Los misterios de granados

En una calle transitada de la ciudad de Zapopan, se encuentra una casa con las
mismas características que cualquier otra, sin embargo, lo que oculta esa casa
es algo inquietante.
Todo comienza cuando una pequeña familia decide mudarse ahí, los padres
encantados de poder convivir con sus hijos decoran la casa y la preparan para
que sea el lugar más cómodo, pero no se imaginan las cosas que estarán por
suceder.
Teniendo seis meses viviendo en ese hogar, los niños empiezan a decir que sus
objetos personales se pierden y los padres pensando que son travesuras de
hermanos no le dan importancia.
Cierto día la hermana mayor llamada Verónica, baja a tomar agua y ve pasar
una sombra, pero cuando voltea no hay nadie. Al día siguiente hablando con
su hermana:
- Verónica:
Olivia el día de ayer ¿Bajaste por tus cuadernos al estudio?
- Olivia:
No, ¿A qué se debe la pregunta?
- Verónica:
Es solo que vi pasar a alguien, pero seguramente fue Ramón que
solamente quería asustarme.
El tiempo siguió transcurriendo y los habitantes de aquella casa se
acostumbraron a la desaparición de sus objetos personales y de vez en cuando
a sentir que alguien quería asustarlos.
Recién cumplido el año y medio viviendo en ese lugar, decidieron remodelar
la casa, separando los cuartos para las 2 hijas y el hijo menor, al cual
decidieron dejarle el cuarto del fondo, no estando muy convencido se fue a
dormir, pero tenía un extraño presentimiento ya que la habitación era muy fría,
con poca luz, se dispuso a dormir pero esa noche escucho que alguien llamaba
a su puerta y al levantarse para ver quien era, se dio cuenta que no había nadie
del otro lado, pensando que era una broma de sus hermanas decidido dormir
de nueva cuenta.
A la mañana siguiente:
-Ramón:
Verónica y Olivia no fue divertido la broma de ayer en la noche.
- Olivia:
¿De qué estás hablando? No te hicimos ninguna broma.
- Ramón:
No mientan, tocaron mi puerta y después se escondieron.
-Verónica:
Nosotras nos dormimos a las 10:00 pm no hay manera que nosotras
hiciéramos esa broma.
Algunos días después esto siguió ocurriendo y cada vez se asustaba más,
pensando que no solo era una broma de sus hermanas.
Dos semanas después mientras realizaba su tarea de matemáticas se estaba
quedando dormido, pero al despertar repentinamente se dio cuenta que tenía
algo escrito cuaderno “te estoy observando”, sin entender que sucedía levanto
su cabeza y girando a todas partes se percato de una sombra que se desvanecía
entre los sillones, asustado y sin entender la situación decidió salir de casa y
esperar a sus padres.
Esa noche durmió con la puerta asegurada, ayudando a tranquilizarlo un
momento hasta que……….
Escucho que la manija de la puerta estaba moviéndose ¡alguien quería entrar!,
como no abrió la puerta, comenzaron a tocar más y más fuerte, pero al no
poder salir por miedo a que alguna criatura estuviera esperándolo,
simplemente tomo su cobija y se cubrió la cabeza hasta que aquel momento
tan espantoso se detuviera.
A la mañana siguiente Ramón contó lo sucedido a su familia y pensando que
simplemente fue un sueño decidieron ignorarlo.
Los sucesos escalofriantes se detuvieron un par de meses, hasta que al resto de
la familia le sucedieron cosas extrañas.
Cada noche, exactamente a las 3 am se escuchaban pasos por las escaleras,
incluso que corrían por ellas, las cosas comenzaban a caerse y desaparecer,
amanecían con rasguños y moretes.
Acto siguiente optaron por llevar a un sacerdote a la casa para que así las
cosas extrañas y posibles fantasmas pudieran desaparecer, pero su sorpresa fue
que, al entrar a aquel lugar, el sacerdote solamente observó fijamente las
escaleras y bendiciendo la casa comentó a los padres:
- Sacerdote: Creo que es mejor el que se cambien de casa, si necesitan
algo más, llamen a la iglesia y les ayudare.
Todos en aquella casa temían que la situación empeorara, motivo por el cual
decidieron cambiar de residencia y dejar aquellos malos momentos en el
pasado.
Ahora viven en otro hogar donde no suceden cosas paranormales y duermen
tranquilamente.