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DISCURSO DE APERTURA

Buenas tardes honorables miembros de la mesa, delegados y demás presentes en la sala, la


delegación de china se siente honrada de estar presente para debatir los sucesos presentados en la
segunda guerra mundial.

La posición de la delegación de china frente a estos sucesos fue apoyar firmemente a los aliados,
se opuso rotundamente al hegemonismo del gobierno nazi y el imperio japonés. Sé caracterizó
por tener una participación silenciosa y decisiva en el frente asiático de la segunda guerra
mundial.

Abrió un frente que se extiende desde el 18 de septiembre de 1931 hasta el 2 de septiembre de


1945, cubriendo todo el territorio de las actuales República Popular China, la península de Corea
y parte de Mongolia.

La delegación de China espera que este debate se realice de manera ordenada y pacífica para
poder observar los diferentes puntos de vista que se tienen de la segunda guerra mundial.

"No mido el éxito de un hombre por lo alto que llega, sino por lo alto que rebota cuando toca
fondo"
George S. Patton.

Muchas Gracias por la atención prestada.


CHINA EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

Datos importantes. Participación de China.


Confrontación con el imperio japones. Batallas importantes.
Ataques de China a otros países. Tasa de mortalidad.
Datos sobre el imperio japones.

China fue el primer país en entrar en lo que se convertiría en la Segunda Guerra Mundial, y que
fue aliado de Estados Unidos y Gran Bretaña desde poco después de Pearl Harbor en 1941, y
hasta la rendición de Japón en 1945.
"El sufrimiento de China durante la guerra no está en disputa", añadió, refiriéndose al hecho de
que durante la resistencia de China contra la agresión japonesa desde 1937 a 1945, el fuego de
guerra azotó la mitad del territorio chino, dejando a unos 260 millones de chinos involucrados en
el conflicto y a más de 35 millones de personas muertas o heridas. La pérdida económica directa
alcanzó unos 100.000 millones de dólares estadounidenses de aquel entonces.
EEUU y China fueron aliados durante la Segunda Guerra Mundial y más de 250.000
estadounidenses sirvieron en lo que se conoció como el campo de batalla "China-Birmania-la
India", como bien mostraron muchas fotografías.
El 7 de julio de 1937, las tropas japonesas atacaron el Puente Lugou, también conocido como el
Puente de Marco Polo, un acceso crucial a Beijing. Este fue el comienzo de la guerra de
resistencia de ocho años de China contra la agresión japonesa a gran escala. Un año después,
hacia mediados de 1938, la situación militar china era desesperada.
Muchas ciudades orientales y centrales chinas, incluidas Shanghái, Nanjing y Wuhan, cayeron en
manos japonesas. Varios observadores extranjeros supusieron que China no podría mantener la
resistencia, y lo más probable sería una victoria japonesa sobre China.

Sin embargo, China se negó a rendirse, se retiró al interior y siguió resistiendo. "Esta decisión
cambió el destino de Asia".

Si China se hubiera rendido en 1938, Japón habría controlado China durante una generación o
más. Las fuerzas japonesas podrían haberse dirigido hacia la Unión Soviética, el Sudeste
Asiático o la India, dice el artículo.

Las guerras europea y asiática podrían nunca haberse unido como lo hicieron tras Pearl Harbor
en 1941.

Con la resistencia china y después de Pearl Harbor, la guerra se volvió global. Los aliados
occidentales y China se unieron en su guerra contra Japón.
Las contribuciones de China fueron muy importantes a los esfuerzos de guerra. China contuvo a
un gran número de tropas japonesas en su territorio y actuó como ejemplo para otros países no
occidentales, mostrando que era posible luchar contra el hegemonismo y oponerse firmemente al
imperialismo.

El Frente de China fue, sin lugar a duda, el escenario bélico más bárbaro, destructivo y
sanguinario de la II Guerra Mundial, únicamente comparable en ferocidad al Frente Oriental de
la URSS con la Alemania nazi. Sobre este vasto teatro de operaciones de miles de kilómetros de
frente, tuvieron lugar campañas de magnitud gigantesca con millones de hombres peleando entre
sí, al mismo tiempo que se llevaba a cabo una política de aniquilación contra el enemigo jamás
antes vista, que solo terminó con la derrota final del Imperio Japonés y el auge de China como
una potencia en el ámbito internacional.

el incidente de Mukden que propició la invasión de Manchuria. Una guerra que comenzó con la
brutal invasión de Japón a China y siguió con una violencia sin precedentes dejando un rastro de
veinte millones de muertos, medio país arrasado y un impacto tremendo en de las relaciones
internacionales que modificó la posterior configuración del mundo. la Batalla de Changsha,
coincidió con el estallido de la II Guerra Mundial sobre Europa en Septiembre de 1939, hasta el
final de la contienda tras la rendición de Japón el 2 de Septiembre de 1945.

La segunda guerra chino-japonesa se libró entre el 7 de julio de 1937 y el 9 de septiembre de


1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial.
“La “Cuarta Potencia” que China representó dentro del bando aliado junto a los EE. UU, la
URSS y el Reino Unido, jugó un papel determinante para el triunfo final sobre las naciones del
Eje encarnadas por Japón, Alemania e Italia.

Así lo demuestra el enorme sacrificio pagado en sangre con alrededor de 22 millones de muertos,
una cifra que sitúa a los chinos como la segunda nacionalidad con más víctimas mortales de la
contienda, solamente superada por los soviéticos que sufrieron 27 millones de fallecidos durante
la demoledora agresión hitleriana de 1941 a 1945″. porque gracias a ese inmenso padecimiento,
se consiguió retener dentro de China a la mayor parte del Ejército Japonés y a sus
colaboracionistas “estados títeres” en Asia, que no pudieron atender otros escenarios igual de
urgentes, como la Guerra del Pacífico contra EEUU o la campaña del Sudeste Asiático contra el
Imperio Británico y la Commonwealth”.

Si vamos a los datos sobre la importante contribución de China, el 65% de las divisiones
japonesas y sus socios (manchús, mongoles, tailandeses...) estuvieron enfrascadas en territorio
chino, aproximadamente tres millones de hombres en su cénit y unos seis en total. Este
porcentaje contrasta con el 35% de las demás formaciones desplegadas en otras latitudes
geográficas como la Micronesia, las Salomón, Birmania o el Archipiélago Malayo, sin obviar las
que ejercían labores de seguridad en la frontera de Siberia o que actuaban como guarnición
dentro del mismo archipiélago nipón. esto equivale a que uno de cada cuatro soldados
movilizados por el Eje combatió en China, otros dos en Rusia y el restante en diversos frentes,
Europa Occidental, África, Italia, Balcanes, Oceanía, Oriente Medio. De hecho, el Ejército
Chino, que en su punto álgido reunió a 10 millones de tropas las cuales infligió a las tropas del
Eje casi 5 millones de bajas entre muertos, heridos y prisioneros.

Respecto al comportamiento de los participantes, “los japoneses llevaron a cabo una política que
en muchas ocasiones puede calificarse como un genocidio, así como una violencia sin
precedentes en forma de fusilamientos masivos, torturas, despoblaciones, campos de
concentración, experimentos médicos, armas químicas o trabajo esclavo, de forma sistemática y
programada”. Además de esto, “China sufrió simultáneamente una serie de luchas interétnicas
entre las diversas minorías que configuraban el país y fuertes represalias dependiendo del bando
al que se adscribiese cada ciudadano, hambrunas, inundaciones, bombardeos aéreos y episodios
de guerra civil entre los propios chinos”.
Finalmente, en el plano geopolítico y estratégico a escala global, lo que ocurrió en China afectó
de manera irremediable a Europa y viceversa, lo que convirtió al escenario chino en piedra
angular de la II Guerra Mundial junto con los otros dos escenarios sostenidos por la URSS y los
Aliados Occidentales. Resumiendo -concluye el autor-, el papel de China desde que Japón
invadió Manchuria el 18 de septiembre de 1931 hasta la rendición del Eje a bordo del acorazado
USS Missouri en la Bahía de Tokio el 2 de septiembre de 1945, casi catorce años después, es
esencial para comprender el desarrollo del conflicto y para todo lo que sucedería después.
El Frente de China fue abierto mucho antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial en
Europa. Cubrió todo el territorio de las actuales República Popular de China, las dos Coreas y
parte de Mongolia. Fue abierto por el Imperio de Japón al invadir Manchuria y luego el resto
de China en la Segunda Guerra Sino-japonesa.
Fue cerrado por las fuerzas conjuntas de la Unión Soviética y la República de China en 1945.
v
La guerra librada en China antes y durante la Segunda Guerra Mundial puede dividirse en
cinco campañas:
 Invasión japonesa de Manchuria: Incidente de Mukden.
 Invasión japonesa de China: Segunda Guerra Sino-japonesa.
 Choques entre soviéticos y japoneses en Mongolia: Batalla de Khalkhin Gol.
 Captura de Hong-Kong: Batalla de Hong Kong.
 Expulsión japonesa de China, Manchuria y el norte de Corea: Operación Tormenta de
Agosto.
 Expulsión japonesa del sur de Corea e islas adyacentes: Operación Cuarenta Lista
Negra
Los países que enviaron cantidades importantes de sus ejércitos a este frente fueron:
China, Gran Bretaña, Japón, Mongolia y la Unión Soviética. Tropas de los Estados
Unidos y de la Mancomunidad de Naciones también participaron.
Murieron en la confrontación 13,5 millones de personas, entre los 10 millones de civiles y los 3,5
millones de soldados.
El Frente de China fue abierto realmente mucho antes de iniciarse la II Guerra Mundial en
Europa y se extiende desde el 18 de septiembre de 1931 hasta el 2 de septiembre de 1945,
cubriendo todo el territorio de las actuales República Popular China, la península de Corea y
parte de Mongolia.
La ignición de dicho frente fue provocada por el Imperio de Japón al invadir Manchuria y luego
el resto de China durante el transcurso de la invasión japonesa, siendo cerrado al acabar la
contienda mundial por las fuerzas conjuntas de la Unión Soviética y China en 1945.

La historia demuestra que Japón ya apuntaba una inclinación por sus deseos de dominar el
Pacífico, siendo el episodio más destacado previo al estallido de la II Guerra Mundial la invasión
de China entre 1937 y 1938, que colocaban a Japón en idéntico papel al que desempeñaría
durante la Guerra contra la URSS y los Estados Unidos en su control por las costas de Asia y el
Océano Pacífico.

China tuvo su papel de ignición en la II Guerra Mundial con la invasión de Manchuria por Japón.
En Manchuria se había establecido un estado títere llamado Manchukuo, gobernado
nominalmente por el Emperador Puyi, que había sido depuesto de la corona imperial china.
Esta agresión japonesa sería condenada en la Liga de Naciones, y Japón se retiraría del
organismo, desafiándolo. Finalmente, en julio de 1937, tras el incidente del Puente de Marco
Polo, los nacionalistas chinos por fin decidirían hacerle frente a Japón, y se llevaría a cabo una
cruenta guerra no declarada que duraría hasta 1945, justo con el fin de la contienda mundial tras
la derrota de Japón.

Después de haber ocupado Pekín y Shanghai, las tropas japonesas se aproximarían a la entonces
capital de China, Nankín, tomándola en diciembre de 1937. Lo que siguió a continuación fue uno
de los episodios más oscuros de la guerra, ya que las tropas niponas se entregaron a una orgía de
matanzas y violaciones por seis semanas.

De acuerdo con el Tribunal de Guerra de Tokio, murieron unas 100.000 personas a manos de las
tropas comandadas por el general Iwane Matsui, pero distintas fuentes hacen llegar la cifra hasta
200.000.

La ofensiva japonesa continuaría hasta octubre de 1938. El gobierno nacionalista se refugiaría en


Chongqing, donde pasaría el resto de la guerra, mientras que los sobrevivientes del Partido
Comunista de China, al mando de Mao Zedong, se fortalecerían en Yan'an.
Una inundación provocada del río Amarillo y la persistencia china a no rendirse a pesar de las
derrotas, frustraron a los generales japoneses, que regresarían a Manchuria, con el objetivo de
acabar con la influencia rusa en la región de una vez por todas.

Japón tenía en 1938 dos frentes abiertos: el del control de China y la guerra contra las posiciones
rusas. Los generales nacionalistas japoneses detendrían en seco su avance en Mongolia,
protegida por la Unión Soviética, tras la batalla de Jaljin Gol, manteniéndose como una guerra no
declarada, con el objetivo de no involucrar a otras potencias en el conflicto.

La batalla empezó el 11 de mayo de 1939, cuando unidades de caballería de Mongolia cruzaron


la no definida frontera con Manchukuo. Los japoneses los expulsaron, pero dos días después las
tropas mongoles regresaron con refuerzos, lo que atrajo más y más tropas de ambos bandos.
Stalin ordenó a un joven general, Gueorgui Zhúkov, que se hiciera cargo de la situación. A
mediados de agosto de 1939, Zhukov logró romper las líneas enemigas y rodeó a dos divisiones
completas. Ante la negativa japonesa de rendirse, fueron completamente destruidas y Japón
solicitó inmediatamente el cese de hostilidades, firmándose dos años después el Pacto de
Neutralidad entre ambas naciones.

Fue a partir de este momento cuando la influencia del Ejército Imperial Japonés en el gobierno
decayó, favoreciéndose a la Armada Imperial, que deseaba una expansión hacia las colonias
europeas del sur. Este cambio de curso llevaría a Japón a chocar de frente con la esfera de
influencia de otro gigante: Estados Unidos, que asistiría a China con una fuerza aérea secreta
llamada los Tigres Voladores, y que impuso poco después un bloqueo económico a Japón.

Esta política estadounidense llevó finalmente a Japón a atacar a los Estados Unidos dos años y
medio después de la batalla contra la Unión Soviética. La victoria del general Zhukov en
Mongolia sería una de las muchas que lo convertirían el principal general del Ejército Rojo
durante la Segunda Guerra Mundial.

China perdió unos 3,22 millones de combatientes en la guerra con Japón y se estima que entre 10
y 17,4 millones de civiles murieron en el conflicto, aunque un poco menos de la mitad no murió
durante una batalla, sino en asesinatos masivos. No se sabe con seguridad cuántos japoneses
murieron en China, pero la cifra suele situarse entre 1 millón y 1,7 millones de combatientes.
Por su parte, los soviéticos perdieron menos de 20.000 soldados en Manchuria entre 1939 y
1945. La cifra japonesa de bajas en estos encuentros contra la Unión Soviética fue muy superior.

Un escenario, el de China, es bastante desconocido y merece un acercamiento inteligente. La


distancia en la historia nos puede permitir cierta objetividad. Cabría esperar que los estudiosos
avancen sobre el papel real que tuvo China en la II Guerra Mundial y los efectos de una
participación silenciosa que, probablemente, habrá sido más decisiva de lo que hasta ahora haya
podido pensarse en el frente asiático de la II Guerra Mundial.

El 8 de mayo de 1945 la Alemania nacionalsocialista presentó su capitulación ante los Aliados.


Cuatro meses más tarde, el 2 de septiembre, el Japón firmó su capitulación incondicional.
Con este acto, la II Guerra Mundial en Asia se dio por terminada. El aporte de China a la victoria
y el papel que los Estados Unidos asumieron tras la guerra, son indudables, como lo expresa con
este reporte Liu Ning.

Para muchos chinos. La II Guerra Mundial empezó ya el 7 de julio de 1937. En aquel día, y tras
severos tiroteos con los defensores chinos, las tropas japonesas tomaron el puente Marco Polo,
en las cercanías de Beijing (Pekín). Esta batalla, en la que tropas chinas ofrecieron resistencia a
los japoneses que ya mucho antes habían incursionado en China, es, a juicio chino, el comienzo
de la II Guerra Mundial. En China, esta confrontación bélica es también llamada Guerra de la
Alianza Internacional contra el Fascismo de las Potencias del Eje Alemania-Italia-Japón.
La Guerra del Pacífico entre Japón y Estados Unidos es para los chinos una consecuencia lógica
de la guerra sino-nipona.
Algunos occidentales también comparten la opinión de que la II Guerra Mundial empezó y
terminó en China. Así que, según lo anterior, la guerra no duró 6, sino 8 años. Los críticos de
esta idea afirman que con ella se minimiza la culpa de Alemania.

El papel de China como miembro fundador de las Naciones Unidas (ONU) y miembro
permanente del Consejo de Seguridad con derecho a veto, son buenas señales de que el país al
que se refería Mao era la China misma.

Sin la capitulación de la Alemania hitleriana el 8 de mayo de 1945, la Guerra del Pacífico en


Asia, o sea la II Guerra Mundial, se hubiera prolongado más de cuatro meses más, es una tesis
propagada en Occidente. La razón: sólo la derrota de las tropas alemanas les permitió a los
estadounidenses poder concentrarse en el ataque a los japoneses. Lo mismo vale para el ejército
soviético. Sin la caída de Berlín la declaración de guerra de Moscú contra Tokio en agosto
hubiera sido imposible.

Más de 20 millones de muertos chinos

China fue una de las potencias líderes en la lucha contra el fascismo. Según su interpretación, la
II Guerra Mundial estalló en China y allí duró el mayor tiempo.

En la II Guerra Mundial murieron entre 20 y 25 millones de chinos. En Occidente empero, se


habla de 10 millones. A la cantidad antes citada, se suman 1,3 millones de soldados japoneses
que perecieron en suelo chino.

Obligado por la encarnizada resistencia ofrecida por China, el Japón estacionó en China la mayor
parte de sus tropas. China le impidió así al Japón emplear más tropas para atacar a los Estados
Unidos.

Según las mismas informaciones, en China fueron muertos 400.000 militares nipones, o sea el
22% del total de víctimas sufridas por los ejércitos japoneses durante la II Guerra Mundial.
Los EE. UU. habrían matado muchos más soldados japoneses: 1.200.000, lo que representa el
64% de las pérdidas humanas militares tokiotas.
Poco tiempo después del desalojo de los japoneses de territorio chino, el país se sumió,
rápidamente, en una guerra civil.

La II Guerra Mundial en China que, tras el fin de la Guerra del Pacífico, el gobierno de
Washington calculó mal la relación de las fuerzas en China, aplicando entonces una política
desastrosa para ese país.

La secesión de Taiwán entró en negociaciones con Mao Tse Tung creyendo que los Estados
Unidos lo apoyaban. El encuentro de ambos, el 28 de agosto de 1945 en Chongqing, tuvo
decisivas repercusiones para el destino de China. Las negociaciones fracasaron. A éstas le
prosiguieron 4 años de guerra civil con otros cientos de miles de muertos.

Ejército de Kwantung.
El Ejército de Kwantung se formó en 1906 como una fuerza de seguridad para el Territorio
Arrendado de Kwantung y la Zona Ferroviaria del Sur de Manchuria después de la Guerra Ruso-
Japonesa , y se expandió a un grupo de ejércitos durante el período de entreguerras para apoyar
los intereses japoneses en China , Manchuria y Mongolia. . El Ejército de Kwantung se convirtió
en el comando más prestigioso del Ejército Imperial Japonés, y muchos de su personal fueron
promovidos a altos cargos en el gobierno civil y militar japonés, incluidos Hideki Tōjō y Seis
hiro Itagaki . El ejército de Kwantung fue en gran parte responsable de la creación del estado
títere japonés de Manchukuo y fue una de las principales fuerzas de combate japonesas durante
la Segunda Guerra Sino-Japonesa de 1937.
En agosto de 1945, las tropas soviéticas se enfrentaron al ejército de Kwantung durante
la Operación Ofensiva Estratégica de Manchuria . El ejército de Kwantung se rindió a los
soviéticos el día después de la rendición de Japón y posteriormente se disolvió. El Ejército de
Kwantung fue responsable de muchos de los peores crímenes de guerra japoneses durante
la Segunda Guerra Mundial , incluido el patrocinio de la Unidad 731, que realizó la guerra
biológica y la experimentación humana en civiles y prisioneros de guerra.

Incidente de Mukden.

El incidente de Mukden, también conocido como el incidente de Manchuria o incidente del


18-9, tuvo lugar en el sur de Manchuria, cerca de Mukden, en donde un tramo del ferrocarril
del Sur de Manchuria, gestionado por una compañía de propiedad japonesa, fue dinamitado.
Oficiales ultranacionalistas japoneses volaron una sección mínima del ferrocarril junto a la
ciudad. El falso ataque sirvió para justificar la ocupación de Manchuria por el Ejército de
Kwantung, lo que produjo una seria crisis internacional.
Tanto la validez de los distintos acuerdos entre las dos naciones como su interpretación
enfrentaba a los Gobiernos chino y japonés.

Aunque el Estado Mayor japonés creía posible dirimir las diferencias mediante la negociación
con Zhang Xueliang, los mandos del Ejército de Kwantung exigían el uso de la fuerza y la
ocupación militar de Manchuria. Si el alto mando no estaba dispuesto a utilizar los choques
locales como justificación para la intervención militar, los mandos en Manchuria estaban
dispuestos a crear un incidente que la desencadenase.
Durante el verano de 1931, aumentó el número de choques entre chinos y japoneses en
Manchuria.

Invasión japonesa de Manchuria.

Desde comienzos del siglo XX, Japón era una de las principales potencias del planeta. Basaba
su prosperidad económica en una moderna industria y en las exportaciones, especialmente las
realizadas a China y Estados Unidos. Su población creció vertiginosamente y su ejército se situó
entre los más poderosos del mundo, tal y como se pudo apreciar en la Guerra con Rusia de 1905.
Al mismo tiempo, inició una política expansionista que se materializó en la anexión de Corea en
1905 y en las constantes injerencias en la política China.

La Depresión de los Treinta golpeó con fuerza la economía japonesa, ya que sus tradicionales
clientes impusieron barreras aduaneras a sus productos. Para los líderes japoneses se convirtió en
vital la construcción de un imperio propio desde el que poder controlar el acceso a las materias
primas y asegurar un extenso mercado para sus mercancías. Pusieron sus ojos en el norte de
China, más concretamente en la región de Manchuria.

En 1931, se produjo un incidente en el que se vio envuelto el ejército japonés que custodiaba el
ferrocarril del Sur de Manchuria, de propiedad nipona. Japón acusó a los chinos (divididos en
facciones independientes del poder central de Pekín) de volar parte del tramo de dicho
ferrocarril. Muchos pensaron que en realidad los responsables del sabotaje habían sido miembros
del propio ejército japonés, y que el acto era una mera excusa para anexionarse el territorio
chino.

Los militares pretendían que la estratégica región china sirviese como fuente de alimentos y
materias primas, así como de mercado para las exportaciones japonesas. Tras los informes de las
rápidas victorias sucesivas obtenidas por el ejército japonés, el gobierno no fue capaz de
oponerse al masivo acto de insubordinación, y más tarde deciden enviar tres divisiones de
infantería adicionales desde Japón.

En 1932 Japón, alegando la defensa de sus intereses, y una vez expulsadas las tropas chinas, creó
la República de Manchukuo. En realidad, no era sino un protectorado intervenido por los nipones
a través de un gobierno títere encabezado por el último emperador de China, Puyi, apeado del
trono tras la proclamación de la República China en 1912. En 1934 sería nombrado emperador
de Manchukuo, hasta que, en 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra Mundial, desapareció
como estado.
China, impotente para abortar la anexión de Manchuria, elevó una protesta en la Sociedad de
Naciones.

La respuesta de Japón fue que su acción se justificaba por la situación de anarquía en que se
encontraba inmersa China, en legítima defensa de sus intereses. Ante la condena de la Liga de
Naciones y el no reconocimiento del nuevo estado, Japón abandonó la organización en 1933.

A partir de 1937 Japón acometió la invasión del resto de China, originando la Guerra Chino-
japonesa, que se extendería hasta 1945, ya dentro de la Segunda Guerra Mundial. 

La anexión de Manchuria puso de relieve la debilidad e inoperancia de la Sociedad de Naciones.


Supuso asimismo un claro precedente del que tomarían buena nota Alemania e Italia en sus
anexiones de Austria, Checoslovaquia Polonia, y Abisinia.

Invasión japonesa de China: Segunda Guerra Sino-japonesa.


La segunda guerra sino-japonesa o chino-japonesa fue un conflicto militar entre la República
de China y el Imperio de Japón que se libró entre el 7 de julio de 1937 y el 9 de septiembre
de 1945, en el marco de la Segunda Guerra Mundial. Comenzó cuando el ejército japonés, que
ya controlaba Manchuria, inició la invasión del norte y el este de China.
China luchó con el apoyo económico de la Unión Soviética y los Estados Unidos contra Japón
cuyo apoyo económico venía de la Alemania Nazi. Después del ataque japonés a Pearl Harbor
en 1941, la guerra se fundió en el gran conflicto de la Segunda Guerra Mundial como un
frente importante de lo que se conoce como la guerra del Pacífico.
La segunda guerra sino-japonesa fue la mayor de Asia en el siglo XX y causó más del 90% de
las víctimas de la guerra del Pacífico. Se calcula que unos veinte millones de personas, la
inmensa mayoría civiles, perdieron la vida en ella. La invasión concluyó con la rendición de
Japón el 9 de septiembre de 1945.
El conflicto estalló el 7 de julio de 1937 tras el incidente del Puente de Marco Polo, cuando
tropas japonesas estacionadas en Pekín se enfrentaron al Ejército chino a unos quince kilómetros
al oeste de Pekín, aunque en 1931 los japoneses ya habían invadido la región de Manchuria.
Los japoneses pronto avanzaron y ocuparon el norte y el este de China. La crisis nacional obligó
al gobierno nacionalista del Kuomintang y al Partido Comunista, que se encontraban enfrentados
en plena Guerra civil china, a colaborar en un frente común para responder ante la agresión
japonesa.
La Segunda guerra sino-japonesa fue también el inicio de la Guerra del Pacífico, que más tarde,
luego del ataque a Pearl Harbor en 1941, se entremezcló y formó parte de la Segunda Guerra
Mundial.
Las causas del conflicto se remontan a las consecuencias de la Primera guerra sino-japonesa
ocurrida entre 1894 y 1895, tras la cual se establece un protectorado japonés sobre la península
de Corea en la que China perdió toda su influencia; pero por otra parte fue determinante el
expansivo imperialismo japonés que durante décadas buscó ampliar su influencia en la región del
Pacífico, con el objetivo de garantizar el acceso a materias primas y recursos económicos
necesarios para el desarrollo industrial.
Inicialmente los japoneses tuvieron como objetivo la conquista de Nankín, la capital china, así
como la región del bajo Yangtsé donde se encontraba confinado el poder político del
Kuomintang. Pero la devastación de la capital no bastó para lograr la rendición china, por lo que
la guerra prosiguió.
La Segunda guerra sino-japonesa tuvo un período de rápido avance japonés sobre China
continental hacia finales de 1938, un período de estancamiento virtual hasta 1944 y el período
final del conflicto cuando los aliados contraatacaron, principalmente sobre las posiciones
japonesas en el Pacífico, así como sobre las propias islas japonesas.
La Segunda guerra sino-japonesa concluyó con la rendición incondicional de Japón el 9 de
septiembre de 1945 ante las fuerzas aliadas, tras los bombardeos atómicos de Hiroshima y
Nagasaki, lo que también puso punto final a la Segunda Guerra Mundial.
El conflicto permaneció estancado durante años, con una tensión creciente que podría
desembocar en una guerra total en cualquier momento. Entre junio/julio de 1937 los japoneses
derrotan a las tropas soviéticas en el río Amur, al mismo tiempo que se llevaban a cabo
conversaciones favorables entre japoneses y británicos sobre China, que además se encontraba
diplomáticamente aislada.
Con estos vientos favorables, el 4 de julio, Japón anuncia su la unificación económica de Corea,
Manchukuo, el norte de China y Japón. En este ambiente de tensión política los japoneses inician
maniobras militares al sur de Pekín.
El detonante de la guerra fue el incidente del Puente de Marco Polo del 7 de julio de 1937. Esa
noche las unidades japonesas apostadas en Fengtai cruzaron el borde para realizar ejercicios
militares. Las fuerzas chinas y japonesas intercambiaron fuego aproximadamente a las 23:00
horas en las afueras del pueblo de Wanping (a unos 16km al suroeste de Pekín). Las causas
exactas de la escaramuza son desconocidas.
Uno de los soldados japoneses de nombre Shimura Kikujiro, que formaba parte del batallón
Ichiki, había desaparecido temporalmente y no se encontraba en su puesto. Los japoneses
demandaron permiso para entrar a Wanping para buscar el soldado faltante, a lo que los chinos
se negaron. El soldado Shimura eventualmente regresó a su unidad, pero ya para entonces ambas
facciones se encontraban movilizadas.
Los japoneses rodearon Wanping y durante la madrugada del 8 de julio se enfrentaron a los
chinos que defendían el Puente de Marco Polo. A pesar de que un cese al fuego fue declarado,
los intentos para des escalar el conflicto fallaron, sobre todo por los ataques repetidos de los
comunistas chinos, así como de los contraataques ordenados por los comandantes del Ejército
Japonés de Guarnición de China. Las fuerzas chinas fueron derrotadas el 27 de julio tras un
amargo y sangriento enfrentamiento sobre líneas japonesas.
Las crecientes tensiones provocadas por el incidente del puente Marco Polo desembocaron
directamente en una guerra a gran escala entre el Imperio de Japón y la República de China, con
la Batalla de Beiping-Tianjin a fines de julio (en las proximidades de la actual Pekín-Tianjin) y la
Batalla de Shanghai en agosto, ambas que concluyen con la victoria japonesa.
Pocos días antes de los combates en Shanghái ya se habían extendido los enfrentamientos en el
norte. El 9 de agosto las fuerzas japonesas recibieron órdenes de eliminar a las fuerzas chinas
que habían avanzado en Chahar y amenazaban la retaguardia del Ejército de China Septentrional,
responsable de la defensa de la región al sur de Manchukuo. Entretanto, el Ejército japonés de
Kwantung avanzó por el sur desde Manchukuo e invade Zhangbei.
Los japoneses también avanzaron hacia el oeste. El 9 de octubre de 1937 capturan sin mayor
resistencia la ciudad de Taiyuan, capital de la provincia de Shanxi; una región estratégica para el
ejército japonés donde se encontraban importantes minas de hierro y carbón. El mayor foco de
resistencia lo encontraron en Xinkou.
Pero a finales de noviembre gran parte del territorio chino al norte del Yangtsé ya se encontraba
bajo el control de los japoneses. El 1 de diciembre de 1937 el alto mando japonés otorgó el
permiso para el avance del Ejército de China Central contra Nankín, la capital de China. Los
nipones esperaban que la toma de la capital obligara a negociar al gobierno de Chiang Kai-shek.
La vanguardia nipona alcanzó Nankín el 5 de diciembre y el 9 de diciembre exigieron en vano su
rendición.
El ejército chino remanente se encontraba desbaratado tras la derrota en Shanghái. Unos 100 mil
chinos, conformados principalmente por caciques militares y reclutas bisoños, lograron detener a
los japoneses solo por unos días.
El ejército japonés conquista Nankín el 13 de diciembre tras la Batalla de Nankín,
desencadenando una campaña masiva de violencia contra los militares derrotados y
particularmente contra la población civil; la Masacre de Nankín.
El gobierno chino se retiró de la capital y se traslada a Wuhan el 20 de noviembre, pero no
prepararon la evacuación de la población, ni del armamento de la capital.
Se estima que entre 250 mil y 200 mil personas habrían sido masacradas por el ejército japonés
durante la ocupación de Nankín, entre el 13 de diciembre de 1937 y el mes de febrero de 1938.
A principios de 1938, los japoneses emprenden la Campaña de Xuzhou con el objetivo final de
para apoderarse de Wuhan, donde se había replegado el gobierno nacionalista chino, así como
del estratégico nudo ferroviario de Xuzhou, que les permitiría conectar a sus ejércitos del norte
con los del centro. Los japoneses pretendían conectar a Pekín (la antigua capital china) con
Nankín (la nueva capital), ahora que ambas se encontraban bajo su control. En enero los
japoneses toman Jinan y Qingdao.
Los chinos centraron sus los combates en Xuzhou para arrastrar al grueso de las unidades
japonesas hacia el norte con el objetivo de evitar su cruce del Yangtsé y el eventual avance sobre
Wuhan, ahora un crítico punto a defender.
A mediados de marzo los combates se centraron en Linyi, que cambió de manos en tres
ocasiones durante los cuatro días del enfrentamiento. Los chinos lograron la victoria y logran
bloquear esa zona durante dos meses, pero al oeste los nipones ocupan Dengxian y prosiguen su
avance al sur. Entre el 22 de marzo y el 7 de abril, los chinos emprendieron una operación que
permitió derrotar a las unidades japonesas que pretendían tomar Taierzhuang, aunque finalmente
los chinos cedieron la ciudad y tuvieron que retirarse.
Los japoneses contaban 400 mil soldados que en mayo estarían concentradas en la Batalla de
Xuzhou, que se enfrentarían con unos 600 mil soldados chinos. Aunque los chinos superaban en
números, ante la estrategia japonesa y el asedio a las vías de suministro, los chinos comenzaron a
retirarse hacia el suroeste para evitar ser aniquilados tras lo cual la ciudad fue capturada el 21 de
mayo.
El 13 de junio de 1938 se inicia la Batalla de Wuhan cuando los japoneses capturan la ciudad de
Anqing a través de un desembarco naval. Más tarde el destacamento Namita desembarca al este
de Jiujiang el 23 de julio. Los chinos intentaron resistir la invasión, pero los japoneses capturan
finalmente Jiujiang el 26 de julio.
El 10 de agosto los nipones desembarcan al noreste de Ruichang y establecen un asedio sobre la
ciudad hasta el 24 de agosto cuando es capturada ante unas defensas chinas agotadas. A finales
de septiembre el ejército japonés avanzó hacia la región de Wanjialing, al oeste de Dean.
Las fuerzas chinas intentaron flanquear a los japoneses y el 7 de octubre lanzaron un ataque final
contra los nipones que se prolongó durante tres días de feroces combates. Para el 10 de octubre
los cuatro regimientos japoneses ya se encontraban aniquilados debido a su aislamiento y a la
carencia de vías de suministro. Este evento fue conocido por los chinos como la Victoria de
Wanjialing.
Sin embargo, hacia el oeste los japoneses continuaban su avance, que, a pesar de una feroz
resistencia, lograban sobrepasar las defensas chinas. El 5 de octubre capturan Ruoxi y el 18 de
octubre capturan también la ciudad de Xintanpu (en Hubei). Los enfrentamientos continuaron
hacia el este hasta el 22 de octubre cuando los chinos perdieron Yangxin, Dazhi y la ciudad de
Hubei.
Entretanto, al norte del río Yangtze, los japoneses capturaban Tianjia el 19 de septiembre y
Huangpo el 24 de octubre, avanzando hacia Hankou. Ante las sucesivas victorias de las fuerzas
japonesas, los chinos abandonaron la ciudad de Wuhan el 25 de octubre para tratar de salvar las
fuerzas remanentes.
Los japoneses capturaron Wuchang y Hankou el 26 de octubre y Hanyang el 27 poniendo fin a la
campaña. La Batalla de Wuhan se prolongó por un período de cuatro meses y medio en vastos
territorios a lo largo de las provincias de Anhui, Henan, Jiangxi, Zhejiang, and Hubei.
Fue el enfrentamiento continuo más prolongado, extenso y posiblemente el más significativo de
la Segunda guerra sino-japonesa.
Para finales de 1938 ya Japón controlaba el norte de China y parte importante de la zona central,
incluido el bajo Yangtsé y gran parte de las costas. Esto significaba que Japón tenía el control de
las zonas industriales y comerciales más importantes de China continental, así como de las zonas
más pobladas.
Pero las autoridades chinas se negaban a rendirse, lo que frustró los planes japoneses de alcanzar
una rápida victoria y terminar con la guerra. Los japoneses contaban con una clara superioridad
militar, pero los vastos territorios chinos probaron ser difíciles de controlar sin una completa
rendición de las autoridades. Fue así como la guerra sino-japonesa permaneció estancada
prácticamente desde el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, hasta la derrota del
Imperio del Japón en 1945.
Operación tormenta de agosto
Tras la conferencia de Teherán, las fuerzas soviéticas comenzaron a prepararse para invadir los
territorios ocupados por los japoneses en Asia. El plan de Moscú consistía en realizar un ataque
en tenaza en Manchuria (Manchukuo), desde el noroeste y desde el este, para partir en dos el país
y aislar al ejército del Kwnatung tanto de Japón y Corea como del resto de las fuerzas japonesas
que se encontraba en China.

También se proyectaba lanzar ataques secundarios contra las tropas estacionadas en el Amur, las
de la isla de Sajalín y las Kuriles. Por último, se dirigiría hacia Pekín un definitivo avance a
través del desierto de Gobi. Por su parte, los buques de la Armada Roja que conformaban
la Escuadra del Pacífico realizarían varios desembarcos en las costas de Corea. En total, los
soviéticos llegarían a concentrar 80 divisiones para el ataque, al mando de comandantes ve-
teranos del teatro europeo.

La campaña de Manchuria había acabado y con ella el que había sido el último acto bélico de la
Segunda Guerra Mundial.
También ha caído en el olvido, fuera de China, el encarnizamiento japonés tras la conquista de
Nakín. Entre diciembre de 1937 y enero de 1938, 300.000 personas fueron masacradas, 20.000
mujeres violadas y muchas de ellas, asesinadas posteriormente. Europeos que se quedaron en la
ciudad fueron testigos de esos crímenes de guerra cometidos durante seis semanas.

El ataque sorpresa de Japón contra la flota estadounidense del Pacífico en Pearl Harbour vinculó
la guerra chino-japonesa con la guerra en Europa entre los Aliados y el Eje Roma-Berlín.

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