Los primeros homínidos aparecieron en África hace unos 6 millones de

años. Han tenido que pasar millones de años de evolución para que aparecieran
los primeros asentamientos. Hace 15.000 años, los cazadores y recolectores se
convirtieron en agricultores que cultivaban tierras.

Eventualmente, su historia viene remontando desde el año 1520, 240 años antes
de la Revolución Industrial, iniciando está en América del Sur a mediados del
siglo XVIII. La mayor fuente contaminante de una gran mina de plata encontrada
en el siglo XVI y duro hasta el siglo XVIII lo cual contribuyó como contaminante
por más de 200 años.

A la vez, en 1540 aumentaron las concentraciones de varios metales, una

década después del inicio de la colonización española por América del Sur por
la minería y la metalurgia en la producción de plata, en 1572 los españoles
introdujeron nuevas tecnologías que multiplicaron la producción.

De igual manera, durante el siglo XVII tras el descubrimiento de los combustibles

vino el desarrollo de inventos, como la máquina de vapor, transformaron por
completo la vida debido a que la Revolución Industrial motivo al hombre en todas
las facetas, cambió su forma de producir, consumir y viajar tras esto vino la
invención de la locomotora y los primeros trenes, los cuales aumentaron la
demanda de carbón, por consiguiente, por más de 200 años hubo toneladas de
CO2 en la atmósfera.

De forma similar, esta transformación profunda de bienes trajo consigo un sinfín

de problemas ambientales, según los profesionales, los metales como el plomo
o el estaño continúan desprendiéndose de las minas y contaminando fuentes de
agua potable, envenenando ríos, contribuyendo al calentamiento global y
perjudicando enormes zonas del paisaje.

Por otra parte, la contaminación provocada por las viejas fábricas hizo que la
turba se tornase más ácida que otra cosa. Estas precipitaciones, contaminadas
con el humo expulsado por las chimeneas de las fábricas, "terminaron
velozmente con el musgo que salvaguarda a la turba", explica Dean, uno de los
científicos encargados.

De este modo, al permanecer sin cobertura, la tierra es erosionada y los

sedimentos son arrastrados a las reservas de agua, por lo cual las compañías
encargadas de las plantas de procedimiento de agua tienen que gastar
monumentales sumas de dinero para filtrarla y hacerla potable. Al estar
afectados, el agua se escurre de forma fácil.

Después de esto, en el siglo XX, especialmente en su segunda mitad, el medio

ambiente, incluyendo los recursos naturales, fue objeto de un deterioro los
procesos de desarrollo promovidos desde la última guerra. A lo largo de los años
70 se deforestaron además vastas zonas de selvas subhúmedas.

Para así entablar distritos de riego desaparecieron casi por completo las selvas
espinosas de la nación, hectáreas de estas selvas se eliminaron para abrir
espacios a la agricultura, y 3 millones de hectáreas más se perjudicaron con
objetivos ganaderos.

Además, en el lapso de numerosas décadas se ha perdido alrededor de la mitad

de los bosques, han eliminado más de la mitad de los bosques de niebla o
bosques de retención de suelos, la captación y filtración del agua en las cuencas
altas, con el consiguiente incremento en el peligro de deslaves, deslizamientos
e inundaciones, algún nivel de desertificación con pérdida de especies
endémicas.

De igual importancia, la deforestación de bosques, selvas y regiones áridas

siguió avanzando en la década de los años ochenta a un ritmo preciado de
alrededor de 700 mil hectáreas al año, extensiva, maneras no sustentables de
agricultura, tala inmoderada de bosques, los varios ecosistemas acuáticos
recibieron residuos urbanos e industriales, así como agroquímicos.

Por lo que en algunos territorios mexicanos padecen cualquier nivel de

contaminación, y varios permanecen altamente contaminados. En el Golfo de
México, por otro lado, la explotación petrolera ha creado ciertos derrames de
crudo y otros productos, que han contaminado raramente el océano viabilidad en
el corto o mediano plazos.

Después de esto, se afronto una crisis ecológica cuya intensidad carece de

antecedentes y conciencia de esta crisis, lejos de desanimarnos, debería ser
estímulo para la acción. El deterioro ambiental no es efecto ineludible del
desarrollo, sino expresión de un mal desarrollo. Por medio de una administración
correcta tenemos la posibilidad de prevenirlo, reducirlo o mitigarlo.
Por otra parte, en la actualidad varios de los productos que consumimos y las
industrias que los generan producen contaminación, bien directa por su
producción o bien indirecta, por su degradación en el medio ambiente (como
ejemplificando los plásticos).

No obstante, se logró encontrar sustancias contaminantes en el viento que

respiramos, en nuestra comida, en nuestra ropa y cosméticos. Además, el
contaminante plástico ha inundado al pie de la letra nuestras propias vidas. La
reducción en el consumo y producción de plásticos de un solo uso es prioritaria
y urgente. Se necesita un cambio en el modelo de producción de alimentos.

En suma, se hace primordial y urgente terminar con el modelo de agricultura

industrial, amante de los plaguicidas tóxicos y apostar por la agricultura ecológica
como exclusiva vía para una producción sana y sustentable. En cuestión de
unas décadas el plástico ha pasado a estar presente en toda clase de objetos y
materiales por sus propiedades y bajo costo.

Así, al igual que su producción, el crecimiento de residuos de plástico se ha

aumentado de manera dramática.