El Oryctolagus cuniculus, o tradicionalmente conocido
como Conejo Común o Europeo, es una especie de
mamífero lepórido más pequeñas. Se caracteriza por su espeso pelaje de color pardo pálido casi grisáceo, sus orejas largas, hasta 10 centímetros de longitud, cuatro cortas patas con las que se desplaza a través de saltos y una cola corta y mullida. Pero entre las características físicas del conejo común sobresalen sus dientes. Además de utilizarlos para comer, son su principal arma de defensa. En este sentido, cabe mencionar que la dentura del conejo europeo no deja de crecer a lo largo de su vida. ¿Dónde vive el conejo común? Generalmente habita en praderas secas y cubiertas de matorrales para poder esconderse, evitando al mismo tiempo los grandes bosques en los que su exposición se incrementaría de forma notable. Para construir las madrigueras prefieren asentarse en suelo arenoso. La distribución del conejo europeo es muy amplia. Así, se puede encontrar en la totalidad del continente europeo y también en el norte de África. Además, se ha introducido en muchos lugares por motivos cinegéticos (relacionados con la caza). ¿Qué come el conejo europeo? Este animal gregario y territorial, de hábitos nocturnos, se alimenta durante la noche y permanece en las madrigueras el resto de la jornada. Su dieta se compone a base de plantas compuestas, leguminosas y gramíneas, aunque también se pueden alimentar de tallos e incluso de la propia corteza de los arbustos. Una buena parte de nuestros paisajes se los debemos a los conejos de campo. No solo porque dispersan las semillas con su herbivoría, sino que además, al quitarle la pulpa a algunos frutos de los que dejan la semilla favorecen que otras especies la dispersen. Muchos de los árboles y plantas silvestres fueron sembrados por ellos. En sus vivares formados por el conjunto de madrigueras muy antiguas existentes bajo la tierra es habitual que se acumulen el agua de la lluvia, los nutrientes y las semillas que, gracias a los conejos, germinan. Algunos de sus principales depredadores, entre otros, son el águila calzada o el gato montés.