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El problema del espacio-tiempo en ‘La teoría de ciudad’.

The time-space problem in ‘The theory of the city’.

Recibido: abril/2018 Dr. Jorge Gasca Salas1


Aceptado: agosto/2018

Resumen Abstract

En este artículo se indaga teóricamente, a modo de In this article thinks theoretically over, like syn-
síntesis, acerca del problema complejo de la rela- thesis, brings indispensable space-time over of the
ción espacio-tiempo indispensable en la construc- complex problem of the relation in the construction
ción de los puntos de partida fundamentales para of the fundamental satarting points for the study
el estudio y la elaboración de la teoría social en and the elaboration of the social theory around the
torno a la ciudad, la teoría urbana y del espacio hu- city, the urban theory and the human space in ge-
mano en general, producido o edificado histórica, neral, produced or built historically, socially and
social y culturalmente. Se establecen con claridad culturally. Are established by clarity the implica-
las implicaciones derivadas de la discusión filosó- tions derived from the philosophical discussion of
fica de la que forman parte y se establece el nudo which they form a part and there is established the
problemático que se perfila en la teoría sobre su problematic knot that is outlined in the theory on
problematización así como el esclarecimiento de his problematization as well as the clarification of
la salida fáctica a tal problemática. the factualexit to this troublesome.
Del problema filosófico (ontológico) se esta- Of the philosophical (ontological) problem are
blecen los canales histórico-antropológicos que established the historical-anthropologic channels
permiten la resolución humanista y concreta que that allow the humanist and concrete resolution
dirigen la facticidad de la vida material y espiritual that they direct the facticity of the material and
(objetiva y subjetiva) de los seres humanos que ha- spiritual life (objective and subjective) of the hu-
bitan y edifican el espacio social. Destacamos la man beings who inhabit and build the social space.
dimensión histórica como elemento relevante de We emphasize the historical dimension as relevant
la construcción del mundo material y del sentido element of the construction of the material world
(significatividad), sin lo cual la construcción de and of the sense (significance), without which the
mundo sería un entorno carente de humanismo y world construction would be an environment lac-
de todo fundamento. king in humanism and in any foundation.

Palabras Clave: Keywords:


Espacio; Tiempo; Significatividad. Space; Time; Significance.

1
Profesor-Investigador de la Sección de Estudios de Posgrado e Investigación (SEPI), Escuela Superior de Ingeniería y Arqui-
tectura, Unidad Zacatenco (ESIA-UZ-), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Ciudad de México, MÉXICO. Mail: jogasca@
ipn.mx y jgs.umbral@gmail.com

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cionalización del espacio y, por tanto, la edifica-


1. Introducción. ción humana del mundo sería infinitamente más
pobre sin el auxilio de la geometría y la matemá-
El modo como se encuentra el hombre en el tica. El hombre no se reduce a ellas pero tampoco
espacio no está definido por el espacio cósmico
puede prescindir de su utilidad, la Arquitectura y
que lo cerca, sino por un espacio intencional
referido a él como sujeto. el Urbanismo nos recuerdan muy frecuentemente
Otto Friedrich Bollnow, Hombre y espacio esta importancia.
(1969, 241) La imposibilidad de una definición definitiva
y única del espacio y del tiempo ha generado una
Los puntos de partida acerca del espacio toman en serie de discusiones que invitan a establecer sen-
consideración los diferentes sentidos empleados tidos desde los cuales sería posible colocar teóri-
conciente o inconcientemente, ya sea en su uso ca y ontológicamente las definiciones de las que
científico (matemático), técnico (físico-geomé- sería posible construir las concepciones básicas
trico), artístico (danza, música y poesía), político de la teoría social y concretamente la teoría del
(económico) o antropológico (histórico-cultural / espacio-tiempo para el estudio de la ciudad y sus
geográfico-etnológico). Sin embargo, una y otra fenómenos sociales concomitantes.
vez brota la dimensión filosófico-ontológica que En lo que sigue puntualizamos las líneas sobre
obliga al investigador a reflexionar acerca de sus las que se establecen las discusiones sobre el es-
fundamentos. Del mismo modo sucede con el con- pacio-tiempo y su salida fáctica.
cepto de tiempo. Ambos constituyen categorías
fundamentales sine qua non, cuya carencia impo-
sibilita la construcción de los puntos de partida de 2. La querella del espacio.
teoría geográfica, histórica o antropológica alguna.
En relación con el espacio, desde la antigüe-
Partimos del supuesto de que la ciudad, tomada
dad se han empleado sentidos sobre los cuales se
en su conjunto, puede ser concebida como pro-
marcha o se dirige de manera empírica en una
ducto social, esto es, como resultado (material)
o en otra dirección el sentido de su uso. De este
de la acción colectiva (social: la sociedad o vida
modo: el espacio no puede ser imaginado y, por
social) de sus habitantes.
tanto no existe (Parménides); el espacio es una
Desde ese supuesto, el producto-ciudad como
realidad aunque no tiene una existencia corpórea
cualquier otro producto (“natural” o social) per-
(Leucipo); la geometría es la “ciencia del espa-
tenece a la querella del espacio, (cambio de for-
cio” (Platón / “Timeo”); el espacio es la suma
ma de la discusión entre realidad e idealidad, o
de todos los lugares (Aristóteles); la naturaleza
bien, como “objeto” y “modo de ver”), (Boll-
se basa en dos cosas: cuerpos y vacío, en el que
now, 1969: 243). La querella como tal presenta-
los cuerpos tienen un lugar y en el que se mue-
da por Victor d’Ors, (Bollnow, 1969: 18), es la
ven (Lucrecio); el espacio es una categoría a
expresión más abstracta y general según la cual
priori de la razón pura, diferente de la materia e
el producto es él mismo espacio, o es de una na-
independiente de ella (Kant); o bien, espacio es
turaleza distinta y, más bien, está en el espacio.
el conjunto de coordenadas en el que puede ser
Se trata de un problema ontológico que, de for-
representado cualquier punto o lugar geométrico
ma análoga al problema del tiempo, ha desatado
(Descartes), (Schulz, 1975: 10).
los más arduos e irresolubles debates, a los que
La teoría de la relatividad echó por tierra la
nosotros aquí no pretenderemos dar “solución”
idea de un espacio euclidiano-cartesiano tradi-
pero del que sí deseamos hacer notar su entra-
cional e introdujo la consideración de espacios
mado problemático básico y la inserción de la
no-euclidianos, no homogéneos y discontinuos,
ciudad en él. De esta forma, decimos, el nudo
tetradimensionales, en los que el tiempo constitu-
problemático es triple:
ye la cuarta dimensión. Para Einstein la virtuali-
1. El espacio es aquello en lo que yace la ma-
dad de la matemática y la geometría es perceptible
teria: la materia ocupa un lugar en el espacio.
como en la afirmación: “cuando las proporciones
2. El producto (objeto), la materia (sustancia)
matemáticas se refieren a la realidad, no son cier-
que lo constituye es ella misma, espacio, esto es,
tas; cuando son ciertas, no hacen referencia a la
toda la materialidad existente es espacio físico,
realidad” (Schulz, 1975: 10). Sin embargo, la ra-

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esto significa que todo es espacio. El producto (la La existencia es, pues, para Heidegger, espa-
materia) es también espacio. cial. Para él, el espacio en general (el Espacio)
Las dos afirmaciones anteriores conceden la no existe, sino sólo en su forma particular, que
idea de objetividad y materialidad (interioridad-ex- recibe su “ser” de los lugares y estos, a su vez,
terioridad) del espacio como una entidad física, a son “puestos en un sitio”, edificados por el “cons-
diferencia del punto de vista de un espacio subjeti- truir” (Bauen) que, por tanto, “funda” (Stiften) y
vo que favorece una tercera idea, a saber: ensambla o reune (Fügen) espacios:
3. El espacio es siempre una forma o modo de El construir, porque instala (errichtet) lugares,
espacialidad que depende del existir humano. La hu- es un fundar (Stiften) y reunir (Fügen) de espa-
manización espacio-temporal del mundo de la vida. cios. Como el construir pro-duce lugares, con la
inserción de espacios, el espacio como spatium
3. Referentes conceptuales de la teo- y como extensio llega necesariamente también
al ensamblaje cósico de las construcciones.
ría del espacio. (Heidegger, 1954:159)
Para Heidegger el espacio (“Der” Raum), es
a) Martin Heidegger un espacio abstracto, irreal, matemático, incapaz
De los tres puntos anteriores el primero conver- de albergar lugares y, por ello, inexistente:
ge con las concepciones cercanas a la geometría, Lo que se ha introducido, bajo la forma matemá-
mientras que el segundo y tercer puntos, rigen de tica, puede ser llamado ‹el› espacio. Pero ‘el’ es-
una u otra manera la concepción de Martin Hei- pacio (‘der’ Raum), en este sentido, no contiene
degger sobre el espacio que pone énfasis en que la ni espacios ni lugares; jamás encontraremos en
“existencia del hombre es espacial” (1999: 126- él lugares, es decir, cosas del género del [de un]
129), como bien lo destaca C.Norberg-Schulz puente. (Heidegger, 1954:156)
(Schulz, 1975:18), y que influye ampliamente en Lo que en Heidegger pareciera una “búsqueda
las concepciones de Merleau-Ponty, Bachelard, ontológica” (abstracta) del problema del espacio,
Bollnow –nosotros agregaríamos, con mucha choca con el espacio matemático concebido como
cautela– y Lefebvre: ente y se refugia en el nivel óntico de lo existente,
Es imposible que yo solamente exista aquí, en lo “entitativo” que se vuelve “cosa” y se resguar-
tanto que cuerpo encerrado en sí mismo (abge- da en algo como del género “puente”, con una
kapselte Leib) por el contrario: soy, existo, man- construcción. El lenguaje de la metafísica se refu-
teniéndome dentro de todo el espacio, y sólo así gia en la “objetividad de las cosas” pero enrique-
es que lo puede recorrer. cida bajo la forma de lo que Heidegger denomina
[...] solamente porque los mortales, conforme a “cura”, esto es, el sentido humano de lo que son
su ser, se mantienen dentro de los extremos de las cosas del mundo. Le otorga una “salida” que
los espacios (gemäß Räume durchstehen) es que es perfectamente comprensible:
pueden recorrerlos. La esencia del construir, es dejar habitar [Das
[...] si yo me dirijo a la salida de esta sala es Wesen des Bauens ist das Wohnenlassen]. (Hei-
porque ya, de alguna forma, soy en ella; pues yo degger, 1954: 160)
no podría ni siquiera dirigirme hacia ella si estu- El Espacio no es una nada sino el ser del
viese hecho de otra forma que siendo en ella, que “ente”, es decir, todo aquello en lo que el enti-
existiendo en ella2. (Heidegger, 1954: 145-162) tativo se manifiesta. Heidegger parte de la pre-
La posición de Heidegger claramente deja la sencia de “lo que es” (su onticidad) o, dicho
problemática abierta: de mejor manera, al ser de los entes que exis-
…el espacio no se encuentra frente al hombre. ten como parte del mundo (intramundanos) y
No es ni un objeto exterior ni una experiencia que fundan espacios dejando la respuesta en lo
interior. No se dan los hombres y, además ‘el’ Es- abierto de su interrogante:
pacio. (Heidegger, 1954: 157) El construir jamás da forma al Espacio, ni me-

2
M. Heidegger “Construir, habitar, pensar”, varias ediciones cotejadas con la versión alemana de Vorträge und Aufsätze, Tübingen, Gün-
ther Neske Pfullingen, 1954, (pp. 145-162), p.158.

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diata ni inmediatamente. Sin embargo, el cons- degger– que para la comprensión de la relación del
truir dado que produce cosas como lugares, está hombre con el espacio, es necesario partir de la con-
más próximo al ser de los espacios y al origen de sideración fundamental de un espacio “vivenciado”,
‹el› Espacio que toda la geometría y las matemá- concreto, cotidiano, indiscutiblemente existente.
ticas3. (Heidegger, 1954: 159) Para Bollnow (1969: 23-31) existe una distin-
El construir que pro-duce (hervorbringt) lu- ción básica entre espacio abstracto (matemático)
gares es un producir técnico, en el sentido grie- y espacio concreto (vivencial) cuya diferencia es
go, es decir, en el sentido de la tejne y, por ello, fundamental en su concepción del espacio:
es un “hacer aparecer alguna cosa, de una o de • El espacio matemático, no está estructurado
otra manera, en medio de las cosas presentes” en sí, sino es completamente uniforme y de este
(Heidegger, 1954: 160), es un des-velar, un ha- modo se extiende hacia el infinito. Se trata de un
cer aparecer la “verdad” como aletheia4. (Hei- espacio tridimensional, euclidiano. Basado en un
degger, 1954: 160). Heidegger lleva el problema sistema de ejes ortogonal, geométrico y homogé-
del espacio hacia donde toda existencia es do- neo que, por ello, determina dos aspectos clave:
tada de sentido: hacia el habitar: “Sólo cuando En primer término, ningún punto se distingue de
somos capaces de habitar, es que podemos cons- los demás; no existiendo ningún punto natural de
truir” (Heidegger, 1954: 161). intersección de coordenadas. Por desplazamien-
Desde la complejidad del pensamiento de to de ejes cualquier punto puede ser “centro de
Heidegger pero en aras de su esclarecimiento, coordenadas”. En segundo término, no hay una
se establecen las siguientes líneas: El Espacio, dirección que se distinga de otra; por rotación se
es el espacio matemático, geométrico, abstracto, puede convertir cualquier dirección del espacio
inexistente. No existe el espacio en general sino en eje de coordenadas.
espacios particulares. Los espacios (particulares) • El espacio vivencial, es un espacio en el que
reciben sus seres de los lugares y no de “el” Es- las reglas del espacio matemático no son válidas,
pacio. Construir es edificar lugares y, por tanto, pues: 1) En él existe un punto central determina-
fundar y ensamblar espacios. El construir jamás do que de algún modo, viene dado por el lugar
da forma al Espacio. Construir es producir luga- del hombre que está «vivenciado» en el espacio.
res. La esencia del construir es dejar habitar. El 2) Hay en él un sistema de ejes determinado, re-
construir tiene la habitación como finalidad. En- lacionado con el cuerpo humano y su postura
tre habitar y construir se da la relación de fin a erguida, opuesta a la gravedad terrestre. 3) En
medio. Y, por último, la existencia es, por ser en él las regiones y los lugares son cualitativamente
el espacio, espacial. distintos. Sobre sus relaciones se basa una es-
tructura multifacética del espacio “vivencial”. 4)
b) Otto Friedrich Bollnow El espacio “vivencial” muestra verdaderas dis-
Partiendo de Heidegger, Bollnow y Schulz conci- continuidades. 5) Nos es dado como un espacio
ben el espacio como un “espacio vivencial” (Bo- cerrado y finito y sólo por experiencias posterio-
llnow) y como un “espacio existencial” (existen- res se ensancha hasta una extensión infinita. 6)
cielle Raume. Schulz). En su totalidad, no es una zona de valor neutral.
Para Bollnow, la relación con el tiempo, ha Fomenta y frena según el campo de la actitud
distinguido entre el tiempo matemático, abstracto, vital humana. 7) En él, cada lugar tiene su sig-
“medible” con un reloj, y el tiempo “vivenciado” nificación para el hombre. Por ello, en su des-
concretamente por un hombre vivo. Así también, cripción son empleadas categorías usuales de las
en relación con el espacio, se puede distinguir del ciencias del espíritu. 8) Se trata del espacio tal y
“espacio abstracto” de los matemáticos y de los como existe para el hombre. No es una realidad
físicos y el “espacio vivenciado” concretamente. desligada de la relación concreta con el hombre,
Por lo que, la propuesta fundamental de Bollnow imposible de separar. (Bollnow, 1969: 24-25)
es la de considerar –siguiendo básicamente a Hei- Para Bollnow “el hombre siempre se encuen-

3
Idem, p.159.
4
Véase esta idea en M. Heidegger “La pregunta por la técnica”. El vínculo de la aletheia al habitar está dado por un pro-ducir que constru-
ye, pero aquí el eslabonamiento desaparece, se interrumpe vertiginosamente. La esencia del habitar tiene que buscarse en el habitar mismo,
en su “posibilidad”.

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tra simultáneamente ‘de algún’ modo en el espa- cundante. En la primera dirección, recupera a
cio”, pero en ese ‘de algún modo’, el espacio apa- Piaget, resaltando la permanencia de objetos que
rece como un “medio en que me encuentro” y, así, constituyen el universo conectados por relaciones
como medio, reaparece la querella del espacio, a causales independientes del sujeto y situadas en
la que enfrenta de la siguiente manera: el espacio y en el tiempo. Tal universo, en lugar
En cuanto medio de tal índole el espacio se trans- de depender de la actividad personal, se halla
forma en algo casi material, en cuanto que aho- impuesto sobre ella formando parte de un todo.
ra nos podemos relacionar verdaderamente y de La segunda dirección (convergente con la de Ba-
manera determinada con él y no sólo con los ob- chelard, Bollnow y Lynch) se refiere, más bien, a
jetos que lo pueblan, sin objetivarlo además (y sin la captación de “elementos circundantes”: paisa-
subjetivarlo). Como medio es algo intermedio a je rural, ambiente urbano, edificios y elementos
“objeto” y “modo de ver”, no es ni un “conti- físicos. A la primera caracteriza como de índo-
nente” independiente del sujeto ni un bosquejo le “topológica o geométrica”, y a la segunda de
subjetivo. Al dominar el espacio “medio” no que- carácter “concreto” (Schulz, 1975: 19-20). Una
remos reanudar la vieja discusión sobre la ideali- teoría del “espacio existencial”, por tanto, debe
dad o la realidad del espacio; no debe concebirse comprender dos aspectos:
esta denominación como una hipótesis sobre la Hemos definido el espacio existencial como un sis-
esencia del espacio, sino que la empleamos pro- tema relativamente estable de esquemas perceptivos
visionalmente para poder expresar lo que, en la o “imágenes” del ambiente circundante. Siendo
experiencia inmediata del espacio, está dado de una generalización abstraída de las similaridades
modo fenoménico: que efectivamente me puedo de muchos fenómenos, ese espacio existencial tiene
relacionar de diversos modos con el espacio. En “carácter objetivo” .(Schulz, 1975: 19).
este sentido espacio y mundo, ser-en-el-espacio Desde ahí, en el sentido de Bachelard y Boll-
y ser-en-el-mundo pueden acercarse y a veces now, destaca los elementos de un “espacio exis-
coincidir. Espacio es la forma más general del tencial” (centro y lugar; dirección y camino; área
mundo, si se prescinde de los diferentes objetos y región), sus niveles (geografía; paisaje rural o
que lo pueblan. (Bollnow, 1969: 243, 244) campiña; urbano; casa; cosa) y arriba a la consi-
Por ningún lado encontramos en Bollnow una deración del espacio arquitectónico (destacando
“solución” (ni siquiera la mínima preocupación sus elementos y sus niveles), bajo un procedi-
en hacerlo) a la problemática de “el” espacio, lo miento deductivo (Schulz, 1975: 19).
que encontramos es una extensión de los señala-
mientos de Heidegger en torno a la existencia del d) Henri Lefebvre
espacio “particular” en tanto al espacio como “hu- La concepción de H. Lefebvre es sugerentemente
mano”. En la intención extensiva de Bollnow que problemática, pues él de inicio otorga una “res-
revisamos nos parece que es sumamente destaca- puesta” a la querella del espacio a la que llama la
ble, por su trascendencia, la idea –y quizá valga la producción del espacio. Sin dejar de reconocer la
pena elevarla a un rango de “categoría fundamen- existencia de una multitud de espacios (geográ-
tal”– de modo de relación con el espacio, pues en fico, económico, demográfico, sociológico, eco-
todo modo de relación se expresa la intención, el lógico político, comercial, nacional, continental,
sentido y el contenido del acto humano-social que global, físico, energético) (Lefebvre, 1992: 8) y,
otorga significatividad a su “ser-en-el-mundo”, a más bien, reconociéndolos por tal multiplicidad,
condición de que este modo de relación sea siem- destaca la necesidad de una “teoría unificada”
pre una inserción en el movimiento de las fuerzas (‘unitary theory’) análoga a la teoría unificada
sociales puestas en relación espacial. de la física (molecular, electromagnética y gra-
vitacional), mediante la cual sean unificados los
c) Christian Norbert Schulz campos (fields) del conocimiento de la realidad
La de Schulz es otra concepción cercana a la de (físico, mental, social) (Lefebvre, 1992: 11). Para
Bollnow. Sugiere –en clara alusión a Heidegger– Lefebvre el espacio que se “produce” es el “es-
la consideración del “espacio existencial” bajo pacio social” con lo cual no hace otra cosa que
un importante matiz que considera, por un lado, manifestar el sesgo y el punto de vista que adop-
la mediatez de la objetividad como algo “dado” ta ante las distintas modalidades de concebir el
y, por otro, la subjetividad de la inmediatez cir- espacio (absoluto, abstracto, contradictorio, di-

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ferencial, arquitectónico, social), en general: el cuyo sentido y contenido es extraeconómico, es


espacio abstracto y el espacio concreto. Ambos se artístico. Sin embargo, bajo otra perspectiva, la
desvelan cuando son considerados –siguiendo a señalada por Heidegger, ontológicamente, pro-
Hegel– como lo “concreto universal” en sus mo- ducto, obra, cosa provienen de la misma fuente
mentos general (espacio lógico y matemático); del pro-ducir (Hervorbringen) que “desvela” la
particular (descripciones o “secciones transver- verdad de lo entitativo, lo cósico.
sales” del espacio social) y el singular (“luga-
res” considerados como naturales en su realidad 4. La ciudad producto-medio (con-
meramente física y sensorial) (Lefebvre, 1992:
16). Como producción del espacio en tanto que tinente).
“social”, ésta responde a una ‘triada concep-
tual’: i) la práctica social, ii) la representación La ciudad como producto tiene otra particulari-
del espacio, y iii) el espacio “representacional” dad, se trata de un producto muy sui generis. De
(representational spaces). un producto que tiene la peculiaridad de envolver
La historia del espacio, como espacio “social”, a sus productores, de acogerlos en su seno, a ma-
se inserta en las leyes históricas correspondientes a nera de un recipiente “contenedor” o “continen-
determinados modos de producción sin reducirse a te” (Gefäß). Ya Bollnow al revisar la concepción
ellas, incluso, puede no corresponder a las periodi- aristotélica de espacio, encontró en ella un con-
zaciones más aceptadas (Lefebvre, 1992: 48). junto de aspectos que vale la pena destacar:
La ciudad tiene una historia; es obra de una his- 1) El empleo de la palabra griega [to-
toria, es decir, de personas y grupos muy deter- pos] no corresponde a la palabra “espacio”
minados que realizan una obra en condiciones (Raum) sino, más bien, al sentido de “lugar, sitio
históricas. (Lefebvre, 1978b: 65). o emplazamiento” (Bollnow, 1969: 33-37).
Como “producto” el espacio es siempre algo 2) La acepción “espacio” (Raum) tiene mayor
concreto, en tanto que producido es “social” y en cercanía con la palabra griega [khora] deri-
tanto que social es “producido”. En esto Lefeb- vada de [khoreo] que significa “dar espa-
vre encuentra una tautología: “(Social) space is cio y hacer sitio” y respecto a recipientes/vasijas
a (social) product. This proposition might appear quiere decir “poder contener algo”, “tener espa-
to border on the tautologous, and hence on the cio para contener algo”. De ahí que [khora]
obvious”. (Lefebvre, 1992: 26). se expresa en el sentido de “espacio intermedio,
Considerado el caso de una ciudad –dice Lefeb- holgura o trecho”.
vre– un espacio el cual es formado, moldeado 3) la palabra [topos] es algo más que
e investido por las actividades sociales durante “lugar” (en el sentido de Ort), implica una cier-
un período histórico finito. ¿Es esta ciudad una ta amplitud, un “volumen espacial”, un “espacio
obra o un producto? (Lefebvre, 1992: 73) transportable”, mientras que, por el contrario,
Para Lefebvre la “obra” es única, el “produc- el espacio es “una especie de vasija inmóvil”.
to” repetitivo; en cuanto a una “cosa”, esta es El [topos] “envuelve a su objeto” es el
comprada y vendida, es mercancía. Se somete a “límite del cuerpo envolvente” o la “envoltura del
las leyes económicas, desdoblando su valor so- medio envolvente”. En relación con esta concep-
cial y mentalmente como cambio y uso (valor de ción del pensamiento griego, Aristóteles lo define
cambio y valor de uso) (Lefebvre, 1978a: 251). del siguiente modo:
El “producto” es resultado de la producción del Concebimos, pues, el lugar como aquello que in-
“dominio técnico y científico de la naturaleza mediatamente envuelve y contiene aquel ser de
material”; la “obra” viene del sentido de la apro- quien él se dice lugar; entendemos que el lugar
piación del tiempo, del espacio, del cuerpo, del no es nada que forme parte del ser contenido;
deseo. En la vida cotidiana, el sentido de “obra” además, que el lugar primero e inmediato no es ni
está atrofiado, sólo la filosofía y la tradición filo- menor ni mayor que la cosa localizada. Y, en fin,
sófica, por un lado, y el arte, por el otro, contienen puede ser abandonado por cualquier ser y que es
el sentido de la obra (Lefebvre, 1978b: 169). separable de él. (Aristóteles, 1967: 617).
La pauta es clara: la ciudad como “producto” Hay que tener presentes las consideraciones
conlleva un objeto material económico, enajena- que el propio Aristóteles tiene del problema, por
do; la ciudad como “obra” proviene de un objeto un lado, el lugar “parece ser” algo diverso de los

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seres que entran en él. En segundo lugar, el lugar es, a su vez, objetivación-sujetivación social del
y el receptáculo son algo distinto de uno y otro; espacio: el hombre le da forma al espacio natural
después, la vasija no es una parte del ser conteni- dándose, al mismo tiempo, forma a sí mismo).
do en ella pues el continente y el contenido son Afirmar lo anterior (como lo hizo Laboisier en
distintos; luego, el lugar no puede ser ni la mate- la relación materia-energía) en la relación espa-
ria ni la forma; por lo que, la materia y la forma cio-materia, es algo que Heidegger no hizo (no
son partes constitutivas del ser que está en el lu- quiso hacer). De ser cierta esa afirmación, elimi-
gar (Aristóteles, 1967: 612-617). naría todos los problemas teóricos al respecto y
4) El espacio es el espacio hueco limitado tendríamos la libertad y la relativa ligereza para
por una envoltura que le rodea y en el cual di- decir –como lo hizo Lefebvre– “La producción
cho objeto cabe perfectamente; por ello es ne- del espacio”. Esto es algo que el hombre actual-
cesariamente de las mismas dimensiones que el mente no puede demostrar, por lo menos no es
objeto que lo ocupa. demostrable para “el” Espacio (en general) o es-
5) Los espacios o lugares pueden estar uno pacio cosmológico. Sin embargo, el espacio del
dentro del otro de manera envolvente, mientras que hablan Lefebvre y Heidegger es el mismo
que los “lugares” (en el sentido de Orten) se espacio, el “espacio humano”, el que se produce
encuentran necesariamente uno al lado de otro. (Lefebvre) o ensambla (Heidegger) mediante el
(Bollnow, 1969: 36). develamiento de la verdad del ente en el trabajo,
Es distinguible, por un lado, el espacio “capaz el conflicto espacial (espacio contradictorio), el
de contener algo” ( /Raum): “vasija inmó- enfrentamiento de intereses, etcétera.
vil”; el [topos] o “límite del cuerpo envolvente”:
“vasija móvil”; y el “lugar” (Ort) co-adyacente.
Por otro lado, son identificables los componen- 5. La querella del tiempo.
tes: el status de espacialidad, es decir, como con-
junto o síntesis de todos los elementos anterio- A la querella del espacio, corresponde la querella
res correspondientes a los espacios “vivencial”, del tiempo y viceversa. Esta querella está implí-
“existencial” o “existenciario” que permite y es cita cuando se afirma –de acuerdo con Heideg-
consecuencia de la concreción. El “continente” ger– que el hombre es un ser espacial (Heideg-
(“vasija”) y el “contenido”. Una consideración de ger, 1999: 127) y su correspondiente afirmación
esta índole desarrolla una analítica del espacio, el hombre es un ser temporal (Heidegger, 1999:
pero fomenta una teoría ingenua de él, reduccio- 407). La colocación en el correspondiente lugar
nista y simplista que equivaldría a afirmar (lo que de la querella como tal es situada por Heidegger
Heidegger criticó por ello) que “por un lado está bajo aclaraciones que matizan y delimitan ontoló-
el espacio” y “por otro el hombre” (y “por un ter- gicamente su comprensión del problema:
cero, sus productos”): substrato de espacio; subs- Ni el espacio es en el sujeto, ni el mundo es en el
trato material y substrato social, reduccionismo espacio. El espacio es, antes bien, “en” el mun-
que , mediante las consideraciones de Heidegger, do, en tanto que el “ser en el mundo”, constituti-
se viene abajo. El hombre como ser espacial, es vo del “ser ahí” [Dasein], ha abierto un espacio
un ser que es en el espacio. Ser en el espacio es (Heidegger, 1999: 127).
moverse en él instalándolo cada vez. El hombre El análisis de la historicidad del “ser ahí” [Da-
es un ser que por su naturaleza instala espacios. sein] trata de mostrar que este ente no es “tempo-
Quizá valga la pena desmantelar la frontera ral” por “estar dentro de la historia”, sino que,
entre las ciencias físicas y las del espíritu y de- a la inversa, sólo existe y puede existir históri-
cir “el espacio no se crea ni se destruye, solo se camente por ser temporal en el fondo de su ser.
transforma”, lo cual no coincide con la afirma- (Heidegger, 1999: 407)
ción de Heidegger según la cual el hombre no En estas afirmaciones aparecen un conjunto
crea el Espacio ni le da forma al Espacio, sino de fundamentos presentes en la discusión onto-
que, más bien, le da forma a su espacio (de ahí la lógica sobre el problema del espacio-tiempo. La
alta trascendencia de la teoría de la “producción concepción heideggeriana establece lo siguien-
en general” implícita en Marx en la que establece te, a saber: 1) Su concepción acerca del espa-
esta dialéctica socio-espacial o espacio-social, la cio-tiempo rechaza, como asunto de principio, la
teoría de la producción-reproducción social que relación sujeto-objeto y, como tal, es inadmisible;

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Gasca Salas

por lo que el “sujeto” (siempre entrecomillado en • Lo único admisible es la concepción del


la ontología de Heidegger), el Dasein (“ser-ahí”), espacio-tiempo siempre que estos sean parte
no está “frente” a un “objeto” espacio-tiempo. 2) de una delimitación de “mundo” en tanto que
El espacio-tiempo solamente es porque el Dasein mundo humano.
(“ser-ahí”) como ser es (un) ahí, es decir, un ser Las leyes “objetivas” de la física y de las
en “estado abierto” (Erschlossenheit) y, como tal, matemáticas no rigen las delimitaciones huma-
se abre en su ahí, hacia un “mundo”, y por ello nistas de los seres humanos, estas leyes y rela-
y con ello, hace del espacio-tiempo un ahí: “La ciones con el espacio-tiempo son delimitaciones
expresión ‘ahí’ mienta este esencial ‘estado de que pasan por otros filtros que es necesario in-
abierto’. Gracias a éste, es este ente (el “ser ahí”), troducir como dimensiones fundamentales de la
a una con el ser ahí de un modo para él, él mismo construcción de mundo (aspectos que estudiare-
ahí” (Heidegger, 1999: 149-150). mos en lo que continúa).
Así, en las consideraciones ontológicas de Por tanto, podríamos establecer, como con-
Heidegger 3) El mundo es determinado por un secuencia:
ahí esencial que es el ahí del “ser-ahí” (Dasein), • La delimitación del tiempo humano se hace
(Heidegger, 1999: 149-150). Heidegger antepo- solo por una apertura que por su “ahí” gesta
ne un “ahí” (Da) a un “aquí” (Hier) y a un “allí” “mundo” y como tiempo-mundo (Weltzeit) es
(Dort) de por sí presentes en el mundo. 4) El espa- historia: la existencialidad del “ahí” del “ser-ahí”
cio-tiempo del “mundo” como mundo, sólo puede (Dasein) como trans-currir, un devenir histórico,
ser abierto por un ser que con la apertura de su un proceso histórico.
“ahí” abre mundo, el mundo del ser-ahí, podemos • La ciudad como un lugar que con-centra,
decir nosotros, es el mundo “humano”. Y 5) El re-une y registra (patentiza) los existenciarios
tiempo (“humano”) es necesaria y esencialmente diversos del “ahí” de un “mundo” en su trans-cu-
un tiempo-mundo (Weltzeit) y el espacio (“huma- rrir, es con ello y por ello historiografía, en el
no”), inseparable de él, es siempre, por tanto, un sentido de Historie (Geschichtwissenschaft),
espacio-mundo (Weltraum). historiografía (ciencia histórica).
Una conclusión fundamental para la com- • La “mundidad” del espacio-tiempo, su hu-
prensión, la discusión y el punto de vista onto- manización expresada como proceso civilizatorio
lógico del problema. (gestación de ciudad y campo) es historia (Ges-
chichte, proceso histórico) hundida (oculta) en la
6. Provisionalidad de una salida posi- “noche de los tiempos”. Por ello aparece velada,
oculta, “misteriosa”, ilegible. A decir verdad, una
ble a las querellas espacio-tiempo. parte de este “proceso” no “aparece”, esto es, es
sólo pasado no registrado, por lo que es ilegible
De estas observaciones pueden desprenderse al- (pre-“historiografiable”); y la otra es la parte de la
gunos señalamientos provisionales respecto a historia que es legible en la ciudad y sólo en ella
estas querellas que conceden salidas provisiona- encuentra su “centro”, es la historiografía propia-
les. Podemos ver de ello aspectos fundamentales mente dicha. Por ello, decimos con Víctor Hugo:
como los siguientes: La “historia de piedra”, ese lugar en el que se es-
• El Dasein “ser-ahí”, entendido a contrape- cribe y se lee la historia, es un libro de piedra. Y
lo de Heidegger como “sujeto”, está constituido ese libro de piedra es la ciudad (Hugo, 2000: 60).
de materia real palpable, natural, no es directa-
mente espacio-tiempo, ni el espacio-tiempo es
directamente en el “sujeto”. Entonces queda 7. Los conceptos de “significatividad”,
negada la identidad: “mundo” e “historicidad” como cate-
gorías constitutivas de lo humano en
[ espacio - tiempo ≠ materia ]
Aspecto fundamental de la querella una teoría sobre la ciudad.

• La idea de una “concepción global” del espa- a) Significatividad


cio y del tiempo “objetivos”, independientes del La dimensión del sentido es lo que permite –em-
ser-hombre generales y absolutas es inadmisible. pleando la terminología ontológica de Heideg-

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El problema del espacio-tiempo en ‘La teoría de la ciudad’.

ger– que el ahí del ser se comporte como un ser- que quiero, elijo, produzco, con que trato, de-
ahí (Dasein), esto es, que habita un espacio y un penden del juego de este movimiento de mi co-
tiempo concretos o específicos (lugar y tiempo), razón. De ahí se deduce para mí que toda es-
dando origen a lo que propiamente se le llama pecie de autenticidad o falsedad y error de mi
mundo. La significatividad le otorga a la esfera vida y mis tendencias, depende de que exista
de lo humano un “mundo”, una dimensión en la un orden justo y objetivo en estas incitaciones
que el individuo colectivo, la sociedad, se expre- de mi amor y de mi odio, de mi inclinación y
sa como “género” en un “mundo de útiles” (Zeu- de mi aversión, de mis múltiples intereses por
genwelt) y mediante ellos. “la significatividad las cosas de este mundo, y de que sea posible
(die Bedeutsamkeit) es lo que constituye la estruc- imprimir a mi ánimo este ordo amoris. (Sche-
tura del mundo (die Struktur der Welt) o de aque- ler, 1996: 21)
llo en el que el ‘ser ahí’ en cuanto tal es en cada El mundo en tanto “social” deja de ser un
caso ya” (Heidegger, 1963: 87). Significatividad mundo meramente físico-natural-material “tetra-
es un todo de relaciones que erige un significar dimensional” (espacio-tiempo: largo-ancho-al-
del ser-ahí (Dasein) en cuanto da a comprender to-tiempo) y se vuelve un mundo “humano”
previamente su “ser en el mundo” (“in-der-Welt- “metadimensional”, pues además de la tetradi-
sein”). Como “todo de relaciones” (Heidegger, mensionalidad física (espacio-tiempo) existe, un
1999: 101, 102), la significatividad es un “cau- redimensionamiento a escala de lo humano, como
sar”, una “causación”, un encadenamiento causal afirma N. Elías, gracias a la inclusión de una
que, como toda causalidad humana, es manifes- “quinta dimensión”: la dimensión propiamente
tación de voluntad y expresión de necesidades y humana, la significatividad. Norbert Elias señala
capacidades de humanización de la naturaleza. esta idea en la forma siguiente:
Expresar quiere decir “plasmar proyectos”, y Los seres humanos no viven en un mundo cua-
como en toda expresividad humana hay un em- tridimensional sino en un mundo de cinco di-
pleo de lenguaje, un proceso comunicativo en el mensiones. Ubican objetos de comunicación
que queda plasmada la esfera de lo humano, a no sólo de acuerdo con su posición en el espa-
través de un mundo transnaturalizado: cio y en el tiempo, sino también de su posición
En el Mundo la naturaleza queda radicalmen- en el propio mundo de los hablantes según lo
te transmutada. En el mundo la base física es indica simbólicamente la pauta sonora que
soporte y sostén del universo del sentido. En el los representa en el lenguaje de los hablantes.
Mundo importa sobre todo el sentido; el sentido (Elias, 2000: 189)
y la significación. De hecho, el Mundo es la pro- Sin significatividad no hay “mundo”; la signi-
pia naturaleza, sólo que significada. Entre la na- ficatividad es la mundidad del mundo.
turaleza y el Mundo se intercala ese Límite, esa La esfera de la significatividad, el campo se-
frontera que constituye nuestra propia condición: miótico propiamente dicho, constituye la expre-
el Mundo es la proyección de la inteligencia lin- sión del acto (praxis) fundamental de la vida so-
güística que nos pertenece sobre la Naturaleza. cial, pero no es el acto mismo, este es necesario
Esta queda entonces preñada de signos y símbo- proyectarlo, asumirlo, orquestarlo y plasmarlo
los: de los dispositivos que hacen posibles la sig- colectivamente.
nificación y el sentido. (Trías, 2000: 52).
La dimensión del sentido, la significatividad, b) Mundo
es la esfera gracias a la cual las dimensiones de La significación de la idea de “mundo” es la de
lo humano se completan, a decir verdad, gracias mundo social, y como tal, atraviesa, en primer
a ella el mundo se “curva” haciéndose orbe, se término, por la polisemia del término “mundo”
cierra completando su dimensionalidad. Sentido y permite emplearlo en sentidos y contextos tan
también debe entenderse bajo la forma de ordo diversos como formas de pensamiento, culturas
amoris como en Max Scheler: e intenciones puedan encontrarse en la historio-
Me encuentro en un inmenso mundo de objetos grafía en general o en la historia de la filosofía
sensibles y espirituales que conmueven ince- en particular. Estos sentidos van desde la idea de
santemente mi corazón y mis pasiones. Sé que “mundo” como el conjunto de todo lo existente;
tanto los objetos que llego a conocer por la como sinónimo de Tierra, de Universo, de Kosmos
percepción y el pensamiento, como aquellos [ ] e –incluso–, de “Naturaleza”, sin con-

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Gasca Salas

siderar las nociones míticas complementarias de ria de las ideas y de la cultura, como modalida-
hiper-mundo e infra-mundo que acompaña a las des cuyo centro es –para emplear los términos de
culturas antiguas a uno y otro extremo del planeta. Scheler– el “puesto del hombre en el kosmos”, es
Como veremos, dominan, por lo menos, cua- decir, en un sentido cosmológico.
tro sentidos de lo que llamamos “mundo”: Se trata de un ser desgarrado, errante, apátrida
i) a) El “mundo” como lo infinito [ápeiron], de “mundo”. El sujeto frente al objeto es un ser
lo “sin-fin”, del arkhé fundante, de Anaximandro, doblemente desgarrado porque es náufrago de la
término correlativo a kosmos y a universo, es de- delimitación de lo humano como “mundo” (mun-
cir, en un sentido cosmológico de multiplicidad do de la vida: la Tierra) y del mundo como “mun-
ordenada y cambiante no creada (fysis). do humano” (la socialidad). Tanto Marx como
b) El “mundo” como el conjunto de to- Heidegger son sumamente enfáticos al señalar la
das las cosas creadas por Dios, de acuerdo a la inseparabilidad del sujeto-objeto. Para Marx, la
idea judeo-cristiana. noción explícita de “mundo” parte de una con-
ii) a) El “mundo” (mundus) como “lo lim- cepción a la vez como “mundo sensible” y como
pio” (ordenado) contrapuesto a lo in-mundo, lo “mundo natural”; para Heidegger la “mundani-
negativo pecaminoso. dad” parte de la indivisibilidad del Ser, expresa-
b) En un sentido positivo, aparece con una do como pensar-presencia-dación. Para Marx la
significación opuesta en la que lo “mundano” repre- separación del sujeto y el objeto es un principio
senta lo frívolo, en oposición a la vida piadosa. de enajenación, que solo se da en la mente, en
Ambas acepciones pertenecen a la vertiente la abstracción. Para Heidegger ni siquiera allí,
judeo-cristiana medieval que modifica el sentido el Ser es unidad.
de una creación ex-nihilo del mundo (conjunto iv) La cuarta acepción de “mundo” es la que
de todas las cosas: universo) simplificándolas a atañe a su constitución planetaria, haciendo del
la inmediatez, a la cercanía de lo humano de las problema un asunto que no es ontológico sino
cosas, a la naturaleza inmediata (en el mejor caso) óntico. Onticidad es inmediatez fáctica abstracta,
transformada por el hombre, en su vida “terrenal” es –en términos de Heidegger– circunmundidad
(aún no planetaria). en expansión, pero una expansión que tiene como
iii) Un tercer sentido parte de Platón bajo la límite (físico-biológico, químico, geográfico,
idea de un mundo dual: como «mundo de las ideas» geológico, histórico, etc.) la escala planetaria de
y como “mundo físico” meramente. El primero sólo la Tierra. No hay vida sin Tierra. No hay vida
es cognoscible por la razón (mundo inteligible) y el humana sin vida en general y sin Tierra. Y no hay
segundo por los sentidos (mundo sensible). historia sin vida humana y sin Tierra. La Tierra
Si bien, en la historia del pensamiento filosó- adquiere sentido sólo por la historia y ésta, por la
fico, encontramos distintas acepciones de la pala- vida humana, pero la Tierra sin historia es sólo es-
bra “mundo”, es Platón quien siembra la semilla y tatuto planetario viviente, es ya “mundo viviente”
es él el introductor de la dualidad ser-pensar como pero aún no un mundo-de-la-vida (Lebenswelt)
dualidad de “mundo” (mundo de las ideas; mun- entendido como mundo social-humano.
do de las cosas reales). Descartes no hace sino La vigencia de este sentido planetario de
profundizar un problema mil años anterior bajo “mundo” no arrancó sino hasta que fue “descu-
la versión cristiana de la finitud del hombre (res bierta” América por Colón en 1492 (marcando
cogitans) creado por Dios (res infinita) y puesto los albores del siglo XVI). Acontecimiento que
en un conjunto cuya extensión (res extensa) es un no sólo trajo un revolucionamiento de la geogra-
“mundo”. El enfrentamiento (choque) del “hom- fía con sus nuevas demarcaciones en la historia,
bre” (sujeto-individual), con su “mundo” (objeto la astronomía, la física, etc., sino en la noción
exterior), se hace patente y explícito. Las distintas teológica y ontológica de “circunmundidad” y
variantes de este problema5 aparecen en la histo- la postrera “universalidad capitalista mercanti-

5
El “mundo” como causa de las ideas (Locke); como –más bien– causa de las percepciones (Berkeley); como lo que está más allá del
límite de la experiencia (Hume); como lo que, por estar más allá de los límites del conocimiento empírico –como totalidad absoluta– hace
que el hombre choque con antinomias (Kant); como voluntad y representación (Schopenhauer); como Weltanschauungen –concepciones
del mundo– (Fenomenología, Dilthey); o como Lebenswelt –mundo de la vida– (Husserl).

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El problema del espacio-tiempo en ‘La teoría de la ciudad’.

lista”. Con el “descubrimiento” de América no si su “siempre” o “desde hace mucho tiempo”,


se descubre el “Nuevo Mundo” sino un “mundo cae en esta “precisión” de tiempo.
nuevo” (enteramente nuevo): lo que se des-cubre
(des-vela) es la planetariedad (completud) de la c) Historicidad
Tierra en su circunmundidad, el “Mundo”. La historicidad debe ser entendida como tiem-
“Mundo” no fue siempre circunmundidad po-mundo (Weltzeit), como temporalidad del
planetaria, como habrá de desprenderse de las mundo, como “acontecer social” que deviene his-
afirmaciones anteriores. Pues “mundo” es un pro- toria (en el sentido de Geschichte). La posibilidad
ceso de edificación cultural, es decir, un proce- de que ésta sea estudiada y registrada, obedece
so genético y de desarrollo civilizatorios. Si por a ciertas condiciones de permanencia por medio
civilización, se comprende a la edificación de la de las cuales ese registro es historiografiable, es
ciudad, y ésta es entendida como vida colectiva decir, des-cripto, des-codificado, “leído” e inter-
en “ciudad” (civis). Entonces el cive (ciudadano), pretado, propiciando su cientifización, dando ori-
es el homo civis, la expresión moderna del “ani- gen a la ciencia de la historia como historiografia
mal político”. Por civilizar debe entenderse el le- (Geschichtwissenchaft). Es por todos sabido que
vantar o edificar “mundo” en y con la “ciudad”, estas condiciones de permanencia pueden consti-
encontrando su significado en la trans-formación tuirse ahora, por los modernos materiales fílmi-
del espacio-tiempo rurales en espacio-tiempo cos y los libros, hasta la tradición oral, los ritos,
citadinos. Trae consigo la trans-formación de la etc. Pero, como ya lo vimos en Victor Hugo, el
vida aldeana y rural en comunidad, en vida co- gran libro de la humanidad es “la ciudad” gracias
lectiva en sociedad. Civilizar es erigir ciudad a que en ella su perdurabilidad es de duración mu-
enarbolando “mundo”. “Mundo” no fue siempre cho más larga y, fundamentalmente, de “piedra”,
el “mundo” sino la suma de espacios individua- es decir, de roca transformada, de materiales na-
les; espacios económicos o no-económicos, como turales vueltos espacio social. La ciudad una vez
aclara Braudel) (1984) reagrupados por él. A este nacida es, en cada caso, una historia de piedra,
micro-cosmos le llamó Braudel economía-mun- una historia material, stricto sensu, la historiza-
do, refiriéndose siempre a las sociedades huma- ción de la civilización material. Podríamos inclu-
nas. Braudel define una economía-mundo de la so afirmar: la ciudad es, a la vez, perdurabilidad
siguiente manera: y permanencia, es “civilización material” y, con
Es una suma de espacios individuales, econó- ello y por ello, es una modalidad básica de la lar-
micos y no económicos reagrupados por ella; ga duración (Braudel). No hay ciudad sin “lar-
que abarca una superficie enorme (en principio ga duración”, y no hay “civilización material”»
es la más vasta zona de coherencia, en tal o sin ciudad. La ciudad es, en total, la civilización
cual época, en una parte determinada del glo- material. Por lo que la historia de la ciudad es
bo); que traspasa, de ordinario, los límites de la historia de la civilización material, y ésta es la
los otros agrupamientos masivos de la historia. historia del proceso civilizatorio.
(Braudel, 1984 t. III: 8) La ciudad como fenómeno de larga duración
Según esto, Europa se convierte en econo- (alrededor de 10,000 años), es decir, como fenó-
mía-mundo hasta el siglo XI, sin embargo, no meno que es en el tiempo, es –inseparablemente–
deja de reconocer la presencia de este tipo de em- tiempo y espacio perdurables. Durar largamente
plazamientos a lo largo de la historia. es permanecer largamente, y «durar» implica una
Siempre ha habido economías-mundo, al menos unidad o patrón de medida gracias al cual es po-
desde hace mucho tiempo. Lo mismo que desde sible decir que algo dura más o menos. Pero sólo
siempre, o al menos desde hace mucho tiempo, dura lo que con su permanecer hace mundo, histo-
hubo sociedades, civilizaciones, Estados y hasta riza el espacio-tiempo “dejando huella”, es decir,
Imperios. (Braudel, 1984 t. III: 8) plasmando proyectos de humanidad, haciendo de
La afirmación anterior debe ser precisada, la vigencia de cada plasmación de proyecto una
pues no hay sociedad, civilización, Estado, Im- “huella”, un registro que patentiza el sentido de
perio ni, por tanto, economía-mundo sin «ciu- la edificación de mundo. Historizar es, por tan-
dad» y ella no ha existido “siempre”, su anti- to, siempre, en cada caso, edificar proyectos de
güedad data de alrededor de 10,000 años, por mundo. Cada “arruga” (Víctor Hugo) representa
lo que la observación de Braudel resulta cierta el paso del tiempo en el que éste se hace dura-

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Gasca Salas

ción, cuya vigencia permanece como tal o como do, porque él es el que ha impreso en su fachada
“cicatriz” (“huella”). La ciudad hace posible que aquél sombrío color de los siglos que hace de la
esta permanencia se registre y deje constancia en vejez de los monumentos la edad de su hermosu-
cada caso, del respectivo proyecto de mundo, la ra. (Hugo, 2000: 66)
historia-mundo, edificada cada vez. En la ciudad el tiempo se espacializa, mien-
tras que el espacio se “ensambla” bajo “pautas
Cuando hablamos de trans-historicidad hacemos civilizatorias” que lo dimensionan otorgándole
referencia a un across section del encadenamiento identidad, estructura y significado, estos tres ele-
histórico de esta larga duración, a los períodos en mentos, de acuerdo con Linch, constituyen una
que la historicidad se hace vigente. Cada proyec- cierta “imagen del medio ambiente”; delineando
to de mundo emplea su propio código y significa- sendas, levantando bordes, edificando barrios,
ción, mismo que como manifestación del proceso estableciendo nodos y mojones limítrofes, etc.
civilizatorio se expresa como grado y constituye (Linch, 1985: 17, 61).
un estadio o pródromo (Marx) de su desarrollo Trans-historización es, por tanto, la permanencia
como tal, esto es, como proceso de evolución que el proceso civilizatorio imprime en la ciudad
biológico-genética, por un lado, y como proce- bajo la forma de grados sucesivos de sistemas de
so civilizador-descivilizador, por el otro (Elias, aglomeración/edificación estructurados y estruc-
1989: 16, 77); por lo que la trans-historización turantes de toda la existencia material mediante
del proceso es necesariamente una “sucesión de reglas o códigos de co-presencia y derivación que
grados” en el espacio-tiempo citadinos, cons- hacen del espacio-tiempo un todo heterogéneo
tituyendo cada uno de ellos un cierto “sistema cada vez más complejo, del que se emulan más
global de aglomeración”, producto en cada caso y más elementos. Es justamente esta co-presen-
de su respectiva “matriz elemental edificatoria” cia y derivación la que hace de la interpretación
(Caniggia, 1995: 34), determinada históricamen- (lectura) del espacio-tiempo citadinos una labor
te por la sociedad en su conjunto de relaciones compleja y, a la vez, un “misterio”, que será co-
causales generadoras de espacio-tiempo. En la rrectamente des-velado sólo si se emplea el pro-
ciudad, el espacio-tiempo expresan su imposible ceso decodificador adecuado a estas pautas de
separación. Mediante la socialización, el tiem- trans-historización material significativa.
po se redimensiona haciéndose cíclico y toma la
forma de calendario (laboral, biológico, religioso,
festivo), mientras que en su redimensionamiento
8. Conclusión.
global-citadino adquiere la forma de “estilo”, es
decir, se “materializa” espacializándose. En bue- • Lo que hemos denominado la querella del es-
na medida, Mumford tiene razón al decir: pacio-tiempo nos ha permitido indagar sobre los
Las ciudades son producto del tiempo, en ella el distintos significados, sentidos e implicaciones del
tiempo se hace visible: los edificios, los monu- concepto de espacio empleados en la teoría social,
mentos y las avenidas públicas caen en forma no sin tomar en cuenta las implicaciones para las
más directa bajo la mirada de muchos hombres. ciencias llamadas exactas o físico matemáticas
Mediante el hecho material de la conservación, (connotación científica), la geografía económica,
el tiempo desafía al tiempo, el tiempo choca la historia y las artes, todas ellas involucradas en
contra el tiempo: las costumbres y los valores las implicaciones de esta discusión y análisis.
sobreviven a las agrupaciones humanas, po- • La querella del espacio-tiempo nos invita a re-
niendo de relieve el carácter de los generacio- flexionar acerca de la imposibilidad de afirmar
nes de acuerdo con los diferentes estratos del que el espacio y el tiempo son entes físico-ma-
tiempo (Mumford, 1959: 12). teriales y que, a la vez, lo material no es directa-
Los “estilos”, como pautas sociales edifi- mente ni espacio ni tiempo, pero que lo material
catorias son las “tipologías” culturales de la es el principio de lo existente que permite cons-
trans-naturalización, las “arrugas” del rostro de tituir lugares y sucesiones temporales que desde
la ciudad y, como toda “arruga”, son la mani- los cuales es posible otorgarle lugares a las cosas.
festación del paso del tiempo, su huella acom- • La reflexión ha permitido establecer un recorri-
pañada de vivencia y color: do por diversas consideraciones teóricas con las
El tiempo ha dado aún más de lo que ha quita- que se visualiza el principio de que los seres hu-

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El problema del espacio-tiempo en ‘La teoría de la ciudad’.

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sobre la el espacio-tiempo, permite encontrar el –(1954). [Versión alemana] Vorträge und Aufsätze.
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