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JUAN RODRIGUEZ 2014-2746 - ACTIVIDAD 2.

Como dice paradoja de la historia, según mi particular criterio, la anexión a España en 1861, no
puede enfocarse como un hecho que llega súbitamente o como algo casual, olvidando que todo
hecho obedece a una causa generadora, o lo mismo, como resultado del conjunto de
manifestaciones o fenómenos que caracterizan un proceso. Si el asunto fuera simple, con
responsabilizar solo a Pedro Santana, olvidando otros condicionantes, sería como decir, ¨que la
fiebre está en la sabana, no en el cuerpo¨. En consecuencia, como soporte de lo anterior, abordaré
el presente tema soportado en los aspectos siguientes: I: Aspectos económicos: El compendio,
¨Hacienda pública, 1844-2000¨, p.13, dispone del dato, que al momento del trabucazo de Matías
Ramón Mella, el 27 de febrero de 1844, o sea diecisiete años antes de la anexión, el erario público,
era de $ 6,068.64 pesos fuertes y $ 5,093.77 en papel de moneda. Destacamos primero, que
Santana, siendo un tosco, tenaz y guerrero, con su escasa visión de hatero, idealiza construir una
nación, sin tener en cuenta el aislamiento regional, escaso contacto externo y con solo cuatro
puertos, más otras adversidades, que no permitieron el sostenimiento de la independencia. (p.12) A
partir de ese momento, se marca la cruz de San Blas, en la frente de la recién instalada república,
dado que el 23 de julio de 1844, la junta gubernativa, se vio compelida a autorizar la primera
emisión de $ de 100,000 en papel moneda, marcando el viacrucis que comprometió la solvencia y la
soberanía. Es importante, resaltar que a la cantidad de préstamos tomados desde Santana y Báez, en
el capítulo II del compendio, Hacienda Pública, 1844-2000, se nombra como: La Plaga de las
emisiones, 1849-1881. A propósito, se llegó a externar. Encorvada por el paso de la guerra y las
desbordantes emisiones, la hacienda trilla el obscuro callejón de la bancarrota y la disolución. (pág.
29, ob. Cit.) David Coén, por su lado, nuevo Ministro de Hacienda, nombrado por Báez tras su
retorno al poder, informa de grandes irregularidades, acusándose a Santana de ser el responsable, lo
cual encendió la desavenencia política entre ambos bandos, y aunque todo se disuadió, como quiera
Santana fue embarcado a Martinica, el 7 de julio del 1857. Al retornar Santana al poder en 1858,
dentro del medio del caos, nombra su nuevo Ministro, José Mateo Perdomo, pieza maestra para
garantizar la anexión, y ya como preámbulo al plan, ordena desmonetizar el circulante estimado en $
45, 290,430.00, generando una reacción colectiva, incluso, los cónsules extranjeros, abandonaron el
país, hasta que Santana, forzado por esa presión, se retrotrae y toma otras decisiones más blandas,
sin embargo, al quedar cercado por una oposición y las dificultades financieras, propicia buscar el
protectorado que defendía. Miguel Lavastida, quien fue ministro de hacienda, tanto en los gobiernos
de Báez y Santana, en su memoria, en 1856, dijo. El sistema monetario y su depreciación
ascendente, no dudando que si la crisis que atravesamos se prolongase, sin hacernos ilusivas es de
prever, llegaría el país al último grado de decadencia y bancarrota. (ob. cit. Pag.39) El presidente
Santana, sabido de la situación política y su rivalidad con Báez, vulnerando la ley 608 del 30 de junio
de 1859, determina una emisión $ 50, 000.00 fuertes, lo cual generó una protesta general. Sin
embargo, adelantándose a la idea contraria de Báez, ejecuta la Anexión como respuesta económica
y política, aparte de la preocupación de la insolvencia, ya que el monto de emisiones acumuladas
desde 1844, era de 148,464,802, suma insostenible en ese tiempo.

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