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Suele decirse, por parte de los psicólogos, que el ser humano entra en el
mundo con nada más que su capacidad de aprender. El ser humano en el
momento de su nacimiento posee muy pocas respuestas innatas, solo reflejos. Sin
embargo es notable su capacidad para adaptarse al medio y a sus modificaciones.
Aprende a andar, a hablar aprende criterios de actuación y aprende a decidir, y
entre sus decisiones se encuentra evidentemente las de consumo.
Clases de aprendizaje.
El ser humano aprende y este aprendizaje se transforma en consolidación
de valores, gustos, preferencias, sentimientos significados, en la formación de
actitudes y en comportamientos. Podemos hablar de cuatro tipos fundamentales
de aprendizaje desde la perspectiva del marketing.
El primero se refiere al aprendizaje básico de conductas arraigadas desde
las primeras etapas de nuestra vida, difícilmente alterables y que generan
hábitos de consumo que habitualmente son transmitidos culturalmente de
generación en generación. Por ejemplo, aprendernos desde pequeños lo
que en nuestro entorno o cultura es bueno o malo, limpio o sucio, correcto o
incorrecto, etc.
El segundo lugar cabe referirse al aprendizaje cognitivo correspondiente a
la adquisición continua y permanente de información que conduce al
conocimiento. Este conocimiento debe ser objeto de un proceso de
repetición por parte de las empresas por cuanto el ser humano tiende a
olvidar con rapidez todo aquello que no mantiene una relación próxima con
su mente.
En tercer lugar señalemos que el consumidor aprende actitudes que le
llevarán a enfrentarse a las situaciones que se le presenten de una manera
lógica. En la medida que las actitudes resultan difícilmente modificables, las
empresas deben procurar favorecer el desarrollo de actitudes favorables
hacia sus marcas.
Finalmente el cuarto tipo de aprendizaje se centra en los comportamientos
como resultado de los diferentes procesos de aprendizaje.
El condicionamiento clásico.
Mucho de lo que sabemos sobre el comportamiento humano procede del
conocimiento sobre el comportamiento de los animales y de la compresión de sus
respuestas automáticas y reflejos. Sentir náuseas, saliva, erizarse la piel,
parpadear o que el corazón palpite en exceso son respuestas automáticas que los
animales y los humanos desarrollamos ante determinadas situaciones. La
identificación de estas realidades condujo al eminente investigador Ivan P. Pavlov
(1849-1913), premio Novel en 1904, a elaborar importantes estudios sobre los
reflejos condicionados. Los ensayos conocidos como los de Pavlov eran bastantes
simples: si se ponen alimentos o líquidos en la boca de un perro, éste comienza a
segregar saliva, es el reflejo de la salivación. Todavía más, la salivación se
produce simplemente si el animal ve o huele la comida o incluso cuando aparece
la persona que habitualmente le proporciona la comida.
A partir de estos resultados iniciales Pavlov se centró en el estudio de las
conexiones estímulo-respuesta. Muy simplemente puede decirse que la salivación
de los perros es una respuesta incondicional o instintiva.
El condicionamiento instrumental.
El segundo proceso de condicionamiento es el denominado instrumental
que ofrece dos aspectos diferenciadores con el anterior. El primero se refiere al
carácter mucho más activo de las respuestas y en segundo lugar a la mayor
importancia del refuerzo. Thorndike, psicólogo norteamericano, estudió cómo
aprenden los animales a resolver sus problemas. Para ello enfrentaba a diferentes
animales con distintas situaciones que requerían una respuesta activa por su. Si a
un gato hambriento se le encierra en una jaula que posee un mecanismo de
escape, al cabo del tiempo el gato acierta dicho mecanismo y progresivamente su
actividad se realiza en las proximidades de dicho mecanismo, ha aprendido a
solucionar su problema, escapa para comer.
Aprendizaje Cognoscitivo.
El aprendizaje cognoscitivo se consigue cuando la información obtenida en
el corto plazo se convierte en información que permanece a largo plazo. Este
aprendizaje puede desarrollarse como aplicación de la memoria almacenada; plan
de pensiones seguridad en el futuro, aspirina – dolor de cabeza, viajes –
divertimiento, u otras asociaciones similares. Puede desarrollarse también como
resultado de la imaginación, especialmente en situaciones de baja involucramiento
o compromiso. Finalmente se realiza a través de la razón y el razonamiento que
constituye la forma más compleja del aprendizaje y característica del ser humano.
Aprendizaje y Marketing.
Examinamos a continuación otros aspectos, ideas o temas relativos al
aprendizaje que pueden resultar de interés para el desarrollo de planteamientos y
actividades comerciales, como la fuerza y rapidez del aprendizaje, la
generalización de estímulos y cuestiones relacionadas con la modificación de los
comportamientos.
Fuerza del Aprendizaje.
En primer término hay que referirse a una realidad ampliamente contratada,
consistente en que el aprendizaje se realiza rápidamente en las etapas iniciales
del proceso, para ir perdiendo velocidad a medida que la acumulación de
conocimientos aprendido es más importante.
Generalización de estímulos.
La generalización se produce cuando desarrollamos una determinada
respuesta aprendida no únicamente al recibir el estímulo original sino al recibir
otros estímulos similares. Esta forma de comportarnos nos simplifica la vida
porque no nos obliga a aprender una respuesta diferente para cada posible
estímulo. El niño le llama perro a todo animal peludo; ha generalizado su primer
aprendizaje del animal perro.