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Objetivo general

Analizar la novela costarricense Cachaza de Virgilio Mora mediante la teoría


del Psicoanálisis de Sigmund Freud y el modelo panóptico de Jeremías Bentham.

Objetivos específicos

 Reconocer los problemas psicológicos que presentan los personajes en la


novela Cachaza.
 Evidenciar el abuso del poder como mecanismo de sometimiento social y
marginal presente en la novela Cachaza.
 Identificar el modelo panóptico y su función como método de organización
institucional y humano- colectivo en la novela costarricense Cachaza.

Hipótesis

Los personajes de la novela Cachaza sufren un proceso de degradación


ocasionado por la mala praxis del personal médico.
Justificación

La exploración que el lector hace de las vivencias humanas presentes en un


hospital psiquiátrico en la novela Cachaza de Virgilio Mora, es una nueva
propuesta por parte del autor para la narrativa costarricense de la época, es una
búsqueda de nuevas formas de expresión literaria.

Ésta es sin duda una temática muy realista, la cual muestra que tanto
hombres y mujeres, sin importar la condición social, no están exentos a padecer
una enfermedad mental.

La novela Cachaza, deja mostrar al público la negligencia y falta de ética


que presenta el personal médico de la institución: Hospital Psiquiátrico Chapuí,
donde los pacientes son tratados sin ninguna consideración humana; así de esta
forma son descuidados, explotados como en el caso del personaje protagonista
Cachaza; además son víctimas de curaciones peligrosas llevadas a cabo por los
médicos, como venganza hacia los mismos pacientes: los famosos
“electrochoques”, que sin duda alguna, no sólo van eliminando recuerdos del
cerebro de los enfermos, sino, que los acerca cada vez más a la muerte.

Sin duda alguna, Cachaza es una representación de un ambiente


deprimente, degradante, olvidado del resto del mundo, donde los personajes van
desapareciendo poco a poco, se van apagando como una luz en la oscuridad.
Estado la cuestión

Virgilio Mora Rodríguez, médico psiquiatra y escritor nacido en San José,


Costa Rica. Es uno de los más interesantes escritores de la Costa Rica actual y es
también uno de los más injustamente olvidados y marginados.
Este escritor ha sido motivo de varios artículos de revista nacionales, para
referirse a su obra en estudio Cachaza, al hombre y escritor o alguna de sus otras
obras especialmente.
La filóloga María Amoretti es una de las personas que más han
profundizado la obra de este autor, según Amoretti a Mora lo aprecian y lo
marginan a la misma vez, pero es principalmente marginado por la forma radical
con que mira a su tierra, desde la ciudad de New York donde reside desde hace
muchos años.
Muchos creadores de nuestra historia han sido marginados por grupos de
poder que imponen su ideología, ejemplo la élite que admitió como cultura
verdadera la que respondía al modelo liberal de finales del siglo XIX. Los que no
calzaban en esa ideología cándida, uniformizante, simplemente fueron relegados.
Es útil para esta investigación conocer un poco acerca de los artículos
escritos sobre Cachaza que como lo mencionaba anteriormente la mayoría de
ellos hechos por la Dra. María Amoretti:
1
- “Comenzar por el comienzo o la teoría de los íncipit” , artículo de Amoretti
en el cual presente los problemas sociales y psicológicos que enfrentan las
personas marginadas dentro del texto, y esto lo hace abarcando el íncipit de la
obra de forma breve, pero con un conciso comentario de la misma.
María Amoretti realiza en su libro Introducción al socio-texto un análisis
profundo de la novela costarricense Cachaza, Amoretti intenta desentrañar el texto
mediante la sociocrítica y rescata el contexto social en que se enmarca el relato de
dicha novela.
Amoretti, abarca a través de la teoría del íncipit la dirección que es
introducida en la novela Cachaza mediante la cual se observa con la descripción

1
Amoretti, María. “Comenzar por el comienzo o la teoría del íncipit”. EN: Revista de filología y lingüística
de la Universidad de Costa Rica, IX (1-2), marzo, 1983, pág. 145- 151.
del cuadro inicial, el tipo de discurso y su sincronía entre otros rasgos que
organiza y despliega el texto que orienta al lector. El íncipit ofrece en Cachaza: “la
información necesaria sobre el medio, los lugares y el decorado dentro del cual se
va a desarrollar la acción (…)información indirecta sobre el destino de los
personajes; presagia su porvenir” (1989:54)
Además, plantea el establecimiento del íncipit como protocolo de la lectura
ligado al título de la novela, lo que permite determinar referencias socioculturales
en el texto. El título establece un doble sentido, un sentido oscilante, por una
parte, lo animado humano (“el Cachaza”) y lo inanimado (“la Cachaza”):

Este sema permite al mismo tiempo dos lecturas: la


marginalidad puede entenderse como voluntaria; puede
producirse por la no- intervención:
[cachaza/pereza/lentitud/impasibilidad/inactividad]. La
marginalidad puede percibirse producida por una situación
de represión gracias a la cual el personaje es
violentamente expulsado del centro:
[Cachaza/desecho/residuo/escoria] (1989:68)

Asimismo, marcará la clasificación de un grupo social que dentro de un


hospital psiquiátrico les exime de todo contacto con el mundo exterior hasta
reducirlos a nada:
…la historia de Cachaza es una historia de expulsión
que va hasta la aniquilación total de la humanidad. Así el
sintagma narrativo no es solamente un proceso
degradador, sino también un mecanismo de eliminación de
indeseables: es la marginación absoluta… (1989:100)

La función ideológica que rescata Amoretti de esta novela se basa en la


contradicción, en la doble articulación de una realidad que a su vez se cuestiona:

…es evidente que aún cuando el discurso del texto


pretende ser un relajo, un escándalo, un insulto contra el
discurso oficial, queriendo ser transgresor, el texto no logra
ser una pseudotransgresión (…) a menudo encontramos
interferencias a la vez que se interfieren ellas también, la
ideología y la contraideología, la Ley y la Anti-Ley, pero
sobre todo… el significado y el anti-significado. (1989:144)

Por otro lado, la crítica de Cachaza realizada por Amoretti pone al texto en
marcha en cuanto a la lectura y la escritura, palabra y silencio, en donde el
proyecto foucaldiano: no habla sobre la locura, sino que la hace manifestarse
como acto de locura. Esta misma escritora encargada del prefacio del libro
Cachaza dice que: “Para poder comprender la locura es necesario entrar en ella,
entender su lenguaje, hablar su idioma (…) esa tarea es imposible” (1996:9) El
intento realizado por Mora en su libro es un acto contradictorio que introduce al
lector en el juego del desconcierto del análisis de la locura dada dentro del relato o
expuesta en el mismo lector, en la cual se enmarcan, además, diferentes
problemas sociales que emergen en su propio centro de forma inseparable:

…esta historia se ofrece por medio de la conciencia del


propio personaje y ella contiene entre otros aspectos: la
desintegración de la familia, el poder y la violación como
formas básicas de relación entre los hombres, el papel del
sexo en el mundo del narrador y en el de otros; la
intervención de los sueños es otro de los métodos para
conocer el conflicto del narrador… (1996:9)

No solo el desquiciamiento es el motivo de la lectura son mostrar un


panorama amplio de los problemas sociales que emergen dentro de la sociedad y
de los cuales se intentan ocultar o excluir como una manifestación aislada, en
donde en realidad la sociedad no se encarga de resolver sus propios males, por el
contrario los excluye sin concluir soluciones viables mas que la marginación.

-Otro artículo referente a la novela Cachaza es “La mirada seducida” 2 , en


el cual conocemos algunas de las obras de Virgilio Mora como lo son: La loca
Prados, La distancia de último adiós, La Película, Los problemas de gato,
Memorias de un psiquiatra, esta última más enfatizada debido a que hace una
ficción autobiográfica.
-La Dra. Amoretti toca un tema o intertexto presente en la novela Cachaza
como lo es el Carnaval de Mijaíl Bajtín; esto lo hace en su artículo En Cachaza: el
relajo del carnaval y el diálogo de los contrarios 3 en él se retoman aspectos como
la inversión de jerarquías que muestra la novela, la discriminación, personajes
degradados, subordinados por la sociedad.

2
Amoretti, María. “La mirada seducida”. En: Revista de filología y lingüística de la Universidad de Costa
Rica, XXVII (2), Julio- Diciembre, 2003, pág. 23-50.
3
Amoretti, María. “En Cachaza: el relajo del carnaval y el diálogo de los contrarios”.En: Kañina,
Revista de artes y letras de la Universidad de Costa Rica, VII (2), Julio-Diciembre, 1983, pág.21-32.
El escritor Virgilio Mora ha sabido plasmas en su narrativa una crisis o
revisión de la realidad pese a que se le ha tenido en olvido y sus obras no son
muy comentadas por los críticos.
-Margarita Rojas y Flora Ovares relatan el contexto en que se desarrolla
nuestro escritor; esto en 100 años de la literatura costarricense; donde nos narran
que en la décadas de 1950-1960 tras los cambios que sufrió Costa Rica después
de la Guerra Civil del 48 como lo fueron el fuerte intervencionismo del estado, el
modelo de sustitución de importaciones, entre otros. En el campo de las
publicaciones aparece la revista Brecha circuló entre 1956 y 1962 en la cual
publicaban ensayistas y críticos literarios.
La revista Brecha sirvió a los escritores que empezaban a surgir en la
época aunque su narrativa no presentaba grandes creaciones debido a que se
basaban en modelos de la época anterior “Los años 1950-1960 presentan pocas
innovaciones importantes en la narrativa; las obras publicadas, en términos
generales, siguen la línea neorrealista de la década anterior” (Rojas y Ovares:
1995:158). No fue hasta en la década posterior donde la novela, el cuento, el
teatro adquieren mayor importancia, en 1970 se fortalece la renovación de la
literatura.
- Álvaro Quesada nos narra en Breve historia de la literatura costarricense
algo similar referente al contexto histórico en que se desenvuelve Virgilio Mora y
se escribe la novela Cachaza.
Este autor enfatiza o destaca los problemas sociales que surgieron a partir
de 1960 con la supuesta modernización “Sin embargo tras esta fachada de
modernización democrática, crecimiento y progreso, se experimentaban nuevas
formas de dominio, corrupción, desintegración y enajenación” (Quesada: 2000:69).
Nuestros escritores se ven inmersos en esta realidad que optan por plasmarla en
las distintas novelas; ya no muestran una Costa Rica pacífica y tranquila en la que
nunca pasaba nada, sino que instan a una re-visión de las circunstancias.
Virgilio Mora perteneció al primer grupo de escritores que denuncian en
cierta medida las repercusiones de la modernidad “Un primer grupo cuyo período
de formación coincide con los inicios del proyecto modernizador de la “Segunda
República estaría conformado por los narradores Alberto Cañas (1920), Julieta
Pinto (1922), José León Sánchez (1929), Carmen Naranjo (1931), Rima de
Vallboona (1931), Samuel Rovinski (1932), Virgilio Mora (1935)” (Quesada:
2000:70). Con esto podemos deducir el por qué, de las obras de Mora y conocer lo
de lo que fueron partícipes tanto él como también los escritores de su época.
Las novelas de Virgilio exploran fenómenos de marginación urbana, ligados
a la locura y el sadomasoquismo, la represión social, síquica y sexual ejemplo de
ello en Cachaza.
Según Álvaro Quesada nuestro escritor Virgilio Mora plasma muy bien en
sus textos la realidad de Costa Rica, hace una denuncia social con procedimientos
innovadores y con una agresividad verbal inusitada en la literatura.
Marco teórico

Para un mejor análisis de esta investigación se considera importante la


definición de ciertos conceptos que son indispensables para el desarrollo del
mismo; estos se presentan a continuación.

Psicoanálisis4:

Es un sistema de interpretación, una teoría sobre la mente humana, un


método para curar a quienes se consideran mentalmente enfermos o perturbados.
Esta teoría fue desarrollada por Sigmund Freud.
La curación según Freud, no se logra exclusivamente explicando al
paciente lo que le pasa y revelándole sus motivaciones inconscientes, sino que
requiere de un largo proceso en el cual el psicoanalista debe conocer muy a fondo
los problemas de su analizado.

“…se interesa no sólo en “leer el texto” del


inconsciente, sino en descubrir los procesos, la labor del
sueño mediante los cuales se produjo el texto. Para ello
enfoca lo que se llama en particular lugares “sintomáticos”
del texto del sueño- deformaciones, ambigüedades,
ausencias y supresiones que pueden proporcionar un modo
de acceso de valor especial al “contenido latente” o
impulsos inconcientes que intervinieron en la elaboración”.
(Calderón: 1994: 216).

Por otro lado, Calderón dice que el psicoanálisis es una forma de control
social opresivo, que rotula a los individuos y los obliga a adaptarse a definiciones
arbitrarias de normalidad.
Una de las etapas del psicoanálisis de Freud es el Complejo de Edipo, para
lo que se da la siguiente definición:

Complejo: “Haz o nudo de imágenes o ideas, sostenido por una carga afectiva.
Los complejos encerrados en la inconsciencia, influyen indirectamente la conducta
del hombre.” (Zolla: 1962:292).

4
Basado en: Karen Guzman. “Simmund Freud: el psicoanálisis”. Wikipedia, Monografías.com
Complejo de Edipo:

Según Freud, “el complejo edípico puede ser considerado como el núcleo
de las neurosis” (Miotto: 1962:24).
Éste, tiene lugar de manera aproximada, entre los tres y los cinco años. El
complejo de Edipo es una de las concepciones mas controvertidas del sistema
freudiano. Y según la forma en que el sujeto resuelve este conflicto aparecerán o
no perturbaciones neuróticas posteriores.
En complejo de Edipo, el niño se halla situado en una especie de triángulo
afectivo con relación a sus padres, de modo que está envuelto en una red de
deseos amorosos hostiles con respecto a estos. Este conflicto puede presentarse
bajo dos formas:

Complejo de Edipo positivo: el triángulo afectivo se resuelve a favor del


progenitor de sexo opuesto; la hostilidad por tanto, será dirigida hacia el
progenitor del mismo sexo (la madre en el caso de la niña y el padre en el caso
del varón).

Complejo Edipo negativo: en esta forma el progenitor del mismo sexo la


madre, en el caso de la niña, y el padre en el caso del varón, se convierten en los
depositarios del complejo edípico.
En su última etapa, Freud planteó que ambas formas podían darse de
forma concomitante en todo sujeto, lo que pasó a denominar con el nombre de
complejo de Edipo completo.
Según Freud, en el complejo de Edipo el padre se interpone en la relación
de “idilio” entre madre e hijo. Sin embargo, el niño percibe que el padre es el
sujeto amoroso de la madre (es su rival). Por otro lado, también participa del
afecto de su padre, del que se siente corresponsable. Este conflicto perderá fuerza
en la medida en que el niño renuncie a poseer a su madre y se sienta ligado al
padre por un fuerte afecto, y por el temor de ser castigado por el. De esta manera,
la madre deja de ser el todo para el niño, el cual realizara un desplazamiento de
sus sentimientos amorosos hacia otros objetos.
Según estudio de Freud, el ser humano posee tres procesos mentale que
rigen su ser interno, los cuales son el consciente, preconsciente y el inconsciente:

El Inconsciente

El término inconsciente es el más popular del psicoanálisis, hasta el punto


que identifica al psicoanálisis mismo. Los psicoanalistas prefieren explicar el
inconsciente como una dimensión de lo psíquico, radicalmente diferenciada de la
conciencia aunque vinculada con ella, o también con las expresiones verbales del
sujeto que se infiltran a través del discurso.

La idea del inconsciente llega al psicoanálisis a través de dos caminos: la


filosofía y la psicología. Se podría concebir en estos términos a lo inconsciente
como una degradación de la conciencia.
Freud parte de un hecho simple para ilustrar lo inconsciente, diciendo que
cualquier representación o elemento psíquico puede estar presente en nuestra
conciencia y luego desaparecer; y sin embargo, puede volver a reaparecer a
través del recuerdo, y no como otra consecuencia de la representación sensorial.

Consciente, Preconsciente e Inconsciente

La conciencia es la cualidad momentánea que caracteriza las percepciones


externas e internas dentro del conjunto de los fenómenos psíquicos.
El término inconsciente se utiliza para connotar el conjunto de los
contenidos no presentes en el campo actual de la conciencia del individuo.
Está constituido por contenidos reprimidos que buscan regresar a la
conciencia o bien que nunca fueron conscientes y su cualidad es incompatible con
la conciencia.
El preconsciente, designa una instancia del aparato psíquico constituido por
los contenidos que no están presentes en el campo de la conciencia pero pueden
devenir en conscientes.
Freud, mediante estos tres estados: Consciente, Preconsciente e
Inconsciente, presentes en el ser humano, llega a las siguientes conclusiones:
* La conciencia es sólo una parte de lo psíquico (parte visible), pero en ella no se
pueden encontrar respuestas a muchos de nuestros actos.

* Hay representaciones que, en un momento dado, no son conscientes (no están


en la conciencia), pero pueden devenir en conscientes. A este consciente Freud le
llama: precosciente.

* Existe un novel inconsciente que nunca llega a la conciencia (la acción de


ordenar en el ejemplo). El inconsciente sólo se abre paso a la conciencia a través
de asociaciones, como por ejemplo los sueños, los actos fallidos (equivocaciones
u olvidos en la realización de cualquier acción), los lapsus y los síntomas. A este
tercer nivel Freud lo define como: inconsciente.
Según la teoría psicoanalítica, las representaciones del inconsciente tienen
la particularidad de incidir de manera decisiva en la vida psíquica del sujeto
(neurosis). Para los psicoanalistas, los síntomas propios de la neurosis o la
psicosis son el efecto de algo que el sujeto no conoce, pero lo suficientemente
eficaz como para contrariar la misma voluntad.
Además de estos tres procesos mentales, también Freud establece un
modelo de estructura del sistema psíquico. Tres sistemas funcionales, o
instancias, Ello, Súper-Yo y Yo:

El Ello (o Id): es la función más antigua y original de la personalidad y la base de


las otras dos (Yo y Súper-Yo). Comprende todo lo que se hereda o está presente
al nacer, se presenta de forma pura en nuestro inconsciente. Representa nuestros
impulsos o pulsiones más primitivos. Constituye, según Freud, el motor del
pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del
placer y desconoce las demandas de la realidad. De este modo existen las
contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños.

El Súper-Yo (o Súper-Ego): es la parte que contrarresta al Ello; representa los


pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos
subsistemas: la "conciencia" y el ideal del Yo. La "conciencia" se refiere a la
capacidad para la autoevaluación, la crítica y el reproche.
El ideal del Yo es una autoimagen ideal que consta de conductas
aprobadas y recompensadas. Es la fuente de orgullo y un concepto de quien
pensamos deberíamos ser. Busca soluciones moralistas más que realistas.

El Yo (o Ego): surge a fin de cumplir de manera realista los deseos y


demandas del Ello de acuerdo con el mundo exterior, a la vez que trata de
conciliarse con las exigencias del Súper-Yo. El Yo evoluciona a partir del Ello y
actúa como un intermediario entre éste y el mundo externo. El Yo sigue al principio
de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada en el
mundo externo. Utiliza el pensamiento realista característico de los procesos
secundarios. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que medir entre las
tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del Ello y las del
Súper-Yo, el Yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de
su organización integrada. Los papeles específicos desempeñados de las
entidades ello, yo y Súper-Yo no siempre son claros, se mezclan en demasiados
niveles. La personalidad consta según este modelo de muchas fuerzas diversas
en conflicto inevitable.

Otra parte del psicoanálisis lo conforma las “neurosis”, un concepto que


designa la respuesta de un sujeto como solución de compromiso entre el deseo y
la defensa, con el fin de intentar diagnosticar aquellas afecciones cuyos síntomas
son la expresión simbólica de un conflicto psíquico.

La Neurosis: Es una enfermedad mental que sufren las personas a causa de


conflictos que no pueden solucionar tan fácilmente:

La neurosis se define como un complejo de trastornos


originados en la mente por factores psíquicos (conflictos
emotivos, etc.) que perjudican la acción social del individuo.
Se puede definir en sentido amplio como trastorno en la
personalidad (Miotto: 1962:104).

Cuando las personas tienen deseos, recuerdos o sentimientos que no son


capaces de sobrellevar o satisfacer, el sistema neurológico los reprime,
mandándolos al inconciente.
Esta enfermedad abarcaba los trastornos que actualmente se clasifican
como trastornos depresivos y trastornos de ansiedad. Alteraciones mentales que
sufre un sujeto por un alto grado de ansiedad, producido por obsesiones o
conflictos causados por otros individuos o de su entorno.

Psicosis
La psicosis es un término psiquiátrico, un trastorno de la conciencia de
realidad, que se manifiesta por un cambio inesperado de los criterios con que un
sujeto acepta qué es real, que difieren de los criterios que tenía previamente, y
que difieren de los criterios del grupo cultural al que pertenece. Los sujetos
psicóticos suelen experimentar alucinaciones, pensamientos delirantes, y
trastornos formales del pensamiento (cambios de las relaciones semánticas y
sintácticas). Algunos de los síntomas que sugieren la presencia de un trastorno de
tipo psicótico son:
 Cambios bruscos y profundos de la conducta.
 Encerrarse en sí mismo, sin hablar con nadie.
 Creer sin motivos que la gente le observa, habla de él o trama algo contra él.
 Hablar a solas creyendo tener un interlocutor (soliloquio), oír voces, tener
visiones (alucinaciones visuales, auditivas) sin que existan estímulos.
 Tener períodos de confusión mental o pérdida de la memoria.
 Tener ideas de grandeza.
 Experimentar sentimientos de culpabilidad, fracaso, depresión.

Esquizofrenia

La esquizofrenia es considerada por algunos autores como "psicosis


endógena" (que se origina en virtud de causas internas ), y a veces se la agrupa
junto a la “psicosis maníaco depresiva”, también considerada “endógena”. La
esquizofrenia significa "mente dividida".

Paranoia
La paranoia es el de trastorno delirante, un estado de salud mental
caracterizado por la presencia de delirios. Se presenta mayormente en individuos
de personalidad orgullosa, ególatra y desconfiada.

Trastorno obsesivo-compulsivo

El trastorno obsesivo-compulsivo, es un síndrome psiquiátrico perteneciente


al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por obsesiones, ideas,
pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes, pensamientos que invaden la
conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido; por otra parte, las
compulsiones son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se
realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. El trastorno obsesivo-
compulsivo es más frecuente en varones que en mujeres.

Fobias
Las fobias son todas aprendidas. Lo que se aprende no es la reacción de
miedo en sí, sino a reaccionar de esa manera ante determinados estímulos o
situaciones. Son frecuentes las fobias a insectos o a reptiles.

Panóptico:

El término “panóptico”5 etimológicamente está compuesto por el sufijo


“pan-“(del griego “παν-“) que significa 'totalidad', por otro lado la palabra “óptico”
(del griego “ὀπτικός,”) significa 'visión', es decir, el término compuesto “panóptico”
designa la capacidad de observar desde un mismo punto la totalidad de un todo.
Dicho de un edificio construido de modo que, toda su parte interior se pueda ver
desde un solo punto.
Jeremías Bentham, filósofo británico de finales del siglo XIX y principios del
XXI, incorporó el concepto de “Panóptico” en una teoría general sobre ley y moral,
como una reforma al sistema jurídico de la época, con la cual, buscaba una forma
adecuada para asegurar el orden y vigilancia dentro de las penitenciarías sin
recurrir a gastos económicos innecesarios. Dicho sistema era sostenido bajo la
confluencia de dos tendencias: a) el sistema de las disciplinas cerradas y b) el
5
“Panóptico” Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2005. © 1993-2004
sistema de la exclusión el cual busca la clasificación y división binaria de los
individuos, para excluir del conglomerado social al grupo de los individuos
considerados “anormales” como: leprosos, locos, mendigos.

Ana Arboleda y Andrés Serna en “Filosofía: El panóptico de Jeremías Bentham”


explican las funciones u objetivos que persigue el panóptico como modelo de alineación de
individuos socialmente conflictivos:

En primer lugar, crea un escenario de observación de


los sujetos que permite su individualización. La separación
entre los individuos permite un conocimiento pleno de los
sujetos, un conocimiento no solo de su conducta en las
distintas áreas de su vida, sino también de sus
disposiciones internas, es decir, un conocimiento de su
"alma", De este modo, el individuo se encuentra
absolutamente desnudo frente al sistema, pero no
desprotegido. (“Panóptico”:Monografías.com)

Una de las funciones primordiales del modelo panóptico es aseverar el


conocimiento total del individuo observado, de manera que se obtenga la
información necesaria para vigilar y condicionar el comportamiento de este:

En segundo lugar, permite ejercer influencia sobre la


conducta y disposiciones internas de los individuos. El
panóptico no solo permite conocer a los individuos, sino
también modificarlos y determinarlos según las
necesidades y expectativas sociales. En este sentido, el
panóptico es un lugar, no solo de observación sino de
experimentación. Esta determinación sobre la conducta y
disposiciones internas de los individuos… (“Panóptico”:
Monografías.com)

Tal panorama permite visualizar que el sistema panóptico, además de


representar el “ojo de Dios”, intenta conocer y transformar el comportamiento de
los individuos expulsados por la sociedad, con el fin de mejorar introducir en la
mente del sujeto las normas sociales aceptables y utilitaristas que intervenga en
su incorporación exitosa en el plano social. Sin embargo, esta es posible mientras
se mantenga la estructura del poder bien definida y evitar revueltas:

Se evita la formación de las masas que impiden el


ejercicio del poder. Esto es posible en la medida en que
cada individuo (el loco, el enfermo, el prisionero) se
encuentra en su celda, la cual puede ser observada en
cualquier momento por el vigilante(…)Se logra que en cada
individuo exista una conciencia de que es vigilado, con lo
cual se garantiza la eficiencia del ejercicio del poder
(Panóptico:Monografías.com)

Jeremías Bentham expone en una carta hacia J. PH. Garran, entrega un


resumen referente a su libro titulado: El panóptico, el cual manifiesta las ventajas
del sistema panóptico, así como la forma en que este debe ser ejercido para su
buen desempeño, las pautas que caracterizan el modelo intentan:

… desviar la imitación de los crímenes por el ejemplo


del castigo; prevenir las ofensas de los presos durante su
cautiverio; mantener la decencia entre ellos, conservar su
salud y la limpieza que es parte de ella; impedir su evasión;
proveerlos de medios de subsistencia para cuando salgan
libres; darles las instrucciones necesarias, hacerles adquirir
hábitos virtuosos, preservarlos de todo maltratamiento
ilegítimo; procurarles el bienestar que amerita su estado,
sin ir contra la finalidad del castigo; y, en suma, obtener
todo esto con medios económicos, con una administración
que busque el éxito, con normas de subordinación interna,
que pongan a todos los empleados bajo la dirección de un
jefe y a este mismo jefe bajo los ojos del público; tales son
los diferentes objetivos que se deben proponer en el
establecimiento...(“Panoptico”: Libreriasantafe.com)

Es importante reconocer que el panóptico no solo busca observar un


colectivo socialmente rechazado, sino que intenta modificar los patrones de
conducta de este grupo, con el fin de reintegrarlos armoniosamente al mundo
exterior.
El modelo Panóptico era aplicado en prisiones, fábricas e instituciones
psiquiátricas. La efectividad del modelo estaba respaldada en la generación de
estados de aislamiento y paranoia, producidos al instalar a los individuos en
celdas, incomunicadas entre sí, dispuestas circularmente; sin poder ver a su
vigilante.
Este castigo disciplinario le da a los "profesionales" (psicólogos,
facilitadores, guardias, etc.) poder sobre el prisionero, es a la vez un sistema de
exclusión y marginación.
Capítulo l
Problemas psicológicos de los personajes (enfermedades mentales):
A. Cachaza

Según Freud lo que hasta la fecha ha dominado la historia humana es la


necesidad de trabajar, esto significa que hemos de reprimir algunas de nuestras
tendencias al placer o a lo que nos agrada.

Si no tuviéramos que trabajar para subsistir de seguro que haríamos nada.


Todos los seres humanos tienen que someterse a esta represión que Freud define
como “principio de placer”, pero no todos podemos enfrentar estas represiones, el
exceso de las mismas nos pueden generar enfermedades.

La contradicción aquí es que llegamos a ser lo que somos sólo a través de


la represión, en gran medida de los elementos que intervinieron en nuestra
formación y que por supuesto no tenemos conciencia de ello.

Si asociamos lo anterior al texto Cachaza deducimos que los problemas


que enfrentan nuestros personajes se deben a estas represiones por parte de la
sociedad, las cuales no pudieron superar.

La locura de Cachaza es el pago del pasado de esa sociedad que arranca


con el trauma de ver morir a su padre asesinado por los bandos de la Guerra Civil:

Papá se les fue encima a puñetazos y patadas sin


reparar en el número, sin reparar en los dos que lo
apuntaban con sus rifles y que lo agarraron a culatazos…
mamá también se les fue encima perdiendo la pelea su
enagua, su blusa, “miren que buena está la vieja, ¿quién va
a ser el primero?... papá hincado de rodillas, volvió a
mirarme y yo me puse a llorar a gritos… le habían arrancado
la nariz de un culatazo… (Mora: 1978:30).

La cita anterior hace referencia a la discusión que tuvo Ramón el padre de


Cachaza con los bandos quienes no sólo lo dejaron sin nariz, sino que le quitaron
la vida; acto que presenció el niño y esto ocurrió por la sola razón de haber
empapelado su casa afiches de un de los candidatos de los partidos y no fue
porque apoyara las elecciones, sino porque la casa donde vivía estaba llena de
rendijas por las cuales se metía el agua y Cachaza pasaba más tiempo enfermo
que saludable.

Cachaza fue víctima de un trastorno mental que lo llevó a parar al hospital


psiquiátrico donde lo iban a “proteger” y a “cuidar” como era debido. Todo es una
farsa porque lo que recibe allí son agresiones y maltrato.

Siempre se ha creído que la sociedad vela por el bien de todos, en Costa


Rica por ejemplo todos somos buenos y solidarios lo último que desearíamos es el
mal ajeno; “La sociedad moderna se ha adaptado a un compromiso para distinguir
los casos de enajenación mental según un criterio social. Los casos graves o en
algún modo peligrosos se reservan al hospital psiquiátrico” (Miotto: 1962:46).

Virgilio se ha encargado de plasmar en Cachaza una crítica social y


propiciar una re-evaluación de la realidad, muchos de los problemas son
consecuencia del agravio por parte de los que tienen el poder en sus manos.

Los doctores y neurólogos del psiquiátrico son en realidad los locos y


dementes deshumanizantes, seres frívolos a los cuales no les importa en lo
mínimo el daño que causan.

El caso de Cachaza y el de sus demás compañeros internados en el


manicomio es grave debido a que con la atención que reciben nunca se van a
reponer de esos trastornos, por el contrario, este hospital se encarga de que
siempre estén drogados e inconcientes.

…y a ese viejo que es el que se ve peor, anótale,


signos vitales cada hora por cuatro horas, Leptozinal setenta
y cinco miligramos intramuscular cuatro veces al día y ciento
cincuenta miligramos en caso de que se ponga muy
excitado, fenobarbita treinta miligramos tres veces al día,
que más, que más, anótale, sulfato ferroso… (Mora:
1978:24).

Según los doctores la receta para que se compusieran era esa cantidad
enorme de medicinas que perfectamente pueden matar a alguien. Este es otro de
los problemas que enfrentan los enfermos en el hospital, además por motivo del
mismo tratamiento sufren alucinaciones, pierden la razón y no se reconocen ni
ellos mismos.

Los enfermos que se encuentran dentro de este hospital psiquiátrico


pueden presentar neurosis, es decir, un complejo de trastornos originados en sus
mentes por factores psíquicos, las agresiones, los problemas emocionales, que
lejos de llevarlos a ser aceptados por la sociedad más bien los margina y los
degrada.

La novela hace referencia a lo que se denomina pérdida de identidad, esto


se presenta poco a poco en los personajes desde el día en que entran al hospital y
conforme va pasando el tiempo.

Todos lo llamaban don Armando de Macaya, pero


como a todos aquí, el nombre no le duró. Después del
quinto ingreso le quitaron el “don” y el “de” y después de un
par de admisiones más, cuando la familia no se volvió a
parar por aquí y el doctor Guvila dejó de tratarlo, lo
empezaron a llamar “Caya”. (Mora: 1978:99).

Todos pierden su nombre y adoptan los seudónimos que se les ocurra,


ejemplo también: la loca Prado (vivía en los Prados), el Taco (quien no tenía
manos ni piernas), el Viejito (adulto mayor cuidado por Cachaza). Sufren
abandono de la sociedad y personas que les rodea incluyendo sus propios
familiares, quienes una vez que los internan en el hospital no se vuelven a
aparecer por allí.

En el psicoanálisis de Freud encontramos algo que se denomina


Complejo de Edipo que es un haz de tendencias eróticas las cuales impulsan al
niño hacia la madre (odiando al padre). El olvido de la tendencia erótica y el
apaciguamiento con el genitor del mismo sexo contrastan el fin del complejo.
También existe el complejo edípico o invertido en el cual el niño se apega al
genitor del mismo sexo.

Esto por lo general se presenta en la niñez, pero debido a situaciones de


trastornos emocionales lo podemos ver reflejado de cierta manera en personas
adultas que han sufrido o tenido alguna carencia cuando niños y sale a la luz
después de grandes.

Los seres humanos nacemos por razones de evolución casi


irremediablemente desvalidos y dependemos completamente para sobrevivir de
los cuidados de los miembros más maduros de la especie, es decir, de nuestros
padres, abuelos, personas más adultas con las cuales nos sintamos seguros.

La novela alude a este tipo de complejo, Cachaza está enamorado de su


madre y odia a los hombres, sentía celos cuando en sus sueños la veía con otro;
quería deshacerse de ellos.

Me interesa su caso para psicoterapia intensiva.


Lástima que no hable: el fenómeno de la ‘repetición
compulsiva’ es muy interesante en él. Me intriga su manera,
su afán, de seguro inconciente, por volver a este sitio. Me
encantaría explorar que misterios se ocultan detrás de su
conducta… tal vez un complejo de Edipo que nunca pudo
resolver. (Mora: 1978:106).

La conducta que presenta Cachaza es un tipo de trastorno emocional, no


quiere salir del cuarto del viejito y se esconde allí varios días debajo de su cama
porque en ese lugar se siente protegido, ahí nadie le podrá hacer daño, el cuarto
es como la representación del útero materno, implica un adentro. Para Cachaza es
un espacio de protección los doctores no lo encontrarán ni podrán maltratarlo.

Es por esta razón que atribuimos a Cachaza el Complejo de Edipo, el hecho


de que este enamorado de su madre, odie a los hombres y se esconda en el
cuarto o mejor dicho, debajo de la cama del viejito como si fuera el útero materno,
deja claro que existe un trastorno.

Este es un problema más, producto de las vivencias y tratos que reciben


de la sociedad, “… los que se han ido vuelven amarrados, golpeados por sus
mismos familiares o por la policía que los trata como si fueran criminales…” (Mora:
1978:15), la misma familia los rechaza y de alguna u otra manera son el factor
directo de sus sufrimientos, son deshumanizados, zoomorfizados, tratados como
animales.
Los sueños juegan de igual manera un papel importante en estos seres
marginados, degradados; son el producto de las injusticias que vivieron y sufren
día con día dentro del hospital psiquiátrico a causa del tratamiento que allí reciben.

La interpretación de los sueños en el psicoanálisis es una manera para


comprender la vida mental profunda. La mayor parte de lo que conocemos de los
procesos en los niveles inconscientes de la mente deriva de la interpretación de
los sueños.

En el sueño se revela un contenido onírico manifiesto que contrasta con los


pensamientos oníricos latentes puestos a la luz por la interpretación. Los
pensamientos oníricos latentes son residuos del día anterior.

Cada sueño es la realización de un deseo por parte de la inconciencia. Este


puede representar todo aquello sobre lo cual nuestra atención se ha detenido
durante el día, una reflexión, un juicio, una perspectiva para el futuro inmediato, a
través de ellos realizamos nuestros deseos. ”Los sueños son oportunistas y
aprovechan las “sobras del día”, revelan sucesos que acaban de ocurrir o
sensaciones experimentadas mientras uno está dormido con remotas imágenes
de nuestra infancia” (Calderón: 1994:189).

Los sueños manifiestan la atemporalidad propia de la conciencia. Ignoran


los factores temporales y espaciales que dominan la realidad tanto así que la
reserva de energía de la Id (de la cual tomamos la fuerza necesaria para todas
nuestras actividades) no tiene noción de tiempo ni de espacio.

Cachaza es por excelencia un soñador, es un ser silenciado, pero a través


de sus sueños y pensamientos logramos conocer su pasado y sus pensamientos.
Vive añorando y recordando su antigua casa y el acontecimiento sucedido en su
pasado. Es mediante los sueños que los personajes logran satisfacer sus deseos
reprimidos y nos revelan son más recónditos pensamientos.

Estos sueños son el producto del sufrimiento que desean detener, del
presente que desean cambiar y del pasado que nunca hubieran deseado; son
producto de la discriminación social, de la agresión y subordinación que reciben
“Te dormiste amarrado a esa poltrona, después de seguro tuviste un sueño muy
triste, te corrían las lágrimas por entre las barbas llenas de canas que no tenías
cuando llegaste al hospital” (Mora: 1978:69). En este caso el viejito soñaba sólo él
sabe con qué, pero nos queda claro que no era muy agradable; el encierro le ha
sacado hasta las canas producto de tanto sufrir.

Cachaza soñaba con el Viejito, tal vez porque este era el sucesor de su
padre, en sus sueños él lo llevaba de la mano y se dirigían a su casa. Nos
presenta la realización de un deseo por parte de su inconciencia, el deseo de estar
cerca de su padre y el de volver a su casa. “De pronto oí un ladrido y un grito… el
viejito y el perro habían caído en un hueco muy hondo lleno de agua en el fondo”
(Mora: 1978:96).

En la realidad de la novela quien cae al hoyo es el padre de Cachaza pero


este en sus sueños lo sustituye por el viejito, pero ni siquiera en el sueño puede
ser feliz ya que es el producto de sus vivencias de la infancia que le originaron un
trauma que el hospital se encarga de tenerle presente por medio de los
Leptozinales y maltratos.

Los doctores también son partícipes en los sueños de Cachaza quien los
veía como si fueran lo peor, los odiaba por su comportamiento inhumano y su
abuso del poder, tanto así que los hacía protagonistas de sus sueños:

… estas dos últimas noches me he soñado con


usted… la cara del hombre que tomaba tragos a la orilla del
mercado con una mujer que se parecía a mi mamá, se
convierte en su cara… no me ponga su mano en el brazo,
no sea desgraciado, si me sigue tocando no respondo de
mi… (Mora: 1978:111).

Los sueños o mejor dicho, las pesadillas, que padece Cachaza son uno
más de los problemas provocados por la marginación y el desencanto que le
genera el encierro desde el cual no tienen contacto alguno con la vida “normal”
que transcurre afuera; solo esperan con ansiedad la visita de sus familiares que
nunca se van a presentar.
Sueñan despiertos con ver llegar a sus seres queridos que los recluyeron
en ese lugar por su propio bien. Cachaza se imaginaba que vendrían por él al
igual que la familia del viejito llegaría a recogerlo.

De esta manera deducimos las repercusiones que presentan los seres


marginados, los problemas que estos enfrentan, sus frustraciones, enfermedades,
abandono, olvido, agresiones, problemas psicológicos, trastornos mentales, etc.
Producto del mismo ambiente que les rodea, pero por tener una profesión o
pertenecer a grupos de poder tienen derecho sobre ellos.

B. Loca Prado

Las enfermedades mentales son afecciones, síndromes psíquicos y


conductuales, opuestos a los propios de los individuos que gozan de buena salud
mental. Normalmente son la causa de angustia y deterioro en importantes áreas
del funcionamiento psíquico, que por consecuente afecta al equilibrio emocional, al
rendimiento intelectual y a la adaptación social.
En la novela Cachaza se presentan una serie de personajes que se
encuentran recluidos el Hospital Psiquiátrico Chapuí por problemas mentales,
tales como los siguientes:

Cuando la paciente Prado vio llegar a su familia, le dio


una gran impresión… “no se si usted sabe que sus nietos,
un muchacho y una muchacha gemelos de unos quince
años, parece los dos un par de monstruos, la muchacha
tiene un boquete entre la nariz y la boca por donde se
asoman unos dientes enormes”, “un labio leporino”… aparte
de eso es retrasada mental, el muchacho es de mente
normal pero sufre de convulsiones, según oí decir a su
mamá, no se pasa ni un día en que no le den por lo menos
tres, la cabeza la tiene como una bola de fútbol de tanta
costura y tiene un ojo siempre lloroso y todo rojo pues no le
cierra bien y la boca torcida como si en uno de sus extremos
le hubiesen echado, es una pesadilla ver a las dos
criaturas… cuando la Loca Prado los vio asomar en el
comedor, de mano de su hija, se quedó como de piedra…
viera como los miraba, parecía un animal aterrorizado…
(Mora, 1996: 27)

La Loca Prado presenta un cuadro psicótico, ya que experimenta


sentimientos de culpabilidad, fracaso y depresión, provenientes de su pasado,
cuando tuvo un amorío con un hombre del que tuvo una hija y la cual se casó con
el hijo de éste mismo hombre. Esta pareja le dieron por nietos a la Loca Prado
unos gemelos que no fueron normales, sino que por lo contrario, por
consanguinidad, resultaron ser anormales, a lo que ella define como monstruos.
La Loca Prado nunca dijo a su hija la verdad acerca de su padre, silencio
que le costó que su hija se casara con su medio hermano y procrearan seres a los
que la genética no favoreció, con malformaciones y problemas de salud. Por ello,
cada vez que la Loca Prado ve a su hija y sus nietos, no aguanta el remordimiento
y comienza a exclamar “…hija de mi vida perdóname… perdóname hijita, yo no
tuve la culpa, perdóname por lo que más quieras” (Mora, 1996: 158) y entra en un
estado de crisis que la consagra en la locura absoluta:

… pero hubiera oído usted el señor grito que se pegó


la loca cuando entró el marido de su hija, su yerno, cambió
de color, se puso blanca primero, como un papel, roja
después, se tiró al suelo, empezó a llorar y a darse de
cabezazos, se pegó otro grito como si hubiera visto el
mismo diablo y salió en carrera… parecía un animal…
gritaba a todo pulmón, perdóname Dios mío, perdóname
Diosito, yo no lo vuelvo a hacer… (Mora, 1996: 28)

La Loca Prado posee recuerdos que los mantiene en el preconsciente, por


eso no siempre los mantiene presentes, sino que en determinadas circunstancias
los saca a la luz o al consciente, producto la mayor parte de veces del contacto
directo entre ella y la familia de su hija (hija, yerno y nietos), que conforman para
ella la gran tortura que nunca acaba.

Esta es la causa por la que la Loca Prado se encuentra recluida en el


Chapuí, tachada de loca, como bien lo dice su sobrenombre, y por la que aclama
a su hija y a Dios su perdón.

C. Lario
Lario padece de un tipo de paranoia, entendiéndose paranoia como una
enfermedad que presenta un trastorno mental en el que el síntoma primordial es la
extrema desconfianza hacia los demás; la personalidad paranoide llega a creer
que los que le rodean quieren asesinarle. 6
El no querer comer por pensar que la comida se encuentre envenenada es
un síntoma de paranoia, por ello se llega a la conclusión de que Lario la padece,
ya que cree que alguien lo quieren matar, prefiere morirse de hambre que hacer el
intento de comer aunque sea un poco, por eso las personas al verlo tan delgado,
le dicen que coma y le hacen creer que nada le va a pasar:

… come muchacho, mira que flaco estás, ya parece


que los ojos te flotan en las órbitas, come hombre, no seas
bruto, como se te ocurre pensar que alguien te envenena la
comida… (Mora, 1996: 18)

El solo hecho de pensar en comer representa para Lario un castigo, una


penitencia, un tormento que lo lleva a tener también trastornos de ansiedad al
intentar llevarse a la boca un bocado de comida.

Se paraba, se sentaba, contemplaba la comida, se


paraba, se sentaba, agarraba la cuchara, soltaba y otra vez
la agarraba y se le quedaba mirando al plato como si fuera
la cosa más terrible del mundo. (Mora, 1996: 91)

La paranoia es una enfermedad que manipula al ser humano y le hace


creer cosas que no existen en la realidad como en el caso de Lario, que de la
nada, tiene en su cabeza la idea de que todas las comidas están envenenadas.

D. Chicote
Las personas con la enfermedad “trastorno obsesivo compulsivo”, son
personas que contemplan en su mente una idea, la cual no logran borrar muy
fácilmente, ya que esta enfermedad va más allá de lo psicológico, trasciende al
sistema cerebral, donde el cerebro deja de producir una sustancia que regula la
realidad vivida por el individuo, haciéndolo dudar de lo que está haciendo, por lo
que se ven constantemente repitiendo los mismos.

6
Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005.
Este es el caso de Chicote, el cual sufre una obsesión por estarse lavando
las manos a cada rato. En su imaginación las cree sucias, contaminadas y no
consigue que con una lavada queden limpias porque siempre las sigue y seguirá
viendo igual, a menos que tome el tratamiento preciso para dicha enfermedad , el
cual sería vía oral y no por medio de electrochoques como pretenden curar los
médicos del Chapuí a todos los locos allí internados:

… ahí está el Chicote lavándose las manos otra vez,


miren como las tiene en carne viva, todos le dicen que deje
esa maña pero él no hace caso, ahora mientras desayunaba
salió a lavárselas como seis veces… (Mora, 1996: 19)

E. Taco

Taco tiene un trauma, producto del accidente que sufrió al caerse del tren,
donde para poder salvar su vida, los médicos tuvieron que amputarles sus cuatro
extremidades. Tal episodio en la vida de este hombre del cual no se sabe su
nombre, sino que más bien, se le conoce por el sobrenombre que en algún
momento alguien le puso debido a su condición física mutilada, lo lleva a entrar en
un estado choque, donde queda sumido en una depresión profunda al ver el
estado al que se redujo gracias al accidente que sufrió.
La fuerte impresión que un ser humano puede experimentar a causa de
algunos accidentes y sus consecuencias en ellos mismos como víctimas, muchas
veces hace que el individuo entre en un estado de paralización, tal y como le
ocurrió a Taco, quien quedó sin habla y sin reacción ante el mundo exterior; queda
convertido en un despojo humano que por su estado inmóvil, se va llenado de
llagas y de gusanos que lo van devorando poco a poco y a él no le importa:
… no tiene ni brazos ni piernas, dicen que el pobre se
cayó de un tren y para salvarle la vida, los médicos tuvieron
que amputarle las cuatro extremidades, él tampoco habla…
(Mora, 1996: 39)

Del estado de choque en el que Taco, se deduce también que se encuentra


en un estado donde pasa del consciente al inconsciente, algo parecido a la
enfermedad de los autistas.
F. Brígida
Brígida no padece de una enfermedad mental severa como los demás
pacientes del Chapuí, lo que padece es un desorden alimenticio que muchas
veces es causado por ansiedad y por una preocupación excesiva por el peso
corporal y el aspecto físico. Los bulímicos se caracterizan por presentar episodios
constantes, en donde ingieren grandes cantidades de alimentos, o los también
llamados “atraconzazos de comida”, que posteriormente van seguidos de la
provocación vómito:

A la Brígida se le van los ojos, parece que está muerta


de hambre, ha perdido un montón de libras, parece un
cadáver, levanta el plato para que le sirvan de primera… a
veces se come dos o tres platos de arroz y frijoles que luego
vomita… (Mora, 1996: 112)

Estas personas generalmente tienen baja autoestima que conlleva a un


problema psicológico que manda un mensaje a su cerebro, el cual les hace creer
que se ven gordas y feas, a lo que tratan de contrarrestar no con dietas porque
siempre les sigue llamando la atención los alimentos, sino que lo hacen de una
manera en la que puedan devolver los alimentos sin antes ser procesados por el
organismo, es decir: sentirlos en la boca, saborearlos y masticarlos, pero no
dejarlos que nutran sus cuerpos.

G. Playo Valdés
El Playo Valdés es un homosexual como lo dice su calificativo, que además
de estar loco, es también un exhibicionista, un individuo que se expone en público
de forma espontánea y excesiva, sin ajustarse ni temer a las normas sociales que
la sociedad establece como las correctas.

… el “playo“ Valdés y a se quitó los pantalones, ha


empezado a caminar como una mujer… a cada rato se
agarra el sexo que tiene bien parado… estoy seguro que se
ha acostado con todos, hasta con el Lario que está más
flaco que yo… (Mora, 1996: 78)

Según el psicoanálisis, en el individuo exhibicionista existe una pulsión


(energía psíquica profunda que orienta el comportamiento hacia un fin y se
descarga al conseguirlo) pregenital. Es decir una fijación en la fase genital del
desarrollo del desarrollo del ser humano, que según Freud, es la etapa final del
desarrollo psicosexual del individuo, caracterizada por la primacía de los órganos
genitales. Caso que en el Playo Valdés se extiende hasta la etapa adulta y que
aunado con su desviación sexual, le ocasionan grandes deseos de llamar la
atención y de tener estímulos sexuales, los cuales son provocados por el mismo y
en perjuicio de los demás enfermos del psiquiátrico.

H. Juana
Juana también forma parte de los enfermos con la demencia exhibicionista
“A la Juana siempre le da por quitarse la ropa” (Mora, 1996: 113), sin embargo, su
mayor deseo es que los hombres la admiren y la utilicen como un objeto sexual.
Ella siente mucha atracción hacia el sexo masculino, cosa que no reprime en
ningún momento:
…los gritos pegaba Juana (no quiten ese papacito que
está tan bueno, no sean cabrones, dejen que me eche una
cana al aire, que culpa tengo yo de ser tan sexy, no sean
envidiosos, déjenme irme con él aunque sea sólo por una
noche)… (Mora, 1996: 143)

El actuar de Juana es regido por el Ello, ya que presenta comportamientos


impulsivos, instintivos, que están presentes desde el nacimiento del hombre y que
se encuentran guardados en el inconsciente pasando al consiente,
manifestándose de manera inocente en el individuo. En Juana el Ello es el motor
del su pensamiento y comportamiento, que a la vez opera de acuerdo con el
principio del placer sin límites, desconociendo las demandas de la realidad
impuesta por la sociedad.

I. Viejito
El viejito ingresa al Chapuí como un enfermo psiquiátrico, ya que
supuestamente el convertirse en un hombre desocupado profesionalmente, lo
llevó a la depresión y el deterioro mental “… cuando decidió, aconsejado por sus
hijos y señora, retirarse de su ocupación de panadero, durante los últimos meses,
el paciente se ha vuelto… una persona completamente distinta…” (Mora, 1996:
32). Teoría que todos tomaban como acertada porque quién no lo pensaría así: un
hombre mayor que ha trabajado toda su vida y de un pronto a otro se encuentra
viejo y sin nada más que hacer en su vida, más que vivir pacíficamente. Resultaría
muy lógico que entrara en una crisis de depresión como la que se le diagnosticó
en el Chapuí:
…”Depressión Involucional”, …tengo entendido que
este hombre fue panadero toda su vida, un hombre
responsable, trabajador…de repente se encuentra ocioso,
sin ningún aliciente en su vida, sin ninguna recompensa de
orden material o emocional, su existencia dedicada al
trabajo y a la familia, súbitamente tórnase vacía, sus hijos
grandes ahora, alejados de la casa, su mujer vieja, reducida
a un símbolo, qué inspiración puede tener un hombre en
esta condición, un hombre que vio mejores tiempos,
enamorado de su mujer, criando hijos que eran todo para él,
esas experiencias vitales, parte del pasado, ideas para
siempre, qué puede empujar a este ser a seguir transitando
por el árido camino de la vida, la frente enhiesta, se trata de
un problema existencial, el sujeto aquí discutido comenzó a
sentirse derrotado, inservible, nadie le necesita, su vida ha
perdido dirección, a diario se pregunta, quizás en forma
inconciente, cuál es su función, ninguna, ninguna… (Mora,
1996: 35)

Pero no, el Viejito no estaba loco, a pesar de su extraño comportamiento,


tan parecido al de un enfermo en choque como el Taco, no padecía una
enfermedad mental, lo que tenía y muy desarrollado ya, era un tumor cerebral
“…“¿quién internó a este paciente?”…se nos va morir aquí. Este hombre tiene un
tumor cerebral.” (Mora, 1996: 155) que por negligencia médica no fue detectado a
tiempo y le costó la vida.

J. Tenorio
Tenorio aunque en algún momento presenta una crisis de pánico, víctima
de una fobia a los insectos, ocasionada por sus altos niveles de alcohol en su
cuerpo, no es un enfermo mental. Es internado por su familia en el Chapuí por ser
alcohólico y tener algunas alucinaciones:

…aterrorizado, temblaba de pies a cabeza, el pobre


gritaba, “no me coman, no me piquen, quítenme esas
hormigas, quítenme las cucarachas, quítenme todos esos
bichos de encima, por lo que más quieran, por sus madre”,
al tiempo que se daba golpes en la cara y en el pecho o
restregaba el zapato contra el suelo como si estuviese
matando una cucaracha… (Mora, 1996: 52)
Sin embargo, lo ubicaron mal, lo internaron en un psiquiátrico y no en una
clínica de rehabilitación para adictos como tendría que haber sido.

Este grave error le cuesta su cordura, al igual que muchos de los otros
enfermos que cuando llegaron al Chapuí no estaban tan locos o simplemente no
eran enfermos mentales, pero que al igual que todos los demás, terminan por
perder la razón gracias a los electrochoques que se les recetaba por todo y para
todo.
Capítulo II
El abuso del poder como mecanismo de sometimiento social y marginal
presente en la novela Cachaza

Para determinar la jerarquía de poder que se desenvuelve en el texto, es


necesario ubicar el medio en que el relato es desarrollado. El psiquiátrico será el
eje fundamental en el cual las fuerzas de poder se manifiestan. Dicho espacio se
ve marcado por grupos: los enfermos mentales y los doctores y enfermeras, es
decir, lo irracional y lo racional.
El poder se encuentra en manos de quien manipula el conocimiento, con la
capacidad de pensar sin que, cualquier conflicto psicológico, le impida convivir en
sociedad de forma armoniosa. Lo anterior se visualiza por medio de las
responsabilidades otorgadas a cada grupo: el doctor intenta sanar al enfermo y el
paciente busca recuperarse. El individuo quien recibe mayor presión social son los
practicantes de la medicina, representan lo cuerdo, lo razonable, un ejemplo a
seguir. Por otro lado el “loco” permanece fuera de la realidad, con perturbaciones
que lo atacan y lo reducen a la nada, a la exclusión social y, por ende, al encierro,
al ocultamiento de esa parte irracional que nace dentro de ella.
El reflejo del poder (la razón), en primer término se deja relucir a través del
léxico, decisivo en diálogos realizados por este grupo:

...el paciente del que nos ocupamos esta mañana al


alejarse de su trabajo, perdió una gran parte de su
identidad, esto lo condujo a sentirse perdido dentro de sí
mismo, 54 años --------desempleo--------- frustración ---------
introyección = Depresión Involucional (1996:36)

Sin embargo, el uso del poder presente en la novela Cachaza de Virgilio


Mora desarticula del discurso ideológico funcional de poder, el raciocinio de los
grandes jerarcas psiquiátricos, es cubierto por el velo de la irresponsabilidad, el
desinterés, la ignorancia y la deshumanización interior, que conlleva a la práctica
descentralizada de los objetivos de la profesión. Así, el psiquiatra se caracterizará
como un individuo poderoso que ejerce presión sobre el enfermo impotente:

… loco cochino, no se lo cuenten al doctor Montuno


que si algo pasa se puede desquitar con él, cuando se
enoja siempre se le va la mano, y yo no quiero una tragedia
en este lugar (1996:14)

El paciente es tratado de forma degradante, se le achaca de “cochino”, un


individuo quien no logra contener la orina ni el excremento. Con sus dificultades
mentales, este no logra tener total manejo de su cuerpo, aún con ello se le suma
el elemento “castigo” (electrochoques) como norma disciplinaria en este caso. Lo
que en teoría significa un método de ayuda para la recuperación de la identidad se
convierte en una media represiva y violenta ante la integridad del paciente. En la
cita anterior se refleja no solo la reprensión, sino el abuso del poder por parte de
Montuno, ya que a este le “molestan” las actitudes descontroladas de los sujetos
internados: “…por qué no me tienen listos los pacientes, por qué no han terminado
de medicarlos, sino terminan pronto, les doy los electrochoques “en seco”
(1996:42)
La utilización desmedida de este instrumento se convierte en un medio
sádico bajo la tutela de Montuno, este se sacia de la crueldad y el dolor ajeno, que
en la mayoría de los casos genera un resultado contraproducente el en enfermo,
por ejemplo:
El hombre perdió toda su capacidad intelectual, no
puede sumar dos más dos, se le olvidó comer… el cambio
es atroz. Era un hombre muy culto y educado. Ahora
parece un animal: ha perdido hasta sus instintos primarios
(1996:97)
…aunque a mí no me gusta lo que hace, a veces en
vez de componer descompone para muestra, lo que me
ocurrió a mí, hasta de mi nombre me olvidé, me olvidé de
mi apellido, también del nombre de mis padres, solo
recuerdo nuestro rancho allá por las afueras de
Los Prados(1996:29)

El aprovechamiento de su condición “superior” ante los rechazados sociales


provoca la explosión de los enfermos, un ejemplo de esto lo expone Cachaza:”…
yo le hago también mandados y hasta le limpio y le encero el carro, a él y a todos
los otros médicos, se imaginan que soy sirviente de ellos” (1996:47)
El enfermo es catalogado como un objeto en el cual el sujeto poderoso
satisface sus necesidades económicas (pago por los servicios), diversión (burlas
enfocadas a las actitudes de los enfermos), experimentación (casos de estudio), y
hasta sexuales: “Que desgracia trabajar en este lado hombre, en el lado de
mujeres algunas de las pacientes están riquísimas, y en estas noches de luna se
alborotan” (1996: 138)
Por otro lado, el desempeño de los doctores se reduce a unas cuantas
horas, poco trabajo realizado y desempeño cuestionable de la profesión: “… un
hombre que cuando está en el Asilo no sale, se encierra en su oficina y que en los
últimos años de su reinado en este lugar, no ha visto un solo enfermo” (1996:20)
Tal es el proceder de los médicos que hasta su propia autoridad es dudosa, esto
en relación con las exigencias de las enfermeras y que manipulan en parte una
proporción relevante del poder: “… las enfermeras de ese servicio no quieren
pacientes como éste, la vieja Aleja se sonríe, ella decide qué pacientes son
internados en Observación” (1996:33)
El ejercicio disipado de la profesión se ve caracterizada por aspectos que
durante todo el texto desmitifica la figura del raciocinio, debido a actitudes dudosas
que le restan importancia al papel que desempeñan y que hacen del sujeto/objeto
un individuo aún más marginal por la constante omisión de sucesos.
Durante las reuniones en las que los doctores presentaban un caso para su
análisis, Cachaza comenta: “Fíjese que el doctor Messina está dormido en la
última fila, está roncando desde que llegó” (1996:34) Esta actitud revela el
desinterés y sobretodo la inconsciencia, el estado ignorancia respecto a los casos
que se presentan. Aún así, incluso, los doctores omiten a sus propios colegas, a
pesar de conocer la situación antiprofesional que mantienen como reducción de
horas de trabajo, amoríos con las enfermeras y la despreocupación hacia los
padecimientos de los enfermos.
El marginado sufre un doble abandono: el de la sociedad, que lo expulsa y
clasifica como incapaz, y por el mismo individuo quien “se lava las manos” y se
desentiende de toda responsabilidad, ya que en el pensamiento colectivo “ya no
hay nada qué hacer”: “Cómo se le ocurre a Betty que el doctor Messina va a estar
aquí, siempre que está de guardia se marcha a atender su cantina” (1996:69)
Otro de los pasajes en los que se puede identificar las acciones contrarias a
la norma se muestra en la medicación hacia Cachaza para quien el médico por
impaciencia, pereza, lo medica por vía telefónica, sin verlo directamente en su
descuido lo medica sin entereza: “Se le olvidó recetarme algo para que no me
diera un “espasmo de torsión”, uno de los efectos colaterales de todas las
medicinas que dan en este lugar (1996:76) En diferentes de oportunidades se
identifican comentarios y decisiones precipitadas que cuestionan el conocimiento
de los miembros manipuladores del poder.
El individuo manipulador del poder se configura como un sujeto con
conocimiento, poseedor de un cargo social importante que lo convierte en un ser
necesario para la sociedad. Esta sentencia organiza la jerarquía del poder en el
libro, quien no es capaz de producir activa y positivamente en el medio es
estigmatizado, degradado para incentivar la evasión de las responsabilidades ante
una sociedad que genera este tipo de sujetos.
Cachaza proviene de una familia desintegrada, producto, a su vez, de las
ideologías del poder político, se encuentra abandonado, sin protección. Sin saber
cómo el protagonista llega al Mercado Central en este lugar pide limosna o realiza
pequeños trabajos para sobrevivir. No recibe ningún tipo de ayuda, aún es joven y
no comprende el orden del mundo. A partir de este momento Cachaza recibe una
etiqueta social, es la injusticia, la indiferencia y el razonamiento colectivo el que se
encuentra desleído
El personaje principal del relato es marcado socialmente bajo el concepto
de “sátiro”, aún así este no lo sea. Es la palabra de un trabajador del Mercado
Central contra la de un joven errante de las calles. A pesar de poseer voz, esta no
es escuchada, se le niega la posibilidad de defensa y refutación de los
acontecimientos y la búsqueda de la verdad: “…el hombre llamó a la policía y me
acusó de pervertido sexual, sátiro, con todo descaro se bajó los pantalones
delante de un niño (1996:55)”. El poder queda bajo el parámetro de un cargo
social, de acuerdo la productividad que el individuo genere, caracterizado de forma
primordial por el valor de la palabra, es decir, quien posee el lenguaje, el
conocimiento tiene poder. Este se revela con la posibilidad de tomar decisiones y
la forma en que estas afectan la vida de otro ser humano. Dicho de otra manera, el
poder se mide con la capacidad del individuo de controlar la vida, las acciones y
pensamientos del victimario.
Los revolucionarios matan al padre de Cachaza por “traidor” este no logra
defenderse, los residentes de la escala de la jerarquía menor corresponde al
objeto sobre el cual se demuestra el poder, el poder de destrucción.
El mercader no le otorga permiso a Cachaza de utilizar los servicios
sanitarios, se le niega una actividad primigenia del ser humano y Cachaza es
llevado a la Penitenciaría para reducirle sus derechos. El abuso del poder le roba
su infancia feliz, su hogar y sus padres, ahora le quitan su libertad sin que pueda
defenderse. Además, una vez en este lugar se le implanta una forma distinta de
comportamiento y se quebranta su salud física con el consumo de drogas.
Asimismo, con la violación de su derecho de tener familia, de ser escuchado, de
disfrutar su libertad, y el mantenimiento de su salud se incorpora violación de la
sexualidad por parte de un policía: No me toque, no me toque no respondo de
mí… suélteme, suélteme la mano, suélteme (1996:77) Cachaza no permite este
abuso y se defiende, pero al hacerlo es etiquetado nuevamente como ladrón y
criminal: “todos los que nos negamos a irnos a la cama con él, nos acusa de ser
revoltosos, criminales” (1996:75)
También en este lugar, la Penitenciaría, el individuo, además de la pérdida
paulatina de su integridad social, es sometido a castigos por su “rebelión”, a pesar
de que Cachaza justifica su agresión contra el policía que quiso sobre pasarse con
él: “Que lo encierren en la “Tumba” por un mes a pan y agua (...) que le den 100
azotes (1996:78)” Se le agrede, se le golpea, Cachaza padece su crimen: el no
doblegarse al poder.
En cúspide del poder toda verdad de acción, es negada mediante la verdad
de palabra y apariencia. Se desencadena en este grupo la corrupción y la doble
moral: la imagen social y la imagen real. El poder se desea seguir manteniendo,
para ello el individuo recurre a la mentira social. Tal es el caso en que uno de los
doctores dice: “Yo tengo la obligación de velar por el bienestar de los enfermos
(1996: 107) Esta frase nace dentro del texto como un burla hacia el ejercicio de la
profesión, hacia los enfermos mentales e incluso hacia el mismo lector, quien sabe
de antemano el resultado de las “obligaciones de los médicos”: ”apenas los
médicos no saben qué hacer con un caso, nos lo mandan aquí para que se pudra”
(1996:106), “¿Para qué los ingresan si ni siquiera los ven, ni si quiera los tratan?
(1996:50)” Del mismo modo se medica al paciente, en muchos de los casos, solo
como un medio de aturdimiento y control, no refleja una solución a la enfermedad,
sino que funciona como un medio que propicia el olvido y borra todo derecho de
expresión en los enfermos: “Si siguen gritando, dales un Leptozinal” (1996:65)
Tras el sometimiento social, psicológico, sexual y físico del privado de
libertad o enfermo mental, los convierte en seres marcados, alienados, con
posibilidades nulas de incorporarse a la sociedad, se reducen los derechos, con
carencias personales basada en la injusticia, en los abusos del poder y la pérdida
de la identidad:
Toda mi felicidad se me atragantó y me puse a llorar
como no lo había hecho desde que mataron a mi padre (…)
descubriendo de nuevo algo que había olvidado, que yo no
era un sátiro, que no era un pervertido sexual, que como
todos los demás hombres, llevaba dentro de mí algo que
me hacía especial (1996:67)

El olvido se conforma como un método de control, el marginal, rechazado y


objeto de represión es llevado a su propia omisión y exclusión de su vida, ya nada
le pertenece, los fundamentos integrales de su ser han sido mancillados y
refundidos en la oscuridad de cuatro paredes que los separa del resto del mundo
“…me pasé años encerrado y humillado, olvidado, muerto en vida, hay cosas que
no tienen explicación, obedecen a las leyes del Señor, leyes que son un misterio
para mí (1996:56) La ley es la regla > la norma >el orden > el patrón establecida
por la autoridad social. Cachaza plantea el abandono de la ley de Dios y los
hombres. El marginal es deshumanizado dirigido no solo a la exclusión del entorno
social, sino que intenta degradar, ocultar y olvidar la existencia del mismo
individuo.
El texto nos muestra las fuerzas de poder que emergen en el relato,
expuestos en la relación sujeto dominador y objeto dominado. Sin embargo, en
cuanto la estructura de la novela es reconocible que quien nos explica la mayoría
de los acontecimientos y nos muestra lo vivido en el psiquiátrico es un “loco” un
ser marginado, el lector es obligado a penetrar en la mente del loco, ver su
realidad. El conocimiento de este ambiente, la vivencia en carne propia de los
recursos utilizados para recupera la razón, el dominio sobre el lenguaje, dueño en
complicidad con el lector del mundo racional existente en su mente, lo hace
partidario de la escala más alta de la pirámide del poder: Cachaza conoce su
encierro, a los doctores sus actividades, virtudes y vicios, los abusos su
ignorancia, se apodera de la psiques de los enfermos, los comprende, los juzga,
los ayuda, debido a que es capaz de sentir el dolor de su compañero.
Cachaza critica el desentendimiento por parte de los médicos, pero a la vez
actúa en búsqueda de la mejora de su vida y la de sus amigos. Cachaza se
apodera de la razón y del lenguaje en medio de su locura, que le permite asegurar
el conocimiento total de la realidad, la cual los médicos no imaginan. Él vive en los
centros de expulsión o castigo social, en especial con lo referente al psiquiátrico,
el producto de las injusticias sociales para ser reducido como sujeto marginal.
Capítulo III
El modelo panóptico y su función como método de organización
institucional y humano- colectivo en la novela costarricense Cachaza.

Jeremías Bentham propone, en entre los siglos XlX y XX, el modelo


Panóptico, de manera que quien lo llevará a cabo mantuviera el control total sobre
los individuos a su cargo.
Este sistema se observa claramente en la novela Cachaza como un medio
que permite la vigilancia de los pacientes, y así, conservar el poder centralizado y
evitar el brote de rebeliones. El panóptico es un sistema complejo, el cual necesita
de ciertos aspectos para su funcionamiento, estos son: el encierro, la división de
individuos acorde con sus particularidades, el condicionamiento de la conducta, la
vigilancia constante y la posibilidad de experimentación en sus ambientes. Cada
uno de estos elementos se concentra en la organización del mundo interno del
psiquiátrico.
En la novela “el encierro” es evidente, los enfermos mentales son
internados, recluidos dentro de una institución mental, que evita el contacto directo
con los individuos externos a él. Asimismo, este el claustro se encuentra
subdividido en áreas especificas, cada una con características determinadas que
cubren las “necesidades” de los sujetos internados. Estos espacios de reclusión
son: Aislamiento de mujeres, Aislamiento de hombres, Observación, Enfermería,
Servicio de Prestinari, la celda y el comedor. Cada una de estas zonas se
encuentra separada y comunicada por una puerta:

“El doctor Restrepo abre una puerta con una enorme llave que
sirve para todas las puertas del Hospital, parece mentira que
solo una puerta separe dos mundos tan distintos, no es que
Observación de hombre sea el paraíso terrenal, pero con
Aislamiento no tiene comparación” (1996:25)

Por otro lado, ante la presencia de casos especiales que ameriten un


estudio profundo en relación con el comportamiento humano y las fijaciones
establecidas, se convierte en un elemento fundamental de experimentación, a
favor de la medicina, varios son los comentarios dirigidos con este objetivo en
relación con Cachaza:
El residente de ese servicio puede aprender de él (1996:72)
Me encantaría explorar qué misterios se ocultan tras su
conducta (1996:106)
…cada vez que lo observo me convenzo más y más que sería
un caso especial para escribir mi tesis de graduación
(1996:133)

Del mismo modo se intenta “rescatar” de la irracionalidad de los pacientes


mediante medicamentos y electrochoques, según el cuerpo médico del hospital,
en especial del doctor Montuno, esta última técnica es muy útil para tal finalidad:
“…el número de electrochoques que le han aplicado a este pacientes, ha sido
insuficiente, en este Hospital he visto casos que necesitan más de quince”
(1996:36) Es decir, se busca modificar la conducta social adecuada en los
pacientes para su recuperación y reinserción en el mundo exterior.
Las pautas que construyen el panóptico como sistema de organización de
la institución psiquiátrica expuesta en la novela se desarrolla punto a punto, otro
de ellos, el de la vigilancia se visualiza levemente: “Debes tener hambre, se te
nota en la mirada, quisiera ayudarte pero si salgo de aquí me pueden descubrir
y yo viejito, no me quiero ir de aquí” (1996:69) El sujeto se siente vigilado y
permanece a la defensiva para no ser hallado. El poder de los “controladores” es
sentido por el personaje principal, quien se siente observado, ya que,
considerando que el hablar, llorar o reír pueden ser tomados por síntomas de
locura renuncia y evita tales expresiones para no ser catalogado con el término de
“loco” y ser tratado como uno de ellos.
A pesar de que la estructura del sistema panóptico de desarrolla tal y como
lo expone Bentham, los componentes que solicitan un buen desempeño del
sistema son deconstruidos. Entre las pautas que son planteadas para la
recuperación del individuo y su reincorporación a la sociedad, sobresalen: el
mantener el respeto y la decencia entre los sujetos recluidos, propiciar la limpieza
y la salud entre ellos y salvaguardarlos de maltratos. Los anteriores aspectos son
llevados a práctica de forma contraria y descontrolada. En el texto hay un margen
de control “imaginario” y de vigilancia distante, y a veces muy escasa: “No había
un solo doctor en todo el Asilo, solo una enfermera para todos los Servicios, una
enfermera retirada muy gorga y casi ciega” (1996:140)
Además, no se establece un conocimiento profundo del individuo, se les
arrebata la identidad con la pérdida paulatina del nombre propio e incluso de sus
recuerdos:
…condenados cada año a una, dos o tres series de maquinazos
que le roban la única libertad de que ni la peor de las prisiones
puede tocar, la libertad de volar con el pensamiento a las más
remotas regiones, la libertad de soñar en felicidad (1996:57)
Rayaba en los limites de la muerte pues lo privaron del derecho
de “existir”, de ver, de oler, de oír, de sentir…, lo redujeron con
la excusa de “curarlo” en la caricatura grotesca de un ser
humano perdido y derrotado(1996:57)

Las conductas que propician los tratamientos recomendados por los


doctores son la inexistencia, el olvido, la pérdida de la libertad del pensamiento. La
sociedad le ha arrebatado toda integridad y lo margina, e intenta deshacerse de él.
No se intenta penetrar en la psicología del paciente, a este se le destina la
eliminación total no solo de la conciencia colectiva, sino, que además, se les borra
la propia.
La relación de vigilancia no es desarrollada como esta debe de ser, son
múltiples los ejemplos que dentro de la novela se pueden localizar respecto al
descuido excesivo de la salud de los sujetos enfermos, por ejemplo en el plano de
la nutrición; aunque los alimentos son proporcionados a los pacientes muchos de
ellos se les difícil, sino imposible digerirlos por sí solos:

… porqué nadie le ayuda a comer, denle sopa, cómo se les


ocurre darle elotes, aliméntenlo, es lo que más necesita, comida
(1996:37)
… a nadie le importa si siguen vivos (…) ni siquiera saben
comer, sin embargo les siguen trayendo elotes, les deberían
traer sopa, el viejito no tiene fuerza, el “Taco” no tiene piernas ni
brazos (1996:58)

Esto revela el desconocimiento de los casos por parte de los vigilantes o


reflejan el desinterés hacia los individuos. No solo en este ámbito de la salud es
identificable el abandono y deshumanización de los encargados de defender los
derechos del hombre:
… déjame que ponga al “Taco” en esa esquina boca abajo para
que le dé el sol en la espalda (1996:46) …mira que cocinada,
mira como tiene esas úlceras, como le supuran…¿Qué es eso?,
oh, no, no puede ser… ¡gusanos! Mira que gusanera (1996:48)
Nadie se interesa por el bienestar del enfermo en alguno de los casos
realiza mala praxis, por ejemplo, con el diagnóstico del viejito o la medicación
incompleta de Cachaza que lo mantuvo en agonía, incluso el médico se rehúsa a
atender al paciente por ello da indicaciones por teléfono o simplemente omite la
posibilidad de visitar al enfermo: “…por qué no lo ve, qué le cuesta, vaya a
Aislamiento, es ahí al otro lado de Observación, vaya por favor, sino quiere
caminar, yo se lo traigo aquí (1996:37)” Asimismo, el paciente es irrespetado,
insultado en su condición de enfermo al no proteger su integridad:

…pasó de sábado acostado en el suelo, al pobre lo comenzó a


rondar el “playo” Valdés, se lo cogió esa misma noche,
aprovechándose de la falta de vigilancia en el fin de
semana(1996:50)
…callen a esa hijueputa loca, cierren la puerta de su calabozo
(1996:11)

Además de la dejación de los encargados para con sus pacientes, omite


toda posibilidad de dolor, no les interesa el mal ajeno, no hay protección contra los
maltratos, los mismos profesionales en el mitigamiento del sufrimiento son autores
de él: “…por qué no me tienen listos los pacientes, por qué no han terminado de
medicarlos, sino terminan pronto, les doy los electrochoques “en seco” (1996:42)

Por otro lado, el pudor y las acciones virtuosas se pierden, los doctores
mantienen relaciones con las enfermeras, aún estas estén casadas o llegan
borrachos al trabajo y se permiten los abusos a la decencia humana:

…le toma la mano y se la pone sobre su sexo, porque nadie


dice nada, porque le permiten que se aproveche del pobre, los
auxiliares en vez de hacer algo se ríen de sus “playadas”
(1996:77)

La destrucción del panóptico se refleja en los pacientes ya que son sumidos


en un espacio putrefacto, de rechazo y abandono:

Ese panorama de vomitadas y excremento humanos, bacinillas,


cucarachas que después de disfrutar los desperdicios, al menor
ruido, se pierden debajo de la cama, hombres acostados en el
suelo pegados a su costra de tierra, lágrimas, secreciones,
sudor, sangre…(1996:58)
Como se había mencionado, el panóptico intenta reunir en un espacio
cerrado, habitado por individuos socialmente marginado, las condiciones
favorables para la “recuperación” y fomento de actitudes y herramientas que
permitan al individuo, una vez pagada su culpa, reintegrarse a la sociedad. Todos
los mecanismos de mejora individual se sustentan en el principio de la vigilancia,
el orden y la organización de un poder que asegure el cumplimiento de los
objetivos de la incursión en el sistema panóptico.
Sin embargo, este modelo se desquebraja en la novela costarricense
Cachaza, la estructura se fundamenta de manera escuálida en donde la
supremacía es completa en cuanto el dominio y manipulación del poder. Pero con
respecto a las normas “disciplinarias” que rigen el sistema se cancela y provoca
una doble marginación: por el rechazo y etiquetado social, y la imposibilidad
tajante de que este pueda volver a formar parte del entorno con las “armas”
suficientes para su reincorporación, esto, si logrará sobrevivir a las condiciones
existentes. El ambiente es contraproducente y desalentador, el dolor se apodera
del individuo marginado:

…dentro todos los días son iguales, no cambian sean invierno o


verano, afuera, en un día como este es imposible imaginar el
dolor y la miseria que existe entre sus paredes (1996:117)

Este, atrapado en un sistema de marginación absoluto, no puede avanzar,


por el contrario, se sume en un ambiente de descuido y exclusión desmedida, del
que no puede salir, es atraído hacia el agujero negro del olvido y la
deshumanización.
Conclusiones

 En la novela Cachaza se da una degradación de los personajes (enfermos


mentales) ocasionado por el mal trato y la falta de ética profesional de los
médicos internos de dicha institución.

 Además, también se olvida por parte del personal médico y administrativo que:
de todos los pacientes que ingresan a un hospital psiquiátrico, no todos
presentan enfermedades mentales peligrosas, también en este tipo de clínicas
son internados personas normales, con pequeños desordenes mentales y que
no por ello se les va a tachar de locos.

 Los pacientes del Hospital Psiquiátrico Chapuí no son internados con el


diagnóstico de locos, lo terminan siendo debido a los electrochoques que el
personal médico les practica.

 La manipulación del poder dentro de la novela Cachaza se muestra


primordialmente a través del uso del lenguaje, la voz, la palabra se enmarca en
el mundo del conocimiento, este es el raciocinio. El lenguaje es razón, al menos
socialmente, por este motivo Cachaza es visto como irracional. El lenguaje
marca el dominio del mundo permisivo al sometimiento del débil.

 El manejo del poder, presente en el relato, es llevado a cabo al exceso en


cuanto a la humillación y condicionamiento de los “socialmente excluidos”. El
abuso del poder provoca en el binomio “sujeto/ sujeto” la subordinación de uno
de ellos, es así que este se configura como “sujeto dominador/ objeto
dominado”, donde la injusticia y el irrespeto integral del ser reinan, en un
proceso de constante castigo.

 La institución del poder, ya sea penitenciaría u hospital psiquiátrico, designa una


sinécdoque relevante: el encierro. El encierro toma la significación de “prisión”,
por ende de incomunicación, no libertad. Este espacio es habitado por el grupo
marginal del texto (reos y enfermos mentales) que representan los excluidos, los
rechazados sociales de manera que sean reducidos a la inexistencia, al olvido.
 La integridad de los personajes: física, social, personal y sexual son mancilladas,
lo que conlleva a la desintegración individual y la deshumanización al ser
cosificados, un sujeto-objeto, desleído moral, social y espiritualmente.

 Mediante el conocimiento de la reflexión mental de Cachaza y la crítica que


realiza a lo largo de la historia, aunada a la intervención dialógica de los
médicos, es posible determinar la mala praxis de la profesión y el uso
inadecuado del tiempo laboral, bajo la tutela de un interés propio. La novela
cuestiona y critica severamente el trabajo desempeñado por médicos o
representantes del orden público, quienes se “suponen” buscan el bienestar
común, pero que, en su mayoría, se oculta tras el muro de contención llamado
doble moral, vedando, así, todo indicio de responsabilidad.

 En la novela Cachaza se presenta el sistema panóptico, propuesto por Jeremías


Bentham, el cual organiza, asegura y mantiene la jerarquía del poder, siempre
en manos de los médicos. La “visión del todo” o la vigilancia constante utilizado,
como estratagema institucional, en la que se plantean diversos principios para la
reincorporación social del marginado no se cumple. Por el contrario, existe un
antagonismo marcado con respecto al modelo panóptico, ya que el desorden, el
abandono y la violencia integral del paciente (sexual, física, social) garantiza la
deshumanización y el rompimiento de todo derecho humano. Por ende, la
novela se manifiesta como un texto de crisis humana y social.
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Universidad de Costa Rica
Sede de Occidente
Departamento de Filosofía, Artes y Letras
Enseñanza del Castellano y Literatura
Literatura Costarricense II

Cachaza de Virgilio Mora

Elaborado por:
Máykel Rodríguez Calvo A34391
Liseth Salas Vargas A55109
Kerlin Zamora Zamora A25653

Profesora:
Shirley Montero Rodríguez

Junio, 2007

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