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Dice Lacan en el seminario VII “Nos acercamos ahora a lo mas profundo de lo que dijo
Freud sobre la naturaleza de los Triebe y, especialmente, en la medida en que estos
pueden darle al sujeto satisfacción de mas de un modo, principalmente dejando abierta ,
la vía, la carrera de la sublimación “ También advierte que este campo no fue el mas
visitado por el pensamiento analítico, eso a pesar que su invitación a reflexionar sobre la
sublimación se encuentra tanto en los Tres ensayos sobre la teoría de la de la sexualidad
hasta Moisés y el monoteismo pasando por el Malestar en la cultura, sobre todo teniendo
en cuenta las dificultades que dicha noción nos propone.
La palabra Sublime nos llega del latín “SUBLIMIS”. Sub por lo bajo y Limis que alude a
“umbral” o “limite”
Para la Real Academia Española es algo “Excelso, Eminente, de elevación extraordinaria.
El tratado sobre lo sublime tuvo que esperar a 1674 para ocupar un lugar de relieve entre
los grandes de la teoría literaria de la antigüedad, considerándolo el documento critico
mas ilustrativo que nos ha llegado desde la antigüedad.
Lo sublime ingresa al escenario de la modernidad merced a la traducción que hace
Boileau del tratado atribuido a Longino, como dijimos escrito entre los siglos I y III de
nuestra era
Si bien como habíamos dicho se trata sobre todo de una noción estética que trata de la
composición y estilo literario, no podemos dejar de notar que el acento se fue deslizando
hasta el punto donde ya los efectos sobre el sujeto de lo sublime empezó a imponerse
como punto de reflexión
Longino manifiesta lo que entiende por sublime al comienzo mismo de su tratado “las
cosas o pasajes sublimes son como una especie de excelencia o eminencia en el
discurso” ..”las cosas sublimes, en efecto, no llevan al oyente a la persuasión sino al
éxtasis “.. “Cuando lo sublime se manifiesta oportunamente en alguna parte, dispersa
todas las cosas a la manera de un rayo “
Solo aquello que luego de ser oído despierta en la mente pensamientos elevados y nos
permite reflexionar sobre temas superiores a lo expresado puede ser considerado
verdaderamente sublime
A diferencia de Longino que como dijimos solo pretendía ocuparse de los procedimientos
retóricos para alcanzar un estilo sublime, los autores británicos, la mayoría de corte
empirista, hacen una lectura “psicologicista” del tratado, tenemos en Adisson (1712) al
primero que se ocupa de lo sublime con una perspectiva diferente fijan sus análisis en las
experiencias psicológicas del espectador, de temor, horror, y asombro sobre todo, y en
aquellos objetos que las provocan.
Este es el paso decisivo que luego dará Edmund Burke, el de indagar, precisamente, en
De lo Sublime y de lo Bello, por un lado los procesos que ocurren en la mente del sujeto
en tanto que resulta afectado por ciertas cualidades o propiedades de los objetos, y, por
otra parte analiza las características o propiedades que hacen que un objeto sea
considerado bello o sublime.
Entonces, y sin abundar en autores que siguieron abordando la cuestión podemos intentar
una síntesis que nos permita ir al punto en que lo sublime da paso a la posibilidad de
interrogarnos sobre la sublimación misma es decir el proceso de creación de lo sublime.
Veamos, lo sublime ingresa en el marco de las discusiones en torno al método mas
apropiado para alcanzar la excelencia discursiva, en este contexto, los pensadores
modernos intentaron mostrar que el estilo retorico sublime no es privativo de los autores
clásicos, para ellos quienes alcanzan este nivel de excelencia, describen de un modo
agradable lo que a simple vista, en un contacto directo resulta desagradable o sea las
composiciones artísticas que describen objetos terribles, peligrosos y amenazadores son
las que generalmente se asocian a lo sublime, así, lo desagradable, lo terrible y peligroso,
se transforma en algo placentero en la mente del espectador por la mediación de la obra
artística.
Por esto entonces, lo sublime no depende de los objetos externos, los fenómenos
naturales, sino que es un producto subjetivo que resulta del poder o la magnitud que ellos
representan para nosotros.
Al igual
Si bien Lacan, en su seminario sobre la Ética del Psicoanálisis va a tratar de desmitificar
cierta concepción , la de elevación o empuje hacia lo alto, esto no es claro en tanto por
ejemplo la definición mas general de la sublimación que allí utiliza es esta “ella eleva un
objeto a la dignidad de la Cosa”o también mas adelante en el capitulo XXII La demanda
de felicidad y la promesa analítica. “Una sola cosa alude a una posibilidad feliz de
satisfacción de la tendencia, la noción de sublimación” o como también leemos en el cap.
anteriormente citado “ En la definición de la sublimación como satisfacción sin represión
hay implícito -paso del no-saber al saber.
Se abre incluso la posibilidad de pensar un termino que Lacan se encarga de renovar otra
vez para alejarlo de la noción medica, de descarga, abreaccion, lo que en algún sentido le
adscribe una connotación económica y dinámica El rasgo que quisiera destacar es el de
catarsis ( ligada a la experiencia de lo sublime y teniendo en cuenta la frase de Longino “
Lo sublime dispersa todas las cosas a la manera de un rayo” Purifica entonces mas que
propiciar una descarga, permite barrer todo lo que retiene al sujeto en las solicitaciones de
lo imaginario y le permite orientarse, ubicarse entonces en relación al deseo
Se abre incluso allí la posibilidad de que en una lectura rápida o parcial de algunos textos
de Lacan mismo, permitan a algunos pensar la sublimación, como una suerte de pastoral
analítica, promesa de capacidad de creación y disfrute por esa vía que podría ser
alentada por el proceso de análisis mismo
Podemos contrastar esta idea y acallar así toda esa tendencia a ver en el proceso
sublimatorio no se que orden de productividad espiritual que ofrecería al sujeto la
promesa de una satisfacción pura, no sintomática. Como bien nos advierte Juan Ritvo en
su texto “Sublimación: Trayectos y problemas” La fabula de que el arte y la creación
sanan es una fabula hipócrita y moralista, También nos dice que “tampoco es una suerte
de pedagogía del espíritu destinada a evitar la enfermedad: la hemos hallado en sujetos
hundidos en sus miserables vidas y por el contrario seres a los cuales podemos llamar sin
ironía, felices, muestran una profunda incapacidad para ella”
Pero incluso para quien sostiene esta posición de desconfianza sobre las posibilidades de
la sublimación y su relación con el proceso analítico, podemos leer esto “La sublimación,
esta a la vez dentro y fuera del análisis y así puede hacer del automatismo de repetición
un automatismo de invención”
Entonces, indagar sobre las implicancias de estos procesos, parece ser una tarea aun
fructífera, dado que si bien hay quienes quizá efectivamente logren articular estos
procesos con las nociones en las que sostienen su andamiaje epistemico, esto no nos ha
entregado demasiadas pistas sobre como es posible favorecer, generar, facilitar estos
mecanismos ( capacidad de apreciar lo sublime y capacidad de sublimación ) en el sujeto
Bibliogafia:
Burke Edmund. De lo Sublime y De lo Bello. Edit Altaya, Barcelona, 1995
Kant Inmanuel. Observaciones acerca del sentimiento de lo sublime y de lo bello. Edit. Alianza.
Madrid. 1990