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PBL 1

Santiago Franco Trilleros – 201614371

Hechos relevantes:

1. Clemente Monito es un conocido director y productor de cine, su última película


necesitaba una inversión de 1500 millones, por la cual realizó dos prestamos.
2. El primer préstamo por $1000 millones fue realizado por medio de Emanuela Zidane,
conocida y persona de confianza de Clemente en el momento.
3. Zidane puso como condiciones las siguientes: Plazo total para pago de 2 años;
amortización bajo modalidad semestre vencido en 4 cuotas semestrales y sucesivas, la
primera pagadea a los 180 dias después de la fecha de entrega del dinero y así
sucesivamente; tasa de interés remuneratorio equivalente al interés legal civil; cada
cuota corresponde a una cuarta parte del capital más el valor correspondiente al
interés remuneratorio sobre los saldos del capital. Sumando a lo anterior, le pidió a
Clemente como respaldo una garantía mobiliaria sobre los derechos patrimoniales de
propiedad de Clemente derivados de la propiedad intelectual de la película.
4. El segundo préstamo fue realizado por el Banco de Las Misercordias S.A el cual aprobó
un crédito por 500 millones y fue desembolsado el 25 de febrero de 2020.
5. Las condiciones para el crédito fueron las siguientes: Periodo de gracia de 6 meses con
capitalización de intereses, plazo total para el pago de 2 años; amortización mes
vencido en 18 cuotas mensuales y sucesivas, la primera la cual se pagaría 30 días
después de la fecha de terminación del periodo de gracia y así sucesivamente; tasa de
interés remuneratorio del DTF + 10; cada cuota se estipula por una dieciochoava parte
del capital más la parte proporcional del valor correspondiente a los interés
capitalizados. Se pactó cláusula aceleratoria y, adicionalmente, el cobro de intereses
sobre intereses pendientes. Como garantía el banco pidió la firma de Clemente como
deudor principal y una hipoteca sobre su apartamento, a su vez solicitó la firma de un
codeudor solidario el cual sería su padre.
6. En la primera semana de trabajo, Clemente fue infectado por un virus que lo tuvo
entre la vida y la muerte durante un periodo de 10 meses, hospitalizado en una UCI de
la región, durante este periodo no tuvo contacto con el mundo exterior, ni siquiera su
familia.
7. Tras volver, Clemente se encuentra en su apartamento con la sorpresa de el día
anterior recibió dos citatorios judiciales avisándole de que tenía compadecer dos
juzgados civiles por dos procesos ejecutivos adelantados por Emanuela y el Banco de
las Misericordias.
8. En el proceso ejecutivo interpuesto por la señora Zidane se le exige el pago de la cuota
vencida, junto los correspondientes intereses remuneratorios y los intereses
moratorios a los que haya lugar, así como la correspondiente corrección monetaria en
ambos casos, más la indemnización de perjuicios que se logre probar en el proceso.
También se solicita la ejecución de la garantía mobiliaria sobre los derechos de
propiedad intelectual en el proyecto cinematográfico.
9. El proceso ejecutivo interpuesto por el Banco de Las misericordias se exige el pago
total de la suma prestada, los intereses remuneratorios, los intereses sobre intereses
pendientes en los términos de ley, y los intereses moratorios a la máxima tasa legal. A
su vez le han embargado el apartamento a Clemente, y la finca en Villeta a su padre.

Problemas jurídicos:

¿Es exigible una obligación dineraria en los plazos estipulados aún en caso de fuerza
mayor?

¿Debe Clemente pagar por el incumplimiento de sus obligaciones contraídas tanto con el
Banco como con Emanuela teniendo en cuenta la situación de salud enfrentada?

Análisis del caso:

En el presente caso se identifican dos obligaciones diferentes, las correspondientes al


préstamo realizado por la señora Zidane, y por otro lado, el préstamo realizado por el
Banco de Las Misericordias S.A.

Es pertinente denominar las obligaciones presentes de acuerdo a su clasificación. En este


caso, por tratarse de obligaciones referentes al manejo del dinero se clasifican como
“Obligaciones dinerarias o pecunarias”. El Doctor Juan Carlos Varón Palomino las describe
de la siguiente manera:

“Las obligaciones de dinero, dinerarias o pecunarias, son aquellas en las que la prestación
a cargo del deudor consiste en dar o entregar al acreedor sumas de dinero.” (Libro
Derecho de las obligaciones, tomo 1, pag 102)

A su vez, es relevante aclarar que las obligaciones dinerarias hacen parte del régimen
correspondiente a las obligaciones de género, dado que el bien objetivo de la prestación es
un bien fungible por naturaleza, esto quiere decir que dada sus características, es un bien
que puede a ser remplazado, y no es susceptible a una determinación de especie o cuerpo
cierto. Las obligaciones de género las define el código civil así:

“Son obligaciones de género aquellas a las que se debe indeterminadamente un individuo


de una clase o género determinado” (CC, art. 1565)

Las obligaciones son de dar, puesto que el objetivo de la obligación tiene la transferencia
del dominio sobre el bien (el dinero) y no la mera entrega.

Las obligaciones son de resultado, ya que tiene como fin un resultado específico, esta
definición la corrobora el Doctor Carlos Andrés Aldana cuando siguiendo lo establecido por el
artículo 5.1.4 de los “Principios del Instituto Internacional por la Unificación del Derecho
Privado sobre los Contratos Comerciales Internacionales”, establece lo siguiente :

“Se suele denominar obligación de resultado a aquella en la cual el deudor tiene el deber de
lograr un resultado específico, estando por tanto obligado a alcanzar dicho resultado; a su vez,
en la obligación de medios tiene el deber de emplear sus mejores esfuerzos en la ejecución de
la prestación, estando obligado a emplear la diligencia que pondría en circunstancias similares
una persona razonable de la misma condición,”
Es también de relevancia el clasificar ambas obligaciones como de plazo, específicamente de
plazo extintivo, en las cuales se define el plazo como el periodo dentro del cual debe
ejecutarse la prestación (art. 1138, ibid.), contrastando respecto de las obligaciones de plazo
suspensivo, cuyo plazo hace referencia al momento en el cual la prestación se hace exigible.
(C.C, art 1551)

Finalmente se clasifica los vínculos jurídicos como parte de la clasificación plural acumulativa,
puesto que la prestación gira en torno a varios objetos (el pago de múltiples intereses ajenos al
capital principal). La obligación acumulativa se define como aquella en la que se deben varios
objetos y no se satisface la prestación hasta que se cumplan todos ellos.

Uno de los puntos más relevantes es la enfermedad que padeció Clemente, el cual, tal y como
se narra en los hechos, fue perjudicado por un virus que lo tuvo entre la vida y la muerte
durante un periodo de 10 meses, este hecho se podría considerar dependiendo de las
circunstancias como un caso de fuerza mayor.

La fuerza mayor o caso fortuito es un concepto antiguo que se enuncia en la legislación


Colombiana por primera vez en la ley 95 de 1890:

«Se llama fuerza mayor o caso fortuito, el imprevisto á que no es posible resistir, como un
naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los autos de autoridad ejercidos por
un funcionario público, etc.»

De igual forma se enuncia en el artículo 64 del código civil:

«Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto o que no es posible resistir, como un
naufragio, un terremoto, el apresamiento de enemigos, los actos de autoridad ejercidos por un
funcionario público, etc.»

La jurisprudencia por su parte ha diferenciado la fuerza mayor y el caso fortuito. En la


sentencia SU449 del 2016 se expresa lo siguiente:

“La jurisprudencia del Consejo de Estado ha diferenciado la fuerza mayor del caso fortuito, en
tanto la fuerza mayor es causa extraña y externa al hecho demandado; se trata de un hecho
conocido, irresistible e imprevisible, que es ajeno y exterior a la actividad o al servicio que
causó el daño. El caso fortuito, por el contrario, proviene de la estructura de la actividad de
aquél, y puede ser desconocido permanecer oculto, y en la forma que ha sido definido, no
constituye una verdadera causa extraña, con virtualidad para suprimir la imputabilidad del
daño “

Los efectos la fuerza mayor son dos: 1) Extinción de la obligación (en el caso de que se trate de
una obligación de especie o cuerpo cierto), 2) Eximente de responsabilidad.

El primer efecto no aplica para las obligaciones dinerarias o pecunarias, puesto que se trata de
obligaciones de género. Lo cual es confirmado por la sentencia T-726 de 2010:

“Si se parte de que el dinero no perece y que por esta circunstancia puede asemejarse a una
obligación de género, se ha de señalar que el deudor no puede alegar, como motivo o causa de
la extinción de su obligación la pérdida de la cosa debida, de allí que no se pueda alegar la
imposibilidad absoluta de cumplir la prestación, ya que, siguiendo al tratadista Hinestrosa en lo
que respecta a las obligaciones de género, “mientras haya individuos de los caracteres
indicados habrá de realizar la prestación real (débito primario), con posibilidad de aducir la
fuerza mayor impeditiva del cumplimiento sólo en cuanto al retardo (art. 1616 [2] C.C.), pero
no en lo que atañe con la inejecución definitiva”

Para concluir este análisis, es imperativo remarcar la importancia de la teoría de la imprevisión


la cual se describe en el fallo 15476:

“La teoría de la imprevisión procede cuando la ejecución de un contrato conmutativo se torna


excesivamente onerosa para una de las partes, en razón a hechos sobrevinientes,
extraordinarios e imprevisibles a su celebración, de forma que se autoriza su revisión por parte
del juez, con el objeto de reajustar el contrato. Según la doctrina y la jurisprudencia, los
elementos que estructuran esta teoría son: a) Que el contrato sea bilateral, conmutativo y de
ejecución sucesiva, periódica o diferida y, por ende, excluye los contratos de ejecución
instantánea; b) Que se presenten circunstancias extraordinarias, imprevistas o imprevisibles
posteriores a la celebración del contrato en el caso concreto; c) Que esas circunstancias
extraordinarias, imprevistas e imprevisibles alteren o agraven la prestación a cargo de una de
las partes, en grado tal que le resulte excesivamente onerosa; y d) Que el acontecimiento
resulte ser ajeno a las partes. En consecuencia, se concluye que la reclamación del sub
examine se debe estudiar y analizar a la luz de los presupuestos de configuración que
fundamentan la teoría de la imprevisión, establecidos en la disposición mercantil antes
reproducida.”

Solución problema jurídico:

¿Debe Clemente pagar por el incumplimiento de sus obligaciones contraídas tanto con el
Banco como con Emanuela teniendo en cuenta la situación de salud enfrentada?

En primer lugar, se debe establecer con toda certeza que se trata de un caso de fuerza mayor.
En los casos de fuerza mayor la carga de la prueba está en el deudor. Por lo que es Clemente el
que debe establecer las condiciones particulares en el que se encontraba al momento de
contraer la enfermedad, se deben resolver preguntas como: ¿Qué virus es?, ¿Es un virus
común en la región?, ¿Clemente violó medidas de seguridad propias del virus y advertidas con
anterioridad?. En base a las respuestas a estas preguntas se podría determinar si en realidad se
trata de un hecho irresistible e imprevisible, y confirmar si de esta manera este hecho
constituye un caso de fuerza mayor.

Partiendo de que en efecto es un caso de fuerza mayor, tendría que tenerse también en
cuenta lo correspondiente a la teoría de la imprevisión, según por la cual, en este preciso caso,
dado la enfermedad de Clemente, se está presentando una excesiva onerosidad por parte de
la señora Zidane y el Banco de las Misericordias, y en base a la jurisprudencia y la doctrina,
debe haber un correspondiente ajuste del contrato.

¿Es exigible una obligación dineraria en los plazos estipulados aún en caso de fuerza
mayor?
No. Ya que como establece la jurisprudencia (sentencia T 520 del 2003) el efecto que produce
la fuerza mayor es la extensión del plazo (pero no la extinción de la obligación, dado que se
trata de una obligación de genero).

Bibliografía:

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