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Síndrome del Piramidal

El síndrome del piramidal, también conocido como falsa ciática, es una contractura muscular del músculo
piramidal que comprime el nervio ciático. La compresión genera dolor y sensación de hormigueo desde el
glúteo hasta la rodilla.

Síndrome del piramidal


¿Qué es el Síndrome del Piramidal?
El músculo piramidal (piriforme) es un músculo que se encuentra por debajo del glúteo que va desde el
sacro hasta el trocánter menor y su función consiste en llevar la pierna hacia fuera y rotarla externamente.

Justo por debajo de este músculo pasa el nervio ciático, por ello, si hay un acortamiento (contractura) del
músculo piramidal, comprime el nervio y genera dolor irradiado desde los glúteos hasta la rodilla.
¿Qué puede causarlo?
Contractura del piramidal
Aumentar la actividad
Golpe recibido sobre las nalgas
Permanecer sentado

Síntomas del Síndrome del Piramidal


Dolor irradiado hacia la rodilla
Hormigueo
Dolor al permanecer sentado
Dolor al cruzar las piernas
Dolor al subir cuestas o escaleras
Prevalencia y epidemiología
El síndrome piramidal hasta ahora tenía una prevalencia baja en la población, aunque estos últimos años se
está aumentado, ya que el sedentarismo es uno de los principales enemigos de esta patología. Es 4 veces
más común en las mujeres y en personas con trabajo de oficina.

MUJER
18-40 años MEDIA 40-60 años ALTA 60-80 años MEDIA

HOMBRE 20-40 años BAJA 40-60 años MEDIA 60-80 años BAJA

Cómo actuar ante el dolor


El síndrome del piramidal tiene una sintomatología muy parecida a una ciática por una hernia, pero con la
única diferencia de que si se relaja el músculo piramidal y se descomprime la compresión del nervio, la
sintomatología desaparece. De modo que, te recomendamos seguir los siguientes consejos para aliviar el
dolor y mejorar los síntomas

CONSEJOS QUE AYUDAN QUÉ ES RECOMENDABLE EVITAR


Reposo Sedestación prolongada
Disminuir la actividad deportiva en la primera Evita permanecer sentado durante mucho
semana tiempo, intentando levantarte de la silla cada 30
minutos
Estiramientos Actividad deportiva excesiva
Estirar el piramidal, los glúteos y la zona lumbar En las primeras fases, evitar los ejercicios de alta
3 series de 45 segundos dos veces al día actividad deportiva que te empeoren el dolor
Foam roller/pelota de tenis Gestos comprometidos
Colocar el rodillo o la pelota de tenis en el glúteo Evitar las actividades como subir cuestas o
(punto de dolor) y mantener la presión durante escaleras y cruzar las piernas o estar sentado
90 segundos. Relaja 30 segundos y repite 2 durante mucho tiempo
veces
Ejercicios de movilidad
Los ejercicios de movilidad de cadera te
ayudarán a restablecer la postura correcta de la
cadera, evitando las descompensaciones
¿Qué son los síntomas extrapiramidales?
Son un conjunto de síntomas producidos por el uso de psicofármacos que se manifiestan alterando la
motricidad. No todos los pacientes muestran todos los síntomas extrapiramidales, bastan sólo algunos para
tener la certeza de que lo que se sufre es un cuadro causado por los efectos adversos de los fármacos.

Sus tipos
Típicamente podemos dividir los síntomas extrapiramidales en cuatro grupos, todos ellos teniendo en común
que afectan a la conducta motora del individuo. Los síntomas extrapiramidales más característicos son la
acatisia, distonía, pseudoparkinsonismo y discinesia.

Acatisia
Tal vez el síntoma extrapiramidal más frecuente sea la acatisia. Se puede entender como una forma de
inquietud motora imposible de detener. Los pacientes dicen no poder estarse del todo quietos, de forma que
tampoco pueden dormir bien y su atención deja mucho que desear. Parece que estén nerviosos todo el rato,
no dejan de balancearse, caminar a un lado y a otro, mover los pies y las manos, torsiones del cuello,
etcétera.
Se trata de un síntoma muy incómodo y agotador para quien lo padece y puede ser violento para aquellos
que rodean al paciente y desconocen el porqué de la inquietud, estigmatizando al paciente y aislándolo aún
más.
Distonía
Los síntomas extrapiramidales incluyen también contracciones involuntarias de los músculos del cuello,
tronco superior y de las extremidades. Casi como si se tratase de los tics característicos del Síndrome de
Gilles de la Tourette o sus ecopraxias. La mayoría de distonías ocurren en la parte superior del cuerpo,
sobre todo en la cara.

Los pacientes hacen muecas extravagantes que acentúan aún más el comportamiento extraño causado por
el resto de síntomas extrapiramidales. Las complicaciones de este síntoma llegan a causar problemas
musculares como tortícolis o contracciones musculares crónicas.
Pseudoparkinsonismo
Este síntoma extrapiramidal simula los síntomas de la enfermedad de Parkinson, pero su aparición repentina
deja clara cuál es su causa. Hablamos de temblores en los dedos, debilidad de la voz, desaparición del
balanceo de los brazos al caminar debido a una gran rigidez muscular, etcétera.

Además puede acompañarse de bradipsiquia, esto es, un pensamiento enlentecido al pensar en situaciones
que no deberían suponer un gran esfuerzo. Con el consumo continuado de antipsicóticos, el
pseudoparkinsonismo se manifiesta también a través del síndrome del conejo, que son temblores de los
labios y movimientos de mascado.
Discinesia tardía
Se trata de movimientos involuntarios de la musculatura, casi siempre facial. Al contrario que las distonías,
las discinesias no ocurren por contracciones. Son movimientos relativamente complejos y estereotipados,
como sacar o doblar la lengua, fruncir el ceño, hacer movimientos de succión, etcétera. Recibe el nombre de
tardía ya que puede tardar meses o años en aparecer.

¿Cuál es su causa?
Los síntomas extrapiramidales ocurren cuando se toman psicofármacos que bloqueen los receptores de la
dopamina D2. Los síntomas psicóticos positivos como alucinaciones o delirios ocurren debido a la
sobreactivación de las rutas dopaminérgicas, de forma que los antipsicóticos tienen la tarea de bloquear los
receptores en estas rutas y calmar las tormentas de dopamina que se generan.
De paso, bloquean también los receptores en los ganglios basales, alterando la motricidad de la persona y
dando lugar a los síntomas extrapiramidales. No se trata del único mecanismo implicado, pues se sabe que
tanto la serotonina como la noradrenalina y la acetilcolina también participan en la aparición de estos
síntomas.
Por esto los antipsicóticos típicos, que inciden principalmente sobre los receptores D2 de dopamina son los
principales causantes de los síntomas extrapiramidales. Este es uno de los motivos por los que urgió
desarrollar los atípicos o antipsicóticos de segunda generación, que también incluyen acción serotoninérgica,
causando este problema con mucha menos frecuencia.
Kinesiología
Kinesiología viene del griego 'kinesis' que significa 'movimientos' y es una disciplina que estudia el
movimiento corporal y, concretamente, la reacción muscular ante un factor estresante o de sobrecarga.

SNC Y PERIFERICO
Para llevar a cabo sus tareas con eficiencia, el sistema nervioso está estructurado en central y periférico. El
sistema nervioso central (SNC) está formado por el encéfalo, que incluye la totalidad del cerebro y la médula
espinal, mientras que el sistema nervioso periférico (SNP) lo forma la enorme red de neuronas y fibras
nerviosas que se extienden desde el SNC hacia todo el organismo, incluyendo la superficie de la piel y las
extremidades, desde el cuero cabelludo hasta los dedos de los pies. Las vías de comunicación periférica se
dividen en nervios espinales (que provienen de la médula espinal) y nervios craneales (que provienen del
cráneo).
Sistema respiratorio
De manera más concreta, este sistema fundamental del cuerpo es el conjunto de órganos que hacen posible
la respiración. Allí es donde se realiza el intercambio de gases, donde la sangre es capaz de captar todo el
oxígeno de la atmósfera y eliminar el dióxido de carbono, que no es más que un elemento de desecho.
Para ello, los pulmones constituyen el órgano principal de todo este aparato, en compañía de las fosas
nasales, faringe, boca, laringe y tráquea. Mientras que los pulmones se entrelazan estrechamente con los
bronquiolos, bronquios y alvéolos pulmonares.
La composición del sistema respiratorio es muy amplia, pues se trata de un conjunto de órganos que
trabajan de la mano para tal finalidad. A continuación, conocerás cuáles son cada uno de esos elementos
que conforman éste aparato en el cuerpo humano.
Ventilación
Recuerda que la función del sistema respiratorio se basa en el desplazamiento de los gases o aires que
vienen desde la atmósfera hasta los pulmones, y luego de los pulmones hacia el exterior. Esto es posible por
el proceso que se conoce como ventilación. Ahora, para entrar en materia sobre la ventilación, podemos
adelantarte que se trata de un proceso cíclico que se divide en dos, una es la inspiración y otra la espiración.

A partir de allí se abre el camino para otro proceso, conectado igualmente con lo que se describió
anteriormente, y es el intercambio gaseoso. En este caso, cuando los alvéolos pulmonares están repletos de
aire tras la inspiración, el oxígeno se difunde por toda la sangre, mientras que el dióxido de carbono hace el
recorrido contrario, pasando de la sangre hacia los alvéolos pulmonares.
Una vez que el oxígeno ya ha realizado su paso por la sangre en los alvéolos pulmonares, todo ese oxígeno
debe distribuirse ampliamente por todo el cuerpo para dar respuesta a las exigencias de las células que de
manera literal, necesitan de oxígeno para mantenerse activamente potenciadas.
Así que cuando la sangre ya ha sido oxigenada y se transporta a los tejidos del cuerpo, esta se desliga de
una parte del oxígeno nada más, para incorporarse a una difusión simple que se lleva a cabo desde la
membrana hacia el interior de la célula para hacer posible la respiración celular.
¿Qué es el sistema linfático?
el sistema linfático se puede definir como el conjunto de tejidos y órganos que producen, almacenan y
transportan a los glóbulos blancos, los cuales se encargan de combatir infecciones y otros eventos
deletéreos para el organismo (exposición a químicos, presencia de sustancias alérgicas o células
cancerígenas, por ejemplo). Concebir la vida a día de hoy sin la acción de los mecanismos inmunes sería
imposible.
El sistema linfático transporta líquido (la linfa, más específicamente) a lo largo y ancho del cuerpo mediante
una red de túbulos delgados. Por esta razón, se trata del segundo sistema circulatorio del organismo, y
algunos autores lo consideran como una parte accesoria del sanguíneo, ya que termina desembocando en
el sistema venoso, en el punto de unión entre la vena subclavia y la vena yugular izquierda.
Este sistema incluye la médula ósea, el bazo, el timo, los ganglios linfáticos y los vasos linfáticos, además de
la propia linfa circulante. Te diseccionamos cada una de estas partes en las siguientes líneas.

1. Médula ósea
La médula ósea es un tejido esponjoso que se encuentra en el interior de algunos huesos del cuerpo (y no
tiene nada que ver con la médula espinal). En el lenguaje coloquial se conoce como tuétano. Todas las
células sanguíneas circulantes (glóbulos rojos, linfocitos, macrófagos, neutrófilos y muchos más) derivan de
una célula madre hematopoyética pluripotencial, la cual se encuentra en la médula ósea.
En un humano adulto, este tipo de tejido supone un 4% de su masa total y, aproximadamente, se producen
en él unos 500.000 millones de glóbulos rojos por día. Se trata de una maquinaria efectiva e incansable en lo
que a producción celular se refiere.

2. Bazo
El bazo es un órgano que se encuentra a la izquierda en el plano corporal, justo debajo de la caja torácica.
Su principal función es de índole inmunológica, pues al pasar por él la sangre, filtra los antígenos y en sus
centros germinales se forman los anticuerpos específicos para ellos, conocidos como inmunoglobulinas.
También es un lugar de esencial relevancia para la eliminación de glóbulos rojos viejos circulantes
(hemocateresis esplénica), lo que nos permite renovar este tipo celular tan esencial.

Debido a su vinculación con la actividad inmune, las infecciones, ciertos tipos de cáncer o enfermedades
hepáticas pueden causar el aumento del tamaño del bazo, una condición conocida como esplenomegalia. A
menudo, esta afección no presenta síntomas, pero cuando lo hace suele manifestarse en forma de una
inflamación en el área izquierda superior abdominal.

3. Timo
El timo es el órgano del sistema linfático donde los linfocitos T crecen y se multiplican. Está ubicado en el
tórax, detrás del esternón, en frente del corazón. Las células progenitoras hematopoyéticas (recordemos que
se forman en la médula ósea) acuden aquí a desarrollarse, adquiriendo el nombre de timocitos.
Los linfocitos T son esenciales para la comprensión de la inmunidad adaptativa, pues atacan directamente a
los cuerpos extraños de forma específica y producen citoquinas, sustancias biológicas que ayudan a activar
otros componentes celulares del sistema inmune.

4. Ganglios linfáticos
Los ganglios linfáticos son pequeñas estructuras que contienen linfocitos, los cuales son esenciales para
combatir enfermedades y responder ante ellas a corto y largo plazo. Son unas formaciones que se ubican en
el trayecto de los vasos linfáticos, formando cadenas o racimos, a través de los cuales se filtra la linfa. En
todo el cuerpo hay cientos de ganglios linfáticos conectados entre sí: para que te hagas una idea,
únicamente en la axila existen entre 20 y 40 de estas singulares estructuras.
Además, los ganglios linfáticos se diferencian entre periféricos e internos. Los primeros son fácilmente
palpables, pues se encuentran por debajo de la piel, y su inflamación puede indicar diversas patologías. En
muchos de estos casos se produce una linfadenopatía o adenopatía a secas, que corresponde a la
inflamación de los ganglios linfáticos por procesos infecciosos, tumores cancerígenos, VIH y tuberculosis,
entre otras. El aumento de volumen de los ganglios linfáticos es un claro signo clínico de enfermedad.

5. Vasos linfáticos
Los vasos linfáticos están localizados por todo el cuerpo, y son más grandes que los capilares sanguíneos.
Casi todos los vasos linfáticos contienen válvulas especializadas, que permiten que la linfa vaya en un solo
sentido y no se produzcan coagulaciones.

La linfa
¿Cómo dejarnos en el tintero el líquido que le da nombre al sistema entero y es la razón de ser de todas las
estructuras previamente nombradas? La linfa es un líquido prácticamente transparente que se produce a
partir del exceso de fluido que sale de los capilares sanguíneos hacia el espacio intercelular. Este líquido tan
singular contiene glóbulos blancos, proteínas, grasas y sales y, a diferencia del sistema circulatorio con el
corazón, no presenta un aparato de bombeo que lo transporte por todo el cuerpo.
La linfa circula gracias a las contracciones musculares del propio cuerpo, pues su fin es retornar al sistema
circulatorio. Además de contener células inmunes y nutrientes, también se encarga de transportar sustancias
extrañas, células dañadas y cuerpos celulares cancerosos que pueden haber ingresado en los líquidos
tisulares.

Funciones del sistema linfático


Hemos pintado un cuadro general sobre el funcionamiento y utilidad del sistema linfático en las líneas
previas, pero nunca viene mal realizar un resumen general para finalizar. A continuación veremos una lista
con las funciones más importantes del sistema linfático:
Drenaje del líquido intersticial: este sistema capta el exceso de fluidos de los capilares sanguíneos y los
devuelve a la sangre tras circular por él.
Transporte de grasas: tras una comida copiosa, hasta el 2% de las grasas del organismo se pueden
encontrar en la linfa. Estas grasas son esenciales para la nutrición celular.
Respuesta inmune: los linfocitos B, T y macrófagos presentes en los ganglios linfáticos y otros órganos
reconocen y destruyen a las sustancias extrañas.
Así pues, el sistema linfático se ocupa de muchas más tareas de lo que en un principio se podría pensar:
transporta nutrientes, sirve como mecanismo de reciclaje de fluidos y, lo más importante de todo, es una de
las bases esenciales para la respuesta inmune.
Por esta razón, las linfadenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos) son un elemento diagnóstico
esencial ante muchas patologías. Por ejemplo, el cáncer de mama se puede detectar mediante una
adenopatía axilar: cuando el tumor está presente en un seno, las células metastásicas viajan por el sistema
linfático al ganglio más cercano (en este caso en la axila), causando su hinchazón y agrandamiento. Esto
supone una herramienta diagnóstica muy poderosa antes de que el tumor se expanda por el resto del
cuerpo.

Resumen
Las funciones del sistema linfático se pueden definir en dos pilares básicos: transporte e inmunidad. Aquí se
sintetizan y transportan los leucocitos, los cuerpos celulares más importantes para comprender el sistema
inmune humano, tanto innato como adquirido.
A pesar de que se pueda vivir sin alguno de los órganos linfoides como el bazo, su ausencia puede disminuir
drásticamente la capacidad de responder ante infecciones exógenas y otros procesos internos nocivos. Sin
duda, la importancia del sistema linfático en su conjunto ha quedado más que justificada en estas líneas.

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