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LITISCONSORCIO

CONCEPTO

Para Gimeno Sendra, se denomina litisconsorcio a la existencia en el proceso de


varias personas, que, debido a la circunstancia de tener un derecho o interés común
o conexo en el proceso y tener, por tanto, una misma comunidad de suerte, han de
asumir una misma posición, demandante o demandada, en el proceso, por lo que
puede clasificarse en activo, pasivo o mixto.

Vallejo, en lo que concierne al litisconsorcio, enseña que:

Elementalmente, el litisconsorcio supone pluralidad de partes en el proceso. En


general importa la substanciación en un mismo proceso de pretensiones conexas, o
de una sola pretensión con dos o más actores, o dos o más demandados. Puede
presentarse originariamente o con posterioridad a la iniciación de la demanda; ésta
puede ampliarse, incluyendo otros sujetos o insertando nuevas pretensiones. El
demandado puede, a su turno, pedir que se ‘llame a causa’ a terceros, o puede
reconvenir deduciendo a su vez pretensiones que pueden guardar conexidad con la
ejercitada por el actor.

El litisconsorcio entraña pluralidad de partes (propias e impropias) que se reúnen por


conexidad de pretensiones o por la necesidad de una sentencia única que no podrá
dictarse útilmente sin la presencia de todas las partes que indica la ley o que resulten
de la naturaleza de la relación jurídica material.

El Código Procesal Civil regula lo relativo al litisconsorcio en el Capítulo VI


(“Litisconsorcio”) del Título II (“Comparecencia al proceso”) de la Sección Segunda
(“Sujetos del proceso”), en los arts. 92 al 96. Precisamente, el artículo 92 del Código
Procesal Civil define a la institución jurídica examinada en este punto, estableciendo
que hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta como
demandantes o demandados, porque tienen una misma pretensión, sus pretensiones
son conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una pudiera afectar a la
otra.

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio en general,


ha establecido lo siguiente:

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 El litisconsorcio es un instituto procesal que permite una acumulación subjetiva;
es decir, la presencia en el proceso de dos o más personas. Al respecto, el
artículo noventidós del Código Procesal Civil señala que:
Hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta como
demandantes o demandados, porque tiene una misma pretensión, sus
pretensiones son conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una
pudiera afectar a la otra. Permite, entonces, la presencia de varias personas
como partes que, por obligaciones directas o intereses comunes, están unidas
en una determinada posición y piden al órgano jurisdiccional el pronunciamiento
de una decisión lógica y jurídicamente unitaria. Este conjunto de personas
integradas en una misma posición constituye una parte procesal única, aunque
compleja. Por ello, se considera que dicha figura se presenta cuando en una
relación procesal, ya sea en la parte demandante o en la parte demandada, o en
ambas, aparecen varios sujetos que, independientes jurídicamente unos de
otros, son unificados procesalmente por tener un interés común. En un proceso
litisconsorcial aparecen tantas pretensiones u oposiciones como, sujetos
litisconsortes existan enfrentados. (Casación, 2007)
 La intervención litisconsorcial no supone la exclusión ni el reemplazo del titular
de la relación jurídica contra el cual se ha incoado la demanda, sino la inclusión
del litisconsorte como un sujeto procesal más, que pasa a integrar una de las
partes; razón por la cual, el órgano jurisdiccional se encuentra en la obligación de
pronunciarse respecto de todos y cada uno de los intervinientes en el proceso,
declarando cuales son los derechos o las obligaciones que les asiste.
(Casación , 2003)
 La intervención litisconsorcial, en forma y modo alguno, implica la ampliación de
la demanda, siendo ella una modificación en cuanto a los sujetos procesales.
 Los litisconsortes son partes, en sentido estricto, de la relación jurídica procesal,
a diferencia del tercero. (Casación, 2007)
 De acuerdo con la posición de las partes, el litisconsorcio se clasifica en activo,
pasivo y mixto. Al momento de su formación se clasifica en originario, cuando
existe pluralidad de sujetos desde el inicio del proceso, y sucesivo, cuando se
produce durante el desenvolvimiento del proceso -sucesión procesal, integración
de la Litis acumulación de procesos e intervención adhesiva litisconsorcial. Por
último, el litisconsorcio, atendiendo a su fuente de origen, es facultativo cuando
la pluralidad de sujetos obedece a criterios de ocasionalidad o economía; y, por
ende, surge por voluntad de las partes, y en modo alguno por una exigencia
legal; y será necesario cuando la presencia de una pluralidad de partes en el
proceso se imponga por la naturaleza de la propia pretensión discutida o por las
implicancias de la resolución judicial que ha de recaer en el proceso.
 El pedido de intervención litisconsorcial no obtuvo respuesta alguna -ya sea
positiva o negativa- pese a que el artículo 98 del Código Procesal Civil dispone

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que dicho tipo de intervención puede ocurrir, incluso, durante el trámite en
segunda instancia. Este proceder, como es evidente, colisiona con el derecho al
debido proceso reconocido en el inciso 3° del artículo 139 de la Constitución
Política del Estado.
 De acuerdo con el artículo noventa ocho del Código Procesal Civil, el
litisconsorte de una parte goza de las mismas facultades de esta, lo que implica
que puede interponer medio impugnatorio.
 No es viable fundar la defensa en actos procesales efectuados o dejados de
realizar por el litis consorte, los que no generan perjuicio a la recurrente.
 Según este principio procesal [principio de unicidad del proceso] el proceso es
único y, por ende, se desarrolla mediante un conjunto de actos procesales
orientados a la solución de un determinado conflicto de intereses o la eliminación
de una incertidumbre, ambas de connotación jurídica. Siendo ello así, resulta
antiprocesal que en un sólo procesó [sic -léase que en un solo proceso-] existan
dos pronunciamientos dictados por cada instancia, pues aun cuando la parte
emplazada sea un litisconsorcio pasivo, ésta circunstancia fáctica [sic -léase esta
circunstancia fáctica-] no obsta para que se emita una sola decisión que resuelva
en definitiva la controversia surgida en autos que comprenda a todos los
demandados unitariamente.

LITISCONSORCIO NECESARIO U OBLIGATORIO

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CONCEPTO

Para Andrés de la Oliva y Miguel Angel Fernández, el litisconsorcio es necesario


cuando el Derecho exige al actor que dirija la demanda simultáneamente frente a dos
o más personas.

Véscovi estima que el litisconsorcio necesario se da no cuando las partes pueden o


no comparecer conjuntamente, sino cuándo deben hacerlo. Porque la relación jurídica
debatida (relación sustancial, pretensión deducida) es de tal naturaleza, que no puede
decidirse válidamente si no están presentes todos los litisconsortes.

Podetti sostiene que habrá litisconsorcio necesario, activo, pasivo o mixto; propio o
anómalo, cuando por estar los sujetos, activos, o pasivos, legitimados
substancialmente en forma inescindible, la sentencia debe ser pronunciada
necesariamente frente a todos los legitimados. Esta necesidad, es solamente
substancial, en cuanto nada impide que el progreso se sustancie y falle, con
prescindencia de alguno de los legitimados. Pero la sentencia así pronunciada, será
inútil, por cuanto no podría cumplirse, ya que sus efectos, que indispensablemente
deberán llegar a todos los legitimados, no podrían alcanzar a quienes no fueron
sujetos del proceso.

Eduardo Vallejo, acerca del litisconsorcio necesario, opina que:

El litisconsorcio necesario presupone pluralidad de partes en torno a una sola


pretensión de naturaleza tal, que todas deben estar presentes en un solo proceso que
se resuelve en sentencia única. Surge el litisconsorcio necesario de la ley y de la
naturaleza de la relación jurídica material.

El litisconsorcio necesario, evita la instrucción de un proceso carente de utilidad


práctica. El litisconsorcio necesario existe en razón de una sola pretensión, que es
indivisible, lo que importa que los litisconsortes no tengan autonomía e
independencia. Hay indivisibilidad de objeto y los actos de las partes no perjudican a
las otras, pero sí las benefician.

El Código Procesal Civil regula al litisconsorcio necesario en su artículo 93, conforme


al cual, cuando la decisión a recaer en el proceso afecta de manera uniforme a todos
los litisconsortes, sólo será expedida válidamente si todos comparecen o son
emplazados, según se trate de litisconsorcio activo o pasivo, respectivamente, salvo
disposición legal en contrario.

Al respecto, Lino Palacio enseña que:

A veces es la ley la que prevé expresamente la constitución de un litisconsorcio


necesario.

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Otras veces, la necesidad del litisconsorcio se halla determinada por la misma
naturaleza de la relación o situación jurídica controvertidas. Como principio de
carácter general, sin embargo, puede decirse que el litisconsorcio necesario procede
siempre que, por hallarse en tela de juicio una relación o estado jurídico que es
común e indivisible con respecto a una pluralidad de sujetos, su modificación,
constitución o extinción no tolera un tratamiento procesal por separado y sólo puede
lograrse a través de un pronunciamiento judicial único para todos los litisconsortes. A
lo que cabe añadir que resulta indiferente, para el caso, el tipo de decisión que se
persiga.

Según Fairén Guillén, el litisconsorcio necesario se presenta en los siguientes casos:

1. En los casos de pretensiones constitutivas de tal esencia, que solamente se


puede proponer la demanda mediante la cual se da ámbito judicial al derecho de
constitución, por o contra varias personas.
2. En procesos referentes a un patrimonio llevado de modo mancomunado.
3. En los casos en que las regulaciones materiales imponen que las prestaciones
solamente puedan exigirse por varios o contra varios en común.

Este grupo de casos recoge muchos supuestos que pasan casi a fundirse con los
anteriores.

Integración de oficio del contradictorio

Según Lorca Navarrete:

Si el proceso se tramita sin la presencia de todos los litisconsortes, el órgano


jurisdiccional debería ordenar la integración el contradictorio.

Esa integración es el origen hacia el punto de destino de la sentencia para que la


misma no produzca indefensión a quien debiendo actuar como litisconsorte no actuó
de ese modo.

Lino Palacio, acerca de la integración de la litis en caso de litisconsorcio necesario,


refiere lo siguiente:

El litisconsorcio necesario implica la existencia de una pretensión única, cuya


característica esencial reside en la circunstancia de que sólo puede ser interpuesta
por o frente a varios legitimados, y no por o frente a algunos de ellos solamente, por
cuanto la legitimación, activa o pasiva, corresponde en forma conjunta a un grupo de
personas, y no independientemente a cada una de ellas. De la consideración
precedentemente expuesta se infiere la necesidad de que, en los casos en que el
proceso no se encuentre debidamente integrado mediante la participación o citación
de todas las personas legitimadas, y para evitar la sustanciación de un proceso que

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ha de carecer de utilidad práctica, la ley prevea la forma de materializar esa
integración.

El mencionado tratadista argentino señala, además, que:

La falta de integración de la litis, cuando ella ha sido procedente, no faculta al juez,


desde luego, para abstenerse de decidir, sino para emitir un pronunciamiento de
mérito en virtud de carecer la pretensión de un requisito intrínseco de admisibilidad,
como es la legitimación.

En el supuesto de que, por error o inadvertencia, se dicte una sentencia de mérito,


ésta será inoponible con relación a los legitimados a quienes no se acordó la
oportunidad de intervenir en el proceso.

De conformidad con nuestro ordenamiento jurídico procesal, en caso de litisconsorcio


necesario, el Juez se encuentra facultado para integrar la relación procesal
emplazando a una persona, si de la demanda o de la contestación aparece evidente
que la decisión a recaer en el proceso le va afectar.

Si el Juez advierte que está ante un caso de litisconsorcio necesario y carece de la


información necesaria para proceder al emplazamiento del respectivo litisconsorte,
entonces, dispondrá la devolución de la demanda y ordenará al actor que complete
esta última, en el sentido de indicar con exactitud el nombre y/o dirección domiciliaria
del litisconsorte necesario a efecto de que sea debidamente emplazado. Ello se colige
del penúltimo párrafo del artículo 95 del Código Procesal Civil.

Si el defecto en la relación procesal (consistente en la omisión del litisconsorte


necesario) es advertido por el Juez (de modo propio o como consecuencia de una
denuncia de parte) después de efectuada la notificación de la demanda, aquél
ordenará la suspensión del proceso hasta tanto el accionante no cumpla con
establecer correctamente la relación jurídica procesal, aunque es de destacar que,
como el proceso no puede estar suspendido indefinidamente, en la práctica el órgano
jurisdiccional concede un plazo prudencial y perentorio para que el actor cumpla con
señalar los datos indispensables para el emplazamiento del litisconsorte necesario.

No podemos dejar de mencionar que si el litisconsorte necesario integrado a la


relación jurídica procesal se apersonara al proceso después de la culminación de la
audiencia de pruebas y hubiere ofrecido medios probatorios, éstos no dejarán de ser
actuados, pues, en dicho caso el Juez tiene la obligación de convocar a una
audiencia complementaria de pruebas, a efecto, precisamente, de actuar los medios
probatorios aportados por el litisconsorte necesario, audiencia que, puntualizamos,
debe realizarse dentro de un plazo que no debe exceder de los veinte días desde su
fijación.

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Actuación del Litisconsorte Necesario

A decir de Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, para los litisconsortes necesarios se


reclama una unidad, o comunidad, o integración, de tal manera que cualquier gestión
de uno aprovecha a todos: recursos, actuaciones, etc., al paso que por pasiva se
exige la expresión unánime de las voluntades para los actos que impliquen
disposición del derecho en litigio, los cuales sólo alcanzan eficacia mediante esa
unanimidad.

Sobre el particular, Gimeno Sendra opina de este modo:

Los litisconsortes tienen todo el estatus de parte principal. Pueden, pues, litigar
unidos o por separado, en cuyo caso todos ellos conformarán, mediante sus escritos
de contestación a la demanda, el objeto procesal.

Rige, en el litisconsorcio pasivo necesario, la regla de que ‘los litisconsortes activos o


diligentes en el proceso benefician a los inactivos’, lo que significa que los actos de un
litisconsorte producen efectos frente a los demás en la medida en que les benefician
(así la estimación de un recurso, interpuesto por uno de ellos, beneficia a los demás),
pero nunca en cuanto les perjudican.

Debido a la circunstancia de que, aun cuando el litisconsorcio necesario constituya un


fenómeno de pluralidad de partes, en realidad tan sólo existe una posición de parte
demanda unida por una misma comunidad de suerte, los actos de disposición directa
e indirecta del proceso, para que sean válidos, requieren del concurso de voluntades
de todos los litisconsortes.

Efectos del Litisconsorcio Necesario

A criterio de Lino Palacio, son efectos del litisconsorcio necesario los que describe a
continuación:

1. Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o algunos de los
litisconsortes (allanamiento, desistimiento, transacción, conciliación) sólo
producen sus efectos normales en la medida en que los restantes litisconsortes
adopten la misma actitud. Por lo tanto, y en razón de la indivisibilidad que
caracteriza a dicho objeto, aquellos actos sólo pueden traer aparejada la
consecuencia de liberar a su autor o a sus autores de las cargas inherentes al
ulterior desarrollo del proceso, y de eximirlos de la responsabilidad por el pago
de las costas relativas a los trámites realizados sin su intervención, pero no los
excluyen de los efectos de la sentencia, cuyo contenido no puede diferir con
relación a las distintas litisconsortes.

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2. Las defensas opuestas por uno o algunos de los litisconsortes, sea que se
funden en hechos comunes o individuales, favorecen a los demás.
3. Las alegaciones y las pruebas aportadas por los litisconsortes deben ser
valoradas en su conjunto, aun cuando resulten contradictorias. Corresponde
tener en cuenta, sin embargo, que la confesión o la admisión de hechos
formulada por uno o por alguno de los litisconsortes no pueden ser invocadas
contra los restantes, en tanto el hecho que ha sido objeto de tales actos no se
encuentre probado con relación a estos últimos. No obstante, la admisión o la
confesión pueden eventualmente valer como prueba indiciaria.
4. Los recursos interpuestos por cualquiera de los litisconsortes favorecen
eventualmente a los demás. Aldo Bacre, en lo que atañe a los efectos del
litisconsorcio necesario sobre las sentencias definitivas, apunta lo siguiente:
a) De condena
La eficacia ejecutiva de la sentencia de condena solamente relaciona a las
partes del pleito y no es oponible a terceros, ya que no es imprescindible, salvo
mandato legal, la presencia de todos los legitimados.
b) Constitutivas
Son aquellas sentencias que establecen un nuevo estado jurídico entre las
personas, v.gr. filiación, divorcio, etcétera. En éstas la eficacia tiene efectos erga
omnes. Esto es así por la naturaleza especialísima de las cuestiones de estado,
por lo que se requiere la presencia de todos los sujetos en el proceso.
c) Declarativas
Estas se agotan en el acertamiento; consecuentemente su propia declaratividad
tiene valor únicamente para los que intervinieron en el juicio.

Jurisprudencia casatorio relacionada con el litisconsorcio necesario u

obligatorio

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio necesario


u obligatorio, ha establecido lo siguiente:

 El origen del litisconsorcio (necesario) se encuentra en una relación jurídica


sustancial ‘concreta’, que es materia u objeto del proceso, que pertenece de
modo indivisible a más de un titular, por lo que, no es jurídicamente posible
decidirla sino de un modo uniforme respecto de cada uno de esos titulares y con
la presencia o, al menos, la posibilidad de que estén presentes en el proceso
todos esos titulares.
(Casación Nro. 179-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 29-08-
1999, págs. 3370-3371).

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 El proceso actual permite la intervención de terceros, no incluidos en la
demanda, debiendo el Juez identificar la presencia actual o eventual, de todos
aquellos sujetos imprescindibles para el logro de una sentencia válida en cuyo
caso el Juez integra la relación, sea a petición de parte o de oficio. (Casación
Nro. 983-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-11-1998,
págs. 2056-2057).

 El litis consorcio [sic] necesario permite la integración de varias personas en la


posición de una sola parte, requiriéndose que todos los sujetos de la relación
jurídico material subyacente al proceso estén presentes en el proceso, bajo pena
de que no pueda proferirse una sentencia de fondo realmente útil. Su
participación implica que los sujetos integren una sola parte, que actúen unidos,
por lo que las peticiones procesales que realice un litisconsorte con
independencia de los otros, incluyendo los recursos interpuestos, favorecerá a
toda la parte y no de forma exclusiva a la persona que realice la actuación
correspondiente. ...” (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).

 La existencia del litisconsorcio necesario cuando existe conexión de manera


directa e indisoluble de aquellas partes procesales con el derecho material, de
ahí la necesidad de que todas las partes interesadas a raíz del litisconsorcio
necesario intervengan en el proceso asegurando la eficacia de la sentencia que
declare la existencia o no del derecho material. (Casación Nro. 2690-2006 / Lima,
publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-04-2008, pág. 21938).

 Pueden distinguirse dos tipos de litisconsorcios necesarios, el procesalmente y el


jurídico-materialmente necesario, cuya presencia es posible advertir tanto en
procedimientos declarativos como en los ejecutivos. El primero de ellos se da en
virtud de una norma procesal expresa; el segundo hace referencia a los casos en
que deben involucrarse en el proceso a todos los sujetos participantes en un
determinado acto o hecho jurídico y que dada la naturaleza de la relación
material han de participar en el proceso bajo una conducción común, como
ocurre en el caso de las pretensiones de resolución, de nulidad, de rescisión de
un contrato, entre otras. (Casación Nro. 130-2004 / Tumbes, publicada en el
Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005, pág. 14411).

 Se trata litis consorcio por antonomasia, ya que la idea es, no de una posible
reunión de sujetos, sino de la exigencia de convocar a todos los interesados en
el mismo fallo, por la eficacia que para ellos tiene lo resuelto en un solo proceso.
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La ausencia de un litisconsorte necesario origina la invalidez de la relación
procesal. (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).

 El origen del litisconsorcio necesario se encuentra en una relación jurídica


sustancial concreta que es materia u objeto del proceso, que pertenece de modo
indivisible a más de un titular, por lo que no es jurídicamente posible decidirla
sino de un modo uniforme respecto de cada uno de estos titulares y con la
presencia o al menos la posibilidad de que estén presentes en el proceso para
que los alcances de la cosa juzgada recaigan en la totalidad de éstos, pues lo
contrario significaría crear una incertidumbre jurídica al expedirse de alguna
manera un juzgamiento anticipado que incluso podría resultar contradictorio
respecto a un proceso que persigue una finalidad común. (Casación Nro. 1096-
02 / San Martín, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 30-03-2005,
págs.13781-13782).

 El litisconsorcio necesario permite la integración de varias personas en la


posición de una sola parte, requiriéndose que todos los sujetos de la relación
jurídico material subyacente al proceso estén presentes en el proceso, bajo pena
de que no pueda proferirse una sentencia de fondo realmente útil. ...” (Casación
Nro. 130-2004 / Tumbes, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 01-08-2005,
pág. 14411).

 El artículo noventitrés del Código acotado, establece que la decisión a recaer en


el proceso, sólo será expedida válidamente sí todos los litisconsortes activos o
pasivos comparecen o son emplazados; el artículo noventicinco del mencionado
Código, faculta al Juez a integrar la relación procesal emplazando a una
persona, sí de la demanda o de la contestación aparece evidente que la decisión
a recaer en el proceso le va a afectar; al no haberse integrado al Estado
[litisconsorte necesario], en la relación procesal, se ha infringido lo dispuesto en
los artículos noventidós, noventitrés y noventicinco del Código Adjetivo y se ha
incurrido en la causal de nulidad contemplada en el artículo ciento setentaiuno
del mismo Código. ...” (Casación Nro. 1958-2001 / Ica, publicada en el Diario
Oficial El Peruano el 02-02-2002, págs. 8295-8296).

LITISCONSORCIO FACULTATIVO O VOLUNTARIO

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CONCEPTO

Arazi asevera que el litisconsorcio voluntario se produce cuando varias personas


actúan en conjunto en un proceso ya sea porque así lo decidieron, asumiendo el
carácter de actores, o porque fueron demandados en conjunto. Pero esa pluralidad de
partes se forma sin perjuicio de que el proceso podría haberse desarrollado con
absoluta normalidad con un solo actor o contra un solo demandado.

Dicho autor precisa que “en el litisconsorcio voluntario la sentencia contendrá tantos
pronunciamientos como partes integrantes del litisconsorcio; en consecuencia, no hay
comunidad de suertes entre las partes, y, por ello, puede hacerse lugar a la demanda
de un coactor y rechazarse la de otro u otros.

A juicio de Aldo Bacre, el litisconsorcio facultativo se da cuando en el mismo proceso


existen diversos sujetos en una misma posición de parte (actores, demandados, o
ambos) ejerciendo múltiples pretensiones conexas entre sí, sin que la ley o la
naturaleza de la relación material los obligue a pleitear conjuntamente.

El referido jurista explica que es facultativo para las partes, porque podrían instaurar
tantos juicios por separado y obtener otras tantas sentencias separadas por cada uno
de ellos, pero, al existir conexidad en el título o en el objeto, se considera oportuno
unir en un juicio único todas las demandas para que el juez emita una providencia
única para todos. Es decir, cada sujeto puede invocar una legitimación procesal
autónoma, por lo que, a diferencia de lo que acontece con el litisconsorcio necesario,
tanto el resultado del proceso cuanto el contenido de la sentencia definitiva puede ser
diferentes con respecto a cada uno de ellos, aunque ésta sea única como acto
procesal del juez.

En opinión de Calamandrei, en el litisconsorcio facultativo, a la pluralidad de las


partes corresponde una pluralidad de relaciones sustanciales controvertidas y una
pluralidad de acciones acumuladas en el mismo proceso. La acumulación no está
aquí impuesta por la unicidad de la relación controvertida ni por la naturaleza
inescindible de la legitimación, sino que está aconsejada por razones de oportunidad
inferida de la conexión que vincula entre sí las distintas causas acumuladas.

Aquí el proceso aparece único a pesar de que sean varias las causas contenidas en
él; pero en ese proceso se pueden distinguir tantas relaciones procesales cuantas
sean las causas: las partes mantienen entre sí la misma posición de reciprocidad
necesaria que tendrían si la causas se decidiesen por separado; entonces es posible
que en cierto momento las causas reunidas se separen, y cada una vuelva a ser
objeto de un proceso separado; y aunque el proceso continúa siendo único hasta el
fin, las decisiones de las distintas causas podrán ser distintas y correspondientes al

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distinto comportamiento observado en el proceso por las partes de cada una de las
causas.

Según Beatriz Quintero y Eugenio Prieto, aludir a litisconsorcio voluntario o facultativo


es aludir a un proceso acumulativo caracterizado por una conexidad subjetiva parcial.
El proceso con litisconsorcio voluntario es pues un proceso que sirve a la
composición de dos o más pretensiones entre las cuales hay una conexidad subjetiva
parcial que, por lo tanto, acumula partes, y una conexidad propia o impropia.
Acumulación entonces de partes y de pretensiones. Los indicados autores anotan,
además, sobre el litisconsorcio voluntario o facultativo lo siguiente: Refiere a una
reunión de sujetos, a una multiplicación de las partes en cada posición del proceso,
demandantes o demandadas, evidenciándose un proceso con pluralidad de
pretensiones, pero además con pluralidad de partes, es decir, con más de dos partes.

Los litisconsortes facultativos en el proceso litisconsorcial, sean propios o impropios


gozan de total autonomía, unos con respecto a los otros, como que son litigantes
separados unidos apenas en la unidad formal del proceso, pero con total
independencia de las paralelas relaciones subyacentes.

Los actos de cada litisconsorte facultativo no redundan en provecho ni en perjuicio de


los demás y cada pretensión es decidida autónomamente en la sentencia única,
inclusive con decisiones diversas con respecto a cada pretensión, sin otra unidad
distinta de la unidad formal, esto, es decir con el único vínculo de que sea una la
sentencia que contiene todas y cada una de las autónomas decisiones”

Características del litisconsorcio facultativo

Según Gómez de Liaño González y Pérez-Cruz Martín, son características del


litisconsorcio facultativo las que indican a continuación:

1. Supone una acumulación subjetiva de acciones, que puede afectar a la


competencia y que se resuelve a favor del tribunal del lugar correspondiente a la
acción que sea fundamento de las demás, y en su defecto, aquel que deba
conocer del mayor número de acciones acumuladas, y en último término, al del
lugar que corresponda a la acción más importante cuantitativamente.
2. Cada litisconsorte puede actuar independientemente con su representación y
defensa, no perjudicándole la actividad de los demás, aunque en ocasiones
puede favorecerle, como en el caso del recurso interpuesto solamente por uno
de ellos y que resulta estimado. No obstante, las posibles incidencias de orden
procesal planteadas por uno de ellos afectan a todos.
3. Hay un enjuiciamiento único. Aldo Bacre considera que el litisconsorcio
facultativo se caracteriza por lo siguiente:

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a. Presupone la existencia de una pluralidad de sujetos en una misma
posición de parte.
b. Presupone una pluralidad de pretensiones que eventualmente hubieren
podido ser ejercidas individualmente por los sujetos titulares de las
mismas e integrantes del litisconsorcio facultativo. En esto se diferencia
del litisconsorcio necesario, donde la característica es la unicidad de la
pretensión planteada.
c. Presupone conexidad en las pretensiones deducidas, ya sea por el título o
por el objeto o por ambas a la vez. No es necesaria la identidad del objeto
y de la causa. Basta con que haya conexidad en alguno de esos
elementos.
d. Depende de la voluntad de las partes.
El litisconsorcio facultativo depende exclusivamente de la voluntad de las
partes, pero, básicamente, de la voluntad de la parte actora. La voluntad
del demandado sólo será trascendente para la escisión del mismo. Es
decir, el actor goza de plena libertad para elegir las personas a las que ha
de demandar.
e. Los litisconsortes tienen entre sí autonomía e independencia.
En el litisconsorcio facultativo la posición de los sujetos se traduce en
notas de independencia y autonomía, por lo que son litigantes distintos en
sus relaciones con la contraparte, y los actos de uno, entonces, no
aprovechan ni perjudican a los demás. Así, si bien el litisconsorcio
constituye una relación procesal única con pluralidad de sujetos, cada uno
de éstos actúa en forma autónoma, de modo que existen tantas litis como
pretensiones se deducen, y tantos procesos como litis se propongan.

Actuación del litisconsorte facultativo

Adolfo Rivas sostiene que los litisconsortes son independientes y ello se refleja en
una operatoria procesal de total autonomía, de modo que pueden formular
alegaciones propias, aportar por su cuenta hechos al proceso y producir las pruebas
consiguientes; la confesión de unos no puede obligar a los otros, y los recursos se
computan individualmente no siendo extensivos sus resultados a los no recurrentes,
y, en general, los actos procesales de unos no trascienden a los otros, salvo
situaciones procesales indivisibles. Podetti dice de las facultades procesales de los
litisconsortes voluntarios que son personales a cada litisconsorte, pero no exclusivas
o excluyentes, en el sentido de que el ejercicio de ellas por uno y salvo casos
excepcionales, no impide a los otros ejercitarlas también y en forma diversa. Así si se
trata de litisconsorcio pasivo y uno pide el rechazo de la demanda, no impide que otro
se allane.

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El desistimiento, el reconocimiento o confesión de hechos formulado por uno de los
litisconsortes, no obliga a los demás. Pero con respecto al proceso como instrumento
de la acción, así como un acto del demandado puede hacer inútil un acto análogo del
otro sujeto; pedido de apertura a prueba, clausura del período de prueba, etc., o bien
puede impedir el fenómeno procesal de la perención, así, también la actividad o el
acto de un litisconsorte, puede hacer innecesario o evitar las consecuencias de la
inacción de los demás. La oposición de uno a la demanda hace necesario substanciar
el proceso, el planteamiento de cuestiones de hecho por uno de los litisconsortes,
impide que la cuestión se resuelva como de puro derecho; la deducción por uno de un
incidente suspensivo del procedimiento en lo principal, impide la prosecución del
proceso con respecto a todos hasta la resolución del incidente; la incompetencia, el
defecto legal, la falta o defecto en la representación de la contraria, opuesta por uno y
acogido, produce efectos con respecto a todos, etc.

De acuerdo a lo normado en nuestro ordenamiento jurídico:

 Los litisconsortes facultativos serán considerados como litigantes


independientes.
 Los actos de cada uno de ellos litisconsortes facultativos no favorecen ni
perjudican a los demás, sin que por ello se afecte la unidad del proceso.

Efectos del litisconsorcio facultativo

Véscovi, en lo relativo a los efectos procesales del litisconsorcio voluntario, enseña lo


siguiente:

En virtud de que sus integrantes no están en una idéntica relación jurídica sustancial,
en principio cada litisconsorte goza de una legitimación propia (dos víctimas de un
accidente, dos coacreedores, etc.) y son, en cierto modo, independientes.

Entonces la sentencia, aunque es una sola, puede afectar en forma distinta a cada
litisconsorte; uno puede apelar sin obligar al otro, cada uno puede oponer diversas
defensas o excepciones y el proceso puede terminar anormalmente de manera
independiente: uno puede desistir por sí solo, etc.

Únicamente los actos procesales, por ser el proceso uno solo, aparecen ligados, de
modo que el acto de impulso procesal de uno repercute sobre la suerte de los demás
(interrupción de la perención, rebeldía acusada a la contraparte, etc.)

Lino Palacio señala que son efectos del litisconsorcio facultativo los que se indican a
continuación:

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1. Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o algunos de los
litisconsortes producen sus efectos normales cualquiera sea la actitud asumida
por los restantes litisconsortes.
2. Con relación a la prueba, corresponde formular un distingo según que ella verse
sobre hechos comunes o sobre hechos individuales a uno o algunos de los
litisconsortes. En el primer caso, el juez debe valorar conjuntamente las
diligencias probatorias producidas por cada litisconsorte, pues no cabe concebir
que el convencimiento judicial acerca de la verdad de un hecho común se
produzca sólo con respecto a uno o a algunos de los litisconsortes. Por lo tanto,
si uno solo de los litisconsortes produce prueba acerca de un hecho constitutivo,
impeditivo o extintivo que reviste carácter común, ella será suficiente para tenerlo
acreditado con relación a los restantes. Pero la confesión o la admisión de un
hecho común, formulado por uno de los litisconsortes, no perjudica a los otros.
Si se trata de hechos individuales, debe estarse la prueba producida por el
litisconsorte al cual tales hechos se refieren, sin perjuicio de que la prueba
producida por los otros pueda computarse a título indiciario.
3. Los recursos interpuestos por uno de los litisconsortes no benefician a los
restantes.
4. El litisconsorcio facultativo trae aparejado, en ciertos supuestos, un
desplazamiento de la competencia por razón del lugar, de la materia y del valor.
Conforme se desprende del artículo 94 del Código Procesal Civil, es efecto del
litisconsorcio facultativo la actuación independiente de los respectivos
litisconsortes, sin que los actos de cada uno de ellos favorezcan o perjudiquen a
los demás litisconsortes facultativos, lo cual, dicho sea de paso, no afectará en
nada la unidad del proceso.

Jurisprudencia casatorio relacionada con el litisconsorcio facultativo o

voluntario

La Corte Suprema de Justicia de la República, en relación al litisconsorcio facultativo


o voluntario, ha establecido lo siguiente:

 El litisconsorcio facultativo corresponde a una acumulación subjetiva, mediante la


cual voluntariamente una pluralidad de sujetos actúa como parte demandante o
demandada, siendo considerados como litigantes independientes, conforme lo
precisa el artículo noventicuatro del Código Procesal Civil. Que, en un
litisconsorcio facultativo los sujetos que la conforman tienen diversa legitimidad e
interés para obrar, motivo por el cual en esta acumulación subjetiva cada litigante
actúa independientemente.

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 Conforme dispone el Artículo noventicuatro del Código Procesal Civil el litis
consorte facultativo debe ser considerado como un litigante independiente, es
decir, que adquiere la calidad de parte en el proceso.
 El recurrente dejó consentir la resolución apelada; quien interpuso el recurso de
apelación fue su codemandante, y no el recurrente; en el presente caso, la parte
accionante formó un litisconsorcio facultativo, razón por la cual los efectos de la
apelación sólo benefician a quien lo interpuso.
 Se advierte que se trata de un típico caso en el cual, habiendo pluralidad de
demandados, estos actúan en forma conjunta; por tanto, estamos ante un
supuesto de litisconsorcio facultativo, ello quiere decir que las actuaciones
individuales de cada litisconsorte no favorecen ni perjudican a los demás, en el
presente caso, la sentencia materia del recurso [de casación] evidentemente se
ha pronunciado de manera extra petita, sobre extremos que no han sido objeto
del recurso de apelación, y aún más sobre el derecho de sujetos procesales que
no han interpuesto el recurso de apelación en contra de la sentencia,
vulnerándose de este modo lo previsto en el artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Civil en cuanto a la prohibición de los Jueces de fundar sus
decisiones en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes y de
ir más allá del petitorio; por lo que el recurso extraordinario debe ser amparado
por esta causal; toda vez que se ha pronunciado en forma extrapetita otorgando
el derecho a quienes no han hecho uso del recurso de apelación. (División de
Estudios Jurídicos de Gaceta Jurídica, ABRIL 2015)

pág. 16
BIBLIOGRAFÍA

1. Casación , 1336-02 (publicada en el Diario Oficial El Peruano 03 de 02 de 2003).

2. Casación, 2906-2006 (publicada en el Diario Oficial El Peruano 02 de 10 de

2007).

3. División de Estudios Jurídicos de Gaceta Jurídica. (ABRIL 2015). MANUAL DEL

PROCESO CIVIL Todas las figuras procesales a través de sus fuentes

doctrinarias y jurisprudenciales. Gaceta Jurídica S.A

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