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Nombre persona estudiante: Jordi Arroyo Loría

Edad: 23

Nombre de la institución: Liceo Julián Volio Llorente

Teléfono y correo centro educativo: 24455665 / lic.noctjulianvoliollorente@mep.go.cr

SECUNDARIA

Nivel que cursa: noveno

Disciplina artística: cuento

Título de la obra: Muñeca solitaria

La Muñeca Solitaria

Al final de muchas situaciones pasa que uno encuentra su error, lo golpea la realidad

quedando vacío, con el corazón desecho, la cama desordenada, con una soga rompiendo el

cielo y el sinfín de horas en el mar de los sueños.

Tenemos a José Ritman, dueño de una importante empresa de productos básicos para el

hogar como lo son los de limpieza y para la alimentación cotidiana. Producto de eso, José

con los días sedientos de rutina, solía ir a dejar a su pequeña niña a la respectiva primaria

de su engalanador condominio privado. Como de costumbre cuando él se despedía, le daba

la bendición y proseguía su agitado y cotidiano día. No conforme con tantas y tantas tareas

de la empresa, inició un nuevo proyecto con el cual ganaría aún más dinero del que ya

percibía en sus grandes y gigantescas cuentas bancarias. Avanzada la noche ya, al ser un

poco más tarde de lo normal decide llegar a su inmensa y poco cálida morada, donde su

esposa que llegaba más temprano y que de regreso recogía por las tardes a su niña lo espera
despierta aún, mientras su pequeña “princesita” (como el solía decirle) ya no lo esperaba,

pues sus pocos años y la agotadora escuela le gastaban sus tantas horas de energía.

Aunque no parecía, ella estaba enojada al igual que estaba lista su cena, su bata, su

almohada, su cobija y la ducha del cuarto de invitados. No estaba tan mal ya que al menos

la ducha era caliente y la cama esperaba que el momento de descansar llegara, hacía un

recuento de las facturas de la empresa, las planillas de sus muchos trabajadores, los recibos

de su casa y la mensualidad del colegio, entre otras cosas. Cuando de repente recuerda el

aniversario, se levantó rápidamente y se dirigió a su recámara, pero su esposa ya estaba

dormida y la dejó descansar hasta el día siguiente.

Ahora se levanta en carreras y se apresura adelantándosele al reloj, pues el día ya lo

comenzaba tarde. Cambiando un poco su ajetreada rutina le encarga su esposa lo de la niña,

volviéndose a lanzar hacía un día largo y cansado. Lo espera su oficina cerrada, una

montaña de documentos, un basurero lleno de papeles y una pobre luz de lo que en realidad

era importante. Pasa varios meses ejecutando el proyecto que hasta el momento ha

resultado un éxito total, el éxito que cualquier persona quisiera poder alcanzar o cualquier

empresario poder superar, al ser el creador de lo más exitoso del mercado y perder mucho

más de lo que ha podido ganar a lo largo de su vida.

Pues ahora el presente no cesa en su carrera por alcanzar al futuro, siendo así cada día

más y más constante en el afán de conseguir una mejor vida. Sin darse cuenta que los

tiempos del amor suelen pasar de una manera muy rápida, es como agua en las manos de un

destino el cual nunca terminará de recoger el fruto del perdón. Pero lo que más extraña es la

inseguridad que aparenta el pasado que con miedo a ser olvidado quiere mostrar sus

destellos de grandeza y poder ejercer un dominio arrasador al no tener compasión de su

amigos presente y futuro.


Dos años y algunos días después de haber olvidado tantas cosas, le viene a la mente una

fecha que ni aún su calendario le quería recordar, de esas fechas que son tan difíciles de

memorizar por un hombre con tanto éxito y afán, la misma fecha que hace un año atrás

volvió a olvidar. Nostálgico ve que pasaron algunos días, no muchos, pero si los necesarios

para una gran decisión que estremeciera y causara un terremoto de emociones traducidas en

decepción pero transformadas en convicción de mejorar las cosas, tanto así que se propuso

crear una sorpresa.

Por la mañana como ya era costumbre estaba el desayuno listo y servido. Junto a él un

periódico de hacía cinco días, y en su primera plana la noticia de la niña con el mejor

promedio nacional, al lado de dicha información la foto de su “princesita”. Hasta ese

momento la rutina se rompió con una fuente de sentimientos cayendo al igual que las

lluvias de las tardes de septiembre. Trata de buscar una respuesta desesperadamente,

cuando da con una carta sobre la mesa de noche que más o menos decía: “No sé si

recuerdas cuantos años eran, pero este será el último”. Creía que se trataba de una broma,

corrió buscando en el closet la ropa de su amor y nada, corrió al cuarto de su pequeña niñita

observando solamente una muñeca solitaria (la que papá le había prometido) sobre la cama

ordenada, y tan solo puertas vacías. Tomando el único recuerdo de su bebé y su teléfono

móvil, escribió un mensaje de texto y después de darle enviar, cerró la puerta.

“Amor, al final de muchas situaciones pasa que uno encuentra su error, lo golpea la

realidad quedando vacío, con el corazón desecho, la cama desordenada, con una soga

rompiendo el cielo y el sin fin de horas en el mar de los sueños”.

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