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Resumen de la “Era de la Revolución”, Hobsbawm, Eric. Capítulos: 2; 3 y 6.

Capítulo 2: La Revolución Industrial


El autor comienza su capítulo poniendo dos citas, la primera dice que: “(a los hombres) liberadlos
de esa indiferencia perezosa, soñolienta y estúpida, de esa ociosa negligencia que las encadena a sus
antepasados, sin curiosidad ni ambición. (…) ¿En que campo de actividad podríamos encontrar a un
hombre que no se sintiera animado en sus ocupaciones contemplando la máquina de vapor?”. En
esta línea, la segunda cita que Hobsbawm propone, recalca que “(…) desde esta charca corrompida
brotaría oro puro. Aquí la humanidad alcanza su máximo completo desarrollo. (pp. 1)
Solo con estas citas, nos podemos dar cuenta que el autor quiere decir que, en esa época, los mismos
contemporáneos a esta, se ven en un punto de inflexión, en donde su “charca corrompida” podrá por
fin alcanzar el desarrollo; en donde la sociedad, pasará de ser “perezosa” a “curiosa o ambiciosa”.
Pero, ¿estas condiciones serán para todos o todas?, deberíamos averiguarlo.

I
La revolución industrial parte en Inglaterra, pero Hobsbawm nos declara que sus repercusiones no se
hicieron sentir, o más bien a ser notadas por la sociedad hasta antes de 1830, en esta época la prensa
y la literatura comienzan a denotar un cambio, una especie de gusto por la sociedad capitalista. Libros
de todo tipo, La comedia humana de Balzac probablemente una de las más reconocidas, la Situación
de la clase obrera de Engels otro, por mencionar algunos. En este sentido, también nos damos cuenta
de que este nuevo grupo de personas que, según Hobsbawm el proletario es el “hijo de la revolución
industrial”. El nombre de revolución, se creo en 1820, probablemente en analogía con la revolución
de Francia.
Esta es muy relevante, fue la primera “revolución” después del neolítico, y nos permite entender la
desigualdad de nuestra época, y también el cómo estamos aquí. En este sentido, a mediados/fines del
siglo XVIII “estalló” la revolución industrial, conocido en economía como el “take-off”, se habla que
por primera vez en la historia de la humanidad se logró romper con las cadenas esclavizantes de la
sociedad preindustrial, constituida en estamentos, en muertes tempranas, en malas condiciones, etc.;
logrando avanzar hasta “liberar de sus cadenas al poder productivo de las sociedades humanas, que
desde entonces se hicieron capaces de una constante y rápida multiplicación de hombres, bienes y
servicios.
El Take-off no fue un acontecimiento, fue un proceso el cual, dependiendo de la pluma, puede
remontarse a la época medieval. De hecho, se podrían reconocer todos los avances de la época como
revolución industrial, pero se declara las décadas de 1780 (Según Hobsbawm. [buscar otras fechas, y
debatir al autor sobre esto]) como donde el take-off avanzo de forma acelerada. Por esto, se desarrolla
en este periodo la revolución y no antes.
Recalca que existió una tendencia historiográfica mas conservadora, que denominó este proceso
“evolución acelerada”, lo que según Hobsbawm esta incorrecto. Reconoce que no fue un episodio
con un principio y un fin, pero que, si fue un proceso que se venia dando, tal como él menciona, y
que explotó en un determinado momento, según él en la década de 1780. Esto ya lo hace una
revolución, pues genera un cambio generalizado en la sociedad, creando incluso una economía
industrializada. El periodo de esta revolución, como es notorio, sucede cerca e incluso en algunos
momentos de forma contemporánea a la revolución francesa, lo que podría tener cierto significado.
El autor reconoce que es el acontecimiento más importante en la historia del mundo, desde la
agricultura o la creación de la ciudad; además dice que Inglaterra la logró desarrollar por ir pasos más
adelantados que sus principales competidores, pues tenía un gran potencial de producción per capita
y comercio.
Hobsbawm recalca que esta revolución no se debía a una superioridad científica-intelectual. Pues
eran superados por otros países, sobre todo Francia, que en este punto era superior. La revolución
francesa fue la muestra total de aquello. Los franceses motivaban la investigación, los británicos la
consideraban peligrosas. Los ingleses leían a Smith, pero con mayor énfasis a autores franceses como
Lavoisier. Los intelectuales de Inglaterra venían de universidades escoses, pues Oxford y Cambridge
eran una bazofia, al lado de estas. Afortunadamente, dice Hobsbawm “eran necesarios pocos
refinamientos intelectuales para hacer la Revolución Industrial”. (pp. 37). Hobsbawm recalca en la
nota a pie de página (pp.37), que, en un país productor, poco y nada importaba la formación
intelectual, sobre todo en los sectores obreros, solo importaba que produjeran. En este sentido, ni
siquiera la técnica fue realmente innovadora, la maquina a vapor fue realmente funcional gracias a
Carnot en 1820, quien creo un “manual” para ellas.
Lo que marcó la diferencia entre Gran Bretaña y el resto, generando el “motivo” del por qué se
desarrolló acá y no en otro lado, reside mas que nada en que la condición política y comercial era
mucho más favorable. En este sentido, el poder absoluto, si bien persistía, era “vigilado” por un poder
legislativo igual o más poderoso que el primero, además del ascenso rápido de la propiedad privada.
Se desarrolló así, una Revolución Agraria, que daría paso más adelante a la industrialización, en
palabras de Hobsbawm fue:
“Un puñado de terratenientes de mentalidad comercial monopolizaba casi la tierra, que era
cultivada por arrendatarios que a su vez empleaban a gente sin tierras o propietarios de
pequeñísimas parcelas. (…) Los arrendatarios eran muchos; la manufactura se había
trasladado al campo no feudal. La agricultura estaba preparada, para cumplir sus tres
funciones principales en la era de la industrialización: aumentar la producción y
productividad para alimentar a la población; proporcionar un vasto y ascendente cupo de
potenciales reclutas para las ciudades e industrias, y suministrar un mecanismo para la
acumulación de capital utilizable por los sectores más modernos de la economía. (…) Un
considerable numero de capital social estaba siendo constituido. (…) se impuso una barrera
social basada en el dinero”. (pp. 38-39).
En este sentido, comenzó Inglaterra a subir cada vez más y pudo recibir la revolución industrial, según
Hobsbawm “las circunstancias capitalistas, y una coyuntura económica que se lo permitía: la
industria algodonera y la expansión colonial”. (pp. 40).

II
El mercado de algodón inglés nació como competencia al indio, más barato que el ultimo, se comenzó
a expandir de gran forma, generando grandes ganancias a la isla del norte europeo. Así el comercio
colonial creó la industria del algodón y esta continuaba creciendo.
En el siglo XVIII, en Hinterland se creó el comercio de esclavos, que fue igual de importante que el
de Liverpool. Hobsbawm dice que en todo el periodo del libro, tanto el algodón como la esclavitud
estuvieron de la mano; pues muchos esclavos eran comprados con algodón.
En este sentido, tenemos que la revolución industrial que tuvo su take-off en la década de 1780, marco
la supremacía del mercado exterior por sobre el interior; en este sentido, Inglaterra exportaba más
algodón del que se consumía en el mismo país, lo que generó grandes riquezas al interior del país,
pero sobre todo de sus comerciantes.
De esta forma, Gran Bretaña comenzó a instaurar un monopolio por encima de los países con los
cuales comerciaba, esto gracias a su tendencia imperialista. Tenemos un primer aproximamiento a la
teoría del “Sistema Mundo de Wallerstein”. De hecho, después de las independencias americanas,
este continente se convirtió en una dependencia económica total de Inglaterra. En Asia ocurrió algo
“raro”, pues Inglaterra, con su principal colonia, la India, hizo un cambio. Desindustrializó al país
árabe, generando por primera vez en la historia que el continente oriental comprara a inicios del siglo
XIX más algodón a Europa (Inglaterra), que a la India. Pues la India pasó a ser un exportador de un
producto natural, que podía ser comerciado de gran forma, El Opio.
El algodón era excelente para la industrialización, pues era requerido en todo el mundo, y además
poseía o más bien generaba, inventos para ayudar a producir o trabajar este. Como los telares, o
maquinas de coser, etc., las cuales eran baratas, y no requerían mayor dinero para ser instaladas,
incluso pequeños comerciantes podían instalarlas con un préstamo. Generando así, un efecto domino
que iba avanzando hacia la revolución. Además, la producción de algodón tenia que se producía con
productos de afuera, por lo cual gracias a la esclavitud se podían conseguir en gran cantidad.
Teniendo, además, la mecanización con un eje esencial de la industria.

III
La primera aseveración de Hobsbawm es que la visión de que la primera fase de la revolución
industrial tiene que ver con el algodón es verdadera, por lo expuesto anteriormente (buscar forma de
contraargumentar esto). El autor reconoce que los avances propiamente tal “industriales” fueron
utilizados en este sector económico, según el “las maquinas de vapor, utilizadas ya por numerosas
industrias en 1815, no se empleaban mucho fuera de la minería. Puede asegurarse que las palabras
“industria” y “fábrica” en su sentido moderno se aplicaban casi exclusivamente a las manu facturas
del algodón en el Reino Unido” (pp. 45).
A continuación, Hobsbawm da 3 punto esenciales del porqué la industrial algodonera fue la más
importante, sin tener a lo mejor las más grandes tecnologías como la cervecera, por decir algo. En
este sentido, el historiador reconoce en primer lugar que, la industria fabril del algodón concentraba
el mayor numero de trabajadores, que en comparación de otras industrias era ampliamente superior,
pues estas no podían siquiera alcanzar un tercio de la cantidad algodonera de trabajadores. En segundo
lugar, propone que las otras industrias no tuvieron un impacto certero en la economía, pues las otras
industrias no eran tan demandadas como la fabril, por esto el algodón fue parte fundamental del
progreso (palabra muy importante en el Siglo XIX) económico de Inglaterra. Por último, el autor
habla de la expansión de la industria algodonera, que como dijimos alcanzó una escala mundo, por lo
cual fue la industria que mas exporto (cerca del 50 % a inicios del siglo XIX), logrando el mayor
impacto económico del país británico.
A pesar del constante crecimiento de esta industria, en la década de 1830, esta alcanzó una severa
crisis, provocando un escaso crecimiento, pero afectando realmente, como siempre en la economía
capitalista, al ámbito social. Pues, según Hobsbawm “todo iba muy bien para los ricos, (…) el hombre
medio y bajo eran quienes sufrían” (pp.46). En este sentido, la revolución industrial trajo
consecuencias sociales como bien dijimos, genero un rotundo abismo entre los ricos y los pobres,
pues los primeros tenían las condiciones totales para alcanzar el cumulo de riquezas que deseaban,
para seguir potenciándose, pero el hombre medio (pequeños comerciantes, pequeños burgueses, etc.)
y el proletariado no podían hacerlo. Los primeros de estos desfavorecidos, no recibían las mismas
oportunidades, no recibían créditos para potenciar sus pequeños lugares de producción o trabajo,
generando el no poder acceder a las nuevas maquinas e industrias, generando un abismo entre ellos y
los altos comerciantes y burgueses. El proletariado era aun más miserable, su escaso salario con suerte
alcanzaba para subsistir, sus condiciones de trabajo eran abusivas, con suerte tenían tiempo de
descanso, eran maquinas humanas, que pasando el tiempo iban siendo desplazadas por maquinas
verdaderas de la revolución. Podemos apreciar, en este sentido, que la teoría del Centro y periferia de
Wallerstein es verídica, incluso en la sociedad, pues tenemos que en el centro se encuentra las clases
altas, y en las periferias los medios y obreros, generando una desigualdad, en donde solo el centro se
beneficia y la periferia alcanza lo que puede. Generando, que las clases medias y bajas se unieran y
compartieran visiones, pues existía una “minoría diabólica de innovadores egoístas” (pp. 46)., los
cuales debían ser combatidos, de ahí que surgieron estos grandes movimientos del 48, entre otros.
Pero la contracara, la visión capitalista era que estos problemas afectarían en serio si es que derrocan
al poder social, político y económico establecido, generando que se volviera de un estado de
producción a uno estacionario nuevamente. Esto generaría a la larga, la futura discusión entre el
Capitalismo y el Socialismo o Comunismo.
La revolución industrial cuando entro en problemas, se centro en 3 puntos, las fluctuaciones entre el
alza y la baja; la disminución de ganancias y la disminución de oportunidades de inversiones
provechosas.
A modo de resumen del punto III, tenemos que, el aumento de producción fue gigantesco; post 1815
lo fue la mecanización del trabajo, lo que produjo molestias en los sectores más bajos de la sociedad.
Para Hobsbawm viene el siguiente proceso de la industrialización, hablamos de la creación de una
industria de bienes de producción.

IV
Según el autor, “(…) ninguna economía industrial puede desenvolverse más allá (…) hasta que posee
una adecuada capacidad de bienes de producción” (pp. 50). Conseguir esto par las industrias como
el algodón es más sencillo, pues todos de una u otra forma lo consumen, todos visten ropa, por poner
algún ejemplo. El problema de estos bienes de producción radica en otras industrias, como la
metalurgia, la cual más allá del mercado militar poca tenía que hacer en esta época, por lo cual para
que funcionase necesitaba una gran inversión de capital (que como se vio, no era siempre fácil de
conseguir), lo que generaba que esos inversionistas pasaran a ser especuladores. Así, Gran Bretaña
iría poco a poco en el transcurso del Siglo XIX alejándose más y más de la industria metalúrgica.
En la minería de carbón fue diferente. Pues no solo fue el principal motor de la primera revolución
industria, sino era además el principal motor de combustible local (hogareño) en Inglaterra, pues no
había muchos bosques. En este sentido, el carbón, en comparación con el hierro, tenia un mercado
existente, al igual que el algodón, por lo cual su comercio fue mucho mejor. Cabe señalar que la
industria del carbón no sufrió una gran revolución, pues ya se venia extrayendo desde el Siglo XVI,
lo que sí vivió una gran importancia en la propia Revolución Industrial. Reino Unido, a inicios del
XIX producía el 90% de la producción mundial. Este producto, como es sabido, motivó la invención
de grandes motores de industria, como el ferrocarril. Pues según Hobsbawm, “el ferrocarril es el hijo
de la mina” (pp. 52)., pues su implementación surgió para el transporte de las grandes masas de
extracciones de carbón, pues era más económico instalar tranvías que el transporte por tierra, el cual
era altamente costoso.
El ferrocarril fue la invención industrial más importante, pues innovo la forma de movilizarse,
pasando de formas mecánicas, demorosas, a una mecánica, altamente veloz y eficaz. Tanto es así que
comenzó a replicarse en todo el mundo, era como dijera Sofia Correa, una expresión del progreso.
Fue la muestra máxima de la superación del hombre por medio de la técnica. Económicamente fue
de lo más relevante, pues a pesar de ser cara su instalación era real mente rentable, pues conecto a
países que nunca antes lo habían estado con la economía mundo; tenía un apetito de hierro, carbón y
personas. Sin lugar a dudas fue de lo más relevante de la Revolución industrial.
La inversión, como dijimos era grande, en algunos casos descomunal, pero como el queque estaba
mal partido, como dijimos, los grandes empresarios tenían un cumulo de capital monetario increíble,
por lo cual se podían dar el lujo de invertir. Este lujo es lo que marca la diferencia entre la sociedad
industrial, feudal/aristócrata. Pues las ultimas tendían a malgastar su dinero, la primera, como dijimos
a invertirlo para generar más riqueza, algo base en el capitalismo. Se comenzaron a construir
edificaciones, y como dijimos inversiones, sobre todo en la industria algodonera. Además de esto,
comenzó a fluctuarse un gran número de préstamos.

V
El autor se propone ahora a estudiar la movilización y despliegue de los recursos económicos, la
adaptación de la economía y la sociedad exigida para mantener la nueva y revolucionaria ruta.
En el primer punto, se centra en el trabajo, pues es la expresión exacta de movilización y despliegue
en esta época. Pues se genera la migración campo ciudad, un aumento demográfico y mayor
suministro alimenticio, generado por la revolución agrícola. En este sentido, bastaron ciertas
“novedades”, como la rotación de plantaciones, cercamiento, granjas, etc., para formar una
revolución, aumentar la producción y en la década de 1830 producir el 98% del alimento para
Inglaterra.
Así, con la migración de trabajo, comenzó a aumentar la cantidad de trabajadores, y por ende, la
especialización de ellos. Existían jornaleros, labradores, proletarios, etc., de gran recorrido, que
trabajaban en la industria. Muchos de estos, venían del mundo no industrial, y comenzaron ellos
mismo industrializarse. Pasaron, como diría Gabriel Salazar, en el caso chileno, a convertirse de
Labradores/Jornales a proletarios, es decir, fueron de una vida de subsistencia a tener un salario, que
podía que alcanzara para lo mismo, pero era un modo económico totalmente diferente.
En la misma línea, comenzó a explotarse al trabajador, los señores industriales eran muy abusivos, lo
que generó un profundísimo mal estar en toda la sociedad culia esta ah.
La economía estaba bien instruida, todos sabían en que consistía, además las políticas
gubernamentales eran “torpes” por lo cual, estaba la mano para que el proceso progresase.
Así se produjo la revolución industrial, el proletariado era menos feliz, pero producían más barato,
vendían en el mercado de su conveniencia. Nadie podría detener todos estos avances de la revolución
industrial.

Capítulo 3: La Revolución francesa


En las dos primeras citas que pone Hobsbawm, se da a entender que esta revolución es algo
implacable, propia de la ilustración y que pondrá en “su lugar” a todos aquellos que hagan gobernado
hasta entonces.
“Si la economía del Siglo XIX se formo bajo la influencia de la revolución industrial, su política e
ideología lo hizo bajo la influencia de la Revolución francesa (…) Entre 1789 y 1917, las políticas
europeas lucharon ardorosamente en pro y contra de los acontecimientos de 1789. Francia
proporcionó el vocabulario y los programas de los partidos liberales, radicales y democráticos del
mundo. (…) Ofreció el primer concepto y vocabulario del nacionalismo. (…) La ideología moderna
irrumpió por primera vez a la de las antiguas civilizaciones. (…) Esta fue la obra de la Revolución
francesa” (pp. 61 - 62).
El siglo XVIII fue uno que marco el fin o inicio de este a los regímenes antiguos, tanto en lo
económico como político. Para algunos historiadores existe una era de revoluciones democráticas,
que parte oficialmente con la Independencia de los EE: UU., siendo la Revolución francesa una más,
pero las mas relevante y con mayor alcance. En este sentido, la crisis del antiguo régimen no fue solo
francés, incluso hasta 1917 con la revolución rusa, tenemos algo de este estilo. Lo que sí, la francesa
fue especial, llevo a movilizar un numero nunca antes visto de masas en la región estatal más populosa
del mundo. Por consecuencia, el punto de inflexión que recalca que la Revolución francesa es la más
importante fue su calidad ecuménica, es decir que transgredió a todo el mundo, movilizó ejércitos en
todo el orbe bajo su alero, sus ideas y fundamentos fueron igualmente traspasados a todos los lugares
posibles, fue una bandera de lucha de corte mundial. La revolución norteamericana fundó una clara
estructura constitucional que muchos países tomarían después, pero Francia motivó más tarde otras
revoluciones, como la de América latina, le dio significado a la palabra “patria y libertad”, además
de influir en los ideales socialistas y comunistas.
Francia fue un arduo competidor de Inglaterra, pero el antiguo régimen era muy fuerte, el cual chocó
de lleno con nuevos intereses de grupos sociales ascendentes. Pues, por ejemplo, Turgot, primer
ministro de Luis XVI intento instaurar políticas más sociales que en otras épocas, el rey que fue un
“déspota ilustrado”, las aceptó, pero estas caían lentamente. Pues la tradición pesaba más que los
nuevos aires, por lo cual todas estas medidas eran rápidamente rechazadas por la aristocracia,
generando malestar en sectores más desfavorecidos, los cuales se iban acumulando. Así la reacción
feudal, según el autor fue la gota que rebalsó el vaso.
Bajo el punto anterior, la nobleza que era un 3% de una población de 23 millones gozaba de grandes
y austeros beneficios, en comparación a otras clases sociales, no pagaban impuestos, entre otros
puntos. Los cargos políticos, que idealmente estaban destinados a la clase media, fueron ocupados
todos por los nobles, dejando sin espacio alguno a los otros mencionados. El cargo de feudalista,
irritaba a clases medias y campesinos, pues con estos de intentaba retribuir a la nobleza cosas antigás,
como sus derechos, pasando a llevar a clase media y campesinos. En esta línea, aunque la mayor parte
de las tierras eran del tercer estado, eran tierras pobres, con gente pobre, que no podía pagar
impuestos, diezmos, etc., generando más y más descontento.
Además de todo lo anterior, tenemos un constante aumento de una crisis económica en la casa real,
la cual terminó por fundarse una vez concluida la Independencia estadounidense, recordando que esta
se gestó gracias al apoyo económico de Francia que ya venía con problemas económicos, es decir,
según Hobsbawm, “la revolución norteamericana puede considerarse la causa directa de la
francesa” (pp. 66). Esto pone en énfasis lo que dice que el gasto excesivo de la corona causo la
quiebra, si bien esto es verídico, el 50% de la deuda provenía de la guerra.
Ante lo anterior, los nobles en conjunto de los parlaments convocaron a los estados generales, con la
idea de retomar el poder del estado, como en la época feudal, lo cual resulto al revés, pues
subestimaron al tercer estado e ignoraron a la crisis económica de la corona.
Hobsbawm deja en claro que no la revolución no fue creada por algún tipo de partido político o algo
por el estilo, fue un consenso de ideas (creadas por filósofos como Rousseau, Voltaire o Montesquieu)
entre un grupo social coherente que dio forma al movimiento. Este grupo fue la Burguesía.
El régimen que se quería instalar da vista en las Declaraciones de derechos del hombre y del
ciudadano de 1789, el cual en su articulo primero es tajante: Todos los hombres nacen y viven libres
e iguales bajo las leyes. Además, la propiedad privada era un derecho sagrado, inalienable e
inviolable. Se sepulta el autoritarismo, pues todos los hombres pueden participar en la formación de
leyes, de forma directa o con representantes. De acá radica que los soberanos son el pueblo, quienes
envían representantes, los cuales son elegidos. En este sentido, “el rey ya no sería Luis, por la gracia
de Dios, rey de Francia y de Navarra, sino Luis, por la gracia de Dios y la Ley Constitucional del
Estado, rey de los Franceses” (pp. 67).
Una vez establecidos lo Estado generales para la crisis, el tercer estado se movió, e incluso considero
a campesinos como participantes de esta. Según Hobsbawm, el absolutismo terminó cuando
Mirabeau, ex noble le dijo al rey: “Señor, sois extraño en esta Asamblea u no tenéis derecho a hablar
en ella”. De esta forma, el tercer estado logró triunfar ante los clásicos “monarcas”, pues tenia el
apoyo de los burgueses y el campesinado. Pues esto se agitó más con una mala cosecha que hizo una
crisis, porque los precios de semillas se dispararon, la gente estaba enloquecida, la gente de las
ciudades compraba pan al doble de su valor, y un largo etcétera que causo más y más molestia,
teniendo en cuenta que los reyes no hacían nada para solucionarlo.
Con un animo vociferante, este cumulo de personas tomó la bastilla, prisión que identificaba el
poderío del rey, pues eran presos reales lo que estaban ahí. Las revoluciones comienzan destronando
los iconos ya establecidos y este fue el caso. El 14 de Julio de 1789 sucede esto, y arranca la
revolución francesa en todo su esplendor. La revolución se expandió a todas las ciudades y al campo
en Francia (hablar para contraargumentar la Guerra de la Bandee). De esta forma, comenzaron a caer
todo el establecimiento de corte feudal en el país.
Una vez comenzada, era cuestión de tiempo para más y más revoluciones, y todas tendrían este
espíritu, el de un grupo de personas, molestas por X razones se movilicen e intenten destronar a la
contrarrevolución.

II
Entre 1789-91, la burguesía moderada intento poco a poco modificar el status quo del país lombardo.
Se crearon instituciones que respaldaban a los grupos anteriormente desfavorecidos, entre otros
puntos esenciales. Se emancipó a los judíos, se cercaron los terrenos, se apoyó al naciente proletariado
y campesinado, demás se empezó en el año cero, un nuevo comienzo.
La constitución de 1791 instauró una monarquía constitucional, centrada para defender los derechos
de los ciudadanos y el no abuso democrático.
La corona, aunque “acepto”, no podía quedarse así, pues “soñaba con una cruzada de los regios
parientes, para expulsar a la chusma de gobernantes comuneros y restaurar el ungido de Dios, al
cristianísimo rey de Francia, en su puesto legítimo” (pp.72). En este sentido, el rey en una idea sin
mucho ingenio, abandona el país, posiblemente para buscar refuerzos en las monarquías extranjeras
aun existentes. Fue capturado el junio de 1791, perdiendo aun más legitimidad, pues el “rey que
abandona su pueblo, pierde la legitimidad sobre este”, logrando de forma concreta la instauración del
republicanismo.
Aun con estos aires de grandeza, no existía una estabilidad política, pues los valores seguían muy
altos, y se crearon varios malestares. Esto conllevaría a la segunda revolución (Jacobina del año II),
y más tarde el ascenso de Napoleón Bonaparte.
En un inicio, se enfrentaron dos fuerzas: la extrema derecha y la izquierda moderada, además de los
ideales de otras coronas que querían ayudar al rey Luis XVI, pues más que querer ayudar, querían
espantar cualquier idea revolucionaria en sus propios reinos. Pues tenían razón, en los pueblos
comenzó a expandirse un “germen” de liberación, pues todos querían ahora ser libres, y pasar de la
tiranía a la democracia. La “liberación” de Francia haría que el camino de la historia cambiará para
siempre.
Así, como era obvio, comenzó a expandirse más y más el sentimiento de querer desarrollar una guerra,
de gran calibre. Incluso los economistas la motivaban, pues veían en ella una forma de sacar más
dinero. Robespierre no quería la guerra.
Así, en abril de 1792 se comenzó, en septiembre la monarquía ya había sido derrotada, se instauro la
república, y con el añoramiento de la nueva era se reinició el calendario en el año 1. Motivada por el
grupo radical de los Girondinos (radicales al exterior y moderados al interior). Esta victoria, según
Hobsbawm, era altamente ineficaz, pues “la guerra oscilaba entre la victoria total de la revolución
mundial y la derrota total que significaba la contrarrevolución. Y su ejército, eran tan ineficaz como
inseguro”. Bajo esta idea, la joven republica descubrió e invento la guerra total (buscar texto de la
guerra de rojas del semestre pasado), que consiste en la total movilización de los recursos de una
nación mediante el reclutamiento en masa” (pp. 74). Este método de guerra no se vería bien hasta
nuestros días, siquiera distingue entre población militar y civil, lo que sí, los primeros intentos certeros
de la guerra total, se dieron con Robespierre y la época del terror (1792-94).
Los sans-culottes (Izquierda) se hacían más y más fuertes, por sus tendencias radicales y enfrentadas
con el clasismo, por esto tomaron la avanzada y gobernaron bajó el alero de Robespierre, entre los
años señalados.

III
El colectivo general, cuando piensa en la revolución, piensa básicamente en 1789, La revolución
jacobina del año 2, Robespierre, Danton, Marat, la Guillotina, etc. Pero nombres de algunos
moderados como Mirabeau o Lafayette parece que se esfumaron, excepto para los historiadores. Pues
los girondinos son recordados sólo como un grupo.
Siempre se pintó a los Jacobinos como el periodo del terror, pero para el autor no es así (buscar algo
para contraargumentar). El recalca que cuando en 1793, los jacobinos, con Robespierre a la cabeza,
tomaron el poder, estaba la caga. 14 meses más tarde, ya no existían invasores, la republica gozaba
de estabilidad, Francia comenzó a expandirse militarmente con rotundo éxito (el cual duraría 20 años),
se estabilizó la economía, entre otros factores. Sin lugar a dudas, a pesar del “terror”, fue una época
de bonanza. Los jacobinos, sabían que sin un régimen fuerte, la revolución iba a caer, por eso era el
“terror o nada”. Finalmente fue nada, pero por la caída de Robespierre, ahí todo cayó.
El modus operandi de los Jacobinos se basó en: la movilización de masas, el terror antes los traidores
y el control total de la economía. Los jacobinos instauraron una nueva constitución, muy radical, pero
que tenia bastantes puntos positivos, sobre todo, bastante democráticos. En este sentido, “se ofrecía
al pueblo el sufragio universal, el derecho a insurrección, trabajo y alimento, y la declaración oficial
de que el bien común era la finalidad del gobierno y de que los derechos del pueblo no serian
meramente asequibles, sino operantes” (pp. 77). Además, abolieron el feudalismo, la esclavitud
(incluso en sus colonias), en el ámbito económico avanzaron brutalmente, incluso el proletariado se
notaba satisfecho.
No hay ni que mencionar que los Jacobinos eran de izquierda, eso ya es deducible. Su figura,
Robespierre, sin cargo alguno, fue un hombre que caía mal, pero que basaba la revolución en el
IDEAL jacobino, su legitimidad eran las masas, así se mantuvo en el poder, ellas eran el terror.
Cuando perdió las masas, él cayó. Incluso llegando a ser guillotinado. (para profundizar, leer la última
página del punto III).

IV
Una vez finalizado el régimen Jacobino, comienza el denominado periodo de las revoluciones (1794-
1799), en donde los nuevos dirigentes, de todos los que hubo, tuvieron serios problemas para
encontrar la estabilidad que alcanzó el periodo del “terror”. Pues desde esta época, denominada como
el Directorio, sucedieron muchos regímenes. Consulado (1799.1804), Imperio (hasta el 1814),
monarquía restaurada (hasta 1830), monarquía constitucional (hasta el 48) y al republica e
imperio hasta casi los 80. Provocó, como es obvio, inestabilidad, y sobre todo intentar mantener un
régimen que no vuelva al de Robespierre o el antiguo.
Este problema comenzó, como es esperable, con el Directorio. Pues, a diferencia del régimen
Jacobino, no tenia una mano fuerte. Conocidos como el gobierno civil, el cual gobernó con suma
pacificad, encontró el descontrol con Napoleón y su ejército, el cual según Hobsbawm es el hijo del
régimen jacobino.
La milicia en Napoleón, denota que en Francia se necesitaba una especie de gobierno fuerte para
controlar las masas. (Intentar buscar contraargumentos para este punto, gobierno del Directorio). El
ejército del pequeñín conquistó Europa, con pocos recursos y de manera rápida, pues tuvo que
hacerlo. Pero, ¿por qué el ejercito era tan importante? Según palabras de Hobsbawm “el ejército fue
una carrera como otra cualquiera de las muchas que la revolución burguesa había abierto al talento,
y quienes consiguieron éxito en ella tenían un vivo interés en la estabilidad interna, como el resto de
los burgueses. Esto es lo que convirtió al ejército, (…) en un pilar fundamental del gobierno” (pp.
81). Es decir, la profesionalización del ejército.
Siguiendo el punto anterior, el mejor ejemplo es Napoleón. Pues fue un militar de carrera, ya em el
periodo jacobino, gracias a sus dotes, ascendió a general (pues el mérito era relevante), lucho y se
convirtió en Primer Cónsul, más tarde, Cónsul Vitalicio y finalmente Emperador. Alcanzo la
estabilidad, Francia tenía un código civil, un banco nacional (signo de unificación Burguesa), y una
estabilidad. El personaje alcanzó tal fama, que se habla verbalmente de un mito napoleónico. Pues
los grandes hombres de la historia, comenzaron siendo reyes (Carlo Magno, Julio Cesar, etc.), pero
el gracias al mérito, llegó donde llegó. Se transformó en un ideal, en un hombre a seguir.
“Napoleón sólo destruyó una cosa: la revolución jacobina, el sueño del ascenso del pueblo
(igualdad, libertad, fraternidad, etc.)” (pp. 83).

Capítulo 6: Las Revoluciones


La libertad, es el centro de la revolución sociopolítica, eso lo demuestran las citas. Los gobiernos
frágiles están altamente preocupados, por este sentimiento, ¿quién no va a querer la libertad?

I
Después de la revolución francesa, el deseo de libertad se expandió por Europa y el mundo, el miedo
de las coronas a una segunda revolución era claro, pero como se dijo anteriormente, después de este
acontecimiento la historia cambiaria para siempre.
El autor reconoce tres grandes Olas revolucionarias, que se dieron entre los años 1815-1848.
- La primera de ellas fue la revolución independentista de América del Sur, destaca a Bolívar,
San Martín y O´Higgins. No se ondeará acá más porque ya se conoce el proceso.
- La segunda ola, comienza finalizando la década de 1829 en Europa. Caen muchas
monarquías, y se generan muchas independencias. Como la de Bélgica, las guerras civiles en
España y Portugal, irlanda se independizo de Inglaterra y, sobre todo, la caída de los Borbones
en Francia, que daría origen a la Crisis de Mayo del 30. Hobsbawm la considera más
importante que la de América (atacar por este lado).
- La del 48 fue la más importante según el autor, pues casi se logra la revolución mundial que
pondría fin al periodo de abusos de las monarquías. No fue así.
Como fuere, la revolución francesa iba dejando sus grandes cimientos.

II
A diferencia de las revoluciones de fines del XVIII, las posnapoleonicas fueron planificadas y
estudiadas. Y no es que hubiera un plan de revolución escrito, sino que la francesa permitió identificar
a la sociedad cuando un sistema no es apto, o cuando hay un descontento y hay que “hacer algo”.
Esencialmente según el autor, hubo 3 modelos: La moderada liberal; radical-democrática y socialista.
El primero motivado o inspirado en la revolución de 1789; el segundo en la de 1792 y el tercero en
el Jacobino de 1783.
Cual fuera el movimiento, el absolutismo los veía como una amenaza a sus intereses, y las
contrarrevoluciones siempre iban de la mano con la iglesia.

III
6 puntos de la carta del pueblo: Sufragio universal; voto por papeleta; igualdad de distritos electorales;
pago a los miembros del parlamento; parlamentos anuales; abolición de la condición de propietarios
de los candidatos.
En la época de la restauración que parte en 1815 y dura 15 años más, ocurre algo generalizado en
Europa. Pues cualquiera de los tipos de revolución que vimos arriba, iba dirigido hacia lo mismo, por
ejemplo, luchaban por los 6 puntos de arriba. Aun no surgía un proletariado potente como el que
aparecería más adelante (en Inglaterra ya existía), por lo cual la perspectiva socialista o incluso el
anarquismo no tomaba gran fuerza. Es decir, existía una homogeneidad revolucionaria, sin importar
la “bandera de fondo”. En este sentido, Hobsbawm dice “Todos los revolucionarios se consideraban
como pequeñas minorías selectas de emancipación y el progreso, trabajando en favor de una vasta
e inerte masa de gentes ignorantes y despistadas que recibirían bien la liberación cuando llegase”
(pp. 121). En este breve extracto, encontramos que los cultos revolucionarios, se ven superiores a la
“masa inerte” que ayudan. Su objetivo común, las monarquías.
Estas hermandades, como la carbonara, nacieron después de la era napoleónica. Sociedades secretas
que se movilizaban y que buscaban la revolución de forma, mas o menos constante. La masonería,
funciono de forma constante, como grupos de corte revolucionarios, cien por ciento ilustrados que
buscaban la libertad. Los mismos militares, solían estar metidos en estas hermandades o grupos
deseosos de revolución.
Una genuina insurrección popular fue la efectuada por lo griegos en 1821.
Después de 1830, la cosa cambio, pues algunas monarquías cayeron, como la de los Borbones de
Francia. Este periodo marcó dos puntos esenciales. En primer lugar, las masas volvieron a estar
activas, pues el modus operandi de 1789 volvió a estar vigente, los revolucionarios sabían que la masa
inerte era útil, por lo cual volvió a estar activa. En esta misma línea, el segundo, pues el avance del
capitalismo, y el malestar que esto generaba, provocó que los movimientos socialistas comenzaran a
florecer de gran forma. De esta forma, los movimientos comenzaron a segmentarse en clases y
naciones. Es decir, se rompe esa unificación revolucionaria, identificándose a través de interés o
ideologías.
Europa se dividió en dos, al oeste del Rin se comenzó a agitar revoluciones y revoluciones, al este
estas siguieron siendo reprimidas, sobre todos por los zares. Además, esta zona era compleja, pues o
se vivía en estados muy pequeños (los alemanes o italianos [aun no unificados]) para hacer una
revolución, o muy grandes (como Rusia).
Pese a estas diferencias, los movimientos a veces coincidían, como los del 48, pero aun así se comenzó
a notar la diferencia entre los países revolucionariamente activos y los inactivos.
Los diferentes intereses, generaron, como dijimos, la separación del trabajo cooperativo entre
moderados y radicales, generando nuevamente dos bandos revolucionarios, tal como en 1789 (como
se dijo antes), la izquierda y la derecha.
IV
Solo en Europa nació ese deseo de movilizar las masas denominadas como “inferiores”, en América
latina y USA, no se planteaba eso. Por ejemplo, en Chile nunca se consideraron. Europa si los
consideró, de hecho, pensaron que eran necesarios. El descontento de los pobres (sobre todo urbanos)
era inmenso. Muchas personas, tendieron a apoyar estos movimientos.
De esta forma, en países como Inglaterra y Francia, los movimientos proletarios y socialistas
comenzaron, de forma directa a participar.
Aunque no hay pruebas de medidas ante estos movimientos, sin lugar a dudas, esto se dio y fue
bastante claro.
En la industria, Inglaterra se “asusto”, cuando se destruyeron maquinas.
Estas revoluciones terminaron por dividir a las clases medias de los radicales, pues los primeros no
“acompañaban” ni compartían intereses con los segundos. Se comenzó a dar fuertemente la lucha,
del rico y el pobre.

V
En lugares menos “avanzados” de Europa, el movimiento radical fue muy fuerte. Por ejemplo, en
lugares, donde se trabajaba a un patrón, sus trabajadores comenzaron a sublevarse. Pues el
campesinado en zonas atrasadas sirvió muchas veces como peón, en este sentido, el campesino la
tenia difícil, Europa oriental, que era más atrasada en todo ámbito, seguía con la servidumbre, y esto
generaba mal estar. Pero los mismos soberanos, a veces ocupaban al campesinado para luchar en
contra de la molesta clase media, en este sentido “los Borbones de Nápoles lo hicieron sin dudarlo,
en 1799, contra los jacobinos napolitanos. ‘¡Viva Radetzky! ¡Mueran los señores!’ (decían los
campesinos)” (pp. 131).
Era difícil conseguir el apoyo de los campesinos, por esto en esos países, se crearon dos bandos
marcados: los demócratas y la extrema izquierda. Los primeros, reconocían la necesidad de una
calidad de vida adecuada para los campesinos, y que dejaran de ser servidumbre, planeaban la
coexistencia de ellos con la nobleza. La extrema izquierda, concebía la lucha revolucionaria como un
conjunto de masas peleando simultáneamente en contra de los gobiernos extranjeros y explotadores
domésticos, desconfiaban de la nobleza, y no eran utópicos, como otros promarxistas.

VI
Hobsbawm reconoce que, a pesar de que los movimientos revolucionarios estuvieran divididos por
nacionalidad, clase, etc., tenían bastantes cosas en común. Por ejemplo, seguían siendo organizadas
por clases medias e intelectuales, en segundo lugar, seguían manteniendo esa “esencia” de 1789.
Sobre todo, el punto a destacar en común, es la liberación, como valor principal.
Mas adelante, podríamos identificar, sobre todo, diferencias en el apartado ideológico, como lo hemos
demostrado.
Como fuera, y como sigue siendo, podemos mostrar que la revolución francesa marcó un precedente,
y dejo huella para todas las revoluciones futuras.

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