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Regulación del sistema financiero peruano

consistente con los mejores estándares


internacionales de regulación prudencial
La búsqueda de la estabilidad financiera como principal objetivo de la regulación ha sido clave
en el diseño de un marco normativo riguroso y eficiente que incluso ha conseguido ser
reconocido como un referente a nivel internacional. De esta manera, la regulación prudencial
emitida por la SBS ha logrado un destacado avance tanto en la implementación de los mejores
estándares internacionales y la adaptación de los mismos al entorno de riesgo local, así como en
propuestas que actúan como complemento de los estándares de Basilea, a fin de gestionar riesgos
que son particularmente relevantes para la economía peruana.

La SBS ha buscado que la regulación financiera sea rigurosa, pero lo suficientemente flexible
para que las exigencias de gestión y alineamiento al riesgo estén adecuadamente equilibradas
con las oportunidades de innovación y desarrollo financiero. En este sentido, los lineamientos de
regulación prudencial constituyen una guía valiosa. La implementación de estándares internacionales
adaptados al contexto local, así como la regulación adicional que busca recoger los riesgos presentes
en la economía peruana, se desarrolla tomando en cuenta lineamientos de regulación prudencial, que
buscan que el marco regulatorio sea: (i) comprensivo 1, (ii) enfocado en las mejores prácticas de gestión
de riesgos 2, (iii) balanceado 3, (iv) dinámico 4, y (v) prospectivo 5.

Los estándares de Basilea son un referente importante para el desarrollo de la regulación de la


SBS, pero además de implementar (y adecuar cuando es necesario) los estándares de Basilea, la
SBS también desarrolla regulación prudencial adicional, en base al conocimiento técnico del
mercado local. La SBS culminó la implementación del Pilar 1 de Basilea II en el 2009, con la emisión
de los reglamentos para el requerimiento de patrimonio efectivo por riesgo de crédito, riesgo de
mercado y riesgo operacional. En el 2011 se introdujo la normativa de requerimiento de capital
adicional que establece colchones que se aproximan a los planteados por Basilea III. La exigencia de
un LCR mínimo está vigente desde enero de 2014 y en el 2016 se emitió la normativa para adecuar la
calidad de capital a Basilea III. Adicionalmente, la SBS ha emitido normas innovadoras para gestionar
riesgos relevantes para el mercado peruano, antes de que exista un estándar internacional; tal es el
caso de las exigencias diseñadas para riesgo cambiario crediticio y riesgo por alto nivel de
endeudamiento.

La estructura de este artículo se presenta a continuación. La primera sección se centra en las


exigencias de capital mínimo de Basilea y las principales adaptaciones locales realizadas sobre los
estándares de Basilea II. En la segunda sección se presenta una revisión de las políticas
macroprudenciales desarrolladas por la SBS a la luz de Basilea III y en la tercera sección se destacarán
algunas las medidas locales de regulación prudencial.

1
Es decir, que incluye todos los riesgos relevantes.
2
Es decir, que exige a las empresas una adecuada identificación, medición, administración y monitoreo de los riesgos.
3
Un marco de capital balanceado busca que las exigencias regulatorias sean proporcionales a la escala y complejidad de las diversas instituciones que conforman el sistema financiero.
4
Un marco de capital dinámico se adapta a cambios que se produzcan en el entorno económico y financiero y que deriven en una acumulación potencial de riesgos para el sistema
financiero.
5
Un marco de capital prospectivo promueve el uso de herramientas para que las empresas del sistema financiero puedan lograr sostenibilidad de largo plazo.
III.1 Requerimientos mínimos de capital en el Perú

El año 2008 fue el punto partida para la convergencia a los estándares internacionales porque
en ese año se modernizó la Ley N°26702 6, a fin de adaptar la legislación nacional al Acuerdo de
Basilea. Este cambio legal fue imprescindible porque permitió añadir la exigencia de un
requerimiento de capital por riesgo operacional, así como incorporar plenamente la regulación de
Basilea de 1996 en materia de riesgos de mercado.

Este cambio legal incorporó un requerimiento mínimo de capital mayor al existente


previamente en la regulación peruana, e inclusive más exigente que el de Basilea. En la Ley se
definió que el Patrimonio Efectivo de las empresas debía ser igual o mayor al 10% de los Activos y
Contingentes Ponderados por Riesgo Totales (APR) 7. En cambio, el requerimiento base mínimo de
Basilea, sin considerar el capital adicional, era de 8%. Este requerimiento mayor se estableció a fin de
reconocer que el sistema financiero peruano funciona en una economía emergente que enfrenta
mayores riesgos que sus pares de países desarrollados.

Es importante destacar que el cambio en la Ley General también permitió implementar


elementos de Basilea III como la introducción de colchones de capital por encima del
requerimiento mínimo. De esta manera fueron posibles incorporar los colchones de capital por ciclo
económico, riesgo sistémico, riesgo de concentración, entre otros.

Posteriormente, en el año 2009, se culminó la implementación de los requerimientos


cuantitativos de capital (Pilar 1) de Basilea II con la publicación de los reglamentos de
requerimiento de capital por riesgo de crédito, riesgo de mercado y riesgo operacional. Los tres
reglamentos entraron en vigencia en el mismo año y culminaron su fase de adecuación en 2012. Si
bien se abrió la posibilidad de utilizar métodos basados en modelos internos para el cálculo del
requerimiento de capital (esto también fue posible gracias al cambio en la Ley General), actualmente
todas las empresas del sistema financiero utilizan métodos estandarizados.

Los tres reglamentos de requerimientos mínimos de capital emitidos por la SBS están alineados
a los estándares de Basilea II desde el 2009, pero incluyen algunas adaptaciones, considerando
los riesgos y condiciones particulares de la economía peruana. Estas adaptaciones se basaron en
diversos estudios que permitieron realizar una calibración local de los riesgos utilizando microdata
doméstica que incluía información relevante de la última crisis financiera que experimentó el país
durante los últimos años de la década de los noventa.

El Comité de Supervisión Bancaria de Basilea 8 acaba de concluir, en enero de 2019, la revisión


de los requerimientos de capital a fin de establecer métodos estándar más sólidos y sensibles
al riesgo y modelos internos más rigurosos. La versión final de los nuevos estándares para los
requerimientos por riesgo de crédito y riesgo operacional fueron publicados en Diciembre de 2017. En
el caso de riesgo operacional se ha desarrollado un nuevo (y único) método estandarizado y se han
eliminado los modelos internos; en cambio, para riesgo de mercado y riesgo de crédito los cambios se
orientan a generar modelos estandarizados más sólidos y sensibles al riesgo, y además se añaden
restricciones a los modelos internos.

Cabe destacar que el BCBS ha publicado dos estándares de requerimiento de capital de riesgo
de mercado en el transcurso de 3 años. El estándar publicado en enero de 2016, en sustitución del
de Basilea 2.5, nunca llegó a entrar en vigencia y en su lugar se publicó un nuevo estándar en enero
de 2019, estándar que incorpora no solo revisiones al método estándar y modelos internos, sino

6
Ley 26702: “Ley General del Sistema Financiero y del Sistema de Seguros y Orgánica de la Superintendencia de Banca y Seguros” (en adelante: Ley General).
7
Artículo 199° de la Ley N°26702.
8
BCBS por sus siglas en inglés.
también un método estándar simplificado aplicable a instituciones con trading books pequeños y poco
complejos.

A continuación se desarrolla con mayor detalle las adaptaciones más relevantes que se realizaron
sobre el marco de capital de Basilea II. Asimismo se destacan las modificaciones más relevantes que
se han planteado en Basilea III para cada uno de los riesgos.

III.1.1 Requerimiento de Capital por Riesgo de Crédito

En el Perú, el Reglamento para el Requerimiento de Patrimonio Efectivo por Riesgo de Crédito,


aprobado por la Resolución SBS N°14354-2009, constituye la migración de un marco regulatorio
de suficiencia de capital por riesgo de crédito basado en Basilea I hacia uno alineado con los
principios y metodologías de Basilea II. Actualmente todas las entidades cargan capital bajo el
Método Estandarizado, que recoge los ponderadores de Basilea II con algunas discreciones nacionales,
pero tienen la opción de postular al Método de Calificaciones Internas (IRB Básico o Avanzado,
dependiendo del tipo de exposición).

En esta norma y sus diversas modificatorias, se han incorporado algunos elementos


prudenciales considerando las características de riesgo propias de la economía peruana. Entre
las adaptaciones destaca un ajuste para las exposiciones sujetas a riesgo cambiario crediticio y
mayores ponderadores de riesgo de crédito para las exposiciones consideradas como más riesgosas
en el sistema financiero peruano. Todo ello además de exigir un requerimiento mínimo de capital
global más elevado que el de Basilea II (10% vs. 8%).

En relación a las exposiciones minoristas, se asignó un ponderador de 50% para los créditos
hipotecarios y de 100% para los créditos de consumo en lugar de 35% y 75% establecidos en
Basilea II. En el caso de los créditos hipotecarios, se reconoció el reducido tamaño y profundidad del
mercado inmobiliario peruano, que podría generar una mayor severidad de la pérdida en la etapa
recesiva del ciclo económico. Por su parte, en el caso de los créditos de consumo se realizó una
estimación de las pérdidas no esperadas resultando que las ganancias por la diversificación de este
tipo de portafolios, que sustentan en el caso europeo un menor ponderador de riesgo que en
portafolios comerciales, en el caso peruano no se sustentaban estadísticamente.

Otra diferencia relevante en el método estandarizado para riesgo de crédito fue el


establecimiento de un ponderador único para los créditos comerciales de 100% en lugar de
permitir clasificaciones de riesgo externas. Esto se adoptó debido a la poca experiencia de las
clasificadoras de riesgo locales para realizar evaluaciones de solvencia a empresas del sector real.

Con respecto a los modelos internos, se consideraron mayores exigencias de información con la
finalidad de adaptar los procesos de calibración de parámetros a la realidad del ciclo económico
peruano. Esto se sustentó en la evidencia encontrada acerca de una mayor volatilidad en los ciclos
económicos de economías emergentes como la peruana respecto a economías desarrolladas, por lo
que al tener mayores fluctuaciones al interior de un ciclo resulta fundamental que se incluya mayor
data en el proceso de estimación para obtener estimadores consistentes y eficientes 9.

III.1.2 Requerimiento de Capital por Riesgo de Mercado

9
Se exigió que las empresas que deseen migrar al IRB Básico realicen la estimación de la probabilidad de incumplimiento (PD) considerando como mínimo todo un ciclo económico en
lugar de los cinco años exigidos por Basilea II. Asimismo, aquellas entidades que deseen migrar al IRB Avanzado, deberán contar con series de tiempo de un ciclo económico completo
para estimar los parámetros de severidad de la pérdida y factores de conversión crediticios.
El requerimiento de capital por riesgo de mercado vigente (Resolución SBS N° 6328-2009) se basa
en los lineamientos previos a Basilea 2.5 y comprende una exigencia de capital por cuatro
riesgos 10 en base al Método Estándar o Modelos Internos (previa autorización de la SBS). No
obstante, es importante resaltar que la Reforma de Basilea 2.5 11, publicada un mes después de la
Resolución SBS N° 6328-2009, no fue una reforma integral sino una respuesta relativamente rápida
ante la subcapitalización de los activos expuestos al riesgo de mercado que se evidenció durante
graves tensiones de mercado registradas en el periodo 2007-2008.

III.1.3 Requerimiento de Capital por Riesgo Operacional

El reglamento que actualmente usa la SBS para determinar la carga de capital por riesgo
operacional (Resolución SBS N° 2115-2009) está alineado a Basilea II. Bajo esta normativa las
entidades tienen tres alternativas de métodos: Método del Indicador Básico, Método Estándar
Alternativo y Métodos Avanzados (AMA), pero se requiere la autorización de la SBS para utilizar los dos
últimos métodos.

Box N°2
Implementación del Pilar 2 en el Perú

El proceso de revisión supervisora (Pilar 2) busca evaluar la suficiencia de capital de cada empresa
acorde con los riesgos inherentes a los negocios que realizan y a la calidad de gestión de dichos
riesgos. Por ello, el Pilar 2 tiene cuatro componentes: (i) Proceso de Autoevaluación de Suficiencia
de Capital 12, (ii) Supervisión efectiva de dicho proceso, (iii) Exigencia de colchones de capital y (iv)
Acción supervisora temprana. El primer componente es el punto de partida y es asumido por el
supervisado porque son las empresas las que deben contar con un proceso para evaluar la suficiencia de
su capital en función a su perfil de riesgo y con una estrategia para mantener sus niveles de capital. Los
otros tres componentes están a cargo del supervisor bancario.

A partir de 2009 la SBS exige que las entidades que preparen y presenten anualmente un Informe
de Autoevaluación de Suficiencia de Capital (IASC) 13 detallado de las necesidades, fuentes y niveles
de capital previstos para los siguientes tres (3) años, conforme con una guía metodológica que ha
ido perfeccionando con el tiempo. Esta guía se complementó en el 2012 con otra guía amplia y detallada
elaborada a fin de llevar a cabo el proceso de revisión supervisora de la suficiencia de capital. Esta segunda
guía corresponde al segundo componente del Pilar 2 (Supervisión efectiva del proceso de evaluación de
suficiencia de capital).

Si bien desde el 2009 a las entidades ya se les exigía que el planeamiento de capital considere
escenarios de estrés, desde 2014 se detallan lineamientos que deben tomar en cuenta para la
elaboración de los escenarios de las pruebas de estrés y, en relación a los escenarios
macroeconómicos, se detallan supuestos mínimos establecidos por la SBS a fin de asegurar la
comparabilidad y razonabilidad. Los resultados de estas pruebas son contrastados con los obtenidos
del modelo top-down supervisor que viene realizando la SBS desde el año 2008, con la finalidad de
identificar si existen diferencias significativas y brindar retroalimentación a las entidades.

10
Riesgo de tasa de interés de instrumentos que pertenecen a la cartera de negociación (trading book), riesgo de precio de valores representativos de capital que pertenecen al trading
book, riesgo cambiario y riesgo de commodities.
11
El BCBS publicó en Julio de 2009 el documento que se conoce como “Basilea 2.5” (“Revisions to the Basel II market risk framework”. Más adelante, en el 2011 el BCBS emitió una versión
revisada que buscó reconocer el riesgo de las titulizaciones e incrementar el riesgo específico de las exposiciones en instrumentos de deuda en caso se considere necesario.
12
ICAAP por sus siglas en inglés.
13
Esto es posible en el marco de la Ley General, que desde el 2008 establece que las empresas deberán contar con un proceso para evaluar la suficiencia de su patrimonio efectivo en
función a su perfil de riesgo.
III.2 Basilea iii y Regulación Macroprudencial en el Perú

Las reformas de Basilea III buscan fortalecer la regulación y supervisión tanto desde una
perspectiva microprudencial como macroprudencial. En relación al Pilar 1, las reformas
contemplan un aumento de la calidad y cantidad de capital y también plantean una mejora de la
cobertura del capital. A ello se suma un coeficiente mínimo de apalancamiento, que actúa como un
complemento del ratio de capital basado en el riesgo.

La SBS desarrolló un programa de adecuación a Basilea III en tres fases. Con ello se consiguió
implementar dos de los tres primeros objetivos de Basilea III: mayor capital y estándares de
liquidez. Asimismo se ha mejorado la definición de capital, pero aún quedan algunos aspectos
pendientes. La primera etapa del programa de implementación de Basilea III terminó en el 2011 con
el establecimiento de colchones de capital. En la segunda fase de implementación se introdujo al LCR
como estándar prudencial de liquidez; este requerimiento mínimo se exige desde el 2014. Finalmente,
se mejoró la definición de capital en el 2016. Estos tres puntos se desarrollan de manera más detallada
a continuación.

III.2.1 Más capital: Colchones que incrementen el nivel de capital

El BCBS publicó en Diciembre de 2010 un documento conocido como Basilea III 14, en el que se
establecieron tres colchones de capital: Colchón de Conservación, Colchón Anticíclico y Colchón
por Riesgo Sistémico 15. En Julio de 2011 la SBS publicó la normativa de Requerimiento de
Patrimonio Efectivo Adicional, que tiene una serie de componentes que se aproximan a los
planteados por Basilea. Este reglamento tiene por objetivo establecer colchones de capital por ciclo
económico, riesgo sistémico (de manera adaptada a la establecida por Basilea III) y adicionalmente
colchones por otros riesgos tales como concentración individual, regional y sectorial; riesgo de tasa de
interés en el libro bancario y un colchón por la propensión al riesgo de la entidad. Estos últimos
elementos se aproximan al conservation buffer establecido en Basilea III pero haciéndolo más sensible
al riesgo, pues se calcula de manera diferenciada para cada entidad en función de los riesgos antes
mencionados. La implementación de los tres colchones estuvo sujeta a un cronograma de adecuación
que inició en Julio de 2012 y concluyó en Julio de 2016.

a) Colchón de conservación

Basilea III incorpora dentro de sus medidas para mejorar la cantidad y calidad de capital, un
colchón de conservación de 0.625% del Capital Básico (Common Equity) desde el 2016, que
aumentará progresivamente (1.25% en el 2017) hasta llegar a 2.5% en el 2019. Por lo tanto, en el
2019 el ratio de capital mínimo más el colchón de conservación de capital subirá a 10.5%. No obstante,
en caso el nivel de capital no alcance para cubrir el colchón de conservación no se tiene contemplado
que el supervisor restrinja la operación de los bancos, sino que estos únicamente limitarían las
distribuciones discrecionales de fondos propios en función de la severidad del desvío del colchón
objetivo.

A diferencia de Basilea III, que establece un colchón de capital homogéneo de 2.5% para todas
las entidades, en el Perú se realizó una adaptación que aplica una carga de capital diferenciada
de acuerdo al perfil de riesgo de cada una de las entidades del sistema financiero. En el diseño
del requerimiento se consideraron riesgos no contemplados en el Pilar 1 (riesgo de concentración
individual, regional y sectorial, riesgo de tasa de interés en el libro bancario y propensión al riesgo) y

14
“Basel III: A global regulatory framework for more resilient banks and banking systems” (BIS, Diciembre de 2010).
15
Este documento luego fue revisado y en Junio de 2011 se publicó una nueva versión en la que se incluyeron modificaciones sobre el Credit Valuation Adjustement (CVA), que es el riesgo
de pérdida causado por cambios en el diferencial de crédito (spread) de una contraparte debido a cambios en su calidad crediticia (también conocido como el valor de mercado del
riesgo de crédito de contraparte).
con ello se logró generar una carga de capital equivalente al colchón de conservación, pero sensible al
riesgo de cada institución 16.

b) Colchón por ciclo económico

El colchón cíclico establecido por la regulación peruana presenta varias diferencias respecto del
estándar propuesto por Basilea. Esto se debe a que la SBS buscó alcanzar una mayor sensibilidad
al riesgo y a su vez una mejor adaptación a las características de riesgo locales. En Basilea III se
establece una carga en función de la jurisdicción en la que los bancos tienen sus exposiciones debido
a que la exigencia de capital ha sido pensada para los bancos internacionalmente activos. En el Perú,
el sistema financiero es fundamentalmente local y se encontró que la sensibilidad frente al ciclo
económico obedece más al tipo de exposición (corporativo, gran empresa, mediana empresa, pequeña
empresa, microempresa, consumo revolvente, consumo no revolvente, hipotecario, etc.). De esta
manera se establecieron cargas diferenciadas por ciclo económico para cada tipo de crédito. En el
Cuadro N°III.1 se detallan las principales diferencias.

Cuadro N° III.1. Colchón de capital por ciclo económico:


Diferencias entre el estándar propuesto por Basilea III y el requerimiento de capital exigido por la SBS

Aspectos diferenciadores Basilea Perú

Entidades internacionalmente
Ámbito de aplicación Todas las entidades financieras.
activas.

El colchón se establece en función del tipo de


exposición, reconociendo que la sensibilidad
Granularidad Colchón agregado.
de los diferentes tipos de crédito es
heterogénea.

Entre 0% y 2.5% del Capital Básico


Los requerimientos oscilan entre 1% y 5% de
en función de la situación de los
Carga de capital acuerdo a la importancia de cada tipo de
países en los que cada entidad
crédito de cada entidad.
tiene participación.

Regla de activación y Regla basada en la brecha del


Reglas basadas en el PBI 17.
desactivación ratio de colocaciones sobre PBI.

Colchones se constituyen
La regla de activación opera como una señal
Proporción del colchón gradualmente en función de la
que gatilla la constitución total del colchón en
establecido que debe desviación de la brecha entre el
un plazo máximo de un año. Si la entidad
acumularse al activarse la regla ratio de crédito sobre PBI
requiere más tiempo, deberá tener un plan
cíclica. respecto de su tendencia de largo
de adecuación aprobado por la SBS.
plazo.

c) Colchón por riesgo sistémico

En el Perú se exige requerimientos de capital aplicables a entidades sistémicas desde el 2012,


pero de manera adaptada a la establecida por Basilea III. En el caso de Basilea, este riesgo busca
que las Entidades Sistémicas de Importancia Global (G-SIBs) mantengan colchones de capital de entre
el 1% y el 2.5% en función de la importancia sistémica del banco en cuestión, aplicando una
metodología basada en indicadores categorizados en 5 grupos: tamaño, interconexión, sustituibilidad
e infraestructura financiera, actividad inter-jurisdiccional y complejidad.

16
Para una revisión detallada de cada elemento, consultar la Resolución SBS N°6328-2011.
17
La regla de acumulación de capital por ciclo económico se activa en la medida que la media móvil del crecimiento del producto supere el 5% (regla de largo plazo) o que el crecimiento
del último año no sea menor en cuatro puntos porcentuales al crecimiento del año anterior (esto último para tener reacciones ante desaceleraciones bruscas como la ocurrida en el
año 2009).
En el caso peruano se consideró que lo relevante era incorporar colchones de capital para las
entidades sistémicas desde el punto de vista doméstico (D-SIBs). Así, se establecieron cargas
diferenciadas de capital para todas las entidades cuyos activos superan el 3% del PBI en función
de su clasificación externa de riesgo, el ratio activos/PBI y la participación de mercado. Si bien
en la actualidad el factor tamaño ya recoge los otros factores considerados por Basilea III, pensando
en el largo plazo, y a fin de aproximarse en mayor medida al enfoque de Basilea III, la SBS viene
trabajando en una propuesta de modificación de la metodología de cálculo del requerimiento de
capital adicional por concentración de mercado. Este enfoque propone medir el riesgo de
concentración de mercado tomando como referencia el concepto de loss-given-default, a través de una
metodología basada en indicadores agrupados en cuatro categorías: tamaño, interconexión,
sustituibilidad/infraestructura financiera y complejidad.

III.2.2 Mejor calidad de Capital

Con la experiencia de la crisis del 2007 quedó claro que es fundamental que las exposiciones de
riesgo de los bancos estén respaldadas por una base de capital de alta calidad. En esta línea, el
BCBS ha buscado mejorar la definición de capital dándole un mayor énfasis al capital ordinario
(CET1) y por ello en el 2010 18 el BCBS recompuso la definición de capital. Para el 2019 el
requerimiento mínimo de CET1 se elevará a 4.5% de los APR (cuando bajo Basilea II era 3.5%). A este
nuevo CET1 se le añadirá 1.5% de Capital de Nivel 1 Adicional (AT1) y con ello, el requerimiento mínimo
de Nivel 1 (T1) resultante se eleva a 6%, cuando era 4.5% bajo Basilea II (Ver Cuadro N°III.2). Dado que
el requerimiento mínimo de capital total se mantiene en 8%, los instrumentos de capital de segunda
categoría (Tier 2) se reducirán desde el 3.5% de los APR (Basilea II) al 2% de los APR. Finalmente, sobre
el ratio de capital total mínimo (8%) se añadirá un colchón de conservación que llegará a ser 2.5% en
el 2019, aumentando la exigencia hasta 10.5%.

Cuadro N° III.2. Colchón de capital por ciclo económico

Basilea II 2014 2015 2016 2017 2018 2019


CET1 3.50% 4% 4.50% 4.5%
Colchón de conservación - 0.625% 1.250% 1.875% 2.5%
CET 1 + Colchón de conservación N.A. 4.00% 4.50% 5.125% 5.750% 6.375% 7.0%
Tier 1 mínimo 4.50% 5.50% 6% 6%
Capital Total Mínimo 8% 8% 8%
Capital Total Mínimo más Colchón de conservación N.A. 8% 8.625% 9.250% 9.875% 10.50%
Fuente: BIS

Con el objeto de mejorar la calidad del patrimonio efectivo de las empresas del sistema
financiero y adecuar el marco regulatorio a las recomendaciones del BCBS, la SBS publicó en
Febrero de 2016 un nuevo reglamento de deuda subordinada 19. Las modificaciones más
importantes están referidas a las características que debe cumplir la deuda subordinada para ser
considerada en el cálculo del Patrimonio Efectivo de Nivel 1 (Tier 1), esto considerando que a nivel
internacional la deuda subordinada forma parte del Additional Tier 1. Otro cambio relevante de la
normativa es el ajuste en el requerimiento de patrimonio efectivo por riesgo de crédito para ciertas
partidas. A continuación se destacan los ajustes más relevantes para el cómputo de la deuda
subordinada como Tier 1, conforme con los principios de perpetuidad y absorción de pérdidas de
Basilea III.

18
La versión publicada en Diciembre de 2010 fue modificada parcialmente a fin de incluir algunos cambios para el tratamiento del CVA. El documento final, publicado por el BIS en Junio
de 2011, se llama: “Basilea III: marco regulador global para reforzar los bancos y sistemas bancarios”.
19
Resolución SBS N°975-2016: “Reglamento de Deuda Subordinada aplicable a las Empresas del Sistema Financiero”.
Perpetuidad.- La deuda subordinada se considera perpetua si no tiene fecha de vencimiento y
no contiene step-ups u otros incentivos para su amortización anticipada 20. Asimismo, la deuda
subordinada podrá contemplar una opción de redención anticipada pero solo a iniciativa del
emisor o receptor del préstamo, luego de un plazo mínimo de cinco años contados desde su
emisión u otorgamiento siempre que se cumplan con las condiciones establecidas en la norma.

Por otro lado, la norma previa permitía considerar en el Tier 1 a la deuda subordinada redimible
con vencimiento original igual o mayor a 30 años, siempre que tuviera un plazo residual igual o
mayor a 15 años y que se cumplan con los demás requisitos para ser computable. En cambio,
con la nueva norma la deuda subordinada redimible solo computa para Tier 1 si tiene un
vencimiento original igual o mayor a 60 años, siempre que tenga un plazo residual igual o mayor
a 20 años.

Absorción de pérdidas.- La deuda subordinada de Nivel 1 deberá absorber pérdidas antes de


que la empresa ingrese a intervención, disolución o liquidación, mediante la conversión en
acciones comunes o condonación (temporal o permanente) de la deuda. Además, el interés
deberá ser no acumulativo; es decir, la entidad financiera que emita o reciba la deuda
subordinada podrá en todo momento, a su entera discreción, suspender indefinidamente el
pago de intereses no devengados.

Por otro lado, en el referido reglamento se realizó una aproximación a las deducciones de
capital para activos intangibles y activos por impuestos diferidos, en línea con lo propuesto por
Basilea III: se aplicaron ajustes en los ponderadores de riesgo de crédito para ciertas partidas.
En este sentido, a partir de enero de 2017 los factores de ponderación de las siguientes partidas se
elevarán progresivamente durante 10 años hasta llegar a 1000%: (i) activos por impuesto a la renta
diferido originados por arrastre de pérdidas y (ii) activos intangibles y los activos que se reconocen por
la diferencia entre el valor razonable y el valor nominal de la cartera de créditos adquirida, netos de
amortización acumulada. Asimismo, siguiendo también un cronograma de adecuación hasta el 2026,
los activos por impuesto a la renta diferidos por diferencias temporarias recibirán un factor de
ponderación de 250% si son menores o iguales al 10% del patrimonio efectivo ajustado, o un factor de
ponderación de 1000% al exceso sobre el 10% del patrimonio efectivo ajustado 21.

III.2.3 Estándares prudenciales para la evaluación del Riesgo de Liquidez

La crisis financiera de 2007 evidenció que la liquidez puede desaparecer rápidamente y puede
tardar en recuperarse. Por ello, el Comité reforzó el marco de liquidez con la publicación de los
“Principios para la adecuada gestión y supervisión del riesgo de liquidez” (2008) y más adelante reforzó
sus medidas desarrollando dos ratios mínimos: el Ratio de Cobertura de Liquidez 22 y el Ratio de
Fondeo Neto Estable 23 (LCR y NSFR respectivamente, por sus siglas en inglés).

La Resolución SBS N°9075-2012 ya incluye la exigencia de un Ratio de Cobertura de Liquidez (RCL)


que se basa en la propuesta de Basilea. Por otro lado, el NSFR está próximo a implementarse.

a) Coeficiente de cobertura de liquidez (LCR)

El LCR de Basilea III es un ratio que exige a los bancos mantener suficientes activos líquidos de
alta calidad para resistir 30 días en un escenario de financiación bajo tensión especificado por

20
Prohibición de incentivos de amortización anticipada y de acuerdos que mejoren la prelación.- Se prohíbe la inclusión de step-ups u otros incentivos de amortización anticipada, así
como la inclusión de acuerdos que mejoren legal o económicamente la prelación en caso de intervención, o disolución y liquidación de la empresa.
21
Artículo N° 24 de Resolución SBS N°975-2016: “Reglamento de Deuda Subordinada aplicable a las Empresas del Sistema Financiero”.
22
Estándar: “Normas de divulgación del Coeficiente de Cobertura de Liquidez” (BIS, Octubre de 2014).
23
Estándar: “Basilea III: Coeficiente de Financiación Neta Estable” (BIS, Octubre de 2014).
los supervisores; por lo tanto el LCR se enfoca en la liquidez de muy corto plazo. Desde enero de
2015 los países miembros del FSB deben mantener un LCR mínimo de 60%; exigencia que aumentará
cada año en tramos de 10 puntos porcentuales hasta alcanzar el 100% en enero 2019.

La Resolución SBS N°9075-2012 ya incorpora una exigencia de un LCR desde 2014. Para el
cumplimiento del LCR mínimo, llamado RCL en la regulación peruana, se estableció un cronograma de
adecuación que finalizó en enero de 2019 (es decir, igual que en Basilea). Desde enero de 2014 las
entidades debían contar con un RCL mínimo de 80%. Este requerimiento mínimo se elevó a 90% desde
enero de 2018 y, a partir de enero de 2019, el mínimo es 100%.

b) Coeficiente de Financiación Neta Estable (NSFR)

El NSFR 24 es un indicador estructural a largo plazo que exigirá a cada banco mantener un perfil
de financiación estable en relación con la composición de sus activos y actividades fuera del
balance. De esta manera, el NSFR complementa al LCR, al ofrecer incentivos a los bancos para que
recurran a fuentes de financiación estables. El NSFR está próximo a ser implementado en la regulación
peruana.

III.3 Elementos Locales de Regulación Prudencial

Los principales riesgos que han sido materia de regulación prudencial, adicionalmente a los
estándares internacionales, son: el riesgo cambiario crediticio y el riesgo que implica un elevado
nivel de endeudamiento. A continuación se desarrollan los aspectos centrales considerados en el
desarrollo normativo.

III.3.1 Riesgo cambiario crediticio (RCC)

El esquema normativo desarrollado por la SBS para abordar el RCC está basado en tres
elementos:

(i) Exigencia de un conjunto mínimo de medidas de gestión para identificar, medir y


mitigar el RCC. El reglamento para la administración del riesgo cambiario crediticio, emitido
en el año 2005, exige a las entidades financieras identificar las exposiciones sujetas a este
riesgo, mediante el desarrollo de modelos en los que se evalúa la capacidad de pago de los
deudores luego de una depreciación real de 10% y 20%. De esta manera, si después del shock,
un deudor no supera los criterios de admisión de la entidad, se considera que este se
encuentra sujeto a riesgo cambiario crediticio. Por tanto, este ejercicio resulta importante para
realizar una distinción adecuada entre portafolio dolarizado y portafolio expuesto a riesgo
cambiario crediticio.
(ii) Provisiones adicionales si a criterio del supervisor las medidas de gestión adoptadas no
resultan suficientes. Aquellas entidades, que a juicio de la SBS, no cuenten con medidas
adecuadas para gestionar dicho riesgo, deberán incrementar significativamente sus
provisiones por la totalidad de los créditos otorgados en moneda extranjera que se
encuentren en categoría normal.
(iii) Requerimiento adicional de capital a las operaciones sujetas a RCCC. La SBS realizó una
adaptación a la fórmula de exposición ajustada establecida en Basilea II para el método
estandarizado de requerimientos de capital por riesgo de crédito, donde se incorpora un

24
En Octubre de 2014, el BCBS publicó el estándar de NSFR: “Basel III: the net stable funding ratio”.
incremento de 8% para las exposiciones sujetas a riesgo cambiario crediticio. Este último
aspecto está siendo considerado

Basilea II reconoce el riesgo de tipo de cambio únicamente en el colateral 25. Por tanto no
considera la existencia de riesgo por descalce de monedas entre la exposición y los ingresos del deudor
(riesgo cambiario crediticio), como sí sucede en la normativa SBS (8%).

III.3.2 Riesgo de altos niveles de endeudamiento

En el año 2006 la SBS emitió una regulación orientada a mejorar la gestión del riesgo de alto
nivel de endeudamiento en deudores minoristas. En particular, se especificó un conjunto de
buenas prácticas de gestión desde la originación de los créditos hasta el proceso de cobranza
de los mismos. Por ejemplo, la norma señala la necesidad de que las entidades mantengan prácticas
prudenciales como tomar en cuenta el endeudamiento total del deudor (y no únicamente el asociado
a la entidad otorgante), mantener políticas conservadoras del ratio Loan to Value (LTV) en créditos
hipotecarios y de cuota/ingreso en el caso de créditos de consumo, realizar análisis de cosechas, contar
con modelos eficientes de predicción de ingresos cuando estos sean requeridos, entre otras.

En caso una entidad financiera no observe el conjunto de buenas prácticas desarrollado en la


normativa, el íntegro del portafolio estará sujeto a un incremento preestablecido y significativo
de provisiones (el doble de la provisión genérica). En caso de las tarjetas de crédito, adicionalmente
se aplicaría un factor de conversión crediticia a la porción no utilizada de las líneas de crédito de 20%.

En el 2012 la SBS complementó las medidas de mitigación de riesgo de alto nivel de


endeudamiento con un esquema de cargas de capital prudenciales que garanticen que los
nuevos desembolsos de créditos de consumo y de créditos hipotecarios se realicen bajo criterios
de originación prudentes. En el caso de los créditos hipotecarios, se establecieron cargas de capital
diferenciadas en función de elementos como el ratio LTV, la inscripción de las propiedades en registros
públicos 26, el tipo de tasa de interés, el objetivo del préstamo hipotecario 27 y la moneda del crédito.
Por otro lado, en el caso de los créditos de consumo, se establecieron las cargas de capital
diferenciadas en función del vencimiento residual de las obligaciones para el caso de créditos
vehiculares y no revolventes y en función del periodo de amortización para los créditos revolventes.

Cualquier desalineamiento con los estándares prudenciales establecidos incrementa el


ponderador de capital, generando los incentivos suficientes para que las empresas incorporen
el costo de los riesgos de sus decisiones y gestionen prudentemente estos riesgos. En el caso de
los créditos hipotecarios el ponderador se puede elevar hasta 250%; es decir, cinco veces más capital
que si se cumplen los criterios de prudencia. En el caso de los créditos de consumo, aquellos que
cumplan con los criterios estándares prudenciales, tendrán un ponderador de 100%, por lo que las
cargas de capital ascenderán al 10% del crédito; en cambio, de no cumplirse con los estándares, el
ponderador de riesgo podrá llegar hasta 250%, lo que implicaría una carga de capital de 25% del
crédito.

25
Basilea II considera un descuento supervisor estándar por riesgo de divisa (Hfx) de 8% sobre el colateral solo en caso la exposición y el colateral se encuentren denominados en
monedas diferentes.
26
Esto a fin de diferenciar viviendas terminadas de los bienes futuros.
27
Primera vivienda u otro uso.

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