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17/8/22, 14:58 Sarna con costra, una enfermedad tropical desatendida: serie de casos y revisión de la literatura - PMC

Infect Dis Rep. 2022 Jun; 14(3): 479–491. PMCID: PMC9223105


Publicado en línea el 16 de junio de 2022. doi:  10.3390/idr14030051 PMID: 35735761

Sarna costrosa, una enfermedad tropical desatendida: serie de casos y


revisió n de la literatura
Nurdjannah Jane Niode , 1 Aryani Adji , 1 Shienty Gazpers , 1 Renate Tamara Kandou , 1
Herry Pandaleke , 1 Dwi Martina Trisnowati , 1 Christy Tumbelaka , 1 Elrovita Donata , 1
Fauziyyah Nurani Djaafara , 2 Hendrix Indra Kusuma , 3, 4, 5 Ali A. Rabaan , 6, 7, 8
Mohammed Garout , 9 Souad A. Almutres , 10 Hatem M. Alhani, 11, 12, 13 Mohammed Aljeldah , 14
Hawra Albayat , 15 Mohammed Alsaeed , 16 Wadha A. Alfouzan , 17, 18 Firzan Nainu , 19
Kuldeep Dhama , 20 Harapan Harapan , 3, 21, 22, * y Trina Ekawati Tallei 23, *

Nicola Petrosillo, Editor Académico

Resumen

La sarna costrosa es una forma rara de sarna que se presenta con síntomas
má s graves que los de la sarna clá sica. Se caracteriza por grandes lesiones
costrosas, escamas extensas, hiperqueratosis gruesa y contiene una gran canti‐
dad de á caros del picor altamente contagiosos. La sarna con costra es má s fre‐
cuente en personas inmunodeprimidas, desnutridas y discapacitadas. Esta en‐
fermedad se ha relacionado con una variedad de problemas de salud, que in‐
cluyen diagnó stico tardío, riesgo de infecció n y alta mortalidad, principalmente
por sepsis, y tiene el potencial de causar un brote debido a su hiperinfestació n,
lo que la hace altamente infecciosa. Este artículo informa sobre tres casos de
sarna con costra en el norte de Sulawesi, Indonesia. Tambié n se incluyen actual‐
izaciones recientes y una revisió n exhaustiva de la literatura sobre la
enfermedad.

Palabras clave: sarna costrosa, informes de casos, revisió n de la literatura,


mortalidad, brote
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1. Introducció n

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La sarna es una enfermedad de la piel que se ha identificado como una enfer‐


medad tropical desatendida (NTD) [ 1 ]. Esto es causado por la infecció n del ec‐
topará sito específico de humanos Sarcoptes scabiei var. hominis y se manifiesta
como una picazó n intolerablemente intensa con varios grados de lesiones en la
piel [ 2 ]. La sarna se ha propagado a nivel mundial, principalmente en regiones
tropicales, pobladas y empobrecidas, así como en á reas con recursos de aten‐
ció n mé dica limitados [ 3]. La sarna con costra (anteriormente conocida como
sarna "noruega") es una forma rara de sarna que se presenta con síntomas
má s graves que la sarna clá sica. Se caracteriza por grandes lesiones con cos‐
tras, escamas generalizadas, hiperqueratosis gruesa y contiene una gran canti‐
dad de á caros altamente contagiosos que pueden poner en peligro la vida [ 4 ].
La Organizació n Mundial de la Salud (OMS) estima que hay 200 millones de ca‐
sos de sarna en cualquier momento a nivel mundial e Indonesia tiene la mayor
carga de sarna entre 195 países [ 1 , 5 ]. No hay datos de prevalencia de la
sarna con costra, ni a nivel mundial ni en Indonesia.

La sarna con costra se informa con mayor frecuencia en personas inmunode‐


primidas, desnutridas y discapacitadas, así como en pacientes con glucocorticoi‐
des tó picos potentes o sisté micos, receptores de trasplantes de ó rganos, infec‐
tados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) o por el virus linfotró ‐
pico T humano-1 (HTLV-1). 1) individuos positivos y pacientes con neoplasias
malignas hematoló gicas [ 6 , 7 ]. Sin embargo, un informe tambié n identificó la
enfermedad en australianos indígenas inmunocompetentes [ 8 ]. La sarna cos‐
trosa es un importante problema de salud pú blica que afecta a un pú blico má s
amplio, incluidas familias y comunidades [ 9 ], y se propaga continuamente a
travé s del contacto directo de piel con piel [ 4]. Debido al diagnó stico tardío, la
sarna con costra podría causar mú ltiples complicaciones, como impé tigo secun‐
dario, celulitis y sepsis, con una alta tasa de mortalidad [ 10 ]. Debido a su hi‐
perinfestació n, tiene el potencial de causar un brote, hacié ndolo extremada‐
mente contagioso [ 11 , 12 ]. Ademá s del contacto directo con los portadores, la
sarna con costra puede transmitirse por contacto directo o indirecto con mate‐
riales contaminados, como ropa de cama y prendas de vestir [ 13 ]. Para preve‐
nir la propagació n de la enfermedad en las comunidades, se requiere un diag‐
nó stico temprano y preciso, un manejo mé dico eficaz de los pacientes y los en‐
tornos de atenció n mé dica, y principios y estrategias específicos para el manejo
de la enfermedad.

En el presente estudio, se presentaron tres casos de sarna con costra en el


norte de Sulawesi, Indonesia. Tambié n se incluyen las actualizaciones má s re‐
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cientes y una revisió n exhaustiva de la literatura, que enfatizan la importancia

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crítica del diagnó stico temprano y el manejo mé dico efectivo de los pacientes,
que son fundamentales para prevenir las complicaciones de la enfermedad y
contener la propagació n de la enfermedad en las comunidades.

2. Materiales y métodos

Se informaron tres casos de sarna con costra: (1) un hombre de 79 añ os; (2)
un hombre de 45 añ os; y (3) una mujer de 62 añ os. Se confirmó que todos los
pacientes tenían condiciones comó rbidas. Se obtuvo el consentimiento infor‐
mado por escrito para la publicació n de todas las familias.

Tambié n se realizó una revisió n de la literatura en varias bases de datos, in‐


cluida la Biblioteca Nacional de Medicina (PubMed), Google Scholar, Elsevier, la
Biblioteca Pú blica de Ciencias (PLoS) y Semantic Scholar. Las bú squedas biblio‐
grá ficas se establecieron utilizando la palabra clave “crusted scabies” filtrada
solo para publicaciones de los ú ltimos diez añ os (2011–2021). Solo se incluye‐
ron artículos publicados en inglé s, variando entre informes de casos y series de
casos retrospectivos/prospectivos. Los autores obtuvieron los textos completos
de los estudios potencialmente elegibles y evaluaron su elegibilidad. Los artícu‐
los con datos incompletos fueron excluidos del aná lisis.

3. Resultados

3.1. Reportes del caso

Tres casos de sarna con costra en este estudio ocurrieron en el lapso de seis
meses dentro del mismo añ o en tres lugares diferentes en la provincia de Sula‐
wesi del Norte. Los pacientes eran de Beo, Modoinding y Tondano (Figura 1).

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Figura 1

Mapa de Sulawesi que indica el origen de los casos en Sulawesi del Norte.

3.1.1. Caso 1 Un hombre de 79 añ os de Beo Village, Isla Talaud, Sulawesi del


Norte, se presentó con costras gruesas de color amarillo grisá ceo en la piel de
todo el cuerpo y picazó n por la noche. La enfermedad se había manifestado du‐
rante un mes. Los miembros de la familia que vivían bajo el mismo techo tam‐
bié n tenían síntomas similares. El paciente tenía antecedentes de accidente ce‐
rebrovascular y debilidad muscular en el lado derecho del cuerpo. El examen
físico reveló erupciones maculopapulares eritematosas generalizadas cubiertas
por costras blanco-grisá ceas-amarillentas (Figura 2A,B). El examen microscó ‐
pico con un aumento de 100x reveló numerosos á caros, huevos y escíbalas en
la muestra de piel de entre los dedos (Figura 2C). Se administraron terapias tó ‐
picas de permetrina al 5% y un agente queratolítico (á cido salicílico al 3%). Se
aplicó crema de permetrina en todo el cuerpo todas las noches (12 h de dura‐ Volver arriba
ció n) durante una semana y luego se continuó dos veces por semana durante
tres semanas (es decir, cuatro semanas en total). Se aplicó á cido salicílico al 3%

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en ungü ento de vaselina blanca en á reas con lesiones costrosas, como manos y
muslos, todos los días durante 13 días. Los miembros de la familia potencial‐
mente contagiosos tambié n fueron tratados con permetrina una vez a la se‐
mana y continuaron hasta que terminó el contacto con los pacientes infectados
o los pacientes se recuperaron por completo.

Figura 2

Paciente del Caso 1 que muestra costras generalizadas de color amarillo grisáceo, eritema‐
tosas, maculopapulares difusas ( A , B ); raspado con aceite mineral que muestra el ácaro
Sarcoptes scabiei (flecha negra), huevos (flecha roja) y heces (flecha blanca) ( C ); y recupe‐
ració n clínica después de cuatro semanas de terapia ( D , E ).

Se entregaron las medidas para el control de la transmisió n de la enfermedad,


incluyendo educació n sobre la enfermedad a pacientes y familiares, tratamien‐
tos adecuados para personas potencialmente infectadas y eliminació n de á ca‐
ros, incluyendo limpieza de ropa contaminada, electrodomé sticos y otros fó mi‐
tes. En el examen final, no se encontraron síntomas previos de sarna costrosa,
así como á caros, huevos o escibala. La regresió n completa se confirmó despué s
de un mes de tratamiento (Figura 2DELAWARE).

3.1.2. Caso 2 Un hombre de 45 añ os de la regió n de Tondano, Minahasa Re‐


gency, North Sulawesi, presentó costras gruesas de color marró n grisá ceo, lige‐
ramente amarillentas en la piel de todo el cuerpo, en particular en la palma de
la mano (sin picazó n). La enfermedad se había manifestado durante cinco Volver
me‐ arriba
ses. Los miembros de la familia que vivían bajo el mismo techo tambié n tenían
picazó n por la noche. El paciente tenía trauma lumbar y paraplejia previamente
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y tenía diabetes no controlada. El examen físico reveló costras blanco-grisá ‐


ceas-amarillentas, principalmente en ambas regiones palmares (figura 3A). El
examen microscó pico con un aumento de 100x con aceite mineral reveló mú lti‐
ples á caros, huevos y escíbalas en muestras de piel de entre los dedos (figura 3
B). Se administraron terapias tó picas de permetrina al 5% y queratolítico (á cido
salicílico al 3%). La crema de permetrina se aplicó en todo el cuerpo todas las
noches (12 h de duració n) durante una semana y luego se continuó dos veces
por semana durante tres semanas. Al paciente se le administró permetrina du‐
rante cuatro semanas. Se aplicó á cido salicílico al 3% en la pomada de vaselina
blanca en las á reas con lesiones costrosas, como las manos y los muslos, todas
las mañ anas durante 13 días. Los miembros de la familia potencialmente conta‐
giosos fueron tratados con permetrina una vez a la semana y continuaron hasta
que terminó el contacto con los pacientes infectados o los pacientes se recupe‐
raron por completo. Se entregaron medidas para el control de la transmisió n
de la enfermedad, incluyendo educació n sobre la enfermedad a pacientes y fa‐
miliares, tratamientos adecuados para individuos potencialmente infectados y
eliminació n de á caros,

figura 3

Paciente del Caso 2 que muestra costras de color marró n grisáceo, ligeramente amarillen‐
tas en ambas regiones palmares ( A ); raspado con aceite mineral que muestra el ácaro Sar‐
coptes scabiei (flecha negra), huevos (flecha roja) y heces (flecha blanca) ( B ); y recupera‐
ció n clínica después de tres semanas de terapia ( C ).

En el examen final al final del tratamiento, no se encontraron síntomas previos


de sarna costrosa en la piel del paciente, y los componentes de los á caros esta‐
ban ausentes. La regresió n completa se confirmó despué s de tres semanas de
tratamiento (figura 3C).

3.1.3. Caso 3 Una mujer de 62 añ os de Modoinding Village, West Minahasa Volver


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gency, North Sulawesi Province, presentó costras gruesas, amarillas y ligera‐
mente grises en la piel de todo el cuerpo, especialmente en la palma de la mano

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(sin picazó n). La enfermedad se había manifestado durante dos meses. Los fa‐
miliares que vivían con el paciente tambié n tenían picazó n por la noche. El pa‐
ciente tenía antecedentes de accidente cerebrovascular y debilidad muscular en
el lado derecho del cuerpo. En el examen físico, se encontraron costras de color
gris amarillento, principalmente en la regió n palmar derecha (Figura 4A). El
examen microscó pico de la muestra de piel entre los dedos con un aumento de
100x mostró mú ltiples á caros, huevos y heces (Figura 4B). El paciente fue tra‐
tado con permetrina tó pica al 5% en todo el cuerpo todas las noches (12 h de
duració n) durante una semana, seguido de dos veces en la semana siguiente. Al
sujeto se le administró permetrina durante dos semanas. Los miembros de la
familia tambié n fueron tratados con permetrina una vez a la semana y conti‐
nuaron hasta que terminó el contacto con los pacientes infectados o hasta que
el paciente se recuperó por completo. Se entregaron medidas para controlar la
transmisió n de la enfermedad, incluida la educació n sobre la enfermedad para
pacientes y familiares, tratamientos apropiados para personas potencialmente
infectadas y eliminació n de á caros, incluida la limpieza de ropa contaminada,
electrodomé sticos y otros fó mites.

Figura 4

Paciente del Caso 3 que muestra costras gris-amarillentas en el dexter regio palmar ( A );
Raspado con aceite mineral que muestra el ácaro Sarcoptes scabiei (flecha negra), huevos
(flecha roja) y heces (flecha blanca) con un aumento de 10 veces ( B ) y recuperació n clí‐
nica después de dos semanas de tratamiento ( C ).

En el examen final, no se encontraron síntomas previos de sarna costrosa en la


piel del paciente, y los componentes de á caros en la piel estaban ausentes. La
regresió n completa se confirmó despué s de dos semanas de tratamiento (
Figura 4C).
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El resumen de los casos notificados de sarna con costra en Sulawesi del Norte
se presenta entabla 1.

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tabla 1

Resumen de los hallazgos de pacientes con sarna con costra en el norte de Sulawesi.

Edad
Ubicación comórbido Tratamiento Salir
(Año)/Sexo

Crema tó pica de permetrina al


Trastorno 5% todos los días durante siete
Beo, Isla regresió n
79, hombre neuroló gico días, continuada dos veces por
Talaud completa
(ictus) semana durante tres semanas y
agentes queratolíticos

Crema tó pica de permetrina al


Trastorno
5% todos los días durante siete
Tondano, metabó lico regresió n
45, hombre días, continuada dos veces por
Minahasa (diabetes completa
semana durante tres semanas y
mellitus)
agentes queratolíticos

Crema tó pica de permetrina al


Modoinding, Trastorno
5% todos los días durante siete regresió n
Oeste de 62, mujer neuroló gico
días, continuada dos veces por completa
Minahasa (ictus)
semana durante una semana

3.2. Revisió n de literatura

En este estudio se evaluaron un total de 59 artículos elegibles revisados ​por pa‐


res sobre la sarna con costra publicados en los ú ltimos diez añ os. Había 22 ar‐
tículos que contenían informes de casos y uno contenía una serie de casos
prospectivos de sarna con costra. El resumen de los casos de sarna costrosa de
la literatura junto con nuestros tres casos se presenta enTabla 2. Los datos de
los estudios de informes de casos indicaron que el 43 % de los casos se infor‐
maron en adultos y el 34,8 % en ancianos con una proporció n hombre: mujer
de 1,1:1. Se informaron comorbilidades en el 69,6% de los casos, la mayoría de
ellos diabetes, seguida de trastornos con respuestas inmunitarias de cé lulas T
defectuosas, como la infecció n por VIH y el síndrome de Down. La mayoría de
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los autores (87%) reportaron un tratamiento exitoso de pacientes que usaban

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ivermectina oral con o sin una combinació n tó pica de permetrina (20 de 23 ca‐
sos). Solo un pequeñ o nú mero (13%) usó tratamiento tó pico con permetrina (3
de 23 casos).

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Tabla 2

Hallazgo resumido de la revisió n de la literatura sobre la sarna con costra.

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(infección
Edad Condiciones cutánea
País Tratamiento Salir Ref
(Año)/Sexo asociadas concomitante)

Ivermectina oral,
permetrina
tó pica en crema regresió n
Italia 67/masculino VIH
al 5%, completa
emolientes,
antiqueratolíticos

Loció n tó pica de
permetrina al
1%, antibió tico
Brasil 0.3/masculino Ninguna intravenoso Murió
(infecció n
cutánea
concomitante)

Crema de
Trastorno bipolar,
ivermectina oral
trastorno
y permetrina
esquizoafectivo,
tó pica, Bactrim
hipertensió n,
oral, además de regresió n
EE.UU 60/hombre hepatitis C y
cefazolina IV completa
neuropatía
(infecció n
periférica

Un estudio prospectivo de serie de casos [ 12 ] encontró que la mediana de


edad en riesgo era de 47 añ os, las mujeres eran má s frecuentes que los hom‐
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bres (59 % frente a 41 %) y la mayoría de los pacientes (82 %) tenían condicio‐

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nes comó rbidas. Todos los casos fueron tratados con ivermectina oral y escabi‐
cida tó pico. En general, la mayoría de los pacientes lograron una regresió n
completa, aunque algunos casos resultaron en muerte.

4. Discusió n

En el presente estudio, los tres casos notificados de sarna con costra en el


norte de Sulawesi se dieron en pacientes de edad avanzada, y todos los pacien‐
tes tenían condiciones mé dicas concurrentes. Experimentaron una regresió n
completa despué s del tratamiento con permetrina tó pica al 5% combinada con
agentes queratolíticos. Las manifestaciones clínicas y los resultados del trata‐
miento no fueron significativamente diferentes de casos similares en la litera‐
tura. Sin embargo, los tipos de tratamientos administrados a los pacientes va‐
rían considerablemente. Si bien los casos de nuestro estudio fueron tratados
con terapia tó pica (permetrina al 5% y agentes queratolíticos), la mayor parte
de la literatura indica que la enfermedad se trata mejor con una combinació n
de ivermectina oral y terapia tó pica.

El informe má s antiguo sobre sarna con costra fue publicado en 1848 por Da‐
nielsen y Boeck. Debido a que la enfermedad se descubrió en un paciente con
lepra en Noruega, anteriormente se la conocía como "sarna noruega" [ 14 ]. La
sarna costrosa es una forma grave de sarna comú n que es particularmente sus‐
ceptible a la hiperinfecció n por parte de personas que no tienen la capacidad
de controlar la proliferació n de á caros de la sarna. El nú mero de á caros es
abundante, millones o má s, que causan hiperqueratosis cutá nea extensa y for‐
mació n de costras [ 7 ].

En cuanto a la etiología, el agente causal de la sarna costrosa y la sarna clá sica


es el mismo, S. scabiei var. hominis , perteneciente al filo Arthropoda , clase
Arachnida , orden Ackarina y superfamilia Sarcoptes [ 36 ]. Esta especie es un
pará sito obligado que excava en el estrato có rneo inferior de la piel [ 37 ]. El
ciclo de vida de S. scabiei se completa en cuatro etapas: huevo, larva, ninfa (pro‐
toninfa y tritoninfa) y adulto [ 38]. La duració n de un ciclo de vida de los á caros
del picor humano varía, aproximadamente de 9 a 15 días, lo que puede estar
relacionado con la dificultad para observar los á caros en la piel in vivo [ 39 ].

Los á caros de la sarna adultos femeninos contribuyen significativamente a la


patogenia de la enfermedad. El apareamiento ocurre solo una vez en la vida, y
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los machos generalmente mueren poco despué s del apareamiento, mientras
que las hembras viven mucho má s tiempo. El á caro hembra excava debajo de la
piel y pasa de 1 a 2 meses poniendo los huevos [ 40 ]. Aproximadamente 2 o 3
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días despué s de la puesta de los huevos, las larvas emergen y atraviesan las
madrigueras para alcanzar la superficie de la piel para aparearse y reprodu‐
cirse [ 41]. Los á caros hembra construyen sus madrigueras serpenteantes ca‐
racterísticas utilizando enzimas proteolíticas para ablandarlas y permitirles ex‐
cavar má s profundamente en el estrato có rneo de la epidermis de la piel. Los
á caros de la sarna pueden sobrevivir en la naturaleza durante aproximada‐
mente 24 a 36 horas a temperatura normal (21 °C y humedad relativa de 40 a
80 %), tiempo durante el cual siguen siendo capaces de infestarse [ 4 ].

La supresió n del sistema inmunitario permite que los á caros Sarcoptes se pro‐
paguen rá pidamente por todo el cuerpo, lo que provoca una infestació n gene‐
ralizada [ 42 ]. No obstante, los mecanismos inmunoló gicos que subyacen a la
aparició n de la enfermedad no se conocen por completo [ 43 ]. La sarna con
costra es má s frecuente en personas con una respuesta inmunitaria de cé lulas
T deficiente, disminució n de la sensibilidad cutá nea debido a trastornos neuro‐
ló gicos y disminució n de la capacidad para eliminar los á caros mecá nicamente [
34 , 44]. Las mismas condiciones se observaron en los tres pacientes de nues‐
tro estudio. Ademá s, tenían condiciones comó rbidas asociadas con trastornos
neuroló gicos y cardiovasculares, lo que implica que tenían limitaciones físicas o
una capacidad disminuida para rascarse o desbridarse los á caros directamente.

Los linfocitos T CD8 + son linfocitos T cruciales que se infiltran en la piel, y los
linfocitos mononucleares de sangre perifé rica obtenidos de pacientes con sarna
con costra muestran una respuesta T auxiliar 2 (TH2) no protectora caracteri‐
zada por una mayor producció n de interleucina (IL)-4, IL-5, e IL-13, así como
niveles má s bajos de interferó n-c (IFNc) [ 7 , 43 ], y una disminució n de la cito‐
cina-interferó n auxiliar T 1 (TH1) en respuesta a la cisteína proteasa activa [ 45
]. Los niveles de IgA total, IgG4, IgE específica de antígeno y eosinó filos tambié n
son má s altos en pacientes con sarna con costra [ 43 , 45 ].

Se cree que las lesiones cutá neas hiperquerató sicas está n asociadas con niveles
elevados de IL-4 en pacientes con sarna costrosa [ 14 ]. Un desequilibrio en las
cé lulas T citotó xicas que se alojan en la piel puede intensificar la dermis de la
piel lesionada con costra de sarna al afectar la respuesta inflamatoria [ 7 ].
Cuando se combina con un recuento bajo de cé lulas B, esta condició n puede re‐
sultar en un sistema inmunoló gico debilitado incapaz de proporcionar respues‐
tas efectivas al desarrollo de pará sitos [ 6 , 34 ]. Ademá s, se cree que existen
predisposiciones gené ticas asociadas con la susceptibilidad a la sarna costrosa
que contribuyen indirectamente a su desarrollo [ 44 ]. Volver arriba

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Las grandes lesiones costrosas y las escamas cutá neas gruesas de color amari‐
llo a marró n, de color gris crema, son manifestaciones clínicas típicas de la
sarna costrosa [ 46 ]. Esta lesió n hiperquerató sica es causada por una alta con‐
centració n de á caros, que estimula la producció n excesiva de queratina en el
estrato có rneo [ 47 ]. La lesió n se forma comú nmente en las manos, los pies, el
cuello, el cuero cabelludo, la cara, el tronco y las extremidades [ 48]. Nuestros
pacientes exhibieron placas eritematosas que se convirtieron en costras grue‐
sas de color marró n, amarillo y gris, especialmente en las palmas, las plantas y
las superficies extensoras. En manifestaciones comunes y desatendidas, como
las observadas en nuestros pacientes, el diagnó stico se puede realizar a travé s
del síntoma de costras de color marró n amarillento con apariencia de “arena
acumulada” que afectan los dedos y las manos. Estas gruesas costras tienen la
apariencia de una "superficie rocosa", con fisuras profundas que las dividen en
segmentos sobre un fondo eritematoso [ 18 ].

En té rminos de diagnó stico, la sarna costrosa debe diferenciarse de la psoria‐


sis, la dermatitis seborreica, la dermatitis ató pica, el eccema hiperquerató sico, el
eccema dishidró tico, la psoriasis, la queratodermia palmoplantar, la micosis fun‐
goide eritrodé rmica y el síndrome de Sé zary [ 44 ]. La integració n de un diag‐
nó stico de sarna con costra puede respaldarse con una prueba rá pida al lado
de la cama que implica la visualizació n microscó pica de á caros, huevos o heces
de los raspados de piel de las personas afectadas [ 18 ]. La dermatoscopia y la
microscopía confocal de reflectancia se pueden usar para visualizar los á caros
de la sarna, que tienen la apariencia de un "chorro de ala delta" [ 15 , 49]. Un
estudio comparó videomicroscopios (VM) de bajo costo y videodermatoscopios
(VD) de alta resolució n para diagnosticar sarna y descubrió que los VM po‐
drían usarse para un diagnó stico definitivo de sarna [ 50 ]. Ademá s, los VM po‐
drían usarse durante la detecció n masiva, el seguimiento posterapé utico y, por
lo tanto, podrían reducir la carga de costos, en particular en entornos socioeco‐
nó micos bajos [ 50 ]. Ademá s, la visualizació n típica de los á caros de la sarna a
travé s del examen histopatoló gico consiste en madrigueras serpenteantes que
contienen á caros hembra en la capa subcó rnea de la epidermis. La madriguera
contiene todas las etapas de desarrollo del á caro, incluidos huevos, larvas, nin‐
fas y adultos [ 14 ].

La sarna costrosa puede provocar complicaciones debido a infecciones bacte‐


rianas secundarias. Staphylococcus aureus podría colonizar la madriguera y des‐
encadenar eritrodermia y septicemia, y sobreinfecció n con Streptococcus pyoge‐
nes , que causa glomerulonefritis y fiebre reumá tica [ 51 , 52 , 53 ]. La sarna
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con costra tiene una alta tasa de mortalidad del 50% en los ú ltimos cinco añ os
debido a sepsis o infecciones secundarias [ 54 ].

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El manejo mé dico de la sarna con costra es desafiante por una variedad de ra‐
zones, incluido el estado inmunocomprometido [ 20 ], lesiones cutá neas poli‐
morfas [ 55 ], abundancia de á caros [ 4 ], lesiones hiperquerató sicas [ 24 ] y
penetració n ineficaz de agentes tó picos debido a la espesa costras [ 56 ]. El fra‐
caso de la terapia es comú n [ 57 ]. Los fundamentos del tratamiento de la sarna
costrosa incluyen el aislamiento de los pacientes hasta su regresió n completa [
58 ]; determinar una terapia precisa y adecuada que incluya agentes tó picos es‐
cabicida, antiectopará sitos y queratolíticos [ 14 , 59]; terapia sintomá tica como
antihistamínicos y antibió ticos para infecciones secundarias [ 14 , 60 ]; educa‐
ció n integral e informació n precisa para el paciente y sus familiares [ 14 , 60 ]; y
raspado de piel apropiado en la primera y cuarta semana despué s del trata‐
miento [ 14 ].

Aú n no se dispone de informació n sobre estudios terapé uticos controlados


para la sarna con costra, y el mejor tratamiento para esta enfermedad sigue sin
estar claro [ 61 ]. No obstante, se pueden integrar varios regímenes terapé uti‐
cos en un programa de tratamiento, como el tratamiento combinado con esca‐
bicida tó pico e ivermectina oral [ 4 , 62 ]. El tratamiento consistió en crema de
permetrina tó pica al 5% (aplicació n generalizada recurrente durante siete días,
luego dos veces por semana hasta que se adquiera la regresió n completa) [ 63
] o benzoato de bencilo tó pico al 25% combinado con ivermectina oral 200 µg
por peso corporal (kg) tomado los días 1, 2, 8, 9 y 15 [ 62 ].

La permetrina tó pica es un escabicida que es una formulació n de piretrina sin‐


té tica en una crema al 5%, y actú a interrumpiendo la repolarizació n de los ca‐
nales de sodio neuronales, causando pará lisis y muerte de los á caros [ 14 ]. La
permetrina es segura para mujeres embarazadas y lactantes, y se puede usar
en bebé s de dos meses de edad o má s [ 58 ]. No hay datos sobre la resistencia
a la permetrina en humanos. Sin embargo, se ha informado sobre la resistencia
en animales [ 64 ]. La ivermectina, un agente antihelmíntico semisinté tico deri‐
vado de Streptomyces avirmitilis , es un escabicida oral eficaz que inhibe el á cido
gamma amino benzoico (GABA) [ 14 ]. Este medicamento no debe usarse en
mujeres embarazadas y en niñ os que pesen menos de 15 kg [ 58]. La resisten‐
cia a la ivermectina se ha informado en la sarna humana debido a algunos me‐
canismos potenciales, incluida la presencia de canales de cloruro activados por
ligandos o de sodio activados por voltaje, glutatió n S-transferasa y transporta‐
dores de cassettes de unió n a ATP [ 64 ]. Los agentes queratolíticos, como el
á cido salicílico al 5-10 % y la urea al 40 %, son necesarios para eliminar las cos‐
tras y, por lo tanto, son importantes para reducir el nú mero de á caros y tam‐
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bié n para aumentar la eficacia de un escabicida tó pico [ 14 ].

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En casos severos, se puede agregar un tratamiento adicional con ivermectina a


la rutina 22 y 29 días despué s de que comenzó el tratamiento [ 58 , 65 ]. En el
Territorio del Norte tropical de Australia, la gravedad de la sarna costrosa se
clasifica en escalas basadas en la evaluació n clínica de cuatro dominios: la dis‐
tribució n y extensió n de la costra; la intensidad de la formació n de costras o el
desprendimiento de la piel; el estado de la piel, incluido el grado de agrieta‐
miento y pioderma; y la frecuencia de episodios pasados. La bá scula sirve para
una variedad de propó sitos. Inicialmente, fue desarrollado para pacientes hos‐
pitalizados. Ahora se usa para evaluar y controlar la enfermedad de la sarna
con costra en una duració n má s corta que el tratamiento sin la escala de clasifi‐
cació n, manteniendo resultados equivalentes [ 66]. Ademá s de la terapia combi‐
nada de un escabicida tó pico e ivermectina oral, otro tratamiento alternativo
que promete resultados deseables es el uso de dos o má s agentes tó picos de
forma cíclica o recurrente durante tres o cuatro ciclos [ 14]. Sin embargo, toda‐
vía hay muchos países que carecen de ivermectina. Por lo tanto, en nuestros ca‐
sos, la ivermectina oral se sustituyó por terapia escabicida tó pica (permetrina al
5% y agentes queratolíticos) durante una semana continua y luego se procedió
con dos veces por semana durante tres semanas. Los resultados indicaron una
regresió n completa en los tres pacientes. Ademá s de los pacientes, los miem‐
bros de la familia y una persona con una interacció n cercana con el paciente,
sintomá tica o asintomá tica, tambié n deben ser tratados simultá neamente por‐
que mú ltiples casos indican portadores asintomá ticos entre personas que viven
bajo el mismo techo que el paciente en cuestió n [ 4 ]. La descontaminació n am‐
biental tambié n juega un papel vital en el tratamiento de la sarna costrosa [ 14].
La ropa, las toallas, las camas, las sá banas y los sofá s se lavaron con agua a
>500 °C o se calentaron en seco a 600 °C durante 10 min. Otra alternativa es
almacenar los fó mites contaminados dentro de bolsas de plá stico durante 72 h.
Los pisos y los muebles se pueden limpiar con una aspiradora y los fó mites no
lavables se pueden limpiar con insecticidas [ 14 , 67 ].

Existe una nueva opció n de manejo potencial para prevenir el desarrollo de


sarna, especialmente en á reas endé micas y con sarna costrosa, y se ha probado
una vacuna antiá caros en un modelo animal (conejos y á caros) [ 68 ]. Sin em‐
bargo, se justifican má s estudios antes de que estos puedan implementarse en
las prá cticas clínicas.

5. Conclusiones

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La sarna costrosa es una variante rara de la sarna clá sica, caracterizada por
una infestació n masiva de á caros. Las principales complicaciones de la sarna
costrosa son el diagnó stico tardío, el tratamiento ineficaz, las infecciones secun‐
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darias asociadas a mortalidad, la infecció n recurrente y el origen de un brote


por su hiperinfestació n, que la hace altamente infecciosa. Por lo tanto, se re‐
quiere un diagnó stico y un manejo mé dico efectivos y precisos, que abarquen
tanto a los pacientes como a los entornos de atenció n mé dica. Ademá s, existe la
necesidad de prevenció n antes de desarrollar sarna o sarna costrosa, como
una vacuna contra los á caros, aunque aú n se requiere investigació n adicional
para desarrollar una vacuna efectiva.

Declaració n de financiació n

Esta investigació n no recibió financiació n externa.

Contribuciones de autor

Conceptualizació n, NJN, AA, SG, RTK, HP, DMT, CT, ED y FND; metodología, NJN y
FND; software, AAR y MG; validació n, SAA, HMA, MA (Mohammed Aljeldah), HA,
MA (Mohammed Alsaeed), WAA, FN, KD, HH y TET; aná lisis formal, MA
(Mohammed Aljeldah), HA y MA (Mohammed Alsaeed); investigació n, NJN, AA,
SG, RTK, HP, DMT, CT, ED y FND; recursos, NJN, AA, SG, RTK, HP, DMT, CT, ED y
FND; redacció n—preparació n del borrador original, NJN y HH; redacció n: revi‐
sió n y edició n NJN, AA, SG, RTK, HP, DMT, CT, ED, FND, HIK, AAR, MG, SAA, HMA,
MA (Mohammed Aljeldah), HA, MA (Mohammed Alsaeed), WAA, FN , KD, HH y
TET; visualizació n, NJN, HH y FND; supervisió n, NJN, HH, KD y FND;

Declaració n de la Junta de Revisió n Institucional

El Comité de É tica en Investigació n en Salud del Hospital Prof. Dr. D. Kandou


Manado aprobó esta serie de casos (n.º 050/EC/KEPK-KANDOU/IV/2022).

Declaració n de consentimiento informado

Todos los pacientes firmaron el consentimiento informado por escrito.

Declaració n de disponibilidad de datos

No hay datos asociados a este artículo.


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Conflictos de interés

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Los autores declaran no tener conflicto de intereses.

notas al pie

Nota del editor: MDPI se mantiene neutral con respecto a reclamos jurisdiccionales en mapas
publicados y afiliaciones institucionales.

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