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Es a partir del siglo XVIII, cuando empiezan a surgir voces críticas contra este paradigma pero

no es hasta la mitad del siglo XX que aparece un movimiento ambiental articulado en el mundo
académico en contra de este paradigma hegemónico. Varios factores hacen que este nuevo
movimiento se generalice. Primero, la sociedad empezó a concienciarse de problemas
ambientales tales como el agujero de la capa de ozono, el calentamiento global, el aumento de
la población y la deforestación en las selvas. La segunda razón tiene que ver con el alcance
mediático y la publicación de varios documentos alertando de estos problemas. El documento
16 más importante fue el Informe Brundtland, el cual popularizó el término desarrollo
sostenible en 1987. Quizás, los acontecimientos más influyentes en este movimiento son los
acaecidos en el último cuarto del siglo XX, cuando el mundo vivió varios desastres ambientales
como por ejemplos, los desastres nucleares de Chernobil y Three Mile Island o el desastre de
Bhopal los cuales conmocionaron al mundo entero (Weaver, 2001). Finalmente, los gobiernos
respondieron a la creciente preocupación pública situando al medio ambiente en la agenda
internacional a través de eventos como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el
Desarrollo Humano. Una de las conferencias internacionales más importantes hasta la fecha ha
sido la Cumbre de la Tierra celebrada en Río de Janeiro en 1991, a la que asistieron 180 jefes
de estado, y que dio lugar a la Agenda 21. En 1995, la Organización Mundial del Turismo [OMT]
lanza la Agenda 21 para la industria del viaje y turismo la cual se fundamenta en los postulados
básicos de la Agenda 21 global, siendo su principal objetivo la aplicación del desarrollo
sostenible a las particularidades del fenómeno turístico (OMT, 1995). Knill (1991) habla de un
nuevo paradigma, el paradigma verde, como alternativa al paradigma ambiental occidental
dominante. Este paradigma tiene una orientación biocéntrica, relacionando a la humanidad
con la naturaleza y con el resto del medio ambiente. Conceptos como subjetividad,
reduccionismo, el elemento del caos y la imprevisibilidad son incorporadas en este nuevo
paradigma, en contraste con la objetividad, orden y predictibilidad del paradigma dominante.
El paradigma verde busca el estado de equilibrio en lugar del crecimiento lineal y adopta un
enfoque más comunitario, el enfoque socialista, que hace hincapié en el bienestar de la
comunidad sobre los beneficios individuales. De ahí que se pueda relacionar el ecoturismo con
este nuevo paradigma puesto que esta forma de turismo busca la interacción del visitante con
la comunidad y la naturaleza de una manera armónica buscando el equilibrio. Se puede decir
que el ecoturismo abraza los ideales este nuevo paradigma verde, al igual que el turismo de
masas es vinculado con el paradigma ambiental occidental dominante. Esta nueva visión de ver
el mundo no rompe del todo con su antecesora puesto que incorpora elementos tales como el
uso de las tecnologías y otros métodos científicos para que el ser 17 humano viva en armonía
con la naturaleza. Aunque este nuevo paradigma empieza a cobrar fuerza, todavía el
paradigma ambiental occidental sigue siendo dominante en muchos aspectos. Teniendo en
cuenta el modelo de plataformas de Jafari y el avance ante un cambio de paradigma que
señala Knill, Weaver (2001) contextualiza el ecoturismo, relacionándolo con ambos conceptos.
El proceso, dividido en cuatro fases, se presenta a continuación. En una primera fase, el
paradigma ambiental occidental dominante y la plataforma apologética eran los enfoques
dominantes y el sector estaba caracterizado por un turismo de masas. En la fase dos, el
paradigma verde que estaba emergiendo y la plataforma precautoria rechazan el paradigma
dominante y ponen en escena el concepto de “turismo de masas insostenible”. La tercera fase
está también influenciada por el paradigma verde y es donde el ecoturismo se formaliza como
parte del ideal de turismo alternativo dentro de la plataforma adaptativa. En la cuarta y última
fase, la plataforma científico-céntrica y su ideal de un turismo sostenible refleja la síntesis de
las ideas del paradigma ambiental occidental dominante y del paradigma verde. Otros autores,
reconocen estas fases y están de acuerdo en que la década de los 60 fue una época de cambio
y del auge de una conciencia ambiental. En palabras de Fennell “la evolución del ecoturismo
viene en parte por la cruzada ambiental de los 60s, el movimiento del ecodesarrollo que
emergió en la década de los 70s y el desarrollo sustentable que se desarrolló durante los 80s”
(Fennell, D. 2002 p. 1). Bramwell y Lane (1993) afirman que para el turismo, el desarrollo
sostenible inspira la esperanza; como un mecanismo práctico y racional que tiene como
objetivo abordar las cuestiones más importantes que enfrenta la industria, algunos de los
cuales incluye: 1) una reducción de la tensión entre las partes interesadas, 2) viabilidad a largo
plazo y calidad de los recursos, 3) límites al crecimiento, 4) el turismo como una forma de
desarrollo y 5) satisfacción del visitante. Como tal, el desarrollo sostenible es una herramienta
eficaz que puede ser utilizada para equilibrar los sistemas sociales y ecológicos, lo cual es
particularmente relevante para el 18 ecoturismo. Durante la década de los 80 y en paralelo a la
concepción del desarrollo sostenible, surge el ecoturismo. 2.3 Turismo alternativo vs Turismo
de masas Desde el punto de vista del sector turístico, el turismo alternativo nació como una
opción alternativa al turismo de masas. Diamantis (1999) y Orams (1995) explican que el
turismo alternativo surgió como reacción a las prácticas insostenibles que se venían
desarrollando en el sector. En estos casos, el elemento natural, junto con una mayor
conciencia de minimizar los impactos antagónicos del turismo en la naturaleza, contribuyó a
un aumento de la demanda de este tipo de vacaciones. Esta demanda también se vio
impulsada por la evidencia concreta de que los consumidores se habían alejado del turismo de
masas hacia experiencias más enriquecedoras. El turismo alternativo se expone como una
opción más cercana al desarrollo sostenible que el turismo de masas por las siguientes razones
(Hvenegaard, 1994): − El turismo alternativo tiene un impacto menor que el turismo de masas
en los recursos naturales. − El turismo alternativo puede obtener el apoyo local manteniendo o
mejorando las condiciones económicas, sociales o culturales en las comunidades donde se
desarrolla el proyecto. − El turismo alternativo puede aportar beneficios económicos para
proteger y mantener las áreas naturales donde se lleva a cabo la actividad ecoturística. − El
turismo alternativo tiene el potencial para educar a los turistas y fomentar un espíritu de
defensa. En teoría, estas experiencias fomentan la protección mediante el desarrollo de la
conciencia, visión, conocimiento, comprensión, aprecio y respeto del medio ambiente local. 19
Weaver (2001) hace un listado con las características que identifican a cada modelo y las
diferencias más significativas que distinguen al turismo alternativo del turismo de masas. El
ecoturismo, como ya se ha comentado anteriormente, entra dentro de las prácticas
alternativas de turismo, respetando la naturaleza y a la comunidad anfitriona. Se puede decir
que el ecoturismo junto con los otros tipos de turismo alternativo comparten las
características comunes que definen al turismo alternativo. Tabla 3. Características del turismo
de masas y el turismo alternativo

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