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1. EDtCtóN
FERNANDO E. SHINA

h
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editorial hammurabi s.r.l.
Talcahuano48l -4"piso
C 1 01 3AAl - Buenos Aires - Argentina
Los contratos
Tel.: (54-1 1) 4382-3586 rotativas-

de adhesión
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CONFLICTOS DERIVADOS DEt coNTRATo rtNo LEíDOD
Producción integral

LA FRAGMENTACIÓN DEL CONTRATO CLASICO



EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL. LAS CUESTIONES MAS IMPORIANTES
conc@p[ dosign
de rgRrunnoo LUcAs DEpALMA DE LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN. EL CONTRATO DE SEGUROS
Tel. : 4382-2080 (lfne¿s rotativas) COMO EMBLEMA DEL CONTRATO DE ADHESIÓN ABUSIVO.
Esta edición se terminó de imprimir JURISPRUDENCIA SELECCIONADA
en el mes de abril de 20 1 9
en <La lmprenta Ya S.R.L.r
A. Hipólito Bouchard 4381, Buenos Aircs - Argcntina EN ANEXO

Hecho el depósito de ley 1 1.723 MODELOS DE CLÁUSULAS ABUSIVAS MÁS FRECUENTES


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Prohibida su reproducción total o parcial

lmpreso en Argentina / Printed in Argentina

l5BN: 978-950-741 -983-6

I-LRNANDO E.5HINA
DERECHOS
tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
DEL CONSUMIDOR
1á edición, Buer¡os Aires, tlan¡lnurabi. 201 9
184n¡,2'lx16rm
ISBN: 978-950-74 1 -983-6
l. Derecho civil. 2. Contratos. l. lltulo
1
h
cDD 346.02
Fecha de catalog ación 81412019
FERNANDO E. SHINA
olRe ccróru
hammurab¡
JOSE LUIS DEPALMA.EDITOR
CAPÍTULO II

tAs cuEsnoNEs n¡As ltvrpoRTANTEs


DE tos coNTRATos DE non¡sIóu

S 5. UNA MIRADA DISTINTA DE tOS CONTRATOS


og toxeslótv

cuando se analizan los contratos de adhesión lo más probable es que se


comien-
ce por el tratamiento de sus dos elementos rnás superficiales:
a) la ialta de nego_
ciaciónparitaria; b)laposible(segura)existenciadeestipulacionesabusivasquñi-
cian a este tipo de contratos.
AsL cada vez que se ree un "contrato de adhesión,, se piensa
en un formato de
estipulaciones predispuestasque, además, son viciosas oabusivas.
sin embargo, ese
acercamientoalcontrato deadhesión es insuficienteporquese limita a analizarsus
posibles efectos y no sus causas.
Ese modo de encarar ef estudio de los contratos
de adhesión impide preguntar-
se por qué se han convertido en la herramienta
de tráfico más importunt. d" l. .._
tualidad. son pocos losautores nacionalesqueformulan dilemas profundos
más que
permitan entender un poco mejor el fenómeno de Ia
contratación predispuesta.
¿Qué factor determinante actuó para que los contratos de adhesión hayan pre-
valecido en forma tan abrumadora en la técnica contractual moderna?
De poco sir_
vesaberquenoson acuerdos negociadosyquesuelen estar infestadosdecláusulas
injustas porque casitodo el mundo conoce esa situación. pensamos que
es más im-
portante analizar los motivos que permitieron su desarrollo y-sobie
todo_ qué
sectorde la economía realse beneficia con ellos.
Entre nuestros doctrinarios, Alterini parece haber tocarlo la tecla justa
cuando
años atrás (mucho antes de la entrada en vigencia del código
civily ctmercial) se-
ñaló la vinculación entre eltráfico masivo de riqueza y la .ontr.tu.ión predispues_
ta: "Loscontratospredispuestosson'instrumentosadecuadosparalaetonomíade
masas'(Vallespinos), pues mediante ellos se producen signifiiativos
ahorros pro-
pios de la economfa de escala: un ahorro de tiempo,
alser evitada la discusión indi-
vidualdelascláusulas; unahorroderivadodequela uniformidad
de la contratación
54 FERNANDO E. SHINA tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN 55

facilita la homogeneidad de gestión empresarial; un ahorrode litigiosidad, en ra-


la Pues bien; básicamente un contrato de adhesión es eso: un negocio predispues-
zón de que los contratos prevén de antemano soluciones puntuales para las distin- to por corporaciones que lideran el mercado y cuya finalidad es transferir la mayor
tas alternativas posibles en eldesarrollo de la relación entre partes (Amaral)" 1. cantidad de riesgos posibles alsectordelconsumoy disminuir almáxímo la respon-
La oportuna cita de Alterini nos sirve para meternos de lleno en eltema sin dis- sabilidad que asumen.
tracciones innecesarias, partiendo de una afirmación relativamente dogmática: la Kessler nos muestra un contrato que se presenta como una atractiva solución pa-
contratación por adhesión es un fenómeno de la economía antes que una variante ra facilitar el acceso al consumo masivo pero que esconde la finalidad de aumentar
de la teoría general del contrato. El núcleo de este tipo de negocios jurídicos es de la renta empresaria imponiendo condiciones contractuales que rechazan los ries-
caráctereconómicoyello determina que sea más importante examinarcómo estos gos de un negocio ydisminuyen la responsabílidad del proponente delcontrato de
negocios se entrelazan con el consumo masivo de bienes yservicios. adhesión3.
En el contrato de adhesión conviven circunstancias que acentúan su condición
bipolar. Veamos esta cuestión. Por un lado, es una herrar¡ienta comercial indispen-
S 6. tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN EN TA DOCTRINA NORIEAMERICANA
sable para la circulación masiva de bienesyserviciosy, en simultáneo, también es un
Friedrich Kessler(1901-J 998) nació, estudioyseformó en Alemania hasta que co- peligroso mecanismo jurídico que suele ocasionar múltiples abusos.
mo tantos otros pensadores de su generación tuvo que huir de la persecución nazi. Mucho tiempo después de estas elucubraciones de Kessler, Lorenzetti ofrecía
Tras radicarse en los Estados Unidos de América , fue un destacado profesor en uni- unadefinicióntansimpleyclara como insuficiente deloscontratosde adhesión:"El
versidades de gran prestigio comoYale LawSchool, Universityof Chicago LawScho- contrato se celebra por adhesión cuando la redacción de sus cláusulas corresponde
ol y Berkeley School of Law. a una sola de las partes, mientras que la otra se limita a aceptarlas o rechazarlas, sin
Uno desus ensayos más famososes un formidableestudiode los contratos dead- poder modificarlas ..." 4.
hesión que tras ser publicado en 1943 recorrió todas las universidades del mundo. Como puede apreciarse, en la definición de Lorenzetti el aspecto esencial del
En la Argentina casi no se conoce la obra de Kessler. contrato es su unilateralidad y su falta de negociación. No estamos en desacuerdo
Kessler reconoce que la comercialización masiva de bienesy servicios hizo inevi- con esas premisas básicas. Sin embargo, pensamosque presentar el contrato de ad-
table la aparición de una herramienta contractual que permitió estandarizar un hesión a partirde la carencia negocialnos aleja tanto de la verdadera utilidad de es-
modelo contractual para ser repetido tantas veces como sea necesario, evitando ta técnica contractualcomo de los peligros reales que anida. En nuestra opinión, la
que cada contrato sea negociado individualmente entre el proveedory el usuario, falta de negociación es un dato emergente pero no sustancial de los contratos de
El mérito de Kessler consiste en haber advertido, hace casi un siglo, que en la ra- adhesión.
íz del contrato de adhesión está involucrada la masividad del consumo de bienes y El hecho de noseracuerdos negociadoses una cuestión menorporqueen los he-
servicios y la despersonalizacíón del mercado donde circulan2. chos el adherente jamástendría posibilidades reales de obtener beneficios en una
Empero, no es menos importante destacar que el pensador alemán también ad- negociación paritaria con un banco o con una compañía de seguros. Esas hipotéti-
virtió que esta despersonalización del mercado llegó a convertir al contrato en una castratativas serían, en el mejorde los casos, intrascendentes. No debe perderse de
herramienta de la economía mediante la cual las grandes corporaciones (sobre to- vista que se trata de negocios casi o cuasi monopólicos en los cuales todos sus pro-
do los bancos y las compañías de seguros) se quitan de encima los riesgos del nego-
cio y la responsabilidad para afrontar eventuales indemnizaciones.
3 " Los contratos de adhesión se han mostrado exitosos en diferentes negociosjurídicos. Una
vcz quc ru utilidad quedó demostrada para los seguros y los negocios bancarios, su uso se propagú
1 Alterini, EasesparaarmarIateoría generaldel contratoene! derechomoderno,2009;LL, hacia cl rcsto dc los negociosjuríd¡cos, tanto nacionalescomo interriacionales. incluyendoa loscon-
Ur Iire, AIVIJUU 1 1 4 ¿51 2U01. tratos de trabajo. Debe tenerse muy en cuenta que los contratos de adhesión a cláusulas predis-
'2 "El dcsarrof lo de grandes empresas dedicadas a la producción y distribución masiva, hizo
puestar lel pertniten a las empresos calcular más cx¡ct¡mcnte cl riesgo del negocio para luego po-
inevitable la aparición de los contratos estandarizados. Una vez que la empresa elabora el contra- der excluirlo, 5e pueden prever y resolver contractualmcntc las consccucncias de c¡crtos acontec¡-
to, ese acuerdo se utiliza con todos los negocios. De esta manera, la típica individualidad que tení- nrierrtos perjudiciales para el rregocio corrro por ejemplo las huelgas, los incendlos, o los accldentes
an los viejos contratos ha desaparecido. Los contratos predispuestos que se utilizan hoy en día re- en el transporte del producto" (Kessler, Contracts otAdhesion-Some Thoughts About Freedom of

flejan la despersonalización del mercado" (Kessler; Contracts of Adhesion-Sorne Thoughts About Contract,1943; httplldigitalcommons.law.yale.edulfss4apersl273l , captura 2219116, p.631).
Freedom of Contract,1943; httplldigitalcommons.law.yale.edulfsspapersl2T3l ,captura:.2219116). 4 Lorenzetti, Co nsumidores,2009, p.277 .
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
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veedores lanzan al mercado, al mismotiempo, ofertascomercialessimilares o idén- finiciones ingeniosas que además de no servir para mucho distraen la atención de
ticas. los dilemas más complejos.

Lascondiciones monopólicasyla cartelización de lasofertascomercialesson cuei- El problema de los contratos de adhesión


es su matriz abusiva antes que la falta

tionesdesuma importancia que,sin embargo, no hansidotratadas profundamente de negociación6. Y son losjueces quíenes deben desentrañar esa abusividad basal.
por la doctrina nacional. Por algún motivo desconocido nos empecinamos en buscar La no intervención judiciales lo que permite la expansión de loscontratos injustos. El

def iniciones y diferenciasy matices entre las estipulaciones abusivas sin prof undizar
juezdelsigloXXltienequeabandonarla pasividad disimulada de un liberalismo ran-
en otras cuestionestanto más importantes. algún sentido, el derecho nacional es-
En cioyanacrónico. PensamosqueelmagistradodebeinterveniIcon la debida pruden-
tá estancado en la intrascendencia, como si su f inalidad f uera no resolver los proble- cia, la contratación privada evitando los abusos inherentes a los negocios predis-
mas reales que la economía le plantea alderecho, Un ejemplo de esta frivolidad es la puestos. A esa intervención judicial se referían los autores como George priest o F.
abundancia deensayos quetratan sobre lascláusulas abusivasen loscontratosdead- Kessler cuando señalaban que los jueces deben tener una actitud más intervencio-
hesión y la escasez de artículosque analizan la raíz económica de los negocios jurídi- nista en la contratación privada, convirtiéndose en una suertede arquitectos de una
cos instrumentados en esos acuerdos. conciencia socía17.
Lascláusulasabusivas no presentan ninguna dificultad académica ysu tratamien- En ese orden de ideas, Priest (universidad de yale)8 escribe un breve ensayo, rhe

to no supera la descripción de obviedades. En cambio, explicar que ellas tienen rela- Modern Transformation of civil Law (2006), donde explica la mayor participación
ción directa con la rentabilidad dealgunos negocioses unatarea másardua que, ade- de la judicatura en los contratos privados de nuestros díase.
más, puede incomodar a grupos realmente poderosos de la economía.
otros países ese análisis profundo de los negocios jurídicos lo realizan los jue-
En
ces. Porese motivo Kesslerdecía quegran partede los contratos de segurostiene por 6
"La parte débil del contrato, que a menudo necesita de los bienes y servicios, pocas veces
finalidad evitar que los reclamos lleguen a los tribunales y que los contratos predis- puede estar buscando las mejores condic¡ones contractuales, ya sea porque la corporación, ade-
puestos por las compañías sean examinados por los jueces. El riesgo judicial, vale la más, tiene cierto control monopólico o porque sus competidores utilizan condiciones contractua-
les idénticas. 5uintención de contratar y su libertad contractual quedan, en mayor o menor medi-
pena aclararlo, no radica en que una sentencia advierta la abusividad de una cláusu-
da, sometidasa la voluntad de la parte másfuerte. En muchoscasosse consienten cláusulas que ape-
la sino en que descubra la matriz abusiva de todo el negocio y decida enmendarlo
nas se entienden" (Kessler, contracts of Adheslon-some Thoughts About Freedom of contract,
mediante su integración. 1943; httptldigitalcommons.law.yale.edulfss4apersl2Tjt , captura:22t9t16, p.632).
Para Kessler los contratos de adhesión son sorprendentes eiemplos de cómo el 7
"Ha cambiado la forma en la que se enseñan los contratos en las universidades. En la ac-
sector empresario selecciona y controla los riesgos que va a asumir en cada negocio tualidad los contratos son clasesen las que se estudian los acuerdostransaccionales entre privados,
jurídico. Portodos los medios posibles, las compañías tratan de evitar que los recla- y cómo losjueces, actuando como ingenieros del bienestarsocial, determinan la distribución
de los
mos lleguen atribunalesyquealgún magistradosedeje influenciarporfactoresirra- riesgosentre las partesylascargas de informaral contratante" (Priest, ContracfsThen and Now: An
cionalesquedesbaraten lara cionalidaddelnegocio. Elnegocio "solamente"serára- Appreciation of Friedrich Kessler,1995, http:lldigitalcommons.!aw.yale.edulfss4apersl62T, cap-
tur a: 27 I 121 6, p. 21 45).
cional(yrentable)sielestipulante logra descargar los riesgossobreeladherentey li- 1

mitar su propia responsabilidad 5. I"George L. Priest es el profesor de derecho y economía Edward J. Phelps en la Facultad de
Para entender los contratos de adhesión es necesario realizar un profundo estu- Derecho de Yale. Un experto reconocido internacionalmente, el profesor Priest ha centrado su in-
vestigación durante las últimas dos décadas en la defensa de la competencia, elfuncionam¡ento de
dio de su raíz económica. Es hora de enseñar en nuestras facultades a pensar los ne-
losseguros públicos y privados y el papeldelsistema legalen la promoción delcrecimiento econó-
gocios jurídicos en términos económicos dejando de ponertanto énfasis en las de-
mico", Para más informació n véase: hlfps:lltranslate.google.comltrans!ate?hl=es-4l9&j=en&u=
https:l I Iaw,yale.rdt.tlgcorgc I pricst&prcv-scarch, captura: 6/1/1 g.
e "Nuestras clases de contrato son diferentes a las que daba el profesor Kessler porque, fi-
s " Las clá usulas de un contrato de sequros representan el eiemplo más cabal de cómo la pa r- nalmente, sus ideas prevalecieron. Asf el principio de'libertad contractual' entendido como una
te estipulante del acuerdo puede seleccionary controlar los ricsg05 quc asumc cn cl ncgocio. En cl regla sustantiva y determinante del debido procesujudicial ha pasado a mejor vlda. Los trlbunales
caro dc lor scguros, tamhiÉn prrndRn arrogrrrR el crárlito de hrber re¡ultado r[c(livor para ¡ttevet han tom¡do cr:ncioncia do la real dífercncio dc podcr qua existe entre los prút&gc,rrigtug tlul ¡rrurru.
el llamado 'riesgo judicial', entendido como la posibilidad de que un jurado, guiado por criterios do, de las ventajas de conocimiento e información que existen entre los contratantes, y de la capa-
irracionales, decida en contra de las poderosas corporaciones. Hay cláusulas especiales que prevén cidad de transferir los riesgos de un negocio. 5on esas circunstancias del contrato moderno las que
ese tipo de riesgo" (Kessler, Contracts of Adhesíon-Some Thoughts About Freedom of Contrad, deben ser interpretadas" (Priest, Contracts Then and Now: An Appreciatíon of Friedrich Kessler,
1943; httplldigitalcommons.law.yale.edulfsspapersl2T3l, caplura:2219116, p.631). 1995, httptldigitalcommons.law.yale.edulfsspapers/627, captura:27112116, p.2151).
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
58 59

Lo notable del artículo no está en la forma en que describe la mayor injerencia No setrata de intervenirsobre la libertad contractualde los contratantes porque
oficiall0, sino en manifestar que elverdadero cambio en la teoría general de la res- hacedécadasquesesabequeesa libertad essoloformale insubstancial. La cuestión
ponsabilidad ocurrió cuando los jueces entendieron y asumieron que debían ser consiste en ajustarmás la interpretación de los factores de responsabilidad aumen-
ellos los encargados de regular los daños que debían soportar lasvíctimas y los que tando el universo de sujetos responsables lo cual requiere que puedan oponerse
debían ser indemnizados por los agentes dañadores1l. menos eximentes de responsabilidad. Ese nivel de intervenc¡ón es compatible y ar-
Dichoen otras palabras,yya liberandoalautoramericanode nuestro pensamien- mónico con la sistemática propuesta por el código civil y comercial que ha incor-
toautónomo, sostenemosque losmagistradosdeben interpretarmás rigurosamen- poradotextoslegalescomolosarts.g8g,ll'l2,1733y1757yotrosquevanenesadi-
te los nuevos textos legales del Código Civily Comercial (en especial los arts. 1733 y rección.
1757) porque esos textos legales establecen una nueva vuelta de tuerca en materia Ahora solo resta lo más difícil: lograr que los jueces asuman la responsabilidad
objetiva.
de responsabi lidad queellegisladorreformista lesasignó. como biendice Kemelmajerdecarlucci: "To-
Nuestro ordenamiento jurídico, a partir de la vigencia de la |ey26.994, ha incor- da la normativademuestraque, pesea la grancrisisdelpoderJudicial, elcódigocree
porado la responsabilidad ultraobjetiva para regularla reparaciónde losdaños. Ese en los jueces que deben aplicarlo, pues-como dice Carlos Cossio-,quien cree que
es, a nuestro modo de ver, el verdadero cambio en la teoría general de la responsa- notiene jueces notíene porquédepositarsu feen las normas ...'. La misión de la ley
bilidad propuesto en el Código unificadol2. consiste en fijar a grandes rasgos las máximas generales del derecho; establecer los
Los contratos de adhesión no escapan a esta realidad. En esos acuerdos, los pro- principiosfecundos en consecuencia, y no descenderal detalle de las cuestiones que
veedores seguirán estableciendo las pautas contractuales e imponiendo cláusulas puedan surgiren cada materia. Aljuez, aljurisconsulto, penetrados delespíritu ge-
abusivas; y seguramente continuarán transfiriendo sus riesgos a los usuarios y tra- neral de las leyes es a quienes toca su aplicación" 13.
tando por todos los medios posibles de disminuir sus responsabilidades, pero los
jueces deberán abortar estas tretas contractuales.
s 7. LOS CONTRATOS DE ADHESTóN EN Er CóD|GO CIV|L y COMERCIAT

En primer lugar, nos parece justo señalar que a pesar de las críticas que frecuen-
temente le hacemos al código civily comercial, la inclusión de los contratos de ad-
10 "Este ensayo examina la evolución del derecho privado de los Estados Unidos, particular- hesión nos parece positiva.
mente desde mediados de la década del '60. Esa transformación muestra cómo un sistema, que so-
Como hemos visto supra, el contrato de adhesión es la herramienta jurídica fa-
lamente intervenia en los asuntos privados en casos de seria afectación a la moral o el orden públi-
vorita de las corporaciones para controlar los riesgos de su negocio y acotar su res-
co, se ha convertido, a partir de entonces, en una poderosa maquinaria que promueve constantes
regulaciones. En el pasado, la injerencia estatal sobre el derecho privado era muy modesta. La ma-
ponsabilidad. Como bien señalaba Kessler, los contratos de adhesión tienen porfi-
yor atención estaba puesta en el derecho de propiedad, asegurando el cumplimiento de la palabra nalidad incluir los riesgos "racionales" que elsector proveedorestá díspuesto a so-
empeñada en loscontratosyfavoreciendo la renuncia al derechode ejerceracciones legales porsu- portar y excluir aquellos riesgos "irracionales" que de soportarlos perjudicarían la
puestos ¡ncumplimientos contractuales. Las indemnizaciones por incumplimiento solo tenían lu- ecuación económica de rentabilidad. En pocas palabras: los contratos de adhesión
garante la comprobación de una conducta muy reprochable por partedel agentedañador. Las nor-
son formatos jurídicos, típicamente empresarios, diseñados para determinar qué
mas contractualestenían másvalor que las normas sociales a la hora de imponer conductas obliga-
torias" (Priest, The Modern Transformation of Civil 1aw,2006, httpll digitalcommons.law.yale.
dañosvan a serabsorbidos por elsectorde la producción de bienesyservíciosycuá-
edul fss4a percl 642, captura: 25/9/1 6, p. 957). les serán soportados por las propias víctimas 1a.

1 I "A partir de los a ños 1960, el derecho privado tuvo una muy nota ble evolución. La ley con-
tractuol, cl dcrccho dc propicdod y cl dcrccho dc dañol ¡c armoni¡oron. Lo cvo[lción quc cc dcr
cribc no sc dcbió o un cambio doctrinario o o bruscos lcgislativos. Por cl contrario, la transforma
ción se debló a quelueron prevaleclendo nuevas ldeas. Se comlenza a entenderyaceptar que laJu- 1J Zannoni - Marianide Vidal- Zunino - Shina - Ramos, Códrgo Cl vily Comercial. Concordado
risprudencia podía actuar qarno un efectivo:irtenra para regular los dairos que la publaqiún debía ron el régimen derogado y refercnriado ron legislación vigente,2(11 5, p, 1 I .
soportar" (Priest, Ihe Moderñ Transformation of Civíl \aw,2006, httplldigitalcommons.law.ya- 14 " Una vez q ue su util idad práctica resultó probada, fueron utilizados en otros negocios. Es
Ic.ed ulfss pape rsl 642, captura'. 25191 1 6, p. 958).
altamente probable que eldeseo empresario de evitar los riesgos judiciales haya sido el motivo por
l2 El lector interesado puede acceder a otro artícu lo nuestro donde ana liza mos la cuestión de el cual, en los productos elaborados, se incluyan cláusulas expresas de garantía de calidad. Estas
fa responsabilidad absoluta: Shi na, Desarrollo tecnológico y responsabilidad. Los nuevos desafíos cláusulas tienden a limitar y prohibir que los usuarios hagan reclamos judiciales invocando la ga-
del derecho, SAl¿ DACF 1 80093. rantía de calidad implícita del producto. Esta clase de estipulaciones limitan lo que los empresarios
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
60 61

La racionalidad o irraclonalidad del riesgo "asegurable o indemnizable" es ta- a) La definición del Código Civil y Comercial
sada por el sector empresario en base a ponderaciones económicas. En la medida El art. 984 define al contrato de adhesión como: ,,... mediante
el cual uno de los
que los contratos de adhesión no tengan regulación legal apropiada ese cálculo se contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por
la
hará por el empresario y sin injerencia del Estado, En una palabra: se permite al em- otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción,'.
presario que, utilizando reglas perimidas como la libertad contractualy la autono- En la definición está presente lo que nuestra doctrina y nuestro legislador
en-
mía de la voluntad, elija qué daños está dispuesto a pagar y cuáles rechazar. tienden que es la nota típica delcontrato de adhesión:su falta de negoiiación
bili-
No hay en el derecho reglas que le hayan sido más perjudiciales para los sujetos teral. En la Exposicíón de Motivos, la Comisión Redactora consolida esie criterio: ,,El
vulnerables (trabajadores, consumidores, etcétera) que aquellas que postulan la contratosecelebra poradhesión cuando las partes no negocian suscláusulas, ya que
autonomía de la voluntad y la libertad contractual absolutas. Para colmo de males, una de ellas, fundada en su mayor poder de negociación, predispone el contenido
estas reglas queotros países solo mantienen en forma residual en el nuestro son de- 16.
Y la otra adhiere"
fendidas por un ejército de doctrinarios militantes del anacronismo. Para stigl¡tz: "El contrato por adhesión a cláusulas predispuestas o condiciones
La denominación que el Código Civil y Comercial utiliza para este t¡po contrac- generalesesaquelenque la configuración interna delmismo(reglasdeautonomía)
tual es la de "contratos celebrados poradhesión a cláusulas predispuestas" ysu ubi- es dispuesta anticípadamentesolo por una de las partes (predisponente, profesio_
cación sistemática en elCódigo unificado es en el LibroTercero, Título ll, Capltulo 3, nal, proveedo4 empresario, etcétera), de modo que si la otra decide contratal de-
Sección 2", arts. 984 a 989. be hacerlosobre la base de aquelcontenido. Lo expuesto constituye una restricción
La Comisión Legislativa explica su inclusión dentro de los contratos paritarios y
al principio de libertad de contratación, en perjuicio dc quien contrata con una em-
en elcapítulosobre "formación delconsentimiento". El legisladorasumió que esta presa creadora del texto contractual,, 17.
figura no es un tipo contractual autónomo sino una modalidad especialde prestar No hay mucho más para agregar a esta definición básica. La doctrina y el texto le-
elconsentimiento. Nuevamenteseaborda alcontrato deadhesión a partirde lafal- gal coinciden; se trata de acuerdos en los cuales una de las partes propone
el conte-
ta de una negociación sustantiva entre las partesls. nido del negocio jurídico y la otra lo acepta sin que exista una negociación previa.
Másallá de lasconsideracionesformuladas porla Comisión redactora, pensamos Desde luego, quien predispone elcontenido ro hace en funcíón de su mayorcapaci-
que los acuerdos formados por adhesión a las cláusulas predispuestas símarcan un
punto de ruptura con el contrato clásico. La circunstancia de ser contratos que no
dad para imponer condicíones. t
como bien señala stiglitz, esa mayor fórtaleza de
una de las partes debilita la autonomía de la voluntad deladherente al acuerdo.
están regidos por la regla de la autonomía de la voluntad y por la negociación pari-
En conclusión:los contratos de adhesión se desarrollan porafuera de la regla
de
taria es determinante para que pueda afirmarse que son tipos contractuales inde- la autonomía delavoluntad quetradicionalmenteconocemos; esa circunstancia
pendientes y, en muchos casos, antagónicos del contrato clásico. los
convierte en tipos contractuales divergentes y antagónicos del contrato clásico.
En los párrafos que siguen vamos a analizar los textos legales que regulan a los
El art. 985 se refiere a los requisitos que deben alcanzar las cláusulas contractua-
contratos de adhesión.
les para que no sean declaras nulas 18.
El contrato de adhesión es un documento completo, terminado y autónomo
en
elcualeladherente nopuede negociarodiscutirninguna condicíón esencialdelne-
llaman el riesgo de posibles interpretacionesjudiciales irracionales" (Kessler, ContracB of Adhe-
sion-\ome Thoughts About Freedom of Contract, 1943; httplldigitalcommons.law.yale.edulfss_
papersl2T 3 1, captur a: 22191 1 6, p. 631). 16 Zannoni - Mariani de Vidal - Zunino - Shina - Ram os, Código Civit y Comercial. Concordado
con el régimen derogadoy referencíado ron legistación vigente,Z0l p.l9l.
1 5 "Es necesario establecer lgunas precisiones acerca del fenómeno que se regula. El supues-
5,
a
17 Süglitz, El cotltt'atopor adhesión a condicionesgeneralespredispuestasenel proyectode
to qrre se regrrla no Fs l.rn tipo general del rontrato, sino rrna modalidad del conspntimiento. Fn es-
1 998, M icrojuris, MJD- l 1 06.
te caso hay rrna gradación menorde la aplicación de la autonomía de la voluntad y de la libertad de
fijación del contenido en atención a fa desigualdad de quien no tiene otra posibilidad de adherir a 18 Art'985,CCCN: "Lascláusulasgeneralespredispr.resfasdcbcnsercomprensiblesyautosu-
condiciones generales. 5e diferencia de la regla general, pero no se trata de contratos de const¡mo. ticientes.
El campo de aplicación, además de la contratación de consumo, es aquel que presenta situaciones La redacción debe ser cla ra, completa y fáci I mente tegi bte,
de adhesión, como ocurre entre las pequeñas y medianas empresas y los grandes operadores del Se tienen por no convenidas aquellas que efectúan un reenvío a textos o documentos que
no
mercado" (Zannoni - Mariani de Vidal - Zunino - Shina - Ramos, Código Civily Comercial. Concor- se facilitan a la contraparte del predisponente, previa o simultáneamente a la conclusión
del con-
dado con el régimen derogadoy referenciado con legislaciónvigente.20l 5, p.291 ). trato..-'.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
62 63

gocio. Por ese motivo es indispensable que el contenido del contrato esté redacta- partestiene de imponercondiciones que disminuyan el riesgo delnegocio
y/o limi_
do en cláusulas que sean comprensibles y que no remitan a otro documento. ten la responsabilidad empresaria frente a eventuales reclamos porpárte
de losad_
La norma también dispone que la redacción debe serdefácil entendimiento pa- herentes.
ra eladherente,5in embargo, cualquiera que haya leído un contratodeseguroo un Las cláusulas particulares, como ro señala el art. 9g6 del ccc/v,
son negociadas
préstamo bancariosabe que elart,985 del CCCNes una humorada legislativa. partícularmenteypueden implicar una ampliación o una limitación,
una supresión
Los contratos no se entienden y están redactados en forma tal que su interpre- o una interpretación de una cláusula general.
tación resulta imposiblepara una persona deconocimientosmedios.Yestonoesun veamos un ejemplotomado de un juicio realquetuvo lugaren España.
En elca-
chiste, sino que es una parte esencial de los contratos de adhesión. La otra parte del so estaba implicada (¡como siempre!) una compañía de seguros y
una estipulación
problema, que porcierto no es meno[ esque loscontratos directamente nose leen' contractual dudosa. El texto de la cláusula contenía la siguiente exclusión
de co_
Para que se entienda bien el problema y aun asumiendo el riesgo de incurrir en bertura: "Las pérdidas o daños que sufra la maquinaria atribuible a las partes
de-
alguna exageración, loscontratos de adhesión no se leen. Nunca. Es decir: nunca na- fectuosas o mal conservadas y anomalías eléctricas o mecánicas. No obsta
nte, se ga-
die lee nada de ningún contrato de adhesión. Ello nos permite realizar una prime- rantizan los daños habidos con ocasión de un accidente producido por las causas
an-
ra conclusión tan provisoria como contundente y pesimista:firmar un contrato sin teriormente citadas, quedando en todo caso excluidos los costos de reparación
de
haberlo leído o firmar un contrato después de haberlo leído sin entender nada de dichas causas originarias de tal accidente,,.
él es exactamente lo mismo. De la lectura de la cláusula surge que si la falla de la máquina se debía
a la falta
Para Stiglitz, "El objeto de la referida obligación tiene por contenido redactar de mantenimiento a cargo del usuario, la cobertura caía y el seguro no respondía.
cláusulas claras, serias e inequ ívocas, idóneas para ser entendidas de porsí por el ad- Ahora bien; ¿cuáles son las tareas de mantenimiento que pruá"n atribuirse con-
herente. Y llena este requisito el texto redactado con palabras cuyo sentido objeti- tractualmentea un usuario de una maquinaria decierta complejidad?
¿Todas?¿Las
vo puede ser establecido sin lugar a dudas según el uso idiomático común o del co- básicas? Pero en este
último caso, ¿qué debe entendersu por taruu, báiicas o indis-
mercio" 19. pensables de mantenimiento?
Los contratos de adhesión tienen dos problemas. Uno es que sus contenidos no En principio esta cláusula debería ser negociada particularmenteen lostérminos

se entienden. El segundo esque aun logrando que esos contenidosfueran máscom- del art. 986 del cccN para que esas respuestas no quedén en suspenso. En el
con-
prensibles, los contratos no se leen, Loscontratos de adhesión se firman sin leer una trato de adhesión se debe estipularclara y detalladamente quétareas de manteni-
letra de lo que dicen; a veces ni siquiera se firman y otras solo se firma el ejemplar miento deben ser asumidas por el usuario y cuáles exceden ese deber.
que conserva el proveedor. Esa es la realidad contractual de nuestros días. 5e presenta entonces un nuevo probrema. La cráusula particular en algunos
ca-
sos puede agravar la condición de los usuarios aún más que la estipulación genéri-
porque la norma que examinamos establece que las cláusulas particula-
ca. Ello así
b) Las cláusulas particulares y negociadas
resprevalecensobre las generales. pensamos que estecriterio de prelacíón
dentro de un contrato de adhesión es equi-
vocadoyque sedebió disponerque en caso de duda o colisión prevalezca la cláusu-
Los contratos de adhesión no dejan de serlo por el hecho detener algunas cláu- la másfavorable al usuario.
sulas particulares que sean negociadas por el adherenteycuya característica es que La laguna normativa que presentamos puede dar lugar a que una compañía
de
limitan, amplían, suprimen o interpretan a una cláusula general. seguros inescrupulosa imponga una condición general y luego f uerce una negocia-
Eltextodelart.986dispone: "Lascláusulasparticularessonaquellasque,ne- ción particularque la agrave en perjuiciodelusuario.Anuestro modo devel la nor-
gociadas individualmente, amplían, limitan, supr¡men o interpretan una cláusula ma dehía cerrarelcírculo favoreciendo aladherentc dcl contrato de adhesión.
general, Fn caso de incompatibílidad entre cláusulas generales y particulares, pre-
valecen estas últimas". c) La interpretación <rcontra praferentemy
La existencia de cláusulas particulares demuestra que lo esencial de estos acuer- Eltexto legal que vamos a comentar cont¡ene el principio conocido como lnter-
dos no se relaciona con la falta de negociación sino con la capacidad que una de las pretación contra proferentem o contra st¡pulatorem. Esta regla actúa cuando una
cláusula está redactada en una forma ambigua que pernlite una interpretación du-
1s Stiglitz, E/contrato por adhesión en elProyecto de Código CívilyComercial, en "Revista de dosa, En tal caso, la clá usula se interpreta en el sentido menos favorable a q uien pre-
Derecho Privado", año 2, no 4. dispuso la cláusula.
64 FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
65

El Código unificado incorpora la regla confra proferentem en el art.987 que es- sula limitativa, al repercutir negativamente en los derechos de los asegurados (sS
tablece: "lnterpretación.Lascláusulasambíguaspredispuestasporunadelaspar- de 28 de febrero de 1 990, 1 4 de jun io de 1994y 24 detebrero de 1 997), pues quedan
fes se inferpre tan en sentído contrario a la parte predisponente" . privados de obtener el resarcimiento económico correspondiente de
ocurrir el si-
Elprincipio general es bastante claro pero los problemas se suscitan en la sinto- niestro cubierto por la póliza, es decir que la cobertura se hace ineficaz y ninguna
nía fina de la interpretación judicial. ¿Qué debe entenderse porestipulación ambi- utilidad ha produ6ide" 21.
gua? ¿Cuándo una cláusula puedeser considerada confusa o dudosa o incierta yser Luego de advertir la excepcionalidad de ras exclusiones y que ellas siempre per-
interpretada bajo la regla contra proferentem? judican al asegurado. elfallo señala cómo deben ser redactadas
las estipulaciones
Volvamosa verla cláusula contractualque usamos de ejemplo alexaminarelart. que limitan responsabilidad: "Esta cuestión lleva a la interpretación y
apticación del
g86delCCCN: "Laspérdidasodañosquesufralamaquinariaatribuiblealaspartes art.3ode la Leyde8 deoctubre de t 980, que resulta imperativoque las condiciones
defectuosas o mal conservadas y anomalías eléctricas o mecánicas, No obstante, se Generales se redactarán de forma clara y precisa y han de destacar de modo espe-
garantizan los daños habidos con ocasión de un accidente producido por las causas cial las cláusulas limítativas de los derechos delasegurado, que las ha de aceptar por
anteriormente citadas, quedando en todo caso excluidos los costos de reparación escrito, sin dejarde ladoque las mismas, en cuantoaminoren la indemnización pac-
de dichas causas originarias de tal accidente". tada, son decididasyaportadas impresas al contrato por las asegurado ras ...,,22.
Elfallo determina con claridad los fundamentos de la regl acontra stipulatorem:
Esta estipulación puede admitir dos miradas jurídicas y dos interpretaciones ju- a)se trata de cláusulas que limitan la responsabilidad del aseguradory, por tanto,
diciales opuestas. Veamos las distintas hipótesis: acortalosderechosdelasegurado. b)soncláusulasredactadasporelpredisponen-
1. Lacláusula puede interpretarse en el sentido de que el asegurado se debe te que se beneficia con ellas. c) son cláusulas que no fueron negociadas con el ad-
hacer cargo de mantener la máquina en buen estado de conservación y ex- herente.
cluir la cobertura si alguna de las piezas no estuviera bien conservada. En es- Estas razones justifican la obligación de redactar cláusulas que sean claras, fáci-
te caso se optaría por una interpretación rigurosa y desfavorable al usuario. les de entendei precisas y que eviten las generalidades. En caso de no alcanzar esa
2. La misma estipulación puede ser interpretada como una cláusula ambigua exigencia la estipulación ambigua debe ser interpretada en sentido contrario a los
en la que no se expresan detalladamente cuáles son las tareas de manteni- intereses del predisponente.
miento que obligan alaseguradoyexcluyen la cobertura delasegurador. En En sentido similar, stiglitz señala: "Es el predisponente quien debe asumir los
este caso j u ga ría a favor del aseg u rad o la reg a co ntra p rof e rentern restri n-
I riesgos de una defectuosa declaración. para alcanzar esta conclusión, debemos se-
giendo la posibilidad de excluir la cobertura. ñalarquesu fundamento está dado en que esélquien díspone de los medios a su al-
cance para evitar toda duda por no haberse expresado con claridad. Esta no se re-
Recordamos al lector qLre esta clá usula f ue discutida en un juicio real quetuvo lu- fieresoloafacilitarla legibilidad de la lectura, sino, además, a la claridad sustancial,
garen España ante la Sala CivildelTribunalsupremodelaño200920.Veamos lqque la referid,a a la signif icación relevante, desde los aspectqsfácticos, económicosy ju-
dijeron los magistrados españoles. rídicos" 23.

En primer lugar, elfallo hace una correcta descripción del problema que debía compartimoscon stiglitzque noessuficienteque la cláusula sea de lectura com-
resolver. Eltribunal explica en forma clara que elcontrato de seguro tiene porfina- prensible, sino quesu contenidotambién debeserlo. De nada sirvequeseentienda
lidad cubrir las contingencias derivadas de un daño y que las exclusiones siempre la letra de una cláusula sifinalmente no se comprende el significado sustancial del
perjudican al asegurado Por ese motivo, las exclusiones deben ser tratadas con ca- negocio jurídico contenido en elcontrato. La cláusula que pusimos como ejemplo
rácter restrictivo. adolecía, precisamentc, dc csc dcfccto: ora comprensible su lectura, pcro anrbiguu
El fallo pondera esta situación que a pesar de su obviedad nuostros tribunales su contenido.
lnuch¿s veces pasarr por alttr: "Corno dicen las sentencias de 8 de julio de 2002 y 20
de noviembre de 2003, ha de partirse de que la exclusión del riesgo es efectiva cláu-
21 fdem nota anterior.
22 fdem nota .l8.
20 TSE, Sala Civil,2/4/09, ST5 1851/2009, Rec. 1410/2004, Res.248/2009, Procedimiento: Casa- 23 Stiglitz, El contrato poradhesióna condicionesgeneralespredispuestasen el proyectode
ción, Ponente: Xavier O'Callaghan Muñoz. 1 998, M icrojuris, MJD-1 1 06.
FERNANDO E. SHINA LOs CONTRATOS DE ADHESIóN 67
66

ciso analizarcuáles son las expectativas de los usuarios. No se trata de satisfaceresas


definitiva, la regla contra proferentem determina que toda ambigüedad de-
En
perjudicaralestipulanteyeso mismo resolvióeltribunalespañol: "... esdoctri- expectativas, sino ajustarlas a la realidad del producto.
be
na reiterada de esta Sala (...)que las dudas interpretativas sobre los contratos de se- siun lego lee lostextos legales de nuestro código se puede llevar la errónea im-
presíón de que sise lograra mejorar la redacción de los contratos se solucionaría el
guro habrán de resolverse en favor del asegurado dada la naturaleza del contrato
problema de las relacionesde consumo. Sin embargo, sabemosque esto esfalso. La
de adhesión que los mismos ostentan que hace que lascláusulasoscurasdelcontra-
to hayan de recaersobre quien las redactó (...)la interpretación jurisprudencíalque falla, como ya dijimos, no está solamente en la redacción de los contratos sino en la
deriva del art. 3o de la Ley de Contrato de Seguro; (...) establece la reg la contra pro- compleja relación dialéctica que los sujetos mantienen entre sus anchas expectati-
vas y las estrechas prestaciones del producto.
ferentem,según la cual la interpretación de las cláusulas oscuras o contradictorias
de un contrato no debe favorecer a la parte que lo ha redactado originando tal os- Pensamos que el Estado debe poner el esfuerzo en analizar en forma objetiva
24' (estadística) cuálesson lasexpectativas más optimistasde los consumidoresy luego
curidad; a la inversa, sífavorecerá a la parte que no lo ha redactado ... "
lodo en la maquinaria no fue casualsuficiente para excluir la co- hacer que los contratos se refieran a ellas en términos reales.
La existencia de
bertura porque la def iciencia del mantenimiento no era una causal específ ica de ex- Losfabricantes de productos, sobre todo los líderes del mercado, manejan todo
clusión de cobertura, salvo que se hubiera logrado acreditar el dolo del asegurado. tipo de encuestas y estadísticas que informan con gran detalle y precisión los perfi-

El asegurado tiene obligación de atenuar las consecuencias del siniestro pero no a


lesde preferenciasde losconsumidoresy lasdebilidadesdecada producto. Hay mu-
prevenireldaño.Ambasobligacionesson distintas. Perofrentea esta ambigüedad, cha información desparramada que el Estado puede colectar para luego analizarla

el seguro no puede invocar la exclusión de cobertura porque toda incertidumbre con técnicos idóneos. Eso mejoraría las relaciones de consumo mucho más que es-

contractual se debe resolver en favor del asegurado. tar a la caza furtiva de cláusulas abusivas aisladas, mutantes e inagotables.
En sentido coincidente, Stiglitz señala que: "Las declaraciones deben ser com-
Nosetrata, comoya hemos dicho, de aclararla redacción de los contratossino de
prendidas y llenan este requisito las expresadas con palabras cuyo sentido objetivo precisar cuáles son las expectativas del adherente y luego confrontarlas con las li-
puede ser establecido, sin lugar a dudas, según el uso idiomático común o delco- mitaciones del producto o del servicio gue se le ofrece en el acuerdo.
mercio, Todo ello justifica trasladaral predisponente lasconsecuencias que derivan Un contrato muy bien escrito puede seguirsiendo ambiguo en la medida que no

de la imprecisión ovaguedad en la redacción de lascláusulas. Y las consecuencias no aclare que las expectativas que los clientes tíenen no podrán ser alcanzadas. Por el
son otras que la eliminación de la cláusula dudosa u oscura o-lo que es lo mismo- contrario, un contrato muymalredactado pero que en su portada contenga un pros-
su interpretación contraria a los intereses del predisponente"
25. pectocon un puñadodeadvertenciasclarasynotablesseguramenteserá más útilpa-
La ambigüedad de un contrato no pasa únicamente por la claridad de su redac-
ra los usuarios.

ción. La vaguedad de un contrato de adhesión generalmente no se presenta en la Veamos un ejemplotomadoal azar. 5i compramos un reloj decierta tecnología se-

letra delcontrato sino en la disociación entre las expectativas (demasiado opt¡mis- guramente no vamos a leer el contrato, pero es muy posible que nos detengamos a
tas) de los adherentes y las prestaciones (limitadas) del producto. leer algunas advertencias si ellas aparecen ni bien se abre la caja que contiene el pro-

usuariostienden a creer, en forma optimísta, queel productoqueadquieren


Los
ducto. Estas advertencias, para ser notorias, deberán estafescritascon letra grande e
tiene más calidades que lasque en realidad tiene. Un contrato para no serambiguo incluircolores que llamen la atención delcliente. Estas notas destacadas deberían in-
debeestablecerclaramentecuálesson las limitacionesdelproducto para evitarque cluir por lo menos los siguientes avisos: f ) La batería de este reloj dura aproximada-
las expectativas del cliente excedan las prestaciones reales del producto.
mente un año, de acuerdo a su uso. No se han registrado casos de duración quesupe-
ren los dos años. 2) Elsistema de GPS de este relojsolo funciona mientras está conec-
Esto nos obliga a investigar si el Estado debe controlar la redaición de los con-
tratos o si dcbc csforzarse en lograr que no haya una brccha demasiado ancho cn tadoalaredlnternet.Nofuncionaalnoestarconectadoalnternet,3)Fsterelojno
las expectativas deladherente y las limitaciones del producto. Paraello, es pfe-
essumergible. Puedesoportarlevesmojaduras provocadas, porejemplo, poruna llu-
tre
via. Luego de serexpuesto al agua el reloj debe sersecadocuidadosamente para evi-
tarinconvenientesensusistema. Elrelojno puedesersumergido niutilizadopara na-
dar. 4) La malla de este relojes de caucho, material que usualmente es resistente al
24 uso normal. Sin embargo, los reportes estadísticos indican que muchos usuarios de-
Véasesupra nota 18.
ben cambiarla en los primeros dos años de uso. Este dato puede variar en cada caso y
2s Stiglitz, El contrato por adhesión a condiciones generales predispuestas en el proyecto de
deacuerdoalusoyelcuidadoquecadausuarioledé.5)Paramejorarsudurabilidad
1 998, Mícrojuris, MJD-1 1 06.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
68 69

se recomiendan los siguientes cuídados mínimos: cada producto podría tener, de menzó a fumardiariamentefuede 16,2 años. Elpromediodecigarrillosfumados por
acuerdo a su complejidad, una breve lista con las cuestiones dudosas más frecuentes. día fue de'12,2, siendo mayoren varones (13,'l)que en mujeres (.l0,9), en elgrupo de
Al resolverlas en un prospecto breve y de contundente claridad, las expectativas más 50 a 64 años (17,7),y, en general, en los
fumadores diarios. Estos datos sugieren un
optimistas de los usuarios podrían ser ajustadas a la realidad. Ese listado defrustra- descenso en la prevalencia de tabaquismo a lo largo de los años (Gráfico 1), compa_
ciones de expectativas demasiado optimistas, tendría un efecto informativo mucho rando porejemplo con la segunda Encuesta Nacionalde Factoresde Riesgo 2009, en
más efectivo que el propio contrato que, por mejor escrito que esté, nadie lee. la que se registró una prevalencia del 27,10/0. Esto evidencia una reducción de
La información, para ser eficiente, debe recaer sobre las cuestiones que los con- 700.000 fumadores desde el año2009" 27
.

sum idores no solamente ignoran, sino q ue se resisten a conocer. El objetivo de la in- Lamuestra indica la estrecha relación que existe entre la ley y las campañas anti-
formación debe consistiren balanceareloptimismo del usuario con las limitaciones tabaco oficiales llevadas adelante desde su sanción y la disminución del número de
reales del producto. Para que ello suceda es necesario que el adherente del contra- fumadores: "Luego de analizar los resultados de la primera imprementación de la
to sea prácticamente obligado a leer lo que no quiere conocer. Encuesta Mundial deTabaquismo en Argentina 201 2, evidenciamos un descenso en
Un muy buen ejemplo de la situación que estamos describiendo surge de la ley la prevalencia detabaquismo a nivel nacional. Este descenso está muy relacionado
26.687 que regula las publicidades sobre tabaco26. El art. 7o de la citada ley es un con la Ley Nacional de control de Tabaco sancionada en 201 1 y la gran cantidad de
ejemplo de lo que debe hacerse si realmente se quieren modificar las expectativas iniciativas provinciales y municipales que no solo antecedieron temporalmente a la
distorsionadas por el optimismo irracional. Prestemos atención a las cosas que dice ley nacional sino que además fueron pioneras en el cambio de conductas y de nor-
estetextolegal: "Entodosloscasoslapublicidadopromocióndeberáincluirunode malización deltabaquismo en Argentina. sin embargo, aún son muchos los desafí-
cuyo texto esta rá i m p reso, escri to e n f o rm a I eg i -
/os srguien fes m e nsaj es sa n ita ri os, os pendientes ya que 6, 1 millones de adultos continúan f umando y más de la mitad
ble, prominente y proporcional dentro de un rectángulo de fando blanco con letras de la población está expuesta al humo de tabaco ajens" za.
negras, que deberá ocupar el 20% de la superficie total del material objeto de pu- No hay ning una duda de q ue la información ef iciente tiene directa relacíón con
blicidad o promoción: a) Fumar causa cáncer; b) Fumar causa enfisema pulmonar; ajustarel relato deloptimismo irracionalcon la realidad. Si los productosyservicios
c) Fumar causa adiccíón; d) Fumar causa impotencia sexual; e) Fumar causa enfer- contuvieran leyendas queadvirtieran sobresus limitaciones realesyen contra de los
medades cardíacas y respiratorias; f) El humo de tabaco es causa de enfermedad y optimismos irracionales, las relaciones de consumo mejorarían tanto como empe-
muerte; g)Lamujerembarazadaquefumacausadañosirreparablesasuhijo; h)Fu- oraría la renta de las corporaciones más grandes. Esa es, finalmente, la puja quesub-
mar causa muerte por asfixia; i) Fumar quita años de vida; j) Fumar puede causar yace en el fondo.
amputacíón de piernas. Para Ayres elcontrato debe informar principalmente dos cosas. En primer luga4
En todos /os casos se íncluirá un pictograma de advertencia sobre el daño que aquello que que los consumidores ignoran o tienen dificultad o aversión a
se sabe
produce el hábito de fumaf el que será establecido para cada mensaje por la auto- conocer; y, en segundo lugar, las limitaciones del producto. En general ambas cosas
ridad de aplicación de esta ley". coinciden porque los usuarios no quieren conocer las limitaciones de los productos
La sola lectura de la norma es suficiente para entender que ella se concentra en que pueden adquirir2e.
advertir solamente sobre las condiciones que todo fumador se resiste a admitir. En
eso consiste informar: advertirsobre aquello que nos resistimos a saber.
Algo parecido a lo que hace la ley 26.687 con el consumo de tabaco podría apli- 27 Encuesta Mundial deTabaquismo en Adultos, 2012, ArgenTina,vvww.msa!.gob.arlentlima
carse al resto de las relaciones de consumo. Veamos algunos resultados estadísticos geslstorieslvigilancial pdfl201 3-09-encuesta-tabaquismo-adultos-25-junio.pdf, ca ptura: 20/6/t 8.
tomadosluegodelasancióndelaleyantitabaco; "Enelaño2012,e122,30/odelapo- 28 Encuc¡to MundioldeTabaquirmo en Adultos, 2012, ArgcnLiri;, w ww.r tual.gub.ar letttliuu
blación refirió consumirtabaco, en una proporción mayor en varones que en muje- gcslstoricslvígilancialpdfl20l j-09-encuesta-tabaquisnto-adultos-25-junio.pdf, captu r a: 20/6/1 8.
res(29,6% vs. 15,770). Asimismo, entre los tumadores de cigarrillos, se evidenció que 29 " Las m uestras estadÍsticas indican q ue los usuarios está n advertidos acerca de algunas cues-
la mayoría lo hacía de manera diaria (17,1%)y el promedio de edad en la que se co- tiones del contrato, pero no de otras. Por ejemplo, los adquirentes de vehÍculos nuevos saben que
la garantía no es eterna, sino que está sujeta a ulr tér'nrino; sa[:en, por ejernplo, que no deben com-
prar un auto nuevo cuyo sistema de audio esté descompuesto; ytambién saben que deben reafizar
las tareas demantenimiento del vehículo en los talleres autorizados por el proveedor. 5in embar-
26 Ley 26.687, Regulación de la publicidad, promoción y consumo de los productos elabora- go, es menos proba ble que los usua rios sepa n q ue sus contratos h ipotecarios incluya n pena I idades
dos con tabaco, sa nci onada: 1/6/1 1, prom u lg ada:1316/1 1 . por pagos fuera de término, o que contengan estipulaciones que los obligan a hacer los reclamos
70 FERNANDO E. SHINA tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
71

d) Las cláusulas abusívas en Ia estructura porcionada para el proponente y, como contracara, una desventaja ostensible pa-
del contrato de adhesión ra el adherente.
En materia de estipulaciones abusivas nuestro código, con buen criterio, dispone
EICódigo unificadotrata las cláusulas abusivas en elart.988. No es mucho lo que
reglas generales que luego deben ser integradas al interpretarcada contrato en parti-
estetexto legal leagrega a loya establecido en elart.37 de la ley24.240. Sin embar-
cular. Así, por ejemplo, el primer inciso del art. 988 establece que son abusivas aquellas
go, el legislador decidió incluir a los contratos de adhesión en el Código Civil y Co-
cláusulas contractuales que desnaturalicen lasobligaciones delpredisponenfe. Esta
mercial y esa decisión hizo forzoso regular sobre las cláusulas abusivas.
regla general procura proteger la equidad y el equilibrío razonable que debe existír
La relación entre ellasy loscontratos de adhesión estan estrecha que muchasve-
entre los derechos y las obligaciones que cada contratante asume, stiglitz, al referir-
ces se cree, erróneamente, que la finalidad de los contratos de adhesión es incluir-
se a este grupo de estipulaciones abusivas, señala que: "su contenido halla funda-
las en sus contenidos cuando en realidad las estipulaciones abusivas responden a
mento en la preservación de la equidad y en el principio de buena fe, en el equilibrio
una realidad económica quetrasciende la teoría generaldelcontrato.
del sinalagma, en las reglas esenciales que gobiernan elderecho dispositivo, en la in-
Elart.gS8delCCCNestablece: "Cláusulasabusivas.Enloscontratosprevristosen
tangibilidad delos derechos de los consumidores en tanto débiles jurídicos, yen la fi-
esta sección, se deben tene r por no escritas: a) las cláusulas que desnaturalizan las
nalidad misma delcontratotalcomo las partes lo hantenidoenvista alconcluirlo" 32.
obligacionesdelpredisponente; b)lasqueimportanrenunciaorestricciónalosde-
b)delart.988del cccNprevé un segundo grupo decláusulas abusivas. En
El inc.
rechos del adherente, o amplían derechos del predisponente que resultan de nor-
esecaso, lareglageneralserefierealascláusulasabusivasqueímpliquen renuncia
mas supletorias; c) las que, por su contenído, redacción o presentación, no son ra-
o restricción a los derechos del adherente, o amplíen derechos del predisponente
zo n a bl e m e nte p revisi b I es" .
que resulten de normassupletonas. En este caso, la intervención del contrato de ad-
Chamatropulos, sin dar una definición, se refiere a los aspectos relevantesde las
hesión se realiza para evitar que, so pretexto de ejercer la libertad contractual, una
cláusulasabusivasseñalandoque: "Seobservaquelanotaprincipalestádadaen-
de las partes renuncie forzadamente a derechos o exima, también a la fuerza, al es-
tonces por un desequilibrio sin causa legal que lo justifique entre losderechosyobli-
tipulante de cumplir obligaciones que naturalmente debe asumir.
gaciones puestos en cabeza de cada una de las partes de un contrato de consumo.
No es abundante recordar que la autonomía de la voluntad ha sido siempre uti-
Además de ello, el desequilibrio siempre debe perjudicar al consumidor y no favo-
3o. lizada para repartir en voz alta derechos cuya abdicación luego se exigía en silen-
recerlo"
ciosos contratos de paródica paridad,
Enotrotrabajonosreferíamosaestascfáusulasdiciendoque: "Deallísurgeque
Elsegundo supuesto contemplado en elart.988 del cccA/, que es muysimilar al
una cláusula abusiva es aquella que establece ventajas desmedidas para una de las
inc. b) del art. 37 de la LDC, interviene directamente sobre el principío de la auto-
partes de un contrato en perjuicio de la otra, En pocas palabras, setrata de estipu-
nomía de la voluntad. La disposición quiereevitarque esa regla seapliqueen forma
laciones que establecen inusuales prívilegios para una de las partes al tiempo que
invertida ytermine perjudicando al adherente.
perjudican ostensiblemente a la otra. Lo característico de estas cláusulas es que sin
Eltercer inciso deltexto legalse refiere a prevenir elfenómeno de las cláusulas
que exista una razón que los justifique alteran de manera manifiesta el equilibrio
sorpresivas; es deciraquellasque, porsucontenido, redaccióno prestación, nofue-
contractual que debe primarentre las partes de un negocio jurídico" 31.
se n razo na b Ie m e nte p revisi bl es.
La definíción incluye lascaracterísticas quetienen lasestipulacionesabusivas: a)
Rezzónico fue uno de los primeros juristas nacionales en ocuparse de las cláusu-
provocan un desequilibrio injustif icado entre los derechos y las obligaciones asu-
las sorpresivas, diciendo que: "Es sorpresiva una cláusula (...) cuando ros efectos
midasporcadacontratante; b)esedesequilibriodebeimplicarunaventajadespro-
que de ella se siguen resultarían, además de muy desfavorables, notoriamente ínes-
perados para ¡ln cliente común .., " 33.
legales en lugares distanciados de su domicilio. Esto determina que la información que los provee- La dcfinición incluye los elementos necesarios para que una estipulaciónsea con-
dores están obligados a suministrar debe seguir dos direcciones: debe estar dirigida hacia aquellas siderada sorpresiva: debe ser inesperada pero tamb¡én desfavorable para eladhe-
cosas que los consumidores habitualmente ignoran y que, además, implican condiciones desven-
tajosas para ellos" (Ayres, The na-reading problem ín consumer contract law, Paper 4872,2014,
http I I di g ita I co m mons. Iaw.yal e. ed ul fss_ papersl 487 2, captur a: 281 121 17, p. 551).
32 StigliLz, Elusntrato poradhesión en elProyecto de Código CivilyComercral en "Revista de
30 Chamatropulos , Estatuto del consumidor comentado,20l6,t.ll, p.4. Derecho Privado", año2,no 4.
31 5hina, Slste ma legal para la defensa del consumidor,2016, p. 157 . 33 Rezzónico, Contratos con cláusulas predispuesta¡ 1 987, p. 481.
FERNANDO E. SHINA tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN 73
72

Estos requisitos postulados por stiglitz no están previstos en la ley. Elart. ggg del
rente. Ello implica que la nulidad de la cláusula sorpresiva está subordinada a su con-
CCCIVse refiere simplementea lascláusulas que desnaturalicen las obligaciones del
dición abusiva o injusta antes que a su sorpresa, Como bien señala Rezzónico: "Los
predisponente (art.988, ap. a)ya lasque nofuesen razonablemente previsibles(art.
efectos son desfavorables para el adherente; es, dicho de otra manera, una cláusula
988, ap. c). La norma no subordina la definición a la existencia de un desequilibrio
injusta, ya que si en definitiva no constituyera un perjuicio para el cliente, se le qui-
34, significativo o a que la estipulación sea insólita.
taría un elemento imprescindible:el daño que autoriza su control" Estamosfren-
Es indudable que elcitadojur¡sta apunta a que los magistradosutilicen criterios res-
te a un caso de abuso que se concreta mediante una estipulación cuya característica
gran número de los potenciales adherentes. " Es trictivos para determinar cuándo una estipulación es abusiva o sorpresiva. sin embar-
es su capacidad de sorprender a un
podría go, ese criterio es un apunte doctrinariosubjetivo e interesado que no coincide con la
decir que la generalidad de su formulación implica, también, lo sorpresivo:
letra de la ley. Por el contrario, en distintos artículos se dispone el principio opuesto
afirmarsequetodos losadherenteso la mayor partede ellos pueden quedarentram-
3s. (véanse arts. 3o, LDC,y 1094, 1095 yconcs., CCCA/) ysiempre que haya duda o incerti-
Pados"
dumbre se aplica el criterio más benéfico para el usuario. Esto implica que las estipula-
Stiglitz quizás sea más preciso que Rezzónico a la hora de identif icar las caracte-
cionescontractualesquesin llegaraser "insólitas" son inhabitualeso dudosasen cuan-
rísticas que deben tener estas estipulaciones: "La cláusula se habrá de calificar de
to a su f inalidad deben ser interpretadas en el sentido más favorable al adherente.
sorpresiva cuando su uso no sea habitual al contratarsobre la base de cláusulas pre-
Acierta chamatropulos cuando, aún antesque nosotros, formula su crítica alpen-
dispuestas. En ese caso, novincula al adherente, por no integrar el contenido usual
o previsible delcontrato. Setrata decláusulastan insólitas que eladherente no ima- samientodeStiglitz: "Porotraparte,precisarqueeldesequilibriodebeser,signifi-
ginaba que integrarían el contenido del contrato" 36. cativo'puede generar en la práctica algunos resultados disvaliosos, pues quedaría
permitido que el proveedor desequilibre de una manera'no significativa' un gran
El citado doctrinario describe acertadamente que eltérmino "sorpresiva " alude
a una estipulación poco habitual pero luego indica que debe tratarse de cláusulas
número de contratos de consumo que celebre, lo que produciría, en última instan-
tan insólitasque resultan inimaginables para el adherente. No coincidimos con es- cia, una mejora general de su situación en desmedro de los consumidores" 39.
En efecto, subordinar la abusividad de una estipulación contractual a que el de-
ta calificación que es similar a la ofrecida por Rezzónico quien también afirmaba
que las cláusulas sorpresivas "... además de ser muy desfavorables, notoriamente sequilibrioque provoquesea significativo,yla condición desorpresiva a que la cláu-
inesperadas para un cliente común ... " 37. sula sea insólita solo puede tener un resultado: disminuir los derechos de los adhe-
Nos preguntamos porqué motivo Stiglitzy Rezzónico ponen tan alta la vara pa- rentes y aumentar los del estipulante.

ra admitir que una estipulación sea sorpresiva. ¿Hace falta que una cláusula sea fan Los contratos de adhesión reciben una marcada intervención legal. Esa injeren-

insólita para sersorpresiva y abusiva? cia marcha en varias direcciones. Primero, se dispone que todas las ambigüedades
Stiglitz, al explica r las estipulaciones que desnaturalizan las obligaciones del pre- del contrato perjudiquen al adherente. Segundo, se establece la nulidad de ague-
disponente, señala que: "Ydetodo ello, resulte un desequilibriosignificativo de los lla estipulación quefuerce a los adherentes a renunciarderechos o que permita in-
derechos y las obligaciones recíprocas de tal entidad (manifiesto) que quede com- crementar los derechos del estipulante o que resulten negativamente sorpresivas
prometido el principio de la máxima reciprocidad de intereses, al afectarse la rela- para los adherentes.
ción de equivalencia" 3s. No alcanza, según el autor, con un desequilibrio simple y Todas las normas que regulan los contratos de adhesión deben interpretarse en
comprobado; para quehaya abusoeldesajustedebesersignificativoy, en sentidosi- sentido amplio y favorable al adherente. No hay ninguna razón que avale el trata-
milar, la cláusula para sersorpresiva debeser insólita e inimaginable. miento restrictivo que propone Stiglitz.

c) La intcgración judicíol como limitación de Ia libertad contrdctutl


34 Rezzónico, Coll ratos rcn cláusulaspredispuestas, 1987, p. 481.
1 * Pl¿nl.eu de la cuesLiúrr
35 Rezzónico, Contra tos con cláusulas predispuestas, l 987, p. 48 1 .

El art. 989 del CCCA/ regula dos cuestiones que, a nuestro modo de vel resultan
36Stiglitz., Flcantrato poradhesión en elProyecto de CódigoCivílyComercial, en "Revista de
trascendentes para evitarque los contratos de adhesión seau un campo ntinado por
Derecho Privado" , año2,no 4.
estipulaciones abusivas.
37 Rezzónico, Contratos con cláusulas predispuestas, 1 987, p. 481.
38Stiglitz, E/ contra to por adhesíón en el Proyecto de Código Civily Comerclal, en " Revista de
Derecho Privado", año2,no 4.
3s Chamatropulos , Estatuto del consumidor comentado, 201 6, t. ll, p. 5.
:

74 FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN


75

En primer lugaq este artículo legal establece que los jueces que descubran una mentamos porqueella procura que la operación jurídica seconcreteen mejorestér-
cláusula abusiva puedan declarar su nulidad y, en simultáneo, integrar el contrato minos. No debe olvidarse que la mayoría de las veces la nulidad total del
contrato
con otra que sea equitativa. En segundo lugar, la norma permite el control judicial termina siendo un premio para quien eraboró un negocio cuya única finalidad
era
de aquellos contratos que previamente hayan sido aprobados por alguna autori- lucrar con el abuso.
dad oficial. El proveedor que propone un contrato abusivo no tiene como opción hacerlo
más justo. 5i el abuso no prospera la mejor opción empresaria
es retirarse del nego-
2 integración
- La cioy no hacerlo más equitativo. Los negocios abusivos se organizan sabiendo
de an-
Elart.989 del CCCIVincorpora una regla específica en los contratos de adhesión temano quesolo serán rentablessise impide que los jueces los modifiquen o los in-
y los de consumo que consideramos trascendente: la facultad de intervenir el con- tegren con estipulaciones más equitativas.
trato que contenga estipulaciones injustas. Veamos eltexto legal: "Controljudi- La intervención judicial es un riesgo enorme para los empresarios inescrupulo-

cíal de las cláusulas abusivas. La aprobación administrativa de las cláusulas gene- sos. Nuevamente acierta el profesor Kessler cuando, tantos años atrás, señalaba
ralesnoobsta asu controljudicial.Cuando eljuezdeclarala nulidad parcialdelcon- que loscontratosdesegurosson realmente íngeniososalmomento de
diseñarcláu-
trato, simultáneamente lo debe integrar, sí no puede subsistir sin comprometer su sulas cuya única finalidad es evitar la intervención jurisdiccional. Las grandes
cor-
finalidad" ao. poraciones que siempre lideran el mercado saben que el mayor riesgo que
corren
La intervención noselimita adeclararnuloalcontrato. La norma lepermitealma- sus negocios es caer en manos dejueces dispuestos a hacerjusticia. Las condenas
en
gistrado que evalúe la posibilidad de integrar elcontrato quitando la cláusula injus- los países desarrollados suelen ser contundentes y ejemplif icadoras.
ta y poniendo en su lugar otra que no lo sea. Setrata de una modificación legislativa Un abismo cultural nossepara de esas realídadesa3.
de gran importancia porque le adjudica a la buena fe contractual un carácter exor-
bitante. Como bien apunta Alterini: " En todo caso, la regla de buena fe determina 3
que losjueces resuelvan las cuestiones de nulidad total o parcial del contrato, o desu
- El control de legalidad

Finalmente, como dato alentado; el art, 989 trae otra novedad que si bien era
modificación, procurando asumir qué actitud habría adoptado un contratante de
más o menos aceptada por la jurisprudencia, ahora es incluida en la ley. Nos referi-
buena fe, en la etapa previa a la formación del contrato o en su celebración, según
mos a la facultad quetienen los jueces deexaminar la legalidad de los acuerdos que
sea el caso. Ello, aunque en la situación particular el contratante haya obrado de ma-
41.
previamente han sido visados por la respectíva autoridad de aplicación.
la fe"
De todas estas cuestiones se ocupa el art. 9g9 del ccc/V. Es, pensamos, una nor-
Ensimilarsentido, Boggianosostíeneque: "El jueztambién puedecumpliruna
ma trascendental que tendrá fuerte impacto en el ordenamiento legal, siempre y
tarea recreadora o integradora. Sideclara la nulidad parcial delcontrato, debe juz-
cuando los magistrados asuman la responsabilídad de usar lasfacultades que el le-
gar sobre su posible subsistencia para el cumplimiento de su fin. Si lo juzga insub-
gislador puso a su disposición.
sistente, juicio que puede requerir mucha prudencia, debe integrarlo creando las
cláusulas justas para la consecución delfin def contrato. He aquí una difícil función
judicial" az'
s 8. tos CoNTRATOS NO LEIDOS y t_A RESPONSABTLTDAD
Es realmente ejemplificadory justo obligar a la parte que ideó un negocio abu-
sivo a concretarlo mediante un contrato equitativo. El remedio de la integración a) Los problemas juridicos derivados de la no lectura
contractuales, además, la solución más adecuada para los usuarios que quieren cul- de los contratos
minarla relación dccon¡umo. Estc c¡ otroaspcctofundomcntaldc lo normo qucco Err lu lercera y últlma pafte de este trabajo vamos a cpmpartir algunas reflexio-
nes propias y otras tomadas del derecho norteamericano relacionadas con los con-
tratos de adhesión4.
40 Stigl¡tz, F/contra to por adhesión en el Proyecto deCódígo Civily Comerclal, en "Revista de
Derecho Privado", año2,n" 4.
41 Alterini. Easespara armarlateoría generaldelcontrato en e! derechomoderno,200g; LL, 43 Véasesupra nota 5.
On ¿¡ne, AFYDO Cl 11 42512001. M VéaseAyres, rhe no-reading problem in consumercontractlaw,paper 4872,2014, httpild¡
42 Bog gia no, Co ntratos po r a d hesí ón a con d i cio nes g e ne ra l es, Lt. ejemplar d el glSl lT . gita I co m mo ns. I aw.ya I e. ed ul fssga persl 4872, captur a: 2gl 121 17 .
76 FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESTóN 77

Hay un hecho que todos conocemos o al menos intuimos sin animarnos a decir- de cada mil personas lee los contratos. Esto
signifíca que de esos cincuenta mirusua_
lo:existe la certeza de que los contratos de adhesión no se leen. Esto significa que a rios menos de cien habían leído las condiciones
contractuales del producto que ad_
lo largode nuestrasvidasvamosa firmarcientosdecontratosdeadhesión siendo lo quiría. El dato estadístico es aún más dramático porque
no hay ninguna certeza de
más probable que pasemos la vida entera sin que leamos ninguno' que las dos personas que acceden al contrato
apietando ra tecia ,,eñter,, de su com_
En los párrafos que siguen vamos a tratar de analizar este problema y proponer putador o lean.
f

soluciones para atenuar elconflicto entre elcontrato predispuesto incomprensible Para que se
entienda bien:queda registrado ra vrsita a ra página que
contiene er
y el contrato de adhesión que no es leído por más que sea comprensible. contrato, pero ello no acredita su lectura. Lo más probabre qr. ui., personas se
llegar a"rleerro
Como hemosvisto, elart.985 delCCCNdispone que lascláusulas predispuestas en hayan limitado a revisar rápidamente el acuerdo sin
de,n.nur. ,ur-
los contratos de adhesión deban estar claramente redactadas además de ser com- tantivaas.
prensibles, completasy de fácil lectura. El legisladol con buen criterio, supone que Esta cruda realidad duprica er probrema que anarizamos
porque siempre pensa_
para un usuario medio debe ser muy difícil entender las complejidades de un con- mos, y lo seguimos haciendo, que los contratos predispuestos
son intencionalmen_
tratode seguro o un mutuo bancario plagado defórmulasfinancieras. Luego, tam- te mal redactados para evitar su comprensión. sin embargo,
nunca nos pusimos a
bién con buen criterio, asume que los contratos más comprensibles facilitan el en- pensar que por mejor redactados que tuvieran
si no se leen el resultado es exacta_
tendimiento de qu ien debe leerlos. Estas dossuposiciones son irrebatibles; perotam- mente el mismo: la desinformación del usuario.
bién son insuficientes para solucionar los verdaderos problemas que plantean los una vez planteado er probrema en términos de una díaléctica que
invorucra a
contratos de adhesión. empresarios que hacen contratos confusos y usuarios que
se n iegan a leerlos surgen
una serie de preguntas ¡ncómodas y de difícil respuesta:
a) ¿se le puede exigir a los
Veamos, primero, algunosenunciadosque no dan lugara dudas para luegoana- usuarios que lean los contratos? ó) En caso afirmativo,
lizar las cuestiones más inciertas y dilemáticas: ¿tu prla" responsabili_ t,
zardelosriesgosasociadosnoleerloscontratosquefirmanl
cjsinoseotligaalos
a) Los contratos de adhesión en general describen operatorias técnicas muy usuarios a leer los contratos y no se los responsabiliza por
la omisión de su lectura,
complejas para los usuarios. ¿qué sentido tiene oblig_ar a los proveedores a que redacten contratos comprensi-
b) La mayoría de las veces los contratos de adhesión están redactados de tal for- blesydefácillectura? d)¿Essuficienteconpostllarlavutnerabil¡OaJáeiseaoroe
ma que incrementan las dificultades para entenderlos. los usuarios y consumidores para liberarlos de toda responsabilidad
en las relacio-
nes de consumo?
d Loscontratos másclarosy mejor redactadosfacilitan su lecturaycomprensión.
Para estos interrogantes apenastenemos algunas
respuestas vacilantes. No obs-
tante, nos parece que vare ra pena pensar soruciones para estos
Todas estas formulaciones son ciertas, pero solo se refieren a una parte del pro- diremas porque ros
contratos de adhesión no van a retroceder y ros usuarios no
blema. En efecto, ellas aluden a las exigencias que deben cumplir los empresarios van a reerros.
Este primerdiagnóstico pesimista nos permiteanticiparuna
con relación a la forma en que deben redactar los contratos. 5in embargo, el hecho conclusión proviso-
ria. No se puede tolerar que los contratos sean deliberadamente
de redactar un contrato en forma clara y comprensible no garantiza que sea leído incomprensibles,
perotampocoque losadherentesasuman obligacionescomosielacuerdo
por los eventuales adherentes. Por el contrario, la data disponible informa que por no lastu-
viera o ellas no fueran exigibles. Es importante no perderdevista que
más claro que sean los contratos no los lee nadie. los contratos,
incluso los de consumo, son obligatorios y exigibres por
Los contratos de adhesión, entonces, presentan dos problemas serios por más más que los proveedores
asuman una responsabilidad mayor.
que siempre se acentúe uno y se disimule el otro. Primero: su redacción es incom-
presible. Segurtdo: nádle los lee. Esto slgnlflca que estamos frente a una situaciÚn
compleja que involucra a los estiptrlantes del negocio ytamhién a stls adherentes.

45
b) ¿Los contratos que no se leen, .. ,olnonestudytrackingthe!nternetbrowsing
line software
betnviorof 45,091 hauseholdsonsixty-sixon-
sites, Yannis Bakos, Florencia
Marottá-wurgter; and David Trossinliitn'd that,only
no son obligatorios? oneortwa autofeverythousand retail softuvareshopperíchooses to
accessthe-lkeÁirigruu^"r¿
and thosefewthatdo spend too titttet¡me, on average,
Según una muestra analizada por Ayres que íncluyó a cincuenta mil personas to have read morethan a smallportion of
thel¡censetext>(Ayres,The no-reading probrem inroÁrrrurrontrrctraw,paper4g72,2014,
que realizaron compras on /lne en setenta sitios de lnternet distintos solo una o dos http:rt
d i g ita I com mons. lawya I e. e d ul fss_pa persl4|T 2, captura: 28/ 2t
1 17, p. 547).
78 FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESTóN 79

c) <La obligación de informart vs' <La omisíón de informarsen nizarlastensiones entre los proveedoresque hacen contratosdeliberadamentecon_
fusos y los adherentes demasiado apáticos frente
El título anuncia una aporía difícil de vencer porque formula la imposibilidad a ras obrigacion.,lr"
u n poco antes dijimos que se podÍa imponera ros conrur]dor.r,
rrrr.n.
(aparente)dehacercompatible eldeberde informardelestipulante decontratocon .
rigurosa o más protectoria con relación a las obligaciones que
na posición más
la negativa a informarse deladherente. En principio, ambastendenciasse repelen y urrr.n.rsuscribir
un contrato de adhesión. Veamos algunas variantes.
no pueden subsistir simultáneamente.
Esta incompatibilidad entre dos enunciados que son ciertos hace necesario que
1 posiciones
se asuma una posición más flexible o más rigida en favor o en contra de quien in- -
forma y/o de quien debe informarse. Dicho de otro modo; para romper la paradoja I posiciónclásica
-
hay dos alternativas: o se responsabiliza al predisponente por la no lectura de los En primer luga4 puedealentarse ra tesis quesostiene que
estos contratos no de_
contratos, o se obliga a los adherentes a que asuman los riesgos de no leerlos. jan de seracuerdos libremente aceptados poreladher.ni.
pleno ejercicio de su
Sin embargo, somos conscientes de que la elección de una u otra opción deja una discernimiento, su intención ysu compreta ríbertad (art.260,"n
cccff).
laguna de injusticias demasiado grande. Es necesario encontrar fórmulas que ha- El resultado de esta posición imprica que ros contratos
gan compatible la información que deben contener los contratos con la tendencia .
demuestre el engaño deríberado o ra coacción extrema
de adhesión, sarvo que se
de parte der proveedor, se
tan firmea no leerlos. ¿Es posibleencontrar un puntodeequilibrio razonable entre presumen leídos, entendidos y aceptados por
el adherente. esta solución, en prin_
ambas posturas? cipio, pareceserla que adopta buena parte de ra doctrina y jurisprudencia
Creemos que sí. Por más difícil que parezca, las dos posiciones pueden convivir
ra norte-
americana46.
sin mayores dificultades obligando a los estipulantes a mejorar la técnica contrac- punto más débilde esta posición es que al parecer
El
no comprende, o directa-
tual y a los usuarios que realicen consumos responsables. Esto implica que los con- mente rechaza, la ídea de que no es condición necesaria, para
eldebilitamíento de
tratos de adhesión deben ser más comprensibles y que los usuarios asumen el ries- lavoluntad indívidual, la existencia de "engañodeliberado,,
o de una,,coacción ex_
go de adherirse a un contrato que no leen. Pero, claro, eso no implica que las estipu- trema". Losfactores que determinan el pensamientoyel obrar humanoson mucho
laciones abusivas sean exigibles porque ellas son nulas por más que el contrato sea más sofisticados que lo que pretende esta posición.
claro y que no haya sido leído. Dicho de otra manera: ni la redacción clara ni la falta Elprofesory Premio Nobelde Economía KahnemanaT, a quien
citaremos másde
de lectura subsana el vicio de una cláusu la abusiva. En sumario, el adherente asume una vez a lo largo de este trabajo, enseña que el pensamiento
humano depende,
los riesgos de contratar un servicio o adquirir un producto sin leer sus limitaciones,
pero no carga con la obligación de aceptar condiciones abusivas.

46 El Restatement (Second) of Contracts, Section 2 t l,


d) La buena fe y el abuso de derecho en los contratos de adhesión I 9g1, admite esta solución cuando, a I
regularsobrecontratospredispuestosdice: "cuandoeladherenteauncontratopredispuestofir-
Entendemos que es posible lograr que los contratos de adhesión sean más com- mó o de cualquier modo prestó consent¡m¡ento ar acuerdo,
entiende, de buena f., qra .r. aontru-
prensibles y que los adherentes estén mejor informados. Sin embargo, para lograr toessimilar a otros ya utilizados de manera frecuente y regulai. por
Es ello que el aot erente queoa
sujeto a todos los términos incluso queda obligado al cumplimiento
ese objetivo debe ponerse mayor atención en las expectativas razonables que un de aqLellas cláusulas que no
leyó, no comprendió al prestar su consentimiento, aqueilos puntos
producto genera en las personas que lo van a adquirir. que nó hubiur. tuJoo o no t,r-
biera comprendido cabalmente ras estipuraciones predispuestas
por el estipulante ...,,---(... stan-
El debate de los contratos de adhesión, en def initiva, debe girar en torno a las ex- dardized Agreements: (1) Exceptas stated in subsection'(3), where
a partyto a,niqiieement s¡qns
pectativas razonables de los adherentes, la buena fe de amboscontratantesyel abu- u ullrcrwlse manifesls ¿ssentto a wrtttng and has reasonto believethat tke writinl,gsare
regularly
so de derecho. Aún antes de adquirir un producto normalmente se tiene una idea usedto enbodytermsofaqreemenfsofthesame typp, headaptsthewr¡t¡ng
dsan iitigrated agre-
más o menos aproximada y más o menos distorsionada de lo que van a adquirir. Es ement with respect fo the teffns included inthe wrítíng. (2)
such a writingís íntcrprcied wherever
reasonable as treating alike all those similarly situated, without
fundamental investigar qué idea tienen los usuarios de un determinado producto regard ío their inoilrdgu o, un-
dentandlng af lha standard terms of thc writing. (3) where lhe t¡itrcr party
antes de adquirirlo. De hecho, todas las grandes empresas saben muy bien qué bus- has reason to believe
that.tlrc partymanlfestittgsuchassentwould noidosoif he knewthatthewr¡t¡ng
clientela. contained a par-
ca su t¡cular term, theterm ¡s not parl<t{ the agreementr_.
En los contratos de adhesión, cuyo protagonismo en la actualidad es casi exclu- 47 Daniel Kahneman (TelAviv lsrael, 5 de marzo
de 1934) es un psicólogo de nacionalidades
yente, la buena fe y el abuso de derecho van a ser piezas indispensables para armo- estadounidense e israelí. En 2002, juntamente con Vernon Smith,
fue laureado con el premio del
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
BO 81

dotodosu conocimientoaplicado (sistema 2),sabiendoquesus productosserán


pordecirlodealguna manera que resultesencilla, dedossistemasen elque unoapa- ad-
quiridos porsujetos dominados por las intuiciones, más o menos acertadas, que
i....oto más intuitivo y automático y el otro más racionaly reflexivo. Así, Kahne- brinda el Sistema 1 del pensamiento.
les
por
man señala que: "Durante décadas, los psicólogos han mostrado gran interés
y automática, con poco o nin- Lasventajas dequien opera la realidad con conocimientodecausa frentea quien
dos modos (...) El sistema 1 opera de manera rápida
lo hace movido por intuiciones automáticas no requiere mayores explicaciones.
gún esfuerzo y sin sensación de control voluntario. El Sistema 2 centra la atención He
ahíelorigen de lasasimetríascognitivas queseparan proveedores deconsumido-
én lasactividadesmentalesesforzadasquelo demandan, incluidos loscálculoscom- a
res. También sirve para mostrar la insuficiencia de la teoría de los actos voluntarios
plejos. Lasoperaciones delsistema 2 están a menudo asociadas a la experiencia sub-
para explicar las nuevasformasde contratación quevinieron de la mano
jetiva de actuar, elegir y concentrarse" 48. delconsu-
mo masivo de bienes y servicios. Dicho de otro modo: vivimos, distraídamente,
Va de suyo que el discernimiento, la intención y la libertad a que refiere la nor- ha-
ciendo negocios jurídicos con proveedores que aprovechan cada una de nuestras
ma de nuestro CCCNque define alactovoluntario está necesariamente asociada al
distracciones. Ellos lucran con elcálculo racionaly nosotros tributamos a esa renta
Sistema 2 de la teoría de Kahneman porque comprender un dif ícil contrato reple-
con los errores de nuestra intuicións0.
to de estipulaciones predispuestas no es una tarea que pueda llevar adelante efi-
cazmente el Sistema 1 basado en intuiciones automáticas e irreflexivas' "En el ca-
so improbable de que se hiciera una película sobre este libro, el Sistema 2 sería un ll
- Posicióntutelar
personaje secundario que se cree protagonista, El rasgo que define al Sistema 2 en una segunda posición, más moderada ytu¡tiva que la anteriol; sostieneque para
esta historia es que sus operaciones requieren esfuerzo, y unas de sus característi- ser exigíbles los contratos de adhesión deben ser claros, comprensibles y de fácil lec-
cas principales es la pereza, una renuencia a invertir más esfuerzo del estrictamen- tura. Esta solucíón es la que parece seguir nuestro código civily comercial en el art.
te necesario. En consecuencia, los pensamientosy las acciones que el Sistema 2 cree 985 cuando establece que: "Las cláusulas generales predispuestas deben ser com-
que ha elegido son a menudo guiados por la figura centralde la historia, que es el p rensi bl es y a utosuf i ci e ntes.
Sistema 1" 49. redacción debe ser clara, completa yfácilmente legible ...',.
La
pensamiento de Kahneman sugiere que la gran mayoría de las ac-
En síntesis, el En la primera versión se presume la comprensión general del acuerdo suscripto
ciones que realizamos durante el día se fundan en decisiones apresuradas
(auto-
o consentido poreladherente. En ese asentimiento de buena fe reposa la exigibili-
máticas) que emite el denominado Sistema 1' dad delcontrato. En la segunda concepción, la mirada está puesta en la obligáción
En ese orden de ideas, nos permitimos pensar que el acto de consumir un deter- delestipulante de hacer un contrato comprensible: la exigibilidad del acuerdo está
minado bien o servicio depende mucho más de nuestra percepción intuitiva (Siste- subordinada al cumplimiento de esa obligación.
ma 1) que de la información estadística (Sistema 2) que sobre ese producto posee- Como puede advertirse, en ambos casos el contrato solo será exigible sifue cele-
mos. No hacefalte decir que la mayoría de lasveces compramos cosassin tener más brado de buena fe y no contiene estipulaciones abusivas. Las dos posturas conclu-
información que la que recibimos en publicidades. yen en un mismo punto: la buena fe de los contratantes y el abuso de derecho. sín
No pretendemos, por supuesto, hacer una descripción del funcionamiento psi- embargo, ese punto de encuentro no alcanza para esclarecer las dos cuestiones más
cológico del pensamiento humano, sinotan solo advertirsobre una conclusión ine- importantes; a saber: a) cuándo un contrato será lo suficientemente claro para ser
vitable: los proveedores profesionales de bienes y servicios, que generalmente son exigible; b) cómo hacer que sea comprensible un conüato que no se lee.
grandes empresas transnacionales, planif ican sus estrategias comerciales utilizan- Es que, tanto la presunción de que el contrato predispuesto por el estipulante
es
comprensible como aquella quesupone que es entendido poreladherente implican

Banco de 5uecia en Ciencias Económicas en memoria de Al[red Nobel por haber integrado aspec'
tos de la investigación psicológica en la ciencia económica, especialmente en lo que respecta aljui-
cio humano y la toma de decisiones bajo incertidumbre. Es llamativo que Kahneman ganara este 50 " como el sistema 1 opera a utomáticamente, y no puede ser desconectado a voluntad,
los
premio siendo psicólogo de profesión, por lo que erróneamente en algunasfucntcsse le cita como errores del pensamiento intuitivo sotr tnuchas veccs dif fciles de prevenir (...) Cuando existen incli-
economista (iue nIe: https:lles.wikipedia.orglwíkilDaniel-Kahneman, captura: 23l9/18). cios de errores probables, estos solo pueden prevenirse con un control reforzado y una actividad
más intensa del Sistema 2. 5in embargo, adoptar como norma de vida la vigilancia continua no es
48 Kahneman, Pen sar rápído, pensar despaclo, 20 1 8. p. 35. necesariamente bueno, y además es impracticable" (Kahneman , pensar rápido, pensar despacio,
4e Kahneman. Pen sar rápido, pensar despacio,2018, p.48' 2018, ps.44y 45).
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIóN
82 B3

dero- da virtud, el exceso la priva de sus beneficios y la transforma en su opuesto;


otra presunción adicionalsin la cualellas mismas quedarían irrevocablemente así, es
efectivamente le- frecuente que un exceso de optimismo nos vuelva ingenuos. En muchos sentidos,
gadas;setrata de la presunción de que elcontrato de adhesión es el
comprensi- consumidor de bienes y servicios de nuestros días es un sujeto crédulo a merced
áo por los adherentes. Después detodo, se exige que los contratossean de
presunción de lec- quien explota esa confianza.
bles para que puedan ser leídosy comprendidos. sin embargo, la
rigor comomuyacertadamenteseñala Kahneman: "cuando losfactores emociona-
tura no estal, sino que más bien setrata de una ficción porquetodossaben, con
leen. Nadie los lee' Y por más presunciones lega- les, cognitivosysocialesqueapoyan eloptimismo exageradoconstituyen juntos un
estadístico, que los contratos no se
contrato que no se lee. Dicho de otro brebaje embriagador, en ocasiones inducen a los individuos a asumir riesgos que
les que existan, es imposible comprender un
evitarían si conociesen las probabilidades', 51.
modo: la presunción de lectura es peligrosamente falsa'
los riesgos como bien señala Ayres, se debe ponerel mayor esfuerzo en que los usuarios se-
No participamos de la visión que pone en cabeza del adherente todos
justificar que nunca nadie pan que sus expectativas frente al producto son exageradamente optimistas52.
de no leer los contratos. No obstante, tampoco se puede El
equilibrio contractualde nuestros días consiste en disminuir la brecha que separa
lea ningún contrato.
lasexpectativasoptimistasde las limitaciones realesque los adherentestienen fren-
Elpunto de encuentro noes la utópica lectura de un contrato interminable sino
la

del producto. Y quizás en este punto nos acerque- te a fos productos que adquieren.
comprensión de las limitaciones
que el adherente Estudios muy avanzados y profundos que provienen del campo de la filosofía y
mos un poco más a la primera concepción. Veamos. En la medida
al producto (o servicio) que adquiere el con- la psicología le asignan al optimismo un rol central en el desarrollo del capitalismo
tenga un nivel de expectativas acordes
posición más débildeladherente' ytambién en la capacidad para que los indíviduos sean más felices en sus vidas53.
trató puedeexigirse sin lastimar la buenafe o la
un programa de con- Desde luego, compartimos la ídeacomúndequeeloptimismo esun don yuna vir-
Es necesario volver a pensaralcontratoyexaminarlo como
un tud que mejora la vida de las personas; ello, siempre y cuando esa confianza que ge-
ductas futuras en el cual una parte promete dar o hacer algo a cambio de recibir
nera la aptitud optimista no termine convirtiéndose en una oscura cortina o un ele-
precio u otra prestación a cambio. Ese pacto de intercambios siempre implica una
vado muro que nos impida ver la realidadsa. No debemos pasar por alto que gran
proyección hacia elfuturo en tanto alguien asume una obligación, pero gana el de-
parte del éxito de la comercialización de nuestros días depende de la mayor habili-
iecho de exigiI en elfuturo, elcumplimientovoluntario oforzado de la contrapres-
dad que losproveedorestienen de explotarnuestrooptimismo hasta elpuntode ha-
tación pactada.
porvenir y cargar con sus cernos perderla noción de lo real. Eloptimismo juega un rolcentralpara la construc-
El acto de contratar lleva implícita la idea de asumir el
posterioridad es una llanura pobla- ción de felicidad, pero su exceso nos vuelve ingenuos y, portanto, vulnerables.
riesgos porque en elfuturo no hay certezas. La
da por expectativaS que son esperanzadoraS, tristes, alegres, reconfOrtantes, deso-

ladbraso exultantes. Elfuturose nos presenta como una simultaneidad deemocio-


nes contrapuestas porque en materia de expectativas hay
para todos los gustos' No s1 Ka hneman , Pensar rápído, pensar despacio, 201 g, p. 345.
obstante, para no alejarnos demasiado del tema adelantamos una conclusión aun
il
:i 52 " Hemos encontrado estas características en la frase 'términos optim istas', q ue
sabiendo que no solamente es prematura sino insuf iciente: la clave de los contratos
se da cua n-
do los consumidores tienen expectativas de que el producto sea de una me¡or caiidad que la que
y
son las expectativas de los contratantes, las incertidumbres de las promesas los realmente tiene" (Ayres, The no-reading problem in consumer contract law, paper 4g72,2014,
riesgos de que ellas no se cumplan o, peor; que al cumplirse causen decepción. httpild¡g¡talcommons.law.yale.edulfssgapersl4gT2, captura:28/12/17, p.551).
s3 " Los optimistas son normalmente a legres y fel ices y, por ende, populares; se recu peran de
los fracasos y las penurias, las posibilidades de que caigan en una
2 ¿Cómo equilibrar las obligaciones del estipulante depresión son reducidas, su siste-
- m¡ innrulLit¿tiu us rttús fuet [e, culdan más de su sálud, se sienten rnás sanos que otros, y de hecho la
con los deberes del adherente?
longevidad es nlás probable en ellos. Un estudio sobre personas que exageraban con los años que
t EI optimismo es un arma de doble filo esperaban vivir hasta más allá de los cálculos actuariales, demostró quetrabajaban más horas, eran
- más opt¡mistas respecto a sus f uturos ingresos. y que era más probable que volvieran a casarse
des-
5in mayores reparos podríamosaf irmarque eloptimismo es unatendencia indi- pués de un divorcio (el clásico triunfo cle la esperanza sobre la experienria)" (Kahneman, pcnrarri.
vidual, que cada sujeto desarrolla en distinta intensidad, a ver los aspectos rrtás po- pido, pe nsa r d espacio, 20 I 8, p. 334).
sitivos y convenientes de las cosas y de los acontecimientos que se nos presentan' s4 " Por supuesto, el don del optimismo solo se ofrece a individuos levemente predispuestos y
Tampoio escontrovertidosostenerqueel optimismoes una condiciÓn quedebeser capacesdeacentuar lo positivosin perderelsentido de la realidad" (Kahneman, pe nsarrápido, pen-
incluida entre los aspectos más positivos de la personalidad. Sin embargo, como to- sar despacio, 201 8, p. 335).
FERNANDO E. SHINA I-OS CONTRATOS DE ADHESIÓN
84 85

El pensador y psicólogo Daniel Kahneman, antes citado, desarrolló estas ideas el fondosaben que una vez que han logradocrear "confianza" yexpectat¡vas en sus

en forma muy completa y sistemática. Explica cómo el optimismo nos puede hacer productos casi ninguna información racional podrá revertirlasT.
perder sentido de lo real hasta el punto de arruinar la posibilidad de que elabore- Es preciso, entonces, que los hombres de derecho comencemos a pensar
en un
mos decisiones corectas: "En Estados Unidos, las posibilidades de que un peque- deberde información quesea sustancialmente distinto alque conocemos y que ha
ño negocio sobreviva a los cinco años son de un 35 por ciento. Pero los individuos dado tan magros resultados. La informacíón debe consístir en la obligación de cre-
que montan tales negocios no creen que las estadísticas se puedan aplicar a ellos' arydesarrollaren losusuariosexpectativasacordescon la realidad del producto. De
Un estudio concluyó que los empresarios estadounidenses tienden a creer que la nada sirve informar que un reloj es apenas resistente al agua, si previamente dif un-
marcha de su negocio es prometedora (...) Por lo menos el 81 por ciento de los em- dimos la imagen de un joven atlético buceando las profundas transparencias del
presarios estimaban que sus probabilidadesdeéxitoen 7 de 10 o incluso más, yel33 mar delCaribe. lnformar no es divulgardatos sino crear expectativas razonables sin
ss.
por ciento de ellos sostenían que la probabilidad de fracasarera cero" abusar nimanipularla confianza. Esdecir, más que hacer hincapié en el deberde in-
Veamos un ejemplo de cómo esta actitud, excesivamente optimista, actúa en el formación hay que poner el acento en exigirles buena fe a las partes que integran
mismosentido en casos concretos e individuales. Eloptimismo desmedido es una de el binomio contractual de proveedores y usuariosss.
las claves de la contratación abusiva en el ámbito específico del derecho delconsu- Esto nos lleva a pensarque la información, como obligación primaria de los pro-
midor. Para quien compra un reloj no es tan importante leer un interminable con- veedores, debe consistir no solamente en poner a disposición los datos estadísticos
trato como sí lo es saber y entender que la leyenda "resistente al agua" no significa y esenciales de un producto, sino que debe incluir la obligación de crear expectati-
queelrelojseaaptopara bucearyespiar-aescondidas-a la magnífica ballenaAus- vasyconfianza acorde con la realidad de los bienesyservicios que se ofrecen.
tral en aguas de Puerto Madryn, sino que debe conformarse con pasar airoso un De nada sirve informar las limitaciones de un producto si previamente permiti-
aguacero del ínsoportable verano de Buenos Aires. mos manipular la confianza quesetieneen ese bien. La información correcta se con-
Sin embargo, los estudios específ ¡cos sobre este tema revelan que esa sensación vierte entonces, en una trampa que nos puede hacer pensar que los proveedores
de confianza, que a menudo resulta excesiva y perjudicial, es estructural en la per- cumplen con su obligación altiempo que síguen desarrollando una manipulación
sonalidad humana. Unavezqueese indefiniblesentimientodeconfianza sehacon- silenciosa y legalmente consentida.
solidado en las estructuras conscientes e inconscientes del sujeto es prácticamente
imposiblede modificar. Es decir:la confianza elaborada porelsujeto no puede mo- Ill La buena fe en los tiempos de la revolución informática
-
dif icarseporelsimplehechodellenarlocon másinformación quecontradiga lostér- Las tensiones señaladas en el apartado que antecede solo podrán aliviarse reva-
minos de su confianza.
lorizando a losviejos principios generales delderecho porque no hay revolución, ni
Kahneman explica este punto con bastante precisiÓn: "El principalobstáculo es
que la confianza subjetiva viene determinada por la coherencia de la historia que
uno ha construido, no por la calidad y la cantidad de la información en que se sus-
tenta" 56, 57 "¿Puede el optimismo que resulta del exceso de conf ianza ser superado mediante ejerci-
cios? En esto no soy opt¡mista. Ha habido numerosos intentos de enseña r a suspender la confianza
tl Lastrampas de Ia información que no informa nada en intervalos en los que, con solo unos pocos informes de fuentes modestas, quedase reflejada la
- imprecisión desus juicios (...) elexcesode confianza fue mitigado (pero no eliminado) animando a
En estepunto, y a modo de conclusión preliminar (nada optimista) podríamos quienes juzgaban sobre algo a considerar hipótesis alternatlvas. Sin embargo, el exceso de con-
aseverar que la mayor información sobre un producto determinado no altera, en fianza es una consecuencia directa de aspectos del Sistema 1, el cual puede ser domado, pero no de-
prlnclpio, la confianza (nlucllas veces ir rgetrua) que los consumidores depositan en rrotado" (Kahnettlan, Penia/rap do, pensar despaclo. 20,l8, p. 345).
la raliclad (supr¡esta)de los productos que las grandes marcas lesvenden. 58 " La cantidad de evidenciacualidad no sirycn clc nrucho, purstu que cur r ur ru evidel rcia
y su
Nospermitimos una segunda conclusión todavía menos optimista que la ante- pobrc sc pucde constr(Jir t¡nA buena
historia. Para algrrnas de nr teslras (reenr:ias rrrás irnportantcl
rior: pormásque los proveedoresseesfuercen ysimulen darmucha información, en no tenemos la menor evidencia fuera de que las personas a las que queremos y en las que confía-
mos mantengan esas creencias. Si tenemos en cuenta lo poco que sabemos, la confianza que tene-
mos en nuestras creencias resulta absurda, y csto cs lo cscncial" (Kahneman, pensa r rápido, pensar
despacio,2018,p.274). Llevada esta reflexión al campo del derecho del consumidori esfácil obser-
ss Kahneman, Pen sar rápido, pensar despaclo, 20 1 8, p. 336. var que la confianza que tenemos en la veracidad de las publicidades con las que se promocionan
s6 Kahneman, Pen sar rápido, pensar despacío,2018, p. 346. los productos es absurda y, sin embargo, es casi imposible de atenuar.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIóN
B6 87

sangrienta nitecnológica, que haya podido relegara los principios esencialescomo amplias que el deber de consejo que es mucho más individuarizado,
para er consu-
lo son la eguida d,la buena fe y elabuso de/ derecho. A ellos debemos recurrir nue-
midoren especial(...)en erdeberde consejo setiene que hacer
un anilisis más par-
vamente para evitar que se disimule, con información que hasta puede sercíerta, la ticularizado para el consumidor puntuar y concreto, respecto
si dicho producto o
manipulación de la confianza. Es posible, en simultáneo, informarcorrectamentey servicio va a servir para cumplir con las expectativas razonables
objetivás que pue-
manipular la conf ianza de toda una sociedad de consumo. La buena fe exigible de- de derivarse de dicha relación de consumo,,60.

berá tener en cuenta no solamente la información proporcionada, sino que la cre- No sería dificultoso obligar a los proveedores a que comuniquen
aquellos cono_
ación de expectativas no sea excesiva y, finalmente, perjudicial para los consumi- cimientos que, aun siendo informales, empíricos o estadísticos.
adviertan sobre si_
dores. tuacíones que puedan afectar el uso y/o goce del producto y/o
el servicio. La infor-
La buena fe, como categoría jurídica y como principio general del derecho, no mación debería asumir, comosugieresobrino, elpapeldelcónsejofrancoqueelex-
requiere que los adherentes lean contratos que difícilmente puedan entender ni perto ledebe ofreceralprofano para evitarqueestetropiece
con los obstáculos que
que los proveedores se esfuercen en hacer fácil lo que es difícil con el riesgo de caer elprimero conoce de antemano.
en insuf iciencias técnicas. Pero esa misma buena fe exige quetanto los estipulantes deber de informar no se satisface juntando toneladas de palabras
El
en un con-
como losadherentesde loscontratosdeadhesión asuman obligacionesyquese ha- trato;la información útilseasemeja alconsejo que elsujeto que
mássabe está obli_
gan cargo de su incumplimiento. La buena fe del estipulante se debe manifestar gado a compartir con quien lo necesita; y esta obligación
d" consejo lo hace res-
principalmente en la etapa previa a la concreción delcontrato;almomento de reci- ponsable de su ocultamiento,
birel asentimientodel adherente el proveedordebeofrecer(siendo esta una desus Muchas veces los contratos incluyen cuestiones que dificultan
su redacción clara
obligaciones principales) la información necesaria y eficiente para prevenir situa- ysu lectura fluída; sin embargo, ello no debería ser un obstáculo para
que los usua-
ciones lesivas. La información debe cumplir elobjetivofinalde prevenir daños. Co- rios sepan cuáles son las limitaciones reales que el producto
tiene con relac¡ón a sus
mo dice De Lorenzo: " En materia de manifestación de la voluntad o acto jurídiccl, el expectativas más optimistas. La dificultad técnica no impide que los
contratos sean
nuevo Cód¡go mira a prevenir las causas que conducen alvicio del consentimiento. claros a la hora de advertir las limitaciones del producto. Todos
los proveedores sa-
Por eso regula el error reconocible, la transparencia, las cargas de información, pu- ben cuáles son los puntos dudosos de un producto y cómo actúan
ias expectativas
blicidad, cargas de comunicación y, por ejemplo, en el contrato de f ranchising (art. optimistas en la conciencia desus clientes. sin embargo, ló cierto., qu.
tr.rpru-
1514)se encarga de aconsejar a la parte débilsobre las bondades económicas y fi- sarios especulan con ese optimismo irracional y lejos de intentar
ailacarlo lo ali-
¡l
nancieras del contrato" 59. mentan con publicidades tan inverosÍm íles como atractivas.
El ejemplo del contrato de franchising señalado por De Lorenzo es de notable Para combatir este problema la doctrina anglosajona ha desarrollado
una teo-
utilidad para elpunto quetratamos. En efecto, elart.l5l4delCCCNestableceen su ría queestablece un juego de presunciones para equilibrar
lasobligacionesdelpro-
inc.b)queunasdelasobligacionesprincipalesdelfranquicianteconsisteen:"... Co- veedor(redactarcontratos comprensibles) con losdeberes de loscónsumidores (le-
municar alfranquiciado el coniunto de conocim¡entostécnicos, aun cuando no es- er loscontratoso asumirlos riesgosde no leerlos).AsL lostribunales
de Estados Uni-
tén patentados, derivados de la experiencia delfranquiciante y comprobados por dos de América, desdefinales delsigroXlX, sostienen la doctrina
del
,,deber
de lec-
este como aptos para producír los efectos del sistema franquiciado". Esta situación tura de los contratos" (The dutyto read,)según la cual los proveedores tíenen
el de-
que la ley contempla para regular las relaciones contractuales entre franquiciante ber de redactar contratos claros y los usuarios la obligación de leerlos
o asumir los
y franquiciado perfectamente puede ser aplicada a los contratos de adhesión. riesgos de su omísión.
Porsu parteyen la misma dirección;Sobrino nos regala una sutileza propia desu
Algunos fallos explican esta dinámica en forma tajante:
pensamiento lúrcido alhacer Lln distingoentre las norinnes de informaryaconsejar.
Así, elimparjurista de 5an lsidrosostiene que la obligación de informar es genérica En "Lewis v. Grcat western Railway" ('1960)6r, el nlaqistrado que
intervino dijo
mientras que el deber de aconsejar es puntual y focalizado sobre cuestiones con- que era absurdo sostener que un contrato, que es un documento
solemne y libre-
cretas: "Yahemosanalizadoqueel deberdeinformacióntienecaracterísticasmás

60 Sobrino, Seguro sy et Código Civil y Comercial,201 B. t. 1, p. 51 3


59
De Lorenzo, EIcódigo de la prevención,ll, ejemplar del 816116; LL, On Line, APlDOCl3B6l "Lewisv.Greatw.Ry.",(1860)157Eng.Rep. 1427(L.R.Exch.)1430(Bramwelr,B.);5H.&N
201 6
-_-tl
867,874.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
88 89

mente firmado no genere ninguna obligación para una de las partes. Quien suscri- finalmente, eldilema quesubyace:¿cómo equilibrar la seguridad jurídi-
Eseste,

be un contrato asume obligaciones; el asentimiento del contrato implica la subor- equidad en las relaciones contractuales? La dificultad consiste en no arrui-
ca con la

dinación del contratante a los términos del contrato, no siendo admisible que un nar la seguridad jurídica, permitiendo que la no lectura de loscontratos los prive
de
contratante alegue no estarobligado porque no lo leyÓ elcontrato62. su obligatoriedad, y en no burlar la equidad, haciendo que sean exigibles
aquellos
Probablemente, en losdíasde "Lewisv. GreatWestern Railway" loscontratosfue- contratos tan incomprensibles como injustos.
ran menos complejos o los principios contractuales más rígidos o las relaciones de Pormás que la jurisprudencia norteamericana haya evolucionadoyse hayan ate-
consumo menos importarltes, o que los pasajeros de tranvías fueran mejores lecto- nuado algunos criterios, la doctrina del "deberde lectura" no puede superar las du-
res o las compañías ferroviarias más impunes. Lo más probable es que sucediera un das que genera. En particular, no puede dar por cierto que quien compra
poco de todas estas cosas. Sin embargo, por el motivo que fuera, este criter¡o se fue ejemplo- un teléfono celular en una tienda pueda realmente leer ese contrato en -por
atenuando con el correr dél siglo XX. los pocos minutos que pasa en la tienda antes de pagarlo. Lo cierto es que los con-
En "McKenna v. Metropolitan Life lnsurance" (2005)63,|a doctrina del "deberde tratos nose leen nisiquiera cuandosetiene la oportunidad realde leerlosy, portan-
lectura" encuentra un equilibro más equitativo. En este asunto se establece que los to, menosse leerán cuandoesa oportunidad está disminuida porcircunstanciascon-
contratos escritos son obligatorios y exigibles siempre y cuando el usuario haya te- cretas.
nido oportunidad real de leerlo antes de su firma. De esta forma, la doctrina en-
cuentra un nuevo piso:se obliga al adherente solamente situvo oportunidad real 3
- Los diagnósticos correctosylas posiblessoluciones
de leer el contrato antes de perfeccionarlo.
El problema derivado de la no lectura de los contratos sigue vigente. sin embar-
En verdad, se trata de presumir legalmente que aquel que efectivamente pudo
go, ya hemosasumido una parteimportantedelproblema yello quizás nosacerque
leer el contrato antes de firmarlo lo ha entendido cabalmente y, por tanto, queda un poco más a una solución equilibrada.
obligado a sustérminos. La presunción legal, desde luego, admite la demostración
del fraude o engaño del predisponente. Para entender el universo en el que se desarrollan los contratos de adhesión se
Según Ayres, seconstituye un nuevo punto departida para lograrequilibriosque debe partir de las siguientes premisas fácticas:
mantengan la seguridad jUrídica deltráficode riqueza sin lastimar la equidad en las
relaciones jurídicas, sobre todo las de consumo64.
1. Los contratos no se leen.

2. Los contratos son obligatorios y no pueden perder esa condición por el he-
cho de que los adherentes no los lean.
62 "Sería absurdo decir que un contrato, que en parte está manuscrito y que está firmado por 3. No se pueden permitir las cláusulas abusivas, pero tampoco se puede deso-
el contratante, no es obligatorio para é1. Quien firma esta clase de documentos sabe que la suscrip- bligar completamente a los adherentes de sus deberes básicos.
ción tiene consecuencias y que debe cumplir las condiciones allí pactadas. Esto no quiere decir que
no haya casos en los cuales, aún luego de haberse firmado el contrato, la parte no pueda decir que 4. Los adherentes tienen expectativas optimistasfrente a los productos que
no ha comprendidosustérminoso que este carecía de importante información. Empero, en la me- adquieren en el mercado.
dida que el contratante no acredite que ha sido engañado no puede alegar que no comprendió el
contrato" (Ayres,The no-reading problem inconsumercontractlaw,Paper 4872,2014,httptldigi- 5. Las expectativas optimistas, aunque sean falsas, aumentan la demanda del
talcommons.law.ya I e.e d ulfsspapersl 487 2, captur a: 281 121 17, p. 549). producto y tienden a conservar el precio alto o lncluso aumentarlo. El sec-
63 "McKenna v. Metropolitan Life lnsura nce Co. ", 126 F. App'x 571 , 574 (3d Cir. 2005). torde la producción de bienesyserviciosse beneficía con la percepción op-
64 timista quc sus productos logran.
"La ley soluciona el problema de la no-lectura de los contratos aplicando la doctrina de la
presunción de lectura de los r:onfratos. Segrin esfa dnctrina las partes están obligadas al cumpli- 6' Por cl contrario, las expectativas pesinristas aclral.¿rr la denlanda del pro-
miento de las estipulacionescontractuales qr¡etuvieron oportunidad de leerantes defirmarel con-
ductoy hacen caersu precio.
trato. Esta regla legal crea una presunción legal, que puede ser desvirtuada si se acredita la exis-
tencia de un fraude, de que el adherente entendió y consintió los términos del contrato. Esta pre- 7 . El optimismo de los adherentes estimula la redacción de contratos oscuros
sunción legal siempre ha sido Justificada alegándose que ella es necesaria para que los contratos que esconden las limitacioncs dcl producto. El contrato, entonces, no es
funcionen en forma eficiente y equitativa" (Ayres,The no-reading problem in consumer contract
abusivo por la inclusién de una cláusula sino porque incrementa ras expec-
law, Paper 4872,2014, http:lldigitalcommons.law.yale.edulfss¡apersl4872, captura:28112117, p.
tatívas irracionales del adherente.
s48).
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
90 91

4
optimismo aumenta la demanda del productoyel pesimismo la deprime.
El - ¿Qué saben y qué no saben los consumidores que consienten

Y eso alcanza para explicar que el empresario desarrolla una naturalten- . uncontratodeadhesión?

dencia a estimular las expectativasya evitar las informaciones realistasque Es muy probable que quien se dispone a comprar un bíen o suscribir un servicio

las desalienten6s. sepa bastantes cosas del producto que desea. Ayres sugiere que en la actualidad los
Entre nosotros, Lorenzettiya había advertido el problema deloptimismo usuarios conocen de los productos que consumen más cosas de lo que normalmen-
que aumenta las ventas y el pesimismo que frena el impulso consumidor: tesesupone. Estefenómeno puede explicarsefácilmente porque lasfuentes de in-
"Es costumbre que el empresario oculte información al consumidor, por- formación se han multiplicado desde la aparición de lnternet. No puede soslayarse
66. quevivimos una época donde la información está tan cerca de la mano derecha co-
que si la revelara podría no celebrarse el contrato"
mo la tecla "enter" de una computadora o de un smartphone's. Es más frecuente
8. Para conocer las expectativas de los usuarios es preciso obligar a los empre-
de lo que se supone que una persona, antes de realizar una compra, rearice una in-
sarios a que realicen encuestas periódicas que informen sobre esas expec-
vestigación sobre el producto ysobre la experiencia que otros usuarios tuvieron.
tativas. De hecho, los empresarios que lideran el mercado conocen al deta-
lle las expectativas optimistas que su clientela tienecon relación a la marca' En ese orden de ideas, los informes que anualmente realiza la cámara Argenti-
La mala fe consiste en mantener o aumentar esas expectativastan optimis- nadecomercio Electrónicoavalan queelconsumidoractualestá más informadode
tas como irreales. lo que se píensa. Veamos6e:
9. Las limitaciones de los productos que contraríen las expectativas conocidas 1. Un70o/o de los compradores on /lne se describen a símismos como ,,curiosos,,
de los clientes deben ser resaltadas con letras y colores notables y expues- que antes de comprar hacen profundas investigaciones acerca de la opera-
tos en la caja de los productos y/o en prospectos separados del contrato de ción que quieren realizar. Estos compradores curiosos antes de realizar su
adhesión. compra consultan la experiencia de otros usuarios predecesores.
10. Las estipulaciones contractuales que limiten, condicionen o restrinjan las 2. Un 650/o de los consum idores on /lne antes de efectuar una compra compara
expectativas razonables de los adherentes solo serán exigibles si son re- las distintas marcas que se ofrecen en el mercado. La comparación y con-
marcadas como se indicó en el antecedente. Por el contrario, si la cláusula fronte de marcas es otra condición muy importante para mejorar los consu-
contractual coincide o supera las expectativas de los adherentes no debe- mos.
rán ser remarcadas6T. 3, Sibien es cierto que el90% de loscompradores on /rne busca los mejores pre-
cios, el 54% orienta su búsqueda según las características del producto. Es-
tos dos datos combinados indican que los usuarios buscan precios compati-
6s Ensentidocoincidente, lanAyressostieneque: "LaPartell presentaunmodeloenelcual bles con la calidad de los productos que desean. Esto significa que el consu-
el usuario contrata en base a sus propias expectativas, pero sin leer las condiciones informadas en
midorde nuestros díasvincula elvalorde la oferta con la calidad que preten-
el contrato.Allíexaminamos cómo los proveedores, amparados en la doctrina de la presunción de
de del producto; esto pone de relieve la existencia de un sujeto de consumo
lectura de los contratos, presentan menos información acerca de lostérminos del contrato. Hemos
podidoobservarque losconsumidoresno informados, perocon expectat¡vas pes¡mistas, suelen re- más maduro yequilibrado de lo que suponíamos,
chazar los términos del contrato mientras que aquellas personas con expectativas optimistas los
aceptan másfácilmente. Estodetermina que las empresasataquen lasexpectativaspesimistasdesus
clientesy no se ocupen detomar medidas pará las expectativas optimistas desüs adherentes porque dores tienen, frente al producto que adquieren, las expectativas adecuadas" (Ayres, rhe no-rea-
ellasexpanden la demanda delproclucto" (Ayres. Ih eno-readingprobleminconsumercontractlaw, ding probleminct)ttsut'tct Luttttacf /aw, Paper 4872,2014,httpildlgltalcommons.!aw.yate.edutfss_
Paper4872,2014,httpttdig¡talcommons.law.yale.edulfss papersl4ST2,captura:28/1217,p.554).
papersl4872, captur a: 281 12117, p. 545).
65 Lorenzetti, Consumidores,2009, p.207.
68 " Muesfras recientes prueban esta hipótesis. Los consumidores también conocen acerca de
67 En líneas generales ese es el pensamlento del autor lan Ayres que ltentos seguido en este
los productos quc adquicrcn visita ndo las firmas, discutiendo con sus am igos, interca m biando opl-
trabajo: "Envezdealentarmodeloslegalesquereposensobrelaideaqurjotescadequelosadhe-
nior¡esron otros consumidoresy leyendo reportes especializados" (Ayres, The no-reading problem
rentes van a leer los contratos, este ensayo sostiene que la ley debería ocuparse de las llamadas'ex-
in consumercontractlaw,Paper 4872,2014, httplldigitalcommons.law.yale.edulfss4apersl4|T2,
pectat¡vas optimistas'de los usuarios; ellas determinan que los consumidores les asignen a los pro-
captur ai 281 21 17. p. 550).
ductos una calidad superior a la que realmente estos tienen. Es necesario obligar a que los provee-
1

dores organicen capacitaciones efectivas para que los vendedores se aseguren de que los consumi-
69 Los datos estadísticos q ue se ofrecen fueron tom adosde vwvw.cace.org.arl.
FERNANDO E. SHINA tOS CONTRATOS DE ADHESIÓN 93
92

no desean conocerlasT2. Pensamos que es necesario lograr un encuentro dialéctico


Sibien es cierto que el consumidor está más informado sobre algunos aspectos
por completo. Por lo entre proveedores que esconden las limitaciones de un producto y consumidores
de los productos que adquiere, hay vastas zonas que ignora
que ignora que las niegan irracionalmente. El objetivo debe consistir en lograr que las expec-
tanto, ia tarea informativa debe concentrarse en advertirlo acerca de lo
tativas delconsumidorsean compatibles con las prestaciones del producto.
sin abrumarlo con datos secundarios que probablemente conozca'
Nada irrita más a un usuarioque un prospecto repletode información innecesa-
5 fe
ria y en elcual resulta imposible encontrar el dato quese busca' Las estadísticas
a las
pro-
- Conclusión provisoria sobre la buena

qué antes aludíamos pueden determinar qué cosas espera.un consumidor del Esfundamental interpretar la buena de los contratantes. En principio, el análisis
ducto que adquiere. debe caersobre la buena fe de los estipulantes a la hora de informar las limitaciones
No sería difícil lograr que un prospecto breve y bien resaltado informe las cues- delproducto; perotambién esmuynecesarioconsiderarysometera examen la bue-
tionesque másdudaseinterésgeneran en elpúblico' Lasolución no consisteen obli- na fe de los adherentes para informarse adecuadamente y s¡n caer en optimismos
garaluiUario a leerelcontrato nicaeren la peligrosa presunción legalde que lo le- injustificados
preciso lograr que la infor-
ió porque todos saben que los contratos no se leen. Es 5i el contrato es cf aro y rico en información sustantiva que fácilmente pone al al-
mación seconcentreen advertirlas limitacionesdelproducto oservicio quesean ig- cance de los adherentes, estos deben correr con los riesgos de no informarse.
noradas poreladherente. Como lo sugieren nuestros mejores doctrinarios, espre- En eso consiste, a nuestro ver; la buena fe que cabe exigirle a cada parte de este
ciso vincular la noción sustantiva de informar, con la de prevenir los daños.
AsL So- acuerdo tan atípico que solo aceptamos llamar contrafo para no generar más di-
brino reflexiona: "La importancia de la información vinculada con la prevención
sensos con la doctrina.
en favorde losconsumidores, fueclaramenteseñalada porel profundo doctrinario
(...) que enseña-
Alejandro Chamatropulos, quien parafraseando a la autora belga e) El consentimiento del contrato
baiuelainformación alconsumidortiene(...)un efecto preventivo: permitealcon- y lasexpectativas
70' En coinci-
sumidor renunciar a un contrato que no responda a sus expectativas"
Para Lorenzetti, eltema de las expectativas gue los productos o servicios gene-
dencia con este pensamiento, antes decíamos que informar correctamente consis-
poner en ran en los consumidores está relacionado con diversas cuestiones. En primer lugar,
te en achatar las expectativas optimistas de los consumidores al punto de
disimula única in- la expectativa reposa en la confianza que el usuario le otorga al proveedor; esta si-
peligro la concreción del contrato. Por eso no se informa o se la
tuación seacentúacuandoelproveedorejerce unclaro liderazgoen elmercado. En
iormación relevante: porque la información sustantiva deprime lasventas.
este caso, la confianza ocupa el lugar delconocimiento realque es muycomplejoy
En resumen, si la ley y el Estado en general pudieran asegurar que los contratos
está lejos del alcance del usuario promedio.
contengan la información de las cosas que normalmente los usuarios ignoran, bue-
El citado autor explica bien la relación que existe entre la apariencia de calidad
na partádelproblema estaríasolucionado. Como diceAyres,loscontratossolamen-
de un producto y la confianza que se tiene en el productor. La expectativa es un in-
te áeberían describir con claridad las cosas que usualmente los usuarios ignOranTl.
tangible que requiere, al menos, dos sujetos. Uno que prometa y garantice la cali-
A veces pensamos que los acuerd.os de adhesión son acuerdos exóticos que vin-
que dad de un producto o servicío y otro que confíe en la verosimilitud de esas prome-
culan a empresarios que disimulan las adversidades del producto con usuarios
sas: "Por esa razón sostenemos que en el pf ano conceptual es necesario utilizar la
noción de apariencia jurídica para sostener que hay oferta contractual de bienes o
servicios, y la conf ianza para juzgar la aceptación. Estos instrumentostienen impor-

to Sobrino, Seguros y el Código Civrl y Lomercial, 20'l 8. t, l, p. 509.


71 ,,Lus
nroclclos legales quc sc basan en le lecturo dc todo¡ los términos del contrato son
po-
por el otro. gran objetivo que debe perseguir la ley es 72 Ayres describe etta característ¡ca como el optimismo que hace se le asigne a una cosa cali-
co átractivos por un lado e inalcanzables El
dades que en realidad no tiene: "Hemoi encontrado estas característícas en la frase 'términos op-
que el conscntimiento que pre5tan los consumidores sea real. Este nhjetivo solamente será alcan-
timistas', quese da cuando los consumidorestienen expectativasde que elproductosea de una me-
zado cuando se obligue a los proveedores a dar información sustantiva acerca de aquellas cuestio-
jor calidad que la que realmente tiene, Asl un usüario es optimista si esperaha que el seguro de su
nessobre lascualcs losconsumidorestienen expectativas más optimistas que las que realmente co-
presunción de lec- domicilio lo protegiera frente a una inundacióh cuando en realidad su póliza excluía la cobertura
rresponde tener. Este esquema legal es superador de aquel que reposa sobre la
de ese siniestro" (Ayres, The no-reading problem in consumer contract law,paper 4872,2014,
turaycomprensión de loscontrale5" (tryres. Ihe no-reading probleminconsumercontractlaw,Pa'
p", nlz,iou, nttpttdigitatcommons.!aw.yale.edulfss-papersl 4872, captura:28112117, p.552). httpild¡g¡talcommons.law.yale.edulfss_papersl4872, captural.28112t17, p.551).
FERNANDO E. SHINA TOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
94 95

tancia decisiva a la hora de la formación del consentimiento contractual, en mate- limita lasventas;sobretodode los productos innecesariosyque prometen cosasfal-
ria de responsabilidad pordañosy en el plano de la jurisdicción aplicable"
73. sas ... " 76,

Más allá de no compartir gran parte desus ideas, que luego se reformularon co- Es precisoentenderque protegeralconsumidor no es recitar principios progresis-
mo sentenciasde la Corte Suprema deJusticia, debemosadmitirque Lorenzettifue tas vacíos de contenido, ni aferrarse a leyes procesales anquilosadas que prometen
uno de los primeros autores en postularque la responsabilidad delproveedor nace una igualdad procesal insostenible, ni escribir artículos de ocasión; es necesario arbi-
por generar las expectativas que el usuario tiene en el producto. Recordemos que trar en una puja donde eltráfico de riqueza y la rentabilidad empresaria mandan. De
tiempo atrás este autordecía: "Elproblema es regular la oferta,la publicidad y la in- la misma manera que ya no se discute la necesidad de que el Estado intervenga en el
formación antes que la negociación (...) Un ejemplo de ello esque la regla de que la mercadocomo reguladordela economía, nosotrossostenemosquetambién debe in-
publicidad integra la oferta (...) sise considera que la publicidad integra la oferta, tervenir en el ámbito de la contratación privada. En definitiva, pensamos que la for-
la mera aceptación por parte del consumidor perfecciona el contrato y estamos an- maylosmodosenquese realiza eltráficocontractualde riqueza esdeterminantepa-
te una acción de cumplimlento contractual" T4. ra mejorarelfuncionamientoyel bienestaren lassociedades deconsumo modernas.
Efectivamente, el problema de las expectativas es a nterior a la redacción del con- Afortunadamente, el código Civily comercial, más allá de las críticas puntuales
trato y a su eventual adhesión por parte del adherente; ello implica que la solución que nos merece y que nunca escatimamos, marcha en esa dirección sanamente in-
consiste en atacar la generación publicitaria de expectativas irracionales. En otro tervencionista (de raíz constitucional)ycontienedirectrices que estimulan a los jue-
trabajo nos ocupamos de estas cuestiones y sostuvimos que: "Las grandes marcas ces a que asuman una posición más activa frente al abuso contractual y frente a la

se fortalecen con multimillonarias campañas publicitarias; las corporacíones com- responsabilidadTT. Sobre este punto, De Lorenzo, a quien antes citamos, reflexiona
piten no por la calidad del producto sino por la manera de instalarlo en el mercado que: "EnloquetienequeverconelCódigoCivilyComercial,sialguienmepregun-
de consumo. Por eso, identífican los perfiles de los consumidores según sean sus ta cuál es el paradigma imperante del Código, yo diría que no es solo uno, sino que
edades, sus pertenencias culturales, sociales y económicas. Lo cierto es que ningún son muchos (...), pero desde mipunto devista este eselCódigo de la prevención. ya
producto podría circular en el mercado si no fuera sostenido por una eficiente cam- en el art. 10 sobre abuso del derecho, siguiendo la trayectoria de los proyectos de
paña publicitaria"75. reforma, se establece que eljuez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos
del ejercício abusivo o de la situación jurídica abusiva" 78.
I - La necesidad de reformular la labor Para De los Santos, en criterio que compartimos de punta a punta señala: "De
jurisdiccional este modo, también varía elroldeljuez en este nuevo esquema (...) Esta nueva ma-
nera de concebirel derecho genera una relación ineludible de la norma codificada
Eldeberde informarde los proveedoresyque luego deviene en la obligación de
con la Constitución y los tratados internacionales (...) de modo que quien aplica la
informarse que deben asumir los usuarios no debe consistir en abrumar al consu-
ley debe interpretar elconjunto normativo y explicarfundadamente cómo llega a
midorcon datos complejos que no entiende, ni distraerlo con informes que conoce
la solución delcaso en análisis. Tambíén en cuanto al rol deljuez, se deja definitíva-
de sobra. La información sustancial-como antesvimos-es la que deroga las ex-
pectativas elaboradas en base a un optimismo que desborda la realidad. Pero, de-
be asumirse que ese realismo deprime la demanda y los precios del producto. En
otro trabajo nos referíamos a estas cuestiones señalando que: "Uno de los princi- 76 5hina, Slstema /e gal para la defensa del consumídor,2016, p.36.
pales problemas que enf rentamos como consumidores es que la publicidad ocupa 77 " La Const¡tución Nacíonal ha sido una fuente normativa muy poco utilizada por el derecho
el lugarde la información ytermina anulando elderecho a ser informados (...) Por- privado, durante un largo período histórico. Los autores civilistas y, especialmente en el ámbito de
que trnalrdad delfabrrcánte esvenderelproducto, y no ínfontlara losclientesque
la la r uspur rraLrilitJ¿d tivil nu sen Lfarr la rrecesldad de fundar las lnsrltuclónes en lá Coníhuclón,ya qué

producto que vende tiene ciertas limitaciones. En cierta medida, la información les bastaba cort elCúdigo Civil. Esta tendencia solo cambló cuando ya estaba muy avanzado elsiglo
el
)fi,en las últimas dos décad¿s, erI que se comenzó a tratar de vlncular las reglas del derecho priva-
do con la Constitución Nacional. Esta costumbre no ha sido generalizada, ya que en el sistema an-
glosajón, los autores y los jueces invocaron reglas constitucionaL.t par"r dcriclir cucstioncs dc r c¡.
ponsabilidad civil con nluclia ftecuer rcia" (Lorerr ¿eLLi, Fundamento constltuclonal de la repáración
73 Lorenzetti, Consumídorcs, 2009, p.7 1.
de los daños, LL, On Llne, AR/DOC/9055/2001).
74 Lorenzetti. Consumídores,2009, p. 157. 78 De Lorenzo, El código de ta prevención, tt, ejemplar del 816t16; LL, On Line, AP/DOC/386/
75 Shina, Tutela judicial del consumidor,2017 , p.19 2016.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
96 97

mente de lado el modelo de juez árbitro, propio del sistema adversarial, y se lo sus- Heymann se ocupó de analizar el fenómeno publicitario y sus efectos en la so-
tituye por el denominado lactivismo judicial"'
7e. ciedaddeconsumo. con un ejemplo contundente nos hace reflexíonarsobre lasex-
Cabe aclaral para aventar posibles confusiones bien y mal intencionadas que la pectativas que genera elconsumo de alcoholentre los más jóvenes. No existe nin-
noción deactivismo judiciala la queadherímos noes ideológica, sinoqueseñala una guna publicidad que muestre los deprimentes efectos de una borrachera. Lo anun-
mayor injerencia del magistrado en las cuestiones que debe resolver; activismo ju- ciosde bebidasalcohólicas muestran elegantesfiestasdonde se elogian los excesos
dicial implica mayor actividad jurisdiccional y menos rigorismo formal. sin decir que ellos son siempre insuficíentes para alcanzar la dicha que prometen.
A nuestro modo devel los jueces deben resignificarsu roly prestar mayoraten- Por másquese ponga una leyenda que indique que elconsumo de alcohores perju-

ción a los principios sustantivos del derecho evitando la tendencia que tienen a ca- dicial para la salud la imagen glamorosa de una modelo ysu galán, o de un montón
eren los rigorismoS que, en muchos casos, son verdaderOs anacronismos prOceSaleS. de jóvenes gozando en una velada que parece no tener f in es mucho más efectista

El nuevo magistrado debe entender que el Código Civily Comercial es una fuente que la información que se proporciona en una etiqueta. Nuevamente la informa-
normativa procesal de la mayortrascendencia. Como bien señala la citada autora: ción de lo real pierde frente a las esperanzas cuidadosamente construidas median-
"En efecto, los tres primeros artículos del título preliminar del Código Civil y Co- te costosas campañas publicita rias82.
mercialsientan las bases de la incidencia del nuevo Código en materia procesal. El Alterinicomplementamejorestaideacuandosostieneque: "La,vinculacióndi-
art. 1o consagra el sistema de fuentes y establece pautas de interpretación norma- recta' del oferente con el consumidor se realiza 'mediante la propaganda' (Santos
tiva (...)Elart.2" aludetambién a la necesaria coherencia detodo elordenamiento, Briz)y (...) En los hechos. 'la publicidad es el producto', porque la gente lo adquiere
adoptando una visión sistémica del serecho y el art. 3o pone la mira en el deber del 'talcomo lo percibe mediante la publicidad'; un producto'es antetodo su imagen,,
juez de resolver (...) mediante una decisión razonablemente fundada (..') no con- vale decir,'lo que millones de consumidorescreen que es, o lo que asocian con ella,,
tradictoria y constringente en el análisis de las soluciones posibles dentro del orde- a lo cual se agrega que muchas veces'los productos se revísten de una diferencia
namiento jurídico" 80. aparente', que solo proviene de que hay una'propiedad de la marca', que ,no resi-
El marco de estetrabajo excede las "chances" de abarcarcon la profundidad que de en lo que elproducto es, síno en lo que haceysugiere la publicidad ..., " 83.
requiere estostemasque involucran latarea jurisdiccional; sin embargo, esa limita- Las expectativas nacen en una propaganda y se consolidan en un contrato que

ción noimpidedecirque la contratación concretada poradhesión requiere,además nuncaserá leído. Las publicidadescomunican un relatodeéxitosque la información
de las buenasleyes que ya tenemos, de una actividad judicial de jerarquía que por cierta pero tardía pretende derogar con enunciados contrafácticos que advierten:
el momento no aparece. esta publicidad esfalsa: el tabaco produce cáncer y el alcohol todo tipo de enfer-
medadessaciales. Porsupuesto, no sorprende que la imagen de felicídad aparente
2 Lasexpectativasde los usuarios sea más eficiente que la información contrafáctica yverdadera.
- y las publicidades El relato publicitario prevalece sobre el enunciado de lo real. La ficción intoxica
la realidad y la información es insuficiente para revertir la borrachera de aparien-
No es posible profundizar el tema de las expectativas sin analizar el fenómeno
de las publicidades, Las expectativas se construyen media nte mensajes publicitarios
implícitos asociados a imágenesqueseducen al individuo. Acierta Lorenzetticuan- 82 " Difícilmente una publicidad sobre bebidas alcohólicas nos muestre a su protagonista des-
do señala que: "Es sabido que la publicidad tiene una incidencia en el comporta- mayado en un sofá o cayéndose de la silla en la barra del bar. Poi el contrario, los relatos publicita-
miento económico y negocial de los consumidores en el mercado y en el tráf ico ju- rios son bien distintos y sug¡eren que al tomar esa bebida uno será más atract¡vo y tendrá una feli-
rídico, y en un mercado de libre competencia la publicidad incita al consumidor y cidad sin límites, El anunciante desea que estos relatos lleven a los consumidores a elegir sus pro-
promueve la contratación de bienes y servicios" Bl. rlucttls. El verdadero protagonlsra de las putrlicldacles no es el sujeto que torna, srno la marca de la
bebida que ing¡ere. Los estudiosos de marketing analizan las publicidades en calve literaria, asu-
miendo que los consumidores las ¡nterpretan en esos mismos términos. Pero no se pone el mismo
énfasis a la hora de afertar a los consumidorcs accrcü dc los cfcctos nocivos de ese relato" (Hey-
7s De los Santos, Razones de /a in clusión de normas procesalesen elCódiqo Civily Comercial, mann, Aeading fh eProduct:Warnittgs, Distlainters, ancJ LiteraryTheoryten "Yale Journalof Law &
lL. ojomplar dol 15111117 ,
the Humanities",vol.22: lss.2, Article 7, 2010, disponible en httpild¡gitalcommons.law.yale.edul
80 De los Santos, Ra zonesde la inclusión de normas procesales en el Código Civily Comercial, yjlhlvol22liss2lT, captura: 5/1/1 7, p. 394).
l[, ejemplar del 15111117 . 83 Alterini, E/consu midor en la sociedad posmoderna, LL, 1196-E-818; RCyS,2017-X-283, cita
81 Lorenzetti, Consumrdores,2009, p, 180. on /lne: Afil/DO(71 0407 12001.
FERNANDO E. SHINA I.OS CONTRATOS DE ADHESIÓN
98 99

cias; vivimos dentro de una ficción que, sin embargo, se rige rigurosamente por las manda de cierto producto o servicio antecedía a la oferta, y esta atendÍa las necesi-
reglas de lo real. El alcohol emborracha, el tabaco trae cáncer; la velocidad mágica dades insatisfechas. Ahora, en cambio, el productor procura crear las necesidades
del auto deportivo es la misma que nos mata cuando nos incrustamoscontra un ár- en el público, orientándolo para que compre productos que, unilateralmente, ha
bol a 150 km por hora. La ficción muta en tragedia cuando lo real llega demasiado decidido poner en el mercado" 86.
tarde. En eso consiste una buena parte del misterio de las sociedades de consumo: Para Lorenzetti elfenómeno del consumo no se concreta por el equilibrio entre
se muestran historias falsas que seducen y luego se informan sus calamitosos efec- la oferta y la demanda, sino por el desequilibrio entre lo que ofrecen los proveedo-
tos en prospectos que nadie lee. La ingesta de promesas burbujeantes nos hace cho- resyloqueaceptanlosconsumidores: "Lademandaescreadaporlapublicidad,el
carcontra el irreductible muro de las limitaciones. marketing,los atractivos como el sorteo, la conexión entre bienes de distinta natu-
Esa incidencia definitiva que la publicidad provoca en los consumidores justifica raleza, la creación desituaciones jurídicas de cautividad. Elconsumidoq en muchos
que elart.8o de la IDCdisponga que las publicidadesformen parte de los contratos casos, no compra porque necesita ni es la necesidad la que crea la oferta; es a la in-
y que obliguen al estipulante8a. versa, la oferta crea la necesidad" 87.
El consumo por oferta de bienes que no son demandados ni son necesarios es el

3 consumo de ofertas que nadie demanda peor escenario que puede presentar una sociedad de consumo.
- El

Estrechamente asociado al problema de la creación de expectativas mediante


4
publicidadesaparece otra cuestión complementaria:la sociedad noconsume lo que - La responsabilidad en lostiemposde loscontratos
que no se leen
sus miembros necesitan o desean sino lo que las corporaciones les ofrecen. En efec-
to, la sociedad de consumo actual se organiza en forma invertida a lo que indica el En elderecho norteamericano subsisten las mismas dudas que acá acerca de la
sentido común. No se procura satisfacer las necesidades de los usuarios mediante la responsabilidad derivada de los contratos de adhesión. Todos saben que esos ne-
producción de los bienes y servicios sino que el consumo es inducido y estimulado gocios jurídicos no surgen de un acuerdo paritario. La dif icultad radica en encontrar
para optimizar la renta de las empresas. Se consume por la oferta de bienes yservi- un criterio razonablementejustoque permita repartirresponsabilidades entre una
cios y no por su demanda real. 5e consume, en definitiva, la confianza en una mar- parte que impone las condiciones contractuales (que pueden ser o no ser abusivas)
ca antes que la necesidad de un producto, Por eso, en otra obra decíamos: "La cre- yotra que no las lee porque prefiere consumiren base a un optimismo exagerado y
dibilidad que resulta de ese juego de apariencias y confianzas es eltesoro más pre- artificial.
ciado que tienen las grandes marcas porque, gracias a ella, se beneficían con dos una parte de la doctrina de los Estados unidos de Améríca directamente postu-
efectos inmediatos. En primer lugal se logra fidelizar al cliente. La segunda conse- la que en los
contratos de adhesión no hay un consentimiento realdel adherente,
cuencia es que el proveedor puede cobrar un precio mucho mayor que sus compe- sinoquedirectamentesefirma un documento legalen blancoque, sin embargo, so-
tidores por un producto de idénticas prestaciones" ss. lamente podrá serexigido en aquellas cláusulas que no sean irrazonables (abusivas,
Alterini,hacecasidosdécadas,advertíaestasituación: "Porotraparte,yensen- sorpresivas).
tido contrario a lo que ha sido propio del mercado clásico, en la actualidad la pro- El control de razonabilidad según esta teoría que sostiene, entre otros, el profe-
ducción no es una consecuencia necesaria de la demanda. Tradicionalmente, la de- sor Karl Llewellynss, lo hacen los jueces al evaluar el caso concreto que llega a tribu-
nales. Esta solución escompatible con nuestro art.988 délccc/vque dispone guese
debentenerpornoescritasaquellas estipulaciones quedesnaturalicen las obligacio-
84 Art. 8", ¿DC "Efectos de la publicidad. Las precisiones formuladas en la publicidad o en nes del estipulante, restrinjan los derechos del adherente, o que no sean previsibles
anuncios, p,oipecfot circulares u otros nledios de difusión rc ticnen po r incluidas cn c/ contrato y cuyo ap.3" ('c), drce."'... lasque porsu contenido, redaccióno presentación, noson
con el consumidor yobligan al oferente.
raza na bl e me nte p revisi b I es".
En /os casos en q ue las ofertas de bienesy serviciosse realicen mediante el sistema de compras
telelániras, por catálagosn por rorreos, pr thlirartos por nnlqttier medio de comttniración, deherá
figurar el nombrc, domicilioy númcro dc CUlT del ofercnte".
Encongruenciaconestanorrnadelaleyespecial,elart. ll03del CCCNr.lisporre: "Electosdela
86 Alterini, f/ cons umidor en la sociedad posmodema, lt, I
.l96-E-818;
RCyS,20 j 7-X-283, cita
publicidad. Lasprecrsíones fornluladasen la publicidad oenanuncios, prospectos,circularesuotros on line: ltNDOCll 0407/200 t .
mediosdedífusiónsetienen por incluidasen el contrato conel consumidoryobliganal oferente". 87 Lorenzetti, Consumidores,2009, p, 155.
8s Shina. Slsfema /e galpara Ia defensa del consumidor,2016, p.49. 88 Karl Llewellyn, 1893-1962, Yale Law School, Columbia Law School, Chicago Law School.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN
100 101

La complicación está en determinar cuándo una estipulación debe ser conside- objetiva o absoluta. En otrotrabajo hemosanalizadoestosaspectos de la responsa-
rada sorpresiva o irrazonable. bilidadel.
Para el derecho norteamericano una estipulación reúne condiciones cuan-
esas una segunda formulación de la responsabilidad basada en expectativas remar-
do elestipulantesabía o debía saber que ella podía resultarsorpresiva para los usua- ca eldilema opuesto al advertir que podría llegar a ser un sistema más desventajo-
rios89. Peroestoabre nuevos problemasacerca decómoencontrarun procedimien- so para el usuario. En general, los consumidorestienen, frente a un producto deter-

to confiable para evaluar las expectativas razonables de un consumidor que, a su minado, las mismas expectativas a lo largo del tiempo. No llegan a percibir que de-
vez, debe serdefinido como razonable' bido a los avancestecnológicos los productos nuevos mejoran sus prestaciones. Las
El profesor Douglas Kysar (Yale Law School)e0 señala dos obstáculos realmente expectativas razonables del consumidor suelen correr detrás de las innovaciones
difíciles de superar cuando se habla de expectativas razonables. Lo interesante es del producto. Por lo tanto, limitar la responsabilidad del proveedor a las expectati-
que las aporías que presenta el autorvan en direcciones opuestas. Una de las obje- vas desactualizadas del consumidor sería contrario a sus intereses.

ciones sugiere que la atribución de responsabilidad pordefraudación de las expec-


tativas razonables resulta ínviable en un sistema deeconomía capitalista' La segun- 5
-<TheEl derecho norteamericano.
da objeción indica queesesistema de responsabilidad sería más perjudicialpara los Restatements of Law>
usuarios y consumidores adherentes a los contratos de adhesión. Veamos este pun- En el derecho estadounidense existen tratados o, mejor dicho, compilados que
to más detenidamente. básicamentecontienen losantecedentes jurisprudencialessobre determinada ma-
primer enunciado de responsabilidad podría ser formulado así: los productos
El teria (derecho laboral, derecho comercial, contratos, etcétera). Los Restaternents
que se ofrecen en el mercado, usados en condiciones normales, no deben provocar noson leyesformales niestablecen criteriosvinculantes para elmagistrado. Sin em-
daños. En caso de verificarse daños derivado.s de su uso razonable, tales daños de- bargo, actúan como principios generales que influyen porque contienen reglas de
berán ser reparados por el proveedor. la jurisprudencia consolidada.
Esta postulación supone un sistema de reaseguramiento del daño compatible En materia decontratos rigeelResfafe ment(Second) of Contractsdelaño 198,l.
con la responsabilidad absoluta que, en principio, no es aceptado ni en los Estados La sección 21 1 de este repertorio enuncia las reglas jurisprudenciales de los contra-
UnidosdeAmérica nien laArgentina. Ello, a pesardelasínteresantesproyecciones tos de adhesióne2.
que pueden hacerse en nuestro ordenamiento a partir de la incorporación de los
arts.1733y lT5TdelCCCNque parecen admitir una forma de responsabilidad ultra- 5e postulan los siguientes principios:
a) Cuando el adherente suscribe el contrato presta consentimiento a todo el
documento. El adherente de un contrato de adhesión supone, razonable-
89 "La sentencia debe rechazar la ejecución de la cláusula en cuestión si el proveedorsabía o
debía saberqueera contraria a las razonablesexpectativasdel consumidor" (Ayret Theno-reading
problemín consumer contractlaw,Paper 4872,2014, httplldigitalcommons.law'yale. edulfss4a'
pe rsl 487 2, captur a: 281 12117, p. 556).
e1 " Esta es la convergencia que nos interesa resa lta r: ya no es discutible que el sistema de cu l-
pa subjetiva ha sido desplazado por un sistema de responsabilidad que se basa en factores objeti-
eo El profesor Douglas Kysar es vicedecano y profesor de derecho Joseph M. Field '55 en la Fa-
vosde atribución yen eximentes de responsabilidad cada vez más acotadas. Es evidente, pensamos.
cultad de Derecho deYale. Sus áreas de enseñanza e investigación incluyen daños, derecho animal,
que nos estamos acercando a un s¡stema quetiende a lograr la reparación de todos los daños injus-
derecho ambiental, cambio climático, responsabilidad por productos y regulación de riesgos. Reci-
tamente padecidos" (5hina, Desa rrollo tecnológico y responsabilidad. Los nuevos desafíos del de-
bió su BAsumma cum laude delalJniversidad de lndiana en 1995 ysu)D magna cum /aude de la Fa-
recho, SAIJ, DACF I 80093).
cultad de Derecho de Harvard en 1998. Ha publicado artículos sobre una amplia gama de temas de
derecho ambiental y derecho dc daños, y cl coautorde doE lihroc dc racoc dRrtaca do¡:TheTartPro'
ez 65 ?1 1 , Stdnddrdiacd Agrccmcnts: (1 ) Exccpt ds statcd in Subsection (3), whcrc a party to
cess (9aed..20171 y Responsabltidad porproductos: problemasyproceso (8"ed,,2016). Además de an agreement signs or othewisc manifcsts ¡ssc nt to a wr¡t¡nq and has reason to believe that like
sus numerosos artículos y capítulos. la monograf ia de Kysar. fieg ulating from Nowhere: Environ- writings are regularlyusedtoembodytermsof agreementsof the sametype, he adoptsthewriting
mental Law y the Search for Ofuectivity (Yalc University Press, 2010), busca revltallzar la protec- as an ¡ntegr,rted agrccmcnt with respect to the te rms included in the writing. (Z) Such a writing is
ción animal y ambiental yofrece nuevas perspectivasteóricassohre la posición y la inclusión, el cos- interpreted wherever reasonable as treating alike all those similarly situated, without regard to
to del beneficio, el principio de precaución y el desarrollo sostenible-; para más infor- theirknowledge or understanding of the standardtermsof thewr¡ting. (3)Wherethe other party
-análisis
mación consult at: htfps:lltranslate.google'comltranslate?hl=es-419&sl=en&u=https:llsom'yale' hasreasonto believethatthe partymanif esting such assentwould notdoso if he knewthatthewri-
ed u lf a cu ltyl d ou g-kysa r &p rev=sea rch, captur a 61 1 I 19. ting contained a particular term, the term ¡s not pa rt of the agreemenb).
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN 103
102

resultados en los contratos de adhesión que propongan los proveedores dependien-


mente, que dicho contrato contiene las mismas estipulaciones que se usan
tes de esas agencias. Eso permitiría
contarcon datos estadísticos confiables acerca de
para llevar adelante otros acuerdos similares'
lastendenciasdeconsumoya partirde ellassería másfácildeterminarcon mayor pre-
b) Eladherenteprestaconsentimientointegraldelcontrato,incluyendoaque- cisión los derechos y las obligaciones de las partes de un contrato predispuesto.
llas estipulaciones que de hecho no ha leído o no ha entendido cabalmente'
Es necesario mejorar la contratación sujeta a cláusulas predispuesta asumiendo,

c) 5in perjuicio de lo dicho, si el estipulante tuviera razones para suponer que en primer lugar, que los contratos de adhesión tienen un protagonismo casiexclu-
el adherente no hubiera prestado su consentimiento de haber conocido la sivo y casi excluyente en las relaciones de consumo.
existencia de una cláusula determinada, dicha cláusula será nula y se tendrá
por no escrita. Para lograr algunas mejoras proponemos que se sigan las siguientes pautas:

'l a) Determinar un criterio estad ístico q ue def ina cuáles son las expectativas que
En crítica al sistema propuesto por la Sección 2'l del Restafemenf Contracts, el los usuariostienen frente a determinados prod uctos de consu mo masivo. por
profesor Erick Zaks (Wayne State University Law Schoole3) se queja porque el fest
ejemplo, la telefonía móvil, la prestación delservicio deinternet, etcétera.
allíexigido aparece claramente perjudicial para el consumidor. El contrato de ad-
hesión se presume aceptado poreladherente, incluso en aquellas cláusulas que no
b) Los contratos de adhesión deben seguir esos criterios evitando el dictado de
cláusulas que contravengan las expectativas que surgen de las estadísticas.
ha leído o que presumiblemente no haya entendido.
La única forma de lograr la nulidad de una cláusula señalada como abusiva esde- c) Cualquierapartamientode lasexpectativas estadísticasdebeserdebidamen-
mostrarque sieladherente hubiera conocido elsentido real de esa estipulación no te informado dentro del contrato y resaltado en un prospecto separado del
hubiera adherido al contrato. Se trata, sin dudas, de una condición muy exigente contrato o en la caja que contiene el producto.
para los adherentes y, ciertamente, muy conveniente para el estipulante que goza-
d) Todaestipulaciónqueseacontrariaalasexpectativasdelosconsumidoresde-
ra de una suerte de presunción legal'
beser; además, razonable. Unicamente serán válidas las cláusu las que se apar-
En este caso, pensamos que el sistema legal propuesto en los arts. 984 a 989 de
ten de las tendencias estadísticas por motivos razonables.
nuestro CCC,V es mejor por ser más protectorio de los derechos del adherente.
e) La información debeestarfocalizada en advertirsobre la existencia de las li-
mitaciones que contiene el producto o el servicio. La información debe tener
6 Posiblessoluciones para el derecho argentino
- por objetivo atenuar las expectativas optimistas irracionales que los consu-
Si bien no es posible encontrar una fórmula exacta para calcular las "expectati- midores tienden a desarrol lar.
vas razonables" de un consumidor, pensamos que síes posible que el Estado realice
encuestas representativas que indiquen qué expectativa tienen, por ejemplo, los fl Cada autoridad de aplicación debería repetir anualmente estos estudios es-
tadísticos. En nuestra opinión esta actividad del Estado resulta compatible
usuarios detelefonía móvilo de otros servicios de consumo masivo.
con elart.38 de la LDCy una futura reforma legislativa debería incluir la obli-
No sería difícil instrumentar que las autoridades de aplicación de cada área (5u-
gación de realizar encuestas sobres expectativasea.
perintendencia Nacional de Seguros, Superintendencia de Servicios de 5alud, Ente
Nacional de Comunicaciones. etcétera) realicen esas encuestas y luegovuelquen sus

e4 Art.3Sdela¿DC'Contratodeadhesión.Contratosenformularios.Laautoridaddeapli-
e3 " Eric Zacks es profesor asociado de derecho en la Facultad de Derecho de la U niversidad
Es- cación vigílará que loscontratos de adhesión o similares, no contengan cláusulas de las previstas en

tatal deWayne. Su beca se centra en las prácticas modernas de contratación de consumidoresy la re- elartículo anterior. atribución se ejercerá respecto de las cláusulas uniformes, generales
La misma

lcv¿¡rcia de las ciencias cognitivas y de comportomicnto pora lo conrtrucción legal y social de la for- a estandprizadas de loscontratos hechos enformularios, reproducidosen seriey en general, cuan-
mación de contratos, incumplitniento y cumplimiento. 5u trabajo ha sido publicado en muchas re- do dichas cláusulas hayan sido redactadas unilateralmente por el proveedor de la cosa o servicio,
vistas jurídicas y revistas, entre ellas la Revista de Derecho Comercial de la Universidad de Pensilva- sln que la contraparte tuv¡ere posibilidades de discutir su contenid0.

nia, la Revista de Derecho de la Universidad Estatal de l-lorida, la Revista de Dereclto Corporativo, la Todas las personasflsicasoturldlcas, de naturaleza públlca y privada, que prestert servicios o co-

Revista de Derecho de la Universidad de Cincinnati, la Revista de Derecho Marquette, la Revisión Ju- mercialicen bienes a consumídores o usuarios mediante la celebración de contratos de adhesión,
rídica del Estado de Penn yWilliam Mary Business Law Review". Para más información véase https.'// deben publicar en su sítioweb un ejemplar delmodelo de contratoasuscribir.
translate.google.comltranslate?ht=es-419&sl=en&u=https:lllaw.wayne.edulprof ilelen7490& Asimismo deben entregar sin cargo y con antelación a la contratación, en sus locales comercia-
prev=search, captura 6/1/1 9. les, un ejemplar del modelo del contrato a suscribir a todo consumidor o usuario que así lo solicite.
FERNANDO E. SHINA LOS CONTRATOS DE ADHESIÓN 105
104

5 9. EPILOGO
8. El art. 987 del cccAi establece la regla contra proferentem o contra stipula-
torem. Cuando una cláusula resulta ambigua debe ser interpretada en el
extensión deltrabajo hace necesario que agrupemos en este
sumariofinal las sentido menos favorable al estipulante.
La
ideas centrales que contiene'
9. Los contratos de adhesión están sujetos a diversas intervenciones legales.
def iniciones
1 . Los contratos de adhesión deben ser analizados más allá de las Primero, se dispone que todas las ambigüedades del contrato perjudiquen
economía de mercado trasciende
doctrinarias. su importancia dentro de la alestipulante. Segundo, seestablece la nulidad de lasestipulaciones que im-
jurídicas:la contratación predispuesta es unfe-
lasdiscusiones conceptuales pliquen renuncias del adherente, o que incrementen los derechos delesti-
nómenodelaeconomíaantesqueunaderivacióndelateoríageneraldel pulante, o que resulten (negativamente) sorpresivas para los adherentes.
contrato' Tercero, losjueces pueden integrar los contratos de adhesión sustituyendo
jurídico mediante elcual el estipu- sus cláusulas abusivas por otras que no lo sean.
2. Un contrato de adhesión es un negocio
lante procura transferir al adherente la mayor cantidad de riesgosy
dismi- .l0. Existe la certeza de que los contratos de ad hesión no se leen. Esto signif ica,
nuir al máximo su responsabilidad' sin eufemismos, que nadieen ningún lugardelmundo los lee. Según mues-
presenta ni interés ni dificultad trasconfiables solo una o dos de cada milpersonas lee los contratos.
3. Las cláusulas abusivas, cuya definición no
del negocio con-
académica, tienen una relación directa con la rentabilidad 1 1. Es imposible lograr que los adherentes lean los contratos porque, sencilla-
creto. El problema de loscontratosdeadhesión no está en lasestipulaciones
mente, eso no va a ocurrir. El objetivo de la información se debe concentrar
jurídico.
abusivas que contienesino en la matriz abusiva del negocio en que los usuarios conozcan las limitaciones del producto. No se trata de
jurídico' Los leercontratos largos incomprensibles, sino de tonocer las limitaciones de
4. Los jueces deben ventilar la abusividad estructural del negocio e
pasiva frente a los negocios ju- los productos y servicios que se adquieren.
maiistrados deben tener una ac.titud menos
actitud jurisdiccionalmás
rídicos. Losarts.989y'1122 delcccA/permiten una 12. En la medida que eladherentetenga expectativascongruentescon las pres-
activa para enfrentar los negocios jurídicos abusivos' taciones reales delproducto es razonable queelcontrato sea exigiblesin te-
mor a que sus estipulaciones sean declaradas abusivas.
5. Los acuerdos de adhesión marcan un punto de ruptura con el contrato clá-
de la voluntad,la
sico. La circunstancia de no estar regidos por la autonomía 13. Para conocer lastendencias de consumo y de los consumidores es preciso re-
y la no intervención judicial
libertad contractual, la negociación paritaria alizar encuestas periódicas que informen cuáles son las expectativas razo-
determina que sean tipos contractuales autónomos' nables que los adherentes tienen frente a un determinado producto o ser-
no vicio.
6. Los contratos de adhesión tienen, al menos, dos problemas ostensibles'
U

esquesuscontenidosnoseentiendenyelotroesquenoseleen'Elloper- 14. Los empresarios, sobretodos los q ue ejercen liderazgo en el mercado, saben
mite una conclusión: es imposible quesea comprensible un contrato que no que las marcas de moda generan expectativas exageradas entre su cliente-
se lee. la. La mala fe consiste en estimular esas expectativas tan optimistas como
irreales.
7. Nosepuededesobligarcompletamentealadherentedesusdeberes; labue-
lo ábliga a informarse de lascuestiones esenciales del
pro-
na fe contractual 15. Las expectativas de los usuarios y consumidores están estrechamente rela-
dutl'Uqueddquicrc.5inembargo,clcstipulantedebeponerasualcancein- clonadascon lascamparias publicitarías. Lloptimismo irracionalse constru-
formación eficienteque exponoa, sin r.lisimulos,las limitacionesdclproduc- ye ron mensajes e ímágenes que seducen al individuo.
to o servicio de que se trate.
16. Las expectativas exageradas nacen en una propaganda engañosa o direc-
tamentefalsa, yse consolidan mediante un contrato que nunca será leído.

17. La ficción publicitaria intoxica la realidad y la i¡formación veraz es insufi-


leyenda: 'se encuentra a su
En dichos locales se exhibirá un cartel en lugar visíble con la siguiente ciente para modificar esa fantasía. El alcohol emborracha, el tabaco trae
contrato que propone la empresa a suscribiral momentode
disposíción un ejemplarde!modelode cáncery la velocidad excesiva del auto es mortalcuando se estrella contra el
la contratación' ".
106 FERNANDO E. SHINA

muro de realidad. La ficción muta en tragedia cuando lo real llega demasia-


dotarde.
18. Las insuficiencias de los productos que contraríen las expectativas razona-
bles de los clientes deben ser resaltadas con letras y colores notables y ex-
puestos en la caja de los productos y/o en prospectos separados del contra-
to de adhesión.
1 9. La buena fe contractual y el abuso de derecho resultan indispensables para
regular una relación jurídica en la que los estipulantes hacen contratos de-
liberadamente confusos y los adherentes actúan con exagerada indiferen-
cia frente a las obligaciones que asumen.

20. El luminoso optir¡ismo de los adherentes estimula la redacción de contra-


tos oscuros que esconden las carencias del producto.

21. El optimismo aumenta la demandayel precio del producto en tanto una ac-
titud más realista deprime ambasvariables. Elabuso consiste, entonces, en
estimular las expéctativas de los sujetos y esconder las limitaciones de los
productos.

22. La sociedad de consumo se organiza en forma invertida a lo que indica el


sentido común: se consume por la oferta de bienes y servicios y no por la de-
manda real de los consumidores,
22. La contratación predispuesta requiere, además de las buenas leyes que ya
tenemos, de una actividad judicialque por el momento brilla porsu ausen-
cia.

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