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Este principio se encuentra establecido en el Artículo 1 del Código Orgánico Procesal Penal
en él se prevé al sistema penal venezolano como acusatorio al estipular la necesidad de un
juicio para que una persona pueda ser condenada, llevando un debido proceso como se
encuentra consagrado en el artículo 49 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, donde se respeten los derechos y garantías procesales del imputado como el
derecho a ser oído, a ser notificado de los cargos que se le imputan, la presunción de
inocencia, principio de legalidad entre otros.
2. Ejercicio de la Jurisdicción:
3. Participación Ciudadana:
El Principio de la autoridad del Juez es una las normas que rigen el proceso penal
venezolano, este se encuentra dispuesto en el artículo 5 que permite a los tribunales
imponer sanciones correctivas a quienes no respeten los actos judiciales o desacaten sus
mandatos, además de la posibilidad de denunciarlos por los posibles delitos de
desobediencia o desacato que pudieren haber cometido para poder hacer cumplir sus
decisiones.
6. Obligación de Decidir:
Toda persona debe ser juzgada por sus jueces o juezas naturales y, en consecuencia,
nadie puede ser procesado ni juzgado por jueces o juezas, o tribunales ad hoc. La
potestad de aplicar la ley en los procesos penales corresponde, exclusivamente, a los
jueces y juezas, y tribunales ordinarios o especializados establecidos por las leyes, con
anterioridad al hecho objeto del proceso.
8. La presunción de inocencia:
Esta garantía se encuentra consagrada en el artículo 8 del Código Orgánico Procesal Penal
y consiste en que ninguna persona puede ser declarada responsable hasta que no se
pruebe su culpabilidad a través de una sentencia condenatoria, por lo que se le debe
presumir su inocencia, y por ello es necesario la realización de un proceso justo donde se
respete el debido proceso. Esta garantía es reconocida desde la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano de la Revolución Francesa, así como en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones
Unidas, en su artículo 11; e igualmente en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos de 1978, y consagrados en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
siendo de cumplimiento obligatorio en nuestro país.
9. Afirmación de la Libertad:
Esta garantía supone que si una persona ha transgredido la ley no por ello pierde los
derechos que el ordenamiento jurídico le reconoce, esta garantía está dirigida
fundamentalmente a la protección del imputado y se encuentra establecida en el artículo
10.
La acción penal corresponde al Estado a través del Ministerio Público, que está obligado a
ejercerla, salvo las excepciones constitucionales y legales.
El proceso debe establecer la verdad de los hechos por las vías jurídicas, y la justicia en la
aplicación del derecho, y a esta finalidad deberá atenerse el juez o jueza al adoptar su
decisión.
14. La Oralidad:
15. Publicidad:
El juicio oral tendrá lugar en forma pública, salvo las excepciones de ley.
16. Inmediación:
Este principio se encuentra vinculado al Principio de Oralidad, la inmediación impone, que
el juzgamiento sea realizado por el mismo tribunal desde el comienzo hasta el final. La
inmediación es el acercamiento que tiene el juzgador con todos los elementos que sean
útiles para emitir sentencia.
17. Concentración:
Iniciado el debate, éste debe concluir sin interrupciones en el menor número de días
consecutivos posibles.
18. Contradicción:
20. Persecusión:
Concluido el juicio por sentencia firme no podrá ser reabierto, excepto en el caso de
revisión conforme a lo previsto por el Código.
Las pruebas se apreciaran por el tribunal según la sana critica observando las reglas de la
lógica, los conocimientos científicos y las máximas de experiencias.
23. Protección de las víctimas:
Es deber del Estado Venezolano garantizar la seguridad de las personas y sus bienes, en
los distintos ámbitos políticos territoriales, a los fines que las víctimas de delitos tengan
acceso a los órganos de administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses, según lo estipulado en el artículo 23.