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Tema 1. La Europa del Renacimiento. Sociedad, poder y cultura.

1. La Europa del Renacimiento. Sociedad, poder y cultura.

1.1. La sociedad estamental en la Edad Moderna. Definición y características


(CAPITULO 3)

1.1. La sociedad estamental en la Edad Moderna. (capítulo 3 del manual).


Las noblezas. El clero. Los burgueses. El campesinado. Pueblo urbano y los marginados.
Las mujeres. Revueltas y rebeliones.

SOCIEDAD ESTAMENTAL BAJOMEDIEVAL (HEREDADA):


(PAG. 63-87) SOCIEDAD ESTAMENTAL. Definición y características.
A) La característica esencial de la sociedad del Antiguo Régimen es su división
horizontal en estamentos (como unidad real de identificación social en una
comunidad definida por la jerarquía, el honor y el prestigio), procedentes de
la vieja división medieval: oratores (clero), bellatores (nobleza) y laboratores
(el común, tercer estado).
B) Esta sociedad se basaba en el principio de desigualdad de los grupos e
individuos. Los estamentos (clero y nobleza) poseían leyes privativas (privata
lex), de donde proceden sus “privilegios”, de ahí su característica fundamental,
estamento privilegiado. El resto, el Tercer estado, también denominado
estado llano o el común, el estamento de los no privilegiado: el más extenso.
La sociedad europea teóricamente se presentaba a sí misma como un gran cuerpo
ordenado. La organización social partió de una división estamental, que sancionaba
jurídicamente las desigualdades mediante un sistema de privilegios: inmunidad fiscal,
derecho a vincular los bienes, tratamiento favorable ante la justicia, reserva de cargos,
oficios y beneficios, en una palabra, leyes privadas, es decir distintas para cada uno de los
grupos así definidos.
En esta estructura social ordenada existía la conciencia de que quien ocupaba un
lugar preeminente lo hacía porque en derecho le correspondía, porque contaba con un
estatus superior. Dependiendo de la dignidad personal o colectiva, cada individuo podía
reclamar un estatus determinado. Expresiones normativas de las desigualdades
personales estructuraron en teoría a la población. La más conocida era la que se hacía
entre órdenes o estamentos, es decir una estructura social articulada por personas
jurídicamente desiguales según una cualidad concreta.
A esta sociedad se le denominó estamental, pues se estructuraba a través de
estamentos u órdenes, organizados a partir de criterios jerárquicos muy formalizados,
que dividían a los individuos en dos categorías: los privilegiados, la nobleza y clero, que
servían a la sociedad por el ejercicio de sus funciones específicas al tener un carisma
místico o guerrero; y los no privilegiados, un cajón de sastre en el que se encontraban
integrados la mayoría de la población europea y al que se denominaba tercer estado.
El estamento de los privilegiados estaba constituido por las familias de la nobleza,
los funcionarios eclesiásticos y los miembros de las órdenes religiosas. En esta sociedad
jerarquizada y tradicional estamental el principio rector era la existencia de privilegios de
diversa naturaleza. Siguiendo con esta concepción medieval, en los márgenes de la
sociedad estamental se encontraban los pobres, las mujeres, los delincuentes y los
esclavos, en definitiva, un mundo al margen de los derechos en sociedad. Este tipo de
estructura fue reconocida como la sociedad del Antiguo Régimen, haciendo referencia a
un sistema político y social anterior a la Revolución Francesa que los revolucionarios
franceses pretendieron derribar.
Pero definir la sociedad moderna solo mediante la traslación del viejo ideal
trinitario medieval nos daría una visión excesivamente pobre y poco ajustada a la
realidad.
Por otra parte, debemos decir que existían exenciones sobre todo, corporativas, de
todo tipo, como la que disfrutaban los habitantes de un determinado municipio que
gozaban de ciertas exenciones (fiscales, de aposentamientos, honoríficos, etc.). Lo mismo
ocurría con los integrantes de una corporación que tenían reconocidos por sus
ordenanzas algún tipo de privilegio o particularidad: era el reconocimiento del carácter
colectivo o corporativo, frente al escaso reconocimiento con el que contaba el individuo
a principios de la Edad Moderna. Por otra, el estamento y la clase conviven en el Antiguo
Régimen.
Además, en esta sociedad jerarquizada, las solidaridades verticales establecidas
sobre las relaciones de parentesco, patronazgo y clientelismo fueron un pilar de la
organización social. El prestigio y la reputación eran más importantes que las ganancias o
el beneficio económico. Las acciones personales redundaban en el honor colectivo, bien
acumulándose en forma de méritos que definían la predisposición natural, bien como
tachas que manchaban a la familia. De forma excepcional la actuación individual podía
suponer un cambio mayor en la percepción del honor familiar. Para confirmar esta
mutación del estatus había que buscar el reconocimiento regio, bien por una concesión
graciosa como el ennoblecimiento, bien por un acto jurídico como el otorgamiento de una
ejecutoria de hidalguía. La formación de mayorazgos, la institución de capellanías, la
difusión de la heráldica y el gusto creciente por la genealogía a lo largo de los siglos XVI y
XVII, eran muestras de un deseo de permanencia, pero también evidenciaban un
reforzamiento del origen familiar como elemento de valoración social. Concentrar
recursos en estos símbolos de memoria estaba lejos de ser un despilfarro. Antes bien, era
una inversión consciente en capital prestigio, algo cada vez más necesario, sobre todo en
un mundo con una base cultural que no identificaba acumulación de capital con éxito
social. Pero esto no es contradictorio con que las sociedades ibéricas, por muy cerradas
que se proclamasen, contaban con una notable movilidad. Para ello era importante ser
reconocido por el grupo al que se buscaba pertenecer, mediante la simulación en la forma
de vestir, vivir y relacionarse.
La sociedad estamental era un mundo complejo y en transformación donde existían
muchos más estatus en los que se podía integrar al individuo: pertenecer a determinadas
iglesias; ser súbditos del rey o naturales de un reino determinado; pertenecer a un tipo
de unidad familiar, linaje, corporación profesional e incluso comunidad vecinal (de barrio
o parroquia). Por ejemplo, la vecindad (es decir, la ciudadanía urbana) o la naturalización
de los extranjeros, que en este último caso implicó tanto el disfrute de una serie de
privilegios (de residencia, políticos, fiscales y comerciales) como la asunción de diversas
obligaciones.
La naturaleza llegó a ser tan importante que la división entre vecinos y residentes
era un elemento de identidad de numerosos extranjeros, que se organizaban en naciones
bajo la representación de su cónsul. No se trataban de adscripciones sin importancia
dependiendo de si se era o no natural se podía acceder a cierto tipo de oficios y beneficios
especialmente interesantes.
Además, la vecindad se reservaba al cabeza de familia, pudiendo acceder a ella las
viudas en forma de tenencia, pero sin plena posesión de la propiedad. Los derechos que
implicaba eran extensibles a los miembros de la unidad familiar, cuando hubieran
alcanzado la mayoría de edad o el patrimonio suficiente. Esta situación jurídica hay que
ponerla en relación con el papel de la mujer en la sociedad estamental y el espacio de lo
doméstico, que las mantuvo apartadas de los ámbitos de decisión hasta el punto de ser
jurídicamente consideradas casi como menores de edad.
Vecindades, solidaridades y lealtades. En la Península Ibérica la vecindad distaba de
ser universal, ya que se mantenía e incluso ahondaba en políticas de exclusión (como
contra los gitanos, judíos y moriscos) para mantener una cierta homogeneidad en la
sociedad estamental. En el mundo hispánico del siglo XVI se establecieron estatutos que
buscaron garantizar la homogeneidad de los componentes de las diversas instituciones
(cabildos eclesiásticos, ayuntamientos o ciudades). Había estatutos de nobleza, de oficio
y de exclusión de a personas por su origen familiar (de sangre). La desconfianza popular
hacia los cristianos nuevos se fue institucionalizando a partir del siglo XV, convirtiéndose
en un argumento muy poderoso a la hora de competir socialmente, por lo que se
restringió el acceso de aquellas personas que no alcanzaban unos mínimos honorables,
desarrollándose una política de búsqueda de la homogeneidad religiosa, lo que se tradujo
en múltiples expulsiones.
Clase social versus estamento.
La sociedad estamental a principios de la Edad moderna era más plural que singular,
más dinámica que estática, y, por último, no exenta de complejidad. Por una parte, Pues
a la definición tradicional de sociedad estamental en el Antiguo Régimen hay que añadir
dos calificativos: plural, y en movimiento, en transformación permanente, de ahí que se
convierta en una sociedad estamental en constante conflicto. SOCIEDAD MODERNA/
SOCIEDAD CONFLICTIVA.
El universo estático se transforma en un universo social y político plural y en
transformación, donde conviven los estamentos con el nacimiento de la clase social. La
sociedad estamental, basada en estamentos, en principio, cerrados, propios de un orden
social estático como su propio nombre indica, presentaba en Europa una cierta movilidad
social en su seno, que a medida que la modernidad va entrando en escena el conflicto
entre poderes se va implantando hasta llegar a la crisis del sistema social y político
heredado.
La sociedad estamental del siglo XV tendrá que tener en cuenta conceptos
rebosantes de modernidad: la clase social en una sociedad europea en construcción con
dos elementos clave: la movilidad social y estatus social. A finales del siglo XV en la Europa
estamental se potenció otro tipo de diferenciación social, la de grupo o clase, que
ocupaba un mismo lugar en el sistema de producción y apropiación de bienes. Ambos
sistemas (el estamental y el de clases) coexistieron durante el Antiguo Régimen, aunque
sin confundirse. Durante el Antiguo Régimen, la evolución económica fue originando un
creciente desajuste entre los grupos definidos estamentalmente y los grupos emergentes.
La difícil convivencia de ambos sistemas de estratificación y la progresiva diferenciación
social, finalmente al amparo de un crecimiento económico que se reveló imparable a fines
de los tiempos modernos, fueron poniendo las bases para la gestación de un conflicto en
el que habrían de intervenir esencialmente los viejos grupos privilegiados, los campesinos
desposeídos y la burguesía ascendente.
La movilidad social en la Edad Moderna permitió que en el seno de la aristocracia
pudiera distinguirse a la nobleza titulada de los simples caballeros e incluso de algunas
situaciones particulares seminobiliarias. Entre el estamento eclesiástico podían
diferenciarse un alto y un bajo clero, mientras variaban asimismo sus posiciones: clero
rural y clero urbano, clero secular y clero regular, junto con situaciones que elevaban a
sus miembros sólo un poco por encima de la condición de laicos. El tercer estado, por
último, incluía a un amplio conjunto de grupos sociales: el campesinado acomodado y el
campesinado sin tierra, la burguesía (mercantil, financiera, industrial, intelectual), el
artesanado (con sus divisiones internas entre maestros y oficiales), los empleados y los
obreros no agremiados, los criados o sirvientes, los subempleados y los desempleados,
los grupos marginales o excluidos por etnia o religión, y finalmente los esclavos sin
derechos.
A lo largo del siglo XVI el estamento nobiliario renovó sus efectivos mediante la
incorporación de plebeyos ricos, campesinos acomodados y oligarquías urbanas. Los
procedimientos de ennoblecimiento fueron muy variados. El rey podía conceder
privilegios o cartas de nobleza (de hecho, la compra de hidalguías era uno de los primeros
pasos hacia la nobleza). En el reinado de Felipe IV se compraron 105 hidalguías, la mayoría
de ellas por financieros y mercaderes enriquecidos. Lo mismo sucedió con los hábitos de
las Órdenes Militares, que aumentaron rápidamente, con la consiguiente devaluación
social. También fue común el ennoblecimiento por el ejercicio de los diversos cargos
públicos, lo que adquirió relevancia para la adquisición de la nobleza pues se suponía que
ésta disponía de un derecho preferente para ejercerlos, sobre todo el que dimanaba de
la autoridad del monarca. Pero la venta de títulos no comportaba nobleza propiamente
dicha sino una especie de ascenso dentro de un status nobiliario dando origen al hidalgo,
caballero, caballero de hábito.
Por último, hubo una nobleza política reconocida por la corona como premio de
servicios, cargos o distinciones. En cualquiera de estos casos (con independencia de su
diferenciación) toda nobleza reconocida se caracterizó por dos situaciones que
justificaban su apetencia: el reconocimiento de preeminencia social y la acumulación de
privilegios que afectan a su exclusión o disminución de las cargas fiscales y a la adquisición
y el poder efectivo, económico, jurídico y en consecuencia, político. Los privilegios de la
nobleza seguían siendo de tres tipos: fiscales, jurídicos (derechos frente al delito, las
penas o castigos y hasta los contratos) y políticos (monopolización de altos cargos y del
poder municipal). Con el tiempo se puso de manifiesto el papel creciente del peso
económico en la fijación de los bordes estamentales.
A comienzos del siglo XVIII cualquier nobleza no titulada (hidalgos y caballeros)
tendió a fundirse con los escalones superiores de las clases medias e incluso a quedar por
debajo de ellas en el marco de una considerable movilidad social.

4.3. TIPOLOGÍA DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL.


4.3.1. PRIVILEGIADOS. LAS NOBLEZAS Y EL CLERO.
TIPOLOGÍA.
Alta nobleza. (títulos, extensos feudos o señoríos, fundamento
económico y poder territorial).
Baja nobleza. Descendiendo en la escala nobiliaria llegamos a los
niveles inferiores de la pequeña nobleza, como los caballeros o los hidalgos
castellanos, los ritter alemanes, los hobereaux franceses o los gentlemen ingleses,
aunque éste último (la gentry) era un segmento peculiar, mezcla entre pequeña
nobleza y clase media rural y urbana, que se diferenciaba sobre todo por el
reconocimiento social de que era objeto en su comunidad. Todos ellos carecen de
títulos, aunque sí poseían escudos de armas y, en ocasiones, pequeños señoríos.
Su nivel económico era variable.
Características.
A) Los privilegios nobiliarios eran de diferente naturaleza:
honoríficos y simbólicos, que variaban según los
distintos niveles (portar armas, situarse en lugares
privilegiados en la iglesia o recibir un tratamiento de
dignidad…, en la corte, los grandes de España podían
permanecer cubiertos en presencia del monarca).
Privilegios fiscales: exclusión del pago de impuestos
(exclusivamente, impuestos directos, en muchas
ocasiones, al igual que los eclesiásticos, se hacían
extensibles a los indirectos.
B) Privilegios jurídicos: tribunales especiales, o los penales,
incluso no podían sufrir penas infamantes, ni ser
azotados o apresados por deudas. Figuras jurídicas como
el mayorazgo o vinculo servía para proteger los
patrimonios nobiliarios.
C) Por otra parte, esta sociedad desigual y con escasa
protección social daba lugar a la existencia de
PODEROSAS REDES CLIENTELARES recorría
verticalmente la sociedad estamental moderna.

Nobleza de sangre/nobleza de servicio. A medida que se desarrollaron las estructuras


administrativas de las monarquías del Renacimiento, fueron cada vez más abundantes los
magistrados, letrados, asentistas y arrendadores, procedentes de, bien de los grupos
intermedios de la sociedad urbana, bien de las noblezas segundonas que nutrieron las
escalas de clero, la universidad y la administración local. Burgueses enriquecidos o que
habían prosperado gracias a los oficios públicos o los negocios, que se integraron en la
nobleza, frecuentemente mediante la compra de títulos o de oficios que implicaban la
consideración nobiliaria. En el caso francés, prototipo de nueva nobleza de magistrados,
desarrollada sobre todo a finales del siglo XVI y durante el siglo XVII, fue la denominada
noblesse de robe (nobleza de oficio), que se distinguía de la noblesse d’epée (nobleza de
espada), es decir, nobleza de oficio versus nobleza de sangre. En el norte de Europa, sobre
todo, a finales del siglo XVII y durante el siglo XVIII, ya era frecuente en toda Europa, la
monarquía promocionó una nobleza de servicio.

4.3.2. NO PRIVILEGIADOS: BURGUESES Y CAMPESINOS.

La naciente burguesía, la de oficios, que ocupaban puestos destacados en la


administración abogados, y aquella procedente de los negocios, ambos casos, grupos
urbanos, y dinámicos, que introducían cambios en la sociedad moderna del Antiguo
Régimen. Muchos de aquellos burgueses participan en el gobierno de las ciudades
integrando una categoría denominada “patriciado urbano”, que incluía también a
miembros de la nobleza local.

El campesinado. Plural, en tanto en cuento a su relación con la propiedad de la tierra.


Labradores ricos, acomodados o villanos ricos castellanos/ los gros laboureurs franceses
o yeomen ingleses (grandes y medianos propietarios y arrendatarios), también estaba el
aparcero, más humilde. Finalmente, en el último escalón estaba el jornalero y trabajador
sin tierra, trabajando a cambio de un salario.
LOS MÁRGENES DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL SOCIEDAD ESTAMENTAL EN CONFLICTO.

Sectores populares y conflictos sociales. Los márgenes de la sociedad estamental:


mujeres, pobres, esclavos y extranjeros.
Pauperismo. Los pobres en la sociedad del Antiguo Régimen.
Una sociedad estamental plural en la que los márgenes sociales son cada vez más
amplios. A comienzos del siglo XVI se ha calculado que entre el 10 y el 25 % la población
de las ciudades europeas vivía en condiciones de pobreza. El abismo que separaba a ricos
y pobres fue mayor cada vez. Estos pobres eran en su mayoría campesinos a los que la
crisis bajomedieval había arrojado a un incierto vagabundeo, agolpándose en las
ciudades. No obstante, la visión cultural de la pobreza en Europa se transformó con
respecto a los tiempos medievales.
Durante el siglo XIII la actividad de las órdenes mendicantes había conseguido un
relativo grado de consenso entre la abundancia y la escasez, pues la caridad
proporcionaba a los fieles un medio de alcanzar el reino de los cielos.
La crisis bajomedieval alimentó un cambio de postura, estableciendo una nítida
diferenciación entre los pobres honestos, pertenecientes a la comunidad a los que era
preciso y lícito socorrer, y los pobres deshonestos, errabundos y peligrosos por su
agresividad y por su capacidad de padecer enfermedades o difundirlas, a los que había
que reprimir.
Por ello en 1516 el Parlamento de París adoptó medidas contra los vagabundos y
mendigos, que incluyeron una orden de expulsión de la ciudad. Disposiciones semejantes
se extendieron por Italia, España, Alemania y los Países Bajos en la década de 1520. Eran
tiempos de carestías y la reacción hacia los tumultos estaba a la orden del día. En 1522 en
Nuremberg se centralizó la asistencia a los pobres. Lo mismo sucedió en Estrasburgo en
1523 y en Yprés en 1525.
En 1525 el humanista Juan Luis Vives trazó un programa de subventione pauperum,
que era un reflejo de la política social adoptada por los municipios de Centroeuropa. En
1531 se proclamó un edicto imperial que sancionaba las iniciativas de las ciudades y
establecía normas de política social y la reorganización de la asistencia a los
desamparados. En las ciudades de Alemania y de los Países Bajos se comenzaron a crear
organismos de asistencia social, unas oficinas de pobres en los que se daba ayuda a los
necesitados. La legislación castellana sobre los pobres fue sistematizada por Felipe II en
1565. Las Leyes de Pobres en Inglaterra sustituyeron la ayuda individual de la limosna por
un impuesto generalizado que se cobraba desde las parroquias. Había también legados e
instituciones para dar dotes a jóvenes a fin de que pudieran contraer matrimonio y evitar
que se dedicaron a la prostitución. En muchos municipios había "pósitos" y "arcas" que
concedían préstamos para la adquisición de cereales y simientes a campesinos con
dificultades. Pero la norma más general fue el encierro de los pobres en grandes
hospitales, casas de misericordia, albergues o casas de trabajo, donde se les empleaba en
labores poco calificadas y mal remuneradas, y donde vivían en un régimen de dura
disciplina social. Las autoridades estaban obsesionadas por los pobres que no se dejaban
controlar, calificados generalmente como vagabundos. Un vagabundo que infringiera las
leyes de pobres se arriesgaba en Inglaterra a sufrir la pena de azotes, incluso a ser marcado
con un hierro candente o a perder nariz y orejas. La ideología oficial del siglo XVI se
esforzaba en diferenciar a los verdaderos pobres de los “fingidos”, para dar a los primeros
auxilios y para aplicar a los segundos corrección.
La mayoría de los vagabundos eran campesinos que huían del hambre o que habían
perdido sus tierras, y que llegaban a las ciudades para encontrar las precarias
instituciones de asistencia social. Los pobres errantes eran perseguidos y sometidos a
duras penas, primero a azotes y luego a trabajos forzados o al servicio militar.
En los estados mediterráneos y de la Europa central el poder público podía condenar
a los delincuentes a servir como remeros en las galeras. La vida de estos grupos
marginales se desarrollaba en torno a la taberna, el burdel y la cárcel. La difusión de los
criterios morales de ambas Reformas (la protestante y la católica) acabó con los grandes
burdeles organizados de las ciudades mediterráneas, pero no con la prostitución.
También los gitanos fueron asimilados a este agregado de gentes de mal vivir que,
completamente hostiles a la idea de ser encerrados en un gran hospital o en cualquier
centro de trabajo forzoso, fueron perseguidos por las autoridades.
El bandolerismo.
El bandolerismo fue otra forma de delincuencia, tanto aristocrática como popular,
producto de la crisis política y social, de los abusos tributarios, la penuria agraria y el
resentimiento de clase entre otras causas. Este fenómeno no solo se redujo a una lucha
de pobres contra ricos; también involucró también los hábitos de violencia de los mismos
miembros de las clases privilegiadas. De hecho, en ocasiones hubo connivencias entre los
bandoleros y los miembros de clases privilegiadas, tales como sucedió en Valencia,
Mallorca y Nápoles. A veces se mezclaban elementos religiosos y políticos, como en los
bandoleros balcánicos llamados haiduks, que se convirtieron en héroes legendarios de
la lucha contra los turcos.
A mediados del siglo XVII el bandidaje proliferó en zonas montañosas como en los
Pirineos catalanes, las montañas polacas del Tatr y en las regiones fronterizas entre los
Habsburgo y el turco, que tuvieron una historia de agitación ininterrumpida. Los señores
apoyaban y protegían a sus comunidades. Ciertas localidades parecen haber estado en la
primera línea de la sublevación, como el Quercy francés, que fue tres veces un centro de
agitaciones campesinas en tres siglos. Y el levantamiento de 1648 en Sevilla se inició en
el mismo barrio que respaldó a los comuneros en 1520.

Los extranjeros.
Los extranjeros era un sector social que se encontraba fuera de los márgenes jurídicos
de la sociedad estamental en el siglo XVI. Los límites imprecisos del grupo burgués
permitieron incluir rangos menores compuestos por todo un enjambre de profesionales
y empresarios modestos, muchas veces extranjeros, que gozaron de una cierta
independencia, gracias a la propiedad de un taller o una tienda. Estos sectores de origen
extranjero se situaron en los márgenes de la sociedad estamental. La España del siglo XVI
y XVII fue un espacio rico que atrajo a extranjeros en busca de trabajo y de salarios altos
(franceses, portugueses, italianos e irlandeses entre otros), cuyas profesiones fueron las
de buhoneros, trajineros, horneros, panaderos, mercaderes, etc. Unos conocieron un
paulatino ascenso social, pero otros no superaron las dificultades personales y
coyunturales, engrosando las filas de la pobreza urbana.
El fenómeno de la esclavitud.
Por último, la esclavitud a comienzos de la Edad Moderna tuvo diferentes versiones.
Los pueblos ibéricos adquirieron en la frontera medieval con el Islam una larga
experiencia en la “caza del hombre”, y de ahí su tendencia a seguir practicando tal
actividad primero en África y después en América. Podemos decir que hubo dos tipos de
esclavitud: la feudal y posteriormente la colonial. Durante el Medievo fueron corrientes
los esclavos "sarracenos" en Portugal y en la España central y meridional. La lucha contra
los musulmanes se extendió en el norte de África y fue a través de la guerra en el mar
como la institución siguió perpetuándose.
En el siglo XVI los corsarios musulmanes operaban en todo el Mediterráneo y recogían
esclavos cristianos incluso en zonas tan remotas como Rusia e Inglaterra. Por su parte, las
potencias cristianas no tenían reparo en esclavizar a todo musulmán que cayese en sus
manos. Tanto las leyes medievales españolas como las portuguesas sancionaban la
posesión de esclavos. En 1569 tras los levantamientos de las Alpujarras (Granada) se
vendieron como esclavos miles de rebeldes. La batalla de Lepanto (1571) llevó muchos
turcos a los hogares españoles. En el Portugal de 1555 se calculó que había un esclavo por
cada diez personas libres. En 1565 en Sevilla los esclavos ascendían a 6.327, lo que
representaba el 7,4 % de la población de la ciudad. En España se empleaban en el servicio
doméstico. En Francia solo en los puertos de Marsella y Tolón se encontraban esclavos,
pues en teoría la esclavitud era ilegal y en 1571 el Parlement de Burdeos dictó sentencia
contra un traficante de esclavos. En Rusia la esclavitud era un elemento habitual dentro
del panorama rural. En América, al ser los indios tempranamente declarados súbditos del
rey de Castilla, tuvieron que ser tratados como hombres libres. La dominación en América
y la esclavitud de sus aborígenes resultaban incompatibles. El único argumento que
permitió esclavizarlos lícitamente fue esgrimido en 1503 y consistió en la “guerra justa”,
de modo que los castellanos que actuando de modo pacífico fueran injustificadamente
atacados tenían derecho a defenderse y a hacer esclavos a los prisioneros de guerra así
obtenidos. No obstante, con el sometimiento de los nativos desapareció incluso ese
argumento. En regiones donde tardó en implantarse el poder real se mantuvieron por
algún tiempo situaciones de hecho próximas a la esclavitud, pero sólo perduraron en las
fronteras de indios bravos o no sometidos. Las hubo en algunos lugares de todo el
continente, desde el Norte de México hasta Chile meridional. Los ataques indígenas
generaban prisioneros de guerra que para su custodia se distribuían entre los colonos
españoles. Estos “indios en depósito” no eran jurídicamente esclavos pero vivieron y
trabajaron en situación similar a la esclavitud. La manera más deseable para los colonos
de resolver los problemas de mano de obra fue adquirir esclavos procedentes del África
subsahariana, donde los portugueses iniciaron su compra desde mediados del siglo XV,
una actividad mercantil por entonces admitida y legal en todo el mundo civilizado. Los
esclavos negros en América, aislados en un país para ellos desconocidos, constituyeron la
mano de obra más dócil y fácil de manejar. Pronto adquirieron fama de ser más fuertes y
trabajadores que los indios, seguramente porque estaban más familiarizados que éstos
con las técnicas agro-ganaderas del Viejo Mundo.
Además un esclavo africano libraba a su dueño, que lo adquiría legalmente, de los
recelos y las suspicacias de los misioneros y funcionarios interesados en que los indios
conservasen su libertad. La trata de negros se inició de inmediato en las Indias y adquirió
cierta importancia a partir de 1528. Casi todos fueron llevados a tierras bajas tropicales,
donde no tuvieron problemas de aclimatación y llegó a sustituir a los pobladores
indígenas, exterminados por las epidemias oriundas del Viejo Mundo. Fuera de América
tropical se condujeron esclavos negros a todas partes, aunque en pequeño número y
sobre todo a las ciudades, con excepción de las más frías y pobres. En ellas el esclavo
trabajó como criado o como artesano. En contacto directo con sus dueños, consiguieron
en general comprar su manumisión o recibirla de sus amos como premio a largos años de
servicio, sobre todo mediante disposiciones testamentarias. Su suerte fue menos triste,
su trabajo más llevadero y su vida más larga que en las zonas rurales del trópico, donde
trabajaron en grupos cada vez mayores y en bastantes casos sin contacto personal con
sus dueños. A las Indias llegaron bastante menos esclavos africanos que a las colonias
tropicales de otros países europeos. Los portugueses podían llevarlos directamente a
Brasil desde sus feitorias o factorías de la costa africana, mientras que los castellanos
hubieron de adquirirlos a través de intermediarios, ya que hasta 1778 España careció de
similares puntos de apoyo en el litoral del África negra. A este encarecimiento por razones
comerciales se sumó otro de mayor alcance debido a motivos fiscales. La Corona montó
desde el principio un sistema de licencias para introducir esclavos en Indias; los agraciados
las revendieron y tales especulaciones encarecieron el precio de los esclavos. El negocio
se transformó en monopolio estatal dado que la demanda aumentaba y perduró hasta la
segunda mitad del siglo XVIII, a cambio de un elevado pago en metálico. El Estado
celebraba asientos o contratos que autorizaban a un particular a introducir un número
preciso de esclavos en los puertos indianos que se especificaban. Los asentistas fueron
inicialmente mercaderes portugueses, pero el negocio adquirió tal envergadura durante
el siglo XVII que holandeses, franceses e ingleses se lo disputaron agriamente a los
lusitanos. La concesión de asientos a compañías negreras de una y otra nacionalidad llegó
a ser asunto de estado y se consignó como materia importante en diversos tratados
internacionales del siglo XVIII.

SOCIEDAD COMBATIVA, CONFLICTIVA. ESA ES LA SOCIEDAD MODERNA (XIV-XVII).

REVUELTAS Y REBELIONES.
VARIADA TIPOLOGÍA (RESUMEN DEL MANUAL)
4.3.1. EN EL ÁMBITO RURAL.
CONFLICTOS BAJOMEDIEVALES HEREDADOS. JAQUERIES. Revueltas antiseñoriales.
Oposición a la fiscalidad señorial. Levantamientos más amplios se convertían en las
denominadas JACQUERIES.
El bandolerismo en las sociedades del Antiguo Régimen en el mundo mediterráneo.
Pauperismo en la sociedad moderna.
4.3.2. Sociedad conflictiva: Elemento de Cambio cultural: REFORMA protestante.
Levantamientos sociales y reforma religiosa.

4.3.2. EN EL ÁMBITO URBANO. ENTRE QUIENES OCUPABAN EL PODER MUNICIPAL


(PATRICIADO URBANO) Y LOS GRUPOS EMERGENTES, PATRICIADO EXCLUIDO, NUEVOS
BURGUESES Y PERSONAJES POPULARES. TIPOLOGÍA URBANA: LAS COMPAGNONAGES.
.- El término (COMPAGNON) hace alusión al “oficial” de maestría, muchos de
ellos descontentos se organizaban en agrupaciones clandestinas. La razón era el
acceso a determinados cargos de oficiales de maestría por la reserva que se
dejaba destinada a los hijos de los maestros agremiados.
.- La lucha en el seno del poder municipal entre bandos y facciones opuestas.

AMPLIACIÓN DEL CAPÍTULO 3


Revueltas y rebeliones en la Edad Moderna.
1.- Pero esta sociedad estamental en transformación también fue un constante
periodo de desajustes que se reflejan en sucesivas explosiones de conflictividad sociales.
Las revueltas y rebeliones de carácter social y político son un instrumento en una sociedad
en transformación, de tal manera que, no se puede entender la Edad Moderna sin
recordar las tensiones continuas que se generaban en una sociedad en aparente
equilibrio, pero en la que los poderosos aprovecharon su posición en múltiples ocasiones
para extorsionar, explotar, humillar y desposeer al resto de la población.
2.- A comienzos de la Edad Moderna la revuelta era una expresión del descontento
generalizado y un síntoma de las numerosas tensiones un tejido social estamental en
constante evolución.

3.- Continuidades de un proceso conflictivo bajomedieval heredado:


Durante el primer tercio del siglo XVI culminó un ciclo de revueltas que se habían
extendido a lo largo de la Baja Edad Media. Estas rebeliones eran una respuesta a la crisis
económica, pero se articulaban muy frecuentemente en torno a una ideología religiosa,
basada en la idea apocalíptica del fin del mundo, que se creía muy cercano (como en
1524), y de la segunda venida de Cristo, que establecía una etapa de justicia que duraría
un milenio llegándose a definir como un movimiento milenario.
Las sociedades ibéricas y su prolongación en las dependencias americanas no
generaron una dinámica de conflicto violento con la envergadura de los que se dieron en
otros territorios de la Europa Occidental o Central, pero ni la opresión social ni la violencia
fueron extrañas a la Monarquía Hispánica. La acción de la Inquisición y más
genéricamente de la reforma católica tuvieron un efecto de reforzamiento de los
mecanismos de interiorización del orden social.
La reforma anterior a Trento y la acción de la política de los Reyes Católicos en su
política de uniformidad confesional ejercieron un control político y social importante.
El Santo Oficio contó con una amplísima red de tribunales y dependientes laicos (los
familiares del santo Oficio) que contribuyó a dar un carácter auto-represivo a la propia
sociedad. El Concilio de Trento (1545) impuso la universalización de los medios de control.
Además se siguió recordando la tensión mística de la guerra santa con la predicación
de la bula de cruzada, las peticiones de limosnas para redimir cautivos y la celebración del
martirio de los católicos en la Inglaterra Tudor, en el norte de África o en el Japón
Tokugawa. Este control se ejerció también en el ejercicio público de la justicia con
finalidad pedagógica, como los sambenitos colgados en las iglesias (que suponían una
memoria perenne e infamante para sus familias y una advertencia a los demás) o los autos
de fe en las plazas de determinadas ciudades. Además, la aplicación de las conclusiones
tridentinas, así como la organización de la festividad barroca y el ritual urbano, afianzaron
el diseño de una sociedad ordenada.
En Inglaterra, algunos campesinos fueron despojados de sus tierras a pesar del
esfuerzo del gobierno por garantizar la seguridad (Estatuto de 1527), y los jornaleros de
algunos condados de los Midlands perdieron su trabajo a causa del movimiento, aún
limitado, de los enclosures, precisamente cuando las confiscaciones de los monasterios
dejan sin asistencia a numerosos campesinos pobres.
También el Estado intentó resolver estos problemas de marginación promulgando las
primeras leyes de pobres (la primera importante en 1536). Después, en 1547, una nueva
ley protectora (también represiva) preveía el alojamiento de pobres. A pesar de ello, no
es extraño, que estallasen algunas revueltas, en las que se mezclaron con las religiosas y
políticas. Así sucedió en la peregrinación de la Gracia (en la que los campesinos
desempeñaron un importante papel, con objeto de defender los monasterios y el poder
casi feudal de las nobles familias de la Marca contra las intrusiones de la nueva monarquía
Tudor).
4.- los cambios económicos se mezclan con una sociedad convulsa en
transformación a finales de la Edad Media, en particular, en determinadas sociedades
del norte de Europa, como en Inglaterra a comienzos de la Edad Moderna.
En efecto, los conflictos sociales se sucedieron en Devon y en Cornualles, en 1528.
En el primer caso, el monarca inglés aprovechó la ocasión de la represión de esta revuelta
para aplastar al estamento señorial y para extender el poder real. El aplastamiento no fue
definitivo, los barones del norte recuperaron por última vez sus dominios bajo María I
Tudor, pero su eclipse fue real de 1536 a 1550. A veces los tumultos se debieron a razones
principalmente sociales, como sucedió en 1525 y en 1528 entre los obreros textiles del
sudoeste de Inglaterra.
La orientación de la agricultura hacia la cría de ganado lanar para satisfacer la
creciente demanda de lana, el auge de la industria textil rural, que escapó a los
reglamentos de las corporaciones; la destrucción de los monasterios y de algunas de las
fundaciones de asistencia crearon ciertas tendencias sociales después de 1530.
En 1549, en Norfolk, la rebelión dirigida por Robert Kett contra los grandes
propietarios de ganado sacrificaron 20.000 ovejas, dedicadas a la producción lanera.
En otras ocasiones, bajo el tinte de herejías, la protesta se convirtió en una crisis
iconoclasta, rompiendo las imágenes de las iglesias. Las protestas contra el sistema fiscal
y los agravios locales se mezclaron con la hostilidad a la política religiosa, sobre todo a
mediados de siglo cuando comenzó en el continente la protesta contra el sistema fiscal.
A partir de 1530 la protesta se trasladó a la ciudad. Las ciudades y muchas villas
medievales estaban gobernadas por potentes oligarquías locales, a veces con la
participación de la nobleza, en muchas ocasiones compuestas solo por mercaderes y
letrados. Las ciudades monopolizaban una gran parte de la actividad económica. Los
artesanos de ciudades principales como Londres, muy organizados en guildas o
corporaciones que celebraban asambleas regulares, elegían a sus oficiales para
controlarlas y dirigirlas, y tenían reglamentos precisos, limitando sus beneficios por la
competencia de las industrias rurales o de las compañías de monopolio.
Así las oligarquías locales capitalizaron poder y riqueza en tal medida que pudieron
negociar con la monarquía su proyecto estatal, discutiendo con el monarca los impuestos
y exigiendo a cambio ciertas prerrogativas. Incluso las ciudades vieron una amenaza a sus
privilegios en la autoridad creciente del estado y reaccionaron de forma violenta
generando revueltas como las Comunidades de Castilla y las Germanías en Valencia y
Mallorca.
5. En otras geografías europeas, como en Italia, las ciudades tuvieron un papel
fundamental en las luchas políticas, oponiéndose al predominio de determinadas familias
con aspiraciones absolutistas. Estas largas luchas ciudadanas pusieron la península
italiana en manos de intereses particulares y de poderes extranjeros.
6. La consecuencia de las revueltas, sobre todo las sociedades sureñas europeas, en
concreto, la Europa mediterránea (incluyendo a la Francia del sureste), fue el miedo
profundo a los grupos más desfavorecidos y el establecimiento de la famosa Aumòne
Générale con la finalidad de que los pobres nunca carecieran de alimentos, evitando que
se repitiera la violencia social.
7. revueltas campo-ciudad.
La aparente tranquilidad del campo europeo estaba impregnada de violencia de
bajo nivel en contra de los diezmos y de los derechos señoriales.
La primera gran revuelta del siglo XVI surgió en el campo. En 1514 los campesinos
húngaros abandonaron las haciendas de sus señores y se unieron al estandarte real,
respondiendo a una cruzada contra el turco. Se convirtieron en un ejército de rebeldes,
acaudillado por un soldado a quien se calificaba de “capitán supremo del santo ejército
de los cruzados”. El clero franciscano simpatizaba abiertamente con los rebeldes, cuya
hueste, sin embargo, fue desbaratada en julio por las fuerzas del gobernador de
Transilvania, Juan Zapolya.
También ese mismo año estalló en Wuttemberg la revuelta del Pobre Conrado, una
protesta de la población rural contra los impuestos.
No obstante, el factor de cambio cultural, que supuso la Reforma protestante, en el
humus de la crisis social heredada a comienzos de la Edad Moderna proporciona la clásica
revuelta popular, con tintes religiosos, a comienzos del siglo XVI fue la Guerra de los
Campesinos de Alemania (1525), un movimiento popular en sentido amplio cuya causa se
encontró en el interés de los señores por mantener sus niveles de renta, ampliando sus
privilegios fiscales y jurisdiccionales. Era la cumbre de una serie de revueltas de
labradores alemanes que arrancaron a principios del siglo XV.
El cuestionamiento del concepto de autoridad era inherente a la difusión de la
Reforma religiosa y se convirtió en el catalizador de las revueltas, aunque la elevación
del valor de las rentas de la tierra que debían abonar los campesinos a los señores
estuvo en el fondo de las tensiones sociales agrarias. Estas revueltas comenzaron en la
zona suroeste de Alemania en el verano de 1524 y no tardaron en extender sus ataques
a castillos y monasterios. Pero fueron movimientos mal organizados, sin jerarquizar y
unidos al radicalismo religioso de los anabaptistas. Las comunidades aldeanas también
entraron en conflicto con los señores. La exigencia más repetida era la abolición de la
servidumbre. Los caudillos eran artesanos, predicadores, pequeños nobles y burgueses.
En la Alta Suabia los campesinos obtuvieron acuerdos escritos que modificaban las
prestaciones de trabajo. Pero Lutero no había tenido nunca intención de desatar la
revuelta social y por ello se pronunció a favor de la paz, escribiendo un libelo titulado
Contra las hordas criminales y depredadoras campesinas, que le granjeó el apoyo de los
Príncipes alemanes. En el Tirol se redujeron y se eliminaron algunos diezmos. En Hesse el
landgrave Felipe hizo importantes concesiones. En el caso de la Europa oriental el
impulso revolucionario salió del campo.
8. Mientras que, en el oeste de Europa, los movimientos radicales partían de las
ciudades y por lo regular mostraban un componente burgués considerable.
8.1. En el caso de los tumultos de subsistencia (también denominados food-riots),
las masas populares reclamaban precios asequibles en productos de primera necesidad.
Los enemigos de los sublevados eran los comerciantes especuladores, los molineros y en
último término las autoridades. Los recaudadores de impuestos, sobre todo si procedían
de fuera de la comunidad, eran víctimas habituales.
8.2. En estos movimientos sociales la revuelta del campo se mezclaba con la de la
ciudad. La gente de las villas tomó parte activa en la protesta rural, del mismo modo que
los trabajadores agrícolas constituyeron una fuerza poderosa en el descontento de las
ciudades. Los insurrectos que en julio ayudaban a recoger la cosecha, en diciembre se
paseaban por las calles de la ciudad unificando los movimientos sociales de la época. Para
que estas revueltas salieran de su círculo local y se universalizaran se tendría que producir
un agravio o una amenaza a la conciencia moral de la comunidad, pero ese paso era difícil
que lo diera la comunidad local, conservadora y cerrada sobre sí. Normalmente solía ser
por influencia de ideologías y líderes exteriores.
8.3. En este punto fijaremos el CONCEPTO de “revuelta”:
.- era un movimiento cuidadosamente coordinado, generalmente acordado por los
jefes de varias localidades en una reunión regional: podía ser una feria (en el caso de
Suabia en 1524) o un carnaval (los Romans en 1580), y puesto en práctica con la máxima
coerción frente a los individuos o las localidades que se negaban a tomar parte.
.- Entre las causas inmediatas de la revuelta se hallaron las malas cosechas, la
tributación extraordinaria y las levas.
.- Pero si bien los incidentes rurales eran frecuentes, la "revuelta" era excepcional.
Los cabecillas de las rebeliones no solo procedían de la élite rural, artesanado urbano y
pequeña nobleza. Algunas rebeliones populares hallaban su ejemplo y justificación en las
abundantes revueltas nobiliarias.
.- Eran amplios movimientos que abarcaban diversos grupos sociales. En muchas
ocasiones los rebeldes elegían a un líder con amplios conocimientos militares y una
respetabilidad que necesitaba la causa rebelde y, que solo tenían los miembros de la
nobleza. También los representantes del bajo clero, como los curas de aldea, solían ser
dirigentes naturales de muchos movimientos campesinos. En las ciudades los frailes se
convertían en predicadores subversivos. En España el clero tenía tras de sí una larga
tradición de rebeldía, como se demostró con la predicación de los frailes de Salamanca en
1520, cuando la ciudad salmantina apoyó el movimiento de las Comunidades. Pero su
función fue más social que religiosa.
.- Era frecuente que los caudillos populares adoptaran oscuras identidades, muchas
veces de carácter profético o milenarista, anunciando el fin del mundo y la existencia de
una sociedad sin señores ni privilegiados. Para ello la mayoría de las revueltas en la época
moderna se rodearon de símbolos religiosos, como la cruz, las llagas de Cristo o el grito
¡Vivamaría! en Italia. Así sucedió en la rebelión de Normandía, donde hubo más de un
misterioso Jean Nu-Pieds, un jefe que era a la vez conocido y desconocido, a la vez uno y
muchos, que estaba aquí y también en todas partes, una imagen que le hacía parecer
inmune a todos los peligros y casi inmortal. En las grandes revueltas rusas los insurrectos
apelaron a reyes escondidos o falsos príncipes Dimitri, como el cosaco Pugachov, que
decía ser el legítimo zar Pedro III. Los caudillos rebeldes aparecían investidos de poderes
sobrenaturales ante sus seguidos, y en ocasiones fomentaban deliberadamente esa aura
de magia.
.- Pero a todos los ellos les preocupaba su legitimidad. Carentes de una base de
autoridad, invocaban la historia, el mito y la palabra de Dios. La ideología de los
insurgentes respetó siempre la figura del rey y se orientó contra el mal gobierno y los
impuestos: la hostilidad popular se canalizaba contra el recaudador de impuestos, que
era una persona extraña a la comunidad, mientras el noble pertenecía a la jerarquía social
y podía ejercer una función paternalista. En 1536 la Pilgrimage of Grace (La peregrinación
de la Gracia), una protesta antifiscal en la región inglesa de Linconshire, convertida tras
el descontento se extendió por Yorkshire. A los agravios locales se unió la hostilidad
religiosa al anglicanismo, convirtiéndose en un levantamiento procatólico.
.- Por último, aunque las revueltas y rebeliones fueron una constante, sin embargo, la
mayor parte de los movimientos de revuelta social de la Edad Moderna terminaron en
fracaso y en una represión sumamente violenta.

1.2. Las transformaciones en la demografía, sociedad y economía (siglos XV y XVI).


(CAPITULO 7)

1. DEMOGRAFÍA ANTIGUA. SIGLOS XV y XVI. FUENTES Y CIFRAS.


1.1. Una de las principales características es la expansión demográfica, aunque
con importantes diferencias regionales tanto en la cronología como en la
intensidad. Sin embargo, no tenemos datos exactos. Lo que tenemos son
estimaciones; a veces censoso recuentos generales realizados con finalidad
fiscal o militar. Másprecisas suelen ser las cifras de los registros parroquiales,
aunque estos se vinculan a un espacio reducido. Por lo tanto, solotenemos
cifras orientativas con las que trabajar.
1.2. Parece que hacia 1300-1340 Europa había alcanzado una población elevada,
llegando al límite en el crecimiento demográfico de la Edad Media. Ese
“mundo lleno” fue el que estimuló iniciativas como la búsqueda oceánica de
otros espacios. Según las estimaciones de Massimo Livi Bacci, el cambio de
tendencia en la segunda mitad del siglo XV hizo que el conjunto de Europa
contase hacia 1500 con unos 84 millones de habitantes. A mediados del siglo
XVI habría un total de 97 y 111 en 1600.
1.3. En algunas zonas, el crecimiento comenzó a frenarse en las últimas décadas
del siglo XVI, como consecuencia de las primeras manifestaciones de un
cambio de coyuntura.

1.4. No tenemos cifras fiables tampoco de la población de la mayoría de los países


de Europa. El 52% de la población estaba representada por Inglaterra,
Holanda, Francia, Italia y España, sincontar a Rusia. El país más poblado sería
Francia, con alrededor de 19,5 millones de habitantes, seguido de Italia, con
unos 11,5; España, con unos 5,3; Inglaterra, con alrededor de 3, y Holanda,
con 1,3.

1.5. Tanto Holanda como Flandes se encontraban entre los territorios más
densamente poblados de Europa. Las zonas de mayor población de Europa
eran el norte de Italia, y los Países Bajos, además de las zonas de París y
Londres, parte de los valles del Rin y del Danubio, y las tierras en torno a las
ciudades de Nápoles y Roma.
1.6. En el otro extremo se hallaban los despoblados, espacios vacíoso semivacíos.
Las razones por las que estaban así eran variadas. Podía ser por sus
condiciones naturales o porque fueron abandonados durante la crisis
bajomedieval de población. El aumento de población en el siglo XVI llevó a la
recuperación de terrenos baldíos y a la realización de saneamientos en
marismasy zonas pantanosas
LAS CIUDADES.
1.7. La segunda mitad del siglo XVI fue el periodo en el que se dieron los mayores
incrementos en el porcentaje de población urbana.
1.8. Según datos de Jan de Vries, uno de los más importantes historiadores del
urbanismo en Europa, la población urbana habría aumentado a lo largo del
siglo desde un 5,6% en 1500 al 6,3% en 1550 y el 7,6% en 1600. El principal
efecto del auge ciudadano del siglo XVI fuera la articulación de una red
urbana, imprescindible para el desarrollo de la economía capitalista.
1.9. Las zonas con mayor índice de urbanización del continente coinciden con las
más densamente pobladas, pues los porcentajes más altos se encuentran
también en los Países Bajosy el norte de Italia. En conjunto, la zona más
urbanizada era aún el área mediterránea, que solo sería superada por la
Europanoroccidental en el siglo XVII.
1.10. En 1500, las dos principales ciudades, con una población cada una en torno a
los 200.000 habitantes eran París y Nápoles, aunque también superaba dicha
cifra Estambul. Las tres crecieroncon fuerza en el siglo XVI. Más de 100.000
habitantes tenían ciudades como Lisboa, Sevilla, Londres, Milán, Venecia,
Roma o Madrid. Por último, en ciudades que superaban los 50.000 habitantes
tenemos ejemplos como Génova, Florencia, Viena,Valencia, Lyon o Bolonia.
1.11. Frente a muchas de las localidades importantes que, a comienzosdel siglo
XV, destacaban por su actividad artesanal y mercantil, las que más se
benefician en este periodo del auge urbano son, por una parte, las capitales
políticas, lo cual resulta lógico ante el fortalecimiento de los poderes
monárquicos y el auge de nuevas cortes y, por otra, los puertos marítimos,
especialmente los más directamente vinculados a las nuevas rutas oceánicas
y de comercio internacional.
2. CAUSAS DEL CRECIMIENTO

2.1. La evolución positiva de la población europea obedeció a la existencia de una


coyuntura favorable.
2.2. Fueron los elementos que determinan los diferentes ciclos económicos (el
clima, las cosechas, la frecuencia e intensidad de las epidemias, la
producción…) los que marcaron la evolución de la población europea.
Ninguno de los factores que determinan el saldo demográfico cambió
sustancialmente, pero el resultado fue positivo.
2.3. Hubo un ligero adelanto de la edad del matrimonio, así como un aumento de
la natalidad, propios ambos de los buenos tiempos, que generaban un mayor
optimismo. El incremento de la esperanza de vida, en fase de ascenso hasta
el primer cuarto del siglo XVII, hubo de contribuir también a una leve
prolongación del periodo de fecundidad. El descenso del celibato también
contribuyó al aumento de la natalidad. También se redujo la mortalidad,
tanto ordinaria como extraordinaria. En cuanto a la primera, se vio apoyada
por las posibilidades que ofrecía la tierra. La mejora en la alimentación estuvo
favorecida por ciertos avances en los transportes, sobre todo los marítimos,
los cuales permitieron que, en momentos de crisis, los cereales llegaran con
más facilidad que antes a los territorios en dificultades.
2.4. La mortalidad extraordinaria: Hubo una disminución de las grandes carestías
provocadas por las malas cosechas y el consiguiente desabastecimiento. Las
epidemias de peste tuvieron una incidencia menor que en otros periodos,
lo que no quiere decir que desaparecieran. Pero las enfermedades
contagiosas siguieron causando elevadas mortandades, especialmente en las
grandes ciudades, donde su incidencia era mayor por la concentración
humana. ciclos epidémicos: 1520-1530; 1575- 1588, y 1597-1604. Además
de la peste, también fueron importantes el tifus, la malaria, la viruela, el
sarampión infantil o la tos ferina. Otras enfermedades infecciosas como la
sífilis, la cual alcanzó su máxima virulencia en el siglo XVI, manteniéndose
después bajo cierto control.
2.5. Las migraciones de los microbios seguían la ruta Oriente- Occidente, dado
que Europa era su punto de llegada hasta la expansión oceánica. Después,
comenzaron a pasar al Nuevo Mundo. Desde la Baja Edad Media, la
intensificación de los contactos entre civilizaciones dio lugar a un lento
proceso de unificación microbiana a escala. La entrada en contacto de
mundos que habían permanecido separados hasta entonces, que constituye
uno de los elementos más novedosos de este siglo, tuvo efectos
demográficos desastrosos.
2.6. Las guerras siguieron siendo casi constantes y generaron un buen número de
víctimas. Además de ellas, hay que tener en cuenta las malas condiciones
higiénicas que acompañaban a losejércitos de la época, con sus evidentes
consecuencias sobre la salud de los integrantes y de los territorios en que se
encontraban.
2.7. El avance demográfico del siglo XVI fue también el resultado de unas
situaciones que, aunque no fueran buenas, no era al menos tan malas como
en otros momentos, lo que nos remite
nuevamente a esa coyuntura favorable a la que hemos achacado la
principal responsabilidad en el crecimiento demográfico.
2.8. No siempre el aumento de la población se traducía en un saldo vegetativo
favorable. La llegada de gentes de otros lugares también fue muy importante.
Tal vez la migración más constante fuera la que llevaba gentes del campo a la
ciudad. La causa esencial era la búsqueda de mejores condiciones de vida, la
misma que llevaba hacia otros territorios a gentes de regiones pobres con
más población de la que podían soportar.
2.9. Otro tipo de migración bastante frecuente e importante era lamotivada por
causas religiosas y raciales, como es el caso, por ejemplo, de la expulsión de
los judíos de 1492, que movilizó entre
80.000 y 100.000 personas. El territorio en que hubieron de ser más
frecuentes fue Alemania, sobre todo tras la imposición de la Paz de
Augsburgo, pero también se produjeron en otros lugares como Francia,
Suiza, los Países Bajos, Bohemia, Inglaterra, Escocia, Dinamarca o Suecia.
Otras dos migraciones importantes y absolutamente nuevas fueron las
que se produjeron en dirección a América o al Imperio colonial
portugués. La primera afectó sobre todo a españoles – casi
exclusivamente de la coronade Castilla – y se ha calculado que en el siglo
XVI llevó al Nuevo Mundo unas 250.000 personas. La emigración
portuguesa hubo de afectar también a su evolución demográfica. El
Nuevo Mundo, por último, determinó otra migración nueva, en este caso
forzada, que fue el tráfico de esclavos desde el golfo de Guinea hacia
América
3. PRIMEROS SINTOMAS DE LA CRISIS
3.1. A partir principalmente de los años setenta u ochenta del siglo XVI
comenzaron a manifestarse en algunos territorios los primeros indicios de
que la expansión demográfica comenzaba a detenerse.
3.2. Una de las causas estuvo en la tensión entre población y producción
alimenticia, pues a medida que la población iba aumentando, crecía su
presión sobre la tierra cultivable, que fue extendiéndose a costa de las áreas
de bosque y los aprovechamientos comunales. El precario equilibrio entre
población y recursos empezaba a verse amenazado.
3.3. Las malas cosechas comenzaron a ser más frecuentes que en los años
anteriores, sobre todo a partir de la década de los noventa, tal vez por el inicio
de un enfriamiento climático (inviernos largos yfríos, primaveras y veranos
más lluviosos y con menos calor).
3.4. Las epidemias fueron también más frecuentes y generalizadas. Bartolomé
Benassar señala la existencia al menos de cuatro
brotes graves: 1563-1566; 1575-1578; 1589, con una epidemia depeste
que barre la costa española, y la llamada gran peste atlántica que se
extendió entre 1596 y 1601. Se extendió incluso hasta 1603 y en solo en
España, que fue el territorio más perjudicado, pudo producir entre
500.000 y 600.000 muerto, y probablemente un millón en el conjunto de
los países a los que atacó.
4. SOCIEDAD ESTAMENTAL Y GRUPOS EMERGENTES

4.1. Se produjeron varios cambios en el seno de la sociedad estamental (muchos,


derivados de las transformaciones políticas; otros de las transformaciones
económicas y los cambios de todo tipo).
4.2. Las nuevas monarquías del Renacimiento solo pudieron progresarallí donde
lograron un grado suficiente de dominio de la alta nobleza, que pasaba por
su conversión en nobleza cortesana y por su vinculación a las empresas
políticas de las monarquías, fuente para ella de cargos, honores, poder y
rentas. No siempre fue posible someterla; en Francia, por ejemplo, la gran
nobleza nosería controlada por el poder real hasta la segunda mitad del siglo
XVII, con la consiguiente inestabilidad, o el Imperio, en el que buena parte de
los príncipes, grandes nobles y señores laicos o eclesiásticos tenían un poder
territorial efectivo que se resistían a perder. El caso extremo clásico sería el
de Polonia, en el que la alta nobleza impidió cualquier avance en el
reforzamiento de la autoridad real.
4.3. El desarrollo de la nobleza cortesana implicó algunas transformaciones
decisivas. Una de ellas fue la transferencia de laresidencia familiar a la corte,
a medida que estas se hacían estables, convirtiéndose en capitales políticas.
La nobleza cortesana reforzó su perfil político al ocupar cargos de gobierno,
virreinatos o embajadas, al tiempo que abandonaba como grupola función
militar anterior. Asimismo, la vida cortesana, la emulación, el gasto
desmedido y despreocupado o la propia depreciación de sus rentas ante la
inflación de los precios la llevaron en muchos casos a un proceso de
endeudamiento y crisis económica, cuyos primeros síntomas comenzaban a
apreciarse a finales del siglo XVI.
4.4. El desarrollo del mundo urbano y la importancia política y económica de
ciertas ciudades propiciaron en territorios como Italia la distinción entre una
nobleza tradicional, la nobleza feudal muy vinculada a la explotación de sus
grandes dominios, y una nobleza o patriciado esencialmente urbano, de corte
másmoderno, que en algunas ciudades tenía una participación decisiva en los
negocios.
4.5. La nobleza menor o baja nobleza sufrió también importantes
modificaciones. Se trataba de los no titulados, simples caballeros, hidalgos o
infanzones, que vivían en contacto mucho más directo con el pueblo llano. La
mayoría tenían un origen militar y, con los cambios que se estaban
produciendo en la forma de hacer la guerra, muchos de ellos estaban
perdiendo rápidamente su razón de ser. No debieron de ser infrecuentes los
hidalgos pobres que encontraban serias dificultades para subsistir, más aún
si quería salvaguardar la dignidad de su condición y vivir noblemente,
evitando la realización de determinados oficios y actividades. Junto a la
pérdida de su papel militar y a sus dificultades económicas, la apertura del
estamento a muchas gentes con los suficientes medios de vida como para
aspirar a incluirse entre los privilegiados, deseosas de beneficiarse de sus
privilegios y exenciones.

4.6. En el siglo XVI, con el avance de un primer capitalismo mercantil y la


circulación del dinero, permite que, junto a los sectores que veían
amenazada su preeminencia social, emergieran individuos (familias)
procedentes del común enriquecidas con la actividad económica y cuyo
nivel de vida empezaba a igualarse, cando no a superar, al de los
privilegiados.
4.7. Por otro lado, los reyes necesitaban cada vez más gente en torno suyo y,
especialmente, técnicos, expertos en Derecho, personas capaces de
gestionar una administración que extendía progresivamente sus
competencias: la burocracia moderna;letrados, togados o juristas surgidos de
las universidades, la auténtica gente nueva incorporada al gobierno, la
burocracia, que constituyeron el principal grupo socialmente emergente
(procedente de las familias de ricos campesinos y burgueses de las ciudades
del siglo XV y XVI), aunque también en este caso el dinero desempeñó con
frecuencia un papel importante.
4.8. De entre los miembros de la burocracia salió una parte importante de la
nueva nobleza de aquella centuria, un sector social que al ascender no
buscaba sino integrarse en las filas de losprivilegiados, beneficiarse de las
ventajas que tenían quienes pertenecían al mismo por nacimiento y fundirse
con ellos, pese a la resistencia que frecuentemente mostraban, en sus
distintosniveles, los miembros de la vieja nobleza.
5. SECTORES POPULARES Y CONFLICTOS SOCIALES
5.1. El crecimiento de la población como del aumento de la demanda y los
precios, generó una gran presión (crisis social y económica) sobre el campo
(los precios agrícolas experimentaronun mayor incremento) lo que tuvo
repercusiones sobre la
propiedad de la tierra y las formas de arrendamiento y cesión de la
misma.
5.2. La situación del campesinado empeoró, tanto más cuanto menor era su
capacidad de defensa. Los señores y propietarios de la tierra deseaban
incrementar sus beneficios en una época deauge. Los arrendamientos más
favorables a los campesinos desaparecieron y los nuevos se hacían por plazos
cortos y especificaban que la renta había de pagarse en especie, pues el
aumento de los precios devaluaba las establecidas en dinero.
5.3. Además, los grupos emergentes de las ciudades trataban de hacerse con
propiedades rústicas como medio de respaldar sus ansias de
ennoblecimiento. Asimismo, en cuanto a los asalariados, el hecho de que el
aumento de los salarios fuese por detrás del aumento de los precios empeoró
su situación.

5.4. Otro fenómeno fue el de los ataques a las tierras de uso comunal, que
desempeñaban un papel muy importante en la economía de la comunidad
campesina. Las propiedades comunales y los derechos colectivos sufrieron
así un retroceso generalizado ante el acoso de señores, campesinos ricos o
burgueses de las ciudades. Se inició también un proceso de constitución de
una nueva o segunda servidumbre en la Europa oriental. Dada la escasez de
población en zonas productoras de este territorio, el medio más eficaz
consistió en fijar a los productores a la tierra, convertirlos por lo tanto en
siervos, con derechos limitados y bajo la dependencia de sus propietarios.
5.5. En los años noventa del siglo XV se adoptaron las primeras medidas
tendentes a fijar a los campesinos al suelo en territorios como Polonia,
Rusia o Bohemia (el camino hacia el fenómeno de la “segunda
servidumbre”). La demanda de Occidente explica parcialmente este
fenómeno, pero no es la única razón. También existen factores como la
potencia de una nobleza cuya ambición no se veía contrarrestada por
poderes urbanos ni por la capacidad de resistencia de las comunidades
campesinas, ni por instancias superiores como los príncipes o poderes
soberanos.
5.6. El empeoramiento de la situación no solo del campesinado en la Europa
occidental y central trajo consigo el fenómeno de la emigración del campo a
la ciudad, también en las ciudades la inflación disminuía la capacidad
adquisitiva de los trabajadores urbanos, lo que provocó el fuerte aumento
de pobres en las ciudades (proceso de pauperización generalizada
campo/ciudad). No es de extrañar por ello el aumento de los pobres en los
momentos de dificultades, así comolas tensiones y la preocupación que los
gobernantes comenzaron
a manifestar con respecto a los marginados. Sin embargo, la fase expansiva
de la economía permitió que el número de trabajadores y gremios se
multiplicaran en las ciudades europeas, sometidas a un proceso de
urbanización, característico del periodo que estamos analizando, entrando
los gremios en una fase de especialización. En este proceso transformador
de la economía y sociedad del Antiguo Régimen, en las ciudades había
también trabajadores libres, generalmente no cualificados, que trabajaban
a jornal de forma eventual. En muchos casos se les aplicaban términos
despectivos, como ganapanes o peones.
5.7. Una sociedad plural y en proceso de transformación (modernización de las
estructuras heredadas del Medievo) presenta un buen número de
dificultades (ajustes entre oferta y demanda, entre sectores sociales
estamentales y grupos emergentes, entre el poder político y los sectores
sociales, como la alta nobleza euroepea; entre los poderosos, que en todas las
crisis refuerzan su poder, y en el siglo XVI y XVII, no iba a ser menos, y los
sectores populares, proporcionaron un panorama social conflictivo, una
sociedad en conflicto permanente durante la Edad Moderna, que dio como
resultado, procesos políticos y sociales marcados por fuertes tensiones
sociales, tanto en elcampo como en la ciudad, que en ocasiones se unieron en
la protesta. Aunque no alcanzaran la importancia de los del siglo XVII, hubo en
pleno siglo XVI buen número de levantamientos contra el diezmo o contra
determinados impuestos, así como huelgas urbanas en Francia o Inglaterra
(precisamente, en ambos territorios donde la transformación social y
económica, por un lado, y las transformaciones políticas, el cambio incluso,
surgido de la Reforma religiosa (el caso del anglicanismo, puritanismo, etc, en
la sociedad británica). Algunas de tales revueltas adquirirían tintes milenaristas,
vinculadas a la idea del cercano fin del mundo y la segunda venida de Cristo.
También, noquedó exenta la Europa Oriental, con la implantación de la nueva
servidumbre provocó importantes levantamientos campesinos, principalmente
en Austria, Hungría, Polonia o Rusia.

1.3. Las nuevas monarquías del Renacimiento. (CAPITULO 9)

La crisis de los poderes universales (la crisis de la herencia recibida).


(CAP. 9, págs. 187-207.)

1.- Durante la Edad Media, el poder de los reyes se había debilitado, convirtiéndose en
muchas ocasiones en un primus inter pares (los primeros de un conjunto de iguales en
relación con los principales miembros de la nobleza).
2.- Esta situación se había reflejado en la emergencia de nobles con amplios dominios
territoriales, incluso capaces de aliarse con sus enemigos. Caso del ducado de Borgoña, que
durante el siglo XV se convirtió en el modelo cortesano más refinado, que inspiraba a las
monarquías europeas del Renacimiento.
3.- La emergencia de los poderes monárquicos asentados sobre diversos territorios
europeos coincidió con la larga crisis de los considerados poderes universales, Imperio y
Papado.
4.- La aspiración de reconstruir el Imperio sobre el modelo romano solo era posible a partir
de un poder territorial y extenso, lo que permitió al rey de los francos, Carlomagno,
convertirse en emperador el año 800.
4.1. La idea de poder universal procede del Imperio romano, cristianizado y vinculado
a la Iglesia a partir de Constantino en los inicios del siglo IV. El modelo imperial se mantuvo
como referencia idea en el extenso ámbito cultural cristiano, que acabaría siendo mucho
más dilatado que el sometido a la autoridad del papa tras la división de la Iglesia en el cisma
de Oriente (1054). La existencia de dos instancias distintas al frente de la cristiandad,
aunque el hecho de que no se deslindaran claramente los límites respectivos de sus poderes
espirituales y temporales había de originar numerosos conflictos entre ellos.
4.2. Concepto de Imperio. Características.
4.2.1.- La base romana: que llevará a los emperadores germánicos a utilizar para sí mismos
el nombre de César (Kaiser).
4.2.2.- La idea de unidad: un solo emperador. A partir de 1546 los monarcas rusos
adoptaron el título imperial (también césar, Tsar), lo que se explica por su condición de
ortodoxos, no vinculados a la Iglesia de Roma.
4.2.3.- El carácter hegemónico del Imperio, cuya superioridad sobre el resto de los reyes
cristianos solo tenía sentido a partir de una supremacía efectiva. En el siglo XV, esta se había
desvanecido y el emperador era uno más entre los monarcas cristianos, lo que convertía su
título en un mero honor.
4.3. Monarquía versus emperador.
Los monarcas más poderosos ansiaban distinguirse de los demás, por lo que solicitan
diversos títulos honoríficos que les diferencian del resto.
4.4. Monarquía versus Papado.
A pesar del recurso de los monarcas al papa en demanda de títulos honoríficos que los
distinguieran entre los príncipes cristianos, el prestigio y su preeminencia sobre los
príncipes cristianos habían quedado seriamente dañados desde el siglo XIV (Cisma de
Agvinon, 1309-1377) y el cisma posterior (1378-1417). Una crisis que duró más de un siglo
y que coincide con los tiempos más duros del Concilio de Constanza (1417).
4.5. Concepto de Imperio heredado y renovado: la Universitas christiana y el
Imperio de Carlos V (ver capítulo 13, págs. 293-299).
El rey y los otros poderes del reino (págs.. 199-206)
3.1. El reforzamiento del poder real se hizo a costa de OTROS PODERES
EXISTENTES EN EL REINO, que intentaron limitar el poder del soberano: la
nobleza, las ciudades, las asambleas representativas y, por último, la Iglesia.
3.2. El proceso: no siempre se saldó con éxito, creando una actuación lenta y
compleja en el proceso de concesiones hacia la monarquía, con importantes
diferencias entre unos territorios y otros (Rey y Reinos), incluso llegando a
dar lugar a territorios (reinos) en los que la fórmula de las nuevas monarquías
no logró imponerse.
3.3. LOS OTROS PODERES.
3.3.1. NOBLEZA: un grupo o estamento directamente perjudicado por la
desaparición del feudalismo político. Un camino hacia el reforzamiento
del poder monárquico, no exento de dificultades.
En España: concretamente en la corona de Castilla, la muerte de Enrique IV fue el
PRIMER PASO para el reforzamiento de la autoridad real, que continuó con la hábil política
de los Reyes Católicos, apoyados en los linajes nobles más fieles. El SEGUNDO PASO hacia
el reforzamiento monárquico fueron las oportunidades que ofrecía a la alta nobleza la
colaboración con los monarcas europeos (obteniendo cargos, rentas y honores). Un
elemento de cambio que fue la entrada en escena de la Casa Habsburgo supuso la sumisión
de la alta nobleza, convirtiéndose en la más sumisa de Europa, aunque a cambio de
concesiones (como fue la amplia capacidad de actuación en sus señoríos, aunque
reconociendo la superioridad de la justicia real).
En Inglaterra: el proceso fue semejante, pues la larga guerra civil de las Dos Rosas
(1455-1485) provocó cambios importantes en la nobleza, progresivamente sometida
después de los dos primeros monarcas Tudor. El factor de cambio que supuso la REFORMA
dejó ver un proceso de divisiones que salieron a la luz en el reinado de EDUARDO VI y, el
periodo de la reina María Tudor, con todos sus vaivenes religiosos.
El reinado de Isabel I consolida eficazmente la supremacía de la monarca.
En Francia: el proceso fue más complejo y remito a los temas 3 y 5 del temario de la
asignatura (de las guerras de religión al camino hacia el absolutismo (1611-1642).
En Polonia. Ejemplo del fracaso de la imposición real frente a una nobleza levantisca,
denominando al Estado polaco-lituano como una REPÚBLICA ARISTOCRÁTICA CORONADA.

3.3.2. CIUDADES. 1. En la Europa bajomedieval el mundo urbano se había


desarrollado en contraposición al poder nobiliario y, aunque los nobles
consiguieron dominar numerosos municipios, la ciudad ofrecía ESPACIOS
DE PODER a sectores emergentes de la sociedad (letrados, hombres de
negocios, comerciantes, rentistas, etc.) que competían con una alta
nobleza cortesana, y una baja nobleza empobrecida (el hidalgo español,
por ejemplo). 2. Herencia recibida: Los habitantes de la ciudad
disfrutaban de privilegios y fueros propios. Esta situación era tal que la
identificación de la patria con la nación tenía un fuerte arraigo local (el
vizcaíno, por ejemplo: en la primera Edad Moderna, la ciudadanía tenía
un fuerte carácter local, siendo habitualmente la ciudadanía, junto a la
pertenencia a un grupo o corporación, el principal elemento de identidad
política). En el Sacro Imperio Germánico (notable tradición de gobiernos
urbanos, lo que contribuyó a impedir el reforzamiento del poder
imperial). Las denominadas ciudades “libres” en estos territorios
esgrimían y protegían como un tesoro sus privilegios o fueros,
conseguidos a lo largo del tiempo y que identificaban y diferenciaban del
resto. Estas ciudades contaban también con su alfoz (extenso espacio
rural circundante, la ciudad de Toledo y sus montes). Era la base de una
política de pactos (pactista entre los poderes superiores del Reino y el
poder municipal. Los representantes del poder real fueron importantes:
los jueces de paz, representantes del monarca, los corregidores
castellanos, etc. Era el control de la administración de justicia y las
finanzas. Las ciudades-estado italianas (repúblicas aristocráticas de
Venecia, Génova o Lucca, sometidas en los últimos siglos del Medievo a
procesos de control principesco del poder, por parte de personajes que
constituyeron dinastías más o menos duraderas (Medici de Florencia; los
Visconti-Sforza de Milan; los Gonzaga de Mantua; los Montefeltro de
Urbino o los Malatesta en Rimini, y el fenómeno de los condottieros). En
el reino de Sicilia, perteneciente a España, destacan los privilegios de
Mesina, que le permitieron un elevado grado de autogobierno, aunque
competía con Palermo por albergar la corte virreinal.
3.3.3. ASAMBLEAS REPRESENTATIVAS.
Una nueva limitación que encontraron los monarcas en el Antiguo Régimen fue creerse
liberados de las leyes (legibus soluti), a pesar de la existencia de una serie de normas
consuetudinarias y las asambleas representativas heredadas (Cortes en España, las
Cámaras del Parlamento en Gran Bretaña, los Estados Generales en Francia, las Dietas en
Alemania y en Polonia, la Duma y el Zemski Sobor en Rusia) que pondrían algunos límites
a la práctica del absolutismo. Los súbditos contaron con una serie de órganos
representativos que fueron obligados interlocutores para el soberano. Quienes asistían por
los diversos brazos en los distintos reinos y territorios lo hacían en virtud de diversos
derechos: los de la nobleza y el clero pertenecían habitualmente a las principales familias
nobles o los mas altos cargos eclesiásticos del reino. Era una representación restringida,
pero también lo era la del tercer estado, fruto en la mayoría de los casos de la concesión
de un privilegio concedido por los reyes a una determinada comunidad. Un privilegio
restringido y limtiado, como ocurría en Castilla, donde solo dieciocho ciudades tenían el
derecho de enviar dos procuradores cada vez que el rey convocaba las Cortes. La
convocatoria real era una característica, lo que permitía que en épocas complicadas, el
monarca decidiera no convocar. Una de sus principales atribuciones era la aprobación de
ciertos impuestos, La fuerza de algunos parlamentos era elevar en ese momento las quejas
o peticiones del reino al monarca. En Castilla, donde desde 1538 los reyes dejaron de
convocar a la nobleza y al clero, las cortes se convirtieron en una asamblea privativa de las
principales ciudades.
Las asambleas representativas heredadas, sufrieron transformaciones a lo largo de los
tiempos modernos, de modo que en algún caso un movimiento revolucionario pudo poner
al Parlamento por encima de la voluntad regia, como en el caso de Inglaterra (1640-1660 y
1688-1689, respectivamente). El proceso más radical fue naturalmente el llevado a cabo
en Francia, donde la convocatoria de los Estados Generales en 1789 dio paso a la
Revolución. Más tardíamente, la España de principios del siglo XIX también fue capaz de
promulgar una Constitución (Cádiz, 1812), poniendo fin sobre el papel al Antiguo Régimen,
pero que sería revocada por un golpe de Estado neoabsolutista de Fernando VII en 1814).
Por otra parte, las repúblicas pudieron estar regidas por gobiernos oligárquicos (no solo la
Serenísima República de Venecia; pero también en otros regímenes representativos donde
los estamentos y los territorios hallaron, no sin conflictos, un mayor equilibrio social y
político, como ocurrió en las Provincias Unidas de los Países Bajos).

INSTRUMENTOS DEL PODER REAL


Desarrollo de la administración real
Doble sistema de recaudación: directo, por la administración; e indirecto,
por asiento (por delegación a hombres de negocios, arrendamientos. Se emplearían
también otros recursos para obtener dinero, como la venta de cargos o títulos y las
manipulaciones monetarias.
Creación de una amplia burocracia y desarrollo de la administración
dependiente del rey.
Especialmente importantes fueron los juristas y expertos en Derecho, lo que
propiciará el auge de las universidades y donde muchas personas encontrarán un
camino para el ennoblecimiento.
Permitió a la Monarquía crear una amplia clientela social y también está
relacionada con el nacimiento de la diplomacia internacional.
Aumento de los organismos de administración real, con los consejos como
organismos consultivos del monarca. Necesidad de oficiales y agentes que llevaran
la autoridad del rey a los distintos territorios, siendo especialmente importantes los
delegados permanentes de las distintas jurisdicciones
Desarrollo de la justicia real.
Centrada en la idea de origen medieval de la plenitud jurisdiccional del monarca,
basada en la ley natural y la ley divina. Para convertirse en la base del derecho, los
reyes se impusieron a las numerosas jurisdicciones particulares y clarificar la
legislación.
Desarrollo de los instrumentos financieros: la hacienda real
El dinero procedía de rentas relacionadas con el patrimonio de la Corona y
tributos que se debían al rey, las regalías. Para aumentar el dinero, se recurría a los
parlamentos o a los bienes de la Iglesia. El incremento de la presión tributaria se hizo
por medio de impuestos indirectos, gravando la producción, el comercio y el
consumo.
Aumento de la eficacia en la recaudación de los impuestos. Al no tener
personal suficiente, se recurrió a los hombres de negocios, a cambio de importantes
retribuciones.

El ejército y la marina
1. La guerra se convierte en una competencia exclusiva del monarca, sin que los
nobles puedan tener ejércitos propios ajenos al servicio del rey. El punto de
partida fue la imposición a los nobles de su competencia militar exclusiva.
2. Concepto de “Revolución militar”: incremento de los ejércitos, con la
necesidad de armarles, alojarles y formarles. Aparición de los ejércitos
permanentes. Las nuevas monarquías desempeñaron un papel esencial en las
transformaciones militares, al tiempo que el ejército les ofrecía la principal
oportunidad para consolidarse. Ningún otro elemento contribuyó más que el
ejército al éxito de los nuevos poderes monárquicos.
EXITOS Y FRACASOS
• Las nuevas monarquías del Renacimiento se impusieron en España, Inglaterra,
Francia, Rusia, Portugal, Dinamarca, Suecia y diversos estados italianos.
• En estados como el Imperio o Polonia, tal intento fracasó.
• El mayor éxito del reforzamiento del poder real se dio en España, algo que estuvo
unido a su hegemonía en la política europea.
El fenómeno de las “monarquías compuestas” y las repúblicas
PENSAMIENTO POLÍTICO.
1. El pensamiento político en el Renacimiento.
1.1. El pensamiento escolástico aristotélico heredado y renovado por los
pensadores políticos renacentistas. La gran corriente escolástica de
pensamiento político fue el iusnaturalismo cristiano, cuyo máximo
representante fue Francisco de Vitoria.
1.1.1. El bien universal y la aspiración común a la paz y la justicia
exigen la existencia de un orden más allá de cada estado,
por medio de unas leyes de carácter positivo supeditadas
al derecho natural.
1.1.2. La guerra justa castigaría a quien las incumpliera. El poder
quedaba justificado por la integración armónica de todas
las esferas: Dios, el derecho natural, la república o estado.
1.1.3. El poder viene de Dios, por lo que no existe posibilidad de
resistencia, salvo que el poder real amenace a los fines
espirituales.
1.1.4. Corrientes. Dos grandes ejes de pensamiento: absolutismo
y pactismo. El primero reforzaba el poder al insistir en su
fundamento divino, mientras que el segundo admitía un
pacto básico entre el príncipe y el reino.

1.2. El origen del pensamiento moderno en pleno Renacimiento.


1.2. Nicolás Maquiavelo, con su obra “El Príncipe”. Maquiavelo elimina la
moral y defiende una política cuyo objetivo es la conservación y el
aumento del poder, y que debe ser juzgada según el éxito y el fracaso
en la consecución del mismo, no desde la moral cristiana. Maquiavelo
rompía así con la tradición política heredada y renovada, que unía
ética y política. Pese a las prohibiciones, sus teorías se difundieron
mucho, adaptándose más a la realidad del momento que la
escolástica.

1.2.2. El pensamiento moderno en el Otoño del Renacimiento: la corriente del


antimaquiavelismo, con las teorías de Maquiavelo como razón de todos los
males.

1.2.2.1. En el mundo protestante, la teoría política evolucionó en un doble


sentido: respaldar el poder político, cuando lo necesitó, y en
oposición al poder cuando constituían minorías religiosas.
El debate del derecho a la resistencia. Negado por los partidarios
del derecho divino de los reyes, y defendido por los partidarios de
otras concepciones políticas. Especial importancia tuvieron las
teorías monarcómacas.
1.2.2.2. El mundo católico reacciona:
Francisco Suárez distingue el poder temporal del espiritual, teniendo
cada uno su autonomía y su margen de actuación. La soberanía se
basa en el derecho natural, que emana de la comunidad. Al proceder
de la comunidad, la soberanía no depende de Dios.
El derecho natural se extiende al derecho de las gentes, pues Suárez
considera que los distintos estados forman parte de la sociedad
constituida por el género humanos.
1.2.2.3. Un antes y un después, tras la Matanza de la Noche de San
Bartolomé, las doctrinas de Maquiavelo, evolucionaron en dos vías:
hacia el pensamiento confesional más combativo:
1.2.2.3.1. Aquellos que reafirmaron la subordinación de la política a la
religión.
1.2.2.3.2. Aquellos que no renunciaban a preceptos prácticos vinculados a
Maquiavelo. Estos últimos trataron de desarrollar su
pensamiento sin citarlo, utilizando referencias a Tácito.
1.2.3. Pensadores en el otoño del Renaicmiento:
1.2.3.1. Botero, que se centra en la conservación del Estado. La Razón de
Estado asume una connotación conservadora y se funda en la
convicción de que solo la religión cristiana puede ser el verdadero
fundamento del poder.
1.2.3.2. Justo Lipsio, por su parte, desarrolló la noción de prudencia mixta, en
la que a la virtud se le añade algunas connotaciones de mentiras y
disimulos haciendo que solo sea alcanzable por aquellos que están
por encima de esas tentaciones. La política sería un arte para gentes
dotadas de virtudes, que no incurren en riesgos.
1.2.3.3. Jean Bodin y sus Seis Libros de la República. Define la soberanía
como el poder que no reconoce ningún otro superior en el ámbito de
su territorio y que no está sometido a las leyes, dado que el soberano
es la fuente del Derecho. Puede dictar las leyes, interpretarlas y
ejecutarlas. Para él, el poder soberano sólo está limitado por las leyes
divina y natural, por lo que el soberano no es responsable de sus
actos ante sus súbditos, pero sí ante Dios. Aun así, debe respetar
pactos y constituciones básicas del territorio.

1.4. Cultura: Humanismo y Renacimiento (CAPITULO 10) NO ENTRA


1.5. La ruptura de la Cristiandad. (CAPITULO 11)
La ruptura de la Cristiandad.
1. Crisis de la religiosidad medieval y primeras tentativas reformistas.
1.1. El descontento generalizado en relación con la Iglesia.

1.2. El papado y las teorías conciliaristas, durante los siglos XIV y XV, que defendían
la superioridad del concilio frente a la figura papal, unido a las tendencias
nacionalistas, que aspiraban a una práctica independencia del poder de Roma.
Tendencias regalistas, que eran muy intensas en el Sacro Imperio alemán, como
en la Europa occidental, ejemplos son Francia e Inglaterra. Incluso algunos
territorios más modestos como los del duque de Cléveris que formula con
claridad su independencia de Roma en “Yo soy el papa en mis dominios”.
1.3. La traducción de este descontento en la búsqueda de un deseo de volver a las
enseñanzas genuinas del Evangelio, sin los añadidos posteriores se presentaba
como un elemento a considerar en un mundo repletos de vinculaciones entre la
obsesión por la salvación y los negocios del tráfico de indulgencias, que tanta
importancia daba Lutero en sus críticas a la Iglesia de finales del siglo XV. El
duque Federico de Sajonia logró que la Universidad de Wittenberg se financiara
con las indulgencias concedidas por la visita del magnífico relicario que él había
reunido. Las indulgencias tuvieron un papel fundamental en la financiación de
catedrales y de otras obras y actividades, algunas asistencias y otras de carácter
civil. La ciudad de Ginebra, dependiente del duque de saboya hasta 1526
(epicentro posterior de la reforma de Calvino), trata de conseguir en Roma la
renovación de la indulgencia extraordinaria con la que desde 1484 se sustentaba
el hospital de la ciudad. También en el ámbito más espiritual, la predicación de
las indulgencias era un espectáculo y constituía un momento de exaltación
religiosa. Cortes como las de Castilla y otros parlamentos europeos recogían
quejas que se hacían eco de los numerosos predicadores y moralistas o las de
los humanistas, entre ellos, Erasmo, completan la crítica a la Iglesia y sus
prácticas bajomedievales en el corazón de Europa. Incluso, la Universidad de
París, reducto del escolasticismo, argumento en contra de ellas.

1.4. Esta religiosidad fue unida a un ambiente apocalíptico que tuvo una gran
repercusión en el seno del Sacro Imperio alemán (el fin del Mundo, el juicio final
y e temor ante un Dios a quien se veía lejano con sentimiento de culpa y temor
a un Dios lejano. Lutero estaba convencido de que el fin del mundo estaba
próximo y el mejor ejemplo era Roma donde reinaba el Anticristo. Jean
Delumeau nos explica que si Lutero y sus seguidores hubieran cr4eído en la
supervivencia de la Iglesia romana no habrían sido tan intransigentes con el
papado. Devotio moderna, surgida en los Países Bajos e inspirada en autores
como Thomas de Kempis, cuya Imitatio Christi se había divulgado ampliamente.
Vinculados a ella estaban los Hermanos de la Vida Común, cuyas escuelas – a
una de ls cuales acudió Lutero- promovían una religión más íntima y cristo-
centrista. Inquietudes similares hubo en Italia y otros lugares, con iniciativas
como la fundación en Roma del Oratorio del Amor Divino (1513).

2. La crisis de la Escolástica bajomedieval. Nominalismo y agustinismo.


Crisis en el seno de la querella académica:
2.1. La crisis de la Escolástica se podía haber quedado en una querella académica
entre escuelas, de no haber sido por la enorme transcendencia y publicidad que
tuvieron sus opiniones y las reacciones que provocaron. Los cambios culturales
como la aparición de la imprenta, la propaganda, entre otras, dieron lugar a una
serie de circunstancias que dieron una trascendencia a la ruptura con Roma que
no buscaba Lutero. La continuidad venía de la mano de la reunión de un concilio
se fue retrasando y cuando al final se reunió era demasiado tarde. Incluso,
cuando la victoria imperial en Mulhberg parecía ofrecer posibilidades de arreglo,
el papa Paulo III se encargó de abortarlas, enfrentándose al emperador y
suspendiendo el Concilio reunido en Trento (febrero de 15488), con lo que se
frustró la posibilidad de solucionar en él las divergencias.
2.2. La crisis de la Escolástica bajomedieval en la geografía de la reforma luterana,
otras reformas centroeuropeas en la primera generación de reformadores:
Lutero, Zuinglio, entre otros reformadores más radicales.

LA PRIMERA GENERACIÓN DE LA REFORMA.


Martin Luther (Lutero, 1483-1546).
Formación. en el nominalismo y agustinismo, dos aspectos esenciales para entender
su pensamiento. Nominalista, por su separación radical entre el conocimiento adquirido por
la razón (no fiable) y el derivado de la teología; el agustinismo, por su desconfianza
maniquea en el hombre, su libertad, capacidades y méritos, frente a la omnipresencia de la
Gracia divina. Tendría una influencia mportante, la de la corriente mística medieval alemana
de Eckhart o Tauler, que a la pequeñez del hombre frente a Dios añadía la idea de la
experiencia de la divinidad directa y sin mediaciones. Su familiaridad con las cartas de san
Pablo a los romanos y a los gálatas, le ratificaron en la idea de la nulidad de las obras
humanas frente a la acción salvadora de la Gracia de Dios. A ello, se unió la influencia del
milenarismo apocalíptico.
Obras. A través del estudio de sus obras, podemos observar el ambiente en el que
convivió la generación del desafío, a la que pertenecía Lutero.
En un primer momento, las 97 Tesis fue el impulso inicial para crear una nueva forma
de entender la fe y la religión. Las tesis eran un elemento propio de la controversia
bajomedieval (discusión académica), redactadas en latín y dirigidas al público universitario
local. Las tesis partían de su concepto de justificación (salvación del hombre) por la fe, en
virtud de los méritos de Cristo en la cruz, basado en san Pablo y san Agustín, criticando los
engaños a los fieles con las indulgencias. Enviadas al arzobispo de Maguncia, que nunca le
respondió, confió el manuscrito a amigos que lo hicieron imprimir. El factor de cambio que
supuso la imprenta fue el comienzo de la transformación religiosa de Europa. Lutero
redactó, ante la inesperada divulgación de sus tesis, un documento tanto en latín como en
alemán, donde expresaba su sumisión a la Iglesia de Roma, e insistiendo que era una disputa
académica, rechazando la posibilidad de ser considerado “hereje”.
4.3. COMBATES POR LA RELIGIÓN MODERNA. EL NACIMIENTO DE LA RELIGIÓN
MODERNA. LA RUPTURA Y EL COMBATE. 1520-1530.
Los acontecimientos se irían precitando. La bula Exsurge Dominme (15/6/1520)
condenaba las cuarenta y una de sus proposiciones, aisladas de su contexto. La quema de
libros condenados provocó incidentes, así como su reacción en ciertos ámbitos, con la
quema de la bula y los principales libros canónicos de la iglesia y la enseñanza escolástica.
La siguiente bula (Decte Romanum Pontificem) excomulgó a Lutero, declarándole
hereje. Su enfrentamiento con la Iglesia era cada vez mayor, al tiempo que el reformador
reaccionaba contra el papa y contra Roma, identificando la sede romana, con la del
Anticristo.
1. El siguiente paso: la entrada en la reforma de los príncipes y las repercusiones
políticas inmediatas: (los príncipes se apoderan de los bienes de conventos,
monasterios y cofradías, suprimidos inmediatamente después, ya no había
marcha atrás. Las posibilidades de reconciliación de algunos como el emperador
Carlos V y el teólogo Philipp Melanchthon no dieron resultado. El
enfrentamiento con la Iglesia era cada vez mayor, alejando la reconciliación en
el seno de la Iglesia. La reunión de un concilio se fue retrasando como la gran
oportunidad para el entendimiento, y cuando se reunió era demasiado tarde
para superar la ruptura. La fuerza e importancia de los textos de Lutero son
buena parte del éxito de la Reforma.
Ulrich Zwinglio (1484-1531).
La teología del suizo Zwinglio, teñida de tintes subversivos, influyó en las reformas
radicales.
Sin embargo, su formación amplia en el humanismo (estudiando en las
universidades de Viena y Basilea, le llevaron a ordenarse sacerdote. Ejerció de capellán de
los ejércitos de mercenarios de la ciudad de Glaris al servicio del papa. Su transformación
personal comienza tras su experiencia en la batalla de Marignano (1515), comenzando a,
primero, a predicar el pacifismo. Después, en 1521, siendo predicador y deán de la colegiata
de Zurich, renunció a la pensión que recibía de Roma, y comenzó su crítica a las prácticas
católicas, como la abstinencia pascual, defendió el matrimonio de los clérigos, llegándose a
casar; y, por último, dejó claro en sus escritos la superioridad exclusiva de las Sagradas
Escrituras.
Orígenes de la reforma suiza:
La transformación personal de Zwinglio fue en paralelo a la transformación social de
la ciudad de Zurich, comenzando este proceso a comienzos de 1523 con la celebración de
la controversia (disputatio) teológica (67 tesis sobre las que giró habían sido preparadas
por él).
Posteriormente, la ciudad de Zurich sufrió una serie de transformaciones, iniciadas
por una violenta destrucción de imágenes y objetos sagrados, adoptando entonces un
modelo religioso inspirado por él:
.- la predición dominaba la vida urbana, pero eliminando aspectos culturales
heredados de la vieja religión bajomedieval latina (eliminación de los órganos (instrumentos
del canto gregoriano), canticos y la música religiosa.
.- la preocupación por los pobres y por la enseñanza. Primero, utlizando los bienes
secularizados de monasterios y cofradías. Segundo, la enseñanza se financió con las rentas
de las colegiatas, fundando una importante escuela de formación bíblica, cuya primera
tarea fue la traducción de la Biblia al alemán (1529). Tercero, escribió una serie de obras
sencillas para la formación y orientación de la liturgia reformada, junto a una catecismo
titulado Breve instrucción cristiana (1523).
.- Las circunstancias sociales y políticas de la ciudad suiza llevaron al reformador a
escribir obras más densas en contenido religioso, como el Comentario sobre la verdadera
religión (1525), donde atacaba a los anabaptista, a los que aborrecía tanto como Lutero. En
este documento se contiene la doctrina de Zwinglio: admitiendo solo dos sacramentos (el
bautismo y la cena, es decir, la eucaristía), como meros símbolos, lo que llevó a su
enfrentamiento con Lutero, sobre su concepción de la eucaristía como un mero símbolo,
especialmente tras el fracaso de las conversaciones de Magdeburgo (1529) para llegar a un
acuerdo: el suizo no veía presencia real y física del cuerpo y la sangre de Cristo en la
Eucaristía, sino una mera conmemoración simbólica.
.- La necesidad de organizar la Iglesia de Zurich, tras los acontecimientos radicales
de los anabaptistas a los que combatió.
1. Iglesia marcadamente inquisitorial.

2. Gobernada por un Consejo Secreto del que formaban parte miembros del
gobierno de la ciudad y predicadores, bajo la inspiración y guía teocrática del
reformador.
3. Gobernaba la vida social de los habitantes de la ciudad mediante el Tribunal
Matrimonial, una auténtica inquisición, que regulaba las cuestiones
matrimoniales de todo tipo.
.- La extensión de su reforma fuera de la ciudad, al resto de Suiza, convirtió a los cantones
suizos católicos en su oposición con el apoyo de Austria. En 1526, en este contexto, Zwinglio
fue excomulgado, tras una disputa pública en la Dieta federal de Baden, convocada por los
católicos y ganada por estos, pues siempre solían vencer los que convocaban. Zwinglio
quedó entonces protegido por la ciudad reformada de Zurich.
.- El enfrentamiento fue inevitable pues las facciones católicas y protestantes se dividieron:
por un lado, los cantones del rico Berna y Basilea, además de la ciudad imperial limítrofe de
Constanza, adherida a la Reforma. Zwinglio se enfrentó al ejército católico, que le derrotó
en la batalla de Kappel (1531), falleciendo en este combate, siendo quemado como hereje.
Sin embargo, la derrota no supuso ningún avance del catolicismo, trazándose una frontera
bastante rígida e intolerante entre cantones católicos y protestantes, de acuerdo con un
precedente del principio “cuius regio eius religió, que habría de adoptarse en 1555 en
Alemania. La conciencia individual y la libertad del cristiano, con que comenzó la reforma,
se tornó a mediados de la década de 1520 en una confesión oficial adoptada por las
autoridades civiles, de tal manera que, si no estabas de acuerdo con ella, solo podías
conformarte (convirtiéndote) o emigrar (exiliarse).
Heinrich BULLINGER.
La figura de Zwinglio fue sustituida por la más prudente de Bullinger, quien clarificó los
límites entre los poderes civiles y religiosos, acogió a varios exiliados confesionales y
consiguió reunir a las principales ciudades suizas, junto con Estrasburgo, en la primera
confesión Helvética (1539), logrando posteriores acuerdos en cuestiones eucarísticas con el
propio Calvino. El zwinglianismo, más moderado que el de su creador, se expandiría por
Centroeuropa, Francia, Escocia, y, sobre todo, en el Palatinado renano.
TERCER TIPO DE REFORMADOR. RELIGIÓN Y SOCIEDAD: Repercusiones sociales
inmediatas. Rebeliones y reformas radicales.
a) La expansión de las doctrinas de Lutero no fue siempre del agrado del
reformador.
.- El reformador Karlstadt (Carlostadio, Anddreas Bodenstein, 1477-1541), decano
de la Facultad de Teoología de Wittenberg, iba más lejos que Lutero, la libertad del cristiano
se aplicó a la conformación de la sociedad. Hubo destrucción de libros litúrgicos, imágenes,
altares y objetos de culto, expulsando a los sacerdotes católicos, cambiando la misa o
reformando la caridad. Finalmente, el reformador tuvo que exiliarse, tras la reacción de
Lutero (con escritos, primero; después, consiguiendo hacerse con el control de la situación).
.- El malestar de los caballeros del suroeste alemán (regiones del Alto Rhin,
Franconia o Suabia). Líderes como Ulrich von Hutten y el caballero Franz von Sieckingen,
intentaron ocupa y secularizar las tierras del arzobispado de Tréveris (1522-1523).
.- El fracaso vino de la mano de la unión de los privilegiados, príncipes apoyando la
Reforma o católicos, apoyaron la no ocupación y los privilegios de la nobleza y el clero que
estaba en peligro con una dura represión posterior.
b) Repercusiones sociales:
.- El campesinado (1524-1525), levantamiento armado con precedentes anteriores.
Zona meridional de la Selva Negra, se propagó por el sur: Alsacia, Suabia y Franconia, así
como hacia el norte: Turingia y Sajonia, incluso al este: regiones gobernadas por los
Habsburgo, como el Tirol y la Carniola, o en el principado eclesiástico de Salzburgo,
quedando libre Baviera. Objetivo. Monasterios y castillos, acciones violentas y
desordenadas. Sin embargo, hubo programas más moderados de campesinos como los
Doce artículos de Memmingen, otros radicales, como el del Tirol (1525-1526) bajo la
inspiración e Michael Gismair, que proyectaba una sociedad utópica e igualitaria en la que
prácticamente desaparecía la propiedad privada.
.- Coincidiendo con la sublevación de los campesinos, aparece la utopía de Thomás
Müntzer (1489-1525), que antecede al movimiento anabaptista. Ligado en un primer
momento a Lutero, mezcló sus ideas reformadoras con la preocupación por el pauperismo
de la sociedad en la que vivía. Se instaló en la ciudad libre de Mühlhausen (Turingia),
enfrentado a los poderes civiles y a Lutero.
.- El anabaptismo y el poder del Imperio: la dieta de Spira (1526) prohibió el
anabaptismo, convirtiéndose en ley del Imperio.
c) Las manifestaciones anabaptistas, a partir de las primeras en Suiza, fueron
múltiples y variadas, siempre fuertemente reprimidas: las comunidades de
hermanos de la zona minera de Tirol (los denominados hutteristas, inspirados
por Jakob Hutter, quemado en Insbruck en 1536).
d) Manifestaciones parecidas con un cariz apocalíptico como la del peletero
Melchior Hoffmann, que se presentaba como el profeta Elías, predicaba el fin
del mundo en Estrasburgo en 1533.
e) La experiencia más significativa surgió en los Países Bajos, en la ciudad de
Münster (1534-1535), instaurando un régimen de propiedad común mediante
la espada y la violencia. Tras su muerte, fue relevado por el sastre Jan va Leiden
(juan de Leiden), incrementando su dominio sobre la ciudad. Cesó al Consejo de
la ciudad, y se rodeó de doce jueces, en recuerdo de las doce tribus de Israel.
Obispo y una alianza de príncipes católicos y protestantes contraatacaron. Sin
embargo, la derrota llegó de la mano de unos traidores que abrieron las puertas
de la ciudad el 25 de junio de 1535.
f) Por último, el antiguo sacerdote católico Menno Simons (1496-1591) no rechaza
ni la autoridad ni pretendía imponer modelo social alguno, como los anteriores.
El movimiento duró poco, aunque tendría manifestaciones posteriores en los
denominados menonitas.

SEGUNDA GENERACIÓN DE REFORMADORES. EL CAMINO HACIA LA DESTRUCCIÓN DE LA


CRISTIANDAD LATINA (1520-1555).
PRIMERA ETAPA.
1. La segunda generación de reformadores: Calvino y el calvinismo internacional
(1540-1555).
a. A partir de los años 40 del siglo XVI surgió una nueva generación de
reformadores: Calvino (Jean Cauvin, Noyon 1509).
b. Formación. Formación en el humanismo francés y en Derecho en
Orleans, fraguando su conversión a la Reforma.
c. Década de 1530. Formulación de un “modelo cultural en el camino hacia
la modernización religiosa: tras la represión religiosa de 1534, se refugia
en Basilea, ciudad reformada por el alemán Escolampadio, otro
reformador alemán de aquella primera generación de la reforma
luterana, 1482-1531).

d. En Basilea redacta su obra, La Institucion de la religión cristiana (1536, en


latín), con claras influencias del pensamiento de Lutero y, en menor
medida, de Zwinglio.
e. A partir de 1536 son los espacios que tienen importancia en su reforma
expansiva. Punto de partida. El Estrasburgo de Martin Butzer (BUCERO)
y la Ginebra del francés Guillermo Farel en plena efervescencia
reformista radical, donde se estableció Calvino finalmente.
f. La doctrina de Calvino va madurando: Tratado sobre la santa cena (1541),
entendiendo ésta como “alimento de la fe”, postura intermedia entre el
realismo de la Eucaristía luterana y el simbolismo en la Eucaristía de
Zwinglio.
g. La teología de Calvino parte de las ideas básicas de Lutero (en las
relaciones entre el hombre y Dios), llevándolas a sus últimas
consecuencias: dominio absoluto de Dios (teocracia), ineficacia de los
méritos del hombre y, desembocando en la predestinación.
h. La década de 1540 y 1550 son testigos de una reforma expansiva y muy
combativa.
f.1. En 1541, revisa y traducida al francés, transformándose de un librito
de bolsillo en seis capítulos a un TRATADO TEOLÓGICO AMPLIO de
ochenta en la edición de 1559: una exposición clara y sistemática de la fe
de Calvino.
f.2. A partir de 1541, en Ginebra en el nuevo Consejo de la ciudad
predominan sus partidarios que le piden que vuelva a Ginebra,
comenzando la implicación radical de los poderes civiles en la
organización de la Iglesia reformada.
“Ordenanzas eclesiásticas de la Iglesia de Ginebra”.
Cuspide: el Consistorio, que reguló hasta los más mínimos detalles de
la vida civil de la ciudad, hasta llegar a una REPRESIÓN, que se llevó por
delante a figuras como el médico aragonés Miguel Servet, quemado en
la hoguera en 1553, por haber escrito “contra la Trinidad y a favor del
anabaptismo”.
Por encima de la organización eclesial, se encontraba el Reformador,
auténtico profeta y guía de la comunidad. Un reformador obsesionado
con la expansión del calvinismo fuera de Ginebra y el combate contra
las herejías.
En 1564, tras su fallecimiento, tomaría el relevo su discípulo TEODORO
BEZA.

f.3. Una reforma expansiva y más combativa en una sociedad conflictiva:


el mundo “trastornado” del occidente europeo y centroeuropeo.
Combates por la religión reformada.
CONCLUSIÓN. La reforma calvinista fue el segundo paso dado por la Europa moderna en el
camino hacia la destrucción de la cristiandad heredada en el corazón de Europa: Francia,
PPBB, Escocia y Centroeuropa: la Europa confesional y la Europa de las Ligas armadas. Hacia
el conflicto religioso total. Imperio y reinos. Bohemia.

ESQUEMA Concilio de Trento


1. Reforma católica antes del Concilio de Trento (el humanismo cristiano Bernardino
Occino. Loyola y la compañía de Jesús. Reforma antes de Trento en España.
La reforma se benefició de la indefinición doctrinal de la iglesia y el Papado.
su formación.

2. La reacción del mundo católico confesional y combativo, a partir de 1540.


2.1. El camino hacia la convocatoria final del concilio.
2.2. Concilio de Trento (1545-1563).
2.3. Bases doctrinales.
2.3.1. La indefinición doctrinal de la Iglesia bajomedieval era otro de los
problemas que estaba en la base de la Reforma.

2.3.2. La necesidad de realizar aclaraciones en numerosos aspectos


religiosos se unía ahora a los deseos de cambio en una mayor moralización de las
costumbres, o una religión más cristo-céntrica e interior.
3.4.2. Ámbito disciplinal: la crisis de la disciplina de la Cristiandad latina hunde sus
raíces en la situación crítica por la que pasaba la Iglesia en la Cristiandad latina
bajomedieval.

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