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4.

Kirinmaru del Alba

Sus ojos se fueron abriendo lentamente, la noche anterior el sueño la había vencido, de
pronto a su mente llegaron los recuerdos revividos gracias al aroma de lavanda que
desprendía su piel. Un ligero sonrojo adorno sus mejillas y procedió a cambiar sus ropas por
su traje de entrenamiento, guardó sus pertenencias en el pequeño bolso que traía y con
mucho cuidado colocó el regalo que Kirinmaru le había entregado. Al pensar en él sus
memorias aún frescas volvían a su mente y su cuerpo sentía un ligero cosquilleo. Sacudió
su cabeza para espabilarse y salió de la habitación; en el pequeño comedor de la posada la
esperaban con un sencillo desayuno listo y mientras se sentaba a degustarlo uno de los
soldados del amo le avisó que partirían en unas horas más.

Una vez terminado su desayuno recogió sus cosas y salió al encuentro con el grupo. Ahí lo
vio, ataviado con su traje de batalla, y su máscara característica, él la aguardaba ansioso,
quería verla, saber que estaba bien y que no sería rechazado después de lo que pasó.

Buenos días Srta. Towa -la saludo.

Buenos días Kirinmaru sama, lamento la espera - sonrió.

No se preocupe, tuvimos tiempo suficiente para hacer los preparativos de nuestro regreso,
usted pudo descansar bien?- pregunto con cierto nerviosismo.

S..si, muchísimas gracias por lo de anoche - respondió una avergonzada Towa

Me alegra haber sido de ayuda. Srta Towa mis hombres están por salir, yo pienso pasar por
otro pueblo cerca de la frontera para verificar que no haya más alboroto inesperado, ¿le
gustaría venir conmigo!

¿Eh? ¿De verdad puedo ir con usted? ¿No sería una carga ? - habló una Towa nerviosa y
en tono dubitativo.

Por supuesto que no, si no le molesta viajar en mi espalda. No suelo utilizar ningún medio
de transporte para mis viajes así que si no le causa ninguna molestia viajar así, me
encantaría que me acompañase.

Towa asintió y le entregó su pequeño paquete a uno de los soldados que se encargaría de
llevarlo hasta la mansión del este.

Kirinmaru le pidió que lo tomase de los hombros y al sentir sus pequeñas manos aferrarse a
él con seguridad se elevó por los cielos rumbo a su destino.
Towa estaba fascinada con el paisaje, las hojas de los árboles se habían tornado de color
amarillo y rojo, el momiji estaba en su momento de esplendor, el otoño había llegado a las
altas montañas y la gente se preparba para el invierno, pasaron unos cuantos minutos
cuando al cruzar un cúmulo de nubes se encontraron con una pequeña aldea de lo que
parecían ser agricultores.

La mayoría noto su presencia, pero nadie se inmutó, parecía que todos sabían que llegarían
o al menos eso pensó Towa. Bajaron en el jardín de una de las casitas y un Yokai anciano y
lo que parecían ser humanos salieron a su encuentro.

Mi Sr. Kirinmaru que gusto recibirlo - dijo el yokai oso muy feliz.

He traído lo de costumbre y de paso vine a inspeccionar la barrera. Ha habido disturbios en


otros lugares de la frontera, así que tenía que asegurarme de que este lugar estuviera bien
protegido.

¡Oh ya veo! Muchísimas gracias amo - reverenciando todos al mismo tiempo - Ahora que
hemos recibido la materia prima procederemos a retornar a nuestras labores - volvieron a
reverenciar mientras se despedían.

Towa observaba todo a su alrededor, era un pueblo pequeño con poca gente. No logró
percibir su olor antes de llegar, parecía un poblado escondido. Miraba con detenimiento los
campos y las cosechas, había flores, verduras y hierbas que nunca había visto, Kirinmaru
notó la curiosidad de la pequeña y le explicó:

Este pueblo es una especie de base secreta -comenzó- cuando viajo me gusta recolectar
granos, semillas, hierbas de los lugares que visito y traerlos para intentar cultivarlos. La
mayoría de las veces funciona, otras tantas es un rotundo fracaso, pero con lo que funciona
logró abastecer a mi hermana de materia para sus medicinas y sus brebajes y además yo
obtengo material para crear mis aceites y los perfumes y jabones que uso en la mansión;
además de otros usos.

También aquí la gente que se queda sin hogar puede venir a vivir siempre y cuando siga las
reglas y conviva en armonía con los otros. -Kirinmaru explicaba mientras inspeccionaba los
cultivos. A su paso Towa estaba maravillada con lo que veía, muchas de las plantas y otras
hierbas y flores jamás las había visto, entonces llamó su atención un plantío de arbustos
perfectamente alineados cuyas flores desprendían un olor bastante peculiar. Al ser miembro
del clan de perros demonios el olfato de Towa era más agudo de lo normal, y aunque la
mayor parte del tiempo por andar distraída hacía poco uso de el, el olor de esas pequeñas
florecitas blancas le pareció muy especial.

Kirinmaru sama, estos arbustos los trajo de algún viaje? -preguntó curiosa.

Vaya, veo que este pequeño conquisto tu olfato -respondió- Se llama Mirto, lo traje de uno
de mis viajes a un país cerca del mar mediterraneo. Es una planta poco ostentosa pero con
un significado precioso. Además de sus usos medicinales es símbolo de fertilidad, pureza y
fidelidad - tomando una pequeña ramita con su mano la colocó en la de Towa y prosiguió-
los habitantes de ese país llevan coronas hechas de mirto en sus bodas y es el símbolo de
la diosa del amor! Lo traje hace mucho tiempo pensando en el día que encontrase a la
persona con quien compartir mi eternidad - su mirada se clavó en los ojos dorados de Towa,
ella suspiró avergonzada, no sabía como reaccionar, solo atinó a devolverle la mirada y se
hundió en sus pupilas verdes hasta que una voz proveniente de uno de los aldeanos le
llamó.

Sr. Kirinmaru, esta listo el paquete para la Srta. Zero.

Kirinmaru volteó hacía donde se encontraba y ordenó - Entregueselo a mi acompañante,


subiré a reforzar la barrera antes de retitarnos - mientras se elevana.

Towa recibió el paquetito y lo observo hacer varios movimientos con sus manos, entonces
un círculo de luz se extendió por toda la aldea y el bajo a su encuentro.

Towa guardó la ramita entre su ropa y esperó a que Kirinmaru regresara.

Srta. Towa he terminado mi trabajo, es hora de regresar a la mansión del este. Siempre que
quieras puedes regresar aquí sólo tienes que pedirmelo - espetó Kirinmaru mirándola con
suma amabilidad.

Towa le sonrió, para después colocarse detrás de él y tomarlo de sus hombros para salir de
regreso hacia la mansión del este.

Riku llegó a su destino y se encontró con su ama esperando en la entrada.

Riku?- le miró extrañada

No viene conmigo Ane san, se quedó con el señor Kirinmaru, él me ha pedido que le trajera
esto porque era urgente.

Si es urgente, pero pensé que lo traería él mismo - dijo Zero con cierto dejo de extrañeza

¿Ane san, usted le dijo al amo donde estabamos? - preguntó Riku.

No, la verdad es que ni siquiera le mencioné que no estaban aquí, ay Riku, a veces se te
olvida que mi hermano puede ver a través de ti todo lo que él quiera - sonrió de forma
sarcástica.

Riku hizo una mueca de molestia mientras Zero en un tono bastante frío prosiguió- Ya te lo
había dicho una vez, va a ser muy difícil que escondas lo que sientes por Towa de mi
hermano, desconozco si él tiene un interés genuino en ella, tampoco es que me importe
mucho, pero si de verdad te interesa será mejor qué seas más directo y le digas cómo te
sientes. Si en determinado momento mi hermano empieza sentirse atraído por ella no te va
dejar el camino fácil. Piénsalo bien Riku y decide de una vez que es lo que harás, mi
hermano no es del tipo de hombre que renuncie fácilmente a algo que le guste y tú mejor
que nadie deberías de saberlo. Ahora me retiro, debo terminar algunas medicinas que me
han pedido, piénsalo muy bien Riku, y también piensa en la posición en que te encuentras.

Zero se fue dejando inquietud en el corazón de Riku, él sabía que Kirinmaru no era del tipo
que se interesase en algo o en alguien tan fácilmente, pero en el fondo sentía también que
Towa no le era indiferente, lo había visto observarla y le preocupaba que aquella vez que la
espío mientras se bañaba pudiera haber notado su reacción o lo que es peor, que haya
podido verla a través de sus ojos.

Esperaría al regreso de su amo y Towa y entonces buscaría la oportunidad, le diría la


verdad de su corazón y le pediría una oportunidad para poder tener una relación más
profunda con ella. Se sentía confiado, había trabajado mucho todo este tiempo para
hacerse cercano a la pequeña Towa, era quien mejor la comprendía, seguramente ella se
debía sentir igual. Y meditando esto en su cabeza se fue a asear, pronto regresaría su amo
y debía tener todo listo.

Towa y Kirinmaru arribaron cerca del anochecer , se despidieron en la entrada y se retiró a


sus habitaciones, mientras tanto ella decidió tomar un baño, estaba cansada y necesitaba
procesar todo lo que había sucedido durante el viaje, fue poco tiempo, pero habían pasado
tantas cosas y su corazón todavía no terminaba de procesar algunas. Al llegar a los baños
de la mansión dejó sus cosas en uno de los pequeños cajones mientras se desnudaba, una
vez en el baño comenzó a humedecer su piel y a lavarse, justo al llegar a sus brazos y su
pecho recordó aquella noche en la que el amo de la mansión la había tocado, había sido
repentino sí, pero también había sido sumamente placentero, como si de pronto un
sentimiento dormido en su interior fuese despertado dulcemente. Se levantó y se dirigió a la
bañera enorme que había en el cuarto contiguo, vio los aceites, pero esta vez se tomó la
libertad de revisar y olerlos todos, en el camino de regreso el Sr. Kirinmaru le había dicho
que los aceites que se disuelven en el agua solo necesitaban una o dos gotitas para liberar
toda su esencia, a diferencia de los que servían para masajes o como ungüento medicinal.
También le dijo que debía tener especial cuidado con las cantidades dada la sensibilidad de
su nariz. Al ser descendiente de un yokai perro su olfato estaba mucho más desarrollado
que el de los humanos y otros yokas y oler el perfume de algunas plantas y flores en exceso
podría causarle algún tipo de intoxicación.

Tomó la esencia de lavanda y puso dos gotitas en el agua, se sumergió en la tina y en sus
recuerdos, a diferencia de Riku que la trataba muchas veces con excesivo cuidado, el Sr.
Kirinmaru era distinto, la trataba con cuidado sí, pero no sentía que la viera como una niña,
la trataba como ella misma, y sí, era consciente de que muchas veces era demasiado
inocente y torpe, pero él no reparaba en eso, validaba lo que ella era y eso le gustaba.
Terminó su baño en medio de sentimientos y pensamientos que no comprendía del todo y
se retiró a dormir, por un momento pensó en su madre, quizás y ella entendería que es lo
que estaba pasando en su corazón y en su mente en estos momentos.

Los días pasaron con tranquilidad en la mansión de Kirinmaru, y mientras él se encontraba


planeando su siguiente viaje Riku estaba decidido a confesarle sus sentimientos a Towa; iba
con paso firme rumbo al jardín donde la había visto entrenando hace algunas horas y ahí la
encontró. Towa estaba sentada limpiando su maltrecha Kikujunmonji, recordó que alguna
vez entre sus conversaciones ella le había dicho que soñaba con el día en que su padre la
dejara usar su Bakusaiga, llegó hasta donde estaba y la llamó.

Towa sama, ¿cómo ha estado su día hoy?

Riku! Pues como siempre, entrenando y haciendo un poco de ejercicio extra, hoy decidí
limpiar mi espada -sonrió mientras daba el último toque y la guardaba en su funda- y el tuyo
como estuvo?

Sin novedades como siempre Towa sama -sonrió mientras se sentaba a su lado, más cerca
de lo normal.

Towa se sorprendió pero no le dio mayor importancia hasta que sus rostros quedaron frente
a frente.

Riku?

Towa sama yo…yo sé que esto es repentino pero.. -acercándose peligrosamente a su


rostro- yo quería decirle que… que estoy profundamente enamorado de usted.

Towa estaba tan sorprendida que no sintió cuando este había tomado su rostro para intentar
besarla, solo que su instinto fue más rápido y lo detuvo en seco.

Riku, no! - exclamó asustada.

No obstante para su amigo ya no había vuelta atrás, ella debía saber lo mucho que la
amaba y no se iba a detener hasta conseguirlo, la atrajo de nuevo con fuerza hacía él y
entonces intentó un movimiento distinto, tomó la parte de arriba de su hakama y tiró con
fuerza hasta dejar sus hombros desnudos, Towa por su parte estaba asustada, enojada y
estupefacta , pero no iba a permitir que nadie la tratara así, Riku estaba siendo un completo
idiota y no estaba dispuesta a soportarlo más, saco fuerzas de flaqueza y lo lanzó por los
aíres lo mas fuerte que pudo, desenfundo su espada y liberó su youki.

Jamás vuelvas a tocarme de esa manera - gritaba una enfurecida Towa - no entiendo qué
está pasando por tu cabeza pero si algo aprendí al ver la relación de mis padres fue que
nunca nunca se lastima a quien se ama. Podré ser muy ingenua, pero he visto con mis
propios ojos lo que es el amor de verdad.
Riku no sabía ni que responder - Towa sama… perdóneme… yo… yo…

Tú nada Riku!! - la espada de energía creció más - Vete!! Vete antes de que no me pueda
controlar y termine lastimandote, eras mi amigo Riku -chilló.

Riku no dijo nada más, tocó el arcillo en su oído y desapareció, Towa se dejó caer en el
suelo y dejó salir sus lágrimas, qué demonios había pasado, independientemente de la
confesión, el actuar desconsiderado de Riku la había descolocado. Tomó sus cosas y
regresó a su habitación, por primera vez pidió que la cena le fuera llevada hasta su cuarto
porque no bajaría a cenar. Mientras en otra sala de la mansión, el dueño una profunda
mirada color esmeralda que había sido testigo de lo que había pasado intentaba calmar la
furia que amenazaba con hacerlo estallar.

A la mañana siguiente Towa bajo a desayunar como de costumbre, seguía molesta, pero no
permitiría que esto se hiciera público y terminará involucrando a mas gente, hablaría con
Riku cuando fuera el momento adecuado, tomó su lugar en la mesa del comedor y saludo
con su sonrisa de siempre, Riku respondió al saludo ante la mirada inquisidora de una Zero
que no se trago el performance de ambos y antes de que dijera nada apareció Kirinmaru.

Hermana, ya tengo listo todo para mi siguiente viaje, así que si tienes pensado pedirme
cosas llevame tu lista a mi habitación por la noche, partiré mañana al medio día - dijo
serenamente.

Perfecto, estaba a punto de preguntarte cuándo sería tu próximo viaje -sonrío.

Riku, quedas a cargo de la mansión como siempre y espero que me mantengas informado -
espetó.

Sí amo.

Srta Towa, quisiera preguntarle algo, - volteo hacía donde la hija de Sesshomaru tomaba
sus alimentos y sin rodeos le preguntó - le gustaría acompañarme?

Zero, Riku y la misma Towa abrieron sus ojos como platos, eso no lo vieron venir, Towa
tragó el bocado que tenía en la boca y respondió

Eh? Es decir, ¿de verdad? - preguntó sacudiendo su cabeza como queriendo espabilar un
poco.

Por supuesto, si no le molesta ir conmigo, me encantaría que me acompañara. Además


sería una perfecta oportunidad para usted de empezar a extender su mundo no le parece? -
respondió con serenidad.

Towa no lo pensó dos veces, era su oportunidad de conocer el mundo, no sabía a dónde iría
ni como irían, pero la idea de conocer tierras lejanas le fascinaba.
Kirinmaru sama si me lo permite, si, si quiero ir - respondió con sus ojitos llenos de alegría
ante tremenda invitación.

Muy bien, saldremos mañana al mediodía, no necesita llevar mucho equipaje el lugar al que
vamos solo necesita llevar ropa fresca, para una noche, lo demás nos lo proporcionaran en
el palacio del amigo al que vamos a visitar, usted irá como mi asistente y mantendremos su
identidad como mujer escondida. Es un reino estricto con las mujeres y además quiero
evitar también que mi amigo quiera incluirla en su harem - sonrió para sus adentros.

Towa no entendió nada de lo que decía, pero si hacía lo que le estaba pidiendo
seguramente todo estaría bien. Así que decidió que ese día solo entrenaría la mitad de la
jornada para dedicarse toda la tarde a prepararse para su viaje, era la primera vez que
saldría para visitar un reino tan lejano. Regresó a su habitación, colocó agua nueva a la
ramita de mirto que el Sr. Kirinmaru le había regalado y volvió a continuar con sus deberes.

Kirinmaru en la biblioteca giraba las últimas instrucciones a Riku y hablaba con su hermana.
Para cuando su hombre de confianza hubo salido, Zero lo abordó sin titubear.

Dime Kirinmaru, qué es lo que estás planeando?

¿A qué te refieres? - Respondío sin voltear a verla, Te vas a llevar a la hija de Sesshomaru
a tu viaje, eso no es casualidad, a mi no me engañas - espetó.

No tengo nada planeado, aún. La quiero llevar para que vea lo grande que es el mundo, lo
que pasé más allá de eso, solo el destino lo dirá.

Muy bien querido hermano, no insistiré más, solo espero que asumas las consecuencias de
tus actos. Si a esa chica le pasa algo, su padre no te lo va a dejar fácil, por no decir que te
matará. - replicó Zero saliendo del lugar.

Kirinmaru sabía perfectamente las consecuencias si llegaba a lastimar a Towa, era


consciente de que estaba jugando con fuego, pero era un fuego en el que estaba dispuesto
a quemarse, ya había vivido muchos siglos y por primera vez en su vida la llama de un
sentimiento que había decidido dejar en el olvido se encendió nuevamente en el con suma
intensidad, su corazón le decía que se arriesgara, que ella era la persona indicada para
perder la cordura, que Towa era la eternidad que él estaba esperando, y no
desaprovecharía cada oportunidad que tuviese en sus manos para conquistarla y hacerla
suya, suya y de nadie más.

Towa durmió muy poco, estaba totalmente emocionada, la salida de los primeros rayos del
sol la despertó, tenía todo listo, salió a respirar un poco de aire fresco y se encontró con
Kirinmaru parado en el jardín. Se acercó a él y con curiosidad le preguntó.
Kirinmaru sama, puedo preguntar a dónde iremos - se sonrojó- perdone la imprudencia, es
que… no sé… nunca he ido más allá de nuestros reinos no me puedo imaginar … - bajo su
rostro en señal de vergüenza.

Es el reino de Algeciras, un reino cerca del mar, es el reino de mi amigo el principe S´hamed
hablan una lengua distinta, y su color de piel es muy similar al mio, pero lo que yo te diga no
hace justicia a la realidad.- Respondió - ahora anda por tus cosas, que te parece si partimos
un poco antes de la hora planeada, así llegaremos por la noche a nuestro destino.

Towa asintió y salió corriendo por su maletita y regresó a su encuentro. Kirinmaru le colocó
una túnica marrón y cubrió la mitad de su rostro.

Srta. Towa, esta vez nuestro viaje será distinto, no iremos volando, usaré mi youki para
transportarnos, como lo hace Riku cuando utiliza su arcillo y desaparece. Por favor
sostengase de mi brazo - dicho esto una luz los cubrió a ambos, sintió como si su
respiración se cortara y entonces todo se detuvo; al abrir sus ojos se encontró en una
especie de islote en medio del mar, no pudo decir nada Kirinmaru la sostuvo en sus brazos
y voló hasta la playa más cercana. Estaba oscuro, envío una pequeña ave de papel y sin
decir nada esperó a que volviera. El ave de papel volvió y se consumió en un fuego
púrpura, era la señal que esperaba. Su amigo le decía que lo esperaba; caminaron por
calles que nunca había visto, palacios con enormes murallas de piedra, mujeres cubiertas
con el rostro cubierto, mercaderes por todos lados y un olor sumamente peculiar. Su manita
no soltaba la túnica de Kirinmaru a pesar de lo impresionada que estaba con el paisaje,
seguía un poco asustada. De pronto su amo se detuvo frente a un palacio enorme y tocó la
puerta. Esta se abrió enseguida y un anciano salió a su encuentro no entendía nada de lo
que decía y esto hizo que su miedo aumentara. Llegaron a un enorme salón, parecía que
debían esperar, Kirinmaru en voz baja le dijo - No levantes la mirada, no digas nada a
menos que te lo pida, tranquila, confia en mí.

Una de las puertas del salón se abrió y salió un hombre alto, ataviado con ropas blancas y
llenas de lo que parecía ser piedras preciosas y sumamente llamativas, su amo lo
reverenció y después le abrazó en señal de bienvenida. Towa no levantaba el rostro, el Sr.
Kirinmaru y su amigo terminaron de hablar y fueron invitados a un salón más pequeño. En
ese lugar había alfombras de colores vivos, cojines de muchos tamaños regados por todos
lados, mujeres con ropas extrañas y el rostro cubierto atendiendo al señor del castillo,
tomaron asiento, Kirinmaru le dijo que se sentara a su lado y le compartió parte de la
comida que fue preparada en su honor. Towa se sentía incomoda, quizás debió pensarlo
antes de aceptar acompañarlo en su viaje, aunque agradecía que a pesar de estar ocupado
hablando con su amigo no se olvidaba de atenderla. Unos minutos más tarde, su amo se
levantó del asiento y le ordenó acompañarlo, fueron guiados por dos mujeres ataviadas con
trajes de colores preciosos hasta sus habitaciones. Una vez dentro Towa respiro
profundamente y sintió como todo su cuerpo se relajo. Para el señor del este no pasó
desapercibida su reacción, y quitandose la tunica le dijo:
Perdóneme Srta Towa, me imagino que esto debió ser muy difícil para usted, ahora lo mejor
es que descanse, no ha sido un viaje largo pero si ha estado lleno de muchas cosas
desconocidas, esta habitación tiene un baño contiguo para que pueda asearse, y
refrescarse con calma. Yo tengo que entregarle a mi amigo algunas medicinas que mi
hermana le preparó, tardaré en volver un poco más, pero no se preocupe, he pedido que
nadie se acerque mientras yo no estoy, así que puede estar tranquila. - Tomando un
pequeño paquete salió de la habitación dejando a una Towa más relajada.

La habitación no era muy distinta del salón en el que los habían recibido, había cojines
acomodados alrededor de una pequeña mesa, y junto a la ventana algo que parecía una
silla muy larga en la que poder recostarse. Además al fondo había una especie de cama
muy grande cubierta con velos desde lo alto y llena de almohadas, las paredes blancas y el
piso de marmol le daban un toque más luminoso a la habitación, estaba encantada,entro al
baño y encontró dos tunicas de color blanco, una con bordados negros y la otra con
bordados en hilos dorados, se asemejaban un poco a sus hakamas para descansar.
Empezó a bañarse, lavando cada rincón de su cuerpo con calma, y una vez hubo
terminado, se colocó la túnica y se recostó en la silla larga mientras veía el cielo. De pronto
la puerta se abrió, Kirinmaru entró en la habitación y la observó mientras encendía una
lámpara de aceite que desprendía un aroma desconocido.

Se llama divan - dijo con voz tranquila. Towa volteó a verlo y le sonrió.

Kirinmaru sama, gracias por traerme hasta aquí, todo es tan diferente y tan bonito - dijo con
sinceridad.

Me alegra que le guste, diganme, pudo tomar su baño con calma ? - preguntó

Si, muchas gracias. Me gustó mucho, prepararon ropa para nosotros también, jamás había
visto tantas joyas ni tanto brillo, estoy emocionada -decía Towa con una sonrisa y sus ojitos
brillantes.

Me alegro que le haya gustado, ahora si me permite, me gustaría mostrarle mi


agradecimiento por acompañarme a esta tierra desconocida ofreciendole un masaje para
relajarla, parece ser que no ha dormido bien por el nerviosismo del viaje - decía esto
mientras se acercaba a ella.

Towa no tuvo tiempo de reaccionar, la tomó en brazos y la llevó hacía uno de los cojines
largos que rodeaban la mesita de centro, estaba nerviosa pero se dejó hacer, Kirinmaru se
había quitado su armadura y ahora traía una túnica de colores vivos. La sentó en el cojín y
con calma la despojó por completo de la túnica que traía puesta. La coloco boca abajo y
acomodo las almohadas para que su rostro quedara bien acomodado y debajo de su pelvis
colocó un pequeño rodapié para que su anatomía estuviera mas comoda. Towa se dejó
hacer, la última vez el masaje le había encantado y en el fondo quería repetir la experiencia.
Kirinmaru destapó la pequeña botella de aceite que traía, esta vez solo era un simple aceite
incoloro y sin fragancia, la lámpara que había encendido al entrar desprendía ya un olor a
rosas. Tomó el aceite con sus manos y comenzó con su labor.

Con sus manos hábiles recorrió una por una las extremidades de Towa, las apretaba y las
tocaba con suavidad con movimientos cadenciosos mientras sus manos subían y bajaban,
llegó hasta sus muslos y siguió con las caricias, poco a poco fue avanzando hacia sus
glúteos, pequeños, redondos, perfectos, los tocó con las palmas de sus manos para
después comenzar a apretarlos con calma, con una calma que a la pequeña hija de
Sesshomaru comenzaba a volverla loca. Llegó a sus caderas, las acarició con sus dedos,
rodeó su figura desde la cintura hasta los glúteos, acarició, apretó, masajeo una y otra vez,
la voz de Towa comenzaba a hacerse presente, masajeo su espalda, sus hombros y sin
poder contenerse volteó su pequeño cuerpo con mucho cuidado, dejándola totalmente
expuesta ante sus ojos. La joven Hanyo cubrió su pecho y su zona íntima con sus manos y
cerró sus ojos, estaba muerta de la vergüenza, nunca nadie la había visto así, comparada
con su hermana Setsuna, no tenía atributos que presumir, se sentía una niña sin gracia ante
aquel Yokai tan culto. Kirinmaru acarició su rostro en un gesto tranquilizador y retiró ambas
manos para ponerlas a los costados.

No tiene nada de qué avergonzarse, es usted una mujer preciosa - habló el daiyokai.

Towa iba a replicar, pero las manos de Kirinmaru la silenciaron al comenzar a masajear el
contorno de sus pechos, rodeandolos primero y después tomandolos con cada una,
masajeandolos, apretandolos y tomando entre sus dedos los pequeños botones que
empezaban a florecer tornándose erectos, Towa soltó un ligero gemido, él no se inmuto y
continuó con su labor de reconocimiento, necesitaba tocarla toda, descubrir sus zonas
erógenas, estudiarlas y aprenderlas, dejo los pechos para continuar con su ombligo, lo
rodeo con su dedo índice, Towa se estremeció, Kirinmaru proseguía con su camino, uno
para el que ya no había retorno y entonces tocó su vientre, sin llegar al monte de venus y
comenzó con sus caricias, subía a su ombligo y bajaba acercándose peligrosamente a la
zona más íntima de la joven cuyas expresiones se hacían cada vez más deliciosas, Towa no
pudo más ante tanto placer y terminó por abrir sus piernas dejando expuesta su virginidad
mientras ahogaba un pequeño gemido. Kirinmaru sonrió complacido, retiró sus manos del
cuerpo níveo de la joven hanyo y entonces se quitó la máscara.

Cambio de posición para quedar frente a la parte más secreta de Towa, la observó, aspiro
su olor, ella moría de la vergüenza

Kirinmaru sama, por favor… no… no …me vea - iba a cubrirse con su mano pero él no se lo
permitió.

Dejame verte. Déjame ver lo hermosa que eres - suplicó. Towa no pudo más y se dejó
hacer.

Kirinmaru trago saliva y entonces tocó con sus dedos cada pliegue, lo exploró y acarició con
vehemencia, poco a poco se fue acercando a la flor de su virginidad y entonces bebió de la
miel que emanaba de ella, con su lengua experta, lamió una y otra vez, encontró su centro
de placer, y lo lamió con vehemencia, lo chupo y entonces mientras Towa se retorcia del
enorme placer que le producían las caricias del daiyokai de este emanó más miel, todo su
ser se contraía y supo por primera vez en su corta vida lo que era llegar al orgasmo.

El daiyokai del este se levantó de su lugar para colocarse sobre ella, vio sus ojos llorosos,
sus mejillas sonrojadas y su respiración entrecortada por el placer que acababa de sentir,
sus rostros quedaron frente a frente y entonces la besó, primero tomó sus labios con
suavidad, guiándola, mostrándole el camino y poco a poco con maestría fue explorando
cada rincon de su boca. Por un momento se quedaron sin aliento y tuvieron que separarse,
Towa entonces lo miro, en sus ojos color esmeralda veía algo que ya había visto alguna vez
en su padre cuando miraba a su madre, ese sentimiento de entrega profunda, esa
amabilidad, y entonces levanto su mano para separa los mechones que cubrían la parte
derecha de su rostro. Él se negó pero no retrocedió, acercó de nuevo su mano y entonces
pudo ver una parte de su rostro cubierta de escamas, Kirinmaru gruñó, esa parte de su
físico le había traído algunos tragos amargos en el pasado y que ahora ella lo descubriera
no le causaba nada de gracia, iba a separarse cuando ella comenzó a acariciar cada una de
sus escamas, las miraba y las tocaba una a una, de pronto inesperadamente beso esa parte
de su rostro, él abrió los ojos como nunca.

Kirinmaru sama, es usted un Yokai sumamente guapo - sus orbes doradas lo miraron
fijamente - siempre admiré la belleza de mi padre y me sentía triste porque yo no la heredé
tanto como mi hermana, pero ahora que lo veo y que veo a la gente de este lejano país me
doy cuenta que la belleza viene a nosotros en distintas formas y colores, ahora mismo
frente a mis ojos usted es el Yokai más precioso que he visto nunca - le sonrió.

Kirinmaru ahogó un gemido e incorporándose la tomó nuevamente entre sus brazos para
llevarla a la bañera, esa noche iba a tocarla hasta saciarse, lavó su cuerpo nuevamente
mientras ella gemía del infinito placer que le producía sentirse amada. Sus dedos se
hundieron en su intimidad una y otra vez haciéndola llegar al orgasmo, mientras tanto ella
tocaba torpemente el miembro erecto que rozaba sus nalgas, el yokai del este también
gimió, volteo su cuerpo para quedar frente a frente de nueva cuenta y entonces tocándose
el uno al otro llegaron al éxtasis. Una vez enjuagaron sus cuerpos, ambos se secaron con
amor, mientras se besaban dulcemente una y otra vez, Kirinmaru la arropó y la llevó a la
única cama que se encontraba en la habitación, ella lo abrazó y se recostaron juntos, él la
miraba como se mira aquello que es lo más preciado acariciando su rostro con dulzura para
entonces decir algo que cambiaría el rumbo de todo:

Dulce Towa, poco ha bastado para que mi corazón cayera perdidamente loco por ti, no
puedo ofrecerte el mundo, pero si puedo ofrecerte mi mundo, y aquello que soy, conviértete
en mi eternidad y déjame ser la tuya, déjame amarte y admirarte hasta el fin de los tiempos.

Towa iba a responder pero antes de decir algo, fue interceptada por sus labios.

Esta bien, no tienes que responder ahora, el viaje aún no termina y tengo todo el tiempo
para esperar tu respuesta, ahora descansa y permíteme ser quien vele tu sueño.
Towa no dijo más, se aferró a su pecho, se dejó cubrir por sus brazos y ambos cayeron en
los brazos de morfeo, juntos y plenos. Por ahora sus corazones estaban en calma, ya
mañana será otro día.

Continuará….

NTDA

Hola soy Deku, esta semana estuve muy ansiosa por cuestiones del trabajo y la única forma
que tuve para liberarme fue ver documentales y escribir historias, creo que me emocioné de
más y escribí un capítulo muy largó.

Gracias a Moka por ayudarme con la redacción, hubo momentos en que sentía que me
perdía.

Espero que no haya quedado muy confuso (risas)

Kirinmaru tiene la piel bronceada así que me imaginaba que había viajado a algún país
arabe y ahí se había bronceado (risas)
Estuve viendo un documental sobre la ocupación arabe en españa y mostraron el palacio de
la alhambra, fue muy bonito, me ayudó mucho a inspirarme,

Había estado deprimida después del incidente con el otro fandom, pero ahora que escribo
sobre lo que me gusta sin preocupación me siento mejor. Ahora no puedo explicar todo lo
que pasó, espero algún día hacerlo.

Gracias también a Chie y a Chika por sus comentarios, yo también quiero un novio como
Kirinmaru que sea buen masajeador (≧∇≦)\(//∇//)\

Este sábado hay capítulo nuevo de Yashahime así que si me siento inspirada avanzaré con
el fanfic.

Gracias a todos por su apoyo ( ^_^ )♡

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