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El diablo viste a la moda (2006)

Resumen
El elenco de El diablo viste a la moda se reunió a 15 años del estreno de la mítica película
estadounidense dirigida por David Frankel, que se lanzó el 22 de junio de 2006. Lo hizo para un
especial de la revista Entretaiment Weekly, en la que Meryl Streep, Anne Hathaway, Emily Blunt,
Stanley Tucci y otros actores debatieron sobre el film y su éxito.

Allí, revelaron que Nate, el personaje interpretado por Adrian Grenier, es el verdadero villano de la


historia. El personaje es el novio de “Andy” Sachs (Hathaway), un chef que finalmente se separa de
la protagonista al alegar que se convirtió en una persona gobernada por su jefa y que le da más
importancia a su trabajo que a la relación.

“Nate no había crecido, pero Andy sí”, reconoció Grenier en diálogo con el medio
estadounidense. El actor asumió que al principio lo desconcertaba la idea de que su personaje
fuera el malo de la película, y que recién pudo aceptarlo cuando maduró y comprendió la
situación.

“Cuando todo eso salió por primera vez no me cabía en la cabeza”, señaló el intérprete de Nate. Y
explicó: “No lo entendía. Tal vez era porque no era un hombre maduro, al igual que Nate, al que
probablemente le hubiera venido bien madurar un poco. Yo era tan inmaduro como él en ese
momento, así que no podía ver sus defectos”.

Pero, el también músico y director de cine estadounidense, de 44 años, contó que después de
tomarse un tiempo para pensar y “de deliberar mucho en Internet”, pudo darse cuenta de la
verdad en esa perspectiva. “(Andy) Necesitaba más de la vida, y lo estaba consiguiendo. Él no
podía apoyarla como ella necesitaba porque era un chico frágil y herido”, describió.

Entonces, Adrian agregó, entre risas: “En nombre de todos los Nates que hay ahí afuera: ¡Vamos!
Aumenten el ritmo”.

Consultada al respecto, Anne Hathaway se mostró bastante más comprensiva con Nate como
personaje, y señaló que aunque era un poco inmaduro, podía entender de dónde venía. “No creo
que todo el mundo sea completamente honesto consigo mismo sobre sus propios
berrinches. Nate estaba de mal humor en su cumpleaños porque su novia no estaba allí”,
sostuvo la actriz.

Y agregó: “En retrospectiva, estoy segura de que desearía haber tomado una decisión diferente,
pero ¿quién no lo hace? Todos hemos sido inmaduros en diferentes momentos. Todos tenemos
que vivir, dejar vivir y hacerlo mejor”.

La guionista Aline Brosh McKenna contó que la película iba a tener originalmente un final


diferente, “más convencional” en el que se vería a Andy y Nate huir juntos hacia el atardecer, en
lugar de la escena más abierta que finalmente se vio.
En los últimos minutos del film, la pareja se reúne para discutir todo lo que pasó. Y pese a que no
se confirma si vuelven a estar juntos o no, su vínculo queda en un tono más positivo y
esperanzador.

“La película solía terminar con una escena un poco más optimista con Nate, más de
reconciliación”, contó la guionista, y siguió: “Son tan jóvenes y están eligiendo cónyuges para su
vida, pero sabemos que los jóvenes de 25 años no están en esa posición”.

Allí, contó que Anne Hathaway fue la que tuvo la idea de que no se besaran durante esa escena, ya
que pensaba que la pareja tenía “demasiada historia” y que ya no estaba en ese punto de su
relación.

“Ella tenía razón”, afirmó Adrian. “Renunciamos a esa intimidad por algo más familiar”, indicó.

El Diablo viste a la moda es una adaptación de la historia fáustica de Lauren Weisberger, inspirada


en la época en que la autora trabajaba bajo las órdenes de la editora jefe de Vogue, Anna
Wintour. Desde su estreno, causó sensación con su historia de tinte feminista y atractivo general.

El personaje de Miranda Priestly (Meryl Streep) causó sensación con su impecable representación


de la mujer en una posición de poder, con todas sus virtudes y defectos, en un mundo dominado
por los hombres.

Asimismo, la comedia dramática se destacó en su mezcla de outfits increíblemente chic, diálogos


caracterizados por humor inteligente, agudo e irreverente y la excelente química entre sus
protagonistas, entre los que también se destacan Emily Blunt y Stanley Tucci.

La película tuvo un presupuesto escueto, de 35 millones de dólares. Por lo que McKenna reveló


que sus escenas finales, ambientadas en París casi tuvieron que ser rodadas en los Estados Unidos.
La guionista contó que el estudio le pidió hacer recortes y calcula que eliminó escenas por valor
de 10 millones de dólares.
El Método (2005)

Resumen

En este breve artículo os presento presento una película que aporta valor y que detalla bien algunos aspectos aplicables
al mundo de las relaciones humanas y de la empresa, me refiero a la excelente coproducción hispano argentina
ganadora de varios premios Goya, «el método«, dirigida en 2005 por Marcelo Piñeyro y basada en la exitosa obra de
teatro de Jordi Galcerán, «El método Gronholm«, obra que fue representada con gran éxito en varios países durante
más de nueve años. El filme es fiel al espíritu de la obra teatral, si bien deja a un lado su lado cómico e incorpora más
candidatos a la selección final, cada uno fiel a su perfil.

Se trata de un filme donde se relatan las vicisitudes vividas por una serie de aspirantes finalistas a un puesto de trabajo
directivo en una multinacional y que deben enfrentarse a un innovador proceso de selección final, el llamado «método
Gronholm«.

Este desconocido, desconcertante, e innovador método de selección hará que todos los personajes vivan y sufran a una
serie de pruebas sucesivas tendentes cada vez a eliminar a uno de ellos, de tal manera que sólo pueda quedar uno al
final, y éste será quien que se llevará el puesto de trabajo.

La historia, más o menos, va como sigue; los aspirantes van llegando al lugar donde el proceso de selección habrá lugar,
una sala habilitada al efecto en el último piso del edificio de la multinacional, pero antes de acceder a la sala de
reuniones deberán primero hablar con quien será, el principio, el único contacto que tendrán con el personal de la
empresa, una enigmática pero coqueta secretaria, Montse. Montse ( Natalia Verbeke) aparecerá en ciertos y escogidos
momentos y será crucial para el desarrollo de algunas de las pruebas.

Los aspirantes, de entrada, deberán pasar por la pequeña humillación de tener que rellenar otra vez un sinfín de
formularios, mientras pueden observar como la secretaria va destruyendo papeles, que bien podrían ser las anteriores
solicitudes. Una vez pasada esta pequeña formalidad, ya dentro de la sala, tendrán tiempo de hablar entre ellos, hasta
que el proceso de selección empiece, al principio y aparentemente, de manera inocente, pero con un ritmo y cadencia
que irá cada vez a más, llegando incluso a sucederse situaciones en los que aflorará lo peor de cada uno de los
candidatos, y en las que no dudarán de usar las más perversas artimañas para intentar desbancar el uno al otro.

De hecho, cada prueba parece diseñada para acabar con cada uno de los candidatos, desde explorar en el pasado de un
fuerte candidato, pero con un pasado oscuro, a poner a prueba los nervios de un veterano directivo, a desechar a la
candidata de más edad, a poner en aprietos al candidato más titubeante, o a descartar a un buen candidato, pero que
no tiene conocimiento de idiomas. Es decir, que en el «Método Gronholm» nada queda al azar y nadie es lo que
aparenta ser.

Es una película que merece un segundo visionado en el que se puedan observar mejor los matices, como el cómo va una
conversación cuando alguien pretender ir a parar a un lugar, o cómo alguien se inhibe hábilmente de una situación
peligrosa y pasa toda la responsabilidad al candidato más débil, o cómo dos rivales se pueden aliar para desbancar a otro
rival, atacando su debilidad en idiomas. Lo peor de la película, en mi opinión, quizá sea que su ritmo sufra de un cierto
parón mientras relata lo que sucede durante la pausa para comer, en concreto, en las escenas de los lavabos que creo
que no aportan nada a la trama.

Aun así, la película sabe retomar bien el ritmo yendo a más cada vez, tanto en el pase de tres a dos candidatos, como en
la prueba final, donde uno de los finalistas consigue seducir al otro y convencerlo de abandonar juntos, engañándolo y
quedándose solo y ganador. Todo ello sucede mientras en el exterior ruge una gran protesta o manifestación en pro de
un mundo más justo, un verdadero clamor, un mensaje subliminal que se contrapone a lo vivido dentro de la sala de
reuniones donde se desarrolla la historia.
En definitiva, un filme en el que nada se deja al azar y en el que la moraleja está en el ambiente mismo. Realmente, un
filme apto para cualquier persona interesada en el mundo de la empresa, en las relaciones humanas, o en el buen cine
en general. Si os decidís a verla, estoy seguro de que no os arrepentiréis, espero vuestros comentarios.

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