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DEBATES, ENFOQUES Y PARADIGMAS TEÓRICOS.

Para acercarnos a las corrientes historiográficas que han impactado en nuestro país a la escritura
de la historia de la educación, hay que recordar que, desde que Lawrence Stone y Eric Hobsbawm,
publicaron sus trabajos, en 1979 y 1980, respectivamente, en ambos casos bajo el título de “El re-
surgimiento de la narrativa” (The Revival of Narrative), 2 surgió un debate teórico y metodológico
sobre las anteriores formas de concebir y escribir la historia, así como sobre los criterios
emergentes de la nueva historiografía.

Algunos de los resultados de estas prácticas fueron: el rompimiento con las “Grandes Historias”, el
regreso a las historias locales y nacionales y la búsqueda de temas y grupos sin historia como
objetos de estudio.

La historia “material” de la enseñanza, la que no sólo se interesa por los materiales y herramientas
utiliza-dos en el aula, sino que, desde la base de la etnografía, también aspira a construir una
explicación completa de la educación. Los objetos pedagógicos son signos que expresan las
características de la escuela, de su estructura, de sus procesos y resultados. Los libros de texto, los
espacios, el mobiliario y los instrumentos didácticos, son fragmentos que corresponden a un
modelo formal de educación. Todos ellos hablan en silencio de los valores, concepciones y
métodos que inspiraron la teoría y la práctica de la educación.

La historia material de la educación, entendida de esta manera, puede revelar muchos silencios
que la macro-historia no considera.

Cualquier cosa pueda llegar a ser el objeto de la historia. Entre otros, menciona la fiesta, el mito, la
infancia, la civilización diversificación, que se desarrolló en parte por los historiadores de los
Annales implica la deconstrucción del objeto de estudio de la historia. En Europa, la “curiosidad”
se ha enfocado desde mediados de la década de 1960, hacia la infancia, las mujeres, las minorías
étnicas y culturales, el currículo, los métodos de enseñanza, los sistemas de exámenes, el tiempo y
el espacio, la higiene, la disciplina y la arquitectura escolar, entre muchos otros.

Para Escolano, en la historia de la educación se han introducido nuevos temas y estilos que
coinciden, pero no dependen, del discurso postmoderno. En este momento, la historia de la
educación ha renunciado a cualquier paradigma teórico predominante y ha preferido los modelos
de investigación interdisciplinarios. De aquí que en los estudios se combinen métodos de varias
disciplinas, como la antropología, la etnografía, la sociología histórica, la historia de la ciencia y de
la cultura, la economía y la ciencia política, entre otras.

1976 Dorothy Tanck afirmaba que la historia social de la educación todavía era un campo por
explorar. Se trataba así, de un llamado para que los investigadores nos acercáramos a esa historia
en donde se enfatizaba el estudio de las funciones y organización de diversas instituciones que
están por debajo del nivel de aquéllas encontradas en el Estado-Nación.

La historia social se desarrolló bajo el supuesto de que “más es mejor”. Se pensaba que si se
supiera más sobre la vida de la “gente común” (mujeres, niños, obreros, etc.), los relatos del
pasado serían más completos. Los historiadores sociales no se oponen a los estándares de
objetividad ni a los códigos de la disciplina profesional.
Los ensayos que corresponden al siglo XIX son:
La educación elemental, realizado por Lucía García López, es un estudio que se inscribe dentro
de los temas tradicionales que han estado presentes en la historiografía de la educación desde
hace ya varias décadas. La autora encontró que, en la última década, ha habido un incremento
tanto en el número de investigaciones como en su diversificación, ya que varios trabajos tratan
este nivel con mayor amplitud y profundidad.

Magisterio: su formación, su situación social y económica y su feminización, realizado por Luz


Elena Galván, es un tema que también se inscribe dentro de los estudios ya tradicionales. Al igual
que en el caso anterior, existen varios libros que podemos considerar como clásicos y cuya lectura
es obligatoria para todo aquél que quiera estudiarlo. En este tema, abundan las ponencias
presentadas en diversos foros académicos y son pocos los artículos y todavía más escasos los
libros.

Los Colegios Civiles e Institutos Científicos y Literarios, realizado por Ma. Candelaria Valdés y
Jorge Luis Sánchez Gastélum, es un tema ya tradicional que se inscribe dentro de los estudios
sobre educación superior. Los autores se refieren a las investigaciones que con anterioridad se han
realizado, que también se pueden considerar como clásicas.
Ensayos que abarcan tanto el siglo XIX como el XX son:
La educación preescolar, tema nuevo ya que se puede considerar entre aquellos que empezaban a
asomarse en el estado de conocimiento de 1993. El ensayo fue realizado por Martha Alejandra
Zúñiga, quien encontró que se habla más por su ausencia que por su presencia. Algunos de los
textos, fueron realizados por la SEP en la década de 1980, otros más carecen de notas de pie de
página, o bien no mencionan sus fuentes. Se trata así, de una “historia de los silencios” que aún se
encuentra en construcción.

Historia de la cultura escrita, ensayo que se relaciona con dos temas que se complementan
entre sí. Se trata de los trabajos de Lucía Martínez Moctezuma e Irma Leticia Moreno, los que se
fusionaron en uno solo que abarca desde los últimos años de la Colonia hasta el siglo XX. Este es
un tema que podríamos llamar nuevo, ya que en el anterior estado de conocimiento había
empezado a aparecer pero no tenía muchos seguidores. Dentro de este tema, también se abordan
los contenidos y métodos de enseñanza.

Las escuelas particulares, al igual que en el caso anterior, es un tema nuevo que no había sido
abordado y que, hoy día, empieza a vislumbrarse. Guadalupe García Alcaraz, se dio a la tarea de
elaborar un ensayo al respecto. Debido a que el material que existe es muy escaso, se abordó
tanto el siglo XIX como el XX.

La educación técnica, es otro de los temas nuevos. Ma. de los Ángeles Rodríguez, quien trabajó
en el IPN cerca de tres décadas, escribió este ensayo, que abarca los siglos XIX y XX. Al igual que
sucede con la educación preescolar, en este nivel los autores de los primeros estudios no
mencionan sus fuentes. La autora comenta que, a pesar de los avances que existen, aún faltan
trabajos que den cuenta tanto de la vida académica como de los actores que han participado en
las diversas instituciones.

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