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LOCALIZACION, LUGAR, REGION Y ESPACIO*

Helen Couclelis

Traducción por Jhon Williams Montoya G.**

Presentación del traductor

Este sugerente documento desarrolla y hace precisión sobre un concepto carente de claridad en muchos
textos, comúnmente por la generalidad con que se define, que resulta en una ambigüedad tal que para
muchos el espacio geográfico abarca toda la realidad, lo cual significa una imprecisión absoluta.

En este documento Helen Couclelis nos lleva progresivamente por diferentes niveles en la definición del
concepto, asociándolos con la forma como nuestra interpretación del mundo es determinada en un alto
porcentaje por los antecedentes culturales que condicionan nuestra forma de pensar, de interpretar el
mundo y también nuestros aportes desde la ciencia, siguiendo en gran parte el trabajo de Sack (1980).

De otro lado, las conceptualizaciones sobre el espacio geográfico en este documento incluyen las
principales líneas de trabajo que componen la geografía, desde la geografía matemática hasta la geografía
de la vida diaria. Se considera entonces, que este artículo constituye una síntesis ejemplar sobre el objeto
central de la geografía, jerarquizando el concepto de forma clara y convincente e incluyendo la amplia
variedad de campos y teorías de la geografía, aún unas muy recientes como la aplicación de los fractales.

El artículo hace parte del libro Geogaphy´s Inner Worlds o "mundos interiores de la geografía", elaborado
para la reunión de la Asociación de geógrafos americanos de 1992 y en el que se tratan los temas
neurálgicos de la geografía actual, especialmente aquellos tópicos con más desarrollo y perspectivas en el
ámbito científico como son los sistemas de información geográfica, los problemas de cartografía y
visualización, la aplicación de la teoría general de sistemas en geografía y los problemas regionales.

La autora es profesora de geografía de la Universidad de California en Santa Barbara desde 1982 y


directora asociada de Centro nacional para la geografía. Su formación académica incluye el equivalente a
un BS en Arquitectura e Ingeniería civil de la Universidad técnica nacional de Atenas, un diploma en
Planificación urbana y regional de la Universidad técnica de Munich y un grado de Ph. D. en la
Universidad de Cambridge, obtenido en 1977.

Su trabajo en geografía incluye cerca de 50 publicaciones que van desde modelos urbanos y regionales,
hasta la filosofía de la geografía, con fuerte énfasis en modelos de cellular atomata de espacio y tiempo,
cognición espacial, los efectos de las tecnologías de la información sobre la estructura urbana y la relación
de esos tópicos con SIG.

Entre sus publicaciones más importantes están:

∗ Couclelis H, 1992, 'People manipulate objects (but cultivate fields): beyond the raster-vector debate in
GIS', in A Frank, I Campari and U Formentini (Eds), Theories and Methods of of Spatio-Temporal
Reasoning in Geographic Space, Berlin: Springer Verlag, 65-77.

*
Fuente: Coucelis, Helen 1992. Localization, place, region and space. En: Abler, R. et al. Geography´s inner worlds. New
Brunswick: Rutgers University Press. Pp. 215-233.
**
Profesor asistente, Departamento de Geografía, Universidad Nacional de Colombia.
∗ Couclelis H, 1996, 'Towards an operational typology of geographic entities with ill-defined
boundaries', in P Burrough and A Frank (Eds), Geographic Objects With Indeterminate Boundaries,
London: Taylor & Francis, 45-55.

∗ Couclelis H, 1996, 'Verbal directions for way-finding: space, cognition, and language', in J Portugali
(Ed), The Construction of Cognitive Maps, Dordrecht: Kluwer Academic Publishers, 133-153.

∗ Couclelis H, 1996, 'Geographic Illusion Systems: towards a (very partial) research agenda for GIS in
the information age', Position Paper, NCGIA Initiative 19 on GIS and Society.
∗ Couclelis H, (in press), 'The death of distance', Editorial, Environment and Planning B: Planning and
Design.

Introducción

Los conceptos fundamentales de las ciencias son frecuentemente expresados en un lenguaje sencillo, masa
y energía en física, los elementos en química, demanda y oferta en economía, el organismo en biología y la
lista sigue. Ha sido siempre a través de estos vocablos familiares de los conceptos que se mantiene la
continuidad entre la ciencia y la vida diaria, es así como lo formal y lo extraordinario se combina con lo
informal y lo familiar.

La geografía también tiene sus conceptos básicos e igualmente son expresados en palabras comunes:
localización, lugar, región, espacio; de ellos el espacio es probablemente el más importante pero, a
diferencia de E= mc², el espacio resiste una definición tanto en fórmulas como en palabras. Una mirada en
el diccionario sugiere por qué:

Espacio: un intervalo entre cosas, aquello considerado como vacío de materia, opuesto a la materia, ese
conjunto del área ocupada por la materia, visto como contenedor de todas las cosas, cualquier parte de
tal espacio, áreas fuera de nuestro alcance, una distancia, un área, lugar disponible o requerido, un
período o intervalo de tiempo.

Así, el espacio es tanto amplio como limitado, lo que hay entre las cosas y lo que las contiene, vacío de
materia y definido por la presencia de ella, el espacio es definido hasta como un período o intervalo de
tiempo!; la amplitud en la definición del diccionario es reflejo de la dificultad para precisar el concepto de
espacio. Es también indicador del hecho de que, contrario a la mayoría de los conceptos desarrollados para
referirse a alguna cosa específica o a una propiedad del mundo real, el espacio es parte de esa definición
del mundo. Sin embargo, esto es más objeto del filósofo y del teórico que dominio de los científicos
empíricos.

En su Crítica a la Razón Pura el filósofo del siglo XIX Kant especuló que el espacio es sintético a priori,
esto es, una precondición del conocimiento humano que hace posible entender el mundo empírico, el
espacio no es otra cosa en el mundo que una realidad creada por la interacción de la razón humana con el
mundo; esto refleja propiedades tanto del observado como del observador. De acuerdo con Kant, sólo otros
tres conceptos tienen fundamentos extraempíricos: el tiempo, la moralidad y la estética. Aunque el enfoque
de Kant sobre la geometría euclidiana, (la única geometría conocida hasta ese momento), fue considerado
luego como erróneo, sus argumentos sobre la naturaleza extraempírica del espacio continúan siendo, en
general, el centro de la discusión académica del concepto (Entrikin, 1977).

Hayan o no seguido a Kant, los geógrafos deben adoptar la idea de espacio en conjunto con otros conceptos
relacionados tales como localización, lugar, y región. Esos vocablos del lenguaje común pueden aparecer
como autoexplicatorios y no problemáticos, pero cada uno está profundamente asociado con una
compresión de alguna forma diferente de espacio, aun cuando pienso que su significado usualmente es
tácito.

Los geógrafos no están comprometidos con el espacio por sí mismo sino sólo por lo que puede significar
para el fenómeno que estudia. En ninguna otra disciplina empírica el espacio juega un papel tan importante
en su aproximación al mundo aún en su propia autodefinición. Para los físicos y otros científicos naturales
el problema del espacio ha sido resuelto hace tiempo y el concepto, como se incorpora en numerosos
formalismos, es tomado por la mayoría como finalizado. De otro lado, la mayor parte de los científicos
sociales y en particular los economistas, tienden a ignorarlo siendo acusados, (principalmente por los
geógrafos), de ver el mundo como una superficie plana sobre la cabeza de un alfiler. Para los geógrafos, al
contrario, la preocupación por el espacio en sus diferentes implicaciones y manifestaciones es un
compromiso ineludible, asociado con una diversidad de intereses que va desde las humanidades hasta las
ciencias físicas y sociales.

La meta primaria de este capítulo es articular un número de concepciones diferentes de espacio,


correspondiente con el trabajo de los geógrafos y otros profesionales. Las nociones de espacio van de lo
formal a lo menos formal, desde lo más a lo menos comprensible y también de lo más rico a lo más pobre
en interés y significado humano. El matemático moderno, el diseñador aeroespacial, el industrial que busca
decidir dónde construir una nueva factoría, el comerciante urbano, el joven vagabundo del ghetto, el bebé
aprendiendo a alcanzar objetos sobre su cuna y el místico contemplando la perfección de una esfera, todos
ellos se relacionan con el espacio en sus diferentes manifestaciones. Así, nosotros podemos hablar de una
jerarquía de espacios: matemático, físico, socioeconómico, comportamental y experencial.

Aquí no hay un esquema conceptual único para discutir sobre el espacio. Sack (1980), quién publicó un
libro entero sobre las diferentes concepciones de espacio, seleccionó como base para su estructura una
doble diferenciación entre lo objetivo y lo subjetivo de una parte, y entre sustancia y espacio de la otra. En
el esquema de Sack, las concepciones de espacio que mantienen estas distinciones son llamadas
sofisticadas-fragmentadas, mientras que las unen son llamadas como no sofisticadas- fusionadas∗ (figura
1). Los espacios de la ciencia y de la ciencia social son del primer tipo; aquellos relacionados con la vida
diaria y los espacios de lo mítico y lo mágico, son de la segunda categoría. Muchas ideas sobre el
significado de espacio emergen de tales oposiciones, otras surgen desde una visión en la que diferentes
nociones de espacio forman una secuencia ordenada, como se concibe en este artículo.

El espacio matemático


Sack (1980) plantea la discusión sobre la definición del espacio a partir de una diferenciación fundamental entre aquellos
espacios definidos a partir de la ciencia y el arte, denominados como sofisticado-fragmentado y las concepciones no elaboradas
definidas como no sofisticadas-integradas. La primera concepción se ejemplifica con la fig. 1. y allí se diferencian dos ejes que
separan, de un lado los dominios de las Ciencias Sociales y las Ciencias físicas y del otro el dominio del arte, considerando que
cada una tiene una diferente visión acerca de las interrelaciones entre espacio y substancia, al igual que otorga mayor peso a la
objetividad o a la subjetividad . Sack define éstas como concepciones sofisticadas debido a que los conceptos son manejados sin
confundir los símbolos de representación y fragmentadas por que no abarcan la totalidad de la realidad, sólo son visiones
parciales de las relaciones espacio-substancia.

El segundo patrón de pensamiento incluye las formas de ver la realidad no filtradas por la interpretación artística o científica,
incluye las visiones mítico-religiosas y las visiones prácticas de los niños; allí no hay separación entre lo subjetivo y lo objetivo
así como tampoco entre espacio y substancia, razón por la cual se definen como integradas; también se caracterizan como no
sofisticadas por el bajo nivel de abstracción que involucran y la frecuente confusión de símbolos.
"Se dice del filósofo socrático Aristipus, tal como escribió Vitruvius en el prefacio al sexto libro de su De
Architectura, que al naufragar y ser arrojados a las costas de Rodas y viendo figuras geométricas sobre la
arena, gritó a sus compañeros 'tengamos esperanza, allí veo las huellas del hombre' ", (Glacken, 1967,
epígrafe).

Para los antiguos griegos y gran parte de la tradición intelectual de occidente que siguió su legado, la
geometría fue la firma de la inteligencia humana. En un mundo que se mantuvo inexplicable e
impredecible por largo tiempo, la certidumbre de las verdades geométricas y la elegancia conceptual de su
derivación, fueron contemplados con reverencia casi religiosa.

La geometría tiene sus raíces empíricas en la necesidad de restablecer límites en el campo, luego de las
inundaciones anuales del Nilo en el Antiguo Egipto. Geometría en Grecia significó la medición de la tierra,
igual que la geografía se definió como la descripción de la misma. Literalmente, entonces, la geometría fue
la forma más vieja y pura de lo que los geógrafos modernos piensan que inventaron recientemente, es decir
la geografía cuantitativa; así fue y así se mantiene, la geografía como la ciencia formal del espacio y de las
relaciones espaciales. David Harvey (1969), uno de los más importantes académicos, inserta el espacio en
el contexto de la geografía, llamándolo geometría, "el lenguaje de la forma espacial". En décadas recientes,
la geometría pura se ha movido en direcciones que pocos geógrafos siguieron, pero la sencillez matemática
y su capacidad para la descripción del espacio mantiene un estándar que permite su adopción por otros
enfoques.

Por cerca de 2.000 años la geometría euclidiana de la antigua Grecia fue la única conocida, hoy en día hay
varias geometrías y la invención de otras nuevas está al alcance de las generaciones actuales de estudiantes
de doctorado en matemáticas. Pero la geometría del espacio euclidiano, bidimensional y tridimensional, y
su extensión a la superficie curva de la tierra, se mantienen como el fundamento de la descripción
geográfica. Esta es la geometría usada en la mayoría de los mapas ordinarios y que sustenta la mayor parte
de los modelos matemáticos de procesos geográficos; pero los geógrafos han explorado y hecho uso
creativo de otros tipos de espacios formales. Aquí se mencionan sólo dos: espacios discretos y espacios
fractales.

Imaginemos un espacio constituido por granos finos que no pueden ser descompuestos de ninguna manera,
estos granos o celdas hacen que este espacio sea discreto, diferente al espacio continuo e infinitamente
indivisible que describe la geometría euclidiana. Un espacio granular va en contra de nuestra comprensión
intuitiva del mundo y sin embargo los espacios discretos han sido populares en geografía y otras ciencias,
en parte porque la matemática de los espacios discretos (igual que la del tiempo discreto), es la más sencilla
para trabajar; también es más compatible con la lógica binaria de los computadores digitales que no pueden
representar entidades continuas sin error. Los modelos de fenómenos geográficos basados en espacios
discretos son parte de las facilidades que ofrecen los computadores y en algunos casos conducen a los
geógrafos a explorar procesos que son difíciles de representar por otros medios.

Parte de una clase de modelos de espacios discretos, de especial interés para los geógrafos, son los
llamados cellular automata*. Ellos representan el desarrollo temporal de procesos espaciales basados en
interacciones locales, que a su turno, funcionan sobre reglas y leyes que operan en localidades particulares
y sus vecindarios, más que en espacios completos. Por ejemplo, un incendio forestal se difunde desde los
*
Referido a espacios celulares en los que cada elemento aparece aislado de los otros, por ejemplo, en ejemplos de expansión
urbana las nuevas construcciones no aparecen como un continuo desde el núcleo sino que el proceso de crecimiento se da a partir
de manchas o parches que luego se van expandiendo y fusionando. N. de T.
árboles que están ardiendo a los árboles cercanos, el fuego no afecta todos los árboles simultáneamente, no
salta caprichosamente de un punto a otro más distante.

Lo mismo puede aplicarse a la dispersión de una epidemia, un rumor, una moda o un barrio urbano que
comienza a decaer una vez que algunas casas son abandonadas, igual que a muchos otros fenómenos donde
las cosas que suceden en un lugar inciden fuertemente en lo que ocurre en los alrededores. De hecho los
geógrafos hacen uso de las propiedades del espacio discreto para estudiar los fenómenos de dispersión y
difusión mucho antes de que la cellular automata fuese creada (Morril, Gaile y Thrall, 1988). La
introducción de la cellular automata provee una comprensión más general y sistemática de que tan
complejos e impredecibles pueden llegar a ser los resultados de tales procesos y como las pequeñas
diferencias en las circunstancias locales iniciales pueden llevar a desenlaces ampliamente diferentes (ver
Couclelis1988 para una discusión sobre cellular automata en geografía). Los patrones, irregulares pero no
aleatorios, (figura 2), resultado de la aplicación de una regla de automatización de celdas a escala de celda
individual, recuerda los patrones de destrucción dejados por la estela de un incendio, la forma de un área
urbana o la distribución de especies en una comunidad ecológica. Para los geógrafos estas son
demostraciones reales de cómo las escalas pequeñas y grandes interactúan y también de cómo espacio,
tiempo y sustancia están estrechamente asociados en los procesos espaciales.

Los espacios fractales fueron completamente conocidos únicamente hasta la década anterior y su
exploración ha estado estrechamente unida a las capacidades analíticas y de despliegue de los
computadores modernos (Mandelbrot, 1982). La geometría fractal no conoce líneas rectas, formas suaves o
volúmenes regulares u ordenados. Esta geometría es la que mejor describe las formas tortuosas e
irregulares que se encuentran usualmente en la naturaleza: nubes, rocas, ríos, escarpes montañosos,
bosques y arbustos; muchas formas inducidas por el hombre tales como áreas urbanas, parecen tener
también contornos fractales. Así, la geometría convencional ve el mundo en 1,2,3.......n dimensiones, la
geometría fractal ocupa las dimensiones no integrales existentes entre ellas; una línea de costa,
contorneada, puede tener una dimensión de 1.4, un terreno escarpado puede corresponder a 2.25 o 2.26,
algo entre lo perfectamente plano bidimensional y una figura tridimensional como un paralelepípedo, un
cono o una esfera. La geometría fractal lleva a la reproducción de formas naturales sobre los computadores,
con un realismo desigual, lo cual conduce a los geógrafos a pensar sobre la escala de nuevas formas en la
medida en que las formas fractales van revelando más y más detalle cuando la observación se hace más
cercana. La geometría fractal es una nueva herramienta para los geógrafos y las aplicaciones a problemas
actuales, aparte de lo referido a despliegue gráfico, apenas está comenzando a aparecer en la literatura.
Cuáles son las implicaciones más profundas de esta herramienta para la investigación geográfica?, el futuro
mostrará si los fractales son una moda pasajera o un nuevo punto de partida, (Batty y Longley, 1986;
Goodchild y Mark, 1987).

El espacio físico

Estación espacial, cápsula espacial, viaje espacial, espacio exterior, espacio intergaláctico; el espacio es un
término comúnmente asociado con el mundo físico, especialmente con la impensable vastedad de lo que se
encuentra fuera de nuestro alcance. Las conquistas científicas y tecnológicas de las últimas décadas han
hecho pensable lo impensable y nosotros nos sentimos muy a gusto con discusiones sobre sondas
espaciales que envían señales desde el espacio interplanetario y con imágenes de humanos en trajes
espaciales flotando en dicho espacio.

Una pista significativa sobre como entendemos el concepto de espacio es el uso de la preposición en que
indica que contiene. Conceptualizamos el espacio como un contenedor de objetos: las cosas están en el
espacio igual que naranjas en una caja o como los peces están en el agua. Esta observación intuitiva es
formalizada en la noción de espacio absoluto en la mecánica newtoniana: el espacio es un fondo neutral
contra el cual pueden ser definidas las posiciones de los objetos al igual que descritos sus movimientos; la
visión científica clásica del espacio es compatible con la experiencia humana diaria del mundo, que es
también el mundo del geógrafo. Sin embargo, también hay otros tipos de espacios físicos y otras clases de
espacios geográficos inspirados por esas conceptualizaciones alternativas.

Paralelo al desarrollo de las geometrías no euclidianas, la física moderna introdujo la noción de espacio
relativo, esto es un espacio (actualmente un espacio-tiempo), cuya estructura influye la distribución y el
movimiento de la materia y es gobernado por ella. Se habla de la existencia de espacios peculiares al nivel
de las partículas elementales, algunas de las cuales tienen dimensiones angostas e irregulares mientras que
otras poseen una estructura similar a un queso suizo. En el mundo físico tales nociones no convencionales
de espacio son relevantes únicamente o a una escala astronómica, o a una escala infinitesimal, ellas no se
aplican a la escala de barrios, regiones u océanos. Además, la idea de espacio con estructura y propiedades,
ligado íntimamente a los procesos, aparece fuertemente atractiva para los geógrafos. Las expresiones
cartográficas del concepto de espacio relativo se presentan en la forma de mapas transformados y
cartogramas; en ellos las distancias entre puntos son elaboradas proporcionales a alguna medida que
exprese el fenómeno bajo estudio, más que con relación a la distancia geográfica real; por ejemplo, las
ciudades pueden ser localizadas sobre un mapa de tal forma que las distancias entre ellas sobre el mapa
representen el tiempo o el costo de viaje, medidas que en muchos casos son más relevantes que la distancia
en millas. De esta manera, un espacio relativo puede ser cartografiado de forma que represente con mayor
precisión, sobre dicho espacio euclidiano, alguna de las variables principales que gobierna la interacción
entre lugares. En una de las primeras y mejor conocidas ilustraciones de esta técnica (figura 3), Hägestrand
sugirió que las distancias mas allá de un lugar son experimentadas logarítmicamente más que linealmente,
valorando proporcionalmente menos los desplazamientos largos que los cortos; así, una experiencia común
es que un viaje de 30 minutos no parece el doble de largo que uno de 15 minutos. Expresiones más
abstractas de la idea de espacio relativo en geografía están representadas en numerosos modelos
matemáticos de procesos socioeconómicos desarrollados desde la década de los 60´s. De esta manera, la
noción de un espacio constituido por relaciones espaciales y procesos, demostró ser particularmente
atractiva para los geógrafos humanos debido a que las nociones espaciales más relevantes desde la
perspectiva de una ciencia social, tales como relaciones espaciales, organización espacial, procesos
espaciales, dinámica espacial, reestructuración y cambio, resisten ser conceptualizadas como objetos en un
contenedor. Los geógrafos físicos, por el contrario, tienen poca razón práctica para apartarse de la
concepción absoluta de espacio, que ha servido bien para la descripción del mundo físico bajo premisas
geográficas.

Sin embargo, enfoques desarrollados en las ciencias físicas relacionados con la dinámica espacio-temporal
y usados tanto en geografía física como humana, han dado amplia aceptación a la noción de que el espacio
y los procesos están relacionados en todas las ramas de la disciplina. El resultado de esos desarrollos
conceptuales y técnicos es una visión más abstracta, flexible y compleja del espacio geográfico la cual está,
para la mayoría, más cercana a las concepciones relativas que a las absolutas.

El espacio socioeconómico

Imagine un paisaje completamente plano y peculiar con uno o dos poblados y algunas minas de cobre y
hierro aquí y allá. Los poblados, las villas y las minas son tan compactas que virtualmente son puntos en el
paisaje; la red de transporte es también homogénea y densa, de tal manera que los viajes son igualmente
fáciles en todas direcciones y siempre se puede tomar una línea recta entre dos puntos. Un industrial
examina el área buscando decidir donde colocar una factoría de acero; siendo una persona racionalmente
económica sabe que a menos gastos en transporte, mayores serán sus ganancias por lo que la mejor
localización será aquella donde los costos combinados del transporte de materias primas desde su sitio de
explotación a la factoría y el de los productos finales desde la factoría al mercado, sea el más bajo posible.
Si los trabajadores no tienen medios de transporte, la factoría puede estar en alguno de los pueblos donde
habitan, en este caso la mano de obra más barata en uno de ellos puede dar un costo total en transporte
ligeramente más bajo que los otros.

El anterior paisaje puede estar en cualquier lugar o en ninguno, es una instancia de un espacio económico
definido por las relaciones espaciales entre consumidores, productores, mano de obra y materias primas. Es
un espacio relativo cuyas propiedades (como la existencia de puntos donde los costos totales de transporte
son minimizados), surgen a través de dos elementos: la localización de puntos críticos con relación a otros
y ciertas condiciones económicas y principios asumidos como propios de ese espacio. El valor del
pensamiento acerca del mundo como un espacio económico es que tal visión nos lleva al desarrollo de
principios teóricos generales sobre el efecto de los factores geográficos, tales como la distancia, sobre la
actividad económica. Lo que se puede decir de un espacio económico es válido para todos los espacios
económicos de tipo similar en cualquier momento y tiempo pues, aunque el mundo empírico es siempre
infinitamente más complejo, las interdependencias básicas entre los factores económicos y espaciales,
realzados en el espacio económico, son guías valiosas para aprehender elementos reales en lugares reales y
aún para intentar predecir u orientar el desarrollo económico de una región. La geografía económica,
desarrollada en torno a la investigación sobre las propiedades del espacio económico, es un campo
floreciente de la geografía humana moderna (LLoyd y Dicken, 1977).

El concepto de espacio económico puede extenderse a otros tipos de problemas no relacionados


explícitamente con factores económicos, pero que también están orientados a la localización relativa de las
actividades humanas. En tales casos los geógrafos hablan en forma más general, de un espacio
socioeconómico e igual que en el espacio económico, las ideas resultantes de su análisis, son usualmente
consistentes con la intuición. Por ejemplo, si todos los elementos fuesen iguales, habría más intercambios
entre los lugares que están cerca, que entre lugares lejanos entre sí; también habría más intercambio entre
grandes ciudades que entre pueblos pequeños y entre más lejos debiese ser transportado un producto,
mayores serían los costos para el productor y/o el consumidor. Al ir desarrollando modelos analíticos del
espacio socioeconómico, se hace posible resolver no sólo la fortaleza general de esas relaciones
intuitivamente obvias, sino también su importancia relativa en términos cualitativos (Haynes y
Fotheringham, 1984).

El análisis espacial es el enfoque general que usa la matemática y la estadística para derivar las
propiedades cuantitativas de los espacios de interés para los geógrafos y del espacio socioeconómico en
particular. El análisis espacial está asociado estrechamente con la revolución cuantitativa en geografía, que
tuvo lugar en los 60´s, pero considero que no fue restringido únicamente a la geografía; la ciencia regional
y la economía urbana han desarrollado métodos espaciales analíticos en sus investigaciones del crecimiento
y reestructuración urbana y regional, por ejemplo el cómo la estructura industrial de una región puede
cambiar debido a una mano de obra local más costosa o a las condiciones cambiantes en la oferta de
materias primas. Los arqueólogos han tomado los modelos y técnicas analíticas espaciales para reflexionar
sobre la localización de asentamientos perdidos de culturas antiguas y vínculos entre ellas.

Dentro del análisis espacial, la teoría de la localización analiza el espacio económico desde una perspectiva
especial intentando determinar las localizaciones óptimas para servicios específicos, facilidades o
funciones. En un espacio socioeconómico lo óptimo significa un costo más bajo, menor tiempo, menor
esfuerzo, menor riesgo y en general lo menos de cualquier cosa indeseable. Las aplicaciones son
numerosas: encontrar la localización de una escuela o el lugar para una estación de ambulancias que
asegure que los pacientes o víctimas de un accidente en un barrio sean transportados lo más rápidamente
posible al hospital. El caso hipotético de la factoría siderúrgica tratado anteriormente se basa en un
problema clásico de la teoría de la localización industrial (Weber, 1929) y es otro ejemplo sobre la
búsqueda de una localización óptima dentro de un espacio económico. El espacio socioeconómico, y en
particular aquel que examina la teoría de la localización, realza una propiedad característica de los espacios
relativos que los hace diferentes con respecto al espacio absoluto newtoniano: los puntos dentro de ese
espacio no son indiferentes ni neutrales, ellos están intrínsecamente mejor o peor para algún propósito,
debido a su posición relativa con respecto a algún otro punto significante. El valor que un lugar tiene en un
espacio socioeconómico, en virtud a su posición relativa, es considerado en el concepto de situación, en
contraste con su valor como sitio, que consiste en identificar las características o atributos relevantes de
ese lugar: vegetación, pendiente, uso del suelo, construcciones y demás. La distinción sitio/situación en el
espacio socioeconómico es una expresión geográfica concreta de la diferencia entre espacio absoluto y
relativo y realza la significación de esa diferencia para la geografía.
El espacio socioeconómico, espacio relativo definido por las actividades y relaciones sociales y
económicas, es también de interés para los geógrafos que no han adoptado la metodología cuantitativa del
análisis espacial. Un número de enfoques alternativos, basados en diferentes premisas como epistemologías
realistas, teoría marxista o la teoría de la estructuración, han contribuido con análisis perspicaces de la
interacción entre las relaciones sociales y la estructura espacial. Por ejemplo, algunos estudios recientes
han examinado cómo la distribución del empleo en regiones urbanas, junto con las condiciones de
transporte, significan limitantes sobre las vidas de grupos de poblaciones marginales como mujeres
trabajadoras o minorías de bajos ingresos; otros estudios han intentado determinar como los modos
capitalistas de producción han llevado a la descentralización de la industria de la confección en Los
Angeles, (que depende en gran parte de la mano de obra femenina mal pagada). En un contexto histórico,
otros trabajos han documentado cómo el reemplazo de campos abiertos por áreas encerradas en Europa del
norte y occidental, llevaron a la reestructuración de las relaciones sociales de la población granjera (Pred
1986). Desde tales perspectivas el espacio se torna de gran interés sólo cuando es visto como una
producción social, algo constituido, reproducido y cambiado por las relaciones sociales y a su vez,
determinando el desenvolvimiento de tales relaciones. Las propiedades espaciales abstractas, como se
definieron a través de los enfoques espaciales analíticos sobre el espacio socioeconómico son, según este
punto de vista, de relevancia limitada en los procesos sociales.

Esta es la posición asumida por los geógrafos inspirados en la teoría de la crítica social y en particular la
teoría marxista; otros, basados en la teoría de la estructuración, objetan lo anterior como determinismo
socioespacial y por tanto han planteado la importancia de la contribución de la conciencia humana como
agente en la formación de las relaciones sociales (y también espaciales). Así, es apropiado incluir ambas
perspectivas en una sección sobre el espacio socioeconómico para subsanar las aún considerables
diferencias entre los dos, denominemos entonces espacio social a la concepción de espacio asociada con el
trabajo de los geógrafos que siguen el enfoque de la teoría social crítica.

El espacio comportamental

Todo individuo conoce los sentimientos: al correr a reunirse con un ser amado en el aeropuerto el viaje
parece eterno, al conducir a una cita con el dentista el viaje será muy corto; al salir desde el centro de una
ciudad, los elementos urbanos se van espaciando rápidamente y al conducir de regreso sobre la misma ruta,
las distancias parecen contraerse. Las distancias que los personas experimentan no son iguales a las
distancias del mapa planimétricamente exacto, las percepciones sobre que tan cerca o como se alejan las
cosas unas de otras son definidas, en gran medida, por los niveles de conocimiento del área, por los
aspectos psicológicos del hábito, por la anticipación, el miedo, la tensión, el aburrimiento y por un conjunto
de factores subjetivos y aún elementos biológicos. Esas percepciones a su turno, afectan el comportamiento
humano en el espacio; las personas pueden ser clientes de una tienda de barrio por años creyendo
equivocadamente que es la más cercana a su residencia que las otras, también pueden no usar una
biblioteca pública debido a que por alguna razón la sienten como muy lejana; otro ejemplo es el abandono
de una ruta al trabajo perfectamente eficiente, debido a que la consideran peligrosa o tensionante. El
espacio de la experiencia de las personas y a partir del cual toman sus decisiones diariamente, difiere del
espacio definible objetivamente es decir, de aquellos que hemos definido como matemático, físico y
socioeconómico.

La idea central adoptada por el enfoque conocido como geografía del comportamiento es que las personas
responden a ambientes en la forma como ellas lo perciban y lo entiendan (Moore y Golledge, 1976).
Matemáticamente las rutas y localizaciones óptimas no son necesariamente las que la gente tiene o las que
debería adoptar, la geografía del comportamiento reconoce dos hechos: primero que el comportamiento y
la decisión individual en la construcción del espacio está basado en un conocimiento que es incompleto y
distorsionado, segundo que la complejidad de la psicología humana lleva a actitudes y decisiones que
pueden no ser óptimas en un sentido teórico, pero que son consideradas como las mejores en el momento,
por los individuos que la ejecutan.

De acuerdo a la geografía del comportamiento, los individuos funcionan en un mundo subjetivo, un mundo
en la cabeza. Numerosos estudios empíricos han explorado el espacio comportamental documentando sus
propiedades con experimentos que involucran sujetos de diferentes subgrupos de población, jóvenes y
viejos, hombres y mujeres, discapacitados e individuos sin limitaciones físicas, alfabetos y analfabetos; las
principales ideas obtenidas de dichos estudios sobre la estructura y propiedades del espacio
comportamental, se encuentra en la amplia literatura disponible sobre los mapas cognitivos; estos buscan
representar gráficamente una comprensión individual de la estructura espacial del ambiente (Downs y Stea,
1973; Gould y White, 1974). En una serie de estudios que significaron el comienzo de esta especialidad en
los 60´s, Lynch (1960), exploró la percepción del espacio urbano por las personas, haciéndoles dibujar
mapas de memoria sobre la ciudad en que vivían. Aparte de la amplia variedad de habilidades gráficas y
estilos, Lynch encontró que 5 tipos de elementos espaciales eran siempre mencionados: puntos de
referencia, rutas, distritos, nodos y barreras; en años recientes los estudios de mapas cognitivos se han
hecho más sofisticados pues el desarrollo de nuevos enfoques asistidos por computador ha llevado a la
representación cartográfica de configuraciones cognitivas que, se presume, son representaciones de la
estructura espacial de una ciudad, un vecindario o construcciones mentales de sujetos experimentales.
Estos métodos no dependen de las habilidades de dibujo de los sujetos, sino que acceden directamente a
información más fiable, sin tener que solucionar el problema de distinguir entre la imagen y el
conocimiento espacial contenido en ella. Además, las propiedades geométricas de las configuraciones
obtenidas en esta forma, pueden ser también investigadas utilizando herramientas analíticas. Por ejemplo,
muestras de configuraciones cognitivas individuales fueron obtenidas de residentes de Columbus (Ohio),
en conjunto con una configuración promedio derivada de todas las respuestas de los sujetos del
experimento (fig. 4). Lo que podría ser una malla sobre un mapa ordinario de Columbus, aparece en la
mente de los sujetos, alargado, torcido, doblado o desgarrado de varias maneras. Las discusiones sobre los
mapas cognitivos se han orientado a entender como surgen estas distorsiones y su relación con el
comportamiento común de los individuos (Downs, 1982, Golledge y Stimson, 1987).
También hay otros enfoques más directos sobre el estudio del espacio comportamental. Uno muy popular
consiste en observar las elecciones espaciales de un grupo de personas, por ejemplo dónde van de compras,
dónde buscan una casa o hacia qué lugar migran, y entonces intentar encontrar relaciones entre el
comportamiento espacial, de un lado, y otras características socioeconómicas y personales del otro.
Algunos elementos que pueden surgir de esta estructura sobre el espacio comportamental incluye la manera
en que los ingresos, la educación, la raza y el género, afectan la extensión del espacio urbano dentro del
cual se desenvuelven las actividades diarias de una persona, o si la mayor distancia de residencia en una
comunidad produce percepciones menos distorsionadas de las distancias locales (Golledge y Rushton
1976).

Otro enfoque es el de la geografía del tiempo, donde los movimientos individuales son observados no sólo
a través del espacio, sino también a través del tiempo. En un experimento típico, los sujetos participantes
mantienen registros diarios de los lugares a donde se desplazan y que tanto tiempo se están en ese lugar, al
final del día cada persona describe su ruta en espacio-tiempo diario: dejó la casa a las 7:40, arribó al trabajo
a la 8:10, fue al dentista a las 10:15, estuvo allí hasta las 10:30 etc. ..., cada día las rutas del espacio-tiempo
de los individuos se juntan en actividades comunes, luego se separan y reagrupan en diferentes
combinaciones y vuelven a separarsen, dando lugar a lo que los geógrafos han llamado la coreografía de la
existencia (fig. 5). La idea básica sobre la que se construye la geografía del tiempo es que hay un
intercambio directo entre el espacio y el tiempo comportamentales debido a que el tiempo es necesario para
cubrir el espacio (distancia). El mayor tiempo individual necesario para desplazarse de un lugar a otro
significa menor tiempo disponible para utilizar en cualquier otro lugar, comprometiendo el desarrollo de
las actividades del individuo; así mismo, el tiempo que se es obligado a usar en un lugar determinado
(digamos la casa o el trabajo), limita el acceso de la persona a otros lugares. Esta simple observación tiene
profundas implicaciones para las relaciones entre la distribución espacial de las actividades diarias y las
restricciones impuestas a la vida de una persona por las demandas de la sociedad, consistentes en trabajo y
cuidado de la familia (Pred, 1981).

El espacio experencial

Si uno ve el espacio matemático, físico, socioeconómico y comportamental como creaciones del intelecto
humano o como el descubrimiento de cosas que realmente existen, son todos constructos de las ciencias
naturales y sociales, ellos son el resultado del pensamiento teórico y de la aplicación de técnicas
estadísticas y matemáticas complejas, creadas por un propósito racional particular, la comprensión
científica del mundo natural y social. Aún, el espacio comportamental, en su intención deliberada por ser
objetivo en la medición de lo subjetivo, entra en la categoría de los espacios sofisticados-fragmentados de
Sack (1980), esquema de la fig. 1. El espacio experencial, de otro lado, es el espacio que los seres humanos
están experimentando actualmente, antes de que pase por el filtro del análisis científico; abarca todas las no
analizadas, no examinadas o no articuladas formas de comprensión espacial, incluyendo lo práctico, el
entendimiento por sentido común del espacio de la vida diaria, el imperfecto pero cada vez mejor
conocimiento del infante y el niño, del discapacitado, del individuo de la cultura ajena o el miembro de
una tribu que el tiempo olvidó.

El espacio experencial también incluye los tipos contemplativos de experiencia espacial, inherente a la
apreciación de espacios míticos y sagrados así como la experiencia estética de simetría, proporción,
balance, etc..., que son centrales a la creación y apreciación del arte; Sack, (1980) llamó esas últimas
concepciones de espacio como no sofisticadas-no fragmentadas, debido a que en ellas lo subjetivo y lo
objetivo, espacio y sustancia, parecen carecer de sentido; en realidad es únicamente desde la perspectiva
científica, (analítica), que esas concepciones pueden aparece como no sofisticadas. Ellas están más allá de
lo simple, si se reconocen los refinamientos del conocimiento espacial intuitivo requerido para la más
ordinaria de las tareas cotidianas, o la sutileza de complejidad y significación proyectada sobre las
geografías sagradas de cada una de las culturas más primitivas.
Tomemos por ejemplo las tareas diarias. La habilidad espacial involucrada en agarrar una taza de café,
llevarla a la boca y beber de ella sin derramar el líquido está siendo investigada y aplicada para los más
sofisticados implementos robóticos de la actualidad. Cualquier cosa más compleja que, por ejemplo la
habilidad de un atleta mediocre para jugar tenis o la destreza para navegar de un isleño analfabeto, excede
la capacidad analítica del hombre y su habilidad para construir modelos mecánicos o formales de dicha
acción. No son sólo las habilidades espaciales humanas las que nos maravillan, hace sólo unos cuantos
años que uno de los más avanzados laboratorios de ingeniería del Instituto Tecnológico de Massachusetts
fue capaz de construir un objeto que pudiese balancearse sobre sí mismo en seis patas y caminar como un
insecto. El dominio corporal de habilidades espaciales es sólo una forma de conocimiento del espacio
experencial que todos los seres vivientes poseen; esto es, un conocimiento fundamental y preconceptual del
espacio, una intuición básica desarrollada durante eones de adaptación evolutiva a un mundo con los
condicionantes de la física, la biología, y en el caso de los humanos, la cultura. La gravedad da a los
humanos el sentido de lo vertical y lo horizontal, el arriba y abajo, la estructura asimétrica de sus cuerpos,
el atrás y adelante, inercia y fricción, su sentido de motricidad, sus habilidades para captar y procesar luz y
sonido, su sentido de proyección espacial y algunos argumentan incluso, que el hecho de haber nacido y
crecido en un mundo de edificaciones, objetos y calles rectangulares, lleva a que las personas tengan una
concepción euclidiana del espacio. Kant tenía razón después de todo: el espacio es sintético a priori, una
precondición innata del conocimiento conceptual, aunque su apariencia euclidiana pueda ser de alguna
manera, una construcción cultural.

Aquella parte del espacio experencial que nosotros conocemos con nuestros cuerpos más que con nuestra
mente es llamado espacio sensorimotor. Un aspecto del espacio sensorimotor, suficientemente importante
como para considerarlo aparte es el espacio perceptual, es decir el espacio derivado de la vista, el oído y los
otros sentidos. La actividad de los órganos de los sentidos es fácil de captar con aparatos analíticos puesto
que son los sentidos corporales más primitivos de balance y movimiento. Sin embargo, décadas de estar
estudiando la visión humana no ha podido dar respuesta a la simple pregunta de cómo nosotros
comprendemos lo que vemos. El espacio perceptual se mantiene más misterioso que el difícilmente
comprensible espacio multidimensional de la geometría matemática.

Mientras los espacios sensorimotor y perceptual constituyen los espacios de las habilidades, en el otro lado
de la divisoria analítica encontramos el espacio simbólico de los significados. No analizado pero no
sofisticado, desarticulado pero no inexplicado, espacios míticos y sagrados que transforman la geografía en
una proyección del cosmos. El espíritu se convierte en lugar, Dios en Edén, el tiempo del sueño se
convierte en territorio en las notas de las canciones de los aborígenes; el monte Olimpo y el monte Fuji han
sido siempre sagrados; la tierra en sí misma es la Gran Madre Gaia. Los mitos se entrelazan alrededor de
esas transformaciones, proyectando realidades eternas de un tipo (espirituales) en realidades eternas de otra
clase (geográficas). En una transformación inversa, la vivienda (geografía) se torna sagrada (espíritu). Una
casa provincial es como ningún otro lugar en el mundo; el hogar es donde está el corazón.

Hemos recorrido un largo camino desde el espacio de la matemática y la física. Por ahora el espacio, aquél
enriquecido con la experiencia y el significado humano, se ha transformado en lugar. Esto es reafirmado en
la manera como Tuan (1977) y otros geógrafos humanistas conciben esta distinción: el lugar es el espacio
infundido con significado humano.

Es fácil imaginar una geografía primitiva privada de las nociones de espacio matemático, físico,
socioeconómico o comportamental; pero la geografía sería impensable sin el espacio experencial, sin las
nociones intuitivas de arriba y abajo, cerca y lejos, contiguo y separado, aquí y allá; sin el sentido de la
visión a la cual debemos el conocimiento de horizontes distantes y sin los significados asociados con el
sentido de lugar, que está presente en toda parte donde los humanos estén, pero condensado y sublimado en
espacios míticos y sagrados. Gracias a la geografía humanística, la parte de la geografía que se considera a
sí misma más un proyecto académico que una ciencia, estos espacios sutiles y elusivos no han sido
perdidos por la disciplina. Para muchos científicos cognitivos y lingüistas modernos, el espacio experencial
es considerado suficientemente fundamental como para estructurar todo el pensamiento y el lenguaje
humano (Lakoff 1987); además otras tradiciones en geografía encuentran este tipo de espacio
crecientemente relevante para sus estudios.

Cerrando el círculo

Hemos completado el círculo, nuestra secuencia de espacios comenzó con un espacio puro de símbolos
formales y finalizó con otro espacio de símbolos, de realidades afectivas y espirituales, de experiencias
privadas y memorias colectivas. Los primeros tipos de espacio son perfectamente objetivos y pueden ser
plenamente descritos y transmitidos por los métodos racionales más conocidos, los últimos son fuertemente
subjetivos, no racionalizados, participados pero no comunicados. Los espacios matemáticos son forma
pura, carentes de significado humano, los espacios experenciales no tienen forma pero están plenos de
significado humano. La simetría aparece completa.

La geografía como ciencia espacial abarca este rango de espacios: no sólo tensión se siente al interior de la
disciplina, también simetría. Los geógrafos analíticos, marxistas, humanistas, incluidos geógrafos físicos y
humanos, en ocasiones consideran que tienen poco en común pero todos buscan el conocimiento a lo largo
del mismo espectro de concepciones de espacio; aún con la variedad de términos espaciales que usan, una
variedad que puede confundir en el momento de instruir geógrafos, hay un objetivo común en el contexto
de concepciones apropiadas de espacio.

La forma como las diferentes terminologías espaciales pueden ser entrelazadas es sugerida en la tabla 10.1.
La cartografía es sólo tentativa puesto que, por ejemplo, el espacio experencial desafía la clasificación
ordenada y dimensionada. El lugar es como la localización o como el punto, en cierto sentido, pero no es
un elemento de dimensión cero, de hecho todo el mundo es un lugar. El espacio experencial se define a sí
mismo con su propia semántica. El ver esta variedad de espacios como una secuencia lineal, da la idea de
un incremento gradual del contenido sustantivo e inversamente un decrecimiento también gradual de la
estructura formal. Igual que con otros conceptos complejos, cada vez que el espacio es visto desde un
ángulo diferente, emerge una conceptualización diferente. Como punto de partida consideremos los
espacios matemático, físico, socioeconómico, comportamental y experencial como una secuencia no lineal,
pero sí como una estructura jerárquica (fig. 6). La noción de progresión gradual se mantiene, pero los
espacios comportamental, socioeconómico, físico y matemático aparecen con dominios gradualmente
limitados y contenidos dentro del espacio experencial. Esto le confiere mayor sentido?, la respuesta será
más clara en el futuro.

Tabla 10.1. Cuatro espacios y su terminología

Matemático Socioeconómico Comportamental Experencial

Punto Localización Puntos de referencia Lugar


Línea Ruta Vía Camino

Area Región Distrito Territorio

Plano geométrico Superficie Ambiente Dominio

Configuración Distribución Trazado espacial Mundo

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