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Integración Areal I

Trabajo Final
PLAN DE TRABAJO
Manuel Carbajal

“1984”, su influencia en el Siglo XX, la lucha por el legado de Orwell y su


decadencia en la primera década del Siglo XXI
(1949-2013)

Presentación:
El presente trabajo surge de la percepción por parte del autor de la incipiente disminución
de la influencia de la novela “1984” en la cultura política de la segunda década del siglo
XXI. Desde su publicación en 1949, (“Nineteen Eightyfour” 8 Junio 1949 Secker and
Warburg, London) ha ejercido una inmensa influencia en el pensamiento político
occidental, así como también en la cultura popular. La influencia cultural de la obra
máxima orwelliana se mantiene vigente, experimentando con la reciente cultura de
internet una explosión de notas, críticas, estudios literarios de mayor y menor profundidad,
referencias directas, indirectas, oscuras o explicitas, de carácter cómico o de rigurosa
academicidad e incluso sitios dedicados no solo a George Orwell, sino exclusivamente a
“1984”. El autor se ha topado con referencias a “1984” en forma casi diaria en todos los
medios internacionales consultados (diarios, revistas, programas de televisión e internet)
desde el inicio de su interés en Orwell y su obra. Sin embargo, los eventos políticos y
sociales de principios del siglo XXI, la marcada tendencia de los gobiernos occidentales a
expandir su control y vigilancia sobre la población y, principalmente la pasividad y
mansedumbre por parte de las masas en aceptar tales controles estatales, cuando no la
estridente demanda de que ese avance sea más eficiente, parecen indicar que el rol
admonitorio que Winston Smith y su sufrimiento a manos del “Gran Hermano” jugaban en
el pensamiento político occidental, se encuentra en un proceso de franco debilitamiento.
Considerando la estabilidad de la influencia orwelliana en la cultura popular
contemporánea y principalmente, la forma en que la novela moldeó la forma en que los
medios de comunicación, ciertos círculos académicos, analistas políticos y la misma clase
política occidental, percibieron la realidad en los 64 años que van desde su publicación
hasta el día de hoy, pasando por la Guerra Fría, la caída de la URSS, el fallido nuevo
orden mundial pos Primera Guerra del Golfo, el atentado al WTC, la Segunda Guerra del
Golfo y la actual Guerra Global contra el Terrorismo, cabe interrogarse sobre los motivos
del debilitamiento de la influencia de Orwell y su novela en la política de los estados
modernos y principalmente en la interpretación de la realidad por parte del público en
general.
El propósito del presente trabajo es analizar por separado:
- El desarrollo y vigencia de la influencia cultural de la novela a través de sus
manifestaciones artísticas y/o populares
- El auge y decadencia de su influencia política, a través del repaso de los
principales eventos históricos de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI
y su utilización por parte del poder político
- La lucha entre diferentes grupos políticos por apoderarse de la herencia ideológica
de George Orwell.
- El rechazo de Orwell por parte de la izquierda occidental.
La hipótesis que guía al trabajo es que la convivencia con el inmenso desarrollo
tecnológico en técnicas de vigilancia y control, así como las nuevas formas de relación
interpersonal (redes sociales, internet, etcétera), han naturalizado las relaciones de
dominación entre el Estado y los individuos, logrando la plena aceptación por parte de las
generaciones mas jóvenes de la intromisión y supervisión estatal. Esta aquiescencia por
parte de la sociedad torna irrelevantes las advertencias de “1984”, debilitando así su
influencia en el pensamiento político
Influencia Cultural
Con respecto a la influencia cultural de la novela esta ha sido inmensa y prácticamente
omnipresente, creando tendencias novelísticas, cinematográficas e incluso musicales,
tanto en obras serias como más ligeras, mientras que las referencias a la novela en
programas de televisión, radio, artículos periodísticos, críticas literarias, etc., son
virtualmente incontables. En los primeros seis años desde su edición la novela tuvo una
adaptación cinematográfica (1956) dos televisivas (una emitida por la CBS en los EEUU
en al año 1953 y otra emitida por la BBC en 1954) y tres radiales (1949 a través de la
NBC, 1953 a través de la CBS y también en 1953 en varias cadenas de radiodifusión). De
todas estas adaptaciones solo una, televisiva, es digna de mención, tanto por su calidad
artística (su diseño de producción puede resultar limitado según los estándares modernos,
no así la calidad actoral) como por la inmensa reacción que ejerció al ser emitida. Se trata
de la versión emitida por la BBC protagonizada por Peter Cushing como Winston Smith y
André Morel como O’Brian. Tal fue el impacto que generó en la opinión pública británica
de la primera mitad de la década del 50 que se presentaron mociones en el parlamento
para la discusión del programa (Quinn, 2009). Las audiencias parlamentarias son
interesantes ya que presentan una primera instancia de discusión política e intento de
apropiación ideológica de la obra. El motivo inicial de la protesta parlamentaria se
centraba en la crudeza de las sugerencias de carácter sexual y sádico de la emisión
(siendo la escena de tortura en la Habitación 101 el principal motivo de la crítica). Sin
embargo seis miembros del parlamento por el partido conservador presentaron una
moción para que se repitiera el programa, felicitando a la BBC por “intentar concientizar al
pueblo británico sobre las prácticas inhumanas representadas en la obra, que son de uso
corriente en diversos estados totalitarios” (The Times, 15 Diciembre 1954; pg. 5; nº 53115;
col B).
Como decimos, la influencia cultural de la novela se ha ido incrementando con los años,
acuñando, en el proceso, términos políticos de uso común, como Gran Hermano, agujero
de la memoria, 2+2=5, doble pensamiento, crimen de pensamientos (estos últimos no tan
populares en lengua castellana, pero de uso masivo en otros idiomas). El año 1984 vio
una explosión de usos mediáticos de la novela. Todo estaba influenciado por ella,
artículos en diarios y revistas, documentales televisivos e incontables publicidades
gráficas utilizando los términos más famosos del libro. En ese año se destacaron dos
producciones que resultaron estéticamente muy influyentes. La primera fue la publicidad
de Apple-McIntosh (antecesora de Apple) dirigida por Riddley Scott, emitida durante el
Super Bowl del año 1984, que utilizaba la imaginería de la novela; un grupo de personas
grises observan en una pantalla gigantesca a una especie de “Gran Hermano”, que en la
publicidad representaría a IBM (conocida en círculos bursátiles como Big Blue,
asociándola con Big Brother) hasta que una joven atlética destroza la pantalla liberando a
las personas mientras representa a Apple y su nueva computadora personal. Esta
publicidad fue inmensamente popular y fue emitida nuevamente en el 2004, solo que la
PC fue sustituida por el ipod e IBM por Microsoft. Este uso de “1984” es irónico,
considerando la expresa repulsión que Orwell sentía por la publicidad gráfica por
considerarla un vehículo que perpetuaba las imágenes de privilegios y de división de
clases sociales (Quinn, 2009). La otra producción cinematográfica relevante fue una
adaptación muy fiel de la novela que incluso fue filmada en los lugares y las fechas en los
que la novela transcurre. Protagonizado por John Hurt y Richard Burton como Winston y
O’Brian respectivamente, contaba con un diseño de producción sorprendentemente
realista y apropiado, transmitiendo con precisión el ambiente opresivo y deprimente de la
obra. Sin embargo el film no logra transmitir, por su mismo formato, el corazón de la
novela, constituido por un escrito político extenso que Winston analiza durante los
capítulos I y III, “Teoría y Práctica del Colectivismo Oligárquico” por Emmanuel
Goldstein, principal enemigo del Estado de Oceanía, figura que puede asimilarse a la de
Trotsky en el caso soviético. La película en cambio se vuelca a reflejar la relación entre
Winston, Julia y O ‘Brian y sus trágicas consecuencias.
Sin embargo, pareciera ser que es justamente esa inmensa popularidad la que ha ido
erosionando la influencia política y el papel de advertencia que la novela tuvo durante la
segunda mitad del siglo XX. De esta forma entre nosotros son minoría quienes relacionan
la frase “Gran Hermano” con el personaje omnipotente del líder del “partido” (que según
el mismo Winston Smith puede o no existir en la realidad de la novela) y son inmensa
mayoría quienes inmediatamente piensan en el programa televisivo en el que un grupo de
personas moralmente fallidas son encerradas y sometidas a una vigilancia permanente
para el entretenimiento del público. Ese divorcio entre la forma y el contenido de la novela
resulta irónico, pues la popularidad del término lo hace más aceptable y tolerable para el
común de la gente, preparando así el terreno ideológico para una mayor intervención
estatal en la vida de los individuos, como intentaremos demostrar más adelante.

Influencia Política:
El desarrollo de la influencia de la novela en el pensamiento político es mas fluctuante y
complejo que en el campo cultural y consiste principalmente en el enfrentamiento entre
intelectuales y políticos de derecha y de izquierda, con todas las variantes entre ambos
extremos, en sus permanentes intentos de encontrar justificación a sus actos y
pensamientos en la novela y otros escritos de Orwell.
Pero para ilustrar con mayor precisión el desarrollo de la vida política de “1984”, es
necesario complejizar este panorama a través de 2 ejes; el primero es el conflicto interno
en la izquierda frente a una novela que parece denunciarla (la lectura correcta de la
novela permite identificar al totalitarismo como objeto de crítica), pero que es obra de un
pensador y militante de izquierda. El segundo eje, la realidad histórica y política, es el más
relevante pues el análisis político e ideológico de la novela se vio permanentemente
regido e influenciado por ella. De esta manera podemos sintetizar el grado y sentido de la
influencia de “1984” atándola a cuatro procesos o eventos que jalonaron los mas de 60
años que nos ocupan:
1- La “Guerra Fría” 1947-1991: Orwell mismo acuñó el término en su ensayo “Usted
y la Bomba Atómica” (“You and the Atom Bomb”, Tribune 19 de Octubre de 1945).
La identificación de Orwell y su novela con este período es total. En esta era la
novela es considerada en Occidente como una advertencia especialmente
escalofriante sobre las consecuencias de una victoria militar y cultural del
comunismo, el New York Times la llamó “la biblia de la nueva cruzada contra el
comunismo” (Ingle, 2009). La lectura de “1984” y de “Rebelión en la Granja” se
torno obligatoria en los cursos secundarios de los EEUU y el Reino Unido, entre
otras naciones. Se encuentran grandes similitudes entre eventos e instituciones
descriptos en la novela con eventos de la política mundial, especialmente en el
marco del mundo bipolar. Caben como ejemplos: la predilección de los países
socialistas por adoptar una denominación antónima a su verdadero sistema
político, como el caso de la República Democrática Alemana, lo que recuerda a los
ministerios de “1984”, el Ministerio de la Paz se dedica a la guerra, el Ministerio
de la Verdad controla y falsifica la información y el Ministerio del Amor es el
aparato represor del partido; y principalmente el lema de Oceania: “guerra es paz”.
Los “dos minutos de odio”, una demonización ritualizada de los enemigos del
Estado, presenta llamativas semejanzas con muchas escenas vividas durante la
Revolución Cultural China (1966-1976) tanto en su contenido, objetivos y
manifestación externa, rayana en una histeria colectiva. Incluso se encontraron
similitudes con aspectos de la novela que no fueron descritos con detalle, por
ejemplo la ideología de uno de los súper estados en los que el mundo se
encuentra dividido se describe solamente como “culto de la muerte” o mas
precisamente “supresión del yo”, lo cual a su vez es reminiscente de la cultura del
Juché (Myers, 2010) norcoreana y de la interpretación camboyana del comunismo,
que llevo al genocidio de 2.200.000 personas (Courtois, 1999). La apropiación por
parte de Occidente de los escritos de Orwell es completa y se transforma en el
instrumento de propaganda más efectivo, tanto por su altísimo valor artístico como
por la claridad y truculencia de su mensaje. Este apoderamiento no se limita a
“1984” sino que se extiende también a “Rebelión en la Granja” que luego de ser
prohibida en Inglaterra durante la Guerra Mundial por ser percibida, correctamente,
como una denuncia al totalitarismo estalinista, a la sazón aliado de EEUU y el
Reino Unido contra la Alemania Nazi, fue retomada en la guerra fría como
herramienta en la lucha propagandística contra el comunismo soviético. De esta
forma el largometraje de animación sobre “Rebelión en la Granja”, bellamente
animado y relativamente fiel al texto (las escenas en que los humanos=capitalistas
son presentados en una aspecto negativo en la novela, fueron eliminadas de esta
versión) fue financiado principalmente por la Central Intelligence Agency en 1953
(Cohen, 2007). Sin embargo, en un proceso histórico tan prolongado y cargado de
eventos significativos como lo fue la Guerra Fría, la actitud de los intelectuales
occidentales fue cambiando y, con la asunción de Ronald Reagan a la presidencia
de los EEUU (1980-1988), el endurecimiento de las relaciones luego de un período
de convivencia distendido con la URSS y la llegada del año 1984, se inició el
primer conflicto serio para apropiarse de la herencia orwelliana dentro del
pensamiento de derecha o liberal. En EEUU, los neoconservadores intentaron
enrolar a Orwell en la lucha contra el “Imperio del Mal”, en la revitalizada Guerra
Fría, aduciendo un abandono por parte del autor de sus creencias socialistas para
denunciar el totalitarismo comunista a través de una predicción de lo que
sucedería de ganar la URSS el conflicto por la supremacía mundial (Podhoretz,
1984). Sin embargo la refutación provino rápidamente de las filas del movimiento
libertario, haciendo hincapié en los siguientes elementos: la novela no es una
“predicción” sino una proyección de tendencias ya instaladas al momento de ser
escrita. El status quo mantenido por los súper estados descritos en “1984” reflejan
la misma situación entre la URSS y los EEUU, la cual permitía un estado de
tensión permanente no resuelto, lo que generaba una cohesión interna frente al
enemigo amenazador. Así como en “1984” los súper estados se enfrentaban en
una cuadrilátero geográfico alejado del corazón de sus territorios, las súper
potencias de la realidad solo se enfrentaban mediante proxys en países del tercer
mundo o apoyando a los enemigos de su contrincante. En resumen, el principal
argumento de la respuesta libertaria al intento de apropiación neoconservador de
Orwell consistía en apuntar que la novela no es una denuncia de la URSS per se,
si no de los estados modernos y su inevitable camino hacia el totalitarismo así
como también del estado de guerra perpetua o permanente que eterniza al poder
estatal (Rothbard, 1984). Paralelamente, la popularidad de “1984” (así como
también de “Rebelión en la Granja) llegó a su pináculo en este período, en los
primeros 6 meses de 1984, la novela vendía 50.000 copias por día en los EEUU,
mientras que en el Reino Unido ambas novelas combinadas se vendían a razón de
1700 diariamente. Los números globales de venta ya habían superado los 40
millones de ejemplares; 27% de los estudiantes universitarios de los EEUU
aseguraban haber leído la novela y esta se encontraba entre las 5 novelas mas
influyentes de la historia según encuestas de Time/Life y Newsweek, quizás deba
mencionarse como ejemplo de su incorporación al populismo cultural, su
publicación en forma abreviada en el Reader’s Digest (Ingle, 2009). La década de
1980 fue la década de la apoteosis de Orwell y sus novelas (sus interesantes y
profundos ensayos nunca tuvieron tan grande difusión). Es durante esta instancia
del conflicto intelectual, en el que el proceso histórico modifica nuevamente la
situación global y la percepción de Orwell y su obra mas importante.
2- Caída de la URSS, Primera Guerra del Golfo, Nuevo Orden Mundial 1991-
2001: La caída de la URSS y sus países satélites pareció indicar en un primer
momento el “fin de la historia” con un claro ganador, el capitalismo occidental, pero
mas específicamente los EEUU. El espectro de INGSOC, Gran Hermano y la
Habitación 101 parecían haber sido aventados en forma definitiva con la “victoria”
de occidente sobre la URSS y por lo tanto “1984” se transformaría en un artefacto
obsoleto de la Guerra Fría, solo digno de estudio de carácter literario. No fue eso
lo que aconteció, los estudios sobre Orwell se multiplicaron y continuó siendo un
libro con grandes cifras de ventas (Quinn, 2009). La diferencia se centró sobre los
puntos de interés de la novela, los cuales dejaron de ser los excesos más
evidentes de un estado totalitario, como la tortura, persecución, o lo que Michael
Mann llamó dimensión despótica del poder estatal, y paso a centrarse en los
métodos de control más sutiles descritos en la novela, principalmente el uso de la
tecnología en el control de los individuos. La omnipresencia del Estado a través
del control tecnológico empezó a ser cada vez mas atacado desde el nuevo
análisis que se le daba a la novela. Por otro lado la ausencia de un contrincante
amenazador que impidiera continuar con el estado de guerra/paz permanente,
comenzó a dañar la imagen de EEUU como campeón de la libertad contra el
imperialismo socialista y, especialmente luego de la Primera Guerra del Golfo, se
ratificó su papel como la única superpotencia mundial y el “Gran Hermano” a nivel
global. La relevancia de “1984” se mantuvo intacta pero por razones ideológicas
diferentes, el estado opresor ya no era la URSS si no los EEUU. En el campo
ideológico la contienda para apoderarse de la herencia ideológica de Orwell entre
los neoconservadores que intentaban crear el nuevo orden mundial a través de
una mayor intervención internacional de los EEUU (AIPAC, New American
Century) y los paleo conservadores que se oponían a esa intromisión (alas mas
tradicionales del partido Republicano) así como los libertarios opuestos no solo a
las aventuras militares de los EEUU en el resto del mundo si no que claman por
una desarticulación progresiva del aparato estatal norteamericano, empezaba a
endurecerse. En este período histórico, los arrebatos imperialistas de los
neoconservadores parecían carecer de apoyo y futuro, luego de la victoria sobre
Saddam Hussein en 1991, la intervención de la OTAN en la guerra civil yugoslava,
otras intervenciones menores (Somalia, Colombia, etc.) y dos administraciones
demócratas, no parecía existir una amenaza importante que justificara el
desarrollo de un sistema de defensa interna y externa que aumentara el poder del
estado tal cual ellos exigían.
3- Atentado contra el WTC, Segunda Guerra del Golfo, Guerra Mundial contra el
Terrorismo 2001-2008: El nuevo escenario mundial nacido de los escombros del
WTC, dio vuelta la situación ideológica y la apreciación de “1984”. Los
neoconservadores ahora en el poder en EEUU, abandonaron cualquier intento de
apropiarse de la novela, ya que resultaba irrelevante para sus proyectos, un nuevo
enemigo virtualmente omnipresente e indestructible (hidra de múltiples cabezas,
guerra interminable, cruzada cultural, son los términos mas recurridos durante la
guerra global contra el terrorismo) surgió como sustituto de la URSS y un nuevo
periodo de guerra interminable le brindo renovadas fuerzas al estado. Mientras
tanto el crecimiento exponencial de los aparatos de control estatales, la
intervención e investigación de la vida privada de los ciudadanos, los controles
omnipresentes, el fomento a un permanente estado de terror en la población y la
creación de nueva legislación limitando las libertades personales, llevo a una
nueva apreciación de la novela y la dinámica del control estatal. De esta forma, 5
características esenciales del universo distópico orwelliano empezaron a
identificarse con la nueva situación social y política en el mundo occidental
(principalmente Europa occidental y los EEUU): 1) Invasión de la intimidad
personal ya sea físicamente o indirectamente a través de la vigilancia
electrónica; 2) El control estatal de la vida cotidiana de sus ciudadanos; 3)
Estímulo Oficial de políticas que contribuyen a la desintegración social y
económica de la familia; 4) La revisión de la historia en favor de la
interpretación del Estado y 5) El uso de eufemismos para describir una
agencia, programa u otro concepto, sobre todo cuando su nombre lo indica
todo lo contrario de lo que ocurre en realidad. Para cada uno de estos ítems se
pueden encontrar, literalmente, decenas de ejemplos en el accionar de los estados
durante la primera década del siglo XXI demostrando una tendencia que por
supuesto continúa y se profundiza mientras se escriben estas líneas. Las
referencias a Orwell y la influencia que su obra magna ejerce se multiplicaron en
este período, recobrando su carácter de advertencia sobre el porvenir, pero con
una inmensa diferencia con respecto a las etapas históricas previas, los estados
ya no son sponsors de esta propagación de “1984”, sino que es la sociedad la que
busca una herramienta para comprender e incluso oponerse al irrefrenable paso
hacia un nuevo totalitarismo (Whitehead, 2013).
4- Guerra global contra el Terrorismo, Expansión del aparato de control estatal
2008-2013: En las últimas dos décadas y especialmente en este último lustro la
explosión de internet ha multiplicado el comentario y análisis de la influencia de
“1984” hasta límites extremadamente difíciles de contabilizar y actualizar. Al
mismo tiempo la concientización de la existencia de una nueva era de vigilancia
electrónica llegó a un altísimo nivel con dos eventos que demostraron con
precisión que “Gran Hermano” es una realidad creada y sostenida por el desarrollo
de la tecnología, que es mucho más avanzada de lo que Orwell pudo imaginar en
1948. El primer caso fueron las revelaciones de Wikileaks, producto de la misma
tecnología utilizada por el Estado, las cuales ventilaron los métodos de vigilancia y
espionaje, ilegales e inmorales, que el Estado norteamericano utiliza normalmente,
pero en este caso contra otros estados y/o corporaciones. Gran llamado de
atención pero que palidece frente a las revelaciones realizadas en Junio de 2013
sobre el alcance del sistema de vigilancia masiva ejecutado por la National
Security Agency norteamericana y muchas otras agencias de seguridad
norteamericanas y de otras naciones europeas (EEUU cuenta con 16 agencias de
seguridad internas y externas sin contar las FFAA, un verdadero ministerio del
amor), denunciado por Edward Snowden, contratista de dicha agencia. Este
sistema analiza miles de millones de conversaciones e intercambios privados entre
personas privadas (mails, mensajes de texto, llamados telefónicos, etc.) de
decenas de países, con una serie de blancos específicos, el Ministerio de Energía
del Brasil entre los más cercanos (Whitehead, 2013). Irónicamente se develó
incluso, un Powerpoint de consumo interno de la agencia mencionada, destinado a
instruir en la infiltración de teléfonos inteligentes, en cuya primera diapositiva se
muestran fotogramas de la publicidad discutida mas arriba, con el texto: “Quien
hubiera dicho que en 1984…”; la segunda diapositiva muestra una foto de Steve
Jobs, con el texto: “este sería “Gran Hermano”” y la tercera diapositiva muestra
escenas de compradores de los iphones en las tiendas Apple, con el texto: ”…y los
zombis serían el público consumidor” (Poitras, Rosebach, Stark, 2013). Orwell es
referenciado no solo por las victimas de la opresión del Estado si no por los
opresores mismos, el círculo esta completo. La empresa de venta de libros por
internet Amazon.com, anuncio que en el mes de junio de 2013 las ventas de
“1984” aumentaron un 7000%, debido indudablemente a las revelaciones sobre el
espionaje masivo de la NSA (Huffington Post, 11 de junio, 2013). Esto parecería
indicar que Orwell sigue ejerciendo un papel tutelar en la vigilancia de las
libertades individuales frente a los abusos estatales, sin embargo hay elementos
que hacen dudar del vigor de tal influencia. Las generaciones más jóvenes no
experimentaron las condiciones de vida durante la Guerra Fría y la presencia de la
tecnología de vigilancia en sus vidas ha sido permanente, por lo tanto los dos
mensajes más importantes de la novela, carecen para las personas nacidas
después de 1990 de la urgencia e importancia que tienen para aquellos en las
décadas del 70, 60 o anteriores. Aportamos un ejemplo final para ilustrar tanto el
avance de la tecnología de vigilancia como la ambivalente reacción del público
frente al nuevo “Gran Hermano”. En abril de 2013 Microsoft anunció que su nueva
consola de juegos XBOX sería comercializada con una cámara llamada Kinect, la
cual estaría permanente encendida con el objeto de percibir los movimiento del
usuario para reproducirlos en el juego que se estuviera utilizando. Esta cámara iría
acompañada de un micrófono omnidireccional que también estaría
permanentemente encendido incluso aunque la consola no lo estuviera. Por
supuesto la XBOX también tiene conexión a internet, lo que la constituye en la
más perfecta reproducción de los televisores que Winston Smith debía sufrir en su
vida como miembro del partido, el televisor que te mira a vos y que no podes
apagar. Las reacciones sobre el anuncio fueron contradictorias, ya que las listas
de ventas anticipadas fueron un éxito, y solo a través de la acción de asociaciones
de consumidores y activistas libertarios se logró que Microsoft admitiera la
posibilidad de utilizar la consola sin que la cámara ni el micrófono fueran adosados
a la misma (MSNBC, 13 de Agosto de 2013). El público al cual está destinado este
producto es el más joven, justamente aquellos que no han estado expuestos a las
condiciones políticas que produjeron “1984” y para los cuales la tecnología no es
percibida como una amenaza para su seguridad. En el mismo sentido podemos
reflexionar que el candidato con mejores posibilidades de ganar las elecciones
legislativas del 2013, ha hecho de la multiplicación de cámaras de seguridad su
única plataforma política discernible.

El segundo eje necesario para comprender la evolución de la influencia política e


intelectual de “1984” esta dado por la contradicción interna y general rechazo por parte de
la izquierda a la novela y a los escritos de Orwell en general. Este distanciamiento entre la
intelectualidad de izquierda y Orwell comenzó en vida de este, ya que Orwell desarrolló
una prominente reputación en los círculos intelectuales de izquierda como un rebelde,
cuyo discurso directo e independiente chocó con muchos egos de los intelectuales mas
caracterizados. Su nombre era anatema para los miembros del Partido Comunista
británico mientras que su reputación como un pensador independiente creció como
resultado de sus columnas "As I Please" en Tribune y, al otro lado del Atlántico, en sus
"Cartas desde Londres" publicadas en el Partisan Review. Sin embargo el establishment
intelectual de izquierda no lo tomaba en serio y lo ignoraba con tranquilo desapego. Sin
embargo esta percepción cambio radicalmente al ser elegida “Rebelión en la Granja”
como el libro del mes en el Club del libro del Mes en EEUU, proceso que se repitió e
intensifico con la publicación de “1984”. El relativamente desconocido periodista y
ensayista, se convirtió en el autor más vendido de su generación y unos de los mas
caracterizados anticomunistas del mundo. Su prematura muerte, solo siete meses
después de la publicación de “1984” solo aumento el interés y fascinación por su persona.
Se lo consideró como un espíritu libre, sin ataduras ideológicas o dogmáticas y por ello
mismo su denuncia del totalitarismo era tan valiosa. Sin embargo la reacción de la
izquierda fue totalmente crítica, denunciando su independencia como falta de temple, un
ejemplo de la debilidad liberal para comprometerse con la ideología y la lucha por el
socialismo (Quinn, 2009)
La década del 50 vio la consolidación de Orwell no solo como un gran pensador político
sino como un hombre decente (termino muy recurrido por el autor) y su estima subió y se
expandió con las diversas adaptaciones que sus obras vieron en el cine la televisión y la
radio. Solo con la publicación en 1960 de los ensayos, artículos y correspondencia de
Orwell, el movimiento de la new left, comenzó a atacar la figura de Orwell. Iniciándose con
las críticas de Mary McCarthy, quien consideraba el socialismo de Orwell como carente de
sustento teórico e intelectual y solamente como una reacción de desagrado. McCarthy
trivializó la figura de Orwell como un enemigo de la moda, y su socialismo como simple
diatriba de un hombre descontento con la realidad (Quinn 2009). Para 1968, años de
revueltas estudiantiles tanto en París como en Praga, la figura de Orwell para los
estudiantes revolucionarios se resumía en un pes muerto, con gran retórica pero que no
ofrecía ningún programa de acción viable (Lucas, 2004).
Como hemos discutido mas arriba, el año 1984 trajo una multitud de trabajos sobre
Orwell, elogiando su obra y subrayando su relevancia, pero también ese año produjo el
ataque más prolongado por parte de la izquierda. A través de la publicación de “Inside the
Myth: Orwell, Views from the Left”, en el cual diversos intelectuales criticaban el
pensamiento y la personalidad de Orwell; unos a través de la teoría, realizando una crítica
posestructuralista del “sentido común” de Orwell y otros, no teóricos, criticaban desde el
feminismo el tratamiento que Orwell dio a sus personajes femeninos en sus novelas y
desde el punto de vista político su percibida deshonestidad o simpleza al reportar la
Guerra Civil Española.
El evento mas significativo de la década de 1990 fue la publicación de las obras
completas del autor. Publicado en 1998, este trabajo monumental de recopilación de todo
lo escrito por Orwell (novelas, artículos, cartas, críticas literarias, programas de radio,
entradas en sus diarios y anotaciones en cuadernos) tenía la particularidad de incluir la,
así llamada, Lista de Orwell. Este escrito contenía 35 nombres (algunas fuentes indican
que pudieron ser originalmente 38) de escritores, poetas o periodistas que el gobierno
debía evitar contratar por ser cripto comunistas o F.T. (fellow travellers, compañeros de
ruta). La lista fue confeccionada a pedido de un organismo del estado británico dedicado a
propagar el anticomunismo en los medios nacionales. A lado de cada nombre Orwell dio
una brevísima descripción sobre la personalidad del sujeto (simpatizante, comunista
sentimental, liberal decadente, intelectualmente deshonesto, etcétera) tomando en cuenta
sus inclinaciones políticas y el grado de compromiso con el comunismo.
Esta revelación fue recibida con gran entusiasmo por la crítica de izquierda y produjo un
festival de denuncias contra Orwell. Su proclamada decencia se vio en serio entredicho y
paso de ser el gran defensor de la libertad y dignidad humana contra el poder del estado
en un simple informante de la policía (Utley, 1998). Desde todo el arco de la izquierda
británica los ataques se reprodujeron en forma exponencial. Las actitudes variaban desde
la dolida sorpresa (Michael Foot) hasta la ratificación de la sospechas y rencores
tradicionales (Lucas, 2004).
Sin embargo un análisis más detallado de la lista y sus circunstancias no se hizo esperar.
Realizado por el propio compilador de las obras (Prof. Peter Davidson) arrojó una imagen
muy diferente de la que la prensa e intelectuales de izquierda prefirieron criticar. Los
extremos más relevantes que Davidson demostró fueron los siguientes:
- La lista fue confeccionada en el lecho de muerte de Orwell a pedido de una mujer
con la que Orwell quiso contraer matrimonio luego de quedar viudo en 1945.
- Las autoridades de la repartición estatal que requirieron el consejo de Orwell, eran
a su vez escritores y académicos notables como Robert Conquest (comunista
convencido en su juventud en Oxford) y Arthur Koestler (afiliado al Partido
Comunista alemán hasta 1938).
- En contra de la imagen que se propaló, de que los integrantes de la lista serían
perseguidos por el gobierno, todos ellos gozaron de plena libertad y prosperaron
en sus diferentes carreras.
- Orwell confeccionó una lista quizás por su preferencia a sistematizar su trabajo
(demostrada en todos sus escritos), quizás como un atavismo de sus días como
policía en Birmania, o incluso por la dificultad para hablar en las últimas etapas de
su enfermedad.
- Si bien la lista tenía por objeto indicar a aquellos escritores inapropiados para
producir literatura anticomunista, con el transcurso de la Guerra Fría, quedó
demostrado que Orwell estaba en lo correcto en algunas de sus aprensiones. Al
menos 5 de las personas mencionadas en la lista estuvieron en contacto con los
servicios secretos soviéticos y una de ellas fue declarada espía de la KGB
(perteneciente al círculo de Kim Philby) fuera de toda duda (Garton Ash, 2003). De
hecho Garton Ash llega a identificar a dicha persona como el funcionario que
censuro la publicación de “Animal Farm” por ser propaganda anti soviética.
Esta exposición circunstanciada de la lista, acalló a los críticos mas estentóreos en los
medios masivos, pero entre los académicos de la izquierda británica y en menor medida
de la norteamericana, la revelación de la lista produjo incontables artículos y libros
completos dedicados de la demolición del mito de Orwell (Lucas, 2004; Menand, 2003;
Norris, 2003; Foot, 2003)
Estos ataques desde la izquierda han reaparecido periódicamente, y se han expandido a
debates entre neoconservadores, o al menos escritores y periodistas que apoyaron la
invasión de Irak y Afganistán en 2001/2003, e intelectuales de izquierda que continúan
con su longevo rencor. El centenario de Orwell produjo el debate entre Christopher
Hitchens (Hitchens, 2002) y Louis Menand (Menand, 2003), de cuya correcta lectura
surgen con claridad los intentos de apropiación y justificación de la guerra de Irak por un
lado y los viejos rencores de la izquierda británica de preguerra por el otro.

Objetivos generales:
- Rastrear, a través de la bibliografía disponible, la influencia ejercida por la novela
“1984” desde su publicación en 1949 hasta la primera década del siglo XXI,
- Clasificar la evolución política e ideológica de dicha influencia para culminar en el
análisis de la lucha para la apropiación de la herencia ideológica de Orwell.

Objetivos específicos:
- Determinar la vigencia de la influencia de la novela “1984” en la cultura.
- Determinar la vigencia de la influencia de la novela “1984” en el pensamiento
político.
- Explicar los motivos de la decadencia de la influencia política de la novela “1984”
evidenciada en las primeras décadas del siglo XXI.

Antecedentes
Si bien no existen ensayos que se concentren exclusivamente en la influencia de Orwell y
su trabajo en el campo cultural o político, es posible rastrear esa influencia por separado,
a través de varias obras especializadas que se concentran o en los detalles biográficos de
Orwell o en los aspectos exclusivamente artísticos e incluso políticos.
Desde el punto de vista político, la obra de Harry Elmer Barnes, “Perpetual War for
Perpetual Peace” escrita entre 1951 y 1952, es una de las primeras que utiliza la novela
como una guía para comprender la censura oficial al movimiento revisionista referido a la
Segunda Guerra Mundial.
Cuando llego el año 1984, los artículos y ensayos al respecto se multiplicaron y el de
Murray Rothbard, “George Orwell and the Cold War, a Reconsideration” resulta de los
mas preclaros y reveladores. Con el beneficio de haber sido testigo de los 35 años de
Guerra Fría que transcurrieron desde la publicación de “1984”, Rothbard logra
caracterizar a la novela como una descripción de las tendencias políticas ya instaladas al
momento de ser escrita y que por lo tanto es perfectamente aplicable a los eventos de las
últimas décadas.
El centenario del nacimiento de Orwell produjo grandes cantidades de trabajos y debates
en torno a la figura de George Orwell, siendo una de las más populares y enriquecedoras,
“Why Orwell Matters”, de Christopher Hitchens. Este trabajo sería, por su contenido y
alcance, el que más se acerca a un estudio integral de la influencia de la novela. Sin
embargo se trata más de una respuesta a las críticas contra Orwell y no de un análisis
pormenorizado y relacionado con los procesos históricos que brinde una imagen precisa
de cuan relevante resulta el trabajo orwelliano.
Bibliografía
Libros
Orwell, George (1949). “1984”. Editorial Guillermo Kraft, Buenos Aires.
Orwell, George (1945) Rebelión en la Granja. Emece, Buenos Aires.
Crick, Bernard (1980). George Orwell: A Life Boston: Little,
Brown, 1980.
Quinn, Edward (2009). Biography (Part I) y Works (Part II) en A Critical Companion to
George Orwell, Infobase Publishing, Nueva York.
Ingle, Stephen (2009). In Search of Orwell (Cap. 1) y Orwell, socialism and the soul of
man (cap. 7) en The Social and Political Thought of George Orwell, Routledge, Londres

Lucas, Scott (2004). Orwell, policeman of the left (cap. 1) The canonisation of St. George
(cap.2), en The Betrayal of dissent, Pluto Press, Londres

Harry Elmer Barnes, “Perpetual War for Perpetual Peace”, Cap. 1 sección V, “Note on
Nineteen Eighty Four” conceptions of History”

Hitchens, Christopher (2002). Why Orwell Matters. Basic Books New York

Norris, Christopher (1984). Inside the Myth: Orwell, Views from


the Left. Lawrence and Wishart Londres.

Sanders, Lorraine (2008). Nineteen Eighty-Four and Animal Farm: Prole vs Intellectual
(cap 1), en The Unsung Artistry of George Orwell. Ashgate, Liverpool

Patai, Daphne (1984). The Orwell Mystique: A Study in Male Ideology. Amherst,
Massachussets

Courtois, Stephan y otros (1997). Crimes, Terror and Secrecy in North Korea de Pierre
Riegoulot (cap. 22); Cambodia, the Country of disconcerting crimes de Jean-Louis
Margolin (cap. 24) en The Black Book of Communism. Robert Laffon, París.

Myers, B.R. (2008). A History of North Korea´s Official Culture (cap. 1) en The Cleanest
Race. Melville House, Brooklyn

Whitehead, John W. (2013). Capitulo 1 en A Government of Wolves: The Emerging


American Police State. SelectBooks, Nueva York.

Artículos

George Orwell, You and the Atom bomb, 19 de Octubre de 1945, Tribune
George Orwell, Why I write, 1946. Penguin Books, Londres.

Norman Podhoretz (1983). “If Orwell Were Alive Today,” Harper's, January 1983, pp. 30-
37

Harry Elmer Barnes, “How ‘Nineteen Eighty-Four’ Trends Threaten American Peace,

Freedom, and Prosperity,” in Revisionism: A Key to Peace and Other Essays (San
Francisco: Cato Institute, 1980), pp. 142-43

Rothbard, Murray (1984). George Orwell and the Cold War, a Reconsideration en
Reflections on America, 1984: An Orwell Symposium. Robert Mulvihill. Athens and
London.

Cohen, Karl (2003). The cartoon that came in from the cold. The guardian, 7/03/2003

McCarthy, Mary. “The Writing on the Wall,” New York Review of Books, 30 January 1969,
3–6.

Laura Poitras, Marcel Rosenbach, and Holger Stark, "Photo Gallery: Spying on
Smartphones". Der Spiegel. 9 de septiembre 2013.

Menand, Louis. “Honest, Decent, Wrong: The Invention of George Orwell.” New Yorker, 16
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Utley, Tom. “ Orwell is revealed in role of state informer" .Daily Telegraph 12 Julio1998

Davidson, Peter. “The Troubled History Behind George Orwell Complete Works”.
Publisher’s Weekly, 17 de Agosto de 2012

Garton Ash, Timothy. “Why Orwell matters”. Hoover Institute, 2001 nº 4

Garton Ash, Timothy. “Orwell’s List”. The New York Review of Books, 25 de Septiembre
2003

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