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CONCEPTO
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El litisconsorcio es un instituto procesal que permite una acumulación subjetiva;
es decir, la presencia en el proceso de dos o más personas. Al respecto, el
artículo noventidós del Código Procesal Civil señala que:
Hay litisconsorcio cuando dos o más personas litigan en forma conjunta como
demandantes o demandados, porque tiene una misma pretensión, sus
pretensiones son conexas o porque la sentencia a expedirse respecto de una
pudiera afectar a la otra. Permite, entonces, la presencia de varias personas
como partes que, por obligaciones directas o intereses comunes, están unidas
en una determinada posición y piden al órgano jurisdiccional el pronunciamiento
de una decisión lógica y jurídicamente unitaria. Este conjunto de personas
integradas en una misma posición constituye una parte procesal única, aunque
compleja. Por ello, se considera que dicha figura se presenta cuando en una
relación procesal, ya sea en la parte demandante o en la parte demandada, o en
ambas, aparecen varios sujetos que, independientes jurídicamente unos de
otros, son unificados procesalmente por tener un interés común. En un proceso
litisconsorcial aparecen tantas pretensiones u oposiciones como, sujetos
litisconsortes existan enfrentados. (Casación, 2007)
La intervención litisconsorcial no supone la exclusión ni el reemplazo del titular
de la relación jurídica contra el cual se ha incoado la demanda, sino la inclusión
del litisconsorte como un sujeto procesal más, que pasa a integrar una de las
partes; razón por la cual, el órgano jurisdiccional se encuentra en la obligación de
pronunciarse respecto de todos y cada uno de los intervinientes en el proceso,
declarando cuales son los derechos o las obligaciones que les asiste.
(Casación , 2003)
La intervención litisconsorcial, en forma y modo alguno, implica la ampliación de
la demanda, siendo ella una modificación en cuanto a los sujetos procesales.
Los litisconsortes son partes, en sentido estricto, de la relación jurídica procesal,
a diferencia del tercero. (Casación, 2007)
De acuerdo con la posición de las partes, el litisconsorcio se clasifica en activo,
pasivo y mixto. Al momento de su formación se clasifica en originario, cuando
existe pluralidad de sujetos desde el inicio del proceso, y sucesivo, cuando se
produce durante el desenvolvimiento del proceso -sucesión procesal, integración
de la Litis acumulación de procesos e intervención adhesiva litisconsorcial. Por
último, el litisconsorcio, atendiendo a su fuente de origen, es facultativo cuando
la pluralidad de sujetos obedece a criterios de ocasionalidad o economía; y, por
ende, surge por voluntad de las partes, y en modo alguno por una exigencia
legal; y será necesario cuando la presencia de una pluralidad de partes en el
proceso se imponga por la naturaleza de la propia pretensión discutida o por las
implicancias de la resolución judicial que ha de recaer en el proceso.
El pedido de intervención litisconsorcial no obtuvo respuesta alguna -ya sea
positiva o negativa- pese a que el artículo 98 del Código Procesal Civil dispone
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que dicho tipo de intervención puede ocurrir, incluso, durante el trámite en
segunda instancia. Este proceder, como es evidente, colisiona con el derecho al
debido proceso reconocido en el inciso 3° del artículo 139 de la Constitución
Política del Estado.
De acuerdo con el artículo noventa ocho del Código Procesal Civil, el
litisconsorte de una parte goza de las mismas facultades de esta, lo que implica
que puede interponer medio impugnatorio.
No es viable fundar la defensa en actos procesales efectuados o dejados de
realizar por el litis consorte, los que no generan perjuicio a la recurrente.
Según este principio procesal [principio de unicidad del proceso] el proceso es
único y, por ende, se desarrolla mediante un conjunto de actos procesales
orientados a la solución de un determinado conflicto de intereses o la eliminación
de una incertidumbre, ambas de connotación jurídica. Siendo ello así, resulta
antiprocesal que en un sólo procesó [sic -léase que en un solo proceso-] existan
dos pronunciamientos dictados por cada instancia, pues aun cuando la parte
emplazada sea un litisconsorcio pasivo, ésta circunstancia fáctica [sic -léase esta
circunstancia fáctica-] no obsta para que se emita una sola decisión que resuelva
en definitiva la controversia surgida en autos que comprenda a todos los
demandados unitariamente.
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CONCEPTO
Podetti sostiene que habrá litisconsorcio necesario, activo, pasivo o mixto; propio o
anómalo, cuando por estar los sujetos, activos, o pasivos, legitimados
substancialmente en forma inescindible, la sentencia debe ser pronunciada
necesariamente frente a todos los legitimados. Esta necesidad, es solamente
substancial, en cuanto nada impide que el progreso se sustancie y falle, con
prescindencia de alguno de los legitimados. Pero la sentencia así pronunciada, será
inútil, por cuanto no podría cumplirse, ya que sus efectos, que indispensablemente
deberán llegar a todos los legitimados, no podrían alcanzar a quienes no fueron
sujetos del proceso.
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Otras veces, la necesidad del litisconsorcio se halla determinada por la misma
naturaleza de la relación o situación jurídica controvertidas. Como principio de
carácter general, sin embargo, puede decirse que el litisconsorcio necesario procede
siempre que, por hallarse en tela de juicio una relación o estado jurídico que es
común e indivisible con respecto a una pluralidad de sujetos, su modificación,
constitución o extinción no tolera un tratamiento procesal por separado y sólo puede
lograrse a través de un pronunciamiento judicial único para todos los litisconsortes. A
lo que cabe añadir que resulta indiferente, para el caso, el tipo de decisión que se
persiga.
Este grupo de casos recoge muchos supuestos que pasan casi a fundirse con los
anteriores.
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ha de carecer de utilidad práctica, la ley prevea la forma de materializar esa
integración.
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Actuación del Litisconsorte Necesario
Los litisconsortes tienen todo el estatus de parte principal. Pueden, pues, litigar
unidos o por separado, en cuyo caso todos ellos conformarán, mediante sus escritos
de contestación a la demanda, el objeto procesal.
A criterio de Lino Palacio, son efectos del litisconsorcio necesario los que describe a
continuación:
1. Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o algunos de los
litisconsortes (allanamiento, desistimiento, transacción, conciliación) sólo
producen sus efectos normales en la medida en que los restantes litisconsortes
adopten la misma actitud. Por lo tanto, y en razón de la indivisibilidad que
caracteriza a dicho objeto, aquellos actos sólo pueden traer aparejada la
consecuencia de liberar a su autor o a sus autores de las cargas inherentes al
ulterior desarrollo del proceso, y de eximirlos de la responsabilidad por el pago
de las costas relativas a los trámites realizados sin su intervención, pero no los
excluyen de los efectos de la sentencia, cuyo contenido no puede diferir con
relación a las distintas litisconsortes.
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2. Las defensas opuestas por uno o algunos de los litisconsortes, sea que se
funden en hechos comunes o individuales, favorecen a los demás.
3. Las alegaciones y las pruebas aportadas por los litisconsortes deben ser
valoradas en su conjunto, aun cuando resulten contradictorias. Corresponde
tener en cuenta, sin embargo, que la confesión o la admisión de hechos
formulada por uno o por alguno de los litisconsortes no pueden ser invocadas
contra los restantes, en tanto el hecho que ha sido objeto de tales actos no se
encuentre probado con relación a estos últimos. No obstante, la admisión o la
confesión pueden eventualmente valer como prueba indiciaria.
4. Los recursos interpuestos por cualquiera de los litisconsortes favorecen
eventualmente a los demás. Aldo Bacre, en lo que atañe a los efectos del
litisconsorcio necesario sobre las sentencias definitivas, apunta lo siguiente:
a) De condena
La eficacia ejecutiva de la sentencia de condena solamente relaciona a las
partes del pleito y no es oponible a terceros, ya que no es imprescindible, salvo
mandato legal, la presencia de todos los legitimados.
b) Constitutivas
Son aquellas sentencias que establecen un nuevo estado jurídico entre las
personas, v.gr. filiación, divorcio, etcétera. En éstas la eficacia tiene efectos erga
omnes. Esto es así por la naturaleza especialísima de las cuestiones de estado,
por lo que se requiere la presencia de todos los sujetos en el proceso.
c) Declarativas
Estas se agotan en el acertamiento; consecuentemente su propia declaratividad
tiene valor únicamente para los que intervinieron en el juicio.
obligatorio
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El proceso actual permite la intervención de terceros, no incluidos en la
demanda, debiendo el Juez identificar la presencia actual o eventual, de todos
aquellos sujetos imprescindibles para el logro de una sentencia válida en cuyo
caso el Juez integra la relación, sea a petición de parte o de oficio. (Casación
Nro. 983-98 / Lima, publicada en el Diario Oficial El Peruano el 18-11-1998,
págs. 2056-2057).
Se trata litis consorcio por antonomasia, ya que la idea es, no de una posible
reunión de sujetos, sino de la exigencia de convocar a todos los interesados en
el mismo fallo, por la eficacia que para ellos tiene lo resuelto en un solo proceso.
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La ausencia de un litisconsorte necesario origina la invalidez de la relación
procesal. (Casación Nro. 719-2006 / Puno, publicada en el Diario Oficial El
Peruano el 31-08-2007, págs. 20103-20104).
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CONCEPTO
Dicho autor precisa que “en el litisconsorcio voluntario la sentencia contendrá tantos
pronunciamientos como partes integrantes del litisconsorcio; en consecuencia, no hay
comunidad de suertes entre las partes, y, por ello, puede hacerse lugar a la demanda
de un coactor y rechazarse la de otro u otros.
El referido jurista explica que es facultativo para las partes, porque podrían instaurar
tantos juicios por separado y obtener otras tantas sentencias separadas por cada uno
de ellos, pero, al existir conexidad en el título o en el objeto, se considera oportuno
unir en un juicio único todas las demandas para que el juez emita una providencia
única para todos. Es decir, cada sujeto puede invocar una legitimación procesal
autónoma, por lo que, a diferencia de lo que acontece con el litisconsorcio necesario,
tanto el resultado del proceso cuanto el contenido de la sentencia definitiva puede ser
diferentes con respecto a cada uno de ellos, aunque ésta sea única como acto
procesal del juez.
Aquí el proceso aparece único a pesar de que sean varias las causas contenidas en
él; pero en ese proceso se pueden distinguir tantas relaciones procesales cuantas
sean las causas: las partes mantienen entre sí la misma posición de reciprocidad
necesaria que tendrían si la causas se decidiesen por separado; entonces es posible
que en cierto momento las causas reunidas se separen, y cada una vuelva a ser
objeto de un proceso separado; y aunque el proceso continúa siendo único hasta el
fin, las decisiones de las distintas causas podrán ser distintas y correspondientes al
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distinto comportamiento observado en el proceso por las partes de cada una de las
causas.
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a. Presupone la existencia de una pluralidad de sujetos en una misma
posición de parte.
b. Presupone una pluralidad de pretensiones que eventualmente hubieren
podido ser ejercidas individualmente por los sujetos titulares de las
mismas e integrantes del litisconsorcio facultativo. En esto se diferencia
del litisconsorcio necesario, donde la característica es la unicidad de la
pretensión planteada.
c. Presupone conexidad en las pretensiones deducidas, ya sea por el título o
por el objeto o por ambas a la vez. No es necesaria la identidad del objeto
y de la causa. Basta con que haya conexidad en alguno de esos
elementos.
d. Depende de la voluntad de las partes.
El litisconsorcio facultativo depende exclusivamente de la voluntad de las
partes, pero, básicamente, de la voluntad de la parte actora. La voluntad
del demandado sólo será trascendente para la escisión del mismo. Es
decir, el actor goza de plena libertad para elegir las personas a las que ha
de demandar.
e. Los litisconsortes tienen entre sí autonomía e independencia.
En el litisconsorcio facultativo la posición de los sujetos se traduce en
notas de independencia y autonomía, por lo que son litigantes distintos en
sus relaciones con la contraparte, y los actos de uno, entonces, no
aprovechan ni perjudican a los demás. Así, si bien el litisconsorcio
constituye una relación procesal única con pluralidad de sujetos, cada uno
de éstos actúa en forma autónoma, de modo que existen tantas litis como
pretensiones se deducen, y tantos procesos como litis se propongan.
Adolfo Rivas sostiene que los litisconsortes son independientes y ello se refleja en
una operatoria procesal de total autonomía, de modo que pueden formular
alegaciones propias, aportar por su cuenta hechos al proceso y producir las pruebas
consiguientes; la confesión de unos no puede obligar a los otros, y los recursos se
computan individualmente no siendo extensivos sus resultados a los no recurrentes,
y, en general, los actos procesales de unos no trascienden a los otros, salvo
situaciones procesales indivisibles. Podetti dice de las facultades procesales de los
litisconsortes voluntarios que son personales a cada litisconsorte, pero no exclusivas
o excluyentes, en el sentido de que el ejercicio de ellas por uno y salvo casos
excepcionales, no impide a los otros ejercitarlas también y en forma diversa. Así si se
trata de litisconsorcio pasivo y uno pide el rechazo de la demanda, no impide que otro
se allane.
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El desistimiento, el reconocimiento o confesión de hechos formulado por uno de los
litisconsortes, no obliga a los demás. Pero con respecto al proceso como instrumento
de la acción, así como un acto del demandado puede hacer inútil un acto análogo del
otro sujeto; pedido de apertura a prueba, clausura del período de prueba, etc., o bien
puede impedir el fenómeno procesal de la perención, así, también la actividad o el
acto de un litisconsorte, puede hacer innecesario o evitar las consecuencias de la
inacción de los demás. La oposición de uno a la demanda hace necesario substanciar
el proceso, el planteamiento de cuestiones de hecho por uno de los litisconsortes,
impide que la cuestión se resuelva como de puro derecho; la deducción por uno de un
incidente suspensivo del procedimiento en lo principal, impide la prosecución del
proceso con respecto a todos hasta la resolución del incidente; la incompetencia, el
defecto legal, la falta o defecto en la representación de la contraria, opuesta por uno y
acogido, produce efectos con respecto a todos, etc.
En virtud de que sus integrantes no están en una idéntica relación jurídica sustancial,
en principio cada litisconsorte goza de una legitimación propia (dos víctimas de un
accidente, dos coacreedores, etc.) y son, en cierto modo, independientes.
Entonces la sentencia, aunque es una sola, puede afectar en forma distinta a cada
litisconsorte; uno puede apelar sin obligar al otro, cada uno puede oponer diversas
defensas o excepciones y el proceso puede terminar anormalmente de manera
independiente: uno puede desistir por sí solo, etc.
Únicamente los actos procesales, por ser el proceso uno solo, aparecen ligados, de
modo que el acto de impulso procesal de uno repercute sobre la suerte de los demás
(interrupción de la perención, rebeldía acusada a la contraparte, etc.)
Lino Palacio señala que son efectos del litisconsorcio facultativo los que se indican a
continuación:
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1. Los actos de disposición del objeto procesal realizados por uno o algunos de los
litisconsortes producen sus efectos normales cualquiera sea la actitud asumida
por los restantes litisconsortes.
2. Con relación a la prueba, corresponde formular un distingo según que ella verse
sobre hechos comunes o sobre hechos individuales a uno o algunos de los
litisconsortes. En el primer caso, el juez debe valorar conjuntamente las
diligencias probatorias producidas por cada litisconsorte, pues no cabe concebir
que el convencimiento judicial acerca de la verdad de un hecho común se
produzca sólo con respecto a uno o a algunos de los litisconsortes. Por lo tanto,
si uno solo de los litisconsortes produce prueba acerca de un hecho constitutivo,
impeditivo o extintivo que reviste carácter común, ella será suficiente para tenerlo
acreditado con relación a los restantes. Pero la confesión o la admisión de un
hecho común, formulado por uno de los litisconsortes, no perjudica a los otros.
Si se trata de hechos individuales, debe estarse la prueba producida por el
litisconsorte al cual tales hechos se refieren, sin perjuicio de que la prueba
producida por los otros pueda computarse a título indiciario.
3. Los recursos interpuestos por uno de los litisconsortes no benefician a los
restantes.
4. El litisconsorcio facultativo trae aparejado, en ciertos supuestos, un
desplazamiento de la competencia por razón del lugar, de la materia y del valor.
Conforme se desprende del artículo 94 del Código Procesal Civil, es efecto del
litisconsorcio facultativo la actuación independiente de los respectivos
litisconsortes, sin que los actos de cada uno de ellos favorezcan o perjudiquen a
los demás litisconsortes facultativos, lo cual, dicho sea de paso, no afectará en
nada la unidad del proceso.
voluntario
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Conforme dispone el Artículo noventicuatro del Código Procesal Civil el litis
consorte facultativo debe ser considerado como un litigante independiente, es
decir, que adquiere la calidad de parte en el proceso.
El recurrente dejó consentir la resolución apelada; quien interpuso el recurso de
apelación fue su codemandante, y no el recurrente; en el presente caso, la parte
accionante formó un litisconsorcio facultativo, razón por la cual los efectos de la
apelación sólo benefician a quien lo interpuso.
Se advierte que se trata de un típico caso en el cual, habiendo pluralidad de
demandados, estos actúan en forma conjunta; por tanto, estamos ante un
supuesto de litisconsorcio facultativo, ello quiere decir que las actuaciones
individuales de cada litisconsorte no favorecen ni perjudican a los demás, en el
presente caso, la sentencia materia del recurso [de casación] evidentemente se
ha pronunciado de manera extra petita, sobre extremos que no han sido objeto
del recurso de apelación, y aún más sobre el derecho de sujetos procesales que
no han interpuesto el recurso de apelación en contra de la sentencia,
vulnerándose de este modo lo previsto en el artículo VII del Título Preliminar del
Código Procesal Civil en cuanto a la prohibición de los Jueces de fundar sus
decisiones en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes y de
ir más allá del petitorio; por lo que el recurso extraordinario debe ser amparado
por esta causal; toda vez que se ha pronunciado en forma extrapetita otorgando
el derecho a quienes no han hecho uso del recurso de apelación. (División de
Estudios Jurídicos de Gaceta Jurídica, ABRIL 2015)
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BIBLIOGRAFÍA
2007).
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