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INTRODUCCION

Este trabajo se encuentra orientado hacia el análisis sobre la integración de dos


aristas de carácter fundamental en la perspectiva pedagógica. Por un lado, está el
reconocer la funcionalidad del cerebro en el ser humano y, por otro lado, se
encuentra el proceso de aprendizaje propiamente dicho. Una caracterización que
no ha pasado desapercibida y ha sido motivo para que varios expertos desde la
orientación psicológica adviertan la enorme trascendencia de llegar a conocer al
cerebro; pero también, se encuentra la mirada de los educadores en su afán por
comprender el comportamiento del hombre en su necesidad sustancial por
conocer y educarse en el tiempo, de manera progresiva y sostenida.
De acuerdo con (Ortiz, 2015) en estos últimos 20 años se está aprendiendo más
sobre el cerebro que en toda la historia de la humanidad.
ARTICULO

Neurociencias, educación y entorno sociocultural

El artículo nos habla sobre la relación entre la neurociencia y las disciplinas


dedicada al estudio de la educación en este sentido se le da importancia al papel
que tiene el estudio científico del aprendizaje como vínculo de trabajos
investigativos y factores socioculturales tales como: el ambiente, emociones y la
genética en el aprendizaje.

La neurociencia respuestas sobre la estructura y funcionamiento del cerebro, la


comprensión de los procesos cognitivos y el comportamiento humano. El aspecto
cognitivo relacionado con las denominadas ciencias de la educación, siempre ha
sido un tema de debate para ambas disciplinas. El presente artículo busca
presentar una recopilación de los aportes más importantes a dicho debate.

La relación entre neurociencia y educación se basa sobre todo en la posible


generalización y simplificación de las afirmaciones y resultados de la neurociencia
al ser aplicada en el salón de clase. Por ello, los métodos usados por la
neurociencia resultan a menudo incompatibles con el uso de contextos complejos
de naturaleza social, que son el tipo de contextos donde se construyen los
procesos educativos, y donde aunado a esto también se entreteje la enorme
complejidad del sistema neuronal y la diversidad del sistema nervioso. El
aprendizaje puede definirse como la adquisición de nuevas representaciones
neuronales, y el establecimiento de relaciones funcionales entre ellas y las ya
existentes, en una profunda relación con factores psicológicos y socioculturales.

La relación entre educación, aprendizaje y emociones en cierto modo no es nueva,


pero la comprensión de sus bases aún está abierta al dialogo interdisciplinar para
responder a interrogantes tales como: el modo en que los principios y teorías de la
educación pueden ser mejoradas por los hallazgos de las neurociencias
cognitivas, los principios o mecanismos de las teorías neurocientíficos que pueden
ser objeto de investigación para generar nuevo conocimiento interdisciplinar y para
contrastar y modificar los modelos cognitivos que están adaptados en las teorías
del aprendizaje.

Otra cosa de la que se aborda en este artículo es en que la neurociencia y la


educación son la incidencia del factor sociocultural. Las funciones mentales se
desarrollan y transforman en contextos sociohistóricos, el entorno influyente
adquiere un valor causal. En ese sentido pueden identificarse tres aspectos
importantes a atender: un aspecto cognitivo, un aspecto genético y un aspecto
institucional. Es por ello que tanto educadores como filósofos han considerado la
importancia del ambiente social no solo en el aprendizaje sino en el desarrollo
humano, debido a que la inserción en una comunidad tiene consecuencias
determinantes en la conducta de las personas.

La teoría sociocultural se plantea al entorno social como un elemento relevante,


mientras por otro lado la teoría del aprendizaje social considera factores externos,
como el ambiente, las condiciones físicas, que permiten explicar el desarrollo
humano. Esta difusa relación está mediada en mucho sentido por la dicotomía:
genotipo y fenotipo, dicha relación se encaja como uno de los temas cruciales en
el desarrollo de la conducta y de los procesos mentales, que ya no se estudian
como aspectos enfrentados, sino que se entienden como elementos
complementarios que se retroalimentan.
ANALISIS DE ARTÍCULO

La neurociencia está acercando al profesorado a conocer el cerebro y su


funcionamiento, ya que se ha demostrado su gran aportación al campo
pedagógico con lo que respecta al funcionamiento del aprendizaje, la memoria, las
emociones y otras muchas funciones cerebrales que cada día son estimuladas en
los centros.
La educación sociocultural tiene el objetivo de trabajar por el desarrollo integral
de la persona y de la comunidad, ayudar a procesos de cambio, reflexión y
búsqueda de caminos para la interacción social, cooperación, vínculos y
afinidades para la democratización de los espacios cotidianos.
El artículo consiste en una revisión de la literatura existente entre los años 2002 y
2014 sobre la relación entre neurociencia y las disciplinas dedicada al estudio de
la educación en función de los debates más importantes que se han suscitado al
respecto. En ese sentido cobra vital importancia el papel que tiene el estudio
científico del aprendizaje como vínculo de trabajos investigativos y la incidencia de
los denominados factores socioculturales tales como: el ambiente, la salud las
emociones y la genética en el aprendizaje.

La neurociencia como disciplina tiene su fundamento en la reunión de campos


disciplinares muy diversos orientados a la búsqueda de respuestas sobre la
estructura y funcionamiento del cerebro, la comprensión de los procesos
cognitivos y el comportamiento humano. El aspecto cognitivo relacionado con las
denominadas ciencias de la educación, siempre ha sido un campo de trabajo
común para ambas disciplinas, que en principio parecerían estar estrechamente
relacionadas debido a la naturaleza cognitiva de sus campos de estudio. El
presente artículo busca presentar una recopilación de los aportes más importantes
a dicho debate.

La relación entre neurociencia y educación no alcanza todavía un nivel de


consenso que permita integrar las labores de ambas de manera cooperativa,
generando una gran disertación sobre las ventajas, desventajas e imposibilidades
de dicha unión. La argumentación de los detractores de la relación entre
neurociencia y educación se basa sobre todo en la posible generalización y
simplificación de las afirmaciones y resultados de la neurociencia al ser aplicada
en el salón de clase. Por ello, los métodos usados por la neurociencia resultan a
menudo incompatibles con el uso de contextos complejos de naturaleza social,
que son el tipo de contextos donde se construyen los procesos educativos, y
donde aunado a esto también se entreteje la enorme complejidad del sistema
neuronal y la diversidad del sistema nervioso.
Por otro lado, la investigación en educación ha estado centrada en las exigencias
políticas sociales y económicas, que están ancladas a fines y metas más
prácticas, que por su misma naturaleza han llevado al descuido de aspectos
relacionados con la etiología, la génesis y las problemáticas de los procesos
subyacentes en el aprendizaje y la enseñanza. Esto problemas de tipo institucional
también son visibles en los crecientes costos organizacionales que enfrenta esta
nueva área de estudio, caracterizada por la necesidad de contar con
conocimientos diversos y muy especializados que en últimas conllevan a una
fragmentación del conocimiento en unidades que se ocupen tanto de asuntos
educativos como de los laboratorios seudocientíficos.

Para responder a esta problemática, algunos investigadores en el área han optado


por pensar en el aprendizaje como el eje integrador entre las neurociencias y la
investigación pedagógica. Dado que para entender el aprendizaje es necesaria la
conexión y colaboración mutua tanto del estudio del cerebro como de los procesos
educativos. Los mencionados autores apuestan por un camino medio en torno de
las posibilidades de la neurociencia cognitiva para ofrecer información sobre el
aprendizaje en un marco holístico bio-psicosocial.

El aprendizaje puede definirse como la adquisición de nuevas representaciones


neuronales, y el establecimiento de relaciones funcionales entre ellas y las ya
existentes, en una profunda relación con factores psicológicos y socioculturales.
La relación entre educación, aprendizaje y emociones en cierto modo no es nueva,
pero la comprensión de sus bases aún está abierta al dialogo interdisciplinar para
responder a interrogantes tales como: el modo en que los principios y teorías de la
educación pueden ser mejoradas por los hallazgos de las neurociencias
cognitivas, los principios o mecanismos de las teorías seudocientíficas que pueden
ser objeto de investigación para generar nuevo conocimiento interdisciplinar y para
contrastar y modificar los modelos cognitivos que están adaptados en las teorías
del aprendizaje.

Otro de los ejes de relación entre la neurociencia y la educación es la incidencia


del factor sociocultural. Las funciones mentales se desarrollan y transforman en
contextos socio históricos, el entorno influyente adquiere un valor causal. En ese
sentido pueden identificarse tres aspectos importantes a atender: un aspecto
cognitivo, un aspecto genético y un aspecto institucional. Es por ello que tanto
educadores como filósofos han considerado la importancia del ambiente social no
solo en el aprendizaje sino en el desarrollo humano, debido a que la inserción en
una comunidad tiene consecuencias determinantes en la conducta de las
personas.

Por un lado, la teoría sociocultural se plantea al entorno social como un elemento


relevante, mientras por otro lado la teoría del aprendizaje social considera factores
externos, como el ambiente, las condiciones físicas, que permiten explicar el
desarrollo humano. Esta difusa relación está mediada en mucho sentido por la
dicotomía: genotipo y fenotipo, dicha relación se encaja como uno de los temas
cruciales en el desarrollo de la conducta y de los procesos mentales, que ya no se
estudian como aspectos enfrentados, sino que se entienden como elementos
complementarios que se retroalimentan.
CONCLUSION

El proceso de aprendizaje es sin duda complejo y sistemático. Se encuentra sujeto


a una serie de relaciones exteriores que están presentes en la interacción
educando y educador. Sin embargo, el estímulo emotivo es preponderante para
obtener resultados de aprendizaje significativo. Entre los estímulos de mayor
impacto se encuentra sin duda el visual. Pues las personas privilegiamos aquellos
aprendizajes que más fácil nos resulta acceder y ello ocurre fundamentalmente
con el estímulo visual durante la fase de comprensión.

La comprensión y el entendimiento en proceso enseñanza – aprendizaje se


precisa encontrar por parte del educador aquella la habilidad que le permita al
educando desplegar ese bagaje de experiencias que se encuentren relacionadas
con la novedad del conocimiento impartido. Solo entonces se faculta una
experiencia de fácil entendimiento, análisis y comprensión. Esta perspectiva está
basada en la experiencia cerebral del educando que le impulse un aprendizaje
consistente. Bajo este principio está enfocado el sistema educativo basado en
inteligencias múltiples.
En la perspectiva emocional del cerebro se destaca la funcionalidad de este
órgano en la medida que su predisposición al aprendizaje dependerá del tipo de
estímulo al que se enfrente. Así un proceso de enseñanza donde el miedo es un
factor incidente, el cerebro experimentará funcionalmente fatiga y otorgará
respuestas lentas. Esto incidirá en una pérdida de asimilación del conocimiento y
la habilidad del cerebro para operar con un funcionamiento superior, que es
requerido en el aprendizaje.

Bibliografía
Barrios-Tao, H. (2016). Neurociencias, educación y entorno sociocultural. Educación y Educadores.

http://www.scielo.org.co/pdf/eded/v19n3/0123-1294-eded-19-03-00395.pdf
OPINION PERSONAL

Desde mi punto de vista el autor tiene como objetivo mostrar las contribuciones de
la neurociencia, en cuanto a la influencia del entorno sociocultural en el proceso
educativo. Con este fin, en un principio se llevará a cabo un proceso dialectico
donde se muestran los puntos de vista de detractores y entusiastas del papel de la
neurociencia en los procesos educativos. Así pues, quedará plenamente
justificado la necesidad de un diálogo entre la educación y la neurociencia, a pesar
de que aún no exista una relación sólida entre ambas corrientes. Dentro de este
diálogo se enmarcan justamente los aportes hechos por la neurociencia en cuanto
a los factores socioculturales, y se da cumplimiento al objetivo del artículo.

Dentro de las principales críticas de la posible relación entre neurociencia y


educación, Barrios expone aquellos que resaltan la dificultad de aplicabilidad de
los hallazgos neurocientíficos a los procesos educativos, pues estos son
realizados en entornos experimentales donde existe un aislamiento de factores en
aras de simplicidad. De este modo resulta poco fidedigno extrapolar conclusiones
a entornos de aula de clase donde existe multiplicidad de factores interactuando,
entre ellos aspectos culturales, políticos y morales.

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