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«La Industria unirá a la especie humana»


Príncipe Alberto de Saxe-Coburgo, 1860.

13.1 la sociedad y la dudad industrial


La revolución industrial en el siglo XIX fue la segunda gran revolución urbana,
caracterizada por una urbanización mundial y el proceso de cambio social que
condujo a la sociedad moderna. La invención de la máquina a vapor, los cambios
en la agricultura o la producción de lana, y el violento desarrollo técnico que
ocasionó, trajo aparejados nuevos patrones de asentamiento y una evolución
morfológica radical hacia la ciudad neotécnica emergente (1800-1940).

Europa, a partir de la segunda mitad del siglo XVIII, y en menor grado los
EE.UU., presentaron cambios radicales en las estructuras sociales y económicas,
debido a las posibilidades tecnológicas y políticas de sus sociedades en creciente
proceso de urbanización. La morfología, función y escala de los centros urbanos,
también presentaron cambios significativos de la concentración y el incesante
crecimiento que caracterizan a esta nueva fase; cambios inducidos por la concentra-
ción de mano de obra y energía, de materias primas, comunicaciones y transportes
que caracterizan a la sociedad industrial. El explosivo desarrollo de la economía,
el cambio social y político más radical y el fenómeno de urbanización de los
países industriales, son todos procesos concurrentes en este importante período
de la historia urbana.

a) La revolución industrial
Las formas de asociación y de cultura de la nueva ciudad que aparece, se exportan
por todas las regiones de occidente. Paralelo a una explosión demográfica, se
manifiesta el cambio más radical en el ordenamiento y extensión de las ciudades;
que se organizan gradualmente en sistemas urbanos y ciudades-metrópolis con
el control político y económico de vastos territorios, e indirectamente entre ellos,
como colonias dependientes, gran parte del Africa, Asia y América del Sur. Dice
Mumford:

«El primer salto brusco en el crecüniento mundial, ocurrió con el adveni-


miento de la última etapa del progreso cultural; la Revolución Industrial.
Este cambio, considerado en su significación más amplia (cambios sociales,
económicos y políticos tan fundamentales como los tecnológicos) no sólo dio
ímpetu sin precedente al crecimiento de la población de Europa, sino que,
al realizarse su difusión rápida a otras regiones, extendió su influencia
alrededor del globo. Por primera vez pudo considerarse toda la población
del nwndo como una sola entidad que respondía en diversos grados a un solo
proceso dinámico; por primera vez se hizo posible la movilización de
grandes masas humanas a través de grandes océanos; por primera vez las
artes del acopio de datos demográficos adquirieron suficiente exactitud
para rendir una estimación razonable del total de habitantes de la tierra» 1 ~ 8!.

La primera revolución industrial, aplicada con la energía a vapor y del carbón,


la producción a telar y del acero, originó la total transformación económica de
Europa y a continuación la del noreste de los EE.UU. de América.

b) El proceso creciente de urbanización


Antes de 1800, un 70% de la población del mundo vivía en el campo y un 30%
en ciudades. El balance entre medio rural y urbano cambió fundamentalmente
después de esta época. Además, crecieron relativamente más las grandes ciuda-
des. Europa se urbanizó rápidamente a medida que se industrializaba. Hacia
1800, un 2.2% de su población vivía en ciudades de más de 100.000 habitantes.
En 181 O esta proporción subió a un 10% y en 1840 a un 20%. Hacia 1900 un
40% de la población vivía en ciudades de más de 100.000 habitantes. Esto
introdujo grandes economías de urbanización y escala, y al ir mejorando las
condiciones de vida en las ciudades, permitió su cada vez mayor expansión y
concentración.

Los inventos y descubrimientos científicos aplicados tuvieron especial repercu-


sión al mejorar los aspectos demográficos por el desarrollo de la higiene pública
y de la medicina; sobre todo, en la reducción de la mortalidad y el aumento de
los promedios de vida de la población urbana.

A falta de otros modelos y ante la velocidad de la nueva realidad histórica, las


ciudades industriales de esta época se organizaron con los mismos principios
mercantilistas de una empresa. Estos principios y su inadecuación, llevaron a que
la ciudad industrial se constituyera en un agudo problema ecológico y en un

11381
Mumford, Lewis. «La Ciudad en la Historia>>. Tomo 11.
13. la ciudad industrial del 1800

creciente problema político administrativo; la sociedad urbana industtial y mer-


cantilista destruyó convulsivamente los esquemas y formas de vida de la ciudad
occidental-mediterránea, elaborados a través de 10 000 años de historia, y pre-
paró la etapa moderna de la sociedad burguesa industrial en todo el mundo.

e) La sociedad de masas
La concentración de recursos, mano de obra y tecnología de la empresa industrial,
rompió el balance de poder político entre el campo y la ciudad, entre las clases
tradicionales, la burguesía y el proletatiado. La sociedad entró en una etapa de
crisis de valores ante el dominio absoluto de la naciente industria, la nueva
organización del estado nacional, la burocracia y el surgimiento de la clase
proletaria urbana. En las ciudades se concentraron crecientemente las grandes
masas de población. Los grupos de poder, de las finanzas, la producción y las
fuentes de disttibución, los servicios y nuevas actividades económicas, también
tendieron a concentrarse en las ciudades y metrópolis especialmente en Inglaterra
y Francia, en los EE.UU., Australia, en China, Japón, India, Turquía y Egipto.

La distribución de la población en los asentamientos y las nuevas formas indus-


triales de producción, originó en Europa nuevos tipos de asociaciones y relacio-
nes funcionales. El proletatiado y la gran burguesía industrial surgieron como
grupos antagónicos, los estados nacionales y el imperialismo en Inglaterra,
Francia, Alemania y Austria, Rusia, China y Japón originaron nuevas presiones
sociales y estructuras políticas evolucionadas. La sociedad, los grupos y el
hombre mismo, se tornaron en problemáticas investigables, en temas de ciencia
y dan origen a las ciencias políticas y sociales del siglo XIX (Rousseau, Smith,
Locke, Tonnies, Weber, Durkheim y Saint-Simon, Marx, Engels y Darwin) y
preparar las revoluciones y grandes guerras del siglo XX.

13.2 los arquetipos urbanos de la Revolución


Industrial
Los arquetipos de esta etapa fueron variados en todos aspectos: las grandes
ciudades capitales nacionales del siglo pasado, las ciudades de industtias exclu-
sivas, los «company-towns>>, las ciudades utópicas como los «falansterios», las
«ciudades-jardín» y los sistemas urbanos incipientes de París, Londres, Glasgow,
Milán, Munich, Berlín, Chicago, o Nueva Yorle.

Las Metrópolis Capitales. Los centros urbanos más importantes se complejizan


en sus funciones, constituyendo lugares de residencia, centros de producción y
transporte, a la vez que centros políticos y financieros. Algunas funciones,
especialmente las de producción industrial, producen nuevos problemas de
localización y transporte tan graves como sus consecuencias sociales y de
higiene. Son ejemplos las metrópolis como Londres, París, Berlín, Barcelona,
Nueva York y Buenos Aires, y además las ciudades industriales como Stuttgart,
Birmingham, Glasgow, Bilbao, Manchester, Pittsburg, Chicago y Shangai.
La ciudad neotécnica

En este período se destacaron algunos modelos de


ciudades industriales especializadas con fines reformistas sociales. Son ejemplos
Hygeia en Ohio (fig. 36), las ciudades falansterios de Fourier y Cabet en Francia
(fig. 37), New Harmony en Indiana de Robert Owen, Pullman en Illinois (fig. 38),
la Garden City de E. Howard en Inglaterra, la Cité Industrielle de Gamier en
Francia y las Ciudades Lineales industriales de la Rusia Soviética (Volgograd).

Figura 36. I.B. Papworth. Hygeia, EE.UU., 1827.

Ciudades Nuevas. Se dan casos, especialm~nte en colonias o países en desarro-


llo, como Nueva Delhi en India, Adelaide y Cambena en Australia, Ciudad de
la Plata en Argentina y Bello Horizonte en Brasil, o los planes de San Francisco
y Chicago de Burnham en EE.UU. En todos estos casos la mmfología urbana es
claramente composicional. Grandes avenidas como ejes, grandes edificios en
geometrías claras, monumentalidad y perspectivas, diagonales.

Los impulsos generativos de esta ciudad del siglo XIX serían:

" el desatrollo del estado nacional y centralizado, y la constitución de la ciudad


capital como el centro político preponderante (ciudad primada);

" la transformación de la economía tradicional, familiar y artesanal en la eco-


nomía racional, de producción masiva y concentrada de la máquina de vapor
y de uso intensivo de capital propios de la industria del telar, el carbón y el
acero;
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Figura 37. Fourier. Falanasterio, 1843.

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Figura 38. Pullman. lllinois, 1885.
La ciudad neotécnica

" la destrucción tecnológica de la distancia por los avanzados sistemas de


transporte (ferrocarriles), de urbanización y densidad de gran tamaño;

• la concentración de la mano de obra productiva y la constitución de un centro


de consumo, intercambio y producción.

13.3 El siglo de la máquina


El rápido crecimiento de las grandes ciudades industriales dentro de un proceso
general de urbanización en Europa y las Américas, es el fenómeno más destacado
dentro de la situación del urbanismo a partir del siglo XIX. Fue un fenómeno
especialmente violento y holístico, que introdujo en las estructuras urbanas
nuevos elementos sociales y económicos totalmente inesperados y que ürumpió
sobre el diseño convencional de las ciudades superando todas las normas deco-
rativas, sociales, estéticas o políticas del barroco europeo.

La ciudad de esta época industrial fue la ciudad de la crisis, del cambio. Es-el
momento en que la ciudad, la sociedad, la tecnología y la cultura, hasta la fecha
en un proceso evolutivo con graduaciones, se enfrentan en las grandes ciudades
a una total transformación en lo concreto y conceptual. La funcionalidad y la
racionalidad de todos los procesos históricos del nuevo siglo, en la industria del
acero, del carbón y los telares, comienza a hacer impacto sobre la relación
tradicional de una sociedad con la tecnología y la naturaleza circundante, que
hasta entonces eran manejables y en la que un mero formalismo urbano aparece
como una respuesta insuficiente y evasiva ante la nueva tecnología y el cambio
social; « .... súbitamente en esta época se produjo la conmoción. La manera de
construir ciudades no estuvo de acuerdo con las nuevas condiciones creadas por
la industria», dice Gideon, al abordar el tema en su relevante obra, «Espacio,
Tiempo y Arquitectura»< 139l.

En las ciudades inglesas de los Midlands como Birmingham, Sheffield y Manches-


ter, el desorden urbanístico y de la estructura física se produjo desde que se
localizó en 1750 la producción fabril y las fundiciones de hierro, y se convierten
gradualmente en ciudades-industrias, donde la población, comercia y se educa,
pero bajo condiciones precarias de higiene, vivienda y equipamiento tales que
quedaron supeditadas al darwinismo industrial de la época, y que se formulóen
el axioma de la selección natural, «la supervivencia de los más fuertes».

Todo, incluso los hombres como mano de obra barata, está en función de la nueva
meta; producir más a un menor costo. Y los resultados que aparecieron, son los
nuevos sistemas de producción del capitalismo. Los monopolios, la enajenación
social de las masas obreras y la despersonalización del trabajo, las grandes
fortunas internacionales de la minería y los ferrocarriles, el ampliado poder

1139
¡ Gideon, Sigfried. «Space, Time & Architecture••. Nueva York, pág. 633.
socio-político de las clases dirigentes, pasaron luego a ser las nuevas realidades
económicas que se inscribieron rápidamente en la organización de las ciudades.
Esto trajo como consecuencia, la aparición en las periferias urbanas de las
barriadas de pobres, los dormideros y tugurios de vivienda para obreros indus-
triales, tan inhumanos como pocas veces antes en la historia. De allí, como lo
interpretó Federico Engels, surgió el «lumpen-proletariat» de las ciudades, y la
respuesta social y moral del utopismo marxista y una crítica social extendida en
Inglatena, Alemania, Francia e Italia, hasta la revolución socialista que se inició
en París en 1848 y convulsionaría luego a Europa durante el siglo XIX. A fines
del siglo aparece la denuncia de la iglesia en la Encíclica «Rerum Novarum»
sobre la cuestión social, que finalmente culminaría en 1919 con la revolución
comunista en Rusia, seguiría en Asia, con la revolución en China, que desde fines
del Siglo XIX originaría la total transformación del Japón en una nueva potencia
industrial y militar.

13.4 El cisma entre sociedad, arte y tecnología


Gideon explica cómo en la segunda mitad del siglo, se relaciona la sociedad con
las ciudades:

« ... precisamente cuando había mayor incertidumbre acerca de cómo había


de organizarse la vida para que se hallara en condiciones de afrontar los
nuevos métodos técnicos y los nuevos problemas sociales, se efectuó gran
parte de este desarrollo tecnológico e industrial. Sin embargo, ante la crisis,
las clases dirigentes, probaban más de fortalecer su creencia en la verdad
y estabilidad de las cosas por la creación en sus ciudades de edificios de
carácter grandioso y pseudo-monumental>/140).

La arquitectura convencional ya no parecía responder a estas presiones sociales.


Por el contrario, fue el origen de la arbitrariedad de mucha de la arquitectura de
esa época y, por otra parte, de las desoladas ciudades industriales que se perfilan
como un modelo en casi toda Europa y Estados Unidos, pero que presentan, sin
embargo, algunas notables excepciones iluminadoras, que veremos más adelan-
te: los planes de Viena de Otto Wagner y las ideas urbanísticas de Camilo Sitte,
los planes de Chicago y San Francisco de Daniel Burnham, el Ensanche y el P]an
de Barcelona de Ildefonso Cerdá, los planes de Frederick Olmstead para Nueva
York y las ideas de reforma de Ebenezer Howard para «La Ciudades Jardine:i»
en Inglaterra (fig. 39).

Este fue un siglo que creyó poderlo todo en el descubrimiento y control de la


naturaleza y que en el campo intelectual, en la ciencia y la tecnología, fue
aplicado el racionalismo positivo sobre todos los fenómenos conocidos. La Real
Sociedad de Ciencias Inglesa tomó como lema «Nihil in Verba», «nada en

114 m Gideon, Sigfried, op. cit., pág. 163.


La ciudad neotécnica

Uti'IIL SITt SUi&U~

OARDEN ClTY ANO RURAL BEl.T

Figura 39. E. Howard. Ciudad Jardín. Inglaterra, 1889.

palabras>>. Se descubrieron nuevas fuentes y aplicaciones de la energía industrial


a vapor y la experimentación científica en física, química y biología reveló más
en .este siglo, posiblemente, que en toda la historia anterior de la ciencia.

Corno consecuencia de este proceso de reajuste y de cambio, quizás nunca una


época anterior produjo movimientos sociales, políticos y culturales tan globales
y de efectos tan inmediatos. Sobre todo en definitiva, la llamada «explosión»-de
la crisis social que se preparaba desde el siglo XVIII y culminó en el siglo XIX.
Las masas pacientes se convirtieron en el proletariado obrero de las ciudades y
varios países europeos y americanos se convulsionaron, en sus instituciones a .
través de nuevas ideas y escritores, con sucesivas guerras y revoluciones. Se
originó con la revolución política e ideológica de 1776 y 1791 que desde EE.UU.
y Francia habían preparado el nuevo siglo en Europa y las Américas. Así ocurrió
con las unificaciones alemana e italiana, las que culminaron en 1870. Una amplia
sociedad postergada comenzó ya a tornar conciencia política de sí misma y a
través de la masificación de la enseñanza, las comunicaciones y el conocimiento,
13. La ciudad industrial del 1800

la creciente urbanización y el crecimiento demográfico, se aventuran los tiempos


modernos y la ciudad industrial también en América del Sur y en Asia.

Paralelamente, aparecieron en este siglo, con los nuevos estados nacionales


europeos y americanos, la Internacional Socialista, una aguda crisis religiosa en
el Occidente cristiano que fue perfilada por el Primer Concilio V ati cano de la
Iglesia Católica de 1870 convocado por Pío IX y el nuevo imperialismo econó-
mico y militar europeo. El desarrollo creciente de las ciencias sociales y la
psicología, la producción mecanizada y la máquina a vapor, los fenocarriles y
los primeros grandes carteles industriales del acero, del carbón y armamentos,
también fueron importantes en este fin y comienzo de siglo. En síntesis, se
presentó el proceso de cambio y desarrollo más integral que desde e1 Renacimien-
to haya vivido antes el Occidente y tuvo importantes efectos en India, China y
Japón, y por la colonización y ocupación europea en Africa.

<<Algunos piensan que están en el principio de una gran reforma», comenta


Gideon, «otros al contemplar la situación desastrosa que los rodea, creen que se
hallan en el límite final de una época»o 41 l. Quizás, es que en este momento se
reúnen ambos aspectos. Es verdaderamente, el final retardado de la era urbana
anterior a la revolución industrial. La tecnología, las comunicaciones y el proceso
de socialización habían comenzado su acción transformadora en todo el mundo
y continuaría hasta fines del siglo XX.

13.5 la técnica y el urbanismo


Los nuevos problemas en las ciudades, se tornaban masivos y muy complejos y
como ejemplo de la situación del urbanismo y de la arquitectura, es interesante
revisar la validez con que aparecían nuevos criterios de orden estético y en
contraste, las nuevas posibilidades tecnológicas y científicas.

Por ello, en el campo de la arquitectura y de la técnica urbana, se produjo el


1
quiebre mayor. El urbanismo del siglo XIX fue formal y de tipo representativo,
sin ser capaz de abordar ni solucionar los problemas sociales y técnicos que se
iban acumulando en las nuevas ciudades y capitales industriales. La arquitectura
urbana suplía la falta de fundamento social y su menguada calidad de diseño y
de base técnica y económica, con soluciones puntuales, más bien decorativas, y
con la más obvia monumentalidad como el principio unificador. Gideon, refirién-
dose al plan de París de Hausmann, nos explica cómo al arquitecto de la época
no le interesaban los problemas de la ciudad, pues según Hausmann, como crítica
al arquitecto, «todavía él es un artista». Ante las nuevas necesidades de tipo
técnico y económico que se tornaron en problemas fundamentales, «él se encuen·-
tra impotente» y dice textualmente de los arquitectos de la época: « ... como
artistas no demostraban interés alguno por los gastos. Y además podría añadirse,

141
1 1 Gideon, Sigfried, op. cit., pág. 165.
- La ciudad neotécnica

que generalmente no sabrían hacer un presupuesto aproximado, ni poseían las


condiciones requeridas para comparar y comprobar una factura» 042l.

Por un lado, se separó la obra funcional, directamente originada por una solución
técnica y constructivamente sana y, por el otro, la obra como un arte decorativo,
lo que originó una arquitectura de pastelería que luego culminaría en arqueología
de estilos. La potencialidad de la técnica y de la industria fue, sin embargo,
también aplicada a ciertos elementos y por esto, las grandes e importantes
construcciones de ese siglo son las fábricas y puentes, algunos grandes edificios,
y son maravillas de la época, los palacios de las grandes exposiciones universales.

A fines del siglo XIX se destacaron, entre otros, algunos grandes puentes de
acero, en España sobre el río Duero, del gran ingeniero francés Gustavo Eiffel,
con una luz de 160 metros hecho en 18750 43l, la primera fábrica de siete pisos
de fierro fundido, de Boulton & Watt en Stanford, y otros grandes edificios en
Inglaterra, como la editorial Harper Bros. de Bogardus en 1853, en Francia los
Grands Halles de París, de Baltard en 1853 y la Biblioteca Nacional de París de
Labrouste, también en 1853, el emporio de acero, el Bon Marché, de Eiff-el ~
Boileau, en París y la famosa Torre de Eiffe1 de acero de 1878 también en París
y las nuevas estaciones de ferrocarriles, que se reparten en Europa y desde
Inglaterra y Francia se exportan hasta Chile y Argentina en Sudamérica<144l.

13.6 las ferias internacionales


Esta época industrial que descubrió y aplicó la técnica, necesitó también expresar
el sentimiento de poder de la máquina y de la industria. Así, nacieron las grandes
exposiciones internacionales: la Exposición de Londres de 1851 con su famoso
Crystal Palace, el proyecto de Bogardus para la Feria de Nueva York con una
torre de 90 m., las exposiciones de París de 1855, la de Londres de 1862, y las
Exposiciones Universales de París de 1867 y de 1878.

En una publicación sobre la Feria de 1867, quedó expresado claramente el


poderío y el optimismo industrial de esta época, que creía haber controlado como
nunca a la materia y que miraba con total confianza al futuro. En un catálogo de
la Feria de Londres se puede leer: «Recorrer el circuito de este palacio circular
corno el Ecuador, es literalmente dar la vuelta al mundo. Todos los pueblos están
aquí presentes. Amigos y enemigos viven en paz uno al lado del otro. Corno en
el principio del mundo el divino espíritu flota sobre las aguas, en este globo de
hierro»< 145l. Las exposiciones se trasladaron desde Europa a América, y las hubo
en Chicago, San Francisco, Buenos Aires, Habana y Santiago de Chile.

11421 Baron Hausmann. «Mémoires>>. Cap. 111, cita de Gideon, S. en «Space, Time & Architecture>>, pág. 180.
143
1 > Gideon, Sigfried, op. cit., pág. 167.
11441 Estaciones Palermo y Retiro en Buenos Aires. Estaciones Central y Mapocho en Santiago. Estaciones Victoria
y Waterloo en Londres. Estaciones de Austerlitz, Orsay y Lyon en París, etc.
1451
1 Gideon, Sigfried, op. cit., pág. 669.
13. La ciudad industrial del 1800

13.7 los inventos y la denda aplicada


A partir del siglo XVIII, aparecieron en las ciudades de occidente los inventos
como en una caja de sorpresas en esta nueva fase de la civilización urbana, y
contribuyen a detonar la revolución industrial emergente en Europa y América.
Entre éstos se perfilan:

Metalurgia, textiles y transportes

1705 Elaboración del acero a partir de carbón, con el sistema Cook.

17 65 Producción del primer motor a vapor en Inglaterra.

1779 Invento en Inglaterra del telar industrial de Crompton.

1809 Primera máquina a vapor en Inglaterra.

1840 Se establece la navegación regular por barco a vapor entre


Nueva Y orle y Liverpool.

1840-1850 En este período de 1O años en Inglaterra y Gales aumentan las


líneas férreas de 800 a 6 600 millas de tendido.

1847 Introducción del asfalto en las carreteras de Inglaterra y Europa.


Coches con velocidad de 18 Kms. por hora.

1860-63 Funcionamiento del primer tren urbano subterráneo en la ciu-


dad de Londres, Inglaterra.

1875 Invención de la máquina de telar a vapor de Cartwright en


Inglaterra.

1879-1885 El primer tranvía eléctrico es colocado y operado en Berlín,


capital de Prusia.

1884 Tranvía eléctrico operacional de Van Doepele y Sprague en


EE.UU.

1885 El motor a combustión interna es fabricado en Alemania por


Daimler.

1895 Circulación de los primeros automóviles en EE.UU.

1895 Colocación del primer tranvía eléctrico elevado en Chicago,


EE.UU.

1900 En esta fecha ya circulaban 8.000 automóviles en EE.UU.

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