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LA INVASIÓN JAPONESA A MANCHURIA (1931)

Desde comienzos del siglo XX, Japón era una de las principales potencias del
planeta. Tenía una gran industria y una prospera económica en base a las
exportaciones especialmente con China y Estados Unidos.

Su población creció vertiginosamente y su ejército se situó entre los más


poderosos del mundo, tal como lo demostró en la Guerra contra Rusia de 1905. Al
mismo tiempo, inició una política expansionista que se materializó en la anexión
de Corea en 1905 y en las constantes intervenciones en la política China.

La Depresión de los 30 golpeó con fuerza la economía japonesa, ya que sus


tradicionales clientes impusieron barreras aduaneras a sus productos. Para los
líderes japoneses fue vital la construcción de un imperio propio que pueda
controlar el acceso a las materias primas y asegurar un extenso mercado para sus
mercancías. Pusieron sus ojos en el norte de China, más concretamente en la región
de Manchuria.

En 1931, se produjo un incidente en el que se vio envuelto el ejército japonés que


custodiaba el ferrocarril del Sur de Manchuria, de propiedad nipona. Japón acusó
a los chinos de dinamitar parte del tramo de dicho ferrocarril. Muchos pensaron
que en realidad los responsables del sabotaje habían sido miembros del propio
ejército japonés, y que el acto era una mera excusa para anexionarse el territorio
chino.

En 1932 Japón, alegando la defensa de sus intereses y una vez expulsadas las tropas
chinas que estaban en Manchuria, creó la República de Manchukuo que excepto
Japón, ningún Estado lo reconocía. En 1945, tras la derrota japonesa en la II Guerra
Mundial, desapareció como Estado.

China, impotente ante lo sucedido, elevó una protesta en la Sociedad de Naciones,


la respuesta de Japón fue que su acción se justificaba por la situación de anarquía
en que se encontraba inmersa China, en legítima defensa de sus intereses. Ante
la condena de la Liga de Naciones y el no reconocimiento del nuevo Estado,
Japón abandonó la organización en 1933.

A partir de 1937 Japón empezó una invasión al resto de China, originando


la Guerra Chino-Japonesa, que se extendería hasta 1945, estando ya en plena
Segunda Guerra Mundial.

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