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FECHA: 30 / 04 /2021
ALUMNO/A: Brian Iglesias y Juan Nicolás Séligmann
DNI: 36904732 / 32592726
MAIL: bjiglesiasm@gmail.com y nicoseligmann@gmail.com
CARRERA/MAESTRIA: Maestría en Teoría Política y Social / Maestría en
Comunicación y Cultura
COHORTE: 2020
MATERIA: Democracia, Representación y Agencia
DOCENTE/S: Gabriela Rodríguez Rial y Amilcar Salas Oroño.
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La historia de las ideas y los conceptos resulta una herramienta fundamental para
comprender los cambios sufridos en las sociedades a través del tiempo, así como las
diferencias que existen de un territorio a otro, incluso en la misma época. Comprender
la significación de las palabras resulta de vital importancia para graficar las sociedades
históricas, pero también para intentar rescatar elementos claves que puedan resultarnos
de gran utilidad en la actualidad.
PARTE A
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Dado lo acotado de este apartado y sólo con fines prácticas, trataremos los conceptos de democracia y república como caras de una
misma moneda llamada gobierno popular, tal como el trato que le brindan a estos conceptos diversos autores, como por ejemplo,
Dahl y Manin.
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Por ejemplo, Venecia.
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PARTE B
Emociones tecnológicas y monetizadas
El recorrido por el despliegue histórico de los principios, fundamentos y
prácticas de la democracia nos acerca a la pregunta por la experiencia democrática en el
presente latinoamericano.
El siglo XXI nos ofrece un escenario de caídas presidenciales anticipadas – en
diversos formatos y diferentes países – donde la constitucionalidad del régimen
democrático se mantiene, propiciando al mismo tiempo cuestionamientos a la legalidad
desde su propio interior (Malamud 2019). Así, nos encontramos con liderazgos
personalistas enlazados con un ocaso de los partidos políticos como figuras de
identificación, una acentuada polarización y radicalización de posiciones orientadas a
una lógica amigo-enemigo. Pero lo distintivo de estas caídas presidenciales anticipadas
en medio de gran hostilidad social, es que se presentan en un clima de creciente
malestar (Urbinati 2012), descontento y desconfianza (Zamitis Gamboa 2018). Esto nos
convoca también a considerar la dimensión afectiva de las sociedades democráticas para
analizar lo que compromete a sus actores con el sistema de creencias, valores y sentidos
democráticos. Es “una situación de carencia de valores, los cuales han sido
distorsionados, desplazados o descartados” (Puerta Riera, 2019, pp. 11).
Asimismo, para profundizar una teoría crítica de las formas de gobierno
contemporáneas precisamos atender a la relación entre política y técnica. Sobre todo, a
partir de la consolidación del sistema de comunicación e información sostenido en las
lógicas y las particularidades de la internet y su específica relación con la propiedad
privada. La arena para el debate público se condensa cada vez con mayor énfasis en la
territorialidad digital definida por dinámicas oligopólicas, corporativas, de
concentración y convergencia. Un abordaje que atienda a lo tecnológico considerará
tanto los efectos de la mediatización especular sobre la praxis política (Zamitis Gamboa
2019; Urbinati 2019) como también aquellos de la mercantilización globalizada sobre el
poder soberano estatal (Wood 2006, pp. 395, 406).
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Recordemos que, por ejemplo, esclavos y mujeres no eran considerados ciudadanos, y por lo tanto no tenían ninguna atribución
soberana.
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Así es que una búsqueda reflexiva de aquello que está configurando las
transformaciones democráticas experimentadas especialmente en América Latina puede
obtener interesantes resultados si investiga cómo se capitalizan las emociones
desencantadas en la institucionalidad democrática. Porque si “el sueño de la
democracia, como el de la libertad y la igualdad, no puede separarse de la
contingencia”, es en la experiencia concreta de las subjetividades humanas donde se
termina reforzando la soberanía de la ley democrática pero como “norma irresistible” de
un “orden socio-económico” específicamente burgués (Seco Martínez y Rodríguez
Prieto 2005, pp. 1, 5). Esto tiene un impacto crucial en el camino para garantizar la
libertad y la igualdad en la existencia concreta de la vida en común, ya que “el límite de
la democracia es, pues, su límite de clase” (Sánchez Vázquez 1983, pp. 1).
Al vincular ciertas lecturas de la filosofía de Carlos Marx a estas
interpretaciones de la mercantilización burguesa de las emociones al interior de las
instituciones democráticas, nos encontramos con la necesidad de enfocarnos en dos
fenómenos cruciales. Uno es la crisis financiera mundial de 2008 con su fractura de la
promesa de crecimiento indiscutido; aquella que se sostenía en la tríada moderna
civilización-progreso-cultura y el intercambio entre el desarrollo capitalista-tecnológico.
El segundo tiene que ver con la experiencia de la representación.
La retracción democrática
Uno de los elementos claves para comprender lo que está sucediendo en nuestros
regímenes democráticos es el fenómeno globalización y su implicación a la soberanía
estatal para aplicar medidas de ajuste y austeridad como solución y garantía de la
recesión mundial (Zamitis Gamboa 2019; Urbinati 2019). Se ha generado una
profundización de la concentración de la riqueza, la pobreza e indigencia. Las
consecuencias sociales y culturales de la negación del derecho a condiciones de vida
dignas impactan sobre el sistema democrático pues intensifican la angustia y el rechazo
a las instituciones democráticas de gobierno, representación y participación.
Los partidos políticos “sujetos a la dinámica de los intereses y combinados con
una franca apatía por parte de amplios sectores de la ciudadanía, han devenido en la
imposibilidad para afectar intereses enquistados o desigualdades sociales profundas”
(Baños, 2006, pp. 46); no logran dar respuestas eficaces al avance de la concentración
del capital y la pauperización de los niveles de vida. Esto impacta directamente sobre la
credibilidad de las instituciones democráticas para influir sobre los vaivenes
catastróficos del comercio internacional4.
Norberto Bobbio (1984) identificaba que el “´malestar´ al que se enfrenta
cotidianamente el ciudadano común (…) [implica una] contradicción entre la absoluta
legalidad formal de la democracia existente y el incumplimiento de aquellas promesas
que [le] prestaban legitimación” (citado en Zamitis Gamboa 2019, pp. 29). Si la
democracia ya no ofrece protección a las necesidades sociales de comida, refugio y
derechos, son las consecuencias del capitalismo globalizado las que “se vuelcan sobre
la democracia misma (…) haciéndola ver débil [porque] ya no responde a las demandas
de una sociedad que desconfía (...) de su ejercicio soberano” (Puerta Riera 2019, pp.
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En 2015, un estudio de la consultora internacional Latinobarómetro mostró que América Latina era la región del mundo con
mayor insatisfacción con el sistema democrático. Latinobarómetro (2015) Opinión Pública Latinoamericana, La confianza en
América Latina 1995-2015 [en línea]. Disponible en http://www.latinobarometro.org.
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36). Como afirma la autora, el problema económico que la crisis global proyecta sobre
los sistemas democráticos es en el plano de su ejercicio.
Esta situación se agrava aún más con las consecuencias por las medidas de
gobierno frente a la pandemia del Covid-19. El escenario recesivo se vio recrudecido
por la caída de la actividad del comercio mundial y un consecuente achicamiento de una
disponibilidad de recursos siempre escasa frente a la necesidad. La encrucijada en la
que, una situación sanitaria (ya previamente crítica) amenazando el derecho a la salud
pública, se resuelva restringiendo la movilidad de personas, bienes y servicios (más que
abordando la gestión de la industria alimenticia animal), pone aún más en jaque la
confianza ciudadana sobre las instituciones gubernamentales democráticas.
Esta relación entre poder económico y poder político define al ejercicio de la
decisión pública como inseparable de los intereses corporativos transnacionales,
reduciendo la garantía democrática de igualdad y libertad: “Es el capitalismo el que hizo
posible una democracia limitada, “formal” antes que “sustantiva” (…) El capitalismo es
estructuralmente antitético respecto de la democracia” (Wood, 2006, pp. 396)
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un defecto democrático que hoy es diseminado por la televisión y las nuevas tecnologías
de la comunicación y la información” (Urbinati, 2019, pp. 15). Antonio Negri, a partir
de sus lecturas de Marx, explica que “cualquier posibilidad democrática” se encuentra
obstaculizada “en el marco del liberalismo, porque bloquea la participación y el auto-
gobierno de los ciudadanos” (Seco Martínez y Rodríguez Prieto, 2005, pp. 5). Los
autores explican que Negri identifica en la racionalidad cartesiana la simbiosis entre
Estado y burguesía que, con la guerra y la paz como “valores bivalentes” que
configuran una “antinomia bueno-malo y amigo-enemigo (...) [bloquean] la
reproducción social de cualquier subjetividad oprimida” (Seco Martínez y Rodríguez
Prieto 2005, pp. 5-6).
En sus libros La Guerra Civil en Francia y Crítica al Programa de Gotha, Marx
asocia democracia y socialismo a partir del principio de representatividad, que se
profundiza al interior de una fase que tiende a la misma disolución de la forma Estado.
Ese es el movimiento democrático. Retomando el pensamiento de Marx y de Spinoza,
Negri conversa sobre “la responsabilidad permanente” (Seco Martínez y Rodríguez
Prieto 2005, pp. 38). Una responsabilidad que solo puede ser en la multitud. Pues
únicamente allí se puede hospedar el despliegue infinito de potencias que fundan y
resisten, creando formas democráticas no mistificadas, donde lo político no se encuentra
escindido de la realidad social. Así, “en esta ontología la democracia es esencialmente
revolucionaria” pues potencia es una ética que se opone al poder (Seco Martínez y
Rodríguez Prieto 2005, pp. 13-14).
Esta concepción crucial de la democracia para vivir nuestro tiempo nos invita a
considerarla como una praxis común. La estrategia propuesta por Negri permite
concebir un ejercicio democrático y “disutópico” del poder constituyente que libre de
las manos del capital a la potencia social. “La libertad comunista es un proceso abierto
que constituye (…) y constituir es asumir la contingencia contextualizada, es mantenerla
- no alejarla - al nivel de los sujetos y de las cosas. Constituir es historizar, es decir,
humanizar para luego liberar” (Seco Martínez y Rodríguez Prieto 2005, pp. 16).
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BILIOGRAFÍA
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Secretaría de Estudios Avanzados
-Manin B, (2006): Los principios del gobierno representativo. Madrid, España: Alianza.
-Maquiavelo, N. (1996): El príncipe. Madrid, España: Alianza.
-Pinto, J. (2002): El concepto de presidente plebiscitario del Reich de Weber y Schmitt.
En Dotti, J. y Pinto, J. (comps.). Carl Schmitt, su época y su pensamiento. Buenos
Aires, Argentina: EUDEBA.
-Puerta Riera, M. I. (2016) “Crisis de la democracia. Un recorrido por el debate desde la
teoría política contemporánea” Espiral, Revista de Estudios sobre Estado y Sociedad,
Vol, XXIII, Nº 65, abril 2006.
-Rodríguez Rial, G. (2019): La presencia de tradiciones y temas políticos clásicos en las
nuevas derechas latinoamericanas: el republicanismo bélico del PRO. En Estudios
Sociales del Estado - volumen 5, número 9, pp. 55 a 80.
-Sánchez Vázquez, A. (1983) “Marx y la democracia” en Cuadernos Políticos, Nº 36,
Ediciones era, México, D.F., abril-junio 1983, pp.31-39.
-Seco Martínez, J. y Rodríguez Prieto, R. (2005) “Una mirada a la Filosofía de la
Democracia de Toni Negri” en Cuadernos Electrónicos de Filosofía del Derecho.
SOCIEDAD ESPAÑOLA DE FILOSOFIA JURÍDICA Y POLITICA. pp. 1 – 17.
-Skinner, Q. (1990): La idea de libertad negativa: perspectivas filosóficas e históricas.
En Rorty, R., Schneewind, J.B., Skinner, Q. La filosofía en la Historia. Ensayos en la
Historiografía de la Filosofía (pp. 227-259). Barcelona, España: Paidós.
-Urbinati, N. (2013) “Crise e metamorfoses da democracia” en Revista Brasileira de
Ciências Sociais (Sao Paulo, ANPOCS) Vol. 28, Nº 82, junio.
-Weber, M. (2002): Economía y sociedad. México D.F, México: F.C.E.
-Wood, E. (2006) “Estado, democracia y globalización” en A. Boron, J.Amadeo y S.
González (compiladores) La teoría marxista hoy. Problemas y perspectivas Buenos
Aires: CLACSO. 395-407.
-Zamitiz Gamboa, H. (2018) “De la democracia liberal a la posdemocracia:
explicaciones sobre el malestar ciudadano contra las elecciones” Estudios Políticos
(UNAM) Nº 45. Deptiembre-diciembre 2018.