que sería fundamental para expresar su amor ya que el
nuevo ser se convertiría en la expresión más pura del amor de los padres y no en el
producto de la intervención humana, en el laboratorio, jugando a ser Dios.
A los cónyuges estériles se les invita a comprender que los hijos son un don y no un
derecho y que ante este sufrimiento grande pueden participar de la cruz de Jesús y en
ella encontrar frutos redentores.
Dentro de este tema también aparece la inseminación arti cial homóloga la cual es
inadmisible ya que el acto conyugal es personal e intransferible pero se deja la
posibilidad de utilizarla si es que esta no sustituye el auto conyugal y es más lo facilita y
lo ayuda, manteniéndose siempre dentro de la nalidad natural del matrimonio.
III
Moral y ley civil
En este capítulo se nos da a conocer los valores y las obligaciones morales que la
legislación civil debe respetar y sancionar. La ley civil debe proteger el derecho a la vida,
la familia y el matrimonio ya que sólo así se garantizaría el bien común y el sostenimiento
y desarrollo de la civilización.
Es fundamental que la ley civil proteja a las personas desde la concepción es decir que
cuide a los embriones y de esa manera evite su objetivización, que sólo podría traer la
pérdida de la conciencia colectiva de lo bueno y lo malo.